Revista Intropia Octubre 2018

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OCTUBRE 2018

NUMERO

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Dirección, edición, maquetación, diseño- Isabel di vinci

Ana Centellas https://anacentellas.wordpress.com Katherine Hoz - @katherinehoz Fran Rubio Varela https://facebook.com/fran.rubiovarela Graci Bordon - https://facebook.com/gbordonartiles Maria del Rocio https://facebook.com/profile.php?id=100001596284005 Ana Cañamares https://facebook.com/ana.canamares Elena Saavedra twitter YouAreWriterES Rita Turza https://facebook.com/ritaturza3 José Luis Gallego - https://facebook.com/joseluisalvarezgallego.3 Eva Zamora https://evazamora72.blogspot.com/es Alex Madueño https://asfaltomojado.rimasasociadas.com Miriam Aranzazu Gonzalez https://facebook.com/mirian.aranzazugonzalez Adolfina Mesa https://facebook.com/adolfinamesa.arte Carmen Barrios Llul- https://facebook.com/carmen.lopezrios.3 Samuel Santos - https://facebook.com/samuelsantoscorredor Ania Belloti - aniabelotti2@hotmail.com Brunhilde Roman Ibañez - https://facebook.com/bruni.roman73 Graciela Romualdo Ramirez - https://facebook.com/lapalabraescritanoselallevaelviento Ana Perez Cañamares https://facebook.com/ana.canamares Ana Belén Fernández - https://facebook.com/anabelen.fernandez.79 Maria HI - https://facebook.com/maria.hI.311 Marini Rios-Trini Rios J Marina - https://www.facebook.com/marina.flamenca Teté Cabrera - https://www.facebook.com/tete.cabrera.12

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Definición Entropia es una noción que procede de un vocablo griego que puede traducirse ‘‘ vuelta ‘‘ o ‘‘transformación’’ Intropia es una variación de entropia, como nombre, que define el orden dentro del caos. Intropia es un proyecto colaborativo, una revista, un fanzine un medio de expresión que auna a diversos artistas con diferentes perfiles, con la mñaximma de crear, mostrar nuestros trabajos, una selección de textos, poesías, ilustraciones, fotografías , diseño gráfico, collage, pintura, arte digital, cualquier expresión artística es bienvenida para difundir el arte, por el mero placer de mostrarlo.

A veces no escuchamos los matices En ocasiones vemos la parte que es importante en otras obviamos lo importante por lo que se nos muestra Cuesta discernir el todo cuesta estar en paz con uno mismo pero cuando se alcanza solo hay felicidad

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INDICE Rita Turza Miriam Aranzazu Gonzalez Fran Rubio Varela Katherine Hoz Adolfina Mesa Ana Centellas Carmen Barrios Rull Maria del Rocio Eva Zamora Samuel Santos Alex Madueño Graci Bordón Ania Belloti Brunhilde Roman Ibañez Gabriela Romualdo Ramirez Elena Saavedra José Luis Alvarez Gallego Isabel Di Vinci Ana Cañamares Ana Belen Fernández Maria Hi Sofia Morante Marini Rios-Trini Rios J Marina Teté Cabrera

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Rita Turza Cinco milĂ­metros de la vida A cinco milĂ­metros de la vida. Ojos con ojos, boca con boca, piel con piel. Sintiendo tu aliento. Rozando nuestros cuerpos. A cinco milĂ­metros de la vida y fuera del mundo.

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Miriam Aranzazu Gonzalez Y E L M A R Y el mar salobre dulce de pasiones inquietas chocando ebrias espumas cual plateados alados como fibras sensuales templadas por el viento canta nuestros lamentos Allí termina todo cuando las olas lamen las doradas arenas labradas por las penas de ausencias insondables tempestades de olvidos esculpen las cadenas unidos palpitares del misterioso océano Resbalan las estrellas por delirios de amores destellos y fulgores a tus negras pestañas de azulosos paisajes descubriendo el abismo de todas mis tristezas cual efímeros besos escapan nuevas quejas en fugitivos tiempos de cálidas mañanas De. Hielo y Fuego

