Revista Vicepresidencia #1

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VICEPRESIDENCIA

Número 1. Marzo del 2012


VICEPRESIDENCIA

Sumario

Marzo 2012 / Nº1

página 8

Fuga de cerebros como medida anticrisis

Editorial: Sobre Vicepresidencia página 3

página 4

página 11 Análisis: Ecologismo por default

Opinión: De tecnócratas, consejeros y políticos página 11 página 19

Reportaje fotográfico: No más CIES

La ciudad como escenario página 12

Mujeres en tiempos de crisis página 22

Cómo decir adiós a ETA página 15

ETA era una fiesta

página 24

La última generación de pensionistas

Entrevista: Gervasio Sánchez página 26

Panteón: Manuel Fraga Megaupload

página 30

Fotografía de portada: correspondiente al reportaje ‘La última generación de Pensionistas’ / Elena Macián Masip

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“Todo discípulo le arrebata algo a su maestro” - Harold Bloom


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áztelo tu mismo, gritaron alguna vez los punkis, y ahora ese discurso se repite constantemente desde las peroratas del gobierno: hacen falta emprendedores, se nos dice. Vicepresidencia no es, solamente, una necesidad de hacerlo nosotros mismos. Es también un ansia, una manera de intervenir y de formar un proyecto que nos motiva. El periodismo no es solamente una voluntad de contar una historia más o menos verídica, sino de aprender qué debe contarse y qué no se ha contado aún. Está formada por seis periodistas de Barcelona y alrededores. Con esta revista nos proponemos pensar y escribir reportajes a nuestra manera. ¿Y qué manera? Una manera libre, con la que pretendemos desvincularnos de los estándares periodísticos y las rutinas de producción, que están sujetas a todo tipo de presiones económicas que merman la calidad, con el tiempo y las jerarquías como inconvenientes principales. Uno de los problemas del periodismo actual es que las líneas editoriales no son lo suficientemente variadas, por tanto, no se representa bien la sociedad. Además, los lectores han descubierto que cada vez había en los medios escritos menos innovación y soluciones. Al no poder encajar en este conglomerado, Vicepresidencia se presenta como alternativa. Quizá no nos atrevamos a sentenciar que nuestros contenidos difieran en exceso del resto. En los que sí somos distintos es en nuestra forma de trabajar.

No existen jefes, pues todos somos vicepresidentes. La apuesta por una estructura horizontal es consecuente con esta manera de pensar el periodismo. No existen enfoques editoriales unitarios que determinen los temas, sino la voluntad firme de presentar seis reportajes con estilos personales. La perspectiva de cada reportaje vendrá marcada por su firma, y su final por una alpaca. Salimos cada cuatro meses con 200 ejemplares, tiempo que necesitamos para producir reportajes de interés y reunir el dinero necesario para pagarlos. Todos somos escritores y editores, y no nos dejamos llevar por eufemismos ni por lo políticamente correcto. Porque tenemos más en común contigo, lector, de lo que puedas creer. Para empezar, estamos en librerías y bares, y no en quioscos. Si no nos encuentras, por un euro podrás adquirir una versión digital a todo color. Tenemos más en común contigo, pues en nuestra web encontrarás algo distinto a lo que te ofrecemos en estas páginas, contenido extra y gratuito descartado más por falta de espacio que de calidad. Prometemos todavía más y mejor en cada número. Porque ese es el otro asunto. Cada número. Vicepresidencia no es un intento, es un proyecto. Ninguna apuesta sobrevive sin tiempo, sin valentía y sin esfuerzo. Ni, por supuesto, sin redactores con ganas en busca de la proyección profesional que no han encontrado en otros sitios.

Editorial Vicepresidencia. Marzo del 2012 Vicepresidentes:

Imanol Crespo Martínez, Sergi Falcó Martínez, Laura Latre Laviña, Elena Macián Masip, Pablo Muñoz, Estefania Ruiz Valenzuela

Colaboradores:

Arianna Giménez, Andrea Nieto, Manuel Hernández de la Torre González, Fran Ramírez, Bea Garrido Arjona, Álvaro de Almeida, Miqui Otero, Javier Martínez

Contacto: revistavicepresidencia@gmail.com www.revistavicepresidencia.com

“Yo no quiero que la prensa sea popular, sólo que merezca ser leída” - Reston

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Fuga de cerebros como medida anticrisis

Miles de jóvenes pagan los excesos de España.Viajan para mejorar su curriculum y aprender idiomas, entre otras razones Un reportaje de Laura Latre Laviña

Nacho Moreno, Murcia, 29. Gotzon García, Pais Vasco, 30. Lara Velázquez, Madrid, 25. Victor de Castro, Barcelona, 24.

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l móvil de Lara Velázquez nunca deja de sonar a la hora que sea. Ella vive con la esperanza de que su inglés algún día le permita trabajar como educadora social en el Reino Unido. Se marchó de España porque se desesperó: “Mi prioridad era irme de casa de mis padres”, explica. Esta madrileña de 25 años decidió irse a vivir a Escocia hace 4 meses porque estaba en paro y por lo tanto, sin ingresos suficientes para independizarse. “Esto está a años luz de España”, nos cuenta. “He podido pedir una ayuda mientras busco trabajo y otra para estudiar inglés, porque no llego” añade resignada. Aunque para algunos no es un estilo de vida deseable, como Lara, muchos jóvenes españoles tienen como red de seguridad a su familia. “Me gustaría ser económicamente independiente”, puntualiza la madrileña. Con los últimos recortes en intervención social, Lara todavía no ha tenido la oportunidad de encontrar un trabajo. Pero no es la única: “La mayoría de mi promoción no ha conseguido trabajo y si lo tienen es precario”, dice. Por ello, quiere aprovechar el tiempo. Aunque, por qué negarlo, “ahora mataría por un trabajo de

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En 2O12, España es el país de la UE con más sobrecualificación. Al desempleo hay que añadir un claro desequilibrio entre oferta y demanda. Esto ocurre porque el mercado de trabajo no se ajusta a la realidad

doblar ropa”, añade. Los recortes presupuestarios del pasado año dieron un mazazo al Estado del Bienestar. Un tijeretazo en Sanidad y Educación en una crisis que España ya afronta con dificultades propias añadidas. Palabras mayores. En 2011, España ya aplicó un recorte en educación cuando rozaba el 31,2% de abandono escolar tras la ESO, segunda cifra más alta de la UE por aquel entonces. En consecuencia, el Estado recibió una reprimenda por parte de la Unión Europea. En cifras, el recorte educativo alcanzó los 1.800 millones de euros, por las reducciones presupuestarias a las comunidades. A apretarse los cinturones y recortar gasto social. La vieja canción, y hasta el momento, el país no había alcanzado un estado de bienestar equiparable a los países más avanzados de la UE. Así pues, ¿habría alternativa a los recortes? “Debe haberla”. Para ella, el gran error reside en ver la educación como gasto y no como inversión. “Han recortado en trabajar con personas y eso puede salir muy caro”. A priori, los recortes permiten ahorrar en gasto público. ¿Pero será pan para hoy, hambre para mañana?


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Invertir en quimeras El desastre de la Educación española empezó a forjarse en los años más tardíos de la dictadura franquista. Fue entonces cuando se gestó el estereotipo según el cual la realización profesional pasaba por entrar en la Universidad. Hasta tal punto se sacralizó un titulo como garantía de “empleabilidad” que en 2012, España se ha convertido en el país de la UE con más sobrecualificación (tanto titulados universitarios como FP de grado superior). Un 31% ocupa empleo por debajo de ese nivel, frente a un 19% de media en la UE, según los recientes estudios de la Agencia Europea de Estadística (Eurostat) –publicado con datos de 2008-. No parece que con la crisis ocurra lo contrario. Un curso más, la tasa neta de escolarización universitaria entre 18 y 24 años sigue aumentando: 23,8% en el curso 2008-09, 24,5% en el curso 2009-2010 y 26,4% en el curso 20102011, según el último informe del Ministerio de Educación. Aunque visto lo visto, la formación universitaria no es la única que ha incumplido sus “promesas”. Con frecuencia, cuando un graduado en FP busca trabajo, se encuentra que las plazas las ocupan licenciados, que tienen que trabajar varios grados por debajo de su titulación. O a la inversa, son contratados para vacantes de licenciados pero peor remunerados. “Las empresas se han ido dando cuenta de que es más barato contratar a gente de FP, que hacemos el mismo trabajo que un universitario”, se queja Nacho Moreno, murciano de 29 años. Ante ello, estos jóvenes, en su mayoría recién titulados que no han tenido tiempo de cotizar -ni por lo tanto de cobrar el subsidio del paro-, vuelven a depender económicamente de sus familias. Por lo que empieza el creciente goteo de jóvenes que emigran a otras ciudades europeas para mejorar sus perspectivas laborales, formativas o, al menos, encontrar un empleo que a su vez les permita aprender un idioma. Nacho da ese perfil. Tenía trabajo fijo pero se fue de España hace 9 meses porque no se sentía valorado. Estudió un FP de grado superior para delineante y encontró trabajo al terminar. Nacho puede decir que tuvo suerte, “aunque no en mi sector”, nos cuenta. Es

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ras una campaña en la que Rajoy anunciaba que no pretendía abaratar el despido y que crearía empleo, la Reforma que entró en vigor a mediados de febrero va en la dirección contraria. Rajoy se enfrentaba a un exceso de contratos temporales y al alto paro juvenil, que afecta a uno de cada dos menores de 30 años. En este sentido, entra en vigor un nuevo modelo de contrato indefinido. Este contrato permitirá reducciones a la Seguridad Social en la contratación de jóvenes para Pymes y autónomos. Aunque el despido sólo va a costar al empresario 20 días por año. Además, cabe señalar que el nuevo contrato tendrá un periodo de prueba de un año, por lo que la finalización de dichos acuerdos laborales no supondrá el despido del trabajador. Polémica servida. Por otra parte, el Gobierno ha modificado los antiguos “contratos de formación” eliminando los límites de edad y número de contratos consecutivos. Sin límites. Se pueden agravar abusos que ya ocurrían antes: “Las prácticas no laborales son interesantes siempre y cuando no se utilicen encubiertamente para sustituir a personal” apunta el Catedrático de derecho laboral de la UAB, Eduardo Rojo. El contenido de la Reforma ha encendido a los sindicatos, que acusan al Gobierno de permitir el “despido libre y aumentar la precariedad”. Los Sindicatos convocaron movilizaciones en todo el país en el mes de febrero. No obstante, hay que insistir en que “las reformas no son una panacea”, apunta Rojo. Deben ir acompañadas de “políticas de formación permanente junto a procesos de innovación empresarial”. De no ser así, “no avanzaremos en la salida de la crisis, ya sea con este o con otro gobierno”, vaticina. Desde luego, esta inversión no será en Investigación y Desarrollo. Los datos ponen de relieve el déficit de financiación de la ciencia en España: actualmente se destina aproximadamente un 1,4% del PIB, mientras en Finlandia desti-

nan 3,9% o en Alemania un 2,8%. De hecho, el porcentaje de población de 25 a 29 años de grados universitarios técnicos (ciencias e ingenierías) es en España del 6,7% mientras que en Italia registra el 10,9%, en Francia un 14,6% y en Reino Unido el 15,7%, según un Estudio de Cotec España. El virus de la precariedad El drama no es sólo la falta de empleos sino sus condiciones. Precariedad no es sólo el desajuste entre la formación y el actual trabajo. La sobrecualificación no se valora, por lo que genera una flagrante ausencia de expectativas laborales de la propia carrera profesional. Además, para un contrato indefinido falta experiencia y para el trabajo temporal están sobrecualificados. Precariedad es también la abundancia de contratos temporales, aunque ni siquiera un contrato indefinido garantiza hoy en día que el empleo sea estable o bien remunerado. También entra en la definición la insuficiencia del sueldo: cuando no permite la emancipación o acceder a cierto bienestar social. Sin olvidar la dependencia económica que genera a las familias españolas. En ocasiones, la precariedad es la “flexibilidad horaria” que piden en los anuncios. Eso es irregularidad en la jornada y toda la inestabilidad que ello implica. La falta de condiciones o el evitar mencionar según qué normas legales es frecuente. Las normas legales que no aparecen en los contratos, es decir, lo que no se dice, da carta blanca para lapidar los derechos del trabajador. Es precisamente la ausencia lo que imposibilita a su vez actuar para denunciar la situación. Esto es lo que permite que los jóvenes, y no tan jóvenes, accedan a trabajos con las más variopintas carencias.En tanto que se ha naturalizado la precariedad, quien tiene un trabajo bien remunerado acorde con su formación pasa a ser considerado la afortunada excepción. La precariedad muta y se multiplica.

La enfermedad estructural del empleo

Se acabó el cuento. Es ahora, con la crisis, cuando queda más claro que nunca: una carrera no garantiza el trabajo. Por ello, los licenciados convierten la práctica de su oficio en un sueño. “Sólo puedo optar a hacer extraescolares porque piden mínimo dos o tres años de experiencia” explica Lara. Con este panorama, “yo firmaba por ser mileurista y sé que es una miseria”, admite.

