Revolcadores. Naturalismo. Montañismo. Vivencias

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REVOLCADORES, EL TECHO DE MURCIA AUTORES Lázaro Giménez Martínez (coordinación y rutas a pie y caballo) Isidro López Chacón (rutas Marcha Nórdica. Instructor Nivel II FENWA) Tomás Puerta García (ruta BTT) XXXXX (ruta a caballo) Miguel Ángel García Gallego Joaquín P. Sánchez Onteniente Juan Carlos García Gallego Jesús Rodríguez Sánchez Cristina Sobrado Calvo José Tárraga Poveda Manuel Águila Guillén Andrés Ros Vivancos José Luis Llamusí Carlos Munuera Antonio Martínez Cano José López de haro José María Caballero xxxxxx Fernando Sánchez xxxxx FOTOGRAFÍAS Lázaro Giménez Martínez LGM Jesús Rodríguez Sánchez JRS (fotografía de portada) Manuel Águila Guillén MAG José Tárraga Poveda JTP Antonio Jiménez Paños AJP Antonio Martínez Cano AMC Miguel Ángel García Gallego MGG Juan Carlos García Gallego CGG José María Caballero JMC Tomás Puerta García TPG Fernando Sánchez FS José López de Haro JLH Dimas XXXX CARTOGRAFÍA Mapa topográfico-excursionista “Revolcadores”. 1:20.000 Natursport Ediciones Hojas 909 y 910 1:50.000 IGN ISBN 978-84-96396-73-9 Depósito Legal xxxxxxxxxxxx 1ª Edición Noviembre 2015 PROMUEVE Paraje de La Rafa s/n. Apdo. 23 30180 Bullas Murcia Email: integral@integral.es Tel: 968 65 44 34 Fax: 968 65 44 00 EDITA NATURSPORT Ediciones Publicación financiada con fondos FEDER © Todos los derechos reservados. Prohibida su reproducción total o parcial sin la autorización del editor


A modo de prólogo C

uando nos invitaron a participar en el desarrollo de este programa de Turismo Rural sentí una gran alegría, motivada no solo por el reto de llevar a cabo ideas y proyectos que se han ido forjando a lo largo de los últimos años, cuando el desánimo se ha apoderado de muchas de iniciativas, sino también por trabajar sobre uno de los lugares más bellos y emblemáticos de la Región de Murcia. Revolcadores es naturaleza pura y un modelo de relación entre el medio natural y rural. Es el lugar al que todos los murcianos, amantes de la montaña y la naturaleza, disfrutamos ascendiendo a lo que llamamos el “techo de la Región de Murcia”. Una montaña mágica para nosotros. Las aldeas del entorno, a pesar de haber sufrido algún intento de agresión urbanística, se conservan de forma armónica y equilibrada, manteniendo una población estable aunque sin el aumento deseable que los programas de desarrollo hubieran previsto. Es por ello un territorio óptimo para poner en marcha proyectos que aúnen objetivos de protección y conservación con equipamientos y servicios para la recreación y el disfrute del Turismo de Naturaleza. Por ello sentimos que es un reto el hecho de proponer programas que supongan enriquecer la oferta y los servicios turísticos, dotando al destino de una oferta respetuosa con la singularidad y la calidad del entorno: nuevas actividades para disfrutar la naturaleza de forma activa, nuevos modelos en la oferta de alojamientos, que permitan una experiencia acorde con la idiosincrasia del lugar, nuevas iniciativas que impulsen el valor de la agricultura tradicional a través del consumo de productos locales, revalorización del patrimonio natural, cultural e inmaterial… Todo ello solo es posible con un modelo participativo entre las administraciones públicas y la iniciativa privada, donde se establezcan las necesidades reales del territorio, tanto en la conservación del patrimonio como en los mecanismos de desarrollo socioeconómico, implicando a sectores de población imprescindibles, jóvenes y mujeres. Por eso nos hemos embarcado en este proyecto, porque queremos aportar nuestro grano de arena en el desarrollo de los programas europeos y locales de desarrollo rural y local en la Región de Murcia, haciendo de nuestra región, de toda ella, un lugar mejor para las personas y su entorno. Lázaro Giménez Martínez


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Revolcadores Naturalismo MontaĂąismo Vivencias

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Revolcadores: el techo de Murcia Migue Ángel G. Gallego

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e trata de una simbólica montaña situada en el extremo noroeste de la sierra de Moratalla y la Región de Murciana, que constituye un privilegiado mirador hacia las cumbres fronterizas de sus vecinos andaluces. Me refiero a las sierras de María, Guillemona y, sobre todo, a esa mole esbelta con aspecto de lomo de ballena solitaria que representa La Sagra. Una montaña geográfica andaluza pero, sin duda, un poco murciana en los aspectos relacionados con su explotación, estudio y difusión, al tratarse desde siempre, por su proximidad, interés y belleza, junto a Revolcadores, tradicionalmente, de las primeras nieves que pisa y disfrutan los montañeros murcianos. Un terreno asequible para experimentar las primeras nociones de montaña invernal, el inicio de un camino que conducirá a los más motivados y entrenados a las cumbres más altas del planeta para los murcianos es en esta región de nuestro noroeste, donde comienza esa gran dorsal peninsular: La Sagra, Castril, Cazorla, Segura, Las Vilalas, que culmina en el macizo estrella de la Península Ibérica, Sierra Nevada.

ESQUIANDO EN PUERTO ALTO. ARRIBA LA ARISTA Y LA CUMBRE

VÉRTICE GEODÉSICO EN EL TECHO DE MURCIA.


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ÁRBOLES CONGELADOS LLEGANDO A LA CIMA

En mi opinión todas ellas constituyen, en su estilo, uno de los espacios de montaña mejor conservados de Europa. Un verdadero privilegio natural para todas las regiones limítrofes. Con la información y el equipo básico adecuado, en invierno y en verano, Revolcadores es una montaña franca, apacible y segura. Salvo por una mala planificación nos sorprenda una densa niebla o la ventisca y te encuentres sin visibilidad en mitad de los sucesivos escalones rocosos que miran en dirección noroeste hacia la hermana rambla de la Rogativa, circunstancia donde, incluso, puede hacerse ilusión encontrar un trozo de cuerda en el fondo de tu mochila. Prácticamente todas las restantes y evidentes rutas de ascensión son, sencillamente, un disfrute. El pueblo de Cañada de la Cruz, habitual punto de partida, respira autenticidad natural, hospitalidad y autosuficiencia. Cuando dejo volar mis recuerdos de montaña, con facilidad fluye en mi mente la imagen de Cañada. La abuela de mis hijos, es decir Aurelia, mi suegra, es en origen, cuerpo y alma de Cañada, y desde luego, digna representante de los habitantes de esa zona. Noble y buena como el pan, dura como el pedernal, trabajadora incansable y, además, gran andadora. Alegre, paciente y resistente. Por supuesto hemos recorrido juntos y en familia las ascensiones invernales de la zona, incluyendo las rutas heladas y empinadas de La Sagra. Amelia es, además, la mejor cocinera que conozco, desde los ingredientes más sencillos a los más sofisticados. Como podéis imaginaros el regreso a las casas de sus hermanos y cuñadas, en el campo base de Cañada, convierte el fin de la excursión en un valor añadido. Curiosamente, y debido a que tenemos la posibilidad de reconfirmar telefónicamente las condiciones de nieve excepcionales con el pueblo, aunque estoy seguro de que sin ella la ascensión debe ser igualmente interesante, la realidad es que nunca he subido a Revolcadores sin una notable cantidad de ese hermoso y fértil manto blanco.

En una ocasión la ventisca sopló durante tres días sobre el macizo, al cuarto amaneció espléndido y, nosotros, alertados, completamos una de esas ascensiones inolvidables sobre la clásica arista desde Puerto Alto, convertida en un verdadero “bosque encantado”, con los árboles literalmente petrificados por la acción combinada de esos eficaces escultores que son el hielo y el viento. Con frecuencia invitamos a nuestros amigos más animosos, aunque no sean practicantes habituales de las actividades de montaña, a descubrir la zona. Lógicamente los equipamos adecuadamente con botas y equipo impermeable, polainas, guantes, bastones de esquí, piolet, etc. De esta manera, y con la valiosa colaboración meteorológica de nuestros espías familiares en Cañada. A veces nos encontramos con nieve hasta la rodilla, desde el pueblo, abriendo huella profunda hasta la cumbre, para rematar con un largo descenso por el Puerto Alto con la carretera congelada e impracticable hasta el pueblo. Naturalmente, con nuestros amigos tan cansados como felices, pero sobre todo orgulloso y gratamente sorprendidos por encontrarse a dos pasos de su ciudad con ese momento de plenitud efímero en el punto culminante de nuestra tierra. Es ese mágico territorio, antesala de la Alta Montaña Ibérica, que llamamos Revolcadores.


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Revolcadores en el recuerdo Joaquín P. Sánchez Onteniente

En memoria de D Arturo Valenzuela Moñíno

El Servicio de Investigación y Defensa de la Naturaleza

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n la primavera de 1976 yo tenía 15 años y era un ilusionado chaval de la “Generación Félix”, mi meta era –siguiendo los pasos del alucinante divulgador y proteccionista de la naturaleza- dedicar mi vida por entero al estudio y defensa de la fauna y de los espacios naturales. Según avanzaba en los estudios –ya me encontraba en 6º de bachiller- empezaba a desesperarme con que el curriculo de ciencias naturales en el bachillerato y la propia inercia de los profesores, se recrease una y otra vez en la biología general y celular -¡venga órganos y tejidos!- de manera que jamás quedara un hueco para el solitario tema de ecología, al final del libro, al que nunca llegábamos. Mi ilusión por tanto iba por otros derroteros: un año antes había fundado, en el propio instituto (Alfonso X el Sabio, en el barrio de Vista-Alegre, que entonces nos decían “centro piloto de la provincia”) el Club “Los Linces” de Murcia, encuadrado en la sección juvenil de la entonces denominada ADENA (Asociación para la Defensa de la Naturaleza) –hoy WWF-España- sección presidida, como no, por Félix, y todo mi afán era hacerlo crecer y destacar en la atonía medioambiental de la época. Así que cuando mi profesora de ciencias, Rosa Mª Verdú Jordá, me preguntó si querría colaborar en un estudio global sobre el medio natural que al verano siguiente se iba a realizar en las sierras de Moratalla, con criterios ecológicos, “diferenciando por ejemplo entre la flora y fauna de solanas y umbrías” –esta frase la recuerdo literal, como también recuerdo el lugar exacto del hall del instituto donde me lo explicaba, en esos recuerdos fotográficos de los momentos que te marcan para siempre- ni que decir tiene que no vacilé ni un momento. Fue la primera vez que escuché el sonoro nombre de Revolcadores. El 27 de abril de 1976 me entregaron mi carnet de “Colaborador” de la Sección de Biología, dirigida por Rosa, del Servicio de Exploraciones e Investigaciones Subterráneas, de la Diputación Provincial de Murcia. El Servicio era un personalísimo logro de Arturo Valenzuela Moñino, químico de formación e hidrogeólogo de vocación, que entonces ejercía como profesor de ciencias naturales en el Instituto Nacional de Bachillerato Licenciado Cascales – mi primer encuentro con él fue en su despacho de la Jefatura de Estudios- y detentaba una larga trayectoria científica en ese campo, y singularmente en la espeleología científica, que antes de ver mermada su salud y su

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D. Arturo pronto me adoptó como su “secretario particular”. El Servicio empezaba a coger cierta dimensión a raíz de la publicación un año antes de su primer volumen de “Comunicaciones sobre el Carst en la provincia de Murcia”, con trabajos referidos fundamentalmente al sector cárstico de Los Losares, en Cieza, y algunos sueltos sobre otras cavidades en Cieza, Caravaca y Cartagena. En ese año 1976 su presupuesto anual había mejorado notoriamente, llegando a las 500.000 Ptas (unos 3.000 € de ahora). Me fichó como auxiliar administrativo, con un sueldo de 10.000 Ptas (era el único miembro del Servicio, de entre una veintena de desinteresados colaboradores, que percibía un salario) y me puso a cargo –dos horas diarias, tres dias a la semana- de la oficina habilitada en la 3ª planta del entonces pomposamente denominado “Palacio Provincial”. ¡Demasiadas emociones para un adolescente!. Lo cierto es que me convertí en la sombra de D Arturo, con el que siempre despachaba en su Jefatura de Estudios o en su casa, -raramente en la Diputación-, encargándome de labores administrativas y de mil recados. Pero lo mejor es que pude seguir de primera mano todos los preparativos de la para mí emocionante “Operación Científica Revolcadores 1976”, como posteriormente los de publicación de resultados. Sobre todo porque Revolcadores había supuesto, como después supe, un radical cambio de esquemas en la mente del entrañable espeleólogo. Los trabajos de campo se habían iniciado en 1974; ésta era por tanto la tercera y última “campaña” (el término venía a reflejar la realidad de un entusiasta y precursor grupo de profesores de instituto que podían dedicarse intensamente a esto sólo en verano) pero ya desde su principio, como escribió D Arturo, “Se obtuvieron algunos resultados, sobre todo información y localización, y lo más importante de todo, la convicción de que el esquema SERVICIO DE EXPLORACIONES E INVESTIGACIONES SUBTERRÁNEAS era en absoluto insuficiente para abordar tan ingente y compleja tarea del estudio de Revolcadores, como exigía el interés de la Provincia”. Merced pues al impacto científico, pero también emocional, de Revolcadores en el artífice del Servicio y en su más cercano núcleo de colaboradores y amigos, se desencadenó un ilusionante proceso que llevó a su transformación de inicial órgano científico para estudios cársticos creado en 1972 a la constitución como fundación pública de la Diputación Provincial, con la denominación de “Servicio de Investigación y Defensa de la Naturaleza”, lo que administrativamente concluiría en 1978, si bien de facto se operó con tal nombre desde el término de la campaña del verano de 1976. Que surgiera este intento paraoficial fue para quienes lo conocimos en extremo emocionante, porque estabamos en los primeros estadios de la transición política posterior a la dictadura franquista, cuando la única estructura administrativa de

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vigor físico –andaba por la sesentena y con afecciones serias- había practicado por toda España, especialmente en su etapa de profesor en Caravaca de la Cruz, en que seguramente surgió el flechazo con aquellas magníficas sierras cársticas.

conservación era un Servicio Provincial del Instituto Nacional para la Conservación de la Naturaleza (ICONA) íntegramente compuesto por profesionales de ingenierías de montes y agrícolas, sin ningún espíritu “ecologista”. Y desde el plano científico todavía no había empezado a andar la recién creada Sección de Biológicas en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Murcia. Teníamos en nuestras manos un experimento institucional unificador de la investigación y la protección de la Naturaleza. ¿Cómo no ibamos a emocionarnos? Y también ¿cómo no ibamos a creernoslo? Desafortunadamente todo se malograría por una miserable mezcla de envidias, egos e intereses personales al arribar a la Diputación Provincial el primer gobierno democrático, cuando su Vicepresidente Juan Monreal accedió en 1980 a disolver el Servicio sin más excusa que proceder del anterior régimen político, pese a que apenas dos semanas antes el flamante Diputado de Cultura, José Manuel Garrido, nos reunía a sus miembros para garantizarnos la pervivencia e incluso potenciación, ya que a diferencia de otras fundaciones públicas, le constaba su despolitización y vocación científica. Pero esta triste historia tendrá que escribirse en otro momento


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Mi encuentro con Revolcadores

las que más me entusiasmaron) se sucedieron continuamente, bien es verdad que hubiera agradecido mayor compañía de expertos en la materia; pero ello me obligaba a leer con fruición mi única guía de campo, amén de las varias que había adquirido el Servicio. Mis notas, que en principio tenían como único objeto complementar las ornitológicas de MacIvor, me sirvieron para componer dos modestos artículos –jamás había esperado tal responsabilidad, dada mi juventud- que perentoriamente me reclamó D Arturo dos meses después, para completar el nº 2 de las “Comunicaciones sobre el Carst” (unas notas sobre mamíferos, y una propuesta de conservación, la primera que se ha documentado por tanto sobre la zona)

El 31 de julio de 1976 llegamos a “Ynazares” –con y griega en el cartelito de la entrada, en un camión ligero del parque móvil de la Diputación, cargados con las tiendas de campaña y demás bártulos. Los últimos 14 km del recorrido, camino de tierra desde el cruce con la Carretera Comarcal de Caravaca a La Puebla de Don Fadrique, me habían ido adentrando con natural entusiasmo a la gran naturaleza del Noroeste murciano: cultivos cerealistas, retamares y tomillares, monte bajo, encinares, pinares , roquedos… todo se abría amablemente ante mis sentidos, bajo la presidencia del macizo calizo de Revolcadores, hasta llegar a la alameda previa al pueblo, donde descargamos el material y montamos el campamento. Los primeros niños –de los más de 140 habitantes que entonces había, hoy apenas una treintena- tardaron poco en llegar y acompañaron los breves trabajos de instalación. En diferentes coches particulares y en un Land-Rover también de la Diputación, conducido por Carmelo, el chofer del parque móvil que ya se quedaría durante toda la campaña, pernoctando –eso síen una habitación alquilada del pueblo, llegaron el resto de miembros del equipo.

Paisajes y paisanajes Son abundantes y cálidos los recuerdos de aquellos hermosos paisajes que entonces descubría, y sobre los que después he vuelto, -siempre con D Arturo y su Servicio impregnándolos- pero también son unos cuantos, e igual de cariñosos, los que tengo de aquellas gentes en aquellos precisos tiempos en que, pese a la despoblación económica, los quehaceres esenciales se mantenían en las tradiciones más auténticas.

Podían diferenciarse dos grupos humanos: los enérgicos y divertidos “muchachotes” de la espeleología, que habían acompañado al Servicio desde sus inicios y continuaban su actividad fuera de campaña en grupos deportivos como Hinneni de Jumilla, o el grupo de OJE de Murcia (Angel Saura,.el fotógrafo, acompañado de su hermano LuisMi, que me quitó el título de benjamín del campamento, Manolo Martínez “Lanas”, Tomás Gil, Emiliano Hernández, hoy director del Museo Arqueológico Jerónimo Molina de Jumilla, y Javier González); y por otro lado el grupo de científicos, más numeroso y en su mayor parte profesores de instituto. De éste tengo principalmente en mi memoria a la ya citada Rosa Verdú, Mariano Pelegrín (funcionario ya jubilado de la CHS) y su entonces novia Santi Sevilla y Antonio Gómez Gersol, que yo ya conocía como primer presidente de ANSE. Mención aparte el ya fallecido James MacIvor “Jimmy”, curiosísimo y entrañable personaje, también histórico precursor de ANSE, ornitólogo americano afincado en Torrevieja, metódico y riguroso en sus observaciones, y todo un “show” como persona, incluso en su aspecto físico e impedimenta. Yo tenía dos misiones en la “Operación Científica”: una era la ya avanzada de secretario de dirección, pero la otra era mucho más sugerente: acompañante de Jimmy en sus excursiones ornitológicas.

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Siguieron dos semanas muy intensas, con recorridos ornitológicos con MacIvor o a veces sólo, desde el campamento base de Inazares, con una estancia de varios días en un campamento volante en la Serrata de la Torre, cerca de El Sabinar, con el objeto principal de explorar y topografíar una cavidad. Algun dia lo pasé completamente sólo recorriendo –naturalmente a pié- esas sierras, especialmente la zona de Villafuerte y Arroyo Blanco. Las observaciones naturalistas (rapaces y cabra montés fueron

Había muchas cosas nuevas para mí. Al seguro divertimento que continuamente protagonizaba el grupo espeleológico con su humor tan rudo como ruidoso -¡que gente tan extraordinaria!- se añadían las singulares personalidades de aquel heterogéneo grupo de estudiosos. Y todo ello con el transfondo de una población rural curtida y noble, de agricultores de secano, recolecteros-destiladores de esencia, pastores de ovejas y cabras, canteros, taberneros y comerciantes, pegados al terreno y a sus alegrías, temores y tristezas, pero siempre deseosos, para mi fortuna, de vernos y contarnos.


