UNA MIRADA CRISTIANA A LA REALIDAD ACTUAL
Boletín
AÑO IV - Nº 100 OCTUBRE 2017
Iglesias Evangélicas Valdenses de: COLONIA - COSMOPOLITA - ROSARIO - TARARIRAS - VALDENSE
ES DIFÍCIL OÍR CUANDO SE OYE DEMASIADO
«NUESTRO CONSUMO, ¿CONSUME?» Página 2
EN EL CAMINO DE LA REFORMA Página 3
LA PAZ: SU TEMPLO Y SU PUENTE Página 4
FIESTAS DE GUARDAR EN OCTUBRE Página 9
EL PERDON: CAMINO DE SANACIÓN Páginas 10 y 11
“La Reforma” tuvo en el siglo XVI una aliada a la que en gran parte le debe la vida: la tecnología aplicada a las c omu ni c a c i one s. Cuando Johannes Gutemberg, imitando técnicas de impresión que ya conocía o inventando nuevas, vaya uno a saber, se empecinó en imprimir la Biblia en tiempo récord, estaba creando una herramienta capaz de transformar más cabezas de las que suponía. Esos 180 ejemplares marcaron el comienzo de una nueva era: la edad de la imprenta. Aquella revolución puede ponerse en paralelo con la de la informática en tiempos nuestros. Y dicen los que tal dicen, que sin complejo de inferioridad. Menos masiva y avasalladora aquella sin duda. No vamos a pensar que toda persona tuvo su ejemplar de la Biblia como hoy un celular y medio per cápita. Ni siquiera un folleto. Pero fue un vehículo capaz de llevar el fer mento de ideas a una sociedad sedienta. El texto leído por algunos era
escuchado por muchos en las plazas, en el mercado, en los palacios, en los templos. Y retenidos en la memoria tal vez porque no llegaban a saturarla. La imprenta generó un nuevo tipo de asociación de lectores y escuchas que se necesitaban mutuamente. La mayoría de nosotros tiene memoria del tiempo en que las cartas de familiares o amigos lejanos promovían encuentros para leerlas. Y no vivimos en el siglo XVI Tal vez está demasiado encima esta revolución de hoy para que podamos valorar su alcance. Las ventajas en cuanto a difusión, inmediatez y volumen, son incuestionables. Pero al mismo tiempo pueden ser su talón de Aquiles.
Para calmar la sed es más valiosa una jarra de agua que una catarata. La información es valiosa cuando se puede asir, las palabras significan cuando caben en los oídos. Pero cuando desbordan, el resultado es la banalización. Palabras caídas en una sociedad harta de palabras. Los intimidatorios ensayos nucleares de Corea y Estados Unidos adornados con delirante retórica, generan en una opinión pública inundada de infor mación, igual inquietud que la disputa parisina por penales entre Cavani y Neymar. Todo puede volverse “viral”. Al fin y al cabo todo es vanidad. A las iglesias a veces nos arrastra la desesperación por estar en cartelera y preocupados por aparecer para ser, dejamos de oír y sólo sumamos palabras nuestras a palabras ajenas. La Palabra de Dios necesita de silencio para ser oída y tiempo para ser meditada. La revolución de hoy los desalojó de la vida. Ayudar a encontrarlos es un gran desafío.
Compartimos esta edición con: Equipo de redacción: Carlos Negrin, Ariel Charbonnier, Oscar Geymonat Colaboran: Carlos Delmonte, Enzo Falcón,
Jorge Malán, Elisabeth Lindemberg Diagramación: Gabriela Di Censo, Ana Paula Negrín Correo Electrónico: cuestiondefe@adinet.com.uy Impresión: SAUCE DEL PLATA S.A.