Vida de la Iglesia Evangélica Valdense de Montevideo y Libertad
“Quien tenga sed, venga y beba gratuitamente del agua de la vida”
SETIEMBRE 2014 AÑO LI N° 467
Conciertos de Coros Diálogo interreligioso página 2
página 3
Apocalipsis 22,17
Sínodo italiano página 4
"E HOY BIBLIA HOY
n Italia se asiste a una secularización como reacción a la presencia constante de la iglesia católica. En Francia, en cambio, nos encontramos en plena postsecularización, vale decir una fase en la que las personas no disponen más de una cultura bíblica y teológica. Este fenómeno se verifica desde hace al menos dos generaciones, aunque leer la Biblia sea fundamental para comprender el arte y la cultura. El mismo fundamentalismo es una prueba de este clima post secular: él es una caricature de la religión, una religión prêtàporter.”
Este comentario fue hecho por Claire SixtGateuille, responsable de relaciones internacionales de la Iglesia Protestante Unida de Francia durante el Sínodo de las Iglesias valdenses y metodistas de Italia, en estos días pasados. Naturalmente, se refiere a una realidad en un par de países europeos. Posiblemente Uruguay nunca haya sido un país en el que la “cultura bíblica y teológica” fuera el común denominador para la gente, fuera de espacios reducidos. Tener aunque sea una parte de la Biblia en el lenguaje común fue en un tiempo equivalente a poner en riesgo la vida, pero para quienes lo hacían ese riesgo valía la pena. Con el advenimiento de la reforma y de la imprenta, los esfuerzos gigantes para las traducciones completas desde los originales (y no de la versión en latín) terminaron por dar forma a algunos idiomas como el español (versión ReinaValera) o el alemán (traducción de Lutero), o la del inglés de la “King James Version”. Uruguay siempre ha sido considerado un país “secularizado” dentro de América Latina, y como valdenses nunca reclamamos auxilio del Estado para compartir “lo que hemos visto y oído”. Que los valores dominantes sean tan pobres en esta época, que haya pocos niños en la Escuela Dominical, que en nuestras reuniones haya menos jóvenes que los que nos gustaría, son las condicionantes de este tiempo y lugar. No se trata de ninguna condición dramática ni extrema.
1