Revista Interesante Vol. 2 Núm. 1

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Vol. 2 | Núm. 1 | Julio 2022 | Arte | Cultura | Puerto Rico


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www.revistainteresantepr.blogspot.com

interesante.pr

Interesante PR

revistainteresante.pr@gmail.com Créditos

Jannelys Malavé Rodríguez Fundadora y Editora

Carolina, Puerto Rico. 2022.


carta de la editora a r ¡HOLA! t a Bienvenidx nuevamente a Interesante. En esta edición, d mayormente literaria, reafirmo que el verdadero arte está en todas partes. Desde las manos que se sientan e a crear, sobre el papel, sobre el teclado, sobre el lienzo, sobre la servilleta... hasta los ojos que l decodifican el mensaje y lo hacen tener sentido. Esta tercera edición de la revista, como las otras, la dedico a a cada uno de lxs colaboradorxs que se visten de valientes y comparten su arte para que nuestro país e (y esta revista) tengan un propósito de ser más allá d de lo que ya está sobrevalorado. De igual forma, agradezco a cada una de las personas que apoyan, i leen, comparten y animan a que este proyecto aún en pañales, dé sus primeros pasos. t Ustedes son interesante(s). o con todo mi respeto y admiración, r Jannelys Malavé Rodríguez a


Bye me fui

Elegía pa las mariposas

Lo extraordinario

3 (B)ori paris

El último juicio de Fermat

Nació la niña

La autora detrás de la portada

37 39 41 43 45 48 Poemas de la serie sikitrake

La Juanqui

Doña Betsy como vejigante

Lo que quedó

Manecillas del reloj

Rabia

I N D I C E

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COLABORADORXS: Virgen Quiñones/ María Ureña Medina/ A. Isabel/ Gabriela L. Pérez Vázquez/ Edurne Sosa El Fakih/ José A. Vázquez/ Jacqueline Lima Coelho Sampaio/ David Santiago Bonilla/ Eïrïc R. Durändal Stormcrow/ Marlene Candelaria Ramos/ Jannelys Malavé Rodríguez/


Ay amor, mi amor Nubes nubladas sobre mi cabeza

Una noche de entrega y passion

Dulce séquito

Cartas en las manos

En sus ojos mi hecatombe

Aquello que se pierde

53 57 60 61 63

Radio drone

A mis com-patriotas-

Belleza audaz

Reseña: "No pasa nada" Reseña: "Quebrar nuestra lengua, identidad y sociedad en la memoria"

'22

Elvin Negrón/ Fernando E. E. Correa González/ G./ Ann/ Javier Febo Santiago/ Mariesther I. Muñoz Phi/ Pedro Mieles Cantos/ Deb Soto/ Fuchi Rodríguez/ Watibirí/ Dayna M. Arroyo Meléndez/ Nanna/

J U L I O 22 24 25 28 30 32 34


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La autora detrás de la portada VIRGEN QUIÑONES "Mi taller es donde puedo hacer magia y ser feliz".

Desde que tengo recuerdos, he sentido el impulso de crear. Mis primeros intentos fueron hacer una carterita de un pedazo de plástico transparente que había sobrado del mantel de mesa del comedor. Para ese entonces, era solo una niña de 6 años. Fue tanto el gozo de ver como de mis manos salía algo que antes no existía que lo mostré con orgullo a mis padres y familia. Me encantaba dibujar todo. Las etiquetas de los productos, las flores , los edificios. Pronto, en mi escuela, mis maestros se percataron de mis habilidades y siempre que había la oportunidad era yo quien ayudaba a mi maestra a decorar el salón. A ellos les debo su apoyo y entusiasmo por seguir explorando mis intereses artísticos.

E N P O R T A D A

En mi época de estudiante me encantaba coser y hacer manualidades en tela y tejidos. Hasta llegue a vender algunas de mis creaciones. A pesar de que ya de adulta seguí otra carrera. Mientras trabajaba en los 90 decidí estudiar arte más en serio. Fue así como obtuve un segundo Bachillerato en Artes Visuales en la Universidad del Sagrado Corazón en Santurce. Me tomó doce años terminarlo, pero lo logré, aun con responsabilidades de familia , trabajo y hogar. Ya después de retirada el gozo de crear se activó aun más en mí y comencé a explorar otras técnicas y materiales. Para el 2008 me convertí en artesana bajo el programa de la Compañía de Fomento Industrial y luego en el 2010 obtuve la certificación de de artesana Bonafide


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del Instituto de Cultura Puertorriqueña. Consciente del grado de contaminación ambiental en nuestro planeta y de los efectos nocivos de la basura en nuestro ambiente, un buen día tomé la decisión de re-usar materiales considerados como basura, desechos, o’post consumer products como materia prima. Así fui investigando en el internet y distintas revistas de arte , de diseño y manualidades, las posibilidades de sustituir algunos materiales tradicionales por otros poco comunes. Con la experimentación y mis conocimientos básicos de color y diseño he llegado a sentirme que puedo lograr piezas agradables a la vista y funcionales. Sigo aprendiendo todos los días. Cada vez que me siento a trabajar es un nuevo comienzo. Mi taller es donde puedo hacer magia y ser feliz.


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VIRGEN QUIÑONES

E N P O R T A D A


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p o e s í a

NACIÓ LA NIÑA MARÍA UREÑA MEDINA

Nació la niña, nació consigo misma. Tendría la libertad de vivir la vida que escogiera; Para bien o para mal. Rompería los ropajes impuestos. Todo obligado desde el pasado. Tenía otros sueños; más allá de muñecas. Era hija única, cómo si fuera una obligación de los óvulos de su madre, parir más de unx. El tiempo le enseñó que la hermandad no siempre es de sangre. Demasiados son los caprichos, de tantos que no viven su vida, pero pretender vivir la ajena.


6 Transiciones de vestiduras, rosadas, por las moradas. Le llamaron rebelde. A ella no le importaba. Pasaron los soles, se revistieron igual sus cabellos; tornándose en un platinado lunático. Entonces los macharranes, le dijeron que la mujer, cuando está ya madura expira. No cargan ovarios, pero se atreven a opinar de lo que es cargar un útero. Cómo si su cuerpo fuera composta andante. ¿Quiénes serán las lombrices que buscan recorrerla? Llega el momento sin lamentos, en el que inicia su camino. Ha visto el reflejo de la fuerza que mora en ella.

En donde un día se arrastró, ahora comienza a abrir sus alas. Va recorriendo los senderos que se abren a su paso y se ensanchan en su vuelo. Es que ya la niña, no es tan niña. Es una mujer de andar fuerte. Al mirarse al espejo. puede hallar el reflejo a su abuela en el café de sus pupilas. Su madre le heredo las curvas y el volumen de su cuerpo.


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Ella se conoce, se ama, se acepta; por quién es ella... Toda, completa, desde las células, las líneas, los lunares, los poros, los cromosomas. Respira paz, exhala nuevas historias, camina descalza. Hay una primavera que emerge de ella.

SOBRE LA OBRA Cuánto trabajo pasa una niña en el desarrollo hasta ser una mujer adulta. En medio de la adversidad, en ocasiones impuestas, para ir creciendo en una lucha constante; por su autoestima, su identidad, frente a el machismo y el mansplaining.

SOBRE LA AUTORA Co fundadora del Junte de Artistas y Escritores Internacionales (JAYEI) Grupo de poetas, escritores y artistas. El cuál fue fundado en el 2014 en Humacao, Puerto Rico. Ha participado en varias antologías como: Faros de esperanza, Develos del Alma y Vísteme de Poesía. Colaboradora del grupo cultural Amigos Culturales de Puerto Rico y el mundo. Y parte de la Cámara Internacional de Conferencistas, Capitulo de Puerto Rico.

Jayei Junte de Artistas y Escritores Internacionales


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EL ÚLTIMO JUICIO DE FERMAT ELVIN NEGRÓN

Cuando escuché el anuncio, “Todos de pie, la corte entra en sesión; el honorable juez Gauss preside”, todavía no estaba seguro si cambiaría mi fallo. Pensé usar cualquier excusa para pedir un receso y cambiar lo que había escrito. Tuve que tomar una decisión, probablemente la más difícil que había tenido en mi corta carrera. No sé si a otros jueces les pasa, pero en mi caso, casi puedo ver todas las posibilidades de mis veredictos y en ocasiones es un verdadero dilema ser el dueño del destino de los seres humanos que pasan por nuestras salas. Para cada persona, la vida es como un juego de infinitas decisiones, donde cada una que se toma nos lleva a otras en una sucesión de eventos con posibilidades interminables que forman el árbol de nuestra vida. Hay quien piensa que por cada decisión existe un universo paralelo; o sea, que todas las posibilidades están ocurriendo en

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algún lugar al mismo tiempo. Bueno, pues yo no sé si todo eso es cierto, sin embargo, les puedo contar lo que me sucedió en esta realidad que vivo y de cómo llegué una vez más a un punto donde debo escoger qué camino seguir, aunque temo más que nunca escoger el sendero incorrecto. Muchos conocen sobre la historia del último teorema de Fermat. Este caballero del siglo XVII se formulaba problemas matemáticos, los resolvía y luego los enviaba como reto a los más famosos matemáticos de su época. Su último teorema fue un pequeño escrito a puño y letra al borde de un libro, donde luego de formular el problema matemático, alegaba tener la respuesta, pero decía que el poco espacio que tenía en el papel no le permitiría revelarla. El problema obsesionó a cientos de matemáticos por más de trescientos años hasta que


9 finalmente la solución fue demostrada en 1995. Durante mis años de estudio en la escuela de derecho me hice fanático de Fermat, ese hombre admirado por su gran erudición. Lo que no es muy conocido es que este no era un matemático, sino que era juez de profesión y que tenía otro problema sin resolver. Fermat estaba convencido de que podía encontrar una solución matemática, sistemática, y justa para resolver cada caso que se le presentara en corte, mas nunca lo logró. Esa fórmula puede parecer imposible para los legos en la materia, pero para un pensador seguro de que el universo está gobernado por las leyes de las ciencias y las matemáticas, no solo era una idea probable, sino una verdad absoluta. En realidad, no hay que ser un genio para convencerse de que una fórmula o algoritmo de este tipo sea posible o lógico; solo hay que ponerse en la posición de un juez. Este examina la prueba que se le presenta, hace una operación probabilística en su cerebro que dependerá de la cantidad y calidad de la evidencia presentada, para entonces hacer un juicio mental estadístico de aceptar o no una hipótesis. Aunque esta operación necesariamente siempre tiene una probabilidad de errar, es cuestión de establecer el tamaño máximo de error que se está dispuesto a aceptar.

