Peru Vs Chile en la Haya

PERÚ VS. CHILE EN LA HAYA: EL DÍA (D) Y LA HORA (H) Por: Gral. Brig. Juan URBANO REVILLA * 01 Dic 2013 El fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ) resulta inminente, es decir nos acercamos al día (D) y la hora (H) en la que se emitirá la sentencia que se convertirá en el punto de partida del nuevo escenario de las relaciones bilaterales entre el Perú y Chile.

Concluida la fase oral del litigio iniciado en el 2008, tanto Perú como Chile nos encontramos a la espera del veredicto definitivo que pudo ocurrir desde el mes de julio pasado, sin embargo derivamos en una postergación de su emisión, lo que ha generado espacios de amplios debates en ambos países, hasta llegar a puertas de un resultado que se torna inaplazable.

En ese sentido, a través de este medio en ediciones anteriores se han presentado dos análisis de la situación de este trascendental caso, con las apreciaciones de los escenarios por venir en el cumplimiento del fallo y sus implicancias de carácter político, económico, militar y sicosocial para el Perú1, cuya validez se renueva e invita nuevamente a la reflexión de los peruanos en el anhelo de contribuir a las mejores decisiones que tendrán que emitir las personas encargadas del destino de la nación.

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Ver: Urbano Juan, “De Arica a La Haya: ¿El último cartucho?” y “El Factor Económico: ¿Fin o inicio de conflicto?”, en Revista Vivir Bien, Nº 171 y Nº 172, Ed. Julio y Agosto-Setiembre, respectivamente.

En esa misma línea del devenir post La Haya, se suma la reciente coyuntura de un nuevo gobierno en el ámbito chileno, así como las lecciones que deja el escenario internacional y sus tendencias históricas.

En el Perú, el embajador José A. García Belaunde, coagente ante la corte de La Haya, expresó que el veredicto de la CIJ constituirá un “punto de inflexión” en las relaciones con Chile, como lo fue la firma de la paz con Ecuador. Además considera que Chile cumpliría el fallo, en vista que se han tejido intereses comunes y también primarían los intereses pragmáticos, donde el costo de no cumplir sería muy alto2.

Ello abona a una favorable distención de la situación, empero ese cumplimiento depende más de Chile que del Perú.

El historiador peruano Ernesto Yepes, estudioso de las relaciones históricas con Chile, al presentar su último libro sobre el incumplimiento del plebiscito de 1925 por parte de Chile y ser consultado sobre el fallo de La Haya manifestó que “el veredicto que dé la Corte, cualquiera que este sea, no va a poner fin al problema de manera inmediata. Nada garantiza que ellos acaten el fallo. Podrían decir que deben seguir algunos pasos previos antes de implementarlo y eso tomaría muchos años”3. Esto concuerda y ratifica la tesis de la “cascada de tratados”, presentada en la primera publicación sobre el tema de la CIJ, que refiere: “la tendencia histórica–diplomática de Chile se mantendrá, buscando extender en el tiempo el cumplimiento del fallo, para intentar llevarlo a un ámbito bilateral u otro, en un escenario donde para acatar la sentencia de La Haya sea necesario firmar un nuevo tratado en mejores condiciones para Chile”4.

Es decir, la historia y el mundo de la real politik indican que es en el contexto del sur hacia donde debemos dirigir nuestra apreciación.

El nuevo frente interno chileno Los resultados de los últimos comicios en Chile confirman los pronósticos efectuados y aunque se espera la segunda vuelta del 15 de diciembre, es evidente que Michelle Bachelet se constituiría una vez más en la presidenta de Chile y tendrá la responsabilidad de dirigir su país el proceso post fallo de La Haya. Debemos recordar que fue durante el primer gobierno de Bachelet, en el 2008, cuando el Perú demandó a Chile, ante lo cual la entonces presidenta calificó la acción peruana como “gesto inamistoso” y “una provocación”. Al respecto, el escritor, periodista y diplomático chileno, que vivió y trabajó en el Perú, José Rodríguez Elizondo, calificó el gesto de Bachelet como un acto político, no jurídico, señalando que fue: “una señal ex post, a la opinión pública, sin producir un efecto disuasivo eficiente”5, no 2

García Belaunde José, en Conferencia “Relaciones Perú-Chile, pos fallo de la CIJ de La Haya”, CAEN, 22 Oct 2013.