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19 Por aquellos tiempos la recolección de aromáticas silvestres y su destilación en pequeñas calderas para obtención de esencia, que era enviada –creo- a la fábrica de Alcantarilla, suponía una importante inyección económica que mantenía a la gente ocupada. Las calderas se repartían por diversas cortijadas. Las labores del secano constituían sin embargo la principal tarea, así como el trasiego de rebaños. Ni rastro por supuesto de actividades turísticas. Recuerdo que a los pocos meses de aquel verano, en una visita al pueblo con dos amigos, el único cantinero nos contaba que si hiciera 25 Ptas de caja diaria sería suficiente para continuar, pero no las alcanzaba. Las canteras de calizas marmóreas empezaban a hacerse presentes en el paisaje, y por cierto destrozaron por aquel entonces sin ningún recato un yacimiento arqueológico en el entorno de Calar de la Santa, pese a un tímido intento de protección de nuestro Servicio. Yo me pegaba cuanto podía a los pastores para que me contaran cosas de aquella viva naturaleza (aprendí de uno cómo sacar el veneno de la víbora si “picaba” a una oveja, “punchándole” con una astilla de enebro; pero desesperé a otro al que pedí me enseñase a liar picadura de tabaco) y fue pasando la campaña, entre solitarios senderos, nombres tan sonoros como hermosos sus paisajes (Majarazán, Tornajuelo, Cantalar, Puerto Hondo, y tantos otros) divertidas veladas de campamento, acarreos de pesados materiales de exploración de cuevas y simas, y nubes de polvo levantadas por nuestro Land Rover. El geógrafo Pepe Sánchez estaba entusiasmado con la idea de que los tipos morfológicos de los habitantes de la zona, especialmente del propio Inazares, sugerían su descendencia de los 6.000 colonos alemanes que trajera Carlos III en la campaña colonizadora iniciada en 1767 para poblar el norte de Andalucía, con núcleo principal en La Carolina (Jaen). No hacía más que mostrarnos las cabezas de los niños, algunos es verdad que asombrosamente rubios, fotografiando con ansia cualquier persona que reforzara su hipótesis. Mientras a lo lejos los extraños saltos de Angela Muñoz, certificaban que la aracnofobia no era la mejor acompañante para una geóloga de campo No había pueblos o aldeas deshabitadas, a nuestro paso siempre salía alguien. Las viejas cosían junto a las puertas. En fragmentos de supuestas aceras se secaba al sol el “tabaco verde”, que salvando algún episodio de confiscación –decían que por saltarse el monopolio- se ahorraban de comprar, aparte de que el del estanco no había sido rociado con aguardiente durante el secado. Se hacía pan en las casas dos veces al mes; suficiente, el dia decimoquinto estaba tan duro como el primero. La última noche cenamos apretadamente dentro de una casa, creo que del alcalde. Un pequeño vial con esencia recién destilada que su patrona había regalado a nuestro conductor se rompió dentro y todo sabía a espliego. Pero no recuerdo tanta alegría. A D Arturo, a su leal compañera Consuelo, y a todos ellos les llevaré siempre en mi corazón.

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Revolcadores, la montaña, la primera vez Juan Carlos García Gallego

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iempre me ha entusiasmado explorar, ver, sentir por primera vez. Es cierto que las montañas cada vez que se visitan tienen un traje diferente, pero nada es superable al placer de la primera vez, de descubrir su silueta, de gozar el paisaje y hollar su alma en la cima, respirando el universo inmenso que aparece. Recuerdo un mes de enero de 1983. De forma atípica, yo participaba en una excusión “senderista” del Club Montañero de Murcia, y digo de forma atípica porque, en aquél tiempo, yo ejercía exclusivamente mi pasión hacia la montaña con el deporte de la escalada. Además, la forma de escalar que practicábamos era muy diferente a la que predomina hoy día conocida como “Escalada Deportiva”, donde las rutas están preparadas y equipadas de antemano para poder desarrollar una escalada difícil pero rápida y segura. Nosotros éramos escaladores clásicos, nos gustaba la aventura, el terreno virgen, subir paredes largas sin seguros previos preinstalados, la mayoría de las veces ◂ ESCALONES ROCOSOS SOBRE LA ROGATIVA


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23 a mil metros de altura de Murcia”. Así, sin más, marchamos durante 730 kilómetros, en 32 días seguidos, caminamos de sol a sol, durmiendo siempre al raso, sin portar siquiera tienda de campaña. Acabamos la marcha de tal guisa, que, en Puerto Lumbreras, donde concluimos la travesía después de coronar el último mil (Cabezo de la Jara), la policía nos detuvo y nos trasladó al cuartelillo, pues no les convencieron con nuestro aspecto, las explicaciones de que caminábamos hacia la estación de autobuses para volver a Murcia. Por fortuna, la cuestión se resolvió pronto cuando apareció “el mando” y les reprendió a los policías: “Pero que hacéis, es que no habéis leído la prensa, estos montañeros llegaban a Puerto Lumbreras hoy, después de andar toda la región”. Con esta travesía contribuimos a rectificar el “Catálogo de Cumbres de la Región de Murcia”, donde 146 (incluido Revolcadores), superan la cota de mil metros, de un total de 377 cumbres. Después Navarro completó todas las cumbres de la Región, y, a continuación, lo hice yo, recibiendo un trofeo de prestigio, pero muy minoritario, que han obtenido unos pocos más, llamado “Trofeo Cumbres de la Región de Murcia”. Con él terminé, si es que alguna vez se acaba, de conocer todas las cumbres de mi región.

Revolcadores, la cima, la primera vez lo hacíamos por donde nadie antes había pasado. Cuando empezamos nuestra ilusión era ser capaces algún día de escalar en las grandes paredes de la Tierra, especialidad deportiva minoritaria que hoy que se conoce por “Big Wall” (Escalada de Grandes Paredes”). Precisamente, en verano de 198 abrí, con mi hermano José Luis un nuevo itinerario de escalada en la cara oeste del Naranjo de Bulnes (vía Almirante), y, a continuación, los cuatro hermanos partimos hacia el Parque Nacional de Yosemite, en la Sierra Nevada de California, donde permanecimos casi un mes colgados de una pared vertical de 1000 metros de granito, y fuimos los primeros escaladores no americanos que conseguimos trazar una nueva ruta que bautizamos con el nombre de “Mediterráneo”. Aquel día de enero de 1983, en el que yo marchaba con el Club Montañero de Murcia, hacía un día frío, lóbrego casi oscuro cuando alcanzamos el techo de Sierra Espuña, de repente, el cielo dejó entrever una ventana por donde asomó resplandeciente una montaña blanca, que anunciaba a gritos el exiguo reino de la nieve en el Sur. La miré sorprendido y extasiado por primera vez. En ese momento, un montañero veterano se aproximó para decirme: “Escalador, lo que brilla es Revolcadores, la cumbre más alta de Murcia”. Me quedé perplejo ante sus palabras, venía de escalar una de las paredes más difíciles del planeta y no conocía mis propias montañas. Había que ponerle remedio, llamé a José Antonio Navarro Mateo y le dije: “He pensado en hacer una travesía siempre a pie y subir todas las cumbres superiores

En octubre de 1983 estábamos casi al final de nuestra larga travesía para subir a todos los “Miles de la Región de Murcia”, llevábamos cerca de un mes subiendo cumbres sin descanso. Recuerdo que apuramos al máximo la jornada y el destino quiso que llegáramos a la cima de Revolcadores justo en el ocaso. Exhaustos, dormimos bajo las estrellas, al raso, recostados sobre unas losas calizas de la cumbre, sin más abrigo que unos exiguos sacos y el relente de la noche. Por la mañana tuve un despertar bastante extraño, pues de súbito me coceó un borrego, abrí los ojos y me encontré envuelto entre un rebaño de ovejas. Desperté a Navarro, que, con mejor suerte, no le habían pisado y dormía como una lápida. Torpes, desgreñados, cansados, vimos cómo por detrás de la figura del vértice geodésico nacía el sol en Murcia. Tenía frío y recordé a ese veterano que meses antes me había señalado la nieve en Revolcadores. Recordé también mis tiempos de Scouts, mis primeras salidas a la sierra, mi obsesión por la escalada, y empecé a sentirme montañero.

Revolcadores el dosmil más oriental de España En 1998 publiqué un par de libros que tenían por título “Excursiones por el Sur de España”. Fue un nombre comercial ideado por la editorial Desnivel, aunque en los subtítulos de la contraportada se informaba de la auténtica finalidad de la obra: “Mostrar los municipios y sierras más elevadas de la Bética, …..para elevar al caminante hasta todas sus cumbres de dos y tres mil metros”. El libro surgió como proyecto


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25 personal, simplemente quería subir a los picos más altos del Sur, porque era mi tierra, y como montañero pretendía explorar todas las cumbres donde nieva y aparece la alta montaña. Me sorprendió que en ninguna de las tres federaciones implicadas (Andaluza, Murciana y Castilla-La Mancha) existiera algún listado donde catalogar los dos miles y tres miles de la Bética. No se disponía de información donde averiguar por dónde subir a las cumbres. Había algunos itinerarios que se habían hecho tradicionales y que se repetían hasta la saciedad, mientras otras muchas cimas o recorridos alternativos, y en ocasiones más respetuosos con los límites naturales de la montaña, permanecían sumidos en el olvido. El fruto de mi pasión fue el primer listado conocido de “Dos miles y tres miles del Sur de España o la Bética”. A partir de ahí dio vida a un trofeo, que han seguido muchos montañeros y clubes de montaña. La lista suma un total de 100 cimas, de los cuales 19 son tres miles, 18 superan la cota 1950 metros pero sin llegar a 2.000, y finalmente, 63 son cimas de 2000 metros. En mi empeño llegué con el relato a Revolcadores, y confieso que me sentí, (egoístamente, pensando como murciano), un poco triste, porque comprendí que era el único dos mil que los avatares de la historia habían dejado en Murcia. Descubrí que Segura de la Sierra, en la cabecera de la Sierra de Segura y su extenso entorno (Santiago de la Espada, Siles, Villarodrigo, etc.), pertenecieron al reino de Murcia adscrito la corona de Castilla. También que la Sagra 2.382 metros (Puebla de Don Fadrique), entre sus acepciones posibles, significaba “frontera”, hasta donde debimos abarcar. Igualmente se incluía en la “Región de Murcia”, los dosmiles de Nerpio en la Sierra de las Cabras. También entreví la importancia del Marquesado de los Vélez en la Sierra de Filabres y aledaños de Castril. En suma, Revolcadores fue la única alta montaña que ha dejado la Constitución de 1978, cuando remató la división Regional de España, heredada de la división territorial del estado en Regiones y Provincias, que realizó en 1833 Javier de Burgos (Secretario de estado de Fomento de Isabel II), consagrando la separación de Albacete y Murcia, y dejando al oriente huérfano a Revolcadores como único dos mil de la Comunidad Autónoma de Murcia.

Revolcadores, los árboles duende Revolcadores es la única exigua isla donde perdura el piso oromediterráneo en Murcia, como bien saben los botánicos cuando asocian temperatura, altitud y pluviosidad a la existencia de determinadas series vegetales. En cualquier caso, sin llegar a tanto, el común de los murcianos pronto aprende a temer más las borrascas que entran por levante o el Mediterráneo, que las que lo hacen desde occidente por el Atlántico, porque han aprendido desde niños que éstas dejan su frío, lluvia o nieve sobre Sierra Nevada, Baza o Cazorla y raras veces penetran con intensidad hasta la huerta de Murcia. De ahí nuestra eterna desgracia con la falta de agua. Sin embargo,

Revolcadores es netamente diferente, pues su plomizo y alargado lomo, escondido entre el extenso macizo de montañas del noroeste murciano (Caravaca y Moratalla), fue elegido por los dioses para ser frontera de los dos mil metros hacia oriente y el ancho mar Mediterráneo, y, como tal, cada nuevo invierno rompe la regla madre recibiendo amplias nevadas con borrascas de occidente, norte o noroeste, para ser proclamado rey y teñir sobre Puerto Alto un bosque duende, de cuyos árboles penden lustrosas barbas blancas que acompañan al caminante hasta la misma cima de Revolcadores. Un efímero sueño en el Sur, casi una leyenda a perseguir los días inmediatos y siguientes a la entrada de grandes frentes ábregos, antes de que todo se extinga y retorne la calma mediterránea.


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Una montaña de emociones

José Tárraga Poveda

Fundador de la Agrupación de Senderistas y Montañeros de la Región de Murcia (ASM)

Revolcadores, nuestra cima más alta

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omo bien sabemos, la cima de Revolcadores, con sus 2.027 metros según algunos mapas, es la máxima cota de la Región de Murcia. El punto más alto en el que puede posarse un copo de nieve en suelo murciano. Y decimos copo de nieve con mucho fundamento, porque en Revolcadores nieva todos los años. Además, ese copo de nieve, una vez licuado por el sol del sureste, puede acabar en dos mares distintos: el Atlántico, navegando por el Guadalquivir, o el Mediterráneo, surcando las aguas del Segura. Y es que el techo de la Región Murciana también es divisoria de aguas, entre la cuenca atlántica y la mediterránea. Revolcadores es un objetivo codiciado por todo montañero. Es el único dosmil de la Región de Murcia. El primer dosmil de todas las montañas béticas, o el último, si venimos desde el oeste. Los coleccionistas de los techos de nuestro país (los puntos más altos de cada Comunidad autónoma o de cada provincia) lo tienen señalado en su libreta de cumbres. Cualquier montañero murciano debe subir a Revolcadores. Me atrevo a decir algo más, todo murciano debería subir, al menos una vez en su vida al techo de su tierra. Además, no es una empresa difícil. En efecto, Revolcadores no es una montaña que entrañe gran dificultad técnica, salvo con la nieve en invierno y, ocasionalmente, con la niebla que puede despistar a más de uno y llevarle a donde no pensaba. Pero, aparte de esos adversos fenómenos meteorológicos, que para un montañero hacen más atractiva la subida, por más que nos empeñemos, en Revolcadores sólo vamos a encontrar una amable montaña que invita a disfrutarla en cualquier estación del año. Cualquier persona habituada a andar puede subir a Revolcadores.

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Y cualquier estación del año es buena para subir a Revolcadores. Incluso en verano, pues aquí la temperatura refresca en comparación con el valle. Siempre que se haga a primera hora de la mañana, o por la tarde, se puede hacer cumbre, evitando las horas centrales del día. Revolcadores es una cima ideal para hacer vivac en su cima, especialmente en verano, cuando se agradece la diferencia de temperatura entre los dos mil metros y las tierras bajas de la Región de Murcia, gradiente térmico que puede llegar incluso a los 20 grados de diferencia. Dormir en lo más alto de la Región de


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29 Murcia, bajo un cielo con un millón de estrellas, es una experiencia que aconsejamos a todo montañero. Pero en invierno, con nieve, niebla o ventisca sólo montañeros experimentados deberán acometer esta ascensión, de claro sabor alpino, pues incluso el acceso en vehículo a Puerto Alto o a los pueblos de sus faldas (Inazares, Cañada de la Cruz, Los Odres) puede estar cortado a causa de la nieve. Revolcadores es distinto en cada estación del año.

Revolcadores en la historia de ASM

Pero, desde su nacimiento, ASM, nuestro club de montañismo, se propuso cambiar ese estado de cosas y darle a las ascensiones a Revolcadores el merecido y muy alto protagonismo que debía tener en las andanzas de cualquier club de montaña murciano. Y por eso nos propusimos, desde un primer momento, que Revolcadores formara parte del curriculum de todo montañero, especialmente si era murciano. Había que poner en valor, en alto valor, la cumbre más alta de las tierras murcianas. Y lo primero era empezar a pisar y trillar todas las rutas de ascenso, por sus cuatro puntos cardinales y difundirlo a través de Internet, el medio que ASM eligió desde sus orígenes para publicitar su actividad y dar a conocer nuestros más bellos parajes. Subir desde Puerto Alto, que era lo más habitual, y subir desde Cañada de la Cruz y Los Odres, que se hacía con menos frecuencia. Así cada año programábamos, al menos, un par de subidas distintas a Revolcadores. Pero había una ruta que se hacía muy poco, la que se iniciaba en Inazares, el pueblo a mayor altura de la Región de Murcia. Era una ruta poco definida, sin referencias en la literatura de montaña y apenas transitada. Con la colaboración de Dimas, el del Caserío Inazares, que acababa de abrirlo, nos propusimos hacer la ruta desde Inazares, el pueblo de los Ignacios. Y no sólo definimos una ruta, sino que marcamos dos, al estilo de ASM de utilizar, siempre que es posible, una ruta de subida y otra distinta de bajada para una cima. Revolcadores se lo merecía. Así que tomamos la ruta que, por la vertiente sur del Pinar, sube por el sendero de pastores al collado que se abre al barranco de las Covachas y, desde allí, asciende al siguiente collado del Majal

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El techo de la Región de Murcia está estrechamente ligado a la pequeña historia de ASM desde su nacimiento. Cuando nuestro club iniciaba su andadura, a principios del año 2.000, la ascensión a Revolcadores no era muy habitual entre los montañeros murcianos, que se decantaban más por ir a La Sagra, montaña mucho más seductora, o a otras cumbres más “atractivas” del sureste. De hecho, las rutas de ascensión, salvo la de Puerto Alto, no estaban muy trilladas. Revolcadores, pese a su altura, no era una cumbre de la que estuvieran orgullosos los montañeros murcianos. Sólo muy de tarde en tarde se subía a nuestra montaña más alta.

de la Sima y, finalmente, tras una nueva bajada, alcanza Revolcadores por su espolón sureste. Desde la cima, que ofrece un soberbio y dilatado panorama, se ve una pista que se queda a media altura hacia el noroeste. Ese fue el camino que diseñamos para la vuelta. Regresamos, y sin llegar al collado del Majal de la Sima, tomamos el espolón que nos dejó en la pista que nos lleva hacia el barranco de las Covachas. Ates de llegar al barranco la pista hace un marcado giro que desatendimos para bajar al barranco y luego subir (esto sólo se le ocurre a un abogado que sabe lo que quiere), para llegar a la Fuente del Pino y, por pista de nuevo, regresar a Inazares. Dimas, cuando ya se había pisado la senda siguiendo los hitos que pusimos, marcó con las señales de PR (blancas y amarillas) la senda circular que habíamos trazado con hitos y, con el tiempo, se ha convertido en una ruta popular de subida a Revolcadores, la más larga y la que más desnivel acumula. Desde entonces la ascensión a Revolcadores siempre forma parte del calendario montañero de ASM. Es más, cuando hay ocasiones especiales, la celebramos en Revolcadores y, al respecto, voy a señalar dos hitos. Cuando en 2.009 la alpinista Lucía López Ferrándiz se propuso ser la primera murciana en subir a un ochomil (El Chou-You), entre otras muchas actividades de apoyo al reto,


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31 que felizmente se conseguiría al año siguiente, nos propusimos establecer el record de montañeros en la cima de Revolcadores. Y lo conseguimos el 7 de febrero de 2.010, pues ese día más de 157 montañeros hollamos lo más alto de la Región de Murcia, coincidiendo con el X aniversario de ASM. Cuando en 2.010 la editorial Natursport, en colaboración con Piolet, editó el mapa de Revolcadores a escala 1/20.000, los primeros ejemplares de dichos mapas se entregaron en el techo regional tras una subida estival que realizamos los colaboradores de ASM en la edición del mapa. Fue el día de San Juan de 2.010, el 24 de junio.

Las cuatro rutas de ascenso ASM organiza la subida a Revolcadores todos los años al menos dos veces. Una en invierno, con nieve. Otra en verano, coincidiendo con el solsticio de verano o San Juan. Llamamos a esta excursión la noche más corta en lo más alto. La noche más corta del año es la del solsticio de verano, San Juan en la mitología popular. Y lo más alto es el vértice cimero de Revolcadores. Cada vez hacemos este ascenso con un punto de inicio distinto, partiendo de cada uno de los tres pueblos que se asientan en las faldas de Revolcadores, salvo que subamos desde Puerto Alto, donde llegamos con los coches desde Cañada de la Cruz. Otra ascensión es también desde Cañada de la Cruz, pero por el Barranco de las Zanjas. Y otra subida es desde Los Odres que se puede hacer en circuito. Y la última acometida es desde Inazares. Es tal vez la ascensión más larga, pero a la que nuestro club le tiene más cariño. No en vano es una subida que inventamos los de la ASM, por eso le llamamos y le llaman la ruta de Los Abogados. Como hemos dicho, Dimas, el del Caserío Inazares, nos dijo a principios de siglo que no había ascenso marcado desde el pueblo cuando abrió el Caserío. Nosotros le señalamos con hitos una subida que aprovechaba la senda que iba a unos apriscos por la solana y luego la pista de bajada por la umbría para hacer una ruta circular. Más tarde Dimas la marcó con señales blancas y amarillas, como un PR, aunque no está homologado por la Federación de Montañismo. El uso continuo de esta ruta ha marcado un sendero que hace de esta ascensión otra más de las clásicas a Revolcadores.

