OASIS IN A CONCRETE JUNGLE
el jardín como remedio infalible contra la amnesia urbana
inés moreno galán ensayo proyecto fin de grado
escuela politécnica superior universidad francisco de vitoria

el jardín como remedio infalible contra la amnesia urbana
inés moreno galán ensayo proyecto fin de grado
escuela politécnica superior universidad francisco de vitoria
el jardín como remedio infalible contra la amnesia urbana
“Siempre han existido los suelos baldíos. La historia los denuncia como una pérdida de poder del hombre sobre la naturaleza. ¿Y si los mirásemos de otro modo?
¿No serían ellos las páginas en blanco que necesitamos?. La naturaleza utiliza todos los vectores capaces de actuar como intermediarios. Y, en ese juego de uniones, el hombre es su mejor baza. Sin embargo no le preguntan su opinión. ¿Se harán sin él, los nuevos jardines?”
Clément.G, El jardín en movimiento
el jardín como remedio infalible contra la amnesia urbana
palabras clave
paisaje / identidad / residual / vacío / baldío / jardín / biodiversidad
La arquitectura s obremoderna se concibe para ser consumida y rentabilizada, pero cada vez tiene más problemas a la hora de establecer vínculos con el paisaje que la envuelve. Como resultado de esta falta de preocupación por el entramado urbano, surgen espacios indefinidos y desconectados de la eficacia de la ciudad.
Será esencial el entendimiento del paisaje para poder reeducar nuestra forma de mirar el universo construido a lo largo de la historia. La influencia social y cultural ha sido la responsable de corromper nuestra visión de la realidad y de lo que constituye un lugar. Al salir de nuestro ennubilamiento descubriremos infinidad de paisajes, centrandonos en el paisaje residual, en relación a los vacios urbanos. Estos paisajes abandonados serán el telón de fondo de nuestros protagonistas: los terrain vagues .
Los arquitectos Ignasi de Solà-Morales (1942-2001) y Gilles Clément (1943-), teorizan sobre estos espacios a los que no se asigna otra condición que la indeterminación. Estudiando sus límites, características y esencia demostraremos el valor y potencial de estos no-lugares resignificándolos a partir de la ausencía de construcción sobre ellos.
Propondremos el jardín en movimiento , como una forma de curación urbanística, en el que se le dará una segunda vida a las especies preexistentes en los terrenos baldíos conquistados por ellas.
En conclusión diremos que, el control extremo del territorio disminuye sus cualidades poderosas e inherentes y que la cura de las ciudades radica en la ausencia de uso. Esto permitirá una reconexión con el territorio, el paisaje y, en última instancia, el país que un día se dejo moldear a nuestro gusto.
“A lo largo de ciertas carreteras, tropezamos con jardines involuntarios. La naturaleza los ha creado. No parecen salvajes y, sin embargo, lo son. Un indicio, una flor particular, un color vivo, los distingue del paisaje”
Clément.G, El jardín en movimiento
el jardín como remedio infalible contra la amnesia urbana
Las líneas que dibujan los entramados de las ciudades están en constante cambio, al servicio de las necesidades inmediatas del ahora. Cubiertos por esta maraña se esconden los trazos emborronados de lo que un día fueron las ciudades. Memoria y presente comprimen los restos y tachones que configuran el correcto funcionamiento urbano.
Retales que hacen factible las conexiones entre municipios mediantes formas imposibles que estructuran los caminos; fragmentos de tierra condenados desde el día que se les resignó a franquear nuevos establecimientos, que desontextualizados se erigen en mitad de un casco antiguo; la nada absoluta que posbilita las vistas infinitas desde las llamadas nuevas torres de babel…
Este trabajo pone el foco en estos paréntesis. Busca ofrecer una nueva comprensión de estos terrenos inútiles considerados sobrantes dentro de las dinámicas urbanas.
Con este estudio, tanto teórico como experimental, se pretende demostrar que partiendo de la reeducación de la forma en que hemos aprendido a mirar el universo construido, podremos llegar a encontrar en la ausencia, una promesa. De esta forma nuestro entendimiento del paisaje ya no se reduce a algo necesariamente natural. Ahora hay cabida a postales metropolitanas, incluso en nuestro caso, con un telón contaminado por el paso del tiempo. Es el espectador el responsable de transformar su mirada la forma de contemplación a la que se le ha acostumbrado.
Para lograrlo, la metodología que utilizaremos partirá de un análisis teórico que explorará qué entendemos por vacíos urbanos, y cómo los catalogamos como espacios basura , término acuñado por el arquitecto Rem Koolhass(1944-). Será necesario por tanto, crear una línea de estudio que utilizará como hilo conductor nuestra visión del mundo, así como la manera que tenemos de entenderlo y admirarlo.
