Según
Arter & McTighe (2005), una tabla de criterios es una manera sencilla de compartir expectativas con los alumnos, asegurar el logro de estándares, facilitar la enseñanza diferenciada y aminorar la subjetividad de evaluación.
El
diseño básicamente exige que el profesor piense en lo que quiere medir, y después lo compare con el rendimiento del alumno.