Passerelles n°1 - Microfinanzas y cambio climatico

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Pa ­­ sse relles

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Mayo 2015 ISSN : 2354-5445 N° 1

Revista de enlace entre el mundo de la investigación y el campo

Microfinanzas y Cambio Climático


African Microfinance Week Dakar, SENEGAL 29 June - 3 July 2015

The annual meeting for microfinance professionals in Africa www.microfinance-africa.org

The African Microfinance Week 2015 is organised by the African networks AMT, AFMIN, AFRACA and MAIN, and is supported by ADA, the Government of Senegal and the Government of the Grand Duchy of Luxembourg.

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10/04/2015 15:58:13


Microfinanzas y Cambio Climático

Contenido

Preámbulo Joaquim Monteiro

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Introducción ¿Puede la Microfinanciación contribuir de forma importante al desarrollo sostenible? Sophie Wiesner

Editor ADA asbl 39, rue Glesener L-1631 Luxembourg Tél.: +352 45 68 68 1 Fax: +352 45 68 68 68 www.ada-microfinance.org RCS Luxembourg F 199 CCPL IBAN LU64 1111 1189 2705 0000

Cambio climático y microfinanciación Una emergencia que gestionar, una oportunidad que aprovechar Marc Bichler

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El rendimiento medioambiental de las IMF en América Central en un contexto de cambio climático Davide Forcella, Juana Ramirez, Marion Allet

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Mitigación del cambio climático y estrategias de adaptación

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Metodología

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Medioambiente y Microfinanzas: ¿Quién hace qué?

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Evolución en el rendimiento medioambiental entre 2011 y 2014 en América Central

Sensibilización de las IMF respecto a las políticas de protección del medio ambiente: ¿un impulsor de un buen rendimiento medioambiental y de la buena gobernanza de las IMFs?

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Conclusión

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Dos países, dos instituciones y una preocupación común Cuando las instituciones de microfinanzas deciden volverse ecológicas

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Entrevista con CARD Filipinas

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Entrevista con FUNDECOOPERACIÓN Costa Rica

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Copyright: ADA, Mayo 2015 © Fotos: ADA, Daniel Tiveau, Olivier Girard, Felix Sorger © Foto portada: Pablo Tosco Realización gráfica: Cropmark Impresión: Imprimerie Centrale

Con el apoyo financiero:

Bajo el Alto Patrocinio de S.A.R. la Gran Duquesa María Teresa de Luxemburgo

ADA lleva a cabo su misión gracias al apoyo del Ministerio de Cooperación para el Desarrollo y Acción Humanitaria luxemburgués.

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Microfinanzas y Cambio Climático

Preámbulo

Establecer la agenda para una nueva cooperación global Joaquim Monteiro *

2015 es uno de esos años en los que las reuniones de alto nivel parecen sucederse a un ritmo increíble. Este año marca la última fase de los históricos Objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas, que fueron acordados por los líderes de todo el mundo hace 15 años. Ha habido un progreso importante a la hora de cumplir los objetivos, sin embargo, todavía queda mucho por hacer. Para la adopción de la agenda de desarrollo post2015, la ONU prepara en Nueva York una Cumbre Mundial del 25 al 27 de septiembre. La cumbre estará precedida por la Tercera Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo, que se celebrará en Addis Abeba, Etiopía, del 13 al 16 de julio. Lo que se espera de la conferencia es un resultado intergubernamental, negociado y acordado, que deberá constituir una importante contribución y apoyo a la implementación de la agenda de desarrollo post-2015. En concreto, el Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon, considera “crucial para asegurar una ambiciosa agenda post-20151” la canalización de una corriente de efectivo de los sectores público y privado hacia iniciativas de desarrollo sostenible.

A nivel europeo, el 2015 se ha denominado “Año Europeo del Desarrollo”. Por primera vez en la historia, se debatirá sobre la acción exterior de la UE y el papel de Europa en el mundo. Además de iniciativas globales, el desarrollo sostenible requiere acción por parte de todos los interesados. Por ello, en este número de “Passerelles” tratamos de proporcionar al lector algunas ideas sobre las investigaciones en curso y las oportunidades ligadas a la Microfinanza Verde e intentamos responder parcialmente a la pregunta: “¿Qué papel pueden jugar las microfinanzas en la lucha contra el cambio climático?”. Lejos de ser una lista exhaustiva, Passerelles ofrece a los lectores algunas perspectivas seleccionadas sobre el tema e invita a aquellos interesados en compartir sus experiencias y puntos de vista a enviar sus comentarios a través del sitio web de ADA.

Finalmente, a nivel global, tendrá lugar en diciembre en París la 21ª sesión de la Conferencia de las Partes (COP) de la CMNUCC2. Se espera mucho de la COP21 en términos de resultados, especialmente unos objetivos claros y ambiciosos para hacer frente al cambio climático y garantizar así un desarrollo sostenible para todos.

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Joaquim Monteiro, Responsable I&D, ADA

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http://www.un.org/apps/news/story.asp?NewsID=50519#.VSfWWJNZsZM

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Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático

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¿Puede la Microfinanciación contribuir de forma importante al desarrollo sostenible? Sophie Wiesner *

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n 1987, la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (conocida como la Comisión Brundtland) definió el desarrollo sostenible como el desarrollo que satisface las necesidades de la generación actual sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus necesidades1. Este concepto de sostenibilidad da prioridad a las necesidades de las personas pobres y vulnerables y subraya las limitaciones de los recursos naturales a la hora de satisfacer estas necesidades. No solo hace referencia a los aspectos económicos y sociales del desarrollo, sino también a los medioambientales y, en este sentido, relaciona el ámbito del desarrollo con los de la microfinanzas y el cambio climático. Desde los primeros tiempos, cuando el centro de la financiación inclusiva2 eran el microcrédito y el rendimiento o ingresos de las micro empresas, hasta la actualidad, cuando las disposiciones sobre micro ahorros, micro seguros y muchos otros servicios financieros se centran en las oportunidades y opciones de los hogares con bajos ingresos; las microfinanzas se ha considerado como una herramienta para promover el desarrollo.

1

Véase Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (1987), pág. 4; El informe puede descargarse en: http://www.undocuments.net/our-common-future.pdf.

2

Definimos financiación inclusiva como el abanico de productos y servicios financieros disponibles para poblaciones marginadas y de bajos ingresos que están excluidas del sistema bancario tradicional. Empleamos indistintamente, como sinónimos, los términos “financiación inclusiva” y “microfinanciación”.

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Sophie Wiesner, Encargada de proyecto I&D, ADA

Sin embargo, en los últimos años las microfinanzas también han sido consideradas como una herramienta para hacer frente al cambio climático. Los financiadores de la microfinanciación otorgan cada vez más importancia al rendimiento financiero, social y medioambiental de las instituciones de microfinanzas (o a la meta triple de resultados integrada por los beneficios, las personas y el planeta). Los proveedores de microfinanzas están apostando por lo verde a través de la financiación de soluciones ligadas a las energías renovables y con bajas emisiones, de proyectos ligados a la agricultura adaptativa o de la gestión de recursos a nivel comunitario. Las iniciativas locales de microfinanciación se inscriben, por tanto, en marcos nacionales, internacionales y globales para el desarrollo y el cambio climático. No obstante, ¿pueden las microfinanzas realmente contribuir de manera significativa al desarrollo sostenible así como lo define la Comisión Brundtland? El presente número de “Passerelles” trata de arrojar algo de luz sobre esta cuestión y examina tanto las oportunidades como los desafíos en esta empresa.


Microfinanzas y Cambio Climático

CAMBIO CLIMÁTICO, DESARROLLO Y MICRO­ FINANCIACIÓN – 3 CAMPOS INTERCONECTADOS Países en vías de desarrollo y gente pobre/vulnerable más afectados por cambio climático

Cambio climático

Desarrollo

Complementariedad antes que contradicción entre cambio climático y desarrollo

Mitigación de los retos Adaptación a las consecuencias

Desarrollo económico (Producción, ingresos, bienestar) Desarrollo humano (Oportunidades, libertad, bienestar)

MF como herramienta para afrontar el cambio climático

SOSTENIBILIDAD Papel clave para agricultura

MF como herramienta de desarrollo Cooperación Norte-Sur y SurSur en términos de desarrollo y microfinanciación

División Norte-Sur en cuestión de enfoques ante el cambio climático

Microfinanzas Financiadores proporcionan apoyo financiero y técnico a las IMF IMFs proporcionan servicios financieros y no financieros a empresas, hogares y comunidades

Figura 1: Cambio climático, desarrollo y microfinanzas como dominios interrelacionados (Sophie Wiesner)

Cambio Climático En primer lugar, debe reconocerse que las dinámicas del cambio climático, el desarrollo y las microfinanzas se interrelacionan y refuerzan mutuamente a nivel macro, meso y micro. Como ya estableció el Informe Stern de 2006 y también confirmó la investigación académica durante los últimos años, hay una clara evidencia de que el cambio climático es obra del ser humano y no solo presenta un grave riesgo a nivel mundial sino que exige respuestas rápidas a nivel mundial3. La cantidad enorme de emisión de gases de efecto invernadero4 conduce al calentamiento climático, a la desaparición de los glaciares y al aumento de los niveles del mar; implica fenómenos atmosféricos extremos, inundaciones y sequías y también afecta a nuestros ecosistemas (incluyendo la fauna, flora y microorganismos). No obs-

tante, además de los problemas que afectan al medio ambiente como tal, el cambio climático también ocasiona problemas que atañen a las actividades económicas (especialmente ligados a la agricultura) y al bienestar humano (incluyendo la nutrición y la salud). Algunas de estas consecuencias ya se dejan sentir en algunas partes del mundo5. Las medidas de mitigación tratan de reducir los riesgos del cambio climático limitando las emisiones de gases de efecto invernadero a corto y medio plazo. Por otro lado, las medidas de adaptación tratan de reducir el impacto del cambio climático adaptando la vida a las nuevas condiciones en el medio y largo plazo. Por lo tanto, deben combinarse las iniciativas individuales en un planteamiento integrado que no consista únicamente en la formulación de estrategias y en la implementación de planes de acción, sino que

también incluya la respectiva financiación de un año a otro y durante las próximas décadas. Es imprescindible la implicación del sector público y privado (también en régimen de asociaciones público-privadas) y de la sociedad civil, aunque llegar a acuerdos y ponerlos en marcha no resulte tarea fácil6.

Desarollo Existe una clara separación Norte-Sur a la hora de abordar el cambio climático, que ralentiza de forma importante el proceso. Mientras algunos países desarrollados (y especialmente algunas economías emergentes) ya participan activamente en acciones climáticas, algunos países en vías de desarrollo reclaman su “derecho a contaminar” para impulsar la industrialización. Sin embargo, también existe una estrecha cooperación Norte-Sur (y Sur-Sur) en términos de desarrollo, lo que podría acelerar las actividades. Los países en vías de desarrollo (y por tanto las personas pobres y vulnerables) son los más afectados por el cambio climático, pero los países desarrollados ofrecen experiencias históricas de leapfrogging (saltar etapas), tanto en términos de industrialización como de acción climática. Por tanto, los objetivos para abordar el desarrollo económico y humano y el cambio climático, no deben entrar en conflicto sino que pueden ser complementarios.

3

Puede consultarse el Informe Stern en http:// webarchive.nationalarchives.gov.uk/+/http:/ www.hm-treasury.gov.uk/independent_reviews/ stern_review_economics_climate_change/ stern_review_report.cfm. El último informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC por favor ver (2015)) incluye información sobre la investigación reciente sobre el cambio climático y se pueden descargar en http://www.ipcc.ch.

4

Los gases de efecto invernadero son todos aquellos gases que atrapan en la atmósfera la radiación infrarroja, incluyendo el dióxido de carbono (CO2) y el metano. Véase CGAP (2009).

5

Véase Rippey (2009).

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Ejemplos de este tipo de iniciativas, véase la Conferencia de las UN sobre el cambio climático (2014).

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Suele considerarse que el desarrollo económico (entendido como el crecimiento de la producción, los ingresos o el bienestar) solo es posible sobre la base de un uso extensivo de energía y de una explotación del medio ambiente. Sin embargo, si no adoptamos ahora las medidas necesarias7, a medio y largo plazo el sector industrial dejará de contar con los recursos necesarios para crecer y no se podrá seguir impulsando. Los beneficios económicos de la acción climática superan con creces los costes económicos. A cambio, el desarrollo humano (entendido como el aumento de las oportunidades, opciones y bienestar) ni siquiera puede concebirse sin la acción climática, ya que nuestra calidad de vida (y la satisfacción de nuestras necesidades más básicas, como respirar aire limpio, beber agua limpia y encontrar comida) depende de modo decisivo de la integridad de nuestros ecosistemas8. En especial es la agricultura la que más influye en el bienestar humano y es también la agricultura la forma más importante de actividad económica en los países en vías de desarrollo. Es un canal básico a través del cual se transmite el impacto del cambio climático y es el núcleo del desarrollo y de las microfinanzas.

Microfinanzas Las personas en zonas rurales remotas, dedicadas a la agricultura, se exponen a riesgos elevados, y las microfinanzas (incluyendo ahorros, crédito, seguros y otros servicios financieros) es una herramienta importante para la gestión de los riesgos. No obstante, las respectivas comunidades en los países en vías de desarrollo también son el centro de la innovación en cuestión de acción climática y la microfinanciación les permite acceder y utilizar con este fin nuevos productos.

7

Para conocer los indicadores sobre el desarrollo económico, véase http://data. worldbank.org.

8

La definición del desarrollo humano en términos de oportunidades, opciones y libertades se retrotrae al libro de Sen (1999). Para conocer los indicadores sobre el desarrollo humano, véase http://hdr.undp.org.

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Para obtener más información sobre el micro leasing, véase Deelen et al. (2003)

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8

Para obtener más información véase Allet (2012), SOS Faim (2014)

Cf. Allet (2012)

La oferta de las instituciones de microfinanzas incluye capital circulante para micro emprendedores, para la producción, distribución o mantenimiento de productos verdes; préstamos pequeños y medianos a los hogares para la compra de estos productos (aunque cada vez cobra mayor importancia el leasing9); así como la enseñanza y formación sobre nuevas tecnologías. De esta forma, los proveedores hacen uso de su probada experiencia para atender a este segmento del mercado, de sus vínculos en toda la cadena de mercado y también de sus fondos (específicamente dedicados a proyectos “verdes”). Junto a las acciones externas, es decir, en término de la oferta a los clientes de productos y servicios verdes, las IMF también emprenden acciones internas, es decir, en términos de sus propias emisiones o gestión de recursos10.

A cambio, los donantes e inversores de las microfinanzas proporcionan fondos y asistencia técnica a las instituciones de microfinanzas y promueven el rendimiento “verde” de las IMF. De esta forma contribuyen a la consolidación y credibilidad del movimiento y fomentan la competencia en el sector con respecto a la acción climática11. Pero, en realidad, no se trata únicamente de instituciones de microfinanzas introduciendo la gobernanza y gestión para “ser verdes” o de financiadores esforzándose en términos de su propio consumo de energía y de gases de efecto invernadero, ya que cada uno de nosotros debería empezar a pensar de forma diferente y a actuar de forma inmediata.

Contenido y estructura Este primer número de “Passerelles” examina la microfinanzas y el cambio climático desde una perspectiva de la práctica y de la investigación, analiza las oportunidades y retos en el desarrollo sostenible a nivel macro, meso y micro; y presenta a los actores, iniciativas e ideas clave. Un primer artículo escrito por Marc Bichler, Embajador en Misión Especial del Ministerio de Asuntos Exteriores de Luxemburgo para el Cambio Climático, presenta la agenda política con respecto al desarrollo sostenible para 2015 y más allá. Su artículo se centra en las necesidades de financiación de la acción climática, así como en los métodos para hacer frente a estas necesidades. Se tiene en cuenta la experiencia pasada de las microfinanzas a la hora de atraer fondos, definir objetivos y probar resultados; y el artículo también analiza el futuro potencial de la microfinanzas en lo que respecta a la acción climática. Un segundo artículo escrito conjuntamente por Marion Allet, Davide Forcella y Juana Ramírez, expertos en el campo de las microfinanzas y el cambio climático, analiza una muestra de instituciones de microfinanzas con respecto a sus motivos

para “ser verdes”, a su oferta en términos de productos y servicios energéticos, así como a su gobernanza y gestión medioambientales. El artículo identifica los motores clave, actores principales y tendencias generales con respecto a las microfinanzas y al cambio climático y se centra concretamente en el contexto centroamericano. Finalmente, la última parte de la revista está dedicada a las experiencias de dos IMF: Fundecooperación de América Central/Costa Rica y CARD Bank del sudeste asiático/Filipinas. Las entrevistas proporcionan información sobre los distintos contextos de los países y sobre la situación de una pequeña ONG especializada en microfinanzas, así como de un gran banco de microfinanzas propiamente dicho. Parece haber similares lecciones aprendidas con respecto a microfinanciación y cambio climático, pero es clave una estrecha colaboración entre investigación y práctica para convertirlas en posibles caminos para el futuro y por tanto aprovechar las oportunidades y dominar los retos del desarrollo sostenible. El actual número de “Passerelles” trata de contribuir a esta colaboración y al intercambio entre investigadores y profesionales.


Microfinanzas y Cambio Climático

Referencias Allet, M. (2012): “Why Do Microfinance Institutions Go Green?”, CEB Working Paper, 12/015, 2012. http://www.solvay.edu/working-papers#WP2012 Deelen, L., Dupleich, M., Othieno, L., and Wakelin, O. (2003): Leasing for Small and Micro Enterprises - A Guide for Designing and Managing Leasing Schemes in Developing Countries (Ed.) Robert Berold, International Labor Organization. IPCC (2015): Climate Change 2014 - Synthesis Report. http://www.ipcc.ch. Rippey, P. (2009): “Microfinance and Climate Change: Threats and Opportunities”, CGAP Focus Note, 53, March 2009. http://www.cgap.org/ publications/microfinance-and-climate-changethreats-and-opportunities Sen, A. (1999): Development as Freedom, Oxford: Oxford University Press. SOS Faim (2014): « Une microfinance de plus en plus verte : tendance lourde ou effet de mode ? », zoom microfinance, 42, Septembre 2014. UN Climate Change Conference (2014): Amaray – Energía y desarollo para zonas rurales, edición especial, Lima COP20/CMP10, New York: United Nations. WCED (1987): Report of the World Commission on Environment and Development: Our Common Future, New York: United Nations, World Commission on Environment and Development. http://www.un-documents.net/our-common-future. pdf. Stern, N. (2006): Stern Review: The Economics of Climate Change, Cambridge: Cambridge University Press. http://webarchive.nationalarchives.gov. uk/+/http:/www.hm-treasury.gov.uk/independent_ reviews/stern_review_economics_climate_change/ stern_review_report.cfm

Further links http://data.worldbank.org http://hdr.undp.org

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Cambio climático y microfinanciación

Una emergencia que gestionar, una oportunidad que aprovechar Marc Bichler *

hombre, y la inacción ante este fenómeno supone una actitud irresponsable de cara a las futuras generaciones que corren el riesgo de sufrir daños irreversibles en el medio ambiente. En la actualidad ya se ha determinado que el cambio climático tiene orígenes antropogénicos y, por fortuna, todavía no es tarde para reaccionar.