Analizaremos los llamados vacíos urbanos; cómo estos se configuran, cuáles son sus límites, y sobre todo posibles usos y representaciones para así hacernos participes de ellos.
Nuestras referencias se apoyarán en los conceptos de tercer paisaje y terrain vague , propuestos por Ignasi de Solà-Morales (1942-2001) y Guilles Clément(1943-), respectivamente.
Será entonces, una vez sacadas nuestras conclusiones cuando propondremos el jardín en movimiento , como actuación urbanistico en dichos quiebros. Concepto e idea extraida del experimento que Guilles Clement llevó a cabo en la parte trasera de su casa. Este consistiría en utilizar nuevas herramientas para el cuidado de su jardín, por entonces desaliñado. Su obejtivo, al igual que el nuestro, sería darles una segunda vida a las plantas y accidentes, allí presentes.
Optaremos, a partir de un estudio de las plantas vagabundas y pioneras allí asentadas, por ordenar el territorio ya determinado por el carácter biológico de la vegetación que lo ha conquistado.
De esta forma será el suelo, preexistente antes de que las ciudades se adueñaran de él, quien volverá a hacerse notable de entre bloques de cemento y carriles de movilidad que amenazan con destruirlo por completo.
La mejor intervención será la ausencia de la misma.
“Si un lugar puede definirse como lugar de identidad, relacional e histórico, un espacio que no puede definirse ni como espacio de identidad ni como relacional ni como histórico, definirá un no-lugar”
Augé.M, Los no lugares, espacios del anonimato
Nuestra investigación comienza con Marc Augé y su obra “Los No lugares, espacios del anonimato. Una antropología de la sobremodernidad”. Según el autor los no-lugares son una consecuencia directa del estado de sobremodernidad en el que se encuentra el individuo contemporaneo actual. Somos nosotros los productores de estos espacios pasivos e inertes, reflejo de las taras que arrastra la nueva era moderna.
Hablar de sobremodernidad es hablar de exceso. La abundancia está presente en lo rutinario de nuestro existir. No alcanzar los estándares que nos demanda la nueva era supone estar desconectado del mundo occidental; exceso de información. Nos vemos obligados a retener en nuestra cabeza una parte ínfima del contenido recibido. Esto convierte en trivial cualquier dato y nos lleva a un constante olvido y reemplazo de la misma; exceso de velocidad . Inmediatez al obtener resultados, necesidad de rentabilizar el tiempo en nuestro movimiento. El transitar se ha convertido en algo banal e innecesario. Nuestros recorridos pasan a ser lapsos espaciales, imperceptibles. No lugares resignados a serlo más que nunca; exceso de escala. En un mundo globalizado donde ya no hay fronteras es posible llegar alli donde nos propongamos. Los puntos más inconexos ahora estan unidos por lazadas imposibles que estrujan carreteras y facilitan nuestras vidas a tiempo parcial.
Augé clasifica los no lugares en tres tipologías de espacios: espacios de circulación, como autopistas, áreas de servicio y aeropuertos; espacios de consumo , como supermercados, hipermercados y cadenas hoteleras; y espacios de comunicación, como pantallas, cables y ondas, que a veces tienen una apariencia inmaterial.
“Los no lugares son tanto las instalaciones necesarias para la circulación acelerada de personas y bienes (vias rápidas, empalmes de rutas, aeropuertos) como los medios de transporte mismos o los grandes centros comerciales, o también los campos de tránsito prolongado donde estacionan los refugiados del planeta”
1 Augé.M (2000), Los “no lugares”, espacios del anonimato, Barcelona: Edición Gedisa,pp 41
Rem Koolhaas en su libro “Delirio de Nueva York” también abordará esta problematica utilizando el término espacios basura para describir la acumulación de edificios, infraestructuras y objetos que a pesar de no tener ningun valor siguen ocupando espacio y generando desorden.
“Si la basura espacial son los desechos humanos que ensucian el universo, el “espacio basura” es el residuo que la humanidad deja sobre el planeta.”
Según el arquitecto estas zonas son el reflejo de una cultura consumista dentro del capitalismo y de la obsolescencia programada en la que vivimos. El sujeto no habita el espacio, sino que mantiene con él una simple relación de consumo. Se fomenta la idea de que los productos tienen una vida útil limitada y deben ser reemplazados constantemente.
A partir de estos dos tratados podemos comprender el entorno en el que habita el individuo sobremoderno que vive cada día más absorto en un estado de abulia. La individualización ligada a un esfuerzo incesante por adapatarse a esta sociedad espectacular le lleva a una pérdida de identidad.
