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Gato, Sumie intervenido 3. Por Marithelma Costa


Gato persimรณn, sumie intervenido. Por Marithelma Costa


[créditos] William Osuna Presidente FCNLAB

la comuna de bello Daniel Molina Director y editor

lacomunadebello@gmail.com

Ximena H. Yarza Corrector

ppi201402dc4442 Depósito Legal 1856-9671 ISNN

Domineichon Milenium Edichion (2000), Nora Rodríguez Vallés

Imagen de portada

16 [El Anacobero] William Osuna 21 [La profesía cumplida. Diálogo con el cadaver que no termina nunca de morir] Juan Manuel Rivera 28 [Poemas] Aida María de Jesús

David Cortés Caban Asesor invitado

Ánghela Mendoza Jennifer Ceballos Natasha Velázquez Diseñadores

8 [Editorial] Eduardo Lalo

31 [ASI MI NATION: la teatralidad de la poesía o la poesía de la teatralidad] Carlos Manuel Rivera 38 [Poemas] Carlos Manuel Rivera 44 [Poemas] Daniel Torres 55 [Sobre Ópera ardiente] David Cortés Cabán


60 [Poemas] David Cortés Cabán 66 [Poemas] Lourdes Vázquez 72 [Poemas] Marithelma Costa 95 [A propósito de las escritoras de la diáspora puertorriqueña en Nueva York 1980-2012: algunas consideraciones para la apreciación de su obra] Myrna Nieves 105 [Poemas] Myrna Nieves 114 [Ser o no ser nuyorican ] Nancy Mercado 120 [Poemas] Nancy Mercado

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128 [Poemas] Eduardo Lalo


www.casabello.gob.ve

136 [La poesía puertorriqueña del siglo XX] Carmen Vázquez 159 [La poesía puertorriqueña] Luis Alberto Ambroggio 174 [Poesía puertorriqueña] 303 [La letra contra el silencio] David Cortés Cabán 317 [Poemas] Pedro López Adorno 324 [Poemas] Sheila Candelario 338 [Poemas] Yarisa Colón 344 [Poemas] Julio César Pol 353 [Coda: la última reja] Eduardo Lalo

[Poesía


entre dos islas]

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puertorriqueĂąa contemporĂĄnea:


[ed Puerto Rico como condición Más que un país, una nación o una colonia, Puerto Rico es una condición. Más allá de cualquiera de sus posibles y controvertidas formulaciones, Puerto Rico es también una posibilidad y un problema del pensamiento. Es simultáneamente la frontera máxima de América Latina y la federalización, en su variante “de ocupación”, del centralizador y progresivamente paranoico Washington. Territorio liminar desde siempre, la Isla es una suerte de Portugal de América. Ambos espacios-límites de continentes, los dos finibusterres, miran al “vacío” del Atlántico más que a lo que tienen a sus espaldas y a su alrededor. El océano ha resultado siempre conmovedor y alarmante y, como con lo real lacaniano, resulta imposible despegarle la vista. ¿Qué representa ese espacio? ¿Qué hay más allá? ¿Alguien encontrará el camino hasta nosotros? ¿Hay quién nos recuerda? Como Portugal que se sale de Europa, la ubicación geográfica de Puerto Rico parecería ser una manifestación de la distracción: ¿qué hace ese muchacho o muchacha saliéndose del grupo? Al igual que un animal que se separa de la manada, despistado y alelado por un ruido o un olor, el país ha sido víctima desconcertada de múltiples depredaciones. En el milenario pasado, una sucesión indefinida de arahuacos y caribes construyen

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Imagen de archivo


ditorial] que se desploma por gravedad o falta de uso, de lo que comienza a gangrenarse y se le observa casi enternecido, como si fuera una maduración o un nacimiento puesto de cabeza. Al final, para no morir todavía, hay que amputar. En Puerto Rico son reconocidas legalmente diecinueve causas de incapacidad. La mutilación tiene sus privilegios: se le cuela en la fila, se justifica así la falta de esfuerzo y la fatalidad, se posee el derecho a los estacionamientos de impedidos. Puerto Rico es una frontera en múltiples acepciones. Lo es geográficamente (hacia el noreste comienza el gran océano), lo es políticamente (un territorio ocupado, aislado, puesto en cuarentena por Estados Unidos desde hace ciento dieciséis años), lo es culturalmente (el lugar donde comienza y simultáneamente termina América Latina). Los territorios de frontera son espacios en los que los significados se intensifican. En ellos el sentido habitual de las palabras y la noción típica de los conceptos son impactados más que en cualquier otro lugar por las fuerzas de la duda. Como en el delta de un gran río, las aguas se mezclan y no está claro qué es lo dulce, lo salado ni lo compuesto. Idealmente, las fronteras deberían estar habitadas por humanos sin lengua que se bastaran señalando con las manos o apuntándose con un rifle. Pero estas poblaciones no existen y

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y reconstruyeron culturas y sociedades. En el periodo histórico, españoles, ingleses, holandeses, piratas internacionales, estadounidenses, nos cogieron asando maíz, sin estar preparados, sin saber qué ocurría verdaderamente, pensando, ya en el momento de correr a esconderse, si no sería más propio y beneficioso pasar por el cuartel invasor a dejar una tarjeta de presentación. Somos el único país de América Latina conquistado dos veces, por España y Estados Unidos, pero antes y todavía hoy podría haber sido en más ocasiones. Vivimos en las afueras del mapa, casi en el campo que aquí es mar, las casas que son los países vecinos están más apiñadas, se llaman y se pelean desde los balcones, ya se sabe cómo son. Nosotros estamos casi fuera de eso, sentimos que venimos del este, de más allá del mar. Hasta los indios y los negros vinieron más o menos por allí. Los aztecas se dieron cuenta de que Cortés no era un nuevo Quetzalcóatl venido del sol naciente. Nosotros todavía no estamos seguros. Puerto Rico es una condición, es decir, un padecimiento, síntomas que se asocian con más síntomas, síntomas que buscan el nombre de importación de la enfermedad, para entonces sufrir sin dudas y con bibliografía, en grande. Así uno puede deteriorarse lúbricamente, con narración play by play de los vahídos, de los soponcios, de los bajones o subidones, de lo


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los fronterizos tienen las mismas palabras que todos pero no les sirven de la misma manera. Primero que nada, como veremos, la frontera que es Puerto Rico es un problema de lenguaje. El asunto no es nuevo. Llegados los conquistadores, ¿qué nombre le impusieron al territorio? No es el momento ahora de hacer el incierto recuento de cómo y cuándo la Isla de San Juan Bautista pasó a ser Puerto Rico. Basta decir para nuestro propósito que en las fronteras nada está escrito en piedra y, por ello, las palabras se vuelven más palabras que en otros lares; se hace mucho más patente que son sonidos, signos garabateados, que pueden sustituirse, olvidarse, recuperarse, renunciarse, reinterpretarse, reescribirse. ¿Qué es Puerto Rico? El problema, como dije, comienza por la lengua. En primera instancia (y quizás, trágicamente, tras sucesivas etapas), no abandonamos la semántica. “Puerto” es un lugar de arribo o de paso, también es una construcción humana, no es una costa o un río o una cordillera. El nombre no describe un espacio, sino que asigna y limita funciones. Decir “Puerto” Rico es como decir “Aeropuerto” Rico. De entrada, nuestro nombre es lo que dice otro de nosotros, es el peso de su mirada, no el nombre que le atribuimos a nuestro lugar en el mundo, sino el lugar que otros conceptualizaron. Un pequeño

archipiélago se resume en un puerto: en un lugar de llegadas y salidas. El país no parecería tener interior, en la otorgación del nombre no es evidente que alguien se interesara por que lo tuviera. “Puerto” Rico es el procedimiento lingüístico de un colonialismo sin atenuantes. En las primeras décadas de la ocupación estadounidense el “Puerto” se decía “Porto”. Esta palabra es probablemente una mala herencia lexical y cartográfica francesa, pero “porto” no es una palabra ni española ni inglesa ni francesa. “Porto” expresa la dejadez expresiva del colonialismo. Todavía la Real Academia Española acarrea la barbarie y pervivimos en el arcaísmo: “portorriqueños”. Es como si a los canarios les llamáramos “birds” o los castellanos “castellos”. No hace falta estar en lo correcto ni ser del todo preciso, porque ¿dónde se encuentra lo correcto en un país que no se autorrepresenta, cuando desde una autoridad propia no se determinan nombres, límites, legalidades? Puerto Rico es un uso lingüístico sin normalizar, cualquiera podría llamarlo como quisiera, que es como decir que cualquiera podría cambiarle el nombre, porque en nuestro caso, después de más de quinientos años, la geografía todavía no se ha convertido en política. Queda un espacio abierto a cualquier vaivén del deseo o de la agenda. No hace tanto vimos como Guaynabo se convirtió en Guaynabo City. Nada, ningún nombre en Puerto Rico dispone de un certificado de nacimiento. Puerto Rico es geografía y palabras. Una isla de las Antillas Mayores cuyo nombre, que en sí mismo ya es un manoseo,


Lalo Osuna Rivera Cabán Nieves Mercado Vázquez Ambroggio como hemos examinado, Puerto Rico es en primera instancia un problema de lengua, la extensión de su condición no se limita a los signos lingüísticos. El país es también un problema de números. Las operaciones aritméticas básicas: sumar, restar, multiplicar y dividir operan de manera desregulada en nuestras circunstancias. En un primer momento, pasa aquí lo mismo que con las palabras: ¿qué se suma, resta, multiplica y divide cuando los números no nos pertenecen o no nos incluyen, cuando sólo calculamos con metáforas? ¿Cuántos puertorriqueños existen o parten o regresan o desaparecen cuando no existen ciudadanos puertorriqueños ni aduana que los contabilice? ¿Cuál es el crecimiento económico o su contrario en un espacio con parámetros que no comparten otras sociedades? ¿Cómo se calculan ganancias o pérdidas en las “industrias” de la construcción, de los planes médicos, de los salones de belleza? ¿Cómo se enumera esto si lo industrial puertorriqueño es importación y consumo y un nuevo problema lingüístico? Como sumar, restar y multiplicar nos ha resultado siempre tan difícil y etéreo, nos hemos inclinado por la división. Es posible que este interés tenga que ver con nuestra condición de “Puerto” Rico, puesto que en la división queda implícito un viaje. Algo se parte y una porción desaparece, se esfuma, se lleva a

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no puede listarse. ¿Se incluye a Puerto Rico en la lista de países americanos? ¿Se le incluye en los cincuenta estados de la unión estadounidense? ¿Existe en algún lugar del planeta que no sea el turbio cerebro de la familia Hernández Colón una lista de estados asociados y libres? ¿Alguien reconoce esta lista? Puerto Rico aparece en los mapas, desde los primeros mapas colombinos. Este ha sido su tope, su no-va-más. Lo demás han sido palabras: las del geógrafo o el navegante, las del pirata o el invasor y las nuestras, las que decimos y escribimos cada día por más de cinco siglos. Esas palabras que en nuestro caso son más-palabras, pluspalabras; más claros, hondos y desconsoladamente sonidos, marcas sobre papel, imaginaciones, derivas, sueños. No hay pueblo más determinado por la precariedad de la lengua que el puertorriqueño. Por esto mismo, debe haber pocos que, acaso sin saberlo, sean más literarios. Desprovisto de poder para autorrepresentarse, invisto por los demás, el puertorriqueño se enuncia incansablemente. Su existencia se da por la interpretación. No seríamos nada sin hermenéutica. Como si colectivamente estuviéramos condenados a no salir nunca de los primeros años de la escuela primaria (no olvidemos la notoria catástrofe que es la educación en Puerto Rico), permanecemos atados a las primeras materias. Si bien,


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otro lugar. La división es una forma de circulación, pero también de lejanía. Dividir, además, siempre representa tener menos. El Puerto Rico de comienzos del siglo XXI ha quedado marcado por un fenómeno poco común: por primera vez en su historia demográfica la población se ha reducido y todos los indicadores apuntan a que esta tendencia continuará. Desde hace unos años, según los censos, vivirían en Estados Unidos más personas que se identifican como puertorriqueños que en su territorio de origen. Puerto Rico es un país dividido. Pienso que nos debemos acercar a estas estadísticas con recato, puesto que la inmensa mayoría de esos migrantes son de “herencia” puertorriqueña y, por tanto, nunca fueron parte de la población de Puerto Rico. Esto no los despoja de su derecho a pertenecer a una cultura o nacionalidad, pero debería quedar patente que su vida hace mucho no se centraba en Puerto Rico. Sea cual sea el caso, el dato, es decir la división, resulta dramática. Son pocos los países que podrían decir lo mismo y, cuando esto ocurre, en la mayor parte de las ocasiones las causas son tétricas: hambrunas, guerras, desastres ecológicos. En la región del Caribe solo conozco un caso similar: Surinam. Luego de su independencia, más de la mitad de su población (marcadamente inferior a la nuestra) emigró a Holanda.

Aparentemente, la primera década de nuestro siglo ha sido la gran década de la inmigración en nuestra historia. Hemos superado la gran ola de migrantes de los años cincuenta y los que se van no tienen perfil: no son ricos ni pobres ni clase media ni profesionales ni desempleados. Son esto y todo lo demás que hay en la sociedad puertorriqueña. Ya se percibe la huella de este éxodo. Las ciudades puertorriqueñas quedan en ruinas, abandonadas. Manzanas enteras en avenidas principales permanecen vacías. Por las aceras y aun por las calles apenas se transita. En lugar de sumar, restar o multiplicar, hemos dividido. La división es un productor de avencidad, puesto que dividir es distanciar. La división no es consecuencia de la inmigración reciente, sino un motor anterior que influye poderosamente sobre esta inmigración y sobre la sociedad puertorriqueña probablemente desde sus orígenes. El interés de los puertorriqueños por la división se manifiesta de maneras que son difícilmente abordables y que a la vez parecen encontrarse en prácticamente todos nuestros empeños. Pienso que no exagero cuando formulo que el interés por la división opera como un tabú (cabría examinar cómo se saca interés, ganancia, de lo que divide, disminuye). Es lo inmencionable, lo ocultado al punto de que su enunciación siempre es censurable.


las palabras, usando los números para distanciarse, la relación con sus compañeros de comunidad se manifestará a partir de reticencias y sarcasmos. Rara vez, de manera perdurable, podrá construir algo con otro. Se regresa una y otra vez a la división, a la distancia, a la lejanía, que separa de los demás. La “guagua aérea” es simultáneamente una metáfora descriptiva y una propuesta de una ingenuidad casi enternecedora. Aunque lo use, la sociedad puertorriqueña nunca viaja en transporte colectivo. En cada asiento de los aviones, el puertorriqueño viaja en su auto. Viaja fantaseando la separación, reafirmándose en la división. Las palabras son fantasías de compensación. En un universo donde la misma existencia de los puertorriqueños carece de realidad legal, las palabras son la única realidad. Somos palabreadores incansables, obsesos de los signos lingüísticos. El discurso puertorriqueño está plagado por las pausas, por los baches de alelamiento en los que los hablantes buscan las palabras cuya realidad nunca ha estado. El ser político del puertorriqueño nunca ha enunciado nada que no sea un juego de palabras. Ni los vocablos ni los números han estado con nosotros, nunca verdaderamente nos han pertenecido. Nuestro uso de ellos es una adaptación a su ausencia y debemos conformarnos con hablar y contar sin producir sentido. De aquí, nuestras

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La sociedad puertorriqueña crea distancias máximas en espacios mínimos. El poder, la familia, la organización de la economía o la cultura derivan en esta dirección. Este derrotero produce dos efectos: una intensificación claustrofóbica del espacio (la distancia achica) y la creación de relaciones antisolidarias. Irónicamente, en una cultura obsesionada por las dimensiones menguadas de su isla, su producto más común y más inconfesado es la distancia, en otras palabras, el tamaño de lo que separa. La sociedad puertorriqueña divide y, por hacerlo, extravía, pierde, exila. En Puerto Rico todo parece alejarse indefinidamente. Aparte de factores como la crisis o la pobreza que resultan más evidentes, la división y las distancias resultantes explican el particular tenor de nuestras circunstancias. La cultura sonriente de la isla tiene una contracción en el rostro. Un puertorriqueño es un sistema de divisiones y distancias, de ahí su comodidad para lo tribal político, para lo tribal de clase. Divide, distánciate, excluye para ser, es su máxima cartesiana. Achica, vacía para ser menos y así individualmente destacarse más. La emigración participa también de estas fuerzas: el puertorriqueño lleva su estructura de divisiones a su nuevo espacio y la reubica. A diferencia de otros grupos migratorios, apenas se organiza para unirse y ser o parecer más fuerte. La división lo llevó al exilio, bajo esta vivirá en él, a esta regresará si un día vuelve a la isla. Por las fuerzas divisorias que vengo describiendo, un puertorriqueño es un exilado siempre sin importar si está en el país o lejos de él. Su exilio es el de la lengua y los números. Incierto entre


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“uniones permanentes” (¿debo aclarar que mi mano está permanentemente unida a mi brazo?); nuestros plurales singulares e imaginarios: ciudadanía común, moneda común, mercado común, defensa común, estado libre asociado; nuestros contrasentidos: estadidad republicana, estadidad jíbara, ELA desarrollado, ELA soberano, etcétera. Cabe preguntar: ¿Qué decimos? ¿Quién nos cree? ¿Quién nos escucha? He aquí el lugar en que la condición de un pueblo se convierte en su tragedia. La isla que se pensaba saliéndose del mapa ya no está en el mapa. Ha desaparecido. En la proverbial bullanguería boricua habita un silencio abismal. Nadie tiene que contestar cuando nadie habla y aun si, como ocurre de tarde en tarde, cuando unimos palabra con sentido y decimos algo, nuestros vecinos, Washington o cualquier capital u organismo están acostumbrados a que no hablemos. No hay que escuchar a quien juega con las palabras. Solamente hay que entretenerlo. Llevamos siglos sufriendo la perversidad de nuestros compañeros de juego. Llevamos siglos creando distancias entre nosotros. A pesar de lo que se podía imaginar, hemos sobrevivido. Si algo ha probado la condición de los puertorriqueños es que estos

no son reducibles a su enfermedad. Casi sin palabras, casi sin números, la vida sigue en nosotros. Relegados por la historia al hábitat extremo del colonialismo, constituimos una lección de resistencia. Cada generación de puertorriqueños es la superviviente de un mal terminal. Se permanece con vida, pero la vida se deteriora, se vacía, se empobrece. En el budismo zen es común que los monjes sientan la proximidad de la muerte. Una extraordinaria tradición poética se ha creado de esta lúcida consciencia del fin. En 1555 Taigen Sofu escribió este poema de muerte: Levanto el espejo de mi vida y lo llevo a mi cara: sesenta años. De un golpe destruyo la imagen. El mundo como es. Todo en su lugar. Desde muy temprano en mi vida he pensado el lugar que me ha tocado. Miles y miles de páginas, dibujos, fotografías,


Lalo Osuna Rivera Cabán Nieves Mercado Vázquez Ambroggio amigos, amigas, hijos, padres, enemigos, extraños. De un golpe lo destruyo todo. Puerto Rico como es. Todo en su lugar. Digamos, antes del final, las palabras desnudas.

Eduardo Lalo

Conferencia leída en la Convención de la Asociación de Estudios Puertorriqueños celebrada en Denver, Colorado, EE.UU., en octubre de 2014.

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[El Anacobero]

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Lalo Osuna Rivera Cabán Nieves Mercado Vázquez Ambroggio para vocalizarla en los callejones de amantes– Dabas lo tuyo ...En las escaleras de New York, te bebías la luna, retumbabas por el Bronx... En Cuba afilaste la voz hacia La Sierra Maestra, amigo de los barbudos... Te fumaste un cañaveral...Confesiones... Encanado por bretes y faldas menores, le dijiste a Rolando La Serie “Oye, yo podré ser ese faro nocturno, es verdad, toda esa fumarola de amor errático, pero nunca traidor a mi patria”...Eso sucedió en Venezuela, en un estudio de televisión... Y Rolando que todo lo veía de película se le voló la gorra... La cosa se supo en el norte y más nunca, Daniel, vieron un flux lila por aquellos lugares. Parecía mentira. En fin... No sé si te fuiste y nos cantaste La despedida.... Carreta pura... Tus amigos dicen que te marchaste con Juan Matos por el portal que este abrió en el desierto de Sonora... Y que ahora cantas todas las noches en el Heartbreaker Hotel a las almas melancólicas...El guateque es infinito, al igual que la noche... De vez en cuando, hacia el amanecer, se le escucha a Billie Holliday en dúo con Maelo, y a Héctor Lavoe en cambio de sílabas con Elvis, piano, trompeta y bajo los acompaña... La luz avisa a Pedro Flores, sigue la pausa de Rafael Hernández... Roberto Clemente irrumpe con su avioneta por el gran ventanal... Aterriza en la pista de baile... La jara pasa de largo... La fiesta retumba en un tambor legal... En esta rueda de afortunado, no queda otra –Estamos en la tierra del Edén... –Brindo por ti Borinquén.

William Osuna

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A Daniel Santos lo admiré por encima de aquella vuelta rumbosa, iniciada por el twist hasta nuestros días: ritmos de la barra que bailaban en las fiestas de Los Castaños, con bluyín de pobre y pirrieles de la zapatería Miami –toda una pinta–. Las tres camisas, más las botas U. S. Keds (goma), más la correa ancha, tipo vaquero malo, bandido, forjador de epitafios frente a los muros del barrio, completaban el atuendo. La noche del sábado desprendía su luna plata. Los muchachos se lanzaban al suelo, la cabeza en giro, soltando tijeretas por un mundo mejor. Eso sí que era candeloso. La máquina del tiempo nos botaba por El Cementerio. Como aquel verso de Blaise Cendras, raspábamos los 16 años, los poemas resistían a buen resguardo dentro de una caja de zapatos. La célula guerrillera nos había abandonado frente a las puertas del cine Rosales. Me tocaba la entrega a manos expertas, el revolver añoso esperaba su último combate. Fue así... Y lo cuento... Ninguna anécdota puede opacar tu buena estrella Daniel, venías de aquellos años 40, vuelto un huracán por el Caribe, las trompetas perforaban la noche Borinquén...Tiempo que nos habían despojado de la tierra... Sin bandera... Humillado... Luego, las disqueras latinas reventaban las rocolas –Daniel Santos canta a Pedro Flores en un disco de vinil, la carátula, rostros de muchachas de tu época, boca de fresa, venida de los poemas de Rubén Darío, borrachas de sol... Las jevas Daniel, la noche volaba entre el humo y la farra, tu canto sostenido, en esa sílaba dura, como


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El guateque es infinito, al igual que la noche...

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Daniel Santos en Caracas, 1966



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Juan Manuel Rivera. Imagen de archivo


[La profecía cumplida. Diálogo con el cadaver que no termina nunca de morir] [Esto no es una reseña literar ia. Es un ar tículo en el que tomo distancia de algunas de su s precipitadas conclu siones, sin dejar por ello de rendir homenaje a la obra póstuma, muy valiosa en contenido, que me sir ve deapoyo: Julia de Bur gos, poeta maldita, de José Manuel Tor res Santiago. Jua n M a n u e l R i v e r a (Sa n Jua n: L os L ibros de la Ig ua na, 2014.)]

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Una tumba sin nombre, con un número. ¿Era ese su presentimiento o el libreto que ella misma soñara y fijara en su inconsciente como brújula? Romántica a deshoras y contemporánea del existencialismo, Julia Constanza Burgos García parecía vivir como siguiendo al pie de la letra una música demasiado personal que se iba haciendo auto-profecía. La profecía que su carácter intenso y caprichoso, y las circunstancias terribles que la habían formado, transformado y deformado, le dictaban desde su más antiguo ser de mujer pobre, mulata, revolucionaria y poeta. Una maestrita rural de primaria llegaría a ser por allá por las sínsoras. Allí soltaría el poema que llevaba en el vientre hacía veintiún años. Ese poema la salvaría en cierta época del apagón total cuando, años después, durmiera sobre papeles de periódico su fatiga con una caneca de vinillo de almohada. Enamorada a muerte y enamorada de la muerte. Julia estaba enamorada de la muerte desde temprana edad. ¿Será cierto eso que se


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dice, que fue violada cuando niña? Ya es hora de decirlo en blanco y rojo. Por nuestra parte no nos arriesgamos a afirmar lo que no sabemos. Eso sí, sabemos de las circunstancias en las que se crió. Pobreza extrema. De trece hermanos suyos, solo seis logran sobrevivir al hambre y las pandemias. Los demás, más felices, vuelan muy tiernos. Decir que su padre es un bohemio es subirlo de rango. Bohemios son quienes disfrutan de ciertos privilegios sociales y pueden echar mano de ese eufemismo. Para los marginados no hay eufemismos bobos ni pañitos tibios. Los pobres son alcohólicos, y nada más. Su viejo fue un desastre, no un bohemio. Un parrandero. Un guapo de barrio de fama diminuta. Un aventurero a pequeña escala. Un montaraz. Un improvisador sin demasiado brío. Con él Julia aprendería a montar a caballo, (¡peligro!) a acercarse al alcohol y –quizás– a entender o a confundir la vida con un tortuoso laberinto. Pero su niñez miserable no fue del todo, ni a toda hora, mala. Hay millones de seres en el mundo que la han tenido igual o peor que ella, pero cada cual es cada cual y esto no justifica la injusticia social que representa su caso particular. Cierto grado de libertad temprana la haría también arisca y montaraz; y, en parte, dueña ilusoria de malezas y quebradas. Traviesa y vigorosa a pesar de su flacura inmensa, subía a los árboles en busca de frutas o sólo porque sí. Corría bajo la lluvia. Se bañaba desnuda en una poza o en el río. El río… Ese río fue su amante y confidente desde el botón rosado de su niñez. Reclamada por éste, ella fluía, trascendía y sublimaba la estrechez opresora, humillante. Allí, a veces junto a su madre pero mayormente sola, se hará poeta o dejará salir su alma de poeta. No sabemos si su iniciación en el sexo corrió pareja con su iniciación en el alcohol y en la poesía, en plena adolescencia. ¿Estarían asociados inconsciente adentro, estos tres dioses/demonios desde entonces? Alcohol, poesía, erotismo. Tremendo coctel, muy explosivo. Caminos y más caminos. En sus primeros años el nomadismo le es impuesto por la misma pobreza. De aquí para allá, de allá para acá tras su familia, sin detenerse nunca demasiado en ningún sitio. A pesar de todo esto, sus calificaciones sobresalientes la llevan a la escuela secundaria de la Universidad, y después a la Universidad. Ahora es Maestra Normal.

Trabaja por un tiempo con la PRERA, una agencia federal encargada de mitigar o encubrir la miseria y de propagar la epidemia de la dependencia. El oficio de maestra lo ejerce un poquito después, y sólo por un año en una escuela rural trepada por las sínsoras. No sabemos si renuncia a su plaza o si no le renuevan el contrato. El hecho es que vuelve a “la losa”. Entonces termina de conocer a los más importantes poetas de entonces y comienza a reconfirmar sus sospechas sobre la sociedad hostil que la rodea. Uno que otro poeta principal escribe sobre ella maravillas ya consagratorias que la halagan en extremo. Tremendo espaldarazo y tremendo peligro a tan breve edad. Entra en amores. Es decir, continúa estando en amores, pero esta vez de manera más oficial. Se casa a los veinte años, pero no se abstiene sin embargo de frecuentar bohemias ni de estar con otros hombres. Es una precursora (o continuadora, más bien) de la mujer liberada que cree en el amor libre, aunque la gazmoñería oficial lo que dirá de ella es que es una “cualquiera”, una mujer “fácil”, con p de poeta. Un poeta de mayor edad la hace su amante (o es ella quien lo hace suyo) por un tiempo muy breve. Antes de que su primer poemario, Poema en veinte surcos, salga a la luz, se divorcia de su primer marido. El matrimonio y sus convencionalismos no le cuadran a las dimensiones de su mito personal de mujer, una igual a los hombres y, como ellos, libre. Es una época de alocadas búsquedas, de afirmaciones sublimes y de confusiones comprometedoras; época contradictoria en que por un lado va afirmándose racialmente, reconociéndose como grifa (o mulata), mientras por el otro disfraza su pelo (y quizás su conciencia) de un brillito dorado, casi ocre. Una “rubia de farmacia” por una temporadita. Y aquí le hago un espacio a la meditación. ¿Llegó Julia a ser dueña de una conciencia racial definitiva o se quedó perdida en medio de su búsqueda? ¿Fue su poema dedicado a la grifa (ella misma)


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La acusarán de esto y aquello; entre otras barbaridades, de haberle arrebatado el novio a una conocida soprano que más tarde pasaría a la historia por ser autorizada voz de la cultura

y que hasta enarbolar la bandera nacional en su país es un delito. Pero, como se verá, no todo en ella es compromiso patriótico. Julia es un ser humano falible, como todos. Y, de momento, lo que ella misma no se esperaba sucede. Por primera y única vez, locamente enamorada, embarca en pos del amante que llega y la cautiva, sólo para que poco tiempo después éste salga huyendo de sus propias flaquezas y del acendrado prejuicio clasista y racista de sus padres. Aun así, ella se lanza tras el amante racionalizando que, quizás viviendo en un país distante del de ambos… Pero Julia no se va de Puerto Rico en paz con todo el mundo. Atrás deja una estela de murmullos y maledicencias que la perseguirán toda la vida. La acusarán de esto y aquello; entre otras barbaridades, de haberle arrebatado el novio a una conocida soprano que más tarde pasaría a la historia por ser autorizada voz de la cultura. La razón personal por la que Julia abandona su país tiene un sello elocuente: es el amor, ese gran desquiciado que lo arregla y lo desarregla todo y sin el cual nada tiene sabor ni color. Sin estereotipos de ninguna índole, puede afirmarse que, en Julia la apasionada, el corazón siempre tendría un peso prioritario, superior al de cualquier otra consideración. Romántica hasta el eje, no era una mujer de sangre fría o de cerebro helado. No, ¡qué va! Pero aun siendo esto así, también detrás de la decisión de marcharse para siempre está su feroz inadaptación a los odiosos convencionalismos de clase que envenenaban el ambiente y la hacían flotar como si estuviera viviendo en un limbo o en un exilio interno, en su propio país. Es que no hay peor cuchillo que la intolerancia, especialmente cuando esta viene de los seres más íntimos. Además, muy cercana a su piel, está la represión política que arresta, asesina, masacra, encarcela y proscribe a todo disidente que afirme su derecho a tener patria. Todas estas razones se juntan para impedirle el sosiego y para vedarle el camino a un empleo

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un atisbo que luego abandona del derrotero que quería perseguir, o fue aquél parte íntegra de una “escuela” política (la negritud) que los poetas Leopold Sedar Senghor y Aimé Césaire se habían encargado de propagar como reacción salvadora frente al apabullante racismo colonialista? Acá, en el Caribe hispano, ya otros magníficos poetas (Nicolás Guillén y Luis Palés Matos) habían ensayado una respuesta poética frente al fenómeno que, posiblemente, haya tenido algún eco en la mulata de Carolina. Pero ¿cuán profunda era su convicción racial? Ser “rubia o rubio de farmacia” puede ser para algunos una moda más, pueril quizás, pero inconsecuente. Pero… desgraciadamente en ciertos y determinados casos esta “moda” puede llegar a ser (¡peligro!) un acto masoquista. Porque, en este caso, el negro/mulato que asume esa conducta le estaría dando la razón a la injusticia del racismo que proclama la superioridad (a ser envidiada e imitada) del pelo y las facciones de las poblaciones de origen europeo, en desmedro de todos los demás modelos de belleza. Por supuesto, este embuste fue cayendo en el más abyecto desprestigio a medida que las revoluciones de liberación de los pueblos del Tercer Mundo fueron avanzando, a la par que la ciencia que nos habla del origen y la evolución de todos los humanos fue mostrando evidencias de que África es la cuna, y Europa, sólo un reflejo tardío de la humanidad. Queda la duda de hasta qué límites Julia logró llevar unidos en un solo haz sus ideas y sus acciones (su praxis) en relación al monstruo racial que se nos echa encima. Perseguida por sus ideas políticas, sólo puede sostener empleos efímeros. De un programa radial, La escuela del aire, será expulsada por subversiva, por pertenecer al Partido Nacionalista que busca la independencia de Puerto Rico a cualquier precio. Julia está políticamente consciente de quién es y se reafirma. En esto no hay ambigüedades. Sabe que el patriotismo ha sido criminalizado por los invasores


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Todo el que se va de su país lo hace impelido por fuerzas mayores. En su caso se trata de un acto de acoso político, incesante, provocado por un (des)orden social infame, reprimido, misógino y antipuertorriqueño. Lo que Julia sufre no es otra cosa que una expulsión, un destierro político


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más o menos seguro que le permita, por lo menos, sobrevivir. El monstruo social y el monstruo político la convierten en víctima. Cinco veces víctima será: por ser mujer, pobre, mulata, independentista y antimojigata o partidaria del amor libre. Ante la duplicidad moral de la sociedad aburguesada que la discrimina, Julia revienta de coraje. De modo que de su salida sin regreso no puede hablarse como si se tratara de un “exilio voluntario”. En primer lugar, son poquísimos los exilios voluntarios. Todo el que se va de su país lo hace impelido por fuerzas mayores. En su caso se trata de un acto de acoso político, incesante, provocado por un (des)orden social infame, reprimido, misógino y antipuertorriqueño. Lo que Julia sufre no es otra cosa que una expulsión, un destierro político. ¿Y a dónde habría de ir sino a la segunda patria de los puertorriqueños de la época? La diáspora. Se irá a la ciudad de Nueva York y de allí, tras una odisea, llegará con exiguos recursos a La Habana donde su corazón asegura que su gran amor la espera. Allí vive dos años de angustia y de felicidad junto a él. Renueva sus ansias de superación en bonitas tertulias con robustas personalidades de la cultura, y se matricula en la Universidad de La Habana, sin que obtenga grado alguno. Pero la luna de miel pronto termina. Roto su corazón de desengaño ante la incomprensión y la debilidad de carácter de un amante que rehúsa hacerla su esposa mientras al mismo tiempo le monta obtusos dramas de celos, Julia se siente por primera vez perdida por completo. Tanto así que por meses piensa con obsesión en el suicidio. Aquí se da otra de las contradicciones de Julia, una mujer liberada que veía en la institución patriarcal del matrimonio un obstáculo al desarrollo de su género. El nudo central de sus relaciones de pareja (semejante al asunto racial) tampoco parece haber recibido de ella una respuesta definitiva en la praxis. Seguiría entrando en matrimonios formales o casi formales por el resto de sus días. La pérdida sufrida en La Habana será su primera gran muerte. Triste y desolada, volverá a la ciudad imperial donde, ya marcada por el carimbo definitivo de su estrella, habrá de buscar su muerte definitiva. Desabrida de todo, de Nueva York se mudará con un segundo esposo a Washington Decé pero, siempre acosada por la sombra de la persecución política, vuelven a echarla de su empleo. Como siempre,


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Julia, una mujer liberada que veía en la institución patriarcal del matrimonio un obstáculo al desarrollo de su género

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buscará refugio en el laberinto de los rascacielos, a cuya sombra viven los exiliados puertorriqueños que han sido expulsados de la Isla por las insuficiencias de una economía que sólo mira por las ganancias de las corporaciones extranjeras. En la Babel apenas sobrevivirá haciendo trabajitos que no retaban sus capacidades, excepto uno, el de redactora de una revista (Pueblos Hispanos), que era dirigida por otro boricua perseguido, Juan Antonio Corretjer, el poeta que había sido padrino de boda de su primer enlace. En esa revista Julia habría de desplegar una bonita actividad cultural en el año 44. Trabajar allí fue como recuperar una esperanza. Por breves momentos vuelve a ser ella. Allí vuelve a ver, entre otras grandes personalidades de las letras, al poeta Pablo Neruda, a quien había conocido en La Habana en casa de Juan Bosch, y quien tiene una alta opinión de Julia como poeta. Pueblos Hispanos representó para Julia un hermoso paréntesis. Después que la revista es clausurada, Julia será unas veces vendedora de lámparas y otras, costurera, labores marginales que casi no le dan para comer. Ya en esta etapa vivirá muchas veces de la limosna o sobra que le dejan caer sus compañeros y amigos de la calle, los vinilleros del vecindario, gente tan humilde que jamás alcanzará el altísimo título de bohemios. Para estos años, ya Julia es un ángel caído. Su proverbial belleza de hembrota esbelta y espigada, se ha esfumado y sólo quedan por allí tirados los residuos de un trofeo perdido. Dará lástima verla irse barranca abajo, pasando de un cuartucho a otro, de uno a otro hospital, y de una mano a otra. ¡Horrible! Julia la apasionada ya ha llegado al punto del no regreso cuando una noche ocurre lo esperado: cae desde el vacío al vacío allí donde la bulliciosa Calle 105 choca de frente con la fanfarria burguesa y silenciosa de la Quinta Avenida. Inconsciente, agoniza en la acera. Morirá antes de que la sirena de la ambulancia que, finalmente llega, alcance el hospital. El

Acta de Defunción dice que muere de un ataque de pulmonía lobular. No era este su único padecimiento. Hacía ocho años se le había diagnosticado cirrosis hepática. Tenía solo treinta y nueve años, una muchachita en la flor de la vida si se quiere, pero el infierno al que la habían echado (y al que ella misma se había entregado) le hacía aparecer como un ángel hundido en la decrepitud. Como al momento de morir no llevaba identificación consigo, las autoridades del hospital no encuentran qué hacer con su cadáver. Por esta razón deciden enterrarla en una tumba sin nombre de un cementerio (Potter’s Field), donde van a dar los huesos de los olvidados que fueron tragados, como ella, por la ciudad sin alma. Fatal epílogo para una hermosa mujer que en sus soles juveniles había sido atleta, que había obtenido la primera presea en salto a lo largo compitiendo por la UPR; una niña que a los trece ya era una poeta y narradora de incipiente promesa; una chica callada de voluntad rabiosa a la que las autoridades de la escuela pretendieron una vez cerrarle la puerta (porque no podía pagar a tiempo su matrícula) sólo para que ella (¡Buenos días, maestro!) entrara al salón saltando por la ventana; una decidida luchadora a quien un pacifista de leyenda (Don Clemente Pereda) la iniciara en los afanes patrióticos a los dieciséis años; una militante consecuente que por un tiempo llegó a ser secretaria del patriota mayor, Pedro Albizu Campos; una oficial de rango político que había sido Capitana de las Hijas de la Libertad (el equivalente femenino de los Cadetes de la República del Partido Nacionalista); una poeta que había sido laureada dos veces por el Instituto de Literatura Puertorriqueña. A pesar de que su errancia desdichada de los últimos años no le permitió el sosiego necesario para cosechar triunfos mayores, Julia seguiría siendo una buena poeta hasta el final. Su obra producida en esta época quedará excluida de la memoria pública debido a sus frecuentes mudanzas y al desorden en


Lalo Osuna Rivera Cabán Nieves Mercado Vázquez Ambroggio que había caído su personalidad. Pero –curiosamente– se conservan dos poemas en inglés que dan fe de que sus facultades artísticas sobrenadaban al naufragio. The Sun in Welfare Island y Farewell in Welfare Island fueron escritos en el hospital Goldwater Memorial, el año de su muerte. Un genio de la siquiatría que la examinara en aquellos años de desahucio dictaminará que Julia padecía de alucinaciones. Según el eminente especialista, su paciente fantaseaba en extremo y tenía la manía de repetir que era poeta… Así vino a terminar sus días una mujer que naciera de un río y fuera asesinada por un cuchillo de agua. ¿Qué nos queda al final? Nada, uno de sus inmensos poemas. ¡Perdón! Nos quedan tres poemarios valiosos: Poema en veinte surcos, Canción de la verdad sencilla y El mar y tú (póstumo). También un manojo de cartas escritas a su hermana en las que la poeta va mostrando sus vísceras. Ese epistolario toca el núcleo de la autobiografía que Julia no escribió. Allí aparece como era en verdad, una mujer ilusionada a veces y, a tramos, decepcionada. Un ser humano pleno y, como tal, en extremo contradictorio. Tanto, que llegaría a ser, al mismo tiempo, autora de sí misma (“yo misma fui mi ruta”) pero también (¿quién lo disputa?) testigo y hasta cómplice de su trágica destrucción.

Juan Manuel Rivera

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[Poemas la comuna de bello

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Arecibo, Puerto Rico. Ha publicado: Poemas para ti (1964), Mi soledad y tú (1965), Diario para los tiempos y las cosas (1987), A veinticinco años después de la marea (1988), Transeúnte (1990), y El libro del jaikú (2010). Como narradora

Aida María de Jesús] publicó en el 2012 su colección de cuentos, La mujer de aquella noche; y en 2014 su novela, Laberinto.


Transcripciones

Corta tregua suele dar la soledad

A distancia del pasado

Este cartapacio de polvo

los objetos transcriben sus minutas.

contrincante del alma

Cuelgan los disfraces

es andén al pasadizo

en la percha inerte.

donde suelen pernoctar

Llegadas y partidas

valijas fraudulentas.

apuntan paralelas.

