Los Siete Pilares Espirituales

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LOS SIETE PILARES DE LA VIDA ESPIRITUAL DE UN CATÓLICO EN VICTORIA ¿QUE TENGO QUE HACER SEÑOR? UNA COSA TE FALTA, ANDA…LUEGO VEN Y SÍGUEME Sn Marcos 10 La colaboración cristiana es cuando decidimos desde nuestra libertad dar un SÍ a Dios.

Es necesario recordar que como cristianos en Victoria hemos sido llamados a la Santidad, lo santo es lo distinto, lo selecto, lo que se distingue, lo escogido y consagrado para Dios, el Apóstol Pablo en su carta a los Colosenses en el capítulo 3 nos recuerda que Dios nos ve como sus santos y amados, somos los elegidos del Señor y por tal razón nuestra vida debe testimoniar coherentemente dicha vocación.

Orígenes, teólogo cristiano De la Iglesia primitiva distingue dos tipos de cristianos: a) ALMAS COMUNES Las que más abundan, aquellas que no buscan trascender, se conforman con los mínimos sin adquirir compromisos, carentes de esfuerzo y valentía. Se distinguen, pero por el conformismo, este grupo es conformado por los católicos comunes, de acciones regulares sin respuesta al llamado.

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b) ALMAS SELECTAS (COMPROMETIDAS) Las que menos abundan, son un grupo reducido en busca de la santidad y por ello se distinguen, son aquellos católicos que asumen compromisos, que libremente responden al llamado y con valentía, radicalidad, convicción y determinación dicen como cita el profeta Isaías en el capítulo 6,8 “Heme aquí: envíame” Un alma selecta es la que da una respuesta en espíritu y verdad, es aquella que: • desea una vida espiritual con Cristo: Ser discípulos legítimos suyos • pone su complacencia no solo en orar, sino en amar (Poner en práctica lo que se ha recibido) • profesa autenticidad de vida, sin hacer comedia • Busca parecerse a Dios, por el amor, imitando a Cristo • Profesa, que la vida del cristiano, en su totalidad, debe estar unida a Dios, en Cristo, en una oración continua, por eso: Continuamente invocan al Padre, alabando a Dios, con el corazón y con los labios.

• Continuamente, invoca el nombre de Jesús, en su trabajo diario, porque sirven al Verbo de Dios, al hacer cualquier obra.

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Participa de los trabajos de Cristo (Santificar la humanidad), es decir: La vida entera de estos, es oración, o al menos, busca serlo.

Defiende los momentos destinados al trato íntimo, retirado y a solas con el Señor BUSCA ORAR, para vencer, los elementos que quieren implantar su tiranía en nosotros: Contra la carne y la sangre (Carne) Contra las pruebas humanas (Mundo) Contra los espíritus malos (Demonio)

¿Con la ayuda de estas características puedo entonces evaluar qué tipo de alma es la mía, Común o Selecta? ¿Qué tipo de alma quiero ser y que me falta para lograrlo? ¿Qué tengo que hacer Señor?

Recordemos que el carisma de la GFMEV es la santificación de la familia, por lo tanto, se procura una transformación del alma hacia la Santidad que implica dejar de ser almas comunes para ser almas comprometidas, sea como mujer u hombre en victoria y especialmente desde la vida conyugal, un cristiano no solo vive para llegar a ser santo, un alma selecta es santa para poder vivir la eternidad, vocación por excelencia de una familia en Victoria.

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La santidad nos invita a un camino de conversión, como católicos en victoria somos llamados a ser auténticos discípulos de Cristo, en constante formación aprendiendo la sana doctrina y caminando junto a la iglesia peregrina en unidad y fidelidad como esposa de Cristo El anhelo por alcanzar la santidad y las promesas de vida eterna dadas por Cristo a los discípulos debe llevarnos a buscar la unidad, es la unidad con Cristo la única manera de permanecer en El y El con nosotros, es la unidad de Cristo con la iglesia la que nos fortalece, es solamente en Cristo donde hallamos el vínculo de la perfecta unión, el amor.

San Juan 17 3 esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo. 4 yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste realizar…21 para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.