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a lucha contra los efectos del cambio climático no es solo conveniente, sino necesaria, incluso indispensable. Esta advertencia no es nueva, como tampoco lo es la llamada a la acción urgente que, para ser eficaz, debe ser global y coordinada. Por supuesto una reacción internacional cuyo objetivo sea contrarrestar los efectos del cambio climático, ya sea a través de medidas de mitigación o de medidas de adaptación, supone un coste considerable. ¿Cuáles son las posibles fuentes de financiación que pueden soportar este coste? ¿Se pueden extraer lecciones de la financiación innovadora introducida por las microfinanzas? ¿Pueden servir de inspira-

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http://www.ipcc.ch/home_languages_main_ spanish.shtml

ción los enfoques existentes en las finanzas inclusivas? Desde 1988, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) estudia las diferentes formas de cambio climático para conocer mejor sus causas, las consecuencias que tienen y las formas más eficaces para evitarlas. En su Quinto Informe de Evaluación1, cuyas diferentes partes fueron publicadas entre 2013 y 2014, los expertos científicos, en un intento de divulgación, presentaron un resumen a la atención de los responsables políticos y económicos. El mensaje del IPCC sigue siendo alarmante: el cambio climático se está produciendo ante nuestros ojos, es en gran parte resultado de la acción del

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Está ganando terreno una nueva idea que considera que la lucha efectiva contra los efectos del cambio climático no tiene por qué expresarse necesariamente en términos de limitaciones e inconvenientes. Más allá de los cambios de comportamiento en cada individuo, que deben implicar una actitud responsable en relación al medio ambiente, al igual que a nivel de las colectividades, una acción determinada para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de forma sustancial puede igualmente generar oportunidades económicas y de inversión insospechadas. El IPCC estima que para estabilizar las concentraciones equivalentes de CO2 hasta 2100, las inversiones en la producción de energía baja en emisión de carbono y en eficiencia energética en los sectores del transporte, la industria y el inmobiliario podrían aumentar varios cientos de miles de millones al año hasta 2030. Por este motivo, los expertos han concluido que las sinergias potenciales entre la financiación internacional de la gestión del riesgo de las catástrofes naturales y la acción de adaptación están lejos de ser explotadas a fondo. Es probable que ocurra lo mismo en lo que respecta a las oportunidades de inversión en actividades de mitigación (mitigation) de los efectos del cambio climático que buscan ante todo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Marc Bichler, Embajador de Luxemburgo para asuntos de cambio climático


Microfinanzas y Cambio Climático

La necesidad de actuar, científicamente demostrada, constituye en sí misma razón suficiente para activarse; estas perspectivas de oportunidades económicas y financieras que pueden presentarse como parte integrante de una acción climática activa añaden un nuevo y significativo elemento motivador para actuar. En efecto, la responsabilidad ante las generaciones futuras unida a una perspectiva de ‘crecimiento verde’ puede constituir un motor potente para llevar a cabo la transición de un modo de vida y de producción alimentado por la energía fósil a uno alimentado por la energía renovable. Como tantas otras veces, el paso de la teoría a la práctica pasa por una financiación adecuada y sostenible, sobre todo si (como ocurre con la lucha contra el cambio climático) el compromiso debe ser a largo plazo. En cualquier caso, la hipótesis que relaciona la acción climática a oportunidades económicas surgió para satisfacer a un nuevo tipo de inversor financiero que, a falta de una cualificación más precisa, se define como inversores que pueden acomodarse a rendimientos financieros menos espectaculares siempre que se pueda demostrar el impacto medioambiental o social positivo de sus inversiones. Cabe mencionar que es precisamente este tipo de inversor el que, desde los años 90, se interesa cada vez más en la inversión microfinanciera. ¿Existe la posibilidad de que la microfinanciación juegue un papel importante en la lucha contra el cambio climático? Para responder a esta pregunta, es necesario conocer cuáles son los desafíos que se plantean (I), quiénes son los actores implicados (II) y cuáles son los medios e instrumentos necesarios para desarrollar con éxito la misión de mantener el calentamiento global por debajo de los 2ºC con respecto a los niveles preindustriales (III). En base a esta información, se podrá analizar si es posible (y en qué medida) que el microcrédito, su transformación en microfinanzas y el paso hacia las finanzas inclusivas contengan enseñanzas útiles para la financiación de la acción climática (IV).

Los desafíos El quinto informe de evaluación del IPCC no deja apenas duda sobre la amplitud de los desafíos que plantea el cambio climático. Para los científicos, la influencia del hombre en el clima es evidente y las recientes emisiones de gases de efecto invernadero de origen humano son las mayores de la

historia. Los recientes cambios del clima ya han tenido un amplio impacto en los sistemas humanos y de la naturaleza. La predicción del IPCC para el futuro, en base a los análisis de los datos disponibles, establece que más emisiones de gases de efecto invernadero causarán un calentamiento global aún mayor así como cambios duraderos en todos los componentes del sistema climático. Estos cambios aumentarán la probabilidad de impactos graves e irreversibles para el hombre y sus ecosistemas, especialmente en términos de seguridad alimentaria. ¿Cómo reaccionar? - El IPCC considera que adaptarse a los efectos del cambio climático y su mitigación constituyen dos estrategias complementarias para reducir y gestionar los riesgos del cambio climático. Reducciones sustanciales de las emisiones a lo largo de las próximas décadas pueden reducir aún más los riesgos climáticos en el siglo XXI y más allá. Pueden incrementar las posibilidades de una adaptación efectiva, reducir los costes y desafíos de la mitigación a largo plazo y contribuir a vías climáticas resistentes hacia un desarrollo sostenible. ¿Cómo empezar? - Los expertos del IPCC reconocen que hay múltiples opciones con respecto a las medidas de adaptación y mitigación, pero insisten en que una opción considerada de forma individual nunca funcionará. Una implementación efectiva de multitud de medidas debe hacerse a costa de las políticas y la cooperación a todos los niveles, y podrá ganar en eficacia a través de un enfoque integrado que vincule la adaptación y la mitigación a otros objetivos sociales, como por ejemplo una mejor gobernabilidad, elecciones de vida alternativas, actividades y empleos con beneficios sostenibles, el apoyo a la innovación y por tanto la inversión en tecnología e infraestructuras sanas desde un punto de vista medioambiental. Por tanto, los expertos del IPCC recomiendan de forma algo más alentadora elecciones políticas y medidas adecuadas a todos los niveles: internacional, regional, nacional y local. Son especialmente las políticas en favor del desarrollo tecnológico, la difusión y transferencia de los conocimientos así como de la financiación de respuestas al cambio climático las que pueden completar y reforzar la eficacia de las políticas de adaptación y mitigación. Existen múltiples oportunidades para conectar la mitigación, adaptación y otros objetivos sociales mediante respuestas integradas. Para ello es necesario aproximar a los actores

competentes a estructuras de gobierno sólidas y disponer de capacidades y medios de envergadura, incluyendo los medios financieros.

Los actores indispensables Así como la complejidad de los desafíos del cambio climático impide hacerle frente con un único tipo de acción o medida, queda claro que una multitud de actores son llamados a formar parte del plan con el fin de conjugar sus conocimientos técnicos, pericias y experiencias varias e identificar las medidas que prometen ser eficaces, formularlas con cabeza e implementarlas de forma eficiente, es decir, con un efecto positivo, al menor coste posible y a su debido tiempo y en su debido lugar. Un enfoque multidisciplinario (multistakeholder approach) bien coordinado parece el más prometedor. Por otra parte, no hay que olvidar que se trata de aportar respuestas adecuadas a un fenómeno de orden mundial, de ahí la naturaleza eminentemente internacional de la tarea. En efecto, el IPCC consideró la cooperación internacional como crucial para una adaptación y atenuación eficaces de los efectos del cambio climático. La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC)2 es el principal foro multilateral en el que 195 Estados miembros discuten sobre el cambio climático. Las Conferencias de las Partes (COP) formales constituyen momentos clave en el calendario de la CMNUCC. En estos momentos, como en diciembre de 2014 en Lima3 (Perú), los responsables políticos de los gobiernos nacionales y los representantes de organismos internacionales implicados entablan conversaciones y llevan a cabo negociaciones para definir las medidas que deben adoptarse para luchar contra el cambio climático. Se adivina fácilmente la complejidad de estas discusiones entre unos socios con expectativas tan diferentes, por ejemplo un pequeño estado insular del Pacífico en vías de desarrollo cuyo territorio nacional está amenazado por la subida del nivel de los océanos, un país nórdico con una economía y un sentido ambiental fuertemente desarrollados

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http://unfccc.int/portal_espanol/items/3093.php

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http://unfccc.int/portal_espanol/items/3093.php

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o incluso un país de economía emergente que, como China, acaba de sacar de la pobreza a cientos de millones de habitantes a través de una fuerte industrialización alimentada por la energía fósil. Las realidades que viven cada día los ciudadanos y dirigentes políticos y las expectativas que presentan en una negociación internacional sobre un tema cuya urgencia es admitida por todos, están tan alejadas unas de otras que no es de extrañar que el camino hacia un acuerdo importante sobre los objetivos que deban fijarse para el periodo posterior a 2020 sea tan lento. En la actualidad, las miradas se centran en los trabajos preparatorios para la COP214 de la CMNUCC, que tendrá lugar en diciembre de 2015 en París para determinar las reglas internacionales en vigor en materia de lucha contra el cambio climático. Hasta entonces, se está desarrollando de forma multilateral, bilateral y en el seno de grupos regionales como la Unión Europea, una intensa actividad de negociaciones más o menos formales para maximizar las oportunidades de alcanzar un consenso y asegurar así el éxito de la conferencia. El reto es importante. Estamos hablando del estado en el que dejaremos el planeta en herencia a las generaciones futuras, los intereses económicos son considerables y algunos jefes de estado nos recuerdan que la supervivencia económica, incluso física, de poblaciones enteras está amenazada. Para tener en cuenta los comportamientos pasados y las capacidades actuales de contribuir al esfuerzo internacional, en el marco de las negociaciones internacionales se aplica el principio de la responsabilidad común pero diferenciada. Este principio reconoce que los países en vías de desarrollo, en comparación con los países industrializados, han emitido muy pocos gases de efecto invernadero durante los últimos ciento cincuenta años, pero corren el riesgo en la actualidad de ser los más afectados por los efectos del cambio climático. Ello supone una mayor responsabilidad del mundo industrializado que en la actualidad todavía no ha sido aceptada de buen grado. El nivel de las ambiciones nacionales o regionales que los Estados proclamarán en los próximos meses dirá mucho acerca de las oportunidades de éxito de la COP21 en París.

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http://www.cop21.gouv.fr/es

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https://sustainabledevelopment.un.org/index. php?menu=1558

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No obstante, solo los compromisos de los gobiernos (por muy importantes que sean) no son suficientes para adecuar la gran coalición multidisciplinar necesaria para hacer frente a la complejidad del desafío que supone el cambio climático. Junto a los estados, la sociedad civil organizada y especializada en materia medioambiental y climática se ha implicado durante muchos años en un incansable esfuerzo de sensibilización de las poblaciones con el fin de explicar que además de la responsabilidad de los gobiernos, también cuenta el compromiso de cada individuo. En este sentido, el trabajo de las ONGs y de las asociaciones es tremendamente importante ya que solo el buen entendimiento del desafío y de las soluciones puede promover una actitud individual más responsable y el consecuente cambio en el comportamiento. Junto a estados y sociedad civil, el sector privado tiene evidentemente un hueco importante en la contribución a estimular y apoyar la transición de la energía fósil a la energía renovable. Además, cabe señalar los motivos tan diferentes de los distintos actores a la hora de actuar: los gobiernos deben preocuparse de la seguridad física y alimentaria de sus poblaciones y de la seguridad energética necesaria para que marchen sus economías; la sociedad civil adopta a menudo un enfoque ascendente y hace un llamamiento al sentido de ciudadanía global de todos y el sector privado caminará en la dirección correcta solo cuando los emprendedores e inversores reconozcan las oportunidades económicas y financieras de la transición energética y dispongan de los medios para aprovecharlas. En aras de una aceptación a todos los niveles, es importante que la acción climática internacional derive y tenga en cuenta las diferentes formas de compromiso. Lamentablemente, la cuestión de la financiación de esta acción climática ocupa un lugar central en el debate.

Los medios e instrumentos para tener éxito Es necesario tener una idea de las necesidades financieras antes de pretender responder a los modos y medios de financiación de la acción climática. En lo relativo a la acción climática internacional, las necesidades de financiación son ilimitadas, por así decirlo. Lo que a primera vista parece una exageración, no refleja otra cosa que una realidad que determina que, así como ocurre en general en el ámbito del desa-

rrollo sostenible, es necesario razonar en términos de proceso y no en términos de etapas sucesivas con un punto final de llegada. Las necesidades de financiación no se irán diluyendo con el tiempo sino que, como mucho, cambiarán en función de las realidades y de los nuevos datos. Lo que a primera vista se presenta como una interminable labor de Sísifo, en realidad traduce una oportunidad ya que ¿qué sería de este mundo si de repente alcanzara la meta final que es su desarrollo? Las necesidades de financiación para lograr el reto de una lucha eficaz contra los efectos del cambio climático de traducen en biliones de dólares (trillions of dollars) y corre el riesgo de escapar al entendimiento incluso de los más osados. El IPCC espera unas necesidades de financiación adicionales por un valor de cientos de miles de millones solo durante el periodo hasta 2030. En su informe del 8 de agosto para la ONU, el Comité Intergubernamental de Expertos sobre Financiación y Desarrollo Sostenible5 estimó que el orden de magnitud de las necesidades adicionales de inversión para los escenarios de desarrollo sostenible compatible con el clima se cifra en varios biliones de dólares (several trillions of dollars) al año. Durante el Foro Económico Mundial se adelantó una cifra de 6 biliones de dólares al año solo para cubrir las necesidades de los próximos 16 años en lo que respecta a infraestructuras. Christiana Figueres, Secretaria Ejecutiva de la CMNUCC, confirma estas estimaciones y sugiere que la comunidad internacional debe al menos triplicar sus esfuerzos financieros para intentar mantener el calentamiento global por debajo de los 2ºC con respecto a los niveles preindustriales. Más allá de estos importes que desafían a la imaginación, es crucial recordar que el coste de la inacción superaría con creces aquel de una acción internacional concertada. Esto es evidente para los países más pobres, pero también lo es para los países industrializados para los que un retraso en la implementación de la acción de mitigación de los efectos del cambio climático se traduciría ineludiblemente a medio y largo plazo en mayores costes para proceder a la transición hacia una economía con bajo consumo de carbono. También cabe recordar que se trata de una aspiración de carácter planetario y debe concebirse a largo plazo, a lo largo de los próximos cincuenta años y probablemente más allá. Por tanto se trata de la responsabilidad de múltiples generaciones, que por tanto debe compartirse y diferenciarse, no solo geográficamente, entre los estados industrializados


Microfinanzas y Cambio Climático

y los países en vías de desarrollo, sino también a través de los siglos. Dicho esto, probablemente haya que hacer un esfuerzo de abstracción para trocear esta ambición y el esfuerzo que requiere su realización para que resulte digerible. Sin duda es necesario si queremos examinar los papeles que pueden asumir los diferentes actores tradicionales y no tradicionales de la financiación del desarrollo sostenible, y especialmente el papel que pueden jugar las microfinanzas y las finanzas inclusivas ante el desafío de la financiación de la acción climática. Afortunadamente, es obligado constatar que en la actualidad el número de actores susceptible de intervenir en este plan es mayor que nunca y que se han desvanecido distinciones tradicionales algo artificiales entre las ventajas comparativas del sector público y privado. A este respecto, debemos felicitarnos por el reconocimiento a nivel de Naciones Unidas, de la OCDE y de la Unión Europea, de la identificación de fuentes innovadoras para el desarrollo sostenible y la financiación de la acción climática (incluido en el sector privado) no solo como una necesidad sino como una esperanza. Así lo demuestran extractos de tres documentos clave: el documento final The Future We Want de la Cumbre de Río+20, del 11 de septiembre de 2012; la comunicación A decent Life for All: From Vision to Collective Action, de la Comisión Europea, del 2 de julio de 2014 y el Informe Final del Open Working Group (OWG) de la Asamblea General de la ONU, del 19 de julio de 2014: • Reconocemos la necesidad de una movilización importante de recursos provenientes de múltiples fuentes y del uso eficiente de la financiación para promover el desarrollo sostenible... [cambio climático]: Reconocemos la importancia de movilizar fondos de una variedad de fuentes, públicas y privadas, bilaterales y multilaterales, incluyendo fuentes de financiación innovadoras, para fomentar a nivel nacional acciones adecuadas de mitigación, medidas de adaptación, desarrollo tecnológico y la transferencia y el desarrollo de capacidades en los países en vías de desarrollo. –Río+20, The Future We Want (septiembre 2012). • La movilización de recursos financieros también será fundamental. Dados los retos a los que se enfrenta el mundo, es necesario un uso completo de todos los recursos disponibles (nacionales y extranjeros, públicos y privados...) A medida que continúan las discusiones

sobre la financiación de un marco posterior a 2015, se hace necesario un enfoque integral e integrado para financiar la erradicación de la pobreza y el desarrollo sostenible. – Comunicación de la Comisión Europea (julio 2014) • Para promover el desarrollo sostenible es necesaria una movilización importante de recursos de diversas fuentes y el uso efectivo de la financiación. – Informe Final del OWG (julio 2014) En su resumen de los debates de la Cumbre sobre el Cambio Climático del pasado 23 de septiembre en Nueva York, el Secretario General de la ONU, Ban KiMoon, señaló el papel central que juega la financiación en el esfuerzo internacional por mantener el calentamiento global por debajo de los 2ºC: “Para mantenerse dentro del reto de los 2º centígrados, es imprescindible movilizar fondos públicos y privados suficientes para mantener un crecimiento bajo en carbono y adaptado al clima.” En su informe del 8 de agosto de 2014, el Comité Intergubernamental de Expertos sobre la Financiación del Desarrollo Sostenible de la ONU presentó el siguiente análisis estratégico: “Las fuentes financieras pueden dividirse en cuatro categorías: sector nacional público, nacional privado, internacional público e internacional privado. El reto para los políticos es canalizar e incentivar una mayor cantidad de estas fuentes diversas y descentralizadas para convertirlas en inversiones deseadas en desarrollo sostenible.” Por su parte, la Comisión se hace eco de esta visión de las cosas y menciona más específicamente la parte que debe aportar el sector privado en la financiación de la lucha contra el cambio climático y del desarrollo sostenible así como su propia disponibilidad a comprometerse en una negociación seria y concreta para intentar que estas oportunidades de inversión se hagan realidad: “El sector privado aguarda señales claras del Acuerdo de 2015. Queremos discutir con otras partes cómo hacer que las inversiones se produzcan de forma oportuna. El papel del sector privado debe reconocerse expresamente en el Acuerdo de 2015 (pero no como un sustituto de la financiación pública). La financiación pública debe continuar donde haga falta y actuar como catalizador de inversiones. Para proceder a una transformación consistente con el reto de los 2ºC es imprescindible crear el contexto adecuado para la inversión pública y privada.”