Habitación de la esencia donde practica la alegría

Contorsión de volutas…

y más veces se ejercita

Inconsciente,

la tristeza.

el vino se añeja.

Efímera morada

Un arma traspasa

frágil puerta

la televisión.

la del estruendo…

Estallido de silencio sobre la almohada…

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[ASI MI NATION: la teatralidad de la

poesía o la poesía de la teatralidad] ASI MI NATION: un balbuceo calibanesco

Tomado de: http://carboinaelrixema.blogspot.com/

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Si el Caribe como punto de salida o de entrada, de encuentros o desencuentros ofrece una apertura o un cierre hacia la interdependencia del mundo, permitir una raíz única como génesis de la subjetividad, sería la condena y el encierro a lo Absoluto. Un significante que se constituya como signo supremo y hegemónico sobre su significado, posibilita su fracaso. Resultaría tarea fácil, o como decir, un tirar de guantes a la recurrente evaluación de la existencia y su semiosis. Es visualizar una comunidad en la que se origina una enunciación para expresar la relación con el mundo sin colapsarse en la mismidad, en la amenaza a su uniformidad, en la exclusión de lo que no se cohesiona con su conceptualización nacional. Se necesitan imaginarios que no concluyan el trayecto, la travesía, la búsqueda del ser. Habría que, desde una limpieza del disco duro de la mente, encontrar nuevas agendas de trabajo, rastrear aquellos disparates o irracionalidades que reflejen la complejidad del mundo y sus heterotopías. De ahí, se recurriría a animarse y a poder visualizar los devenires constantes de la totalidad, lo caótico, las pérdidas de raíces únicas, la descoyontura del hombre unidimensional. De acuerdo a esto, mediante una teatralidad de la poesía o una poesía de la teatralidad que no está demarcada por una definición unívoca, sino por


Lalo Osuna Rivera Cabán Nieves Mercado Vázquez Ambroggio la comuna de bello

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rupturas de fronteras que desestabilizan viejos modelos genéricos aparece ASI MI NATION. Poesía activa, monólogo, declamación tradicionalista, o aquélla, que desde taínos, paseos de La Asbaje con Ayerra de Santa María en El Virreinato de la Nueva España, Borikén y El Caribe genera una performancia sin preferencia entre escritura y oralidad. Una representación que desdibuja desde estéticas e imaginarios las trivialidades massmediáticas, la poliritmia, la poliglosia, los excesos onomatopéyicos, las jitanjáforas, los sonidos impensables, el folclor, el sincretismo, la transculturación, el mestizaje, la hibridación y su relación con el mundo. Una que permite una representabilidad ambigua que rompe las jerarquizaciones de clases, razas, culturas y lenguaje. Quizás un mejunje, en el cual la taxonomía por transgresiones a híbridas moléculas, cuyos significantes no responden a atávicas estructuras, busca su teatralización. Una, en la cual: así minan las naciones, así me asimilo, así me mino. Y de ahí, construir un artefacto que corresponda a esa encrucijada donde se relaciona Borikén, El Caribe, México, Aztlán, América, Latinoamérica, Estados de América Latina Unidos, Estados Unidos de América Latina, Estados Latinos de América, Estados Unidos de América por Latinos, Estados Latinos por América. Nada, perder la linealidad del tiempo y el espacio, donde el Cuanto busca su campo semántico en la inteligencia, escapándose de la estandarización. Es en ese cúmulo de elementos en la escritura/representación que subvierte la cultura monolítica y su lenguaje de legitimación, que surge ASI MI NATION. Un juego lingüístico que se desforma, disintiendo normas y gramáticas en espacios del afuera, en lo excéntrico, en el margen, cruzando fronteras institucionales, La Ciudad Letrada y sus últimos cartuchos, para reconocer del mago Próspero las fabricadas alquimias que resignifican a su esclavo. Es decir, aquél que con su acento maldice esas definiciones monológicas del sujeto:

Acoto saca moco suca. Acoto saca moco suca. Acoto saca moco suca alalimó. Acoto saca moco suca alalimó pati. Acoto saca moco suca alalimó pati loco. Acoto saca moco suca alalimó patiloco alalimó. Alalimó. De esta manera, Calibán como alegoría en tiempos posmodernos/poscoloniales se autoconstruye desde un arte interdisciplinario, desjerarquizado, multidimensional e híbrido que expresa las relaciones interculturales de los sujetos marginados. También desmantela aquellas invenciones culturales que constituyen las separaciones maniqueas entre primer y tercer mundo o civilización y barbarie. Es decir, si el discurso criollo arielista, perpetuado en la ciudad letrada colonial hispana construyó un sujeto y unas colectividades que siguen siendo subalternos ante la hegemonía de la lengua, la raza, el género y la clase, las viejas propuestas de la nación burguesa criolla que la sustentaron, se resemantizan desde nuevas cartografías, desde otros lugares confines a la exterioridad de un edificador asistemático. Entonces, desde una mayéutica de emisores/receptores se pare una escritura/teatralidad que se expone desde la liminalidad o desde la opacidad espacial e identitaria de múltiples sujetos heterogéneos, ambiguos y contradictorios en tiempos globales y transnacionales:


“”

Un juego lingüístico que se desforma, disintiendo normas y gramáticas en espacios del afuera, en lo excéntrico, en el margen, cruzando fronteras institucionales Qué españoles venden chinas por el oro. Qué los negros bailan bomba en Rock Café. Qué los gringos en Berlitz aprenden arahuaco. Qué los pobres suben a la estatua. Qué tu Nueva York es barrio de San Juan. El Calibán va a transnaciolandia y se desterritorializa de ese espacio insular que lo ata, violenta su identidad, desvincula y desafía la cátedra arielista y la maestría de su amo. Es decir, se enriquece con lo diverso, con el cruce de márgenes hacia centros metropolitanos, con el rizoma que niega su muerte y busca otras raíces para extenderse, con la mímica o parodia a la significación esencial y ontológica del sujeto. Una creatividad que ahora se reterritorializa en un significante flotante que atraviesa límites y su movimiento evidencia un discurso transterritorial y transdisciplinario. Uno que entierra un pasado sistemático continental y se transmuta en una poética posnacional y pos-

identitaria, transgrediendo y resistiéndose a la concreticidad, a la homogeneización, al esencialismo boricua insular y caribeño: The tequila, runs away, Ron run, a way, pinche güey, Taíno, run away, Azteca, Bor-tera, Bandera, away, güey, way, run, rum, Ron. Sé que soy Boricua y antes era lo que soy un pinche güey a Boricua runs away.

En otras palabras, se descategoriza la vieja metáfora bajo formas perversas de la estética en simulacros, simulaciones,

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Qué taínos usan la computadora.


pastiches, cyborgizaciones, palimpsestos que desacreditan todo fundamentalismo, y se distorsiona en su virtualidad hiperreal. La subjetividad se revela ahora como resistencia en tiempos globales y transnacionales a los límites que la constituyen. Así bajo experiencias estéticas transterritoriales, se desmantelan saberes, raciocinios ilustrados con sus utopías unitarias de continente y sus ínsulas, lengua oficial recolonial, invención de tradiciones y la camaradería oligarca que se denomina completa en lo nacional: Warning: My citizen... shit is US, but with an ethnic/racial identity hyphenated by the Hispanic American-Indian-Post Asian, and Pan African non-White American. In other words, the Repeating Island: Post Nyorican, Post Puerto Rican American, Post Mail (Pronunciation in Spanish) Post Spics, Pos, pos, sí how I was telling you… I am Pedro Pietri’s Character, I am Pedro Pietri’s Character.

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La transnacionalidad y la transterritorialidad calibanesca se fundamenta en la colaboración de una multiplicidad de sujetos subalternos en/a centros metropolitanos, quienes van a reclamar su derecho a la sobrevivencia planetaria, la inclusión en la distribución de materias primas y riquezas del subsuelo que habitan sin subsumirse en jerarquías diferenciales, el reconocimiento a las multiplicidad de grupos humanos y a sus quehaceres cotidianos, el entendimiento de una diversidad polirracial y étnica que no se adhiere a una localidad exclusiva que se clausura en lo nacional:

Tun tun. Quién es. Tuntuneo de sapo que mira tambaleo. Tun tun. Quién es. Tun tun Quién es. Nace del espacio Jurakán, viento que se pierde en su penar. Hombros con hombros la amplitud. Nace de polis actitud. Tun tun. quién es. Tun tun. Quién es. Pasa con alizado. Tun tun. Quién es. Grifo equilibrado. Tun tun Quién es.


Rivera, Carlos Manuel. CD ASI MI NATION, NY, NY, 2010. Recorded and Arranged by Papo Gely, NY, NY, 2009.

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Carlos Manuel Rivera

referencia

Lalo Osuna Rivera Cabán Nieves Mercado Vázquez Ambroggio En suma, mediante una rearticulación del lenguaje poético y su concretización en la teatralización, la performancia o la representación de ASI MI NATION, nos adentramos en un hibridismo boricua-caribeño, en la que se participa de una exaltación conceptual alegórica de la “Isla que se repite”. Una poiesis puertorriqueña que entrecruza la hibridez, el sincretismo, la desconstrucción y la resemantización de la nación, la lengua y la cultura. Es una escritura creativa, un “Spoken Words” que subvierten jerarquías y modelos subordinados a lo unidimensional y monolítico de sus definiciones. Es desmantelar el carácter unívoco de la cultura y resaltar un suprasincretismo ritualista e incategorizable que no cierra su semiosis.


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Tomado de: http://carboinaelrixema.blogspot.com/


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[Poemas la comuna de bello

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Catedrático Asociado de Español en Bronx Community College, CUNY en la ciudad de Nueva York. Además es poeta, actor y performero, como también investigador. Ha presentado su obra poética y teatral en Puerto Rico, España, México, República Dominicana, Chile, Perú, Colombia y Estados Unidos. Obtuvo su grado doctoral en Literatura latinoamericana y del Caribe hispano en la Universidad Estatal de Arizona (2000). Obtuvo el Premio Internacional de Literatura 2013 del Instituto de Cultura Puertorriqueña en la categoría de ensayo. Ha publicado su poesía en las revistas literarias: Campo de los Patos, Sable, Claridad En Rojo, Oasis, Abya Yala y Taller Literario, como en las antologías: San Diego Poetry, The Best of Panic. ¡En vivo from the East Village!, 8va Convergencia Internacional de Poemas Juninpais. Tiene publica-

Carlos Manuel Rivera] (Carboinael Rixema)

do su libro de investigación Teatro popular: El Nuevo Teatro Pobre de América de Pedro Santaliz (2005) y el de poemas-performances, Soplo mágicos disparates Orbis Press, Phoenix, Arizona (2003). Además grabó su CD de poemas y performances ASI MI NATION (2010).


que liberaba a los de atrás, y no fungía como el último gemido A Simply Rob

Como un simple cliqueo de un botón, se desatan lumbres, fósforos y cerillos. Habría que prender los andamios y las paredes de ceremonias que encasillan abejas dentro de colmenas, y límenes de sus decibeles. Era una grata amnistía

para que la zozobra riera de sus maquinados heliotropos. Parecía la palpitación de hexámetros en que gritos y quimeras colapsaban del silencio pasmado que enmarca su sonido. No se relajaban heraldos, ni cascabeles regaban de proverbios. No se llenaban ceniceros de faroles, incitando a la penumbra cuajada

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Canto de Querubines


como el níspero

Sólo quedaba

que en su batir de piedra,

la cháchara muda

abre y cierra

que de manantiales

el maná que fluye

imaginaba diademas,

de sus aleaciones.

y como brisa recobraba del misterio

Sólo se inauguraba

curvas y escalones.

una cincelada de pájaros que picoteaban de rapsodas

Sólo habría que rodar

el interno trompo

por acantilados

de su inventada reminiscencia.

donde la luna no sintiera el púlpito,

Sólo palmas

y la mímica

quedaban impregnadas

enlutara

y los capullos alucinaban

del sacrificio

rocíos como vuelta

el recriminado mandala.

no sincerada

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de vertidas soledades

Eran muchos los ejemplos:

y de añorados saludos.

ruinas, pausas y redundantes primaveras.


Eran varios los emisarios

que clavan articulaciones

con sus únicas inmediateces

y recomponen

abiertas a la deriva.

de su precipicio elevado.

Eran cientos los de aquí

Eran algunos

que en solicitud

como el hierro

asombraban

que hablan de osadías

cada vez

y vociferan

el inhalado sollozo.

de su póstumo malestar la abotonada sílaba

Eran tales

que se digna

los que exaltaban

de sus comenzares.

arroyuelos que sirenas nunca silbaron

Era

dentro de la insensatez

sólo Él,

jubilada de su pesadilla.

el Querubín quien con su canto cumple trasfondos

los que cumplen

desde el éter,

sus amaneceres

y recibe de albricias

en la verticalidad del llanto

sus labradas Bendiciones.

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Eran tantos


Ni los papeles que puntualizan musgos a tus cautiverios,

Claro olvido Homenaje a Marina Arzola

Ni ese garabato ni ese silábico de minutos polvoríferos alborotarían la amnesia de una víspera que sonroja a mis vaticinios. Ni los blancos colibríes pasarían sigilosos al rastreo por la inquieta anémona de tu calavérica nereida. Ni las aladas envolturas

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vituperarían el enredo sortilégico de tu incolora bibliografía.

enloquecerían al ser del habrá ausente que permanence en el será de tus residuos. Ni los tropiezos culparían en tus átomos performáticos los vociferados reclamos a tus apariciones. Ni el responso, ni la savia de tus interludios marcarían del poema el claro olvido de no haberte conocido.


Carlos Manuel Rivera. Imagen de archivo


I Afortunadamente no era soledad se trataba invariablemente de otra cosa algo como cosquillas que invalidan el efecto nada nocivo de vivir a cierta altura como cuando te da con no hacer nada y se sucede el polvo sobre los muebles de la sala acumulĂĄndose la herrumbre en los metales casi a dĂşo con la mugre que por las grietas de las losetas del baĂąo se va asomando brevemente Otra cosa nada menos que por eso los disparos en la frente del amado

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en tiro al blanco de esas frases que lentamente hieren el lugar exacto donde deben casi apenas sin pensarlo y se instalan como esas comodidades que un beso siempre tiene para quien no lo da aunque de vez en cuando te toma por sorpresa en un asalto de puertas que se cierran por el viento insistente de trĂłpicos que se deshacen


Daniel Torres] moerótica (2012). Como crítico literario ha publicado ensayos y libros sobre poesía hispanoamericana colonial y contemporánea. Su más reciente trabajo de investigación ha sido Dulce canoro cisne mexicano: La poesía completa de Carlos de Sigüenza y Góngora, volumen publicado en Barcelona por la editorial Paso de Barca en 2012.

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[Poemas

Caguas, Puerto Rico, 1961. Es catedrático de Español y Estudios Latinoamericanos en Ohio University. Sus publicaciones incluyen dos novelas, Morirás si da una primavera (1993, 2014), Premio Letras de Oro 1991-1992 de la Universidad de Miami, y Conversaciones con Aurelia (2007); un libro de cuentos, Cabronerías: historias de tres cuerpos (1995); un libro de crónicas, cuento y poesía titulado Mariconerías: Escritos desde el margen (2006) y los poemarios contenidos en En (el) imperio de (los) sentidos: Poesía (in)completa 1981-2011 (2013). Su poesía ha sido incluida en El límite volcado: Antología de la generación de poetas de los ochenta (2000), en Mariposas: A Modern Anthology of Queer Latino Poetry (2008) y en la Antología del Colectivo Literario Ho-


casi siempre en todo aquello que se empaña Tampoco era silencio porque se oía todo como golpes que no daban ni paraban en ninguna parte mientras se detenía algo extraño una sensación de vellos nunca inmóviles mas dóciles siempre en la fortuna de los otros en el aire que recorre los umbrales de las casas cuando llega tarde la noche recostada en los dinteles y se detiene aquello que innombrable se queda por vararse sin sospecha.

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lo prendieron le azotaron los mandamientos leyéndole la sentencia a la vida

II han mandado fusilar a dios lo sacaron por el empedrado de las nubes a la vista de todos no era anciano ni joven no tenía la decrepitud de los siglos lacerados en que oprimió a la humanidad tampoco la sonrisa despreocupada de los ojos sin sentido tenía sólo cuarenta años de días

en su cara llena de acné azuloso la descarga fue breve despertando el fantasma de su manto rasgado hermoso era avergonzó a todos alguien vio un ángel luminoso echarse a llorar sobre el polvo del pubis de dios era mujer (asombro de voces) pero hacía el amor como cualquier hombre

y unos cabellos de espejo hasta los hombros no tenía el aire de un crucificado de un adicto a drogas o de un masturbador profesional los hombres que lo llevaban no lo ataron ni lo maltrataron fueron benévolos con la última oración de las úrsulas del pueblo

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sólo la hondura interior


III Un lirio blanco en el lodo Se llamaba Lily y era de Ohio. La conocí en una parada de guaguas y me contó la mitad de su vida a lo largo de ese año en que compartimos esperando siempre entre el frío en invierno, el calor del verano o el fresco de la primavera y el otoño. Lily era una señora de las que en mi país tiene nietos, hijos y conocidos que se la llevarían a su casa cuando ya no pudiera valerse por sí misma. Pero todavía a su edad trabajaba como birthday lady en McDonald’s o en el maldito drive through de las toxinas

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después de un largo día de estarse en pie para ganarse el pan

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y me la imaginaba llegando a su casa toda cansada

Cada mañana hablábamos siempre de lo mismo: el tiempo

y se sentaba a mirar por la ventana. o sea que no hablábamos de nada, pero poco a poco me fue contando la mitad de su vida de carencias y me fue mostrando otra cara tal vez más humana del American


dream y entendí que ante todo somos humanos por encima de diferencias culturales y que es siempre un problema de clase y no de cultura el problema de la miseria. Era como decía equivocándose mi papi Chente: la pobreza es un estado mental del que no se sale si uno no quiere. Ay, papi Chente, si fuera tan fácil...

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IV He descubierto que vengo de una larga línea de brujos yorubas, que mi devoción a ultranza por San Martín de Porres es una sublimación de mi sangre que clama por Changó y Obatalá y que mi hermana que es devota de la Virgen de la Caridad del Cobre también es una bruja que se esconde detrás de la comida que le ofrece a la santa en múltiples platos, y las monedas que le tengo a la Guadalupe es una costumbre de ñáñigos, pero como me han borrado tal pasado no sé a ciencia cierta los efectos que tienen en mis genes el olor del incienso que quemo a diario sin saber por qué ante la estampita de Santa Rosa de Lima.

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Tal vez se trate de la memoria muscular de la que hablan las maestras de baile y que en mi caso es memoria el reflejo inmediato frente a un sueño.


V Dicen l@s que saben que pelearse es otra manera inevitable

indiscutible

e irrevocable

de amarse.

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Daniel Torres. Imagen de archivo


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Daniel Molina y Pedro Lรณpez Adorno


[Ópera ardiente: una poética

del cuerpo y el placer]

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Acercarse a un libro de poesía es siempre una gran aventura pues no sabemos qué es lo que encontraremos si en verdad esperamos encontrar algo; ni sabemos de qué realidad parte el poeta o cuál es la voz con la que habla en sus textos, ni cuáles asuntos hay en ese lenguaje con los que podamos identificarnos. Es evidente que estas inquietudes encuentren eco en cada lector. Las respuestas, por supuesto, pueden ser variadas e infinitas. Una de esas con las que puede identificarse cualquier lector, es decir, un lector no necesariamente versado en la poesía, la hallamos en Ópera ardiente (San Juan, Terranova Editores, 2009). Ópera ardiente es un libro que trata sobre la naturaleza del amor. Un amor sentido en la más profunda y sensual de sus manifestaciones. Una pasión que reclama en la carne la presencia de un yo lírico que insiste en poseer el cuerpo en su total desnudez. No el cuerpo como un objeto del deseo o como algo que ha perdido su significado humano, sino como la fuerza que vence los convencionalismos de la vida para descubrir lo que sólo es posible descubrir en el lenguaje de la carne. Si bien es cierto que la plenitud del amor es el tema central de este libro, existen otros motivos como el de la naturaleza y la música que le sirven de referencia. Por ejemplo, del título mismo entramos a un universo en el que la música y las palabras se funden en una misma unidad poética. Por otro lado, la palabra “ópera” asociada al adjetivo “ardiente” alude aquí a una imagen que adquiere una connotación erótica que corresponde al dramatismo de esa entrega. El poeta se ha valido de este


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Tomado de: http://fotografias-janvier.wix.com/krla#!catwalks

Lalo Osuna Cabรกn Costa Nieves Mercado Vรกzquez Ambroggio Adorno Candelario Colรณn Pol


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concepto por lo que encarnan las acciones de los protagonistas en el marco de la pasión que los consume. En este contexto la música guarda plena relación con el ambiente y la realidad amorosa. La división del libro en dos apartados subraya el tránsito de una conducta amorosa hacia otra: la primera, “Habitación de las delicias”, resalta el cuerpo como experiencia y paisaje erótico, como iluminación y placer, como goce y exaltación, o como el mismo autor escribiera en la dedicación de mi libro: “como un continuo enamoramiento de los sentidos”. La segunda parte, “Vamp”, asimila el imaginario de la primera sección y crea, a través de audaces metáforas, la imagen vampírica de los protagonistas: una especie de juego erótico que trasciende el concepto del amor más allá de una simple revelación de los sentidos. Por eso, esta forma de poseer y saberse poseído transgrede el ritualismo de la tradición amorosa convirtiendo el amor en una continua búsqueda del placer. Esto, en cierto modo, es lo que intenta Ópera ardiente. En otras palabras, romper con las reglas de la tradición lírica-amorosa a través de un lenguaje que encarna una conciencia más lúcida y profunda del placer. Y aunque parezca paradójico, libera el amor del amor otorgándole otro sentido: el del cuerpo como el centro de una experiencia verbal. Una experiencia que somete a los protagonistas de este texto a la libertad y al éxtasis que sugieren los siguientes versos: “La vigilia de contemplarse en ese fuego / es apetito. / Imán. / Laberinto / cuando dos son uno. / Conmovedora salsa.” (16). Y también: “Acomodas tu escándalo trasero en la punta / de mi lengua. Alargo el diluvio. Tú te hundes conmigo en


Lalo Osuna Rivera Cabán Nieves Mercado Vázquez Ambroggio ese mar / efímero y calado” (p. 37). En “ese mar efímero y calado” los cuerpos se desentienden del entorno. Se liberan de un mundo saturado de convencionalismos. De ahí que esta realidad amorosa conlleve una forma de resistencia contra la incomprensión y los prejuicios sociales. Por eso, en Opera ardiente encontramos una concepción mucho más profunda de lo que representa el amor para quienes lo practican en plena libertad. Esto lo afirma el hablante lírico con absoluta lucidez: “La irrefrenable imperfección de la pasión / cambió de rotación al mundo” (43). Y es esta “imperfección de la pasión” la que transfiere a ese universo poético una imagen escandalosa pero, sin duda alguna, más reveladora y luminosa. En efecto, con las imperfecciones del amor (¿cuál amor es perfecto?) se descubre en el cuerpo la subversión del lenguaje mismo. Un lenguaje que no busca eludir el escándalo para hacer del cuerpo una poética del placer. Este sentir se proyecta lúcidamente en el libro. Basta señalar los siguientes versos: “La desnudez y el agua que la anuncia / A los que aman su néctar de cenizas / en las noches no le hace falta / ser densos ni complejos ni oscuros” (57). En Ópera ardiente la imaginación borra los límites de la realidad hasta abrir un espacio que libera los sentidos. Representa, querido lector, un modo de seducir y dejarse seducir para que el amor alcance su total plenitud.

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Ă“pera ardiente, de Pedro LĂłpez Adorno

Terranova Editores, 2009


[Poemas la comuna de bello

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Arecibo, Puerto Rico, 1952. Fue maestro en escuelas públicas y profesor adjunto del Departamento de Lenguas Modernas en el Hostos Comunity College, de la ciudad de Nueva York. Ha publicado los siguientes libros de poesía: Poemas y otros silencios (1981), Al final de las palabras (1985), Una hora antes (1990), El libro de los regresos (1999), y Ritual de pájaros: antología personal 1981-2002 (2004). Islas, su libro más reciente, fue publicado por Monte Ávila Editores Latinoamericana, 2011.

David Cortés Cabán] Sus poemas y artículos literarios han aparecido en revistas y periódicos de Puerto Rico, Estados Unidos, Latinoamérica y España.


LA CAÍDA No me preguntes si lo que veo es un espejismo en medio de la calle lo que quiero es escaparme de la caída entre la noche y la caída siento que no oigo la tempestad no veo el comienzo un poco más y las palabras parecen hervir en mi sangre y mi sangre corre como un río debajo de la tierra árida y rebelde contra el espacio que alguien dejó abandonado cuando vuelva en mí voy a caminar hasta la rosa que me arroja a la caída.

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como si el tiempo me arrojara


LA TRAVESÍA Presentimos que todo era inútil y añadimos nuestros nombres a la lista de exiliados pero el viento borraba las sílabas y nos hacía más irreconocibles el silbido de las hojas nos recordó que el tiempo no pasa en vano y coincidimos otra vez en dejar que el espejo trazara una línea precoz

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sobre la rosa innombrable y cerramos los ojos para que la desnudez nos abrigara en la tibieza del círculo rosado.


ADENTRO A Luis Alberto Crespo

Lo que sientes es la brevedad cuando te asomas y crees que todo podría acontecer antes de que el silencio te cierre el paso casi como una ecuación cuando la luz brilla entre los árboles más allá de Carora ese paisaje que arde

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contra el tiempo.


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David CortĂŠs CabĂĄn. Imagen de archivo Daniel Santos en Caracas, 1966


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[Poemas la comuna de bello

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Nacida en Puerto Rico y residente en los Estados Unidos, es poeta y narradora. Obtuvo el premio Juan Rulfo de Cuento en 2002 en Francia por su cuento La Estatuilla. Su novela Sin ti no soy yo forma parte de la guía The New Essential Guide to Spanish Reading (2012), compilado por la organización America Reads Spanish y su novela traducida al inglés Not Myself Without You (2012) forma parte de la lista Top 10 New Latino Authors to Watch and Read. En 2014 recibió la Mención de Honor por su poemario: Qué ves? Premio Nacional Luis Lloréns Torres, Casa de los Poetas, 2014, Puerto Rico y Mención de Honor del Paz Prize /Poetry National Series por

Lourdes Vázquez] su poemario Un enigma, esas muñecas. Entre sus últimos libros se encuentra una antología de su poesía en italiano: Appunti dalla Terra Frammentata (2012); y los cuentos La mujer, el pan y el pordiosero (2010). Es también compiladora de la antología Cuando narradoras latinoamericanas narran en Estados Unidos (2009).


Sample I Now, Lourdes Vázquez, you can pick up frequent flyer miles, not just your dry cleaning Hoja informativa Chase Manhattan

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Now LV, dueño de manuscritos sin convocatoria, con una pierna inservible y carente de secretos. Incapaz de mover el cartílago, la complejidad del motion. Insuficiente de sombra. Now LV, ya que vas camino a tu máquina llena de obsesiones, sin que se te note la palidez de hombre infértil. Ahora. Introduces la mano en tu bolsillo y procedes a abrir la puerta con la llave que encierra a la princesa en la torre, al animal salvaje y a los niños indolentes, al vagabundo y a la prostituta. Ahora que te enfrentas al hielo andrógeno del cromio, como un pingüino emperador dueño de un estacionamiento, saca cuenta de este millaje como este niño saca cuenta del menudo de su bolsillo, o las culebras que surgen de las profundidades de la nieve. Ahora que coleccionas millaje como reliquias de una novia abandonada en el altar—un arete de plata, un talismán en azul, un velo coronado de hielos. Seashells en alta mar. Now LV, haz un cálculo de esta desproporción de objetos que como ramos de gardenias florecen entre las cenizas. Now LV, ya en la gasolinera abres la ventanilla del tapón de la gasolina y en esos instantes, igual a un distribuidor de SIDA en una colonia africana, caes a balazos, pálido diamante DeBeers, sin que te hayas percatado de qué color es la piel de la mano que aprieta el gatillo. Cuánto millaje es suficiente-enough-necesario-needed para recorrer con este auto el último rincón –aquel no descubierto–una catarata ancha, fría y rabiosa, el escondite de una orquídea desconocida, sin que al final te aceche la sonrisa de una calavera. To most people, ya eres ángel de tetas caídas. To most people, una Gloria Trevi fugitiva y abandonada por los periodistas. To most people, this is where you bought gas. To Lourdes Vázquez, it’s where he obtained the mileage of his DEATH.


Fruta prohibida 1 Es Bolonia en el seiscientos y Elisabetta Sirani declĂĄrase pintora. Nada puede detenerla. Ni la mirada angustiada de su madre, ni la sonrisa socarrona de su hermano, o el grito fulminante de su padre. Sus piernas las utiliza para cepillar los callejones de la ciudadela, recorriendo rincones y ruinas, burdeles y tabernas. Un pequeĂąo local con agua y suficiente luz

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para definir los detalles es lo que necesita. Ajeno al bullicio de los mercaderes de zapatillas de seda y de los chismes de las bordadoras y tejedoras. Exige a su madre un sirviente que limpie los pinceles, barra el piso, sacuda lienzos y de vez en cuando modele desnudo de su ropa.


2 Se ha dicho una y otra vez que la mujer ha sido causa de conflictos y vergüenzas. La puerta del estudio se encontraba entornada. Un espejo con manchas, pedazos de cabello, una cinta roja y amarilla junto a unos pocos granos de incienso. Elisabetta, en el piso ensangrentada y muerta. Hoy los biógrafos, –hago referencia al italiano Consoli–andan buscando el rostro, aquella epopeya viviente, de una mujer en Bolonia queriendo ser pintora, entre la densidad del tráfico, los murales en ruinas, los puentes decorados con candelabros, aquellos mosaicos barrosos, y las escenas que se suceden después de una guerra.

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en el gran horizonte antiguo,


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Cuervo, dibujo sumie. De Marithelma Costa


[Poemas la comuna de bello

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San Juan de Puerto Rico. Vive desde 1978 en el Greenwich Village de Nueva York. Ha publicado los poemarios Diario oiraiD (1997), De tierra y de agua (1988), De Al’vión (1987), la novela Era el fin del mundo (1999), tres libros de entrevistas –Enrique Laguerre. Una conversación (2000), Kaligrafiando. Conversaciones con Clemente Soto Vélez (1990) y Las dos caras de la escritura. Conversaciones con M. Benedetti, M. Corti, U. Eco, et al. (1988)– y varios de crítica literaria. Ha participado asimismo en múltiples encuentros internacionales de poesía y publicado en

Marithelma Costa] revistas literarias de Venezuela, España, Cuba, Portugal, Colombia, EE.UU. y Puerto Rico. Enseña literatura en Hunter College y el Graduate Center de la City University of New York y desde el 2001 practica la pintura japonesa sumi-e.


Quizás era aquel quererse de nuevo quererse aún más era aquel mar de luz, de vida, de sorpresa

Festival A David Cortés Cabán

Quizás fueron las palabras de bienvenida las que le devolvieron las alas al mundo quizás el sentarse a la mesa de Enrique y comer por segunda, por tercera vez Quizás fue el primer recital en El Carabobeño de Valencia una italiana canta la rabia del poeta mientras un ángel le sirve de intérprete un chileno se levanta, llega al podio y nos acerca a los amigos de la otra ribera un colombiano nos canta desde el sueño descompone y recompone el polvo de las estrellas Quizás fue encontrar de nuevo a Teuco el de la calle San Pedro retomar una historia abandonada hacía tres décadas perdida y hallada en la otra Venecia perdida y hallada en Valencia

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y una poeta venida de la China


allí estaban los jóvenes –Esta es Venezuela dijo Marisela orgullosa mientras nos recibían –Esta es Venezuela

Un día se replegaba sobre otro

la cinta de la enseña prendida a la blusa

Tras la piedra verde de la Casa Museo La Blanquera A Marisela Gonzalo Febres

nos sentaron frente a Bolívar –Esta es Venezuela la cinta en el pecho luminoso, el encuentro feliz –Somos estudiantes, gracias por los poemas –¿nos permite una foto?

Un día se replegaba sobre el otro al día siguiente se partía hacia los Llanos los Llanos

un pedazo de ustedes que soy yo

los Llanos que se prolongan por este continente los Llanos donde se colean los toros y los caballos esperan

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un pedazo de su vida en la nuestra –aquí somos bien chévere –

la zona del calor más intenso

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una foto, un abrazo, una foto, una firma

Y en San Carlos nos llevaron sorprendidos a la sala del /poder ciudadano


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Pez, dibujo sumie intervenido. De Marithelma Costa


Había soñado con Caracas Había soñado con Caracas mucho antes de llegar a Caracas me había bañado en la luz del Waraira Repano acariciado su aire transparente Una vez en la corte del príncipe, ya en el sueño departí jubilosa con los que apenas recordaba con los que reencontraba después de varias décadas y con los llegados recientemente Uno de ellos en el Parque del Este entre la Feria y las guacamayas me saludó feliz: –Bienvenida, boricua

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¿Qué te parece este viaje en el que nos hemos /embarcado? Están las puertas abiertas, esta es tu casa, ¿acaso te quieres quedar?


Fragmento de Canto a Molly.

Crónica del 11 de septiembre 2001

Llanto por los cuerpos que se achicharraban en las torres y veía desde la esquina de Bleecker, angustia por los que estaban atrapados allá adentro

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Aquel martes me levanté temprano. Tras tomarme rápidamente el café, me puse a escribir de espaldas a la ventana. Era un día especialmente luminoso. Entre un párrafo y otro, miré hacia fuera, y el paisaje de ciudadanos decididos que caminaban enérgicos hacia sus empleos había sido reemplazado por hombres y mujeres inmóviles, que misteriosamente miraban hacia el sur. Aunque el silencio de la mañana y la uniformidad de los transeúntes resultaban intrigantes, la curiosidad no pudo más que el texto que me amarraba a la mesa. Y seguí escribiendo. Entonces llegó la primera llamada telefónica, era un amigo que vivía aún más cerca de la zona cero y me avisaba: algo ha pasado en el World Trade Center. Sal a verlo. Volví a mirar por la ventana, bajé corriendo a la avenida, y ya el humo salía de las dos torres. El viento se lo llevaba hacia Brooklyn. El vecino alto y pálido –quizás un actor, quizás un estilista– que solía pasear con sus dos perritos alrededor de los jardines de Minetta, contaba frenético que uno de los aviones volaba tan a ras de tierra, que sacudió las ventanas de su cocina. Otro mencionaba un ataque al Pentágono mientras entraba en el lobby en busca de cobijo. La ciudad estaba paralizada: no había carros, ni camiones, ni metros, ni autobuses. El tiempo se había detenido. Sólo había sirenas, fuego, brasas, calor. Sirenas de las ambulancias, sirenas de los camiones de los bomberos, sirenas de los coches de la policía. Sólo llamas y humo.


Dolor por las madres,

El horror,

por los padres,

el tiempo detenido,

por los hijos,

el humo,

por los hermanos y las hermanas,

la caída de la segunda torre

por los amigos.

en los ojos de la mujer salvadoreña, o la mujer colombiana,

Horror por los cuerpos que caían en picado

o la mujer panameña,

junto a la lluvia de cristales,

o la mujer boliviana,

la lluvia de papeles,

o la mujer mexicana,

la lluvia de polvo blanco,

o la mujer dominicana,

la lluvia de piedras blancas.

o la mujer hondureña, o la mujer venezolana,

Lluvia y terror.

o la mujer puertorriqueña que miraba hacia el sur,

Terror en las palabras del judío hasídico

mientras yo me aferraba a su norte.

que llega corriendo hasta mi casa desde lo que fuera el World Trade Center:

El desplome de las torres frente a mi casa,

“Ojalá no sea nuclear, Ojalá no sea nuclear”.

el silencio,

El calor recordaba a Hiroshima.

el polvo blanco,

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las cenizas blancas, Pavor en los ojos de la judía sefardita que huía hacia su apartamento en el primer piso después que se desplomara la primera torre: It fell down it fell down. Se repetía de nuevo Nagasaki.

Paul Celan: Todesfuge.


Venía de Trenton, New Jersey. Ella, de la calle Thompson número 128.

Crónicas NY: Maíz para palomitas

La fue arrastrando mientras pedía auxilio.

El rastro del cuerpo de Jessica Dworkin,

Linda, la vecina sefardita, escuchó los gritos.

la mujer de la patineta,

Alcancé a distinguir sus brazos sus piernas su cabeza.

aún se dibuja en el asfalto frente a mi casa.

“Llamen a la policía”.

Es larga y recta.

Un muñeco a punto de perder la cuerda.

De ancho quizás mida un pie.

El camión al fin se detuvo.

Fue grabada en la piedra negra

Corrí a la avenida a recoger sus pertenencias.

por su cuerpo blanco.

Una chancla pequeña.

La vi mientras practicaba mi Qi Kong en el jardín

Una mochila Sportsack negra de cuadritos. Una batería.

que brotaron desde Houston

La bolsa metálica de tiras que protegía su iPhone.

hasta el norte de Minetta

El aparato cuya música escuchaba

donde expiró.

en el momento del impacto.

Fue arrastrada como arrastraron

Lo puse todo sobre el camión de arrastre.

a Héctor alrededor de Troya.

Después me di cuenta que bajo él

estaba lo que quedaba del cuerpo de Jessica.

En Houston con la Sexta un coche impactó su patineta.

La zona se fue llenando

Cayó bajo el camión de arrastre:

de camiones de bomberos, de carros de policía.

4 ejes de gomas nuevas marca Goodyear.

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En ella aún están presentes los humores


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Pajaro, dibujo sumie intervenido. De Marithelma Costa


Seguí buscando.

Me lavé las manos en el chorro

Encontré otra bolsa.

Que salía bajo el portón de hierro.

Adentro algo sólido, quizás una libreta con su nombre,

Jessica llevaba en su bolsa

una moneda de diez centavos.

maíz para palomitas.

Mis vecinos, presos de terror, no me dejaron mirar su contenido. Me escoltaron, para que lo entregara a las autoridades Acordonaron la zona. Los truenos venían del oeste. Pronto la lluvia borraría el último paseo de Jessica por el Village. Llegó la tormenta y subí a casa Volví bajo el aguacero. Algo quedaba en la calle bajo los torrentes de agua. Una bolsita deshecha. Escogí cuatro o cinco granos grasos. Los tiré al jardín en su nombre

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levantaron los cordones policíacos.


En el portal del edificio donde no vivo entra una camilla color gris plomo. Sólo un hombre la lleva.

Qi Kong 1

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Segundo ejercicio:

Termina septiembre

elevar el chi de la tierra amarilla.

y aún florecen los rosales.

La energía del jardín cuyo suelo se va cubriendo de bellotas.

Aquellos a los que no permití llegar al fruto granate

Aspiro, espiro.

que los iluminará

Estiro los brazos hacia el cielo del que cae la lluvia.

bajo la nieve.

Hago un círculo con el índice y el pulgar.

Caen algunas gotas.

Entran dos policías.

Las hojas adquieren su peculiar sonido

No hay ambulancia, no llevan prisa.

a tiempo que pasa, a papel en vuelo.

Respiro lentamente, como lentos van a su faena.

Mientras miro hacia el sol

Paso al blanco de los pulmones:

que debería aparecer fugaz entre los edificios,

metal, otoño.

retomo el Qi Kong de los cinco elementos.

Tomo aire

El ritual mañanero bajo la capucha tibia que me protege.

para liberarlo poco a poco. Aspiro, espiro.

Comienzo con el corazón:

Expando el pecho.

los pies paralelos.

De la casa sale la camilla gris

Estirar los brazos sobre la grupa del caballo que se acaricia. Bajo su sábana, una sombra apenas perceptible. Aspiro, espiro. Caballo que encontré en una torre de Valencia. Domina el rojo.


Arco y flechas, máxima tensión: ejercicio yang del intestino y la tierra. Pies paralelos, disparo. Traspaso el tiempo hacia la camilla. Traspaso el espacio hacia su bulto oscuro.

Qi Kong 2

El color se torna plateado

Llega noviembre.

la ciudad se detiene por un instante.

Algunas hojas rebeldes aún se aferran a sus tallos

Aspiro, espiro.

a los troncos de roble y arce donde una vez se mecieron

El frío arrecia. Agua, azul oscuro.

/altivas. Comienzan a apilarse las que tuvieron que abandonar su lugar en el cielo tras las ráfagas de octubre.

Se levantan las ráfagas. Otra vecina que se marcha.

Se avecina un invierno largo y duro.