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de los pocos de su promoción que ha encontrado trabajo. No obstante, el privilegio supuso un sobreesfuerzo que nunca le recompensaron económicamente. “Tuve que formarme en otra rama con un sueldo muy básico”, añade. Cuando todavía recogemos los escombros del sector de la construcción, Moreno no las tiene todas ante un posible guiño del PP hacia el sector. De hecho, el pasado año terminó con el peor dato de venta y construcción de viviendas en décadas. Si en la época de los excesos, España llegó a tener más de un millón de viviendas en construcción, este año se están construyendo 150.000 y en el segundo semestre de 2012 la cifra rondará los 115.000, según un informe de la consultora Horizone. Fue el sector inmobiliario, que empezó a despuntar con la liberalización del suelo, el principal responsable de que la tasa de paro llegase a superar el 21%. “Como delineante quizá me beneficiaría que invirtiesen otra vez en el ladrillo, pero, ¿por cuánto tiempo?”. El expediente en construcción reúne todas las características para ser matasellado como inestable. “Deben recordar los errores cometidos en el pasado”, asegura Nacho. Victor de Castro, Barcelona, 24 años. No permitió que la asignatura que le queda para licenciarse en Ciencias Políticas le frenase para irse al extranjero. “Necesito mejorar el inglés para trabajar en mediación de conflictos”. Victor duda que pueda hacerlo desde España: el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación deberá recortar más de 1.000 millones este próximo año. En el Reino Unido, Victor puede vivir trabajando 40 o 50 horas a la semana en un restaurante, mejorar el inglés y ahorrar. “En España esto no me daría ni para pipas”. El barcelonés necesitaba un cambio: “Tus padres te dicen que debes estudiar y luego conseguir una vivienda, ahora esos principios se han roto y la realidad no se corresponde con esos ideales”, explica. Emigró porque necesitaba el cambio que no podía encontrar en España, aunque admite que le gustaría estar allí. “Es tiempo de protestar activamente”, sentencia. Los españoles están cada vez más dispuestos a trabajar en el extranjero, afirma el Estudio Anual Catenon de Satisfacción Laboral y Calidad de Vida 2009. Ante la situación actual, los profesionales de nuestro país se muestran dispuestos a expatriarse “por más tiempo y con un menor nivel de exigencia en el sueldo”. Entre los mayores demandantes de empleo en el extranjero hay ingenieros, arquitectos e informáticos. Consideran que su trabajo se valorará más fuera de España. Es cierto que se ha disparado el número de españoles residentes fuera del país –un 21,9% desde el año 2008, según el censo de Españoles Residentes Ausentes (CERA)-.

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Son jóvenes, en su mayoría recién titulados que no han tenido tiempo de cotizar -ni por lo tanto cobrar el subsidio del paro-, y que vuelven a depender económicamente de sus familias Los españoles están cada vez más dispuestos a trabajar en el extranjero, “por más tiempo y con un menor nivel de exigencia en el sueldo” Cambios en el perfil migratorio: España está pasando de ser importadora a exportadora de mano de obra Sin embargo, hay que poner los puntos sobre las íes. Aunque la migración de jóvenes profesionales ya no procede sólo de sectores afectados por la crisis (construcción, servicios) o poco potenciados por el país (ciencia y tecnología). El hecho de registrarse cada vez más titulados superiores lleva a pensar a los expertos que éste atraviesa una “fuga de cerebros”. Fascinada por el término, la prensa española lo ha usado dramáticamente junto a un baile de cifras que en ocasiones puede resultar confusa.

Si bien es cierto, España cuenta con todas las causas para que exista realmente una fuga de cerebros: escasez de inversiones en I+D+I, que limita las oportunidades de científicos y académicos; inestabilidad política y económica; aumento del desempleo y subempleo de graduados universitarios; mejores opciones de retribución económica en el extranjero y falta de competitividad a nivel mundial, entre otras. El pasado 2011 registró por primera vez en 10 años un saldo migratorio negativo, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Salieron de España más personas (507.740) de las que entraron (417.523). Es un hecho. España pierde población. Pero para no crear alarma, cabe señalar que muchos de ellos son inmigrantes nacionalizados que vuelven a casa o cambian de país de residencia. En conclusión, el aumento de españoles en el extranjero se debe principalmente a la migración de retorno a Ecuador, Perú, Bolivia y Brasil, principalmente. A ello contribuye la aplicación de la Ley de la Memoria en América, que ha sumado en el número de ciudadanos españoles residentes en el exterior. Los invisibles Por primera vez en décadas, España está viviendo un cambio de su perfil migratorio. La crisis actual altera la movilidad, por lo que el país está pasando de ser importador a exportador de mano de obra. Por otra parte, es muy difícil cuantificar el número de expatriados españoles, ya que es posible que los registros estadísticos no reflejen las cifras reales. Con frecuencia, los emigrantes no se dan de baja en el padrón español ni se dan de alta en el Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE), por lo que no hay pruebas estadísticas fiables de que se esté produciendo una salida significativa. Así, cabría esperar a los censos de los próximos años para sentenciar la magnitud del fenómeno. Lara, Nacho o Victor no son casos aislados. Forman parte de la “Generación perdida” (bautizada como Generation Crunch en el Reino Unido). Son aquellos jóvenes de veintipocos que han sido arrinconados por una sociedad de la que no se sienten parte. No han pasado ni por una una Guerra civil, ni por una dictadura, pero tienen dificultades. Su moriarti: el neoliberalismo. Se veía venir con un 15-M como colofón final. Todavía siguen indignados, y se van. Hasta ahora nadie parecía haberse dado cuenta de la bomba de relojería en que se ha transformado el país. Queda claro que “se ha acabado la fiesta”, tal y como publicaba The Economist a finales de 2008. The


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Economist asegura que España ha estado viviendo por encima de sus posibilidades. “Maastrich abrió la veda de la inversión extranjera y España ha abusado de los favores de la Unión”, explica el semanario inglés. Desde entonces, España ha arrastrado una serie de enfermedades crónicas que ahora se agravan con la crisis global: alta inflación, baja productividad y un modelo económico cegado en su obsesión por el ladrillo y el turismo. Las prisas impuestas en su día por pertenecer al euro hicieron que España, así como Portugal, Italia, Irlanda y Grecia, accediera al dinero prestado a las mismas tasas de interés bajas a pesar de que las tasas de inflación eran más altas. Si a tal historial añadimos la incapacidad española para resarcirse de los males endémicos y reactivar la economía, no pondremos en duda que España necesita replantearse su modelo productivo y reactivar el mercado de trabajo. José Luis Rodríguez Zapatero prometió crear dos millones de puestos de trabajo y alcanzar el pleno empleo, durante la campaña electoral de 2008. El gobierno Zapatero potenció los contratos temporales, la fórmula de la reducción de jornada -el llamado modelo alemán- y un Plan de Empleo Juvenil centrado en los contratos de prácticas. No sin olvidar los frecuentes Expedientes de Regulación de Empleo (ERE). El resultado: los últimos cuatro años se han perdido más de dos millones de puestos de trabajo y además, las políticas de empleo emprendidas tuvieron resultados mínimos por el impacto de la crisis. Según Eduardo Rojo, Catedrático en Derecho del Trabajo en la UAB, hay que tener en cuenta que pese a las medidas tomadas “aquello que cayó es la contratación en general junto con un incremento del desempleo”. Aunque el paro juvenil no es una novedad en España, con el agravante de la crisis y la mala gestión gubernamental, la tasa de desempleo entre los jóvenes es la más alta de la Unión Europea (UE). Según la Encuesta de Población Activa (EPA), 1,62 millones de jóvenes están en paro. Representan el 30% de los 5,2 millones de parados actuales. ¿Podemos esperar algo revelador tras un historial de reformas que desde el comienzo de la crisis se realizaron con acuerdos de mínimos? No es confianza precisamente lo que inspiró el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con el patinazo a micrófono abierto en Bruselas. “La Reforma puede costarme una huelga general”, afirmó. Gotzon Garcia, Pais Vasco, 30 años. “A ningún otro país se le ocurre recortar en inversión para el futuro”. A España le falta eficiencia y para conseguirla tienen que

empezar por hacer que los científicos, ingenieros, informáticos y enfermeros se queden allí. De lo contrario harán como Gotzon: “Yo vi que no me gustaba el planteamiento, me moví y me adapté”. Lo cierto es que cuando terminó el proyecto de carrera le ofrecieron quedarse en la empresa. “¿Pero cómo iba a aceptar ser mileurista cuando les haces el trabajo su-

Arrastramos problemas estructurales que ahora se agravan con la crisis global: alta inflación, baja productividad y un modelo económico centrado en la construcción y el turismo Gotzon García: “En España hay demasiado por arreglar, debería haber un gran cambio como en Islandia”

Dos de cada tres empleos perdidos en la zona euro corresponden a un español menor de 35 años

cio, se quedan con las patentes y trabajas con productos cancerígenos?”, se queja. Gotzon dejó su pequeño pueblecito en el País Vasco y ahora vive en Escocia donde trabaja en hostelería. “Me ha dado para mantenerme y pedir un crédito para cursar un máster en Energías Renovables”. “En España no podría ni planteármelo”, asegura. “Allí hay demasiado por arreglar, igual debería pasar como en Islandia”, añade. Margaret Mackenzie se está preparando para cursar un máster en Economía en el Reino Unido tras haber dejado atrás su tierra natal, Irlanda. “Me fui de Cork porque quería vivir en una ciudad más grande con más oportunidades” Irlanda ha alcanzado el 30,2% de paro juvenil, según el ultimo Eurostat. “La mayoría de mis amigos están buscando empleo en UK”, nos cuenta Margaret. “A cualquier país le será difícil acogernos, pero estamos en la UE y debemos aprovechar el libre movimiento de personas”. Dos de cada tres empleos perdidos en la zona euro corresponden a un menor de 35 años en suelo español. Sin embargo, el alto desempleo no sólo causa fuga de cerebros en la Eurozona. Nueva Zelanda tiene el peor récord en cuanto a naciones desarrolladas. La situación de los jóvenes de 16 a 30 años es difícil con carácter general, y no sólo en España. Aunque casi una cuarta parte de ellos han salido del país, según un estudio del Banco Mundial de 2010. El éxodo neozelandés es ya algo típico. Muchos se van a Australia, lo que se entiende si sabemos que allí el desempleo cae por debajo del 5%. Emigrar a Australia es lo que hizo Wendy Lodge y allí volverá a finales de este año. “En Nueva Zelanda había que hacer sacrificios y ni siquiera llegaba a ahorrar”. Ahora reside en el Reino Unido, donde no le es difícil trabajar porque habla el idioma, aunque asegura que le hacen contratos temporales “por ahorrarse dinero. Mis vacaciones nunca son pagadas”, se queja. Pero la crisis también se ha notado en el Reino Unido, donde hay censados 5.210 ‘kiwis’ (así es como ellos mismos se hacen llamar). También el número de españoles residentes en Reino Unido ha aumentado en 1.489 personas en el pasado año. Pagar los excesos Viajan para mejorar su currículum y aprender idiomas, entre otras razones. Todos ellos son el rostro del frenazo y engrosan las filas de la emigración laboral que usan como solución a la crisis. Se cuelan por la brecha generacional para huir de su propio país, que ya no es el apropiado. A pesar de que esta solución es una arma de doble filo para el desarrollo técnico y cultural del país.

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La ciudad como escenario

Qué tiene que ver el espacio construido en el desarrollo de la sociedad y su cultura Un reportaje de Sergi Falcó Martínez

Barcelona desde el aire / ARCHIVO

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rbs, uno de los términos que hacía referencia a la ciudad en la antigua Roma, tenía dos acepciones: urbe como espacio construido y como conjunto de culturas y comportamientos sociales. Son acepciones que se retroalimentan: la calle y, por extensión, el ámbito urbano, funcionan como un gran escenario en continua construcción sobre el que actuamos. Las estructuras por barrios, distritos y urbanizaciones, y los elementos básicos de la arquitectura urbana, como una acera, un patio o una plaza, son a la vez causa y consecuencia de nuestros hábitos. Reflejan y limitan nuestros modos de ocupar el territorio. Esta retroalimentación la ilustra Martín Mora, doctor en Psicología Social por la Universidad de Guadalajara, México: “Por un lado, las prácticas concretas de los habitantes producen una estructura característica de la morfología a partir de espacios creados para la diversión, para la producción artística callejera, para los usos públicos. Pero por otra parte, la traza urbana condiciona y genera prácticas determinadas en función del diseño de espacios para el tránsito, para la vida en común”. Los dos conflictos relacionados con la morfología que más marcan a la sociedad son la dicotomía entre lo público y lo privado, a menudo una frontera muy confusa, y la distribución urbanística general de la ciudad: los grupos de edificios, barrios y el modo des-

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En los patios de los conventillos, los inmigrantes bailaban el tango en parejas de hombres, practicando para luego seducir a las mujeres del lugar. Estos patios fueron utilizados, en su condición de aislante, como banco de pruebas para poder ascender socialmente

igual en que los ocupamos. A menudo, ambos conflictos se mezclan. Como ocurrió en Buenos Aires, a principios del siglo XX. Del conventillo al garaje Con la danza del tango se dio un proceso similar al que enraíza a la cultura gitana en varios países de toda Europa o al que genera guetos en las banlieues parisinas. El caso de la danza ríoplatense es muy gráfico: los inmigrantes poblaban las zonas cercanas al puerto de las ciudades con barracas de autoconstrucción que llamaban conventillos. Cada uno tenía unos patios interiores a los que sólo podían acceder los que vivían en las barracas contiguas. Como comunidad aislada de la sociedad, los inmigrantes decidieron construirse su propia microesfera pública –privada a los ojos de los demás- en forma de patio. En ella, bailaban en parejas de hombres lo que luego sería la danza del tango. Todo con un claro objetivo social, el saber cómo impresionar a las mujeres del lugar una vez salieran al espacio público real. Los patios de los conventillos, pues, fueron utilizados, en su condición de aislante, como banco de pruebas para poder ascender socialmente. Aunque no siempre lo tengamos presente, el aislamiento no va asociado por defecto a los guetos empobrecidos o a la marginalización social. Saltamos hasta los años sesenta, en las ciudades de EE UU. Otro tipo de


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La ciudad acera es una urbe esponjada territorialmente donde no hay un centro cultural y donde la clase media vive en casas, submundos privados con jardín incluido el garage rock, surgido en esos años, le debe su nombre a que los miembros de aquellas bandas ensayaban, gracias a las ventajas del ennoblecimiento urbanístico y a falta de un lugar público donde experimentar, en los garajes de sus pequeñas islas habitables. Mientras, a barrios de distancia, mucho más densificados, proliferaban el rap o la salsa, estilos inicialmente desarrollados por comunidades no autóctonas o negras, más empobrecidas y marginadas. Figuras urbanas y estados de ánimo Habitualmente, expresiones culturales como las que hemos visto no son más que el reflejo y la concreción de ciertas idiosincrasias y estados sociales que, evidentemente, también reciben influencias del escenario, de la morfología de la urbe. Uno de esos fenómenos es la creación de figuras concretas de ciudadanos. Véase el yuppie, joven formado y trabajador, a menudo asociado con el subsector de los negocios, que vive y se mueve en entornos bienestantes; el hippie, que vuelve a los valores básicos y, en su papel urbano, opta con frecuencia por la autoconstrucción o la vida rodante; o el yuffie, el homeless, nómada