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Fran Rubio Varela Pobre Capitán!! Y el capitan herido de muerte luchaba contra sus recuerdos, sabiendo que pronto se convertirían en su infierno… Sus demonios se aprestaban a tomar la vida que él abandonaba, y con cada halo de aire que su sangre vertía, sentía el calor de aquel fuego, que sólo él habia alimentado. Sus infamias adornaban sus días sus hazañas solo de ponzoña se habían alimentado, y en sus manos la sangre de aquella gente. El deber le decian, su obligacion le imperaban!!! Pero y ahora?? Quien le acompañaria a su infierno? Quien le libraria de sus criaturas? Engendros insufribles, de crueldad alimentadas, carentes de misericordia de la que él tambien habia adolecido. Pobre capitan!!!,. su sangre pierde!! Y con el rojo se nublan los cielos, sus ojos ya cristalinos al abismo se enfrentan, y alli las voces rien y brindan con su ultimo aliento, felices de acoger a su dueño en su fuego impio. Pobre Capitan!!!! Con que deseo querrá volver a nacer, que deseo volver a ser el llanto de un niño, y sanar con su inocencia esta existencia perdida.

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Katherine Hoz CUATRO VECES ELLA. (2) Caminos sin destinos muchas veces tomó y hoy ha dejado de tomarlos porque en esas veces que arriesgó fueron equivocados, por eso ya no quiere creer que el arriesgarse es válido, sabe que sus peores enemigos son el miedo y el tiempo, esos idiotas de verdad la torturan, la hacen llorar, pero así mismo la hacen aprender y le hacen saber que ya va un mal momento menos de su vida, suspira pensando en todo lo malo que le está pasando y se olvida de todo lo bueno y bonito que tiene, por ejemplo, el amor de su padre, ese hombre que con tan solo mirar su foto le hace florecer el alma y la llena de calma porque sabe que él no le ha fallado ni le va a fallar, que ha luchado por ella sin rendirse, que le dio consuelo cuando se le cayó su primer diente y que, aunque no se lo dice, él siempre ha querido que sea valiente y que no baje su frente.

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Adolfina Mesa .- CRISALIDA Susúrrame al oído... Aunque me veas envuelta en mi capullo... Déjame sentir la calidez de tu aliento, Desdibuja las líneas de la opresión... Esta crisálida tiene alas grandes, Cántame notas de libertad... De un sentir libre, De ilusiones sin esclavitud… Háblame bonito... Deja tus colores al viento... Yo puedo ver tu cromatismo... Puedo sentir tu laberinto, Y también, puedo refugiarme en tus brazos, Si me llega tu calor. No robes hilos de seda a mi envoltura No quieras ver mi crisálida.... No rompas mi nido, Si no aprecias a una mariposa en vuelo… Seduciendo al viento.

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Ana Centellas MIS ROSAS DE OCTUBRE Cuando salgo a mi jardín, esculpido entre las hiedras que rodean la mañana con un semblante de tul, el rocío me despierta, saca de mí el alma muerta, abotagada y silente, del sopor de aquel verano que hace tiempo dijo adiós. Y me miro en el espejo de las aguas cristalinas que cubren con timidez los pétalos de las rosas que aún crecen vivas en él. La primavera hace años que abandonó ya mi cuerpo y el espejo ahora me muestra un rostro ajado de otoño, una piel desconocida, unas manos ya curtidas y una tristeza aparente que ni la luz suave y tenue que despierta mi alborada es capaz ya de esconder. Con calma en esa mirada que me devuelve el espejo, observo un otoño muerto, un octubre que avanza presto, que se escapa de mis manos como sierpe escurridiza para dar paso al invierno que olvidará mi niñez. Mas me encuentro con un alma tranquila tras mil viajes, despertando a un nuevo día tan bello como el jardín. Y aquí mis rosas de octubre florecen aun a deshora, y mientras siga la aurora, la esperanza vive en mí. 17



Carmen Barrios Rull El último tren

Te quedan pocos años y es cuesta abajo, que no hay terreno firme, solo un atajo… Quien se pasó la vida siempre esperando, a la vera de un árbol buscó otra mano. Que te ofertó…promesas que te creíste anciano crédulo y bobo, bien necio fuiste. Hambre de otras carencias fuiste buscando sin admitir razones de tus quebrantos. Las edades maduras tan deprimidas… son codicia de gentes que engañan y timan. Llegó el abandono y ahora lamentas que te faltó cordura sensata y cierta. Ese tren ya no vuelve y tú en tu atajo… te lo aprendiste tarde: que es cuesta abajo.

