El aprendizaje debe entenderse como un proceso de incorporación progresiva y creativa, por parte del aprendiz, a la cultura personal, social y profesional de la persona experta. El tercer aspecto a destacar es la importancia de las disposiciones o actitudes. Estrechamente relacionado con las intenciones, las emociones y los valores, es necesario resaltar la necesidad de que los individuos deseen aprender, encuentren el sentido y el gusto por la aventura del conocimiento, por descubrir nuevos horizontes y por proyectarse en la acción. Toda competencia implica un querer hacer. Encontrar el sentido y relevancia de los conocimientos estimula y potencia el deseo de aprender. (Quién está enamorado de su trabajo busca y aplica el conocimiento de manera mucho más eficaz). 18