Los últimos años hemos meditado a profundidad la propuesta de un camino de conversión desde las asambleas y formaciones de nuestras comunidades conocido como el A B C de la GFMEV sin embargo el

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Espíritu Santo ha inspirado desde el corazón de nuestro movimiento por medio de la oración de Intercesión una propuesta que nos invita a cada miembro a trascender en nuestra espiritualidad estableciendo pilares de Fe que nos permitan edificar sobre bases sólidas que impidan colapsar nuestra fe, esperanza y amor.

La importancia de los pilares sobre los que debe estar edificada la vida de un cristiano en victoria la encontramos en San Mateo 7,24-25 «Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: Cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca.

Los cimientos débiles de un edificio quedan en evidencia cuando se someten a una prueba de esfuerzo y de igual manera se expone nuestra debilidad espiritual cuando enfrentamos pruebas de salud, finanzas, fidelidad entre muchas que exigen de nuestra confianza en Dios y es ahí cuando nos percatamos de la necesidad de fortalecer los pilares que soportan nuestra espiritualidad. Cristo es la roca sobre la que debe estar cimentada nuestra Fe y es también la viga que sujeta los pilares de nuestra espiritualidad.

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A Cristo le hallamos en la “LA SANTA EUCARISTIA”. En tiempos bíblicos se utilizaba una piedra angular como la base sobre la cual se construía un edificio y este se ajustaba en sus ángulos a la piedra de base, el profeta Isaías hablaba del Mesías como la Piedra Angular.

I Pedro 2,3–6 3 si es que habéis gustado que el Señor es bueno. 4 acercándoos a él, piedra viva, desechada por los hombres, pero elegida, preciosa ante Dios, 5 también vosotros, cual piedras vivas, entrad en la construcción de un edificio espiritual, para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales, aceptos a Dios por mediación de Jesucristo. 6 pues está en la Escritura: He aquí que coloco en Sin una piedra angular, elegida, preciosa y el que crea en ella no será confundido.

La eucaristía es cimiento y viga, soporta y une, sostiene los pilares de nuestra espiritualidad - (CCE 1324): LA EUCARISTÍA: Es “Fuente y culmen de toda la vida cristiana” (LG 11).

“Los demás sacramentos, como también todos los ministerios eclesiales y las obras de apostolado, están unidos a la Eucaristía y a ella se ordenan. La sagrada Eucaristía, en efecto, contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua”

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“Y, COMO PROLONGACIÓN DE LA MISMA”: “LA ADORACIÓN A JESÚS SACRAMENTADO” Como miembros de la GFMEV y fieles adoradores eucarísticos es muy importante manejar claramente este concepto, la adoración eucarística es una prolongación de la eucaristía, no la sustituye ni la antecede, sino que la prolonga, es indispensable vivir la eucaristía como parte de nuestro camino de conversión.

PRIMER PILAR. PRACTICA DE LOS SACRAMENTOS A TRAVÉS DE LA LITURGIA: (CELEBRAR LA FE) La Liturgia, es cumbre y fuente de la vida eclesial - No obstante, la Liturgia es la cumbre a la cual tiende la actividad de la Iglesia y al mismo tiempo la fuente de donde mana toda su fuerza. Pues los trabajos apostólicos se ordenan a que, una vez hechos hijos de Dios por la fe y el bautismo, todos se reúnan para alabar a Dios en medio de la Iglesia, participen en el sacrificio y coman la cena del Señor. Por su parte, la Liturgia misma impulsa a los fieles a que, saciados "con los sacramentos pascuales", sean “concordes en la piedad”; ruega a Dios que "conserven en su vida lo que recibieron en la fe", y la renovación de la Alianza del

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Señor con los hombres en la Eucaristía enciende y arrastra a los fieles a la apremiante caridad de Cristo.

Por tanto, de la Liturgia, sobre todo de la Eucaristía, mana hacia nosotros la gracia como de su fuente y se obtiene con la máxima eficacia aquella santificación de los hombres en Cristo y aquella glorificación de Dios, a la cual las demás obras de la Iglesia tienden como a su fin. (SC.10) Es necesario que como matrimonios en Victoria vivamos el sacramento del matrimonio y lo defendamos desde nuestro testimonio, la mejor manera de invitar a vivir como esposos es librando de la mano de Cristo cada día las batallas y con El alcanzar la Victoria, son dos mejor que uno y la cuerda de tres hilos no se rompe.