3 Yepes Ernesto, en diario La República, Lima, 18 Nov 2013.

4 Urbano Juan, “De Arica a La Haya: ¿El último cartucho?”, Op. Cit., pp. 8-11 y 57.

5 Rodríguez Elizondo José, “La suerte jurídica está echada” en Análisis y Propuestas, Relaciones Internacionales, Fiedrich Ebert Stiftung, Santiago, 2012, p. 4

obstante derivó en un enfriamiento de las relaciones bilaterales en ese entonces que luego mejoraron con el pragmatismo económico del gobierno de Salvador Piñera.

Rodríguez Elizondo realiza severas críticas a la posición chilena en torno a todo el proceso que culmina en La Haya, refiere que no obstante tener Chile los argumentos jurídicos de sus tratados, creyó que bastaba invocarlos para disuadir al Perú, cuando en rigor se trataba de un “conflicto político”, sin embargo cayó en una “creación jurídica” peruana (la demanda) que lo llevó La Haya. Según sus palabras: “lo que se produjo en Chile fue una rara preeminencia del idealismo jurídico sobre la cruda real politik”. Es más, dice Rodríguez que se llegó a una paradoja donde Perú construyó su caso jurídico y Chile que suponía tenia los argumentos jurídicos, debía convalidarlos ante la CIJ, concluyendo que “mientras Chile no tiene nada que ganar en el proceso, Perú no tiene nada que perder”6. Finalmente expresa Rodríguez, “la suerte jurídica está echada”, entonces podemos inferir que Chile se prepara para un escenario imprevisto y contrario a sus intereses, pero que a la vez - según el mismo Rodríguez - podría servir como oportunidad para cancelar las hipotecas del pasado.

Entonces, ¿tendrá Michelle Bachelet la disposición política de asumir un fallo adverso a sus intereses y construir ese futuro deseado? La situación ya no es la misma de su gobierno en el 2008, ya que bajo el actual mandato de Piñera se dio nuevo impulso a las relaciones bilaterales bajo el esquema de las “cuerdas paralelas”, en base al fortalecimiento de los lazos económicos, tema de peso que será decisivo en las decisiones mapochas, sin embargo también es cierto que Bachelet volvería a tener en sus manos el asunto de la demanda peruana, algo que nunca quiso llegue a la CIJ y regresa a su arena donde buscaría resarcir su posición ante la historia. En ese sentido, ahora Bachelet sostiene que con Perú se debe mantener una relación “inteligente”, que se debe esperar la definición de La Haya, calificándolo como un tema controversial, pero que se manejará según el Derecho Internacional. Ello quiere decir que emitido el fallo, podría utilizar todos los argumentos jurídicos y diplomáticos posibles, desde una “Demanda de Interpretación” hasta una “Revisión del Fallo”, cuyo análisis en detalle se aprecia en el primer ensayo del tema 7; incluso, Chile podría mirarse en el espejo del “modelo colombiano” producto del fallo de La Haya en el caso Colombia-Nicaragua, como se explica más adelante. Todo ello implica que no es factible avizorar una rápida conclusión del acatamiento de la sentencia.

En el ámbito militar, se cuenta con nuevos actores en los mandos de las instituciones armadas chilenas. Uno de ellos es el futuro jefe del Ejército de Chile a partir de marzo 2014 y para los siguientes cuatro años (periodo en el cual se implementará el cumplimiento de la sentencia de la CIJ), es el general Humberto Oviedo Arriagada, el más joven de los seis generales de división candidatos a suceder al actual jefe del ejército general Juan Miguel Fuente-Alba, lo que ha sido 6 7

Ibidem, pp. 4,5.

Urbano Juan, “De Arica a La Haya: ¿El último cartucho?”, Op. Cit., pp. 8-11 y 57.

visualizado en Chile como un “cambio generacional”, ya que los generales mas antiguos no elegidos deberán pasar a retiro. El asunto de fondo es conocer el pensamiento del general Oviedo, quien en relación al tema divergente con el Perú, manifestó: “La situación de La Haya para todos es expectante. Yo creo que nuestro principal aporte a eso es una institución que esté con un entrenamiento adecuado, preparado para todas las contingencias”8, además resaltó el rol de su ejército en la “disuasión”.

