Viaje literario y gastronómico

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VIAJE LITERARIO Y GASTRONร MICO

IES Mediterrรกneo (Mรกlaga)


ARGENTINA Dulce de leche


EL ALEPH JORGE LUIS BORGES

“No estaría obligado, como otras veces, a justificar mi presencia con módicas ofrendas de libros: libros cuyas páginas, finalmente, aprendí a cortar, para no comprobar, meses después, que estaban intactos .Beatriz Viterbo murió en 1929; desde entonces no dejé pasar un 30 de abril sin volver a su casa. Yo solía llegar a las siete y cuarto y quedarme unos veinticinco minutos; cada año aparecía un poco más tarde y me quedaba un rato más; en 1933, una lluvia torrencial me favoreció: tuvieron que invitarme a comer. No desperdicié, como es natural, ese buen precedente; en 1934, aparecí, ya dadas las ocho con un alfajor santafecino; con toda naturalidad me quedé a comer. Así, en aniversarios melancólicos y vanamente eróticos, recibí gradualmente confidencias de Carlos Argentino Daneri”.


CHINA Zhimaqiu


LAS BALADAS DEL AJO MO YAN “El sol del mediodía calentaba con fuerza y el aire polvoriento transportaba el hedor del ajo podrido después de un prolongado periodo de sequía. Una bandada de cuervos de color índigo atravesaba cansinamente el cielo, proyectando una sombría cuña sobre el suelo. No hubo tiempo para trenzar el ajo, que se amontonaba desordenadamente sobre la tierra, y emitía una insoportable fetidez en su proceso de cocción bajo el sol. Gao Yang, cuyas cejas se inclinaban hacia abajo en los extremos, se sentaba en cuclillas junto a la mesa, sujetando un tazón de caldo de ajo y conteniendo las náuseas que procedían de su estómago. Aquella apremiante llamada había atravesado el hueco de la puerta justo cuando estaba a punto de tomar un sorbo del caldo. Reconoció la voz del jefe de la aldea, Gao Jinjiao. Gritó una respuesta mientras soltaba apresuradamente el tazón y se dirigió a la puerta”.


COLOMBIA Arepa con queso


CIEN AÑOS DE SOLEDAD GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

“El letrero que colgó en la cerviz de la vaca era una muestra ejemplar de la forma en que los habitantes de Macondo estaban dispuestos a luchar contra el olvido: Ésta es la vaca, hay que ordeñarla todas las mañanas para que produzca leche, ya la leche hay que hervirla para mezclarla con el café y hacer café con leche. Así continuaron viviendo en una realidad escurridiza, momentáneamente capturada por las palabras, pero que había de fugarse sin remedio cuando olvidaran los valores de la letra escrita.”


ESPAĂ‘A Tortilla de patatas


DON QUIJOTE MIGUEL DE CERVANTES —”No sé de los que soy —respondió Sancho—, pero bien sé que nunca de ollas de Basilio sacaré yo tan elegante espuma como es ésta que he sacado de las de Camacho. Y enseñóle el caldero lleno de gansos y de gallinas, y, asiendo de una, comenzó a comer con mucho donaire y gana, y dijo: — ¡A la barba de las habilidades de Basilio!, que tanto vales cuanto tienes, y tanto tienes cuanto vales. Dos linajes solos hay en el mundo, como decía una agüela mía, que son el tener y el no tener, aunque ella al del tener se atenía; y el día de hoy, mi señor don Quijote, antes se toma el pulso al haber que al saber: un asno cubierto de oro parece mejor que un caballo enalbardado. Así que vuelvo a decir que a Camacho me atengo, de cuyas ollas son abundantes espumas gansos y gallinas, liebres y conejos; y de las de Basilio serán, si viene a mano, y aunque no venga sino al pie, aguachirle. — ¿Has acabado tu arenga, Sancho? —dijo don Quijote”.