Revolcadores en el corazón Tras hacer cumbre, sea por la ruta que sea, es obligado celebrarlo en cualquiera de los bares o restaurantes que hay en Cañada de la Cruz, Los Odres o Inazares. Y contar historias de montaña, como la del último lobo murciano, el lobo de Periago, que murió abatido por estas tierras hace ya un siglo; o la de las Jabanas, dos hermanas que abandonaron la ciudad para refugiarse como eremitas en un aislado cortijo de la sierra

durante cien años de soledad. O recordar las grandes ascensiones de antaño con nevazos en Revolcadores. Revolcadores es una montaña de emociones. Es un placer celebrar la cumbre en las frescas noches de verano que se disfrutan en estos pueblos mientras se saborea esa recia gastronomía rural que se resiste a desaparecer. Y también es un deleite reconfortarse con un suculento plato caliente tras haber hecho una subida con nieve al techo regional. Y es un gozo volver a oír esa música que tantas veces hemos oído contar a los viejos: como en el año 65 no ha vuelto a nevar, para nevadas las de entonces... Y, entre cerveza y chato, oír cómo te repiten lo mismo que decían hace tantos años: ya no nieva como antes,... Revolcadores siempre estará en el alma y el corazón de los montañeros murcianos. Es su montaña, nuestra montaña. Forma parte de nosotros. Revolcadores es una montaña de emociones. Salvo que la nieve o la ventisca lo impida, es muy gratificante volver a otear el extenso panorama visual que se ofrece a los cuatro puntos cardinales desde nuestra cumbre. Un espectáculo que abarca desde Sierra Nevada a la omnipresente Sagra o la Sierra de María, pasando por Sierra Espuña o la Sierra de las Cabras, techo albaceteño. Y a nuestros pies el valle de la Rogativa o la estepa cerealista murciana. Es motivo de orgullo y satisfacción para un viejo montañero alcanzar la cumbre de Revolcadores y hacerse otra foto más de cumbre con sus compañeros de ascensión. Revolcadores es una montaña de emociones. Esa foto de cumbre es especialmente emotiva cuando vuelves a compartir la ascensión con quienes subieron contigo hace 10 ó 20 años a Revolcadores y se ponen a recordar viejos tiempos y batallitas. Muy emotivo es recordar entonces a quienes ya no están entre nosotros y no se harán otra foto más en la cima de Revolcadores. Emotiva es la imagen cuando vuelves a repasar viejas fotos, especialmente las analógicas, y reparas en los que faltan, en los amigos que se fueron, mientras se te hace un nudo en la garganta. Revolcadores es una montaña de emociones. Pero también es muy emotiva la foto cuando el viejo guía de montaña se hace la foto de cumbre con el grupo de los novatos, los que hacen su primer Revolcadores. Esos novatos que miran y miran alrededor, ensimismamos en las cadena sin fin de montañas y espacios abiertos que les regala la vista. Ellos garantizan la continuidad del montañismo murciano, la pasión por nuestras cumbres. Y es que la ascensión a Revolcadores es algo más que subir a una cima más, es algo más que tachar otra montaña de la lista. A Revolcadores se vuelve. Porque Revolcadores siempre estará en el corazón de los viejos y nuevos montañeros de la Región Murciana, es su techo más alto, la montaña que llevan en su corazón. El pasado, el presente y el futuro del montañismo murciano está en Revolcadores. Revolcadores es una montaña de emociones.


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Alcanzar Revolcadores Manuel Águila Guillén

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iempre que pienso en las montañas me viene a la memoria aquella preciosa frase de Maurice Herzog que decía: “no es más quién más alto llega, sino aquel que influenciado por la belleza que le envuelve, más intensamente siente”. Herzog fue, junto con Louis Lachenal, el primer ser humano en ascender una montaña de más de 8.000 metros, el Annapurna. Sucedió en 1950 y entonces fue una gesta de reconocimiento internacional. Tengo claro que jamás alcanzaré semejante hazaña, pero he de reconocer que en mi haber no existe mayor logro que disfrutar de la belleza de cada lugar que me envuelve. Y eso es algo que siempre he conseguido cada vez que me acerco a cualquier rincón de nuestra naturaleza, aunque sea una vasta planicie. No os digo nada cuando además es una bella montaña. Y más aún cuando esa montaña es la más alta de la Región de Murcia. Así ha sido desde el primer momento que acerqué mis pasos a Revolcadores y sus seductores alrededores. Aún lo recuerdo como si fuera hoy mismo, pues me dejó tan impresionado que ni queriendo podría borrarlo de mi memoria. No ascendí entonces a su cumbre, pero disfruté de su contemplación, de su entorno y de sus gentes como nunca pude imaginar. Recuerdo que venía con mis compañeros de facultad de estar recorriendo la sierra de Guillimona con fines botánicos. Cabalgando sobre aquellos antiguos Dyane 6 de José María, Renault 6 de Xavier y Simca 1200 de Mario (nuestro tristemente desaparecido Mario), entramos por Cañada de La Cruz para rodear Revolcadores por su cara norte. No era una cumbre tan llamativa como la mágica Sagra que ya habíamos dejado atrás, pero sus más de 2.000 metros nos seducían enormemente. Mientras recorríamos la rambla de la Rogativa y luego ascendíamos por el cortijo de Javanas para saltar sierra Seca, íbamos teniendo la sensación de que una cada vez más densa niebla nos iba engullendo. No sin dificultad nuestra mirada no se apartaba de aquellas montañas y sus laderas. Las escudriñábamos con auténtica ansia naturalística, pero también con pasión montañera. Parábamos acá o allá atraídos por la siempre singular flora de la zona y, por supuesto, por las abundantes setas que esa temporada estaba deparando. Cuando por fin aterrizamos en Inazares la niebla era tan densa que apenas si distinguíamos sus sencillas casas y sus sorprendidas gentes. Aunque por la fosca no distinguíamos bien sus caras, teníamos la sensación de que nos miraban como si una panda de extraterrestres hubiera descendido a su tranquila tierra. Y no andaban lejos de la verdad. El polvo de tantos y tantos kilómetros de camino nos envolvía por los cuatro costados y recién harinados como íbamos pudimos

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35 percatarnos de que en realidad la niebla sólo viajaba con nosotros: todos los que bajábamos del Dyane 6 rojo (blanco ahora) llevábamos dos palmos de tierra moratallera en nuestras amplias gafas de miopes. Con un fuerte soplido comprendimos la razón de nuestra continua pérdida de visión y al fin pudimos disfrutar de la contemplación de aquel bello Inazares, de sus amplios campos otoñados y de las atractivas montañas que le rodean. Era noviembre de 1980, más o menos cuando daban comienzo las obras de la carretera que un año después serviría para llegar decentemente hasta Inazares desde Caravaca o la Puebla. Y aunque todos los que allí habíamos arribado éramos gente de pueblo, nos llamó la atención la estampa de profunda tierra montañera, de localidad casi anclada en el tiempo. Nos sentíamos como sumergidos en la España rural de los años 60, envueltos por gentes sencillas y paisajes de gran potencia visual. Se acercaba el mediodía y con él la hora de comer, pero no quisimos desperdiciar aquel momento para entablar una tranquila cháchara con sus habitantes. Creo que necesitábamos engrasar nuestras ya tórridas gargantas. Así fue como pudimos conocer sus duros avatares ganaderos, su secular aislamiento, que pronto encontraría su fin con esa nueva carretera, o su febril trabajo para prepararse para el invierno que a buen seguro se anunciaba frío. Y por supuesto indagamos sobre la riqueza natural de la zona, en forma de plantas principalmente, pero también por su fauna o sus rincones más valiosos. Pero siempre con la avidez de que nos ilustraran acerca de cómo coronar aquella llamativa cumbre que era Revolcadores. Salimos de allí repletos de información para pronto satisfacer ese deseo. De hecho, teníamos claro que pronto volveríamos para hollar su cumbre. Varias veces volvimos en los años sucesivos, tanto para seguir con nuestra formación como biólogos en tan valiosas montañas, como para realizar nuestros primeros trabajos y estudios ambientales. Pero los años pasaban y nunca veíamos la manera de alcanzar nuestra meta, nuestra cumbre. Nunca llegaba el momento de coronar aquellos 2.027 metros de la cima de Revolcadores, altitud que con el paso de los años aprendimos que realmente era de 2.014. Fueron necesarios 22 largos años más. Sucedió en abril de 1993. Aunque el calor primaveral ya apuntaba maneras, algunas manchas de nieve salpicaban su ladera norte. Se trataba de una rápida escapada para fotografiar las primeras floraciones de peonia, entre otras especies. La mañana fue fructífera, pues junto con no pocos botones florales conseguí localizar un precioso ejemplar bien abierto. En la naturaleza siempre hay alguna prematura que te sorprende. Andaba cerca de Puerto Alto y sobre mi cabeza se alzaban la Cuerda de la Gitana y Revolcadores. No estaba en mi programa ascensión alguna, pero mis objetivos de esa jornada ya estaban alcanzados. “¡Qué carajo, vayamos a conocer Revolcadores!”, me dije. Y así hice.

CUMBRE DE REVOLCADORES, A -18 ºC Y VIENTO DE 70 KM/H. MAG

Desde Puerto Alto, aprovechando sus 1.500 metros de altitud, inicié el ascenso hacia la cumbre. Cargado con todo el equipo fotográfico, me adentré en el frondoso y fresco pinar de la umbría. La fuerte pendiente de esa ladera pronto se me hizo dura. No en vano, en unos 2 km de recorrido superas 500 metros de desnivel. Eso y que un servidor estaba un poco desfondado, más el peso que transportaba y el atrevimiento de querer alcanzar en solitario una desconocida cumbre, me hicieron dudar. Pero eran muchos años esperando ese momento. No podía flaquear entonces. Y seguí. Alcancé el vértice geodésico de Los Obispos (creo que mal bautizado así) bien avanzada la mañana y cuando lo hice sentí estar en la gloria. El paisaje que se abrió ante mis ojos era de tal magnitud que hasta se me saltaron las lágrimas. Ni eché de menos el almuerzo que me había dejado en el coche. Coronar el techo de la Región de Murcia fue mucho más que alcanzar una cumbre. Para empezar, aportaba el goce de más de dos décadas de espera, pero sobre todo el placer de tener esa gran perspectiva que te da mirar las cosas desde otro ángulo, de reconocer montañas, valles y lugares sobre tan singular lugar. Desde allí me forjé una más completa imagen de la geografía y la naturaleza de mi querida Región y sus alrededores y comprendí una vez más cuán afortunados somos de vivir donde vivimos. Abandoné aquellas montañas bien entrada la noche, pero ello me sirvió para comprender la razón por la que años más tarde la NASA anunciaría que sierra Seca y las montañas de sus alrededores las catalogaba como el cielo más limpio de contaminación lumínica para la observación astronómica de toda la península ibérica. Sin abandonar las salidas montañeras, los años siguientes los dediqué a la crianza de niños. Tocaba ser papá, pero no por ello apartarse de la naturaleza. Nada más valioso


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existe que acercar a ella a tus propios hijos. Y no dejé de hacerlo, incluso incorporando las maravillosas sierras de Moratalla, siempre un poderoso imán para quienes vivimos atrapados por esta pasión. Tanto era así que enero de 2001 marcó un especial hito en mi relación con Revolcadores: coronar de nuevo su cumbre con los amigos y, en especial, con la familia. Los alojamientos rurales de Inazares eran una gran oportunidad para ello. La aprovechamos con intensidad, ese año y en los sucesivos. Recuerdo que íbamos Pascual, Concha, Sara, José Ángel, Begoña, María Luisa, Filo, Javier y Sofía, más Pedro, un magnífico inazareño que se brindó para guiarnos. Nunca olvidaré su serenidad, su buen estar y su agradable compañía, amén de su excelente trato con los niños. Y es que ascender a Revolcadores con cuatro infantes era todo un reto. Con los 7 años de Javier, pero sobre todo los 3 de Sofía, María Luisa y Sara, había que tenerlo todo muy bien aquilatado para hacer esa ascensión. Lo teníamos y lo conseguimos. Ni la nieve ni la fuerte ventisca que habían producido carámbanos horizontales pudieron con nosotros. Una vez más Revolcadores se había mostrado como una cumbre dura pero seductora, una cumbre capaz de ofrecer su mejor rostro para disfrutar de un encuentro con ella tan familiar como este. Junto con sierra Espuña, Revolcadores y sus tierras cercanas siempre se me han revelado como algunos de los mejores escenarios naturales donde disfrutar de la naturaleza y la vida rural. No porque con ellos llegues a lo más alto, sino porque es allí donde el ser humano más intensamente siente.

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Macizo de Revolcadores

CUMBRE DE REVOLCADORES EN 2014. JRS

Algo más que una montaña Cristina Sobrado Calvo Coordinadora del programa “Descubriendo Moratalla”

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evolcadores… un nombre evocador para todo aquel que de una forma u otra, disfruta de la montaña. No en vano acoge la cima más elevada de nuestra Región. Se contarán seguramente en miles, las personas que acuden a subir por sus laderas, por cualquiera de sus vertientes, empujados por múltiples motivos. Algunos tan sorprendentes como despedidas de soltero, o cumplir con los deseos de amigos y/o familiares fallecidos, lanzando a los cuatro vientos sus cenizas… Cuna de montañeros y naturalistas, también el mundo de la espeleología tiene una cita con este magnífico lugar. Sus elevadas cotas, dotan de características ambientales únicas en la Región de Murcia a muchos de sus ambientes, lo que resulta ser un atractivo, junto con la nieve que cubre sus cumbres todos los inviernos. En definitiva, sin duda nos encontramos ante algo más que una montaña, que unos paisajes bellos y atrayentes. El Macizo de Revolcadores y su entorno se convierte, a día de hoy, con el profundo conocimiento que se tiene de este punto de nuestra geografía, en un “contenedor”. Un espacio lleno de valores ambientales, paisajísticos y culturales, que podrían convertirse en una solución para que este paraje de nuestra Región, no se vea cada vez más despoblado de una de las especies que aún alberga: el ser humano. Moratalla en general, conserva un rico patrimonio natural, y cultural de diversas categorías, debido, por suerte o por desgracia, según puntos de vista, a la falta de desarrollo e inversión económica. Esto básicamente, es lo que ha conservado todos nuestros espacios, pero también ha provocado un severo despoblamiento. En muchas de las aldeas, sólo viven ya personas ancianas, o están casi PIQUITUERTO. JRS en su totalidad abandonadas. Los jóvenes, parten a estudiar fuera de sus casas, y acaban buscando trabajo allí donde existe. Por otro lado, una nueva era en cuanto a disfrutar de nuestro tiempo de ocio, se abre paso con fuerza: el turismo de interior. Así pues, zonas como


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Revolcadores, deberían poder vivir de su máxima riqueza, sus valores paisajísticos, medioambientales y culturales. De una manera sostenible, deberían constituirse como un elemento más de dinamización económica, en unas tierras y para unas gentes, que por otro lado, han sabido sobrevivir desde antiguo diversificando casi hasta el infinito sus actividades productivas. Pero Revolcadores, y todo el mundo rural moratallero, y diría yo, murciano, se enfrenta a un reto ineludible, el correcto desarrollo de un modelo de turismo rural y ambiental sostenible. Dicho así, podría parecer algo relativamente sencillo, ya que somos ricos en paisajes cargados de elementos patrimoniales que podrían servir para dinamizar económicamente muchos de nuestros pequeños núcleos de población repartidos por un extenso municipio. Pero la realidad es, que se trata de una empresa monumentalmente complicada, debido a múltiples factores. El turismo en zonas rurales, aunque desarrollado como producto desde hace décadas en otros puntos de España, en Murcia es nuestra asignatura pendiente. Aún hoy, el turismo de interior, o turismo activo, o agroturismo, o cualquiera de sus vertientes y nombres, el único desarrollo que ha tenido en la comarca del Noroeste en concreto, es el concerniente a los alojamientos y unas pocas actividades. Y realmente, es algo que se debe afrontar con premura, me atrevería a decir. El auge cada vez mayor de la práctica de senderismo, carreras por montaña ya sea a pie o en bicicleta, y otras opciones deportivas y de ocio, encuentra en lugares como Revolcadores, un escenario perfecto para desarrollarlas, lo cual podría tener un efecto positivo para la economía

local, que con tremendas dificultades se sustenta sólo de las prácticas agropecuarias. Y actualmente, son muchas las personas que cada fin de semana recorren nuestros paisajes en busca de disfrutar en ellos su tiempo de ocio. Y es aquí donde radica el quid de la cuestión... Hace años, cuando salías de monte, difícilmente encontrabas a alguien, al menos en Moratalla, y más en concreto en Revolcadores. A día de hoy, ya no recuerdo cuando ha sido la última vez que he recorrido estos paisajes sin encontrar a otros “visitantes”, incluso a veces en grupos “excesivos” de más de 100 personas. Lo cual, puede ser indudablemente, una oportunidad para la zona, pero también un riesgo. No podemos olvidar, que nos movemos en un medio vivo, sensible, y a veces, extremadamente frágil, por lo que nos enfrentamos a un reto de futuro que requiere de toda nuestra responsabilidad y conciencia medioambiental. Sin ánimo de asustar a nadie, yo soy partidaria del uso del medio, al que también tenemos derecho como una especie más, y de hecho, repito que debería ser una posibilidad que implementase las economías locales, pero ordenada y sosteniblemente desarrollado. Además, no podemos olvidar que los intereses de los que visitamos Revolcadores, a veces nos enfrentan, y me refiero a la caza. Deberíamos tener todos los usuarios la posibilidad de obtener información rápida y actual, de dónde se desarrollan las batidas y otras actividades relativas a la caza, para no enfrentar colectivos, cosa que a día de hoy, sucede a menudo por la falta de agilidad en este asunto. Y por otro lado, están los propietarios, con todos los derechos y deberes que les asisten. Salvo una finca de la Comunidad Autónoma, por la que actualmente se ha trazado un sendero de ascenso para evitar problemas que ya se han dado, el resto del territorio en torno al macizo de Revol-

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Revolcadores

cadores pertenece a particulares que, condescendientemente y por tradición, hasta la fecha no han puesto trabas a las actividades que allí se realizan. Y no podemos olvidar la vertiente científica del tema que tratamos. Los espacios de los que estamos disfrutando, son espacios vivos, que deberían someterse en muchos casos a estudios y actuaciones concienzudas con el fin de mejorar las condiciones de muchos de ellos y las especies que los habitan. Es el caso del Narciso de Villafuerte, con una delicadísima población en el límite de su supervivencia. Tanto la Cabra montés, como el Buitre leonado, crecen uno de la mano del otro prácticamente “motu propio”…el Águila real, el Mirlo acuático, los Picogordos… a poco que mejora el entorno, aprovechan sus poblaciones para crecer o establecerse definitivamente, aumentando así los valores de nuestros ecosistemas. Y algunos otros, como Ciervos, Quebrantahuesos y Linces, llaman a nuestras puertas con el ánimo de seguir una lenta pero efectiva recuperación. Mientras escribo estas líneas, seguramente alguien en un despacho a muchos kilómetros de aquí, trabaja en los planes de gestión de la Red Natura 2000, lo que sin duda, despejará mucho el camino hacia un desarrollo de la zona adecuado, sostenible, y que sirva no sólo para conservar nuestro patrimonio, si no también, para que los habitantes de la zona obtengan algún beneficio del uso del mismo. Mientras, deberemos de ser responsables con aquello que amamos, y que tantas horas de disfrute, estudio y experiencias maravillosas nos ha aportado. Revolcadores, su futuro uso y conservación, está en nuestras manos. Tenemos aún la oportunidad de corregir los errores cometidos en otros lugares. Tenemos la responsabilidad de entre todos hacerlo bien.