Otra anciana que vuela

Lo dicen las ardillas que suben por mis piernas

con las hojas secas.

mientras practico el qi kong de la madera de espaldas al sol para que me caliente. Retomo el cuarto ejercicio, el del agua: Aspiro, espiro. Movimiento en diagonal. Miro la palma de mi mano con la eme de Mari, Mira. Miro al cielo. Las ramas altas de los robles y los abedules se mecen en la brisa. A lo lejos, los tilos amarillos.

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fondo del mar.


Aspiro, aguanto al aire.

El encargado de vaciarlo hurga en las cajas

Un camión se estaciona frente al jardín:

que han metido en el camión.

lleva el emblema del Salvation Army.

Algo busca y sólo yo lo veo.

Espiro. Dos hombres salen de él con un carrito.

Un dolor sordo se va gestado en la boca de mi estómago.

Respiro lentamente.

Aspiro nuevamente.

Vuelven con grandes cajas de cartón.

El dolor va irradiando hacia todo el cuerpo.

No hay vecinos.

El empleado del Salvation Army sigue buscando.

Espiro.

Aspiro mientras voy moviendo los brazos.

Van metiéndolo todo en el camión.

Ruth habría cumplido 101 años en diciembre.

Pasan padres que acompañan a sus niños a la escuela

Había sido patinadora

empleados que miran el reloj, hablan por el móvil.

y recordaba los nombres de los 64 vecinos del 25 de la /calle Minetta.

Toca el hígado, el color se torna verde. Llegan con un televisor de los antiguos. Giro la cintura, bajo los hombros.

Aspiro, espiro.

Sacan sillas, una butaca de diseño escandinavo,

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varias mesitas supletorias.

Espiro. Al llegar a la centuria el cuerpo le fue fallando. Aspiro. De los patines, pasó a las muletas. Espiro. De las muletas a los bastones. Aspiro.

Toca el último ejercicio, el de la primavera.

Después vino el andador.

Debo estirar el cuerpo para luego torcerlo. mirar al cielo, mirar al sol, bajar el chi a lo largo del costado.

Ruth, quien como yo

Del apartamento salen bastones, andadores, muletas.

llegó a esta tierra desde otras tierras


para quedarse. Espiro. Para morir sola y salir sola en una camilla gris bajo el esplendor de las glicinias.

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Gato intervenido 3 piedras, dibujo sumie. De Marithelma Costa


Jardin des Plantes 2 El sófora japonés o árbol de las pagodas A Anne Gradvohl

Cada árbol narra su historia en sus múltiples ramas y hojas, en los nudos de su tronco retorcido. La repite bajo el salto de la paloma ciudadana y el llamado doble, triple de la corneja. La canta cuando ulula el viento, el viento que lo mece. La acacia del Jardin des Plantes custodia en su centro el secreto de su semilla primigenia. Aquélla que se formó en las tierras del emperador

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y germinó en las que fueron del rey. Rebelde y críptica: tardó tres décadas en florecer, tres décadas en acoplarse a la tierra de esta nueva tierra.


El รกrbol de las pagodas guarda aquella simiente justo donde lo acarician la lombriz, la crisรกlida, los insectos. Donde se posan las patas aladas del gorriรณn y se encuentran dragones y serpientes.

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El Monte I. Castillo de los Trece Condes Silenciados

¿Qué es el monte? ¿Es la bandada de cigüeñas en la lenta mañana de Beteta, el vuelo del buitre en Tragavivos; es el fluir del Cuervo a pesar de la sequía; es el Alto Tajo; es la Sierra de Cazorla; es el incendio? ¿Es la luna en la recta final de la hoz del Maqui, los profundos cortados de los Trece Condes, es el viento, el viento interminable? ¿Dónde termina el monte, de qué está compuesto? ¿Por cuánto tiempo seguirá siendo monte si le talan los pinos, si le queman la tierra, si le roban las águilas y los peces? ¿Cuántas montañas de desprecio puede soportar, cuántas oleadas de gente? El monte, si monte es, es como el mar. Siempre igual, siempre diverso. La materia es seca, el aire quema; pero el tiempo toma la forma de los cuatro elementos y aguatierrafuegoxígeno están ahí.

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El Castillo de los Trece Condes es el vuelo del vencejo real y la paloma, es el viento que te empuja hacia el vacío y te clava en la piedra. El Castillo de los Trece Condes es un mar de pinos y sabinas, un océano de aliagas, romero, boj y espliego. Un universo cortado a la medida del águila y del halcón, del lagarto y de la mosca.


El Castillo de Beteta es la luz de la mañana perezosa, el río que allá abajo fluye. Son dos perros que saltan de roca en roca. El Castillo de Beteta es la ilusión de estar más allá, aún más arriba; es el poder ver sin que te vean. Son los huertos que se extienden en el valle, es la ermita de la Rosa. Es el querer estar como está la piedra que doma su impaciencia bajo un sol de hierro.

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II. Montañas Catskill: Nueva York ¿Es esto el monte? ¿Es el vuelo del águila sorprendida, el musgo que espera en el riachuelo, es la larga hilera de manzanos? ¿Son las montañas verdes verdes ahora, más tarde blancas, es esta sensación de humedad, de aire que se expande en la lluvia, es la luz de una mañana que no logra levantarse, son los cuatro sapos en mi mano, las cuatro setas venenosas, es este universo del rocío? ¿Qué hacer con el mar de helechos, con el océano de musgo, con esta dictadura de la humedad y la lluvia, si cuando piso la tierra esta no cruje, si no desprende olor a lavanda y a romero, si las sensaciones no golpean con la fuerza del fósil y del boj, con la dureza de la rama seca, con la inminencia del fuego? ¿Qué hacer con el halcón sorprendido si este ya no vuela en lo alto del cortado como el cernícalo, sino que busca su rumbo entre el follaje espeso que lo oculta? ¿Qué hacer con estas piedras planas, anchas como la faz del valle, con estas solapas de un río que no llega a ser río aunque agua lleva?

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¿Qué es el monte, tu monte, mi monte?


¿Es este constante rumor de agua que va de aquí para allá canalizada? ¿Es el silencio de las torcas violadas de Masegosa, silencio que sólo rompen el viento, las aves y los insectos? ¿Es este tranquilo rumor de hojas, hoja contra hoja, bajo la brisa? ¿Son las telarañas, la luna llena que ya no se alza en la gloriosa recta de Beteta sino en las sumisas curvas que se funden en la bruma? ¿Es esto el monte si no hay ortigas ni aliagas, si no hay geodas que te golpeen los ojos? ¿Es esto lo que allá unos reverencian y otros venden, es esto lo que allá transcurre su vida silenciosa compuesta de aromas y sensaciones insistentes? ¿Es esto el monte?

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Volcan, dibujo sumie. De Marithelma Costa


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Imagen de archivo


[A propósito de las escritoras de la

diáspora puertorriqueña en Nueva York 1980-2012] Algunas consideraciones para la apreciación de su obra

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Las mayoría de las escritoras incluidas en el libro Breaking Ground/ Abriendo caminos: antología de escritoras puertorriqueñas en Nueva York 1980-2012 leyeron su obra en la Serie Invernal de Poesía de Boricua College en Nueva York, un ciclo de lecturas literarias anuales que dirigí por veinte años (1988 al 2008) y en el que participaron cientos de hombres y mujeres de letras, en su mayoría latinos. Ya en la década del 1990, me di cuenta de que la cantidad y calidad de la obra literaria producida por las mujeres puertorriqueñas era significativa y, sin embargo, las antologías y publicaciones de entonces (y quizás aún, de ahora) no reflejaban ese caudal. Me di cuenta de la necesidad de publicar la valiosa contribución literaria de las escritoras puertorriqueñas y documentar su aporte cultural, artístico y sociopolítico a los latinos en Estados Unidos y Latinoamérica, y a la ciudad de Nueva York. Que las escritoras en esta antología hubiesen vivido en Nueva York por lo menos diez años era importante para mí, porque, como es natural, muchos escritores pasan por la ciudad y residen en ella por poco tiempo y luego se marchan, a menudo con una visión limitada de la vida en esta urbe. De-


“”

Resulta interesante observar, desde una perspectiva puramente existencial, ¿Qué hace, piensa y siente una mujer puertorriqueña (...)? ¿Cómo entiende, crea o moldea el lenguaje(s)?

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seaba que la antología evidenciara de alguna manera, las luchas de tantas escritoras puertorriqueñas por sobrevivir, educarse y florecer en el fiero y excitante ambiente de Nueva York. Deseaba una antología que incluyera tanto las experimentaciones con el lenguaje y la forma literaria en una ciudad donde el crear arte es la rúbrica principal, como el impacto humano del dolor, las alegrías, las decepciones, los triunfos y los retos de sus vidas. Cuando originalmente comencé el proyecto en el 1996, se incluían veintitrés escritoras publicadas en libros y revistas o presentadas en teatros y eventos destacados, pero con el tiempo se añadieron otras escritoras (también publicadas), que descubría en nuestra comunidad o surgían como estrellas, aparentemente aisladas, de una constelación que insistía en contemplar. El propósito de esta antología es, pues, presentar la amplia gama de poesía, prosa poética y narrativa que las escritoras puertorriqueñas de Nueva York han producido desde el 1980 al 2012. El propósito es además, documentar el activismo de estas escritoras en las últimas tres décadas, de ahí que las biografías de las escritoras incluyan detalles de sus logros en diversas áreas de la actividad humana. Muchas de ellas han fundado organizaciones culturales y sociales, y establecido o participado en festivales literarios, programas televisivos y películas que mues-

tran su creatividad y la elasticidad de su talento. Muchas de ellas han luchado por derechos civiles y participado en eventos e iniciativas que van desde la protección de otras mujeres y los niños, la preservación del ambiente, y su propia educación y la de sus comunidades. Son cuarenta y seis escritoras, de un registro amplio de edades. Algunas escriben predominantemente en inglés; otras en español y aun otras, en ambas lenguas. Las obras se incluyen en el idioma en que las escritoras decidieron presentarlas. El énfasis de esta antología es en abrir espacios al material existente. Esperamos además, que, en el proceso de conocer los textos, se podrán eventualmente establecer parámetros críticos que surjan de la literatura que se va aprehendiendo. No es una antología exhaustiva; hay otras escritoras que por su propia decisión o por razones de espacio y otras circunstancias, no se incluyen en esta compilación. Hay escritoras que precedieron a todas las que se incluyen en este libro; el caso más notable es nuestra inmensa Julia de Burgos. Y las hay que, como memorables cometas, vivieron en la ciudad antes de 1980 y/o por un tiempo menor que una década, pero que dejaron su estela en círculos culturales y literarios. Por razones de espacio no hemos incluido las dramaturgas, que merecen una antología separada para que sus obras se puedan apreciar a cabalidad. No


Lalo Osuna Rivera Cabán Nieves Mercado Vázquez Ambroggio sobre la conducta humana, el entorno natural o citadino, los viajes de la imaginación, el encuentro consigo mismas, la vida y la muerte. Estos textos evidencian, por otra parte, lo que es escribir en inglés siendo puertorriqueño y latino en Estados Unidos, lo que es vivir y escribir en español en Estados Unidos, lo que es ser bilingüe en esta ciudad. Exploran lo que es ser humano en esta época extraordinaria. Resulta interesante observar el punto de vista de la mujer que participa de una expansión emigratoria en una sociedad anónima, como puede ser Nueva York muchas veces. ¿Cómo brega con la nostalgia, la soledad o la excitación y posibilidades creativas de lo nuevo? Resulta interesante observar, desde una perspectiva puramente existencial, ¿Qué hace, piensa y siente una mujer puertorriqueña ante este vasto y complejo territorio? ¿Cómo entiende, crea o moldea el lenguaje(s)? ¿Cómo participa de una pluralidad de experiencias literarias enraizadas en esta realidad urbana y en su condición de mujer? ¿Qué es ser mujer? ¿Cómo percibe sus relaciones con los hombres y otras mujeres? ¿Cómo definimos la identidad sexual y étnica? ¿Es posible o deseable formular definiciones? Estas exploraciones eran parte de la intención inicial de extender una invitación a las escritoras en la Serie Invernal de Poesía (me decidí a que por lo menos la

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obstante, este libro se propone una meta nada sencilla: ser una presentación inicial de la producción literaria de las escritoras puertorriqueñas en Nueva York a partir de la década de 1980 y celebrar la riqueza literaria de toda una generación. Los temas que abordan estas escritoras en sus obras son, como es de esperar, variados, y aun en los que son similares, existen distintos matices. Si se mira el conjunto, estas obras presentan la plasmación literaria de las dialécticas (que a veces las escritoras mismas tratan de aunar) entre lo universal y lo local, lo clásico y lo moderno, la interioridad y lo político social, lo lírico y lo violento, la lectura tradicional y el performance, la literatura oral y el texto escrito. Aluden, entre otros, a asuntos como el crecimiento demográfico puertorriqueño desde la emigración y cómo se enfrentan las escritoras a esa expansión del universo puertorriqueño. En realidad, ese universo nunca ha sido totalmente puertorriqueño desde antes y después de la emigración, por aquello de pirata, insular, colonia, pertenecer a un Caribe emigratorio entre las islas mismas y migrar a Estados Unidos. A ello se le unen el vivir momentos de tensión y fusión con otros grupos en la ciudad nuyorkina, como otros latinos, los afroamericanos, los judíos, los “blancos”. Si bien los puertorriqueños no son el emigrante tradicional por ser ya ciudadanos de Estados Unidos antes de llegar, existen similitudes con grupos latinos y otros grupos en cuanto al proceso personal o interno de migrar. Las escritoras se expresan sobre innumerables temas que van desde el amor y la familia, al abuso, la liberación, la meditación


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Imagen de archivo


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mitad de las escritoras de cada evento fuesen mujeres) y así lo llevamos a cabo. La mayoría de las escritoras en esta antología han tenido una educación formal universitaria avanzada, que se basa principalmente en una tradición escrita (aunque la poesía oral, desde los griots africanos y Homero hasta el presente, sean parte de esa tradición), y por lo tanto la obra se lee por el lector en privado o el autor la lee sin mayores elaboraciones ante un público, a menudo culto o amante de la literatura. Esta literatura es parte de un discurso literario de escritura puertorriqueña, norteamericana y universal, tanto a nivel de temas, como de referencias e intertextualidad. En su evolución, la poesía de esta tradición que se cultiva en la actualidad, se ha alejado de la rima. Su ritmo o musicalidad es, las más de las veces, interno y aunque sea una poesía que se pueda recitar, debe ser leída para que se puedan captar todas sus implicaciones. Por otra parte, la obra de algunas escritoras (de mayor o menor educación) evidencia la presencia de una cultura oral vinculada a la actuación o el performance: el spoken word, que algunos también llaman poesía urbana. Esta modalidad poética se realiza en espacios variados y está a menudo dirigida a los sectores más jóvenes de la población. Me interesa definir lo que es spoken word, modalidad literaria muy unida a la poesía nuyorican y al hip-hop. Puede incluir un énfasis en la cultura popular, “la calle”, el comentario social, los medios de comunicación y la tecnología. A menudo incorporan a las palabras movimientos

corporales, música, elementos teatrales y medios múltiples. A veces, es notable la influencia de la cultura afrocaribeña y, especialmente, la afroamericana. Los poemas tienden a decirse de memoria y hacen uso (por lo menos en sus comienzos) de la rima. Algunos realzan momentos o figuras históricas, en un intento de educar o hacer recordar a la audiencia. La influencia de este tipo de poesía llega a otras expresiones poéticas que no se pueden calificar de spoken word, y ha viajado a Puerto Rico mismo, donde algunos de los jóvenes poetas la crean también. Cabe recordar que en Puerto Rico existía ya una tradición de declamar o recitar poemas de escritores reconocidos que incluía movimientos corporales y elementos teatrales. La forma de publicación preferida del spoken word es la grabación (CD y otros medios); la mejor plataforma para apreciarla es el performance mismo. Uno de sus objetivos es que la poesía siga siendo parte de la vida diaria de la gente, educada o no educada (en este caso, productos de las luchas con un sistema de instrucción en el que por mucho tiempo no tuvieron acceso a una educación adecuada). El principio filosófico básico es que todo el mundo tiene estética: todos tenemos la capacidad de expresarnos. La función del poeta, en esta perspectiva, es facilitar un lugar estético universal que le pertenezca a todo el mundo.


“”

La influencia de este tipo de poesía llega a otras expresiones poéticas que no se pueden calificar de spoken word, y ha viajado a Puerto Rico mismo, donde algunos de los jóvenes poetas la crean también rarios, como el afroamericano u otros sectores de habla inglesa no puertorriqueña (que llaman mainstream). No necesariamente estos sectores están en conflicto; la mayor parte del tiempo coexisten y se entrecruzan o simplemente crecen y evolucionan unos al lado de los otros, como galaxias en espiral en el aparentemente infinito espacio de Nueva York. No obstante, a veces se enfatiza una perspectiva antagónica de criterios rígidos o miopes que es menos afortunada. Podríamos intentar un inventario de ellos: criterios estrechos sobre la tradición literaria a las que pertenecen las obras, la identificación como literatura importante o literatura “menor”, los reclamos de “pureza lingüística” (en inglés y en español), los reclamos de autenticidad cultural (quiénes son “los verdaderos puertorriqueños”) y/o los reclamos de universalidad cultural (quiénes son cosmopolitas o provincianos). Estas perspectivas a menudo enmascaran políticas culturales –las más de las veces coloniales, clasistas y/o racistas– de exclusión histórica, auto-desprecio y resentimiento. Esta antología se propone reunir el mayor número de sectores literarios posibles con la intención de que, en aquellos que posean un profundo aprecio por la literatura como arte humano enraizado en el “yo y mis circunstancias”, se incube un mayor entendimiento, respeto y gusto por las diferentes

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La escena literaria puertorriqueña en New York no es homogénea y existen marcadas diferencias entre grupos. Estas diferencias están enlazadas a perspectivas con las que se caracteriza la actividad intelectual y a actitudes respecto al idioma en que se escribe y se habla. En relación al idioma, se incluyen las controversias sobre el escribir en inglés, la mezcla de ambos idiomas en la literatura, el uso del spanglish y el escribir en español en la ciudad. Estos asuntos son los más obvios; si los estudiamos bien, son realmente una expresión de las diferentes modalidades que adquiere la cultura puertorriqueña en Nueva York. Todos, aun los más retirados de lo que cada uno cree que es el “centro” de la “comunidad”, se consideran puertorriqueños. Su expresión refleja el esfuerzo por asumir individualidad dentro de la colectividad. Son complejas y muy reales las dinámicas de aceptación, rechazo o colaboración entre los diferentes sectores de esa cultura que, en forma general son: 1) la comunidad de los que han nacido y/o han sido criados en Nueva York, 2) los que residen en el país de origen –Puerto Rico–, 3) los que han venido a la ciudad y se identifican con los que han nacido y/o han sido criados en ella, 4) los que han venido a la ciudad y se mantienen en círculos de habla hispana solamente, y 5) los que han venido a la ciudad y se relacionan mayormente con otros sectores lite-


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modalidades de literatura (y modalidades de cultura) que emer- mos que la obra de las escritoras de la diáspora puertorriqueña gen. Sin pretender homogenizar contradicciones, borrar toda di- cumpla la función esencial de inspirar. ferencia, ni proponer una totalidad (si bien, plural) monolítica, es posible preguntarnos, en fin, ¿Cómo abrazar y deleitarnos en nuestro cosmos? Quizás uno de los asuntos claves en el planeta en estos momentos es cómo los seres humanos nos aceptamos y valoramos plenamente a nosotros mismos. Labor nada simple. Myrna Nieves Si lo logramos, es posible tener la esperanza de un mundo de más paz, amor, creatividad y justicia. Estas palabras a veces se manejan automáticamente o se escuchan con cinismo, pero en realidad enuncian las ansias secretas de muchos. Y escribo “esperanza” porque si bien este intento no nos libra totalmente de la “crisis de la realidad” (¿o coyuntura oportuna?) que la multiplicidad de vertientes implica, ni de la naturaleza, al fin y al cabo, precaria, de la existencia humana, las escritoras aquí incluidas no nos sumimos en la impotencia (ni en el silencio). Después de todo, ¿quién quita que cuando cambiamos nuestras percepciones, sentimientos o actos, transformamos la realidad misma que creemos percibir o nos impacta? Es posible que el conjunto de la obra de estas escritoras ofrezca una base para que ellas (y sus lectores) puedan aprehender mejor el presente y forjar una visión del futuro. Podemos dar a luz un nuevo universo. Espera-


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Myrna Nieves. Imagen de archivo

Lalo Osuna Rivera Cabรกn Nieves Mercado Vรกzquez Ambroggio


Porque empujaste fuera

El miedo

El perro que quería entrar Todas las veces Que lo intentó

Va creciendo como Una lagartija

Porque cerraste la puerta

Salta, desesperada en los ojos

(a pesar de los pestillos rotos)

Tiembla en las manos

Con firmeza la aguantaste

Se orina en silencio

Oíste afuera el zarpazo de los leones Imaginaste los rugidos

Recorre los espacios

La sangre seca bajo el sol

–ciega y torpe– Mirando hacia atrás

Apacienta

Se siente sola

Los insectos del pensamiento

Le palpitan las sienes Apenas respira

Tómate el pulso

O jadea sin tregua Recuerda

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Es el temor a los leones

Debes siempre

A las puertas sin cerradura

–siempre–

A las heridas sin filo

Exhalar

A la culpa


Myrna Nieves] Powers (1990) y de las publicaciones Lugar sin límite (1978), Guaíza (1986) y Moradalsur (2000). Reconocimientos (entre otros): Premio de Cuento del PEN Club de Puerto Rico (1998) y Premio de Educación y Poesía del Instituto de Puerto Rico (2013).

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[Poemas

Puerto Rico. Escritora y educadora Es miembro fundador y catedrática de Boricua College, donde dirigió por veinte años la Serie Invernal de Poesía. Ha publicado los libros Libreta de sueños (narraciones) (Premio del PEN Club de Puerto Rico 1998), Viaje a la lluvia, poemas (2002), El Caribe: paraíso y paradoja. Visiones del intelectual en Alejo Carpentier y Emilio Díaz Valcárcel (2012) y Breaking Ground: Anthology of Puerto Rican Women Writers in New York 1980-2012 / Abriendo caminos: antología de escritoras puertorriqueñas en Nueva York 1980-2012 (2012). Es co-autora y co-editora de la colección de cuento y poesía Tripartita: Earth, Dreams,


desempolvan cuidadosamente los restos de muchos reyes con fruición descifran

Epopeyas secretas (Underground Epics)

En el Copán maya nace un gran linaje una larga línea de reyes presidida por Tlaloc dios teotihuacano bajo el silencio de los árboles bajo la sombra de la selva su ciudad de geografía sagrada –la casa del murciélago –la casa de los cuchillos –la montaña donde crece el maíz se prolonga hasta las vetas de la tierra se yergue solemne hacia las nubes Las fases cósmicas en ella

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se cumplen rigurosa cíclicamente Los dioses del mundo subterráneo rinden su poder nocturno el sol incandescente reina absoluto en las escalinatas en las pirámides de la acrópolis. Los arqueólogos maravillados

estelas, frisos de piedra Admiran las tumbas reales con curiosidad advierten que las más decoradas las más ricas las más suplidas eran de mujeres amadas, incógnitas perdidos sus nombres en los siglos Una misteriosa mujer en la alborada de la dinastía la rodean las cabezas de tres hombres ¿maridos, sirvientes, aliados? en su tumba circular animales y amuletos el venado, el puma el mercurio, el cuarzo Chamán de adivinaciones convocadora de fuerzas sobrenaturales piedra angular de dinastías Su tumba no tiene nombre las estelas aluden a sus poderes sin nombrarla


bajo el altar mayor

si era secreto o prohibido

de toda una civilización

si era demasiado sagrado para pronunciarlo sin castigo

La estelas cuentan

o si en verdad sería lo que

la historia escrita por los mayas

los expertos concluyen

los arqueólogos miran la historia maya

sólo sabríamos lo que los hombres

yo miro a los arqueólogos

de esa civilización querían que supiéramos

la historia del observador observado

En la historia maya –sostienen–

¿Quiénes me observan a mí?

las mujeres eran invisibles

En la historia de esta parte de América

La otra tumba

hay muchas mujeres así

una mujer

levantan familias lavando pisos

a sus pies diez mil piezas de jade

lavando ropa

el rostro lo cubren con hematitas

no saben leer

con sagrado cinabrio para el resplandor

pocos creen que deban aprender

La visten ricamente

no figuran en los libros

la colocan hacia el este

los dignatarios, abogados, ingenieros

luz, imaginación, resurrección

nunca las visitan

su tumba se mantiene abierta

sus opiniones rara vez cuentan

generaciones la veneran los arqueólogos se preguntan

excepto en el amor de sus hijos

quién sería

ningún epitafio las honra

concluyen que quizá era la esposa del fundador

Algunas pelean en las montañas

no piensan en su poder

mueren con las guerrillas

no piensan en el amor que despertó

los periodistas no escriben sus nombres

no piensan en los peregrinajes

Y me pregunto

asumen su importancia derivada

¿Cuál es la verdadera historia

no entienden su lugar privilegiado

de la Tierra?

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Me pregunto si su nombre se daba por sentado


Sin embargo en el Copán maya en la selva, bajo la sombra de los árboles entre templos, plazas, pirámides están ellas ausentes de la memoria escrita

Maestro reencarnado

Los discípulos se reúnen

imborrables en la memoria histórica

Rescatan perlas de las cenizas

eternizadas por los pueblos a los que sirvieron

Buscan señales en una cueva

Madres de los linajes de Centroamérica

Estudian los signos astrológicos Con paciencia rastrean La dirección del humo Los patrones de las huellas del pie ¿En qué dirección se dirigirán? Desde que el maestro los dejó Una gran soledad los rodea Caminan Caminan a regiones remotas

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Preguntan Oran Esperanzados, contemplan la niebla


Las rocas y los montes Los saltos de agua Y allí Cerca de las flores danzarinas Encuentran el regalo más preciado El niño escogido Que no quiere irse con ellos Llora cuando le recortan el cabello Pero cuando les toca la frente Les ilumina el corazón Entonces entienden El niño predilecto que preparan El nuevo Maestro Estuvo siempre En su interior

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Emigración La gente de Ponce sabía que en Puerto Rico un día habría un terremoto y esa parte de la isla caería al mar. El agua se abriría con mucho estruendo, para luego cerrarse sin dejar ni el rastro de agua revuelta en la superficie. Y este grupo de gente decidió inscribirse con la NASA para emigrar al espacio en un proyecto futuro. Esto me lo decía un hombre que no conocía y me mostraba gráficas y planos complicados mientras lo escuchaba absorto. Entonces me llevó a una terraza bajo la noche y allí estaba el cielo estrellado. Me señaló con la mano a lo lejos, donde una ruta luminosa se formaba entre las estrellas. Llevaba la ruta a una constelación redonda, donde se encontraba, en el centro, una estrella que brillaba consistentemente. Allí iría esa nueva emigración. Y el nombre de la estrella era Melancolía. Entonces desperté y no había sido esa mi experiencia, sino la de una muchacha más joven que yo, casi adolescente, que me narraba la historia. Y le pregunté: —¿Cómo sabes esto? —Me lo dijeron mis primas una noche, en el patio de mi abuela. Me acordé de mi familia, también lejos, y de mis primas, que crecieron como hermanas junto a mí y a quienes no había visto en años. Entonces oí la voz de mi padre, que me decía que buscara unos zapatos y me los pusiera, porque el piso estaba frío. Me di cuenta de que la muchacha también era un sueño y que me encontraba, despeinada y con un ropón blanco, en una enorme terraza descubierta. El piso era de losetas grandes, negras y blancas, como un inmenso juego de ajedrez. Eran las cinco de la tarde de un día que declinaba frente al mar azul, agreste y espeso, que se extendía abajo, tras la arena frente a la terraza. Y entonces comprendí que sólo había estado soñando despierta, como era mi costumbre, descalza sobre el piso frío de la loseta.

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Desperté definitivamente y me dio una suave tristeza la gente emigratoria de mi sueño; quizá alguna vez se dirigirían a esa estrella y les pasaría a lo mejor como a mi padre, que se fue y no regresó.


Breathing

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Era una mujer que vivía en una pequeña casa de madera en la esquina de la calle 86 y Lexington. Alrededor los edificios crecían como hongos gigantes. La casa estaba sin pintar; de tan vieja las tablas eran oscuras, aunque podía ser de la humedad de las matas y helechos que la rodeaban. La casa era tan pequeña que ella decidió dormir afuera, porque adentro no podía respirar. Así que sacó su cama twin y la colocó en la tierra, al lado de la acera. Ahí dormía con sus sábanas y su almohada blanca. La gente pasaba por las dos aceras a sus trabajos, sin reparar mucho en la casita ni en la cama y ella entonces podía conciliar el sueño por la noche y pensar antes de levantarse por la mañana. Trataba de recordar sus sueños, que eran muy raros, de corporaciones y corbatas y maletines de cuero, y de asfalto, mucho asfalto. Un día la mujer tomó un avión y fue a visitar a su familia a su país. Al llegar, visitó la casa de sus primas, en una urbanización elegante de esas que tienen nombre de santo. La casa era amplia y fresca, decorada sin mucha elaboración pero sí agradablemente, aunque le hubiese gustado ver un cuadro interesante. Su prima se acercó, con su pelo claro y sus manos suaves. Le dijo con ternura que su estado en la urbe no era el apropiado para una poeta de su país. “Qué van a decir acá –sostuvo con tono compasivo– hay que mantener la imagen. Se puede hacer todo a la misma vez. Debes demostrar que has progresado, aunque te hayas divorciado”. Se sintió inadecuada; recordó amantes lejanos. No dijo nada por educación; pensó que su prima trataba de instruirla en un difícil arte secreto. Después pasó a un cuarto estrecho, pero bellamente decorado. Era una cama amplia con una colcha abundante que llegaba, generosa, al piso. Alrededor, aéreas cortinas blancas, casi transparentes, colgaban de todas las paredes. Habían sido colocadas junto al techo y se extendían levemente por el piso oscuro con alfombras mullidas. La dejaron sola. Se sentó en la cama y pensó que nunca hubiese sabido decorar así. “No sé hacer cortinas –se dijo– decoro una sola vez y per sécula, jamás muevo nada de sitio y coloco las cosas por razón de uso, excepto los cuadros y la cerámica, que me gustan mucho y los cuelgo o los pongo en cualquier parte para verlos mientras leo”. Definitivamente, pensó cabizbaja, no era una mujer cabal, dueña y experta de su ámbito doméstico, no entendía lo apropiado, esas delicadezas exigían una atención que no era capaz de darle. “Quizá por eso no vivo con un hombre, no tengo los platos que corresponden, le doy agua en una taza, mis papeles invaden constantemente la mesa del comedor. No class. Soy una desgracia familiar, ni siquiera indico que progreso; living in a chanty house, la barbarie incorporada”. Al final del día, la mujer pensó que debió haberse quedado a dormir en la casita de la 86 aunque le faltara el aire. Tomó el avión de vuelta, con la firme resolución de vivir como la gente, en su casita pequeña. Pero a medianoche se cambió a la cama de la calle, porque soñó que se hundía en un hondo pozo que se la tragaba, y de cuyo borde interior colgaban ondulantes cortinas blancas.


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CatalogarĂŠ I, II y III, de Vanessa HernĂĄndez Gracia


[Ser o no

ser nuyorican]

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Como escritora, que coincide ser mujer, que también coincide ser puertorriqueña, que además ha nacido y se ha criado en Estados Unidos, soy (para bien o para mal) una combinación de inquietudes y principios, objetivos y prejuicios, categorías políticas y religiosas que se han internalizado e implantado en mí por corrientes externas. Mi camino, hasta ahora, como escritora puertorriqueña, que vive y escribe en Estados Unidos, ha sido arduo, fascinante, complicado. No sé si hubiera sido menos complicado si yo hubiera sido un poeta gringo, americano vivien-

do y escribiendo aquí, pero me imagino que sí.

La transformación de un género americano Durante los últimos treinta años Estados Unidos ha pasado por una combinación extraordinaria de transformaciones. Un cambio social, tecnológico, económico y político bastante rápido, junto a la participación de la mujer en estos cambios desde mediados del siglo XX hasta el inicio del siglo XXI, ha acelerado el desarrollo de plataformas adonde las escritoras han “llegado” a

contar sus historias con éxito. Ha llegado el día cuando una mujer puede ser escuchada, leída, publicada, y más respetada que antes, aun en una industria americana capitalista dominada por hombres. El progreso de Estados Unidos que se ha dado a través de los movimientos de la liberación de la mujer, los derechos civiles, y los cambios sociales y políticos en general de los años 60 hasta la globalización actual y la época de la tecnología, ha sido crucial para abrir las puertas a las mujeres que desean efectuar un cambio y para que su literatura encuentre un lugar en el canon literario americano. El nacimiento de movimientos literarios como el movimiento de Beat (the Beat Movement), el movimiento de artes afroamericanas (Black Arts Movement) y el movimiento de la literatura nuyorican han producido algunas de las escritoras más radicales y poderosas: Ann Waldman, Diane di Prima, Eileen

Miles, Wanda Coleman, Lucille Clifton, Sonia Sánchez, Jane Cortez, Sandra María Esteves y poetas más jóvenes como: Patricia Spears Jones, Latasha Diggs, María Fernández conocida como Mariposa (mencionando solamente a algunas), junto a un grupo entero de escritores y artistas de performance.

Nuyorican y mujer Aunque la labor que han realizado las mujeres en Estados Unidos para llevar su poesía al lugar que se encuentra hoy en día siempre ha sido difícil para


sitos: 1) describir un grupo de gente que vive en los Estados Unidos que no era considerado parte de los Estados Unidos, y 2) describir un movimiento literario creado por este mismo grupo. Los puertorriqueños nacidos y/o criados en la ciudad de Nueva York que adoptaron el inglés y el estilo de vida urbano, y combinaron esto con su español y costumbres puertorriqueñas, fueron denominados “nuyorican”. En la literatura, el término, “nuyorican” se usó en un principio para referirse a los escritores puertorriqueños de Nueva York que escribían mayormente en inglés, pero que a menudo interpolaban su español en sus obras. La interpola-

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ción del español en la literatura escrita principalmente en inglés luego se convirtió en la fusión conocida como “spanglish”. Se puede decir que el movimiento poético nuyorican para la mujer empezó con la poeta puertorriqueña Julia de Burgos, que aunque escribía mayormente en español, completó una de las primeras colecciones de poesía en inglés escrita por un puertorriqueño en Nueva York, en los años 50. Pero, no fue hasta a principios de los años 70 que Miguel Algarín y Miguel Piñero conceptualizaron el término “nuyorican” como un fenómeno literario. En sus inicios, el desarrollo de la literatura “nuyo-

El concepto del “nuyorican” o “el puertorriqueño de Nueva York” originalmente empezó en 1970

rican” se manifestó en el establecimiento de un café adonde se podía compartir y escuchar poesía. El Nuyorican Poets Café fue fundado por Miguel Algarín, Miguel Piñero, Lucky Cienfuegos y Richard August. Años después, Algarín y Piñero perpetuaron este nuevo género con la publicación de una antología de poesía nuyorican titulado: Nuyorican Poetry: An Anthology of Puerto Rican Words and Feelings, publicado por William Morrow Press en 1975. El Nuyorican Poets Café proveyó un lugar adonde los poetas puertorriqueños podían compartir y leer su poesía. Una de las poetas más prolíficas de este grupo fue la poeta Sandra María Esteves. Esteves fue una de las pocas mujeres puertorriqueñas que leía y publicaba su poesía en esa época. Otras poetas que escribían y leían su poesía en ese entonces (19751977) eran Amina Muñoz, Luz

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todos los grupos étnicos, las mujeres negras y las mujeres de grupos minoritarios de clases no privilegiadas han enfrentado una barrera más grande en su camino al éxito debido a sus circunstancias críticas. Por eso creo que los avances más importantes que ha tenido la poesía escrita por la mujer en Estados Unidos en cuanto a su visibilidad y aceptación, han sido logrados por estos grupos. Mi obra se ha asociado principalmente a uno de esos grupos, llamado “nuyorican”. El concepto del “nuyorican” o “el puertorriqueño de Nueva York” originalmente empezó en 1970 como un término descriptivo que tenía dos propó-


“”

En la literatura, el término, “nuyorican” se usó en un principio para referirse a los escritores puertorriqueños de Nueva York que escribían mayormente en inglés, pero que a menudo interpolaban su español en sus obras

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Rodríguez y Martita Morales. Sin embargo, las obras de estas poetas no se publicaron y casi no recibieron reconocimiento. Lamentablemente, estas escritoras no recibieron apoyo y fueron disuadidas de continuar su labor. En el movimiento de literatura nuyorican, al igual que en otros movimientos literarios de Estados Unidos, los hombres dominaban la cantidad de promoción que recibían los escritores. Aunque algunas mujeres recibieron la oportunidad de leer su poesía en el Nuyorican Poets Café y fueron incluidas en la antología, cuando surgían las oportunidades de los grandes contratos editoriales y giras literarias, las mujeres terminaban prácticamente excluidas. Este monopolio de género duró hasta

los años 80. Yo misma pasé por esto, ya que fui una de las pocas escritoras puertorriqueñas que logró establecerse en esa década. Otra escritora puertorriqueña que inició su labor literaria en esa época, que no recibió reconocimiento hasta hace poco, fue María Aponte. No fue hasta los 90 que las escritoras latinas y otras escritoras de grupos minoritarios lograron ser reconocidas en el ámbito nuyorican, particularmente con las competiciones de poesía llamadas, “Slam Poetry” y con las presentaciones de poesía tipo performance.

Los poetas que tuMi experiencia con la literatura “nuyorican” vieron mayor impacto en mi A diferencia de los escritores originales del movimiento nuyorican quienes eran de Nueva York, yo nací en Nueva Jersey. Hija de migrantes de Puerto Rico, mi familia se estableció en Atlantic City. El español era el único idioma que se hablaba en mi casa, y el inglés el único que se hablaba en todas partes, Yo al principio me crié completamente bilingüe. Descubrí los escritores nuyorican en 1979 cuando estaba tomando una clase de Literatura en el departamento de estudios puertorriqueños en la Universidad de Rutger en Nueva Jersey. Aunque yo era una estudiante de Artes Plásticas en esa época, los escritores y sus obras me impresionaron tanto que me puse a explorar la escritura.

entendimiento de la poesía nuyorican fueron los poetas que presentaron su poesía en esa clase. Miguel Algarín, Pedro Pietri (aunque él no se consideraba un poeta nuyorican en ese entonces), Sandra M. Esteves y Miguel Piñero. En algún momento de esa época fui a visitar el Nuyorican Poets Café original. El entusiasmo que se generaba allí, el ambiente cargado de energía creativa, profundizó mi deseo de estudiar y escribir poesía. Una persona que me ayudó a nutrir este deseo, y que fue clave en mi desarrollo como poeta, fue Fredy Nadal, un escritor dotado, enigmático, e intelectual. En el 1982, me gradué de la universidad con una


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Nancy Mercado. Imagen de archivo


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licenciatura en Artes Plásticas. Ya para el año siguiente, había completado mi primera colección de poesía, titulada: Teniendo que ver con la locura. Esta colección fue publicada muchos años después, por la editorial Long Shot Productions en el año 2000. Durante ese año, 1983, empecé a leer mi poesía en el proyecto de poesía de la iglesia de St. Marks, en el bajo Manhattan en Nueva York, con el apoyo de Pedro Pietri (poeta puertorriqueño) y Bob Holman (poeta judío-americano). El leer mi poesía a menudo, me dio la oportunidad de conocer a otros poetas como: Allan Ginsberg, Amiri Baraka, Ann Waldman, Gregory Corso, Jessica Hagedorn y John Ashbery, y muchos más. También conocí mediante el Proyecto de Poesía a Eliot Katz y Dan Shot, los fundadores de, Long Shot, una publicación muy respetada y alternativa, en la que trabajé como editora desde 1990 y hasta su publicación final, en el 2005. En el 1988, al poco tiempo de haber completado

mi tesis para la maestría sobre la obra de Miguel Piñero y Jean Genet en la Universidad de Nueva York, Piñero murió y cerraron el Café. Después de muchos años de estar cerrado, el Nuyorican Poets Café volvió a abrir sus puertas en 1990 con una estructura más evolucionada y una junta directiva. A mí me recomendaron para una posición en la junta. Lamentablemente, mi “amigo” y fundador del Café, Miguel Algarín se opuso. Esto marcó para mí, el comienzo de mi des-asociación con el Nuyorican Poets Café. También marcó mi crecimiento y la comprensión de que constantemente yo había sido excluida de oportunidades importantes en el mundo literario.

