Cuestión de Fe - abril 2015

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UNA MIRADA CRISTIANA A LA REALIDAD ACTUAL

BOLETÍN

Iglesias Evangélicas Valdenses de COLONIA - COSMOPOLITA - ROSARIO - TARARIRAS - VALDENSE

Año IV Nº 70 ABRIL DE 2015

Centro Emmanuel invita al Retiro de Semana Santa

Jueves 2 de abril a la tardecita, para la cena traemos algo para compartir viernes 3 y sábado 4 hasta el mediodía Costo por persona: $1200 (incluye ropa de cama, y comidas) Informes e inscripciones: Centro Emmanuel Av. Daniel Armand Ugón s/n, Colonia Valdense Tel. 4558 8990 emmanuel@adinet.com.uy centroemmanuel1959@gmail.com Pastora Araceli Ezzatti. Tel. 26220670 arae@internet.com.uy

Campamento Nacional de Jóvenes El grupo de jóvenes de Colonia Valdense invita a participar del Campamento Nacional de grupos de jóvenes, que se realizará el 17, 18 y 19 de abril, en la localidad de Colonia Valdense. El costo del campamento será cerca de 250 pesos. El tema central será el lema de nuestro Sínodo 2015; «Los he elegido y destinado para que vayan y den fruto» Juan 15:16 Informaciones e inscripciones al correo electrónico joelmanchini@gmail.com

Madre hay una sola, Tierra también El 22 de abril será el “Día de la madre tierra”. Y no en el calendario de una comunidad aborigen. Allí la denominación se oiría con naturalidad y sin sorpresa. Lo será según la agenda de la incuestionablemente secular Organización de las Naciones Unidas. Así lo decidió su Asamblea General en una resolución de 2009. Hasta allí hablaba del “Día Internacional de la tierra”. Como lejano antecedente en 1972 se celebró en Estocolmo un encuentro sobre el cuidado de la tierra que se llamó “Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano”. Era la prehistoria de los movimientos ecologistas. La palabra “ecología” por entonces era sospechada de snobismo y la voz que se levantaba por estos temas sonaba marginal y proveniente de sociedades sin preocupaciones urgentes. Por estas latitudes otros eran los desvelos, no menos urgentes sin duda, pero otros. La realidad se nos fue viniendo encima y aquellas solitarias voces de alerta se volvieron coro universal. La cuestión ecológica es hoy mucho más urgente e inevitable que en 1972. Pero me llamó además la atención este cambio de nombres porque da cuenta de una mirada que también fue cambiando. En 1972 la preocupación era por el “medio humano”. Todavía era una perspectiva centrada en los humanos como una entidad separada del resto de la vida. Al hablar luego de “la Tierra”, o del

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“ambiente”, se dio un paso hacia una mirada que nos integra a algo mayor con lo cual tenemos que vivir en armonía y con el que nos condicionamos mutuamente. Y más me sorprendió todavía esta última denominación de la tierra como madre. Un concepto que es profundamente bíblico y que gratamente me sorprende en la terminología de las Naciones Unidas. El primer ser humano fue creado de tierra (1), es hijo de ella y hasta le debe su nombre (2). Al hablar de “madre” queda superada esa visión utilitaria y pretendidamente moderna que ve a la tierra como un bien económico o un baúl de recursos a explotar. Establecemos con ella “una comunidad de vida” de la cual tenemos que ser cuidadores. Tenemos que ser conscientes de la necesaria fraternidad de seres vivos con quienes vivimos juntos, o pereceremos en cascada. Es el gran desafío para la humanidad. No es raro que usted, como yo, alimentados a sospecha, pensemos que el nombre no cambia la realidad. Sin embargo el apóstol Pablo nos recuerda que cambiando la manera de pensar, cambiaremos la manera de vivir. (3) Y allí anida la esperanza.

(1) Génesis 2:7 (2) El texto hebreo del Antiguo Testamento hace un juego de palabras entre los vocablos “adan” que significa “ser humano” y “adama” que significa “tierra. Así destaca la estrecha vinculación entre el ser humano y la tierra. (3) Romanos 12:2


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