Destino y escuela de naturalistas Jesús Rodríguez Sánchez

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n los tiempos en que los jóvenes o no teníamos vehículo propio, o simplemente, no habíamos cumplido la edad para conducirlo, el Macizo de Revolcadores era un lugar al que los aficionados a la naturaleza en general y a las aves en particular, viajábamos ocasionalmente en lo que entonces era para nosotros una auténtica aventura que siempre se prolongaba durante varios días, quizás durante la Semana Santa, o tal vez, la Navidad, aprovechando claro, las vacaciones. Aquella zona tan remota para nosotros, todo el conjunto de Sierra Seca, Calar Blanco, la Sierra de Villafuerte la Cuerda de la Gitana, la Rambla de la Rogativa, Inazares, Cañada de la Cruz, significaba el contacto con la “montaña auténtica”, un lugar donde podíamos encontrar vegetación de alta montaña, bosques de pinos laricios que no existían en el resto de la Región de Murcia, grandes manchas de encinas, nieve, hielo, soledad; aves como el Mirlo capiblanco, el Zorzal real, Picos picapinos (hoy presentes en otras sierras), Picogordo, Trepador azul, Acentor alpino, Buitres leonados, Águila real… mamíferos como el Topo, ya extinto en la Región de Murcia si es que alguna vez existió realmente, y del que sólo conocíamos un enclave, Cabra montés... reptiles como la Víbora hocicuda, anfibios como la Salamandra común; en realidad todos ellos también podían verse excepcionalmente (más o menos como aquí) en otros puntos de la Región, pero claro, no bajo aquellas condiciones de dificultad orográfica, climática y de lejanía. Recuerdo también lugares especiales para la observa-

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TREPADOR AZUL. JRS


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45 En aquellas visitas en las que habitualmente acampábamos en las proximidades del cortijo de Puerto Alto, recuerdo muy especialmente a los colegas de Murcia pertenecientes al Club de los Linces y a ANSE, chavales más jóvenes que yo que generalmente iban cargados con enormes mochilas y además, habían viajado desde Murcia en algún autobús que los había dejado en el cruce de la carretera de la Puebla de D. Fadrique, por lo que cuando llegaban a la zona de acampada, además de llevar una buena paliza, ya se había hecho de noche y recuerdo en una ocasión que al oír el ruido de los cacharros que llevaban colgando de la mochila, les hice señales con una linterna pensando en que serían pastores buscando alguna oveja extraviada; creo que aquella noche alguno debió pensar que se le había aparecido la cercana Virgen de la Rogativa. También tuve conocimiento años después de que la zona era de gran interés para los aficionados a las mariposas, como queda reflejado en algunas publicaciones que además incluían la considerada mariposa más bella de España, la Graellsya isabellae, una nocturna que habita a partir de los 1.500 ms. por lo que es realmente difícil de ver.

ÁGUILA REAL CON UN CONEJO RECIÉN CAZADO. JRS

ción de la fauna como la Rambla de Puerto Alto, la Fuente de los Almeces o el entorno de Inazares. También aquellos carteles que advertían de la puesta de “cebos envenenados” que probablemente ya llevaban allí unos cuantos años, puesto que no hacía mucho, el envenenamiento y eliminación de las consideradas “alimañas”, era una cosa legal e incluso recompensada. Precisamente unos pocos años antes, apareció una noticia en los medios de comunicación de la época, sobre la muerte de “los últimos lobos” de la Región; este anunció llegó incluso a convocar a “profesionales” del estudio de la Naturaleza, que se trasladaron desde la Universidad de Valencia a comprobar la veracidad de la noticia; y tampoco podemos olvidar, que en la literatura especializada, aparecía la cita de dos lobos procedentes de Moratalla, que pertenecían a una subespecie diferente a la del resto de España, me refiero al Canis lupus deitanus descubierta por Ángel Cabrera a principios del Sg. XX en la Casa de Fieras del Retiro en Madrid. Ciertamente, ni los lobos envenedados en los años 60 en las proximidades de Cañada de la Cruz eran tales lobos, sino perros y zorros (tengo copia de la foto realizada a los cadáveres por Jesús Martínez Martínez), ni existió el C.L. deitanus o “Lobo de Moratalla”; ¡ya me hubiera gustado a mi!, cuya existencia fue repetida en varias publicaciones, incluso del antiguo ICONA, pero las investigaciones que llevé a cabo en un laboratorio situado en Topete (Madrid), donde había una gran cantidad de cadáveres de animales naturalizados, desmentía aquella vieja cita, además de otras evidencias y ausencia de otras citas.

Ahora, cuando visito la zona, generalmente es en un coche todoterreno y puedo llegar temprano, pasar la jornada por allí y volverme a casa tan cómodamente; pero en mi subconsciente, Revolcadores, sigue presente en mis recuerdos y diría que en mis raíces naturalísticas de una manera romántica, como uno de los lugares en que más aprendí y más disfruté de la Naturaleza en el más amplio sentido de la palabra. BUITRE LEONADO. JRS


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Unos apuntes de geología sobre Revolcadores

VISTA PARCIAL DE UNA DOLINA . AMC

Antonio Martínez Cano

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evolcadores, el macizo montañoso más alto de la región murciana, nos muestra unas características geológicas muy interesantes, pero para conocerlas un poco, es importante hacer previamente un ligero repaso a la naturaleza geológica de nuestra región y así poder entender la naturaleza de y estructura de sus materiales. La Región de Murcia presenta unas características geológicas que la convierten en una de las regiones españolas con más geodiversidad de toda la Península Ibérica. Casi todas las ramas de las ciencias geológicas, están representadas en nuestro territorio, como la paleontología, la tectónica, la sedimentología, etc. Este hecho se debe, entre otros motivos, por estar ubicada en el sureste español, con una compleja evolución geológica, unas características climáticas y de vegetación que nos permiten observar con profusión las huellas de los procesos geológicos, tanto externos como internos. La región se sitúa, geológicamente, en la parte oriental de la Cordillera Bética, que se extiende desde la provincia de Cádiz hasta el sur de la provincia de Valencia. Estando esta cordillera también presente en la zona norte de Marruecos. Los materiales béticos en la Península Ibérica y concretamente en la región de Murcia se divide en dos grandes unidades, que desde la Meseta hasta el mar son: Zonas externas, con litologías sedimentarias, y las Zonas Internas, mayoritariamente metamórficas y procedentes de ámbitos paleogeográficos alejados de su actual situación. Lo primero que nos llama la atención es la confusión que pueden provocar los nombres, ya que las zonas externas de la cordillera se sitúan en el interior de la Región, y las zonas internas en las zonas costeras o externas del territorio. Esto es debido a que el nombre hace referencia a su localización con respecto a la cordillera Bética, que podemos considerar que tiene su núcleo entre la Península y Marruecos, actualmente hundido en el fondo marino, y se extiende hacia el norte, por la Península y, hacia el sur, por Marruecos. Los materiales que constituyen los relieves más elevados de Revolcadores se formaron en zonas marinas más o menos cercanos al continente, y con ambientes profundos separados por umbrales próximos a la superficie e incluso emergidos en algunos


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49 momentos, sobre todo durante el periodo denominado Jurásico, en la era secundaria o mesozoica. Estos materiales están constituidos, básicamente, por rocas carbonatadas marinas, como son las calizas dolomitizadas, calizas con sílex y calizas nodulosas rojas, con presencia de ammonites y otros fósiles característicos. Ya en el Cretácico, todavía en la era secundaria, los materiales que predominan son las margocalizas y margas, que nos indican un ambiente sedimentario más próximo a la costa, y finalmente en el Terciario los materiales depositados son margas, areniscas y calizas. Estos materiales suelen aparecen en zonas más deprimidas, en torno a los principales relieves. Toda la zona de Revolcadores se caracteriza por presentar los materiales carbonatados un típico proceso de kastificación, es decir procesos de disolución y precipitación de estas rocas por efecto del agua cargada de dióxido de carbono, que le provoca una ligera acidez y permite una rápida disolución de dichos materiales. Son numerosas las morfologías endokarsticas. cavidades y simas, presentes en la zona, que han sido estudiadas desde antiguo, y especialmente desde la decada de los setenta del pasado siglo, con un interesante estudio geológico-espeleológico realizado con el patrocinio de la antigua diputación provincial. En el entorno de Revolcadores se han citado varias simas, todas ellas con profundidades de algunos metros a decenas de metros, llegando como en el caso de La Campana a los 70 m accesibles. Todas las simas tiene un claro control estructural desarrollándose en la intersección de fractura, ya sean fallas o diaclasas. Las cavidades o galerías, aunque de escasa longitud y generalmente con predominio de las morfologías de disolución, son numerosas como la de los Conejos o la del Tornillo.

BELEMNITE. AMC

No menos importantes son las formas exokárstica, es decir, aquellas que se presentan en superficie, principalmente los denominados lapiaces: típica disolución de las calizas, con unas morfologías características, que hacen a dichos paisajes inconfundibles. Dentro de las formas externas, hay que destacar la presencia de una de las dolinas mejor formada de toda la región, que podemos encontrar en las proximidades de Inazares. Esta dolina se ha originado por la disolución de unas calizas de color gris-marrón, con numerosos nódulos y niveles de sílex que presenta tonos anaranjados. Las calizas, inicialmente están muy fracturadas, presentando ocasionalmente una abundante fauna de belemnites y ammonites, que se encuentran englobados en una potente formación, también caliza, pero con escasa presencia de restos fosilíferos ni siles. Estos niveles ricos en fósiles están bien representados en los alrededores del denominado barranco de las Conchas

AMMONITES JURÁSICOS. AMC

La dolina de Inazares es una depresión kástica, originada por la disolución de las calizas con sílex, presentando fondo plano, cubierto por arcillas de descalcificación y algunos gelifractos, procedentes de las paredes de la misma. El diámetro norte-sur del fondo de dicha depresión es de unos 77 m, mientras que el diámetro este-oeste es ligeramente menor, con unos 73 m. La altura de las paredes


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MOLDE INTERNO DE UN GASTERÓPOCO. AMC

calizas que la delimitan es muy variable, registrándose la máxima en el borde norte con unos 10 m, mientras que en el sur pasa a ser inferior a un metro. La pendiente se incrementa del este hacia el oeste, siendo en el borde oriental de apenas unos 20º o menos, coincidiendo en ocasiones con el buzamiento de los estratos, mientras que en el borde occidental puede superar los 80º en algunos tramos. El límite exterior de la dolina es muy neto en el oeste, coincidiendo con el cambio brusco de pendiente, mientras que en el borde oriental es difuso al presentar una pendiente suave. En el borde suroccidental se produce acumulación de nieve, lo que facilita los procesos de gelifracción, es decir, la rotura de la roca al congelarse el agua que ocupa sus fracturas, por el mayor número de ciclos de hielo-deshielo a que está sometido, originándose pequeños “canchales” de gelifractos, mientras que en el borde nororiental predominan los procesos los procesos de disolución kárstica que dan lugar a un incipiente lapiaz estructural La dolina ha sido generada por procesos de disolución kárstica y modificada por procesos de gelifracción. Los procesos de disolución están condicionados por la tectónica, ya que las rocas sobre las que se han desarrollado presentan un entramado de fracturas, especialmente diaclasas, así como planos de estratificación que han podido jugar un papel relevante en el proceso. La dolina, como hemos mencionado, es la forma exokárstica más relevante de la zona, enclavada en el entorno de un lapiaz complejo, que presenta mayor desarrollo en la zona norte, posiblemente originado en zonas cubiertas de vegetación, en época más húmedas del Cuaternario. La presencia de vegetación aumento la concentración de

FÓSILES DIVERSOS EN UN CANTO RODADO. AMC

CO2 que incremento los efectos de la disolución de la caliza por efecto del agua de lluvia, y especialmente por la fusión de la nieve caída en la zona. El incremento de la aridez y posiblemente la acción de los primeros pobladores de la zona condicionaron posteriormente la pérdida de gran parte de la cubierta vegetal y la erosión del suelo, provocando la exhumación del lapiaz. Junto con la dolina y los diversos lapiaces, podemos localizar otras morfologías exokársticas como valles fluvio-kársticos. Encontramos varios de ellos como las Hoyas de Ballesteros, de los Odres… que ha sido originados por la acción conjunta de los procesos de karstificación y las aguas de escorrentía encauzadas. Muy próximo a la dolina, podemos encontrar la Hoya del Cortijo de Palacios En los macizos de Revolcadores y los Odres existen numerosas dolinas, además de la citada de Inazares, que pueden llegar a formar, en algunas zonas, pequeños campos de dolinas, como en el Hornico, pero la mayorías de ellas no conservan su morfología típica, estando afectadas por procesos de erosivos y por una intensa gelifracción o son poco accesibles. Referencias bibliográficas Internet Región de Murcia Digital, Geología http://www.regmurcia.com/servlet/s.Sl?sit=c, 365, m, 108 Papel Comunicaciones sobre el Carst en la Provincia de Murcia. Revolcadores. Diputación provincial, 1978.


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Cavidades del macizo de Revolcadores Andrés Ros, José L. Llamusí, Carlos Munuera

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l macizo de Revolcadores destaca por encontrarse los picos más altos de la Región de Murcia, Revolcadores 2.001 m., es la continuación de las cordilleras Béticas hasta la región de Murcia, y está constituido por un importante bloque de calizas del Lías y margas del Trias que configuran un paisaje de roca caliza blanca con tintes grises. Pese a ser un importante macizo calcáreo con numerosas surgencias de agua, no se localizan grandes redes kársticas, solo se han encontrado una decena de cavidades de origen tectónico. Grandes fracturas configuran la mayoría de las cavidades, destacan la verticalidad de la sima de la Campana (-70 m.) y la sima Torres (-89 m.). El paisaje está formado por numerosas formas cársticas, son frecuentes las dolinas, la karstificación superficial de la roca caliza y numerosas surgencias en forma de fuentes y manantiales. De los trabajos realizados en esta zona destacan los llevado entre los años 1974-76 por Arturo Valenzuela (Valenzuela, 1976) donde realizaron una extensa labor de estudio y localización de cavidades que hasta el momento no se ha vuelto a repetir, posteriormente grupos locales, Caravaca, Murcia, Cartagena, etc. realizan exploraciones puntuales. En 1988 el Centro Excursionista de Beniajan, junto a los grupos Carrascoy y el grupo Hinneni, localizan la sima de la Torreta, cerca de la cumbre de Revolcadores y alcanzan los -175 m. de profundidad (Sanchez Tomas, J, 1989). En 1991 el Centro Excursionista de Beniajan y el grupo GEVA exploran la sima Revolcadores que fue descrita por A. Valenzuela 1976, y en la que solo exploraron 13 m. de recorrido y -10 m. de desnivel, situada en la cima de esta macizo a 1.995m. de altitud, estos grupos desobstruyen un paso que da acceso a una nueva sala y consiguen descender hasta los -114 m. y realizan un recorrido de 170m. (Sanchez Tomas, J., J. 1994). Pese a ello el macizo de Revolcadores es un importante punto de referencia cárstico de la región de Murcia y uno de sus pocos exponentes del carst alpino en la región, su paisaje cárstico en todo el entorno es espectacular y una muestra muy importante en cuanto a las formas de superficie de estos paisajes que solo podemos ver en este macizo y en las cumbres de las calizas jurásicas de Sierra Espuña. La base del conjunto de cavidades conocidas parte de los trabajos realizados por A. Valenzuela (1976) y aún hoy sigue vigente, como observamos en las siguientes páginas.


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CAVIDADES EN REVOLCADORES

750 m.

SITUACIÓN DE LAS CAVIDADES EN REVOLCADORES PLANIMETRÍA DE LA SIMA TORRES (continúa en la página siguiente)

NOMBRE CAVIDAD

RECORRIDO (mts)

DESNIVEL (mts.)

Covacha del Marjal de las simas

9

0

Sima del Clavo

36

16

Sima de la Campana

35

70

Sima de las Grajas

30

26

Sima de las Cabras

14

20

Sima de las Mesas

31

31

Sima de Puerto Hondo

31

10

Sima Collado Alegas

7

6

Sima de los Huertos

7

5

Sima de la Tala

90

50

Cueva Torres

22

8

Sima Torres

150

75

Sima de la Torreta Sima Revolcadores

175 170

114


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Sima de la Campana

Sima de la Tala

Recorrido: 35 m. Desnivel: -70 m. Situación: Al inicio de la rambla de Inazares en al Este de la cumbre de Revolcadores en la cota 1.490 m. próxima a las cavidades de la sima dela Grajas y de las Cabras. Descripción: la sima de la Campana es una de las mayores verticales aéreas de la región de Murcia, la sima tiene forma de una gran campana de 70 m. de vertical. Fue explorada y topografiada por primera vez entre los años 1974-79 por el equipo del extinto del Servicio de Exploraciones e Investigaciones Subterráneas de la Diputación de Murcia (Valenzuela . 1976). La entrada está formada por una gran boca de 11 m. de larga por 7 m. de ancha, una pequeña rampa de bloques da acceso casi absoluta de 55 m. en forma de campana, en el fondo se encuentra un cono de derrubios procedentes de las caídas del exterior, en dirección sur una pequeña sala con una anchura de 14 m. alcanzando todo el recorrido de la cavidad de Norte a Sur unos 35 m. En el fondo se encuentran numerosas coladas estalagmíticas algunas de más de 50 m que desciende por toda la vertical de la sima, su descenso requiere de equipos y técnicas especializadas en pozos verticales.

Recorrido: 80 m. Desnivel: -48 m. Situación: Cerca del cortijo del Moralejo en la vertiente Oeste de Revolcadores a 1.500m. de altitud. Descripción: la sima tiene una entrada circular de 1, 20m. de diámetro una vertical de 7 m. da acceso a un cono de derrubios que proceden del exterior en su mayor parte. La sima tiene forma de campana de unos 9 m. de longitud en el fondo por 2m. de anchura. En la entrada se abre otra galería en dirección SE con unos 6 m. de longitud y 2 m. de anchura por 2 de alta, llena de pequeños bloques, se llega hasta una gatera de 0, 40m. de diámetro que conduce a una estrecha diaclasa de 15 m. de longitud y 0.90m. de ancha, en las paredes se encuentra coladas, a los 12 m. de recorrido de esta diaclasa, se abre una nueva galería en dirección SO-NE de unos 5m. de longitud y 1, 20 de anchura.

Sima Torres Recorrido: 150 m. Desnivel: -89 m. Situación: situada en la cumbre de la Serrata de la Torre en la cota 1.400m., en el Sabinar un poco mas alejada de la cumbre de Revolcadores pero dentro del mismo macizo cárstico Descripción: es la cavidad de mayor recorrido conocida en la zona con 150 m. de longitud e igualmente la más profunda, por una sucesión de fracturas se alcanza los -89 m., explorados dentro del proyecto Revolcadores, dirigido por A. Valenzuela en los años 1974-76 (Valenzuela A. 1976). La entrada se encuentra dentro de una dolina de 3m. de profundidad descendiendo por un pequeño desnivel, y recorriendo unos 5 m. se accede a una vertical de más de 35 m. con una repisa intermedia que da acceso a la sima y a todo su conjunto. El descenso se realiza por pequeñas verticales que van dando acceso a diversas plantas o repisas con coladas estalagmíticas que van siguiendo una dirección Este – Oeste de la fractura que configuran la sima.

PLANIMETRÍA DE LA SIMA DE LA CAMPANA

Bibliografía Valenzuela A., (1976) Revolcadores Comunicaciones sobre el carst en la provincia de Murcia, vol. 2, Diputación Provincial de Murcia. Sanchez, Tomas, J. (1989) La sima de la Torreta, rev. Caliza 1, edita FERM, Murcia. Sánchez Tomas J. (1994) Sima Revolcadores (Moratalla), rev. Caliza núm. 2, edita FERM, Murcia. FERM, varios (1987) Avance al catalogo de cavidades de la región de Murcia, vol. 1, edita FERM Murcia.


59 LGM

Notas sobre flora y vegetación de Revolcadores José María Caballero

UN RICO PATRIMONIO BOTÁNICO

E

n general, la Región de Murcia presenta un gran interés en cuanto a las especies y comunidades de plantas que en ella se encuentran, por su riqueza, singularidad, carácter endémico en muchos casos, adaptaciones a determinados factores, y otros aspectos. Esto es particularmente cierto en el caso del macizo de Revolcadores, uno de los territorios que se pueden destacar en la Región al considerar su importancia botánica y ecológica.

