REVISTA INMIXIÓN l

COLABORADORES Federico J. González Carolina Roa Juan Liechtenstein

CONTENIDOS Editorial El Psicoanálisis Olvidado El Psicoanálisis Recobrado El Ser Humano Único en su Especie Lazo Sobre la Crítica de Lacan...

Hacia un Psicoanálisis Mutante

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“... cada vez que operamos con “sujeto” debemos tener en cuenta, cuál es la dimensión de Otredad que nos permita acceder él. Pero, aunque nos permita acceder al “sujeto”, no accedemos nunca al “sujeto” como tal — siempre es en este prerrequisito, en esta condición sine qua non que es “inmixturado” con “Otredad”.

La ética que yo propongo desarrollar es exactamente ésa: una ética que dice “no” a considerar, en Psicoanálisis, al sujeto sin Otredad. El sujeto sin Otredad se llama “Individuo”. Y el individuo es el máximo ideal, el ideal fundamental de Occidente. Piensen en los ideales occidentales, los más radicales: “libertad”, “sí mismo”, “responsabilidad”, etc. Todos ellos tienden al individuo”.

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INDICE EDITORIAL

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EL PSICOANÁLISIS OLVIDADO FEDERICO JAVIER GONZÁLEZ

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EL PSICOANÁLISIS RECOBRADO FEDERICO JAVIER GONZÁLEZ

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EL SER HUMANO ÚNICO EN SU ESPECIE LAZO CAROLINA ROA

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SOBRE LA CRÍTICA DE LACAN A LA PRESENCIA IMPLÍCITA DE LA NOCIÓN DE ALMA EN EL MODELO TEÓRICO DE FREUD Y EN EL PSICOANÁLISIS JUAN LICHTENSTEIN

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NOTAS PARA UN PSICOANÁLISIS MUTANTE FEDERICO JAVIER GONZÁLEZ

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EDITORIAL “Inmixión es un viaje, nadie sabe cuándo empieza o termina, si pertenece a uno u otro, si va del pasado al futuro o viceversa” ¿Qué importa quién habla?, esta pregunta fue estruendosa en la década de los 60. Parecía que se escribía por primera vez de la mano de Samuel Beckett en sus Textos para Nada de 1955¹.

Así lo afirmó Foucault, quien, en su conferencia de 1963, posteriormente publicada como ¿Qué es un autor?² planteaba “quitarle al sujeto su rol de fundamento originario y analizarlo como una función (…) del lenguaje”.

En 1966, Lacan, en su conferencia en Baltimore, denominada De la estructura como Inmixión de Otredad, condición sine qua non de absolutamente cualquier sujeto, aseveró: “Los sujetos no son/están aislados como nosotros los pensamos. Pero, por otro lado, no son colectivos. Ellos poseen una cierta forma estructural, precisamente inmixión (...) en la medida en que nosotros no estamos seguros que aquel que inventa es exactamente aquel que designamos con el nombre propio”. ¿Quién inventa realmente? ¿Fue Möbius o Listing, Newton o Leibniz, Darwin o Russel, Graham Bell o Elisha Gray?

La existencia de descubrimientos simultáneos nos hace pensar más bien en las palabras de J.Ullmo en su intervención en la conferencia de Foucault citada anteriormente: “lo que no ha sido encontrado por y en junio de 1969, será encontrado por y en octubre de 1969”.

Esta idea de “una cultura en donde los discursos circularían y serían recibidos sin que nunca aparezca la función autor”2, puede vislumbrarse ya en Tlon, Uqbar, Orbis Tertuis de Jorge Luis Borges de 1941, o incluso en Las versiones homéricas de 1932, donde menciona la dificultad “de saber lo que pertenece al poeta y lo que pertenece al lenguaje”. Yo es otro, diría Rimbaud en las cartas del vidente de 1871 y podríamos seguir viajando en el tiempo. ¿Entonces quién habla? ¿Borges, Rimbaud, Foucault, Beckett, Lacan, Derrida, (quien también dio una conferencia en el simposio de Baltimore) Ullmo, Goldmann, Wahl? (quienes participaron del debate de la conferencia de Foucault ¿Qué es un autor?)

“Hay lenguaje. Eso habla en el mundo, y a causa de eso hay toda una serie de cosas, de objetos que son significados, que de otro modo no lo serían absolutamente (…) si no hubiera en juego (…) significante en el mundo” ³ Si lo que hay no es uno ni otro, sino inmixion de otredad, existen consecuencias que se manifiestan no solo en la práctica clínica del psicoanálisis y su marco teórico, sino en la comprensión del mundo en general. Por Ejemplo: -Cae la lógica de la representación, ningún significante remite en última instancia necesariamente a ningún significado.

- Si todo es texto, construcción del lenguaje, nada es inmutable. Se contempla el cambio sim5

plemente como algo que existe, no es indeseable en sí mismo.

- El cuerpo biológico pierde la importancia que hoy tiene, solo se toma como dato (significante) el cuerpo del lenguaje.

- Se dialoga con otras disciplinas, especialmente las ciencias sociales y estudios de género, se reconoce el lugar que ocupan como complemento para la comprensión de las situaciones que nos tocan vivir.

- La concepción del tiempo es circular, por lo que se permite buscar el presente en el pasado y lo opuesto, es probable, por ejemplo, que el presente re escriba la historia, es decir, altere el pasado.

- La clínica que pone el acento en la responsabilidad subjetiva pierde sentido, pues no es posible discernir quién habla.

Todo esto plantea el enorme desafío que supone construir lo que aún no existe, la construcción de otro psicoanálisis. Un retorno a Lacan, que es necesariamente un retourner - término que usó para describir su retorno a Freud-, es decir, dar vuelta. Partir de otra lógica es necesario si lo que buscamos es el reverso del sujeto, una teoría que posibilite la destrucción de la lógica energética, biologicista e individualista, que priorice la mediación simbólica, que es en última instancia, lo que constituye al sujeto.

Bibliografía • 1 Beckett, S. Nouvelles et textes pour rien. 1958. Les Editions de Minuit, Paris. France.

• 2 Foucault, M. ¿Qué es un autor? 2010. Ediciones literales. Córdoba. Argentina.

• 3 Lacan, J. El Seminario 19: O peor. 1971-1972. Paidós, Bs. As., 2012.

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EL PSICOANÁLISIS OLVIDADO El psicoanálisis es una ciencia, un arte, un oficio, una terapia, una filosofía, una cura del habla, y quizás mucho más. Sin embargo, hay algo que es central, desde lo cual parte históricamente su desarrollo, el psicoanálisis es una lógica.

Federico Javier González

Lejos de la imagen de un haz de luz que se eleva por sobre las personas en posición horizontal en el consultorio de Freud, las conclusiones de éste parten de una construcción teórica previa, de hecho, a lo largo de su enseñanza él mismo se encarga de señalar a sus referentes.

Autoerotismo, bisexualidad, libido, zonas erógenas, tánatos, atracción- repulsión, huella mnémica, son temas que el mismo Freud atribuyó desde Schopenhauer hasta Wernicke.

Además, Freud respondía a la lingüística de Karl Abel, a la epistemología del Circulo de Viena, a la física de Newton y a la geometría euclidiana.

Es ésta la base sobre la que se fue construyendo el psicoanálisis y no los relatos del padre de Juanito, aunque esto último parezca más interesante.

Y no es que Freud no haya escuchado, sí que escuchó, tanto que vio la palabra hacerse cuerpo, tanto que hizo hablar a la histeria.

No obstante, en algún momento todo se dio vuelta, aparentemente Freud olvidó escuchar, y lo hizo porque quizás, dejó de no saber. Empezó a funcionar desde el marco teórico citado líneas arriba de una manera más sólida y estructurada, y empezó a disolverse ese cuerpo erógeno, ese cuerpo hecho de palabras.

Este otro cuerpo, distinto al histérico, era representación y estaba hecho de energía, es decir, como en un diccionario, una palabra significaba un concepto, o mejor aún, un diccionario de imágenes, en el que una imagen remitiría directamente a un concepto.

Por otro lado, suponía una energía que se desplaza de un lugar a otro, esto, en última instancia alude a un marco biológico, algo del cuerpo que se expresa en el síntoma.

Decir que estamos ante un cuerpo erógeno, implica que es un cuerpo construido de palabras, es decir, que el cuerpo está atravesado por el orden simbólico. Por ende, físico, psíquico, no son más que palabras, pa-

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labras que explican, ordenan, pero no son fenómenos a partir de los cuales se deducen generalidades, la ciencia funciona al revés, el conocimiento es hipotético deductivo.

Sepámoslo o no, existe una idea previa que guía la acción, el ordenamiento, la investigación. El problema de no saberlo es que puede atribuirse ese saber a la naturaleza, la biología, como algo más que palabras, es decir, confundir aquello que entra por nuestros sentidos con lo real. Este es un interesante tema de estudio, pues para la ciencia moderna, desde Galileo, lo real es matemático, es teórico, no se parte de la experiencia hacia la idea sino al revés. Sin embargo, en psicoanálisis se sigue haciendo énfasis en la importancia de la experiencia, el espacio mítico de cuatro paredes y un diván como espacio productor de conocimiento. En última instancia, el problema no es tanto la exaltación de la experiencia, sino que, de esa forma, la teoría queda anulada y olvidada.

