LO EXPERIMENTAL EN EL AUDIOVISUAL, AYER Y HOY
Por César Guimarães Si queremos comprender las manifestaciones del gesto experimental en el vasto y heterogéneo dominio de lo que actualmente llamamos audiovisual, es necesario hacer frente a dos grandes dificultades que nos enredan en trabas conceptuales y analíticas. La primera consiste en hacer el mapeo de la multiplicidad de técnicas y procedimientos expresivos que contribuyen – frecuentemente de modo combinado o híbrido- a diseñar un irregular mosaico de obras que brindan al espectador diversos tipos de experiencia estética: desde la habitual relación con la televisión, en nuestros hogares, ahora acrecentada por el uso de Internet (con distintos propósitos, desde la diversión ofrecida por los videojuegos hasta la participación en las redes sociales), hasta las exhibiciones de los VJ’s en fiestas y espectáculos, pasando por la ubicuidad del vídeo, cada vez más solicitado en las galerías de arte y en los museos (compitiendo con el llamado “cine de exposición”), y sin olvidar, por supuesto, las salas oscuras -ya sea en una filmoteca o en el Multiplex de un centro comercial- en las que la luz alcanza al espectador por la espalda (para recordar una de las fórmulas godardianas en Historia(s) del cine). Sin embargo, una caracterización tan amplia
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