(1964)carl g jung el hombre y sus símbolos paidos 1995

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chofisnay@hotmail.com

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seria ridiculo suponer que se recrea reavivando las fantasias de la adolescencia. Simplemente utiliza pintorescos nombres descriptivos de los materiales que emplea. Cuando un hindu culto nos habla acerca del Lingam (el falo, que, en la mitologia hindu, representa al dios Siva), se pueden oir cosas que los occidentales jamas relacionariamos con el pene. En realidad, el Lingam no es una alusion obscena ; ni es la cruz, meramente, un signo de muerte. Mucho de ello depende de la madurez del soiiante que produce tales imagenes. La interpretacion de los sueiios y de los simbolos requiere inteligencia. No puede transformarse en un sistema mecanico y luego engranarlo en cerebros sin imaginacion. Requiere, a la vez, un creciente conocimiento de Ia individualidad del soiiante y una creciente autovigilancia por parte del interprete. Los que no tienen experiencia en este campo negaran que haya normas sencillas que puedan ser Utiles, aunque han de aplicarse con prudencia e inteligencia. Se pueden seguir todas las buenas normas y, no obstante, empantanarse en el mas terrible disparate, solo por desdeiiar un detalle, sin importancia en apariencia, que una inteligencia mejor no hubiera dejado escapar. Incluso un hombre de gran inteligencia puede desviarse por falta de intuicion o de sensibilidad. Cuando intentamos comprender los simbolos, no solo nos enfrentamos con el propio simbolo, sino que nos vemos frente a Ia totalidad de la produccion individual de simbolos. Esto incluye el estudio de sus antecedentes culturales y, en el proceso, rellena uno muchos huecos con Ia cultura propia. He adoptado como norma considerar cada caso como una proposicion completamente nueva acerca de la cual no debo saber ni siquiera el abecedario. Las respuestas rutinarias pueden ser pr;icticas y utiles mientras se esta tratando la superficie, pero tan pronto como se esta en contacto con los problemas vitales, es la propia vida la que manda y aun las brillantes premisas teoricas se convierten en palabreri<J. Imaginaci6n e intuicion son vitales para nuestra comprensi6n. Y aunque la opinion popular corrien te es que son valiosas, principalmente, para poetas y artistas (que en cuestiones de "juicio" no serfan de fiar), de hecho, son igualmente vitales en los escalones mas 92

elevados de la ciencia. Ahi desempeiian un papel cada vez mas importante que suplementa el del intelecto "racional" y su aplicacion a un problema especifico. Incluso en fisica, Ia mas estricta de todas las ciencias aplicadas, depende en un grado asombroso de la intuicion que actua a modo de inconsciente (aunque es posible demostrar despues el proceso logico que hubiera conducido al mismo resultado que la intuici6n). La intuicion es casi indispensable en la interpretacion de los simbolos, y muchas veces puede asegurar que sean inmediatamente comprendidos por el soiiante. Pero mientras esa sospecha casual puede ser subjetivamente convincente, tambien puede ser un tanto peligro~ sa. Puede llevar con mucha facilidad a una falsa sensaci6n de seguridad. Puede, por ejemplo, inducir al interprete y al soiiante a seguir unas relaciones c6modas y aparentemente faciles que puedan desembocar en una especie de sueiio mutuo. La base segura del verdadero conocimiento intelectual y de la comprension moral se pierde si nos conformamos con la vaga satisfacci6n de haber comprendido por "sospechas". Solo podemos explicar y saber si reducimos las intuiciones a un conocimiento exacto de los hechos y de sus conexiones logicas. El investigador honrado tiene que admitir' que no siempre puede hacer eso, pero no seria honrado no tenerlo siempre en cuenta. Incluso un cientifico es un ser humano. Por tanto, para el es natural, como para otros, aborrecer las cosas que no puede explicar. Es una ilusion comun creer que lo que sabemos hoy dfa es todo lo que se puede llegar a saber. Nada es mas vulnerable que Ia teorfa cientffica, la cual es un intento efimero de explicar hechos y no una verdad eterna.

Los seres mitol6gicos antiguos son hoy dia curiosidades de¡ museo ( pag. siguiente). Pero los arquetipos que expresan no han perdido su poder para impresionar Ia mente humana. Quiza los monstruos de las modernas pelfculas de miedo ( siguiente grabado a Ia derecha) son versiones deformadas de arquetipos que, en adelante, ya no seran reprimidos.


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