Un hombre, una mujer, un joven, un novio y un niño en Victoria sabe que es un alma selecta, escogida por Dios para la santidad y por ello no duda en mantener su cercanía con Dios, saca provecho de la amistad con Cristo y busca la reconciliación mediante el sacramento para el perdón de los pecados que por más rojos que sean en la reconciliación quedan blancos como la nieve. Un alma selecta reconoce que es templo del Espíritu Santo recibido en el bautismo y actúa siempre como tal, un alma selecta confirma la Fe De la Iglesia y reconoce en ella el Orden Sacerdotal mediante el cual actúa Cristo por el Espíritu Santo en favor De la Iglesia.

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CCE 1123 «Los sacramentos están ordenados a la santificación de los hombres, a la edificación del Cuerpo de Cristo y, en definitiva, a dar culto a Dios, pero, como signos, también tienen un fin instructivo. No sólo suponen la fe, también la fortalecen, la alimentan y la expresan con palabras y acciones; por se llaman sacramentos de la fe» (SC 59).

CCE 1134 El fruto de la vida sacramental es a la vez personal y eclesial. Por una parte, este fruto es para todo fiel la vida para Dios en Cristo Jesús: por otra parte, es para la Iglesia crecimiento en la caridad y en su misión de testimonio.

SEGUNDO PILAR. VIDA DE ORACIÓN Y PALABRA DE DIOS: 2.1 VIDA DE ORACIÓN: muchos santos de nuestra iglesia tenían una vida de oración, su día a día estaba colmado de oraciones, tal es el caso de San Juan Bosco.

La Oración: Es un impulso del corazón, una sencilla mirada lanzada hacia el cielo, un grito de reconocimiento y de amor, tanto desde dentro de la prueba, como desde dentro de la alegría. (Santa Teresa del Niño Jesús).

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La oración, es la elevación del alma a Dios, o la petición al Señor, de bienes conformes a su voluntad, es siempre un don de Dios, que sale al encuentro del hombre. La oración cristiana, es relación personal y viva de los hijos de Dios, con su Padre, infinitamente bueno, con su Hijo Jesucristo, nuestro redentor, y con el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que habita en nuestros corazones, es decir: La Oración, es una Relación de amor, con Dios uno y trino.

NECESITAMOS CONOCER DE DIOS, TENER INTIMIDAD CON EL SEÑOR (DESDE SU PALABRA), POR MEDIO DE LA ORACIÓN. Santo Tomas de Aquino dice que aprendió más a los pies de Cristo que en todos sus estudios Cristo mismo que es nuestro modelo por excelencia a seguir nos enseña el valor de la oración para un cristiano en Victoria, ante cada decisión Cristo ora, para cumplir la voluntad del Padre Cristo ora, para dar gracias Cristo ora, para bendecir Cristo ora, al anochecer Cristo ora, al amanecer Cristo ora, Cristo ora una, dos y tres veces, el capítulo 17 de San Juan que mencionábamos al inicio es conocido como la oración de Jesús, en él se muestra como Jesús ora por sí mismo, ora por sus discípulos y ora por los creyentes

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“Velad y Orad para que no caigáis en la tentación, porque el Espíritu está pronto, pero la carne es débil” (San Mateo 26, 41).

El sentido de un texto no se conoce únicamente a través del estudio, sino que se descubre mucho mejor con la oración. Aquél que ha inspirado a los autores sagrados, puede inspirar a su intérprete.

Dice San Agustín: “No te acerques a las palabras misteriosas de la Escritura sin oración, sin pedir la ayuda de Dios. Di: Señor, concédeme sentir el poder que está en ellas”. “Considera la oración como la llave para descubrir la verdad en las Escrituras”.

2.2 PALABRA DE DIOS: NECESITAMOS UNIDAD CONSTANTE Y PROFUNDA CON LA PALABRA DE DIOS. ¡Salmo I…Dichoso el hombre que se complace en la ley de Yahveh, su ley susurra día y noche!

“Escrutad las escrituras ya que creéis tener en ella vida eterna, ellas son las que dan testimonio de Mí, y vosotros no queréis venir a Mí para tener vida” (San Juan 5,39) En las escrituras encontramos las palabras de vida eterna que solo Dios tiene para nosotros, el estímulo de cada día necesario para enfrentar el día bueno y el día malo está contenido en las escrituras, quien escruta la palabra se encuentra con Cristo.