Esto tiene importantes consecuencias, deja en segundo plano la formación teórica del analista, y si se considera al marco teórico como constructor de la experiencia, pues determinado marco daría cuenta de una experiencia, y otro de una experiencia distinta.

"Justamente, la experiencia solo se constituye como tal si se la hace a partir de una pregunta correcta. Se llama hipótesis. ¿Y por qué hipótesis? Se trata simplemente de una pregunta correctamente planteada. En otras palabras, algo ha comenzado a cobrar forma de hecho,

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y un hecho es siempre hecho de discurso" (Lacan, 2007: 9495) Según Lacan hay una pregunta correcta, y se hace antes de entrar a la cancha, si se hace después -solo se cree que se ha hecho después- se evalúa el resultado del partido como si fuera un acto neutro, sin notar la participación activa en el mismo por medio de la técnica y la concepción previa de lo que implica el juego.

al contrastarse con varas de lienzo y chaquetas, es decir, el valor es relativo.

"No porque el psicoanalista se quede quieto y cierre el pico las tres cuartas partes del tiempo, las noventa y nueve centésimas partes del tiempo, hay que considerar que es una experiencia de observación. Se trata de una experiencia en la que el psicoanalista participa, y no hay además ningún psicoanalista que intente siquiera negarlo. Solo que es preciso saber lo que se hace. Aquí menos que en cualquier otra parte, se puede desconocer que el verdadero resorte de una estructura científica es su lógica y no su aspecto empírico” (Lacan, 1967: 67)

Un sujeto es lo que puede ser representado por un significante para otro significante. ¿Esto no reproduce el hecho de que en lo que Marx descifra, a saber, la realidad económica, el tema del valor de cambio está representado al lado del valor de uso? En esta falla se produce y cae lo que se llama la plusvalía. En nuestro nivel solo cuenta esta perdida.

No idéntico de aquí en más a sí mismo, el sujeto ya no goza.

Algo está perdido y se llama el plus de gozar, que es estrictamente correlativo a la entrada en juego de todo lo que desde ese momento determina todo lo relativo al pensamiento. (Lacan, 1968-1969:16)

Una enseñanza que Lacan toma de Hegel es que 1 ( uno) no significa nada, esto es, el significante no tiene identidad en sí mismo sino que está siempre en relación a otro. “el significante es lo que representa a un sujeto para otro significante” (Lacan, 1964-1965) Esto es así pues existe una imposibilidad lógica de representación del sujeto por el sujeto mismo, así como la levita del primer capítulo de El Capital de Marx, inspirada también en Hegel, no podía encontrar su valor en la levita, sino solo

No obstante, este enfrentamiento implica la caída de un resto, esto es lo que constituye justamente la falta en el sujeto, la imposibilidad de encontrar en el Otro, aquel significante que lo pueda significar por completo, que le dé respuesta plena, pues el sujeto es lo que está entre dos significantes.

La falta es el resto de una operación lógica en la que se ponen en juego ser y representación, es decir, no se puede ser sin representación, no se puede ser sin ser dicho, sin ser dicho por el Otro. Pero este es un problema lógico-matemático, no tiene nada que ver con figuras predeterminadas ni designios de la naturaleza, son lugares lógicos.

A partir de ahí, se teje una red de relaciones en un espacio-tiempo determinado. El sujeto contemporáneo es una con-

strucción, resultado de estas relaciones mediado por un espacio-tiempo, no es una fatalidad. El sujeto del inconsciente es el sujeto cartesiano, ese que primero es y luego piensa, sin darse cuenta de que piensa justo allí donde no es, no reconoce que “eso habla” por encima de su discurso yoico y que casi siempre dice lo opuesto a éste. No reconoce al Otro, no reconoce mediación, destruye la metáfora paterna y lejos de hacerla líquida, la devora y se hace un nudo en el estómago, sólido como roca. ​ Es cierto que el punto extremo del ateísmo, a condición de dar a este término otro sentido que el de Dios ha muerto, del que todo indica que, lejos de poner en cuestión lo que está en juego, es decir la ley, más bien la consolida. Hace mucho tiempo ya, advertí que frente a la frase del anciano padre Karamazov, Si Dios ha muerto, entonces todo está permitido, la conclusión que se impone en el texto de nuestra experiencia, es que a Dios ha muerto le corresponde ya nada está permitido. (Lacan, 1969-70: 127) Lo convierte así en mandato de auto explotación y rendimiento, se repite a si mismo tú puedes, solo hazlo, y (des)emprende aquí y allá. Cuando reflexiona, se cuestiona por qué a él, si hizo todo (bien) lo que se suponía debía hacer para ser exitoso, libre y feliz. ¿Que hice yo para merecer esto? se pregunta, a lo que surge como respuesta inevitable: nada…pues nada depende de un individuo, existe un contexto histórico cultural al que estamos sujetos, es de allí de donde surge el Otro, es allí donde surge el orden, un orden de lógico de la realidad.

Si entre el sujeto hablante y el ideal simbólico no hay mediación de otro, será allí bienvenida la locura. La locura como creencia de que se es uno sin otro es un mal de época, articulado a un sustrato histórico cultural que ha desarrollado una serie interminable de significantes sobre la idea de ese sujeto de la ciencia.

El psicoanálisis iniciado por el diálogo entre Freud y los cuerpos histéricos, ese psicoanálisis hoy olvidado, reconoce que ningún significante tiene sentido sin una cadena significante que produzca significado, y es por eso que busca las huellas lógicas que deja el discurso del analizante, en busca del sentido lógico, significante tras significante.

Hoy, sin embargo, el sentido quedó olvidado bajo el manto de una restitución normativa, la pregunta por el síntoma se responde con psicofármacos y el tiempo de reflexión cae por obsolescencia ante la acción hiperactiva. Este es el sujeto actual, el del psicoanálisis, de la física, la matemática, la lingüística etc. Y en cierta forma es un sujeto fallido, un individuo. Este individuo está enfermo de promesa, una que no llega nunca. La promesa de éxito, superación individual, victoria, independencia, libertad, etc.

Es por eso que se angustia, se deprime, está ansioso, agoniza lentamente ante la frustración y la incertidumbre, por supuesto, solo, pues se cree el único responsable de su situación, y a pesar de que su depresión, angustia y ansiedad son las psicopatologías más comunes de esta era, cree que solo le pasa a él, por eso se castiga y se mete para adentro. El sujeto

cartesiano tiene formas solitarias de sufrimiento.

El reverso de este sujeto debe partir necesariamente de otra lógica, de otra onto-lógica, de hecho, quizás de una anti-onto-lógica. Una construcción teórica que posibilite la destrucción de esta lógica energética, biologicista, fatalista e individualista. Un tratamiento que no promueva los mismos ideales que sientan las bases de la locura. La locura actual se supone interna, hallada en el núcleo individual de cada uno e insertada desde afuera, de donde proviene lo malo, por ende, la solución es individual, subjetiva, no tiene lugar la mediación simbólica que, en realidad, es lo que constituye al sujeto.

A la concepción energética se le suma la idea del cuerpo como actor principal en la obra del psicoanálisis. Lo real del cuerpo, lo inefable del cuerpo, el hueso, la carne, son metáforas y no tanto, que denotan no solo la centralidad del constructo biológico sino, además, su independencia. Allí surge lo constitutivo, el narcisismo constitutivo, la pulsión constitutiva, ¿qué es lo constitutivo en última instancia, si no es lo biológico?

La fatalidad del individuo moderno, por su parte, es que no le queda otra que reconciliarse con su patética existencia, reconciliarse con su síntoma, reconocerse en él y hacerse cargo.

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EL PSICOANÁLISIS RECOBRADO El psicoanálisis que expongo no tiene fecha de nacimiento, no surge del interior de ningún genio de la lámpara y no es inefable. Por el contrario, surge de la nada, como emergencia del acto discursivo mismo, en inmixión de otredad, es decir, con Otro, de Otro. Un Otro histórico, político, nada más alejado de lo natural.

Federico Javier González

Lo que ahora estoy proponiendo en el principio de la experiencia analítica es la noción de que hay significante ya instalado y ya estructurado. Ya hay una central construida y en funcionamiento.

No la han hecho ustedes. Esta central es el lenguaje, en funcionamiento desde hace tanto tiempo como pueden ustedes recordar. Literalmente, no pueden recordar más allá, me refiero a la historia de la humanidad en su conjunto.

Desde que hay significantes en funcionamiento, los sujetos están organizados en su psiquismo por el propio juego de esos significantes. Por este hecho, el Es, que van a buscar ustedes a las profundidades, 10

no es nada tan natural y menos aún que las imágenes.

A decir verdad, la existencia en la naturaleza de la central hidroeléctrica producto de la operación del Espíritu Santo es incluso lo contrario de la noción de naturaleza. (Lacan: 1956-57;52) Esta propuesta es necesariamente histórica, pues le interesa la evolución de esa estructura a lo largo del tiempo, y se contrapone a las fuerzas del uno a uno, que ignoran la fuerza económica, política, social, que no asumen una línea lógica, que no depende de individuos, que es eso que se piensa en una sociedad, sus ideas, ideales, valores, objetivos.