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anuel Delgado, reconocido antropólogo catalán, es una de las distintas voces críticas con el papel de las instituciones administrativas como reguladoras del espacio público. Según él, la oposición entre civismo e incivismo solo es un invento para coartar al ciudadano y restarle capacidad de acción. En su obra destaca el rumbo que, cada vez más, toman las intervenciones de los poderes fácticos en la arquitectura de la ciudad, alejando cada vez más la concepción de la calle como espacio de proximidad y convirtiéndola en un corredor, en una mera plataforma de tránsito. Martín Mora comparte su opinión: “La normalización es un proceso burocrático que pretende regular las relaciones sociales, como si la vida diaria debiera estar exenta de conflictos. Eso es imposible. Está claro que una sobrerregulación ‘cívica’ no significa urbanidad, vida urbana”. También lo hace la coordinadora de Antropología por la Universidad Autónoma de Barcelona, Teresa Tapada, aunque matiza que no hay que buscar un culpable concreto, sino ideológico: “Hay formas de ver la ciudad competitivas, neoliberales, de ránkings, que generan dinámicas que son de todo menos sociales”. De hecho, apunta al sistema capitalista como el causante de estos efectos, y se muestra crítica con los procesos de segregación que surgen, formados por el afán espectacularizador de muchas intervenciones urbanas, que además, usan modelos preestableci-

y flâneur (o paseante) al margen del sistema, que hace de los espacios públicos o pseudopúblicos –como los bancos, los parques o los habitáculos de las cajas de ahorro- su espacio privado. Algunas figuras, tanto recientes como antiguas, se generan a partir de una homogeneización de los perfiles de habitantes en ciertas zonas. Ha pasado, por ejemplo, en algunas ciudades europeas, como Barcelona, Londres, Birmingham o Berlín, donde las intervenciones urbanas han incluido la regeneración de antiguos centros. Ello ha producido unos resultados similares en varios aspectos en todos los casos. La población autóctona de mayor edad ha disminuido, la población inmigrante se ha mantenido y parte de ésta

dos sin preocuparse tanto por el estado real del territorio a intervenir: “El poder está en la economía y en la política y con las dinámicas comunes en las ciudades lo que finalmente se consigue es desplazar a los vulnerables a bolsas de pobreza muy difíciles de visualizar”. Hemos descrito dos tendencias: normalización y espectacularización. La primera se puede ver en grandes metrópolis y en las relativamente recientes edge cities -urbes con amplias zonas de negocios y oficinas en medio de la ciudad-. La segunda está alimentada por la necesidad de ingresos turísticos y prestigio, y genera ciudades museo. Frente a ellas, se encuentra la sociedad. Abandonada al capitalismo, rara vez se plantea actuar sobre o en la calle si no es para obtener una retribución. Es la otra definición de civismo, ese que el orden establecido pretende hacer entender como el respeto entre las personas en el espacio público. Las excepciones a ese comportamiento suelen ser noticia, vista a menudo como negativa. Pero no siempre: las manifestaciones en Sol o las proyecciones públicas del artista polaco Krzysztof Wodiczko, emergen en la opinión pública como algo positivo que no debería ser tan extraordinario o infrecuente. Solo son ejercicios donde, como pide el urbanista y teórico cultural francés Paul Virilio, volvemos a ser urbanos en plenitud, a jugar a las indisciplinas frente a los dispositivos de poder.

La calle: creatividad versus poder regulador

aislamiento social sucedía en urbes como Atlanta, Seattle o Washington. Los protagonistas a nivel urbanístico también eran –y son- suburbios que funcionaban a través de la exclusión social. Esta vez, sin embargo, el reverso de la moneda: extensas barriadas de casas unifamiliares. Es lo que se llamó ciudad acera, una urbe esponjada territorialmente donde no hay un centro cultural y donde la clase media vive en submundos privados con jardín incluido. Los urbanistas atribuyen su formación al boom de la industria automovilística y a la enorme parcela de terreno que, ya desde los colonos europeos, ha tentado a los ejecutores del poder a construir de forma extensiva en lugar de masificar en América del Norte. Este caso también tiene peculiares efectos en determinados campos de la cultura:

ha sufrido procesos de segregación e hiperdensificación dentro de determinadas zonas y, por último, la población joven, autóctona y formada se ha multiplicado exponencialmente. Esto último, el auge de afluencia de clases medias o altas autóctonas en caso de intervención urbana, recibe el nombre técnico de gentrificación. En la capital catalana, este aumento, tal como demuestran Tapada-Berteli y Arbaci (2009), ha llegado a cotas altísimas en algunas secciones censales de Ciutat Vella. Hay picos del 3880% de incremento de población con formación universitaria desde mediados de los ochenta hasta hoy, tramo en el que se ha llevado a cabo un programa macro de regeneración urbanística en la zona. En parte,

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Perfiles urbanos prototípicos (y no tanto)

una crecida motivada por el notable porcentaje de viviendas de alquiler, que sólo es inferior al 50% en 18 secciones censales. Esto es, en cinco sextas partes de Ciutat Vella, hay más viviendas en alquiler que en propiedad. Esta tendencia ha ido de la mano del surgimiento de ciertas culturas, contraculturas y modas en las zonas centrales de estas ciudades. En Barcelona, la consigna juvenil más reciente acorde con este movimiento sociodemográfico es la de la ‘gente normal’. Se trata de un recuperado concepto anti-yuppie -muy similar a este opuesto en tanto que es clasicista y exclusivo-. Fruto de la coyuntura actual de crisis económica y social, el término se asume en discursos públicos y ámbitos comerciales en busca de una identificación social engañosa: por una parte, la de acercar ciertas figuras deportivas o sociales de éxito al resto de la sociedad y por la otra, menos recurrida en ámbitos comerciales pero sí a nivel discursivo –incluso en la política-, la simpatética, es decir, aquella asociación de ideas con el objetivo de que la gente se sienta parte del mensaje a base de recordarle sus limitaciones, su normalidad. Este nuevo icono puede confundir en cuanto a su procedencia. Se toma el término de un producto cultural concreto, como es una versión del tema ‘Common People’ de Pulp por parte de Manel, pero no hay que perder de vista que éste se acuña para nombrar una proyección social, la de la acumulación de gente joven y preparada -no yuppie, es decir, no exitosa- en determinados barrios históricos barceloneses como Gràcia, el Raval, el Gòtic o el Born, siempre como efecto indirecto de una intervención urbanística.

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El territorio urbano también hace las veces de terreno de juego en lo que concierne a la expresión de estados sociales entendidos como estados de ánimo colectivos. En Londres, por ejemplo, el binomio de las raves y el acid-house asumió a finales de los ochenta una vía de escape a lo comercial. Fiestas underground o alejadas de los centros urbanos, en viejas construcciones abandonadas de su uso productivo –fábricas, almacenes, galerías- y sólo rehabilitadas por y para el

En Ciutat Vella hay picos del 3880% de incremento de población con formación universitaria en los últimos 25 años sector del ocio, con el objetivo de disfrutar, como indica Ken Goffman, de la “vibración comunitaria”. En definitiva, los jóvenes de entonces –y de hoy- lo utilizaban, literalmente y psicotrópicos mediante, para abstraerse de la realidad. Una tendencia distinta y actual es el aumento de los eventos y fiestas en roofs, tejados de edificios, también pseudoprivados y alejados de la calle. Pero el motivo es distinto: en ambientes chic, de cócteles y servicios de gastrobar, no

Florencia: Una de las ciudades-museo por antonomasia, ha adaptado las tendencias urbanísticas en el centro urbano a las exigencias de una economía basada en el turismo, cuyo reclamo principal han sido los vestigios culturales de la época dorada de la ciudad. Pisa, Dubrovnik o Praga reúnen condiciones similares, y otras ciudades, sin un reclamo histórico o monumental tan obvio, no dejan de dirigir sus intervenciones urbanísticas a un lavado de cara en pos de convertirse en un gran escaparate: Barcelona, Nueva York, París…

Berlín

cualquier destino típicamente turístico vale. : El gran banco de pruebas urbanístico a nivel occidental tiene una marca histórica particular. Con la Berlín postmuro todavía adolescente, hay vigencias urbanísticas de la época de la Guerra Fría mezcladas con una tendencia, desde los noventa hasta hoy, basada en experimentar con macroproyectos de manera indiscriminada –Postdamer Platz y aledaños, Alexander Platz, Ciudad de los museos y alrededores, etc.-. En especial desde la pasada década, la capital alemana es también una curiosa y extremadamente espectacularizada ciudad orientada al turismo.

Tokyo: Metrópolis con un

se busca el trance y la escapatoria que ofrece la mezcla de ritmos robóticos y MDMA, sino aparentar o reflejar una posición bienestante y exclusiva. Red urbana y red social Para estados de ánimo, las protestas masivas de 2011. Han sido, quizás, el evento del año. La acción más significativa del curso ha ocurrido en el ámbito público. Pero el escenario físico no ha sido el único soporte de las protestas masivas. La potencia de difusión que da Internet, en especial las redes sociales, ha sido clave. Sin llegar a sustituir las funciones relacionales de la calle –“Es verdad que han generado una nueva agencia humana colectiva, más implicada y activista, pero siempre en función de asuntos totalmente vinculados a la esfera pública”, opina Martín Mora-, la red ha servido para inocular gérmenes en forma de llamadas a la acción, las mismas que antes circulaban a través de panfletos, dípticos y carteles. Una vez ésta se ha llevado a cabo, hemos recordado el uso de un elemento arquitectónico clave en el desarrollo de las sociedades: la plaza. De Sol o Cataluña a Tahrir, pasando por la plaza del Kremlin, estos espacios, viejos símbolos de proximidad y vida urbana, han retomado con especial potencia el componente de ágora que parecían perder silenciosamente. Y ha ocurrido de forma espontánea, evidentemente al margen de intervenciones administrativas y en la plaza, el escenario donde más actores pueden caber y a la vez ser vistos por nuestra sociedad mediatizada.

corazón normalizado al límite. La capital nipona es un laberíntico y enorme corredor por donde transitan millones de ciudadanos. Asuntos extraurbanísticos hacen que la mayoría de los habitantes se desplacen una media de tres horas diarias en los trayectos entre su vivienda y el lugar de trabajo. Es curioso también el resultado de la mezcla de caracteres de las sociedades orientales y las costumbres occidentales: el conflicto entre espacio público y privado se radicaliza, no pudiendo comer en la calle y desarrollando formas de ocio muy privadas, como los habitáculos en los bares y locales nocturnos. Shanghai o Hong Kong comparten esta falta de proximidad en la calle, pero también lo hacen ciudades oc-

Turín

cidentales como Los Ángeles. : O la transformación más vertiginosa de las últimas décadas. Ciudad prealpina y eminentemente industrial en el último siglo, ha recuperado la etiqueta de ciudad vanguardista y activa culturalmente gracias a una reproyección turística del particular marco urbanístico heredado de la época renacentista y a una reorientación de la urbe como centro universitario por encima de su decadente peso industrial. La transformación se acentuó especialmente a partir de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2006.


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Análisis

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Ecologismo por default Por Manuel HTG

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stamos en un momento de transformación política, social y económica. Las izquierdas pierden su identidad y base. El concepto de clase explotadora y clase explotada toma una nueva vertiente: todos terminamos siendo esclavos de un sistema económico y productivo. Por esto mismo, otros conceptos comienzan a tomar fuerza y a transformarse. Los ideales ecologistas comienzan, o comenzarán, a tomar cierta relevancia que, guste o no, forzará el cambio del sistema por la naturaleza del mismo. No se trata de salvar un árbol o un bosque, sino que son premisas que, bien argumentadas, nos apuntan a que el modelo está obsoleto y, por tanto, habrá que transformarlo. Fijémonos en las energías renovables. Por un momento vamos a olvidarnos de las ventajas más obvias de origen ecológico y pensemos en un horizonte temporal de unos 50 años. Ahora, sobre ese horizonte, comparemos con la energía nuclear y con el petróleo. La energía nuclear es barata, pero tiene truco: los beneficios van a manos privadas y las pérdidas se socializan, es decir, se derivan a generaciones futuras y a futuros contribuyentes. Teniendo en cuenta incidentes como el de Fukushima, es evidente que los riesgos no son tan bajos para las consecuencias que tienen. En números, Fukushima es una de las 442 nucleares que hay en el mundo, en las cuales se han dado hasta 11 incidentes graves en los últimos 30 años. De ahí se deriva que, si obligásemos a los promotores de la nuclear a responsabilizarse de sus riesgos mediante seguros y a cubrir los costes de los residuos, la nuclear dejaría de ser una energía barata. Observemos ahora el petróleo en el contexto actual: Brasil y China crecen a ritmos imparables, demandando así cantidades ingentes de petróleo. En este sentido, tenemos una situación en la que la producción está alcanzando un punto en el que no es capaz de satisfacer el aumento de demanda. Si a esto sumamos que el petróleo que se extrae es cada vez menos puro, su extracción más cara y que las reservas se estiman suficientes para abastecer entre 40 y 70 años, resulta que el petróleo está en sus últimas. Volviendo ahora a las renovables, vemos que estas han seguido la tendencia contraria: un abaratamiento progresivo en producción. Bajo este panorama es lógico pronosticar un cruce de precios (mismo precio por energía producida), y en esta situación, las renovables tienen todas las papeletas de tomar la po-

sición dominante. Sigamos ahora con el modelo productivo: la obsolescencia programada, la producción imparable y el consumismo puro. Global Footprint Network realiza un estudio muy interesante sobre el impacto humano en la Tierra y los recursos que utilizamos en el planeta. La idea es simple, si estimamos los recursos que cada humano utiliza de la tierra considerando todo tipo de materias primas y lo medimos en hectáreas, ¿cuántos recursos usamos por habitante? Teniendo en cuenta, además, el crecimiento incesante de la población humana, se estima que necesitamos dos planetas para que el ecosistema produzca lo que consumimos. Visto de otra forma: extraemos el doble de recursos de los que genera el planeta. Esto tiene dos salidas: o cambiamos el modelo o el sistema está destinado al colapso, con la consecuente vuelta a las cavernas. Relacionado con la utilización excesiva de recursos tenemos a los grandes productores de bienes de consumo. Estos diseñan sus productos con una vida útil por debajo de lo natural que, además, coincide con el fin de la garantía más un margen de seguridad. Aumentar la vida útil de los bienes es simple: consiste en diseñar para la durabilidad y no para lo contrario. Para ello, lo necesario es una regulación más estricta en los controles de calidad. Este es un simple ejemplo, pero los hay incluso más sencillos: la prohibición de ciertos envases. Comprar dos manzanas sobre una bandeja de poliespan plastificada es un absurdo tan fácil de legislar que resulta sorprendente que se permita. Apostar por seguir con el modelo actual es, ciertamente, un suicidio colectivo. No se puede sacar de donde no hay. Así pues, ya vemos que tendremos que tener cambios o los cambios nos vendrán. Tener conocimiento de esto y apostar en esta dirección no debería simplificarse como una solución “ecologista”. Es más bien posicionarnos de forma inteligente en lo que será un panorama real en menos de 20 años. El concepto sostenible está dejando de ser algo reservado a los ecologistas; empieza a convertirse en un cambio forzoso que se efectuará inexorablemente. El gran problema es cómo lo haremos: cuando sea totalmente inviable seguir como antes -estrellándonos de boca contra el suelo- o cambiando el modelo de forma paulatina, investigando y desarrollando para obtener las bases del nuevo sistema antes del total agotamiento del anterior.