Por tanto, se están multiplicando las señales de una mayor comprensión de las necesidades indispensables para organizar la financiación eficaz del desarrollo sostenible y de la acción climática. En la actualidad, el potencial de un recurso determinado a nuevas colaboraciones público-privadas ha sido bien aceptado en las declaraciones de intenciones de los políticos, incluyendo a nivel de la futura presidencia francesa de la COP21 que señala en su Nota Climat: “Será fundamental la financiación innovadora con un elevado efecto palanca para los actores privados. La financiación privada será tan indispensable como la pública.” El propio presidente francés, François Hollande, precisó durante el Coloquio Internacional sobre el Clima y la Energía, celebrado en París el 3 de diciembre de 2014, que “debemos financiar un futuro sin carbón. Sin lugar a duda, tendremos que imaginar nuevos recursos y las contribuciones que deben hacerse a la transición energética.” Frente a las declaraciones de intenciones de los políticos, el estudio Landscape for climate finance 20146 de la Climate Policy Initiative transmite al menos dos mensajes, uno más bien alentador y el otro una llamada a la cruda realidad. En efecto, el estudio muestra que en los últimos años muchos de los actores susceptibles de interesarse por la financiación de la acción climática ya se encuentran activos en este campo: gobiernos, instituciones financieras de desarrollo nacionales y multilaterales, fondos de inversión, grandes empresas e incluso los particulares. Lo que aún deja mucho que desear son los importes entregados o invertidos. Apenas 331 mil millones de dólares (cifras de 2013), (¡28 mil millones menos que en 2012!) se han invertido en actividades de lucha contra los efectos del cambio climático, una gota de agua en el océano de necesidades que se cuentan por trillones. Ante todo, lo que frena los flujos más importantes de financiación es la ausencia de interfaces eficaces entre los inversores, por un lado, y los proyectos susceptibles de recibir inversión, por otro. A este respecto, vale la pena recordar cómo a partir de los años 90 las instituciones de microfinanzas comenzaron a tener acceso a los mercados de capitales para refinanciarse. También es necesario recordar las conclusiones positivas y negativas que pudieron extraerse al respecto.

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http://www.climatefinancelandscape.org/?gclid= COLR3NSZ68MCFQGe2wodpJEAgg

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¿Tienen hueco las micro­ finanzas en la lucha contra el cambio climático? Los actores de las finanzas inclusivas y de las microfinanzas que están listos para invertir, a su nivel, en la lucha contra el cambio climático, no deben dejarse impresionar demasiado por las enormes cantidades de dólares y euros en juego. Por el contrario, deben saber que a nivel macro, los instrumentos de deuda ya cuentan con una amplia popularidad ante los inversores institucionales, mientras que la afluencia de activos en capital sigue siendo modesta. Ahora bien, la experiencia de las últimas décadas muestra que a menudo las instituciones de microfinanzas en los países en vías de desarrollo necesitan dos formas de inversión para trabajar y crecer. Además, entre 2012 y 2013, el flujo de fondos para la lucha contra el cambio climático de los países industrializados hacia los países en vías de desarrollo se redujo en ocho mil millones de dólares, situándose en 34 mil millones. Esto es tan lamentable como el informe de 2013 de la ONU sobre el estado de los países menos avanzados, que identifica, entre otras, la necesidad de sistemas de financiación especiales para los pequeños campesinos, así como para las pequeñas y medianas empresas, que son clientes potenciales de las instituciones de microfinanzas. Es necesario este recordatorio de la realidad puesto que es necesario presentar un cuadro honesto de la situación actual: el terreno exige todavía en gran medida una rehabilitación (incluso en sentido literal en lo que respecta a las inversiones en proyectos de reforestación que buscan crear nuevos sumideros de carbón) pero para que los proyectos piloto tengan éxito es necesaria su difusión y mejora a través de mayores inversiones. Además, las metodologías para documentar de forma probatoria el impacto medioambiental de un proyecto dado se están ajustando con el fin de proporcionar al inversor un balance del impacto de su inversión, que complementa al informe financiero tradicional. El trabajo llevado a cabo, por ejemplo, por la Global Impact Investing Network (GIIN)7 va justamente en este sentido.

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http://www.thegiin.org/cgi-bin/iowa/home/index. html

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En este contexto, es evidente que todavía se subestima el papel de los pequeños campesinos y de las pequeñas y medianas empresas en la lucha contra el cambio climático y en la adaptación a sus efectos. Efectivamente, el pequeño productor agrícola que cuenta con los medios financieros para abastecerse de semillas e insumos y para participar en iniciativas de almacenamiento del grano recolectado gestiona mejor su riesgo y contribuye a la seguridad alimentaria de la población. De esta forma, de alguna manera se adapta a condiciones meteorológicas cada vez más duras, consecuencia del cambio climático, que amenazan la regularidad de las cosechas de una agricultura que depende de las lluvias. El sector de la pequeña y mediana empresa es aquel que ve florecer iniciativas innovadoras para la producción de energía renovable. Sobre la base de modelos económicamente viables, se hacen posibles proyectos locales aislados o incluso pequeños proyectos que alimentan las grandes redes eléctricas, que apuestan por la electricidad fotovoltaica, eólica, hidráulica o incluso geotérmica, y cambian el día a día de las poblaciones más pobres, especialmente en las zonas remotas que los proveedores tradicionales no abastecen. El impacto social de dichos proyectos en las poblaciones es inmediato y evidente: mejor calidad de vida, mejores condiciones de trabajo y estudio, descenso de enfermedades (especialmente respiratorias) debidas al humo de los fogones para cocinar, descenso del número de quemaduras e incendios, fuente de energía segura para recargar teléfonos móviles que a menudo son el único vínculo con el resto del mundo. El impacto medioambiental reside sobre todo en la bajada del consumo de energía de origen fósil, como el gasóleo, que se emplea para el funcionamiento de generadores de electricidad obsoletos y de alto consumo que a menudo son caros y contaminantes. El recurso a la energía renovable también reduce el consumo de madera para cocinar, iluminar y calentar, contribuyendo de este modo a la reducción de la deforestación de los escasos bosques de la zona del Sahel, por ejemplo. Es evidente que el acceso a fuentes de energía renovable, como la adquisición de un panel solar o de un horno solar, tiene un coste y los medios de los clientes beneficiarios son limitados. Aquí es donde pueden ser útiles los conocimientos de las instituciones de microfinanzas. Ya sea a través de instrumentos de microcrédito, microahorro, microseguro o microleasing;

las instituciones de microfinanzas son muy conscientes de la sostenibilidad económica indispensable que debe existir en la base de cualquier actividad de microfinanciación. Su papel de acompañante, junto a aquellos clientes que prefieren adquirir un equipo que utilice energía renovable en vez de consumir energía fósil, no debe subestimarse en términos de formación y asesoramiento. Asimismo, en los eslabones iniciales de la cadena económica, frente a los productores de energía renovable o a los revendedores de tales equipos, es muy valiosa la pericia y experiencia de las instituciones de microfinanzas, sobre todo el conocimiento que tienen de su clientela. Las instituciones de microfinanzas contribuyen a crear un entorno favorable que permite ampliar las actividades de producción y comercio de energía renovable desde abajo mediante esa apertura a estos otros actores de la cadena de valor de la producción y del consumo de energía renovable. En necesario alentarles para que den un paso más y busquen un contacto con las autoridades de regulación de los mercados de la energía, al igual que los profesionales de las microfinanzas han comprendido que a pesar de los obstáculos que les puedan imponer, los bancos centrales pueden convertirse en aliados objetivos en aras de una finanza inclusiva. En efecto, normas prudenciales, la supervisión y la seguridad jurídica son instrumentos poderosos para crear un clima de confianza necesario para el inversor y el cliente. Al establecer de forma determinada una red de múltiples actores con pericias y tradiciones muy distintas pero unidos por un mismo objetivo de puesta en marcha de un sistema de alimentación energética sostenible, la acción de base (iniciada, por qué no, por una institución de microfinanzas) puede unirse a las estrategias y políticas sectoriales nacionales para obtener una plusvalía sin precedentes. Una vez más, es necesaria una pizca de realidad. Por muy eficaz que pueda resultar el trabajo en una red coordinada, no debe subestimarse el esfuerzo y el tiempo necesarios para ponerlo en marcha y hacerlo funcionar. A menudo las pequeñas estructuras, como aquellas de las instituciones de microfinanzas, resultan muy dinámicas para hacer que progrese el alma de su trabajo, pero no cuentan con tiempo para este tipo de redes complicadas y costosas. Puede ser de gran valor la ayuda por parte de sus socios externos (por ejemplo, cooperaciones bilaterales y multilaterales o socios filántropos) como elemento de unión entre


Microfinanzas y Cambio Climático

los agentes sobre el terreno y los políticos y reguladores. La necesidad de interfaces útiles repercute por una parte en los inversores que están listos para financiar acciones climáticas y, por otra, en los promotores y directores de proyectos con falta de medios financieros para trabajar, funcionar y crecer. Es aquí donde se pueden extraer lecciones de las microfinanzas. En primer lugar, no perjudica recordar que la viabilidad económica del proyecto es esencial. Toda inversión con ánimo de lucro debe producir al final de la cadena de financiación una actividad que genera ingresos, a falta de los cuales se ve amenazado el reembolso del capital invertido y, por consiguiente, el pago de los intereses convenidos. Mientras que los inversores en microfinanzas a menudo exigen la prueba del impacto social, cada inversión en una acción climática requiere una documentación precisa sobre su impacto medioambiental. Una vez más, de nada sirve ocultar la verdad: medir y comunicar estos impactos sociales o medioambientales para demostrar un doble (incluso un triple) resultado para una inversión concreta, tiene un coste que debe bien integrarse en el modelo financiero, bien cubrirse mediante una fuente de financiación paralela. Si en un futuro cercano los inversores apuestan en mayor número por inversiones que resulten atractivas por su rendimiento financiero razonable y, al mismo tiempo, por su impacto social o medioambiental, habrá que felicitarse por ello pero poniendo atención en evitar (como ocurre en microfinanzas) que estos nuevos flujos financieros se conviertan en la víctima de su propio éxito. Existe el riesgo objetivo del exceso de liquidez de los instrumentos financieros que deben implementarse y es necesario prever escenarios en los que las capacidades de absorción a nivel de los proyectos de acción climática no se desarrollen al mismo ritmo que el flujo de los fondos que se les destina. Por ejemplo, los gestores del Green Climate Fund8 son plenamente conscientes de ello. Se trata de un fondo multilateral que deberá contar con un capital de 100 mil millones de dólares de aquí a 2020 y que fue creado por Naciones Unidas para financiar acciones climáticas en los países en vías de desarrollo. Se impone una programación regular y sostenida de acciones climáticas apropiadas. Parece que lo más apropiado es identificar y formular aquellos proyectos realistas y eficaces, implicando al máximo a los futuros beneficiarios y respetando las elecciones

estratégicas sectoriales de los respectivos países de acogida.

Conclusión Es difícil en 2015 no incluir las discusiones sobre el papel de las microfinanzas y las finanzas inclusivas en favor de la acción climática en el contexto de las negociaciones internacionales que deben culminar en diciembre de 2015, durante la 21ª Conferencia de las partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). El objetivo de la conferencia es definir un nuevo marco para la acción climática internacional para el periodo posterior a Kioto9 e incluir los compromisos nacionales que los 195 Estados Partes de la conferencia adoptan para luchar contra el cambio climático más allá de 2020. Al Gran Ducado de Luxemburgo le corresponde un papel especial en este contexto ya que preside el Consejo de Ministros de la Unión Europea del 1 de julio al 31 de diciembre de 2015 y tendrá, entre otras, la obligación de coordinar la postura europea con respecto a la cuestión del cambio climático así como defenderla durante la negociación internacional. Luxemburgo, que cuenta con sus propios desafíos en materia de reducción de la emisión de gases de efecto invernadero y de eficiencia energética, podría optar por hacer valer una de sus ventajas comparativas, especialmente en la cuestión central de la financiación de la acción climática. Constituyen ventajas en este contexto, por una parte, la proximidad de socios potenciales importantes tales como el Banco Europeo de Inversiones o la segunda industria más importante del mundo en cuanto a fondos de inversiones y, por otra parte, un compromiso internacional durante mucho tiempo en favor de una financiación honesta del desarrollo sostenible y de la lucha contra el cambio climático. También podría considerarse una ventaja en este contexto el apoyo continuo de Luxemburgo durante las dos últimas décadas a la evolución de las microfinanzas y de las finanzas inclusivas así como la experiencia acumulada al respecto. Para concluir, cabe constatar que el desafío del cambio climático está mundialmente reconocido en la actualidad y que las amenazas inherentes se entienden mejor que nunca. Además, ya no se rechaza categóricamente la importante participación del hombre en el origen del calentamiento global, especialmente a través de las exce-

sivas emisiones de gases de efecto invernadero. En respuesta, se han identificado con claridad las medidas de atenuación y mitigación de los efectos del cambio climático y ya no hay duda sobre la necesidad de una puesta en marcha coordinada e integrada de estas medidas para obtener una reacción eficaz en nuestro propio interés y en el de las generaciones futuras. Afortunadamente, aunque ya sean las doce de la noche menos tres minutos10, todavía hay tiempo de actuar siempre que se haga rápidamente y de forma coordinada y global. La adversidad contra la que debemos luchar ya se ha identificado, las alianzas entre estados, sociedad civil y sector privado ya se consideran indispensables, si es que aún no son efectivas, y la financiación del arsenal de medidas que deben implementarse se encuentra en la primera fila del debate internacional. Con respecto a esta última cuestión, la historia de las microfinanzas (especialmente los esfuerzos que han permitido a las instituciones de microfinanzas tener acceso a los mercados de capitales) está plagada de enseñanzas para crear nuevas coaliciones en forma de asociaciones público-privadas y para conseguir la financiación necesaria. Como ocurre con las microfinanzas, la viabilidad económica de los proyectos que serán financiados es crucial, pero en el contexto de la lucha contra el cambio climático, su impacto medioambiental y social también lo son. Conforme al espíritu de las finanzas inclusivas y a través de alianzas entre los productores de energías renovables y las autoridades y reguladores públicos, a los profesionales del sector microfinanciero les faltará tiempo para detectar las oportunidades de valorizar sus conocimientos, sobre la base de análisis sólidos de las necesidades de sus clientes para ayudarles en su desarrollo sostenible contribuyendo a la lucha contra el cambio climático.

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http://news.gcfund.org/

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En relación al Protocolo de Kioto en virtud del cual se establecieron en 1997 los objetivos climáticos que se debían alcanzar a lo largo de dos fases de compromisos sucesivos (20082012 y 2013-2020). Según el reloj del fin del mundo del Boletín de los Científicos Atómicos de la Universidad de Chicago.

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El rendimiento medioambiental de las IMF en América Central en un contexto de cambio climático Davide Forcella, Juana Ramirez y Marion Allet *

Este documento presenta una interpretación del papel de las IMF en el apoyo a los sistemas de protección medioambiental en un contexto de cambio climático. Se centra en el análisis de las prácticas medioambientales de la microfinanciación en América Central y en la región del Caribe. El documento diferencia entre la evaluación del rendimiento medioambiental de las IMF y las políticas de gobernanza corporativa contra los riesgos medioambientales tales como el cambio climático. El primer enfoque nos ayudará a entender las prácticas respetuosas con el medio ambiente que las IMF están poniendo en marcha en América Central y cuáles rinden más, mientras el segundo ofrecerá información sobre los marcos políticos o mecanismos de gobernanza corporativa que influyen en las decisiones de los gestores de las IMF con respecto a las prácticas de protección ambiental. El cambio climático y la gestión medioambiental son cuestiones que, en los últimos años, han llamado cada vez más la atención, incluso dentro del sector de las microfinanzas. El tema es cada vez más visible en conferencias, talleres, instrumentos y publicaciones. La cuestión principal que trata este documento es si la cada vez mayor atención que atraen el cambio climático y la degradación medioambiental ha servido para mejorar el rendimiento medioambiental en el seno de las IMF. Es decir, cómo se adaptan las IMF a las amenazas del cambio climático y si están contribuyendo a mitigar el calentamiento del planeta.