Desde esta perspectiva, podemos decir que el psicoanálisis se fue construyendo sobre las bases de valores de Occidente moderno, capitalista, democrático, que produjo el humanismo moderno, el de los ideales de la autorreflexión y la autonomía individual. El extremo de esta tendencia ya superó incluso la “responsabilidad subjetiva”; algunos autores plantean que estamos en la época del “sujeto de la imputación.

La historia es histeria (...)

Freud, si ha entendido de qué se trata la histeria. Si fabulaba alrededor de lo histérico, obviamente es solo un hecho histórico. (Lacan, 1977-78:18)

Lacan se desmarca de esta lógica cuando describe al inconsciente como el discurso del Otro, lo cual difumina la individualidad, y hasta la existencia de un uno, de un adentro de donde salen cosas.

Cuando habla del deseo del ser humano como deseo del Otro, y, sobre todo, cuando describe que Eso habla (Ça parle), Eso piensa (Ça pense) y Eso goza (Ça jouit) Lacan funda un psicoanálisis contrario a la orientación individualista de la ideología occidental moderna, la que arriba a la “responsabilidad subjetiva”.

En contraposición hablamos de sujeto, sujeto a relaciones, sujeto a un universo pre existente, que como dice Lacan, está estructurado como un lenguaje, que nos habla y por el que somos hablados, éste es el nódulo de la inmixión de otredad.

Este término, cuya aparición se dio en el año 1966, en una conferencia que Lacan dictó en Baltimore denominada “Of structure as an immixing of an otherness prerequisite to any subject whatever”, tiene una importancia definitiva para pensar ontología y epistemología en términos lacanianos.

Años antes, en la clase XIII del Seminario 2, titulada “El sueño de la inyección de Irma”, Lacan (1954) propone que el analista es causa y parte del fenómeno del sueño, y se refiere al inconsciente como aquello que es del sujeto y no es del sujeto, podríamos agregarle, porque es también del analista.

Estoy pensando en la palabra immixing (...) pienso que la primera vez que introduje esta palabra fue precisamente para la relación de los sujetos (...) Los sujetos no son entonces aislados, como los pensamos. Pero, por otro lado, ellos no son colectivos. Tienen una cierta forma estructural, precisamente immixing que es, hablando con propiedad, aquello sobre lo cual una discusión como la de hoy puede introducirnos, y creo que únicamente en la medida en que no estamos tan seguros que quien inventa es exactamente el designado por un cierto nombre propio” (Lacan, citado en Peusner, 2002).

Lacan ve en las invenciones, el fenómeno de la inmixión. ¿Como se explica si no, que, en diferentes puntos del mundo, dos o más personas que nunca se conocieron lleguen a la misma invención casi al mismo tiempo? Lacan responderá que es la inmixion de otredad, que hace que eso hable. “las invenciones son producidas, podemos decir, exactamente al mismo tiempo, o en el lapso de pocos meses la una de la otra, por sujetos (debo pronunciar esta palabra, tarde o temprano) que se encuentran a grandes distancias (geográficas o de otro tipo) los unos de los otros (…)

Entonces, aquí es donde reside la cuestión. En proponer el término sujeto para esta conexión, y en demandar que lo distingamos del vuestro ser vivo que usted introdujo con toda su animación” (Lacan, citado en Peusner, 2002)

El sujeto es la conexión entre -los sujetos- es el (mote) rial entre seres humanos que los precede y los trasciende, había ya un algo en ausencia de alguien, y, por otro lado, saber quién habla lo que se habla no es discernible, pues ambos se encuentran en inmixión.

“He aquí pues mi pregunta, mi cuestión, y creo, dada mi historia, que es ahí, a nivel de este intervalo -que no entra ni en la intra o la inter o la extra subjetividad -donde debe ser planteada la cuestión del sujeto” (Lacan, 1966).

No es la razón de este escrito, pero esta pandemia resumió la infinidad de problemas que implica la lógica hegemónica del individualismo en el mundo entero. El problema y la aceptación supina del control social, de la ausencia de lo público, de la radicalización de las fronteras, territoriales y humanas, pasando estas últimas de la propiedad privada al cuerpo mismo como el límite del otro, la imposición de la asepsia como nueva frontera.

Una respuesta psico-inmunitaria desesperada ante la imposición estatal, que, guiada por el temor, solo puede profundizar la perdida de libertades humanas, mientras compramos como humanidad, el último best seller de la sociedad individual, ”viva 90 años, aunque su vida apeste”. Este peligro anunciado por Han, de conformarnos con sobrevivir, o peor aún, ver como valor la mera supervivencia, podría tener consecuencias catastróficas, podría de hecho, ser el germen de la sociedad global hipervigilada, 11

hipercontrolada y sometida a los designios del gran amo, esa que había advertido Michel Foucault.

Psicoanálisis olvidado y la salud mental Si bien podría adjudicársele a la salud mental, el ejercicio de una noción estandarizada de lo que es salud, también es cierto que, sin caer en la uniformización, es importante tener criterios más allá de lo individual, centralmente criterios sociales y políticos.

Posicionarnos desde el sujeto en contexto, no quiere decir ser menos psicoanalistas, si quizás, menos etéreos.

Reconocer que, al decir de Foucault, poder y saber se implican, por lo que la psicopatología no está desenganchada del poder. Dice Foucault: “No puede comprenderse nada del saber económico si no se sabe cómo se ejercía, en su cotidianeidad, el poder, y el poder económico” (Foucault, 1977:99). Así mismo, no puede decirse nada sobre psicopatología sin un análisis del ordenamiento social, la división de la sociedad en clases, la lucha de clases, la alienación y explotación que implica la lógica capitalista.

Decir fuera de contexto es caer en los delirios de los manuales diagnósticos, que estandarizan al sujeto para clasificarlo y controlarlo. Esto no debe perderse de vista en un contexto histórico en el que la medicalización de la sociedad está altamente normalizada. “La ‘psiquiatrización’ de la vida cotidiana, si se la examinase de cerca, revelaría 12

posiblemente lo invisible del poder” (Foucault, 1971:40) Desde este lugar es central defender la salud mental como un derecho humano.

Escudarnos en el individuo es defender la sociedad patológica en la que estamos inmersos. Debemos saber que, si no hay una profunda transformación de la sociedad, es poco lo que podemos hacer por los “individuos”.

Es necesario criticar los modelos de normalidad, esos que ponen molde sobre molde solo para rotular, convirtiéndose a veces en un fin en sí mismo.

Una pregunta interesante en contexto de pandemia es: ¿qué significa volver a la normalidad, ¿volver a trabajar 12 horas al día? ¿a ser sardina en el trasporte público 4 horas diarias? ¿volver a clases en las mismas agónicas condiciones del sistema educativo? ¿volver a robar el dinero destinado a la salud pública, demacrándola aún más? bueno, esto ha gozado de buena salud incluso en contexto de pandemia.

En la práctica clínica, además de banalizar una herramienta teórica, la interpretación del diagnóstico clínico en clave biologicista e individualista, ha contribuido a desautorizar y estigmatizar a las personas con padecimientos mentales.

Es importante hacer camino hacia la transformación del psicoanálisis en un saber abierto a otros saberes, vinculado con otras disciplinas como las ciencias sociales y los estudios de género, amparado por una perspectiva de derecho, inclusiva y democrática, sobre todo para no dejar que

esta concepción individualista de salud mental se centre en lo que “somos” y no en lo que podríamos ser, sin los valores/ males de nuestra sociedad (opresión, explotación, colonización discriminación, racismo, adultocentrismo, clasismo patriarcal y machismo).

Es insostenible la arbitrariedad significante expresada en “el complejo de castración y esa envidia del pene de la que Dios nos guarde” (Lacan,1966:597) Conceptos enmarcados en el complejo de Edipo, que suponen a la mujer pasiva, en situación de falta, víctima de un condicionamiento orgánico de la sexualidad. El lugar de la mujer tampoco se funda por fuera del discurso, sino que es consecuencia significante, por lo que, de antemano, no se diferencia del hombre en nada en particular, más bien, como dijo Lacan, a la mujer no le falta nada.

Por último, si dejamos de concebir a los trastornos psicosociales como unicausales e individuales, podremos entonces dejar de vincular a la discapacidad con estereotipos que la asocien con peligrosidad, anormalidad o debilidad.

Solo así, reconoceremos que lo que concebimos como discapacidad obedece a pautas sociales, que es el entorno el discapacitado para albergar la diferencia, el que levanta barreras sociales que limitan la capacidad de las personas para participar en la sociedad en condiciones de igualdad.

“What matter who’s speaking, someone said...

There is going to be a departure, I’ll be there…it won’t be me. I won’t say anything, there is going to be a story, someone’ s going to try to tell a story. Yes, no more denials, all is false, there is no one…”

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EL SER HUMANO, ÚNICO EN SU ESPECIE LAZO ¿Desde dónde pensar la singularidad del ser hablante sin caer en particularidades que se deben a prototipos de ideales universales?