Todo esto el cerebro lo hace en fracciones de segundo sin que nos demos cuenta. No obstante, es posible crear un programa de computadora que ejecute con más consistencia estas operaciones que la mente humana es capaz de hacer intuitivamente. Mientras estudiaba para licenciarme, me dediqué también a completar el sueño de Fermat. Utilizando programas de computadora pude desarrollar una ecuación que, en teoría, permitiría hacer justicia con un grado de certeza de al menos 95% de confianza. Siempre quise ser un juez para impartir verdadera justicia. El sistema legal está hecho para que la democracia funcione, para proteger a los ciudadanos del poder de los gobernantes. Así que entre los parámetros más importantes de la regresión estaban los procedimientos procesales y los derechos constitucionales. Recuerdo que luego de una larga noche de trabajo me pareció que lo había conseguido. Apenas pude descansar por la ansiedad de levantarme y probarla en los juicios del día. Para poder utilizar la fórmula debía hacer dos cosas: establecer las hipótesis nula y alterna, y escuchar las pruebas y evidencias. La nula sería que el acusado era inocente, mientras que en la alterna, era culpable; sencillo, ¿no? Como


10 pueden adivinar, lo sencillo muchas veces se complica. Por varios meses utilicé el algoritmo desarrollado; fui haciendo algunos ajustes a medida que adquiría más experiencia, hasta que me sentí seguro de que el uso de la ecuación era mucho mejor en evaluar los datos que se presentan como evidencia para pronunciar un dictamen. Incluso, hice ajustes en los parámetros para permitir menor grado de error dependiendo de la gravedad del crimen imputado. Por ejemplo, para un robo menor, el error permitido era de un 5%, mas para un crimen grave, como un homicidio, la evidencia debía ser tal que la probabilidad de un fallo incorrecto fuera menor que 0.27%. Logré establecer un sistema ideal, donde ni los sentimientos ni las perspectivas particulares obstaculizarían la perfecta implementación de la ley. El éxito de mi método era evidente; mi popularidad como juez fue creciendo a medida que resolvía casos de interés público. Sometí una patente para el método al cual bauticé como Ley de Fermat, en honor a mi ídolo e inspiración. Un día me tocó un caso de mucha trascendencia. Se trataba de un individuo que se le acusaba de secuestrar, abusar sexualmente y asesinar a un niño de once años. El acusado tenía antecedentes penales

tanto por delitos sexuales como por violencia doméstica; por lo que la ciudadanía estaba en vilo, y cuestionaba al sistema que permitió que semejante criminal anduviera en la libre comunidad sin siquiera un grillete electrónico. Esperaban que yo rectificara los errores de la judicatura, pues interpretaban que el delincuente se había valido de artimañas legales o quién sabe si hasta sobornos, ya que atribuían su éxito en los tribunales a que siempre renunciaba a su derecho a ser juzgado por sus pares. La evidencia era en su mayoría circunstancial; no se pudo recuperar siquiera algún rastro de ADN del imputado. Sin embargo, la noticia de que se me había asignado el caso elevó las expectativas del público que exigía justicia. Todos estaban seguros de que no solo lo condenaría, sino que la sentencia sería la más severa permitida por ley. A medida que evaluaba la evidencia en mi cabeza, me inclinaba a pensar que el acusado era culpable, mas al entrar los datos en el programa de la computadora esta no confirmaba mi veredicto preliminar. El problema mayor era una petición de Habeas Corpus. No importaba la evidencia que se me presentara, la alegación de una violación procesal cambiaba el resultado del cómputo probabilístico a tal grado que tenía que exonerarlo.


11 Ya podía escuchar a la multitud maldiciendo, tildando de tecnicismos legales el resultado de la sentencia. La plebe no entiende cómo las reglas procesales están hechas para protegerlos a ellos mismos. Ante este tipo de crimen solo sacian su sensación de vulnerabilidad condenando a alguien. No importa si la persona acusada es la correcta; lo importante es que alguno pague y les devuelva esa ilusión de justicia divina infalible que forma parte esencial de su mundo perfecto, donde “todo obra para bien” y siempre hay un “final feliz”. Luego de que el alguacil anunciara mi entrada, me quedé ensimismado y no entré a la sala. La fórmula perfecta de la ley estaba limitada a la implementación de reglas, pero no contemplaba el derecho a la justicia. ¿Habrá sido esta paradoja lo que hizo que el gran Fermat no completara su sueño? Cuando escuché que el murmullo de la multitud que esperaba crecía gradualmente, pedí alargar el receso. Rompí el escrito. Tomé la computadora para hacer una modificación. En aquel momento, en aquella realidad, debía tomar una decisión; así que añadí un coeficiente al parámetro problemático en la ecuación, el que no permitía que los resultados de mi corazón se alinearan con el algoritmo. Reescribí la opinión y cambié en un santiamén el destino del

imputado. Mientras vivía los resultados y las ramificaciones que mi veredicto forjaba de este universo, me preguntaba cómo sería esa realidad alterna, la que continuaba en la bifurcación que causó mi decisión, la que quizás coexiste en un mundo donde el sistema legal está estrictamente regido por la Ley de Fermat.

SOBRE EL AUTOR Mi nombre es Elvin Negrón-Álvarez, escritor de dos libros de cuentos: Alicorne (2015) y Pléilist (2020). Este último galardonado por el International Latino Book Award y el PEN de Puerto Rico. Estoy trabajando un tercer libro que saldrá esta primavera. Poseo un bachillerato en Ingeniería Química, una maestría en Gerencia de Operaciones, y una maestría en Creación Literaria. El cuento adjunto es inédito y fue escrito cerca del 2016.

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3 (B)ORI PARIS FERNANDO E. E. CORREA GONZÁLEZ

se preparan con toda ropa trying to look fly as fuck some of 'em peinando hasta las cejas otros brushing gel en la cabeza mirándose con precision en el espejo queriendo dejar a otros perplejos la ropa on point y las tenis brillan unos buscan jevas, otros buscan chillas toda la tarde previa toda la noche previa cocinando y preparando la comida que vamos a jampiarnos desde arroz con habichuelas hasta lechón con cuerito porque la fiesta se da grande abuelas, tíos y los primitos personas de to' los backgrounds van llegando, aglomerando y las calles huelen a pasto, alcohol y lo nefasto esta noche hay pecados entre bailes y codazos entre mosh pits y bailoteos entre pasos y headbangueos

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13 canta el gallo, llega el día y la comida es poetría hay casa llena, familia entera amor, sonrisas, vida plena que nos trae más de una vida y luego empieza la musiquita de salsa, merengue y bachatita luego se mueven las batatitas the fiends come out at night under the flashy neon lights y ya están de casería buscando pareja pa' lo que queda de día pa' amanecerse entre gemidos y otros bodily fluidos hopefully sin meter patas pa' no tener bebos gateando en 4 patas de camino ya llevan birras robadas de sus padres en la neverita con el perreo intenso en full blast van por las calles de camino a la jaula toca una, tocan dos, cada una más dura que la pasada pa' tumbar las paredes y las calles con to' y luego en el piso dejarlo to' el estrés de la uni se bota y se suelta el sudor cubre todas las cabezas estas noches no hay feca to' lo que se escucha es plena y bomba en las venas y la juventú lo demuestra con cada paso que presenta al ritmo de pop, rock, trap y to' lo que trae el soundtrack


14 llegan al joLgorio fronteando el piquete no lo quita nadie el brilloteo a la 100 con cada cadenón y las caderas bajan más with each song desde tego a plan b la cosa está grasosa noche brillante entre dioses y diosas que celebran la vida al flow del reggaetón hasta que no se escucha una canción en estas fiestas todo es alegre aunque peleas hay a veces por cosas tontas, cositas bobas tu sabes cuales, las que arropan al boricua todos los días y los llena de rebeldía desde política a religión dañando el ritmo de la ocasión

SOBRE LA OBRA "3 (B)ori Paris" fue compartido originalmente en la sección EL PROCESO de FENCast. Próximamente será parte de un libro por su autor.

SOBRE EL AUTOR Fernando E. E. "Fen" Correa González is the author behind over 30 self-published poetry books. He has been published by literary magazines & journals [Id]entidad, El Vicio del Tintero, Sábanas Magazine, Smaeralit, The Occulum and Tonguas. In addition, Fen also has a podcast (FENCast) where he tries to document the independent art scene in Puerto Rico. Other than writing and podcasting, Fen is also a filmmaker, photographer and DIY journalist. He currently lives in his native Puerto Rico.

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f o t o g r a f í a

LO EXTRAORDINARIO A. ISABEL

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ELEGÍA PA LAS MARIPOSAS GABRIELA L. PÉREZ VÁZQUEZ

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Veo mariposas en las noticias. Alguna vez fueron alegres y de colores brillantes, pienso mientras presentan sus fotos. Y como lo anuncia, sin emociones, el reportero, fueron profesionales, madres e hijas. Llevaban vidas llenas de logros, metas y sueños, responden sus familiares entre llanto y sollozos. Todo les fue arrebatado por los pájaros envidiosos que las devoraron. Por los sapos que, por celos, las tragaron. Y por los parásitos que, haciéndoles creer que las amaban, obtuvieron posesión sobre sus cuerpos. Pero las mariposas que veo en las noticias migraron a las nubes. Vacacionan en el espacio y se hospedan en las estrellas porque allá no las alcanzan, no las apagan. Pa' ellas, para las mariposas que se fueron muy pronto, a las que les robaron la vida, pa' ellas.

