

Bichería
Carlos López
Xan López Domínguez

BICHERÍA
© Texto: Carlos López Gómez
© Ilustraciones: Xan López Domínguez
© de esta edición: IGLÚ, 2024
ISBN: 978-84-18488-67-2
Depósito legal: V-631-2025
Impreso en la UE
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Xan López Domínguez
Bichería Carlos López

El primer guacamayo que hubo en el mundo quiso volar más alto que ninguna otra ave. Batiendo las alas subió y subió y subió. Voló tan alto que llegó cerca del sol, y el sol le quemó las plumas, y el guacamayo pelado cayó al suelo.
Los demás pájaros se apiadaron de él.
El verderón le dio algunas de sus verdes plumas. El canario le dio algunas de sus amarillas plumas. El ibis le dio algunas de sus rojas plumas. La paloma le dio algunas de sus blancas plumas. El chogüí le dio algunas de sus azules plumas.
Por eso hoy los guacamayos tienen plumas verdes, y plumas amarillas, y plumas rojas, y plumas blancas, y plumas azules.

El pingüino estaba encima de su iceberg. Y como todos los pingüinos, parecía que iba vestido de frac, con levita, chaleco, pantalones, camisa y zapatos. Entonces se le posó una mariposa negra en el cuello, y parecía que llevaba pajarita.

En medio del prado, el grillo cantaba y cantaba, frotando sus alas. Las frotaba tan frenéticamente que de ellas saltó una chispa que fue a parar a la hierba, y enseguida todo quedó envuelto en llamas. Y sucedió que el grillo cantaba tan mal que se puso a llover, y el agua de la lluvia apagó el incendio.

El gorgojo del maíz estaba dentro de su grano. Aquel día andaba con fiebre y no podía salir, así que se dispuso a ver una película en la tele. Y sucedió que, como tenía la fiebre muy alta, con la temperatura su grano de maíz explotó y se convirtió en una palomita de maíz, y la comió mientras veía la película en la tele.

Una vez, una tortuga marina comió tantas medusas que agarró un empacho y enfermó. Acudió a la consulta del médico. Y sucedió que, como las medusas eran luminiscentes, el interior del cuerpo de la tortuga se veía como a través de rayos X, y el doctor dijo que no era necesario hacer una radiografía.

Hubo una vez un topo que llenaba de agujeros una huerta. El labrador estaba muy enojado. Atestó de trampas el lugar, pero no conseguía atraparlo y lo maldecía continuamente. A poco de comenzar el otoño, llovió a cántaros, la comarca se inundó y todas las cosechas se perdieron. Pero en la huerta de este labrador el agua de la lluvia se coló por los cientos de agujeros que había hecho el topo, y no se inundó, y todas sus hortalizas se salvaron. Y el labrador dejó al topo vivir en paz.

El dueño de la granja ponía música a las vacas porque le habían dicho que así daban más leche. Una de las vacas, cuando escuchó las primeras notas, se puso a bailar pegando saltos y vueltas. Pegó tantos saltos y vueltas que luego no le ordeñaron leche, sino batidos.

Este libro se terminó de preparar en febrero de 2025, mientras la mayoría de los bichos se guarecían del invierno.
Bichería
Un libro lleno de pájaros, insectos, peces, reptiles, felinos y demás bichería con más de cuarenta cuentos pequeños, pero grandes en humor y ternura, en los que descubrirás las cosas estrafalarias que les acontecieron a estos animales e incluso el verdadero origen de algunos de ellos.
978-84-18488-67-2
¡Una aventura bestial! www.iglueditorial.com