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“No solo de pan vive el Hombre sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios” (Dt. 8,3; Mt 4,4) “Las escrituras son fuente de vida porque nos transmiten la palabra de Dios” (Dt.4,1; 8,1; 30,15-20; 32, 46s; Ba, 4-1; Sal 119).

El sentido de unidad con la palabra de Dios debe ser espiritual. La inteligencia humana no puede por sí sola llegar a comprenderlo.… es necesario atravesar la historia interior que se nos ofrece en los libros sagrados, sobre todo en los del Antiguo Testamento, para penetrar hasta el misterio espiritual que se encuentra escondido en ella y realizado plenamente en la vida de Nuestro Señor Jesucristo en modo particular en el Nuevo Testamento.

“Nuestro Señor Jesucristo es el Centro y el Fin de las escrituras” (Jn.1,45; 2,22; 5,39,46; 12,16,41; 19,28,38;20,9) - Severiano de Gábala, autor sirio de fines del siglo IV, comenta así las palabras de Cristo: - “Escrutad las Escrituras no con una lectura frívola, sino investigad, examinad, estudiad la profundidad de sus sentencias. Dios, en efecto… ha velado el sentido de sus profecías; Él nos ha dado las Escrituras, pero sin desvelar su interpretación escondida, sino que más bien ha dejado ésta al celo disciplinado de tus esfuerzos, con el

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fin de ejercitar tu inteligencia y de comprobar si tu sirves a las Escrituras o si las fuerzas”.

TERCER PILAR. AYUNO DEL CORAZÓN (SINCERO): El ayuno es un ejercicio de disciplina en el que sacrificamos nuestros placeres carnales, mediante el ayuno se lucha contra los demonios meridianos de la concupiscencia de la carne. El ayuno es una fórmula para combatir esos pecados dominantes que buscan alejarnos De Dios y socavar nuestra espiritualidad.

El ayuno sincero es aprender a NEGARME, no todo nos lo podemos permitir, todo lo podemos hacer mas no todo nos conviene (1 Corintios 6,12).

El ayuno es el pilar que fortalece la construcción de un espíritu sincero y valiente, recordemos que la carne es débil.

El ayuno está relacionado con la práctica de la virtud cardinal de la Templanza y con uno de los frutos del Espíritu Santo conocido como dominio propio, un alma selecta no duda en practicar el ayuno pues sabe desde las escrituras que concede fortaleza especial para combatir demonios y pecados (Sn Mateo 17,21) Por medio del ayuno le decimos no al demonio, no al mundo y no a la carne para decirle Si a Cristo. Mortificar la carne es evitar la burguesía.

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Si se logra superar una tentación no es por las propias fuerzas, es por la gracia De Dios, al hablar de ayuno sincero, el que proviene del corazón es necesario tener cuidado con LA HIPOCRESÍA Es el pecado denunciado con mayor fuerza por Dios, a lo largo de todas las Sagradas Escrituras.

- “«Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno sea visto, no por los hombres, sino por tu Padre que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará”. (San Mateo 6,1-8.16-21) Por hipocresía el hombre desplaza a Dios, relegándolo a un segundo puesto, y colocando en el primer puesto a la criatura (Pecado original), es decir: El hombre guarda la apariencia (Vive de la apariencia), (Se fija solo en lo externo), mientras Dios: (Mira el corazón del hombre), (Elección del rey David, por el profeta Samuel). Cultivar la apariencia más que el corazón, es dar más importancia al Hombre que a Dios.

La hipocresía No solo es una falta de (FE) - (Adhesión total de la persona a Dios), es también una falta de

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(CARIDAD), caridad fraterna, el cual es el único mandamiento esencial para la salvación del hombre, la Hipocresía reduce a la persona a meros ADMIRADORES, ya que no reconoce en ellos (su propia dignidad), sino que ve al otro solo en función de su propia imagen, por eso Nuestro Señor Jesucristo juzga este pecado fuertemente al decir: “Han recibido su propia recompensa”, Recompensa que viene a ser una realidad ilusoria, ya que: La Gloria: “Huye a quien le sigue y sigue a quien le huye”.

Pedimos ante el altar a los pies de Jesús Sacramentado que podamos trascender en la práctica de los sacramentos que fortalecen y santifican al hombre y a la iglesia, que nuestra vida se desarrolle unida a Cristo en medio de la oración constante, perseverante, humilde y cimentada en la Fe con convicción pues el Señor ha dicho “clama a mí y te responderé”.