SOBRE LA OBRA

SOBRE LA AUTORA

Elegía pa' las mariposas es un poema en prosa dedicado a las víctimas de feminicidio.

Mi nombre es Gabriela L. Pérez Vázquez, tengo 22 años y me considero una feminista liberal. La violencia de género que se ha reportado durante estos pasados años me ha inspirado a crear cuentos cortos y poesía como acto de solidaridad. También, escribo desde mi perspectiva como mujer, criada en una sociedad puertorriqueña y machista, en busca de lectores que compartan experiencias y sentimientos similares.

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BYE ME FUI EDURNE SOSA EL FAKIH

Parecía que todo iba bien, que todo funcionaba con Julián; él le había dicho a su mujer que estaría en un viaje de negocios y se había llevado a su novia, diecinueve años menor que él, una semana a Aruba. Andrea no había salido del país jamás, estaba radiante, con la piel tostada por el sol y el pelo brillante de arena. Una verdadera sirena que se empapaba de mar y juventud, como Julián se empapaba los labios de whiskey caro. A él le daba gusto sentarse bajo la sombra de un paraguas amarillento, a ver el sudor de Andrea bajarle por el espinazo. Goteaba salado, desde la nuca, hasta los hoyuelos que tenía en la espalda, como una verdadera niña - mujer. Su esposa no tenía ni hoyuelos ni ganas ni tiempo ni sonrisas ni juventud, pero tenían dos hijos y una hipoteca. or encima de todo, lo que la esposa de Julián sí tenía, era una intuición de perros; y sabía que su marido la engañaba con una mocosa.

Si la situación bancaria del país fuese otra y la hipoteca y el colegio privado y los dos carros y la operación de su padre no se hubieran amontonado con numeritos rojos, uno detrás de otro, ceros y negativos tejidos todos en la nómina de Julián, a su mujer no le hubiera importado si él estaba con Andrea o con cualquier otra. Pero gastarse los ahorros en darle un gusto a la querida, era más de lo ella podía soportar. Por eso se presentó, con toda la dignidad de una mujer enfurecida con la irresponsabilidad de su marido incompetente, en el hotel que Julián pagaba para Andrea y él con lo que podía escarbarle a su última tarjeta de crédito. Andrea sabía que Julián estaba casado, pero el que estaba casado era él, el que le ponía los cuernos a su mujer cada noche en la que el sudor de Andrea goteaba sobre su pecho era Julián, no ella. Además, muy feliz


18 tampoco podría ser en su matrimonio, si era él quien la buscaba todas las noches cuando ella salía de trabajar en el bar. Si Julián le susurraba en la oreja, con ese aliento que parecía mojado, que ella no era ninguna niña y que dejaría a su mujer el mes que viene, era porque aquello era más que una aventura; para Andrea, esa era una historia con aires de futuro, y el futuro con Julián la había traído a la playa, a los mojitos y a Julián dormido tocándole el pelo y besándole todos los lunares de su piel bronceada. Quizás el futuro se confundió de camino, le falló el mapa, se perdió en la carretera, y en vez de más sol y más mojitos trajo a la mujer de Julián, enfurecida y desatada, gritando en la arena, con los zapatos puestos y los pantalones de mezclilla, insultando a la muchachita que tenía un bikini que parecía de su hermana menor. La esposa, que desentonaba desagradablemente con los turistas de sombreros y gafas oscuras, hizo sentir a Andrea que era ella la que debía sentirse avergonzada; la hizo pequeña, sucia y miedosa, y Julián no se levantó de la silla y no despegó los labios del whiskey caro. Andrea corrió a la habitación que habían compartido; antes era una habitación de hotel con sábanas blancas y suelo marmoleado, pero ahora la cobardía y las mentiras de Julián manchaban las paredes y los cristales. No se inmutó en quitarse la arena de los pies, se puso unos

pantalones cortos y una camiseta de algodón, pilló sus zapatillas y se las ajustó aún descalza y sucia. Cogió su móvil y un taxi al aeropuerto, y lo primero que hizo cuando pudo dejar de llorar y temblar como la chiquilla que Julián le decía que no era, fue llamar a Marcos. Marcos, Marquitos, El Marcos, Marcolillo, Marquete, Marcos, el Marcos constante, el Marcos de siempre, el Marquitos de su madre, el Marcos de los dieciséis, de los diecisiete, el Marcos del año pasado, el Marcos que la buscaría en el aeropuerto y le secaría las lágrimas y le lavaría el pelo en la bañera y le pondría su suéter gris y la dormiría en su cama luego de hacerle el amor como cuando se conocieron, como hace dos meses, como cada vez que ella necesitaba que le recordara que era aún la misma Andrea, Andreita, La Andrea, Andresita de siempre. - ¿No contestas? – preguntó Valentina. Estaba sentada en su cama, con la poca vergüenza de estar completamente desnuda. Llevaban casi dos meses saliendo y más polvos de los que podía contar, casi tantos como cigarrillos fumaba Valentina. - No. - Contesto yo. - Deja. Lo apago y ya está. Pero Marcos quedaba frito luego de amar a Valentina, desinflado de ganas de nada, y sus reflejos necesitaban una siesta antes de volver a ser los de un


19 joven de casi veinte. Valentina fue más rápida, escurridiza como era ella, y cogió el móvil de la mesita de noche en la que guardaba los cigarrillos y los condones. - ¿Hola? - Valen, dame el móvil – urgió Marcos. - No está disponible. ¿Andrea? - Dámelo, Valentina. Te lo pido por favor – decía él, tratando de quitarle el aparato a la chica sin enredar sus dedos en el pelo de ella. - Deja de llamar, no seas ridícula. - ¡Dame el puto móvil, Valentina! – rugió él. Andrea salió por la puerta D3 y Marcos no estaba para recogerla. Cogió el metro o el bus o un taxi; qué más daba si estaba ella sola con su tristeza y sus lágrimas que caían saladas como el agua y el sudor que tenía seco en la piel. Andrea llegó a casa y se duchó ella solita, sin Marcos, y se enjabonaba fuerte, casi con rabia, para borrar de sus dedos a Julián, borrar a la señora que le gritaba que era una puta, borrar la ilusión de cuando les decían “Señor y Señora Sáenz” en el lobby del hotel, borrar la vergüenza de la mirada de su madre cuando le abrió la puerta. Borrar, suprimir, anular, tachar, raspar, quitar, corregir, rectificar, decolorar, deshacer, desvanecer, esfumar, evaporar, tantas palabras para olvidar la sonrisa y el aliento de Julián. A Marcos, Valentina lo dejó entre cachetadas, insultos y reproches, mientras se vestía con dificultad;

para aquella chica era más fácil quitarse la ropa que ponérsela. Y otra vez su madre “Marquitos, no te dura una”. Porque antes de Valentina fue Sofía, y Daniela y Carla y Valeria y Natalia y entre todas ellas Andrea se seguía colando, enredándolo, metiéndosele en la cabeza y en la cama. Andrea se le colaba con todas sus letras, en la A de Sofía, en la N de Natalia, en la D de Daniela, en la R de Carla, en la E de Valeria y ésta era la última A de Valentina. Con esa última A, le había dicho Valentina “¡A ver si maduras!” antes de cerrar la puerta con furia. Esa última A fue la se le apareció en el primer vuelo con Avianca a Nueva York para el día siguiente. Si “harto” se pudiera escribir sin H… Al llegar la madre de Marcos a casa no le preguntó por qué tenia los cachetes mojados y los ojos rojos. Ella sabía que Andreita había vuelto, como todo lo saben siempre las madres. Su madre le dio a Marcos un beso y una maleta, y le hizo la cena mientras él se empeñaba en meter todos sus zapatos en la valija. Andrea tocó el timbre de la casa de Marcos casi a medianoche, pero la madre de Marcos no dormía temprano y le abrió la puerta con el mismo cariño con el que se la abría casi todos los días desde hacía cuatro años. Desde que Marquitos le contó que finalmente Andrea, la vecina nueva, le había dicho que sí y saldrían al día siguiente al cine,


la madre le abría la puerta a Andrea con una sonrisa. Y desde aquella cita en el cine cuanto tenían apenas dieciséis, de la cual ninguno recuerda qué película era, Marcos se lo contaba todo a Andrea, la llevaba al cine y salían juntos con los amigos, luego vino la universidad y las noches en su cama, susurrando, aprendiendo del amor y de su juventud aun hecha para amarse sin remordimientos. Pero en un momento tanto fue Marcos que Andrea sentía Marcos en la sopa y en la calle y en su familia y en su futuro y en el aire había un Marcos que no la dejaba respirar, que la ahogaba. Su madre con “los nietos que me darás con Marquitos” su padre con “¡Qué buen muchacho ese!” y ella pasó de ser ella a ser la Andrea de un Marcos y nada más. Sin embargo, él, constante, inquebrantable, fiel, lo entendió todo y quedaron como “amigos”. Fue ahí cuando entraron los Felipe los Gustavo los Esteban y los Julianes de Andrea que la maltrataban, mentían, despreciaban y ensuciaban una y otra vez. - ¿Te vas? La voz de Andrea lo hizo saltar. Ella estaba bajo el marco de la puerta de su habitación; él, a oscuras, veía la luz de la cocina como una caja cuadrada que guardaba a Andrea dentro. Parecía una muñequita, la muñequita de toda la vida. Él vio que ella había estado llorando, los ojitos se le hacían pequeños, sutiles casi. Andrea era de esas chicas que tenían ojos feroces y decididos, como fuego, y verla débil y rota otra vez por

20 Julián era el último empujón que necesitaba para cerrar la valija. Silencio. - ¿Por qué no me contestaste el teléfono? Más silencio. - ¿No me hablas? ¿No somos amigos o qué, Marcos? ¿A dónde vas? - Nueva York. - ¿A qué? - A no verte. Se separó de la luz de la puerta, se deshizo de su cajita la muñequita y cruzó la habitación hasta encontrarse con Marcos. Ella olía a almendras, su pelo negro y mojado aún le caía en los hombros, dejando gotitas perfumadas a lavanda. Desde que tenía quince años, a Marcos le gustaba dormirse oliendo la lavanda de Andrea, pero ahora la lavanda le hedía a despedida. -No te vayas. Te necesito. -Solo me quieres cuando me necesitas. - Te necesito, Marcos. - Es cuando tú quieres, pero nunca soy yo el que decide cuándo verte. Es a tu tiempo, en tu horario. No. Ni siquiera el tuyo, el de Julián. Cuando a él no le convienes, llegas a esta cama llorando y pretendemos que todo es igual, que nada cambia, que siempre seremos así. - Perdóname. - No puedo más, Andrea. - Por favor, perdóname. Te quiero. - Bye. Me voy.


