QUINTO DOMINGO DESPUÉS DE EPIFANÍA I. APERTURA Preludio Saludo: Dios es quien sustenta nuestra vida; él quiere que todos los hombres y todas las mujeres sean salvados y alcancen el conocimiento de la verdad. Amén. Canto Salmo 113: 1-9 Oración: Dios nuestro, tú nos acoges como hijos e hijas, iluminas nuestro rostro y alegras nuestro corazón; nos amas y nos das vida plena en tu Hijo. Obras por nuestro bien, cumples tu justicia, fortaleces al débil. Te cantamos con alegría nuestros cantos. Amén. Canto Confesión de pecado: I Pedro 2: 11-12, 15-16. Confesión silenciosa Oración: Señor, tú nos pides vivir como extranjeros en el mundo, porque no quieres que seamos cómplices de la injusticia y de la irresponsabilidad. Nos has hecho libres porque quieres que te sirvamos, en el mundo, a ti y a todas tus criaturas, respetándolas y siendo solidarios con ellas. En cambio, nosotros estamos inclinados a juzgar a la humanidad con sus muchos males y no queremos reconocer que nosotros también somos responsables de esos males y participamos del mismo destino. Por tanto, somos semejantes a quienes no creen en ti y no viven tu evangelio, y por eso nuestra vida muy raramente es ejemplo, y muy raramente despierta en otros la curiosidad por saber en quién creemos. Perdona nuestra infidelidad, nuestra incoherencia, nuestra falta de amor. Te lo pedimos en el nombre de Jesús que ha dado su vida para rescatarnos de una vida sin sentido. Amén. Canto Anuncio del perdón: “El Señor es con los que le honran, tan tierno como un padre con sus hijos” (Salmo 103: 13) Por el amor de Jesucristo, que dio su vida por nosotros, Dios recibe la confesión que hacemos; nos libera del poder del mal y nos conduce a la vida eterna. Amén. Canto II. LITURGIA DE LA PALABRA Oración: Padre nuestro, tú nos diriges tu Palabra, que es palabra de liberación. Débiles y frágiles somos, pero buscamos comprender cuál es tu voluntad. Consolida en nosotros la convicción de que tú eres la única fuerza que nos ayuda a ser realmente hermanos y a obrar como testigos de tu Reino. Amén. Lectura bíblica (Antes de la lectura): Escuchemos la Palabra de Dios, leyendo (indicación del texto). (Después de la lectura): ¡Oh Dios!, santifícanos en tu verdad: tu palabra es verdad. Interludio Predicación Canto Confesión de fe III. CENA DEL SEÑOR Liturgia de la Cena Ofrenda Presentemos ahora las ofrendas para la obra del Señor. (A su término): Oración: Señor, tú nos has dado todas las cosas en Cristo, recibe nuestras donaciones y permite el servirte con fidelidad. Amén IV. LITURGIA DEL ENVÍO