Vida de la Iglesia Evangélica Valdense de Montevideo y Libertad
Día del amigo página 2
JULIO 2015 AÑO LII N° 475
Francisco y Valdo
De Perdones y Otras Yerbas H
ace un par de días hemos presenciado un evento inédito en la historia de la Iglesia Valdense: la visita de un Papa a un templo propio.
“Quien tenga sed, venga y beba gratuitamente del agua de la vida”
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Apocalipsis 22,17
Derechos Humanos página 4
perdón tú en nombre del Señor Jesucristo, él ya se te adelantó y los perdonó y nos perdonó por todas nuestras ofensas, sin distinción denominacional porque todos somos hijos de Él. Bien hecho Jorge, estrecho tu mano y te pido un largo y duradero abrazo hasta el fin de los tiempos. Pero quiero decirte una cosa. Formo parte de una Iglesia donde jamás se discutió la necesidad de ser perdonados, por quienes nos persiguieron, torturaron, humillaron, desterraron y casi…casi nos borraron del mapa.
Y cuando todavía no salíamos de nuestro asombro, en el medio del protocolo, Jorge Bergoglio nos regala: “Les pido perdón por las actitudes y los comportamientos no cristianos, incluso no Por lo mismo que dije antes, el amor del humanos que, en la historia, creador está más allá de las palabras de hemos tenido contra ustedes. En nombre del cualquiera que se erija como su vicario en este Señor Jesucristo, ¡perdónenos!”. mundo, porque dicho amor lo vivimos en cada lectura bíblica, en cada La virtud del perdón como herramienta de intensamente pensamiento de nuestra cotidiana convivencia entre los seres humanos y con su imperfección. Dios ha sido y es a lo largo de la historia de las Iglesias Reformadas, una tradición habitual, Paz y bien Jorge, parafraseando a Francisco perfectible y buscada por cada uno de los por las calles de Asís. Que Dios te cuide y te creyentes. guarde amorosamente. Te deseo una bendecida tarea. Algo tan omnipresente como el perdón del Señor, regalado a fuerza de sangre y cruz nos ha acompañado en estos 800 años en cada liturgia de domingo, actividad grupal o en la íntima relación con el creador, sin más intermediarios que la Fé y el Amor. Por eso a la vez que aplaudo la actitud de Jorge, siento la inevitable confusión de roles en sus palabras. No Jorge, no nos pidas
daniel geymonat
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