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Maria del Rocio Mi soledad en suenos Soñé, que mi soledad antes placentera, tranquila, se arropaba en abatimiento y lugubridad. Mi soledad, antes de alas azul brillante de tonos dorados se tornaban grises y mi ser se sumergía a negros túneles cubiertos de raíces que jalaban de mis alas y las enterraban en el fango. Las raíces se hacían de mi cuerpo buscando germinar en mis entrañas hasta cubrir mi ser completamente. Mi soledad lloraba lágrimas de lodo. Sumergida en aquel fango, de mis manos brotaban guías y no dedos. Mis píes, sepultados no lograban dar un paso. Mas mis ojos, buscaban con desesperación tan sólo una luz diminuta en aquel túnel sombrío. Mi boca abierta, ansiaba gotas de lluvia de cielorraso, ¡todo mi ser anhelaba baños de frescura! Con todas mis fuerzas; ¡arañé, rasgue, me arrastré! Hasta encontrar un rayo de luz que mi alma reconociera. Y lentamente, mis alas grises se extendían hacía ésa luz, mis dedos, volvían a su tes morena, y mis píes salían en lentitud del fango. Mi vista se clavó en cielo abierto. Todo mi cuerpo se hizo de besos del sol; el lodo fue cayendo poco a poco... Maria del Rocio Derechos reservados de autor Los Angeles, Ca

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Eva Zamora COMPAÑÍA DE HIELO. Aparta tu frialdad y no congeles más mis días. Aleja tu gelidez glacial y devuélveme el calor de antaño, ese que hacía que mi risa fuera fuerte y sincera. Aparta tu amor de hielo seco, agrietado, cortante, áspero como la lija. Aléjate de mí, por favor, antes de tenerte a mi lado prefiero morir en soledad. Aléjate tú y tu falsa compañía disfrazada de amor. Un amor que petrifica todos mis sentimientos, que hiela mi sangre, que me convierte en tu iceberg.

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Samuel Santos MATRIZ Cansado de representar este vacío; cansado de distopías que acuden a por toda sospecha de disidencia que desaprueben sus conciencias. Los residuos han alcanzado el cielo, sombras reaccionarias aplaudiendo la aniquilación de todo aliento autodidacta que siembre guerras a ras del suelo. Prismas en movimiento resisten a la caída, siluetas desconocidas canalizan lo aprendido. Me he abierto un surco en los pulmones, semilla que entierre el miedo a compartir libertades.

Ningún cadáver boca abajo arremetiendo contra el frío que chorrea por las paredes. Ningún pensamiento muriendo de inanición por falta de empatía en este mundo rico en su sequía; que las emociones se desborden a través de todo gesto de ternura que surja de nuestra inmensidad. Conectar con el exterior desde un rugir de entrañas, para así guiar el cambio que ha de incitar a la vida a dinamitar su recipiente y dejar paso a otras flores tras la quema de su matriz.

Contrario a la convención de la norma. Lo normal es mínimamente perceptible a la vista de este cuerdo que coexiste respirando hondo en distinta realidad. Donde Madre no sea sometida por ninguna sola arquitectura, tampoco el mar es reemplazado por ningún estanque artificial. Pertenezco a esa manada que se reconoce en el fondo de otra mirada con distinta sal. La sensibilidad ha detonado los cristales, los bosques han afilado todas sus ramas. Las aguas han tomado la alternativa a los cauces, el ganado se ha deshecho de cadenas en el cuello; ningún cuerpo siendo devorado por otro convertido en morgue. 25



Alex Madueño Barcelona y yo me perdí por las calles de Barcelona quizás no dejé que me encontraran quizás, simplemente, la ciudad se perdió en mí oasis o espejismo silueta, sueño o anhelo una tarde me convertí en ciudad y perdido, me encontré en ella Del poemario: Poesías al borde del asfalto