Para dar un ejemplo, cuando no quise presentar mi poesía al estilo “slam” porque no creía en su naturaleza competitiva, me excluyeron de una gira europea con un grupo de escritores del Café. Sin embargo, mi poesía fue incluida en la segunda antología, Aloud: Voices from the Nuyorican Poets Café, (Voces del Café Nuyorican), publicada por Henry Holt en 1994. Por medio de mi amistad con algunos de los poetas nuyorican, pude entablar relaciones en otros círculos literarios, con escritores de la comunidad afro-americana como Amiri Baraka y su esposa, Amina Ishmael Reed, David Henderson, Quincy Troupe, Jane Cortez y Steve Cannon; con escritores chicanos como

Jimmy Santiago Baca y Juan Felipe Herrera y con escritores puertorriqueños de fuera de Nueva York: como Víctor Hernández Cruz y Piri Thomas y otros.

El nuyorican de hoy Ser un escritor nuyorican significa algo muy diferente hoy en día a lo que era en sus inicios. El Café Nuyorican ya no está bajo el liderazgo del fundador Miguel Algarín, si no bajo el mando de una junta directiva dirigida y administrada por anglosajones. Aunque algunos de los programas siguen siendo de cultura latina, los puertorriqueños ya no juegan un papel fundamental en su administración ni desarrollo. Además, la comercialización


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El español era el único idioma que se hablaba en mi casa, y el inglés el único que se hablaba en todas partes

que se identifican como “nuyorican” porque comparten una herencia cultural similar: son puertorriqueños que han nacido, y/o fueron criados en Estados Unidos. Este grupo puede ser de cualquier parte: Nueva York, Chicago, hasta de Alaska, Hayan leído o no sus obras en el Café, este grupo se considera nuyorican y considera que su literatura es nuyorican. Un grupo compuesto de escritores puertorriqueños ya establecidos y escritores emergentes, este grupo ha surgido para reclamar el nombre de “nuyorican”, Ellos y su literatura son nuyorican porque comparten una herencia particular, una jerga particular, una manera particular de vivir aunque vivan en distintos lugares, y aunque nunca hayan

puesto un pie en el Nuyorican Poets Café. Hoy en día, yo sigo colaborando con varios grupos de escritores; escritores latinos que se identifican como “nuyorican”. También con los grupos caribeños y latino-americanos que se identifican como puertorriqueños, dominicanos, cubanos, mexicanos, peruanos, y con grupos de escritores americanos como los judío-americanos, afro-americanos e italiano-americanos.

Nancy Mercado Traducción por Corazón

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del Nuyorican Poets Café como negocio y, por consiguiente, del término en sí, ha suscitado una transformación del movimiento. Hoy principalmente existen dos grupos de escritores nuyorican. Un grupo se compone de los escritores que han leído su poesía en el Café, sin importar su etnicidad o cultura. Pues ser nuyorican en este sentido simplemente tiene que ver con un lugar: el Nuyorican Poets Café, y no tiene nada que ver con un grupo específico y su historia, ni con el uso particular del idioma o la cultura. O sea, cualquier persona que lea su obra en el Nuyorican Poets Café es nuyorican de acuerdo a esta clasificación. El segundo grupo consiste de escritores y artistas


La tarima de subasta despejada Para los próximos descendientes Una ola de cuerpos migratorios

El maestro Pedro Albizu Campos

Hacia el norte

Encorvado

Lisiados cortan caña en sus mentes

El maestro solloza Banderas izadas a mitad del mástil

El maestro ensimismado en sus pensamientos

Se susurran himnos

Aboga a las estrellas

Desciende un lamento solitario

Por la gente sin poder

Corazones robados

Una isla diminuta en la palma de su mano

Sepultados bajo la nieve

Niños rescatados con su sangre

Prisión solitaria

El ingenio de los antepasados restaurado

Una mano tibia cepilla

Hazañas que generaciones revivirán en

La angustia de su frente

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Otra espina clavada más adentro

Las obras del maestro, así

Cuerpos crucificados se balancean en Ponce

Dilucida más allá del féretro

Almas mudas deambulan

De su ojo se proyecta

A temperaturas bajo cero

Una solitaria estrella En el cielo nocturno

Idioma perdido en el viento

Un foco que guía Una partícula de tierra en el mar

El maestro sentado

Un grupo de viajantes

Arropado por una nación

A través de puertas giratorias

De lágrimas y esperanzas arruinadas


Nancy Mercado] los latinos en los Estados Unidos, y el otro, sobre la creación literaria afro-americana. La doctora Mercado publicó el poemario It Concerns the Madness (2000) y fue editora de la antología de poesía escrita por jóvenes If the world were mine (2003).

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[Poemas

Puerto Rico, 1959. Poeta, editora, dramaturga, activista y profesora universitaria. La doctora Mercado forma parte del movimiento literario Nuyorican Poets. Es actualmente miembro del consejo asesor y una de las editoras de www. eco-poetry.org, un portal en Internet dedicado a asuntos relacionados al cambio climático. Ha sido incluida en The Encyclopedia of Hispanic American Literature (2008) y fue nombrada como miembro de The Museum of American Poetics. En el 2004, la Dra. Mercado obtuvo un doctorado de la Universidad de BinghamtonSUNY en Literatura estadounidense e inglesa, con dos estudios: uno, sobre la creación literaria puertorriqueña y de


Por objetos reusables Desechados a lo largo del frondoso paisaje Serían los pioneros del reciclaje

En mi Puerto Rico perfecto Mi madre, su cabello grisáceo Estará peinando el pelo blanco de su madre En la terraza verde-azul Bajo árboles de mango Entre los colibrís Al lado Mi abuelo negro en su mecedora Contemplando feliz Mi prima Sonia –cuatro pies con ocho de estatura– Estaría detrás En la cabina de madera Lavando ropa

Yo tendría la opción de A qué prima visitar Nos mantendríamos todavía jóvenes Y bellas Yolanda Lili Wanda Evelyn Ivelise Hilly Nos mantendríamos enteras Y no simplemente fragmentos De lo que en un tiempo Habíamos sido

O corriendo por el jardín Atendiendo a sus perritos

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Ella no cojearía al caminar Ni se enfermaría Sus riñones funcionarían bien Viviría sobre los treinta Mi padre estaría cazando Por todo este lado de la isla Con su mejor amigo Ángel Rodríguez

Traducción: Alejandro Villalba


Qué dirán los arqueólogos

Se prolonga en el sonido de un teléfono,

Cada cuarto en nuestra casa

en el silencio de caras petrificadas

Tiene un color diferente

que se duermen.

Las paredes todas son de cemento

Se prolonga en los platos sucios

Con excepción de las puertas

en el fregadero,

Son de madera ordinaria

en el tiempo que toma

Son puertas y nada más

viajar al este.

En miles de años los arqueólogos

Se prolonga en tu pasado amante

Excavarán nuestra casa puertorriqueña

que se adentra en el hueco

Documentarán que mi familia

en tu oído de vez en vez,

Vivía en una cabaña

en la travesía que Beatriz debe conducir.

Estos científicos predecirán

Se prolonga en las cartas

Que éramos gente práctica

que ahora debo escribir,

Éramos pueblerinos que eran pobres

y en las respuestas que no recibiré.

Dirán que usábamos Platos sencillos para comer Que teníamos un dominio superior De los utensilios y vajilla En miles de años Traducción: Etnairis Rivera

Los arqueólogos nos desenterrarán Y a juzgar por la estructura De nuestros céfalos estimarán

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Pospongan mi muerte, por favor


Que nuestra pigmentación era broncínea Éramos cortos de estatura Dirán que mi familia era Una tribu hospitalaria Nunca en verdad averiguarán Quién realmente éramos

Silencio

¿Quién podrá detenerme con ensueños inútiles cuando mi alma comience a cumplir su tarea? Julia de Burgos

Cuando el burlón aparezca Con bocados de sombras y humo Ondeando agitadamente su altanería En mi cara Cual bandera flotante al viento Frente a las villas de los suburbios Como para encubrir los crímenes de esta nación Cuando vocifera para neutralizar mi pensamiento Escupiendo torbellinos en mensajes

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Preñados de falsos valores Cual anuncios que desfiguran El saqueo de las vidas empobrecidas Traducción: Alejandro Villalba

La esclavitud de la piel oscura Las violaciones de los anos femeninos, Yo sé que el burlón está ajeno Al tiempo que lentamente se desvanece así


Como la vida de cualquiera En una caja de pino Camino del crematorio Como me aguarda a mí Sin que él se dé cuenta Que mi silencio Es una coraza impenetrable

Traducción por Alejandro Villalba

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La bĂşsqueda de la felicidad (2009), de Arnaldo Roche Rabell


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[Poemas la comuna de bello

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(Cuba, 1960) es un escritor, artista y profesor universitario puertorriqueño. Las obras de Lalo son difíciles de definir genéricamente, su libros son híbridos de ensayo y ficción, lo que se vio ya en su primera obra, En el Burger King de la calle San Francisco, publicada en 1986. Desde entonces ha insistido en mezclar arte, ensayo y ficción en lo que publica. Su reconocimiento internacional le llegó en 2013, cuando ganó el Premio Rómulo Gallegos con su novela Simone. Profesor en

[Eduardo Lalo] el campus de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, publica críticas literarias y columnas (por ejemplo, en 80 Grados); ha dirigido dos mediometrajes: donde y La ciudad perdida. Además, su trabajo como fotógrafo ha sido recogido en más de una decena de exposiciones.


San Juan by Night

Ver que nunca la ciudad fue más bella que por primera vez sólo veo las manchas negras de los penachos de las palmas las manchas todavía más negras de los robles y los laureles Oír solo insectos y percatarse de que en ninguna casa ven televisión No ver el otro lado de la calle Saber la noche cerrada Sentirme bien junto a las velas Pensar que esta primera noche recuperada se la debemos al huracán que esta mañana arrancó techos inundó casas dejó millones de pesos en pérdidas

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esta primera noche verdadera


Se oyen caer gotas de los desagües insectos vienen a la luz única y caminan por esta página Conozco así la noche de los hombres la oscuridad que creó la poesía el cuento junto al fuego el gesto del hombre mirando las estrellas el miedo la inseguridad la duda y también la sensación de ser nada más que esto y aceptarlo

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Plaza de la Convalecencia

Aquí comenzaba el campo y quién sabe si aún comienzo donde los borrachos vomitan a las diez de la mañana aquí donde los jubilados juegan dominó y parecen versiones viejas de adolescentes A esta plaza vengo tantas veces a darme cuenta de lo que me hace distinto de estas putas mañaneras de /estos choferes de los vendedores ambulantes de relojes de los convulsivos colores de la basura de Río Piedras donde todo se pudre al sol como corresponde Aquí vengo y recuerdo mis voluntades Miles de personas a la redonda y nadie y sin embargo es aquí donde he decidido vivir Si alguien me preguntara por mis influencias hablaría de la Plaza de la Convalecencia

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me leerá nadie verá mis cuadros


San Juan ciudad sin memoria Al atravesarte a pie como si fueras un bosque San Juan ciudad sin memoria veía edificios que ya no existen El cuarto piso donde mi padre tuvo la fábrica los barrios de zinc y mosquiteros Recordé cuentos de viejos y muertos: manglares cañaverales antes que la brea Y vi todavía allí el piso alto del Consulado donde me entregaron la visa Pienso en ti y en mí Pienso en mí en ti tantos años Tiempo que pesa con una extranjería familiar Mundo que me precedió y sobrevivirá como una casa

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Camino siendo lo que está hasta donde llega la vista y el olvido queda tan cerca palpita con tanta salud que no hay que esperarlo


Calle Encarnación Salí a medianoche al bar Ya sin carros lloviznaba los charcos me hicieron pensar que así sería el invierno cuando llegara Y mi calle era bella Me di cuenta viendo las luces reflejarse en la brea que esta calle conocida era el mundo que contenía todos los lugares todos los tiempos Aquí vivían canciones las portadas de las mesas de la FNAC Lluís Llach cantando en Bobino la la mesa prestada de Lavapiés todas las noches en que salí a caminar bajo la lluvia eran mis vecinas al igual que muchas ciudades y unas mujeres en cuartos que también contuvieron ciudades y países frío y humo luz tenue y blanca y

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grabadora plateada sobre el escritorio de Montparnasse


calles como esta Estoy vivo esta noche tan vivo que hablo de la muerte En la avenida los bebedores se refugian bajo los toldos de una modista de cuarta y hablan de las partes de una hembra El dueño me reconoce He entrado en los últimos días Le pido una caneca y pienso en lo que podrá pensar de mí Me ha visto pasar veces y veces mirándome los zapatos como un signo de interrogación tan flaco que podría tomarme por hijo o desempleado No sé que lo que piensa y no será esto que digo Soy yo el que habla de sí mismo Al salir del bar sé que seguirá lloviznando y la noche continuará tranquila y bella En ella están La Casa del Libro y el Metropolitano

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amigos con quienes hoy no podría cruzar palabra y las horas hasta las tres porque esta noche es la única calle del mundo

Eduardo Lalo. Imagen de archivo


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[La poesía puertorriqueña

del siglo XX]

resumen La poesía puertorriqueña del siglo XX ha sido marcada por el cambio de soberanía en el 98, que estimuló el desarrollo de temas indentitarios así como la tardía aclimatación de estilos poéticos llegados de tierras lejanas, adaptados a su realidad histórica inmediata. Paralelamente, surge una nueva poesía sensual, de ritmo afroantillano, basada en la celebración de la isla y de sus paisajes, del mar y de las esencias tropicales. A partir de 1962, el grupo Guajana con su compromiso político y fervor lírico, hizo nacer obras profundamente humanas, inspiradas en los grandes temas universales adaptadas a la realidad de la isla: el amor, el combate, la nostalgia, la soledad, el sueño… Desde los años 70, las nuevas generaciones de poetas continúan tratando esos temas, con un nuevo sello, una nueva vitalidad y nuevas voces. Las mujeres poetas toman la iniciativa y los poetas siguen tendencias que muestran no solamente una gran cultura, sino también un gran amor a su país y a la cultura en general.

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palabras clave Poesía, Puerto Rico, siglo XX, identidad, mujer.

Como su historia del siglo XX, la literatura de Puerto Rico no comienza en los albores del nuevo siglo, sino en el verano de 1898, con la Guerra Hispanoamericana y el llamado cambio de soberanía. Estos acontecimientos provocan


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Clara Lair. Imagen de archivo


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trastornos en todos los ámbitos de la sociedad, entre ellos la educación, con un predominio de la lengua inglesa. El propósito no podía ser más evidente: erradicar siglos de cultura hispánica e introducir la lengua inglesa en la vida cotidiana del pueblo. Los puertorriqueños vivían como podían todos estos trastornos. Los escritores continuaban escribiendo como lo habían hecho hasta ese momento, a tono con las diferentes corrientes literarias practicadas fuera de la isla. El rechazo de una situación inmediata e impuesta de ocupación política y cultural y la recepción de las corrientes literarias venidas de Europa en particular, se hizo rápidamente evidente. Los movimientos literarios llegaban tarde, pero llegaban y los poetas y prosistas los adaptan a la realidad que vivían. Ya había sido así anteriormente con el Romanticismo o con el Realismo y, sobre todo, con el Naturalismo. Cuando comenzó a vivirse el cambio de soberanía, las expresiones del Modernismo que se manifestaban en ambos lados de los Pirineos, llegaron a la isla. Desde ese momento, la poesía, con sus estilos diversos, sus modos de expresión y sus maneras de abordar las problemáticas que llamaré puertorriqueñas, se fusionaron para siempre. De tal modo, la literatura, y la poesía en particular, y la realidad histórica y cultural, formaron una pareja indisoluble. Así, fue a partir del Modernismo

–y por Modernismo entiéndase aquel que adaptaron los poetas puertorriqueños– que una nueva visión, un nuevo impulso, un compromiso estético y político sumamente claro surge en las letras puertorriqueñas. Este compromiso fue y en gran parte sigue siendo esencial: los poetas puertorriqueños se expresarán en lengua española. Puede decirse que los temas abordados por los poetas se precisan y establecen lógicamente y que seguirán siendo tratados por las generaciones venideras. Si los poetas se cantan a sí mismos –como Walt Whitman lo hizo ejemplarmente– también cantan al amor en todos sus aspectos: amor feliz o desgraciado, amor sensual, o como sea, pero cantan al amor. Cantan también y sobre todo a su isla, con sus numerosas connotaciones. La isla aparece descrita física y espiritualmente, cultural y políticamente y se afirma a través de medios extremadamente diversos. Entre estos medios, que son siempre poéticos, resaltan la pintura de la naturaleza, del paisaje, de la geografía, de la flora y de la fauna isleña. La pintura de esta naturaleza nunca es estática; siempre es viva y brillante como los personajes que figuran en ella también lo son. Sobre todo, esta pintura de la naturaleza es simbólica. La poesía de José de Diego, con sus numerosas alusiones a la naturaleza, reitera estas posiciones. Sin embargo, esta isla, siempre pequeña y siempre llena de vitalidad, no conoce la soledad. Forma parte de un archipiélago, es decir, de un universo más vasto, desparramado y esparcido, consciente a la vez de su unidad y de su diversidad, es decir, de su carácter pluricultural. De la isla al archipiélago y del archipiélago a la isla, las raíces siempre mestizas –la huella africana aquí es inamovible– son inquebrantables.


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Una visión panorámica de la poesía puertorriqueña revela el comportamiento insistente de los poetas en lo que concierne a las diversas realidades del país

Así es cuando pinta al “pitirre”, en latín Tyrannus dominicencis, pequeño pájaro valiente que se defiende con todas sus fuerzas contra las agresiones del “guaraguao”, en latín Buteo jamicensis jamaïcains, ave de rapiña que encarna aquí la gran potencia política del norte. Cuando el Modernismo llega a Puerto Rico, algunos poetas entran en su camino y adoptan sus modos de expresión. El primero y más importante de ellos es Luis Lloréns Torres (1878-1944). Este poeta viaja a España cuando el Modernismo está viviendo su plenitud, pero solo lo adopta hacia 1911-1913, cuando publica Canción de las Antillas, poema con reminiscencias de José Santos Chocano y de Walt Whitman. Funda y dirige la Revista de las Antillas, la más importante revista de la vanguardia poética puertorriqueña de la época. Creador del pancalismo (del griego pan y kalos, es decir, “todo belleza”) el cual llama panteísmo estético, Lloréns Torres cree que el papel que debe interpretar un poeta es el de revelar, más que el de cantar, la belleza y el amor del hombre por la vida y por el mundo. De ahí lo que él llama panedismo o la idea de que todo es verso, poema o canto, como también lo pensaba Rubén Darío. La presentación de estas ideas puede leerse en Revista de las Antillas. En 1914 publica Sonetos sinfónicos, donde figura un retrato de

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Una visión panorámica de la poesía puertorriqueña revela el comportamiento insistente de los poetas en lo que concierne a las diversas realidades del país. Todo el sistema de imágenes aparece moldeado de acuerdo con estas premisas. A medida que pasan las décadas, y la historia se afirma con su paso hacia adelante, el acercamiento a estas diversas realidades se transforma, porque lo circunstancial ejerce aquí una influencia importante. Sin embargo, lo esencial continúa manteniéndose igual, a pesar de las variaciones de estilo y de las influencias de los diferentes movimientos de vanguardias literarias tanto de Europa como de las Américas. José de Diego (1867-1918) abre esta pléyade de poetas puertorriqueños del siglo XX. Heredero del pensamiento independentista de Eugenio María de Hostos (1839-1903) y de Ramón Emeterio Betances (1827-1898), es el autor de varios poemarios, entre otros, de Pomarrosas (1904), Cantos de rebeldía (1916) y Cantos de pitirre (1950), de publicación póstuma. Su poesía, que contiene reminiscencias del Romanticismo y anuncia el Modernismo, es un canto a la vez religioso, político y patriótico. Refleja el estado de ánimo de poetas que entonces vivían en carne y hueso el cambio de soberanía. Se inserta en una poética cercana a la de Rubén Darío. Además, es simbólica, sobre todo por las imágenes tomadas de la naturaleza.


Ramon Emeterio Betances. Imagen de archivo


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Simón Bolívar. Igualmente escribe poemas dedicados a José Martí y Antonio Maceo. En 1840 publica una antología titulada Alturas de América donde recoge sus mejores poemas americanistas. Entre los otros poetas modernistas se encuentra José P. H. Hernández (1892-1922), “Peache” como lo llamaban, al pronunciar las dos iniciales de su nombre. Este poeta legendario, muerto en su juventud, pertenece al grupo de Revista de las Antillas. El lirismo de sus madrigales y de sus elegías lo sitúa más próximo a Bécquer que a Darío, especialmente por las rupturas rítmicas y melódicas, y se acerca a Amado Nervo cuando éste se alía con la poesía decadente. En su último poemario, El último combate, de 1921, Peache da un testimonio de su agonía, mientras que en Cantos de la sierra, poemario póstumo publicado en 1925, se afirma la gran calidad de su lirismo, expresado esencialmente a través de neologismos y de la recuperación de arcaísmos, de la recuperación de la métrica variada e innovadora de Darío, de la importancia otorgada al uso de los adjetivos y de la melodía. Clara Lair, cuyo verdadero nombre fue Mercedes Negrón Muñoz (1895-1967), es otra de las voces poéticas modernistas y la principal entre las mujeres. Como Delmira Agostini y Alfonsina Storni, escribe sobre el amor, la vida y la muerte con una sinceridad agresiva. Pinta además la hostilidad que percibe en Puerto Rico, con todas sus frustraciones, un Puerto Rico que es una isla asfixiante, vulgar y provinciana. En su poesía, todo es hostilidad y conflicto y todo conduce a la Soledad. Publica sobre todo Aras de cristal (1937) y Trópico amargo (1950).


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Editores e intelectuales se plantean un mismo y único problema (...) definir, con cuanta precisión sea posible, la verdadera identidad cultural puertorriqueña

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Evaristo Ribera Chevermont (1896-1967) publica también en Revista de las Antillas. Comienza su carrera con un poemario con reminiscencias románticas, titulado Desfile romántico (1912). Toda su poesía muestra la posición que adopta ante lo que él piensa que debía ser la poesía. Nunca es conformista. Se muestra siempre abierto y acoge con gusto todos los modos de expresión poética. Aunque prefiere la poesía pura, no descarta la poesía comprometida con raíces sociales. Siempre se aleja de todas las escuelas literarias al mismo tiempo que afirma su independencia como poeta. En esta generación de poetas, Luis Palés Matos (18981959) ocupa un lugar de honor muy especial. Nacido en una familia de poetas, Palés Matos se alía primeramente con el Modernismo, pero luego comienza a buscar su propia personalidad, a través de voces nuevas y, sobre todo, de ritmos nuevos, encontrados en la tradición oral negra. De ahí que haga surgir una poesía antillana única, que va más allá de las fronteras puertorriqueñas y que él va a renovar constantemente. Sus poemas más conocidos pertenecen a su poemario titulado Tuntún de pasa y grifería, cuya primera edición ve la luz en 1937. Una segunda edición, agrandada, es publicada en 1950. Se trata de la voz más importante de la expresión poética puertorriqueña del siglo XX.

Asimismo, esta generación cultiva el ensayo y, a través de él, analiza las raíces de la identidad cultural de Puerto Rico que figuran en la poesía. Entre 1929 y 1931 aparece la revista Índice, dirigida por Antonio S. Pedreira, Samuel Quiñonez, Vicente Géigel Polanco y Alfredo Collado Martell. Esta revista literaria publica una encuesta en la que se plantean dos preguntas esenciales: “¿Qué somos? ¿Cómo somos?”. Los consultados respondieron a tres preguntas: la primera sobre la definición de la personalidad del pueblo puertorriqueño; la segunda, sobre la existencia de una manera de ser auténtica y particularmente puertorriqueña; la tercera, sobre las tendencias que definen el carácter y la personalidad puertorriqueña. Evidentemente, el grupo de editores e intelectuales se plantea un mismo y único problema. Se trata de definir, con cuanta precisión sea posible, la verdadera identidad cultural puertorriqueña. Unos años más tarde, en 1934, Antonio S. Pedreira publica su libro de ensayos Insularismo y Tomás Blanco, en 1935, su ensayo Prontuario histórico de Puerto Rico. Entre las obras de este último debemos citar El prejuicio racial de Puerto Rico, publicado en 1942. A partir de la publicación de estas obras capitales, la cuestión de la identidad cultural se plantea de manera clara y evidente. Las contradicciones sobre el tema constatan la validez


Lalo Osuna Rivera Cabán Nieves Mercado Vázquez Ambroggio 2001), ya mencionado, rector entre 1942 y 1966 y presidente entre 1966 y 1971, que se codea con los intelectuales más importantes de su época, invitándolos a enseñar en la Universidad. También es el caso de Margot Arce de Vázquez (1904-1990) gran intelectual y profesora conocida, sobre todo, por su inimitable estudio sobre la poesía de Garcilaso de la Vega, de 1930, que sigue siendo la obra de referencia sobre el gran poeta del siglo XVI. La doctora Arce dedica sendos escritos a Luis Palés Matos, publica Impresiones. Notas puertorriqueñas (1950), Gabriela Mistral: persona y poesía (1950), sobre la poeta chilena de quien ella fue secretaria y ayudante y La obra literaria de José de Diego (1697), el poeta de los Cantos de pitirre, ya mencionados. Igualmente debe mencionarse a Nilita Vientós Gastón (1903-1989), abogada, ensaisner y directora de revista. Creó Asomante en 1945, revista que lleva un título propuesto por Pedro Salinas y que representaba a la Asociación de mujeres graduadas de la Universidad de Puerto Rico. Igualmente fue presidenta del Ateneo Puertorriqueño (1946-1961). Tras una ruptura con la Asociación de mujeres graduadas, de quien dependía Asomante, Nilita, como todo el mundo la llamaba, crea su propia revista, Sin Nombre, en 1965, que seguirá publicándose hasta 1985. La revista de Nilita fue un medio de excepción y un lugar único de encuentro

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de los argumentos planteados y analizados. Añadamos que, igualmente en 1935, Enrique Laguerre (1906-2005) publica La llamarada, novela en la que los problemas sociales de Puerto Rico se sitúan dentro del contexto de una sociedad agrícola, dedicada al monocultivo de la caña de azúcar y, lógicamente, a la pobreza y a la miseria imperantes en la isla. Tal cual se plantea en la novela, el problema es insoluble, no hay solución posible para él. Hacia el final del decenio de los treinta, comienzan a llegar a Puerto Rico los exilados españoles de la República derrotada. Son acogidos por la Universidad de Puerto Rico, que tenía ya un muy importante Departamento de Estudios Hispánicos, organizado por, entre otras personalidades, Tomás Navarro Tomás, Federico de Onís, Amado Alonso, Samuel Gil y Gaya, Ángel Valbuena Prat, Ángel del Río y Fernando de los Ríos. Estos exilados contribuyen al florecimiento de la Universidad, tanto en la enseñanza como en la creación de revistas, como La Torre, creada por el rector Jaime Benítez con la colaboración de Francisco Ayala. Asimismo debe señalarse que Pedro Salinas compone algunos de sus más célebres poemas en la isla y que Juan Ramón Jiménez se establece con Zenobia en San Juan, dejando eventualmente sus riquísimos documentos a la biblioteca de la Universidad de Puerto Rico, creando de tal suerte la Sala Zenobia-Juan Ramón Jiménez, dirigida por muchos años por Ricardo Gullón. En este momento el exilio español y la cultura puertorriqueña se asocian intrínsecamente. Se trata del gran florecimiento de la Universidad de Puerto Rico. Muchos intelectuales salidos de la Universidad ocupan puestos importantes. Es el caso de Jaime Benítez (1908-


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En los años sesenta surge una nueva generación de poetas puertorriqueños (...), todos comprometidos políticamente y entusiasmados por la experiencia de versos inmersos en la creación poética

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para que los intelectuales y creadores pudiesen publicar en esa época, y no solamente de Puerto Rico, sino también de Estados Unidos, América Latina y Europa. La llamada Promoción del Cuarenta toma el relevo de los grupos anteriores y se convierte así en el pilar de una generación de la transición porque, durante ese decenio y el siguiente, Puerto Rico evoluciona de una sociedad agrícola a una industrial que debe vivir, además, la causa y consecuencia de una emigración repartida en varias etapas. Es decir que una parte importante de la población emigra de los campos hacia las ciudades y hacia la capital y, luego muy frecuentemente hasta los Estados Unidos, a Nueva York en particular. Se trata de una época de importante crecimiento económico y cultural y de la llegada de un nuevo estatus político: “el Estado Libre Asociado”. La poesía puertorriqueña está bien representada en este período agitado a causa del crecimiento exacerbado de la isla e, igualmente, a causa de las revueltas nacionalistas y de las purgas infligidas a los rebeldes por las autoridades oficiales. Tres poetas se enmarcan en este contexto complejo: Juan Antonio Corretjer (1908-1984); Clemente Soto Vélez (1905-1993) y Francisco Matos Paoli (1915-2000). Encarcelado a causa de su compromiso nacionalista, Corretjer participa en la fundación del

Movimiento Pro Independencia y se asocia a la Liga Socialista Puertorriqueña. Su poesía sigue los pasos de José Martí en la concepción de la historia, de la naturaleza y de la valentía. Es el autor, entre otros de Agüeybana (1932), Amor de Puerto Rico (1937), Tierra nativa (1951), Yerba bruja (1957), Pausa para el amor (1967), Para que los pueblos canten (1976). Por su lado, Clemente Soto Vélez participa durante su juventud en los movimientos de vanguardia y pasa varios años en la cárcel por razones políticas. Este periodista, independentista convencido, es el autor sobre todo de Abrazo interno (1954), Árboles (1955) y Caballo de palo (1959). Francisco Matos Paoli, el más célebre de los tres, conoce también la prisión política, de donde sale muy afectado. En 1947 publica Canto a Puerto Rico, poema largo en versos libres que canta a su amor por la tierra y por su isla. Encarcelado, escribe su poemario Luz de los héroes (1954), que incluye una gran parte de sonetos de género clásico, a la manera de Garcilaso de la Vega, y que se convierte en un espejo de la pesadilla que vivía durante su encarcelamiento. Liberado por razones de salud en 1955, escribe su célebre poemario Canto de la locura (1962) en el que rememora lo que él identifica como locura. Aquí la voz se alza en búsqueda de libertad, de justicia, y como afirmación de protesta y la rebelión. Cerca de los


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grandes cantos del Siglo de Oro, Canto de la locura muestra un universo hermético, que se afirma mediante un sistema coherente de referencias en el cual la locura se codea con la lucidez y el poeta, que canta siempre, hace llegar su mensaje particular. Matos Paoli demuestra aquí también la conciliación entre lo estético y lo político, la creencia religiosa y mística y la tierra, y, sobre todo, la de ese Puerto Rico que tanto ama, su razón de ser como poeta y hombre. A esa misma generación pertenece una de las más bellas voces de la poesía de Puerto Rico: la de Julia Burgos (19141953). Julia publica en 1938 su primer libro, Poema en veinte surcos en el que se sitúa a la vez como poeta y personaje principal. Este desdoblamiento la conduce a situarse en una sociedad jerarquizada, de castas sociales, donde resiente su condición y rehúsa su sumisión como mujer y como puertorriqueña. “Río Grande de Loíza”, el principal poema de este libro, pone de relieve su pensamiento personal, estético y político. En 1939 publica Canción de la verdad sencilla, en el cual se percibe menos el autorretrato de una mujer sensual y erótica y más el tratamiento de temas políticos, como la disparidad de las clases sociales y las injusticias, tanto del sector obrero como de los militantes nacionalistas. En él defiende el derecho de los pueblos del Caribe hispánico, con su carácter

multirracial. Se publica póstumamente en 1954 un último poemario: El mar y tú y otros poemas. Aquí, la poeta refugiada en Nueva York, canta sus angustias y sus tristezas, anunciando, de manera implacable, el final de sus días tan tristes. Otros poetas más jóvenes se distinguen igualmente en el panorama poético puertorriqueño de la época: Josemilio González (1918-1990), Marigloria Palma (1920-1980), Violeta López Suria (1926-1955) y Jorge Luis Morales (1930-1997). Lo que ya se ha dicho sobre los anteriores, se aplica también a ellos. Todos cultivan una poesía intimista, que revela un amor profundo por la naturaleza y el paisaje, por los otros y por su isla, tanto en su realidad como en su devenir. Durante los años sesenta surge una nueva generación de poetas puertorriqueños. Se trata del grupo Guajana. Este período se caracteriza por el florecimiento y plenitud de los jóvenes poetas, todos a la vez comprometidos políticamente y entusiasmados por la experiencia de versos inmersos en la creación poética. Naturalmente, el grupo tiene sus maestros como Matos Paoli, Hernández Aquino, Corretjer o Soto Vélez. También tienen sus precursores, un poco más entrados en años que ellos, pero ya reconocidos como poetas de gran envergadura. Entre estos se encuentran Hugo Margenat (1933-1957) y Ramón Felipe Medina (1935). Hugo Margenat es una de las figuras poéticas más importantes del siglo XX puertorriqueño. En la Universidad de Puerto Rico, en Río Piedras, donde cursa estudios con, entre otros, Juan Ramón Jiménez, funda la Federación Universitaria Pro Independencia (FUPI), que será sumamente activa como


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fuerza polémica y de oposición durante los decenios siguientes. Se convirtió a la vez en el guía de la poesía comprometida de este momento. Sus versos contienen una fuerza sumamente particular e individual. Con un lirismo certero, Margenat canta a los valores y sentimientos, como el amor o el deseo de libertad. Fallecido muy joven, sigue siendo considerado como uno de los faros de la poesía puertorriqueña de su siglo. El otro poeta considerado como precursor es Ramón Felipe Medina. Y ciertamente lo es, aunque colabora directamente con el grupo Guajana. Anclada en un contexto político comprometido, su poesía muestra un gran amor para con su isla y se expresa a través de un lirismo certero, que revela también una visión religiosa y profunda de y sobre el hombre. Medina se inserta, como pocos poetas de su generación, en la línea más pura de la poesía hispánica, escogiendo los ritmos y los metros más tradicionales de su género. En 1962 sale por vez primera la revista Guajana, creada por un grupo de poetas jóvenes y comprometidos. Es la más extremista de todas las revistas poéticas puertorriqueñas. Su especificidad radica en el hecho de que publica una poesía que recupera las formas tradicionales, desde la décima hasta el soneto, y al mismo tiempo evoca toda una serie de sentimientos íntimos, de deseos profundos, de nostalgias. Entre sus principales fundadores deben nombrarse a Vicente Rodríguez Nietzsche, director de la revista, Marcos Rodríguez Frese, Andrés Castro Ríos, Wenceslao Serra Deliz y José Manuel Torres Santiago. El título de la revista Guajana es altamente significativo. Adopta y repite

el nombre de la flor de la caña de azúcar, ese producto que en gran medida contribuyó a definir la región y su situación colonial. La especificidad de Guajana se explica si se tiene en cuenta el momento histórico: Puerto Rico vivía entre los años cincuenta y sesenta un gran crecimiento económico y una enérgica actividad cultural, guiada esencialmente por la Universidad de Puerto Rico y el Instituto de Cultura Puertorriqueña. Pero también es cierto que el país vivía lo que Fernando Picó ha descrito como “la apariencia de tranquilidad y contento” (Picó 1986: 261-262). Es el período del Estado Libre Asociado y del último encarcelamiento del dirigente nacionalista Pedro Albizu Campos, muerto en 1965. En este contexto de paz aparente surgen los poetas, verdaderos sonámbulos, si nos apropiamos del término utilizado por Marcos Reyes Dávila (1992: VIII) quienes demuestran una voluntad implacable para formar un grupo que exige su unidad fusionando su poética con la historia de su país y, consecuentemente, con su política. En cierta medida puede afirmarse que sus componentes, al actuar al unísono ante la literatura y la política, recuerdan la coherencia de las primeras épocas del Surrealismo francés. La diferencia entre estos y los puertorriqueños es, sin embargo, notable. Sabemos que, a pesar del tiempo tan corto que unió el trabajo de los surrealistas franceses, el grupo logró


Lalo Osuna Rivera Cabán Nieves Mercado Vázquez Ambroggio jana publica de nuevo. El contexto histórico ha evolucionado: el plebiscito de 1967 confirma el estatus del Estado Libre Asociado defendido por el Partido Popular Democrático, al mismo tiempo que la irrupción del Partido Nuevo Progresista, que aborda la causa de la integración como estado a los Estados Unidos, se deja sentir. Este último, conocido bajo la sigla del PNP, llega al poder en 1969. Así comienza lo que Fernando Picó ha llamado “La era del bipartidismo” (1986: 266-268). En este contexto, los sectores independentistas tienden a radicalizarse a causa de la situación local, aunque también por causa de otros acontecimientos, como el de la guerra de Vietnam, los movimientos estudiantiles en Europa y la confirmación de la política internacionalista de la Revolución Cubana. No obstante, Guajana continúa publicándose, considerada como la primera revista de creación literaria puertorriqueña de la época. A su vez inspira la creación de otras revistas de creación, como Prometeo, Mester, Palestra, Ventana, Penélope o el otro mundo, Zona, carga y descarga. Y confirma las reglas del anticonformismo, creando no solamente una poesía innovadora y a la vez evocadora de las grandes tradiciones poéticas hispánicas, sino también una poesía asociada al compromiso político y a la nueva crítica literaria de la época. Representa y sigue representando en intento más sólido en su género

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tener una gran y muy rica producción literaria. Los Guajana de Puerto Rico mantiene aún hoy su cohesión. Su secreto, como grupo, puede ser la señal misma de su éxito, difícil de igualar: mantener una individualidad y al mismo tiempo guardar la proximidad necesaria para lograr su afirmación como grupo. El caso, si no único, al menos es raro, muy raro, en la literatura de la América hispánica. Aunque los poetas publiquen individualmente, es ciertamente la revista la que da fe y es testimonio de sus quehaceres. La revista, aparte de la publicación de las obras poéticas del grupo, contiene una editorial por volumen en el que pueden percibirse los compromisos poéticos, y hasta estéticos, del grupo. Ya lo hemos dicho en un trabajo al respecto (Vásquez 1998): estos editoriales exponen y explican la orientación y el análisis colectivo del grupo y, por tal razón, se convierten en verdaderos, auténticos manifiestos. Añadamos que estos editoriales no son nunca abstractos. Al contrario. Muestran una voluntad de aplicar, a la temática específica de cada número, un compromiso a la vez poético y político. El comportamiento del grupo, siempre colectivo, se afirma a medida en que los poetas cavan un abismo entre la cultura oficial y la que ellos promueven. Así termina el decenio de los años sesenta. En 1970, después de un año de silencio, Gua-


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por definir la problemática contemporánea puertorriqueña. Lejos, muy lejos de la poética y de la política oficial, encarna la voz rebelde y clara, receptiva y repleta de análisis polémico de una juventud desgarrada. Aparte de sus números, hoy prácticamente imposibles de conseguir, el grupo Guajana publica dos antologías, testimonio fiel de su quehacer único. La primera, Guajana, tres décadas de poesía (1962-1992), con selección e introducción de Marcos Reyes Dávila, ya citada. La segunda, Flor de lumbre: Antología poética del grupo Guajana. Cuarenta años de quehacer (1962-2002), con introducción de Marcelino J. Canino Salgado y selección y notas de Reynaldo Marcos Padua. Entre sus poetas componentes se encuentran dos mujeres: Marina Arzola (1933-1957) y Ángela María Dávila (19442003). La primera hace una poesía difícil, hermética, verdadero elogio a la poesía, al amor, a la isla, a la ciudad y a la libertad. La otra se expresa mediante una poesía sumamente lírica, que canta al amor, a la belleza del paisaje, a la lucha social, la muerte y la solidaridad. Los otros poetas del grupo muestran, cada uno a su manera, ese involucramiento personal con la poesía y el compromiso político. Cada uno de ellos es consciente de que su voz es su mejor instrumento. Darla a conocer es el mejor medio de hacer que sus sueños se conviertan en realidad y de mostrar su solidaridad.