De tecnócratas, consejeros y políticos Por Bea Garrido Arjona

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e les llama “profesionales de la política”, se afiliaron a un partido, asistieron a unos cuantos congresos, saben dar discursos largos, reprochar las actuaciones del gobierno anterior y dicen obviedades cuando alguna personalidad fallece. Son los políticos, esos grandes desconocidos que defienden su ideología y que toman las decisiones por los ciudadanos. Por supuesto que los hay competentes, sin embargo, un término se ha puesto de moda en los últimos meses: el tecnócrata, otra forma de sugerir que aquellos que nos gobiernan no tienen ni idea. Un tecnócrata es especialista en su materia, un técnico ajeno a ideologías que, en teoría, debe tomar las decisiones basándose en su conocimiento científico. De hecho Mario Monti, el nuevo premier italiano es uno de ellos, aunque no ha sido escogido democráticamente. No entraremos en analizar los resultados de su gobierno, aún es pronto para decidir si un tecnócrata es mejor que un político. Si se supone que es un técnico y sabe más, ¿porqué no se escogen expertos en cada materia para repartir las carteras ministeriales? Las ideologías políticas son necesarias, cada color tiene su receta para salir de la crisis y el debate es bueno y enriquecedor. Pero más allá de filosofías clásicas y romanticismos varios, no entiendo porqué tenemos una ministra de Sanidad que es socióloga, una cirujana como ministra de Fomento y un licenciado en Derecho en la cartera de Agricultura. Prácticamente todos los inputs que llegan a los ciudadanos últimamente son negativos en lo que se refiere a política y economía. Los políticos están mal valorados y la sensación de democracia y pluralidad está coartada por casos de corrupción, una Unión Europea con demasiado protagonismo y pocas expectativas para los jóvenes. Necesitamos una regeneración de la política y un replanteamiento de los valores de la democracia, ¿por qué no lo dejamos entonces en manos de expertos? La forma en que se injertaron Mario Monti y el primer ministro griego, Lucas Papademos, no ha sido la más adecuada. El sistema “a dedo” aplicado por la UE para este propósito ya está demasiado trillado en la política. Aunque Mariano Rajoy no se ha dado por aludido y ha evitado un gobierno tecnócrata, quizás en un futuro nuestros representantes políticos debieran escoger personas más cualificadas para gestionar según qué ministerios. ¿O no piden tanta formación y años de experiencia hoy en día para todos los trabajos? Ya está bien de enchufismo.

“La democracia es cancerígena y su cáncer es la democracia” - William Burroughs

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Mujeres en tiempo de crisis

Con la creciente importancia de las mujeres en el mercado laboral han surgido enfoques críticos, sobre todo desde la economía feminista, para que se integre la reproducción social en el circuito capitalista tradicional Un reportaje de Estefania Ruiz Valenzuela

Mujer y pinza / Estefania Ruiz Valenzuela

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a incorporación de las mujeres al mercado laboral es una realidad cada día más visible en la sociedad española. Si bien desde los años noventa este colectivo ha formado parte del sistema capitalista, ha sido a partir del 2008, con la explosión de la crisis económica mundial, cuando el colectivo femenino ha tenido una mayor presencia en la producción nacional. Su incorporación al mercado laboral se ha traducido en un menor tiempo para hacer frente a aquellas actividades que históricamente se han asociado con las mujeres como, por ejemplo, el cuidado de los hijos, la manutención de la familia y el hogar. Según los datos recogidos durante el 2011 por el Instituto Nacional de Estadística (INE), las mujeres sufren menos paro y tienen una tasa de empleo más alta que los hombres. En total, se cifra en 18, 40% el paro femenino mientras que el masculino

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alcanza el 20, 32%. Además, la tasa de empleo ha subido, desde 2005 y hasta 2009, 1,6 puntos mientras que la de los hombres ha bajado 8,8 puntos. El aumento de mujeres en la economía tradicional no se ha traducido, sin embargo, en cambios sustanciales en los usos del tiempo. La historia, la publicidad, las películas o los medios de comunicación, entre otros, han mostrado siempre la división que existe entre hombres y mujeres a nivel ocupacional otorgando a cada sexo un rol diferenciado. Mientras que a los varones se les ha asociado con el trabajo remunerado fuera de casa, a las mujeres se las relaciona con las tareas del hogar y, por tanto, con el espacio privado y doméstico. Esto es lo que se conoce como división sexual del trabajo. Una de las encuestas que refleja esta diferencia es la que elabora anualmente el INE sobre el empleo del tiempo. Según los datos

del 2009 y del 2010, las mujeres invierten en el hogar y la familia cuatro horas y siete minutos. En cambio, los hombres únicamente le dedican una hora y 54 minutos. Estos datos son significativos cuando consideramos la incorporación al mercado laboral de las mujeres que, debido a la crisis en el sector de la construcción, básicamente masculino, han tenido que hacer frente a una doble jornada laboral restando tiempo a los cuidados del hogar y la familia. Además, como son ellas las que siguen encargándose, casi de manera exclusiva, de estas tareas, han tenido que buscar empleos a tiempo parcial que les permitan combinar los dos tipos de actividades. A pesar de que, según los datos económicos del pasado 2011, los contratos a tiempo parcial en mujeres han disminuido, este colectivo representa el 77,6% del total de ocupados con este tipo de convenio laboral. Las


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El circuito del trabajo / Elaboración de Cristina Carrasco a partir de Picchio 2001

razones que llevan a considerar empleos parciales en detrimento de jornadas a tiempo completo son, por ejemplo, la necesidad de seguir cursos de enseñanza o formación, tener algún tipo de enfermedad o incapacidad o el hecho de no encontrar trabajo de 40 horas semanales. En este sentido, la publicación de ‘Mujeres y hombres en España del 2011’, elaborada por el INE en colaboración con el Instituto de la Mujer, muestra otra diferencia más entre hombres y mujeres. En este caso, el 17,8% de las mujeres activas encuestadas responden que la elección del trabajo parcial se debe, fundamentalmente, a la necesidad de cuidar niños, adultos, enfermos, discapacitados o personas mayores. En contraposición, sólo el 1,4% de los hombres elige esta opción. Susan Pinker, psicóloga canadiense, periodista y autora del libro ‘La paradoja sexual’, asegura que las diferencias biológicas entre los dos géneros pueden explicar algunos aspectos de las elecciones laborales de las mujeres, el tipo de trabajo que las atrae y cuántas horas están dispuestas a dedicarle. Pinker afirma, siguiendo este discurso posfeminista, que “las convenciones sociales nos afectan, pero las presiones sociales no pueden explicar por sí solas la mayor empatía que se observa en niñas y en mujeres ya desde los primeros días de vida y en culturas, edades y clases sociales diferentes. En todas las sociedades muestran más interés por el prójimo, presentan conductas de cui-

Las mujeres invierten en el hogar y la familia 4 horas y 7 minutos. Los hombres únicamente le dedican 1 hora y 54 minutos. El 17,8% de las mujeres activas responden que la elección del trabajo parcial se debe, sobre todo, por la necesidad de cuidar a niños, enfermos, discapacitados o personas mayores

dados a los demás y suelen valorar más las relaciones que la competitividad”. Al margen del sistema capitalista El trabajo doméstico nunca ha formado parte del circuito clásico de la economía capitalista dado que el propio sistema ignora toda aquella actividad que no suponga un intercambio de dinero. Es lógico entonces, que desde una visión económica pura donde la producción y el capital son los dos factores vertebradores, las tareas realizadas en el hogar carezcan de valor monetario. En este contexto, la economía capitalista ha designado trabajo a la actividad desarrollada en el mercado y ha conceptualizado como no-trabajo a aquella realizada en los hogares contribuyendo a consolidar una valoración distinta tanto para la actividad como para las personas que la realizan. Antonella Picchio, economista italiana y docente en la Universidad de Modena, considera que “las teorías económicas excluyen del cuadro analítico general el proceso de reproducción social de la población y, normalmente, consideran las condiciones de vida como un efecto final de la producción”. Esta opinión también la comparte Cristina Carrasco, economista y profesora del departamento de Teoría Económica de la Universidad de Barcelona (UB), quien afirma que “la economía capitalista, al preocuparse sólo del mercado y relegar al limbo de lo invisible el trabajo doméstico y de cuidados,

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Estudio de caso

“Sacrifiqué mi trabajo por cuidar a mi segunda hija” La crisis económica se ha traducido en una reducción drástica de los puestos de trabajo pero, también, ha provocado una mayor participación de la mujer en el mercado laboral. Aun así, todavía hoy, una gran parte de las mujeres que se incorporan al trabajo remunerado elige hacerlo con jornadas a tiempo parcial, inferiores a las 40 horas semanales. Paqui Valenzuela es sólo uno de estos casos. Actualmente, trabaja a media jornada como dependienta de un estanco-librería y dedica el resto del tiempo a las tareas del hogar y el cuidado de sus familiares a pesar de que sus dos hijas ya son grandes e, incluso, una de ellas vive fuera. Sin embargo, no siempre prefirió esta jornada. “Hasta que nació mi segunda hija trabajé siempre a jornada completa como pastelera y luego en diferentes fábricas textiles, pero me di cuenta que casi no pude disfrutar de su infancia. Por eso, con la nueva hija

en camino sacrifiqué mi trabajo por cuidarla a ella”. Sin embargo, con el paso de los años y a medida que las hijas iban creciendo, Paqui volvió a retomar el trabajo remunerado. Esta vez, pero, a media jornada. “Ahora distribuyo el tiempo de manera diferente. Trabajo pero también he empezado a estudiar informática y, además, tengo que cuidar a mis padres que están mayores y viven solos”. De la casa, sigue ocupándose ella con la ayuda de su marido y una empleada del hogar. A pesar de que Paqui necesita una empleada para hacer frente a las tareas del hogar, no cree que remunerar este tipo de actividades sea la mejor solución. “ Lo que es realmente necesario es que la pareja asuma el mismo grado de responsabilidad con todo lo relativo al hogar y a los cuidados. Sólo así, con un reparto igualitario, se podrá llegar a desvincular la idea de mujer y ama de casa”.

nes y servicios producidos desde el ámbito doméstico como la comida o el vestido así como el cuidado de la vida en relación con el afecto y las relaciones personales. Valorar el trabajo doméstico está eludiendo toda responsabilidad sobre las condiciones de vida de la población”. Con el objetivo de extender los límites del análisis más allá del mercado, la economía feminista ha desarrollado un nuevo enfoque del mundo social y económico que integra todos los trabajos necesarios para la subsistencia, el bienestar y la reproducción social. Este espacio de desarrollo humano es clave para la actividad económica mercantil ya que garantiza la reproducción de la población. Tal y como argumenta Cristina Carrasco, “las condiciones de vida de la población no dependen sólo del salario sino que también son importantes las condiciones en que se desarrolla la vida cotidiana más allá del empleo”. Por eso, la producción que se representa en la parte inferior del diagrama de la página anterior incluye los bie-

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El trabajo en el hogar y el cuidado de la familia han sido asumidos por las mujeres y, por ello, dedican menos tiempo al trabajo remunerado o bien, contratan a otras mujeres para que se encarguen de los cuidados del hogar. Desde la economía feminista se preguntan si, dada la importancia que tienen estas actividades para la reproducción social de la población, no sería más justo y equilibrado asignarles un valor monetario. En relación con esta demanda, desde el Instituto de Estadística de Cataluña y el Instituto Catalán de las Mujeres, se consideró que era necesario dimensionar el trabajo no remunerado, a través de una nueva fuente estadística. Para ello, Mónica Serrano y Cristina Carrasco, ambas profesoras de la UB, elaboraron, en 2001, las Cuentas Satélite de la Producción Doméstica de los Hogares de Cataluña que miden y valoran los

bienes producidos en los hogares de forma análoga a las valoraciones que se realizan de la producción de mercado. Para ello, se le otorga a las actividades domésticas un valor del trabajo a través del método de reemplazamiento. Es decir, se considera el salario que recibiría una persona contratada por realizar ese trabajo y se multiplica por las horas que dedica partiendo de la encuesta del Uso del Tiempo del INE. Los resultados de las cuentas satélite en Cataluña mostraron que el trabajo doméstico era de 54.242 millones de euros, lo que su-

Las teorías económicas excluyen del cuadro analítico general el proceso de reproducción social de la población pone un 40% del PIB de Cataluña en el año 2001. En Euskadi y Galicia, donde también se han hecho cuentas satélite, representa en el PIB un 37% y un 33%, respectivamente. Según Mª Angels Durán, Catedrática de Sociología y Profesora de Investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), si el Estado convirtiera a trabajo completo las horas dedicadas al trabajo no remunerado, debería crear un mínimo de 26,4 millones de empleos. Cambio de roles Los últimos datos del desempleo cifran en más de 5 millones los parados en España. La crisis financiera y el estallido de la burbuja inmobiliaria han evaporado miles de puestos de trabajo, sobre todo en el sector de la construcción, que ha perdido 295.600 empleos más en 2011. En total, en lo que va desde el inicio de la crisis en 2007, se han destruido 1,5 millones (el 55% del global) de puestos de trabajo. Al tratarse de un sector puramente masculino, muchos hombres se han quedado sin trabajo. En este contexto, las mujeres han ocupado puestos en el tercer sector, uno de los menos afectados por la crisis. Este nuevo contexto ha dinamizado la creación de nuevos roles dentro del hogar. Cada vez más hombres se dedican a las actividades de la casa mientras que las mujeres salen al mercado laboral. Esta reciente situación, relacionada con la propuesta de la economía feminista de dotar de valor monetario las actividades que se dan en el hogar, implica hacerlo con independencia de quien realice dichas tareas, sea hombre o mujer.