Mitigación del cambio climático y estrategias de adaptación. “Las respuestas al cambio climático se estructuran en dos amplias categorías: mitigación y adaptación. La mitigación se centra en reducir la gravedad del cambio climático mediante la limitación de las emisiones de gases de efecto invernadero. La adaptación se centra en tomar medidas que ayuden a la gente a adaptarse a las nuevas condiciones. Muchas acciones tales como promocionar productos de ener-

gía limpia y la innovación agrícola, apoyan tanto la mitigación como la adaptación.”1 Por tanto, vamos a proponer un análisis de las acciones desarrolladas por las IMF de nuestra muestra en términos de mitigación y adaptación para hacer frente al cambio climático. Para ilustrar ambos enfoques, el artículo se centra en la zona geográfica de América Central y el Caribe y se estructura en tres partes distintas. La primera se centra en identificar cuáles son las IMF que se están “volviendo ecológicas”, teniendo en cuenta las respuestas de las IMF a cuestionarios cuantitativos y cualitativos. La se-

Davide Forcella, Associate Researcher at CERMi (Center for European Research in Microfinance) – Université libre de Bruxelles Juana Ramirez, Encargada de proyecto I&D, ADA Marion Allet, Associate Researcher at CERMi (Center for European Research in Microfinance) – Université libre de Bruxelles and Senior Programme Officer at PAMIGA. *

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Rippey Paul, CGAP Focus Note, N°53, marzo 2009

gunda analiza si ha habido una evolución en términos de prácticas y rendimiento medioambiental en la zona geográfica seleccionada, teniendo en cuenta resultados procedentes de datos recogidos en 2011 y 2014. Finalmente, la tercera parte tiene en cuenta tendencias identificadas (a partir de los cuestionarios) y vincula dichas tendencias a los mecanismos de gobernanza corporativa que potencialmente influyen en el rendimiento medioambiental.


Microfinanzas y Cambio Climático

Metodología Nuestras conclusiones se basan en información recogida en 2014 mediante un cuestionario diseñado por ADA2. El cuestionario pretendía crear un inventario de prácticas y herramientas de gestión del riesgo medioambiental utilizadas por las IMF en la región seleccionada. El cuestionario se divide en cuatro secciones y pretende asesorar las intenciones, procesos, productos y prácticas respetuosas con el medio ambiente de las IMF, y fue compartido con IMFs miembros de REDCAMIF, la Red Centroamericana y del Caribe de Microfinanzas3. Por tanto, para recoger datos cuantitativos y cualitativos, se distribuyó el cuestionario a 133 IMFs4 y se realizaron 25 entrevistas cualitativas parcialmente estructuradas con directores de 25 IMFs. Estas últimas se organizaron con aquellas IMF que ya implementan prácticas medioambientales previamente identificadas mediante el cuestionario cuantitativo. Es más, el artículo también se refiere al análisis de los resultados de las IMF de acuerdo con la estructura y metodología del Índice Verde5, una herramienta diseñada para evaluar el rendimiento medioambiental de las IMF. El Índice Verde se establece conforme a 3 dimensiones. La primera se refiere a la estrategia medioambiental formal de la IMF e incluye indicadores tales como tener una política medioambiental oficial como nombrar a alguien para que gestione los temas medioambientales o informe sobre el rendimiento medioambiental. La segunda está ligada a la gestión del riesgo medioambiental. Las IMF pueden examinar sus riesgos internos (su huella ecológica interna) y, por ejemplo, definir mecanismos para reducir el consumo de papel, agua y energía a nivel de sus oficinas. También pueden examinar sus riesgos externos (riesgos medioambientales de las actividades que financian) y decidir utilizar una lista de exclusión para condicionar el acceso al consiguiente préstamo o concienciar a los clientes sobre las soluciones de mitigación. Finalmente, la tercera dimensión se centra en cómo pueden las IMF fomentar las oportunidades verdes, ofreciendo préstamos específicos o formaciones para promover negocios respetuosos con el medio ambiente (tales como las actividades de reciclaje), prácticas verdes (como la agrosilvicultura) o tecnologías verdes (paneles solares, cocinas mejoradas). El análisis comparativo de las respuestas de las IMF tanto al Índice Verde como al Cuestionario de ADA nos permitió, en pri-

mer lugar, identificar las tendencias de rendimiento medioambiental; en segundo lugar, establecer comparaciones con otros estudios que aplican el Índice Verde en Europa y en otros países en desarrollo y, en tercer lugar, aportar más información sobre el entorno político o económico que rige las IMF en América Central.

1. Medioambiente y Microfinanzas: ¿Quién hace qué? La industria microfinanciera es muy heterogénea. Las IMF presentan una gran variedad de perfiles dependiendo de su tamaño, situación geográfica, misión y condición jurídica, que también pueden variar de un país a otro, dependiendo de las exigencias reglamentarias6. Por tanto, analizamos en qué medida esta heterogeneidad influye en la capacidad de una IMF para participar en cuestiones medioambientales. Teniendo en cuenta esta heterogeneidad y unos estudios previos7, se pueden formular las hipótesis siguientes: • Las IMF más grandes tienen mayor probabilidad de tener un mejor rendimiento medioambiental debido al acceso a recursos (financieros o humanos), a economías de escala y a la exposición a la opinión pública. • Las instituciones con ánimo de lucro pueden participar en iniciativas ecológicas para diferenciarse en un mercado competitivo, ofreciendo nuevos productos y tratando de llegar a nuevos clientes.

• Las IMF más antiguas pueden tener un mejor rendimiento medioambiental debido al tiempo y recursos necesarios para formalizar los procesos medioambientales e implementar las iniciativas medioambientales, excepto cuando una organización haya nacido con una misión medioambiental (poco frecuente en la industria MF). • El interés en la conservación del medio ambiente de nuevos actores tales como los donantes o inversores, puede llevar a las IMF a mejorar su rendimiento medioambiental para atender las necesidades de sus actores y, por tanto, garantizar el acceso a más fondos o nuevos fondos. • El mejor rendimiento financiero, la capacidad o posibilidad de subvencionar de forma cruzada las operaciones MF con recursos provenientes de actividades no microfinancieras más rentables

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Puede consultarse el cuestionario en www.adamicrofinance.org

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REDCAMIF representa a asociaciones nacionales de microfinanzas de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá y República Dominicana.

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Las muestras de ADA recogen respuestas de otras 53 en REDCAMIF, visite http://redcamif. org/MFIs. El 45% son ONGs, el 16% son IFNBs, el 8% son bancos y un 6% son uniones de crédito o cooperativas. El 22% son redes u organizaciones de apoyo que no serán tenidas en cuenta en nuestro análisis.

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El Índice Verde es el resultado de la labor de colaboración entre varias organizaciones e individuos que participan en el Grupo sobre Microfinanzas y Acción Ambiental de la Plataforma Europea de Microfinanzas (e-MFP). Ha sido incluido en la nueva versión de la herramienta para los Indicadores del Desempeño Social (SPI14) desarrollada por CERISE (herramienta de referencia para el sector microfinanciero en lo que respecta a normas en materia de responsabilidad social) como módulo opcional sobre rendimiento medioambiental, y se encuentra actualmente en fase de prueba

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Por tanto, las IMF tienen estructuras de propiedad diferentes: pueden ser ONGs orientadas al desarrollo, instituciones o cooperativas privadas. Pueden ser bancos comerciales multinacionales o bancos locales estatales así como redes.

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Allet, M., & Hudon, M. (2015). Green microfinance: Characteristics of microfinance institutions involved in environmental management. Journal of Business Ethics. 126(3), 395-414 y Allet, M. (2014). Why do microfinance institutions go green? Journal of Business Ethics, 122(3), 405–424. Forcella, D., & Hudon, M. (2014). Green Microfinance in Europe. Journal of Business Ethics. Las hipótesis consideradas a continuación son una combinación debatida en estudios previos.

• Las IMF con una misión social más fuerte pueden, por el contrario, participar en causas ecológicas como una de las dimensiones de su rendimiento social. • La condición jurídica de las IMF puede influir en el rendimiento medioambiental. Es decir, es posible que las IMF inscritas como bancos tengan una mejor estrategia de valoración del riesgo medioambiental o gestión del riesgo medioambiental porque se encuentran más vigiladas por las normas medioambientales. • Las ONG con una misión social clara pueden tener un mejor rendimiento en servicios medioambientales no financieros porque se usan tradicionalmente para proporcionar servicios adicionales junto con el crédito suministrado.

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La muestra de ADA recoge respuestas de 53 IMFs de las cuales el 45% eran ONGs, el 16% IFNBs, el 8% bancos y el 6% Uniones de Crédito o Cooperativas. El 22% eran redes u organizaciones de apoyo que no serán tenidas en cuenta en nuestro análisis. Estas IMF operan en 8 países: Costa Rica, República Dominicana, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y Perú (solo 1 IMF). Es importante subrayar desde el principio que nuestro análisis persigue investigar los factores que facilitan o limitan la gestión medioambiental de las IMF. No obstante, no pretendemos (ni podemos a estas alturas) valorar el vínculo causal entre una característica particular y su influencia en el rendimiento medioambiental de la IMF.

Cada una de estas cuatro dimensiones tiene una puntuación que va de un valor mínimo de 0% a uno máximo de 100%. Esta estructura es casi idéntica a la presentada en el índice verde, con la única diferencia que en el índice verde la gestión del riesgo interno y externo se agrupa en una única gestión del riesgo y tiene un peso del 0,5 del índice medioambiental total. El índice de rendimiento medioambiental total tiene una puntuación del 0% al 100%.

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Estas características fueron seleccionadas de acuerdo con dos criterios: su relevancia a la hora de influir en el rendimiento medioambiental de las IMF y la disponibilidad de datos.

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Realizamos dos Test-T sobre las puntuaciones de cada uno de los cinco índices medioambientales con respecto a las cinco características consideradas, sin asumir una variación equitativa de las dos poblaciones, y apoyamos esto con la implementación de una prueba no paramétrica: la prueba Mann-Whitney-Wilcoxon (MWW), muy útil para pequeñas muestras y muestras no aproximativas distribuidas normalmente. Para las variables continuas también realizamos algunos análisis simples de correlación lineal utilizando la correlación Pearson. Apoyamos este análisis con un análisis de correlación no paramétrico empleando la correlación de Spearman y comprobamos si las correlaciones eran significativas. El valor de correlación va de un mínimo de 0 a un máximo de 1.

12

13

También se realizó algún análisis de regresiones econométricas, pero debido al pequeño tamaño de la muestra solo se han usado para comprobar la consistencia de los resultados del análisis de las diferencias de medias. Afganistán, Albania, Armenia, Azerbaiyán, Bangladesh, Benín, Bolivia, BosniaHerzegovina, Brasil, Bulgaria, Burkina, Camboya, Camerún, Colombia, Congo, Costa Rica, Ecuador, Egipto, El Salvador, Etiopía, Georgia, Ghana, Guatemala, Guinea, Honduras, India, Iraq, Jordania, Kazakstán, Kenia, Kosovo, Kirguistán, Líbano, Madagascar, Mali, México, Mongolia, Marruecos, Nepal, Nigeria, Pakistán, Palestina, Paraguay, Perú, Filipinas, RDC, Rumanía, Rusia, Samoa, Senegal, Serbia, Sierra Leona, Sri Lanka, Tayikistán, Tanzania, Gambia, Togo, Uganda y Vietnam. Allet, M., & Hudon, M. (2015). Green microfinance: Characteristics of microfinance institutions involved in environmental management. Journal of Business Ethics.126(3), 395-414.

18

o el acceso a donaciones, pueden tener efectos positivos en el rendimiento medioambiental de la IMF porque pueden proporcionar fondos adicionales necesarios para el desarrollo de nuevos productos o procedimientos medioambientales. • La existencia de una demanda de productos respetuosos con el medio ambiente o necesidades relacionadas, como la falta de acceso de la energía de los clientes, puede motivar a las IMF a volverse ecológicas. Otras características como la situación geográfica, la cultura local, la exposición a la degradación medioambiental, pueden influir en el rendimiento medioambiental. • La población o actividades objetivo, medidas en términos de tamaño medio del préstamo por cliente, puede influir también en el rendimiento medioambiental de la IMF. Las instituciones con un tamaño medio del préstamo inferior pueden tener un menor rendimiento medioambiental que aquellas con mayores préstamos debido al capital necesario para invertir en iniciativas medioambientales o comprar tecnologías más limpias. Seguidamente procedimos a verificar algunas de las hipótesis mencionadas más arriba en nuestra muestra de 53 IMFs de América Central o el Caribe8.

1.1. Consideraciones metodológicas y muestra Para permitir un enfoque comparativo, se evalúa el rendimiento medioambiental de las IMF de América Central y el Caribe de acuerdo con las tres principales dimensiones incluidas en el Índice Verde mencionado más arriba: estrategia medioambiental, gestión del riesgo y oportunidades verdes. La gestión del riesgo puede, a su vez, subdividirse en gestión del riesgo interno y externo, con el fin de realizar un análisis más preciso. También introducimos un índice de rendimiento medioambiental total que simplemente se computa como la media de los cuatro sub-índices anteriores, que debería dar una visión común sobre el compromiso medioambiental de la IMF9.

Para comprobar algunas de las hipótesis proporcionadas, comparamos las puntuaciones de las IMF del cuestionario de ADA con información sobre cinco características10: situación geográfica (país), condición jurídica, edad de la institución, tamaño de la institución (en términos de número de prestatarios activos en 2013) y población objetivo (clientes o actividades medidos en términos de préstamo activo medio por persona en 2013). Se recopiló información adicional del portal MIX Market (MIXM). Desafortunadamente, tan solo 42 de las 53 IMFs que participaron en el cuestionario de ADA informan al MIX Market y solo 37 transmiten toda la información relativa a las cinco características señaladas más arriba. En análisis de si las cinco características influyen en el rendimiento medioambiental de las IMF y de cómo influyen, se hizo en dos pasos. Primero calculamos el valor medio del rendimiento medioambiental en torno a las diferentes dimensiones y de conformidad con las características de la IMF (situación geográfica, condición jurídica, edad, tamaño y número de clientes, extraídas de Mix Market). Los resultados nos permitieron, por un lado, valorar cómo se puede distinguir el rendimiento medioambiental en diferentes tipos de IMF y, por otro, analizar cómo las características de las IMF pueden explicar las tendencias en el fomento o limitación de la puesta en marcha y adopción de procedimientos y productos medioambientales de las IMF dentro de la muestra de IMFs de ADA en América Central. Después analizamos si las tendencias observadas pueden generalizarse y explicar el rendimiento medioambiental de otras IMF similares no incluidas en la muestra de ADA pero que operan en la misma región. Con este fin se llevaron a cabo pruebas estadísticas simples11. Por tanto, si una tendencia observada para una característica de la IMF particular dentro de la muestra de ADA puede extenderse a toda la población de IMFs en la misma zona, denominamos dicho resultado “significativo” para todas las IMF con las mismas características. Si no es el caso, denominamos a la tendencia observada “no significativa”. A nivel empírico, dos estudios previos ya han analizado las características que fomentan o limitan la participación de las IMF en asuntos medioambientales respectivamente en una muestra de 160 IMFs en 59 países en desarrollo12 con información recopilada en 201113 y en una muestra de 58 IMFs que operan en 36 países europeos14 con información recopilada en 201315 (Ver Tabla 3).


Microfinanzas y Cambio Climático

Tabla 1: Características de las IMF en la muestra de ADA Número de observaciones

Min.

Max.

Media

Año de constitución

42

1962

2004

1989

IFNB

40

0

1

22.5%

ONG

40

0

1

57.5%

Banco

40

0

1

10.0%

Unión de Cred. – Coop.

40

0

1

7.5%

Número de prestatarios activos (2013)

37

136

177,951

21,409

Préstamo medio (2013)

37

189

11,757

1799

Tabla 2: Análisis comparativo sobre el rendimiento medioambiental Número de observaciones

Media

IMFs latino­ americanas

IMFs en otros países en desarrollo

IMFs europeas

Rendimiento medioambiental total

42

36.3%

25%

26%

28,3%

Estrategia medioambiental

49

29,6%

25%

26%

18,8%

Riesgo medioambiental interno

45

30,2%

42%

33%

34,1%

Riesgo medioambiental externo

47

45,7%

17%

23%

23,8%

Oportunidades Verdes

49

39,3%

17%

22%

36,5%

Tabla 3: Tabla comparativa de las características de las IMF que influyen en su rendimiento medioambiental Estudio en países en desarrollo (Allet & Hudon 2015)

Estudio en países europeos (Forcella & Hudon 2014)

Estudio en América Central-Caribe (Muestra de ADA 2014)

Tamaño

Las IMF más grandes tienen un mejor rendimiento medioambiental

Las IMF más grandes tienen un mejor rendimiento medioambiental

Las IMF medianas-pequeñas tienen un peor rendimiento medioambiental, las IMF medianas-grandes tienen un mejor rendimiento medioambiental

Edad

Las IMF más viejas tienen un mejor rendimiento medioambiental

Las IMF más viejas tienen un mejor rendimiento medioambiental

Las instituciones jóvenes-de mediana edad tienen un mejor rendimiento medioambiental, las instituciones más viejas tienen peores rendimientos medioambientales

Condición jurídica Los bancos tienen un mejor rendimiento medioambiental

para aquellas con o sin ánimo de lucro no influye en el rendimiento medioambiental

Los bancos tienen un mejor rendimiento medioambiental

Situación geográfica

Las IMF de Europa del este tienen un mejor rendimiento medioambiental en la industria europea

Las IMF de República Dominicana tienen un mejor rendimiento medioambiental

Las IMF de Asia tienen mejor rendimiento medioambiental entre los países en desarrollo

1.2. Análisis de datos Situación geográfica

14

15

Austria, Bélgica, Bulgaria, Chipre, Croacia, República Checa, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Países Bajos, Polonia, Portugal, Rumanía, Eslovaquia, Eslovenia, España, Suecia, Reino Unido, Islandia, Montenegro, República de Macedonia, Serbia y Turquía, Albania, Bosnia-Herzegovina, Kosovo. Forcella, D., & Hudon, M. (2014). Green Microfinance in Europe. Journal of Business Ethics. doi: 10.1007/s10551-014-2452-9.

