El misterio de las canicas

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Lupita Cisneros y Dulce Pelayo Ingrid Ramírez Y Ximena Garza Ilustradopor

Había una vez en un cuarto un niño

llamado Josh.

Josh era un niño delgado de cabellos oscuros que tenía un secreto. Cada mañana al despertar, en uno de sus zapatos encontraba una canica de color. Y cada día sin falta había una nueva canica sobre sus zapatos.

Un día era azul com

Otro día amarilla co En una ocasión fué roja como una bella manzana

Y a veces verde como los arboles que solía ver

A Josh le encantaban, eran tan bonitas y brillantes que no podía parar de mirarlas. Y aunque más de una vez se preguntaba como llegaban a donde estaban, siempre que intentaba quedarse despierto para descubrirlo al poco tiempo le ganaba el sueño y caía dormido.

Al despertar como siempre una nueva canica se encontraba en sus zapatos, así que decidió pensar que tal vez había algún tipo de monstruo que vivía en su cuarto y traía canicas por las noches pero que él no podía ver.

Una noche al jugar con sus canicas una de ellas cayó al suelo y rodó hasta llegar debajo de su cama. Era bastante tarde y estaba muy oscuro como para poder mirar.

Josh retiró su mano al sentir algo parecido
una alfombra
se asomó para encontrarse con unos brillantes
intentó buscar con su mano
canica. Un calcetín… Una pelota
beisbol… Un plumón… Un… un…
Rápidamente
a
y
ojos. Josh
la
de

A la mañana siguiente algo extraño pasó No había ninguna canica nueva sobre sus zapatos Buscó por todas partes y en diferentes calzados pero no pudo encontrar nada.

Así pasaron varios días y no había rastro de nuevas canicas

Gritó Josh a todo pulmón y corrió encima de su ¡¡Un monstruo!!

En ese mismo momento algo debajo de su cama salió corriendo a toda velocidad y huyó por su ventana.

Josh se dirigió para ver al monstruo irse pero no logró ver nada más que la luna y las estrellas en la oscuridad.

Una tarde al regresar a su casa de la escuela vio desde afuera de su casa que en su ventana había algo negro que entró a su cuarto.

Es el, el monstruo!!

-Pensó, y fue corriendo a su cuarto donde se asomó por la puerta para encontrarse con una gran sorpresa

El monstruo llevaba en su boca una canica color dorada en su boca y dicho monstruo no era un monstruo, era nada más ni nada menos que un gato negro de ojos muy amarillos.

Josh se sorprendió mucho más al ver que el gato fue y puso cuidadosamente la canica en uno de sus zapatos. -Todo este tiempo eras tu!- Dijo Josh al entrar al cuarto mientras el gato lo miraba desde la ventana Me diste tantas canicas bonitas que me gustaría hacer algo por ti.

Desde ese día y los que vienen Josh sigue encontrando canicas de diferentes colores en sus zapatos, pero en su colección hace falta una, una que recibió un día especial, cuando el pudo conocer al famosísimo monstruo de las canicas.

¡Fin!

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