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SOBRE LA AUTORA

Soy escritora venezolana residente en Miami, y escribo cuentos basados en canciones. En 2022 sacaré un libro de cuentos cortos, un EP de cuentos inspirados en mis canciones favoritas.

izkarralde

SOBRE LA OBRA El cuento presentado a la convocatoria está inspirado en la canción de Bad Bunny del mismo título, y es recomendado leer el cuento y escuchar la canción uno seguidamente del otro. Es una experiencia artística.


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AQUELLO QUE SE PIERDE G.

Me hablaban, de chiquita, de la cosa esa que pasa en la noche de bodas, donde aparece sangre en las sábanas blancas. Que es un orgullo que se muestre la mancha en el tendedero del balcón, decía mi abuela. Que eso era algo que se hacía antes, pero ya no, porque se perdió el orgullo, porque las mujeres perdieron la decencia. Me hablaban de eso, del “ya tú sabes,” entre dientes. Yo no sabía, pero asentía con la cabeza como si supiera. Luego, mi madre hablaba sobre la tía y la prima, la vecina y la amiga que preñaron antes de casarse, que se casaron por necesidad y no por amor. Me enseñaron que la mujer ya no se respeta como antes. Una vez, ya de grande, mi madre me dijo que aquello que se perdía en la noche de bodas era real. Yo, ya sabiendo a lo que se refería y que ya no tenía, le refunfuñé, “Eso no es cierto, lo que defiendes es un constructo social".

c u e n t o

Me dejó de hablar por el resto del día porque a ella le enseñaron, en los tiempos de antes, que perder aquello era responsabilidad de tu marido, cuando fueras de él, por medio de un papel. La sangre roja, llena de vida, que manchó mi sábana aquel día, cuando perdí aquello a escondidas, se disfrazó de otra cosa cuando me lo cuestionaron. Yo no podía admitir que lo perdí porque, según ellas, también habría perdido la decencia y el respeto. Para decir verdad, cuando perdí aquello, que no es real, pero que sí lo es para las demás, sentí miedo, arrepentimiento y paranoia. “Si mami llega a enterarse... si papi lo nota… ¿Alguien le dirá a abuela? ¿Tendré que mentir de nuevo? ¿Cómo lo haré?,” pensaba. Todo comentario y pregunta nueva que se presentaba era respondida por otra pregunta sin


23 respuesta. La negatividad que rodeaba el asunto roía como un ratón vicioso mi seguridad. Las veces después de esa primera vez se sintieron como un martirio. Dudaba de mis decisiones, de mi madurez y de mi dignidad. “Si se enteran, ¿hablarán mal de mí? ¿Soy impura? ¿He perdido mi respeto?” Duda tras duda se acumulaba y una gran vergüenza quedaba en mi interior, sin escapatoria. Ni un alma a quien acudir para sentirme acompañada, ningún confidente en mi pequeña lista entendería mi posición. Silencios acompañados de críticas a mis espaldas, en lugar de consejos, no era lo que buscaba de ellas, así que callar fue mi única opción. Pero aquello que se me perdió fue lo mejor que me sucedió. Por entrar a esa perdición, de la que hablaban las mujeres de mi vida, me liberé de sus opiniones, del cuadro pequeño en el que me querían clasificar, de la imagen falsa de perfección, santidad, pureza, limpieza, obediencia. Me liberé de todas esas cosas que sí manchan, que dañan, pudren, destrozan, hieren. No perdí mi decencia, ni mi respeto, lo que sí perdí fue un enorme peso que llevaba entre las piernas porque, al perder aquello, me encontré.

autora_feminist


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EN SUS OJOS MI HECATOMBE

p o e s í a

ANN en sus ojos mi hecatombe la baba se espesa muchos tenemos la misma infancia donde satanás guarda sus mascotas/ así es como luce un piojo/ una criatura con la boca en el pie/ un individuo metido en cualquier buzón la baba se espesa me hago de la vista transversal del esófago/ examino la fractura compuesta retratada/ ninguno de mis dedos tiene articulación media la baba se espesa pierdo cartílago del puente de la matriz dos milímetros cada año/ como quien usa muletas contra las cenizas de carbón la baba se espesa tengo mucha evidencia escrita/ agrego desacomodo/ puedo partir una brisca en dos/ perfilo venas desertoras en mi pecho la baba se espesa han agotado el pigmento cerúleo/ el cuerpo de mi deudo se incendia/ el tanque se llena de sangre inerme la baba se espesa repaso un cuento escrito en una carreta tirada por bueyes cuando me miro los dientes a las 6 de la tarde la baba se espesa adopto un toro que no dialoga con discursos autorizados ofrezco clases gratis de actuación

SOBRE LA OBRA

amrentas

Esta obra es parte de un proceso experimentación con el poema en prosa

de


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p o e s í a

CARTAS EN LAS MANOS JAVIER FEBO SANTIAGO

A Nicodemo I Desde el otro lado de la calle no es fácil verte llegar con saliva seca en el cuello. Vas al baño y el cuello sigue igual, tú sigues igual, y yo sigo igual. ¿Cuándo no seré igual? ¿Cuándo te limpiaré el cuello con la esponja espinada hasta arrancarte la piel? ¿Cuándo? Llegará el momento, lo sé, y cuando llegue, con tu cuello en carne viva y los restos de tu piel conservados en una botella de ron, te cantaré dos canciones: una del amor perdido, una del amor muerto.


26 II Terminé la obra. La escultura de tu piel esta erigida en el museo de los amores olvidados. No es una obra majestuosa, es repetitiva y banal. Nadie la ve, pasan de largo a ver otras esculturas sin profanar, y que el tiempo perdona. ¿La botella de ron? En mil pedazos.

A Violeta I He leído tu letra ensangrentada. No es para menos, la saliva de mi cuello es de un amor, de un amor que fue como el tuyo. He leído tu letra que me hiere de muerte, y merezco morir en ti, y fuera de ti. Merezco ser escultura olvidada. Merezco ser banal, pero también merezco que entiendas que soy humano, que tú eres humana, y que aquel día en que te vi feliz con un fantasma a lo lejos, y tú me viste mirándote, algo se rompió.


27 II Silencio. Pensar en ti. No escribir. Silencio.

SOBRE EL AUTOR Nace en Chicago, Illinois, E.U., en enero 6 de 1977. Obtiene un bachillerato en Administración Comercial de la Universidad Metropolitana de San Juan, Puerto Rico. Sus obras han sido publicadas en varias revistas literarias y antologías en Puerto Rico, Perú, México, Venezuela, Dinamarca, Chile, Argentina, Colombia y Nueva York. Ha publicado los poemarios Avisos de locura (2010), Novilunio (2011), HUM Ano (2012), Epicedios (2013), El Anarquista (2014), el libro de relatos El Abismo Inventado (EDP University, 2019), las novelas Mala Fama (Editorial Raíces, PR, 2020) y El diseño del puño (Gestora Editorial Las Marías, 2022).


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DULCE SÉQUITO MARIESTHER I. MUÑOZ PHI

Dime que a lo lejos veías una utopía, Una quimera que viajaba por tus ilusorios sentimientos. Lucero que entras a mi vida, no encubras la cobija que guardas en tu ser. Como mañana mostraré mi ínfula amorosa. Cuidaré tu alma y tu cuerpo como el Sol cubre todo el horizonte. Entre lirios y cánticos se anunciarán las deslumbrantes sonrisas Y sobre tu océano volarán mis carantoñas. Es de duetos los cánticos de ruiseñor Que de noche se escuchan entre danzas de luciérnagas sobre el mar. Único lumbral que riega agua de rocío y luz de ilusión. Dulce séquito que atraviesa la cercanía y lejanía del corazón. Tú mi azucena y yo ser de tus rosas, Pues ondulan las flores y el aroma del corazón. Dulce séquito el que viaja en nuestro interior.

p o e s í a


29 SOBRE LA AUTORA Escritora de la antología poética "Ensueños amorosos" y artista multidisciplinaria puertorriqueña. Escribió poemas para distintas antologías poéticas como: Poetas comparten (Ecuador), Serpientes y escaleras (México), Poetas somos y verseando andamos (México), Antología Homenaje a Frida Kahlo (España), Desahogo (México) y Meraki en Caribe (Puerto Rico). Redactó el prólogo de La Tercera Carpeta de Eduardo Bobrén-Bisbal (Puerto Rico) y del libro colectivo Vivencias (Puerto Rico).

SOBRE LA OBRA

Este poema fue publicado en la red social "Poemas del alma" (2019), en la antología poética Meraki en Caribe (2021) y en la antología poética "Ensueños amorosos".