Concédenos Señor encontrarnos en la lectura constante de las sagradas escrituras con el pan de la palabra que alimenta y nutre nuestro espíritu, Señor solo tú tienes palabras de vida eterna.

Que la práctica del ayuno nos permita fortalecer nuestro espíritu para alcanzar la gracia santificante que tienes para nosotros en tus promesas.

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CUARTO PILAR. ADORACIÓN EUCARÍSTICA: La adoración eucarística es una prolongación de la celebración eucarística, este concepto es fundamental tenerlo claro más aun desde la práctica continua en nuestras asambleas de la exposición y adoración eucarística, es necesario vivir la eucaristía y que la adoración en las asambleas u horas santas a las que participemos sean una extensión de la vivencia eucarística.

La adoración es la contemplación con el corazón de la majestuosidad del amor de Dios.

La adoración eucarística no se puede reducir al tiempo en el templo, debe quedar en mi la imagen de Cristo y llevarla permanentemente a todo lugar a toda actividad.

La adoración eucarística debe convertirse en un espacio de recarga espiritual para avanzar en la vida.

En todas las manifestaciones litúrgicas Cristo se manifiesta de manera exclusiva, pero en la eucaristía se presenta de manera EXCELENTE. La presencia excelentísima del Señor se debe valorar, respetar y defender para encontrar el verdadero sentido de nuestra vida y misión.

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La adoración eucarística es un tiempo de abandono, “venid a mí los cansados” dice el Señor y es así como muchas veces llegamos a sus pies, cansados, cargados, pero de allí salimos ligeros y aliviados pues Cristo nos descansa por medio de la adoración, es el momento en que como dice en San Juan 15,4–5 El permanece en nosotros y nosotros en EL “El tiempo que pasamos con Jesús en el Santísimo Sacramento del altar es el tiempo mejor invertido” Santa Teresa de Calcuta.

Visitando a Jesús en la adoración eucarística es la mejor manera de conocer de Cristo, San Juan 10,14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí…….

Señor yo creo, pero aumenta mi Fe. Leamos y aprendamos lo que nos enseña el Catecismo de la Iglesia Católica acerca de la Eucaristía: CCE 1373 “Cristo Jesús que murió, resucitó, que está a la derecha de Dios e intercede por nosotros” (Rm. 8,34), está presente de múltiples maneras en su Iglesia (cf. LG 48): en su Palabra, en la oración de su Iglesia, "allí donde

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dos o tres estén reunidos en mi nombre" (Mt 18,20), en los pobres, los enfermos, los presos (Mt. 25,31-46), en los sacramentos de los que Él es autor, en el sacrificio de la misa y en la persona del ministro. Pero, “Sobre todo, (está presente) bajo las especies eucarísticas” (SC 7).

CCE 1374 El modo de presencia de Cristo bajo las especies eucarísticas es singular. Eleva la Eucaristía por encima de todos los sacramentos y hace de ella "como la perfección de la vida espiritual y el fin al que tienden todos los sacramentos" (Santo Tomás de Aquino, Suma teología 3, q. 73, a. 3). En el Santísimo Sacramento de la Eucaristía están "contenidos verdadera, real y substancialmente el Cuerpo y la Sangre junto con el alma y la divinidad de nuestro Señor Jesucristo, y, por consiguiente, Cristo entero" (Concilio de Trento: DS 1651). «Esta presencia se denomina "real", no a título exclusivo, como si las otras presencias no fuesen "reales", sino por excelencia, porque es substancial, y por ella Cristo, Dios y hombre, se hace totalmente presente» (MF 39).

El culto de la Eucaristía.

CCE 1378 En la liturgia de la misa expresamos nuestra fe en la presencia real de Cristo bajo las especies de pan y de vino, entre otras maneras, arrodillándonos o inclinándonos profundamente en

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señal de adoración al Señor. “La Iglesia católica ha dado y continúa dando este culto de adoración que se debe al sacramento de la Eucaristía no solamente durante la misa, sino también fuera de su celebración: conservando con el mayor cuidado las hostias consagradas, presentándolas a los fieles para que las veneren con solemnidad, llevándolas en procesión en medio de la alegría del pueblo" (MF 56).