Allende la biología. ¿Siquiera podemos hablar de un hombre universal?

Carolina Roa

La singularidad que invito a pensar no es solidaria con nociones particulares y universales, sino con el núcleo del ser como lo propone el psicoanálisis, cuyo lazo muestra una marca de estilo única.

Marca, huella, trazo que opera con un estilo de lazo libidinal con el cual el sujeto alienado siempre a una subjetividad se las tendrá que arreglar. El universal como ideal y las identificaciones solidarias a la unificación de las subjetividades contribuyen al borramiento de lo singular sumergiendo al núcleo del ser en una oscuridad que el análisis aspira a despejar.

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Aquí la noción de Otro es crucial, en un primer tiempo Lacan sigue a Freud y entendemos al Otro como cultura, tesoro del significante, el padre de la identificación primera. Es el Otro de la política articulada al padre.

sujeto al no corresponderse con el estilo único de su lazo.

“El inconsciente es la política” tratase de un inconsciente por venir, un espacio vacío, una política que no parte del padre sino de aquello que siempre está a definir.

Desde el enunciado lacaniano: “El inconsciente es la política”, reducir la política a cuestiones de formaciones del inconsciente llámese identificación, censura, represión etc. más que despejar la singularidad, produce su borramiento, pues la oscuridad va de la mano con las identificaciones que hacen penar demás al

Volviendo a la cuestión del Otro. En su última enseñanza Lacan hace una distinción respecto de Otro-padre y el Otro-cuerpo. “El Otro, en última instancia y si ustedes todavía no lo han adivinado, el Otro, tal como allí está escrito, ¡es el cuerpo! […] Que el cuerpo está hecho para inscribir algo que llamamos la marca, eso

evitaría muchos problemas y la repetición de muchas tonterías. El cuerpo está hecho para ser marcado. Siempre se lo ha hecho. Y el comienzo del primer gesto de amor, es siempre, un poquito, más o menos esbozar este gesto”.

(Lacan, 1967) Claro está, no está hablando del cuerpo biológico, está hablando de cuerpo del lenguaje o una expresión más acertada seria la del cuerpo hablante, perturbado por aquel y necesario para hacer existir la marca cuyo gesto se esboza en lazos.

Evitar problemas y repetición de tonterías tiene que ver con a qué inconsciente apuntamos cuando hacemos una lectura de fenómenos desde el psicoanálisis. Dado el caso, si los efectos psicoanalíticos desembocan en una tontería diferente ya se podría considerar una victoria.

La paradoja de la soledad subjetiva y la comunidad psicoanalítica.

Despejar la oscuridad que envuelve el núcleo del ser y decir que las identificaciones son material para esta oscuridad, no quiere decir que el quehacer psicoanalítico se dé a la faena de desnudar al sujeto de sus identificaciones. Para aclarar la cuestión; las identificaciones a despejar son las que hacen obstáculo al estilo de lazo libidinal. Las identificaciones “sombrías” son las obturantes, son fenómenos funcionales al mandato superyoico. Un ejemplo son las identificaciones a ideales que operan como una ilusión a al-

canzar, un deber con carácter de legislación jurídica que como una gangrena pudre el deseo en tanto causa.

Si consideramos una comunidad psicoanalítica, o, la formación de alguna, sería lapidario unificarnos en la noción de ideales propuestos como organismos superyoicos. Una fraternidad (cual hermanos en Freud, discípulos de Lacan, o ambos) que sirva a ideales escindidos de la singularidad, seria repetir la tontería.

El inconsciente es la política; habíamos dicho. Inconsciente como algo a definir. El Otro es el cuerpo. Cuerpo, en tanto cuerpo hablante cuya marca nos muestra un estilo singular. Dichas nociones son solidarias, no con la identificación a ideales/meta, sino una identificación a ideales como causa, causa de deseo.

Para esto es necesario que la causa este vaciada de sentido cuya condición de no-todo se deba comprobar en cada efecto de discurso emergido del acto analítico.

Lo paradojal es que el sujeto en su soledad, siempre en soledad con su Otro, debe hacer despejes, reconocer marcas y estilo de lazo libidinal, y a partir de su deseo sentirse llamado en causa desde el ideal vaciado de sentido que funciona como motor, nunca como meta.

Me arriesgo a decir que estas consideraciones son condición en la formación de una comunidad analítica. Siguiendo a Miller en Turín, se remarca la importancia del acto analítico, de la interpretación

de los efectos de grupo. Y es que la gangrena sorprende en lugares insospechados, bajo formas y disfraces tan difíciles de escuchar para el oído inexperto e imposible de leer fuera del discurso psicoanalítico. No obstante, no escapa al malestar y la angustia que como siempre son las señales de una amenaza. Lo amenazado es este deseo cuya materialidad debería funcionar como causa.

Dicho más arriba, el lazo analítico autoriza a ir a comprobar cada vez la condición de no-todo. Sin esto, lo que se comprueba es la existencia de leyes universales constituidas como plenas, muchas veces bajo la licenciatura del “Lacan dijo” o “Freud dijo en la página”. El fracaso de una comunidad psicoanalítica es producto del efecto de huida que responde a algo insoportable en esta cuestión: el anegamiento del deseo, deseo que se vio formado por una transferencia con la teoría y que en la experiencia del sujeto deseante no se produce un acto psicoanalítico. De ahí que las interpretaciones analíticas tienen el efecto de modificar al sujeto.

Para terminar. Desde la soledad subjetiva, y ya atravesados por la causa vaciada de sentido. No podemos mirar al horizonte sin sentir una responsabilidad respecto de los efectos de grupo. En Lugares donde se habla a boca llena de psicoanálisis, pero en la práctica es palpable la sumisión a una suerte de religión, a una estructura verticalista a la cual se debe servir. A la letra muerta de Freud o Lacan.

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Es imperativo hacernos cargo del deseo amordazado, de la gangrena. Pues a decir de Lacan, el psicoanålisis, en tanto puede, debe‌ ¥Y Debemos!.

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Bibliografía • Freud, S., Psicología de las masas y análisis del Yo. 1921 • Freud, S., Tótem y Tabú .1913 • Miller, J.-A. Teoría de Turín.

2000 • Lacan, J.,Proposición del 9 de octubre de 1967.

• Lacan, J., “La lógica del fantasma”, op. cit., clase del 10 de mayo de 1967.

• Lacan, J., El Seminario, libro XVI, De un Otro al otro, Paidós, Buenos Aires, 2008.

• Arenas, G. La flecha de Eros, 1ra edición. Grama Ediciones, Buenos Aires, 2012.

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SOBRE LA CRÍTICA DE LACAN A LA PRESENCIA IMPLÍCITA DE LA NOCIÓN DE ALMA EN EL MODELO TEÓRICO DE FREUD Y EN EL PSICOANÁLISIS En el presente trabajo se intentarán rastrear un conjunto de ideas presentes en la enseñanza de Lacan concernientes a la presencia, más o menos implícita, de la noción de alma en el modelo teórico de Freud y en el Psicoanálisis.

Juan Lichtenstein La crítica de Lacan en las citas escogidas gira en torno a los siguientes ejes:

es el mismo que en Platón reúne a los cuerpos en una sola alma.

• Tomar al hombre como un • El supuesto freudiano que dato y suponer un Yo dotaafirma que el individuo do de funciones deslizan al nace con cierta dotación Psicoanálisis hacia un sus(sea planteada como autotancialismo que perpetúa erotismo primordial, como la idea de alma. A esta huella filogenética o como “subjetividad cósmica” Lapulsión de vida / Eros) imcan le opondrá primero la plica la subsistencia, en “intersubjetividad simbóliPsicoanálisis, de la idea ca” y luego la “determiplatónica de reminiscencia: nación primordial del homel alma aprendió antes de bre por el discurso”. nacer.

• Sostener la existencia • Postular un Eros como pode una “realidad psíquitencia unificante de fines ca” entraña un mundo de contrarios a los de Tánasuposiciones. Entre ellas, tos implica afirmar al Eros se supone al alma, y con el como alma. El Eros que, alma, se supone a Dios. en Freud, tiende al Uno, 18

Sobre las citas escogidas Fueron excluidas de la selección de citas: • Por su complejidad, aquellas en las que Lacan trabaja con profundidad concepciones filosóficas o religiosas acerca de la noción de alma.

• Aquellas en las que Lacan rechaza el uso de la noción de alma en Psicoanálisis pero sin criticar su presencia en el modelo teórico de Freud y en el uso que los psicoanalistas hacen de éste (exceptuando la cita de la introducción).

• Aquellas citas que pudie-

ran resultar ambiguas (en las que no queda suficientemente explícita la crítica de Lacan a Freud o al uso que de su modelo teórico hacen los psicoanalistas).

Introducción Creo oportuno iniciar la serie de citas con la siguiente, en la que Lacan plantea una forma posible de pensar la relación del alma con la ciencia: Si dije que la lógica es la ciencia de lo Real, esto tiene evidentemente una relación muy estrecha con lo siguiente: que la ciencia puede ser sin conciencia. Porque justamente, eso no se dice, que la lógica es la ciencia de lo Real. (...)