Por su parte, el nuevo jefe del estado mayor de las FFAA chilenas, vicealmirante José Miguel Romero sobre el mismo tema de La Haya afirmó: “estamos listos, las fuerzas están en condiciones de asumir y cumplir con las tareas que se designen”, coincidiendo con lo expresado simultáneamente por su antecesor, general Hernán Mardones: “las FFAA están en condiciones de responder a la conducción política que se haga de una crisis o de un conflicto armado”9.

Con ello, se reafirma que el pensamiento militar del liderazgo castrense chileno es único, independientemente de lo generacional y lo que prima es el papel gravitante que tienen listo para desempeñar las fuerzas armadas chilenas en cualquier escenario post Haya - a partir del Día (D) y la Hora (H) - desde una “disuasión” hasta cualquier tipo de escalada armada, incluyendo aquella que en su extremo máximo Rodríguez Elizondo denomina “lo innombrable”. Es decir, el estamento militar de Chile viene desempeñando el rol asignado en su Estrategia de Seguridad Nacional, lo que debemos reconocer es parte de su potestad; pero mayor es nuestra responsabilidad en mirar nuestro propio sector, donde es deber reiterar y desarrollar todos los escenarios posibles en el ámbito estratégico y militar10, incluyendo “lo innombrable”, donde ineludiblemente se desenvolverán nuestras fuerzas armadas y donde la preparación oportuna de éstas depende de nosotros mismos.

Lecciones del siglo XX: Chile – Argentina y el Canal de Beagle El ex canciller peruano Francisco Tudela sobre la tendencia chilena para el cumplimiento de La Haya refirió que a la luz del resultado de la mediación papal en el diferendo chileno-argentino sobre el canal de Beagle, Chile cumplió con el veredicto aunque no le fuera del todo favorable, y eso sería una buena experiencia para el caso actual Perú-Chile, donde prevé que este último acataría el fallo11. Este es un análisis muy interesante que merece ser apreciado en detalle por ofrecer lecciones recientes del siglo pasado.

Primero, los antecedentes del hecho se remontan a un laudo arbitral previo de la corona británica de 1971 sobre la zona del Beagle, que fuera favorable a Chile y rechazado por la Argentina, donde no obstante las negociaciones directas, no hubo acuerdo para el acatamiento argentino, llegándose al borde de la guerra que 8

Diario La Tercera. Edición digital, Chile, 20 Nov 2013.

Diario La Nación. Edición digital, Chile, 26 Nov 2013.

10 Ver Urbano Juan, “De Arica a La Haya: ¿El último cartucho?”, Op. Cit. 11 Tudela Francisco, en entrevista de canal Willax TV, 21 Nov 2013 9

iniciaría Argentina contra Chile y que solo pudo ser evitada en diciembre de 1978 con la oferta de mediación papal. Incluso después de ello, Argentina también rechazó la primera propuesta papal de 1980. Al respecto, es aleccionador apreciar el contexto de esa época donde el balance del peso militar era muy favorable a Argentina, por lo que Chile por si no pudo exigir a su vecino el cumplimiento del laudo previo de 1971; más aun, Chile en 1978 quería evitar ser llevado a un probable “conflicto en dos frentes”, hipótesis donde además del diferendo con Argentina, se podía sumar una amenaza latente de conflicto con Perú, al estar próximo el centenario de la guerra de 1879 y por el fuerte poder militar alcanzado entonces por el Perú.

Segundo, la postura argentina en el escenario del Beagle, sólo cambia y se debilita severamente con la guerra de Las Malvinas de 1982 y su derrota militar ante el Reino Unido; ello origina la debacle del régimen militar y la posterior emergencia de un nuevo gobierno democrático en Argentina, lo cual favorece las negociaciones bilaterales chileno-argentinas donde ceden ambas posiciones y se impulsa la última y definitiva propuesta papal de 1984, que fue aceptada por ambos países.