La figura 1 muestra la puntuación de las cuatro dimensiones medioambientales consideradas y la puntuación del rendimiento medioambiental total por país en que operan las IMF. Hay una clara tendencia de las IMF que operan en República Dominicana a tener mejores puntuaciones, mientras que las IMF en Panamá tienden a puntuar menos en comparación con otros países. No obstante, las IMF en Costa Rica tienen mejores puntuaciones en oportunidades verdes

mientras que son las IMF de Nicaragua las mejores en gestión del riesgo medioambiental externo. Los únicos resultados estadísticamente significativos son: • Las IMF de República Dominicana tie­ nen una mejor estrategia medioam­ biental; • Las IMF de Panamá tienen en térmi­ nos generales peor puntuación en rendimiento medioambiental total, estrategia medioambiental y riesgo medioambiental interno. 19


P­­asserelles – N° 1

Figura 1: Número y porcentaje de IMFs en la muestra de ADA de acuerdo con su situación geográfica

Honduras

República Dominicana

9 17%

Guatemala

Nicaragua

11 20.8%

7 13.2%

El Salvador 5 9.4%

7 13.2%

Costa Rica 10 18.9%

Ya se ha examinado en estudios previos la influencia de la situación geográfica en el rendimiento medioambiental de las IMF. En otros países en desarrollo, en particular las IMF de Asia, tienen un mejor rendimiento medioambiental probablemente debido a tendencias miméticas influidas por líderes como Grameen Shakti16. En Europa se ha examinado17 que las IMF que operan en países de Europa del este tienen un rendimiento medioambiental mejor. Esto se debe probablemente a una mayor competitividad y a menores subsidios en Europa del este en comparación con Europa occidental, lo que implica que las IMF se ven empujadas a diversificar sus productos y a tener más en cuenta su imagen pública. En el caso de las IMF de la muestra de ADA, se puede explicar el mejor rendimiento medioambiental de las IMF de República Dominicana por la alta compe-

16

Allet, M., & Hudon, M. (2015). Green microfinance: Characteristics of microfinance institutions involved in environmental management. Journal of Business Ethics. 126(3), 395-414.

17

Forcella, D. & Hudon, M. (2014). Green Microfinance in Europe. Journal of Business Ethics. Doi: 10.1007/s10551-014-2452-9.

18

Forcella, D., & Hudon, M. (2014). Green Microfinance in Europe. Journal of Business Ethics. doj: 10.1007/s10551-014-2452-9.

20

Panamá 3 5.7%

Perú

Total

1 1.8%

53 100%

titividad. Por tanto, las IMF pueden tratar de diferenciarse de la competencia implementando estrategias medioambientales. Otra explicación para el mejor rendimiento medioambiental podría estar relacionada con normas vigentes y adaptadas en la República Dominicana. Condición Jurídica La figura 3 presenta las puntuaciones para cuatro dimensiones medioambientales y las puntuaciones para el rendimiento medioambiental total de acuerdo con la condición jurídica de las IMF. Parece que las IMF de la muestra que figuran como bancos tienden a tener un mejor rendimiento medioambiental global y en particular para la dimensión de la estrategia medioambiental y gestión del riesgo medioambiental interno y externo. Las IFNB, Uniones de Crédito o Cooperativas tienen mejores puntuaciones en oportunidades verdes. Sin embargo, el único resultado estadístico significativo es: • Las IMF inscritas como bancos tie­ nen una mejor gestión del riesgo medioambiental externo que las que tienen otras condiciones jurídicas.

• Las IMF inscritas como bancos tie­ nen una mejor gestión del riesgo medioambiental interno que las que tienen otras condiciones jurídicas. Este resultado coincide con los hallazgos de IMFs en otros países en desarrollo, según los cuales los bancos tienen un mejor rendimiento medioambiental y puntúan mejor en las dimensiones de estrategia medioambiental y gestión medioambiental del riesgo18. Podría explicarse este resultado por el hecho de que las IMF inscritas como bancos pueden encontrarse más sujetas a las normas medioambientales y, por tanto, es más probable que establezcan procesos para limitar su exposición a riesgos medioambientales, como la adopción de una lista de exclusión o el estudio de los préstamos de acuerdo con criterios medioambientales. Edad de las instituciones La figure 4 muestra las puntuaciones de cuatro dimensiones medioambientales consideradas y la puntuación del rendimiento medioambiental total de acuerdo con el año de la constitución de las IMF de nuestra muestra.


Microfinanzas y Cambio Climático

Puntuaciones para las distintas dimensiones medioambientales

Figura 2: Puntuaciones medias por dimensión medioambiental y por país 0,700 0,600

Estrategia MA Oportunidades Verdes

Riesgo MA interno Rendimiento MA Tot.

Riesgo MA externo

53% 0,500 0,400

41%

40% 36%

35%

31%

0,300

• Las IMF constituidas antes de 1980 tienen peor el rendimiento medioam­ biental, la gestión del riesgo medioambiental interno y las oportu­ nidades verdes;

0,200 11%

0,100 0,000 El Salvador

Honduras

Guatemala

Costa Rica

Panamá

La edad de constitución de la IMF no parece mostrar ninguna tendencia clara hacia un mejor rendimiento para IMFs más viejas o más jóvenes19. Parece que la influencia de la edad de la institución en su rendimiento medioambiental sigue una dependencia no lineal con unas peores puntuaciones de las instituciones más viejas, mientras las instituciones constituidas entre 1990 y 1995 tienen una mejor puntuación. Los resultados estadísticamente significativos son:

Nicaragua

Rep. Dominicana

• Las IMF constituidas entre 1990 y 1995 tienen mejor el rendimiento medioambiental total y la gestión del riesgo externo; Figura 3: Puntuaciones medias por dimensión medioambiental y por condición jurídica Puntuaciones para las distintas dimensiones medioambientales

Países

• Las IMF constituidas entre 1995 y 2000 tienen unas peores oportunida­ des verdes.

0,600 0,500 0,400

40%

37% 32%

0,300

27%

0,200

Estrategia MA Oportunidades Verdes

0,100

Riesgo MA interno Rendimiento MA Tot. Riesgo MA externo

0,000

NBFI

NGO Bank Condición Jurídica

Credi U/Coop

Puntuaciones para las distintas dimensiones medioambientales

Figura 4: Puntuaciones medias por dimensión medioambiental y por año de constitución 0,700 0,600 0,500 42%

0,400 31%

0,300

30%

29%

0,000

19

En efecto, las correlaciones de Pearson y Spearman son bastante débiles (entre 0,2 y 0,3) y la única correlación ligeramente significativa es para la gestión del riesgo medioambiental externo.

20

Mientras en Europa y otros países en desarrollo había una evidente tendencia lineal de instituciones más antiguas con mejor rendimiento medioambiental, en la muestra de ADA la dependencia era más no lineal y en forma de U invertida.

21

Allet, M., & Hudon, M. (2015). Green microfinance: Characteristics of microfinance institutions involved in environmental management. Journal of Business Ethics. 126(3), 395-414

22

Forcella, D., & Hudon, M. (2014). Green Microfinance in Europe. Journal of Business Ethics. doi: 10.1007/s10551-014-2452-9.

Estrategia MA Oportunidades Verdes

0,200 0,100

Este resultado es diferente20 cuando se compara con otros países en desarrollo21 y con Europa22, donde en promedio las instituciones más antiguas tienen un mejor rendimiento medioambiental. En América Central y el Caribe parece que hace falta un cierto grado de madurez para desarrollar un rendimiento medioambiental, pero no el mismo grado de madurez que el de la muestra de IMFs de Europa y de otros países en desarrollo. Estudios realizados para esas muestras argumentan que las IMF maduras invierten los recursos que acumulan, su experiencia y conocimiento de los clientes en desarrollar nuevos productos y procesos. Esto se considera una inversión en cuestiones ambientales. No obstante, una vez aumenta el grado de madurez, las

Riesgo MA interno Rendimiento MA Tot. Riesgo MA externo

8% Less 1980

1980-1985 1985-1990 1990-1995 Años de constitución

1995-2000

21


P­­asserelles – N° 1

El tamaño de las instituciones, medido en términos de número de clientes activos, no parece subrayar una tendencia clara (Figura 5) hacia un mejor rendimiento de las IMF más grandes23. La dependencia del rendimiento medioambiental al tamaño de la institución parece seguir una tendencia no lineal. Las instituciones medianas-pequeñas tienen el peor rendimiento medioambiental global, las instituciones medianasgrandes tienen la mejor puntuación en rendimiento medioambiental global. Los resultados estadísticamente significativos son: • Las IMF que tienen entre 2.500 y 10.000 clientes tienen un rendimien­ to medioambiental, una estrategia medioambiental y una gestión del riesgo medioambiental externo me­ nores; • Las IMF que tienen entre 10.000 y 20.000 clientes en 2013, tienen una mejor gestión del riesgo medioam­ biental externo. Los resultados son distintos de aquellos de otros estudios realizados en otros países en desarrollo y en Europa. En efecto, se concluye que las IMF más grandes tienen un mejor rendimiento medioambiental, especialmente con respecto a su estrategia medioambiental y a la valoración del riesgo medioambiental externo. En América Central y el Caribe parece que se confirma dicha tendencia por parte de las IMF de tamaño medio, mientras que las más grandes no rinden mejor que las otras y las más pequeñas parecen tener

23

24

En efecto, las correlaciones de Pearson y Spearman son bastante débiles (de promedio sobre 0,3 para las diferentes dimensiones medioambientales) y la importancia de dicha correlación es bastante escasa. Las correlaciones estadísticas entre las diferentes dimensiones medioambientales y los préstamos promedio son, en efecto, débiles y negativas y ninguna es significativa.

22

Puntuaciones para las distintas dimensiones medioambientales

Tamaño de las instituciones

Figura 5: Puntuaciones medias por dimensión medioambiental y por número de clientes activos en 2013 0,70 0,60 0,50

45%

0,40

88%

37%

0,30 21%

0,20

Estrategia MA Oportunidades Verdes

0,10

Riesgo MA interno Rendimiento MA Tot. Riesgo MA externo

0,00 Menos de 2500 2500-10000 10000-20000

Más de 20000

Número de clientes activos en 2013

Figura 6: Puntuaciones medias por dimensión medioambiental y por importe medio de los préstamos en 2013 Puntuaciones para las distintas dimensiones medioambientales

IMF de América Central ya no invierten en productos ecológicos. Una posible explicación de este resultado radica en que las IMF maduras tienen más limitaciones a la hora de innovar porque ya han conseguido construir un modelo de negocios bien definido, mientras que las IMF más jóvenes tienden más a la innovación porque necesitan diferenciarse y abrirse camino en el mercado. Sin embargo, es necesario un mayor análisis.

0,600 0,500

45%

0,400 0,300

34% 28%

27% Estrategia MA Oportunidades Verdes Riesgo MA interno Rendimiento MA Tot. Riesgo MA externo

0,200 0,100 0,000 Menos de 500 500-1000

1000-2000

Más de 2000

Importe medio de los préstamos en dólares

un rendimiento medioambiental comparable con el de las IMF de tamaño medio. Estos resultados pueden explicarse por dos factores: las IMF más grandes son más visibles y deben llevar a cabo acciones para responder a las expectativas de donantes e inversores o a la normativa, en particular en términos de gestión del riesgo medioambiental. Las IMF más pequeñas suelen estar más integradas en comunidades locales y observan con más facilidad las cuestiones medioambientales de los clientes, como la degradación y contaminación ambientales, que son las principales amenazas en la región, especialmente en lo que respecta a la deforestación. Objetivo de las instituciones Concluimos con un breve análisis del rendimiento medioambiental de las instituciones en función del importe medio de préstamo por cliente activo en 2013 (Figura 6).

El objetivo es valorar si los clientes objetivo o el promedio de actividades financiadas influye en el rendimiento medioambiental de las IMF. El importe medio del préstamo de las IMF no parece tener una clara influencia positiva o negativa en su rendimiento medioambiental24. La relación entre el importe medio de los préstamos y el rendimiento medioambiental de la IMF parece seguir une tendencia no lineal en forma de U invertida. Las IMF con unos préstamos medios entre 500 y 1.000 dólares tienen un mejor rendimiento medioambiental global, mientras que las IMF con mayores o menores promedios puntúan peor. Esta tendencia parece reproducirse en todas las dimensiones medioambientales excepto en la dimensión de oportunidades verdes que, en lugar de eso, parece seguir una tenencia más lineal por la que las IMF con mayor promedio de los préstamos puntúan mejor.


Microfinanzas y Cambio Climático

Sin embargo, los únicos resultados ligeramente significativos son: • Las IMF con préstamos promedio inferiores a 500 dólares aprovechan menos las oportunidades verdes; • Las IMF con préstamos promedio su­ periores a 2.000 dólares tienen una menor gestión del riesgo medioam­ biental interno. Esta aparente tendencia en nuestro análisis puede interpretarse como el resultado de dos tendencias contrapuestas. Los clientes que solicitan préstamos demasiado pequeños probablemente no tienen recursos, no están sensibilizados o no tienen la posibilidad de comprometerse con dimensiones medioambientales, y las IMF no tienen el interés o la capacidad para investigar sus actividades o proporcionar productos ecológicos adaptados. Por otro lado, las IMF que conceden mayores préstamos suelen preferir centrarse en actividades más rentables y no consideran la adaptación del rendimiento medioambiental como un valor añadido ya que implica costes iniciales. La dimensión de oportunidades verdes es la excepción, ya que se necesitan los recursos necesarios y unos mayores préstamos podrían facilitar la provisión de créditos verdes adaptados. El resultado de estas dos tendencias contrapuestas podría explicar el por qué las IMF de préstamos promedio medianos-pequeños en América Central tienden a tener un mejor rendimiento medioambiental. En otros países en desarrollo se descubrió que las IMF con mayores préstamos suelen tener una mejor gestión del riesgo medioambiental25, probablemente debido a una mayor exposición al riesgo. Por otro lado, se descubrió que en la región europea las IMF que otorgan préstamos no microfinancieros tienden a tener una mejor puntuación, probablemente debido a la responsabilidad de utilizar los recursos provenientes de estos mayores préstamos para subvencionar de forma cruzada productos innovadores más respetuosos con el medio ambiente26. También podría explicarse por la mayor exposición a la opinión pública y a la normativa que obliga a las IMF a adoptar una mejor gestión medioambiental.

2. Evolución en el rendimiento medioambiental entre 2011 y 2014 en América Central

biental primero implementaron acciones muy concretas, como el desarrollo de préstamos verdes o la sensibilización de los clientes en cuanto a los riesgos medioambientales30.

Las cuestiones sobre medio ambiente y cambio climático han recibido en los últimos años cada vez más atención. ¿Ha seguido la industria de las microfinanzas esta tendencia? ¿Se han involucrado cada vez más las IMF en la gestión medioambiental?

Estas iniciativas eran muy a menudo independientes y estaban separadas de sus actividades normales. Solo unas pocas insituciones definían su estrategia medioambiental de manera más formal y sistemática. Los resultados de 2014 muestran que las IMF de América Central parecen prestar más atención a la definición de una estrategia formal para la gestión del medioambiente. A pesar de ello, la proporción de IMFs que dedican personal a la implementación de la estrategia medioambiental o a informar sobre sus prácticas medioambientales ha permanecido igual, cuestionando la importancia para la IMF de una “estrategia medioambiental oficial”.

2.1. Consideraciones metodológicas Las cifras de 2011 se basan en datos extraídos de la base de datos de Allet y muestra los resultados promedio de seis IMFs de cuatro países de Centroamérica (Costa Rica, Guatemala, Honduras y El Salvador)27. La base de datos se creó en marzo-abril de 2011 a través de un cuestionario con IMFs de países en desarrollo, con el objetivo concreto de evaluar su rendimiento medioambiental28. Dentro de la base de datos, 55 IMFs provenían de América latina. Más concretamente, 6 IMFs vienen de cuatro países de Centroamérica (Costa Rica, Guatemala, Honduras y El Salvador) que después se compararon con la información del conjunto de datos de ADA. Con el fin de tener una base común para comparar, seleccionamos indicadores del Índice Verde, presentes en ambas bases de datos. En un paso posterior, decidimos estructurar los indicadores en torno a las dimensiones del Índice Verde, lo que nos permitió identificar una lista de 12 indicadores presentes en ambas bases de datos (véase la Tabla 10 más arriba). Las puntuaciones de cada base de datos fueron analizadas de acuerdo con esta lista de indicadores comparables.

2.2. Resultados a partir de una comparación Los resultados presentados en la Tabla 4 muestran algunas tendencias interesantes29. En primer lugar, una mayor proporción de IMFs en América Central parece definir en 2014 una estrategia medioambiental oficial, comparado con 2011. En efecto, en 2011 se observó que las IMF más pioneras implicadas en gestión am-

El análisis también muestra que las IMF centroamericanas se han esforzado poco en la gestión de sus riesgos medioambientales internos entre 2011 y 2014, mientras que parecen haber incrementado su interés en la gestión de los riesgos medioambientales externos. Este giro en las prioridades podría indicar una mejor comprensión de los desafíos medioambientales a los que hacen frente lo clientes de las microfinanzas y el impacto que pueden

25

Allet, M., & Hudon, M. (2015). Green microfinance: Characteristics of microfinance institutions involved in environmental management. Journal of Business Ethics. 126(3), 395-414

26

Forcella, D., & Hudon, M. (2014). Green Microfinance in Europe. Journal of Business Ethics. doi: 10.1007/s10551-014-2452-9

27

Allet, M., & Hudon, M. (2015). Green microfinance: Characteristics of microfinance institutions involved in environmental management. Journal of Business Ethics. 126(3), 395-414

28

Reúne datos para una muestra de 160 IMFs de 59 países. Se demostró que estas 160 IMFs eran representativas del sector de las microfinanzas en términos de ubicación regional, condición jurídica, tamaño (número de prestatarios), edad media, cartera de riesgos media, rendimiento financiero medio, etc.