Entre los poetas cercanos a los de Guajana tenemos a Hjalmar Flax (1942), el menos cercano al grupo. Su obra prolífica se aleja de una visión de grupo, aun cuando los temas abordados puedan enmarcarse en una misma visión. No obstante, tres otros poetas continúan estando intrínsecamente ligados a los amigos de Guajana. Como hemos señalado, Marcelino Canino Salgado y Reynaldo Marcos Padua se asocian a la publicación de la antología Flor de lumbre… Canino Salgado es de la misma generación de poetas del grupo, con quienes comparte ideas sobre la poética y sobre la cuestión social puertorriqueña. Es uno de los más importantes descubridores y difusores de Guajana. Además es académico y profesor universitario. Juan Mestas (1942) tiene la particularidad de no ser puertorriqueño. De origen cubano, llega joven a la isla, se une a Guajana después de su comienzo y se convierte en el primer editor de la revista. Aunque vive en los Estados Unidos, donde ocupa puestos universitarios importantes, mantiene lazos estrechos con los poetas del grupo. Reynaldo Marcos Padua (1952) pertenece a una nueva generación, pero también mantiene nexos muy próximos con Guajana. Poeta y autor de numerosas publicaciones, tiene la particularidad de haber escrito su tesis doctoral sobre la revista y, principalmente, sobre tres de sus poetas más importantes: Andrés Castro Río, Vicente Rodríguez Nietzsche y José Manuel Torres Santiago. Debemos asimismo señalar algunos acontecimientos literarios que marcan la vida poética y la evolución de esta en el


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A esta generación pertenecen muchas poetas mujeres. Cada una de ellas escribe una poesía con sello propio

de relieve la enorme producción poética puertorriqueña en diferentes generaciones. En 1989, Marcos Reyes Dávila crea la revista Exégesis, publicada en el recinto de Humacao de la Universidad de Puerto Rico. Se trata de una revista ejemplar, de rara calidad, que dedica sus números, monográficos o misceláneos, a temas de la cultura en general si bien la puertorriqueña ocupa un lugar ciertamente privilegiado. Su difusión es una de las mejores entre las revistas puertorriqueñas universitarias. Una nueva generación surge entonces entre los poetas puertorriqueños. Más jóvenes y más individualistas, estos poetas no tienen la conciencia de grupo, aunque pueden participar conjuntamente en actividades colectivas. De acuerdo con la evolución de las situaciones de la época, se adaptan a circunstancias particulares, sin traicionar nunca su concepción particular de la identidad puertorriqueña. Tanto Olga Nolla (1938-2001) como Rosario Ferré (1938), primas hermanas en la vida privada, cultivan la poesía además de otros géneros literarios (novela, cuento, y hasta ensayo). Ambas practican la reconstrucción de la historia a través del pasado pero sin olvidar los apremios y obligaciones del presente. Escritoras rebeldes y feministas, tato en sus vidas privadas como en su escritura, crean en 1972 la revista Zona de Carga y Descarga (1972-1975). La magnífica revista va

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Puerto Rico del momento. En 1964, Luis Hernández Aquino publica una obra de crítica que va a institucionalizar los movimientos poéticos de la vanguardia puertorriqueña: Nuestra experiencia literaria (Los ismos en la poesía puertorriqueña): 1913- 1948. Esta obra capital analiza y rememora la poesía puertorriqueña de vanguardia. Precisa las diferentes corrientes y épocas, desde el pancalismo y panedismo, pasando por el diepalismo de José I. de Diego Padró y Luis Palés Matos, el altayalismo de Hugo Margenat, Clemente Soto Vélez y Graciany Miranda Archilla y el grupo de la revista Ínsula, en los que participan Josemilio González, Alfredo Margenat y Julia de Burgos. Esta obra es de una riqueza incalculable porque reproduce una serie de manifiestos poéticos de época, algunos de los cuales estaban perdidos u olvidados, así como una antología de los poemas más importantes de los movimientos de la vanguardia puertorriqueña durante varios decenios. Citemos además la revista Mairena, fundada en 1979 por Manuel de la Puebla. Cercana a los poetas de Guajana, a quienes dedica un número, homenajea a Sor Juana Inés de la Cruz, a Julia de Burgos, a Vicente Matos Paoli, a la joven generación de poetas puertorriqueños… En 1982 Mairena publica Antología de poesía puertorriqueña, con selección y prólogo de Manuel de la Puebla y Marcos Reyes Dávila, volumen que pone


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a publicar escritos de puertorriqueños prestigiosos, como José Luis González, Luis Rafael Sánchez, Arcadio Díaz Quiñones o Edgardo Rodríguez Juliá, junto a escritores extranjeros de la reputación de Mario Vargas Llosa, Severo Sarduy, José Lezama Lima, Ángel Rama, José Donoso. Aunque esta generación sea reconocible a causa de la afluencia de escritoras mujeres, sean estas poetas o no, no por ello deja de haber un grupo significativo de poetas hombres que representan las problemáticas estéticas y sociales de la época. Iván Silén (1944) es uno de ellos. Crítico acerbo de la política puertorriqueña, reúne y publica a los poetas de la isla y de Nueva York, sin olvidar a otros de diversas comunidades hispánicas de la gran metrópolis. Su obra muestra una tendencia a la vez por la literatura y por la filosofía, sin por ello olvidar el erotismo. Figura muy particular es José Luis Vega (1948). Poeta prolífico, Vega ha recorrido un camino importante como universitario y como académico. Es autor de numerosos poemarios en los que muestra un conocimiento profundo de la cultura hispánica, sea esta docta y erudita o popular. En una antología que recoge su poesía, Letra viva (1974-2000), se aleja de la poesía extremadamente comprometida de sus contemporáneos y escribe más para sí mismo, con sus propias visiones y sentimientos, mostrando la gran diversidad de temas poéticos que le interesan. Aborda el tema de la creación poética como tal, el erotismo que asocia a la escritura, las experiencias ordinarias y a veces extraordinarias de la vida cotidiana, la cultura popular en general,


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En los poetas, los temas son tratados de manera más directa, pero sin que la pureza del estilo entre en contradicción con ellos

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así como también la música, el amor por su isla y todo lo que ella representa, y el Caribe al que la isla pertenece. Añadamos que los lazos que establece entre poesía y pintura merecen ser señalados aquí. Nuestro poeta no solamente muestra su aprecio por la pintura europea al dedicarle poemas a Modigliani, Durero, Van Gogh, Goya o Douanier Rousseau, sino que también dedica dos poemas a los dos pintores puertorriqueños más importantes de los siglos XVIII y del XIX: José Campeche (1751-1809), el primer gran pintor puertorriqueño, un mestizo que asimiló las lecciones de Juan Paret y Alcázar y se dedicó a la pintura religiosa, a retratar personas ilustres y acontecimientos históricos y musicales. El otro es Francisco Oller (1833-1917), quien vivió y se impregnó de la pintura española y francesa, en especial de Gustave Courbet, de quien fue estudiante, y de Camille Pisarro, de quien fue amigo. Pintor impresionista –uno de sus óleos, El estudiante, está expuesto en la colección permanente del Museo de Orsay, de París–, prefería representar los paisajes típicos de la isla, las naturalezas muertas y las tradiciones populares, como se observa en El velorio (1893) y en sus retratos de personajes ilustres de la sociedad puertorriqueña. Vega alaba a ambos, por la obra y los contextos de la misma. Finalmente, la poesía de José Luis Vega muestra una

fusión de las formas tradicionales y un gusto y una pasión aguda por la vida y por la creación como tal. Recuerda el gusto de un Luis Lloréns Torres, por ejemplo, retomando temas y estilos de Canción de las Antillas. Ya se ha dicho que a esta generación pertenecen muchas poetas mujeres. Cada una de ellas escribe una poesía con sello propio, con particularidades propias. De Ivonne Ochart (1949) puede señalarse su lirismo, la musicalidad de sus versos y el ritmo de su poesía, que se asocia con frecuencia a lo popular. Muy culta, como las mujeres poetas de su generación, asocia fácilmente la literatura y la filosofía. Con Etnairis Rivera la poesía se convierte en un canto, un canto de amor, de vida, de pasión. Esta voz poética excepcional ama profundamente a su isla, a la naturaleza de esta, a su mar, sus mitos y sus realidades. Es una voz a la vez dulce por lo lírico y dura por lo polémico, que se alza para afirmar la búsqueda de libertad. Siguiendo un camino similar, Elsa Tió compone una poesía que muestra una certera voluntad de cantar: su poesía es un canto, a través de imágenes, el amor privado y el amor por su isla, su naturaleza, su mar, su paisaje. Así la poesía, como tal, se convierte en uno de sus temas predilectos, seguido por el de la vida como camino, la decepción y la soledad. La soledad, con la conciencia de la ausencia y de la


Lalo Osuna Rivera Cabán Nieves Mercado Vázquez Ambroggio sesenta, el feminismo se implanta en las poetas mujeres, lo que no perjudica la gran calidad de su poesía, sino muy al contrario, hace que esta adquiera una nueva perspectiva, más dinámica y más franca, más directa y más fuerte. Y, sin embargo, esta poesía mantiene su lirismo, su ritmo, su musicalidad y una práctica de la métrica, un aspecto tradicional, a la vez popular y culto, que aseguran una calidad rara, si no única. ¿Cómo prever lo que las nuevas generaciones de poetas –mujeres y hombres– van a escoger para continuar el largo y bello camino de la poesía puertorriqueña? Nadie puede adivinar cambio y transformaciones precisas o seguras. Es evidente que el contacto con las grandes metrópolis de Estados Unidos, con Nueva York en particular, anuncia aperturas que hacen prever cambios de temática y de estilo. Nuevas realidades van a impulsar nuevos estilos, creaciones nuevas. Esto es inevitable. Sin embargo, los poetas de hoy mantienen una cohesión, una solidaridad entre ellos. La amplitud y el alcance de la expresión lírica puertorriqueña continuará desarrollándose y mantendrá su lugar único en las tierras americanas (Vásquez 2009).

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carencia es uno de los temas preferidos de Aurea María Sotomayor, quien siempre tiene conciencia de los lazos entre el mundo exterior y el mundo interior, entre el amor y la memoria, la poesía y la escritura. Su poesía muestra una reflexión profunda sobre numerosos temas, como el de la naturaleza, para continuar con la tradición que es la suya. Más joven y más directa en los temas poéticos, Vanessa Droz aborda temas como el amor y el tiempo asociados al erotismo. Hace poesía sobre el mar y sobre la naturaleza e insiste en la mujer como tema poético, la mujer y sus relaciones con los otros, o con el otro, y, naturalmente, con el amor. ¿Se trata de una poesía de amor? Finalmente, Carmen Ana Pont, que ha vivido en Europa, escribe una poesía más intelectual, una poesía que demuestra una dureza ante la vida y ante los otros y, sobre todo, que se dedica a la afirmación de la mujer contra la violencia y la falta de aceptación de ella. Estas nuevas generaciones revelan nuevas perspectivas realizadas dentro del desarrollo de la poesía puertorriqueña del siglo XX. La sensualidad y el compromiso político que ya era evidente en poetas como Julia de Burgos, se afirma en ellas. En los poetas, los temas son tratados de manera más directa, pero sin que la pureza del estilo entre en contradicción con ellos. La preocupación por la forma poética se hace evidente tanto en ellos, como en las numerosas poetas mujeres. A partir de Olga Nolla y de Rosario Ferré, la creación de una poesía sensual, digamos más bien erótica, y comprometida, se asocia intrínsecamente a las corrientes feministas. En efecto, a partir de los años


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[La poesía

puertorriqueña ]

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Por la característica del trabajo a seguir, omitimos en este ensayo la poesía puertorriqueña insular, desde los movimientos romántico y costumbrista presentes en la pluma de un José Gautier Benítez con aquella trilogía de poemas tan indicativos ya en sus títulos –A Puerto Rico (ausencia); A Puerto Rico (regreso); A Puerto Rico (canto), y muchos otros–, hasta llegar a las manifestaciones antirrománticas y a las corrientes premodernistas, período del cual sólo nos limitamos a destacar a Lola Rodríguez de Tió (1848-1924), que vivió, en uno de sus tantos traslados dentro de su prolongado exilio, en la ciudad de Nueva York. Entre su poesía más conocida están los poemarios Mis cantares (1876), Claros y nieblas (1885), A mi patria en la muerte de Corchado (1885) y Nochebuena (1887). Del breve decasílabo titulado Autógrafo unos versos la retratan: “Yo no me siento nunca extranjera; / En todas partes hogar y abrigo / Amplia me ofrece la azul esfera; / Siempre mis sienes un seno amigo / Hallan en una u otra ribera / Porque la patria llevo conmigo”, como así también sus famosos versos de A Cuba, que proclaman una característica de la hermandad de las naciones caribeñas en la lucha por su independencia: “...Cuba y Puerto son / de un pájaro dos alas, / reciben flores o balas / sobre un mismo corazón”. Al lado del nombre de Lola Rodríguez de Tió debemos añadir los nombres del ensayista Eugenio María de Hostos (1839-1903), del diplomático y poeta Ramón Betances (1827-1898), del afropuertorriqueño Sotero Figueroa (1851-1923) y de Francisco Gonzalo Pachín Marín (1863-1897), autor de Flores nacientes (1884) y Romances (1891),


Lalo Osuna Rivera Cabán Nieves Mercado Vázquez Ambroggio entre otros, y que concibió y diseñó la bandera de Puerto Rico. También vive por largos períodos en los Estados Unidos, a partir de los años cincuenta, el poeta Graciany Miranda Archilla (1908-1993), que en su momento dirige la sección dominical de El Diario La Prensa de Nueva York y que va a participar activamente en actividades de la comunidad puertorriqueña de esa ciudad. Entre sus libros se encuentran Cadenas de ensueños (1926), Responso a mis poemas náufragos (1930), Sí de mi tierra (1937), El oro en la espiga (1941), Himno a la caballa (1971) y Camino de la sed (1990). Dejó inédito el libro Visita al cero verde. También por las razones arriba esgrimidas quedan fuera de nuestros propósitos los más reconocidos de la poesía puertorriqueña insular del siglo XX, como Luis Lloréns Torres (1878-1944), Evaristo Ribera Chevremont (1896-1976), Luis Palés Matos (1899-1959) y Francisco Matos Paoli (1915-2000); del mismo modo lo hacemos con los llamados poetas de la Generación del Ochenta y también algunos posteriores a estos.

Los poetas y sus poemas en español

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Uno de los creadores puertorriqueños con obra señera y versos en español que vive y produce en los Estados Unidos es Juan Antonio Corretjer (1908-1985). Durante cinco años el escritor estuvo encarcelado (Atlanta, 1937-1942) por problemas políticos. Vivirá en Nueva York, donde va a producir la mayor parte de su obra poética. Entre sus títulos se encuentran

Agüeybana (1932), Ulises (1933) –en el que comienza a destruir la tesis del insularismo literario y político con su postulado “versos al mar de un hombre de tierra adentro”–, Amor a Puerto Rico (1937) y Cántico de guerra (1937). En 1950 escribe el cantar épico de Puerto Rico Alabanza en la Torre de Ciales, que publica posteriormente, en 1953. Otro conocido activista, encarcelado también junto al político nacionalista Pedro Albizu Campos y Juan Antonio Corretjer, fue el poeta Clemente Soto Vélez (1905-1993), quien escribió en Nueva York a partir de los años cincuenta. Sus libros: Escalio (1937), Abrazo interno (1954), Árboles (1955), Caballo de palo (1959) y La tierra prometida (1979). Su Obra poética ha sido publicada por el Instituto de Cultura Puertorriqueña en 1989. También hay que destacar a Julia de Burgos (1914-1953), con sus tres poemarios Poema en veinte surcos (1936), Canción de la verdad sencilla (1937) y El mar y tú (1954), de donde son aquellos versos idiosincrásicos de la esencia puertorriqueña: “Morir conmigo misma, abandonada y sola / en la más densa roca de una isla desierta”. A estos se suman los nombres de Tomás R. Gares (1892), con sus poemarios Agridulce: poemas (1969) y Jardín sonoro (1975), autor de aquellos rotundos versos:


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Otro conocido activista, encarcelado también junto al político nacionalista Pedro Albizu Campos y Juan Antonio Corretjer, fue el poeta Clemente Soto Vélez, quien escribió en Nueva York a partir de los años cincuenta

(Artes y Letras, 1934). Clara Lair (1895-1974), José I. de Diego Padró (18991974), fundador junto a Luis Palés Matos del movimiento de vanguardia que se llamó “diepalismo”, formado con la unión de ambos apellidos, y que publica La última lámpara de los dioses (1921), Ocho epístolas mostrencas (1952) y Escaparate iluminado (1959); Erasmo Vando (1896-1988), que vivió en el sur, antes de llegar a Nueva York, con su poema United States y la colección Amores: poemas (1996); Jesús Colón (1901-1974), con su famoso soneto The Flapper: “Como una niña chole que fuera neoyorquina / rasga el aire la ‘flapper’ contorneándose toda. / Su traje, un futurismo de la última moda, / hace mil sugerencias con su seda divina…”. También Emilio R. Delgado (1901-1967), fundador en 1925 del noísmo; Felipe N. Arana (1902-1962); José Dávila Semprit (1902-1958), autor de Brazos bronce (1933); Juan Avilés (1905), presidente del influyente Círculo de Escritores y Poetas Iberoame-

ricanos (CEPI); Ángel M. Arroyo (1908); el ya mencionado Graciany Miranda Archilla (1908-1993), fundador del movimiento altayalista; Ramón Ruiz de Hoyos (1908); Pedro Carrasquillo (19091964), uno de los mayores exponentes del jibarismo en la poesía; César Gilberto Torres (1912), del CEPI, con su poema Al presidente Roosevelt, con ecos del famoso poema dariano; Poliana Carranza (1917); José Emilio González (1918-1990), con su vanguardismo hegeliano; Carmen Puigodllers (1919), con su poemario Dominio de alas (1955), y Diana Ramírez de Arellano (1919), con sus poemas Salmo penitencial de desterrados y A Puerto Rico. Más tarde aparecen Roberto Boquio Alberti (19301985), con Canciones de un febrero (1965); Jaime Carrero (1931), con el poemario Jet neorriqueño (1964), precursor del movimiento neorriqueño; Ernesto Álvarez Valle (1937), autor de Sobre el puente de Brooklyn; el español pero esencialmente puertorriqueño Alfredo Matilla Rivas (1937); Olga Nolla (19382001); Rosario Ferré (1938), cuya estadía en varios lugares de los Estados Unidos, y en especial en la zona metropolitana de Washington D. C., mientras sacaba su doctorado en la Universidad de Maryland, marcó su autoidentidad como mujer, crítica literaria y su obra poética, y que publica su primer libro de poemas, Fábulas de la garza desangrada, en 1984, Las

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Dicen que el sonoro idioma castellano Herido está de muerte en el solar… Mientras recuerde mi patria su pasado la lengua de Castilla se hablará…


Lalo Osuna Rivera Cabán Nieves Mercado Vázquez Ambroggio dos Venecias (poemas y relatos) en 1992 y su Antología personal en 1994. Además, debemos mencionar a Juan Manuel Rivera (1943), con sus Poemas de la nieve negra (1986), y otros representantes tanto en el período preneorriqueño, como en el neorriqueño y posneorriqueño, que iremos mencionando, como el poeta y antólogo Iván Silén (1944-), poeta de la subcultura marcado por un anarquismo nihilista y con un yo poético alterado (en el sentido de otredad) y a la deriva1, con Víctor Fragoso (1944), Brenda Alejandro (1947), Lourdes Vázquez2 (1949) y Orlando José Hernández (1952), que participan en su antología Los paraguas amarillos (Ediciones del Norte y Bilingual Press, 1983), además de Ferré y Soto. Asimismo, Alfredo Villanueva Collado (1944), con muchos poemarios, entre ellos, En el imperio de la papa frita3, y José Luis Colón Santiago (1945-2001), con sus poemarios La primera vez que yo vi el paraíso (1989) y Aquí, mi sur del Bronx (1990). También los incluidos en la antología Herejes y mitificadores: muestra de la poesía puertorriqueña en los Estados Unidos (Puerto Rico: Ediciones Huracán, 1980) y todavía no mencionados, aunque varios de ellos escriben primordialmente en inglés y podrían encasillarse con la poesía “niuyorriqueña” o “niuyorricana”: Roberto Márquez (1942); Louis Reyes Rivera (1945); José Ángel

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1 Algunos de sus poemarios: Después del sucidio, Santo Domingo (1970); El pájaro loco, Puerto Rico: Ediciones Puerto (1972); Los poemas de Fili-Melé, Nueva York: El Libro Viaje (1976); La poesía como libertá, Puerto Rico: Instituto de Cultura Puertorriqueña (1992); Casandra & Yocasta, Puerto Rico: Instituto de Cultura Puertorriqueña ( 2001). 2

Nacida en 1949, ampliamente antologada y publicada en revistas. Su libro de poemas Las hembras (Papeles del Andalicán, Chile, 1987) fue mencionado por la crítica puertorriqueña como uno de los diez mejores libros del año. En 1988 el Museo Omar Rayo de Colombia publica el texto La rosa mecánica en su serie de mujeres poetas de América Latina. Entre 1995 y 1997 publica las plaquettes El amor urgente, The Broken Heart y Erótica de bolsillo. En 1999 publica su libro de cuentos Historias de Pulgarcito (Ediciones Cultural); es autora, además, de Bestiary: Selected Poems 1986-1977 (2004); La estauilla (2004); Salmos del cuerpo ardiente, México: Chihuahua Arde (2004); May the Transvestites of my island who tap their heeles exquisitely (2004); Desnudo con huesos (Nude with Bones) (2003), y Park Slope (2003).

3 Tiene once poemarios publicados, entre los cuales podemos mencionar, además del primero citado. La guerrilla fantasma (1989), La voz de la mujer que llevo dentro (1990), Pato salvaje (1991), Entre la inocencia y la manzana (1996), La voz de su dueño (1999) y Pan errante (2005).

Figueroa (1946), con Noo York; David Hernández (1946); Julio Marzán (1946), con Puerta de Tierra (1998); Luz María Umpierre (1947), que desde la salida de su poemario en 1979, En el país de las maravillas, ha seguido publicando poesía, artículos y narrativa; Carmen Valle (1948), poesía en español de contrastes con los poemarios Un poco de lo no dicho (1980), Glenn Miller y varias vidas después (1983), De todo da la noche al que la tienta (1987), Preguntas (1989), Desde Marruecos te escribo (ed. bilingüe, 1993), Entre la vigilia y el sueño de las fieras (ed. bilingüe, 1996) y Esta casa flotante y abierta (2004); finalmente, Jesús Papoleto Meléndez (1951), Néstor Barreto (1952) y el antes mencionado Orlando José Hernández (1952).

Poesía e intranquilidad social La poesía social y política del movimiento neorriqueño, fundado por Jesús Colón (1901) y antologado en dos libros fundamentales –Nuyorican Poetry: an Anthology of Puerto Rican words and feelings, editado por Miguel Algarín y Miguel Piñero (Nueva York: Morrow, 1975), y Aloud: voices from the Nuyorican Poets Café, editado por Miguel Algarín y Bob Holman (Nueva York: H. Holt, 1994), que me dedicara Miguel Algarín en 1995,


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El poeta y antólogo Iván Silén, poeta de la subcultura marcado por un anarquismo nihilista y con un yo poético alterado (en el sentido de otredad) y a la deriva

Aquí se habla Español all the time Aquí you salute your flag first Aquí there are no dial soap commercials Aquí everybody smells good Aquí tv dinner do not have a future Aquí the men and women admire desire And never get tired of each other Aquí Qué Pasa Power is what’s happening

Aquí to be called negrito Means to be called LOVE.

No se prejuzga en este ensayo sobre el debate de si la poesía puertorriqueña no escrita en español sigue siendo puertorriqueña, como se discutió acaloradamente a raíz de este movimiento poético que quiso preservar esa manera peculiar de expresión del puertorriqueño de Nueva York, pero que –por ejemplo, en Víctor Hernández Cruz (1949)– dio paso al reencuentro con el español y a la hispanidad de la identidad lingüística puertorriqueña, como lo señala Francisco Cabanillas en su artículo “España desde la poesía nuyorican” (Revista Espéculo, 2006, 33: 7 y 8). Lo cierto es que –como apunta Alfredo Villanueva Collado– “la poesía puertorriqueña de los Estados Unidos fluye por dos vertientes determinadas por el idioma que se utiliza tanto como identificación que los autores hacen de su propia nacionalidad: una diaspórica, en español, y una que se puede considerar literatura étnica estadounidense dentro de la ficción multicultural”4. De este modo, este movimiento literario permitió que otros poetas puertorriqueños en los Estados Unidos de4

En: Poetas de la diáspra puertorriqueña: idioma, canonicidad e identidad nacional (htpp://www.redayccion.com/poetas de Puerto Rico. Htm/).

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con nombres como los del propio Miguel Algarín (1941), Pedro Pietri (1944-2006), Miguel Piñero (1947-1988), Sandra María Esteves (1948), Martita Morales, Lucky Cienfuegos y otros–, se caracteriza por su antiintelectualismo y su profeso antiesteticismo. Los poemas fueron escritos en su mayoría en el inglés “vernáculo” del “barrio” (más bien un concepto que un lugar físico definido) puertorriqueño en Nueva York, por lo que no nos detenemos en el mismo, a pesar de abundar las incrustaciones de palabras en español y, en ocasiones, con versiones bilingües originales. Sirva como ejemplo este fragmento del poema Puerto Rican Obituary del recientemente fallecido Pedro Pietri, una de sus más destacadas e influyentes figuras:


sarrollaran sus propios estilos diferenciados del grupo en cuestión tanto en su temática como en su forma. Así ocurre con lo dicho por Frances Aparicio5, que cataloga la expresión como “poesía posneorriqueña” o “nuyorricana”: aquí se encuentran poetas como Tato Laviera (1951), los ya mencionados Víctor Hernández Cruz y Luz María Umpierre, y Martín Espada (1957). Es una poesía de amalgama y cambio de códigos. Algunos de estos poetas, como Laviera y Víctor Hernández Cruz, son en muchas ocasiones bastante osados y atrevidos en su uso del español, como lo comprobamos en este fragmento de Enclave (1985) de Tato Laviera:

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sabes, pinche, que me visto … estilo zoot suit marce de tengo las venas aculturadas pachuco royal chicano air escribo en spanglish force montoyado en rojo abraham en español. azul verde marrón Nuevo … callejero chicano carnales hablo lo inglés matao eseandome como si el ése ése hablo lo español matao echón que se lanza en las no sé leer ninguno bien avenidas del inglés con … treinta millones de batos locos hablando en secreto My graduation speech con el chale-ése-no-la-chingues vacilón a los gringos americanos… 5

En la discusion de la poesía “preniuyorricana”, “niuyorricana” y “posniuyorricana” me baso y complemento el estudio de Frances R. Aparicio de 1993, “From Ethnicity to Multiculturalism: An Historical Overview of Puerto Rican Literatura in the United States”, incluido en el Handbook of Hispanic Cultures in the United States: Literature and Art, editado por Francisco Lomeli, coordinación general de la obra de Nicolás Kanellos y Claudio Esteva-Fabregat, Arte Público Press, University of Houston.


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Imagen de archivo


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Logo del Nuyorcan Poets Cafe


Lalo Osuna Rivera Cabán Nieves Mercado Vázquez Ambroggio sí. Ellos integran –entre muchos otros ya mencionados– la antología Papiros de Babel: Antología de la poesía puertorriqueña en Nueva York (Editorial Universidad de Puerto Rico, 1991), una de las más completas hasta la fecha, que ha editado el destacado poeta y crítico Pedro López Adorno (1954), autor a su vez de Rapto continuo (1999), Viaje del cautivo (1998), Concierto para desobedientes (1996), Los oficios (1991), País llamado cuerpo (1991), Las glorias de su ruina (1988) y Hacia el poema invisible (1981). A estos podemos añadir algunos poetas no incluidos en la antología de López Adorno, como Marta Magaly Quiñones (1945), autora de Entre mi voz y el tiempo (1969), Era que el mundo era (1974), Zumbayllu (1976), Cantándolo a la noche misma (1978), En la pequeña antilla (1982), Nombrar (1985), Razón de lucha (1989), Sueños de papel (1996) y Mi mundo (2003); Judith Ortiz Cofer (1952), que escribe principalmente en inglés; Myrna Nieves (1949), con Viaje a la lluvia: poemas (2002); Egla Blouin; María Juliana Villafañe, con Dimensiones en el amor (1992) y Entre dimensiones (2002); Paul González, con dos pequeños poemarios: Poems for May, June or April y Confundido por el mar Caribe y el río Culebrina; Naomí Ayala (1964), que escribe poemas en español y tiene en curso de publicación con Bilingual Review Press un poemario bilingüe de su autoría, aunque sus

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Algo asimismo constatable en los poemas de Víctor Hernández Cruz en Maraca (2001), “Federico García Lorca”, “De tres raíces”, “Bobadilla, España” y “Semillas”, con una marcada progresión metapoética desde el afrocentrismo “niuyorricano” al aprecio y elogio de lo hispano, un español del Caribe. Junto a estos movimientos debemos mencionar la creación poética de los poetas puertorriqueños continentales como Joaquín Torres Feliciano (1945), con Cachivache (1976); Vilma Byron Brunet (1946), con Semblanza y Colma populo; Olga Casanova Sánchez (1947), con Raíz al aire; Elizan Escobar (1948); Manuel Ramos Otero (1948-1990), con El libro de la muerte (1985) e Invitación al polvo (1991); Carlos A. Rodríguez Matos (1949); David Cortes Cabán (1952), con Poemas y otros silencios (1981), Al final de las palabras (1985), Una hora antes (1990), Libro de los regresos (1999) y Ritual de pájaros: Antología personal 1981-2002 (2004); Giannina Braschi (1953), con El imperio de los sueños; Luz Ivonne Ochart (1954), con sus poemarios Ritos de muerte y Obra poética; Jan Martínez (1954), con sus poemarios Minuto de silencio (1977), Archivo de cuentas (1987) y Jardín, obra escogida (1977-1997) (1998); Marithelma Costa (1955), que publicó tres poemarios: De Al’vión (1987), De tierra y de agua (1988) y Diario Oiraí (1997), y Arnaldo Sepúlveda (1956), con El Libro de


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Las diferentes oleadas del “posniuyorriqueñismo” o “niuyorricanismo” han tenido escenarios diversos y producciones desiguales en su calidad estética

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primeros poemarios, This Side of Early (2007) y Wild Animals on the Moon (1997), fueron escritos en inglés; finalmente, Rebecca Villarreal y otros, con poesías antologadas y obras premiadas, quienes han publicado poemas en español, a veces en inglés, o con estrofas bilingües, pero siempre fieles a su sentido de identidad, hispanismo y nacionalismo, como cosmovisión, puertorriqueños, en un acto consciente de resistencia y desafío a la cultura anglosajona, con diversas características de las diferentes tendencias estéticas: romanticismo, vanguardia, surrealismo, modernismo, postmodernismo. Sentido de identidad en el exilio marcado por nostalgias, por ejemplo, de comidas, costumbres, estabilidad (frente al flujo y caos), sentido de minoría. Las diferentes oleadas del “posniuyorriqueñismo” o “niuyorricanismo” han tenido escenarios diversos y producciones desiguales en su calidad estética. Uno de ellos ha sido captado por Juan Flores y Jorge Matos en su edición de 1999 en la Revista de Estudios Puertorriqueños con su selección de poetas “diasporricanos”. Otras de las nuevas generaciones poéticas, ahora llamados “neorriqueños”, publican en antologías, revistas “latinas” o multiculturales como Ratallax, The Americas Review y otras, con “nuevas” propuestas estilísticas y

temáticas, aboliendo geografías y distinciones, dado que expresan una realidad más compleja en un territorio fluido y, por lo tanto, abordan temas más amplios que los de la identidad, que –en palabras de Juan Flores y Mayra Santos Febres– “ya definitivamente no es vista como un bloque monolítico, coherente y atado a un idioma o un espacio geográfico o a una etnia/raza. La ven, en cambio, como un territorio poroso, lleno de contradicciones y de experiencias yuxtapuestas que también definen esa terrible y hermosa realidad que es ser puertorriqueño”, como lo consigna “Micrófono abierto: nuevas literaturas puertorriqueñas” Hostos Review (2005). 2: 12. La antología La ciudad prestada: poesía latinoamericana posmoderna en Nueva York (Santo Domingo, 2002), compilada y editada por Pedro López Adorno, incluye a los poetas puertorriqueños Juan Manuel Rivera, Giannina Braschi y el propio Pedro López Adorno, anteriormente mencionados en otros contextos.

Las últimas manifestaciones Las últimas generaciones de la novísima poesía puertorriqueña, aquellas llamadas de los ochenta y los noventa, se


Lalo Osuna Rivera Cabán Nieves Mercado Vázquez Ambroggio poemarios Pier Queen (1997) y Americano (2002); Nydia Rojas en Wisconsin; Ed Morales; Frank Varela; Shaggy Flores; Anthony Morales; Sandra García Rivera; el nuevo “niuyorricano” Flaco Navaja; Héctor Luis Rivera y Ray Ramírez, fundadores de Welfare Poets; la afropuertorriqueña Aya de León; Magda Martínez; Hugo J. Ríos Cordero; John Rodríguez, y Bonafide Rojas, autor de Pelo bueno. Son pocos los poetas de esta antología que tienen poemarios publicados, pero sus creaciones literarias han aparecido en revistas, antologías en papel o virtuales. Algunos de los autores presentes en la antología de Juan Flores y Mayra Santos Febres no han sido mencionados por publicar en otros géneros literarios o sólo en inglés, o por residir fuera de los Estados Unidos. La poesía de estas generaciones de los ochenta y noventa es una poesía híbrida, como afirmamos anteriormente, con nuevas temáticas y estilos, experiencias y performances de hip-hop, con formas múltiples de difusión artística, pero auténticamente puertorriqueños, “diasporriqueños” o “neorriqueños” en su fondo de inspiración y creación poética. Esta aproximación y breve reseña del cuerpo poético de la poesía puertorriqueña en español, en los Estados

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destacan en la edición de Hostos Review (2005, 2) bajo el título “Micrófono abierto: nuevas literaturas puertorriqueñas”, trabajo de Juan Flores y Mayra Santos Febres, que incluye a poetas –además de los anteriormente citados en relación con otros grupos o movimientos– como Mariposa, de Nueva York, con su “Ode to the Disporican (pa mi gente)”; Moisés Agosto-Rosario (1965), con los poemarios Porqué la construcción de los profetas (1988) y Poemas de lógica inmune (1993); la puertorriqueña-costarricense Kattia Chico (1969); Caridad de la Luz, alias la Bruja, poeta, actriz, cantante; María Luisa Arroyo (1971), autora de Raíces de silencio (2005); Chiara Merino Pérez Carvajal (1973); el Rapero Gallego (1974); Uroyoán Noel (1976), con sus libros Las flores del Mall (2000) y La lógica Kool (2006); Willie Perdomo, voz del barrio (East Harlem) que dice “Yo soy Boricua! Yo soy Africano! I ain’t lyin.. Pero mi pelo is kinky y curly y mi skin no es negro pero it can pass...” en su poemario Nigger-Reecan Blues (1996) y escribe su blog en español pero su poesía mayormente en inglés; Guillermo Rebollo-Gil (1979), que publicó los poemarios Veinte (2000), Sonero (2003) y Teoría de Conspiración (2005), y que ha obtenido importantes reconocimientos como poeta novel; David Caleb Acevedo (1980); Nicole Cecilia Delgado (1980), y Raquel Z. Rivera. Los poetas que menciono a continuación escriben casi exclusivamente en inglés, aunque incluyen frases o versos en español en sus creaciones: Edwin Torres (1958); Tony Medina, ahora en Howard University; el puertorriqueño-ecuatoriano Emanuel Xavier (1971), con sus


Unidos6, recorre una rica y variada creación que aúna expresiones lin- güísticas variadas, populares e indígenas, además de la española, con el deseo de alcanzar características de una identidad autóctona y lograr aportaciones de métricas de acervo tradicional como las décimas y los corridos, y que además mezcla lo africano y lo anglo, captado en las calles de Nueva York y otros lugares. Poesía y poetas que se han manifesta- do con las tendencias de los movimientos modernista, de vanguardia, posmodernista, no- vísimo y los típicos movimientos “niuyorricanos” con sus cambios de códigos y mezclas idio- máticas, con temas idiosincrásicos de identidad nacional, de lucha patriótica, nacionalista y social, a partir de las realidades difíciles del barrio y de una nación en conflicto con su ser político, su nostalgia del campo y de la naturaleza, su identidad propia en un continuo flujo del acá y del allá, del salir y del regresar física o espiritualmente a la Isla, como fuente de creatividad.

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Luis alberto Ambroggio

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Hemos omitido referencias a antologías en inglés como The Puerto Rican Poets (1972), de Alfredo Mantilla e Iván Silén; Borinquen: An Anthology of Puerto Rican Literature (1973), de María Teresa Babín y Stan Steiner; Inventing a Word: An Anthology of Twentieth Century Puero Rican Poetry (1980), de Julio Marzán; Boricuas: Influential Puerto Rican Writings (1955), antología editada por Roberto Santiago, y Puerto Rican Wtiters at Home in the USA, de Faythe Turner.


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Local del Nuyorcan Poets Cafe


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Pintura para un piso específico (2008), de Andrés Mignucci y María de Mater O’Neill



Bayamón, 1966. Ha publicado los siguientes libros: El límite volcado: Antología de la generación de poetas de los ochenta (2000, Premio del PEN Club de Puerto Rico), Las formas del vértigo (2001).

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[Poemas

Alberto Martínez-Márquez] Abdicación del pensamiento I en la estepa alborotada de la mente una marejada de huesos repetidos entierra mis últimos suspiros

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de fusa o semifusa difusa de falaces filiaciones de fulgores fementidos de fecales fotografías de fábricas de fiasco de fragmentos de facsímil

Futuro A mi amigo Carlos Fajardo, cuya nada ascética estética frenética tiene puntos de contacto con la mía

de febriles formas se forma el futuro de fábulas fatales de fuego freudiano de flores fantasmagóricas de fémures fratricidas de fanales que fenecen de fonemas fracturados de fetos fascistas de fondo sin fondo de fútil fotosíntesis

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de filmes de Fellini y Fassbinder de fuego fatuo de fétidas flechas fovistas de fósiles funestos de frenadas frecuencias de foráneas fobias de famélicas fantasías de falos figurados y desfigurados

de flagelo de frunce de fieras de falleba de felonía de fado de fórmulas de fetiches de flema de fuga fug fu f


de \ nota ?

con \ nota ? a \ nota

Homenaje a Tristan Tzara lengua G

coño el barco ebrio cae de mi voz

Simón no dice que en el claro de la yema de los dedos refulgen los abejorros de la ignorancia las palabras pretenden fingen y todo lo demás

eje del aguaje réprobo de dinteles mengua comunica no

contrafuga de silencios grito almizclero en la estación del hambre lengua G

no

sólo

no

ustoria resonante significa

nada

pero aquí y ahora

to-to

el yo alucinado que escribe el poema

to-ta

se

to-do to-da do-to

a n u

do-do Dadá! deshilachada existencia de vocales consonántica muerte en tinta china dinamitas en conserva para quien despierta en las hormigas

l a

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da-ta


Arecibo, 1974. Ha publicado con los nombres de Camila Guerra y Larissa Mantilla. Ha colaborado en las revistas El Sรณtano 00931 (2001) y Guazรกbara (1997).

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[Poemas

Amarilis Tavárez Vales] Nana sanjuanera que la noche cayó y la noche se durmió en tus brazos de avena. el susurro del viento cantaba. estos ojos abiertos en vela protegían del ruido tu sueño sorteaban con visiones la espera. el semáforo roto en la esquina la sirena que el apuro muestra no perturban tu paso, mi niña. la noche… oscura… se acuesta. que la noche calló se durmió en tus brazos de avena. dame, niña, el olor de tus poros dame acá tu inocencia perdida déjame en las sábanas grises las escalas que tanto me cantas permite que algún enamorado al oído me las trine tiernas.

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y la noche


que la noche se va y la noche se ha llevado esta nana primera. me sorprende en pie la mañana desayuno me sirve a la mesa. sola miro las puertas cerradas callada olvido las rencillas viejas la voz tuya se acuesta a mi lado y clausura la entrada a las penas. que la noche se fue y la noche abrigó entre sus brazos la nana. dame, niña, un pedazo del mundo que ha tatuado tu voz en mi espalda.

Me presento Me presento desnuda de idealismo de pesares prejuicios y reglas; me presento bañada de esperanza anhelos, deseos de vivir. Me presento regida por lo que creo cada día, no adelantándome, ni atrasándome, sólo dispuesta a vivir plenamente, la vida que tocó a mis puertas la vida que encontré de frente, cuando abrí mis ojos y vi la luz por vez primera; la vida que puso en mí el Creador de todos los mundos conocidos

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incluyendo los desconocidos. Aquí, bajo la bóveda inmóvil de lo que llaman cielo, arropada de nubes, de espacio, de estrellas, de sol, de viento, de aire contaminado,


de ruidos inexplicables provenientes de no sé dónde. Me presento ávida de placer, de amor, de justicia, de paz, de razones; me presento pletórica de fantasía, harta de derramar lágrimas de dolor, colmada de sueños, de quimeras alucinantes, de música celestial entre los poros. Me presento virgen, niña, abuela, puta, madre, amiga, esposa, amante, mujer, como única, como imitadora, como agua, como oxígeno, como pan… Me presento como un uno en la cifra del divisor social. Como la que llora, como la que enjuga, como la que mantiene en sus hombros un hogar… Me presento esperanza, materia, algo abstracto; me presento como humo de lo que se quiere ser y a veces no se logra por la estupidez de un mundo amarrado a su órbita… inconclusa.

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respuesta, pregunta,


San Juan, 1967. Ha publicado los siguientes libros: Verdades caprichosas (cuentos, 2001), RĂŠquiem (cuentos, 2005), El libro de las sombras (poemario, 2006), Leyendas de misterio (cuentos infantiles, 2006) y Bocetos de una ciudad silente (cuentos, 2007).