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No más CIES Las condiciones de los centros violan los derechos humanos Un fotorreportaje de Arianna Jiménez y Andrea Nieto

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l 18 de diciembre de 2011 se convocó una concentración en el Centro de Internamiento de Extranjeros de Zona Franca en Barcelona (CIE). Familiares y ciudadanos se manifestaron con antorchas y pancartas para pedir el cierre de estos centros que carecen de cualquier tipo de normativa y privan a los internos de toda libertad. La mayor parte de los extranjeros llegan al CIE porque han cometido una falta administrativa, como no tener los papeles en regla; otros, porque han realizado una acción contra el orden público o porque se les sustituye un delito penal por la expulsión. En cambio, dentro no hay distinciones: todos, los que han delinquido y los que no, conviven en el mismo espacio común y comparten las celdas. Todo vigilado por la policía que también se encarga de regular el régimen de visitas de los internos sometiendo a los familiares a controles antes de entrar. En España los CIEs dependen del Ministerio del Interior y retienen a los extranjeros un máximo de 60 días previos a la expulsión, en condiciones de habitabilidad lamentables sumadas a una sanidad y asistencia médica de recursos insuficientes. Una situación indigna que ya ha sido denunciada por el Defensor del Pueblo y el Síndic de Greuges, entre otras instituciones. El 6 de Enero de 2012 murió un joven guineano de 21 años interno en el CIE de Zona Franca. Otra muerte más que se suma a la lista de desaparecidos en estos centros. Es la segunda que se produce en este centro después de la muerte del interno Mohammed en diciembre de 2010. Dos días después, se convocó otra concentración para pedir su cierre definitivo y el de todos los CIEs del país.

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Fin del conflicto vasco

Cómo decir adiós a ETA

Los expertos apuestan por decisiones valientes, adecuadas a la situación actual Un reportaje de Imanol Crespo Martínez

Ejemplar de ‘Adiós a las armas’, del periodista Antoni Batista, sobre una ikurriña, bandera y símbolo del pueblo vasco / Imanol Crespo Martínez

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on más de medio siglo de historia y un balance de 829 víctimas mortales en más de 700 atentados, Euskadi Ta Askatasuna, nombre completo de la organización terrorista ETA, decidió poner punto y final a la violencia como vía para conseguir sus objetivos. Han tenido que pasar 43 años desde la primera muerte -el guardia civil José Ángel Pardines Arcay en 1968-, para que ETA se convenciera de no volver a asesinar, lo que abre un nuevo debate sobre cómo encarar el proceso de paz. En una declaración histórica el 20 de octubre de 2011, ETA se presenta ante España, en su habitual escenificación, para abogar por “el cese definitivo de su actividad armada”. Lo hace por primera vez de manera unilateral y sin exigir nada al Estado; sólo la voluntad de negociación para acabar con la violencia. “En Euskal Herria se está abriendo un nuevo tiempo político. Estamos ante una oportunidad histórica de dar una solución justa y democrática al secular conflicto político. Frente a la violencia y la represión, el diálogo y el acuerdo deben caracterizar el nuevo ciclo”. Y acaba el comunicado

La opinión de los expertos en conflictología y los ejemplos de las tres organizaciones terroristas más importantes de Europa nos ayudan a dilucidar los pasos a seguir para llegar al final definitivo del conflicto vasco

con “un llamamiento a los gobiernos de España y Francia para abrir un proceso de diálogo directo que tenga por objetivo la resolución de las consecuencias del conflicto y, así, la superación de la confrontación armada”. En este sentido, los expertos en conflictología sostienen que es ahora tarea del Gobierno español tomar decisiones para avanzar en el camino de la paz. La normalización política de la izquierda abertzale, la legislación de los presos de ETA o la revisión de condena a Arnaldo Otegi son algunos de los puntos claves que deben ser revisados, según los especialistas, en favor -siempre- de la reconciliación de la sociedad civil vasca; un objetivo a largo plazo que se tiene que abordar lo antes posible. Sin excepciones Es el principal escollo de la negociación y, por tanto, el punto clave para avanzar en el proceso de paz. Acabar con las condiciones excepcionales que se aplican a los presos de ETA respecto a los comunes es, en estos momentos, la máxima

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Irlanda

El IRA tardó cuatro años en pedir perdón El terrorismo del Ejército Republicano Irlandés (IRA), en sus diferentes escisiones, por la región del Ulster (Irlanda del Norte) ha sido, seguramente, el más similar al movimiento vasco. No obstante, a diferencia del caso español, el fin del IRA no se puede explicar sin la normalidad con la que se ha venido negociando durante muchos años. Los encuentros existían incluso después de importantes atentados como el acontecido en 1992 en el centro financiero de Londres, la City, en el que murieron tres personas. Sólo así se llegó a los Acuerdos de Viernes Santo, en 1998, para el abandono definitivo de las armas del IRA. El acuerdo era la consecución de todo un proceso de negociación que dejaría momentos históricos como el Acuerdo Anglo-Irlandés de 1985 entre Thatcher y Fitzgerald, entonces primeros ministros de Reino Unido e Irlanda; los encuentros secretos de los líderes de los partidos nacionalistas del Sinn Féin y el SDLP en 1988 -considerados como la base para convencer al IRA de apostar por la vía política-, así como la Declaración

exigencia de los terroristas, empezando por el acercamiento de los casi 700 etarras que continúan en prisión. De hecho, según datos de la Audiencia Nacional y la Asociación Etxerat, 144 reclusos estarían fuera de España y sólo ocho en el País Vasco. La medida preventiva de dispersión que se empezó a aplicar en 1987 pierde sentido, según los expertos, con el actual contexto de paz. Eduard Vinyamata, director de la Escola de Pau de la UOC, lo tiene claro: “Se hacía una excepción para presionar a ETA, pero ahora no tiene sentido. Que cumplan las normas; así como los de ETA, que cumplan las normas”, dice Vinyamata para referirse a la importancia de la vía política. El aislamiento social de los presos no es el único elemento a tener en cuenta en la negociación. Tal y como defiende Gemma Calvet, abogada y consultora, el cambio debe acabar con cualquier tipo de discriminación entre presos: “Lo que se debería producir es un cambio importante de la política penitenciaria, que pasaría lógicamente por la conducción de los presos de ETA a las prisiones del País Vasco y, en segundo lugar, por una supresión de toda la excepcionalidad pe-

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de Downing Street que acabaría con la tregua de 1994. Con los Acuerdos de Viernes Santo, el Sinn Féin (partido político equivalente a Batasuna) obtuvo la total integración en la vida política norirlandesa. Sin embargo, lo acordado en 1998 tenía unos objetivos claros pero no la hoja de ruta. Eso hizo alargar el proceso de paz que incluso levantó momentos de crisis y desconfianza, que a punto estuvo de volver a romper la tregua. Finalmente, Tony Blair aceptó la puesta en libertad de centenares de presos, saliendo los últimos en el 2000 de la cárcel de Maze. Pese a las duras críticas que sufrió, un año después se hacía efectiva la primera destrucción del arsenal del IRA, en un proceso imparable, que derivaría en el perdón a las víctimas por la muerte de civiles en el 2002, así como el fin total de la campaña armada en 2005. Actualmente, sólo queda una última escisión -IRA Auténtica- que, según los expertos en conflictología, es fruto de la venganza, lejos de los objetivos originales del IRA, y que, por lo tanto, se apagará de la misma manera repentina en que surgió.

Acabar con las excepcionalidades de los presos de ETA, poner en libertad a Otegi y Díez, legalizar Sortu y consolidar la vía política de la izquierda abertzale son las propuestas de los expertos para conseguir el reconocimiento de las víctimas, la entrega de armas y la disolución de ETA

nal penitenciaria en materia de derechos penitenciarios y beneficios penitenciarios”. Tal y como nos desgrana Gemma Calvet, en este grupo se englobarían todas las teorías jurídicas de alargamiento de condenas, acceso a tercer grado y a la libertad condicional, la excarcelación por enfermedad, así como la Doctrina Parot -la reducción de penas se aplica a cada una de ellas y no al máximo legal permitido (30 años) según el Código Penal-, la cual califica de “barbaridad”. Resolver las paradojas Los nombres de Arnaldo Otegi y Rafa Díez, entre otros, no dejan de sonar. Los líderes de la izquierda abertzale siguen condenados por el caso Bateragune, supuestamente, por recibir órdenes de ETA

Gemma Calvet: “Se debería producir un cambio importante de la política penitenciaria” para crear un órgano que actuara como “brazo político” de la organización terrorista. Todas las informaciones, en cambio, apuntan a que fueron piezas clave para convencer a la cúpula de ETA del abandono de las armas. En el libro publicado por el periodista Luis R. Aizpiolea y Jesús Eguiguren, presidente del Partido Socialista Vasco, hemos sabido que las negociaciones se iniciaron en el año 2000. Entonces, Eguiguren se reunió en varias ocasiones con, precisamente, Arnaldo Otegí, líder de Batasuna. En este sentido, todos los contactos serían, según Eduard Vinyamata, clave. No obstante, todo se truncó en mayo de 2007. Es a partir de entonces cuando los partidos de la izquierda abertzale confirman el giro hacia la no violencia. “En la última etapa, ha habido un proceso de paz sin negociación. Esto es un caso atípico”, dice Vicenç Fisas, director de la Escola Cultura de Pau de la UAB, para resaltar la importancia del cambio de la izquierda abertzale como cimiento del proceso de paz. Y sentencia luego, con una leve sonrisa, convencido del papel de estas dos figuras: “A Arnaldo Otegi y Rafa Díez habría que hacerles un monumento”. Meses después de la declaración de ETA, Otegi, Díez y otros dirigentes abertzales se encuentran todavía condenados a la espera del fallo del Supremo. Algo similar pasa con la ilegalizada Sortu. Con Bildu y la coalición Amaiur en las insti-


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Consolidación de la vía política Las últimas elecciones generales no sólo fueron las del “cambio” del Gobierno Español tras los ocho años de Rodríguez Zapatero. La cita electoral significó la vuelta -y con fuerza- de la izquierda abertzale a las instituciones españolas. Hasta 334.498 votos obtuvo la coalición independentista vasca Amaiur en las cuatro provincias en las que se presentaba, las correspondientes a Euskadi y Navarra, lo que permitiría la entrada al Congreso de los Diputados con siete escaños para esta

Amaiur ha obtenido los mejores resultados de la izquierda abertzale en las últimas elecciones legislatura. Serán, por tanto, los cuatro años con más representación de los independentistas, superando los cinco diputados de Herri Batasuna en 1986. Y es que -recordemos- la presencia de Amaiur en el Congreso supone el retorno de los abertzales después de que la Ley de Partidos abriera la puerta a la ilegalización, en 2002, de la coalición Batasuna. El juez Garzón hacía efectiva la mencionada Ley de Partidos -junio de 2002- tan sólo dos meses después con un auto en el que justificaba la suspensión de toda actividad pública de Batasuna argumentando que “la propia estructura de HB-EHBatasuna -nombres sucesivos del partido abertzale: Herri Batasuna y Euskal Herritarrok- se encuentra integrada en el grupo terrorista dirigido por ETA, habiendo sido creada para complementar su acción terrorista y hacerla más eficaz”. Diez años después, en un contexto totalmente diferente, la cámara baja vuelve a representar el importante independentismo vasco, gracias en gran parte a la legalización de Bildu para las municipales. Sólo así, ETA ha podido aceptar el compromiso y convencimiento de la izquierda abertzale de apostar por la vía política; sin violencia. Para Vicenç Fisas, el giro de este grupo ha sido uno de los factores clave para llegar a este punto, según él, de no retorno de ETA: “El cambio que la izquierda abertzale ha sufrido en los dos últimos años y medio, que le ha llevado a abrazar la no violencia y apostar por las

Del amenazador fin de la Baader-Meinhof al desgaste de las Brigadas Rojas Lejos de pedir perdón, el grupo terrorista alemán de la Fracción del Ejército Rojo, más conocida como Banda Baader-Meinhof, acabó su periplo de violencia en 1998 con un extenso manifiesto que reivindicaba su papel en la lucha contra el fascismo, agradeciendo y recordando a todos aquellos que dieron la vida “por la liberación”. “Queremos recordar a todas las personas que han muerto en todo el mundo en la lucha contra la dominación y por la liberación. Ellas se han puesto al frente de unos objetivos que son las metas del presente y del mañana, hasta que no se hayan eliminado todas las circunstancias que hacen del ser humano un ser esclavizado, abandonado y despreciado. Su muerte es dolorosa pero nunca habrá sido en vano. Ellas pervivirán en las luchas y en la liberación del futuro” Y acaba con una cita de Rosa Luxemburgo: “La Revolución dice: yo soy, yo fui, yo seré”. Al fin amenazante del RAF hay que añadir que nunca entregaron las armas y como decíamos nunca pidieron perdón ni se retractaron de su historia violenta. La banda alemana es el

Eduard Vinyamata: “La política canaliza los extremos. Puede haberlos, pero sin violencia”, Vicenç Fisas: “A Arnaldo Otegi y Rafa Díez habría que hacerles un monumento”

claro ejemplo de la importancia de la presión policial en el agotamiento de un grupo terrorista. En este caso, el fin del comunismo y la caída del muro de Berlín acabó con su escondite en la RDA. No hubo amnistía para ninguno de los presos, de los cuales ya no queda ninguno entre rejas. Por su parte, en el caso de las Brigadas Rojas italianas, un grupo terrorista también de extrema izquierda, no se puede decir que haya existido un final como tal. Tras el secuestro y asesinato del líder democristiano Aldo Moro en 1978 -comparado por su repercusión con el de Miguel Ángel Blanco en 1997- el desgaste social fue haciendo mella, debido sobre todo, a la ruptura con el Partido Comunista italiano, así como con los sindicatos. La presión policial fue dividiendo en grupos cada vez más reducidos las Brigadas hasta su práctica desaparición. No hubo declaración formal, perdón, ni entrega de armas. Sin embargo, la actividad violenta cedió. Sólo en los años noventa se tuvo que lamentar dos asesinatos de las conocidas Nuevas Brigadas Rojas.