29

Estas tendencias permanecen iguales cuando comparamos una muestra más amplia (aunque más heterogénea) de IMFs: la puntuación media de cincuenta y cinco IMFs de América latina (11 países) en 2011 (base de datos de Allet) y la puntuación media de cincuenta y tres IMFs de América Central y Caribe (8 países) en 2014 (base de datos de ADA)

30

Allet, M. (2014). Why do microfinance institutions go green? Journal of Business Ethics, 122(3), 405–424

23


P­­asserelles – N° 1

representar para las IMF, así como la mayor madurez para implementar programas más complejos de gestión ambiental. Para una IMF con intención de gestionar su impacto medioambiental, el comienzo más sencillo es observar los riesgos medioambientales internos: puede “simplemente” concienciar a su personal y establecer una serie de procesos y políticas internos para reducir el consumo de papel, agua o energía a nivel interno, en la sede y en las oficinas. Comenzar a presentar el tema de la gestión medioambiental dentro de una institución es una estrategia positiva. No obstante, puesto que las IMF son proveedores de servicios, su impacto directo en el medio ambiente sigue siendo bastante limitado. Los riesgos medioambientales son más importantes cuando se examinan las actividades financiadas por la IMF. Sin embargo, la gestión de estos riesgos medioambientales resulta más complicada para una IMF ya que requiere el desarrollo

de capacidades en el asesoramiento de los riesgos medioambientales de una serie de microempresas y pequeñas empresas y en el suministro de respuestas adaptadas para mitigar estos riesgos. En 2014, las IMF de América Central parecieron centrarse un poco más en la evaluación de los riesgos medioambientales de los clientes y un poco menos en concienciar al personal sobre la huella ecológica interna. Esta evolución podría indicar que las IMF comienzan a entender que su impacto medioambiental indirecto puede ser mucho más importante que el directo. No obstante, observando más detalladamente las puntuaciones, las IMF de América Central no parecen más implicadas en la sensibilización de sus clientes de lo que lo estaban en 2011 (cerca de la mitad menciona que realizan actividades de concienciación sobre los impactos medioambientales). El cambio más sorprendente es la proporción

de IMFs que ha adoptado listas de exclusión, que va desde un 17% en 2011 a un 56% en 2014. Este cambio podría reflejar un mejor conocimiento del impacto negativo potencial que pueden tener las IMF a través de las actividades que financian, o puede deberse a la influencia de inversores o donantes, quienes podrían estar exigiendo la adopción de una lista de exclusión como requisito. Finalmente, parece que en 2014 hubo una mayor proporción de IMFs centroamericanas implicadas en el fomento de oportunidades verdes. Más concretamente, la proporción aumentó del 25% al 55% con respecto al suministro de préstamos “verdes” que son productos de préstamo específicos dedicados a la financiación de actividades respetuosas con el medio ambiente y de tecnologías de energía no contaminante.

Tabla 4: Evolución del rendimiento medioambiental entre 2011 y 2014 en América Central Estándares del índice verde

Indicadores

Puntuaciones Centroamérica (Allet, 2011) – 6 IMFs

Puntuaciones Centroamérica (ADA, 2014) – 36 IMFs

La institución afronta los temas ambientales mediante una estrategia formal

9%

23%

La institución define e implementa su estrategia ambiental

9%

23%

La institución define su estrategia ambiental

Tiene una política ambiental oficial Define su estrategia ambiental

La institución implementa su estrategia ambiental

31% 0%

Tiene una persona/ personal designado para gestionar cuestiones ambientales Informa sobre las prácticas ambientales de la IMF

15% 17%

La institución gestiona sus riesgos ambientales

33%

33%

La institución gestiona sus riesgos ambientales internos

42%

27%

La institución implementa acciones para reducir su huella ecológica interna

Realiza actividades para sensibilizar a empleados sobre las buenas prácticas en cuanto a consumo de papel, agua y energía, gestión de desechos, etc.

50%

17%

La institución vigila sus riesgos ambientales internos

Hace un seguimiento de la consecución de objetivos cuantitavios para el consumo de papel, agua y energía, gestión de desechos o emisiones de carbono

33%

37%

La institución gestiona sus riesgos ambientales externos

25%

38%

La institución evalúa el nivel de riesgo ambiental de sus clientes

Utiliza herramientas concretas para evaluar el riesgo ambiental de las actividades de los clientes (ficha sectorial, encuestas, etc.)

33%

41%

La institución incluye el nivel de riesgo ambiental como factor en el proceso de aprobación del préstamo

Se niega a financiar actividades peligrosas para el medio ambiente (uso de una lista de exclusión)

17%

56%

La institución vigila los riesgos ambientales externos

Incluye indicadores en el SIG para vigilar el rendimiento ambiental de los clientes

0%

9%

La institución sensibiliza a los clientes sobre el medio ambiente

Realiza actividades como sesiones de formación y discusiones / pega carteles /distribuye panfletos sobre impactos ambientales

50%

46%

La institución fomenta oportunidades verdes

29%

40%

La institución proporciona a sus clientes productos y servicios verdes

29%

40%

25%

55%

33%

25%

La institución ofrece préstamos verdes específicos

Productos de préstamos específicos dedicados a energías renovables y eficiencia energética Productos de préstamo específicos para promover actividades respetuosas con el medio ambiente (por ej. reciclaje, gestión de desechos, agrosilvicultura, etc.)

La institución ofrece servicios verdes no financieros Formación en prácticas o negocios respetuosos con el medio ambiente

24


Microfinanzas y Cambio Climático

En líneas generales, estas tendencias muestran que las IMF de la región comienzan de forma progresiva a darse cuenta de que las cuestiones medioambientales ya no son un tema secundario que deba tratarse únicamente como parte de una política de responsabilidad social corporativa (CSR) limitada, sino que son una cuestión clave que debe integrarse en sus negocios y actividades.

3. Sensibilización de las IMF respecto a las políticas de protección del medio ambiente: ¿un impulsor de un buen rendimiento medioambiental y de la buena gobernanza de las IMFs? Para una organización, la habilidad para definir e implementar metas ecológicamente estratégicas implica que los órganos de gobierno, de gestión y el personal sean, hasta cierto punto, conscientes de las prácticas y técnicas de protección medioambiental. Los datos recogidos de 53 gestores y directores de las IMF que participaron en la encuesta sobre el medio ambiente de ADA en América Central muestran, sin embargo, que en general existe una falta de concienciación en lo que respecta a las políticas y herramientas para la protección del medio ambiente. Se pudo concluir en el sub apartado anterior que hay una tendencia de las IMF a prestar más atención a definir su estrategia medioambiental formal. No obstante, si una muestra de evolución de las estrategias de rendimiento medioambiental a nivel de las IMF ya es un resultado esperanzador, parece existir una contradiccion entre esta tendencia y el hecho de que el 89% de los encuestados en el cuestionario de ADA desconocían las políticas y herramientas para la protección del medio ambiente. ¿Cómo es posible que las IMF estén participando de forma más proactiva en prácticas respetuosas con el medio ambiente sin tener conocimiento de los marcos de protección del medio ambiente o sin estar técnicamente equipadas para poner en marcha tales prácticas? Para abordar esta cuestión nos centraremos en comprender mejor las intenciones y mecanismos de gobernanza corporativa de las IMF con el fin de comprender cómo se rigen los gestores de las IMF.

3.1. Definición de los mecanismos de gobernanza corporativa y consideraciones metodológicas Proponemos tomar como referencia el marco de gobernanza corporativa de Gérard Chareaux para identificar una serie de mecanismos de gobernanza corporativa o de patrones institucionales que puedan explicar cómo reaccionan los directores de las IMF ante los desafíos medioambientales en la región. La selección de prácticas ofrece información sobre la manera en la que las IMF gestionan los riesgos medioambientales. El análisis comparativo entre los mecanismos de gobernanza corporativa de Chareaux y las prácticas medioambientales observadas nos permitirá formular hipótesis y reconocer sistemas institucionales importantes o las reglas del juego para los gestores de IMFs en América Central. Estas reglas o comportamientos pueden arrojar algo de luz a las intenciones de las IMF. Hemos seleccionado mecanismos de gobernanza corporativa que puedan ilustrarse con estrategias medioambientales en la región. Se muestra en la tabla 5 la comparación entre los mecanismos de gobernanza corporativa y las prácticas de gestión del riesgo medioambiental de las IMF de América Central. El marco de Chareaux31 sugiere una clasificación de los mecanismos de gobernanza corporativa basada en dos criterios: la intencionalidad de los mecanismos y su caracter específico y no específico. Los “mecanismos específicos” son aquellos creados para una “empresa específica” (en nuestro caso, una IMF), mientras que los “mecanismos no específicos” se crean para un conjunto de empresas parecidas o grupo de IMFs32. Tal y como sugieren Labie y Mersland, el marco proporciona una serie de factores que pueden ayudar a entender cómo se estructura la gobernanza corporativa con respecto a una organización. Los “mecanismos intencionados” están pensados originalmente para mejorar la gobernanza corporativa. Se trata, por ejemplo, de reglamentos, métodos de supervisión, consejo de administración, así como estructuras oficiales concretas u organigramas. Los “mecanismos espontáneos” son otra serie de “reglas del juego dentro de la sociedad”, que pueden clasificarse, por ejemplo, como una cultura de empresa, un mercado político (mecanismos no específicos), una determinada cultura corporativa y relaciones informales (específicas para las IMF

o las redes de IMFs). Estos “mecanismos espontáneos” son “restricciones creadas por el hombre que definen la forma de interactuar de las personas”33. De acuerdo con el marco de Chareaux, estos mecanismos tienen un efecto indirecto en la gobernanza, que demasiado a menudo es infravalorado ya que incluso puede jugar un papel decisivo a la hora de definir la gobernanza dentro de las organizaciones34. Un análisis de las prácticas de las IMF realizado desde el punto de vista de estos mecanismos puede ayudarnos a entender los sistemas de gobernanza de la protección del medio ambiente que influyen en la toma de decisiones a nivel de las IMF.

3.2. Mecanismos intencionados de la Gobernanza Corporativa “El entorno legal, los reglamentos y los procesos de supervisión” son normas o mecanismos que guian las intenciones de las instituciones o individuos. Proporcionan un marco de interacción y afecta a las estrategias de las empresas o a los comportamientos de los gestores. Entre ellos, el “consejo de administración” y sus métodos de trabajo representan un mecanismo intencionado específico de gobernanza corporativa. Decidimos centrarnos en esta opción ya que los encuestados de la encuesta semi estructurada eran exclusivamente directores generales. El papel del consejo parece fundamental para comprender las intenciones y estrategias de las IMF. Nuestra hipótesis se centra en que un análisis de la información sobre el rendimiento medioambiental recibido por los consejos de las IMF debería permitir

31

Para Chareaux, el sistema de gobernanza representa una serie de mecanismos institucionales que establecen las reglas del juego para los gestores. Define la gobernanza como una serie de mecanismos organizativos e institucionales (un ‘matrix’ institucional) que define los poderes de los gestores y les influye. En otras palabras, que “rige” su conducta y define su autonomía.

32

Marc Labie y Roy Mersland, Corporate Governance Challenges in Microfinance, en el Handbook of Microfinance, World Scientific Publishing Co.Pte.Ltd 2011, pag.291.

33

También se entiende por “mecanismos” las “instituciones” que, de acuerdo con North, son las reglas del juego en una sociedad o, más formalmente, las restricciones creadas por el hombre que definen la forma en que interactúan las personas... [y] definen y limitan la elección de los individuos. North, 1990, p.3-4.

34

Ibid

25


P­­asserelles – N° 1

una valoración de la capacidad de quienes toman las decisiones para tomar decisiones informadas con respecto a cuestiones medioambientales. Simultáneamente, los “mecanismos del salario o bonos” se introdujo en el análisis para identificar la existencia de incentivos específicos para el rendimiento medioambiental así como de la política para contratar personal para iniciativas ligadas al rendimiento medioambiental. El motivo que justifica la selección de estos mecanismos es que los mecanismos monetarios o no monetarios pueden proporcionar información directa sobre las intenciones de los directores de las IMF y sobre su disposición a pagar o recompensar el conocimiento o experiencia en protección medioambiental. Finalmente, otro mecanismo de gobernanza como los “auditores internos”, cuya evidencia implica la disponibilidad de la IMF a rendir cuentas con respecto al rendimiento medioambiental, también puede indicar la existencia de un cierto grado de experiencia, del deseo de desarrollarla y de la capacidad de aplicar herramientas de gestión del riesgo medioambiental.

3.3. Mecanismos espontáneos de la gobernanza corporativa Se eligió un mecanismo espontáneo concreto, a saber, la “relación informal o gobernanza en red”, debido a que las IMF encuestadas son en su mayoría miembros de la asociación profesional de microfinanzas REDCAMIF35 y a que todas expresaron su interés en mejorar su rendimiento medioambiental. Este interés común puede traducirse en reuniones informales o eventos de networking que obligan a las IMF a saber más sobre el papel de las microfinanzas y sobre ejemplos de protección medioambiental, sobre oportunidades de negocio en este campo de trabajo y sobre

35

REDCAMIF es una asociación profesional de microfinanzas que representa a 7 asociaciones nacionales de microfinanzas en la región de América Central. Si desea más información sobre REDCAMIF, visite www.redcamif.org

36

Impacto por alcance de la IMF: las actividades que financia y el tipo de clientes de empresa que alcanza

37

Abdelmoula Inès Miladi, Governance for SMEs: Influence of leader on organizational culture, International Strategic Management Review Volumen 2, Número 1, junio 2014, Páginas 21–30

38

Robin Hanson 25 de abril, 1996 en http:// mason. gmu.edu/~rhanson/policymarkets.html

26

las mejores prácticas que puedan inspirarles a mejorar su impacto indirecto36 como proveedores de servicios financieros. Es más, teniendo en cuenta que governanza también puede definirse como “el sistema de reglamentos administrativos”, resulta relativamente sencillo asumir que este sistema depende en gran medida de las normas culturales. La cultura puede definirse como el conjunto de valores y normas que comparte un grupo de individuos. Ya aparezca escrito como declaración de principios, comunicado verbalmente o simplemente sobreentendido, la “cultura corporativa” describe y rige las formas en las que los dueños y empleados de una empresa piensan, sienten y actúan. Describe la manera en la que se resuelven los conflictos y también expresa los intereses de actores como los clientes, proveedores, inversores o acreedores37. Por tanto, la cultura corporativa es un mecanismo espontáneo importante que puede ayudarnos a comprender las intenciones de las IMF y proporcionar información sobre la forma de poner en marcha el rendimiento medioambiental y sobre la asimilación de prácticas medioambientales en el seno de las IMF (implementación del proceso). Este artículo sostiene que la cultura tiene un impacto en la dirección estratégica de los negocios. Puede influir en la gestión y todas las funciones empresariales, esencialmente porque incluye normas sociales que afectan a las relaciones interpersonales dentro del entorno empresarial. Por consiguiente, una “cultura de empresa” puede definirse como el hacer cosas de forma que haya probabilidad de tener éxito o de una forma tal que sea aceptada por el grupo de empresas dentro de un mercado. Se incluyó el mecanismo de la cultura corporativa en el marco de nuestro análisis para ayudarnos a entender cómo se hacen las cosas dentro de IMFs concretas y, específicamente, a través de la implementación de procesos y herramientas. No obstante, se eligió el mecanismo de cultura empresarial para ayudarnos a identificar prácticas básicas o el núcleo de la empresa para un grupo de IMFs, (actividades empresariales). Otro mecanismo espontáneo como el “mercado político” (o un mercado creado para documentar directamente las decisiones políticas con su precio38) puede explicar el comportamiento de una organización en el seno de una industria o entorno de mercado concreto. De hecho, las IMF pueden crear políticas para formular estrategias de gestión medioambiental que afectan al precio de los servicios financieros ofreci-

dos. Pueden utilizar tipos de interés distintos a lo largo de una cartera de productos diversificada. Este tipo de políticas depende en gran medida del comportamiento del mercado, pero también puede responder a iniciativas de reglamentos específicos del país o a estrategias de gestión de cartera institucionales que buscan fomentar la demanda de un producto o servicio financiero concreto. En el caso de las IMF de América Central, el 26% de las IMF declaró ofrecer tipos de interés más bajos a aquellos clientes que invertían en equipos de energía renovable. Los resultados del cuestionario de ADA también muestran que hay una clara preocupación por conceder préstamos verdes como actividad ecológica principal de las IMFs centroamericanas comprometidas. Sin embargo, las instituciones incorporan en menor grado el análisis del nivel de riesgo medioambiental como factor en el proceso de aprobación del préstamo (de hecho, el 37% de las IMF declaró hacerlo). Esto significa que no todas las IMF de la muestra evalúan el nivel de riesgo medioambiental de sus clientes o que las IMF simplemente no evalúan los riesgos al mismo ritmo que distribuyen préstamos verdes. No obstante, el 36% de las IMF declara evaluar el nivel de riesgo de sus clientes mientras el 57% de las instituciones de la muestra declara conceder líneas de préstamo vinculadas a equipos de energía renovable o eficiencia energética. Esta disparidad pone en duda la adaptabilidad de los productos de préstamo verde ofrecidos así como la capacidad o interés de las IMF en evaluar rigurosamente los riesgos y, por tanto, de responder de forma adecuada a las necesidades del cliente.

3.4. La influencia de los mecanismos de gobernanza corporativa en las intenciones de las IMF Los resultados de una clasificación de los mecanismos de gobernanza corporativa y de las prácticas de gestión de riesgos medioambientales de las IMF centroamericanas sugieren que el rendimiento medioambiental depende en gran medida de los “mecanismos de gobernanza intencionados”. Por tanto, las intenciones de las IMF de volverse ecológicas pueden explicarse por una decisión tomada por el consejo de administración, acompañada de la presencia de auditores internos y empleados con conocimientos sobre cuestiones medioambientales o sobre la adopción de las mejores prácticas medioambientales. En este último caso, las prácticas conoci-


Microfinanzas y Cambio Climático

Tabla comparativa 5: Clasificación de los Mecanismos de Gobernanza Corporativa y Prácticas de Gestión del Riesgo Medioambiental de las IMF en América Central Selección del Indicador de Práctica Institucional corporativa de Chareaux – Mecanismos de gobernanza del cuestionario sobre medio ambiente de ADA 2014 Mecanismos concretos de la empresa - IMF

70%

149%

Mecanismos intencionados

Mecanismo de gestión de riesgos medioambientales internos

43%

122%

Consejo de administración

Se informa al consejo de administración (CDA) sobre el rendimiento medioambiental de la institución

47%

¿Define la institución su estrategia medioambiental?

