Ahuehuete No. 8, segunda época, marzo-abril 2014

Page 23

del Obispado de León de Nicaragua, entonces perteneciente al reino de Guatemala. Luego de que fue enterado, con su característica responsabilidad, designó Procurador para hacerse cargo de inmediato de su Obispado, a quien dirigió una carta pastoral, única pues luego partió a la Corte, abandonando Burgos para ultimar preparativos y precisamente durante su estancia en Madrid, se cambió su destino a la Diócesis vacante de la Nueva Galicia, entonces con gran fama debido a la importante obra pastoral, espiritual y material del Obispo Fray Antonio Alcalde; y así el que pudo ser preclaro Obispo de León de Nicaragua, se convirtió en uno de los más insignes y amados pastores de los novogalaicos. Ocupa el vigésimo cuarto lugar en la relación de los obispos de esta diócesis. Los preparativos realizados cambiaron de rumbo, y el barco se dirigió no a las costas centroamericanas sino al Puerto de Veracruz. Duro y penoso viaje fue cruzar el Atlántico, ya que sufrió fuertes tempestades y a punto estuvo de zozobrar frente al puerto mexicano. Luego de desembarcar ofreció una misa de acción de gracias y encaminó sus pasos a la Ciudad de México donde permaneció el resto del año ultimando detalles. Para emprender el viaje hacia Guadalajara, visitó Puebla, Aguascalientes y entró a su Obispado. Su ruta le permitió palpar los problemas de México y también los de su nueva grey, seguramente el Obispo Cabañas recordaría su época de visitador apostólico en Burgos. La solemne y majestuosa entrada del esperado prelado a Guadalajara se verificó una fría mañana de diciembre de 1796. Era el día 3, cuando el Cabildo en pleno, las órdenes religiosas, las

autoridades civiles, y el pueblo todo salieron a aclamarlo y a ofrecerle el calor de su cariño que nunca perdería. Pronto, su nueva grey conoció de su actividad apostólica, pues luego de enterarse del estado que guardaban los negocios de la Diócesis y los diferentes organismos que existían, tales como: el Seminario y las casas de recogidas, el Hospital Real y hasta la Universidad, aplicó sus conocimientos y cuidados a mejorarlos. Al Seminario Conciliar le modificó y aumentó el número de sus cátedras, reorganizó el trabajo de los sacerdotes e inició prontamente la primera de sus visitas pastorales, que realizaría con regular frecuencia para enterarse de los problemas que tenían las distintas parroquias de su dilatado Obispado. Cabañas como lo mencionamos ya, de su experiencia en Burgos, decidió crear un Colegio Clerical, donde los sacerdotes y clérigos con órdenes mayores, pudiesen periódicamente retirarse para continuar sus estudios, realizar ejercicios espirituales y mantener así un nivel de vida acorde a su estado. Este Colegio lo construyó en donde se ubicaron tiempo atrás los religiosos oblatos y que para esa fecha ya no estaban en Guadalajara. El edificio se erigió en lo que es hoy la manzana, donde está la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres, anexándolo a la iglesia de La Soledad. Ambos edificios existieron en ese sitio hasta 1950 en que fueron derruidos. Continuó además con el proyecto de su antecesor, Fray Antonio Alcalde, de construir para la ciudad un templo que ejerciera como Sagrario Metropolitano y parroquia principal de Guadalajara, pues hasta esa fecha continuaba la capilla que se encontraba en la base de la torre Número 8, Segunda Época

21


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.