Sea como fuere: ciencia, por lo tanto, sin conciencia. Un día alguien dijo -se llamaba Rabelais, era alguien particularmente astuto (…)-: “Ciencia sin conciencia”, dijo, “no es sino ruina del alma”. Y es verdad.

Sólo que hay que tomarlo no como lo hacen los curas, a saber: que causa estragos en esa alma que, como todos saben, no existe, sino que ¡echa al alma por tierra! Sin duda no advierten que si digo “esto echa al alma por tierra”, es decir que la vuelve completamente inútil, es exactamente lo mismo que lo que acabo de decirles al decirles que revelar la verdad al mundo es revelar al mundo mismo. Eso quiere decir que no hay más mundo que alma. Y que por consiguiente, cada vez que se parte

de... de un estado del mundo, como se dice, para señalar allí la verdad, ¡uno se mete el dedo en el ojo! Porque el mundo -y bien, basta ya de afirmarlo- es una hipótesis que se apodera de todo lo demás; comprendida el alma. 1

La presencia implícita de la noción de alma en Freud y en el Psicoanálisis Las citas serán presentadas a continuación según su aparición cronológica en la enseñanza de Lacan, tanto en clases del Seminario como en Escritos. Antes de cada cita se extraerán las ideas relevantes para el tema de este trabajo.

1. 1954. Lacan afirmará que la idea freudiana de un autoerotismo primordial, casi equivalente en su estructura a la teoría de Jung, conduce a concebir que la libido es una propiedad del alma. Y esto debe distinguirse de la teoría analítica.

A partir de entonces, la teoría analítica quedó expuesta a una neutralización de la libido que consiste (…) en decir que se trata simplemente de una propiedad del alma, creadora de su mundo. Es ésta una concepción extremadamente difícil de distinguir de la teoría analítica, por cuanto la idea freudiana de un autoerotismo primordial a partir del que se constituirían progresivamente los objetos, es casi equiva-

lente, en su estructura, a la teoría de Jung. 2 2. 1954. Sostener la idea de “función del yo” perpetúa, según Lacan, el sustancialismo implicado en la noción religiosa del alma. Así se abandona lo subversivo de la aportación del Freud.

Las consideraciones de los filósofos nos llevaron a una noción del yo cada vez más puramente formal y, para decirlo todo, a una crítica de dicha función. El progreso del pensamiento se desvió, cuando menos provisionalmente, de la idea de que el yo fuese sustancia, como de un mito que debe ser sometido a una estricta crítica científica. (...) Ellos consideraron con el mayor recelo la función del yo, en la medida en que ésta perpetúa de manera más o menos implícita el sustancialismo implicado en la noción religiosa del alma, en cuanto sustancia revestida, por lo menos, con las propiedades de la inmortalidad. ¿No es llamativo que mediante un extraordinario malabarismo de la historia -por haber abandonado un instante lo subversivo de la aportación de Freud, lo cual, en cierta tradición de elaboración del pensamiento puede pasar por un progreso—, se haya retornado más acá de esta crítica filosófica, que no es reciente?3 3. 1954. Lacan propondrá que la idea de intersubjetividad

1 Lacan, J. (inédito) Seminario XXI. Clase del 19/02/1974. Traducción de Irene M. Agoff de Ramos contrastada con la versión en francés disponible en el sitio web http://staferla.free.fr/.

2 Lacan, J. (1981). El Seminario. Libro 1. Clase del 17/03/1954. Buenos Aires: Paidós.

3 Lacan, J. (2008). El Seminario. Libro 2. Clase del 17/11/1954. Buenos Aires: Paidós.

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simbólica se opone, en Psicoanálisis, a la entificación de un alma cósmica. Espera, a la altura de su segundo Seminario, que ya no se sigan confundiendo ambas posiciones. (…) aquí puedo decir fenómenos de conciencia sin entificar ningún alma cósmica ni presencia alguna en la naturaleza. Porque a estas alturas, quizá por habernos internado bastante bien en la fabricación de la máquina, ya no andamos confundiendo la intersubjetividad simbólica con la subjetividad cósmica.

Al menos así lo espero. 4 4. 1956. Lacan afirmará que por las resonancias significativas de la palabra psicología (psiqué), nos deslizamos a confundir la psicología con algo que se relaciona con el alma. De ahí se piensa que cada quien tiene su psicología.

Que el ego no sea unitario (yo, superyó y ello) contraría esta concepción, siempre y cuando no se haga de cada uno de estos términos un pequeño sujeto a su modo, mito grosero que no esclarece nada 5.

Lacan alerta, de este modo, sobre la presencia de dicho mito en Psicoanálisis.

Indudablemente, el psicoanálisis nos introduce a una psicología, pero ¿cual? La psicología propiamente dicha es efectivamente una ciencia (...).

Pero, sin duda a causa de las resonancias significativas de la palabra, nos deslizamos hasta confundirla con algo

que se relaciona con el alma.

Se piensa que cada quien tiene su psicología. Mejor seria, en este segundo empleo, darle el nombre que podría tener. No nos engañemos: el psiconálisis no es una egología. En la perspectiva freudiana de la relación del hombre con el lenguaje, ese ego no es para nada unitario, sintético, está descompuesto, complejizado en distintas instancias, el yo, el superyó, el ello.

Convendría, por cierto, que no se hiciese de cada uno de estos términos un pequeño sujeto a su modo, mito grosero que no lleva a nada, no esclarece nada. 6

ta, para vivir con su alma, la respuesta del catecismo que le ha dado consistencia. 7 6. 1960. Lacan presenta al Eros de la teoría freudiana y al Eros platónico como dos versiones de la misma idea: la del Eros que reúne los cuerpos en uno (en Platón en una sola alma, en Freud “en uno solo”, sin aclarar a qué se refiere con ese “uno solo”8). Este Eros es ciertamente el mismo en Freud y en Platón, aunque nos resulte insoportable.

(...) La idea de la muerte eterna hay que distinguirla en este punto de la muerte (…) de los cuerpos, esos que siguen 5. 1958. Según Lacan, el psi- a Eros sin transigir -Eros, coanalista de nuestros días que hace que los cuerpos se ha llegado a ocupar el lugar reúnan, con Platón en una de Dios. Este reflejo de om- sola alma, con Freud sin alma nipotencia proviene de que alguna, pero en todo caso en el hombre de nuestro tiempo, uno solo-, Eros en tanto que para vivir con su alma, necesi- une unitivamente. ta la respuesta del catecismo que le ha dado consistencia. (...) Este Eros, me conceden El Psicoanálisis será plantea- ustedes, es ciertamente el do entonces como un catecis- mismo en ambos, aunque nos mo que le ha dado consisten- resulte insoportable. 9 cia al alma.

7. 1961. El alma, afirmará LaPensemos en lo que hace de- can, todavía nos estorba, carcir que el psicoanalista de gamos con una noción, con nuestros días ha ocupado el una figura del alma, que tiene lugar de Dios. Este reflejo de como armadura el subproducomnipotencia (al que, por lo to del delirio de inmortalidad demás, acoge por el rodeo de Sócrates. Todavía vivimos pedante de recusarle la mis- de esta alma. Lo que Lacan ma omnipotencia al principio afirma querer introducir es la del pensamiento de su paci- energía de la afirmación socente), preciso es que le venga rática acerca del alma como de alguna parte. inmortal. La tasa de creencia Viene del hecho de que el hom- en la inmortalidad del alma bre de nuestro tiempo necesi- es, en quienes están frente a

4 La Lacan, J. (2008). El Seminario. Libro 2. Clase del 08/12/1954. Buenos Aires: Paidós.

5 Sería necesario un análisis algo extenso para establecer si este “mito grosero”, además de estar presente en las lecturas que se hacen de la obra de Freud, no está presente también en su concepción del Yo, el Ello y el Superyó en la “segunda tópica”.

6 Lacan, J. (2009). El Seminario. Libro 3. Clase del 16/05/1956. Buenos Aires: Paidós.

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Lacan en su Seminario, creyentes o incrédulos, de las más temperadas: como se dice de la gama, que está temperada.

Es decir, la afirmación socrática acerca del alma como inmortal tiene una energía tal que los asistentes a su seminario se sitúan dentro de la gama de creencia en la inmortalidad del alma, aunque más temperadamente que otros. (…) el alma, tal como todavía la manejamos, y diría tal cual todavía nos estorba, tal como aún la cargamos, la noción, la figura del alma que tenemos (…), el alma con la que nos enfrentamos en la tradición cristiana, esta alma tiene como aparato, como armadura, como varilla metálica en su interior, el subproducto de este delirio de inmortalidad de Sócrates. Todavía vivimos de ella.

Lo que quiero introducir aquí ante ustedes, sencillamente, es la energía de la afirmación socrática acerca del alma como inmortal. ¿Y por qué?

Evidentemente, no es por la importancia que podamos darle de la manera habitual, porque es obvio que después de algunos siglos de ejercicio, incluso de ejercicios espirituales, la tasa, por así decir, de creencia en la inmortalidad del alma es, en quienes se encuentran frente a mí, creyentes o incrédulos, una de las más temperadas -como se dice de la gama, que está temperada. 10

8. 1965. La superficie de Klein, propondrá Lacan, sirve para evacuar la idea de algo interior, y con esto evacuar la idea de alma, que ya nos estorbaba bastante y jugaba como un lastre absolutamente indominable.

