XVIII DOMINGO POST PENTECOSTÉS I. APERTURA Preludio Saludo: 1 Juan 5:4b Gracia, misericordia y paz de Dios Padre y de Cristo Jesús, nuestro Señor. Amén. Canto Salmo 85:7-13. Oh Señor, ¡muéstranos tu amor, y sálvanos! Escucharé lo que el Señor va a decir; pues va a hablar de paz a su pueblo, a los que le son fieles, para que no vuelvan a hacer locuras. En verdad, Dios está muy cerca, para salvar a los que le honran; su gloria vivirá en nuestra tierra. El amor y la verdad se darán cita, la paz y la justicia se besarán, la verdad brotará de la tierra y la justicia mirará desde el cielo. El Señor mismo traerá la lluvia, y nuestra tierra dará su fruto. Oración: Señor, estamos aquí reunidos/as porque escuchamos la Palabra de salvación que nos trae a Jesucristo. Bondad, verdad, justicia y paz son subestimadas, muchas veces, en la vida de los seres humanos, hasta que éstas se transforman en palabras vacías de contenido. En Cristo, en su muerte y resurrección, Tú nos has mostrado cómo la bondad, la verdad, la justicia y la paz te pertenecen, y no se limitan a ser solamente palabras, sino dones del Espíritu Santo que guían nuestra existencia. Tú eres el único Dios, nuestra sola esperanza, nuestra vida entera. A ti se dirige nuestra alabanza y en ti depositamos nuestra fe. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. Canto Confesión de pecado: Queremos reconocer, delante de Dios, nuestro pecado, nuestra incapacidad de amarle como hijos e hijas. Texto bíblico: II Reyes 17: 13b 13 Ya por medio de todos los profetas y videntes, el Señor había advertido a los israelitas que se convirtieran de sus malos caminos y cumplieran los mandamientos y leyes de toda la enseñanza que él había dado a sus antepasados por medio de sus siervos los profetas. 14 Pero ellos no hicieron caso, sino que fueron tan tercos como sus antepasados, los cuales no confiaron en el Señor su Dios; 15 despreciaron sus leyes, y la alianza que había hecho con sus antepasados, y los mandatos que les había dado. Además siguieron a dioses sin ningún valor, con lo que también ellos perdieron su valor, e imitaron a las naciones que había a su alrededor, cosa que les había prohibido el Señor. 16 Dejaron todos los mandamientos del Señor su Dios, y se hicieron dos becerros de bronce fundido y una representación de Aserá, y además adoraron a todos los astros del cielo y a Baal. El Señor nos llama a la conversión, a reflexionar sobre nuestra vida y a cambiarla. Queremos responder a este llamado pidiendo perdón a Dios por nuestro pecado. Queremos hacerlo en silencio, dirigiéndonos a Él con todo nuestro ser. (Confesión en silencio) Oración: Padre misericordioso, solamente tu Hijo ha cumplido la Ley dando su vida por nosotros/as. A través de su cruz, confesamos nuestro pecado, nuestra incapacidad de hacer el bien. Señor, perdónanos si no somos capaces de vivir de acuerdo a tu voluntad, perdónanos cuando no somos constantes en escuchar tu Palabra, en buscar tu orientación en toda circunstancia. Sólo Tú puedes cambiar nuestra existencia y hacer de nosotros/as tus hijos e hijas que siguen tu voluntad, que viven gracias a tu amor y de este, tu amor, dan testimonio en sus comportamientos. Dios nuestro, recibe este pedido, no por nuestros méritos, sí por los méritos de Jesucristo. Bendito sea por siempre su nombre. Amén. Canto Anuncio del perdón: Hermanos y hermanas, escuchemos lo que Dios ha hecho por nosotros/as: “Y esto eran antes algunos de ustedes; pero ahora ya recibieron el baño de la purificación, fueron