MariestherIMunozPhi


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UNA NOCHE DE ENTREGA Y PASSION

JOSÉ A. VÁZQUEZ


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SOBRE LA OBRA

Medio: acrílico sobre lienzo Medidas: 24 × 29 Año: 2022

SOBRE EL AUTOR Soy un artista de abstracción contemporáneo y moderno mixto con 7 años de experiencia, nacido en San Juan, PR. Mi arte es innato y trabajo el acrílico como medio, creando obras fascinantes llevando la imaginación al movimiento, creando un gran efecto a la vista del espectador, destacando así con obras únicas.

José Vázquez


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NUBES NUBLADAS SOBRE MI CABEZA JACQUELINE LIMA COELHO SAMPAIO

He estado notando estas nubes nubladas Ven y ve debajo de mi cabeza Persisten en rondar allí Corren, caminan, manejan o vuelan permanecen recordando no se van Son un recordatorio de lo que hay en mí Caos explosivo que me consume y consume a mis iguales Estar lejos de lo que amo es un infierno Salí de mi ciudad en una mañana soleada caliente y húmedo He estado tratando de encontrar mi nido en extraños En diferentes climas y regiones imprudente El consuelo de los desesperados en aferrarse a la amistad y al amor Y cuando ya no suple las necesidades más vitales aquí vienen Las nubes nubladas, cargadas debajo de mi cabeza

p o e s í a


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SOBRE LA AUTORA

Jacqueline Sampaio es de Brasil y actualmente vive en los Estados Unidos debido a su programa de doctorado en literatura contemporánea de autoría negra luso-brasileña. Su primera experiencia escribiendo fue en el mundo de fanfictions en 2006 y desde entonces no ha parado. Con seis poemas publicados en antologías y revistas, cinco de ámbito nacional y uno internacional, hace coincidir su carrera de escritora con su vida académica desde hace más de cinco años.

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AY AMOR, MI AMOR PEDRO MIELES CANTOS

Alguien se cepilla los dientes por las mañanas Para olvidarse de su vida Alguien camina por las calles dos horas Para alcanzar su trabajo Alguien recorre por las noches las calles de nueva york Emancipadas de amor Esperando una alegría o una chupada de alma Alguien usurpa la muerte en la esquina del boulevard 9 de octubre Y huye despavorido hasta perderse por la calle huancavilca Alguien como yo escribe palabras estúpidas Esperando a que otro estúpido o estúpida las lea. Pero no hay esa forma errónea de vivir Mas que en los cuentos de hadas.

Todos los que conozco se han separado O se han amortiguado en la triste soledad De una realidad que no les compete Y han llegado a decir que todas sus acciones Son fruto de otros.

p o e s í a


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Algunos se duermen en las aceras esperando La mañana cordial y ya no importa Si estás vivo o estás muerto. Pues anoche, un gordo y conocido rockstar de las alcantarillas Ha muerto y realmente a nadie le importa. Y no hubo sepelio ni tampoco hubo una cena en su honra; Tan solo las lágrimas de unos cuantos en el mercado y otros cuantos A los que él mismo les ofrecía coca. Noches de noches Absolutas noches Donde tu madre sale a pasear con el amante Donde tu padre sale a pasear con su amante. Noche de noches Donde no sabes lo que eres ni quién eres Y embutes la perla consagrada del olvido En cada vaso de cerveza habido y por haber. Donde olvidas cuál fue tu nombre Y cuál fue el hombre o la mujer que te hizo gozar. Somos ignorantes creyendo en la vida eterna Una cabeza de capitada al borde del malecón Dios nos salvaría si supiera qué salvar Pero no sabe a qué o quién salvar; Será tu manto, será tu carne, será tus ojos Serán tus sentimientos a la deriva esperando una rosa fina y fúnebre A la par que tus sentimientos agobiados te dicen que no hay a donde marchar. No te encuentras ni tampoco encuentras a nadie En medio de la bruma, en medio del sosiego Todos tus amores se han ido con sus putas Y con sus amantes y con sus sinsabores Y eres alguien solitario esperando Un plato de caldo que te revuelva la vida Que te diga que todo está bien Que te empiece a decir que las cosas son de otra forma Pero realmente no hay otra forma.


Y hemos nacido en el ocaso del olvido Donde todos los dioses se olvidaron de nosotros Porque fuimos paridos en un país olvidado Un país donde nadie lucha por algo o por alguien Donde nos matamos por un centavo Donde una alcancía es mejor que un banco y para qué. Te amo, Pero te amo fue una palabra revolucionaria hace ya mil décadas Y el amor se ha quedado en comentarios vacíos Entre tecnócratas que controlan lo que hacemos Lo que comemos Lo que vivimos Lo que esperamos ser. La bolsa de valores es nuestra forma de amor Y cuando esta se caiga también todos nos abandonaran. Somos la fase de las gaitas del apocalipsis Y cuando tú aparezcas Todos nos quedaremos dormidos Esperando que no nos tiren un balazo en la cabeza Para saber si todavía seguimos vivos.

SOBRE EL AUTOR Poeta creador del movimiento: Romanticismo Visceral. Un poema publicado en la revista “Extrañas Noches”, Argentina, 2020. Un poema publicado en la revista editorial “Nefelismos”, Venezuela 2020. Un poema publicado en la revista editorial “El cuarto del muerto” México 2021. Dos poemas publicados en la revista “Herederos del Kaos” California 2021. Un cuento publicado en la revista “Lado Berlín” – Alemania 2021. Parte de los ganadores en la categoría POESÍA en el concurso “Espejismos: Fragmentos del exilio” .

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RABIA DEB SOTO

Escribo para escapar y ser libre como la marea que se desliza sobre la arena, que a su paso todo se lleva. Escribo para que no me consuma la rabia, porque si me dejo llevar por ella todo se apaga. Se inundan mis ojos, se enrojece mi piel, se acelera mi pulso, y me descompongo otra vez. Escribo para esconderme de críticas cuadradas y encapsuladas, que no soportan otra verdad, mas que sólo la de ellos. Porque la gente vive desbocada y perdida detrás de una fachada. Escribo para entender lo que pienso y me tenso entre letras que descargan mis sentimientos. Porque comprendo que nada es absoluto, y con rabia fluyen mis lamentos. Escribo para sobrevivir a las palabras que me hieren, las que no perdonan ni me entienden. Porque entre la opacidad de su ignorancia se atisba la realidad. Escribo para evidenciar, y aunque no lo puedan admitir, que aquellos que dejan de ser auténticos, para ser parte del molde de la sociedad, se convierten en esclavos de sus acciones y no de su verdad.


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SOBRE LA AUTORA

Más pacifista que poeta, y más humanista que coqueta, se trata de una bióloga santaisabelina y estudiante de letras. Apasionada educadora y amante de libros que se ha dedicado a fomentar la lectura y el acervo cultural del país.

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MANECILLAS DEL RELOJ A. ISABEL

La manecilla del reloj cuenta un segundo y aquí estás, la manecilla del reloj cuenta otro segundo y ya no estás. El tiempo. ¡Maldito y descarado tiempo! Me toma, me usa, me mueve, juega conmigo como si fuera su marioneta personal. Agarrado por los hilos me tiene y no me suelta, no me deja respirar. Maldito y desgraciado es el puto tiempo que no para por nada ni por nadie. Le suplicas y le ruegas y sigue su camino el condenado tiempo. No le importa nada, se lleva todo lo que se tenga que llevar por encima, lo arrastra todo sin pedir permiso y eso de pedir disculpas ni se diga que el desgraciado no sabe el significado de esa palabra. Egoísta y engreído. Pasan, pasan los días y el maldito tiempo se olvida de los ayeres y sigue corriendo a toda prisa como si se le fuera acabar el tiempo. ¿Es que no sabe que no tiene por qué tener prisa? ¿Acaso no se da cuenta de que él lo controla todo? ¿Es que no se da cuenta de que no se le va a acabar el tiempo porque él es el tiempo? Ironías de la vida. ¡Maldita sea la hora en la que decidió desquitárselas conmigo! ¿Es que no vio los otros 7 billones de personas existentes en el mundo? ¿Por qué yo? ¿Por qué ahora? Puto tiempo. Tan solo viste que comenzaba a ser feliz y decides quitármelo todo. ¡No pudiste darme unos cuantos segundos más! ¡Quizás tres hubieran sido suficientes! Maldito tiempo. Que me revienta los órganos al recordar que sin ti la vida sería una constante monotonía. Pero eres un desquiciado y dime, ¿Para qué te quiero ahora si me has dejado sin nada? Descarado tiempo. Las manecillas del reloj cuentan un segundo y aquí estoy, las manecillas del reloj cuentan otro segundo y ya no estoy. . .


40 SOBRE LA AUTORA Por alguna razón siempre he sido cohibida a la hora de compartir las cosas que escribo. Llámenle inseguridad quizás. No obstante, a través del camino llamado vida, me he topado con seres quienes me han motivado a compartir más mi historia. Por ellos estoy aquí ahora mismo. Por ellos decidí abrirme un poco más y compartir con los que gusten leerme lo que tengo que decir. Gracias infinitas de antemano por el tiempo que me regalen. Toda crítica y opinión es bienvenida. ¡Un abrazo a todos/as!

SOBRE LA OBRA Esta pieza fue inspirada en la película The Amazing Spider-Man 2 (aunque suene algo extraño o quizás gracioso). Admito que soy fanática del Spider Man interpretado por Toby Maguire, por Andrew Garfield (admito que fue mi favorito) y por Tom Holland. No obstante, dentro de la versión interpretada por Garfield, verdaderamente la escena en que muere Gwen Stacy fue una que me marco mucho y recuerdo que tan pronto salí del cine, me senté a escribir y de ahí surgió “Manecillas del Reloj”.

