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Dedicatoria

A mi hijo Víctor Manuel, fuente y motivación permanente para soñar, amar, servir y vivir viviendo

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Prólogo

Con una perturbadora mezcla de agradecimiento, orgullo y satisfacción, acometo este inmerecido encargo de prologar el libro “Opina que Algo Queda” de mi queridísimo hermano, el periodista Ismael Noé Valecillos, en el cual recoge buena parte de su obra y trayectoria periodística profesional. Y es que la labor de Ismael en este oficio se remonta mucho más allá de su desempeño profesional, aun antes de su formación estudiantil. Ismael siempre fue periodista, desde su infancia y adolescencia, mucho antes de ser reconocido como tal por su grado universitario, sólo que siempre lo hizo desde la honestidad principista, la preocupación por que el contenido de su divulgación fuese lo más apegado a lo verdadero y la humildad propia de los que realmente saben acerca de lo que hacen.

En Ciencias de la Conducta se describe el Efecto o Síndrome de Dunnning-Kruger, en virtud del cual ciertos individuos con escasos conocimientos y habilidades limitadas se consideran superiores a otras personas más inteligentes y más preparadas que ellos y hacen alarde de sus supuestas competencias exponiendo sin pudor sus absurdas ideas, plagadas de inmodestia e ignorancia, en tanto que del otro lado, dentro del mismo sesgo cognitivo, las personas como Ismael, con mayores conocimientos y aptitudes, suelen ser más modestos a la hora de reconocer y exponer sus capacidades, como se puede percibir y disfrutar desde las diversas crónicas que componen el presente libro.

En opinión de Aníbal Nazoa, (“Obras Incompletas”, 1969) “El noventa por ciento de los prólogos son innecesarios y se publican por dos razones: o bien porque el prologuista es un escritor de nota a quien se ha puesto en el compromiso de elogiar la obra de uno desconocido… o bien, al contrario, porque el prologado es un autor de fama universal y el prologuista un pelagatos que desea ‘coger cola’ asociando su oscuro nombre al de ese autor”.

No cabe duda que la presente nota es un perfecto ejemplo del segundo caso, por lo que en lugar de “prólogo”, preferiría llamarla “opinión”, de manera que algo quede…

Martín Homero Lara, julio 2022

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