No es de extrañar que una buena parte del área que tratamos en estas páginas haya sido designada Lugar de Importancia Comunitaria (LIC 6200016) y protegida consecuentemente en el ámbito de la Red Natura 2000. Al mismo tiempo, la zona de cumbres ha sido propuesta como Microrreserva Botánica (“Cumbres de Revolcadores”)1. Estas propuestas de protección se fundamentan en la presencia de valiosos hábitats, donde se encuentran especies en peligro de extinción en el ámbito regional, como el arce Acer granatense2, así como especies de interés especial o vulnerables: pino blanco o salgareño (Pinus nigra subsp. clusiana), sabina (Juniperus phoenicea), agujas de Sierra Nevada (Erodium daucoides), ajonje de montaña (Andryala agardhii), piorno (Genista longipes) y numerosas otras3.

PISOS BIOCLIMÁTICOS Diversos factores condicionan la vegetación de un territorio; entre ellos se encuentran los factores climáticos, como temperatura, precipitación y vientos, que van cambiando al variar la altitud. En muchas zonas montañosas se han descrito pisos de vegetación, 1 Sánchez Gómez P, Guerra J, Carrión MÁ, Rodríguez García E, Jiménez JF, López Espinosa JA, Fernández Jiménez S, Hernández González A & Vera JB. 2005. Lugares de Interés Botánico de la Región de Murcia. Murcia, Dirección General del Medio Natural, Región de Murcia. 2 Los nombres de las especies y subespecies se corresponden con los utilizados en Sánchez Gómea P & Guerra Montes J. 2011. Nueva Flora de Murcia. Murcia, DM. 3 Véase, por ejemplo, Sánchez Gómez P, Carrión MÁ, Hernández González A & Guerra J. 2002. Libro rojo de la flora silvestre protegida de la Región de Murcia. Murcia, Dirección General del Medio Natural, Región de Murcia.


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61 pues esta se dispone en bandas que se relacionan con las condiciones climáticas y, por consiguiente, con la altitud. Y cuando consideramos intervalos de altitud, caracterizados por determinados valores térmicos, y en los que se presentan ciertas especies y comunidades de plantas, estamos hablando de pisos bioclimáticos. En el territorio de Revolcadores se suceden tres pisos bioclimáticos. Algunos de los lugares más bajos corresponden al piso Mesomediterráneo, muy poco representado; una gran parte del área es del piso Supramediterráneo, y las zonas más altas se asignan al piso Oromediterráneo. El piso Mesomediterráneo es el que más extensión ocupa en la península Ibérica, aunque cubre una superficie muy pequeña en la zona aquí tratada, en la se puede identificar porque aparecen manchas de espartizal y matorrales con coscoja y lentisco. El piso Supramediterráneo, por el contrario, está ampliamente representado en nuestro territorio. Puede extenderse aproximadamente entre los 1200-1350 m y los 1700-1800 m de altitud. En la Región de Murcia pueden encontrarse carrascales (formaciones de Quercus rotundifolia) en varios pisos bioclimáticos, pero los mejor conservados y que ocupan mayor superficie son los supramediterráneos, que aparecen en amplias zonas del macizo de Revolcadores. Otras formaciones arbóreas bien representadas en el territorio y características de este piso son los bosques de pino blanco o salgareño (Pinus nigra subsp. clusiana). En cuanto a la vegetación, son propios del Supramediterráneo matorrales bajos de aspecto almohadillado, como los que forma el cojín de monja (Erinacea anthyllis), que no se ven en pisos con temperaturas más elevadas. Los lugares más elevados del macizo, la zona de cumbres de Revolcadores y Los Obispos, corresponde al piso Oromediterráneo. La vegetación arbórea que se encuentra en él consiste principalmente en formaciones muy abiertas de pino blanco, con sotobosque poco denso en el que aparecen algunas especies características4.

FIG. 1. CARRASCAL (QUERCUS ROTUNDIFOLIA) CON PINOS SALGAREÑOS (PINUS NIGRA SUBSP. CLUSIANA) DISPERSOS, EN LA SUBIDA DE LOS ODRES A REVOLCADORES. JMC

arbustivas, mezcladas con ejemplares dispersos de pino blanco (Pinus nigra subsp. clusiana), aumentando la abundancia de estos últimos a medida que progresamos en altitud. Sobre algunos pinos se encuentra una planta hemiparásita de color amarillo verdoso, el muérdago (Viscum album, Fig. 2), que tiene propiedades medicinales y a la que también se le atribuyeron virtudes mágicas.

EL PAISAJE VEGETAL DE REVOLCADORES El piso Supramediterráneo Nos referimos ahora a diversas especies y comunidades de plantas que pueden observarse en el macizo de Revolcadores. Tanto si iniciamos la subida desde Inazares, como si lo hacemos desde la aldea de Los Odres o desde Cañada de la Cruz, al comenzar el recorrido y encontrarnos con vegetación natural nos situamos ya en el piso Supramediterráneo, ocupado por amplias manchas de carrascal (Fig. 1), sobre todo en la ruta que parte de Los Odres. Se trata de carrascas (Quercus rotundifolia) arbóreas o 4  Los pisos bioclimáticos de la Región de Murcia se tratan, por ejemplo, en Romero Díaz A y Alonso Sarria F (Coord.). 1996. Atlas Global de la Región de Murcia. Murcia, La Verdad CMM S.A.

FIG. 2. MUÉRDAGO (VISCUM ALBUM) CON FRUTOS. ES UNA PLANTA HEMIPARÁSITA, EN ESTE CASO SOBRE UN PINO SALGAREÑO (PINUS NIGRA SUBSP. CLUSIANA). JMC


63 FIG 5 HELICTOTRICHON FILIFOLIUM, UNA DE LAS VARIAS ESPECIES CONOCIDAS CON EL NOMBRE COMÚN DE “LASTÓN”; ES QUIZÁ LA GRAMÍNEA MÁS CARACTERÍSTICA DEL PISO SUPRAMEDITERRÁNEO EN EL TERRITORIO CONSIDERADO. JMC

En el sotobosque del carrascal – pinar se presentan arbustos de cierto porte, como el enebro de la miera (Juniperus oxycedrus) o su pariente cercano, la sabina (Juniperus phoenicea). Hay también matorrales de menor tamaño, entre los que destacan dos plantas aromáticas de la familia de las labiadas, el espliego (Lavandula latifolia) y la salvia (Salvia lavandulifolia). Son asimismo labiadas la ajedrea (Satureja obovata subsp. obovata), utilizada tradicionalmente para adobar las aceitunas, y los tomillos (Thymus vulgaris, Thymus mastichina), usados en infusiones, al igual que el resto de las labiadas que acabamos de mencionar. Y, como habíamos dicho, son característicos del piso Supramediterráneo los matorrales muy espinosos y pulviniformes (es decir, de aspecto almohadillado) del cojín de monja (Erinacea anthyllis), con sus flores de color azul-violeta (Fig. 3). Entre las especies típicamente supramediterráneas mencionamos otras tres: el guillomo (Amelanchier ovalis) (Fig. 4), rosácea arbustiva de flores blancas, presente sobre todo en terrenos rocosos con cierta humedad; el agracejo (Berberis hispanica), arbusto muy espinoso que se hace más abundante al ascender en este piso, y la gramínea Helictotrichon filifolium (Fig. 5).

FIG.3. FLORES Y ESPINAS (RAMAS MODIFICADAS) DE LA LE- FIG. 4. EL GUILLOMO (AMELANCHIER OVALIS), ROSÁCEA ARGUMINOSA ANTHYLLIS CYTISOIDES, LA PLANTA ALMOHADI- BUSTIVA PROPIA DE LUGARES MÁS O MENOS ROCOSOS. JMC LLADA MÁS ABUNDANTE EN REVOLCADORES. JMC

La gayuba (Arctostaphylos uva-ursi) es un matorral bajo, de hojas coriáceas, que abunda puntualmente, ocupando densamente y tapizando manchas de suelo de unos metros cuadrados. Ha sido una planta tradicionalmente apreciada por sus usos medicinales; por ejemplo, para las infecciones de las vías urinarias. Sus frutos rojos, llamativos, están relacionados con su nombre científico, pues “arctostaphylos” significa en griego “racimo del oso”, y uva-ursi significa en latín “uva de oso” (Fig. 6). En la primavera avanzada destacan, en la base de algunas carrascas, las flores rojo-purpúreas de las peonías (Paeonia broteri, P. officinalis), que dan vistosidad al paisaje (Fig. 7.)


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65 También a lo largo de la primavera o del verano pueden verse las flores llamativas de diversas especies, como las campanillas (Campanula hispanica, C. decumbens, C. rapunculus, ...), alguna de las cuales es típicamente rupícola. Otras plantas que viven en las rocas son el pinillo de oro (Hypericum ericoides), o helechos como Asplenium ruta-muraria. El abarcapiedras (Rhamnus pumila) es un arbusto cuyos tallos grises se ramifican

cubriendo las superficies rocosas; su pariente el espino de tintes (Rhamnus saxatilis), siendo más abundante en la zona, no muestra ese carácter rupícola. En las rutas que llevan a las cumbres de Revolcadores y Los Obispos partiendo de Inazares no encontramos los extensos carrascales que veíamos desde Los Odres. Hay manchas de pinar (Pinus nigra), y zonas amplias desprovistas de vegetación arbórea, dominadas por matorrales entre los que destacan el espliego y el cojín de monja, sin olvidar arbustos de mayor porte, como los majuelos (Crataegus monogyna) o el escobón (Cytisus reverchonii), leguminosa cuyas flores amarillas resaltan llamativamente a finales de mayo o principios de junio (Fig. 8). En cambio, las flores rosadas o lilas de la quitameriendas (Merendera montana) salen directamente del suelo a final de verano o en otoño (Fig. 9).

El piso Oromediterráneo La zona de cumbres, posiblemente la de mayor interés botánico, corresponde al piso Oromediterráneo. Las condiciones climáticas son ya más rigurosas para el desarrollo del bosque; lo que encontramos son formaciones abiertas de pino salgareño o blanco, y zonas más o menos amplias sin árboles (Fig. 10). Los matorrales bajos, de aspecto almohadillado o rastrero, están bien representados, aunque no ocupan totalmente la superficie, quedando descubierta una proporción elevada de suelo o roca. Las hojas FIG. 6. LA GAYUBA O UVA DE OSO, ARCTOSTAPHYLOS UVA-UR- FIG. 7. LAS HERMOSAS FLORES DE LAS PEONÍAS (PAEONIA SI, UNA PLANTA MEDICINAL BASTANTE UTILIZADA, SOBRE BROTERI, EN ESTE CASO) PUEDEN VERSE EN REVOLCADORES TODO PARA ENFERMEDADES DE LAS VÍAS URINARIAS. JMC Y ZONAS PRÓXIMAS A LO LARGO DE LOS MESES DE MAYO Y JUNIO. JMC

FIG. 8. LAS FLORES DEL ESCOBÓN (CYTISUS REVERCHONII). FIG. 9. QUITAMERIENDAS (MERENDERA MONTANA). ESTAS ESTE TIPO DE FLORES SON CARACTERÍSTICAS DE LA FAMILIA FLORES PUEDEN VERSE A FINALES DE VERANO O EN OTOÑO, LEGUMINOSAS. JMC TANTO EN EL PISO SUPRAMEDITERRÁNEO COMO EN EL OROMEDITERRÁNEO. JMC

FIG. 10. EL PAISAJE EN LA ZONA DE CUMBRES DE REVOLCADORES. PUEDEN VERSE LOS MATORRALES ALMOHADILLADOS, LAS FORMACIONES ABIERTAS DE PINO SALGAREÑO Y LA ELEVADA PROPORCIÓN DE SUPERFICIE NO CUBIERTA POR VEGETACIÓN. JMC


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67 El cojín de monja (Erinacea anthyllis), leguminosa almohadillada y espinosa con aspecto de erizo que ya veíamos a lo largo de la subida, sigue siendo abundante en la zona más alta, pero aquí también encontramos otra planta de la misma familia y apariencia, aunque en este caso de flores amarillas: el piorno (Genista longipes subsp. longipes), que también se considera una especie vulnerable (Fig. 13).

FIG. 11. EL AJONJE DE MONTAÑA (ANDRYALA AGARDHII), UNA PLANTA DE LA FAMILIA COMPUESTAS CON CAPÍTULOS AMARILLOS Y HOJAS DE COLOR GRIS BLANQUECINO VERDOSO. ES ABUNDANTE EN LA ZONA DE CUMBRES DE REVOLCADORES. JMC

FIG. 12. PTEROCEPHALUS SPATHULATUS (RASCAPIEDRAS). ES UNA PLANTA ENDÉMICA DEL SUR Y SURESTE DE LA PENÍNSULA IBÉRICA; SÓLO SE ENCUENTRA EN UNAS POCAS PROVINCIAS DE ANDALUCÍA, ASÍ COMO EN MURCIA Y ALBACETE. JMC

El carácter pulviniforme (almohadillado) es una adaptación a las condiciones climáticas de frío, nieve y viento. De este modo las plantas presentan un mínimo de superficie en contacto con la atmósfera y no existen partes que sobresalgan, con lo que quedarían más expuestas a la congelación o a la acción del viento. Otra especie que puede presentar este aspecto, aunque sin espinas, es la ajedrea Satureja intricata, una labiada muy parecida, obviamente, a la otra ajedrea, Satureja obovata, que veíamos en zonas más bajas. Y, continuando con el parentesco, aquí en la zona de cumbres también podemos encontrar algunos matorrales de enebro común (Juniperus communis), pariente cercano del enebro de la miera que mencionábamos antes. La floración de algunas herbáceas, ya avanzado el verano o incluso en otoño, contribuye a dar color al paisaje de esta zona de cumbres. Es el caso de la lechuguilla serrana (Lactuca perennis), de los alfileres de roca (Erodium daucoides, Fig. 14), o de la misma quitameriendas que también se encuentra en zonas del piso Supramediterráneo.

FIG. 13. VARIAS ESPECIES DE LEGUMINOSAS CON FLORES AMARILLAS Y ESPINAS PUNZANTES RECIBEN EL NOMBRE COMÚN DE PIORNOS. EN ESTE CASO SE TRATA DE GENISTA LONGIPES SUBSP. LONGIPES, QUE PUEDE VERSE FÁCILMENTE EN LA CUMBRE DE LOS OBISPOS. JMC

de algunas especies destacan por su color gris plateado, como sucede con el ajonje de montaña (Andryala agardhii), que es una compuesta de capítulos amarillos (Fig. 11), o con la llamada rascapiedras (Pterocephalus spathulatus), dipsacácea de flores rosas o violáceas (Fig. 12); ambas están incluidas en el catálogo de especies vulnerables.

FIG. 14. ERODIUM DAUCOIDES (ALFILERES DE ROCA) ES UNA PLANTA HERBÁCEA QUE PUEDE VERSE EN LAS CUMBRES DE REVOLCADORES FLORECIENDO EN VERANO O PRINCIPIOS DE OTOÑO. JMC


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Setas de Revolcadores

Fernando Sánchez

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or su abundancia y formas de vida, los hongos juegan un papel muy importante en los ecosistemas forestales. Muchos de ellos, los denominados hongos saprofitos, descomponen los restos de los organismos muertos, evitando su acumulación en los bosques, y permitiendo su incorporación al suelo en forma de materia orgánica degradada. Otros, como son los hongos micorrícicos, a cambio de recibir de las plantas sustancias carbonadas procedentes de la fotosíntesis, y que ellos en su calidad de organismos heterótrofos, no pueden sintetizar, les suministran determinados nutrientes que las plantas son incapaces de asimilar directamente del suelo, además de ofrecerles protección contra determinados patógenos, y otros muchos beneficios. Por todo ello es fundamental que estos organismos sean respetados y conservados, con el fin de preservar la salud de nuestros ecosistemas. Asimismo, los hongos silvestres comestibles juegan un importante papel como recursos forestales no madereros, movilizando a una gran cantidad de personas hacia las masas forestales en los meses otoñales. En este sentido, las sierras del Noroeste murciano, entre las que destaca el macizo de Revolcadores, constituyen un verdadero paraíso para todos aquellos aficionados que, otoño tras otoño, esperan llenar de setas sus cestas. Por este motivo es importante destacar que las prácticas de búsqueda y recolección adecuadas son una garantía para el mantenimiento de las poblaciones fúngicas de forma permanente. Las características edáficas y climáticas de Revolcadores, han propiciado la existencia de una vegetación muy particular, que alberga una diversidad fúngica digna de destacar. En las zonas más bajas y de altitud media del LIC, es decir en la zona correspondiente al piso supramediterráneo, se presenta una de las principales masas de Pinus nigra subsp. clusiana de la Región. Por lo general, estos pinares se hallan salpicados de numerosos ejemplares de sabina albar (Juniperus thurifera) y de encinas (Quercus ilex subsp. ballota). Por encima de los 1800 metros de altitud, aunque todavía quedan ejemplares aislados de pinos, la vegetación arbórea va dejando paso a matorrales de porte almohadillado, moldeados por las continuas nevadas y fuertes vientos que se producen habitualmente a estas cotas. Desde el punto de vista micológico, es en el piso supramediterráneo donde vamos a encontrar las mayores fructificaciones fúngicas, especialmente en aquellos otoños con abundantes precipitaciones y con temperaturas no excesivamente bajas. ◂ LACTARIUS DELICIOSUS. FS


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71 látex blanco, o Lactarius chrysorrheus, de látex amarillo al contacto con el aire y sabor muy acre, que podrían ocasionarnos algún que otro trastorno gastrointestinal. En esta zona, muchos llaman a estas especies Falsos Guíscanos o Guíscanos blancos. Otro aspecto característico de esta seta es la presencia de manchas verdosas en sobrero, pie y láminas, que aparecen sobre todo después de manipularlas. Y no olvidemos que el Guíscano es una especie que únicamente se desarrolla en presencia de pinos, con los que establece un tipo de simbiosis a nivel de la raíz del árbol, denominado “micorriza”. El conocido como Guíscano Rojo o de Sangre (Lactarius sanguifluus), a grandes rasgos presenta un aspecto parecido a Lactarius deliciosus, del que se diferencia por la presencia al corte de un látex rojo vino, que no varía de color al contacto con el aire. Al igual que el anterior, solamente fructifica en presencia de pinos con los que también micorriza.

LACTARIUS SANGUIFLUUS. FS

Muchas de las especies de hongos que podemos encontrar en esta zona no son ni conocidas, ni consumidas a pesar de ser comestibles. Tanto en la zona de Revolcadores, como en el resto de la Región, la recolecta y consumo de setas silvestres no goza de importancia y arraigo que puedan tener en otros lugares de España, como en el País Vasco y Cataluña, donde numerosas especies son conocidas, consumidas y comercializadas. Se puede afirmar que casi la totalidad de las recolectas y el consumo de setas comestibles silvestres de Revolcadores se centran principalmente en dos especies: Lactarius deliciosus y Lactarius sanguifluus, conocidos como el Guíscano y el Guíscano Rojo. El Guíscano (Lactarius deliciosus), también conocido como Nízcalo o Rovellón en otras partes de España, es una especie fácil de identificar, debido al aspecto en general algo embudado de su sombrero y a su pie relativamente corto, ambos de color anaranjado. Los sombreros de esta especie no suelen sobrepasar los 15 centímetros de diámetro, aunque a veces pueden encontrarse grandes ejemplares, incluso superando los 20 y 25 centímetros de diámetro. Un detalle importante que hay que tener en cuenta es la presencia de una especie de líquido o látex que surge de las láminas cuando las rozamos o cortamos. En el caso del guíscano este látex es de color naranja, sin que cambie de tonalidad con el tiempo. Este hecho es importante ya que nos puede servir para diferenciarlo de especies de aspecto parecido, como Lactarius evosmus, de

Por lo que se refiere al resto de especies comestibles más consumidas en esta parte de Murcia aparte de los Guíscanos presentes en estas sierras, cabe mencionar a las Cagarrias o Colmenillas, setas que fructifican en primavera, y que son muy apreciadas por quien las consume, debido a su exquisito sabor. Sin embargo, y dado que muchas primaveras los niveles de precipitación son muy escasos, y que estas especies necesitan una elevada humedad ambiental para fructificar, su recolección suele ser más una casualidad que un hecho habitual en nuestros bosques. Algo parecido ocurre con los ejemplares de la especie también primaveral, Sarcosphaera crassa (Orejón), muy apreciados en la zona, aunque bastante escasos y difíciles de encontrar. Hay que indicar que esta última especie contiene ciertas sustancias tóxicas que desaparecen al ser cocinadas, no recomendándose su consumo en crudo. Otra de las especies más apreciadas es la Seta de Cardo (Pleurotus eryngii) cuya calidad culinaria está fuera de toda duda, pero con producciones muy escasas y esporádicas. La fructificación de esta especie siempre está asociada a prados, bancales abandonados o márgenes de bosques donde crezca el cardo corredor, ya que su micelio descompone las raíces muertas de esta planta. También son bastante conocidos los Champiñones silvestres, pertenecientes al género Agaricus, donde encontramos especies de excelente calidad culinaria. Algunos de ellos crecen en terrenos cultivados o bordes de caminos, siempre en lugares muy nitrificados, como Agaricus bitorquis o Agaricus arvensis, siendo otras especies como Agaricus silvícola, típicas de pinares. En cuanto a los champiñones hay que tener la precaución de no consumir nunca ejemplares que presenten un olor desagradable a fenol o a tinta de bolígrafo, y cuya carne se torne amarilla al corte, especialmente en la base del pie, ya que pertenecen al grupo de Agaricus. xanthoderma, pudiendo provocar serios trastornos gastrointestinales.