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LO QUE QUEDÓ FUCHI RODRÍGUEZ

Nunca dudé en dártelo todo. Supe en el comienzo que tendrías mi vida entera, Cada aliento, cada pensar, todo mi tiempo, todo mi espacio, toda yo, era tuya. ¿Supiste que si me hubieras pedido sangre yo hubiera llenado una bañera entera con el flujo de mis venas hasta saciarte? Nunca lo hiciste, pero de haberlo hecho, no lo hubiera dudado ni un segundo. ¿Te enteraste que contaba tu respiración mientras dormías? Pasaba las noches ansiosa, temblorosa, pendiente por si te faltaba el aire, entonces, estaba despierta para darte mi aliento hasta vaciarme. Todo, con tal de que siguieras a mi lado. Por eso, cuando me pediste una barca para irte lejos, muy lejos de aquí, la construí con 32 dientes, 206 huesos, 20 uñas ensangrentadas que yo misma me arranqué, y con 1,734 lágrimas formé el mar para tu travesía.


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Te fuiste, y me dejaste sola. Una mercocha amontonada de órganos y fluidos que se aplastaban en su mismo peso. Mis lágrimas, orina y sangre eran el mismo charco. Mis ojos yacían en mi estómago, viéndome morir. Y mi piel flácida, y patéticamente se preguntaba porqué no me abrazabas. ¿Por qué no me reconstruías? ¿Por qué no me dabas ni un segundo de ti? ¿Por qué me dejas morir? ¿Por qué me dejo morir? Porque no

puedo morir.

SOBRE LA AUTORA Descubrí que quería ser escritora hace unos años, pero entre protestas, huracanes, terremotos, y pandemias, se me ha acobardado la motivación para perseguir esa meta. Aquí estoy, tratando de encontrar mi valentía otra vez.


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d i b u j o

DOÑA BETSY COMO VEJIGANTE DAVID SANTIAGO BONILLA SurferSJ

Realizado con modelo al natural en temática del Carnaval de la Playa de Ponce.


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c u e n t o

LA JUANQUI EÏRÏC R. DURÄNDAL STORMCROW

Él me hala a parte tan pronto ve las fotos de la boda de Marcos y David. “Esos no duran mucho juntos”. “¿Por qué lo dices?”, pregunto. Indica que Marcos y David, de 35 años ambos, son dos musculocas de gimnasio que se “meten hasta el dedo” y que se la pasan en adam4adam en busca de terceros, cuartos y quintos. “Ninguna pareja que hace eso está destinada al éxito”. Lo observo con detenimiento. Quien habla es Juan Carlos. Tiene cabello estilo shaggy, pero con cada hebra en su lugar, lentes de contacto azules, y viste ropa de última temporada de Zara. Lo conozco una noche en las afueras de la disco, cuando se llamaba Eros. Fuma Benson Menthols y pido uno. Aquello sabe a sangre. Mientras fumamos, la Juan Carlos se dedica a mirar a los que pasan en dirección a la discoteca o a Yahaira’s.

―Mira esa. Se mete esteroides. ―¿Cómo lo sabes? ―¿Ves cómo se ven esos músculos? No parecen duros, sino como llenos de agua. Espetas un alfiler y se hace mierda en la cama. Mira esa, con ropa de Armani de hace cinco años. ¡Qué ridícula! Mientras más lo escucho, más consciente soy de que mi propia ropa es de Abercrombie & Fitch, siete años atrás. Me siento desinflado. ―Y esa loca que va por ahí. La tienen quemá en la disco. Hace los baños de atrás y los de Plaza. Dice eso y siento que lo dice por mí, pues para ese tiempo tenía la costumbre de ligar en el baño del primer piso de JCPenney. Llegan los novios de su luna de miel. La Juan Carlos, unos amigos y yo, los recibimos en el aeropuerto con pompa y ceremonia. La Juanqui grita eufórica


46 y hasta da brinquitos. Saluda a Marcos y David con efusividad y me deja de lado por completo. Los saludo de lejos y ayudo con las maletas. Al llegar al apartamento, Marcos y David nos invitan a todos a quedarnos para la cena. Somos siete, contando a Juan Carlos y a los recién casados. Esa noche comemos sopa de camarones, presas de pollo rebosadas y arroz piaf. Bebemos cerveza y champagne. Vemos fotos del viaje que han hecho a Yucatán y Belice. La Juan Carlos no puede cerrar el pico. El alcohol, en estos casos, no ayuda. ―Ay, ¿pero a Yucatán? Mi luna de miel será en Montmartre, Venecia y Milán. Sobre todo, Milán. ¿Belice? ¿Qué de interesante tiene Belice? ―Juanqui, ¿no crees que estás un poquito pasadito de copas, papi? ―pregunta uno de los muchachos. ―Ay, loca, cállate. Tú tienes tanto caché como una almeja. Nadie se ríe. Existe un silencio frío mientras todos observan. Respondo con la mirada que no es mi responsabilidad. Juan Carlos no anda conmigo. David incorpora, besa a Marcos y se despide de nosotros. Se retira a su habitación. ―Está un poco cansado. El viaje fue largo. ―Sí, e imagino que se tiraron a todos los asistentes de vuelo en el avión, ¿verdad? ―Ok, ¿sabes qué? No más alcohol para

ti ―digo, y quito la copa de champaña de su mano. ―Loca aguafiestas. ―Te voy a llevar a tu casa. Vamos. Camina. Los demás me miran con una mezcla de “gracias” y “no te tenías que ir”, sobre todo, porque el único detrimento a la orgía que se daría allí es la Juan Carlos. Monto a JC en su BMW del año y conducimos hasta su apartamento en la zona histórica de Miramar, cerca de la Iglesia neogótica Nuestra Señora de Lourdes. Él sólo se ríe y murmura “patas puelkas, son tan puelkas todas”. Lo subo al piso nueve, abro la puerta del 9A y lo deposito en la bañera. Remuevo su ropa con cuidado y lo baño con agua templada. Nunca lo había visto desnudo. Tiene el cuerpo de un adolescente del equipo de natación, pero nada impresionante. De hecho, tiene un miembro pequeño para su estatura y luce algo desinflado en la retaguardia. Sin embargo, es la pena de verlo allí, ahogado en su delirio de grandeza, en los ropajes de emperador a los que él da tanta importancia, en su peinado planificado para parecer desordenado, es esa ternura que despierta en mí el verlo tan jodido, que hace que me desnude y entre a la bañera con él. Lo abrazo. Se vira como puede y recuesta su cabeza sobre mi pecho. Lo beso. ―Tú sí me quieres, ¿verdad?


47 Ahí noto que Juan Carlos nunca ha lanzado críticas hacia mí, ni he escuchado que haya hecho comentarios de mí a mis espaldas. Lo abrazo y digo que sí. Que lo quiero tanto como él me quiere a mí. Espero su respuesta. Balbucea algo así como “entonces, por fin tengo novio”.

SOBRE LA OBRA Este cuento pertenece a "Cielos negros", libro de cuentos que publiqué originalmente en el 2014 y que aacabo de relanzar con mi nombre nuevo.

SOBRE EL AUTOR Escritor y artista plástico boriqueer.

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POEMAS DE LA SERIE SIKITRAKE WATIBIRÍ * la orto-grafía se kiebra komo akto polítiko/disidente.

a esa infansia ke se bibe sin saber ke se k(a)rese(rá). ¿ké es la amistad? ¿akaso es solo una nesesidá jeoeksistensial pa no tener soledá? ¿dónde kedan las promesas kon paktos de sangre? ¿por ké será ke la lejanía pesa i la distansia es más fásil? ¿i kon el paso del tiempo dónde se guardan l+s biej+s amig+s pa ke no les dé moô? ¿la adultés nos komió la lengua! io no entiendo si esto es egoísmo o amiguismo, pero sí entiendo ke (les) ekstraño: las ĉ arlas bajo los postes, el eskondite, la guiĩotina, las koȑederas por la u por aĩá por puerto real, roksi, kebin, isaak, desiré, brandon ... las pintás de sielos pelos asules nuestras kuerpas rebeldes; el boĉ inĉ eo entre los pasiĩos de la eskuela, los kortes de matemátikas i las eskapás

p o e s í a


49 —brinkando berjas— pa ir al orlando lópes; las kaminatas a la kasa de la jubentú, donde se me introduse al ímeil por la sabaneta grande sábana de petate, aslín, teri, kati, ábner, niki, fefa, kiana, kioĉ iro, kristian, ... las abenturas monteadentro kon la imajinasión entre el terser ojo i un guineo, la biolensia eléktrika de mórtal kómbat entre la selba, las guerras de barro kuando la montaña soltaba su naranja grito; por la neblina de indiera fría marikaeña, debin, dabid, josé, ... {presente} ... por akí estoi, en la saga sandulse dulse san turse; la memoria embáȑase en la neblina de mi dolor i ábrese pa abrasar el teȑuño de la ausensia ... ¿d ó n d é k ed an esos l a s os ke n b a s e s o e n amaȑ a r?


* la orto-grafía se kiebra komo akto polítiko/disidente.

ai español, kada bes ke mi bolígrafa suelta tinta me sorprende kómo imbades el papel i mi pensamiento. ai español, tan metío entre la jelatina de los ûesos; en la pisina del ojo kompenetrarte i en la ensefálika Lengua. ai español, apropiándote de la karibe —ni sé ĩa kómo ĩamarle—, i akribillas, desmenusas i deskojonas kon la espada sonora la jeoeksistensia de mis ansestr+s. ai español, kriminal perfekto absuelto de la kulpa, a diario perpetuando más muerte.