En suma, Chile acató los acuerdos de la mediación papal sobre el canal de Beagle, por que la situación se tornó favorable a sus intereses, en un escenario donde la debilidad militar chilena de entonces fue compensada por los factores políticomilitares adversos de Argentina frente a terceros actores, con lo cual aun cediendo Chile a los iniciales fallos a su favor, logró primero evitar una guerra que le pudo ser adversa y después alcanzó el fin máximo que era la solución definitiva del asunto de límites con Argentina, eliminando así uno de los dos frentes de conflicto externo. A partir de ello, Chile pudo concentrar su atención exclusivamente en su frontera norte donde tenía pendiente culminar la ejecución del tratado de 1929 con Perú y donde Bolivia insistía en sus permanentes reclamos por salida al mar.

Las lecciones de la historia nos muestran lo gravitante que resulta el peso del factor militar en los escenarios donde se juegan intereses y definiciones de límites, donde la diplomacia y la hipótesis de guerra caminan juntos por el filo de un conflicto, hasta llegar a una definición - en el caso del Beagle pacífica - pero que inclina la balanza en contra de la parte menos preparada, la que deberá deponer parte o todos sus intereses en juego. Chile lo comprendió así y luego de esa coyuntura nunca más se ha encontrado en un estado de inferioridad militar frente a sus vecinos. Por tanto, son estas las experiencias que se debe auscultar desde el lado peruano en el nivel estratégico político, diplomático y militar, que es donde se desenvuelven los intereses nacionales en todo tipo de disputa.

El caso Colombia – Nicaragua en La Haya, ¿un espejo?

El presidente colombiano Juan Manuel Santos el 16 de setiembre último presentó a su país lo que denominó su estrategia integral frente al fallo de La Haya, considerado por la mayoría de colombianos como lesiva a sus intereses. Si bien es

cierto que el caso del litigio Colombia – Nicaragua en La Haya es referido a islas y la plataforma continental, siendo en esencia diferente al caso Perú – Chile, lo saltante de la postura colombiana son sus acciones jurídicas y políticas post fallo, que lo convierten en un “modelo colombiano”, que no se descarta podría ser tomado como “espejo” en el caso que nos atañe.

Luego de 10 meses de emitido el fallo en el caso colombo-nicaragüense, al término de un análisis jurídico, no exento de connotaciones políticas por las candidaturas a elecciones generales de mayo del 2014 en el país cafetero, el presidente Santos anunció la conclusión colombiana: “El fallo no es aplicable”, pero a la vez esbozó un probable camino: “No es y no será aplicable mientras no se celebre un tratado que defienda los derechos de los colombianos”. Es decir, es una muestra de la tesis de la “cascada de tratados” comentada previamente en este artículo.

Al respecto, es pertinente apreciar el eje de la estrategia colombiana, que no solo se queda en la conclusión del análisis del fallo, sino que emite nuevos actos jurídicos relacionados a éste. En dicho contexto, el gobierno de Santos promulga un decreto mediante el cual Colombia “recupera” una zona marítima circundante a las islas colombianas en el área en disputa. ¿Cómo lo logra? Lo hace duplicando el tamaño del mar aledaño a las islas; para ello, al mar territorial de 12 millas que la CIJ le reconoció en las islas, le adicionó unilateralmente otras 12 millas denominadas “zona contigua integral” en la cual realizaría control migratorio y de seguridad. Sin embargo, según el fallo de La Haya esa es “zona económica exclusiva” de Nicaragua, donde dicho país tiene el derecho de explotación económica12. Es decir, con la “respuesta” colombiana ante el fallo de La Haya, se crearía una superposición de derechos, que a la vez produciría un caso jurídico, cuya solución según Colombia requeriría de un nuevo tratado.

Por otro lado, Nicaragua reaccionó ante la negativa colombiana enviando una delegación a la ONU, donde el agente nicaragüense en La Haya, Carlos Argüello denunció que “el anuncio que había hecho Colombia de que la sentencia era inaplicable, era una violación a la Carta de Naciones Unidas, el artículo 94 dispone que todas las sentencias de la CIJ son de obligado cumplimiento”, agregando sobre su posición: “Estamos en manos de la justicia internacional”. Además de ello, ante la propia CIJ de la Haya, Nicaragua le solicitó declarar que “Colombia está en la obligación de cumplir la sentencia”, así como presentó un recurso requiriendo que la Corte “juzgue” a Colombia por la obligación de abstenerse de violar las zonas marítimas nicaragüenses reconocidas por la sentencia.

