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El Goodwill no existe; las marcas sí
Mientras que el Goodwill es un concepto general y abstracto concebido para referirse al sobreprecio que se paga al comprar una empresa por encima de su valor patrimonial, las marcas son activos concretos cuyo valor se puede estimar con precisión. Desde el punto de vista contable el término ‘goodwill’, que en español se traduce como crédito mercantil, se concibió para definir algo que era difícil de precisar. De hecho, en la doctrina y normas contables en general, tanto en Colombia como en otras latitudes, el ‘goodwill’ se define como “el valor adicional pagado en la compra de un ente económico activo sobre el valor en libros o sobre el valor calculado o convenido de todos los activos netos comprados…” (Decreto 2650 de diciembre 29 de 1993 – Plan Único de Cuentas). Esta definición atribuye ese valor adicional al “…reconocimiento de atributos especiales tales como el buen nombre, personal idóneo, reputación de crédito privilegiado, prestigio por vender mejores productos y servicios y localización favorable”. En otras palabras, se están echando en un gran saco los más variados atributos de un negocio desde su buen nombre y reputación hasta la ubicación favorable de su establecimiento de comercio. Estos atributos no son otra
cosa que una serie de activos intangibles que en vez de haber sido adquiridos, han sido formados a lo largo del tiempo y por ello no están reflejados en los Estados Financieros. Su valor solamente se materializa en la contabilidad cuando se hace una transacción de compra-venta del negocio en marcha, lo cual también tiene repercusiones en el campo tributario y financiero, que se han empezado a reconocer. En los actuales tiempos de convergencia a estándares internacionales de contabilidad el ‘goodwill’ sigue siendo un concepto vago. La NIIF 3 reconoce el ‘goodwill’ en combinaciones de negocios y lo denomina “plusvalía” para referirse al activo que representa los beneficios económicos futuros que surgen de otros activos adquiridos en una combinación de negocios, que no están identificados individualmente ni reconocidos de forma separada. Nuestra hipótesis es que ese valor adicional que se paga al adquirir una empresa se asocia con los activos intangibles formados a lo largo del tiempo, cada uno de los cuales se debe poder identificar y valorar con precisión. Antiguamente y así lo evidencian aun hoy algunas normas contables, la generación de valor se atribuía exclusivamente al uso pro-
Boletín 117 - Enero 2016
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