Conexiones Movimiento Juvenil Valdense | Año XIX | Febrero- Marzo 2018 | conexionesvaldense@gmail.com
Riopla ‘18
Así comenzaba la canción que resumía parte de lo que fue la XXXIV Asamblea Juvenil Rioplatense. En las pocas frecuencias de ómnibus que llegaban a Miguelete, jóvenes de los siete presbiterios de la IEVRP nos fuimos encontrando para compartir el campamento que nos convoca año a año. La comunidad y el grupo de jóvenes organizador nos esperaban con los brazos abiertos, haciéndonos sentir en casa desde el inicio. ¿Campamento asamblea rioplatense? Es campamento, porque el juego y los fogones son parte esencial del encuentro. Es también Asamblea, porque es la instancia anual en la que nos pensamos como Movimiento Juvenil. Pero también una parte importantísima la compone el tema que elegimos para tratar. Este año el tema fue violencia de género desde una cosificación de los cuerpos en el sistema capitalista, que es en donde nos queremos enfocar en este artículo. El grupo organizador propuso un grupo de talleristas para pensar cómo abordar y llevar a cabo una temática tan amplia en poco tiempo. La propuesta consistió de talleres teóricos y vivenciales. El primer bloque consistió en explicitar los estereotipos de género a los que nos encontramos atados, y a partir de los cuales nos construimos como mujeres y varones. Reflexionamos y cuestionamos cómo los medios de comunicación nos imponen estos modelos trabajando también la deconstrucción de dichos roles. El segundo bloque fue más teórico, Blanca Armand Pilon nos presentó una mirada teológica del género, habilitando la reflexión desde las construcciones de mujer que nos presentan los textos bíblicos. Ignacio Rodríguez lo hizo desde el psicoanálisis, invitándonos a pensar cuánto influye la construcción cultural en nuestros cuerpos. En esta instancia trabajamos en grupos compuestos por mujeres, por varones y grupos mixtos, y visualizamos cómo al pensar sobre algunos temas reflejamos la influencia de nuestras construcciones de género. El tercer bloque nos llevó totalmente al plano de lo vivencial. El grupo de talleristas habilitó dos espacios completamente distintos para mujeres y varones. A nosotras, se nos invitó a un espacio de contención y escucha sororal, a compartir nuestros dolores y nuestras alegrías, y desde el abrazo empático de la compañera poder sentirnos acompañadas y renovar nuestras fuerzas en las pequeñas luchas de cada día. Para los varones, la invitación fue también a un espacio de reflexión pero que no apuntaba tanto a la contención, sino por el contrario buscaba realmente sentir cosas que a veces pasan por el discurso. La propuesta apuntaba a sentir y poder hablar en un mismo momento sobre los privilegios y los dolores propios del ser varón, siendo conscientes y escuchando los dolores que producen muerte en las mujeres. Esta actividad evidenció notoriamente cómo socialmente los varones están más dispuestos a hablar y las mujeres estamos más dispuestas a escuchar, y cómo al exponernos a una consigna que nos interpela, podemos o bien enojarnos o bien adjudicarnos culpas y nuevamente ser quienes consolamos, desde nuestros roles de género. Todas y todos necesitábamos un tiempo para pensar sobre lo vivido y para «Del 4 al 11 de enero el sueño añorado del yogui se estaba cumpliendo personas de muchos lugares estaban viniendo y la gente de acá se reunió pa poder preparar el campamento asamblea rioplatense véngase amiguelete! el Movimiento estaba aquí presente véngase a Miguelete!»
conversar con nuestras compañeras y compañeros, por esto hubo un día sin tema. La idea de cierre fue retomar el punto de inicio: establecer una posible definición de feminismo que represente nuestros sentires. Como parte de lo que compete a la Asamblea, se exhortó al Sínodo a elaborar un protocolo de acción para responder ante situaciones de violencia de género en el marco de nuestra Iglesia, buscando el cuidado de las víctimas y también el acompañamiento para con el agresor. Como Iglesia no nos podemos considerar ajenas al sistema capitalista patriarcal del que somos parte. Como participantes, queremos destacar profundamente el tema elegido y la propuesta pensada desde las talleristas, y la disposición del grupo para dejarse afectar por cada actividad, sabiéndonos en constante cuestionamiento y deconstrucción y buscando como grupo de jóvenes de la Iglesia aportar desde nuestra formación a una sociedad más equitativa. Como jóvenes, creemos que estas instancias son esenciales para poder teorizar desde una mirada bíblico teológica sobre las nuevas formas que adopta el proyecto de muerte en nuestros tiempos, y poder ser hoy, esa esperanza viva que responde con un proyecto de vida buena y abundante para todas y para todos. Es solo desde el reconocimiento de las desigualdades y los dolores en que vivimos y el compromiso que nace de la fe por revertir estas situaciones, que podemos ser Iglesia reformada siempre reformándose. Silvia Geymonat, Rocío Geymonat, Analía Long, Sabrina Charbonnier
CAJ
GRUPO EDITOR
Jóvenes de Montevideo