“La relación con los medios de comunicación puede generar una forma de pasividad en la medida en que expone cotidianamente a los individuos al espectáculo de una actualidad que se les escapa; una forma de soledad en la medida en que los invita a la navegación solitaria y en la cual toda telecomunicación abstrae la relación con el otro, sustituyendo con el sonido o la imagen, el cuerpo a cuerpo y el cara a cara”
Los no-lugares, aparecen como un rechazo del lugar antropológico del que proceden.
Al final del libro de Auge recalcará que la oposición entre lugares y no lugar es relativa y varía según los momentos, las funciones y los usos.
02.1_el salto del no-lugar al lugar
Imaginemos por ejemplo al turista que pasa por una cabina de peaje, no tendrá la misma relación con dicho espacio que el empleado que pasa allí una parte importante de su vida, vive encuentros con sus compañeros y genera recuerdos en su memoría.
De ahí el papel crucial que jugará la implicación social, individual y colectiva de quienes acumulen vivencias en dichos espacios.
Será esa identidad la que convierta nuestras hendiduras territoriales en merecedoras de llamarse lugares.
En lo baldío, libre de la contaminación del entorno que nos salpica y condiciona se produce el cambio. La experiencia junto con la arquitectura del paisaje impulsaran el salto de lo incomprensible a lo comprensible, de los no-lugares a los lugares.
F.2
F.1 Alexander Gronsky, Pastorial: Moscow Suburbs, en Rusia, 2009-2012
2 Koolhass.R (2007). Delirio de Nueva York. Barcelona: Editorial GG.
3 Cfr. Debord.G, “Contra la sociedad espectacular”, en: Debord.G(2002),La Sociedad del Espectáculo, Valencia: Ed. Pre-Textos, pp.36
4 Augé.M (2007). Sobremodernidad. Del mundo de hoy al mundo de mañana. Valencia: Revista cultural, Contrastes, pp. 101-107
F.2 Alexander Gronsky, Pastorial: Moscow Suburbs, en Rusia, 2009-2012
Si nos hablan de paisaje seguramente nuestro subconsciente se traslade a playas deserticas, cascadas que surgen en mitad de selvas tropicales o dunas infinitas de arena fina. ¿Hablar de paisaje se reduce exclusivamente a un paisaje natural? ¿Cómo podríamos referirnos entonces a la variedad de lugares que nos rodean y están lejos de serlo? ¿Cual es el vínculo entre ciudad y paisaje?
Frente al paisaje el ser humano se siente abrumado y asombrado ante él, son las actitudes que nos ha “obligado” a desempeñar la sociedad en la que convivimos. Agustín Berque nos advierte de ello cuando escribe: "La gente cree fácilmente que todo ser humano disfruta de la belleza de los paisajes y que la naturaleza en sí misma sólo puede ser bella.”
¿Qué los hace indudablemente bellos? ¿Es realmente inexplicable esta fuerza misteriosa que extasía el alma del espectador? ¿Y si el genio del lugar no existe? ¿Y si fuera una invención del artista?
Alain Roger en su escrito “Breve Tratado del paisaje” desmonta esta idea que tenemos a cerca del genio del lugar.
Nos apoyaremos en ella para demostrar que es el arte, y por tanto el artista, quien decide lo bello de cuanto miramos, quien adultera nuestra percepción.
Paisaje por tanto entendido como construcción social, cambiante en el espacio y en el tiempo, producto de acontecimientos culturales. ¿Podrán los paisajes residuales convertirse en los nuevos escenarios de los artistas “sobremodernos”?
“La vida imita al arte mucho más de lo que el arte imita a la vida. […] Las cosas son porque nosotros las vemos, y la receptividad así como la forma de nuestra visión dependen de las artes que han influido en nosotros. Actualmente, la gente ve la neblina no porque haya neblina, sino porque los pintores y los poetas les han enseñado el encanto misteriorso de tales efectos […] No existió mientras el arte no la inventó”
F.3 Alexander Gronsky, Pastorial: Moscow Suburbs, en Rusia, 2009-2012
F.4 Alexander Gronsky, Pastorial: Moscow Suburbs, en Rusia, 2009-2012
5 Wilde. O (1977). Le Déclin du mensonge. Paris: Editorial Berg International, pp. 307-308
Al intentar dar con la definición exacta de paisaje, de forma racional e inequívoca, caemos en la cuenta de que solo conseguiriamos limitarlo y privarlo de su naturaleza fluida. Por tanto, lo único que puede afirmarse es, que el paisaje es una experiencia que implica la presencia de un sujeto observador y su relación sensible con el territorio.
La belleza percibida por el individuo se enteinde como invención de quienes habitan las grandes ciudades. Se ven capaces de observar a través de unos cánones estéticos aprendidos de la cultura y distancia con que miran.