FRANCIA Crepes


EL PRINCIPITO ANTOINE DE SAINT-EXUPÉRY “Al quinto día y también en relación con el cordero, me fue revelado este otro secreto de la vida del principito. Me preguntó bruscamente y sin preámbulo, como resultado de un problema largamente meditado en silencio: -Si un cordero se come los arbustos, se comerá también las flores ¿no? -Un cordero se come todo lo que encuentra. -¿Y también las flores que tienen espinas? -Sí; también las flores que tienen espinas. -Entonces, ¿para qué le sirven las espinas? Confieso que no lo sabía. Estaba yo muy ocupado tratando de destornillar un bulón demasiado apretado del motor; la avería comenzaba a parecerme cosa grave y la circunstancia de que se estuviera agotando mi provisión de agua, me hacía temer lo peor. -¿Para qué sirven las espinas? El principito no permitía nunca que se dejara sin respuesta una pregunta formulada por él. Irritado por la resistencia que me oponía el bulón, le respondí lo primero que se me ocurrió: -Las espinas no sirven para nada; son pura maldad de las flores. -¡Oh! Y después de un silencio, me dijo con una especie de rencor: -¡No te creo! Las flores son débiles. Son ingenuas. Se defienden como pueden. Se creen terribles con sus espinas…”


GRAN BRETAÑA Torta inglesa


ENRIQUE IV SHAKESPEARE “Un buen jerez produce un doble efecto: se sube a la cabeza y te seca todos los humores estúpidos, torpes y espesos que la ocupan, volviéndola aguda, despierta, inventiva, y llenándola de imágenes vivas, ardientes, deleitosas, que, llevadas a la voz, a la lengua (que les da vida), se vuelven felices ocurrencias. La segunda propiedad de un buen jerez es que calienta la sangre, la cual, antes fría e inmóvil, dejaba los hígados blancos y pálidos, señal de apocamiento y cobardía. Pero el jerez la calienta y la hace correr de las entrañas a las extremidades. Ilumina la cara que, como un faro, llama a las armas al resto de este pequeño reino que es el hombre, y entonces los súbditos viles y los pequeños fluidos interiores pasan revista ante su capitán, el corazón, que reforzado y entonado con su séquito, emprende cualquier hazaña. Y esta valentía viene del jerez, pues la destreza con las armas no es nada sin el jerez (que es lo que la acciona), y la teoría, tan sólo un montón de oro guardado por el diablo, hasta que el jerez la pone en práctica y en uso. De ahí que el príncipe Enrique sea tan valiente, pues la sangre fría que por naturaleza heredó de su padre, cual tierra yerma, árida y estéril, la ha abonado, arado y cultivado con tesón admirable bebiendo tanto y tan buen jerez fecundador que se ha vuelto ardiente y valeroso”.


GRECIA Tarta de queso


EL BANQUETE O DEL AMOR PLATÓN “Encontré a Sócrates, me dijo, que salía del baño y se había calzado las sandalias contra su costumbre. Le pregunté a dónde iba tan apuesto. —Voy a comer a casa de Agatón, me respondió. Rehusé asistir a la fiesta que daba ayer para celebrar su victoria, por no acomodarme una excesiva concurrencia; pero di mi palabra para hoy, y he aquí por qué me encuentras tan en punto. Me he embellecido para ir a la casa de tan bello joven. Pero, Aristodemo, ¿no te dará la humorada de venir conmigo, aunque no hayas sido convidado? —Como quieras, le dije. —Sígueme, pues, y cambiemos el proverbio, probando que un hombre de bien puede ir a comer a casa de otro hombre de bien sin ser convidado. Con gusto acusaría a Homero, no sólo de haber cambiado este proverbio, sino de haberse burlado de él, cuando después de representar a Agamenón como un gran guerrero, y a Menelao como un combatiente muy débil, hace concurrir a Menelao al festín de Agamenón, sin ser convidado; es decir, presenta un inferior asistiendo a la mesa de un hombre, que está muy por encima de él”.


ITALIA Lasaña


EL CEMENTERIO DE PRAGA UMBERTO ECO “De mi abuelo y de mi infancia recuerdo sobre todo la bagna caoda en una cazuelita de barro soportada por un braserillo que la mantenía abrasando, poníase aceite arreglado con anchoas, ajo, mantequilla, y en ella se mojaban cardos (que antes habían estado a remojo en agua fría y zumo de limón, aunque algunos, no el abuelo, los remojaran en leche), pimientos crudos o braseados, hojas blancas de repollo, tupinambo, coliflor muy tierna; también –claro que, como decía el abuelo, eran cosas pobres- verduras cocidas, cebollas, remolachas, patatas o zanahorias. Yo gustaba de comer, y al abuelo le complacía verme engordar (lo decía con ternura) como un pequeño cerdito”.


