DÉCIMO TERCER DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS I. APERTURA Preludio Saludo: Alegrémonos, hermanos y hermanas, alegrémonos en el Señor. Él está cerca y nos recibe, nos sana y nos renueva. El Espíritu nos llena de alegría y de esperanza. Amén. Canto Salmo 147:1.3.5-8.11) Oración: Te damos gracias, Dios nuestro, por la preservación de la salud. El soplo del Espíritu Santo trae la serenidad a nuestras vidas. Te pedimos que abras nuestros oídos para, así, poder escucharte. - - nuestras lenguas para, así, poder alabarte. Que podamos llenarnos con Tu Palabra en lugar de guardar silencio, que la escucha de Tu Palabra haga nacer la comunión; permítenos encontrarnos y comprendernos, que podamos encontrar la alegría en el dar y en el recibir, en el hablar y en el escuchar. A ti la Gloria, en Jesucristo. Amén. Canto Confesión de pecado: La obra de Cristo nos invita a una vida en comunión y de alabanza. De esta manera, nos exhorta el apóstol: “Que el mensaje de Cristo permanezca siempre en ustedes con todas sus riquezas. Instrúyanse y amonéstense unos a otros con toda sabiduría. Con corazón agradecido canten a Dios salmos, himnos y cantos espirituales.” Colosenses 3:16. Somos conscientes de vivir en modo insuficiente una comunión que puede, de otro modo, enriquecer nuestra fe y nuestras relaciones interpersonales. Por tanto, queremos confesar a Dios nuestro pecado: Confesión en silencio Oración: Dios nuestro, permite que la persona sorda pueda oír; que la persona muda pueda hablar; que la persona ciega pueda ver. Nosotros/as, que sabemos oír, hablar, ver confesamos, a ti, que no hemos usado estos dones para la comunión fraterna. En nuestros encuentros, estamos poco dispuestos/as a la escucha, con poco coraje para atender a quienes tienen algo para decir o quien se atreve a manifestarse de tal o cual manera; para hablar somos, algunas veces, demasiado temerosos/as; otras veces, invadimos a nuestro prójimo. En lugar de estar abiertos/as a los proyectos que tú tienes para el mundo, nosotros/as nos ‘encerramos’ en nuestros propios problemas. Señór, libéranos del temor que bloquea la comunicación, para estar confiados/as y abiertos/as a los demás. Que podamos ser receptivos/as a quien, de pronto, no oye y, sin embargo, nos ayuda a oír . . . Que podamos ser receptivos/as, también, frente a quien no le es posible hablar y, sin embargo, nos ayuda a hacerlo . . . Que podamos ser receptivos/as a los que no ven con sus ojos físicos y, sin embargo, nos ayudan a ver. En el nombre de Jesús, que nos acepta tal cual somos. Amén. Canto Anuncio del perdón: “Dios siempre cumple sus promesas, y Él es quien los llamó a vivir en unión con su Hijo Jesucristo, Señor nuestro.” (1Corintios 1:9) Hermanos y hermanas: la fidelidad de Dios anula todo lo que provoca la desobediencia, al separarnos de Él. Esta misma fidelidad es la que nos llama a la comunión con Cristo y en Cristo. Respondemos con agrado a esta invitación. Amén. Canto II. LITURGIA DE LA PALABRA Oración: Señor, gracias por tu Espíritu que nos hace vivir como hijos e hijas tuyos/as, y nos une en la comunión fraterna. Por tanto, no retrocedemos, preocupados/as por estar comprometidos/as, y sí podemos ‘abrirnos’ los unos con los otros; no estamos solos/as; es así, que podemos escucharnos y comprendernos, la comunión es una realidad y nos alegra. Danos, a través de tu Palabra, el conocimiento de Cristo y de la misión a la cual Él nos llama. La escucha comunitaria de tu Palabra nos proporciona un espacio de libertad en el cual cada uno/a puede expresarse, de acuerdo a los dones que ha recibido de ti. En el nombre de Jesús, el Salvador. Amén. Lectura bíblica Predicación Canto Confesión de fe III. CENA DEL SEÑOR Liturgia de la Cena Ofrenda: Recogemos nuestras ofrendas. Ofrendamos, no por obligación ni por costumbre, sino con alegría. (Luego de la ofrenda) Oración: Señor, nos ofrendamos a tu servicio, con la certeza de que Tú tienes un plan para cada uno/a de nosotros/as. Amén. IV. ENVÍO Anuncios