“Si frecuentan esos lugares es porque habitan en nuestra mirada y, si habitan en nuestra mirada, es porque nos vienen del arte. El espíritu que respira aqui e “inspira” estos sitios no es otro que el del arte, que , por medio de nuestra mirada, artealiza el pais en paisaje”
Esta visión distará mucho de la que tengan quienes conviven a diario dentro de estos parajes naturales. Un campesino que pastorea cada dia sus cabras mirará los campos que pisa de una forma que difiere del modo en que el turista fotografia ese mismo prado. El campesino es el hombre del campo no del paisaje.
"Los valores que los campesinos atribuyen a los lugares son los del trabajo de la tierra y la familia, posiblemente el progreso agrícola y el empleo. Frente a estas realidades cotidianas, 'el paisaje' mencionado por los urbanitas, extraños, es considerado, en el peor de los casos, amenazador y alienante y, en el mejor, irrisorio."
Es por tanto que la naturaleza no siembre es bella. El paisaje es al mismo tiempo fuente de supervivencia y de placer.
Al pasar la naturaleza a un segundo plano descubrimos infinidad de fondos que presenciaran nuestras nuevas formas de habitar.
La disolución de los límites de la ciudad, y por tanto la discontinuidad que en ella apreciamos; así como la autonomía de quienes la viven han sido factores esenciales a la hora de interpretar el paisaje. Se rompe el muro que dividía la ciudad y el campo y se generan nuevas fisuras en el territorio llamados vacíos urbanos. Tras haber sido un telón de fondo durante mucho tiempo, estos espacios se convierten cada vez más recurrentemente en protagonistas del paisaje urbano. Hablaremos entonces de los llamados paisajes residuales.
6 Roger. A (2007). Breve Tratado del paisaje. Madrid: Editorial Bliblioteca Nueva, pp.26
7 Roger. A (2007). Breve Tratado del paisaje. Madrid: Editorial Bliblioteca Nueva,, pp 33
F.5 Alexander Gronsky, Pastorial: Moscow Suburbs, en Rusia, 2009-2012
Este nuevo espacio, tiene una razón de ser pública es a la vez ciudad y paisaje.
Los espacios residuales y su desarrollo pueden entenderse desde varias perspectivas. Algunos pueden verlos como fragmentos que no han podido incorporarse a la ciudad y que, por tanto, son destructivos para su continuidad. Sin embargo, estos espacios fomentan otros tipos de continuidad en la ciudad, como la identidad, la libertad y la diversidad.
8
Como anticipó Ignasi de Solà-Morales, el paisaje residual resulta ser un espacio de complicada representación, pero no imposible. A través de la fotografía, como podemos valorar en el trabajo de Alexander Gronsky, el artista logra captar la esencia del lugar del espiritu que ha animado a estos individuos a invertir parte de su vida alli. Pero, si nuestras herramientas pasan a ser urbanisticas y arquitectónicas la actividad se trunca.
Será al transformar la percepción preconcebida de estos paisajes a través de lenguajes experimentales, atmosféricos, emocionales y perceptibles por el observador cuando daremos con la clave de la cuestión.
Desvelaremos lo sustancial de estos desperdicios supervivientes, llamados paisajes residuales al descontextualizarlos y así convertirlos en lugares.
F.6 Alexander Gronsky, Pastorial: Moscow Suburbs, en Rusia, 2009-2012
8 Klee.P, (2013), Creative Confession: Creative Confession and Other Writings. Kindle version: Editorial Tate
“El arte no reproduce las cosas visibles, sino que hace las cosas visibles”
“Este conjunto no pertenece ni al dominio de la sombra ni al de la luz, está situado en sus márgenes: en las orrillas de los bosques, a lo largo de las carreteras y ríos, en los rincones más olvidados de la cultura […] cubre superficies modestas, entre estos fragmentos de paisaje no existe ninguna similitud de forma […] es un espacio que no expresa ni el poder ni la sumisión al poder”
Gilles Clément, Manifiesto del Tercer paisaje , 2004
El vacío es una parte fundamental en nuestras vidas, entendido no como ausencia sino como presencia. Espacios que suceden a lo largo de una comida, desde la toma de decisión a cerca de qué comer hasta el café de la sobremesa nos hacen entender las comidas como momentos de pausa, de disfrute; silencios que se deciden entre estrofas y estribillos de nuevos singles que suenan cada día en nuestras radios, hacen posibles la infinidad de convinaciones que ocho notas musicales pueden llegar a orquestar; la elipsis utilizada en el momento exacto en que transcurre un relato bien contado, será la pieza esencial que convierta a una historia insipida en interesante.
