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La controversia del membrillo

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Multiplicaciones

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Durante el sínodo, el lunes de noche se registró un debate acalorado. Una discusión intensa. Una controversia agradable, porque al final, a nadie dejó un sabor amargo

Es difícil resumir en un párrafo inicial las impresiones que dejó la velada nocturna del lunes 6 de febrero, a la que el Equipo de Ecoteología del Centro Emmanuel concurrió con un taller cargado de sabores: “Comida, comunidad, comensalidad” Invitado por la Mesa Valdense, el grupo propuso una dinámica de sobremesa en la que la concurrencia pudiera reflexionar sobre la importancia que tiene la comida en nuestras comunidades. Quizá la propuesta que generó mayor intercambio fue la ‘degustación misteriosa’, por la que cada mesa debió probar y reconocer cuatro preparaciones poco frecuentes en la dieta convencional 1 Las preparaciones no eran muy complejas, pero la idea de una cata a ciegas despertó los sentidos, generó entusiasmo y una dosis de polémica

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-¡Te digo que esto es membrillo! -decía Gabriel engullendo su tercer bloque

-No, tiene otra cosa… -agregaba Mauricio poniendo olfato al platillo

-¡Es algo con canela! -opinaron de lejos desde la mesa tres.

Por momentos se olfateó un clima tenso, de una división amenazadora entre partidarios del membrillo solo y de la manzana con canela Un cisma amenazaba en el aula sinodal peces, de dátiles, higos y pasas, de fondos de vino y de canción; de rondas, juegos de palabras; de niños que corren, señoras que recuerdan, segundas rondas y vuelta a contar Es el milagro de la gente que se mira y de las historias que se acercan Es el milagro de las comidas que devuelven el alma, y que invitan a cocinar de vuelta

Por eso, hoy y mañana, cuando nos sintamos extraviados, cuando alguien pregunte por qué falta tanto cuando parecía sobrar, si algún día escuchás la queja, por comunidades vacías o lugares que dejaron de ser Acordate del milagro, no de Jesús multiplicando, sino de la gente comiendo y conversando Quién te dice, si en este presente algo ingrato, la cocina y la mesa no es lugar para otro milagro.

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