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* la orto-grafía se kiebra komo akto polítiko/disidente.

en la góndola siete mi kuerp+ se desplasa ebadiendo sientos más ke komo moskas dansando en sírkulos triangulares sobre la mierda kaliente de peȑo, atakan los aôra empaketados produktos. poko sabemos de la beldá ke se okulta tras la aksesibilidad a la palma i alkanse de la burguesita mano. el dilema akí no es no saber ké agua no beber, ¡para no morir! lo es, tristemente, la dikotomía entre paladar i marka. akí el dilema no es konseguir karne ni no poder komerla o tener ke kasarla (o komerse la lengua, los sesos, las bolas i âsta las bíseras reĩenas de mierda, ¡por pobresa!) es: ¿kuál de estas muertes-animales embueltas i eksîbidas (en selofán) al ojo morboso ‘ûman+’ ke la disfruta satisfará la superfisial ‘âmbre’ (deboro poĩo, ternera, res, konejo, ... tal bes kordero)? no es preokuparse por no komer, por mendigar unos dies ĉ abitos, ¡para sobrebibir!, por la angustia de tener ke bender su îj+, por migrar i krusar fronteras (marítimas i teȑestres), por la ruptura de la piel ke atrabiesan las kostiĩas... [ke terminan konjeladas; ICE, i purulentas]. akí, en este akomodo desde la kolonia, solo se preokupa por la apariensia, l+s fo(ĩ/ll)o(n/w)e(r)s, la mierda âblada en la prensa, en la radio, en la boka de la burbu, en los shows (mediokres) de mediodía, en la prensa amariĩista; no, no se preokupa


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por la sensura îstórika de nuestra luĉ a kolektiba... ¡nadie! (o mui poka jente) se detiene del ajetreo fiktisio-kolonial-(nekro)kapitalista i se pregunta (o piensa —en la góndola siete) ¿a ké kostas —i/o muertes, i/o robos, i/o biolasiones, ... i de kuáles, sale la komida ke se pudre i bota en este supermerkado —donde mejor se kompra— (de la Bori-kolonia)?

SOBRE LE AUTORE watibirí (¿¿??) a diáspora forsada, de ser un mangó me combertí en kangrejo. pa poder sobrebibir la peste de la siudá, me eksorsiso a trabés del metafobolismo. en esta kontinenta karibe, son los sobakos sudaus i la majia de la presensia, lo ke me permite reĉ asar el jadeo beiĩako de la nabaja.

watibiridaka


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r e s e ñ a

“QUEBRAR NUESTRA LENGUA, IDENTIDAD Y SOCIEDAD EN LA MEMORIA” DE QUIARA A. HUDES My Broken Language. A memoir. De Quiara Alegría Hudes

DAYNA M. ARROYO MELÉNDEZ En el texto autobiográfico de Hudes develamos a través de su narración como se va construyendo a sí misma como sujeto y como va adquiriendo inteligibilidad de su cultura, de su cuerpo y su familia. Desde el inicio se destaca la presencia de las mujeres que la forman e influencia en su devenir como escritora. La matriarca de su familia Obdulia Pérez, fungirá como el pilar que le dará la cohesión y unirá a estas mujeres a sus raíces puertorriqueñas y en el marco de silencio que las circunda. El título del texto funciona como metáfora desde dos referentes, el de la autora y el de su madre. En el transcurso de la narración ella nos muestra como debe quebrar su vernáculo, el inglés y permitirse aprehender su cultura y la de sus ancestros a través de otros lenguajes. El otro modo en el que se

‘quiebra el lenguaje’ es por medio del acento de su madre, como puertorriqueña de la diáspora, el español fue su vernáculo y su mancha de plátano se deja entrever en su discurso. En el texto, el lenguaje y sus manifestaciones en distintos aspectos sociales tendrán un papel protagónico, desde los elementos simbólicos de la religión, la música y la pintura. Todos la ayudarán a acceder a los conocimientos necesarios para entenderse y posicionarse en el mundo. La narración de Hudes se hilvana sobre dos líneas; la lengua como elemento de constitución cultural y de formación de la identidad del ser y sobre los secretos de los que su familia no habla. Así se estructura la memoria de la escritora, entre el no decir de su familia y la apropiación de la


54 voz/escritura que le discurre desde adentro. El primer choque al que se enfrenta la narradora desde su infancia resalta entre sus padres. Su padre era de ascendencia judía, blanco y ateo, mientras que su madre era de ascendencia puertorriqueña, negra, afirmada en su espiritualidad y racializada socialmente. Es decir, desde su infancia Quiara A. Hudes navegaba entre las dos lenguas inglés y español y entre los referentes culturales excluyentes que conformaban en su interior cada uno. Siendo la religión la división más importante entre sus padres. La religión tendrá un rol central en el desarrollo de su escritura y en la adquisión de su voz, dentro de este nuevo lenguaje. El nuevo lenguaje que se le presenta por medio de la devoción materna debe ser estudiado, analizado e interpretado para poder absorber el conocimiento de los orishas. Las divinidades orishas se vuelven fundamentales en la transgresión de su escritura y en la relación con su madre. Solo una vez que accede al lenguaje simbólico de la religión de los orishas logra entender el lenguaje de su madre y sanar su relación. Es a través del lenguaje que el ser humano forma su identidad y el elemento social tiene influencia central en la creación de esta identidad. Por esto, ante una pluralidad de culturas,

es necesario tener acceso a múltiples lenguajes que nos brinden las claves de inteligibilidad de estas culturas. Hudes, desarrolla ante cada acceso lingüístico una nueva faceta de su personalidad, una personalidad multicultural. Desde su recuerdo en ‘kindergarden’, su yo de niña lo entiende, ante la pregunta de, qué es ella, una niña blanca con una madre negra, su respuesta contiene las claves que develaran la lectura del texto; “I’m half English, half Spanish, [...] as if made not of flesh and blood but language” (25). La narradora logra, gracias a su esfuerzo y al esfuerzo de sus antecesoras, sobre todo de su madre, acceder a otros lenguajes que le permiten definirse de forma distinta a sus primas. Estos lenguajes le permiten agenciarse una voz que apalabre los traumas familiares y los recupere del silencio. Y estos lenguajes le permiten también, acceder a una educación que anteriormente estaba inaccesible en su familia, logra estudiar en la Universidad de Yale. Uno de los lenguajes artificiales en los que logra desenvolverse la escritora fue la música, desde su aprendizaje del piano. Conoce a través del instrumento la música clásica de autores como Bach, Chopin, entre otros. Y a su vez el texto, reconoce el importante saber de la música popular, desde la bachata de Juan Luis Guerra, hasta la Fania.


55 Accede a sus raíces, al valor del tiempo en familia y a su sabor latino y caribeño, gracias a la música popular. Esto se convierte en un lenguaje simbólico que le permite definirse. De la misma forma, sucede con las pinturas de Duchamp a las que tiene acceso en el Philadelphia Museum of Art. Lo que la lleva a establecer; “I knew English, halting Spanish and advanced conversational Duchamp” (126). El acceso a una educación formal le permite, como futura escritora, cuestionarse las injusticias que sufrían sus familiares ante la falta de educación y el poco acceso a la salud en esas zonas de la ciudad. Por otro lado, este texto trabaja también, desde la perspectiva de la autora y desde la experiencia de su madre varias problemáticas salubristas que se desarrollan en Puerto Rico y en la diáspora. El cuerpo de carne y lenguaje cobra vida y se materializa para presentarnos estas problemáticas. El primer punto salubrista que observamos en su memoria es sobre la esterilización masiva de las mujeres en Puerto Rico, de la cual su abuela y matriarca de su familia, Obdulia Pérez, fue objeto. Observamos en el texto a través de los ojos de nuestra narradora la cicatriz en el vientre de su familiar y a través de esta reconocemos ‘la operación’, como coloquialmente se le conocía al procedimiento en la Isla.

Del mismo modo que la identidad se influencia de la socialización para desarrollarse en el individuo, la narración enlaza el pobre acceso a servicio médico que como sujetos coloniales y luego en la migración sufren debido a la segregación de los latinos. “Health and sickness were shared by the collective, not shoned individually” (51). Es decir, las enfermedades no se sufren individualmente sino de forma colectiva, pasan a través de las generaciones por nuestro ADN y repercuten el espacio íntimo familiar y en la comunidad. Por tanto, no es casualidad que en los espacios a los que han relegado a las poblaciones marginales y de menor capacidad económica, sus accesos a salud sean de baja calidad. Su madre a través de su trabajo comunitario abogó por el acceso a la salud en el ‘barrio’ y gracias a esta labor se convierte en el primer referente de apropiación de una voz que la narradora muestra. La narradora al acceder a los lenguajes naturales y artificiales le arrebata el silencio a su familia y busca, al apalabrarlos, sanar los hondos traumas de su familia. Estos traumas rodeaban la temprana muerte de muchos de sus familiares a manos de la epidemia del Sida y de los problemas de adicción a drogas de los que nadie hablaba. La epidemia del Sida en los 1990, arrebató la vida de


56 miles y sobre la enfermedad se estableció un tabú que impedía el apalabrar los decesos y el sanar a través de un duelo saludable las múltiples ausencias. Es decir, a través de su escritura ella logra develar los secretos familiares y recuperarlos a un proceso de sanación. Con su escritura y sus memorias, crea la presencia de sus ‘Perezes’, los materializa y configura su humanidad. Cuenta sus problemáticas, que son a su vez, las problemáticas de miles de puertorriqueños que han migrado por las situaciones socioeconómicas y políticas de Puerto Rico. Lo que no se nombra no existe, de forma que en la autorreflexión de la narradora y de sus situaciones familiares, ha nombrado para sus lectores, sus propias familias y las familias de miles. Con su cuestionamiento del sistema de segregación social, del acceso a la educación y la salubridad, podemos cuestionarnos nosotros nuestra propia situación. Visibiliza lo invisible, aprehende conocimientos de ramas populares del saber, para reafirmarnos que el conocimiento se encuentra fuera y dentro de la Academia. Una lectura llena de prosa lirica y espiritual en la que se hilvanan todos los saberes que conforman nuestra cultura latina, llena de comida, música, arte y sobre todo historias vividas.