CCE 1379 El sagrario (tabernáculo) estaba primeramente destinado a guardar dignamente la Eucaristía para que pudiera ser llevada a los enfermos y ausentes fuera de la misa. Por la profundización de la fe en la presencia real de Cristo en su Eucaristía, la Iglesia tomó conciencia del sentido de la adoración silenciosa del Señor presente bajo las especies eucarísticas. Por eso, el sagrario debe estar colocado en un lugar particularmente digno de la iglesia; debe estar construido de tal forma que subraye y manifieste la verdad de la presencia real de Cristo en el santísimo sacramento.

CCE 1380 Es grandemente admirable que Cristo haya querido hacerse presente en su Iglesia de esta singular manera. Puesto que Cristo iba a dejar a los suyos bajo su forma visible, quiso darnos su presencia sacramental; puesto que iba a ofrecerse en la cruz por muestra salvación, quiso que tuviéramos el memorial del

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amor con que nos había amado "hasta el fin" (Jn 13,1), hasta el don de su vida. En efecto, en su presencia eucarística permanece misteriosamente en medio de nosotros como quien nos amó y se entregó por nosotros (cf Ga 2,20), y se queda bajo los signos que expresan y comunican este amor: «La Iglesia y el mundo tienen una gran necesidad del culto eucarístico. Jesús nos espera en este sacramento del amor. No escatimemos tiempo para ir a encontrarlo en la adoración, en la contemplación llena de fe y abierta a reparar las faltas graves y delitos del mundo. No cese nunca nuestra adoración» (Juan Pablo II, Carta Dominicae Cenae, 3).

CCE 1381 «La presencia del verdadero Cuerpo de Cristo y de la verdadera Sangre de Cristo en este sacramento, "no se conoce por los sentidos, dice santo Tomás, sino sólo por la fe, la cual se apoya en la autoridad de Dios". Por ello, comentando el texto de san Lucas 22, 19: "Esto es mi Cuerpo que será entregado por vosotros", san Cirilo declara: "No te preguntes si esto es verdad, sino acoge más bien con fe las palabras del Salvador, porque Él, que es la Verdad, no miente"» (MF 18; cf. Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae 3, q. 75, a. 1; San Cirilo de Alejandría, Commentarius in Lucam 22, 19):

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La adoración eucarística debe ser parte de nuestra agenda espiritual, de nuestros ejercicios espirituales, los espacios de encuentro con Jesús Sacramentado debemos aprender a vivirlos con alegría formando parte fundamental de nuestra espiritualidad, acercándonos al Señor aprendemos a ser más como El, la adoración eucarística requiere de atención pues en el silencio contemplativo un corazón contrito y humillado halla la manera de escuchar a Cristo que anima, que levanta, que guía y que invita al amor. La adoración eucarística debe surgir como un anhelo por encontrarse con el amado, con el amor de los amores, con la fuente de amor inagotable, es encontrarse con el pan vivo bajado del cielo.

San Juan 6,35 Les dijo Jesús: «Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed.

QUINTO PILAR. AMOR Y DEVOCIÓN A LA SANTISIMA VIRGEN MARÍA: No puede haber un servidor en Victoria sino se ama la madre Santísima Virgen María, la oración con el Santo Rosario es un arma de gran poder contra la asechanza

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del enemigo, proporciona un blindaje en contra del demonio.

“María, es la Mujer y Madre, por excelencia, de la humanidad, como lo dice, la Constitución Lumen Gentium: “María brilla, como modelo de virtud y vida, ante toda la comunidad de los elegidos”.

MARIA ES: “LA ESPOSA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD”, sin duda alguna, “FUE, ES Y SERÁ POR SIEMPRE”, la mujer: “DE LA ETERNA VIRTUD”, la mujer: “VIRTUOSA POR EXCELENCIA”, para sanar con su testimonio, con Su “SI” a DIOS: “LA HUMANIDAD CAIDA Y HERIDA POR EL PECADO”, por eso, los Padres de la Iglesia, le han llamado: “LA TODA SANTA” • MARÍA ES LA PIONERA DE LA FE, EN LA NUEVA CREACIÓN: (Lc.1,26-38) HA SIDO LA PRIMERA EN ABRIRLE LAS PUERTAS DE SU CORAZÓN Y DE SU ALMA AL ESPÍRITU SANTO (A LA SANTÍSIMA TRINIDAD), PARA DAR PASO ASÍ, A UN NUEVO MUNDO, UNA NUEVA HUMANIDAD, UNA NUEVA CREACIÓN. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; …

“Cúmplase, hágase, según tu Palabra”.

En la respuesta de María, No hubo, trabas, no hubo obstáculo, se abrió totalmente, a la obra de Dios, se abandonó en El, por tal razón María es la Pionera en darle un “SI TOTAL” a Dios, en cuerpo y alma.

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María le entregó a Dios por fe: - LO QUE SABÍA (Pensamientos) - LO QUE QUERÍA (Deseos) - LO QUE TENÍA (Posesiones) •

MARÍA ES LA PIONERA EN EL SERVICIO: (Lc.1,39-56)

“En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel…”

Todo lo que había recibido departe de Dios, fue a entregarlo, a su prima anciana, embarazada y necesitada.

Sale de si, renuncia a su comodidad, para acomodar a otros. (Signo de entrega y donación por amor) La vida, la gracia, la alegría que recibe, la comparte con el necesitado, sin que se lo pidan.

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MARIA ES LA PIONERA EN EL AMOR Y EN LA PROVIDENCIA (Jn.2,1-12)

“No tienen vino” La necesidad del otro, no es para ella, motivo de: Lapidación, chisme, o burla; más bien, es motivo de preocupación, Se conduele del hermano, Ve nuestra necesidad, e intercede para suplirla, por medio de aquel, que todo lo puede.

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Nos indica desde ya, que todo aquello que hace falta en nuestras vidas, para alcanzar, la felicidad, solo, en el Hijo, lo podemos encontrar, cuando hacemos, “LO QUE ÉL, NOS DIGA” Nos enseña que solo en el AMOR, podemos ser providentes, con el hermano necesitado.

Nos enseña a interceder desde el amor por la necesidad del prójimo.

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MARÍA ES LA PIONERA EN LA FIDELIDAD: (Jn.19,25-27)

Esta presente desde Nazaret al Gólgota, desde la Cruz del Gólgota a Pentecostés, de Pentecostés a Nuestros días. María mantiene, su “SI, SOSTENIDO”, a Dios y a sus hijos que somos nosotros.

ESTE “SI”, ES SINÓNIMO DE “FIDELIDAD”, que es la MANIFESTACIÓN MAS ALTA DEL AMOR INCONDICIONAL A LA OBRA DE DIOS, POR SIEMPRE, IN AETERNUM (para toda la vida) SEXTO PILAR. COMUNION CON LA IGLESIA Y EL MOVIMIENTO: “Mi alimento es hacer la voluntad de aquel que me ha enviado y llevar a cabo su obra” (San Juan 4,34)

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Este pilar es de suma importancia pues nos invita a la OBEDIENCIA, COMUNIÓN Y AMOR SINCERO A LA IGLESIA DE DIOS (A MIS HERMANOS DE COMUNIDAD, O CARISMA EN EL CUAL VIVO LA FE).

- “Queridos míos, amémonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios, y el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. Así Dios nos manifestó su amor: envió a su Hijo único al mundo, para que tuviéramos Vida por medio de él. Y este amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó primero, y envió a su Hijo como víctima propiciatoria por nuestros pecados. Queridos míos, si Dios nos amó tanto, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros. Nadie ha visto nunca a Dios: si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros y el amor de Dios ha llegado a su plenitud en nosotros. La señal de que permanecemos en él y él permanece en nosotros, es que nos ha comunicado su Espíritu. Y nosotros hemos visto y atestiguamos que el Padre envió al Hijo como Salvador del mundo”. (1 Juan 4,7-14)

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Un signo inequívoco de la unidad es el amor, amar requiere sacrificio y la unidad implica esfuerzo, pero el esfuerzo es cansado, sino es en la gracia del amor.

Para amar algo hay que conocerlo, no se puede amar lo que no se conoce y para conocer es necesario PERMANECER UNIDO. San Juan 15,6 “Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden.”

Nos remitimos en orden a la común unidad a los relatos de las primeras comunidades cristianas descritos en el libro de Hechos de los Apóstoles desde donde Como católicos y servidores en Victoria somos llamados a practicar la comunión: • Con la doctrina De la Iglesia, • Con los hermanos de iglesia.

