UNA MIRADA CRISTIANA A LA REALIDAD ACTUAL
AÑO VIII Nº 130 ABRIL, 2020 Iglesias Evangélicas Valdenses de: COLONIA / COSMOPOLITA / ROSARIO / TARARIRAS / VALDENSE
Vida nueva, no vida normal En esperanza Por supuesto las actividades que anunciamos en esta edición, están sujetas a la evolución de los acontecimientos conocidos. Más que nunca son una cuestión de fe. Estamos en contacto permanente
«Dame Señor paciencia, pero dámela ya» pág 10
Un joven con el perro y dos autos. En media hora fue todo el movimiento frente a mi ventana que da a la calle en la tarde de sábado más linda de un verano a horas de irse. No es la norma. No es lo normal. Pero que lo fuera podría ser sólo cuestión de tiempo. Si éste fuera el paisaje de todos los días ya no sentiría ninguna extrañeza ni le reclamaría otra vista. Lo normal es a lo que nos hemos acostumbrado.
Y acostumbrarse es sólo cuestión de costumbre. No corramos el riesgo de pensar que normal es sinónimo de bueno. A veces lo hacemos y damos por legítimo lo que ocurre porque “siempre ha sido así”. O nos negamos a ver realidades nuevas “porque nunca ocurrieron”. Y para peor nuestros “siempre” y nuestros “nunca” presumen de eternidad cuando son apenas momentitos de la historia. Así legitimamos “normalidades” inaceptables, renunciamos a la utopía aunque en esta realidad muera la vida. Se nos volvió normal que el número de hambrientos crezca en el mundo aunque sobre comida. «Desde que el mundo es mundo» decía mi abuelo y se cerraba toda posibilidad de salir de la normalidad. Que la discriminación racial o la cultura patriarcal dejen de ser normales es una lucha que ha llevado mucho tiempo y llevará todavía. La desaparición constante de especies animales y vegetales por destrucción de su hábitat natural sigue siendo normal. Normal es que se talen montes naturales para sembrar alimentos que además no alimentan. Normal que tengamos que protegernos del sol porque es enemigo, de la lluvia porque cae ácida, de los virus
«Cuestión de memoria»
Reflexión bíblica
Valdenses y judíos. Dos pueblos con historias comunes pág 4
El mundo es más que la humanidad pág. 11
y los prójimos porque cada día los volvemos más agresivos. Por estos días nuestra normalidad quedó entre paréntesis. Por mi ventana pasan por ahora el joven, el perro y dos autos; señal de una realidad a la espera. La vamos capeando y confío plenamente en que la pasaremos. Pero confío también que nuestra normalidad del día después sea distinta; por lo menos que cuestionemos la del día anterior. Una normalidad en la que nos sintamos parte de la creación y no la tengamos como una propiedad a ser explotada, una normalidad en la que la salvación sea mucho más «Después vi que el cuidado un cielo nuevo personal de y una tierra encierro y nueva, porque manos limpias. Que el día el primer cielo d e s p u é s , y la primera c u a n d o tierra habían volvamos a dejado de vivir a menos de dos metros existir y de distancia, el también el mensaje de mar» resurrección que seguimos Apocalipsis 21:1-2 proclamando nos haga ver una realidad nueva, desconocida, a la que no esta-mos acostumbrados ni tenemos por normal. “Dios envió a su hijo al mundo no para condenarlo sino para que por él fuera salvo” (Juan 3:17). Ésa debe volverse nuestra normalidad
COMPARTIMOS ESTA EDICIÓN CON: Equipo de redacción: Presbiterio Colonia Sur. Diagramación: Ana Paula Negrín. Impresión: Imprenta Ferreira. Correo Electrónico: cuestiondefe@adinet.com.uy «Cuestión de fe» llega todos los meses gracias a la ofrenda de miembros y amigos. También le dejamos la invitación para que sume la suya por la cual le agradecemos como comunidad de lectores