Al traducir estos paréntesis al plano urbano, serían los espacios baldíos los que jugarían entonces ese papel fundamental en las ciudades.
F.7
F.7 Fotograma extraido de la película Once upon a time in… Hollywood , Quentin Tarantino, 2019. Aparece el Rancho Spahn, un decorado abandonado dedicado a filmar largometrages de Western , donde ahora vive una comunidad hippie.
¿Por qué los relegamos a porciones de tierra olvidadas? ¿Por qué no son la prioridad de nuestro planeamiento urbanístico actual? ¿Qué es más necesario en las ciudades sobremodernas que bocanadas de oxígeno entre tanta densidad construida?
Ignasi de Solà-Morales se interesa por estos lugares inútiles, territorios incomprendidos, desencajados de la actividad urbana. No se les verá merecedores de atribuirles una utilidad, y por tanto prevalecerá allí la memoria del pasado sobre el presente.
En su manifiesto “Beyond the generic city” y otros ensayos publicados dará con la combinación de palabras francesas “terrain vague” para referirse a ellos.
“Terrain”, significa terreno urbano y en palabras del autor, será una extensión de suelo de límites precisos, edificable, en la ciudad; “vague” a partir de sus raíces latinas hace alusión al movimiento y la inestabilidad.
En conjunto se entiende mucho mejor esa naturaleza dinámica e incontrolable que Solà Morales no verá como algo negativo.
“Vacío como ausencia, pero también como promesa, como encuentro, como espacio posible, expectación […] esta ausencia de límite, este sentimiento casi oceánico […] es el mensaje que contiene expectativas de movilidad, vagabundeo, tiempo libre, libertad” 10
9 Ignasi de Solà-Morales(Barcelona, 1945 - Ámsterdam, 2001) arquitecto y filósofo. Impartió clases en EE.UU, Italia, Reino Unido y Barcelona. Además de su obra construida, la aportación de Solà-Morales en cuanto a teorías y críticas arquitectonicas es más que destacable.
10 De Solá-Morales. I (2003) . Territorios . Barcelona: Editorial GG.
El arquitecto habla de los límites entre estos lugares y no-lugares. Explica como en los bordes del territorio recortado de forma confusa, se produce ese alejamiento de las dinámicas urbanas. Dentro de esos contornos se crean archipielagos, pequeños mundos interiores con una imagen antitética a la metrópolis.
Relaciona entonces estos espacios residuales con el paisaje urbano y analiza las relaciones y sinergias que crearán los ciudadanos con ellos. ¿De qué manera están habitados los terrain vagues ? ¿Cúal es la motivación de aquellos que los visitan?
El autor plantea, cómo diversos grupos sociales buscan en terrenos extraños un espacio para conectarse con su identidad. En el caso de los habitantes de las modulares ciudades occidentales, que están acostumbrados a la comodidad del sedentarismo, los vacíos urbanos representan una alternativa a las constantes renovaciones arquitectónicas que afectan a la ciudad.
En estos espacios abandonados y sin límites conocidos, los individuos tienen la oportunidad de vivir de forma nómada y exploradora, al menos por unas horas. Es en estos lugares inhóspitos y peligrosos donde se estrechan lazos y establecen conexiones sensibles significativas.
“La imaginación romántica que pervive en nuestra sensibilidad contemporánea se nutre de recuerdos y de expectativas […] expectativas de lo otro, lo alternativo, lo utópico, porvenir”
La negación a ser planificados es lo que los hace especiales. perderían, de hecho, su atractivo de estar acotados por las mismas reglas que el tramado urbanístico que le es ajeno. Al aceptar su condición de vacío, y entender que no están esperando a que los llenemos de cosas, permitimos que estos lugares se desarrollen libremente y se conviertan en espacios propios.
“No se trata de una no-ciudad que deba transformarse en ciudad, sino de una ciudad paralela con unas dinámicas y unas estructuras propias que todavía no se han comprendido” (Careri 2013, 184).
Con Solà-Morales entendemos así los vacíos urbanos desde una perspectiva social e histórica. Demostrando como el pensamiento negativo que tendemos a asociar con estos lugares (abandonados, inútiles, incoherentes..) tiene que ver con la percepción preconcebida de paisaje y su envenenamiento social anteriormente expuesto.
A partir de componentes inmateriales, los terrain vagues concectan con el ciudadano que convierte estos lugares, a los que ni siquiera dan nombre, en espacios emocionales cargados de cualidades positivas y potenciales (abierto, poético, romántico, libre…).
El lugar cobra sentido.
