Noveno domingo después de Pentecostés

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NOVENO DOMINGO DESPUES DE PENTECOSTÉS I. APERTURA Preludio Saludo: Hermanos y hermanas el Señor nos invita y nos llama y nosotros queremos celebrarlo con alegría, porque en él solo, Padre, Hijo y Espíritu Santo, está nuestra fortaleza y nuestra esperanza. Amén. Canto Salmo 36:5-9. Oración: Señor, nosotros venimos a ti con plena confianza, como pollitos que buscan la protección de su madre, porque tu solo eres para nosotros un refugio. Queremos saciarnos y apagar la sed en ti, porque tu solo eres el pan y el agua viva. Tú eres la vida, tu eres la luz verdadera, y gracias a tu luz nosotros vemos la luz y podemos reconocer en la persona que está a nuestro lado, nuestro hermano, nuestra hermana; podemos reconocer que aquí reunidos en tu nombre, somos una comunidad, unida por el común vínculo de la fe, por el vínculo común del amor; estamos unidos por la voluntad común de escuchar tu palabra, recibir el alimento y llevar mucho fruto. Por eso queremos alzar a ti nuestra alabanza, la oración y el canto. Amén. Canto Confesión de pecado: Ustedes, hermanos, han sido llamados a la libertad. Pero no usen esta libertad para dar rienda suelta a sus instintos. Más bien sírvanse los unos a los otros por amor. Porque toda la ley se resume en este solo mandato: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.” Tengan cuidado, porque si ustedes se muerden y se comen unos a otros, llegarán a destruirse entre ustedes mismos. Gálatas 5:13-15. Dejemos que el llamado de la Palabra llegue a nuestro corazón: porque el llamado a la libertad es también un llamado a la responsabilidad que muchas veces descuidamos. Queremos ahora confesar nuestra debilidad delante de Dios. Confesión silenciosa Oración: Señor, todos nosotros nos llenamos la boca con la palabra libertad, el gran sueño de todo ser humano; y sin embargo no somos capaces de verla cuando nos es claramente indicada, cuando tu nos llamas y enderezas nuestro camino. Para nosotros la libertad del Evangelio llega a ser justificación de nuestras debilidades o nueva prisión de leyes y reglas morales y no comprendemos que solo en tu ley, la ley del amor, se realiza plenamente la verdadera liberación. Miramos con dolor nuestras culpas, nuestra incapacidad de amar, nuestra incapacidad de ser tus discípulos fieles y te pedimos perdón. Quédate con nosotros Señor e indícanos nuevamente el camino. Amén Canto Anuncio del perdón: Donde hay amor no hay miedo. Al contrario, el amor perfecto echa fuera el miedo, pues el miedo supone el castigo. Por eso, si alguien tiene miedo, es que no ha llegado a amar perfectamente. Nosotros amamos porque él nos amó primero. 1 Juan 4:18ª-19. He aquí hermanos y hermanas el gozoso anuncio: Dios nos amó primero, tal como somos, con nuestras debilidades e incapacidades. En esa confianza podemos abrirnos al amor, que echa fuera el temor y abre el camino de la libertad, el camino del Evangelio. Amén. Canto II. LITURGIA DE LA PALABRA Oración: Señor y Dios nuestro, que estás aquí en medio de nosotros, recibe nuestra alabanza y nuestra gratitud. Tu eres la luz de nuestro camino, si no fuera por ti estaríamos perdidos en la oscuridad del sin sentido. Tú eres la fuerza que nos sostiene; si no fuera por ti no sabríamos superar los obstáculos que encontramos delante de nosotros.


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