Cultivando una cultura de generosidad - Déborah Coté

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CULTIVANDO UNA

CULTURA DE GENEROSIDAD

Una conversación sobre la mayordomía financiera

Por Deborah Coté, M.Div. (Maestría en Teología)

Para quien dirige esta conversación: Primeramente hay que saber que esta conversación requiere matiz y sensibilidad porque el dinero puede ser un tema difícil o que produzca vergüenza. Los sentimientos alrededor del dinero suelen ser complejos. Para añadir a esto también nunca podemos saber la realidad de alguien más, y mejor no asumir nada. Por eso, empezamos a compartir cada uno/a su experiencia.

Diálogo sobre nuestra formación

Cada uno/a aprendió sobre el dinero de alguna capacidad de su familia/referentes. Y si fuera a propósito o no, aprendimos sobre el valor de las cosas, la importancia del dinero en relación a otras cosas (ejemplo: ¿el tiempo libre vale más que la oportunidad de hacer ganancia?).

Estas lecciones no siempre son explícitas, pero implícitas en las prácticas del hogar.

Para hablar en grupo:

– ¿Quién nos enseñó sobre el dinero? ¿Cuál fue la actitud? ¿Escasez, suficiencia o abundancia?

La ofrenda– ¿nos enteramos de las prácticas de nuestros padres acerca de dar dinero a la iglesia?

Diálogo con los textos bíblicos

En la biblia encontramos varias perspectivas sobre dinero, su valor y lo que ahora llamaríamos mayordomía financiera, es decir, cómo nos relacionamos con los recursos materiales.

También habla de ofrendar a Dios, tanto las ocasiones en que la gente ofrendó y también guías para Israel. Algunas palabras claves en la biblia hebrea son el diezmo (dar el 10 por ciento), las primicias (dar los primeros frutos de las cosechas) y la ofrenda (lo que da por fuera o por en

cima de lo que fue mandado por la ley). En esta conversación, no vamos a diferenciar entre estos términos, por simplicidad.

Gratitud

Mandamiento/Deber

Práctica Espiritual - manera para profundizar nuestra confianza en Dios (Hábito).

Sacrificio (del sentido personal, no el acto de sacrificar al animal).

Generosidad

Para grupos pequeños: Imprimir las siguientes citas bíblicas y cada grupo trabajará unos 3 o 4. Cada grupo analizará los textos para categorizarlos por los conceptos: Gratitud, mandamiento/deber, práctica espiritual, sacrificio, generosidad.

Puede ser que el mismo texto se relacione con más que un concepto.

◌ Génesis 14: 19-20

◌ Génesis 28: 20–22

◌ Levítico 23: 10

◌ Levítico 27: 30

◌ 2 Crónicas 31: 4-5

◌ Deuteronomio 12: 5-6

◌ Lucas 16: 10

◌ Proverbios 3: 9-10

◌ 2 Corintios 8: 1-5

◌ Marcos 12: 42-44

◌ Mateo 24: 6

En el piso o mesa grande, se puede colocar tiras de papel con los términos, con espacio para colocar los versículos alrededor. Los términos de nuevo: Deber/mandamiento, Generosidad, Práctica espiritual, Sacrificio, Gratitud . Los grupos pueden ubicar los textos en las categorías que consideren, puede ser más de una. La idea es para hablar de que no hay solo una interpretación.

Con todos/todas los/las participantes - Leer todos los textos y hablar de su ubicación en la matriz.

- Reflexionar sobre cómo/por qué llegaron a colocar cada uno y lo que ven en los textos. Pueden surgir otros términos apropiados y puede servir para más conversación.

Por ejemplo, también se puede argumentar que la generosidad es un don espiritual, es decir que algunos/as son más generosos/as que otros/as de su naturaleza; y como el don espiritual del amor, sí, debe ser una meta para cada uno/a en la comunidad, pero es claro que fluye más fácil de algunas/os que otros/as.

Interpretaciones y la perspectiva protestante Con muchas interpretaciones, es posible descartar unas en favor de otras, o poner más énfasis en algunas. Es importante destacar de nuevo que el matiz es importante. La interpretación bíblica puede ser herramienta o causa de herida.

Hay comunidades de fe que usan las interpretaciones de mandamiento para extorsionar y hacer sentir culpable. Se puede llegar a una interpretación bíblica del Evangelio de prosperidad ((OJO!!)).

El evangelio de prosperidad dice que la riqueza material es señal del favor de Dios, y pues líderes con muchas “bendiciones materiales” piden que sus seguidores den de su poco porque “si das, Dios proveerá”. Y esta interpretación por consiguiente puede llegar a suponer que los que no tienen bendiciones materiales no son amados/as por Dios, y es su propia culpa por no cumplir con los mandamientos.

Esta interpretación ignora muchas de las enseñanzas y advertencias en la Biblia. Pues es mejor mantener en tensión las varias interpretaciones. Leemos la Biblia tomando en cuenta toda la historia de la salvación– con énfasis en la cruz de Cristo. Interpretamos todo en la luz de la cruz. Pues leemos estos textos con el marco de libertad y gracia. Nuestra teología protestante rechaza la interpretación de que “si haces…, entonces Dios hará…” y en vez proclamamos que “porque Dios…, por consiguiente podemos”.

Nos enfocamos en la generosidad y abundancia de Dios para que podamos ser generosos/as. Para cultivar una cultura de generosidad también tenemos que proveer las oportunidades para la generosidad y el ejemplo.

Preguntas para el grupo: ¿qué sentimos sobre nuestras ofrendas? ¿Por qué y para qué damos a la iglesia?

Mayordomía como invitación

Podemos preguntarnos “la ofrenda– para qué sirve?” La ofrenda es una señal de nuestra gratitud a Dios y también, en un mundo material, sirve para las cosas materiales que necesitamos y mantenemos la iglesia. Y será imprudente no mencionar que la iglesia no existe solo para existir, ni los templos sólo para llenar espacio. La misión de la iglesia tiene mayor importancia en esta conversación. Por medio de lo que ofrecemos a Dios, participamos en lo que Dios está obrando en el mundo. Esta conversación se ha enfocado en la mayordomía financiera, pero en realidad la mayordomía es más amplia.

Es la ofrenda de monedas/dinero pero también de nuestras mentes, nuestros corazones, nuestras almas, nuestras fuerzas (Deuteronomio 6:5, Marcos 12:29, Lucas 10:26).

También se puede incluir cuidado para el medio ambiente. Si sea con nuestro dinero, nuestro ser o nuestra relación con la creación, la mayordomía es responder a la gracia de Dios y participar en la obra de Dios para que todos y todas puedan conocer las buenas noticias del evangelio.

La misión de la Iglesia es hacer discípulos, y capacitar al pueblo de Dios para compartir el evangelio en palabra y obra. Como comunidades tenemos que pensar en cómo los gastos sirven a la misión. Tener luz y calefacción ayuda al reunirnos para cultos y estudios bíblicos. Invitamos a los participantes a la misión, que sí implica gastos comunes, pero no podemos perder la visión más allá, la razón por la cual nos reunimos.

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