Alemania e Italia

tuciones, los independentistas vascos de Sortu esperan la decisión del Constitucional -a la espera de su renovación- para ser o no legales; la otra de las grandes paradojas del proceso.

vías exclusivamente democráticas para lograr sus objetivos, le llevaba a un punto de contradicción con ETA en la medida en que no era posible realizar ningún tipo de atentado porque iba en contravía de las aspiraciones y el proyecto de la izquierda abertzale. Por lo tanto, ETA debía plantearse seriamente el fin de la violencia armada”. Es imprescindible, según los expertos, consolidar el hueco político para el independentismo vasco. “La política canaliza los extremos. Puede haberlos, pero sin violencia”, dice Eduard Vinyamata. Premiar este objetivo con total normalidad -con el resto anteriormente apuntadofavorecerá llegar al fin definitivo de ETA, que tendrá lugar con el acuerdo para la entrega de armas y la posterior disolución de la organización.

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Fin del conflicto vasco

ETA era una fiesta Una literatura que cuestiona la manera de ver el terrorismo

Dos autores, Reverte y Ferré, piensan el terrorismo con sátira Un reportaje de Pablo Muñoz

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TA fue también un conjunto de relatos. O de maneras de leer esos relatos (mediatizados) sobre violencia y secuestros. La noticia de su cese de las armas plantea preguntas que adquieren una vigencia mayor que la de las circunstancias incluso. Porque existe, por vez primera, un cierre en su historia. Un final histórico, delimitado. ¿Qué fue ETA para la literatura española del siglo XX? ¿Y qué ha sido para la del siglo XXI? ¿Cómo se escribió entonces? Y la pregunta que se formula para un montón de escritores: ¿existirá una literatura postetarra? Lo importante es comprender si se pudo escribir ETA de otra manera. Y esa es la pregunta desafiante que seguirá vigente durante muchos años. En 1982, el valiente Jorge Martínez Reverte publicó ‘Gálvez en Euskadi’ con la editorial Anagrama. Martínez Reverte nació en Madrid en 1948 y tiene una reconocida trayectoria periodística, incluyendo el premio Ortega y Gasset de Periodismo. Sin embargo, su más emblemática obra de ficción fueron la serie de novelas que dedicó al detective Gálvez, un periodista de la vieja escuela, armado siempre con su Olivetti, que protagoniza una serie de cinco novelas. La segunda entrega era una novela extraña por muchos motivos. El principal de ellos es hacer del impuesto revolucionario, los secuestros de la banda terrorista, en un año tan agitado como 1981, un marco de humor, una fuente sorprendente de chistes. Ya en el arranque, Reverte dejaba claras sus intenciones con esta canción: “Sin mezclarse con viles criminales / que siempre van armados / de mísero puñal / así balaba el euskaldún / raza viril / al son del txistu y del tamboril”. La novela cayó en el olvido, precisamente por no tomar la gravedad de un relato de interpretación fácil y colocar al lector en una intemperie tremenda: por un lado, la violencia recibe un tratamiento festivo y lúdico y por el otro, el nacionalismo vasco aparece parodiado sin freno, y sin embargo no obtuvo una cierta continuidad (conceptual) una vez pasadas dos décadas. Por otra parte, ni siquiera con el nacimiento de Internet

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y la posibilidad de reivindicar la novela a través de blogs literarios, el libro tuvo mejor suerte: la mayor parte de críticas aluden a lo incómodo de que el humor lidie con un asunto como la banda terrorista y sus víctimas. El tiempo parece haber pasado respecto a la tecnología, pero la recepción es la mía y es más o menos discreta. En el blog Cuéntate la vida, uno de los pocos que ha recuperado la obra de Reverte, se leen alabanzas “a pesar de esta trivialidad con la que se aborda el terrorismo”, con lo que la recepción de la obra sigue siendo igual. Antes de 2005, y exceptuando a Reverte, la literatura española había retratado a ETA de dos maneras: como un relato de desarraigo nacional con consecuencias sangrientas o como un relato de

La literatura, para Ferré, es un acto terrorista Ferré: “La risa da tanto miedo hoy como en la Edad Media” Ferré: “En un país de corruptos y vividores de medio pelo la moralización es casi un reflejo pavloviano”

víctimas impermeables. ¿Es la historia de un conflicto solamente la historia de sus efectos más inmediatos? Se publicó ‘La fiesta del asno’ de Juan Francisco Ferré, una novela imposible y sarcástica, con algunos ribetes kafkianos. Pero un vasco no podía amanecer convertido en cucaracha, así que Ferré imaginaba a un vasco despertando y descubriéndose guardia civil. Se abordaba algo que hasta entonces había quedado fuera: el periodismo. La dimensión mediática del asunto. ETA fue también una cultura televisiva. El asesinato de Miguel Ángel Blanco fue tratado como un drama a gran escala, hasta el punto de que el drama perdió el sentido o la concreción. En 1998, ETA fue algo más que un gran relato periodístico, fue el gran espectáculo televisivo de máxima audiencia. La novelística española, sin embargo, permanecía ajena a un tratamiento no dramático o no convencional hasta la llegada de la novela. Ferré nació en Málaga en 1962, y se doctoró en Filología Hispánica. Además, trabaja como profesor investigador en la Universidad de Brown, en Estados Unidos. Académico riguroso, uno de sus primeros trabajos fue la ‘Antología el Quijote: Instrucciones de uso’, que parece haber aumentado su capacidad subversiva, lejos de convertirle en manso. La crítica de J. Ernesto Ayala-Dip, publicada en El País, concluía que “uno difícilmente puede salir de sus páginas con la suficiente dosis de indignación ética, que es lo que siempre se merece un terrorista, independientemente de lo que la alta política decida negociar para terminar con esta pesadilla”. El juicio se basa, curiosamente, en una idea común respecto al terrorismo: el consenso. Así lo sentenciaba Juan Goytisolo, autor del prólogo de la novela de Ferré: “Ni los nacionalistas de uno y otro bando, ni los políticos, jueces, policías ni religiosos involucrados en el problema vasco hallarán en la novela argumento alguno para alimentar sus convicciones más o menos racionales, más o menos tajantes”.


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‘La fiesta del asno’, de Juan Francisco Ferré

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e lo que se trataba era de ser insolente. De lo que se trataba era de haber leído no solamente a ese Juan Goytisolo, que con La saga de los Marx pensó una manera (sarcástica) de leer el pasado con brazos teóricos que no pesaran más que como palmas, sino tam-

Pero un vasco no podía amanecer convertido en cucaracha, así que Ferré imaginaba a un vasco despertando y descubriéndose guardia civil

bién a Robert Coover, que cuestionaba cada relato y cada película con una esquina repleta de ironía feroz. De lo que se trataba, en pocas palabras, era de escribir la gran novela etarra, si eso era posible. El destino feliz de Juan Francisco Ferré es la incomprensión, cierto, también el exceso, pues su mirada remarca a cada página lo convencido que está de creer, como Baudrillard, en todo simulacro de cada imagen, pero también, y en esto se demuestra un hispano ejemplar, se ocupa de incriminar a través de la parodia. Aunque es posible que el lector termine agotado, ya que por este desfile pasean demasiadas cosas que no quiere ni ver ni oír, lo que ha hecho Ferré es inflamar de una manera insólita una tradición para la que solamente se oía el eco de las víctimas y los ancestros pastorales de relatos nacionalistas, llenos de desarraigo. Con Ferré, ahora queda otro hueco, más grande: un mundo en el que periodismo, terrorismo, nacionalismos e imágenes han quedado contaminadas y necesitan limpiarse.

De esto se trata

Conversando con el propio Ferré, no resisto a interrogarle sobre aquella crítica, sobre ciertas (airadas) reacciones a su obra y al humor en general: “El lado paródico, la risa carnavalesca, la caricatura feroz, en un tema tan serio. La risa da tanto miedo hoy como en la edad media. En muchas cosas, no solo en el nacionalismo, no hemos logrado salir aún del siglo diecinueve.” Y algo así leemos en un fragmento de ‘La fiesta del asno’, casi prediciendo todo tipo de suspicacias (nacionales, intelectuales): “Gracias al patriotismo de Gorka, no podemos olvidarlo, el espíritu de nuestro gran país sigue vivo en el alma colectiva de la gente de este pueblo milenario. Hemos de agradecérselo como corresponde y merece. Abonándonos todos sin restricciones a la emisión íntegra de su programa. Así sea, desde hoy mismo.” ¿Cómo escribir una novela así? ¿Y a partir de qué momento? Ferré cuenta que “el chispazo sucedió con el asesinato de un concejal en Málaga en el verano de 2000. De pronto, todo un mundo de ideas e imágenes cristalizó en torno a ese acontecimiento traumático. A partir de ahí, el juego novelístico impuso sus reglas delirantes y me vi arrastrado sin quererlo del todo a lomos de mi asno, intoxicado con todas las malas hierbas del prado, dando coces a diestro y siniestro” Siete años después, Ferré parece estar convencido de su movimiento. El argumento de su novela presenta un manuscrito viejo, de un mundo ahora ininteligble, que es leído con distancia. Esto es un pretexto para mostrar, entre otros méritos insólitos, a un etarra homosexual. Le reprocho a Ferré lo inverosímil de esto. Devuelve el golpe con un asombroso buen humor: “Hasta los tarugos tienen sus perversiones salutíferas y sienten atracción por la fruta prohibida, que no tienta solo a los refinados o a los decadentes con su promesa de conocimiento carnal. Su appeal es universal. Como te decía antes, al practicar un realismo mediático basado en el zapping y la intersección de géneros televisivos y cinematográficos, las imágenes se deslizan y a la estampa del perfecto gudari euskaldún vienen a adherírsele por necesidad estética y también ética ingredientes, como el porno gay y sadomaso, que no forman parte de la realidad mostrenca de cada día más que de modo marginal, pero que le aportan a la novela una vitalidad refrescante. Además, eso me permitía escapar como novelista de mis propias obsesiones y sumergirme por un tiempo en las de otros” Pero Ferré va más allá. Hay, también, más tabues que romper: “Para mí el gusto por el travestismo y el devenir mujer de Gorka K constituyen, a pesar de todo,

un medio de redención moral y vital del personaje. En este sentido, se me podría hasta agregar al club, tan español, de los novelistas edificantes. Ya se sabe que en un país de corruptos y vividores de medio pelo la moralización es casi un reflejo pavloviano”. Pero el arma definitiva de Ferré no es la prueba de que todo en el conflicto nacionalista es una idiotez. Hay un arma mucho más peligrosa. La literatura, para Ferré, es un acto terrorista. La cultura no tiene sentido más que como contrapoder. Sentencioso, Ferré sintentiza: “El novelista con conciencia de clase, no el mero entertainer narrativo, es mucho más peligroso para el sistema, como terrorista moral y cultural, que el terrorista tout court, que de un modo u otro acaba haciéndole el juego, aunque no lo parezca a simple vista”. ETA empieza (y termina) en el mismo sistema que denuncia Ferré: en un sistema que no permite matices, que está lleno de muerte e infamia, y que no dudará en exagerar el asesinato para convertirlo en propaganda.

