DIACONÍA Leemos en nuestra Biblia:
Lucas 12: 32-49 ¡Que cosa interesante y revolucionaria es la que nos plantea Jesús en el texto citado! Nos insta a vivir con la justa medida, con lo imprescindible para hacerlo dignamente. Esta es la base de “su” Reino, bastante diferente a lo que comúnmente se nos presenta en nuestro imaginario y en la realidad de nuestra sociedad latinoamericana, basado en la acumulación de mucha riqueza por unos pocos (la realeza en la época bíblica), y el resto de la ciudadanía (los súbditos) pobres. El Reino que Jesús nos ofrece exige desprenderse de lo superfluo, para no tener ataduras que llevan a gastar muchas energías y tiempo para primero intentar ser ricos económicamente, luego cuidar y acrecentar lo acumulado. Jesús nos aconseja vender todo y ofrecerlo en servicio al prójimo. En este Reino los objetivos no se encaminan a tener plazos fijos, cuentas en el extranjero, menos la usura, las especulaciones financieras tan comunes hoy en el accionar de los poderosos de la región y en muchas instituciones. Y resulta que, para Dios, la única riqueza valedera es obedecerle en toda circunstancia. Nos advierte que debemos estar siempre atentos, porque la tentación está también siempre a nuestro alrededor, y nos puede hacer desviar, y convencernos que la riqueza está sólo en lo que se puede tocar, comprar y vender, y no en otros aspectos esenciales, que hacen a la identidad humana, transformándonos en seres sin valores, egoístas e indiferentes que buscamos sólo nuestro bienestar sin ver la masa de personas que sufren a nuestro alrededor. En este sentido, la respuesta de Jesús a Pedro es categórica: la enseñanza del mensaje de Dios debe ser compartido con toda la humanidad, y el resultado debe ser evaluado, premiando o castigando distintas conductas. Creo que la intención de este texto bíblico es en principio definir la buena o mala conducta a la luz de la fe, pero sobre todo, mostrarnos que el seguir a Jesús, sobre todo a través del servicio desinteresado nos hace sentir reconfortado/as, bendecidos/as, agradecidos/as por la posibilidad de hacerlo, en definitiva un gran gozo. Oscar Oudri