38%

La institución tiene la capacidad de generar información sobre su agenda verde/ambiental

28%

El CDA requiere información sobre su agenda verde/ambiental

23%

La institución usa una lista de exclusión o cualquier política explícita para rechazar la financiación de actividades de alto riesgo para el medio ambiente

65%

Mecanismo de salario y bonos

La institución cuenta con personal que trabaja en el campo del medio ambiente

17%

Auditores internos

La institución vigila sus riesgos medioambientales internos

40%

La institución implementa acciones para reducir su huella ecológica interna

89%

Mecanismos espontáneos

Mecanismo de gestión del riesgo medioambiental externo

27%

Cultura corporativa

La institución ofrece un premio ecológico anual a la mejor microempresa “verde”

2%

La institución está asociada y colabora con proveedores de equipos de energía o con expertos que ofrecen asistencia post-venta a los clientes

29 %

La institución ofrece formación y coaching empresarial a los clientes que no cumplan los requisitos medioambientales de la IMF

10%

La institución ofrece servicios ecológicos no financieros

35%

La institución usa mapas para vigilar las amenazas agroclimáticas

16%

La institución usa criterios específicos para asesorar los riesgos medioambientales del cliente

53%

La institución evalúa el nivel de riesgo medioambiental de sus clientes

36%

La institución incluye el nivel de riesgo medioambiental como factor en el proceso de aprobación del préstamo

37%

La institución usa cualquier herramienta/práctica para vigilar los riesgos medioambientales externos

12%

La institución crea asociaciones y colaboraciones con universidades o expertos para fomentar a nivel local una cultura respetuosa con el medio ambiente

37%

40%

17% 65% 27%

27%

Mecanismo no específico para un grupo de empresas – Un grupo de IMFs

40%

90%

Mecanismos intencionados

Mecanismo de gestión del riesgo medioambiental interno

15%

15%

Entorno legal (normas y procedimientos de supervisión)

La institución incluye cláusulas concretas sobre temas medioambientales en los contratos del personal (por ej.. reciclaje, evaluación de las emisiones de CO2 por cada miembro del personal)

4%

La institución ofrece tipos de interés más bajos a los clientes que inviertan en equipos de energía renovable o de eficiencia energética

26%

Mecanismos espontáneos

Mecanismo de gestión del riesgo medioambiental externo

25%

Redes informales (relación)

La institución organiza reuniones entre pares para promover el intercambio de las mejores prácticas medioambientales

29%

La institución organiza grupos de discusión sobre nuevas tecnologías, productos o prácticas respetuosos con el medio ambiente

24%

La institución organiza campañas de comunicación respetuosas con el medioambiente

25%

¿Conoce la política de protección del medio ambiente (Lista de Exclusión) de la “Corporación Financiera Internacional” (CFI)?

36%

¿Conoce la política de protección del medio ambiente (Normas) de la “Organización Internacional de Normalización” (ISO)?

21%

¿Conoce la política de protección del medio ambiente (Indicadores) de los “Indicadores de Rendimiento Social” (SPI4-SPTF)?

24%

¿Conoce la política de protección del medio ambiente (Indicadores) de la “Agenda sobre el Rendimiento Ecológico” (GPA-Hivos/Enclude)?

22%

¿Conoce cualquier otra política de protección del medio ambiente?

12%

¿Ha identificado conflictos de interés entre los desafíos prácticos de promover la protección del medio ambiente y los derechos humanos de sus clientes?

13%

La institución ofrece líneas de préstamo ligadas a los equipos de energía renovable o eficiencia energética (por ej. linternas solres/sistemas solares domésticos/secador/digestor de biogás, etc.)

57%

La institución ofrece programas de micro seguros para aumentar la resistencia de los clientes al cambio climático

10%

La institución ofrece programas de ahorro vinculados a la compra de tecnologías respetuosas con el medio ambiente

12%

La institución ofrece líneas de préstamo vinculadas a los negocios respetuosos con el medio ambiente (agrosilvicultura, ecoturismo, gestión de desechos, reciclaje, abono, producción orgánica, etc.)

52%

Mercado político

Cultura empresarial

15%

75%

21%

27%

La institución paga por servicios medioambientales (por ej. fijación de carbono, servicio de mantenimiento 6% de aguas subterráneas, etc.) Juana Ramirez - 2015

27


P­­asserelles – N° 1

das están integradas en mecanismos espontáneos como el “mercado político” y la “cultura empresarial”. Los proveedores de servicios financieros utilizan el cambio climático como el detonante para identificar nuevos negocios y perspectivas de inversiones de impacto. Estas ventajas, también denominadas oportunidades verdes de inversión, están guiando las prácticas de los proveedores de servicios financieros, y las IMF no son una excepción. Están surgiendo dentro del sector políticas específicas de protección del medio ambiente, y se promueven más a menudo indicadores, normas y herramientas. Un ejemplo es la cuarta versión de los indicadores de rendimiento social (la herramienta SPI4) y su índice verde, y hay otros como la lista de exclusión de la Corporación Financiera Internacional (CFI) o las normas 14001 de la Organización Internacional de Normalización (ISO). Sin embargo, aunque hay interés y una clara intención por parte de las IMF de mejorar e implementar prácticas para la protección del medio ambiente, a menudo existe una falta de capacidad. Pese a que algunas organizaciones han declarado tener personal dedicado al campo del medio ambiente (el 17% de la muestra), no parece existir un incentivo o bono específico para estos empleados. Esto sugiere que no existe una política de recursos humanos específica que recompense los conocimientos o experiencia medioambientales locales entre las IMF encuestadas. No se puede concluir que las IMF no tengan intención de volverse ecoló-

39

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) es el órgano mundial que estudia las cuestiones científicas relacionadas con el cambio climático. El IPCC fue creado en 1988 por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), respaldado por la Asamblea General de las Naciones Unidas; para dar a los responsables políticos evaluaciones periódicas sobre la base científica del cambio climático, sus impactos y riesgos futuros, y las opciones para la adaptación y mitigación.

28

Los miembros del IPCC, que forman el Grupo, son sus 195 gobiernos miembros. Trabajan en consenso para aprobar los informes del IPCC y establece sus procedimientos y presupuesto en sesiones plenarias del Grupo. La palabra “intergubernamental” en el nombre de la organización refleja esto. No es una agencia de Naciones Unidas, pero está patrocinada por dos organizaciones de la ONU (OMM y PNUMA).

gicas solo porque no tenan una política de recursos humanos específica orientada a incentivar los conocimientos o experiencia medioambientales locales. No obstante, se puede argumentar que las intenciones de las IMF no tienen por qué ser el resultado de sistemas de política internos o de normas sociales. La cultura corporativa parece guiarse por políticas o sistemas de conocimiento externos que no pertenecen a las IMF. Teniendo en cuenta el contexto local y las prácticas de las IMF, las políticas medioambientales adaptadas podrían aplicarse mejor si fueran intencionadas y estuvieran ligadas a bonos, recompensas o tutorías para el personal con la correspondiente capacidad o conocimientos. El diseño de estas políticas requiere la sensibilización de los órganos de gobierno y el fomento de la capacidad de los responsables de IMFs. Sin embargo, los requisitos del fomento de las capacidades dentro del ámbito de la protección medioambiental no debe asociarse únicamente a la identificación de recursos humanos con el potencial para desarrollar destrezas y conocimientos en protección medioambiental adaptadas dentro de las IMF. También debe tener en cuenta la capacidad de los responsables de reconocer la diferencia entre los intrumentos y los métodos más adecuados (por ej. métodos de gestión del riesgo, financiación agrícola o seguros de inclemencias) o necesarios para el desarrollo de la experiencia local. Un proceso adaptado de fomento de las capacidades también requiere asegurar la capacidad de identificar lagunas, de identificar las competencias adecuadas y gestionar los recursos humanos que han desarrollado conocimientos en protección medioambiental. Dicho sistema de fomento de las capacidades determinará cómo se rigen los gestores de IMFs.

3.5. El nivel de sensibilización de las IMF centroamericanas con respecto a las políticas de protección medioambiental El acceso a políticas fundadas y herramientas ligadas a cuestiones medioambientales sigue estando limitado y no todos los proveedores de servicios financieros comparten el mismo nivel de sensibilización y entendimiento. Algunos de estos instrumentos de política o políticas públicas siguen siendo una tarea en curso. Otras de las herramientas que existen siguen sin adaptarse al sector microfinanciero y sus clientes objetivo. Las políticas adaptadas y fundadas son el resultado de juntar una

combinación de aptitudes de gestión teóricas, técnicas y prácticas para la protección del medio ambiente. Este proceso lleva tiempo y las aptitudes y recursos adecuados son escasos o no siempre están disponibles. Teniendo en cuenta los resultados de la encuesta de ADA, las ONG y los bancos son más conscientes de las prácticas y técnicas adecuadas para gestionar el rendimiento medioambiental. Sin embargo, los bancos comerciales ocupan el primer puesto, de cada 3 instituciones encuestadas, 1 conocía las políticas de protección medioambiental; mientras que en el caso de las ONG, eran 4 de cada 18. También puede considerarse un indicador de dos tipos de enfoques diferentes en la gestión de los riesgos medioambientales. Los bancos o instituciones financieras con capacidad para identificar oportunidades de negocio dentro del ámbito de las iniciativas de protección ambiental adoptan un enfoque fundado y proactivo (por ej. financiación de equipos de energía renovable o similares). Los actores menos informados o conscientes de las políticas o herramientas efectivas tienden a adoptar un enfoque reactivo, como forma de adaptarse a los riesgos del cambio climático. Ambos enfoques pueden distinguirse por el acceso al conocimiento y a la información adecuados, que permite a los actores tomar decisiones y concebir estrategias. Es más probable que se produzca una proactividad para hacer frente a los riesgos del cambio climático cuando la gente y las instituciones tienen los medios y recursos financieros para llevar a cabo acciones y anticiparse a los riesgos. Por el contrario, una falta de capacidad de anticipación y reacción a las amenazas del cambio climático también puede explicarse por una situación de vulnerabilidad o de falta de los medios o capacidades necesarios para adaptarse. Las herramienta de gestión medioambiental puede ayudar a los gestores a generar importante información que permita gestionar sus IMF. Los marcos políticos nacionales e internacionales también explican cómo se rigen los gestores de las IMF o dónde buscar inspiración sobre las mejores prácticas sobre protección del medio ambiente. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC)39 es el responsable del discurso más influyente en la actualidad que informa a los responsables políticos sobre la degradación del medio ambiente. A pesar de ello, si el mercado político sobre cuestiones medioambientales se rige por respuestas políticas y científicas a los datos del cambio climático, la cultura empresarial que influye en las prácticas res-


Microfinanzas y Cambio Climático

petuosas con el medio ambiente funciona en torno a un mercado para las energías renovables. Los gestores de IMFs tienen que intentar encontrar un equilibrio y considerar hasta qué punto los marcos políticos internacionales o las normas del mercado en favor de una nueva cultura empresarial en energías renovables también benefician a las necesidades de sus clientes, que generalmente son pobres y vulnerables. De lo contrario, se corre el riesgo de que estos mecanismos espontáneos de gobernanza corporativa se impongan y se pasen por alto los mecanismos intencionados de gobernanza provenientes de las propias IMF. Las IMF tienen un papel que jugar en la financiación de estrategias de adaptación al cambio climático. Se han identificado prácticas innovadoras interesantes: el 16% de las IMF utilizan mapas para controlar las amenazas agroclimáticas y el 10% ofrece formación y coaching empresarial a los clientes que no cumplan los requisitos medioambientales de la IMF. De hecho, parece que las IMF centroamericanas aprenden con la práctica, implementando políticas y prácticas de protección del medio ambiente y aprovechando las oportunidades de negocio disponibles. No obstante, existen razones para creer que todavía hay espacio para más adaptabilidad, especialmente en lo que respecta a métodos y prácticas aplicados a sus contextos locales, y así lo indican los resultados del cuestionario sobre medio ambiente de ADA. En concreto, en base al reducido porcentaje de IMFs que declara utilizar herramientas de gestión del riesgo medioambiental externo (el 12%), pero también por la adopción de listas de exclusión como una práctica oficial de las IMF; el 65% de las instituciones utiliza una lista de exclusión o una política que rechaza explícitamente la financiación de actividades altamente peligrosas para el medio ambiente.

4. Conclusión Los resultados de un análisis comparativo del rendimiento de las IMF en 2011 y 2014 muestran que las instituciones de América Central están más centradas en actividades principalmente financieras ligadas al medio ambiente, tales como la evaluación de los riesgos del cliente y la provisión de productos financieros, en lugar de centrarse únicamente en actividades de sensibilización. Estos resultados muestran que las IMF de la región dan cada vez más importancia a la formalización de su estrategia medioambiental. No obstante, se podría mejorar y promover más la difusión de políticas de protección del medio ambiente al nivel de la gobernanza de la IMF. Las IMF de Costa Rica, Guatemala, El Salvador y Honduras poco a poco empiezan a darse cuenta de que las cuestiones medioambientales ya no son un tema secundario que deba tratarse únicamente como parte de una política de responsabilidad social corporativa limitada, sino que son un aspecto básico de su trabajo diario, acompañado de nuevas oportunidades de negocio potenciales. En líneas generales, las IMF de América Central no siempre adoptan prácticas o métodos medioambientales concretos adaptados a su contexto local. Sin embargo, una mayor atención a la evaluación del nivel de riesgo medioambiental del cliente y el uso de criterios específicos como factor en el proceso de aprobación de préstamos, indican que en las IMF de la muestra existe un comportamiento de protección del medio ambiente más importante, comparado con los estudios anteriores. Mediante la concesión de préstamos que facilitan el acceso a equipos de energía renovable, las IMF de América Central contribuyen a la elaboración de estrategias de mitigación del cambio climático. Están proporcionando y creando nuevas asociaciones y sistemas de aprendizaje. El interés de algunas instituciones en unir fuerzas con universidades, proveedores de equipos de energía, expertos en medio ambiente y proveedores de servicios verdes no financieros; sugiere la aparición de una “cultura corporativa” proactiva. No obstante, es necesario reforzar los sistemas locales de gobernanza, en particular en términos de intencionalidad de las decisiones y de la sensibilización en temas medioambientales. Es necesario poner en práctica procesos de desarrollo de capacidades adaptados y en este sentido será determinante el papel de inversores y donantes.

Es importante seguir evaluando la forma en la que las IMF adaptan sus prácticas para responder a los desafíos locales. En particular aquellas ligadas a los desafíos agroclimáticos, que afectan a las poblaciones más vulnerables. El estudio del posicionamiento de los gobiernos locales ante las amenazas del cambio climático, así como los intereses del sector privado, pueden ayudar a comprender mejor los mecanismos de gobernanza que impulsan las estrategias medioambientales de las IMF. La adopción de metodologías externas que proponen soluciones para la adaptación y mitigación ligadas al cambio climático puede resultar útil e inspiradora. No obsante, el riesgo de adoptar un enfoque verticalista como solución copiada de otros contextos sin tener en cuenta las especificidades del país o cultura, puede comprometer el hallazgo de soluciones guiadas por la demanda que respondan a las necesidades de las poblaciones vulnerables. Son necesarias las inversiones que apoyen el desarrollo de los sistemas medioambientales locales. Un enfoque adaptable de metodologías microfinancieras que integren los desafíos y riesgos del cambio climático debe tener en cuenta un enfoque glocal40. Las inversiones que ofrecen sistemas locales de conocimiento con la herramienta de la tecnología, los recursos humanos y la investigación, deben formar parte de una estrategia de conservación del medio ambiente a nivel nacional o regional. Las experiencias concretas del día a día de las personas en países en desarrollo pueden ser una fuente de estrategias de adaptación y mitigación con respecto al cambio climático. La financiación de la agricultura familiar41 o de granjas de minifundios a través de cadenas de valor es un ejemplo de estrategia de triple resultado que valdría la pena seguir explorando. La diversificación de productos es crucial en el sector financiero. Son ejemplos concretos los seguros agrícolas y de inclemencias, los resguardos de almacén o el factoring.

40

41

Se refiere a una solución que adapte específicamente un producto o servicio a la localidad o cultura en la que se vende.

Las Naciones Unidas promovió la agricultura fa-

miliar en 2014 como solución económicamente sostenible y respetuosa con el medio ambiente que lucha contra las causas fundamentales de la pobreza, la inseguridad alimentaria y la vulnerabilidad de la gente ante el cambio climático.

29


P­­asserelles – N° 1

No obstante, también son necesarios nuevos sistemas de gobernanza que impongan nuevos mercados políticos y culturales empresariales. Las poblaciones vulnerables de América Central y de todo el planeta necesitan nuevos sistemas de gobernanza que permitan el avance de normas de derechos humanos. Los desafíos del cambio climático ponen de manifiesto la

42

Del 30 de noviembre al 11 de diciembre de 2015, Francia acogerá y presidirá la 21ª Sesión de la Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP21/CMP11), también conocida como “París 2015”. La COP21 será una conferencia crucial ya que es necesario alcanzar un nuevo acuerdo internacional sobre el clima, aplicable a todos los países, con el fin de mantener el calentamiento global por debajo de los 2ºC. Por tanto, Francia asumirá el liderazgo internacional para procurar que los puntos de vista converjan y facilitar el consenso de las Naciones Unidas, así como dentro de la Unión Europea, que tiene un papel fundamental en las negociaciones sobre el cambio climático.

30

necesidad de reformar las normas sociales permitiendo el desarrollo de las poblaciones actuales sin poner en peligro el futuro de las generaciones venideras. En este sentido, mucho se espera de la próxima COP2142 que tendrá lugar en París, principalmente un nuevo acuerdo internacional sobre cambio climático que, con suerte, será de aplicación en todos los países.