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VIDA Nací en una ciudad isleña del Atlántico. Padre y madre; hermanas y hermanos. El mundo me acogió amigable. Al volver del colegio, pan de “Pepito” con chorizo o chocolate. Deberes de la escuela. Mi padre en sus tareas. Mi madre haciendo punto. Tardes acogedoras. Juegos. Mis hermanos guerrean con pequeños vaqueros e indios de plástico. Ocultos entre los pliegues del colchón-montaña se lanzan flechas y se pegan tiros a ver quién muere antes: Biannnngggg, bannngggggg, fiiiuuuuunnn, ¡aaaaahhhrrrrg! Huida a caballo hacia el fuerte o hacia el poblado, tacatac, tacatac, tacatac, tacatac... En una esquina de la habitación los heridos tumbados en el suelo junto a mi cocinita degustan nutritivos platos. Mágicamente se recuperan y galopan de nuevo entre las almohadas-desfiladero, tacatac, tacatac, tacatac, tacatac... Los miércoles visita de las tías. Cariño, golosinas, charlas tranquilas, risas. Cobijo. Bienestar. Sosiego. Paz. Tardes sin tiempo. Ida a Arinaga los domingos, y al regreso el ansia por ver a los abuelos: ¡Que pase por Agüimes! ¡Qué pase por Agüimes! Y pasa por Agüimes y vemos a los abuelos y somos felices. Veranos en la casa de la playa: niños urbanos por fin en libertad, aire libre, aventuras, mar, cielo. Noches claras. Tiempo eterno. El mundo tiene una voz melodiosa sin zarpas, ni vileza.


Graci Bordón Tristeza. Orfandad. Estoy de pie contra la vida. Sola. Poesía. Adolescencia. Instituto. Timidez. El mundo pasa demasiado lento. Amiga entrañable. Confidencias. Estudios y lecturas, historias que me elevan de la tierra. Chico guapo. Vergüenza. Enamoramiento. Escritos. Tiempo pausado. Espera. Universidad. Amigos. Salidas. Libertad, pensamiento, conciencia. Juventud. Amor. La luz entra a la fuerza en mis poemas. Muerte del padre. Inesperada ausencia. Hueco. Cambios. Poemas desorientados. Camina el tiempo.

Trabajo. Dinero: independencia-esclavitud. Días días días días. Prisas, ansiedad, ruidos, gente, gente en todas partes cuerpos vistiendo caras, coches, casas, casas, coches. Soledad aborrecida. Soledad deseada. Deseo de soledad. Poesía. El tiempo corre. Pérdidas. Adioses. Poesía. Vuela el tiempo raudo, inadvertido. Un día en una reunión los rostros de todos son más jóvenes que el mío. El tiempo se ha escapado.

Yo nací en una ciudad isleña del Atlántico. Una tarde peino mi melena ante el espejo. Mis padres y hermanos me rodeaban. Es una cascada de la que chorrea el agua. El mundo me acogía Él me aparta el cabello y me besa en la espalda. amigable. Sus labios se mojan y su lengua lame una gota que resbala por mi piel. Me levanto ante él envuelta en la toalla. Me cubro y me descubro, me cubro y me descubro. Río. Deslizo la toalla hacia el suelo y me abrazo a su cálido torso desnudo. Lo miro a los ojos y le susurro –Ven. Él me sigue... Poesía La vida es magia. Amo las calles de mi ciudad, amo todo cuanto me rodea, cada persona, cada árbol. Bendigo la vida y el aire que respiro. Poesía. El tiempo avanza. Muerte de la madre, la amiga. 29



Ania Belloti Lamentos de un corazón Engañado terminó el corazón, halagos ficticios escuchó . A hierro frio lo convirtieron , haciendo añicos el cariño que dio. Malos vientos cruzó su camino , un escalofrió lo sacudió. Embrujo de amor padeció , enlutó su alicaída alma . Endulzaron con gotas de mieles, sus huellas … abriendo nuevas heridas. Heridas que acarrea con entereza cual barra de hierro, sujeta columnas. Oculto vive en la quietud de su encierro. Custodiado por un ángel , posando sus alas en la tristeza de su destierro. Incrédulo encara sus noches , orando ser liberado de su infierno. La oscuridad se humedeció , dulces fragancias fluían del jardín, rodeando al tierno corazón de un agradable aroma a jazmín. Vistiéndolo de gala con un vistoso lazo de satín. Lució fuerzas de flaqueza, liberándose de las fingidas palabras que confío. Abrió sus puertas retirando la mala hierba que lo corrompió. Buscando refugio en los brazos de un antiguo amor que eludió. Lamentos de un corazón