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Entrevista

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Gervasio Sánchez, fotógrafo y periodista

“En el Periodismo, el día que engañas, engañaste para siempre” Una entrevista de Sergi Falcó Martínez y Elena Macián Masip

VICEPRESIDENCIA: ¿Crees que hay un futuro alentador de cara a un Periodismo más independiente? GERVASIO SÁNCHEZ: El Periodismo tiene dos problemas: el principal, a corto plazo es que ahora no hay trabajo y hay un atasco tremendo de jóvenes periodistas a los que descaradamente se les ha engañado haciéndoles creer que podían conseguir un trabajo fácilmente. Hay miles de periodistas en la calle y miles de periodistas estudiando, y luego, a las listas del paro. El otro gran problema del periodismo es el de la crisis de identidad. Estamos estancados. Cuanto más dinero ganaban los medios con las publicidades de Endesa, de Repsol, de Telefónica, de los grandes bancos, que son los que ponen la pasta gorda en publicidad, es cuando más en contradicción entró el Periodismo con lo que es su faceta principal, que es ser los vigilantes del poder, no los amigos del poder. VP: ¿Hay también una degradación de contenidos en esa crisis de identidad? GS: Evidentemente, provoca que ya no critiquen a los poderosos, ya no analizan la realidad, ya no hacen Periodismo de Investigación, ya no indican que estas empresas que compran espacios de publicidad, compran al mismo tiempo voluntades políticas, compran a personas que están en la estructura de mando de los medios para que no se hable de determinados problemas, para que se hable de las maravillosas cosas que hace el BBVA, y que no se hable de la podredumbre en la que están metidos estos bancos en muchos casos. Con esta crisis de indentidad, la gente deja de confiar en los periodistas. Somos hoy en día una de las profesiones peor valoradas, cuando en realidad en el periodo de la Transición, fuimos los que hicimos el trabajo más digno. Yo se lo digo a los militares: “Mientras vosotros érais unos fascistas que habíais abandonado el Franquismo por la puerta de atrás

y os habíais embarcado en la democracia sin creer en ella, hoy sois supervalorados porque en estas dos últimas décadas habéis cambiado vuestra mentalidad; los periodistas hemos hecho el camino contrario: hemos pasado de ser las personas más libres a ser las personas menos comprometidas con la sociedad y cada vez más vinculadas al poder. Tú, tú y yo. VP: Como individuos, los periodistas, ¿qué soluciones tenemos ahí, sin salir del Periodismo? GS: Nuestro problema es gravísimo. Si quereis un material que ha hecho un periodista, tenéis que pagar. Es una de las formas de hacer que los productos de Internet no sean pasivamente antieconómicos sino que sean activamente económicos. ¿Que soluciones habría? Que algunas webs que son buenas se pusieran de acuerdo para trabajar conjuntamente y formasen coaliciones, y le dijesen al público: “¿No vas cada día y compras el puto periódico y pagas 1,20? Pues plantéate pagar 300 euros anuales para acceder a una serie de webs que te van a dar la calidad que tú te mereces”. VP: Pero es un pez que se muerde la cola. Precisamente por el número tan elevado que hay de periodistas sin trabajar, hay tantas ganas de hacerlo que la gente acaba haciéndolo gratis. GS: Ése es también el problema. Es una profesión en la que no siempre ha habido valores comunitarios, no ha habido sindicación en la mayor parte de los medios de comunicación… Hay medios en los que cada persona cobra distinto del de al lado; por supuesto el de al lado no lo sabe y no se le puede comentar. ¿Qué batalla vas a mantener, contra la empresa, de, digamos, derechos laborales si cada uno cobra de una manera distinta? La empresa ha montado una estructura muy inteligente: divide y vencerás, más claro que el agua.

Por otra parte la gente joven está siendo hasta capaz de pagar para trabajar. ¿Los másters qué son? Tú pagas el máster, 10.000 o 12.000 euros que tú has pagado. Y te dicen que te han dado unos valores. Al final, lo que han hecho es deteriorar las facultades de Periodismo, estudiar durante cuatro años no sirve para nada. Ya no servía ni en mi tiempo, pero ahora todavía menos. VP: ¿Cuál es el límite de un fotógrafo a la hora de hacer una fotografía? GS: Son los mismos límites de un periodista, de un camarógrafo, de un periodista literario… Tú tienes que trabajar evitando por todos los medios convertirte en un agresor más. Y a menudo digo a la gente joven que muchas veces es más valiente no hacer una fotografía que hacerla, no escribir determinadas cosas que hacerlo. Lo digo incluso como ejercicio importante de futuro, porque si una vez la cagas en el Periodismo, la cagas para siempre. El día que engañas, engañaste para siempre. VP: Has tratado mucho con el dolor de otra gente. ¿Te cuesta, o te dejas llevar por ello? ¿Como encaras la situación? GS: Al final, como dijo el obispo brasileño Helder Cámara en una entrevista con Oriana Fallaci: estando en contacto con el sufrimiento, siempre acabas preñado de dolor. Si tú no estás dispuesto a que lo que ves te preñe de dolor, no vas a poder transmitir con decencia. VP: Si no mantienes distancia respecto a lo que estás viendo… ¿Cómo no intervienes? GS: Es que intervenir… La distancia, la objetividad… Son conceptos completamente extraviados. En las universidades se dice que el periodista tiene que ser objetivo. Yo preferiría que fuera objetivo el director o el consejero delegado de la empresa, que no lo es. ¿Tu estás pidiendo que un periodista en una zona de conflic-

“El individuo bien equilibrado está loco” - Charles Bukowski

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Gervasio Sánchez nació en Córdoba en 1959. Es periodista y fotógrafo. Nos recibe en el hall del CaixaFrum de la Obra Social La Caixa de Barcelona una hora antes de protagonizar una conferencia junto a Mónica Bernabé. Algunas de nues-

to sea objetivo y tú eres capaz de esconder historias vergonzosas por los intereses de la empresa o capaz de montar entrevistas pactadas con presidentes del Gobierno porque estás negociando con ellos? ¿Tú le vas a pedir a un periodista que está al borde del abismo que sea más objetivo de lo que tú eres, cabrón? ¿De qué vas? Un periodista tiene que ser riguroso. Ser objetivo significaría que dentro de una ciudad cercada tendrías que estar dentro del cerco hoy y fuera mañana, mañana estar con los que la revientan. A mí me la sopla, yo quiero estar dentro, ¿y eso es objetivo? No, pero es mi punto de vista, y es sagrado. VP: Me refería a implicarse en hechos. GS: ¿Te refieres a coger la pistola y liarte a tiros? VP: A eso no, pero… ¿Dónde está el límite entre ayudar a alguien o hacer la fotografía? GS: No vamos a decir qué haría yo en tal cosa si…

tras preguntas le incomodan, pero las responde todas sin tapujos, como tampoco los tuvo en mayo del 2008 al recoger el premio Ortega y Gasset al periodismo, cuando acusó al Gobierno de enriquecerse con la venta de armas.

VP: ¿Nunca te ha pasado? GS: Muchas veces. Al final tú tomas una decisión determinada. Lo que sí puedo deciros es que jamás me he mirado al espejo y me he llamado “hijo de puta”. Muchos de mis amigos que hacían trabajos similares, algunos de los cuales han muerto, tampoco se lo han dicho. No han actuado de una manera cerda, sucia. Hay que actuar de la manera más digna posible. Siempre se decía: “Cae una bomba en Sarajevo, la gente está reventada por los suelos, ¿tú qué haces?” Yo siempre respondía: “En Sarajevo había unos servicios médicos espectaculares, los equipos de socorro llegaban los primeros, a veces incluso antes que nosotros. Ellos sabían estabilizar a un herido y tratarlo para evitar que en el camino se muriese”. Si yo lo metía en un coche sin saber lo que tenía, lo podía incluso matar, directamente. Si no llegaban estos, ¿qué hacías? Pues haríamos lo que hay que hacer. VP: A nivel más macro, de la situación actual tanto económica como social, ¿cómo valoras la gestión económica y

política de la situación, y las reacciones a la misma? GS: Cada vez que hay una crisis económica, se produce una especie de “sálvese quién pueda”. Los ciudadanos se vuelven más egoístas y acaban mirándose su propio ombligo. En una sociedad en la que, al final, los que pagan el pato son siempre los sectores más endebles, no es de extrañar que la gente más jodida, si mañana ve que personas con mucho dinero se arruinan, se sienta incluso contenta. Esa gente no tiene ningún tipo de presencia mediática, ni política, ni sindical. Y políticamente, lo que interesa es perder el menor poder posible en las elecciones en lugar de pensar que han sido responsables. No me extraña que la clase política de este país esté como está, que la gente pase de ellos, es indignante. VP: ¿Podrías nombrar a un buen periodista y a un buen político? GS: ¿Un buen periodista? Mónica Bernabé, que dejó un trabajo fijo en un periódico catalán para irse a Afganistán. ¿Y un buen político? Es inexistente.

“Preferiría pasar el rato en un café. Ahí es donde realmente pasan las cosas” - Joe Sacco

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La última generación de pensionistas

Los ancianos, ajenos a los clichés con que los categorizan el resto de generaciones, disfrutan hoy de gran cantidad de opciones de entretenimiento Un reportaje de Elena Macián Masip

Gerardo, jubilado, en su barco, amarrado en Port Ginesta / Elena Macián Masip

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la vejez se le han atribuido siempre una serie de características, injustas por ese aire homogeneizador que no castiga otras fases de la vida. Algunos de estos clichés son positivos –sabiduría, paciencia, experiencia-; otros negativos e incluso crueles, como la demencia, la enfermedad y la soledad. Todos ellos traen consigo actitudes similares en las personas de su entorno, tales como el respeto, la veneración en algunas culturas, y también la condescendencia o el desprecio. No conviene dejarse engañar por la aparente bondad de ciertos talantes que miran la vejez con un exceso de respeto y ternura, pues pese a estar revestidos de buena intención no hacen más que reducir a los más viejos a un único colectivo: sean entendidos como una suerte o una molestia, son sólo uno, son todos iguales. No es tan cierto el dicho “niños y viejos, todos parejos” por lo que estas dos franjas de edad tengan en común, sino por la idea popularizada que se tiene sobre ellas. Jóvenes y no tan jóvenes sufren una generalización más parcial que los divide en diversos colectivos determinados socialmente –estatus social,

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aficiones, trabajo- pero esta diversidad que se gana en la adolescencia se pierde en la vejez, como si de un antiaprendizaje se tratara.

No conviene dejarse engañar por la aparente bondad de ciertos talantes que miran la vejez con un exceso de respeto y ternura.

Vejez e imaginario colectivo La espera, la soledad y la vacuidad del tiempo son los grandes leitmotiv que acompañan a la vejez, tanto como en esos tópicos abruptamente atribuidos como en la narrativa, que de forma más elegante y reflexiva, repite los mismos patrones dotándolosde un nivel de profundidad que ayuda a entender el cliché y a integrar su parte más real. Así sucede en ‘El coronel no tiene quien le escriba’ de Gabriel García Márquez, cuyo protagonista es un viejo coronel que espera día tras día que llegue su pensión de veterano, sin que esto llegue a suceder jamás, y acaba focalizando sus energías en criar un gallo de pelea. Otro gran ejemplo es ese retrato magistral de muchos de los miedos que trae consigo la vejez, encarnados en la figura de un Warren Schmidt representado por un soberbio Jack Nicholson (‘A Propósito de Schmidt’, 2001). En este


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El Schmidt de Nicholson (en ‘A propósito de Schmidt’, de Alexander Payne) responde a su situación con una frustración resignada que rara vez se hace patente lación impuesta por sus 66 años y con la muerte de una esposa la relación con la cual, de puro mimetismo con la vida diaria, le hastía. Schmidt se encuentra, de repente, con una jubilación ingrata: ya no tiene nada que hacer. Todo cuanto tenía deja de pertenecerle: su propósito en la vida lo expulsa por innecesario, su compañera lo abandona y su hija evidencia su recién obtenida irrelevancia casándose con un hombre al que Schmidt desprecia y relegando a su padre a la parcela de un pasado al que vuelve sólo cuando es inevitable. El Schmidt de Nicholson responde a su situación con una frustración resignada que rara vez se hace patente, una falsa entereza y calma nostálgicas que retratan a la perfección esa tristeza, tópica o no, real o no, que traen consigo las arrugas y las canas. La vejez de Schmidt, sin embargo, ya no es tal. El término respetuoso de “tercera edad” utilizado en ámbitos ajenos a la gerontología como un eufemismo para evitar palabras como “viejo”, fea por ilustrativa, hace años que dejó de ser útil. Y es que, a los 65 años, el anciano ya no es anciano, aunque tampoco sea joven, ni de mediana edad. Se tiende a enmarcar en una misma franja de edad a personas con necesidades y circunstancias muy diferentes. Por ello en gerontología se habla ya de una cuarta edad, circunscrita, no obstante, a aquellos que ya no pueden valerse por sí mismos. Socialmente, todavía no se ha hecho esta diferencia. Y, científicamente, tampoco es tan clara.

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u lema es: “luchamos y conseguimos una vida mejor para nuestros hijos e hijas”. Han ocupado Centros de Atención Primaria (CAPs), pero son famosos, sobre todo, por haber secuestrado un autobús el pasado 1 de febrero en protesta por la subida de las tarifas del transporte público. Tienen página web, responsable de prensa, y su vinculación al movimiento 15-M no resta autonomía a sus acciones. Su nombre es tan pegadizo que ha eclipsado al resto de grupos activistas de la tercera edad: son los iaioflautas. Los famosos iaioflautas no son los únicos viejos implicados en política. Los abuelos activistas han formado una red que se extiende por localidades e intereses. Uno de estos grupos es el del Col·lectiu de Gent Gran de Plaça Catalunya. Se reúnen cada martes de siete a ocho de la tarde en dicha plaza, donde se manifiestan, reparten panfletos e intercambian opiniones políticas. El grupo es cada semana más reducido, aunque esperan que la primavera vuelva a animar

Si en el arte es el viejo ante su mundo el foco de toda atención, cuando son ellos quienes escogen, el resultado es menos filosófico y más práctico

a la gente a salir a la calle. Pese a ser un espacio más de socialización -el pequeño grupúsculo que se manifiesta acaba dividido en parejas Y tríos que mantienen diversas conversaciones-, para ellos no es mero entretenimiento: hablan de Marx y de la Revolución Rusa con una maestría que ya quisieran para sí muchos recién licenciados, así como del futuro de España. “¡Pero no os vayáis!”, dice uno de ellos, haciendo referencia al último éxodo de jóvenes. “Tenéis que quedaros y cambiar las cosas aquí, los jóvenes sois necesarios”. “Yo ya casi no tengo vida en casa”, afirma otra de ellos, “estoy todo el día fuera participando en estas cosas”. Entre los diferentes colectivos senior, hay solidaridad y colaboración. “No todos somos iaioflautas, pero vamos a todo lo que montan”. Destacan su organización y su puntualidad. “Mañana hemos quedado a las 11 y más vale ser puntual, porque se van a los dos minutos”, dice uno. “Oiréis hablar de ellos pronto, están preparando algo gordo”.

