PENTECOSTÉS I. APERTURA Preludio Saludo: Joel 3:28. Dios nos recibe y se alegra de vernos reunidos en su nombre. El nos ha amado antes que nosotros lo amásemos. En su Hijo Jesús nos ha buscado antes que nosotros lo buscásemos. En su Espíritu nos ha conocido antes que nosotros lo conociésemos. Recibamos en nuestro corazón y en nuestra vida el gozo y la paz del Espíritu Santo. Amén. Canto Texto de apertura: Salmo 104:2,24,27-31,33. Oración: Señor, te bendecimos porque das la vida al mundo y la conservas, porque nos amas y fortificas. Tú nos has dado a tu Hijo, Salvador del mundo, quien ha compartido nuestra vida, nos ha manifestado tu amor y nos ha sanado de nuestros males. Con tu Espíritu nos haces libres, nos envías al mundo, nos llenas de tu paz. Ven, Espíritu del Señor: haznos abiertos los unos para los otros, renueva nuestra fe, nuestra oración, nuestro compromiso, puesto que has prometido renovar toda la tierra. Amén. Canto: Confesión de pecados: Preparémonos a confesar nuestros pecados y a recibir el perdón de Dios. Él nos dice: “Si Cristo está en ustedes, el cuerpo a la verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia” – Rom. 8:10. El pecado destruye lo que Dios crea. Nos damos cuenta en los momentos de crisis y de desorientación, cuando las tensiones explotan y los conflictos parecen irreparables. (Nota: Para cuando hay confirmación de catecúmenos. En el momento en que nos gozamos por los nuevos miembros que se agregan a nuestra comunidad, reconozcamos no obstante que la comunión encuentra dificultades incluso entre nosotros, y que la obra común no da todos los frutos que podría dar). Pero el Espíritu reconstruye aquello que nosotros destruimos. En esta confianza, confesemos a Dios todo aquello que lleva a separar a los unos de los otros, pidiéndole que podamos ser todos juntos la construcción que tiene en Cristo su fundamento. Confesión silenciosa Oración: Señor: tú reconstruyes lo que nosotros destruimos. Rogámoste reconstruyas nuestra vida. Reconstruye nuestras fuerzas, cuando la malgastamos en tantas cosas inútiles, cuando estemos cansados y perdamos valor. Reconstruye nuestra confianza, cuando vacilemos acerca de tus promesas, cuando nos dejemos vencer en la confusión de la amargura, cuando dudemos de nosotros mismos y de nuestra capacidad de servirte, cuando las dificultades lleguen a ser más grandes que nuestra poca fe. Reconstruye nuestras iniciativas comunes, cuando el egoísmo las debilite, cuando encontremos más cómodo evitar la fatiga de actuar junto con los demás, cuando vacilemos ante los objetivos que juntos hemos reconocido como tu llamado, cuando cedamos al rencor y al resentimiento, cuando no podamos ya comprendernos aún siendo miembros de una misma iglesia. Señor, reconstruye nuestra vida: renueva nuestra fuerza, confianza e iniciativa con la energía que procede del único fundamento que es Cristo Jesús. Amén. Canto Absolución: Escuchen, hermanos y hermanas, el anuncio de la gracia de Dios: Texto de Efesios 2:20-21. Hermanos y hermanas: Dios nos acoge y nos hace partícipes de su construcción. Recibamos su perdón con alegría. Amén. II. LITURGIA DE LA PALABRA. Canto: