Entrevista /Sulayr
En principio decidí hacer medicina poco antes de entrar a la universidad porque quería ser psiquiatra. Luego, en parte porque tuve malos profesores en esa asignatura y buenos en medicina interna, me incliné por hacer la especialidad de endocrinología. Por esto hice la tesis doctoral sobre hormonas. 5. Usted es un referente nacional e internacional en los estudios sobre dopamina y proinsulina. ¿Este hecho le supone un elemento de presión en sus investigaciones? ¿Cómo se gestiona a nivel personal este éxito profesional? La presión por montar tu propio grupo de investigación, que funcione, que pueda tener recursos para investigar y que se publiquen artículos interesantes, la notas principalmente en la treintena y cuarentena. Hay que mantener una gran disciplina en el trabajo y en las actividades familiares. En años recientes me he ocupado más de enseñar a gestionar un laboratorio, crear buen ambiente de trabajo y “dejar hacer” a mis colaboradores y colaboradoras más jóvenes. No siempre hemos podido investigar lo que más nos apetecía porque tienes que completar cosas en las que has “embarcado” a doctorandos por ejemplo, o porque has obtenido fondos para un proyecto sí y otro no. Hemos ido evolucionando a trabajos más aplicados a la medicina, pero lo he hecho con gusto.
jeres un poco más, pero no hay que conformarse si una vía no es transitable. Y, siempre lo digo, es esencial que cuando se emparejen lo hagan con alguien que valore la carrera de la mujer, no que quiera ser el único que progrese en la casa, supeditando las opciones de ella a las suyas.
«A todas las mujeres que desean iniciar una carrera profesional en investigación les diría que no tiren la “toalla” y busquen siempre alternativas.»
8. Usted tiene una importante formación académica y profesional desarrollada en EEUU, ¿cómo valora usted este hecho? ¿Considera importante que las personas que se dediquen a la investigación realicen parte de su formación en el extranjero? Para mi formación, mi carrera y mi vida personal, los años que he pasado en EEUU han sido fundamentales, me cambiaron la perspectiva, ampliándomela. Sigue siendo importante pasar alguna etapa en otro país antes de consolidar una carrera investigadora. Lo esencial es que se revierta la situación actual donde es muy difícil volver a España y solo la gente excepcional logra encontrar un puesto estable. Para cuando vuestras generaciones (de los de secundaria ahora) lleguéis a pensar en donde hacer una tesis doctoral y, quizá, un postdoctorado, confío en que haya mejorado la situación de toda Europa y la de España en particular. 9. A lo largo de su vida profesional ha recibido múltiples reconocimientos a su labor profesional, ¿cuál de ellos es el que le hace sentirse más orgullosa?
6. Echando la vista atrás, ¿recuerda usted cuál fue la primera investigación que realizó en el instituto? Si no lo hizo en ese momento, ¿recuerda, en general, cuál fue su primer contacto con el laboratorio? En el Instituto tuve un estupendo profesor de Química y recuerdo que las prácticas me resultaban divertidas y los resultados me parecían casi mágicos. Pero no recuerdo experimentos concretos hasta la época de mi Tesis doctoral, que hice en bioquímica de las hormonas tiroideas usando ovejas como modelos de enfermedades humanas. 7. Con su experiencia, ¿qué le diría a todas las mujeres que desean iniciar una carrera profesional en investigación respecto a las dificultades que van a encontrar respecto a su sexo? Les diría que no tiren la “toalla” y busquen siempre alternativas. Que peleen por sus ambiciones profesionales. La carrera investigadora es larga y difícil, para mu-
No, no he recibido tantos reconocimientos, no creáis… Hay mucha gente investigando en biomedicina en España con más méritos y más reconocimientos que yo. También hay quien ha recibido más premios y honores sin haber hecho cosas más importantes, pero el reconocimiento no ha determinado mi vida, el balance profesional es bueno. 10. Por último, a nivel personal, ¿cuál es su mayor sueño de felicidad? Me encantaría que muchos de mis antiguos o actuales colaboradores logren investigar en temas a los que yo ya no podré dedicarme, lleguen a ser líderes en su campo, curen alguna enfermedad, y les haya sido útil lo que aprendieron de mí. Si me gustaría también que mi hija tuviera en el futuro próximo un trabajo tan digno como yo lo tenía a su edad, y pudiera contarme en unos años que ha tenido opciones y ha elegido bien. Gracias por concedernos esta entrevista y, ¡suerte con sus próximas investigaciones! Igual os lo deseo a vosotras y vosotros.
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