Si nos fiamos de la ayuda que espero de esta pequeña imagen [superficie de Klein], eso debería ser para evacuarla, pura y simplemente; no es para volver a meterla ahí en el interior. No es para volver a hacernos un alma con esta alma, que ya nos estorbaba bastante con ese colgante que resistía (...) que jugaba como un lastre absolutamente indominable. 11 9. 1965. Lacan considera que se tienen suficientes motivos para atacar al psicoanalista cuando se afirma que él habla del hombre como un dato: antropología del analista. El psicoanalista entifica al hombre, hace de él algo sustancial. No nombra a la vieja ousía, al alma, por su propio nombre (salvo con vergüenza), pero es a ella a la que se refiere en su pensamiento. Frente a esta concepción Lacan afirma enseñar, a quienes sí ponen en duda los estatutos naturales del ser humano, la determinación primordial del hombre por el discurso, que hace posible la experiencia analítica (quedan así planteadas dos orientaciones posibles en Psicoanálisis: tomar al hombre como dato o partir de su determinación primordial por el discurso).

De dónde la mitología ontológica sobre la cual, con suficientes motivos, se viene a atacar al psicoanalista cuando se le dice: “(...) Usted entifica, usted ontifica una propiedad inmanente en algo substancial: vuestro hombre... antropología del analista... nosotros la conocemos desde hace mucho tiempo a esa vieja ουσία {ousia}, esa alma, siempre ahí, bien viva, intacta, inatacada”. Pero el analista, para no nombrarla, salvo con alguna vergüenza, exactamente por su nombre, es a pesar de todo a ella que se refiere en su pensamiento, mediante lo cual está perfectamente expuesto, y con motivos suficientes, y con derecho, a los ataques que ustedes saben de dónde le llegan: un poco de todas partes donde el pensamiento está en condiciones, con derecho, de reivindicar que es inadecuado hablar del hombre como un dato; (...) Hay que saber si, alcanzando por medio de lo que yo enseño a los que así ponen en duda, con motivo, los estatutos dados, naturales del ser humano, hay que saber si, haciendo las cosas así, yo favorezco (…) la resistencia de los que todavía no han franqueado la frontera, que no han llegado al análisis, o si la verdad de lo que aporta el análisis puede ser, sí o no, un acceso para entrar en él; si, cierta manera de rehusar que un discurso que englobe la experiencia analítica y tanto más legítimamente cuanto que esta experiencia no es posible más que por el hecho

7 Lacan, J. (2009). Escritos 2. Juventud de Gide o La letra y el deseo. México: Siglo XXI. p. 708.

8 Tal vez el “uno solo” en Freud vaya en el sentido de la reproducción de la especie (la reunión de dos cuerpos en un solo cuerpo, producto de la reproducción sexuada, como uno de los fines del Eros).

9 Lacan, J. (2008). El Seminario. Libro 8. Clase del 16/11/1960. Buenos Aires: Paidós.

10 Lacan, J. (2008). El Seminario. Libro 8. Clase del 11/01/1961. Paidos.

11 Lacan, J. (1965). Problemas cruciales. Seminario 12 (1964-1965). Versión critica establecida por Ponte, 21 Ricardo R. Clase del 06/01/1965.

de una determinación primordial del hombre por el discurso, si haciendo así, abriendo la posibilidad de que se hable del análisis fuera del campo analítico, yo favorezco, o no, la resistencia al análisis, o si la resistencia de la que se trata no es, desde el interior, la resistencia del analista a abrir su experiencia a algo que la comprenda. 12 10. 1967. Lacan afirmará que el uso del término instinto de vida en la “rumia psicoanalítica”, que gime llamando a la figura de Eros como potencia unificante, supone un uso erróneo del discurso sobre el sujeto, un uso que tiene como consecuencia revocar al discurso sobre el sujeto. Postular un Eros que mantiene juntas las células de un organismo, y que empuja al individuo así compuesto (por células) a copular con otro, es un delirio. Eso implica afirmar al Eros como un alma, con fines contrarios a los de Tánatos: discurso de muchacha de pueblo, intelligentsia devenida inútil.

Aquí la cabeza frívola —¡y Dios sabe que abunda!— avala ese débito: el inconsciente habla sexo, brama, gime, ronronea, maúlla. Esto no corresponde a todos los ruidos vocales de la palabra: es una “aspiración sexual”. Tal es el sentido que supone, en el mejor de los casos, el uso que se hace del término instinto de vida en la rumia psicoanalítica. Todo uso erróneo del discurso sobre el sujeto tiene por efecto

revocar este discurso al nivel de lo que fantasmatiza en el lugar de sujeto. Este discurso psicoanalítico es en sí mismo gemido, gime llamando la figura de un Eros que sería potencia unificante, y aún con un alcance universal considerado de la misma esencia, lo que mantiene juntas a la célula de un organismo, entiendo de la misma esencia y la fuerza que, se supone, empuja al individuo así compuesto a copular con otro. Todo esto es del dominio del delirio, en un tiempo donde la meiosis, pienso, se distingue suficiente de la mitosis, al menos en el microscopio. Quiero decir, por todo lo que se supone de fases anatómicas del metabolismo que representa.

La idea del Eros como un alma de fines contrarios a los de Tánatos y que actúan por el sexo, es un discurso de muchacha de pueblo (...), en fin, representó en un tiempo esa suerte de espadachín que resulta de una intelligentsia devenida inútil. 13

explicarlo. No se ve, para Lacan, demasiada diferencia entre esto y la idea platónica de reminiscencia.

Que se diga, que se afirme que el alma —como se expresa, es el lenguaje que se usa en este diálogo— que no hace nada, que cuando se le enseña algo no hace más que recordar, implica, tanto en ese texto como en el nuestro, la idea de una extensión sin fin o más bien de una duración sin límites en lo que concierne a este alma. Es más o menos lo que también nosotros sacamos de la galera cuando nos quedamos sin argumentos a los cuales recurrir, ya que no está muy claro qué pasa con la ontogénesis para que las cosas, siempre las mismas y bien típicas, se reproduzcan…. apelando a la filogénesis. No se ve demasiada diferencia. 14

12. 1967. Lacan afirma que todavía no ha sido comprendido qué es el inconsciente (esto será retomado en la conclusión del trabajo). Todo viene bien para servir de modelo que 11. 1967. Lacan afirma que dé cuenta del inconsciente: en el texto del Psicoanálisis tendencia instintiva, huella está presente la idea de que filogenética, etc. En la huelcuando al alma se le enseña la filogenética se reconoce la algo, el alma no hace más que reminiscencia de Platón: el recordar. Esto implica la idea alma aprendió antes de nacer. de una duración sin límites de esta alma. Cuando los psicoa- ¿Qué es el inconsciente? La nalistas se quedan sin argu- cosa no ha sido aún comprenmentos ante el hecho de que dida. las mismas cosas se repiten Dado que el esfuerzo de los siempre en la ontogénesis, psicoanalistas fue durante sacan de la galera una apel- décadas tranquilizar aceración a la filogénesis para ca de ese descubrimiento, el

12 Lacan, J. (1965). Problemas cruciales. Seminario 12 (1964-1965). Versión critica establecida por Ponte, Ricardo R. Clase de 06/01/1965.

13 Lacan, J. (inédito). Seminario XIV. Clase del 12/04/1967. Traducción de Pablo G. Kaina contrastada con la versión en francés disponible en el sitio web http://staferla.free.fr/.

14 Lacan, J. (inédito). Seminario XV. Clase del 29/11/1967. Traducción disponible en http://www.e-diciones-elp.net/, sin nombre del traductor, contrastada con la versión en francés disponible en el sitio web http://staferla.free.fr/.

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más revolucionario que haya existido para el pensamiento (...) por haber querido tranquilizarse a sí mismos acerca de él, lograron olvidar el descubrimiento. (...)

Admitida la cosa, todo viene bien para servir de modelo que dé cuenta del inconsciente: el pattern de comportamiento, la tendencia instintiva, incluso la huella filogenética en la que se reconoce la reminiscencia de Platón -el alma aprendió antes de nacer- (...) Hay que oír a la chiquillada analítica darse curso al respecto (...). 15

Entonces, Freud evoca allí la realidad material; en ese momento aún no ha visto bien que lo material que estaba ahí era todo su libro, simplemente, o sea, la manera como había tratado el sueño, al tratarlo por medio del manejo del descifrado, es decir, después de todo, simplemente con lo que el lenguaje comporta de dimensión de cifra. 16

14. 1973. La topología propuesta por Lacan escinde de otro modo lo que Freud sostenía bajo los términos de “realidad psíquica”. Su topología no es la misma. El 13. 1973. Freud se ve forzado huevo de la segunda tópica a llamar “psíquico” al orden de Freud es llamado por Lade realidad del sueño. Pero, can “embriología del alma”. según Lacan, al mismo tiempo a Freud le molesta llamarlo Así es como, dando tumbos, psíquico, porque siente bien he podido... he construido esta que se está refiriendo al alma, topología por donde me atrey que el alma no pega con esa vo a escindir de otro modo lo historia. Entonces Freud evo- que Freud sostenía de estos ca la realidad material: no ve términos: la realidad psíquique lo material lo tiene ahí en- ca. Pues, en fin, mi topología frente: es todo su libro, cómo no es la misma. Alguien, entre trató al sueño, por medio del quienes vienen a conversar manejo del descifrado. conmigo, puso mi nudo borromiano en el mismo estadio, (...) hay una frasecita, hay una por así decirlo, qué el famoso frasecita en el momento en huevo podrido de algo que que Freud plantea la cuestión — ¿saben ustedes que fue (...) del orden de la realidad Freud quien hizo eso?— evide ese sueño, de cuál es ese dentemente, podría hacerse orden; se ve forzado a llamar- la metáfora de la reserva nulo “psíquico”, pero al mismo tritiva con lo que se supone tiempo le molesta llamarlo que ella alimenta, con el goce psíquico, porque él siente bien por una parte y lo que ustedes que se refiere al alma, en fin, quieran por la otra, la embrino pega con esa historia, que ología del alma. 17 el alma es sin embargo diferente del cuerpo.