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Brunhilde Roman Ibañez -

Cosas que me gustan de ti

Me gusta el cuidado que pones al rozar tus palabras al hacerlas temblar por todo tu cuerpo y congregarlas en la punta de tus dedos ofrendadamente

Y tu voz, que se pone en pie para mirarme muy de frente tu voz que ya fue antes de decir Te Quiero antes de que mis labios pronunciasen tu cuerpo antes de que mi corazón aprendiese a contar el tiempo en tus latidos

Me gusta la forma de tus manos cuando anidando en mi pecho retienen el vuelo agolpado de todas tus alas para posarse de nuevo en la orilla donde mi corazón espera

Y me gusta la música que enciendes en mí cuando tu boca calla y algo empieza a decirse desde dentro Y en mis ojos suenan los días en que te tuve a mi lado Y cierro los párpados, la voz, el aire, el grito para saber que existo para tocar tu mano y saber que un día estuviste conmigo

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Gabriela Romualdo Ramirez Morir de amor, no Por amor haría cualquier Cosa, pero morir no Moriría de amor Si esa muerte Fuera lenta y dramática; Como pez moriría Por mi propia boca, Roce a roce, entre labios, Vahos, piernas, caricias, Boca a boca; Copulando al amor Con deseo, beso a beso. Me consumiría en amor, Feliz de que la muerte Bebiera mi vida Durante el clamor De mi alma y mi cuerpo, Pidiendo alargar mi agonía. Yo amaría a tal grado, Cometería suicidio asistido, Me reventaría las venas; Amaría desahuciado, Absorto, envenenado, Bajo los influjos de estar enamorado. En mi lecho tendido, Moriría sonriente, Sin oponerme;

Guardando en mi cuerpo Un soplo de vida Para la hora que sea mía, Y gastarlo en un corto epitafio; Yo amaba, La amo, Le amé. 35