Imagen obtenida de la internet

SOBRE LA AUTORA Estudiante doctoral de la UPR-RP

Referencia: Hudes, Quiara. My broken language. A memoir. One World, 2021.


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r e s e ñ a

"NO PASA NADA" (2020) DE MARI MARI NARVÁEZ Y SOFÍA IRENE CARDONA

Un excelente libro de cuentos. Narraciones bien pensadas que disfrazan el conflicto de cotidianidad. Como bien sugiere el título, estos cuentos tienen un estilo que podría confundirse con realismo chejoviano. Relatos que, si solo se mira la superficie, podemos pensar que No pasa nada. Sin embargo, estos relatos tienden a ser más poéticos, feministas, e intrigantes. Todo el tiempo existe una tensión y un juego. Es obvio que pasa algo y queremos saber qué es, pero no está evidente. El cuento es lo que no se cuenta. Los temas son bien actuales y universales; temas recurrentes son la amistad femenina, las relaciones fallidas, el exilio y el café. Se me hace difícil nombrar un cuento favorito, ya que este libro tiene una calidad por página impresionante. Trece magníficos cuentos y un prólogo

ELVIN NEGRÓN

en menos de 80 páginas. Por lo tanto, mencionaré lo que me parecen más sobresaliente. En Vuela alto, primer cuento del libro y escrito por Sofia Irene, Nora, el personaje principal, es una “espanta pájaros “ (aunque no literalmente) amiga de la narradora, que a su vez tiene fobia a las aves (o será a volar?). Trata el tema de la libertad femenina. Una mujer atrapada por la obligación social de tener que cuidar a los padres. Me gustó el juego con las ruedas de los carritos y la risa insolente de la narradora ante la ironía del discurso típico de los velorios. Varios cuentos con el tema de relaciones fallidas y problemas de pareja, por ejemplo, el segundo cuento, Ventimiglia, escrito por Mari Mari, tiene un pléilist de los ochenta y saben que eso de mezclar música y literatura me encanta. Como sugiere el título, se


58 ambienta en una pequeña ciudad turística de Italia, un lugar para despejarse, disfrutar la vista, del panorama, sin embargo, lo que está en contrapunto en la ambientación es la situación, lo que podría ser un paseo sencillo donde no pasa nada, contrasta con lo que no se habla, lo que pasa tras bastidores, lo que se quiere obviar, lo que se quiere ignorar con la esperanza de que desaparezca. Pero una niña, como en el cuento de las ropas del emperador, en su aparente inocencia sigue trayendo a la superficie el conflicto y esto obliga a las amigas a discutir el asunto en cuestión. Irónicamente, este paraíso lejano nos recuerda las playas de Puerto Rico. En El anillo (también por Mari Mari), veremos el absurdo de contar días como el que espera que termine una larga condena, pero en este caso para esperar superar un amor, receta para dejar de extrañar. El café como panacea para calmar y consolar por ese abandono inexplicable. Remedio para la depresión. El cuento toma un giro y cambia de perspectiva. Dos que viven juntos en una soledad insoportable. Hay un balance de ansiedad, que se pasa como en un juego de papa caliente. En El cristal de la vitrina (de Sofia Irene), dos amigas de la niñez tienen en común madres atrapadas en relaciones nocivas, pero más allá de eso, su amistad se ha enfriado

bastante, sus mundos se han separado (como se dice en inglés. has grown apart). Hay un juego circular interesante de comunicación y relaciones: Ana le habla a la amiga ignorando a Seiji (pareja ocasional de Ana), esta la ignora y observa a Seiji, mientras este último está enajenado de todo por la barrera del idioma y el hecho de que Ana lo ignora. Un pequeño momento de tensión es salvado por un mesero, y afortunadamente al final No pasa nada. Dos cuentos de Sofía Irene nos recuerdan películas famosas. En La cacería, aparece un ciervo en el patio. ¿Es real o una alucinación? La protagonista, Diana (no puede ser casualidad ese nombre), sale tras el ciervo por el vecindario como el que persigue gigantes. Un revólver azul aparece con el mismo misterio que el ciervo (¿la de Chéjov?) y nos hace recordar la llave y caja azules en la película de David Lynch, Mulholland Drive. Hay un juego muy interesante entre lo real y la ilusión, entre lo tangible y el contraste de símbolos. El ciervo en un animal fuerte, imponente, pero a su vez es apacible y en el cuento ambientado en el caribe, se mueve con naturalidad y esto lo convierte en una criatura fantástica, como un unicornio; al mismo tiempo la manera en que aparece y el entorno (un patio/vecindario en Puerto Rico) lo hace ver como el famoso “elefante en


59 el cuarto“, al que hay que atender. El animal es muy real para Diana. La escena final también se siente surrealista. Otro cuento, Everything is fine, como una traducción al inglés del No pasa nada, es un cuento de horror sicológico que nos recuerda a la icónica película de la novela de Stephen King, The Shinning. Las niñas en el carro y el tema de problemas de pareja nos recuerdan al cuento Ventimiglia, y el final parece dialogar con el primer cuento, lo que le da cierta cohesión y redondez a la obra. En Dori es mitómana (de Mari Mari), nos encontramos con una santa cena femenina; doce amigas se reúnen en torno a Dori. Algo le ha pasado. Ha sufrido mucho y ellas están allí para ella (¿para animarla?). El ritual de la cena con pan, vino, y poemarios, se mueve a la playa. El ambiente se llena de mentiras blancas que permiten vivir en paz. Desde el título hay un juicio, una aseveración, (¿una verdad?): Dori es mitómana. O sea, no se trata solo de una afinidad por la mentira, sino que es una forma de vida para ella. Todos nos mentimos, le llaman disonancia cognitiva, pero hay caos extremos. Sin embargo, lo que le ocurrió a Dori no importa mucho, probablemente es mentira, ¿quién sabe? Después de todo qué es la verdad si no una interpretación individual de los hechos, en ocasiones una hipótesis, un salto de fe a la verdad personal de cada uno,

que transmuta, o mejor dicho, transubstancia lo que nos traguemos. Lo que le pasa a Dori, si es verdad o mentira no importa; es el detonante y fuerza motora para que ocurra lo que tiene que ocurrir. Cavilaciones de una bifurcación nos recuerda al título de un famoso cuento de Borges. Nos adentramos en el laberinto que es la mente cafeinada del narrador que incluye referencias también a los conejos de Cortázar. Otros cuentos tienen temas más existencialistas. En Todavía (de Sofía Irene), vemos el tema del cansancio de una vida larga y pesada versus el alivio que puede traer la muerte. Pero ya sea con entusiasmo o con resignación, se debe vivir hasta el último momento. Hay un diálogo con el último cuento del libro, Yo, la última criatura, también de Sofía Irene. En La pecera, vemos un ejercicio muy interesante de perspectiva al ver la vida a través de los ojos de un pez.

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p i n t u r a

MARLENE CANDELARIA RAMOS

BELLEZA AUDAZ Colors and doodles by Marlene

Comencé a pintar desde que tenía 6 años de edad, siempre ha sido mi lugar para encontrar paz. Sucesos de la vida me alejaron, pero estoy regresando para aprender y encontrar mi estilo.


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p o e s í a

A MIS COM-PATRIOTASJANNELYS MALAVÉ RODRÍGUEZ

¿Qué pensarán los taínos de lo que hemos hecho con sus bateyes? ¿Nos estará acechando Juracán?

Si algo es certero es que vivimos en el país de lo incierto un sistema eléctrico/ sin energía/ a unos nos deja sin luz a otros sin vida una democracia corrupta/ sin reparo, sin valía/ a unos nos deja sin voz a otros sin vida un patriarcado en crisis/ sin educación que lo maldiga/ a unos nos deja sin esperanzas a otras sin vida una junta de acreedores insaciables/ sin el oro robado para pagarles/ a unos nos deja sin comida a otros sin vida un fanatismo irreparable/ ciego e incurable/ a unos nos deja sin patria a otros sin vida una guerra al otro lado del mundo/ sin aliados ni malvados -inventados- que se rindan/ a unos nos deja sin petróleo a otros sin vida una naturaleza que se rebela/ cuyos estragos calan tan hondo, que no se olvidan/ a unos nos deja sin techo a otros sin vida


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una violencia rampante/ cruda, maldita, ignorante/ a unos nos deja sin madre a otros sin vida una sociedad en decadencia/ reflejo de sus rupturas/ a unos nos deja sin sueños/ sin retiro/ sin futuro/ sin hijos/ sin salario/ sin oportunidades/ sin soluciones sin estabilidad/ sin paz/ sin tierra/ sin bandera/ sin himno/ sin país a otros… sin vida. Si algo es certero es que quizás estos epítetos los lean mis abortados nietos y les parezca un deja vu

SOBRE LA AUTORA Residente de Carolina, Puerto Rico y a veces de las nubes. Trabajo como maestra de Español de maravillosos estudiantes de Secundaria. Soy la fundadora y editora de la Revista Interesante (la que estás leyendo, gracias por el apoyo). En mi tiempo libre (casi no existente) intento ser escritora y recientemente publiqué un poemario titulado “Las desventajas de pensar demasiado” Valparaíso, 2022. En temas más formales, tengo un B.A en Educación Secundaria en Español de la Universidad de Puerto Rico. Me dedico a muchos proyectos que a veces no salen a la luz o no termino por tanto multitasking, a veces publico mis escritos en Instagram y mi biografía cambia constantemente según mi estado de ánimo.

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d i b u j o

NANNA

RADIO DRONE

Ilustradora “freelancer” y artista digital.


interesante.pr

Interesante PR

Ser y amar como nos dé la gana. Ser y amar como lo merecemos. Decidir sobre nuestrxs cuerpxs no debería ser un acto de resistencia sino un derecho inquebrantable.




Vol. 2 | Núm. 1 | Julio 2022 | Arte | Cultura | Puerto Rico


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