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[Poemas

Ana María Fuster] Mujer anónima Hay días en que soy un pseudónimo de mí misma K attia Chico Soy la mujer anónima la del otro lado, recogiendo reflejos en la reunión de espejos sin final, sin principio, luego de una tarde de pasión, sin nombre, sin sombra antes de la última despedida, sin labios, sin recuerdos recojo mis pechos, mis manos mil palabras, algún verso...

Soy la mujer anónima la de piel reciclada, vendiendo espejos en la reunión de reflejos sin luces, sin colores fluyendo un manantial deshidratado sin deseos, sin ternura,

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Y me escondo en un secreto.


antes que el sol cuartee mis historias sin cuerpos, sin almas son poemas que colapsan en abandonos infinitos. Y me retiro a mis silencios hasta que pueda parir mi voz y mi nombre.

Nocturno para una sombra Encuentro una mirada tras las sombras, desnudando una tarde que pinta palabras trituradas buscando los sonidos de mis recuerdos cautivos: son tus manos recorriendo laberintos de cartón; son tus ojos perdidos en el abismo de otra calle; son mil otoños de un poema desesperado; o de una canción de amor desangrada en mi piel. Y te pienso tibio en las pisadas clandestinas y trato de tocarte en el exilio de un sueño para no perder la razón de mis pasos silentes. El abandono se hace eterno y ajeno, las noches hablan los silencios de la muerte,

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la música de un burdel arrulla otredades asesinas y me bebo la última gota de tu nombre para escupirlo. Quizás las estrellas rían dolores maleficando mi nombre y mi alma se fragmente contra un muro en otra acera mientras una lágrima naufraga por mi vientre y un tatuaje de aire y fuego es el carimbo de mis manos pero pervivo, revivo, sobrevivo, vivo, y soy.


Acepto otras muertes: la muerte peregrina la muerte sangre, éter, vida la muerte me seduce, la beso, me acaricia, nos amamos y te reinvento hasta la muerte. Aún así quiero soñarte, quizás morirte o parirte entre mis sábanas como una sombra desvanecida en el nocturno de un poema y seguir mi camino entre miradas, sombras y palabras.

Haikús gasdtronomic Menú I Primer Plato Sopa de ilusión. Embeber nuestros cuerpos y evaporarnos. Buñuelos de Eros. Así rellenas mi ser, tú, viril pasión.

185 la comuna de bello

la muerte viene, previene, reviene y se viene,


Aguadilla, 1979. Ha publicado en las revistas Brisas, En la Orilla, Panfleto Negro y Taller Literario. ParticipĂł en el Festival de PoesĂ­a Joven Casa Aboy.

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[Poemas

Awilda Castro] Brainstorming de noche de luna llena y aburrida Anoche, todas las noches no son fáciles, El insomnio, la luna redonda que te mira... las calles pululan gente... tu cama vacía... la vecina te mira a través de las rejas, tú le devuelves la mirada desde la baranda. Suspiro de mujer aburrida... No se mueve ni una hoja, tu cuerpo late, tu mente pulsa como mono astronauta...

Modorra de alrededores... Celo vaginal. Ni el viento te toca... no tienes baterías... el vibrador está inconsciente.

187 la comuna de bello

guineos, cocaína, cigarrillo, tequila, arroz.


La mujer azul de la ventana

Viaje de vuelta sin regreso

Una mujer está parada al borde de la ventana

La mirada se me ha azulado de reflejos añejos

tiene los dedos congelados,

los cultivos salinos han aumentado su producción

en su piel se ha encerrado el cielo plomizo

y la nostalgia es materia prima para los versos.

de diciembre. Paso por los caminos sepia de siempre, Sonríe,

tan vacíos como las calles de pueblo un viernes santo.

toda ella azul,

Voy leyendo los rótulos de mi memoria.

toda ella fría. Entro a la tienda de helados sabatinos,

la comuna de bello

188

Había una mujer parada en el borde de la ventana,

pido uno con pizcas de chocolate,

sobre la acera caen,

el dependiente se sonríe y me dice:

copitos azules de mujer.

señorita, ahora vendemos zapatos. Sigo por la misma calle, desorientada me duele la cabeza y quiero entrar a la farmacia, me golpeo con la puerta que dice, se vende o se alquila por el dueño. En las calles ya no está mi risa, ni las pisadas de los mocasines de colegio


ni los anuncios ambulantes de las bandejas de coco rallado, Figuras de rostros desconocidos me sonríen amablemente, ya no queda nada del pueblo de mi nostalgia.

los veo borrosos, entre la sal y la lluvia de mis ojos.

Mi casa sigue en el mismo camino,

Según me alejo todo se va difuminando,

las agujas de bordar siguen, como siempre,

desapareciendo según lo voy recordando.

en las manos agrietadas de la vecina. Sigo huyendo, lentamente Llueve, afuera y adentro

me alejo,

se acumula el agua en la misma pocita de siempre,

poco a poco se disipa el último rótulo a mis espaldas:

ya no me parece un río gigantesco que cruzar con mis pies

Bienvenidos a Isabela, 35 kilómetros.

descalzos, ahora es una mera acumulación de agua que no drena y sólo me gritan a lo lejos los pedazos de vida que se van derrumbando y no la voz de mi abuela augurando una pulmonía. Huyo lentamente, las jaulas de Pepa están llenas de palomas muertas; una vieja desmemoriada y agrietada me llama por mi nombre cariñosamente y agarra Sólo veo el ruedo de su vestido rojo antes que la oscuridad se la engulla. Ya el tiempo se ha tragado los grafitis de mi rebeldía, escritos con pintura en una noche de elecciones. Los basureros se han llevado los ideales y han dejado los zafacones limpios de utopías.

189 la comuna de bello

una niña de mirada colmada de abandono.


Declaración de última voluntad El sabor a nicotina baja en gotas a mi lengua. La brisa es suave, mi caja de imágenes está llena de los reflejos de una edad /dorada Las lágrimas rabiosas se han anquilosado en el pecho. Y quiero comenzar mi auto-elegía, un testamento de mis bienes que son tal vez demasiados Dejo mis calcetines negros y viejos a mis hermanos para que ellos guíen su camino.

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la comuna de bello

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El Seibo, RepĂşblica Dominicana, 1959. Ha publicado los siguientes libros: Viaje a la noche (1990) y Paloma de la plusvalĂ­a y otros poemas para empedernidos (1996).

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[Poemas

Carlos Roberto Gómez B.] Elegía del no-nombre Tu nombre es tardío, hueco sin minerales ni resoluciones urbanas. Contiene sólo tres consonantes que la sal y la noche golpean como desvencijadas ventanas marinas. Por él pasa el viento como por una botella rota y lo hace hablar ausente, gratuito porque es tu nombre un sonido infructuoso un gemido de espadas en una casa vacía.

193 la comuna de bello

apenas nada:


El coleccionista Sombrío. Con un gusto a mensualidades. Con cierta tendencia a biografías a cenizas bajo la lluvia a objetos caídos a femeninas caligrafías. Amo mi líquida paciencia: la espesura que me distancia infinitamente de mí mismo. Amo mi oficio crepuscular

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de encender almas y verlas extinguirse.


Tu cuerpo es un libro con fotografías de pirámides y /planetas.

Los accesorios de tu cuerpo Tu pelo es un arbusto incendiado. Tu frente es una hoja de papel antes de ser escrita. Tus ojos son dos botes de remos en una competencia. Tus orejas son dos caracoles hablando entre ellos. Tu nariz es la línea recta en el croquis del mundo. Tus mejillas son dos panecillos dorándose en el horno. Tu boca es un espejo herido (perdona que lo repita). Tus dientes son pedacitos de tiza escribiendo un teorema. Tu cuello es el mástil de una bandera negra. Tus hombros son dos paracaídas cayendo en la noche. Tus brazos son el minutero y el segundero del notiempo. Tus senos son las dos mitades de una naranja congelada. Tu cintura es un dedo haciendo un círculo en la arena. Tu vagina es la cueva en el mito de Platón (quizá más /honesta). Tus manos son dos gavetas repletas de pañuelos. Tus dedos son diez soldaditos de plomo marchando hacia /la tarde. Tus muslos son dos boas buscando víctimas y aventureros. Tus pies son dos raíces tiernas regresando del tiempo.

195 la comuna de bello

Tu vientre es un compact disc de J. S. Bach.


Nacida en Santurce. Ha publicado los siguientes libros: Muerte segunda (1970), En el diario asombro de lo humano (1989), Vamos a subir la voz para subir mariposas (1989), Las cenas de amor (1998).

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[Poemas

Dalia Nieves Albert] En memoria de nuestro querido patriota Filiberto Ojeda ¡Ay Filiberto Filiberto Ojeda! Tiene tu nombre la esbeltez de quienes jamás doblegaron su espíritu y su cuerpo. Tiene la esbeltez repetir tu nombre, Filiberto Filiberto Ojeda, esa l y b y t y f que suben hasta la patria misma, son las letras que sustentan tu paso, esa l de libertad Filiberto Filiberto Ojeda. A la luz del sol se alzan los machetes como hojas finas de plátanos o guineos como esperanzas verdes.

197 la comuna de bello

que reconoce tu nombre


En cada escondite resuena la libertad

para grabarlo en las cientos de memorias

con tan solo repetir tu nombre

de los hijos y las hijas nuevas que vendrán,

Filiberto

de los que conocerán de tu muerte

Filiberto Ojeda.

por nuestras lágrimas derramadas, por nuestro llanto y angustia de no verte,

Se palpa la luz del acero que retumba,

de los que no podremos vivir sin saber

que aguarda

que alguien se esconde

como el recuerdo de tu sangre,

para resguardar

Filiberto

nuestra patria.

Filiberto Ojeda.

¡Ay Filiberto Filiberto Ojeda!

Rojo será tu recuerdo larga será nuestra memoria

Ya en sueños

como largo fue tu adiós

presentí tu muerte,

para morirnos la vergüenza,

y en sueños fui herida por tu muerte

la palabra inexacta,

y ahora viva,

el dolido adiós a tu mirada.

lloro con llanto rojo tu muerte,

¡Ay Filiberto

porque tu nombre

Filiberto Ojeda!

no estará en mi montaña,

la comuna de bello

198

porque no pensaré jamás Casi no puedo pronunciar tu nombre,

que habitaste

pues se ahoga en mí el dolor de la bala

mi casa en el clandestinaje,

clavada en tu humano cuerpo adolorido

ni entraste a mi cocina por la noche,

y casi me desangra el saberte herido,

porque jamás te ocultó mi bosque,

el querer para mí

mucho menos mi palabra.

tu último deseo


Filiberto,

Filiberto,

Filiberto Ojeda.

Filiberto Ojeda.

¡Qué luz has traído a nuestro mundo! ¡Qué luz ilumina tu ser y tu estancia!

Hombre de Patria, Mártir

¡Qué poder reside en tu mirada triste!

ilusión del siglo viviente.

¡Qué honestidad de ser hecho

Eres de luz, madero y firme.

a la medida de la Patria!

Eres como Miguel, Miguel Hernández, eres como Manolo, Manolo El Leñero

Filiberto

como Pedro y como Antonia

Filiberto Ojeda.

como Antonia marzo de sangre y protesta Como Blanca y como Lolita,

No quise guardar en mi pupila Lolita Lebrón

no quise guardar en mi mirada

como todos y como todas

tu puerta y tu umbral chorreando sangre.

voz hombre, voz mujer

No,

voz de todos y de todas las voces.

Filiberto

Eres la L de lealtad

Filiberto Ojeda,

la b de banco robado

no quise retener

para la patria

en mi mirada

la T de tesón

las piernas dobladas de tu amada,

y la d de dolor

su caída al retorno de su hogar,

por la traición

su tristeza al verte desangrando en su recuerdo.

la d de desalojo y destrucción,

No,

pero la semilla

no quise para mí ese lamento,

no ha caído en vano

no puedo aguantar tanto dolor,

ha sido regada con tu sangre

199 la comuna de bello

ese cuerpo gris, azul inerte,


y con tu sangre nacerán machetes

Filiberto,

y florecerán los Filibertos

Filiberto Ojeda

los Filiberto Ojeda.

No lamentaremos tu muerte, No

Y en la ciudad

Filiberto,

resonará tu nombre con cascabeles

Filiberto Ojeda.

porque escrito está

No pronunciaremos tu nombre en vano,

que los pobres alumbrarán la tierra

Filiberto, Filiberto Ojeda.

y la tierra, y el monte serán de los pobres,

Nadie jamás dirá tu nombre,

de los desventurados nuestros,

si no tiene el corazón ensangrentado,

porque escrito está

si no tiene la memoria dolida,

que los últimos serán los primeros,

si no guarda para sí las lágrimas

Filiberto,

para crear un río de patria para tu regreso.

Filiberto Ojeda.

Así es y así será Filiberto,

Serán de muchos los machetes,

Filiberto Ojeda.

se cortarán racimos verdes y maduros

la comuna de bello

200

se talará por siempre en esta tierra

Yo canto con el alma acongojada

y se afinarán las trompetas

canto con ira y revolución

para que todos al unísono

y me pregunto si mi tinta

entonemos el retorno de tu espíritu

podrá cambiar algún detalle,

a esta tierra nuestra.

si el bolígrafo rojo con que escribo podrá afilarse

No lloraremos tu nombre,

para cruzar

No

a nuestros enemigos de arriba hacia abajo


de lado a lado crucificarlos en la cruz en la que ellos conciben la paz de las cosas de la grama recién cortada la paz de su absurda sabiduría de tuerquitas y tornillos, jamás tuvieron ni tendrán una estancia como la tuya, jamás un portal con tus bloques jamás se llamarán don Luis, mucho menos Filiberto, Filiberto Ojeda. Han sembrado para siempre tu memoria en un día memorable de nuestra historia. Han abonado la tierra para que crezca cada día en nuestra patria que se escucha repitiendo tu nombre Filiberto Filiberto Ojeda.

201 la comuna de bello

la voz de la dulzura del machete


Ponce, 1974. Ha publicado en El Sรณtano 00931, Encuentro y En la Orilla. Es miembro fundador y coordinador de la revista El Sรณtano 00931.

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202


[Poemas

David Capiello Ortiz] Hasta cuando… ...y los niños de mañana no nacerán sin índice. José María Lima hasta cuándo alimentaremos un cuándo que no mengüe, por qué siempre un cómo que sin coma nos coma, de dónde un dónde que nos dé el don de ayes florecidos hasta cuándo, María Lima, la sal seguirá eludiendo ‘las vías del sudor’ y el eco de la misma ahuyentado, será ausencia sumada a la ausencia, hasta cuándo no sólo los pies sino el camino le serán arrebatados al caminante hasta cuándo Molar inmenso hermano

203 la comuna de bello

de aullido silenciado,


de los dientes ya reunidos continuará la sombra atravesando la palabra, haciendo la tarde de vísceras amuralladas un cuando sin acento es necesario

Hay úlceras ¿será la rosa? Será que uno no entiende, [...]este montón de cosas, todo esto. ¿Será la rosa? Á ngelamaría Dávila

y sólo una cosa me incomoda: para qué mañana si ahora se hizo tarde Hay úlceras una diluvial precipitación de acentos

de desvelo

sigue mascullando un cuando

aposentado

como

sobre las sienes,

y donde

este desorden hepático que le atribuyen al pecho

la comuna de bello

204

y yo como tú María Lima

no conoce espaldares ni resguardo,

quisiera

dime tú Ángelamaría

‘para mis ojos luz o sombra’

que aún en tu luna mecedora

pero no pienso esperar

te preguntas

a que la uña dicte la hora

Si será la rosa...

ni hasta el día en que el pan se gane las manos

Dime tú qué se hace

con el sudor de su harina.

cuando partida esboza el hondo hueco de dos espinas el mismo aroma,


acaso serán todas esas cosas

de este juego

el destello total,

donde lo menos que importa

o las que dan de gotero

es el sentido,

el total destello,

y lo más que pesa...

ese enjambre

no sé,

de huequitos que se pretenden abismo,

si es la sombra de un presente...

cristal frío que se agolpa

o el fantasma de un recuerdo.

en el cuello, tú que eres animal fiero y tierno tú, el más triste de los animales tú, el más tierno de los mortales María enloquecida ¿cómo…?

205

Dime ángel

la comuna de bello

diminutivando golpes,

que difuminas las fronteras de los signos, cómo se escapa


y cada minuto contigo se vive como si fuera el último y si estoy contigo como amigo

He tejido para ti

es porque te amo como hombre

He tejido para ti

sobre el filo de cada segundo

con mi carne y mis nervios

pero hoy te digo

una canción de pasiones

no todo escapará

para entallar de calores

no todo lo he perdido

lo más humano de tu indiferencia.

porque no todo te lo he dado

jugándome el corazón

y te digo niña Sacrificaré para ti

en esta hora he decidido

mis lágrimas

quedarme

en racimos renovados

con tu ausencia

cada noche corrijo... Y brindaré por ti llenando de ellas mi vacío

la comuna de bello

206

acompañando al vértigo que produce tu aire tibio y te doy mi todo que haces tan nada y que me ha ganado tan poco y por fin entiendo... es que te amo niña

con la mía.


la comuna de bello

207


San Sebastián, 1954. Figura en las antologías Pulso de poesía: 1981-90 (1990), El límite volcado (2000), Sensibilidades (2002) y Poesía hispanoamericana (2004).

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[Poemas

Edgar E. Ramírez Mella] Canción de los que juegan en la orilla A Kattia Chico

Tú te ibas mar abajo y yo tu arena, tu apenas respirar, tus chapoteos. Aquí ya los árboles tienen dueño y son transgénicos; comienza cada día con la amnesia de rojos algodones, por los muñones de los ojos después de esos sueños de navajas, y briosas pistolas al atardecer de los quirófanos.

que antes sabía tolerar en los almendros de estas playas calientes, donde los narcóticos arriban con las olas, donde todos los días los cadáveres insólitos, y sin visa, solemnemente nos dan los buenos días.

209 la comuna de bello

Ah, envidio las ráfagas de plata


¿Qué cardúmenes tú buscas allá debajo en el abismo del olvido? La sangre es una leche que la nada vomita

Ese hilo de saliva

y los que acuden a Dios como los judas

Ese hilo de saliva me recuerda los astros,

no tendrán nunca cabida en esta orgía vital:

tu sonrisa como tela de araña Ariadna

senos turquíes,

o el arte de tejer un laberinto.

flujos,

la comuna de bello

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labios de obsidiana,

¡Buenos días! Viajero de la noche:

lenguas de boj,

¿Qué estelas siderales de dolor comercias?

anos deslumbrantes,

¿Qué muchacha solitaria engañas?

las manos exquisitas.

¿Cuál patria sin rumbo vendes a los maestros de la nada?

¿Qué haces allá abajo pájaro caído?

Esa baba de Dios colgada de las catedrales,

¿Qué sumergidos buques de esperanza

la mucosidad divina de las sinagogas

y delirios trasnochados buscas?

y mezquitas de la guerra.

Sube, bracea, lucha, devuélvenos el día,

Esos ácidos que corroen el año metafísico de los ángeles.

¡regrésate! ¡acude!

Esos arrecifes en el pecho de las vírgenes,

Recuerda: tenemos aún que bautizar o pervertir

sirenas y madres de profetas decapitados,

a todos esos niños que las vírgenes parieron;

y poetas apestados con el prepucio de los circuncisos.

deja ya de hundirte por ese mar de lóbregas escamas, y gigantes calamares que se deslizan en silencio,

Esas secreciones pestilentes,

como las manos misteriosas de Dios en el útero del

que destila la historia,

mundo.

se mezclan a los sapos aplastados por los niños


y a los fetos, sin rostro ni apellido de los frascos, de laboratorios clandestinos, para conformar hoy ese perfume predilecto que dejan la impronta de sus nombres

Eso que lanzas al viento

en las tumbas comunes y perdidas de los desaparecidos.

[Tantas veces me he despedido de la loca poesía, como si

Esas babas de cónclaves y juzgados borrachos,

fuese yo un incruento

me acercan hoy a la memoria descosida:

vidente envejecido, pero siempre regresan sobre mi

todos esos cuentos con que duermen al hombre.

cabeza las palabras, arregladas en torno a una emoción que se desangra, como polillas locas sobre el farol, me asaltan y caigo en esa punzante tentación, que viola y ultraja dulcemente, las palabras...]. Eso que lanzas al viento: palabras, vivas palabras. Esqueletos menudos entre tus escuálidos brazos, cubiertos por la macilenta piel del hambre. Prosigue la procesión del sol por estos trópicos ciegos, la garza real y las iguanas verdeazules de un sueño anhelado y postergado por los hombres miserables. En el diván psicoanalítico se nos muere el cadáver que alguna vez la humanidad resucitara en Masa. Eso, eso que lanzas al viento, cantos dorados que brincan y danzan sobre la plata del lago,

211 la comuna de bello

de los militares, cardenales y políticos,


acaban hundidos en el lodo del alma; la honda que vibra, molino en el aire, no atina ya contra el Goliat de la desesperanza. Eso que lanzas al viento: palabras, en carne viva, palabras.

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Ha publicado los siguientes libros: Poesía (1958), Detrás de los espejos empañados (1977), Inventario de la soledad (1987).

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[Poemas

Elsa Tió] 1 Te contaré cosas aunque sean pequeñas como una flor de campo te hablaré de la cadencia del aire que nos roza de tu actitud de espiga de todo lo callado en tus palabras de la geografía triste de tu frente y al final escoltaré tus sueños salados hasta las montañas de nieve.

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2 Cuando tus ojos en el libro los desee en mi pelo y sienta la nostalgia de tus manos que reposan tranquilas en la mesa cuando sepa el olor de tu piel cuando mi cuerpo sepa el peso de tu cuerpo cuando tu sonrisa piense en mí cuando sepa la forma de quedarte dormido cuando me quieras como la madera quiere el árbol en que vive entonces yo seré tu cántaro y yo seré tu sed.

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me acumulo en la niebla rinconera del cuarto presagio mis silencios amarrados y al mundo intolerante invalidando al hombre

3

y entonces por no ver me ocultaré

Fui presa en los espacios

hasta sólo existir en la nostalgia.

detrás de los espejos empañados

me trazaron caminos y creencias vigilaron mis pasos mi casa mis labios mis ojos y mi tiempo. Y atada amordazada me enlazaron los sueños amarraron mis fuerzas sofocaron mis gritos y ocultaron cárceles y cadenas. Entonces divulgaron al mundo que era libre mi voz para el silencio y libre mi silencio sin mi voz

Avezada al dolor luego de tanta pena rodeada de hastío por mi llanto ya soy mil veces otra. Apenas sensitiva apenas mansa me promulgo y divulgo testigo de la nada

217 la comuna de bello

y todos lo creyeron.


Nacida en 1949. Ha publicado nueve libros, entre ellos: Memorias de un poema y su manzana (1976), Intervenidos (2000), El viaje de los besos (2003) y Canto de la Pachamama (2005).

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[Poemas

Etnairis Rivera] El puma Antes de comenzar el camino de la vida, sueño con el /puma. Salgo de una aldea progresista, busco la salida. El camino lleva a la selva, que no es oscura, que se abre como la más apetecible, encantada, invitante flor, olor de diosa, de árboles y lianas, de sol y lluvia donde se casan las brujas en soledad. En soledad de una selva que vivifica, sigiloso el puma se acerca.

y con su cabeza procura caricias, secretos, gemidos. Sé que viene a despertar el canto perdido en la aldea y con su tibia lengua bautiza mis manos, mis ojos, mi vientre, mi espalda, y con su húmeda fuerza eleva mi energía a la cima.

219 la comuna de bello

Su imponente espíritu ancestral me toca


Allí la danza es rito de nuestros cuerpos que ruedan por la / tierra y sienten, como imán, la esencia penetrada. Soy el puma y él la humana hembra.

He querido escribir más que nada vivir He querido escribir, más que nada vivir, estar en los pájaros, en el aroma, en la médula de las cosas. Tantos fantasmas dijeron amarme y sobre ellos me derramé como la lluvia de anoche. La que ame fantasmas se convertirá en lluvias, largas lluvias en la aurora. Irán enamorándose los árboles, la apasionada tierra de tu espacio y te poseerán los duendes mensajeros de la celosa señora soledad y será ella el sol que entra por tu mañana y el agüita mansa

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220

que se filtra y ocupa tu casa vacía y la fibra misma de tu pétalo y tu camino. Hay una pena, es cierto, mas hay un gozo entrenado en el misterio, en la lengua tibia de la poderosa señora soledad. He querido romper el miedo y vivir y estar siempre cerca de algún cuerpo caluroso,


mas ya no sólo se pierden trenes ni poemas ni billetes del imperio ni lentes para ver de lejos en la noche cuando ya no te llevan de la mano. Ahora se pierde el cansado nombre de sumisa. Llámate flor, llámate fruta, hija de ti misma, amor predilecto de la sabia señora soledad. Y viste sus túnicas y collares de semillas y corales y ciñe su cinta ancha a tu cabeza y deja que tu pie camine familiar en su sandalia. Y que tu soleado ojo conozca el desierto intensamente, igual, enteramente, como a las lluvias que amanecen.

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Nacido en Ponce. Ha publicado en antologías y revistas, así como en páginas de internet. Publicó su poemario Canto sin lengua (2005) con Isla Negra Editores.

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[Poemas

Federico Irizarry Natal] Mientras agonizas (Mirada de Carmides) El amoroso festín de una forma de morir ama Lawrence Durrell También el dios te abandona a ti, Cavafis; y en su escapada con el cortejo entre acordes traslada su pompa a los ruidos de una marcha enemiga. Abril del 33. El día de tu nacimiento. Tienes setenta años y estás mudo. Atrás quedaron ya los cirios: la terrible epifanía de la belleza, los cafés, las tabernas, los bajos burdeles de Constantinopla. La memoria del cuerpo. Mas tú, que no te engañas ni con súplicas ni quejas de cobarde;

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los vinos fuertes, la bravura del placer,


que sabes bien que no es sueño ni error de oído, no te atas. Te abandonas todo para enfrentar la instrumentación y los cantos de sirena. Te abandonas todo para decir también adiós a tu Alejandría.

Sobre un tono apocalíptico adoptado recientemente en poesía Sentirse entre rinocerontes; reconocerse el asesino; sacudir la gota de pis en el cenicero. Todo ello muy bien puede ser poesía. Agitarse en la biblioteca; reírse en el confesionario; aplaudir los novios que quedan solos en casa. Todo ello

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también puede ser poesía. ¡Cuántas veces decirlo! Bajo estas torpes luces de farol una y otra vez lo repito. Pero nada comprendes.


Insistes, por el contrario, obsesionada en la misma pregunta: “¿Qué es poesía?” dices mientras clavas en tu inquietud extraña un dedo inútil. “¿Qué es?” repites en la espera enorme de recibir la falsa flor de siempre. “¿Qué es?” insistes. Y no puedo más que proponerme a replicar a duelo. A estas alturas en que no se mata ni se muere uno por amor, ninguna otra puede ser mi réplica: Poesía no eres tú.

225 la comuna de bello

¡Quien lo probó lo sabe!


Humacao, 1961. Es autor de los poemarios Encuentros de memoria (1996) y Un abecedario para Eva Leite.

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[Poemas

Israel Ruiz Cumba] Cantares del corazón amargo 1 Poema del corazón amargo Tu hermosa mano izquierda, sus siniestros ademanes: y mi corazón a la espera de un adivinado y espantoso frío de puñales. Tus labios como algunas suaves telas y sus leves ruidos: mi corazón al acecho de un amargo néctar de olvido. Tu olor donde late la rosa viva de la rosa: mi corazón alerta al violento perfume que sabe tiene la insondable muerte en las axilas.

mi corazón una veloz lámpara de sangre que olvidando se extingue. Tu melifluo coto vedado: Ese mi otro corazón genital, desbocado, amargo.

227 la comuna de bello

Tu recuerdo indeleble como un crimen:


2

3

Otro poema del corazón amargo

Destino del corazón por amargo

Soy el que duerme distraído bajo las estrellas

Mirar el rostro del ángel cuando se venga

y tiene todavía un corazón

/implacable.

de tambor lento y desbocado;

Mirar el rostro del ángel cuando se viene

que lleva con él un puñal sin pausa

/implacable.

que silenciarlo quisiera de mudo tiempo.

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Confesión del verano de 1987 después de estar en La Habana Yo que solo sé escribir que eres bella y que te amo. Y que te has ido para siempre en el último vuelo de Aerolíneas Braniff, dejando un frío espantoso en los relojes y la sensación de que esto no tiene para el mundo la menor importancia.

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Santurce, 1944. Ha publicado los siguientes libros: Después del suicidio (1970), El pájaro loco (1971), Los poemas de Filí Melé (1976, 1987), La poesía como libertá (1992, Premio PEN Club).

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[Poemas

Iván Silén] El gato d’angora A López Dzur, a Alberto Martínez y a Ana María Fuster

Soy casi un ser, aunque amanezca lento. Soy medio ser, aunque la noche continúe. Soy un cuarto (un sueño) de ser, aunque nada tenga sentido. Soy un dieciséis de nada: un gato d’angora negro, un gato sombra de luz que me mira enamorado del gato de mis ojos. Soy la urgencia de mi carne por tus besos. Un lago sembrado de lotos. Un río sembrado de lluvia. Un estanque sembrado Un sueño que prosigue en los insomnios. (Soy un cielo sembrado en los espejos). Un gato de luz en medio de las sombras.

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de cielo. Soy casi un ser como un disparo.


¿A dónde, Hurí? Al poeta José de Jesús Domínguez (1843-1898), uno de los fundadores del Modernismo puertorriqueño y del Modernismo hispanoamericano

Demencial, Hurí, cuando me besas al borde de la carne y del silencio: oscura lluvia, tú, néctar de muerte tu lengua ocaso me pronuncia, me lame y me rebusca: ¿quién eres, ¡oh, Hurí!? ¿Qué mujer s’esconde en tu suicidio? ¿Qué muerte te trafica entre tus besos? ¿Quién te sentará como un girasol contra el espejo? Déjame cantarte sarcástico de amor en la bruma blanca de tu vientre erizo:

la comuna de bello

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cueva de amor do sucumben los marinos. ¿A dó, Hurí, tu boca loca? Puerta de Dios entre tus muslos pequeños, peludos, blancos, do tu lengua, Hurí, me llama, me lame, me sucumbe.


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Caguas, 1965. Ha publicado en revistas y antologĂ­as como: Julia, Lenguaje y ComunicaciĂłn. Su poemario Elusiones fue publicado por la Editorial de la UPR.

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[Poemas

Janette Becerra] Elegía limonera Cuando yo sembré aquel árbol de limón éramos él y yo seres distintos. Yo, manos de nata tibia, él, grano de azúcar reventando. Nos mirábamos con la verde ternura de sus hojas, con el azul sereno de mis lagos. Mutua la fe, confiábamos: él en mis ritos de crianza, yo en sus premios prometidos. Todo era fácil y limpio, como una sábana recién lavada: nuestro patio era ventanas abiertas Pero yo abandoné la casa. Sumida en el vórtice de mis pérdidas, abandoné la casa, los muebles, el hombre, el hijo, el patio. Me hice un jubón de hierro, manos de hierro, lagos azul de hierro. Yo abandoné la casa

235 la comuna de bello

y sábanas en vuelo, entonces.


y el árbol de limón –que no sé si me perdona– tira sus frutos amargos al césped del olvido.

(Sexo) logos Detrás de tu cuerpo se acuestan sobre mí millones de palabras. Entre tu espalda y el techo. En el techo y sobre el techo. En el pecho de la noche, tiritando, millones de palabras. Cierro los ojos, por eso. No te respondo, por eso. Estoy vencida bajo el peso del rumor.

la comuna de bello

236


A las camas de hotel conviene hacerles cuentos, cantarles dulcemente una canción de cuna, dormirlas bien antes de tenderse.

Una cama de hotel

En ellas se acuesta usted

Una cama de hotel

requirieron el sigilo.

es un tálamo triste,

(Procure no despertarlos).

espejo del mundo,

Y antes de irse al día siguiente,

fugacidad sostenida.

tenga por favor la cortesía

Se disputan las crestas de las fibras

–por los que vienen después–

sucedáneas espumas celulares,

de llevarse

cadáveres de amor y desamores.

su dolor.

con todos los que antes que usted

Una cama de hotel se enamora y se despecha tantas veces al año, que se vuelve rencorosa. Por eso mueren tantos en el misterio de sus sábanas: nunca se sabe cuándo perderá los estribos. Yo me acerco a sus edredones sospechosamente floridos como a las tumbas frescas: con la cautela de un ciervo, con la ternura de un niño.

237 la comuna de bello

porque una cama de hotel


Nacido en 1942. Ha publicado los siguientes libros: Comienzo del canto, La naranja entera, Tiempo de bolero, Bajo los efectos de la poesía, Solo de pasión, Teoría del sueño y Letra viva.

la comuna de bello

238


[Poemas

José Luis Vega] Bajo los efectos de la poesía Bajo los efectos de la poesía es posible viajar a la velocidad del pensamiento, mirar el mundo entero flamear, tocar con la punta de la lengua las estrellas, soñar con la justicia universal. Bajo los efectos de la poesía, usted no es responsable de sus actos: hablará en lengua extraña, hará cópulas públicas, cabalgará centauros. Bajos los efectos de la poesía, en el ojo de la cerradura y violines viejísimos mudando el polvo de sus plumas. Importa cuál sea su pasión, fe, raza, sexo, edad o ensoñación política, no debe avergonzarse de volar bajo los efectos de la poesía.

239 la comuna de bello

se ven blancas galaxias expandiéndose


Espectros De pronto se aparecen los fantasmas de mis propias palabras. Un viejo diario basta, una memoria obtusa, un muchacho que dice que dije y ya no digo, y escritos ectoplasmas se levantan de las cajas sepultas, como parientes jóvenes que murieron de súbito, y aún no se percatan. No van al cielo nunca las palabras. Se quedan en la casa resignadas a la conjuración, paseando sus ecos, arrastrando de noche la memoria espectral de lo no dicho. No se mueren del todo las palabras. Conservan para siempre la mortaja raída

la comuna de bello

240

entre las sílabas, cierto aire gaseoso y un rumor insistente de alma en pena. Nunca descansa en paz lo que se ha dicho. Resecada la letra, revuelta calavera el cráneo de la hermosa que fue tema,


las palabras insisten en besarla. No hay cruz, no hay luz, no hay voz, no hay tinta de borrar que las aplaque. Como amantes o erinias nos persiguen, mรกs allรก de la tumba, las palabras.

la comuna de bello

241


San Juan, 1974. Publicรณ en las revistas Nรณmada, En la Mirilla y Taller Literario. Su primer libro Barrunto fue publicado con Isla Negra Editores.

la comuna de bello

242


[Poemas

José R. González Gallego] El muerto del río Sena Pa’ Ivonne Ochart

En el fondo del río Sena, atado con amor por sus tobillos con un cable telefónico que en otra vida fue un cordón umbilical, descansa un muerto nítido con su sexo devorado o intacto, sin nadie que le telefonee. Los que le han visto le han escuchado hablar en un inglés de goleta, otros afirman que habla un castellano horrible y prehistórico, un dictado de cosas que olvidó porque la muerte es el olvido y no es otra cosa. Créanme, por amor a lo que crean; que en el fondo del río Sena habita, con su pasaporte de plástico, un cuerpo sin algas,

243 la comuna de bello

un idioma de islas sin dictaduras,


sin cangrejos que le nazcan de la boca como flores,

un muerto que despista,

sin televisor con el que pueda perder la corriente,

que ha construido una cueva sin luz eléctrica

sin radio que transmita la invariable temperatura del odio,

en donde le reza a un dios que murió como él ahogado y

sin collares, sin ideas,

no crucificado, como cuentan.

sin parientes que le den la espalda, un muerto feliz que gracias a la luna

Y dicen que este muerto se murió de soledad,

sabe que el hombre no es de queso y viceversa.

que odia la carne humana, que sueña estadios, con salsa vieja, con tambores

Hay, en el fondo inevitable de cualquier otro poeta,

que fueron abandonados cruelmente por el cuero, con

un poema de un muerto

manos que se hunden en la tierra

que camina distancias increíbles,

y revelan huesos de dinosaurio,

que jamás visita la iglesia,

con cartas de gente que olvidaron

que sabe que los pájaros lo buscan

que estaban vivos y murieron,

como quien busca a un viejo amigo

un ahogado con la historia de islas

y no lo encuentra.

y de dioses de piedra, un hombre o una mujer, quién sabe,

la comuna de bello

244

Un muerto hay,

insólitamente olvidados por las algas transitorias del

cansado de no hundirse en otro cuerpo,

sol más espléndido, trigueño, húmedo;

con su risa intacta de tanto soñar islas primas del sol,

con la imagen de los montes

con la vergüenza de todas las embajadas, diplomáticos,

y los ojos desaparecidos.

Gobiernos un muerto que se gobierna a sí mismo

Dicen, los que lo han visto,

con la profundidad de sus palabras y resiste.

que respira la espesa ternura de los animales con los que juega al póker,

Dicen que en el fondo del río Sena

que se entiende con los árboles,

vive un cromañón, un huraño,

que odia los trenes, los vivos,


las interminables filas del desempleo, las armas de fuego, los apartamentos sin calefacción, las promesas, la historia mal escrita, las masacres, los tumultos, los lunes.

Hood made of wood Mi casa de madera es mi nido

Allí vive, en el fondo del río Sena,

porque no soy otra cosa más que un pájaro.

como cualquier humano en desarrollo,

La casa arde en palabras y padece de vísperas,

con sus escollos, sus hoyos, esa es su residencia.

como cualquier otra casa de madera. Mi casa de madera escucha Z-93 los domingos

Allí reside, allí tiembla y llora, se hunde, palpita,

porque las casas de madera

florece, ruge, comenta, ignora, olvida

no tienen que ir a la iglesia,

y no le importa lo que piensen.

aunque dicen que Dios era carpintero. Y sus paredes, sus clavos, sus cucarachas, sus goznes, sus órganos sexuales sus lágrimas de casa de madera y la risa de madera de mi vieja, es madera que flota por el salvaje océano de la vida.

porque hay días en los que tengo guille de murciélago. Porque hay días que la sangre hierve como si de tanto hervir, el cielo de la isla nos arrojara pájaros en llamas. Mi casa de madera es un museo de fotos

245 la comuna de bello

Mi casa de madera es mi cueva


de la familia sonriendo

si un día de estos me topara con ella por la calle,

cuando mis tíos eran cocolos

o si saliendo de mi casa, afuera, un niño dijera:

y mi abuelo aún estaba vivo.

Mira títi, un loco, un crakeao, le dicen poeta...

Es la cadena de huesos y madera en la carrera de sangre y madera, Es la cadena de to’as las casas de madera que hoy se levantan porque un amor sobrenatural les permite la sublevación de sus cimientos. Mi casa de madera es mi universo, en ella soy el mamífero, en el globo terráqueo, en la cuerda floja; el aprendiz de fuego que quema su nido de madera, su nicho de madera, que calcina el universo de madera y zinc en donde las cosas flamables de la vida importan más o menos que las guerras o el dinero.

la comuna de bello

246

Esta es mi casa de madera, en ella los latidos de mi corazón alcanzan la piel de la madera, en ella vivo la soledad a pulso, leo el periódico, ensayo las palabras que le diría a ella


la comuna de bello

247


Nacido en 1952. Ha publicado los siguientes libros: Desimos dĂŠsimas (1976), En Borges (1980), La casa de la forma (1986).

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248


[Poemas

Jose Ramón Melendes] Teoría de las pisinas Yo no e comido sol a gajos bebiéndome una limonada. Tampoco e señalado a un arqitegto la forma de la pisina nueba desde el segundo piso, tomando chocolate. Pero sé qe esto pasa i lo condeno. Me dirán qe yo soi un moralista, dirán qe un relijioso, algunos asta un santo; sin sospechar i qe conosco algunos qe tampoco : De echo, entre nosotros, las pisinas existentes por ese modo estraño de construirlas por los qe no las disfrutan, casi darían abasto para todos.

249 la comuna de bello

qe lo qe pasa es qe no tengo una pisina


Responso Capital John D. Rockefeller pudo aber sido obrero, pero no tubo suerte. Pudo aber echo uelgas contra un John D. Rockefeller sádico i ambisioso, pereser casi un 1º de mayo, o taladrar la máqina qe le esprimía los dedos con el amor del pan, pudo John D. Rockefeller morir bajo el regero de oro negro qe sanjó el axidente, o no aprender a escribir, no firmar cheqes,

la comuna de bello

250

solo escuchar su nombre “John D. Rockefeller” en la fila de pago; i ubiera así aprendido este ombre como todos lo qe es sufrir como la mayoría


i odiar al menor nĂşmero de jentes. Pudo no aber yegado a tanto, dirijir por ejemplo esa fĂĄbrica en Manchester qe pagĂł El Capital o yamarse Owen.

la comuna de bello

251


Arecibo, 1977. Ha publicado en las revistas Guazábara, El Sótano 00931 y Desde el Límite. Obtuvo el Primer Premio Certamen Nacional del Departamento de Educación.