Elena Saavedra La Revolución En una noche oscura, un misterioso hombre recorría las calles más invisibles y sombrías de París. Acababa de terminar la revolución, era 1789, un año que nadie olvidaría. El aire todavía olía a pólvora, sangre y muerte. ¿De verdad había acabado todo? Todas esas vidas perdidas… ¿En serio compensarían a un mejor futuro? El hombre se tambaleaba cansado y angustiado por la batalla. Las risas de los niños no se oían en la calle. Sostenía sobre una mano una botella de ron, ya vacía, y en la otra, una daga. Sus ojos estaban inyectados en sangre; en su mente pasaban imágenes de muertos y en sus oídos aún resonaban sus gritos. ¡Por la República! Había gritado y defendido todo ello por su pueblo. El que fue un soldado noble… Sí había traicionado al rey. Estando a su lado sólo había dado la espalda a su familia, a sus amigos. Había traicionado al pueblo, a sus seres queridos y a él mismo al servicio del tirano. ¿Y ahora traicionar al tirano? Honor. Había entrado en el ejército por el honor. Quería ser un noble, rico y respetado por todos. No volverían a reírse de sus ropas remendadas y su poco dinero con el que casi ni podía pagarse una cerveza. ¿Por qué seguir si el cuerpo era considerado ahora la fuerza bruta de un reinado injusto que sólo podía producir hambre y pobreza? ¿Qué motivos tenía ahora para vivir? Esencialmente sólo uno: la venganza. Con tal de dar con cada uno de esos asesinos, viviría, aunque ya no tuviera sentido respirar, aunque su sangre ya no valiera nada. Las luces de París se habían apagado de nuestra vida, probablemente para siempre. Las lágrimas recorrían su rostro lentamente, la soledad y la nostalgia le corroía por dentro. Lo único que deseaba en aquel momento deseaba poder retroceder en el tiempo y quedarme a su lado para el resto de su vida. Caminaba por una calle oscura, aún escuchaba a sus espaldas el sonido de disparos y los gritos de muerte. Se sentó en unas escaleras de la calle y observó su alrededor. Todo estaba destruido, todo estaba oscuro; sonrió sarcásticamente era como ver el espejo de su alma. Dejó la botella y miró sus manos llenas de sangre, pero no era la suya.   Aquellas manos habían matado a más hombres en una noche que en toda su vida. Lo más deshonroso era que aquellos hombres no eran desconocidos, no eran el enemigo, sino todo lo contrario. Hace unos meses eran sus amigos, eran franceses, eran un único bando, pero ahora el verdadero enemigo de Francia podría mirarlo en el espejo. Aquello era en lo que se había convertido: en un asesino, en un cobarde, en un traidor, era un reflejo difuso y deforme de lo que en un día fue. No merecía ni seguir vivo; pero la verdad es que su muerte no le libraría de sus errores, ni resucitaría a nadie; era una pérdida de tiempo. Su muerte no iba a solucionar las cosas; además en lo más profundo de su alma aún había un poco de esperanza. Estaba cansado de tanta tristeza y soledad. Estaba cansado de toda esta mierda de vida. Se tumbó en las escaleras y se tapó con lo que quedaba de su chaqueta roída. Iba a ser una noche muy larga. Debido a su estado de embriaguez y al poco valor que le daba en aquel momento a su vida le preocupaba bastante poco si alguien le mataba en mitad de la noche; así pues; a diferencia del resto de parisinos; durmió de un tirón. La noche se convirtió sin él saberlo en su mejor aliado. Al día siguiente, cuando pudo ver el estado tan lamentable de sus ropas ni el mismo se distinguía. Su imagen personal por así decirlo daba mucho que desear, pero aquello era positivo no le reconocerían, su cabeza tenía ahora un precio bastante alto. El pueblo gritaba alegre, los soldados se habían retirado. El pueblo ya tenía su merecida libertad; la guerra no había terminado pero la primera batalla la había ganado el pueblo. Caminó por las calles de París en busca de un triste consuelo, a un lado se encontraban los soldados que estaban siendo saboteados por el pueblo, al otro; el precio de la victoria. Hombres, mujeres y niños acribillados por las espadas del que en su día fueron sus compañeros. Allá a donde mirara había un recuerdo por cada alma perdida, todo lo que me rodaba le recordaba su destino: la muerte Aquello era el triste final del que fue en su día un hombre noble, apuesto, caballeroso y honrado, que ahora se sumía a su destino que tanto consideraba merecido. La muerte

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José Luis Alvarez Gallego EL AMOR NO ES MERCENARIO El alma y el amor no tienen precio, cada vida es un sueño y una idea, que nadie venda o compre la marea, el mar ama su bello y firme sortilegio. El amor nace a sinceros sentimientos, nunca buscando paga o beneficio, entregarse a tu ser es sacrificio, apoyado con bellos pensamientos. Nunca apartarse de su entrañable ruta dar sin respuesta con valor del alma si alguien cobra en amor es prostituta. Ni tan siquiera es admisible una permutaa limpio y noble como la mar en calma, morir-vivir-amar,como persona adulta. A F.M. YE EL ENGAÑO EN EL AMOR-2O -7-2O15-DERECHOS AUTOR J.L.A.

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Isabel Di Vinci Que miedo da amar y saberse amado y que gran placer a la vez cuando sabes que es correspondido leal, sincero Que no hay dobleces ni situaciones ocultas Que sensación más plena saber que compartes más que un sueño el sueño de crear juntas a pies juntillas Creyendo que la vida, a veces son momentos maravillosos que nos dan la oportunidad de crecer juntas

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Ana Cañamares GENERACIONES Antes de morir, mi madre dijo mamá, ven mientras me miraba sin verme; yo dije mamá, quédate abrazando su cuerpo diminuto envuelto en pañales y olor a talco; mi hija dijo mamá, no llores y me acarició la cabeza consolándome. Cuando mama murió, durante unos segundos no tuvimos muy claros los lazos que nos unían no supimos quién se había ido y quién se había quedado ni en qué momento de nuestras vidas estábamos viviendo o muriendo. (De La alambrada de mi boca)