MARRUECOS Pastela


EL PAN A SECAS MOHAMED CHUKRI “Lloro la muerte de mi tío junto con otros niños. Ya no sólo lloro cuando me pegan, o pierdo algo. Ya había visto llorar a más gente. Es época de hambre en el Rif; de sequía y de guerra”. “Una tarde, no pude contener mis lágrimas del hambre que tenía. Chupaba y rechupaba mis dedos. Sólo vomitaba saliva. Mi madre trataba de calmarme: ― Cállate, que nos vamos a Tánger. Allí hay montañas de pan. Ya verás como no llorarás más por el pan cuando lleguemos. En Tánger la gente come hasta hartarse”.


RUMANÍA Kek


EL DIARIO DE LA FELICIDAD NICOLAE STEINHARDT “No recuerdo nada. No recuerdo haber roto un vaso. No oí a nuestro invitado decir nada subversivo. –¿Estuviste en esa comida? ¿Y no se habló en contra del régimen? –Estuve en la comida, era mi cumpleaños y la víspera había sido el suyo. Pero no se habló en contra del régimen. –¿No te acuerdas? –No. –¡Pero te acuerdas de haber roto el vaso! –Tampoco. –Pero es tu amiga. (Y la señala, de manera dramática y ceremoniosa). ¿Reconoces que es tu amiga? –Lo reconozco. –¿Entonces? ¿Por qué diría ella que has oído lo que no has oído? ¿No querrás decir que miente? –No sé. No digo que mienta. Digo que no me acuerdo de nada”.


RUSIA Ensaladilla rusa


ANA KARENINA LEÓN TOLSTOI “Sergio Ivanovich, que hablaba con la dueña y atendía a medias a su hermano, le miró de reojo. «¿Qué le pasará? Tiene el aspecto de un triunfador», pensó. Ignoraba que Levin sentía como si le crecieran alas. Sabía que Kitty oía sus palabras y que el oírlas la halagaba, y esto le absorbía completamente. Le parecía que no sólo en aquella estancia sino en todo el mundo, no existían más que dos seres: él, que había alcanzado ahora ante sí mismo una enorme trascendencia, y ella. Sentíase a una altura tal que experimentaba vértigos. Y abajo, muy abajo, parecíale ver a aquellos simpáticos y bondadosos amigos: los Karenin, los Oblonsky y todos los demás... De un modo natural, sin reparar en ello, sin mirarles, como si no hubiese otro sitio donde ponerles, Esteban Arkadievich hizo sentar a Kitty y Levin uno al lado del otro a la mesa. –Puedes sentarte aquí –dijo a Levin. La comida fue tan buena como la vajilla, a la que Oblonsky era muy aficionado. La sopa Marie– Louise resultó excelente, las diminutas empanadillas, que se deshacían en la boca como agua, no tenían reproche. Dos lacayos y Mateo, con corbatas blancas, servían vinos y manjares sin que se reparase en ellos apenas, hábil y silenciosamente. Si la comida resultó bien en el aspecto material, no fue peor en lo espiritual. La conversación, ya generalizada, ya parcial, no cesaba. Al final de la comida, los hombres se levantaron de la mesa sin dejar de hablar, y hasta Karenin se animó”.


UCRANIA Pyrohy


LA CRIADA TARAS SHEVCHENKO Al cabo de una semana Se llena el patio de mozas. Amasan, cantando a coro, El pan blanco de las bodas. El viejo, pleno de fuerzas, Lleva en la mano una escoba Y barre contento el patio. A toda la gente, a toda, Que pasa ante el caserío, La invita el viejo a una copa. Anda de acá para allá Desde que apunta la aurora, Y, aunque le flaquean las piernas, Se ve que el viejo la goza. De la bodega sacaron Unas tinajas de horilka. Guisan, cuecen, se preparan Los manjares de la boda…


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