F.8 Fotograma extraido de la película Paris, Texas , Wim Wenders, 1984. En escena, las infraestructuras de puentes y autopistas se convierten en el telón de fondo de una emotiva reconciliación entre padre e hijo. El paisaje pasa a convertirse en un entorno afectivo para el espectador.
El cine y la fotografía ayudan a imaginarnos estos vacíos urbanos. Vemos en nuestras mentes a personas que van allí a pasear a sus perros; hacer sus rutas de vuelta a casa más cortas y amenas; también espacios peligrosos, escondites perfectos para huertos ilegales o tráfico de drogas. En realidad los ambientes que sugieren estos territorios suelen tener un color turbio, descuidado y sucio. En definitiva no son para todos.
¿Podrían no ser sólo para unos pocos? ¿Cómo puede la no intervención constructiva hacerlos lugares llamados a ser habitados?
Si con Solà-Morales entendemos la realidad inmaterial y emocional del paisaje residual, ahora con Gilles Clément llegaremos a una realidad más física y tangible que acontece en estos vacíos urbanos.
“
¿Qué es el tercer estado? Todo. ¿Qué ha hecho hasta ahora? Nada. ¿Qué aspira a ser? Algo.”
En su Manifiesto del Tercer Paisaje Gilles Clément lo describirá como un conjunto de espacios residuales que han sido abandonados, o no han sido diseñados por el ser humano. Cuenta como esto no debe considerarse únicamente como pérdida de poder en la gestión del territorio, sino como recurso posible para la regeneración paisajística.
“El carácter irresoluto del tercer paisaje se debe a la evolución que sigue el conjunto de los seres biológicos que forman el territorio, a falta de cualquier clase de decisión humana”
03.2_tercer paisaje. refugio para la biodiversidad
Verá en estos espacios intersciales, áreas frágiles que surgen de la pérdida de un suelo anteriormente antropizado; analiza las fronteras, los límites, su fisionomía y funcionamiento; estudiará la diversidad biológica que anida en estas hendiduras urbanas; concibirá los bordes como espesores biológicos que no verá como potencial productivo para beneficio humano, sino como refugio para dicha biodiversidad.
Los conocimientos biológicos y botánicos que Clément poseerá nos ayudarán a observar este tercer paisaje desde una nueva perspectiva.
12 Gilles Clément (Indre,1943) arquitecto y paisajista, ingeniero, hortícola, jardinero y profesor en la Escuela del Paisaje de Versalles. Además de diseñar parques y jardines, Clément realiza investigaciones teóricas que reflejan sus conocimientos sobre disciplinas como la botánica y entomología.
13 El Panfleto de Sieyès es un texto político escrito por Emmanuel-Joseph Sieyès durante la Revolución Francesa. En comparación con el Tercer Paisaje de Gilles Clément, ambos defienden la necesidad de reconocer la importancia y el potencial de aquellos sectores o espacios que han sido ignorados o menospreciados. darles voz y participación en la construcción del futuro de la sociedad y del paisaje.
F.9 Proyecto Jardins du Tiers-Paysage, Gilles Clément
“Resulta complicado concebir la idea de dejar crecer un terreno sin uso”Gilles Clément, Manifiesto del Tercer Paisaje, 2004
Los mecanismos de acción propuestos por Gilles Clément en su ensayo El jardín en movimiento, se ajustan a la perfección como solución para transformar estos terrain vagues, antes oscuros y sucios, en lugares atractivos y útiles para un ecosistema dañado por las acciones del hombre sobremoderno.
El paisajista explica en su obra que para fomentar la supervivencia de estos lugares, necesitaremos enfrentar el pasado erosionado y desgastado con las nuevas energías del presente. Es esencial, por lo tanto, adaptarse al dinamismo y cambio que demandan nuestras ciudades. Pero, tenemos una ventaja innata ¿qué hay más dinámico que la biodiversidad?. Estamos, en definitiva, en un territorio afín a las exigencias cambiantes y múltiples de nuestra arquitectura. No hay por qué recurrir a la exclusión y jerarquía para lograrlo.
Se propone un mecanismo de acción basado en la reutilización de los recursos, en nuestro caso, la vegetación preexistente, que naturalmente los conforman. A tavés de una exploración minuciosa de estas áreas y las representaciones cartográficas que muestran las interacciones de entre los distintos espacios, destacando las diferentes intensidades entre ellos. Se trata de ordenar el espacio y potenciar sus virtudes, en lugar de reconstruir a partir de un vacío, que ahora entendemos es una falacia.
El autor destaca la importancia de la continuidad territorial como factor que favorece la diversidad biológica, creando redes de islas y corredores para representar esta idea. Aunque el autor reconoce que la representación de los límites del tercer paisaje no puede traducir objetivamente su potencial, sí puede sugerir que estos límites constituyen un espesor biológico a menudo más rico que los espacios que los separan.