• Con los fundadores del movimiento y sus pastores.

• Con los coordinadores de comunidad y ministerio • Con los directores diocesanos Como servidor la unidad se nota en mi amor por Cristo, por el movimiento, por los hermanos, ¿por la iglesia y su sana doctrina?, ¿practico la común unidad en mi entorno familiar, laboral y de iglesia?

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La comunión nace del amor y brota de la gracia del Espíritu Santo que habita en nosotros.

Como miembros de la Gran Familia en Victoria somos llamados a ser agentes de paz, de comunión, de amor, de unidad, la mirada del mundo esta puesta en nosotros y por ende somos llamados “a ser uno” en el amor, que puedan decir de los servidores en Victoria “miren como se aman” I Corintios 12,12 Pues del mismo modo que el cuerpo es uno, aunque tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, no obstante, su pluralidad, no forman más que un solo cuerpo, así también Cristo.

El propósito de los cristianos es “QUE SEAMOS UNO” que vivamos en UNIDAD aun con el hermano que más cuesta amar, que tiene de extraordinario amar a quien me ama (San Lucas 6,32) San Juan 17,21 para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.

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Una comunidad se mantiene unida por vínculos de amor que se manifiestan por medio de la solidaridad, la misericordia, la piedad, la alegría, el respeto entre otras expresiones de amor que deben estar presentes en la conducta de un servidor católico en Victoria. ¿Soy un servidor que practica LA COMUNIÓN?

SÉTIMO PILAR: IMITAR LA VIDA DE LOS SANTOS: Un cristiano en Victoria tiene como norte los verdaderos iconos a seguir, el mundo está lleno de falsos profetas, de influencias confusas que nos envuelven, distraen y pierden.

Nos vemos tentados a ser comunes y dejar de ser comprometidos, un alma comprometida es aquella que imita lo santo.

Como parte de este camino de crecimiento espiritual que nos ha de conducir a la santidad que por vocación hemos sido llamados es necesario encontrar referentes de santidad cuyo testimonio de vida nos invite a imitarlos pues algo excepcional deben haber hecho para ser reconocidos como santos De la Iglesia y es precisamente a lo que nos invita el Señor, a ser Santos como el Padre Celestial es Santo.

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Los Santos de nuestra iglesia han sido hombre y mujeres que con su vida glorificaron el nombre De Dios y por ello se nos exhorta a imitarles.

Todo servidor en Victoria debe tener al menos uno o más santos de referencia que influyan en su vida diaria para la búsqueda de la santidad.

EL SANTO ES EL ELEGIDO, EL APARTADO PARA DIOS, PARA HACER SU VOLUNTAD. “«No todo el que me diga: "Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial” (San Mateo 7,21) ¿Y CUAL ES LA VOLUNTAD DEL PADRE CELESTIAL? “«Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, entonces se sentará en su trono de gloria. Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces dirá el Rey a los de su derecha: "Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y

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me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme." Entonces los justos le responderán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber?, ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo, y te vestimos?, ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?", Y el Rey les dirá: "En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis.", Entonces dirá también a los de su izquierda: "Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; era forastero, y no me acogisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis.", Entonces dirán también éstos: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?", Y él entonces les responderá: "En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo." E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna.»” (San Mateo 25,31-46)

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Este texto nos revela que nuestra existencia se convierte en: • Vida de misión • Impulsada por el amor • Que nos lleva a la santidad en la entrega diaria Los frutos espirituales del camino de conversión que nos propone esta estructura de Fe basada en Cristo y sostenida en Cristo con la práctica de los 7 pilares de un católico en Victoria se hacen visibles en El Niño, en el joven, en el hombre, en la mujer, en los novios y en los matrimonios que se manifiestan por las gracias recibidas y que nos llevan a una vida de misión, caridad y santidad.

Conforme edificamos los pilares sobre la roca y crece nuestra espiritualidad veremos como parte del camino de conversión las etapas por donde Cristo nos ha de llevar hasta alcanzar la Santidad siendo semillas esparcidas para dar frutos de conversión y pasando de ser siervos a amigos del Señor y de amigos a discípulos que viven las bienaventuranzas con la convicción de las promesas de Dios para un día reposar a los pies de Cristo en la morada que ha preparado para nosotros al final de este camino de Fe.