15. 1974. El “instinto de vida” en Freud implica plantear la

vida como un “equivalente sensato” del alma: la vida se levantó un día -es Dios el que sabe por qué-, lo que le gusta es permanecer en el umbral de menor tensión posible, luego de golpe se pone a aflojar y sucumbe por debajo de ese umbral hasta alcanzar la muerte.

Aquí está la falla.

Hay algo en Freud que se prestaba a la confusión en que se incurrió al traducir Trieb por “instinto”. (…) En ese Más Allá, en fin, él se preocupa, cómo es posible que algo cuyo módulo es permanecer en cierto umbral, el de menor tensión posible, sea esto lo que le gusta a la vida, como dice. Sólo que él advierte en la práctica que la cosa no marcha.

Entonces piensa que la cosa pasa más abajo que el umbral. A saber, que esa vida que mantiene la tensión en cierto umbral de golpe se pone a aflojar y hela aquí sucumbiendo por debajo del umbral hasta alcanzar la muerte. Es así como al fin de cuentas, Freud hace pasar la cosa. La vida es algo que levantó un día -Dios sabe por qué, hay que decirlo- y después no pide más que regresar, como todo el resto.

Freud confunde el mundo inanimado con la muerte. (…)

Esto no quiere decir nada más para quienquiera dé al alma su equivalente sensato. 18 16. 1974. Al recurrir a los “nudos metafóricos”, Lacan trata de hacer algo que no comporte ninguna suposición. Hasta

15 L Lacan, J. (2012). Otros Escritos. La equivocación de sujeto supuesto saber. Buenos Aires: Paidós. p. 349350 16 Lacan, J. (inédito). Seminario XXI. Clase del 20/11/1973. Traducción de Irene M. Agoff de Ramos contrastada con la versión en francés disponible en el sitio web http://staferla.free.fr/.

17 Lacan, J. (inédito). Seminario XXI. Clase del 18/12/1973. Traducción de Irene M. Agoff de Ramos contrastada con la versión en francés disponible en el sitio web http://staferla.free.fr/.

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entonces no se pudo plantear sino suponiendo. Se planteaba el cuerpo, y se le suponía el alma. El inconsciente no es algo que se supone: es un saber en vías de construcción.

Volvamos a nuestros nudos metafóricos. ¿No sienten acaso que al recurrir a ellos lo que trato de hacer es algo que no comportaría ninguna suposición? Porque nos hemos pasado el tiempo planteando, pero nunca podemos plantear sino suponiendo. Es decir que planteábamos el cuerpo —eso se imponía— y se le suponía el alma. Sin embargo sería necesario (...) el inconsciente podría ser totalmente distinto a un supuesto, porque el saber (si es verdad lo que dije de él la vez pasada), no se está en absoluto forzado a suponerlo: es un saber en vías de construcción. 19 17. 1974. Imaginarse que la vida se opone a la muerte es, según Lacan, una historia chiflada. Ante la pregunta ¿quién está muerto? se responde “el mundo inanimado”, introduciendo al alma en la cuestión. Parece sugerirse en la idea criticada por Lacan, si se admite cierto forzamiento, un mundo vivo habitado por almas, y un mundo muerto, que estaría muerto por ser in-animado, sin almas. Ante lo que Lacan se pregunta: ¿por qué el mundo inanimado sería un mundo muerto? Hay otra concepción del alma, que Lacan propone: que el alma… es una ridiculez . 20

(…) La biología reservará sorpresas a esta vida, cuando se haya dejado de hablar como estorninos, o sea de imaginarse que la vida se opone a la muerte. Es absolutamente chiflada esa historia. Pero ante todo, ¿que sabemos de ella?, ¿quién está muerto? El mundo inanimado, como decimos, pero esto porque de él hay otra, otra concepción del alma que la que ahora les representaba, a saber, que el alma... ¡es una ridiculez! 21

con un término semejante, porque la psiqué, justamente, es lo que todo el mundo trata de evitar, eso trae increíbles dificultades, eso entraña un mundo de suposiciones, eso supone todo, eso supone a Dios en todo caso: ¿dónde estaría el alma si no hubiera Dios, y si Dios, además, no nos hubiera creado expresamente para tener una? Esto es ineliminable de toda psicología. Lo que yo hago, lo que al menos trato de hacer, es de hablar de una realidad operatoria.

Naturalmente, es mucho más corto; pero eso se impone, me parece, por el hecho de que la simple palabra, el bla-bla-bla de mi cretino de recién, quien dice que mi teoría está muerta: él no sabe literalmente lo que dice, eso quiere decir que él no hace más que hablar: bla-blea; y estoy seguro que en sus análisis eso opera, eso opera con una cierta vacilación, por supuesto; pero estoy seguro de que eso funciona, sin eso él no continuaría siendo analista. ¡Incluso la palabra de aquéllos que creen en la realidad psíquica opera! 22

18. 1975. Lacan afirma que no llamaría a nada con el nombre de “realidad psíquica”.

Es justamente lo que todo el mundo trata de evitar: trae increíbles dificultades, extraña un mundo de suposiciones.

Hablar de “realidad psíquica” supone a Dios: ¿Dónde estaría el alma si no hubiera Dios, y si Dios, además, no nos hubiera creado expresamente para tener una? Esto es, para Lacan, ineliminable de toda psicología. Lacan opondrá, a esta concepción, una “realidad operatoria”, que se impone por el hecho de que la palabra opera, incluso opera la palabra de aquellos que creen en la A modo de conclusión “realidad psíquica”.

Si bien pueden extraerse disHay alguien, me lo informaron tintas conclusiones de la crítiasí (...) él ha dicho que mi teoría ca de Lacan a la presencia imestaba muerta. (...) Mientras plícita de la noción de alma en tanto, el tipo, quien evidente- el modelo teórico de Sigmund mente no está de mi lado: eso Freud y en el uso que hacen de forma parte de los tipos que éste los psicoanalistas, creo hablan ― que hablan: hablan, importante poner el acento no saben lo que dicen ― que en aquellas referidas a cómo hablan de realidad psíqui- se concibe el inconsciente en ca. Sí, yo no llamaría a nada Psicoanálisis.

18 Lacan, J. (inédito). Seminario XXI. Clase del 19/02/1974. Traducción de Irene M. Agoff de Ramos contrastada con la versión en francés disponible en el sitio web http://staferla.free.fr/.

19 Lacan, J. (inédito). Seminario XXI. Clase del 12/03/1974. Traducción de Irene M. Agoff de Ramos contrastada con la versión en francés disponible en el sitio web http://staferla.free.fr/.

20 Se mantiene aquí la versión de Irene M. Agoff que traduce “c’est un crabe” por “es una ridiculez”. La traducción literal de “un crabe” es tanto “un cangrejo” como “un cáncer”.