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Ana Belen Fernández (wixinobi) SER INERTE Porque no hay un solo día que no te tenga en mi cabeza, ni un solo día que al levantarme no piense en ti.Porque no se si la solución ya es contármela y junto a ella extirparme el corazón en el que también sigues presente. Y así entregártelo para que hagas con ellos lo que quieras.A mi, así, no me sirve para nada.También podría darte mi estómago que se encoge si escucha tu nombre y mis manos que estan cansadas de echar de menos el tacto de tu piel.Mis piernas que mil veces se mantuvieron de pie por ti.Mis pulmones que ya no es tu olor el que respiran y no volverán a respirar con esa intensidad a nadie.Mis sueños y mis esperanzas, porque muchas se fueron contigo.....Ni mil besos de otras bocas podrían borrar los tuyos jamás.Ni las caricias de las manos más suaves podrán hacerme estremecer como lo hacían las tuyas.Te fuiste y me dejaste viva, pero me convertí en un ser inerte, por que hacía mucho que lo poco que tenía, que era piel, carne y hueso, dejo de ser mio, para pasar a ser tuyo para siempre.

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Maria Hi Esplendor en el pinar Me interno, Aguijoneada por los guiños de tu sonrisa, en el fresco verdor de mi amanecer, veteado de tierna y rojiza brisa. Lloran caricias y halagos las ligeras avecillas y los piñones camuflados en la arboleda, redimiéndome de mi cruda madrugada.

me vuelven árbol de plurales aguijones que se mutan en versos en sus cetrinas ramas, flechando mis bríos la sanguínea memoria de su costra... https://youtu.be/LxJlGrgKdjA

Mis manos aprisionadas en el laberinto de tus palmas. Me acuchilla dulcemente el tacto de su pulso, buscándome en sus caricias, reconociéndome en su ambarina esperanza. Se desbrozan senderos en mis lagunas al sortear mis pies las glaucas acículas que se desprenden de tu lúbrico talle, mudadas en sicalíptica alfombra. Me asoleo a tu vera, descubriéndome en las huellas de los lazos de tu telaraña y a la vez me enveneno en tu calma, calando en el semblante del monte las punzadas de la cicatriz en la que acuno tu nombre. Horada la corteza de mi deseo el crujir de tus pisadas en la mullida pinocha y me abraza el pinar en su amor de pastizales pardos y azuladas copas. Los arrumacos del luminoso silencio de tu verdad 47



Marini RiosTrini Rios J Marina UN GORRIÓN EN MI BOCA Habito en el paraíso, donde la manzana floreció en el jardín del extremo placer, cuando tu cuerpo se hace sombra sobre el mio incandescente en el secreto de la noche. El perfilado de tu cuerpo entre las sábanas, desorienta a mis sentidos, lucha mi carne seducida por el jadeo de tu pecho. Cúspides de piel son tus labios, que me hacen sentir como el beso suave de un gorrión, en mi boca. Trini Ríos.

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Teté Cabrera El viudo En el velatorio se tomó el coñac de un solo trago, le supo amargo, una lágrima se había colado en su copa sin notarlo. El compadre lo miró con ojos tristes. Mientras subía la cuesta camino al campo santo le habló de la dula de agua y la yegua que le había vendido la semana pasada. A la vuelta se soltó la lengua. -No es buena la soledad Manuel, debes buscarte una buena mujer, entrada en años y soltera, serena de ánimo, que atienda la casa, riegue la parra y caliente cama y cocine para cuando vuelvas. A tu edad no esperes un guayabo, con que sea decente y trabajadora merecerá la pena. Desde el cielo María estará contenta, la casa no está hecha para un hombre solo, necesita de una mujer que la atiendaPasado un tiempo de patio desolado y frío silencio, con el mismo terno que vistió para el entierro, sin botón de luto ni cinta negra se puso en camino. En el pueblo de al lado una señora lo esperaba con anhelo, soltera y discreta. Guardaba en el bolsillo la cadena de oro que le regaló su madre: en la medalla llevaba grabado un ángel de la guarda.

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