Gilles Clément considera los jardines un terreno privilegiado del cambio continuo y, en particular, esos jardines involuntarios y salvajes, creados por voluntad de la naturaleza.
En los suelos abandonados, donde la inventiva es posible, pueden desarrollarse plantas que escapan a los jardines razonados y que serán bautizadas por el autor como especies vagabundas.
Para Clément, los terrenos baldíos simbolizan “la pérdida de poder del hombre sobre la naturaleza”. Los terrenos baldíos se convierten en experimentos para el paisajista y por supuesto jardinero.
“Las plantas pioneras, las que son capaces de vivir en un medio ingrato, son, de hecho, frágiles; fuera de este medio, mueren. La riqueza no les conviene […] Cuanto más pobre es el jardin, hay más posibilidades de encontrar especies excepcionales. ”14
Clément. G (2021). El jardín en Movimiento. Barcelona: Editorial GG, pp 18-19
F.10 Proyecto Jardins de l’Arche, Gilles Clément
“Las plantas no solo eran hermosas cuando florecian, también cuando no lo hacían […] Esta lucha entre lo bello y lo no bello es lo que me gusta […] belleza en la muerte; belleza en la descomposición; belleza en lo inesperado […] Cada uno vive su vida para descubrir que es la verdadera belleza […] Para descubrirla en cosas que en un primer vistazo no son hermosas. Ver cosas que antes no veían.”
Piet Oudolf , Five Seasons Film, 2017Durante el ensayo hemos explorado la tensa relación existente entre los vacíos urbanos y el paisaje que los envuelve. Al aventurarnos en estos lugares abandonados, hacemos un esfuerzo consciente por alterar nuestra percepción del entorno, socialmente excluído y descubrir en ellos un valor en potencia. Los paisajes residuales son verdaderos oásis contenedores de una diversidad biológica autóctona única. Las capacidades transformadoras y resilientes de la naturaleza, alcanzan su máximo rendimiento cuando habitan un paisaje no contaminado, confiriendo al territorio la capacidad de reconstruirse y evolucionar. Allí se producen ciclos orgánicos ajenos a los ritmos artificiales de la ciudad, dando a la naturaleza la oportunidad de organizarse según su propia dinámica, en beneficio de los seres vivos que la componen y no del capricho organizador del espacio urbano humano.
Para abordar esta cuestión desde una perspectiva más emocional, nos hemos puesto en la piel del caminante que explora estos terrain vagues y apoyamos nuestro análisis en el pensamiento de SoláMorales. También hemos aprendido de las herramientas paisajísticas de cuidado y preservación de la biodiversidad que Giles Clément aplica sobre el tercer paisaje . Así llegamos a una solución para hacer que estos territorios inservibles dentro de la estructura urbana actual sean útiles y formen parte del tejido de la ciudad. En el jardín encontraremos la cura para estas amnesias urbanas. Al fomentar la creación de jardines salvajes e involuntarios, haciendo referencia al jardín en movimiento que explica Clément, actuamos sin necesidad de una intervención constructiva, utilizando elementos ya presentes, cargados de identidad que han pasado desapercibidos debido a la mirada contaminada que el hombre sobremoderno tiene hacia ellos.
¿Qué mejor opción para un contexto cambiante y fluctuante como la era sobremoderna que el jardín en movimiento?
Giles Clément, basándose en la observación de la naturaleza y estudio de los ciclos estacionales de las plantas, toma decisiones en sus modelos de jardines adaptándose a las condiciones que el espacio baldío le brinda. Otro ejemplo es el trabajo de Piet Oudolf, quien utiliza herramientas de jardinería basadas en la cromática esatcional de las plantas , que bíen combinadas, consiguen jardines de gamas impensables. Ambos han modificado su forma de percibir el paisaje, adaptándose a lo que el lugar está demandando, reconstruyendo el concepto que tenemos de belleza, persiguiendo nuevos cánones, haciendo participe al ecosistema que nos permite habitar estos espacios, de los que nos creemos dueños.
Llegamos a la conclusión de que el futuro más prometedor para los espacios residuales se logrará cuando seamos capaces de valorarlos y respetarlos por lo que son, sin intervenir impulsivamente para embellecerlos o mejorarlos. Esto solo será posible si la sociedad y la arquitectura aprenden a percibir estos lugares de una manera más consciente y reflexiva.