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Considero que la crítica de Lacan despeja un conjunto de concepciones que impiden admitir su propuesta de concebir al inconsciente como “saber en vías de construcción”:

enumeramos estos supuestos puede reconocerse la siguicriticados en el presente tra- ente operación: cada vez que Lacan identifica uno de esbajo tendremos: tos supuestos en el modelo i) El autoerotismo primordial. teórico de Freud o en el uso que hacen de éste los psicoanalistas, reconoce detrás del ii) La función del yo. supuesto la presencia implícia) Al criticar la idea de reminiscencia platónica, Lacan se iii) La idea de que cada quien ta en Psicoanálisis de la noción de alma. opone a la concepción de que tiene su psicología. un saber tendría que estar previamente en algún lugar iv) El Ello, el yo y el superyó De esta forma, la crítica de Lacan a la presencia de la nopara que luego pueda apare- concebidos como sujetos. ción de alma en la teoría psicer. Si bien la crítica de Lacan se centra en las citas trabaja- v) El Eros / instinto de vida coanalítica abre paso a que das en la idea de una supues- como potencia unificante sea posible concebir al inconta herencia que los hombres que tiende a la conservación sciente como un saber que recibirían al nacer (autoero- de la vida y a la reproducción. no precisa estar previamente en ningún lugar y que ningún tismo primordial, huella filogenética, Eros como potencia vi) Tánatos / instinto de sujeto portaría en su interior. unificante), la concepción del muerte, de fines contrarios al Al decir de Lacan, “hacer (…) algo que no comportaría nininconsciente como “saber no Eros. guna suposición”, porque hassabido” y “en vías de construcción” considero que se opone vii) El principio de constancia ta ahora “nos hemos pasado también a la idea freudiana (lo que le gusta a la vida es el tiempo planteando, pero de represión, que afirma que permanecer en el umbral de nunca podemos plantear sino suponiendo”, y “cada vez que cuando un nuevo saber apa- menor tensión posible). se parte de... de un estado del rece se trata en realidad de un mundo, como se dice, para retorno de algo que ya esta- viii) La idea de algo interior. señalar allí la verdad, ¡uno se ba antes en algún lugar (en el mete el dedo en el ojo!”. inconsciente concebido como ix) El hombre como dato. inconsciente reprimido). x) La idea de que cuando al b) Al cuestionar la “realidad hombre se le enseña algo en psíquica” y el sustancialis- realidad está recordando. mo implicado en las ideas de “función del yo” y “el hombre” xi) El cuerpo como un su-tomado como un dato-, La- puesto. can ataca aquellas figuras de la teoría freudiana que po- xii) La huella filogenética. drían proponerse como potenciales portadores de ese xiii) La tendencia instintiva. saber, oculto en algún lugar. xiv) La realidad psíquica. c) Puede leerse un intento por parte de Lacan de despejar de xv) Por último, el inconsciente la teoría psicoanalítica todo lo como un saber supuesto. que considera “supuestos”. Si En las citas comentadas 21 Lacan, J. (inédito). Seminario XXI. Clase del 11/06/1974. Traducción de Irene M. Agoff de Ramos contrastada con la versión en francés disponible en el sitio web http://staferla.free.fr/.

22 Lacan, J. (1975). R.S.I. Seminario 22 (1974-1975). Versión critica establecida por Ponte, Ricardo R. Clase del 15/04/1975.

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Lacan, J. (2008). El Seminario. Libro 2. Buenos Aires: Paidós.

Lacan, J. (2009). El Seminario. Libro 3. Buenos Aires: Paidós.

Lacan, J. (2008). El Seminario. Libro 8. Buenos Aires: Paidós.

Lacan, J. (1965). Problemas cruciales. Seminario 12 (1964-1965). Versión critica establecida por Ponte, Ricardo R. Lacan, J. (inédito). Seminario 14. Traducción de Pablo G. Kaina contrastada con la versión en francés disponible en el sitio web http://staferla.free.fr/.

Lacan, J. (inédito). Seminario 15. Traducción disponible en http://www.e-diciones-elp.net/, sin nombre del traductor, contrastada con la versión en francés disponible en el sitio web http://staferla.free. fr/.

Lacan, J. (inédito) Seminario 21. Traducción de Irene M. Agoff de Ramos contrastada con la versión en francés disponible en el sitio web http://staferla.free. fr/.

Lacan, J. (1975). R.S.I. Seminario 22 (1974-1975).

Versión critica establecida por Ponte, Ricardo R.

• • Lacan, J. (2009). Escritos 2.

México: Siglo XXI.

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HACIA UN PSICOANÁLISIS MUTANTE Una introducción al texto Marcha Atrás Federico Javier González Este apartado decidió escribirse en clave de bienvenida a lo nuevo, una grieta desde un psicoanálisis que habilite el dialogo con los feminismos y estudios de género. Un psicoanálisis que no se ahogue en tradicionalismos y convenciones, que no reproduzca binarismos, que no confunda lo nuevo con lo negativo.

Lacan dijo al respecto: “Se piense lo que se piense, no hay más que dos: los hombres y las mujeres, dicen y se obstinan en agregarle ¡los marchatrás! Es un error. A nivel de lo real, no los hay. De lo que se trata cuando se trata de sexo es del otro, del otro sexo, inclusive cuando se prefiere al mismo” Los marchatrás se indignan porque un supuesto “rol masculino” va perdiendo fuerza, y lejos de verlo como un acto de justicia, se escandalizan. ¿Qué pasaría si la clase explotadora pierde fuerza, defenderían a los trabajadores?

Es poco probable, por lo que es pensable que los marchatrás defiendan al individuo, como noción, o el uno por uno, como práctica clínica, más por marchatrás que por psicoanalistas. Sus “argumentos” no difieren en lo esencial de

aquellos que Engels aniquiló en “El origen de la familia, la propiedad privada y el estado” hace más de 100 años.

acuerdo explícito entre individuos, ni intencionalidad consciente, ni pensamiento que pueda imputársele a alguien, sino una red simbólica Muchos fenómenos que, des- que produce resultados (se de el Psicoanálisis, se cree que materializa) en términos de son particulares (en el sentido desigualdades entre hombres de individuales) puede cues- y mujeres. tionarse que lo sean, y el Feminismo y los Estudios de Géne- Jacques Lacan afirma que ro pueden realizar un aporte, “hombre”, “mujer” y “niño” puesto que ponen sobre la son sólo significantes. En su mesa que, lo que a veces se modelo teórico esto implica, al piensa como “uno por uno”, menos, dos consideraciones en realidad responde a una fundamentales: a) en cuanred simbólica que opera en to tales esos significantes no una sociedad / cultura situada significan nada por sí mismos, históricamente, red simbólica sólo consisten en la diferencia que materializa sus efectos que mantienen con todos los “caso por caso”, pero los mis- otros y b) si son significantes mos efectos en cada caso. Tal no poseen ninguna relación vez no sean adecuadas las ni con la naturaleza ni con la nociones de inconsciente y biología. La imposibilidad de de “uno por uno” para pensar hacer coincidir “hombre” con aquellos fenómenos que son macho, “mujer” con hembra y compartidos. “niño” con cría es lo que afirma su fórmula: “No hay relLa inmixión de otredad nos ación sexual”. Hay prácticas invita a analizar el patriarca- sexuales, pero se ha perdido do desde fuera del prejuicio desde el inicio y para siempre individualista, que llega inclu- para el sujeto del significante, so a negarlo en defensa a la la condición sexual natural. posición individual.

Es cierto que, en cada histoEsta propuesta habilita a pen- ria, ya sea de un sujeto, una sar al Patriarcado como una familia o un pueblo, los sigencarnadura del A (Otro), en nificantes no sólo funcionan la línea de “Eso Habla y Eso como puras diferencias, sino Piensa”: sin que haya ningún también se entraman en ca27

denas, algunas de las cuales se repiten e insisten, así se las puede citar y al suceder esto los significantes que las componen se han transformado en letras. Una letra es, en la teoría de Lacan, el estado que adquiere el significante cuando está localizado. Recibe, por este motivo, un significado o un sentido perdurable, que, si bien siempre remitirá a otros y no a un objeto empírico, es estable por un período de tiempo mientras se mantenga un determinado contexto lingüístico familiar y sociocultural.

“Uno tiene su cuerpo, no lo es en grado alguno”1, podemos afirmar: que alguien tenga un cuerpo que porta espermatozoides no quiere decir en grado alguno que ES un hombre: será un hombre bajo un determinado modo de concebir al hombre, pero pueden existir otros modos de plantear la diferencia sexual: las teorías de género dan cuenta de ello.

El modo en que se piensa (y/o se objeta) la diferencia sexual, en la medida en que no hay una única concepción posible, implica un posicionamiento ético.

Es así que, inspirados en la ponencia de Paul Preciado en las últimas jornadas de la École de la Cause Freudienne, creemos que la liberación del psicoanálisis del marco heteronormativo en el que se encuentra, implica destruir los fundamentos que lo construyeron. Dicho de otro modo, la relectura del psicoanálisis que permita un diálogo con los estudios de género, implica necesariamente una crítica activa de sus principales conceptos, de modo a restituirlo 28

en un marco histórico de las Bibliografía sexualidades.

• 1 Lacan, J., El Seminario 23. ¿Acaso no tambalea el sentiEl sinthome, Paidós, Bs. do del Complejo de Edipo, si As., 2009, p.147 se lo piensa por fuera de una sociedad individualista, cuya individuación exitosa se mida por la ruptura con la estructura familiar?

Esta es una de miles de posibles preguntas, surgidas del análisis de varios de los conceptos freudianos, nodales para su edificio teórico, que justamente, son los que creemos necesario deconstruir.

Tal vez, para esta tarea, sea necesario leer a Freud, lo que implica también leernos, para saber con qué ideas estamos pensando lo que pensamos.

Marcha Atrás Es un archivo de citas sobre la concepción de Sigmund Freud sobre género, el rol del hombre y la mujer, el feminismo etc., y consta de los siguientes elementos: • Un índice temático.

• En cada tema, una breve descripción de las ideas planteadas por Freud en cada cita escogida. Desde la descripción se puede acceder a la cita correspondiente, de un total de 150 citas de Freud, que consideramos, trabajan temáticas que se ubican en el centro del debate al que remite esta introducción.

Para acceder al material “Marcha Atrás” visitar: https://issuu.com/inmixion/docs/marcha_atr_s

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