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252


[Poemas

Juanmanuel González] Ella arrinconó… ella arrinconó sus viejos peluches él descargó sus líquidas pistolas ella olvidó cocinar para sus muñecas él postergó la cacería de iguanas ella no visitó a su prima jenny él se ausentó a la práctica de béisbol un diez y siete a las seis del mes de octubre santiago descubrió en mariela un extraño olor a salitre y estuvo horas enteras contemplando el horizonte

la comuna de bello

253


y una niña de setenta y tres años me confiesa: “el tren como era de esperarse regresó a su antiguo cauce”

Nocturno en tren 1931 la tarde saltó sobre sus rieles y corrió a ocultarse tras la extraña lucidez de algunos faroles sobre un viejo banco en la plaza yace el frío y yerto cadáver de un emparedado y a tres metros junto a un bote de basura agoniza una colilla de cigarro sobresaltadas las palomas a guarecerse vuelan en los tejados los aleros y el campanario de la catedral a falta de cables del tendido eléctrico debo haberme dormido entre estaciones

la comuna de bello

254

mi destino no era este sino río piedras… ¿dónde están mi teléfono móvil la gasolinera el restaurante de comida rápida? ¿dónde el bar el centro comercial el neón de los letreros? extrañada en plena calle la gente me pregunta: “¿viene usted para las ‘fiestas de la monserrate’?”


que ingenuos comienzan solos secretos a descubrirse”

“Tú y yo el oxígeno… “tú y yo el oxígeno escaso la mutua piel compartida callada como un viejo astro la música en tu camisa mis dedos tu sexo auguran la sangre al filo del tacto de pronto el miedo a las voces que acechan en la cocina afuera la lluvia es otra conciencia que nos aísla intactos la fiebre emigra ambigua sobre los poros

dos sombras que nadie extraña un juego sin culpa alguna que habita detrás del polvo desnudos y nuestros padres ajenos a nuestra isla anclados dentro de un clóset dos seres somos del mundo

255 la comuna de bello

y somos carencia extinta


San José, Costa Rica, 1969. Ha publicado trabajos en los periódicos: El Nuevo Día, Desde el Límite, El Límite Volcado, La Jornada Semanal y Letras Salvajes.

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256


[Poemas

Kattia Chico] Canción del ahogado Bajo el mar la telaraña de luz se fue elevando y en el zigzag de los cardúmenes vi un árbol de espejos sueltos dispersando sus ráfagas de plata. En los fantasmas de coral reconocí la sangre más superflua, la sangre ausente de la ausencia, la naturaleza esqueletal de todo intento y toda la nada que no es mar: toda la Nada.

me recordó una mano latiendo dentro de mi mano para siempre fugaz. Probé la tierna carne de los peces que leyeron en mi lengua su destino de Jonás para que todas mis vísceras asumieran la armadura de la escama y ya no dolía Nada.

257 la comuna de bello

La breve cópula de las estrellas


En medio de mi oscuridad las medusas danzaron la escarcha de sus lámparas, vi la mano de Dios deslizándose secreta como un calamar gigante.

El palacio de la luz Yo estuve en el palacio de la luz, doy fe,

Y no quise volver.

la que me quede, que sus luciérnagas me recibieron y cierto firmamento de lunares se hizo legible en tu espalda en medio de los flashes de la cámara de Dios, conmovido hasta el relámpago. Doy fe de la poesía de sus rincones venida de todas partes, de todo parto, escrita desde lo más incandescente de la espera nacida para encender este esplendor de azucenas y de lirio.

la comuna de bello

258

Doy fe de la fosforescencia de tus manos y de la leve mariposa iridiscente que aleteó su fulgor entre mis labios hasta hacerme estallar. Yo estuve en el palacio de la luz, comprobando el neón de tus caderas,


enredada en marfiles opalescente de ti; y juro por el láser con que miras, que eres la más perfecta escultura del sol y que ando ciega venerando la luz, la luna en tus ventanas, las chispas, los cometas, el algodón, los velos, la sal y la neblina, los manteles, las páginas, la cama de los hechos, los silencios, lo más secreto de la llama, para dar fe de tu imposible oscuridad; de tu ignición de alba, de tu incendiario corazón. Yo estuve en el palacio de la luz iluminada.

259 la comuna de bello

y estoy


Nacida en Coamo. Desde finales de los ochenta reside en la ciudad de Nueva York. Ha publicado los siguientes libros: Para no morir por segunda vez (2002) y De toros y estrellas (2004).

la comuna de bello

260


[Poemas

Madeline Millán Vega] Lección 1 el sable y el tambor invisible el objeto bailará bajo pantalón de dril La mujer como si moviera el aire con las manos y, sí desnuda, con las tetas Un sonido que es parte de esta música: El tacón y la voz se comentan mutuamente Parte imprescindible del canto y del baile que lo azucen a uno, que le espanten el miedo Mira ahora como muévense el vientre y la vagina tal en la molienda de azúcar batiendo con leche

Revelar su lado oculto de la tierra y la luna Llamará al macho con señales inequívocas de una despedida Breve, dolorosa, gozosa y eterna al mismo tiempo El que sí pero no y el no que sí, a ver qué harás para remenearla

261 la comuna de bello

El arte será demostrar los dotes de la amante


El macho baila y sigue el juego imaginarĂĄs dos sables sin pensar en que eres su enemigo Una cabeza o las vĂ­sceras de la guerra Cuando te hace el amor confunde el terreno del combate Tu sudor y la pista su trofeo

la comuna de bello

262


Lección 2 Qué son las manos en el baile Uf te podría decir que son el lenguaje de los dioses Las caderas el anuncio de lo que vendrá La vagina un lugar que presencia la puesta del cuerpo Los pies alas rabias polen y leche llevados al viento Son ochos, piruetas, coquetas y cortas O largas y raudas corveándose como potros salvajes el cuello el cisne que se resiste a morir o que en posición de buda no abdica y tieso queda

los óvulos de las orejas que respiran si se enciende el amor

263 la comuna de bello

La cabeza con los labios, los ojos y las aletas de la nariz


Nacida en 1945. Ha publicado once libros, entre ellos: Era que el mundo era (1974), Nombrar (1985), SueĂąos de papel (1996), Patio de fondo (2004), Mi mundo / My World.

la comuna de bello

264


[Poemas

Magaly Quiñones] La nueva gesta

Si Cervantes viviera en este fin de siglo

haría un Quijote guerrillero, un individuo raro y peligroso, un barbudo siniestro. Y si hubiera nacido en esta tierra pobre, a orillas de esta América, la leyenda hablaría de un líder campesino o un citadino obrero, de los de machete en la manga, uno que se llamara Juan o Pedro. Y una mañana hecha de sol, toda hogueras, poblada de bandidos mercenarios, hecha de salteadores y tecatos sonámbulos, el loco marginado, el héroe nuevo, cruzaría amanecido las ciudades, vejado y esposado

Habría que comenzar…, sin casa, sin frontera, hizo el pan con sus manos; sin dama, sin adarga, sin escudo, sin yelmo, salvó lo que era suyo y era mío. No anduvo ni a caballo ni en carroza; donde vivió, creció cuanto al alma tocaba, su patria fue el valor y el sacrificio.

265 la comuna de bello

como un vulgar galeote moderno.


O habría que decir…, en sangre, no en granizo, el de figura triste, el elegido, dejando una vez más en brazos de la incierta fortuna el devenir de un natural oficio, partió desde un rincón de la galaxia y llegó a nuestro mundo, al Caribe, y se internó tristísimo en zaguanes oscuros, en selvas derribadas en luto, en poblados pobrísimos. Yo que lo conocí, lo vi bajando como piedra en el río. Yo que lo presentí, lo vi retando al resplandor más fiero. Y si fuera posible, si la Poesía fuera el ojo de la lucha, si quedara de ella la flor, el canto, el hueso, América tendría una nueva gesta y andaría en la boca de todos, firme como sus ídolos, buscando el aire de su corazón, despeñando enemigos como estrellas, sobre la vibración de la Palabra…

la comuna de bello

266


La musa Cual araĂąa sagrada y apacible, diosa dorada de esplendor temible, abre su cerco denso, el ardid, la emboscada. Y el verbo enamorado que salta de la punta de mi lengua, mosca buscando miel, cae en la trampa.

la comuna de bello

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Mayagüez, 1963. Ha publicado los siguientes libros: Poemas para no morir, Cuando él es adiós, On her Face, Soy dos mujeres en silencio que te miran y Alas de islas.

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268


[Poemas

Mairym Cruz-Bernall] Ausencia, otra vez En medio de mis senos aquello que galopa te busca le falta sueño a mis ojos es de noche cuando pienso si alguna vez la calle o algún auricular la laguna mansa tragó los últimos rayos del sol 11 de junio, la luna mengua espero otra catástrofe mundial lo absurdo de estar toda esta vida sin encontrarte abres mi hambre desahuciada me ahogo de no tenerte aquel vuelo desde una isla entre dos islas aquel azar tu rostro transformándose ante mí de hombre a mujer, de mujer a ángel

269 la comuna de bello

invitas a una ruta que no alumbras


de ángel a hombre los fragmentos del espejo tal mirada fue mirada

Hacíamos el amor en una silla A Gerardo García Cabrera por esta extraña manera de sentir una ausencia

Hacíamos el amor en una silla él tenía el pelo largo que me gustaba echar hacia atrás el pelo largo que me gustaba oler que me gustaba enredar mientras me apretaba firme, sin movernos casi en la silla es difícil explicarlo fue algo más que sexo era una silla y dos personas estando sintiendo el uno entrando algo que se dejaba entra en la una y una simple silla de madera despintada aguantando todo el peso de dos vidas

la comuna de bello

270

de dos culpas, de dos grietas un hombre que no poseía nada pero que tampoco servía a nadie una criatura miserable y libre fue difícil desenredar su pelo de mi vida su pelo largo, salvaje el velo que le cubría la mitad de la cara y me gustaba echarlo hacia atrás


para contar las astillas que le rozaban la frente un hombre de pelo largo, salvaje una parte de mi pasado muerto actuando en el teatro Ă­ntimo de mi cuarto

Poema para un viernes

miro la silla y pienso en la delicia que se sienta en ella

Pesan mis pies hoy

y siento que es en esta cama donde soy infiel

el trecho del estacionamiento a mi oficina paĂ­ses de distancia Pesan las uĂąas en mis dedos mis manos tantas veces mutiladas para la caricia Pesan mis hombros que tienen el triste destino de mi cabeza Pesa que soy una mujer y soy real y tĂş un hombre a fuego lento que amenaza mi carne Y eso es un abismo

271 la comuna de bello

A veces, mientras hago el amor legal


Nacido en 1952. Ha publicado los siguientes libros: Pájaros de invierno (1978), Estuario (1980) y Goyescas (1981), que incluía, además, Los códices secretos (1995) y Poemas del auxilio mutuo.

la comuna de bello

272


[Poemas

Marcos Reyes Dávila] Campana libertad Una campana hilvana la costura de las horas que aún no se han ido abre los espacios vacilantes pone minutos como huevos y compone los días como una sinfonía. Una campana compunge las almas que acuden al encuentro de su dios anuncia como los heraldos negros los azotes de un peligro celebra las lluvias advierte del fuego de los campos alegra las uvas y el trigo Una campana enloquece en cada casamiento se cae y hunde en los funerales de las mamás grandes flota en la tristeza de cada alegría enarbola la victoria de cada derrota como llama a comer

273 la comuna de bello

y el tiempo recobrado de las clases.


llama a cesar y descansar resuena como los golpes de una sentencia o como esa algarabía que me aturde en medio de tus senos.

El llamado

Una campana

A Marcos Ariel, hijo

llama como un hijo

En el principio

en las noches apagadas

–hijo–

o se expande y se extiende

ya estabas tú.

como un mar de banderas.

Llegabas

Una campana

galeón indescifrable

sencilla y llanamente

de más allá del mar.

celebra como nadie la libertad.

De su confín. De su primer encuentro con el sol, ese sol, bronco caribe. Y en medio de ese hartazgo de las aguas encendidas eras tú la magia filtrada de estos verbos

la comuna de bello

274

eras tú el ímpetu saltador de los leales, eras tú resolana desarmada del amor. Y para serte, hijo, para ser por ti lealtad, ternura incandescente, para ser por ti libertad, contigo para todos,


para amarte más

Nació contigo

con este amor mejor

el lento despertar de los inviernos.

y sin decirlo, para llevarte rienda de mis alas, raíz como una garra de constancia, cabeza pedestal para tu vuelo, a soplo o torrente quedé erguido corazón de las labranzas, aerolito lanzado de un arar inagotable, centinela insobornado en la herramienta de todos los empeños, en la llave clandestina de estas primaveras necesarias de los hombres militantes, de esos hombres que son hijos y azadones de una agricultura tórrida, dolorida a Bolívar y a sinsabores, aceites, frutas, metralletas, arman la opresión y encastillan la violencia... ¿Nacías tú, dime? ¿Nacía yo?

275 la comuna de bello

para esos que desarman vidas,


Ese corazón La hoja que no cae prendida y victoriosa la rosa encendida en la floresta el susurro de un beso que renace el sueño que brota de lo oscuro la ansiedad que sacude sus cenizas los pasos que animan el camino la nuca que se vuelve los ojos que se anidan la memoria transparente de un abrazo la sangre de un te quiero

la comuna de bello

276

herido en su ternura... Pero aún eres más... la palabra que anula la distancia la ansiedad de un tiempo eterno y sin nostalgia el salto que se entrega


en el vacío y ese corazón que canta siempre al compás del mar y el sol de la mañana.

la comuna de bello

277


Barranquitas, 1961. Ha publicado en las revistas TriĂĄngulo, La otra columna, Zona de Carga y Contratiempo. Sus poemas aparecen en la cuarta y novena ediciones de Nueva poesĂ­a hispanoamericana, entre otras.

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278


[Poemas

Maribel Sánchez Pagán] Canto II su amor guerrero (cristiano en siglo XX) me enseñó cantos de capitanes en lucha campal con el pecado (amor carnal) pero también me enseñó a su David desenfrenado que prefirió mis partes sobre su centro y me llevó en rapto a un lecho de sedas donde prefirió entregarme su melena de Sansón a perderse en la guerra eterna de un dios vencido ese día se arrodilló a pedir perdón mientras yo, regocijada rebeldía, feliz de entrepiernas,

279 la comuna de bello

celebraba haber amado a un rey de reyes


Canto III

Canto IV

mi flor en su manojo carmesí

fuiste el principio de las ganas

permanecía cerrada en pétalos lastimeros

tu lobo estepario

un día, tentaste su mitad

se escondía de la multitud

manoseando con tus dedos

mientras me observaba

el pistilo de la osadía en tus manos jardineras

estudiaba cómo tragarse la presa

toda chorreada, arrebatada y fervorosa

cómo comerme a besos

abrió en una cruz de malta de cinco pétalos

me olía, me aspiraba buscaba mi piel para lamerla me rugía su canto en un eterno llamado

la comuna de bello

280

su olor me atraía a esa divina entrega me brincaba inesperadamente dábamos vueltas como bestias lo montaba y me perdía en ese inmenso bosque de su cuerpo maduro


de cicatrices mordaces de secretos y silencios

mis veinte años

Canto V contigo me gusta viajar en primavera y encontrarme desnuda frente a tus cuadros chorreantes de sanguina allí, en tu taller, frente a todos, me gusta buscarte en los cuerpos contorsionados de tus torturados me gusta mirarte al ojo verde encontrarme en alguna línea oblicua intentando ser trazada en papel maravillarme con el gaucho y sus signos crucificados verte parado junto al continente besarte el bigote manso allá, en la habitación, donde la luz es más opaca y llueve de tarde donde Palermo es un enorme verde oscuro y su profundidad parece carcelaria sentirte libre me emociona entonces, me gusta quitarte el carboncillo me gusta dibujarte contra mí, delinearte, encontrar que hay un centro

281 la comuna de bello

yo fui su oveja tierna


que grita, de lágrimas y pérdidas una vez más, que subiendo y bajando por la galerías de una América Central lejana los dos somos exilados raza cósmica en ebullición que siempre nos mirarán con rabo de ojo porque cómo es posible que en primavera caminen por las calles este par de locos

la comuna de bello

282


la comuna de bello

283


San Juan de Puerto Rico, 1965. Su poesía figura en las antologías Mal(h)ab(l)ar (1997) y PoeSIDA (1995). Ha publicado, en colaboración con Joey Pons, Poemas de la lógica inmune (1993).

la comuna de bello

284


[Poemas

Moisés Agosto Rosario] 9/2/05 A la hora de vivir fue importante saber que el amor se adentró en mis huesos al menos una vez, que antes de cerrar los ojos y partir hacia otras memorias necesariamente tenía que amar para poder partir tenía que amar para poder apropiar la experiencia del respiro poder soltar la sonrisa al aire para rescatar una vida ambiciosa.

en el mar verde de tus ojos con los párpados alzados pestañas luminosas secuestrado y sin sorpresa al otro lado de tu cuerpo

285 la comuna de bello

Pupila diminuta


te apropiĂŠ con el presentimiento de saber eras a quien estaba buscando para documentar el amor.

11/28/95 PodrĂ­a evitar la complicidad de tu muerte y descartar la hostilidad del ĂĄngel que te absorbe desde adentro, si me dejases la piel estupor de cenizas martillando mis neuronas y un semen reciclado recorriendo mis arterias.

la comuna de bello

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un miedo al inconcluso final de la partida. Para planificar tu muerte tuve que recoger mis huesos rotos

1/13/96

e imaginar los cedros inmóviles al viento

Para planificar mi muerte

proyección de tu dolor cuando respiro.

necesito hacer un recuento de poemas

Las últimas palabras al adiós de verdad

visitar los cementerios

que siempre evadimos ante el milagro de los huesos.

cubrir con telas de algodón el espejismo de tu muerte

y los vientos que llevarán mis cenizas a algún lugar de la tierra. Necesito descifrar las manos y la furia de aquellos que me esperan en algún lugar. Necesito saber si leerán mis versos si los vientos cabalgando mis cenizas irán lejos. Para planificar mi muerte permanente identidad de piel rasgada por el fuego que finalmente destruirá el virus. Para planificar mi muerte para planificar tu muerte las lápidas de piedra nos hicieron retrasar una paz inmediata

287 la comuna de bello

necesito la voz de mis palabras


Nacido en 1952. Ha publicado los siguientes libros: El universo de 5 patas (1983), Universo (1992), El libro del buen amor (1994), Menester de poesĂ­a (1996), El signo de los tiempos (1999), El ancla varada (2001).

la comuna de bello

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[Poemas

Reynaldo M. Padua] A veces A veces es tan grande recostarse en el aire en las tardes por la vejez del dĂ­a y sobre los dolores de tu forma animada los grillos y los pĂĄjaros practican sus sonatas y en el cielo mudaron las ovejas octubre huele a lunes por la tarde a enredaderas a trozos de existencias enyesadas sin embargo es tan grande tenderse en cualquier sitio sobre piedras o sobre el pavimento en los libros o sobre el automĂłvil a practicar para la tarde larga que no tendremos el placer de contemplar cuando nos recostemos

289 la comuna de bello

(tan necesariamente como cuando no llueve)


Biografía de Jorge Luis Borges Para Arturo Echavarría

Aquel hombre, con bruma milenaria por los párpados, caminó. Y espaldas a la vida conformó sus espacios, sus palabras, sus actos, con representaciones, copias, daguerrotipos y formas espejadas; refracciones impresas de la vida. Él mismo tomó parte en la escena. Recogió los reflejos, consultó las edades perpetuadas

la comuna de bello

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e inventó entre las cosas su nueva realidad. De complejas salidas, como en sus realidades se hizo personaje. Sin el salvoconducto de luz que lo aferrase al mundo que al comienzo espaldas diera: Vaga gigante impreso de sí mismo entre otros, por encuadernaciones


temporales y frĂĄgiles, sepultado anterior a la muerte, entre las bibliotecas usuales, laberĂ­nticas, en donde nunca estuvo el paraĂ­so.

la comuna de bello

291


Nacida en 1952. Ha publicado los siguientes libros: La cicatriz a medias (1982), Vicios de รกngeles y otras pasiones privadas (1996).

la comuna de bello

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[Poemas

Vanessa Droz] l Hay un cuerpo que anda. Algo de sal, algo de lumbre urgente en la mirada y un rumor de alas le acompañan. Le he visto en sus mejores días, erguido a sotavento cortando el aire y separando, a ambos lados, la brisa débil de los vuelos del huracán. Marca con su paso la efigie de la firmeza, el rumbo de proyectil que no desvía la dulzura de ser bala, Su paso es el paso de la sal que se rebela a darle a la sangre su sabor. Su temblor, el temblor de la lumbre negada a ser brasa o ceniza. Y su música es un vuelo comenzado, una altura teñida de aire,

293 la comuna de bello

el paso de la muerte que se piensa vencida.


un desprecio a la horizontalidad dormida. Su temblor es el temblor. Lo he visto en rápidos rostros por la calle, en el escrutinio ardiente que retumba en la cara de mi amado,

II Como con el mar, también he visto sus días malos.

en el espejo, claridad de agua, que me sorprende en las mañanas.

Cómo el cuerpo se levanta a duras penas y a duras penas anda. Cómo antes de andar se mira, se regodea, se palpa, buscando su solidez completa. En esos días su sonrisa es ancla sumergida en la profunda tristeza de un agua azul, que sí es salada. En esos días sus manos buscan presurosas,

la comuna de bello

294

como llaves carnosas y blandas, la habilidad de entrar en otros cuerpos, de abrir puertas que también andan. Sus ojos, esos días, son la cicatriz del beso de un dios que lo ha olvidado. Como nunca, en esos días,


recorre con el tiempo las prisiones de su carne y de su alma y encuentra asambleas de cicatrices, reuniones clandestinas de sucesos y de marcas, cáscaras de piel que encierran

III ¿Cuál de estos cuerpos manda?

las heridas sufridas en extraños campos de batalla.

De estos días, ¿cuál impera?

Su batalla es la batalla.

La vida está emplazada.

La he visto en los rápidos rostros de la calle, en el escrutinio fijo que se empoza en los faciales gestos de mi amado, en el espejo, golpe de agua, que me agrede en las mañanas.

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San Juan, 1963. Ha publicado los siguientes libros: Las menos cuarto (1985), CrĂłnicas interplanetarias (1990). Es fundadora y directora de la Editorial TrĂ­ptico.

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[Poemas

Zoé Jiménez Corretjer] El jaguar El jaguar enamorado quiere sembrar un árbol de limón quiere vestirme con su piel de leña adormecida en el ensueño de las telas que se lleva el viento a la distancia Es la piel del coco en el horizonte de la luna que se cuece en una dulce ebullición de canelas y cremas de palmeras El jaguar se muestra dócil y carnívoro atento a su ojo que despierta dentro del vientre de la hembra El jaguar yace dormido a la orilla del río y tiembla, cada vez que las ramas le invitan a retomar los caminos Hay un misterio escondido en la piel del jaguar que no comprendo hay un silencio que me taja las sienes en la boca del jaguar cuando calla un enigma oscuro de estrellas que no quiere desvestirse de sus garras perennes planta que baña el pasado devorando

297 la comuna de bello

de la aurora


impidiendo el tejido de un horizonte largo en los pies de un camino nuevo El jaguar no sabe desatar las redes es lenta su carrera tras la hembra que espera colgada del vacío

Oración

El jaguar no sabe que es la hembra del universo

He robado a la tierra su energía de árbol

la que espera y yace eternamente construyendo

extraigo de la savia la corona que es delirio

el ombligo de su mundo

de la fuente y el secreto

No lo sabe, pierde el sentido del premio

soy el habitante y el ojo circular de la memoria

tiene en frente las órbitas azules del ensueño

el amor, en su bella y cansada ilusión de carpintero

y no sabe capturarle al tiempo el designio

He bebido el grito de la madera transformada

firmado en sus manos

para vernos bajo la misma luz de los astros

Se le escapa la presa

y enramada te nombro en una invocación

se le esconde al jaguar la presa del viento en sus nubes

de montañas enarboladas de horizontes

no reconoce el amor que retoña en el milagro de las cosas

Quiero visitar los lugares musicales de tu arcilla

no reconoce la certeza de los orígenes nacidos en la tierra

abrirte las alcobas de mis dedos lunares

El jaguar quiere plantar las flores en sus huertos

inflamarme de ti en el primer bocado de la aurora

cultivarse doble en dos caminos paralelos

eclipsar pasados para ser tu esposa de piedra en un

Pero en la selva hay una sola ruta que lleva las bestias al

la comuna de bello

298

/instante

cielo

sonsacar el futuro escondido entre las tierras

y el jaguar, distraído, da vueltas en su laberinto de

darle color a las puertas con relieves de luz

esperas…

bautizar las ventanas de luciérnagas abiertas para que regrese el olor de tu cuerpo en la sexta hora

Habrá un árbol de limón, una piel y un sólo camino.

del azahar y la rosa

Y eso sólo lo sabe el viento.

Guardo una reserva de energía para tu boca el aire y el impulso de la eternidad en la voz de un pitirre


un rebaño de estrellas te daré en las noches

con la canasta del orfebre llena de frutos frescos

cuando la lluvia, con su golpe, despierte tus deseos...

Bailaré entre la viña del sol y entre la muerte

Tengo el pecho hinchado de gorriones

para habitarte segura de cielos en la lumbre y la cumbre

mi alma como una galería

de lo eterno…

donde resuena el eco de tus manos y un deseo de escribir nuestros nombres juntos en la piedra dura del pico de las nubes... Este amor reconoce el amor cercano a la flor y a la hoja un amor como una espiga tostada que anuncia la noche amor arropado por un sacrosanto murmullo de vientos cifrados llenitos de antaño Este amor es como el agua antigua, cercana a la hierba y a la lana, con aroma de grosellas y de albahacas... Quiero hundirme en la noche alerta de tu cuerpo en el enigma de esta danza consagrada desnuda sobre tu arena en laberinto de besos religiosos perfumada de miel en tu mirada Quiero la sentencia del eco de la lluvia y del árbol un libro infinito de versos en mi boca para leerte el universo en cada poro, en cada rosa... Quiero ser la aliada de tu bálsamo y la orquídea prisionera de tu grito que me lleve al cinturón de Orión en el despegue del silencio Quiero llegar curativa de tiempos

299 la comuna de bello

el espejo y la alquimia encontradas


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Sin tĂ­tulo. De Sheila Candelario



Imagen de archivo


[La letra contra el silencio] Escribo en puertorriqueño cuando digo que entre nosotros no se maneja la lengua con comodidad, con soltura, con la naturalidad y el empeño de aquél para quien la lengua no es motivo de tensión, pero sí el aparato que transmite su vibración íntima: la espiritual, la ideal, la material Luis R afael Sánchez

303 la comuna de bello

El poeta y crítico Juan Manuel Rivera se ha retirado definitivamente de Nueva York, se ha retirado de las ciudades. Huyendo del mundanal ruido se ha ido a pasar sus años en Corozal, un pueblito céntrico y acogedor de la Isla. Allí, alejado de todo y de todos, de espaldas a la princesita del elogio y el reconocimiento, se afana en trazar nuestra dolorosa realidad. Allí echa a correr su conciencia sobre las cosas que lo mortifican: una realidad que pasa sobre el alma dejando una profunda huella que parece dilatarse en el tiempo como si nada ocurriera.


Lalo Osuna Rivera Cabán Nieves Mercado Vázquez Ambroggio la comuna de bello

304

que poseer las credenciales del científico o las del investiAllí, en aquel paraje rodeado de árboles ha puesto su casa; su casgador en ley. (…) El ensayista es un intuitivo, un poeta a su tillo hecho de libros y espacios luminosos, no para los que tienen modo, un manejador de formas… ojos, sino para los que ven con el espíritu. En ese espacio, en una Más barroco que clásico, he optado por un modelo exmesita que llevó de uno de los anticuarios poco concurridos de positivo/argumentativo en el cual los círculos o apuestas Manhattan, ha escrito el poeta La letra muda, réquiem por una subtemáticas, en lugar de estar ordenados en forma pura, independientes unos de otros, entran, salen y regresan biblioteca; título insinuante y sugestivo que tiene como centro la estableciendo conexiones vitales entre sí, sin anquilosarcondición cultural y lingüística en que vive actualmente Puerto se. (…) Entonces, en lugar de un relato linear o de ciclos totalmente autónomos, a mi ensayo ha de vérsele como Rico. La portada de un rojo escarlata, realizada por el pintor Rafael una mínima rayuela de argumentación, sin un cielo de tiza Rivera Rosa, muestra una imagen surrealista de seres despojados, previsible. al parecer, de todo sentido humano: rostros absorbidos por la mudez de un imaginario que parece fijar la ceguera de una fauna Y contra el diseño tradicional, uno más ágil y dinámico: alucinante fundida en la claridad que filtra los colores del cuadro. Del diseño gráfico plano que concebí al inicio (1. Idioma Más que una pintura, una gran queja social cuyo sentido trascieny literatura; II. Idioma y sistema educativo; III. Idioma y de el nombre que dolorosamente el autor ha puesto a esta obra: sistema colonial) he pasado al diseño dinámico hecho de partes móviles que se influyen mutuamente, se ligan y Legislando en Puerto Rico (o en el infierno). desligan sin cesar. En el texto que hace de introducción a La letra muda, (“Buenos días, Noche”) se subrayan dos aspectos importantes Juan Manuel Rivera se aleja de la ensayística tradiciopara avisar al lector de: (1) cuál es la función de un verdadero ennal (relato lineal de temas revestidos de bibliografías y estadísticas sayista (1) y (2) el modo en que se ideó el formato de este libro. que, en este caso, no aportarían más de lo que por experiencia Oigamos la voz del autor: el propio autor conoce) creando un modelo de estructuras que se superponen y giran sobre un mismo centro, exponiendo así Un ensayista es un provocador, alguien que invita a pensar o a repensar asunto situaciones sin que tenga por fuerza


“”

El neoliberalismo es el más feroz enemigo del sueño/realidad de la igualdad democrática, un ideal siempre en riesgo de ser puesto en peligro de extinción. la comuna de bello

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Juan Manuel Rivera Imagen de archivo


Lalo Osuna Rivera Cabán Nieves Mercado Vázquez Ambroggio ilustra el drama de nuestra realidad: una familia de clase media alta puertorriqueña se halla reunida compartiendo experiencias y quehaceres hogareños. Cuatro generaciones (bisabuelos, abuelos, nietos y biznietos) coronadas por la fuerza de la sangre que las une, conversan en un idioma impregnado de diferentes matices lingüísticos. Cercanas, bajo el mismo techo que las cobija, no han advertido aún que son almas distantes en el plano del lenguaje y de las realidades de la vida. Perdidos simbólicamente en otro espacio, los biznietos son ya un vivo ejemplo de otros valores culturales que se imponen erosionando su identidad puertorriqueña y sus relaciones culturales con el país que los vio nacer. Juan Manuel Rivera ha querido hacer un gran mosaico de lo que es el Puerto Rico de hoy en el contexto del lenguaje, la escritura, la identidad y la educación: el rol de la enseñanza en las escuelas públicas del país frente a la proliferación de institutos y escuelas privadas cuyos proyectos educativos y elitistas inculcan valores ajenos a la realidad sociocultural y lingüística del estudiantado puertorriqueño. Es decir, una política educativa que subestima y encubre el desinterés de lo nuestro. Se expone en La letra muda todo lo que necesita de un saneamiento general para poder llevar a cabo un verdadero proyecto de nación fundado en El subrayado es mío. “El problema del idioma en Puerto Rico”, en Ensayos (1953-1971), nuestros propios intereses y no en los ajenos: una enseñanza que

1 2 2a. ed., Barcelona, Editorial Antillana, 1972, p. 147.

307 la comuna de bello

un concepto más ágil y provocativo de los temas sin importar el ángulo del que se miren. Sus pensamientos no están lejanos de aquella advertencia profética que hiciera en su tiempo nuestro René Marqués: “Mientras Puerto Rico siga siendo, como lo es,1 una colonia de una potencia de habla distinta a la suya, el dilema del idioma no podrá jamás tener una solución definitiva”.2 Pero empecemos por definir el sentido de esa H que nos guiará a través de estos ensayos. Dejemos de lado la conocida (des)valoración que le ha dado el diccionario de la RAE y veámosla como una referencia de nuestra realidad. Como una voz callada que frecuenta la memoria y susurra nuestra patética condición. Una H que parece muda pero otorga más de lo que calla. Una H que intenta decirnos a los de mi generación, y a las generaciones de los puertorriqueños que vendrán, que nuestra lengua materna anda mal, muy mal. Que hay que dar vueltas al problema de lo que hacemos y decimos, y de lo que leemos y escribimos para ajustar cuentas con lo que somos poniendo en alto lo que nos sostiene: nuestra cultura, nuestra identidad, nuestra lengua; algo así como volver a habitar el idioma que nos vive viviéndolo en su plenitud. La letra muda abre con una interesante exposición que


Lalo Osuna Rivera Cabán Nieves Mercado Vázquez Ambroggio fortalezca nuestra lengua, nuestra cultura e identidad a la luz de lo que somos y amamos y conocemos. Estos ensayos responden a una realidad concreta y a la visión de un escritor que no se resigna a ver las cosas atadas al yugo de la indiferencia. Yo, en el fuego de la patria que arrebata el espíritu, he echado a volar mi corazón juntamente con lo que dicen estas páginas. He rodado las cortinas de humo que impiden la luz para que la fe abra camino al “país que vendrá”, como ha señalado tan justamente el poeta Pedro López Adorno al reseñar el libro. A través de la H que guía estos textos siento que hay que recuperar lo perdido, no lo anecdótico y frívolo sino el sentimiento nacional, la esencia de lo que somos en el espejo de nuestra puertorriqueñidad. Por eso, fiel a la intención de lo que aquí se proyecta, he decidido avivar el interés de los que lean estas páginas transcribiendo algunos pensamientos de una verdad demasiado real para ignorarla. Hago resaltar aquí los siguientes pasajes del libro:

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• Puerto Rico es el país hispanohablante que más ha cambiado de identidad en los últimos 50 años. Quiero decir, cuyas apariencias se han trastocado con mayor violencia en las pasadas décadas. No sólo los nombres de los actores han cambiado de forma drástica (de Prudencio y Sebastiana, a Jan Anthony y Taishany). También han

cambiado las gesticulaciones, las formas del trato, la hospitalidad que se ha perdido, el aprecio del mundo, el sentido de pertenencia, el vínculo con la música tradicional, le lengua y la mentalidad. • Para bien (y para mal) nuestro destino histórico ha sido dibujado a grandes trazos por el patrón migratorio. • En el mundo actual el neoliberalismo impera todavía. Impera la forma depredadora de la globalización en la que los invencibles gigantes de la economía de mercado sacan del medio a su odiosa competencia mediante ofertas hostiles de compra a las que la prensa inocentona llama “fusiones”. No son meras fusiones. Son monopolios y oligopolios manganzones que van acaparándolo todo. • Con el reinado del neoliberalismo, la distancia entre ricos y pobres se ha hecho abismal en la colonia, y la multiplicación de aquéllos ha traído como consecuencia el abandono de la escuela pública (antes honrada y elogiada por sus frutos, y ahora vilipendiada y convertida en purgatorio para los hijos de los pobres). • El neoliberalismo es el más feroz enemigo del sueño/ realidad de la igualdad democrática, un ideal siempre en riesgo de ser puesto en peligro de extinción. • La conciencia de clase que emerge de la mayoría de las instituciones educativas forjadas para impulsar el clasismo


• Los puertorriqueños no somos el único caso de país victimizado por el robo de identidad cultural, pero el caso nuestro brilla por el betún de sus tinieblas. El órgano apropiado de las Naciones Unidas (la Unesco) debería pronunciarse de forma oficial sobre este asunto, ya que son millones de personas en el planeta las que padecen alguna modalidad de privación cultural o de agresión en contra de su sagrado código. • Una desaparición parecida a la de la canción de cuna es la de los refranes. Como la inmensa mayoría de los refranes tiene como trasfondo mental un mundo agrario, y como el mundo agrario desapareció hace más de seis décadas en Puerto Rico, los refranes ya son casi lengua muerta. • La auto-desvalorización que sufren muchos humanos no es deporte original y espontáneo. Es conducta programada, aprendida y asumida como costumbre mala por las víctimas de un sistema de sumas y restas que escamotea lo propio y promueve lo ajeno que venga asociado a jerarquías de éxito material y poder, pero sin ojos para lo humano. • Para hablar tonterías, la libertad es aquí libertinaje. • Escoger no saber, para no contaminarse de compromiso para con su país, es cobardía.

309 la comuna de bello

“” La muerte de la curiosidad intelectual es una tragedia

es con harta frecuencia predecible: sin que lo expresen de manera explícita, esas instituciones están hechas para defender el statu quo y los valores adscritos al llamado “modo de vida americano” (el capitalismo).


Lalo Osuna Rivera Cabán Nieves Mercado Vázquez Ambroggio • No se puede valorar como es debido lo que se desconoce. • EE.UU. merece lo mejor, pero no a costa de otros pueblos. • Para el ojo racista del sajón vegetal y muriente, entre un puertorriqueño y cualquier otro inmigrante no hay la menor diferencia. • El alma es el lenguaje. • Ordenar o aprobar la celebración de una semana de la Cultura Puertorriqueña en Puerto Rico, es tratar a los puertorriqueños como extranjeros en su propio suelo. • (…) una democracia será siempre una túnica ceremonial que llevan por encima de sus armaduras de acero las dictaduras de los grandes intereses. • La armadura de acero, el Gobierno invisible o poder de verdad se llama Shell, Microsoft, Standard Oil, Standard and Poor’s, General Motor, Ford, Toyota, Apple, Claro, Bank of America, Exxon, Associated Press, Fox, Walmart, CNN, Westinghouse, General Electric, Monsanto, Bayer, Samsung, IBM, Google… • La neutralidad implica en hartas ocasiones algo fatal: la carencia moral para tomar decisiones cruciales, la ausencia de un mundo afectivo al cual aferrarse o al cual rendir honor, o la falta de compromiso con los sentimientos propios.

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• Es obvio que los designios políticos pasan en incontables ocasiones, primero y antes que nada, por el horóscopo económico que los pueblos tienen a la vista.

• El modo con que un creador hunde su persona poética en un tema es determinante. • Esos mega-millonarios engreídos que año tras año aparecen retratados en Forbes no merecen otra publicidad que el repudio unánime por su latrocinio. • Hay que hablar sin tapujos, aunque todo el mundo sabe qué le espera al que nombra la soga en casa de la viuda. • (…) los criterios del arte están gobernados (todavía) por la ley de la oferta y la demanda. • Lo crucial es aprender a leer el significado de nuestras propias vibraciones, y rendirle a éstas el homenaje de nuestra más profunda entrega. • Todas las explicaciones son buenas cuando las asiste un grado apreciable de autenticidad o franqueza. • Desde Antonio de Nebrija, un dinosaurio de las futuras ideologías de la dominación, lo sabemos: el idioma y la política suelen ir siempre juntos. La lengua, decía aquel sabio hecho para la Conquista, es siempre compañera del Imperio. • La educación humanista está en franco desacuerdo con visiones militaristas o enfoques teocratizantes en relación a la enseñanza. • La muerte de la curiosidad intelectual es una tragedia.


“”

El ensayista es un intuitivo, un poeta a su modo, un manejador de formas… • El futuro no admite diseño ni pronóstico cuadrados porque está hecho de fragmentos de pasado y de presente demasiado dúctiles. El futuro es cosa viva que se escapa siempre por los intersticios del azar o choque de fuerzas; visibles unas, invisibles e indetectables las otras.

• Hay que ser buen actor para sentirse igual de cómodo con galanuras de paria que con harapos de rey.

• Lector y escritor forman una sociedad o relación de mutuas correspondencias indispensables. Si no hay lectores, no hay literatura escrita.

• A los puertorriqueños nos falta llegar al reconocimiento de la plenitud de nuestro dilema.

• El subdesarrollo impuesto, que nos deja sin economía nacional floreciente, es una fábrica de producir emigrantes en masa.

• La inmensa mayoría de los humanos vivimos (nos dejamos vivir, diría Borges) sin examinar nunca el entramado que, en buena medida, nos mueve.

• Un país sin lectores sería un desierto.

• Una trulla de ilustrados posmodernos ya nos habló hace rato de la estadidad radical como estrategia para subvertir desde adentro… ¿qué?

• El idioma es parte de un gran TODO que se estremece. • Nuestra herencia africana es tan importante como nuestra herencia taína; y ésta, a su vez, es tan meritoria como nuestro legado canario-andaluz. Pero ninguna de las tres herencias representa, de forma separada, nuestra identidad colectiva. • Vivimos una situación límite. Pero no puedo dejar de expresar mi fe como una paradoja: en circunstancias adversas, es que muchas veces se produce la más fervorosa cultura de resistencia.

• ¿Cuál es la contribución del neoliberalismo a la cultura?