Imagina un gran jardín, repleto de posibilidades; Un jardín en forma de pequeñas islas donde cada cual es distinta de la otra; será diferente cuando la recorras por primera vez, diferente cuando la mires a lo lejos en invierno o haya florecido la primavera en ella; un jardín infinito, esparcido como manchas de tinta que colorean una ciudad que ahora respira allí donde le faltaba el aliento; presente en las faldas de las carreteras, haciendo ahora nuestro camino al trabajo más atractivo; ubicados a los pies de infraestructuras que nos conectan, creando senderos seguros para pasear por allí los domingos; surgen entre medias de torres de oficinas, creando un espacio merecedor de ser vivido por el urbanita. Vacíos, que aún estándo vacíos, viven ahora dentro de la densidad de las ciudades, cargados de vivencias que les hacen ser merecedores de llamarse lugar.
F.11 Tipologias de especies autóctonas escogidas para el proyecto “ Polen” , elaboración propia.
La movilidad ha convertido nuestras ciudades en lugares fragmentados y desconocidos. Estamos atrapados en un mar de asfalto que sofoca nuestras urbes. Pero hay solución: una estrategia verde de curación urbana. Transformaremos los espacios abandonados y olvidados, como las faldas de las carreteras y los nudos viales, en oasis de vegetación que oxigenen y alivien las áreas contaminadas de la ciudad. Valoraremos el vacío y veremos la ausencia de uso como una oportunidad .
Convertiremos estos lugares hostiles y contaminados en espacios verdes que desahoguen y oxigenen la ciudad. Estudiaremos las carreteras para repoblarlas con vegetación que cumpla su función sin perjudicar a los insectos . Utilizaremos plantas anemófilas en las medianas para evitar desastres naturales; En parques y espacios baldíos, seleccionaremos plantas suculentas para los polinizadores, creando paraísos urbanos donde puedan habitar; Las vías de carretera se percibirán como barreras protectoras y delimitadoras de islas ecosistémicas, brindando aire limpio y animando a los peatones a explorarlas; El protagonismo se dará al viandante, relegando a los vehículos a un segundo plano. Ejemplos de como intervendremos en infraestructuras de transporte se pueden encontrar en el nudo de carreteras de la M-502, que separa el Parque Casa de Campo de nuestra parcela.
El proyecto “Polen” se desarrolla en el territorio abandonado de Campamento, en la antigua zona militar de la Comunidad de Madrid. Repoblaremos este espacio baldío con vegetación autóctona, creando un bosque que permita a los animales recuperar sus hogares. Generaremos una red de áreas verdes conectadas, priorizando la movilidad de los polinizadores. Nuestro objetivo es revitalizar y repoblar la Comunidad de Madrid con pequeñas actuaciones.
Crearemos un bosque autóctono basado en un estudio detallado de la vegetación más adecuada. Proveeremos sombra y refugio a los insectos mediante árboles altos y frondosos. Incluiremos vegetación húmeda cerca de las áreas acuáticas para que las abejas puedan
obtener agua. También agregaremos arbustos que separen las colmenas según su atracción para las abejas. Estas plantas servirán como puntos de referencia y ayudarán a las abejas a regresar a la colmena.
La vegetación arbórea y las flores silvestres seleccionadas exhibirán una paleta de colores estacionales, ofreciendo un atractivo visual durante todo el año.
La parcela cuenta con desniveles que proporcionan un espacio protegido para cultivar nuestras flores. Los arroyos de “Valchico” y “Meaques”, provenientes de la laguna de “Valchico”, aportarán la humedad necesaria. Seleccionaremos plantas silvestres, autóctonas y ricas en polen y néctar. Las combinaremos según la estación para obtener diferentes tipos de miel. También hemos estudiado cuándo podar las flores para mantener siempre algunas en flor y utilizar los tallos podados como refugio para abejas solitarias .
Buscamos rejuvenecer y naturalizar los espacios urbanos para recuperar la forma orgánica de nuestro territorio. Queremos habitarlo en lugar de conquistarlo y destruirlo . Preservaremos e incrementaremos las poblaciones de insectos polinizadores, especialmente las abejas, a través de enfoques arquitectónicos.
La estructura del proyecto se compone de dos mundos: uno para los polinizadores y otro para los visitantes y humanos . Materializado en un edificio de hormigón sólido que alberga diferentes espacios conectados por un corredor iluminado. Esta planta se conecta con la superior a través de patios de luz que funcionan como espacios de circulación vertical. En la parte inferior se llevarán a cabo actividades relacionadas con la producción e investigación apícola. En la planta superior, tres volúmenes de policarbonato albergarán una tienda de miel, un centro de apicultores y una exposición dedicada a las abejas. Separados por una plaza que da la bienvenida a los visitantes de Polen y les permite disfrutar de vistas panorámicas del paisaje natural creado a partir del vacío. Una oportunidad para contemplar y volver a mirar donde antes ya habíamos mirado.
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