Todavía más, el 26 de noviembre último el congreso nicaragüense autorizó el ingreso de tropas, naves y aeronaves militares de Estados Unidos para patrullajes conjuntos con Nicaragua en operaciones contra el narcotráfico en sus áreas marítimas delimitadas por la CIJ, así como el ingreso de personal y medios navales 12

Revista SEMANA, Colombia, Edición Nº1637, 16 al 23 Set 2013.

y aéreos de Rusia para entrenamientos conjuntos con FFAA nicaragüenses en el primer semestre del 201413, con lo cual se configuraría un complicado escenario internacional que podría generar tensiones en la zona.

Como se aprecia, en estos casos juegan tanto los elementos jurídicos como la política interna de cada país y los alcances de diplomacia a nivel internacional, por lo que también es pertinente mirar el “espejo” colombo-nicaragüense, donde se encuentran factores que deberán ser tomados en cuenta para el apropiado análisis estratégico de los escenarios post La Haya.

El Día (D) y Hora (H) Con la evidente ascensión a la presidencia de Chile por parte de Michelle Bachelet, se completaría la lista de los actores principales para la ejecución del fallo de La Haya. Si bien es cierto que el veredicto de la CIJ se esperaba desde el mes de julio, la demora del mismo coincide con la tesis de que la Corte esperaba el establecimiento del nuevo gobierno en Chile, aunque no era una obligación seguir esa coyuntura política. En todo caso, la postergación abonó mas a favor de Chile que logrará recibir el fallo en un contexto de mayor estabilidad interna.

En esta situación, la emisión de esta sentencia se torna un asunto inminente, se ha superado el plazo normal empleado por la corte en casos similares, de tres a seis meses después de la fase oral, cumplido en julio, por lo que habiéndose extendido cinco meses adicionales, estaríamos ante una sentencia en condiciones de dictarse a partir del mes de diciembre, con mayores probabilidades en enero o primeras semanas de febrero, es decir estamos en vísperas del día (D) y la hora (H) del fallo.

En el escenario histórico por venir, la tesis chilena de Rodríguez Elizondo, que su "suerte jurídica está echada", no concluirá por si las medidas jurídicas y políticas.

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El Tiempo, Colombia, Edición digital, 27 Nov 2013

Por tanto, no es posible descartar que luego del día (D), Chile inicie una etapa jurídica de estudio del caso, simultáneamente desarrolle una etapa política en su frente interno para aplacar y orientar la reacción de su población, así como aborde una etapa diplomática en el ámbito bilateral con Perú en el cual se privilegie las relaciones comerciales, a la vez que desarrolle una intensa campaña diplomática a nivel internacional a favor de la posición chilena. Subyacente a todo ello siempre está latente el peso de la esfera militar, donde se conoce claramente que las FFAA de Chile “están listas ante cualquier contingencia y según lo disponga su gobierno”.

Lo más importante para el Perú en el contexto post La Haya, consistirá en el establecimiento e implementación de una adecuada estrategia integral en todos los niveles del ámbito político, diplomático, sicosocial, económico y militar, para que el siguiente paso a partir del día (D) constituya una sumatoria de medidas previstas para todo escenario y oportunas en el tiempo para el logro de los intereses nacionales del Perú. Lo que hagamos y lo que dejemos de hacer quedará escrito en la historia.

__________________________________________________________________ (*) Master of Science in National Resource Strategy graduado en la “National Defense University” - Washington D.C.- USA y en el “George C. Marshall, European Center for Security Studies”, en Garmish-Partenkirchen – Alemania, así como en otros centros de estudios militares de Canadá, China y Colombia; ostenta título de Ingeniero Civil y estudios de post grado en universidades nacionales. Ingeniero Militar, Miembro de Número del Centro de Estudios Histórico Militares del Perú.