• Unos más que otros, todos somos rehenes en cierto modo del tejido social dentro del cual vivimos. • Lo paradójico del momento que vive Puerto Rico es que mientras se observa una marcada tendencia a la asimilación lingüística entre los sectores sociales isleños más próximos al Primer Mundo, el país está (en la práctica política) cada vez más lejos de la integración como estado de los EE.UU. • La imagen temporera de un país vive más que en ningún otro arte en el espejo de papel que crean sus novelistas y poetas.

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• La pedagogía colonial es en esencia anti-puertorriqueña.

• Lo de adentro no es lo único que vale, ni lo de afuera es lo mejor siempre.


“”

La realidad nos pone constantemente a prueba

• Escribir no es una actividad frívola. Escribir es escribirse, instalarse en un fragmento de la conciencia ancha de la tribu. • Hay olvidos insulsos, pero hay también negligencias en las que le va la vida a alguien o a nosotros mismos. • A quien el idioma ya nos eligió (el español a unos, y el inglés a otros), no tenemos problemas de identidad mayor; o los tenemos, pero anestesiados. • El hincapié de la sociedad no puede ponerse en la magia, tiene que estar puesto en la ciencia de la transformación, en un modelo de la sociedad capaz de generar su propia utopía real. • Mientras no nos pongamos de pie, seguiremos creyéndonos pingüinos. • En cualquier nación sometida a condiciones similares a la nuestra cualquier ser humano está tentado a desnacionalizarse. Sin embargo, nuestra resistencia cultural no ha decaído, y eso es un milagro que debemos celebrar. • Conciencia y lenguaje son fenómenos separables sólo a riesgo del doble asesinato.

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• La sinceridad tiene no pocos méritos; entre ellos, la confianza con que el ser humano dibuja la redondez de su personalidad, su íntima voz.

• Las apariencias mienten, pero sólo quienes viven de éstas se engañan para siempre. • Es un desperdicio irresponsable de talento no construir la casa propia cuando se tienen las destrezas y los materiales a la mano. • Ya es hora de dejar de conformarnos con ser ecos apolillados del gran texto imperial. • La educación, si es educación de verdad, tiene que hacer su aportación esmerada a la liberación mental de alumnos y maestros. De lo contrario es anti-educación, enajenación, idiotización masiva; y/o también: elitismo, clasismo y racismo sin encubrir o mal encubiertos. • Las clases dominantes de las colonias son clases dominadas en la cadena de mando de los poderes imperiales globales. • Puerto Rico tendrá que hacer por cuenta propia, sin el auxilio de sus elites extranjerizantes, su liberación. • Autocrítica: los independentistas también somos clasistas (y racistas), con el agravante de que, creyéndonos en infinidad de casos a salvo de ese mal, desarrollamos mecanismos de defensa tan formidables que terminamos creyendo que no tenemos siquiera que discutir la existencia de estas barbaridades en nuestra sociedad.


Lalo Osuna Rivera Cabán Nieves Mercado Vázquez Ambroggio • Si usted es persona de izquierda, séalo de verdad. No se mienta a sí mismo. • La realidad nos pone constantemente a prueba.

• En la historia ha habido tantos buenos autores de ficción reaccionarios como progresistas. • La persona que hace abstracción del entorno social en el que vive (o del que huye), pudiera llegar a ser un mago de la literatura fantástica. • Avergüenza el despedazamiento sufrido no por el lenguaje exterior, sino por la conciencia que a falta de disciplina flaquea y se engatusa. • No es de valientes dejarse arrebatar un código sagrado sin dar la pelea hasta la última mujer o el último hombre.

• Hacer de una debilidad una fuerza es parte del saber de los que luchan. • El congreso de los EE.UU. es el dueño de nuestra libertad jurídica. Wall Street es el dueño de nuestra libertad económica. • La lengua o las lenguas de un país es (son) demasiado seria(s). Y, un escritor más que nadie, tiene que asumir responsabilidades ante ese hilo conductor y co-productor de la conciencia individual y colectiva que es el idioma. • Reconocer y valorar lo nuestro es un acto de justicia poética, cultural, pedagógica. • Una literatura es una tradición.

• No hay parámetros infalibles para el éxito aunque apostamos siempre a la voluntad de talento fraguada y fundida por el rigor y la disciplina.

• En un mundo en perpetuo movimiento, todo es siempre parecido y siempre distinto.

• Ser un renegado o un revolucionario, de por sí, no predispone a nadie a ser buen o mal escritor.

• Sin una pasión ineluctable por expresar un mundo amasado con sensibilidad no puede haber obra de arte o instante eterno en ningún idioma.

• Un cuerpo burocratizado, en el peor sentido del término, frustra y degrada las funciones para las que fue creado. • Somos el único país del mundo donde la patria de la emigración es más grande que la patria de origen, y sus ciudades mayores o gigantescas guaguas aéreas viven en el espacio, sin coordinar sus quehaceres con la NASA.

• Lo que no podemos hacer es inventar el caos con el propósito de enderezar la madeja, o pensar que al hacerlo se está descubriendo un nuevo mundo. • Nuestra conquista ha de ser muy imaginativa y valiente o no será nada.

313 la comuna de bello

• En la escuela se ensaya la sociedad que ha de venir. Esa raíz es el laboratorio del mañana.


“”

El escritor comprometido con sus sentimientos y su herramienta de expresión debe perderse, buscándose en su autenticidad

• El corazón de nuestra reconquista ha de manar del idioma español, como lengua vehicular y destino integral de un universo caribeño, latinoamericano e hispano. • El humor madurado a fuego lento conduce a la sonrisa profunda. • Somos un pueblo que desconoce sus fuerzas, una nación que tiene que reencontrarse en su cultura, a partir de su hilo de voz, deshecho en parte. El reto es colectivo e incluye a amigos y a enemigos. La solidaridad del mundo será pronto un tesoro. • Muchas de las “verdades” que sabemos las sabemos por el gran rumor de la tradición que apenas cuestionamos. • El escritor comprometido con sus sentimientos y su herramienta de expresión debe perderse, buscándose en su autenticidad.

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• Natural es que se cometan errores, pero una barbaridad es justificarlos para seguir cometiéndolos. • Los perfectos no han hecho ni harán nunca nada. Son seres etéreos que viven en dimensiones áureas, desconocidas. Sólo los imperfectos sentimos en carne propia la necesidad de adelantar y crecer, de experimentar, descubrir e inventar soluciones temporeras que otros después mejorarán. • Atracción y repulsión son fuerzas universales que modelan conductas e identidades acertadas / legítimas o engañosas y morbosas por ser ajenas al alma. • No es una reacción normal de una cultura o cualquier cuerpo sano resignarse a morir. • Hay que saber pelear, sin negar la salsa de las contradicciones que nos hacen y deshacen en eterna danza.

• Los maestros son el eje central sobre el cual descansa el equilibrio del desarrollo de cualquier sociedad.

• Ser maestro no es cualquier zanganada. Sólo alguien que no siente respeto por sí mismo pudiera pensar así.

• No ocultamos, sino que con orgullo proclamamos que un sólido plan soberano de educación es la roca sobre la cual se ha de levantar el modelo de país que vendrá.

• Las mejores obras literarias siempre son productos de grandes crisis.

• Es necesario romper con las cadenas del colonialismo para poder pensar y actuar como nación y no como propiedad territorial de otro.

• El reclamo de nuestra soberanía no puede esperar más y, mientras tanto, tenemos que encaminarnos a la forja de alianzas de solidaridad con países hermanos dispuestos –de forma recíproca– a darnos la mano en esta


Lalo Osuna Rivera Cabán Nieves Mercado Vázquez Ambroggio etapa tan desoladora, en lo que el tiempo de nuestra aurora llega, porque llega. • La hora es muy propicia para enfrentarnos al fructífero reto que amenaza con dejarnos mudos. • Hay que arar en el mar, aunque al hacerlo nos juguemos la última luna de miel con el establishment.

David Cortés Cabán

la comuna de bello

315


[Poemas la comuna de bello

316

Puerto Rico, 1954. Doctor en Filosofía y Letras de New York University (1982). Ha publicado los siguientes libros: Hacia el poema invisible (San Juan, 1981); Las glorias de su ruina (Madrid,1988); País llamado cuerpo (Lima,1991); Los oficios (Sevilla,1991); Concierto para desobedientes (Río Piedras,1996); El gran olvido (plaquette) (Barcelona,1996); Rapto continuo (San Juan/Nueva York,1999; y Ópera ardiente (San Juan, 2009). Su novela corta, La religión de los

Pedro López Adorno] adúlteros fue publicada en San Juan en 1996. A López Adorno también se le ha publicado su obra poética en inglés en revistas norteamericanas de reconocido prestigio como Callaloo, The Americas Review, The Massachusetts Review, Compost, Review: Latin American Arts & Literature y phati’tude Literary Magazine.


Cuadro

del ser en el ser mismo: estolidez de ascensores y cubículos. La pasión

La tarde es ovillo gris. La ciudad

del desencanto. La oreja en el olvido.

en el espejo tropieza contra el hielo. Llega la noche y viaja uno como puede.

La tarde se revuelca en su alberca gris. La ciudad

Al otro día el aire ahuyenta nubes

tropieza contra el hielo del espejo.

como el gato a las ardillas del jardín. Llega uno como puede a la noche: Cazador cuyo infortunio emula al desvelado

ráfaga, gato, ardilla, rama,

ser que en la ventana cuenta ariscas

jardín, éxtasis, bostezo.

plumas por las ramas. Algazara el incendio, “La ráfaga que podríamos ser.” Piensa

la fuga.

y se dispersan los residuos. que hace acto de presencia en la opulencia de un Madison Avenue 12 de diciembre, Au Bon Pain, hipócrita y soleado. Contempla el viaje como puede. Bosteza su interior. Café éxtasis la caminata transparente. El progreso

317 la comuna de bello

Alarmas. Avenidas. Incendio


Tríptico

Tinta en su interior

El bosque, secuestrado

Paradisíaco infierno. Cumple uno

en lo eterno, almacena

cincuenta. Llueve. Lleva

borrascas

letras en la lengua. En los dedos

cuyos silencios

locura.

fingen sombra. Muere uno tantas veces para contar La playa reposa

con los cincuenta de este acoso. Mostrar

sobre hombros

la vida como Parmigianino

que se desvían

abultada mano.

hacia otro júbilo de luz o de ceguera.

A ver si viaja veloz, áspero o nublado o se acuesta

la comuna de bello

318

La noche

con los pájaros para pasar

no encuentra

el año en paz

estrellas herejes

sobre este lecho del discurso

que la guíen.

en tanta vuelta. Infranqueable pirámide el deseo. Vengan ahora a la gran fiesta sin otra


sustancia que tormenta. La vida

También se nos fueron el meticuloso Juan

brevísima copia. Ninguna

Nieves Mora y, tras él o antes de él,

libre de cicutas y ácidos.

Efraín Ramírez ya no leerá libros frente al mar

Mirar a fondo el mar es cerrojo

a altas horas de la noche.

sagrado. Esperar ilusos la araña

Debieron ser las fuertes lluvias, los cuasi

que muere ante nuestros pies

huracanados vientos de diciembre

augurando destilación

los culpables. Desmemorias de este Atlántico

de purezas perdidas.

rebelde sin causa. Isla del más

Pluma densa y bailable y

allá regalándole migas a la infancia

ya jamás. Cumple cincuenta.

ante un balcón Calle Caribe.

Anuncios de inesperadas

Tardes tibias las arrugas de la abuela.

muertes puerto exigen.

Omnipotente trenza al despertar.

Ahora, justo ahora, le cuenta Raúl

Se entrega de nuevo al ritual. Cumpleaños

Orlando que Cuco ha muerto.

feliz como tocar cima o lamer

¿Que qué? Sí, Rubén Velázquez, alias

con la mirada vela que arda

“Cuco”, espiritista y santero, de repente

para siempre. Ver claro

se sintió mal del corazón y

tan claro que nada tenga sombra ni supure

se nos fue. ¿Cuándo? Hace unas

sospechas la miasma que acelera

semanas. ¿Pero cuándo? A principios

nuestro afán de vivir para contar

de diciembre. Nadie se acuerda del efugio.

las incertidumbres y los nudos.

la comuna de bello

319


Límites y ritos, escondrijos y escombros

Cumplir es batallar y la batalla deletreo.

al son de “que los cumplas feliz”,

Consumación la espuma eterna

eso somos. Víspera de parpadeantes

de luminosos puntos ciegos

pies camino a hogueras. Eso.

anclando en nuestros genitales.

Música, ofrendas, fulgor.

No es fácil la vida pero queremos

Habrá derroches quebradizos en la contienda

rescoldo e impermanencia y abotonado

de seguir viviendo. Así de fácil

origen. Soplar y vencer. Dejar de ser

el flechazo en la sombra.

remoto rumor, ignorada espesura.

Lo incognoscible la propia carne

Los comensales ríen; alzan las copas.

que se encumbra. Visible la voz Benny Moré

El metro ochenta junto a sus muros

ante el umbral de una Singer 1911.

sonríe, tiembla, petrifica. No es que vaya

Allí otro hallazgo de hongos

a anclarse en lo flotante oscuro.

sobre los acentos y antigüedades

No. Es otra elevación lo presentido.

de la cueva que ahora suda amigos

El hielo no puede fustigar

que llegan plateados por la luna

su empecinamiento de caribeño

cuando al oscuro curso los silencios.

en flor. ¡Vaya flor de la edad! Primicia

Por lo pronto el porvenir

grisácea entre el cuero cabelludo y las tiernas,

se conmueve. No ataca al que cumple

húmedas muertes que destila su sombra.

cincuenta. Así se explican las manchas

Demolición muda mientras los fiesteros

de tinta en su interior. Pez contra secretas ruinas.

recorren el patio. Contemplan

la comuna de bello

320


naranjas, guayabas, la todopoderosa luna en la invasión que vuelve oblicuo al que agasajan.

No teman. Más porfiados el abismo, la guerra en Irak, el panópticon de la era del 2.ºBush. Pero la insurrección de esta vertiente inconclusa nadie la detendrá aunque el agasajado sea colapso y muera. Total nadie dijo que viviría para siempre ni que sería matusalénico su hechizo.

Alumbramiento La dificultad es el poema. Ese permanente hilar y deshilar de sílabas busca paisaje o sesgo orgánico que reanime lo desconocido a nuestro lado. Es lo que punza esta vigilia. No hay tregua tan pronto husmeo el laberinto y la memoria puede durar lo que le toma a un halcón dispararse hacia el follaje incierto. Si los lazos de un sonido a otro no se quiebran, puedo llegar a convertir la travesía en arqueología transparente de Nueva York al Caribe y de ahí al jardín o hacia el ningún lugar de la primavera que se acerca. Mientras tanto, espero. Me acomodo a la gestación. Espero el rayo. Sueño ser fósil dentro de la sombra alimenticia. Allí romperé fuente. Asomará su cabeza una tribu indecible.

321 la comuna de bello

Toda errancia encendida.


Desvío Como estar preñado o cocido en altas llamas bucea un exterior que de embotellamientos dicta cátedra. A campo traviesa sus ojos recrean el portal de sílabas que van a dar a la mar. Muchos dirán que son excusas para el extravío. Muchos lo bautizarán animal de poca monta. Montaje que corrompe a la diosa que contonea su lealtad por la avenida Bolívar. Lo que diga va en serio queridos anfitriones. De lo que calle saldrá un guiso de palabras perdidas para la degustación de sus butacas y sus palcos.

la comuna de bello

322


Pedro Lรณpez Adorno. Imagen de archivo


[Poemas la comuna de bello

324

Puerto Rico. Ensayista, poeta, cuentista y catedrática de literatura. Ha residido en Nueva York por más de veinte años. Su poesía y prosa aparecen en su libro Instrucciones para perderse en el desierto (2004). Su narrativa y poesía han sido publicadas en las antologías Narradoras latinoamericanas en Estados Unidos (2008), Ejército de rosas (2011), Abriendo Caminos: Antología de escritoras puertorriqueñas en Nueva York 1980-2012 (2012). Su poema “Lejana” fue seleccionado por La Casa del Poeta en Puerto Rico para formar parte de su antología Fronteras de lo imposible (2014). Por publicarse su nuevo poemario, “Samsara”. Su obra forma parte del Special Collections Project, Puerto Rican Writers: History and

Sheila Candelario] Context del Centro de Estudios Puertorriqueños, Hunter College, NY. En la ciudad de Nueva York ha leído su obra en el Nuyorican Poets Café, Bowery Poetry Club, Latin American Round Table, Barnes and Noble at Lincon Center además de compartir su obra en festivales en Estados Unidos, Centro y Sur América.


como instrucciones en clave morse para que vida tras vida

l Samsara

Nos encontramos dentro de una prisión; lo único que podemos hacer es creer que somos libres Friedrich Nietzsche

tras vida

tras vida

tras vida olvidar quién fui al reinventarme

mente impredecible creadora impulsa llorar por días pintar poseída escribir agónica mientras callo huyendo del ruido voces estallan en implosión luminosa ahora es ser sólo ser en ese entrar y salir lugares suspensos mis rutas a la negación del ser creado donde lapsos sin recordar palabras culminen en mi perfecta omisión hasta irme de mí misma sin morir sonriendo al abrazar a quien me abrace dando espaldarazos diminutos

325 la comuna de bello

amar lo único que entienda


la comuna de bello

326

Sin tĂ­tulo. De Sheila Candelario


II

III

Extrañeza

Retroreflejos I

Dedicado a las alas de Verónica Durán

Atabey, Isis, Sofía, Magdalena habita el futuro amarrada a arquetipos desterrados para no desbocarse por los precipicios de su abrazo

gocé de tantas vidas en Nueva York, ninguna de ellas mías topé con algunas en el nuyorican con el amor también, a veces Nueva York se vive en plena luz a escondidas algunos celebran la traición bien hecha requisito de admisión, crear desilusiones propias viví miles de vidas en Nueva York, ninguna de ellas mías mardigrás de excesos tomados de manos se juega en Nueva York sin saberse carnada qué importa, la inconsciencia está para eso catálogo de placeres en lobby de rascacielos colgado de árboles orinados en Union Square me lancé de picada a vivir vidas ajenas en Nueva York lejanas a una esencia suave, transparente asmática entre asfalto y plomo adicta a la energía que prespira la humanidad al acecho entre grietas, paranoia sin miradas te endureces en cualquier esquina de Brooklyn voy a mí, en esta vida que no es mía

327 la comuna de bello

tiembla en placer puede ser felicidad se asusta evoca la tristeza con mirada de zapato roto para no perderse en lo desconocido en ese vértigo que llega en cintas de colores comprende el tiempo simultáneo todo existe en la memoria pasados míticos que precisa inventar para no saberse mutación extraña sin nombre en historia que permita el lenguaje de la risa


aquí entre tantos lugares del mundo viví entre diosas, héroes, niños con frío en Nueva York /era ellos sobreviví con dolor de otros para aligerar el mío poetas mueren de cáncer y tristeza Nueva York te acerca a luces milenarias nos dejan su cuerpo descarnado poetas te alumbran la vida sin ser tuya en Nueva York por centésima de segundo, suficiente para creerte salvada ¿dónde estabas en el apagón del 2004? Lejos de tu avión, /Pietri soy de Nueva York aunque no lo sea, mi espíritu es Borikén pero la ciudad de los borrachos de Lorca me acoge en su indiferencia deja que sea todas las que invente ese / día salga o no el sol

la comuna de bello

328


la comuna de bello

329

Sin tĂ­tulo. De Sheila Candelario


IV Anicca (impermanencia) el movimiento incesante de las cosas lleva mi olor, sabor la suavidad de la piel se hace, deshace perece desdobla en acción recuerdo de un ahora me detengo ignorando el engaño uso palabras como ancla esperando relecturas no perturben su constancia permita verme en ellas pero un te quiero ahora no conoce al de ayer en la misma página, la misma tinta, la misma mano el mismo cuerpo fluyo cubierta en cicatrices sin confundir el ritmo de los pasos la rapidez o pereza de su cadencia Sin título. De Sheila Candelario

la comuna de bello

330

siempre presente cuando cambian los mapas así evitar extraviarme en las curvas


atenta al aire que brota a colores que penetran para no perderme en sombras

Poemas de la Florida A mi madre por devolverme a la vida

#1 es que el pozo es hondo ahoga casi con ternura devora horizontes entre murallas de hastío, traga es que el pozo está seco no siente ni anhela, no lee ni traza deja vacía sedienta de ausencia con miedo a la calma es que el pozo me habita desangra mis ganas silencia la calle, la vuelve carroña tras ventana que refugia en encierro es que el pozo no ama ni a la luz, ni a la nada empuja alejar la mano que quiero a despreciar el aliento del alba es noche en la quietud comatosa del cuerpo en la desidia de un reloj que engaña

331 la comuna de bello

del prisma ilusorio de un momento


en el abrazo de un hijo que grita desde esa orilla lejana no hay pozo, vuelve, abre los ojos, habla

VI Lejana Para Cindy, querida hermana Miami, 16 de febrero, 2010

se inserta en visiones remotas instancias presentes en otros lugares como hogar habitado por niño que infatigable columpia en un árbol despierta, desayuna, juega sin ella figura lejana que al volver envejece se opaca, seca, arruga por dentro y mira en espejos por si desvanece como papel deforme en puño corre al auto, regenera

la comuna de bello

332

como lagartija que le ha vuelto la cola sola por naturaleza para ser completa sigue en tren, barco, vuela lejos de todos los suelos que pisa de toda geografía irresuelta conduce sin desbarrancar destinos ella, otra cosa, siempre, otra cosa aún en útero de madre que casi muere al verla


extraña, ignorada por no saber qué hacer con ella rara por perdonar lo insólito, nunca la injusticia lejana, aún desde adentro donde se mira en búsqueda insanable en tránsito a manglares, páramos, siglos milenaria, perpetuamente lejana

VII Autoficción

aunque ame con desquicio, la abrasen en su sueño Para Adál, hermano existencial

techos cobijen sus libros ¿será brújula el espíritu que la aprisiona soy mi propio personaje

la idea inexacta de quien me creo me escribo siendo papel no palabra soy silueta dibujada por lengua de amante oculto soy quien se miente en el abandono de su partida antes que amanezca soy ficción en sofá rojo voz en teléfono de niña perdida en años pidiendo suavecita que venga aunque llueva me imagino sin piel, hecha de aire para no ver mi cara en el espejo ese que se ríe de todos los engaños que siempre le he creído cuando me veo desmedrar sin remedio cuando celebro el reflejo de la belleza accidental o me cambian de color los ojos sin que sean míos inventé una historia que quiere escribirse sola me pide que la deje, mi historia no me necesita

333 la comuna de bello

en tierra que arrastra siempre en sus besos?


no necesita de telas púrpuras en el cuello del silencio de mi casa, ni la silla en la ventana mi historia sabe que existo si me nombro por eso pide que me vaya que la siga de largo por El Barrio donde pretendo vivir que pase de largo por Loisaida sin parar en Umbrella hablar con Adál, bajar la calle de Pedro visitar a Adela aunque el saludo sea

VIII Réquiem A la obra de Roberto Huezo, artista salvadoreño Eduardo Martínez Bonati, artista chileno A los 43 normalistas desaparecidos en México, 26 sept. 2014

¿dónde has estado metida?

y conteste, pues por ahí, y siga de largo

desaparecidos espacios agónicos habitados por tinta

mi historia no necesita de mis pasos

donde líneas gritan en deformadas fosas de lienzo

a personajes, no se les pueden rastrear las pisadas

cuerpos despedazados por lápiz

por eso apareces y desapareces, imperceptible

cabeza sin pertenecer a torso busca su cuello

soy el truco preferido de mi inconsciencia

entre espesas curvas de sangre laminada alambres de púas en muñecas, fueron tantos alambres púas clavadas en incontables manos latinoamericanas inmortalizadas quedan aguerridas vidas desnudas

la comuna de bello

334

doliendo más allá del amor, de la historia no me ves abrazada a tus manos atadas entrañable cadáver de ojos abiertos


ruegos de amor no paran bombardeos así, desvanezco, muero entre los dedos de repente me toma la mano una madre en su parto convidan novios casados bajo ruinas

Invencibles

en un invicto techo surge un triángulo rojo Al Pueblo Palestino

Hoy, mi cuerpo fue una masacre televisada. Hoy, mi cuerpo fue una masacre televisada que tenía que caber en audio digital y límites de palabras… R afeef Ziadah

una franja negra, blanca, verde comparten ondulantes a los vientos su secreto aquello que Alá hace siglos les recuerda, les repite Palestina es Indestructible

se cuela todo por los dedos minúscula pérdida colateral la vida furia amenazante la inocencia de un niño madres, abuelas, brujas responsable de la plaga Gaza se escurre entre los dedos entre las lágrimas de horror del infante en el cuerpo incinerado de la anciana como canción de cuna que abraza al niño pateado hecho ceniza entre mis manos cuela por los dedos un grotesco genocidio devela el racismo sionista el odio desmedido del avaro

335 la comuna de bello

escombros pulverizan entre dedos


VIII

donde el vértigo asienta duda

Abandono

si es mi ausencia que se resguarda

caemos de un banco astillado

allí, donde hombres ya no esperan

eleva la dulzura

ves, es que he vivido tanto

que en su quietud lo borra todo

tantas esperas como un reloj borgeano

objetos, colores, la luz, la sombra

que infinitamente apunta a la ficción

sólo vislumbra un remoto vacío

de creernos verdaderamente vivos

y una antorcha chispeante que no se apaga esperando ausencias no hay geografías ni dos, ni uno más uno todo coincide en un respiro que desconoce su origen como el amor innombrable

la comuna de bello

336

donde desvanecen cinturas en beso inacabable suave como vaho de verso al ritmo de una hamaca desmentimos el tiempo pero el instinto lleva al banco de madera

o la de todas las soledades del mundo


la comuna de bello

337

Sin tĂ­tulo. De Sheila Candelario


[Poemas la comuna de bello

338

Poeta y creadora de libros hechos a mano. En 2012, Yarisa fue seleccionada para participar en la Cumbre Internacional de Voces Globales Online, celebrada en Kenia. En 2009, obtuvo la residencia para escritores otorgada por la Fundación Cropper en Trinidad y Tobago. Recientemente recibe la beca BRIO, otorgada por el

Yarisa Colón Torres] Bronx Council for the Arts. Yarisa enseña literatura caribeña y ofrece tutorías de escritura en Lehman College, CUNY.


(Ese truco también me lo enseñó él) Que no te asombre el cielo

Viento

los que más hablan también tiemblan

A temprana edad

saluda lo que tu piel sienta

besa lo que la mirada dispare

mi padre me presentó el fuego y la tierra Aprende de los que fingen Compartió algunos secretos

para que seas más honesta

y me escondió los más poderosos

y si llega un pájaro herido

para que yo creciera

anídalo donde amanezcas

Me habló del tiempo de los frutos

No te obligues a nada, Viento

y de las semillas que sobreviven en la maleza

vuela cuando tú quieras

No me crió enjaulada porque a los pitirres se respetan, decía perdido en su Yunque que atormentan Ahora que estoy lejos y lo extraño porque envejece y porque conozco mejor el dolor intento seguir volando para que el amo empequeñezca

339 la comuna de bello

soñando los sueños


al silencio del mar para que los nuestros descansen

Pon tu cabeza aquí Sobre esta piedra me enfrento al mar

Si tú ofreces el tiempo yo te daré el soplo

de cárceles hombres

Deja que tus raíces viajen con los pájaros

huesos

y le pinten los labios al viento que nos hila

polvo Lo que alguna vez pesó para que tus raíces cuenten lo que ellos ocultan

sobre tu espalda

aquí las suelto

se disolverá entre los muertos vivos

Mira cómo se trepan unos encima de otros

Escucha tu pulso

pisoteando el ardor

los latidos

mutilando las lenguas

la comuna de bello

340

en nombre de la paz

Cantémosle al desarraigo

Pon tu cabeza aquí

Toma este puñado de sueños y cenizas

escucha los latidos

riégalo por la tierra

Ellos queman los sembradíos

La voz saldrá

hacen del agua una carnada

de verás

Mira como estas manos lanzan el veneno


Llamo a la voz a la voz en llamas

Recojo rojo De todas de las hojas anchas y pequeñas de las recién nacidas y las secas extraigo el color que alimenta el bastón de las viejas de toda la gráfica entintada y esparcida por la tierra de las venas que corren hacia la fiesta de los latidos fibras y frutas frescas saco el líquido oloroso que me monta alza eleva enterrándome en las letras que no canjean agua por sed de todas las vasijas elegidas por las cuevas de los códices del alcohol y la madera de las carnes y del chorro entre las piernas recojo rojo y me pinto los talones para subir la cuesta porque del rojo soy hija del cuerpo sin orillas que seduce y engendra la oscuridad con su candela

341 la comuna de bello

Oro


la comuna de bello

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la comuna de bello

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Yarisa Colรณn. Imagen de archivo


[Poemas la comuna de bello

344

Ponce, 1976. Estudió una maestría en Economía en la Universidad de Puerto Rico. Se encuentra realizando estudios doctorales en Economía en los Estados Unidos. Ha publicado cuentos y poesía en revistas como El Sótano 00931 (2001); Encuentro (1997); Desde el Límite (2002); Letras Salvajes (2004); Borinquen Literario (2004); Hostos Review (2005); Aullido (2006); Prometeo Digital (2006); Los Poetas del Cinco (2007) y Baquiana (2007). Obtuvo premios en los certámenes del ICPR Junior College, Universidad de Puerto Rico en Ponce, Universidad Politécnica de Puerto Rico, Círculo Jaime Marcano, Certamen del Círculo de Recreo de San Germán, Pen Club de Puerto Rico y el Certamen de Poesía Olga Nolla. Fue Director de la revista El Sótano y Coordinador General de los encuentros de (De)Generacio-

Julio César Pol] nes. Es editor de la antología Los rostros de la Hidra (2008) con las casas de Isla Negra Editores y Ediciones Gaviota. Sus primeros libros La luz necesaria (2006) e Idus de marzo (2008), fueron publicados bajo el sello de Isla Negra Editores.


Mardi Gras cĂłmo no los gordos pasan trabajo en el amor se esfuerzan en sus deseos comprimen sus dos moles como dos universos que estallan al contraerse dejan el cuello en amaĂąos mortales no se sacian en el exceso consiguen pliegues donde sostenerse para no quedar extraviados en los abismos del otro se sostienen a su amor con fuerza hasta quedarse deslumbrantes perfectamente glaseados sin aliento rendidos entre los sudores del otro

345 la comuna de bello

trabajan duro en sus anhelos


la comuna de bello

346


la comuna de bello

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Julio CĂŠsar Pol. Imagen de archivo


Nirvana en celo

Todo ese rollo de no echar barriga y de mantenerse en forma está acabando con la diversión… Jack Nicholson

Yo al contrario deliro en cada uno de tus kilos No cambio lo más por lo menos Hago de tus estrías árboles relámpagos líneas tórridas de celo Atrapo la curva de tu muslo de tu cintura infinita en mi mano o intento

la comuna de bello

348

me vuelco con la misma única curiosidad La intemperancia la mía es hallar en ti algo más


Es peligroso Asesina la imagen del escritor

El poeta El poeta obeso levanta sospechas quiebra sillas en los recitales Lee poesía con voz entrecortada fatigado por la faja Sobre su paso de viejo lento

muertodehambre Jamás le des la espalda al poeta obeso Desconfía Porque su falta de mesura es su intención

lo antecede su panza planetaria como carta de presentación Obrero de la palabra atrincherado no por lo que le falta sino por lo que le sobra

por una ración generosa de patatas con carne Discute con pasión temblorosa Con tenedor en mano con cuchillo la poesía

349 la comuna de bello

Desdeña un buen libro


la comuna de bello

350


“Still” del vídeo El hombre de Islote (2009). De Marxz Rosado


Imagen de archivo


[Coda:La última reja]

353 la comuna de bello

Hace apenas tres días, el 9 de marzo, nacía exactamente hace un siglo el poeta Francisco Matos Paoli. En su Diario de un poeta, libro extraordinario y, por desgracia poco conocido, escribe obsesivamente sobre lo que significa el quehacer poético, la relación del hombre y la mujer con la palabra densa, alucinada, comprometida con sus complejidades. En un pasaje establece el estrecho marco de acción de los escritores de nuestro país y expresa con dolor la naturaleza de sus límites: La economía de Puerto Rico, de índole colonial, no solamente afecta a los escritores nativos desde el punto de vista nacional, sino que también opera como el primer factor de nuestro desconocimiento internacional. La política imperialista propende al vacío cultural y a la enajenación del espíritu de un pueblo. Puerto Rico, hoy en día, es un pueblo sin voz. Y si existe la voz, esta se alarga en el desierto de la incomunicación… Si la poesía parte de un reconocimiento propio, de un anhelo de identificación espiritual, ¿qué gloria literaria espera al escritor puertorriqueño negado en su raíz, saqueado en su impronta universal, falsificado preponderantemente por esta economía colonial que nos agarrota el alma? Necesitamos, pues, de la soberanía de pueblo libre si es que queremos hacer de la poesía una participación colectiva, una empresa de sociedad vinculada al mundo en un sentido de creador auténtico. (Francisco Matos Paoli, Diario de un poeta, tomo I, págs. 56-57).


Lalo Osuna Rivera Cabán Nieves Mercado Vázquez Ambroggio la comuna de bello

354

La reflexión del poeta me hace recordar una anécdota que muestra trágicamente nuestra condición. Esta ofrece tanto una idea de los logros de nuestra cultura como de las dimensiones del proceso de borradura que las culturas del Caribe, y más aún la de una nación como la nuestra que todavía queda entorpecida para autorrepresentarse, han sufrido a lo largo de la historia. En 1858 un joven pintor puertorriqueño llega a París. Francisco Oller estudia con Gustave Courbet, asiste a los talleres libres, sobrevive cantando arias italianas por los cafés y pasando el sombrero. Ya en 1859, expone junto a Monet y Renoir en lo que serán las primeras manifestaciones de un movimiento artístico de alcance mundial, el impresionismo, del que en la época es un miembro indiscutible. Este protagonismo queda demostrado por un hecho. Oller es amigo de Camile Pissarro, el maestro impresionista había nacido en 1830 en el Caribe, en Saint Thomas, que entonces era una colonia danesa. Su padre era judío sefardí y su madre dominicana, y en 1852 había viajado a Venezuela. No sorprende que el puertorriqueño, en sus primeros tiempos en Francia, gravitara hacia alguien con quien compartía pasión artística, región y lengua. Oller presentará a Pissarro un joven taciturno que más tarde servirá de eslabón entre el postimpresionismo y el

arte moderno. Pissarro consigna en su diario cómo un día llegó Oller a visitarle trayendo con él a Paul Cézanne. Este encuentro entre los dos franceses (o el que se dio entre dos caribeños y un francés, pero de esta forma no será consignado en las historias oficiales) inaugura un proceso que redefinirá la historia del arte. Sin embargo, esta presencia irradiante de nuestra región quedará opacada por el origen “francés” de Pissarro y Cézanne, y por la incógnita absoluta de la procedencia de Oller. En ninguna de las historias del impresionismo que he consultado se menciona siquiera una vez a Francisco Oller. Uno de los protagonistas del relato se ha convertido en fantasma. Esto es la invisibilidad, el mecanismo de dominio que destaca o silencia, que ensalza o deforma, que condena en palabras de Francisco Matos Paoli al “desierto de la incomunicación”. Pero desde tiempos inmemorables ha habido otras fuerzas. La familia de lenguas indígenas más extendida en América es la arahuaca. Desde el sur de la Florida pasando por las Antillas mayores y menores, atravesando la costa norte de Suramérica y el Amazonas hasta el sur de Brasil y el extremo norte de Argentina, las etnias hablantes de formas del arahuaco establecieron una zona de influencia incomparable en la historia de América. Sin embargo, como en el caso del pintor Oller, la naturaleza del significado queda oculta y es común aún menospreciar su importancia a diferencia de lo que ha ocurrido con otras culturas precolombinas. A la larga en nuestra región, las huellas se desfiguran y el camino recorrido desaparece. En el Caribe, en


“”

Los caribeños somos innumerables Ulises pugnando por encontrar a innumerables Ítacas

Por esta calle se va a Ítaca y en su rumor de voces, pasos, sombras, cualquier hombre es Ulises. Grabado entre sus piedras se halla el mapa de esa tierra añorada. Síguelo. […] Aquellas nubes vienen de su mar, contémplalas; son más puros los cielos de las islas. Por esta calle, en cualquier auto, hacia el norte o el sur se viaja a Ítaca. En los ojos de los paseantes arde el fuego; sus pasos rápidos delatan el exilio.

[…]

A ese mar no se miente. La furia de sus olas todo lo hace naufragio. Pero no te amilanes. Demuéstranos que siempre fuiste Ulises.

Otro gran poeta, el puertorriqueño Manuel Ramos Otero, escribió en los versos finales de su poema Kavafis:

Piensa que ningún compañero compartirá tu soledad, pero además, camino a Borikén tu barco cruzará con otro barco rumbo a Ítaca, y sabrás que vuelven los guerreros, que sólo reposaron en el puro gozo de la carne. Y si al llegar, Borikén es la misma que te obligó al exilio, sacrifícala; sólo de cuna y tumba te ha servido la tierra, y entre ambas, un hombre entre los hombres ha cultivado arrugas en la nada. No habrás perdido tiempo deshilvanando tiempo, volviendo a Borikén has vuelto hasta tu centro; Borikén es el nombre que te dieron los dioses.

355 la comuna de bello

el Gran Caribe que se extiende más allá de las islas y penetra el continente, es fácil, perderse en la densidad de las sombras propias y en las impuestas desde lejos. Los caribeños somos innumerables Ulises pugnando por encontrar a innumerables Ítacas. No es casual que la imagen de la ciudad de la Odisea aparezca frecuentemente en las literaturas de la zona. Eugenio Montejo, el gran poeta venezolano ha escrito:


“”

La invisibilización de nuestros ancestros literarios es imposible de justificar

Quizá nunca, o acaso lo haremos cuando sea ya demasiado tarde, arribemos a Ítaca en el mar común en que según Palés Matos “las islas quedan más aisladas”. Pero como para Ulises, la pérdida y la aventura serán nuestra justificación y nuestras huellas tenues, amenazadas por la borradura del viento de la historia, serán los materiales de nuestro alfabeto. Existe un brevísimo y extraordinario poema de Gustavo Pereira; tiene dos versos y contiene la dirección de cualquier camino: Mi camisa he resuelto ser libre Acudo a ti como a la última reja.

la comuna de bello

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No sé si los que componemos hoy la delegación puertorriqueña a la Feria Internacional del Libro de Venezuela merecemos el puesto que debió corresponder a muchos de nuestros antepasados. Sé, sin embargo, que la marginación, la desmemoria, la invisibilización de nuestros ancestros literarios es imposible de justificar. Por ellos, con ellos, estamos aquí y ahora ante ustedes en Caracas. De la fuerza y el testimonio de su obra y del dolor de su ninguneo, nace la nuestra. Por nuestros muertos es-

tamos aquí y somos felices al comprobar al fin que sus palabras son leídas sin prejuicios. Por fin se aquilata lo que nuestra palabra tiene de empecinamiento, de voluntad, de dureza. Por fin se percibe la humanidad honda y trágica que contiene la literatura de una isla doblemente conquistada. Amigos de Venezuela, amigos de América, amigos del mundo, estamos ante ustedes armados con la fuerza de nuestras palabras que han sido imposibles de silenciar, con todo el volumen humano que contienen, sabiendo que junto a las de otros pueden servir para redefinir el mundo; que en ellas, como en cualquier enunciado denso y luminoso, residen el pensamiento y la belleza. Este no es nuestro primer viaje ni será el último. Desde hace siglos estos han sido nuestros litorales, nuestro sol, nuestros aromas, nuestro olvido y nuestras palabras. “Todos los poetas son judíos”, dijo Marina Tsvietáieva, y esta frase sirvió de epígrafe a un poema memorable de Paul Celan. Todos los poetas son también arahuacos, puertorriqueños y venezolanos. Ni el Caribe ni la experiencia humana tienen fronteras. Hoy, aquí en Caracas, un grupo de escritores puertorriqueños demuestra que las conquistas vencen pero no avasallan, que la humanidad que nos pertenece por igual a cualquier pueblo es más grande que la


Lalo Osuna Rivera Cabán Nieves Mercado Vázquez Ambroggio historia padecida. Estamos aquí, pisando esta tierra, es imposible decir que no existimos. Gracias Venezuela por albergarnos, por reconocer de esta manera la fuerza sobrecogedora de nuestra mirada y nuestra lengua. Llegamos así, por fin, más allá de la última reja.

Eduardo Lalo

*Leído en la inauguración de la Feria Internacional del Libro de Venezuela que tuvo a Puerto Rico como país invitado, el 12 de marzo de 2015.

la comuna de bello

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Lectores sin poder, lectores de la ciudad que ha muerto. De Eduardo Lalo


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