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73 Como dato curioso, es interesante mencionar, que en esta zona se suele consumir la denominada Patata de Monte (Rhizopogon roseolus), una especie considerada como mediocre en multitud de guías, mientras que en el noroeste murciano es relativamente apreciada por algunos recolectores. Su fructificación suele producirse unos pocos días después de alguna precipitación fuerte, tanto en primavera como en otoño, y siempre en las zonas de pinar. En cuanto al resto de especies, habría que decir que prácticamente nadie hace uso de ellas con fines alimenticios, y mucho menos comerciales. Lejos de ello, la mayoría de los recolectores de Guíscanos suelen arrancar los cuerpos fructíferos de estas especies, bien por considerarlas tóxicas, y por tanto tratar de evitar posibles intoxicaciones a otros recolectores, bien por el mero hecho de arrancarlas. Un caso especialmente llamativo, es el de los Bojines, típicas especies de pinar pertenecientes al género Suillus, que son perfectamente comestibles, e incluso apreciadas en lugares como Francia o Cataluña, y que sin embargo, en ocasiones, podemos verlos masivamente arrancados en nuestros bosques. Otro aspecto interesante del macizo de Revolcadores, es la presencia de formaciones de carrascal (Quercus ilex subsp. Ballota), bien en manchas puras o bien formando bosques mixtos con el pino laricio. Habitualmente los recolectores de setas otoñales se centran en las especies que fructifican en los bosques de pinos, ya que allí es

HYGROPHORUS GLIOCYCLUS. FS

SUILLUS GRANULATUS. FS

TRICHOLOMA CALIGATUM. FS

donde se encuentran los guíscanos (Lactarius deliciosus). Sin embargo, numerosos estudios han revelado que los carrascales mediterráneos albergan una diversidad fúngica muy importante. La mayor parte de las setas que aquí aparecen carecen de interés culinario, pero cumplen un papel fundamental en el desarrollo del ecosistema, descomponiendo la materia orgánica o estableciendo simbiosis con las raíces de las encinas. De entre todas los grupos fúngicos representados en el carrascal destaca el género Cortinarius con numerosas especies presentes, como Cortinarius ionochlorus, C. trivialis, C. caligatus, C. calochrous, C. caesiocanescens, etc, entre otras. La mayoría de las especies de este género son especies tóxicas, por lo que su recolección no está recomendada. Otro género de hongos muy bien representado en este bosque es el de los Boletus, con especies tan impresionantes como B. satanas o B. lupinus, que pueden alcanzar grandes dimensiones y presentan una elevada toxicidad. Asimismo, es frecuente encontrar distintas especies de géneros tan importantes como Hygrophorus, Russula o Tricholoma, además de curiosidades como el comestible Hydnum repandum, o diversas especies de estrellas de tierra (Geastrum sp.). Finalmente, resulta interesante indicar que, una de las especies de hongos más apreciados desde el punto de vista culinario, no solo en España sino a nivel internacional, la llamada Trufa Negra o del Perigod (Tuber melanosporum), ha sido citada en nuestra zona hace poco. Algunos de los carrascales que encontramos en Revolcadores, y


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75 en otras zonas altas del término municipal de Moratalla, presentan las condiciones edáficas y climáticas óptimas para el desarrollo de tan codiciada especie. En definitiva, la gran variedad de setas, con valor culinario o no, que podemos encontrar en los bosques del noroeste murciano, y en especial en el LIC de Revolcadores, constituye un valor natural muy importante, que complementa al ya de por si impresionante ecosistema del techo de la Región de Murcia. Como se ha indicado anteriormente, determinadas prácticas llevadas a cabo en el proceso de recolección de las setas comestibles pueden comprometer la continuidad de las especies en nuestros bosques. Algunas de ellas, como escarbar o rastrillar la tierra en profundidad, provocan daños sobre la parte vegetativa de los hongos, denominada micelio, reduciendo el desarrollo y crecimiento de los mismos, lo que afectará negativamente a la fructificación en temporadas sucesivas. Otras prácticas, por otra parte, como son la recolecta de ejemplares inmaduros, o el uso de recipientes inadecuados para el transporte, impiden una correcta diseminación de las esporas de los hongos, con la consiguiente dificultad de formar nuevos individuos fúngicos, y por tanto de completar el ciclo vital de dichos organismos. Para ayudar y asesorar a los cientos de aficionados seteros que cada otoño llenan los pinares de Revolcadores, a continuación se detallan una serie de medidas generales o normas básicas que se han de seguir en la recolección de setas, con el fin de conseguir un aprovechamiento racional de los hongos comestibles presentes nuestros bosques, y al mismo tiempo evitar posibles intoxicaciones: •

Únicamente se deben de recolectar aquellas setas que sean perfectamente conocidas, y cuya comestibilidad esté totalmente garantizada. Hay que recordar en este sentido, que no hay ninguna norma que sea totalmente cierta o falsa sobre la comestibilidad o no de una especie. Solamente su identificación científica nos lo indicará. Los ejemplares que no presenten dudas para su identificación deben de ser cortados por el pie al nivel del suelo, y no arrancados, mediante el uso de una navaja o cuchillo, para evitar en lo posible dañar el micelio que está en el sustrato. Sin embargo, aquellos ejemplares de dudosa identidad deben ser recolectados con el pie completo, con el fin de evitar posibles confusiones con especies parecidas morfológicamente, ya que la presencia de estructuras como anillo o volva puede diferenciar unas especies de otras. No se debe de escarbar o remover el suelo, de forma que se altere o perjudique la capa vegetal superficial, ya sea de forma manual o utilizando cualquier tipo de herramienta, como ganchos, rastrillos, hoces, azadas, etc. Estas acciones pueden dañar el micelio y por tanto dificultar futuras fructificaciones.

LAS BUENAS PRÁCTICAS EN LA RECOGIDA DE SETAS ES BENEFICIOSA PARA FUTURAS FRUCTIFICACIONES. FS

No deben de recolectarse los ejemplares de especies comestibles muy maduros o pasados, rotos o alterados, por su valor como diseminadores de esporas, y por tanto, de expansión de las especies. Del mismo modo, no deben de recolectarse los ejemplares muy jóvenes o inmaduros de las especies fúngicas comestibles, ya que, por lo general, son muy pequeñas para su consumo, y no han podido dispersar sus esporas.

No se deben de arrancar, pisotear o destruir aquellas especies que no sean motivo de recolección, aún cuando se las identifique como setas tóxicas, por el importante papel que realizan en el ecosistema.

Se deben de utilizar recipientes para la recolecta y el traslado de las setas que permitan su aireación y la caída exterior de las esporas. Para este fin resultan idóneas las cestas de mimbre. En todo caso se ha de evitar el empleo de bolsas de plástico y cubos


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Revolcadores, observatorio de aves José López de Haro

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uando citamos a Revolcadores los naturalistas y amantes de la ornitología (“ornithos” es la palabra con la que los antigüos griegos nombraron lo que nosotros llamamos en general “pájaros”), lo primero que nos evoca, aparte del hecho de ser el techo de la Región de Murcia, es el de un lugar como muy remoto, casi sin alterar, apenas poblado, y con unos elevados relieves, unas enormes masas forestales y una climatología más propios de latitudes más norteñas, como las vecinas Sierras del Segura y Cazorla, que de nuestra cálida y mayoritariamente árida geografía murciana. En realidad esta evocación de territorio remoto, salvaje, inalterado y grandioso, hoy es más una reminiscencia de juventud, más propia de su situación hasta los años 80 y 90, que de la actualidad, donde lamentablemente ya es menos remoto, salvaje, inalterado, aunque todavía igual de grandioso, y casi igual de valioso e inspirador para los naturalistas, montañeros y amantes de los grandes espacios. También con Revolcadores entendemos el conjunto del territorio que conforman el propio macizo del pico Revolcadores y Sierra Seca, junto a las estribaciones de la Cuerda de la Gitana, los campos colindantes de Cañada de la Cruz y Los Odres, y la abarrancada Rambla de la Rogativa hasta Inazares. Las aves son uno de los grupos animales que, gracias a su aptitud para volar, desarrollan una mayor movilidad y capacidad para desplazarse entre territorios muy distintos, y por eso a muchas de ellas nada les detiene, ni grandes cordilleras, ni inmensas estepas y llanuras, rios, lagos, incluso mares y por supuesto paises y continentes enteros. Pero en cualquier caso, al final de su periplo, cada especie termina acomodándose en un territorio dotado de un conjunto de ingredientes naturales (clima, relieve, presencia de agua, vegetación, etc.), lo que llamamos hábitat, donde esa especie viene a asentarse, encuentra su hogar, sus zonas de alimentación, de reproducción, de invernada ó de estiaje, según la estación. En la Región de Murcia hay catalogadas en torno a unas 280 especies distintas de aves, algunas de ellas (algo más de la mitad) sólo son observables en los pasos migratorios estivales ó invernales, es decir son visitantes migradoras. El resto están todo el año en

PICO PICAPINOS. JLH


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79 nuestros espacios naturales, y desgraciadamente de entre estos dos grupos, un puñado de ellas están en peligro de extinción, ó en regimen de protección especial, o en situación vulnerable, o sea, bajo los distintas catalogaciones de protección, recogidas en el Libro Rojo ó en el Catálogo de Especies Amenazadas, Directiva Europea de Aves, etc. por su especial situación de vulnerabilidad, escasez ó amenazas sobre sus hábitats. En Revolcadores y zonas circundantes vamos a poder observar tanto al ave de menor tamaño de Europa, el reyezuelo listado, como a una de las más grandes, el buitre leonado. Entre estas dos aves, con suerte y según los últimos censos, podríamos encontrarnos aquí con cerca de 70 especies de esas 280, lo cual teniendo en cuenta que en este territorio no hay ninguna zona lacustre o fluvial, ni una gran lamina de agua permanente, que son los lugares que suelen atraer a un gran número de aves acuáticas y ribereñas, que aquí no se dan, no deja de ser una cifra elevada, debido sobre todo al solapamiento y la combinación de distintos hábitats naturales que aquí encontramos en las dosis adecuadas. En efecto, en Revolcadores coexisten de manera armoniosa un conjunto de ambientes formados por, grandes masas forestales con bosques de pino laricio, carrasco y sabinas, con encinares bién conservados, en las zonas elevadas roquedos y escarpaduras calizas, y en las zonas bajas y llanuras, campos cerealistas y pastizales, barrancos con manantiales y arroyos con agua permanente, jalonados de choperas, y vegetación arbustiva de zarzales y majuelos; y sobre todo una reducida presencia de nucleos urbanos, y todavia una baja intensidad de intervención humana en el paisaje, con lo que este mosaico natural da prácticamente siempre una fórmula de éxito para la presencia de abundante fauna, y específicamente de una gran variedad de especies de aves.

EL EQUIPO LO PRIMERO Si queremos observar aves, identificarlas, y disfrutar de su presencia y actividad, vamos a necesitar un pequeño equipo que tiene que constar al menos de dos elementos fundamentales: unos prismáticos ó binoculares, y una guia de campo de identificación de aves. Los prismáticos son para un observador de aves como unas buenas botas-zapatillas de trekking para el montañero-excursionista, o sea, imprescindibles. Hay muchos modelos de prismáticos y binoculares, y la función de ambos es la misma, sólo que los prismáticos –prismas de techo-, son más económicos pero menos ergonómicos, y los binoculares –prismas de porro-, suelen ser más compactos, pero algo más costosos, por tener una construcción y un diseño más refinados. En general, los más adecuados para naturalistas profanos ó aficionados noveles, serían unos 7x25 ó mejor 8x30 (8 aumentos x 30 mm de diámetro de lente), que son muy ligeros y econó-

micos, y a partir de aquí iríamos subiendo en prestaciones, sobre todo en diámetro de lente (mayor luminosidad y comodidad para localizar al ave), hasta los 8x40, que para mi gusto són los más equilibrados en cuanto a relación aumentos-luminosidad-peso. Finalmente acabaríamos en los 10x50 y 12x50 que son algo más pesados y de mayor alcance, y que se utilizan sobre todo para grandes espacios abiertos, o importantes extensiones de agua, donde las aves se situan mucho más lejos del alcance de un prismático normal. Aunque en estos lugares, para una observación cómoda y precisa, se hace necesario el uso de otro elemento fundamental, en este caso para ornitólogos expertos, un telescopio terrestre con mayores alcances, de entre 15 y 60 aumentos. La adquisición de una guia de campo, ó manual de identificación de aves, es el otro elemento básico para iniciarse en el conocimiento y la observación de aves. Hay muchas y variadas, y no suelen ser libros económicos, porque contienen cientos de ilustraciones a color, pero es una inversión a largo plazo, porque nos será útil muchos años, como acompañante en nuestra mochila ó nuestro vehículo, para consultar los rasgos identificativos de las aves con que nos vamos encontrando. Las mejores guias son las que disponen de abuntandes y precisos dibujos de cada especie, tanto del macho, como de la hembra y jóvenes, siluetas en vuelo, mapas de distribución como sedentaria, migradora, etc.. Por ultimo, hay un tercer elemento que es casi tan importante como los dos anteriores, y no ocupa sitio en nuestra mochila ó bolsillo. Es intangible y no cuesta nada, sólo la voluntad y la disciplina para utilizarlo..... es el silencio. Desplazarse con sigilo, sin llamar la atención, permanecer lo más estático posible en presencia de un ave, y tener un poco de paciencia si ésta permanece oculta, garantiza una exitosa observación, porque si no la alarmamos con ruidos, ó con un acercamiento excesivo, al final se mostrará, ó cambiará de posadero y nos dejará observarla confiada.

AVES MIGRADORAS: AL RITMO DE LAS ESTACIONES Entre las aves también pasa como con los humanos, de los que en el entorno de Revolcadores hay una población de residentes más o menos permanentes a lo largo del año, y otro grupo que sólo visita estos lares en vacaciones ó por una corta temporada. En el caso de las aves, a las residentes más o menos permanentes las denominamos “sedentarias”, y a las visitantes ocasionales las llamamos “migradoras”, y éstas últimas visitan también Revolcadores, al ritmo de las estaciones. Concretamente en dos épocas del año fundamentales para la mayoría de las aves que nos visitan o que se marchan desde y hacia otros paises y otras regiones de la peninsula, la que se produce a principios de primavera, protagonizada por la migración de las aves estivales, y la que se inicia a finales de verano y comienzos del otoño, cuando se desarrolla la migración de las invernantes.


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Las migradoras invernales En cambio durante la migración invernal, por los meses de agosto y septiembre, comienzan a marcharse todas estas aves que llegaron para reproducirse y criar a sus polluelos, y que en esta época ya están crecidos y marchan con los padres a sus áreas de invernada en Africa, justamente buscando lo que ya empieza a escasear aquí con la llegada de los primeros frios y lluvias, una climatología más benigna y nuevos lugares de alimentación.

CERNÍCALO PRIMILLA. JLH

Las migradoras estivales En la migración estival, que se inicia a principios de Marzo, comienzan a llegar de forma escalonada las migradoras procedentes de Africa. Algunas sólo van de paso por la ruta mediterránea hacia territorios más norteños de la península o de Europa, y sólo las veremos en tránsito fugazmente en vuelo, pero otras muchas aprovecharán para hacer pequeñas escalas de dias ó semanas para alimentarse y reponer fuerzas antes de continuar su periplo hacia el norte.

Es el caso de las rapaces forestales ya citadas, las águilas calzada y culebrera, los alcotanes, algunos ratoneros, cernícalos primilla, etc., que junto con sus jóvenes pollos nacidos aquí, ahora empiezan a marcharse hacia el Estrecho de Gibraltar, acompañando a eventuales bandos de halcones abejeros, de algunos gavilanes, milanos, y esmerejones procedentes de latitudes norteñas, y a grupos de buitres leonados divagantes y algunos años incluso algunos ejemplares del cada vez más escaso alimoche que sigue con los buitres leonados la ruta africana. Simultáneamente los cielos se llenan también con bandos de adultos y jóvenes ejemplares de golondrinas, vencejos común y pálido, e incluso el más escaso vencejo real, aviones comunes y abejarucos que forman los bandos más numerosos, pero también grupos de currucas, mosquiteros, collalbas, papamoscas, escribanos, etc., llenando entre todos el cielo de una procesión intermitente de bandos más o menos dispersos,

Finalmente otro importante grupo recalará aquí, para iniciar los primeros escarceos nupciales previos a la reproducción, con la llegada del buén tiempo. Los más madrugadores suelen ser las golondrinas, vencejos y aviones comunes, de hecho siempre se ha pensado que cuando vemos la primera golondrina, es el signo de que la primavera ha llegado. Esta bonanza en la climatología y el hecho de que en primavera los campos y bosques comienzan a producir nuevas plantas, frutos, semillas, insectos, pequeños reptiles y roedores, en suma, alimentación asegurada para criar a los pollos, son las causas principales de que este grupo elija todos los años este territorio para pasar prácticamente la mitad del año en Revolcadores. Es el caso de algunas rapaces forestales, como el águila culebrera y águila calzada y en menor medida el busardo ratonero y el gavilán (de los que muchos individuos son sedentarios), pero también otras de menor tamaño como el alcotán, el cernícalo primilla y la rapaz nocturna más pequeña, el autillo; y finalmente cantidad de medianos y pequeños pájaros como la collalba gris y la rubia, el mosquitero papialbo, el alcaudón común, las currucas mirlona y carrasqueña, el petirrojo, el ruiseñor, el abejaruco, la carraca, la oropéndola, los escribanos soteño y cerillo, el cuco, el críalo, el papamoscas gris, el chotacabras, y un largo etcétera de nombres a cual más ocurrente.

CURRUCA CARRASQUEÑA. JLH


83 que constituirán con su agrupamiento multitudinario antes de cruzar a Africa, el grandioso espectáculo de la migración otoñal en el Estrecho de Gibraltar. Por octubre y noviembre, al tiempo que por su marcha dejan de verse todas estas aves más tempranas en partir, comienzan a llegar las visitantes invernantes procedentes tanto del norte de la península, como de Europa, huyendo de los frios norteños, y que buscan refugio en los campos y bosquetes de Revolcadores. Los primeros en llegar suelen ser colirrojos tizones, bisbitas común y campestre, mosquiteros, petirrojos, acentores, etc..También los menos numerosos lúganos, y los más raros pinzón real, verderón serrano y escribano cerillo, algunos años más difíciles de ver por su escasez. Más adelante irán llegando los primeros zorzales comunes, y alirrojos, y algunos años los más vistosos zorzales reales, que junto a los mirlos capiblancos, algún raro picogordo, y a los zorzales charlos y mirlos comunes residentes, se arremolinan sobre majuelos, rosales y zarzales para alimentarse de las bayas y frutos de estos abundantes arbustos a lo largo de las ramblas y arroyos de la zona.