Microfinanzas y Cambio Climático

Dos países, dos instituciones y una preocupación común Cuando las instituciones de microfinanzas deciden volverse ecológicas Entrevistas preparadas y dirigidas por Carla Palomares y Sophie Wiesner *

Las experiencias de CARD1 en Filipinas y de FUNDECOOPERACIÓN2 en Costa Rica. Todo son diferencias entre Costa Rica, un país en el istmo de América Central, con 4 millones de habitantes y un sector microfinanciero joven y bastante restringido; y Filipinas, un archipiélago en el Sureste de Asia, con más de 7.000 islas, 97 millones de habitantes y uno de los entornos más favorables del mundo para la inclusión financiera. Sin embargo, ambos países son sensibles al cambio climático. Costa Rica ansía convertirse de aquí al 2021 en el primer país del planeta sin emisión de carbono y Filipinas ya es un país gravemente afectado por ciclones que se han hecho cada vez más frecuentes debido al cambio climático. Ante esta situación, hemos entrevistado para “Passerelles” a representantes de dos instituciones de microfinanzas en estos dos países, que han expuesto sus posicionamientos y sus propuestas ante el cambio climático y en favor del medioambiente: CARD en Filipinas y FUNDECOOPERACIÓN en Costa Rica. CARD (Center for Agriculture and Rural Development) empezó su andadura en 1986 como una fundación social, ofreciendo ayuda para la formación específica centrada en la comunidad y los medios de subsistencia de trabajadores pobres en plantaciones de coco en Filipinas. La fundación se convirtió en una institución de microfinanzas, ofreciendo préstamos a grupos solidarios de conformidad con una versión modificada del método Grameen, transformándose más tarde en un banco propiamente dicho (obtuvo su licencia del Bangko Sentral ng Pilipinas en 1997), para adaptarse al mercado crediticio comercial y movilizar ahorros. En la actualidad, CARD está compuesto por un número de instituciones que se refuerzan mutuamente (IRM), que atiende a más de 2,6 millones de clientes y que, como parte de su oferta de productos y servicios, también proporciona créditos de microfinanciación verde a microempresas y a familias con bajos ingresos. A su vez, FUNDECOOPERACIÓN fue fundada en 1994, inspirada en la Cumbre de Río de 19923. Desde sus inicios, la organización trabajaba en proyectos para la sostenibilidad económica y medioambiental y solo fue más tarde cuando lanzaron sus operaciones microfinancieras o de microcréditos. En 2004, tras la conclusión de su asociación con la cooperación holandesa, la institución adopta un modelo de negocios de microfinanzas y comienza en 2006 su programa de microcréditos. A pesar de estos importantes cambios institucionales, FUNDECOOPERACIÓN mantiene su misión inicial dirigida a apoyar proyectos económica y medioambientalmente viables. Hasta la fecha, FUNDECOOPERACIÓN ha proporcionado apoyo financiero y técnico a más de 250 proyectos para granjeros y pequeños empresarios en términos de desarrollo sostenible. Sin embargo, por muy distintas que puedan ser estas dos instituciones microfinancieras que operan en dos países distintos, ambas tienen una preocupación común: el cambio climático. Ambas instituciones han decidido volverse ecológicas y han extraído varias conclusiones comunes. 1 2

3

Más información en http://cardbankph.com/ Más información en http://fundecooperacion. org/?lang=es Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD) en Río de Janeiro, 3-14 junio, 1992.

*

Carla Palomares, Encargada de proyecto, Innovación Financiera Inclusiva, ADA / Sophie Wiesner, Encargada de Proyecto I+D,ADA

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P­­asserelles – N° 1

Entrevista con CARD Filipinas

Preguntas respondidas por D. Julius Adrian R. Alip y por Dña. Clarisse Dimaculangan*

¿Qué actividades en cuestión de microfinanzas y cambio climático habéis decidido emprender? CARD ofrece una variedad de productos y servicios de microfinanciación verde a familias con bajos ingresos y a micro empresarios. La oferta incluye paneles solares para familias en zonas rurales con un acceso limitado a la electricidad, cocinas energéticamente eficientes para familias en zonas rurales y urbanas que anteriormente utilizaban leña para cocinar, y centrales de biogás para empresas (especialmente aquellas con granjas de unas 20 cabezas de ganado, dedicadas a actividades de explotación porcina). Otros dos proyectos denominados “green farms for mothers” (“granjas verdes para madres”) y “bamboos for mothers” (“bambúes para madres”), apoyan de forma específica

« No obstante, es posible

que las centrales de biogás ofrezcan oportunidades para PYMES, por lo que CARD se encuentra estudiando estas oportunidades en la actualidad

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la producción de azúcar orgánica en Filipinas y proyectos de reforestación de bambú tras los tifones. Se centran principalmente en las mujeres y comunidades, y ambos se presentan como paquetes completos de productos y servicios, es decir, CARD ofrece a sus clientes un micro préstamo, pero también suministra herramientas/equipamiento y formación para el desarrollo empresarial (incluyendo los materiales para plantar y procesar el azúcar orgánica/bambú, como las semillas de bambú, instalaciones de molienda para el azúcar, cocinas para el azúcar o vínculos a lo largo de la cadena de valor del procesamiento del bambú y del marketing). Además de esta oferta ecológica a clientes de la microfinanciación, CARD también proporciona una oferta ligada a la energía y el medioambiente a clientes fuera de la microfinanciación, incluyendo servicios de arrendamiento con opción a compra de equipos energéticamente eficientes como sistemas de climatización tipo inversor/ asistido por energía solar y paneles solares conectados a la red. Y por último, pero no por eso menos importante, CARD implementa políticas medioambientales a nivel de la institución, incluyendo, por ejemplo, una política que prohíbe conceder préstamos a aquellas empresas que no cumplan con la legislación a la hora de transformar la leña en carbón. CARD no mide específicamente las emisiones de carbón de la institución, pero integra una unidad (con 12 oficiales de proyecto regulares a cargo de promocionar y sensibilizar, 3 de los cuales son instaladores fotovoltaicos certificados) que acompaña a la oferta de productos y servicios ecológicos de CARD y también evalúa su impacto en el planeta y en las personas.

¿Cuáles fueron los principales retos y oportunidades con respecto a estas actividades? El principal reto con respecto al proyecto de paneles solares estaba relacionado con los servicios post venta, pero gracias a que la unidad especializada integrada en la institución cuenta con instaladores certificados de sistemas solares, fue posible formar a un número de técnicos locales en un cierto radio de las zonas atendidas, por lo que en la actualidad los paneles solares defectuosos o deficientes ya no son un problema. CARD enfrenta retos con respecto al desarrollo de cocinas energéticamente eficientes, ya que la leña (la principal alternativa empleada para cocinar) está disponible de forma gratuita en Filipinas y los gastos de adquisición de la cocina energéticamente eficiente son unas 20 veces superiores a los de la cocina tradicional no eficiente desde el punto de vista energético. En sus inicios, CARD financiaba la concatenación progresiva y regresiva, es decir, apoyaba a las empresas que producían las cocinas y también compraba y revendía las cocinas entre las familias que eran clientes suyos. Sin embargo, en la actualidad las actividades de CARD se limitan a suministrar préstamos a los productores, sin dedicarse a comprar y vender cocinas para los usuarios finales, excepto aquellas incluidas en el paquete del proyecto para la producción de azúcar orgánica (que se agradecen enormemente). El proyecto piloto de CARD relacionado con el establecimiento y mantenimiento de pequeñas centrales de biogás es un reto para las microempresas, ya que la tecnología es muy cara y tienen un plan de amortización fijo, a pesar de que existen distin-

* D. Julius Adrian R. Alip, CARD Leasing and Finance Corporation, Presidente/ Miembro del Comité Ejecutivo de CARD MRI Dña. Clarisse Dimaculangan, Directora de Operaciones de CARD BDSFI/ Miembro del Comité de Gestión de CARD MRI

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Microfinanzas y Cambio Climático

tos niveles de estiércol almacenado y por tanto, distintos niveles de biogás producido en las granjas. No obstante, es posible que las centrales de biogás ofrezcan oportunidades para PYMES, por lo que CARD está estudiando en la actualidad estas oportunidades. El proyecto “granjas para madres” es uno de los proyectos insignia de CARD. Se está desarrollando la producción de azúcar orgánica en Filipinas, por lo que existe una gran demanda del paquete de servicios de CARD, que incluye un préstamo, así como herramientas y formación para emprendedores. De forma parecida, el proyecto de CARD “bambúes para madres” ha tenido mucho éxito y los clientes agradecen especialmente el hecho de que el micro préstamo se desembolse poco después del tifón e incluya herramientas y formación para el desarrollo empresarial. Esto ayuda a las mujeres a hacer frente a la emergencia a corto plazo y al mismo tiempo a poner en marcha una actividad empresarial sostenible a medio y largo plazo. La organización de actividades ligadas a la comunidad es intensa para la institución, tanto en términos de recursos financieros como en términos de recursos humanos, pero da sus frutos en lo que respecta a los resultados de los proyectos. En el futuro, CARD planea fortalecer aún más los vínculos a lo largo de la cadena de valor, en relación con el proyecto de azúcar orgánica y especialmente con el proyecto del bambú, suministrando apoyo financiero y técnico también a los transformadores del bambú (por ej. para las cañas de bambú, cuyo uso está muy extendido en Filipinas).

¿Por qué habéis elegido emprender actividades en favor del medioambiente? Y ¿cómo habéis emprendido estas actividades? CARD fue animado por sus socios técnicos y de financiación a “hacerse ecológico” (por ej. por el Banco Asiático de Desarrollo e inicialmente por Shell con respecto al primer proyecto de paneles solares) y además los proyectos se desarrollan en estrecha colaboración con estos socios. En el transcurso de los últimos 4 años, CARD ha generado una cantidad total de 1,5 millones de dólares, dedicada a productos y servicios ecológicos. Para alcanzar una escala suficiente, fue necesario un alto grado de especialización (incluyendo la creación de la mencionada unidad que acompaña la oferta de servicios y productos ecológicos), y por lo tanto, el desarrollo de experiencia técnica junto con competencias financieras era un componente clave. La oferta de productos y servicios ligados al cambio climático permite a CARD explorar nuevos segmentos de mercado y una mayor expansión está prevista para los próximos años. El objetivo será una cartera total de al menos un 20% para CARD Leasing and Finance, al mismo tiempo que se integrará un objetivo relativo a “una cartera de préstamos ecológicos para Instituciones de Microfinanciación” en la próxima planificación de mediados de año. No obstante, a corto y medio plazo, CARD intenta consolidar los proyectos de mayor éxito y reorientar los de menor éxito.

En los últimos 4 años, se ha dedicado un importe de 250.000 dólares de financiación externa al desarrollo de capacidades y a la sensibilización (tanto a nivel institucional como de mercado) y puesto que las consecuencias del cambio climático ya se han hecho patentes en Filipinas, hay un claro aumento de la sensibilización. También existe un número creciente de nuevas iniciativas en camino tanto a nivel privado como público, incluyendo: 1. El gobierno filipino cuenta con un departamento dedicado al cambio climático que apoya activamente aquellos proyectos del campo de la energía y el medioambiente; 2. MERALCO (empresa minorista de distribución de electricidad) ha lanzado un programa de medición neta de la energía para productos solares conectados a la red, gracias al cual las familias pueden vender a la red el exceso de electricidad. CARD colabora con la Comisión/Departamento de Medioambiente y Cambio Climático en la creación de iniciativas mutuamente beneficiosas. De modo que, según CARD, el contexto existente para actividades de microfinanciación y cambio climático en Filipinas es favorable, pero la puesta en marcha de proyectos para la mitigación y adaptación sigue siendo una tarea difícil y puede llevar mucho tiempo. Uno no puede hacerse ecológico de la noche a la mañana, pero ofrecer productos y servicios de microfinanciación verde y acompañar esta oferta con un desarrollo adecuado a nivel de la institución de microfinanzas es como correr una maratón con el espíritu de que la meta promete valer la pena.

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P­­asserelles – N° 1

Entrevista con FUNDECOOPERACIÓN Costa Rica

Preguntas respondidas por Dña. Marianella Feoli*

¿Qué actividades en cuestión de microfinanzas y cambio climático habéis decidido emprender? Desde su creación, FUNDECOOPERACIÓN tiene por objeto apoyar proyectos que entrañen un impacto social y medioambiental positivo. En términos de productos y servicios suministrados, nosotros damos apoyo financiero a proyectos (mediante la concesión de créditos). Estos créditos se pueden emplear para financiar distintas actividades en determinadas áreas temáticas: turismo y agricultura sostenibles, gestión medioambiental y tecnologías limpias, energía sostenible y eficiencia energética, redes empresariales públicas o privadas y cambio climático. La capacitación de las mujeres se considera un eje transversal en nuestro trabajo. El sector agrícola es muy importante y apoyamos proyectos que promueven el desarrollo y generan cambios en los sistemas tradicionales de producción que suponen un menor impacto medioambiental (negativo). Sin embargo, no es el único sector económico que apoyamos. Dentro de nuestra cartera de clientes algunos trabajan en turismo, artesanía, transformación de materiales reciclados, productos de salud, etc. Finalmente, aportamos recursos financieros a actividades que se centran en la mitigación y adaptación ligadas al cambio climático.

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Red Costarricense de Organizaciones para la Microempresa Red Centroamericana y del Caribe de Microfinanzas

Nuestros productos financieros están hechos a medida, lo que implica, en primer lugar, facilitar el acceso a la financiación a aquellas personas que, por el motivo que sea, tienen pocas posibilidades de obtener apoyo financiero a través de los sistemas tradicionales de financiación. Algunos de nuestros clientes integran el sistema tradicional de financiación en una segunda etapa, una vez su negocio se ha puesto en marcha y es sostenible. El programa de financiación a la medida está dirigido a pequeños y medianos emprendimientos productivos, tanto para individuos como para asociaciones, dedicados a actividades económicas sostenibles y, sobre todo, innovadoras. Sus actividades deben contribuir a la calidad de vida, a la protección medioambiental y a la igualdad de género. Financiar programas adaptados a los clientes también se traduce, por ejemplo, en flexibilidad en los planes de amortización. No obstante, para poder optar a ellos, los proyectos deben buscar un resultado final triple y demostrar que se enfocan en base a esta perspectiva. Además del aspecto puramente financiero, creemos que el apoyo técnico a nuestros clientes es de vital importancia. Se debe sensibilizar a la gente acerca del cambio climático y sus consecuencias. Es necesario que entiendan cuáles son las consecuencias que ya existen debido al cambio climático para poder adaptarse mejor a estos desafíos y, sobre todo, es necesario que comprendan que una economía “más verde” puede ofrecer oportunidades de negocio. Por otro lado, para nosotros es importante comprender los motivos y efectos del cambio climático en los contextos en los que operamos. Esto nos ayuda a adaptar mejor nuestra oferta de servicios.

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¿Cuáles fueron los principales retos y oportunidades con respecto a estas actividades? Fue particularmente difícil el periodo de transición, después de tomar la decisión de suministrar servicios financieros. Durante este proceso de importante cambio institucional, tuvimos que someternos a un proceso de aprendizaje corporativo. Es más, promover créditos que tratan de tener un impacto medioambiental positivo resulta mucho más complicado que ofrecer créditos tradicionales. Por ejemplo, requiere más tiempo para sensibilizar a las personas. En este sentido, trabajamos en estrecha colaboración con REDCOM1, nuestra red nacional de microfinanzas y también con su homólogo regional REDCAMIF2. Durante la última asamblea general de REDCAMIF en 2014 intentamos hacer hincapié en algunas de las oportunidades ecológicas con un doble fin: 1) compartir nuestros conocimientos con nuestros colegas y 2) conseguir que las IMF descubran nuevas oportunidades potenciales. Algunas de ellas están muy interesadas en el tema y, por otro lado, hay otras que todavía se muestran reticentes a un enfoque de triple resultado final.

Dña. Marianella Feoli, Directora Ejecutiva de Fundecooperación


Microfinanzas y Cambio Climático

¿Por qué habéis elegido emprender actividades en favor del medioambiente? Y ¿cómo habéis emprendido estas actividades? La fundación tiene por meta promover el desarrollo sostenible a través de la financiación y el apoyo de un amplio número de PYMES (pequeñas y medianas empresas), tanto mediante el desarrollo de sus planes de negocios como mediante la comercialización de sus productos a nivel nacional e internacional. A lo largo de los años, la fundación ha invertido cerca de 35 millones de dólares en más de 300 proyectos que promueven el desarrollo sostenible. Los proyectos que hemos financiado dentro del marco del programa sur-sur3 van desde la plantación de piñas orgánicas en la ciudad de Acosta, hasta el aumento de producción de piña cerca de Cotonou, en Benín, África occidental; desde la plantación de champiñones comestibles en la región del Cerro de la Muerte, hasta la mejora del sistema de información sobre biodiversidad en Bután, sur del Himalaya; y entender de taxonomía de insectos comestibles en Benín.

Del total de la financiación, se han asignado cerca de 4 millones de dólares a nuestro programa más reciente: “Crédito a su Medida”. La financiación se personaliza para adaptarse a las necesidades de cada proyecto. Esto incluye garantías, plazos y amortizaciones, que se personalizan para satisfacer las necesidades de cada proyecto. Hemos comprendido que el éxito no se encuentra en los tipos de interés sino en que la financiación se adapte al proyecto y no al contrario. Creo que esta es la diferencia entre nuestro programa de créditos y los programas tradicionales que ofrecen las instituciones financieras locales e internacionales.

Como institución, FUNDECOOPERACIÓN intenta dar ejemplo. En este sentido, hemos adaptado nuestro sistema de iluminación a una electrificación más eficiente, hemos instalado un panel solar que hace funcionar una bomba de pozo en nuestras instalaciones, fomentamos la digitalización de documentos en vez de la impresión, intentamos combinar diversos objetivos cuando viajamos y, finalmente, hemos iniciado un proyecto sobre actividades de reciclaje enmarcado en nuestro vecindario. FUNDECOOPERACIÓN cree firmemente que el enfoque de triple resultado final es el correcto para poder avanzar.

Desde el principio no nos hemos limitado a proporcionar servicios financieros sino que los hemos combinado desde el inicio con asistencia técnica durante la implementación. En ocasiones proporcionamos directamente la asistencia técnica, otras veces nos apoyamos en nuestros socios proveedores, especialmente cuando se refiere a aspectos técnicos de la implementación.

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El programa de financiación a la medida está dirigido a pequeños y medianos emprendimientos productivos, tanto para individuos como para asociaciones, dedicados a actividades económicas sostenibles y, sobre todo, innovadoras.

A pesar de ser un equipo relativamente pequeño, las asociaciones con instituciones distribuidas por todo el territorio nos permiten llegar a poblaciones residentes en zonas remotas. Es decir, proporcionamos fondos a instituciones socias (banca de segundo piso), que a cambio proporcionan créditos a los beneficiarios finales. La banca de segundo piso está dirigida a organizaciones, entidades financieras, cooperativas y asociaciones cuya meta es promover las capacidades de producción (ya sea de sus asociados y afiliados o simplemente de grupos comunitarios específicos). Las instituciones socias son las responsables de asignar los recursos que FUNDECOOPERACIÓN facilita y de asegurar que dicha financiación se utilice y se capte de forma apropiada.

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La cooperación sur-sur es una asociación estratégica para la cooperación en el desarrollo sostenible que pretende convertirse en un modelo repetible. Más información en www.southsouthcooperation.net

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www.ada-microfinance.org


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