AVES RESIDENTES: MOSAICO DE HABITATS En Revolcadores, las aves residentes o sedentarias, constituyen el nucleo principal de la riqueza ornitológica de este territorio. Si recorremos los distintos hábitats de este espacio natural, podremos observar con algo de paciencia las especies más representativas de cada zona.

Cumbres y roquedos Empezando por las zonas altas, en algunos farallones rocosos, suelen tener sus posaderos y dormideros tanto el águila real que utiliza la zona como área de campeo, junto a los buitres del cercano Mojantes, y algunas parejas de cuervos. También encontramos al halcón peregrino y al buho real que localizan sus nidos en las oquedades y grietas de las paredes calizas. La misma querencia tienen los cernícalos vulgares, y córvidos como la chova piquirroja y la grajilla, así como aves más pequeñas como el roquero solitario, y el avión roquero, y en los roquedos menos elevados, la collalba negra, el colirrojo tizón, el escribano montesino y el diminuto chochín.

Bosques mixtos En las vaguadas y laderas boscosas, nos vamos a encontrar con el grupo de rapaces forestales que tienen en el bosque de pinos y encinas su zona de reproducción y sustento. Es el caso del azor, la rapaz quizás más fiera e implacable del bosque, el ◂ AZOR Y CRÍAS EN SU NIDO. JLH


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85 gavilán, su pequeño imitador, y el busardo ratonero, a los que acompañan en época de cria, las migradoras ya citadas águila calzada y culebrera. Pero también tenemos en la foresta rapaces nocturnas, a las que la mayoría de las veces oiremos más que veremos, obviamente por sus hábitos nocturnos, y porque además son más escasos en población que las diurnas. Es el caso del cárabo común que utiliza grandes oquedades o grietas de los troncos de encina para reproducirse, y el buho chico que generalmente reutiliza nidos viejos de córvidos o rapaces medianas, en pequeñas pinadas de árboles dispersos o en los linderos cerca de claros ó cultivos para hacer su puesta. Pero todas estas rapaces forestales, que están en la cúspide de la pirámide ecológica del bosque, situados como los mayores depredadores, lo son porque en los niveles inferiores de esa pirámide existe una gran variedad de presas sobre las que actúan, representadas en su mayoría por un grupo de aves que también tienen su hogar en los pinares y encinares. Y son muy diversas, porque hay desde las numerosas palomas torcaces, a córvidos como la corneja y el arrendajo, y una gran variedad de pájaros, como el piquituerto, los carboneros común y garrapinos, el herrerillo capuchino, el mito, el pinzón común, el reyezuelo listado, el petirrojo, la curruca carrasqueña, etc.. Y si paseando por el bosque vemos un pequeño pájaro pardo trepar casi como un ratón, en espiral tronco arriba de algún pino, sabina ó encina, es el agateador común buscando insectos en la corteza de los troncos. Si el que vemos trepar, en lugar de pardo, es azulado en el dorso y con un estrecho antifaz negro en la cabeza, es el trepador azul, con similares hábitos trepa-troncos, aunque a este le da igual trepar subiendo, que destrepar bajando. Su incorporación a la fauna ornítica de esta zona se ha producido de unos años para acá, en los que se ha instalado como reproductor en la zona, procedente de las sierras manchego-andaluzas colindantes. Otra curiosa ave trepatroncos, que procede de las sierras colindantes y es también escasa a nivel provincial, es el pico picapinos, de la familia de los pícidos, o pájaros carpinteros, aunque yo les llamaría “madereros”, un adjetivo más ajustado a su principal característica a la hora de construir el nido a salvo de depredadores; pues con ayuda de su potente pico, perfora en los troncos de pinos, nogales y sobre todo chopos, unas oquedades con un pequeño agujero circular de entrada (ajustado a su tamaño, para evitar intrusos), con el fin de ubicar la puesta y tener protegidos a los pollos de los numerosos depredadores de nidos.

Esta habilidad constructora, termina beneficiando a un buén número de aves forestales (carboneros, herrerillos, agateadores, trepador azul, etc.) e incluso a roedores como el lirón careto, que reutilizan las oquedades abandonadas de años anteriores, pudiendo poner a salvo sus polladas gracias al incansable trabajo del picapinos. Pero no acaban aquí sus habilidades, porque además este sorprendente pícido construye, aprovechando pequeñas hendiduras en los troncos de sabinas, pinos e incluso almendros, unos huequecitos denominados “yunques”, en los que inserta las piñas ó en su caso las almendras, para poderlas golpear y abrir la corteza, sin que se le caigan al suelo, y extraer los piñones y los gajos de almendra con los que se alimenta sobre todo en invierno, cuando hay escasez de insectos y orugas.

Sotobosque y bosque galeria Otro hábitat que alberga a numerosas especies de aves es el formado por las áreas abiertas de matorral en los linderos del bosque con monte bajo, y los pequeños bosquetes galería colindantes a los cultivos, con chopos y zarzales, rosales y majuelos, asociados a las ramblas y arroyos, ó a los pequeños manantiales de aguas permanentes, como en las inmediaciones de Puerto Alto y Rambla de la Rogativa. Aquí encontramos una variedad de aves que se entrecruzan entre este hábitat y el de los cultivos cerealistas o de arbolado de secano. Es es caso de pequeñas rapaces como el mochuelo común, el gavilán, que suele frecuentar los bebederos de los afloramientos de agua como zona de caza, y sobre zarzas ó arbustos prominentes no será raro ver al alcaudón real, al acecho de escarabajos, lagartijas y algún roedor descuidado. Sobre los sembrados y eriales, ó en torno a los arbustos y zarzales, se puede ver a toda la pléyade de aves granívoras y frugívoras como el mirlo común, los grupos de estorninos TREPADOR AZUL. JLH


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87 negros, y los de pardillos, verderones, verdecillos y jilgueros, a los que en invierno se unen los lúganos y escribanos. Las currucas capirotada, cabecinegra y rabilarga, también frecuentan escaramujos y zarzales, y la tarabilla común imita al alcaudón a escala de insectos, encaramada siempre en alguna rama o tallo prominente.

casi siempre, en las frecuentes molestias de actividad humana (labores agrícolas y ganaderas con destrucción de hábitats, explotación de canteras, rutas de escalada, ó de vehículos a motor cerca de nidos, etc.), ó lo que es peor, en la caza indiscriminada y excesiva e incluso furtiva.

Y en este habitat frontera entre áreas naturales con arbolado, matorrales y zonas cultivadas o de pastoreo, también encontramos a otro pícido, o picamaderos, este de mayor tamaño, y con un reclamo característico como de relincho de caballo, el pito real, que también gusta de las choperas, o grupos de nogueras en cuyos troncos perfora sus galerías.

Debemos de tomar consciencia que las aves de nuestros espacios naturales, igual que el resto de la fauna salvaje que aún los puebla, forman parte de la riqueza faunística y la biodiversidad de nuestro patrimonio natural, constituyendo un eslabón esencial en la cadena de la pirámide ecológica presente en estos hábitats, unas en los niveles inferiores de dicha pirámide, como es el caso de los pájaros medianos y pequeños tanto granívoros, omnívoros e insectívoros, y otras en los niveles medios y superiores, en tanto depredadores, como las pequeñas rapaces nocturnas y diurnas, ó las de mayor tamaño forestales y rupícolas, que junto a las especies necrófagas se situan en lo más alto.

Campos de cultivo y construcciones humanas En los rastrojos de los campos, barbechos y pastizales, no faltan, grupos de perdices, codornices, cogujadas montesinas, totovías y calandrias; incluso en época estival trigueros, terreras y parejas de alcaravanes. En las inmediaciones de los cortijos ganaderos ó abandonados, encontraremos gorriones comunes y chillones, y el más escaso gorrión molinero, así como palomas bravías domésticas la mayoría, las tórtolas turcas, e incluso mochuelos y abubillas que utilizan las grietas y huecos de las paredes para ubicar sus nidos en muchos de ellos. Eventualmente también pueden encontrarse en algunas casas en ruinas o refugios de ganado, a grajillas y alguna chova piquirroja que ha colocado su nido en huecos de los muros. Sobre los tejados los gregarios estorninos negros, se agrupan en invierno con ejemplares de estorninos pintos, y las urracas y las cornejas patrullan las inmediaciones de cortijos y sembrados a la caza de insectos, frutos y casi cualquier cosa que echarse al pico.

Y el territorio de Revolcadores, siendo como hemos visto el hogar de muchas aves a lo largo del año, algunas de ellas de las más interesantes, atractivas y escasas que se dan en la Región de Murcia, se proyecta como un lugar privilegiado dentro de nuestra región, donde poder encontrar, observar y estudiar a este conjunto de aves, muchas de ellas exclusivas de las comarcas del interior, y por tanto más escasas y difíciles de encontrar en otras zonas de la region. Es ésta razón suficiente para que las autoridades ambientales y los agentes sociales promoviesen ya una figura suficiente de proteción para este territorio, con el fin de legar a las generaciones futuras la riqueza ambiental que aún posee, y evitar las amenazas latentes que pueden afectar a su conservación.

Las aves sedentarias, no tienen todas una querencia permanente y constante a un lugar determinado, sino que como consecuencia de su constante movilidad, aún siendo sedentarias, a veces las encontramos en su lugar de residencia, sobre todo en la época de cortejo y reproducción y en otras épocas puede no haber rastro de ellas, porque se han desplazado a otra zona, por un cambio en la climatología ó estacional, ó por buscar nuevos lugares de alimentación y caza. Pero generalmente al año siguiente, cuando llega la época de cortejo suelen volver a ocupar sus territorios habituales de reproducción.

LA PROTECCION DEL PATRIMONIO ORNÍTICO Lamentablemente, también hay especies que una vez que desaparecen de una zona donde eran residentes habituales, ó migradoras fieles, ya no vuelven a aparecer en años sucesivos, hecho que cada vez se da en determinadas especies con más frecuencia. En el caso de un desplazamiento ó desaparición definitivos hay que buscar las causas

BUITRE LEONADO. JLH


88

89

Rutas por

Revolcadores en bicicleta a caballo a pie

LGM


91

RUTA SENDERISTA 1 PR-MU 105

LGM

Sendero de Montaña Inazares - Revolcadores

FICHA TÉCNICA Lugar de inicio

Caserío de Inazares

Lugar de llegada

El mismo

Tipo de recorrido

Circular

Distancia

7,500 km. (Solo ida); 15 km, ida y vuelta.

Horas de marcha

5 horas

Desnivel positivo

634 m.

Desnivel negativo

634 m.

Altitud máxima

2.014 m.

Altitud mínima

1.380 m.

Dificultad

Ver MIDE

2000

1500

N 1000

500 m.

500 0

1000

2000

3000

4000

5000

6000

7000

Itinerarios a pie - Ruta 1


92

93 M.I.D.E. MÉTODO DE INFORMACIÓN DE EXCURSIONES M.I.D.E. es un sistema de comunicación entre excursionistas para valorar y expresar las exigencias técnicas y físicas de los recorridos. Su objetivo es unificar las apreciaciones sobre la dificultad de las excursiones para permitir a cada practicante una mejor elección. El M.I.D.E. valora de 1 a 5 puntos (de menor a mayor) los siguientes aspectos de dificultad:

VALOR

ESPECIFICACIONES DETALLADAS

MEDIO

3

Paso por lugares alejados a más de 1 hora de marcha de un lugar habitado, un teléfono de socorro o una carretera abierta. El medio es especialmente severo en invierno y con mala climatología.

ITINERARIO

2

El recorrido está señalizado como PR, pero se requiere atención para la continuidad y los cruces de otros viales.

DESPLAZAMIENTO

2

Marcha por senda bien realizada y de buen tránsito, a pesar del desnivel.

ESFUERZO

4

Requiere 5 h. de marcha efectiva, en continuo ascenso, con un desnivel apreciable según la condición física de cada uno.

RESUMEN DEL ITINERARIO El recorrido se inicia en el caserío de Inazares, aldea del municipio de Moratalla y núcleo de población rural con una buena oferta de servicios de Turismo de Naturaleza. El recorrido se inicia en dirección noroeste por el pequeño barranco por el cual se asciende a lo alto de Los Pechos por el rincón de Matabueyes. Las vistas son impresionantes, la manchega Peña Jarota se exhibe rotunda al llegar al Bancal de Lo Alto, un collado con un álamo solitario. Hay que girar en dirección a la antena y subir hasta la cima, donde encontrarán una anciana sabina albar de recio tronco. Es sencillo mantener el itinerario pues ha sido recientemente señalizado por Medio Ambiente, lo que lo convierte en el primer Sendero de Montaña homologado por la Federación de Montañismo de la Región de Murcia. En su primer tramo va por tierras de labor para acceder a una zona donde se encuentra un manantial y un abrevadero de ganado. Es una zona de interés geológico. Tras una atalaya sobre el valle de la rambla de la Rogativa, desde donde se ve una estupenda panorámica del valle y las montañas que la rodean, pasamos un barranco y entramos en un bosque de pinos por la senda. Esta senda sale a una pista forestal fácil de caminar y con gran interés paisajístico sobre toda la sierra albaceteña que le hace de escenario. A los pocos kilómetros tomamos la senda recién recuperada, sobre la huella del sendero que han ido haciendo los montañeros a lo largo del tiempo. Se sube hacia la cima por el lomo de la montaña a lo largo de un sendero señalizado y de muy buena factura. Tras pasar por una zona rocosa llegamos al pico denominado Obispo (2.014 m). LGM

Itinerarios a pie - Ruta 1


94

95

Inazares – Pico de los Odres – Los Odres

LGM

N

RUTA SENDERISTA 2

500 m.

FICHA TÉCNICA Lugar de inicio

Caserío de Inazares

Lugar de llegada

Caserío de los Odres

Tipo de recorrido

Lineal

Distancia

8,670 km.

Horas de marcha

3 horas

Desnivel positivo

544 metros

Desnivel negativo

504 metros

Altitud máxima

1.864 metros

Altitud mínima

1.320 metros

Dificultad

Ver MIDE

2000

1500

1000

500

0

1000

2000

3000

4000

5000

6000

7000

8000

Itinerarios a pie - Ruta 2


96

97 LGM

M.I.D.E. MÉTODO DE INFORMACIÓN DE EXCURSIONES M.I.D.E. es un sistema de comunicación entre excursionistas para valorar y expresar las exigencias técnicas y físicas de los recorridos. Su objetivo es unificar las apreciaciones sobre la dificultad de las excursiones para permitir a cada practicante una mejor elección. El M.I.D.E. valora de 1 a 5 puntos (de menor a mayor) los siguientes aspectos de dificultad:

VALOR

ESPECIFICACIONES DETALLADAS

MEDIO

2

Paso por lugares alejados a más de 1 hora de marcha de un lugar habitado, un teléfono de socorro o una carretera abierta. Llegamos a altitud de alta media montaña, por lo que con mal tiempo hay que prevenir los riesgos.

ITINERARIO

3

Existe traza de camino sobre el terreno, pero se requiere atención para la continuidad y los cruces de otros viales. Con nieve hay que utilizar elementos de apoyo para la navegación.

DESPLAZAMIENTO

3

Marcha por senda mal trazada con mala regularidad del piso.

ESFUERZO

4

Requiere entre 2 y 3 h. de marcha efectiva. En periodo invernal puede estar cubierto por la nieve, lo que dificulta su ascensión.

RESUMEN DEL ITINERARIO Este recorrido conecta Inazares con el caserío de Los Odres, pasando por la cima del pico de Los Odres por un sendero tradicional que vincula ambos núcleos habitados de esta sierra. En su inicio atraviesa el tramo de la huerta de Inazares para subir por el barranco hasta el camino del Pino Gordo, hasta el collado del mismo nombre. En el collado se puede subir al pico de Los Odres para tener una espectacular panorámica del macizo montañoso y de todo el valle, con las sierras de Lorca y Almería al fondo y la de Mojantes al norte.

LGM

Se llega a Los Odres por el barranco del Rey, junto a unos corrales que recuerdan que estamos en tierras ganaderas.

Itinerarios a pie - Ruta 2


98

99

RUTA SENDERISTA 3

LGM

Caserío de Los Odres, cimas de Revolcadores y el Obispo

FICHA TÉCNICA Lugar de inicio

Caserío de Los Odres

Lugar de llegada

Enlace con sendero a Inazares

Tipo de recorrido

Lineal

Distancia

7,900 km.

Horas de marcha

3 horas

Desnivel positivo

510 metros

Desnivel negativo

50 metros

Altitud máxima

2.014 metros

Altitud mínima

1.360 metros

Dificultad

Ver MIDE

2000 1800 1600 1400 1200 1000 800

N

500 m.

600 400 200

0

500

1000

1500

2000

2500

3000 3500

4000

4500

5000 5500

6000

6500 7000

7500

Itinerarios a pie - Ruta 3


101

LGM

100

M.I.D.E. MÉTODO DE INFORMACIÓN DE EXCURSIONES M.I.D.E. es un sistema de comunicación entre excursionistas para valorar y expresar las exigencias técnicas y físicas de los recorridos. Su objetivo es unificar las apreciaciones sobre la dificultad de las excursiones para permitir a cada practicante una mejor elección. El M.I.D.E. valora de 1 a 5 puntos (de menor a mayor) los siguientes aspectos de dificultad:

VALOR

ESPECIFICACIONES DETALLADAS

MEDIO

3

Paso por lugares alejados a más de 1 hora de marcha de un lugar habitado, un teléfono de socorro o una carretera abierta. Llegamos a altitud de alta media montaña, por lo que con mal tiempo hay que prevenir los riesgos.

ITINERARIO

3

Existe traza de camino sobre el terreno, pero se requiere atención para la continuidad y los cruces de otros viales. Con nieve hay que utilizar elementos de apoyo para la navegación.

DESPLAZAMIENTO

3

Marcha por senda mal trazada con mala regularidad del piso.

ESFUERZO

4

Requiere entre 2 y 3 h. de marcha efectiva. En periodo invernal puede estar cubierto por la nieve, lo que dificulta su ascensión.

RESUMEN DEL ITINERARIO Esta ruta expone la ascensión a las dos cimas de esta por el barranco del Chaparral por un sendero bastante cómodo. El recorrido asciende por un buen camino entre campos de cultivo de secano con una hermosa vista del macizo montañoso, hasta llegar a los corrales donde se estrecha y tomamos un sendero evidente que asciende con un desnivel muy equilibrado. Seguimos el barranco, el cual forma un codo a la izquierda aproximándose al pico de Revolcadores, el segundo en altura de la zona. Después nos podemos aproximar al techo de la Región, al pico del Obispo (2016 m) para poder continuar hacia un collado que nos aproxima a la zona de praderas donde conectamos con el primer sendero que se señalizó en esta zona. Es la conexión con el sendero de Inazares, que también puede ser enlace con la subida al Pico de los Odres. LGM

Itinerarios a pie - Ruta 3


102

103

RUTA SENDERISTA 4

500 m.

Cañada de la Cruz – Revolcadores - Obispo

LGM

N

FICHA TÉCNICA Lugar de inicio

Cañada de la Cruz

Lugar de llegada

Pico del Obispo

Tipo de recorrido

Lineal

Distancia

7,200 km.; solo ida.

Horas de marcha

3 horas

Desnivel positivo

714 metros

Desnivel negativo

714 metros

Altitud máxima

2014 metros

Altitud mínima

1300 metros

Dificultad

Ver MIDE

2000 1800 1600 1400 1200 1000 800 600 400 200 0

1000

2000

3000

4000

5000

6000

7000

Itinerarios a pie - Ruta 4


104

105 LGM

M.I.D.E. MÉTODO DE INFORMACIÓN DE EXCURSIONES M.I.D.E. es un sistema de comunicación entre excursionistas para valorar y expresar las exigencias técnicas y físicas de los recorridos. Su objetivo es unificar las apreciaciones sobre la dificultad de las excursiones para permitir a cada practicante una mejor elección. El M.I.D.E. valora de 1 a 5 puntos (de menor a mayor) los siguientes aspectos de dificultad:

VALOR

ESPECIFICACIONES DETALLADAS

MEDIO

3

Paso por lugares alejados a más de 1 hora de marcha de un lugar habitado, un teléfono de socorro o una carretera abierta. Llegamos a altitud de alta media montaña, por lo que con mal tiempo hay que prevenir los riesgos.

ITINERARIO

3

Existe traza de camino sobre el terreno, pero se requiere atención para la continuidad y los cruces de otros viales. Con nieve hay que utilizar elementos de apoyo para la navegación.

DESPLAZAMIENTO

3

Marcha por senda mal trazada con mala regularidad del piso.

ESFUERZO

4

Requiere entre 2 y 3 h. de marcha efectiva. En periodo invernal puede estar cubierto por la nieve, lo que dificulta su ascensión.

RESUMEN DEL ITINERARIO Subida a los picos de Revolcadores y Obispo desde la localidad de Cañada de la Cruz, con lo que se cierra el enlace con los tras núcleos habitado de la zona de influencia de la sierra. La ascensión transcurre por el barranco de las Zanjas, donde en su primer tramo hay un paso con cierta dificultad, por lo que habrá que ir con cuidado.

LGM

Por lo demás el trazado no tiene mayor dificultad, siguiendo siempre el fondo del baranco. Se llega a un collado entre dos cimas; la de Revolcadores (1999 m) es la de la derecha. A la cima de la izquierda es la tercera de las altitudes del macizo, la atalaya hacia el sur (1968 metros).

Itinerarios a pie - Ruta 4


106

107

N

RUTA SENDERISTA 5

LGM

500 m.

Puerto Alto – Revolcadores - Obispo

FICHA TÉCNICA Lugar de inicio

Camino de Puerto Alto

Lugar de llegada

Pico del Obispo

Tipo de recorrido

Lineal

Distancia

3,040 km.; solo ida.

Horas de marcha

1,5 horas, aproximadamente.

Desnivel positivo

474 metros

Desnivel negativo

474 metros

Altitud máxima

2014 metros

Altitud mínima

1540 metros

Dificultad

Ver MIDE

2000 1900 1800 1700 1600 0

1000

2000

3000

Itinerarios a pie - Ruta 5


109

JRS

108

M.I.D.E. MÉTODO DE INFORMACIÓN DE EXCURSIONES M.I.D.E. es un sistema de comunicación entre excursionistas para valorar y expresar las exigencias técnicas y físicas de los recorridos. Su objetivo es unificar las apreciaciones sobre la dificultad de las excursiones para permitir a cada practicante una mejor elección. El M.I.D.E. valora de 1 a 5 puntos (de menor a mayor) los siguientes aspectos de dificultad:

VALOR

ESPECIFICACIONES DETALLADAS

MEDIO

3

Paso por lugares alejados a más de 1 hora de marcha de un lugar habitado, un teléfono de socorro o una carretera abierta. Llegamos a altitud de alta media montaña, por lo que con mal tiempo hay que prevenir los riesgos.

ITINERARIO

3

Existe traza de camino sobre el terreno, pero se requiere atención para la continuidad y los cruces de otros viales. Con nieve hay que utilizar elementos de apoyo para la navegación.

DESPLAZAMIENTO

3

Marcha por senda mal trazada con mala regularidad del piso.

ESFUERZO

4

Requiere entre 2 y 3 h. de marcha efectiva. En periodo invernal puede estar cubierto por la nieve, lo que dificulta su ascensión.

RESUMEN DEL ITINERARIO Es la única ascensión que proponemos desde un lugar no habitado, pero su interés reside precisamente en eso, pues el paraje de Puerto Alto es de una belleza impresionante, entre el macizo de Revolcadores y la Cuerda de la Gitana, ya en Albacete. Es un lugar privilegiado para la observación de aves. La ascensión se inicia por un camino que pronto hay que dejar para tomar una senda. Si no conoces el lugar o no llevas apoyo de navegación es posible que te cuesto un poco, sobre todo si hay nieve, por lo que habrás de ir preparado. La subida es por una bonita senda de montaña con cierto desnivel por lo corto de la distancia y la altitud a superar. La llegada a la cima es una auténtica recompensa, sobre todo por las espectaculares panorámicas que se pueden ver en los 360 grados del paisaje.

Itinerarios a pie - Ruta 5


110

111

RUTA DE MARCHA NÓRDICA

Marcha Nórdica

Entorno de Inazares 1

Proponemos dos recorridos para la práctica de la marcha nórdica. El Nordic Walking o Marcha Nórdica es una forma de marcha que incluye no sólo la acción de las piernas como en la marcha normal, sino también la parte superior del cuerpo. Se trata de caminar con dos bastones especiales, diseñados sólo para esta modalidad. Es un movimiento nuevo para todo el cuerpo; es agradable y muy efectivo y actúa de forma suave pero eficaz, mejorando la fuerza muscular, el sistema cardiovascular, la coordinación y la movilidad.

AJP

(Nordic Walking)

FICHA TÉCNICA Lugar de inicio

Inazares sur

Lugar de llegada

El mismo

Tipo de recorrido

Circular

Distancia

4,100 km.

Horas de marcha

1 hora y cuarto, aproximadamente

Desnivel positivo

83 metros

Desnivel negativo

83 metros

Altitud máxima

1340 metros

Altitud mínima

1257 metros

Dificultad

Baja

RESUMEN DEL ITINERARIO Esta primera ruta recorre la parte sur del caserío transcurriendo por el curso de la rambla a través de un paisaje rocoso, tras dejar la parte de huerta que bordea al pueblo. Sube por un camino hacia la Casica del Corral por una loma que nos muestra una bonita imagen del pueblo y bajando por el barranco que desciende desde el collado del camino del Pino Gordo, en la ruta hacia Los Odres. Es un recorrido cómodo con muy poco desnivel y bastante adecuado para esta práctica deportiva.

Marcha Nórdica 1


112

113

RUTA DE MARCHA NÓRDICA

AJP

Entorno de Inazares 2

1

2

FICHA TÉCNICA Lugar de inicio

Inazares norte

Lugar de llegada

El mismo

Tipo de recorrido

Circular

Distancia

4,950 km.

Horas de marcha

1 hora y media, aproximadamente

Desnivel positivo

74

Desnivel negativo

74

Altitud máxima

1340

Altitud mínima

1414

Dificultad

Baja

RESUMEN DEL ITINERARIO

N

500 m.

Este segundo itinerario de marcha nórdica transcurre por la parte norte del caserío por el camino del cementerio. Nos encaminamos por un camino próximo al bosque de pinos para descender hacia el camino de Majarazán con una bonita vista hacia el valle pasando cerca del cortijo del Tornajico, donde volvemos hacia Inazares por zonas de cultivo de secano. Este recorrido es de muy poco desnivel y por caminos agradables de laboreo agrario y ganadero.

Marcha Nórdica 2


114

115

RUTA EN BICICLETA BTT

TPG

Inazares y la sierra de Villafuerte

FICHA TÉCNICA Lugar de inicio

Caserío de Inazares

Lugar de llegada

El mismo

Tipo de recorrido

Circular

Distancia

43 km.

Horas de marcha

Unas 6 horas, dependiendo del ritmo de marcha.

Desnivel positivo

Unos 1.100 metros de desnivel.

Desnivel negativo

1.000 m.

Altitud máxima

1.480 m.

Altitud mínima

1.040 m.

Dificultad

Media

Bicicleta de montaña (BTT) La práctica de la bicicleta por montaña (BTT) está teniendo un gran auge en los últimos años, demostrando un interés impresionante a nivel de usuarios y un potencial de desarrollo del turismo de naturaleza de forma extraordinaria. Es una actividad equilibrada que permite adentrarse en lugares recónditos con muy bajo impacto ambiental, siempre que se realice de forma responsable, siguiendo senderos y caminos practicables que nos permiten disfrutar de lugares excepcionales. Desde Inazares se plantea el proyecto de crear un centro BTT bajo la certificación IMBA, dotando de servicios de calidad a los visitantes y favoreciendo recorridos por estos maravillosos parajes naturales. TPG

1600

1400

1200

1000

0km.

4

8

12

16

20

24

28

32

36

40

43,04

Itinerario en bicicleta


116

117 RESUMEN DEL ITINERARIO

1000 m.

El recorrido parte de Inazares por la carretera de entrada al pueblo, por el camino de Puerto Ortiz, para dirigirse hacia El Majarazán, entre cañadas de cultivo a las que se accedo por caminos entre un denso bosque de pinar. Son caminos cómodos y de buen tránsito. Desde la cañada de El Majarazán pasamos por el collado del Calar del Cagasebo en dirección a Hoya Alazor, pequeño caserío, que aunque abandonado y en ruinas, es de gran belleza paisajística y de un enorme valor del patrimonio natural y cultural. Desde aquí se desciende hacia el balneario del Cantalar por una buena pista hasta tomar el camino del cortijo de Matacabras para seguir bajando por el cortijo de Salinas en una zona de extraordinaria belleza natural, donde se respira serenidad. Desde aquí descendemos por el cortijo de Abajo hacia la rambla de la Rogativa por Arroyo Blanco para subir hacia Revolcadores por la pista de la rambla, pasando por la ermita y varios grandes cortijos que dan a la sierra un ambiente tradicional en el incomparable marco del macizo montañoso y la Cuerda de la Gitana haciendo de divisoria con la provincia vecina de Albacete. La subida de regreso a Inazares se nos puede hacer costosa, pero la satisfacción de haber realizado esta bonita ruta nos va a recompensar el esfuerzo.

TPG

N

Itinerario en bicicleta


118

119

RUTÓMETRO BTT PUNTO Nº

DISTANCIA PARCIAL [m]

DISTANCIA ACUMULADA [Km]

ALTITUD [m]

1

0

0,00

1340

2

3874

3,87

1175

DESCRIPCIÓN

Inazares. Salir del pueblo y bajar por carretera

CROQUIS

PUNTO Nº

DISTANCIA PARCIAL [m]

DISTANCIA ACUMULADA [Km]

ALTITUD [m]

10

627

9,50

1406

11

735

10,23

1418

12

130

10,36

1423

13

150

10,51

1429

14

60

10,57

1434

15

40

10,61

1435

16

70

10,68

1432

Abandonar carretera y girar a la izquierda, dirección Puerto Ortiz Cortijo del Pocico de Cristo. 3

217

4,09

1190

Pasar por el camino de la izquierda Seguir por el camino principal

4

501

4,59

1205

girando a la izquierda ligeramente

5

1406

6,00

1256

6

708

6,71

1284

7

598

7,30

1320

Girar a la derecha, por el camino principal

Seguir recto, dejando atrás el cruce hacia Puerto Ortiz

8

872

8,18

1395

8,87

1392

cipal.

Seguir recto por camino principal

Continuar recto por camino principal.

Seguir recto por camino principal.

Seguir recto por camino principal

Seguir recto por camino principal

cipal. Vistas al fondo de las casas de Majarazan.

Seguir recto por camino prin-

Girar a la derecha, direccion

cipal. Pequeño sendero a la

17

370

11,05

1407

principal. Cipreses en el lado derecho del camino.

Hoya Alazor. No entrar al cortijo Majarazan Seguir por camino principal,

Seguir recto por camino 692

Seguir recto por camino prin-

Lavadero y aljibe.

izquierda.

9

CROQUIS

Seguir recto por camino prin-

Seguir por el camino principal. Comienza fuerte ascensión.

DESCRIPCIÓN

18

130

11,18

1407

dejando atrás segundo cruce hacia Majarazan.

Itinerario Itinerarios a pieen -bicicleta Ruta 1


120

121

PUNTO Nº

19

DISTANCIA PARCIAL [m]

220

DISTANCIA ACUMULADA [Km]

11,40

ALTITUD [m]

1398

20

40

11,44

1394

21

180

11,62

1396

DESCRIPCIÓN

Girar a la derecha. Dejar atrás el tercer cruce hacia Majarazan

Seguir por el camino principal. Nogueras.

Continuar por el camino principal.

CROQUIS

PUNTO Nº

DISTANCIA PARCIAL [m]

DISTANCIA ACUMULADA [Km]

ALTITUD [m]

DESCRIPCIÓN

CROQUIS

Collado. Buenas vistas del pico 28

1030

16,73

1602

Revolcadores. Precaución en el descenso.

29

630

17,36

1529

30

210

17,57

1507

Seguir por curva cerrada a la izquierda.

Giro a la izquierda. Descenso por pista. Dejamos atrás el Balneario de Cantalar.

Seguir por camino principal. 22

170

11,79

1398

Dejar atrás el último acceso a

31

2070

19,64

1284

32

700

20,34

1228

33

400

20,74

1219

34

1330

22,07

1255

Continuar por pista principal.

Majarazan

23

1030

12,82

1426

24

580

13,40

1410

25

1980

15,38

1481

Seguir por pista principal, cruzando rambla.

Seguir por pista principal, cruzando rambla.

Seguir camino principal. Dejar atrás el cruce dirección al

15,44

1484

Dejamos a la izquierda las

Cortijo de Matacabras. Seguir recto por camino principal.

izquierda y seguimos recto. Cortijo Salinas a 100 metros

Seguir camino principal. 60

nando pista principal

Dejamos 2 cruces a la

cortijo Salvalejo

26

Giro a la izquierda, abando-

35

510

22,58

1209

36

1140

23,72

1142

casas de Hoya Alazor.

Seguir recto por camino principal. Descenso.

Seguir camino principal. 27

260

15,70

1508

Ascensión con fuerte

Seguir por camino principal.

pendiente.

Itinerario Itinerarios a pieen -bicicleta Ruta 1


122

123

PUNTO Nº

DISTANCIA PARCIAL [m]

DISTANCIA ACUMULADA [Km]

ALTITUD [m]

DESCRIPCIÓN

CROQUIS

PUNTO Nº

DISTANCIA PARCIAL [m]

DISTANCIA ACUMULADA [Km]

ALTITUD [m]

46

90

28,11

1078

47

970

29,08

1087

48

110

29,19

1094

49

1060

30,25

1107

50

460

30,71

1116

Continuar por pista principal

51

220

30,93

1128

Seguir recto por pista principal

52

220

31,15

1129

Seguir recto por pista principal

53

200

31,35

1131

Seguir por pista principal

54

420

31,77

1140

Seguir recto por camino prin37

170

23,89

1142

cipal, dejando atrás el cruce hasta Arroyo Alazor Casa de Abajo. Seguir el

38

1110

25,00

1137

camino que va a la derecha de las casas.

39

370

25,37

1124

40

830

26,20

1058

41

630

26,83

1054

Seguir recto por camino principal. Descenso

Seguir por camino principal.

Giro a la derecha. Seguimos por camino principal

DESCRIPCIÓN

CROQUIS

Seguir recto por la pista principal.

Área recreativa La Rogativa. Fuente.

Seguir por pista principal

Seguir recto por pista principal.

Leve giro a la izquierda. 42

410

27,24

1031

Tramo de subida con firme de hormigón. Giro a la izquierda. Pista

43

60

27,30

1036

forestal que llega hasta la Ermita de la Rogativa.

44

660

27,96

1082

45

60

28,02

1079

Seguir recto por la pista principal.

Seguir recto por la pista principal.

Ermita de La Rogativa. Seguir por pista principal.

Itinerario Itinerarios a pieen -bicicleta Ruta 1


124

125

PUNTO Nº

DISTANCIA PARCIAL [m]

DISTANCIA ACUMULADA [Km]

ALTITUD [m]

DESCRIPCIÓN

CROQUIS

PUNTO Nº

DISTANCIA PARCIAL [m]

DISTANCIA ACUMULADA [Km]

ALTITUD [m]

Continuar por pista principal. 55

630

32,40

1164

Dejamos atrás el cruce hacia

64

800

40,47

1493

33,87

1192

Dejamos atrás el cruce hacia el

Comienzo del descenso hasta Inazares.

Seguir por pista principal. 1470

CROQUIS

Seguir por el camino principal.

las Casas de Alfaro

56

DESCRIPCIÓN

65

170

40,64

1477

Cortijo de Estebas

57

1200

35,07

1237

Seguir por pista principal

66

1160

41,80

1394

58

230

35,30

1238

Continuar por pista principal

67

350

42,15

1364

59

100

35,40

1238

Seguir por pista principal.

68

230

42,38

1349

60

340

35,74

1237

Continuar por el camino principal. Descenso pronunciado.

Seguir camino principal. Inazares al fondo.

Entrada a Inazares por camino principal.

Fin de la Ruta

Abandonar la pista principal, y girar a la izquierda, con dirección Inazares.

61

1880

37,62

1336

62

1280

38,90

1365

Seguir por el camino de la izquierda.

Continuar por el camino principal. Tramo de ascenso.

Cruce del Torcal. Seguir por 63

770

39,67

1440

el camino principal. Último tramo de ascensión.

Itinerario Itinerarios a pieen -bicicleta Ruta 1


126

127

RUTA A CABALLO POR REVOLCADORES

DIMAS

Camino del Torcal

FICHA TÉCNICA Lugar de inicio:

Caserío de Inazares

Lugar de llegada:

El mismo

Tipo de recorrido:

Circular

Distancia:

10 km.

Horas de marcha:

Unas 3 horas, dependiendo del ritmo de marcha.

Desnivel positivo:

Unos 450 metros de desnivel.

Desnivel negativo:

450 m.

Altitud máxima:

1.480 m.

Altitud mínima_

1.340 m.

Dificultad:

Media

1400

N

1000

600

500 m.

200

0

1000

2000

3000

4000

5000

6000

7000

8000

9000

10000

Itinerario a caballo


128

129 RESUMEN DEL ITINERARIO El recorrido se inicia en dirección noroeste por el cual se asciende a lo alto de Los Pechos por el rincón de Matabueyes, en dirección a la rambla de la Rogativa. Al bajar el collado se transcurre por el camino de la izquierda, llamado camino del Torcal, por lugares de gran belleza natural, entre tramos rocosos y muy húmedos debido a que se encuentra en la parte norte de la sierra, en una zona de umbría. La vegetación es densa y el bosque tiene árboles de gran porte que en algunos tramos forma un paso de galería que hace que esta ruta sea muy atractiva. Toda esta zona de descenso requiere transitar con gran tranquilidad para que la montura también disfrute de este extraordinario ambiente natural.

LGM

Tras unos 4 km de recorrido llegamos a la pista que baja de la falda de las paredes rocosas de la zona norte de Revolcadores, por la cual descendemos hacia la pista forestal de la Rogativa. Al llegar a ésta nos vamos en dirección este, a la derecha, regresando al caserío de Inazares por el camino que iniciamos el recorrido.

DIMAS

Itinerario a caballo


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130

Servicios en Revolcadores INAZARES Dónde dormir CASERÍO INAZARES 14 Casas de 2 a 10 plazas con chimenea o estufa de leña. Precios: De 115 a 415 € (fin de semana, dependiendo temporada y plazas). Organizan actividades gratuitas para los niños. 3 Casas Albergue, precio por persona 12 €, capacidad 40 plazas (dotadas de calefacción y chimenea). ‣caserio@inazares.com ‣Tel: 968 73 63 96 - 868 97 32 11 y 659 80 53 12 Dónde comer RESTAURANTE EL NOGAL. C/ Cuesta, s/n. Inazares (Moratalla) ‣Tel: 968 73 63 79. Cierra jueves. RESTAURANTE REVOLCADORES , plaza revolcadores s/n . Inazares (Moratalla) ‣Tel: 968 73 91 86. Cierra martes.

CAÑADA DE LA CRUZ RESTAURANTE BAR CAMACHO Paco el del ‘Camacho’, digno sucesor de las enseñanzas de su padre (un ‘sabio’ autodidacta en cuestiones meteorológicas, colaborador de la Aemet durante décadas), y del turismo rural, de los lentos progresos que va haciendo la pedanía en cuestión de equipamientos. ‣Tel: 968 73 63 64 PANADERÍA DE JOSÉ MARÍA LÓPEZ Un tipo auténtico que mantiene abierto el obrador familiar pese a lo difícil que es sobrevivir en zonas rurales despobladas y deprimidas económicamente. José María ha conseguido que su panadería de Cañada de la Cruz, a los pies de la montaña más alta de la Región, sea una referencia para excursionistas, vecinos de pedanías y caseríos cercanos y también para la cada vez más numerosa colonia de extranjeros que comienza a instalarse en viejas casas de labor restauradas. José María trabaja feliz el pan de pueblo, los rollos de naranja, los cordiales, los mantecados de almendra y las tortas de manteca. ‣Tel: 968 73 63 80 LGM


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