La rama política: los ‘iaioflautas’

largometraje, Alexander Payne se atreve a desplazarse del miedo no ya al futuro –un lugar comun inevitable cuando es referido a la vejez, del que no escapa este escrito- sino al presente, al hostil vacío del presente. Un vacío que presenta el día a día de una ociosidad ingrata por ser involuntaria, materialización directa de esa sensación insípida de no servir para nada. Schmidt se enfrenta a la vez con una jubi-

En el mediometraje documental ‘In the Dark’, de Sergei Dvortsevoy, un anciano ruso invidente consigue con testarudez desenvolverse por sí solo, con la única compañía de un gato blanco. No escapa, sin embargo, a las trampas que le tiende su ceguera. Vejez y vida Si en el arte es el viejo ante su mundo el foco de toda atención, cuando son ellos quienes escogen, el resultado es menos filosófico y más práctico. Los viejos de hoy en día disfrutan de todo un abanico de posibilidades para llenar ese tiempo libre que era para Warren Schmidt como zumbido molesto. Talleres y cursos de catalán, cocina, baile, informática, yoga y manualidades a los que se apuntan con un objetivo común: hacer lo que no han tenido tiempo de hacer antes de jubilarse. El premio, por decirlo de algún modo, a una vida de trabajo y sacrificio –nuevamente, un lugar común-. El proceso inverso al que tiene en mente quien se

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VICEPRESIDENCIA Marzo 2012 / Nº1

Pareja durante el baile de los domingos de la asociación El Progrés / Elena Macián Masip

encuentra en la veintena, una generación que, al revés de la que nos ocupa, parte del carpe diem hacia la incertidumbre. Y, además de estos nuevos estímulos, los ancianos buscan compañía: cualquiera de estas actividades se convierte en una excusa para la socialización. Hay quien no necesita una excusa. Cada mañana, entre las nueve y las diez, el bar restaurante La Pineda de Gavà recibe a los primeros clientes del día: diversos grupos de jubilados dispuestos a empezar el día con compañía y un buen almuerzo. Se distribuyen en las distintas mesas por gremios, como si de una sociedad a escala se tratara: la mesa del sector agrario y la del sector industrial se llenan cada día. El banquero se sienta solo en la mesa del fondo, leyendo el periódico, aunque de vez en cuando levanta la vista y se dirige a la mesa de los empresarios: “Mira que armáis jaleo, joder”. Hay una mesa más, la de los médicos, aunque ellos no acuden cada día. Son más silenciosos que los empresarios, aunque esto no resulte meritorio. Estos últimos son los auténticos protagonistas del comedor, y como tales ocupan las dos mesas centrales. Entre los habituales se encuentran Joan; Gerardo, autónomo retirado que ahora se dedica a la pesca deportiva; Juan, el sindicalista del grupo, con conciencia y orgullo obrero; Antoni, alias Mossèn; y Manel, ambos empresarios retirados sobre el papel, aunque según Juan, de naturaleza muy distinta. Mossèn representa el éxito; Manel, sin embargo, ha

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visto quebrar más de una empresa, y con ello, paradójicamente, se ha ganado el respeto del sindicalista. Éste se convierte en el foco del debate del día, que termina, con sus gritos, atrayendo las miradas del resto de mesas con una mezcla de curiosidad y sorna. Sin embargo, cuando llega el momento de jugar al dominó, la discusión termina de golpe, como si, en el fondo, a nadie le importara mucho. Sólo el ceño de Juan, el más vehemente, tarda algo más de tiempo en relajarse. Han construido vidas muy distintas para terminar en el mismo bar y en la misma partida, pese a que, probablemente, persistan las diferencias en sus cuentas bancarias. Al fin y al cabo, todos ellos pueden permitirse un bocadillo o un plato caliente con una copa de vino. Al terminar la partida, el grupo se dispersa tan espontáneamente como se ha formado unas horas antes. Cada uno de los jubilados marcha hacia el párking de La Pineda dejando atrás la parte quizás más social de su día. Joan añade en este momento el punto más atípico, al colocarse un casco y dejar atrás en su moto el escenario en el que recibe el día. Una vez por semana, en el centro civil Cotxeres de Sants se reúne la Coral de Gent Gran Rosa d’Abril. Su fundadora, María, de 82 años, todavía acude a todos los ensayos que puede. “Ahora no puedo cantar, pero aún así vengo aunque sea sólo a escuchar”. Rosa, de 84 años, es miembro de la coral desde el día que se fundó, hace unos dieci-

Han construido vidas muy distintas para terminar en el mismo bar y jugando la misma partida de dominó séis años, porque cantar le supone una vía de escape a su vida cotidiana, y un agradable entretenimiento. Cada jueves, una mayoría de mujeres ensaya durante una hora una serie de temas populares, entre los que se encuentran la archiconocida ‘Bésame mucho’ o la balada de Joan Manuel Serrat ‘Paraules d’amor’. Muchas componentes insisten en la diversión y ruptura de la rutina que les supone este encuentro semanal, pero el aula donde se reúne la Coral se convierte en un espacio de socialización más. Hay quien vuelve a casa en cuanto termina el ensayo, pero algunas de las miembros más antiguas bajan lentamente las escaleras, debatiendo acerca del canon hebraico que la profesora, Anna, ha introducido en el repertorio. Las relaciónes entre los coristas, sujeta a un envoltorio académico, es menos gamberra que la que comparten los asiduos a


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Miembros de la Coral de Gent Gran Rosa d’Abril / Elena Macián Masip

En el baile organizado por El Progrés, maquillaje, lentejuelas y chalecos de punto son los protagonistas La Pineda de Gavà, pese a los puntos que mantienen en común. La asociación El Progrès de Mataró crea cada domingo una atmósfera que no habría resultado inusual unas décadas atrás. Tal vez sea por eso que sus protagonistas no la sienten inusual en absoluto. Sería muy fácil caer en la trampa de utilizar metáforas apelando a la juventud para describirla. En una sala de fiestas que recuerda a una versión modesta de la mítica sala de La Paloma, ni las luces, que no se apagan, ni las cámaras de fotos cohibían a los socios a la hora de bailar. Maquillaje, lentejuelas y chalecos de punto son las estrellas de la pista de baile. Poco importa que la música venga –o parezca venir- de un teclado solitario en el escenario, y poco importa también la media parte, impropia de una fiesta. Para ellos, nada desvirtúa ese espacio de socialización que es a la vez algo distinto a su rutina y agradablemente conocido. De

las entre 200 y 300 personas que acuden cada domingo al baile, según el presidente de la asociación, Antoni, más de la mitad vienen de otras ciudades, tales como Manresa o Terrassa. Este ambiente tan lúdico acaba siendo contaminado, sin embargo, por un nuevo atisbo de academicismo proveniente de la Organización del evento. Además de la tarde de los domingos, la asociación El Progrès –con más de 1.800 miembros- planea cursos, talleres y excursiones para sus miembros y aprovecha el anticlímax de la media parte para informar a los presentes del plan para las siguientes semanas. Y pese a la utilidad de esta pausa informativa, una vez más el ambiente lúdico se impregna de cierta desafección que cambia el tintineo de los gin-tonics por un chirrido imperceptible para los no vacunados contra el convencionalismo. Ya hay espacios especialmente pensados para un ambiente académico, como los creados por las Aulas de Extensión Universitaria programadas por el Instituto de Ciencias de la Educación (ICE) de la Universidad Autónoma de Barcelona, que ofrecen cursos para la “gente mayor”. La temática de los cursos va desde la poesía a la neurobiología, pero no son ni las aulas, ni las excursiones que organiza el ICE, lo más importante: los alumnos organizan actividades por su cuenta al margen de la organización. Mª Lourdes Coll es una figura algo distinta. Se aleja de estos espacios de socialización tan concurridos. No desecha otros,

más privados pero igualmente en compañía, como jugar a las cartas en un club. Lleva, sin embargo, un estilo de vida atípico para alguien de su edad. En su casa acoge a dos estudiantes americanas por medio de un programa de intercambio. “A mí no me importa tener gente en casa, no me supone un problema en absoluto”, afirma, tajante. “Hay gente que es muy cerrada, muy suya, pero yo no”. ¿Las razones? “Por dinero. Necesito los ingresos”. Aunque la compañía es una consecuencia que le resulta muy positiva. Vejez y muerte Un anciano no es mejor por ser anciano, igual que un muerto no es mejor por estar muerto, o una víctima no está libre de toda culpa por ser víctima. Pero tampoco es la vejez un colectivo uniforme, sino un conjunto de personas con una única cosa en común: su edad. Y entre los más viejos –pero los viejos de verdad, no los que aún cuentan seis decenas- se esconden historias interesantes. Se trata de la última generación que podrá narrar la Guerra Civil en primera persona. No todos, claro, sólo algunos. Para otros no habrá sido sino un marco, porque no todas las vidas merecen ser contadas. Y cargarse años a la espalda no las hace más interesantes. Interesantes son ahora, además, entre cursos, talleres, almuerzos y bailes. Quién sabe si en un futuro tendremos una vejez como la suya, la de la última generación de pensionistas.

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VICEPRESIDENCIA

Panteón

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Generalísimas Raíces

Manuel Fraga Iribarne (Villalba, 23/11/1922 - Madrid, 15/1/2012), por Javier Martínez

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ara ser sincero y humilde, la redacción de obituarios me parece propia de cronistas con los suficientes años y autoridad para referirse al finado en cuestión. Ya parto con una gran limitación, pues. No sé si seré de los pocos nacidos a finales de 1977 que aún recuerda, como primera imagen de Fraga, la caricatura viva interpretada por Pedro Ruiz. Fue en TVE. El cómico, tocado con una descomunal cabeza postiza (dicen que en la del personaje real cabía un listín telefónico entero), acababa sus frases entre balbuceos ininteligibles, al más puro estilo Antonio Ozores, que por la misma época se dejaba caer por el mítico Un, dos, tres. Con el tiempo, la figura tambaleante y la compleja vocalización de Manuel Fraga se fue pareciendo cada vez más a la sátira de Ruiz. El personaje tuvo mucho de teatral; sin cambiar el fondo del registro, supo defender con varios papeles en el sainete, opereta y posterior gran teatro que ha sido España desde los años 40. Brillante en lo académico -fue catedrático de Derecho político y de Teoría del Estado y Derecho constitucional; doctor en Derecho y licenciado en Ciencias Políticas y Económicas- también cubrió de esplendor la figura de Franco durante y tras la dictadura. Incluso ostentando la copaternidad de la Constitución, jamás renegó del régimen. Ahora que se van rompiendo alguno tabúes sobre la Transición, es más fácil que afloren los relatos más truculentos sobre Fraga. Como el de Julián Grimau, dirigente comunista fusilado en 1963 acusado sin pruebas de delitos cometidos 30 años atrás. Grimau relató que en un momento de su interrogatorio fue arrojado por la ventana. Fue Fraga en persona quien explicó que en realidad Grimau había saltado de forma inexplicable. Don Manuel formó parte del consejo de ministros que lo condenó al paredón. Se opuso tajantemente a su indulto y se refirió públicamente a Grimau como “ese caballerete”.

Entre 1962 y 1969, Fraga ejerció de ministro de Información y Turismo al grito de “Spain is different”. Inauguró el género del posado bañista -al que tanto daño ha hecho Ana Obregón- en la playa de Palomares, en 1966, para convencer al pueblo de que no había radiación tras la caída accidental de una bomba de hidrógeno. Mientras, su catálogo gris de viajes continuaba. En 1969, la BPS detuvo a cuatro jóvenes por repartir propaganda antifranquista. Uno de ellos, Enrique Ruano, también “cayó” por la ventana y murió en el acto. Fraga fue corriendo al ABC a contar que Ruano era depresivo y suicida. Para cerrar flecos, Don Manuel llamó al padre de Ruano para recordarle que tenía otra hija y recomendarle silencio. Mucho silencio. En 1976, ya muerto el tirano, la policía disolvió a tiros una asamblea huelguista en una iglesia de Vitoria. 5 obreros muertos. Fraga era ministro de Gobernación. Caso archivado. Y así, entre casos archivados y la obligación impuesta de olvidar y mirar para otro lado, llega la Transición. Fraga se erige en corredactor de la Carta Magna. También fue el responsable de que la derecha nostálgica optara por abandonar la política o aceptar las nuevas normas. Así, fundó Alianza Popular. Pasarían muchos años antes de que el nombre cambiara a Partido Popular y la gaviota se posara sobre las siglas. Por entonces, Fraga pareció dar un giro autonomista que lo colocó durante 15 años (1990-2005) como presidente de la Xunta de Galicia. Solo el chapapote del Prestige (2002) cuestionó un cargo que ya parecía vitalicio. Los últimos años, ya instalado en cargos honoríficos, circuló por libre. Nunca se separó del PP, pero criticó las tesis más conservadoras. Se le criticó por sus buenas relaciones con Fidel Castro. Y a pesar de todo, en 2007 declaró que a Franco algún día se le recordaría como a Napoleón. Empezaban los desvaríos de una mente tenida por lúcida.

Kim Dotcom: el más grande Megaupload (21/3/2005 - 19/1/2012), por Miqui Otero

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esulta francamente complicado imaginar un proceso de identificación y mimetización tal entre un proyecto artístico vital y una persona. Quizás, apuntarán algunos insensatos, hablaríamos de un apellido como Guardiola (hucha), para el altísimo que encarna el seny de los devotos de la cofradía del puño cerrado, o como Botín, para quien tiene a bien asegurar la botica de nuestras finanzas desde Santander, o como Perry o Fox para las divas de la hiperventilación adolescente. El caso de Kim Dotcom va mucho más allá: su sobrenombre alude a la extensión de las direcciones de la red, ese nuevo dorado, pero su físico va más allá de los caprichos del metabolismo: atiende a una convicción férrea, a una voluntad de seguir un vector moral insobornable, a la idea de que obra y cuerpo son uno. Cruce improbable pero felicísimo de Jabba el Hutt, Idi Amin, Jesús Gil, Orson Welles en la rampa de bajada de Ciudadano Kane y Auric Goldfinger, el hombre anteriormente conocido como Kim Smith no sólo cuenta (caprichoso azar) con el nombre de Kim Jong-Il, sino también con muchas de sus aficiones. Engordar hasta hacer honor al nombre de tu emporio, Megaupload-Megaporn-Megavideo, no es suficiente, pero cultivar un tejido adiposo hipertrofiado con el esmero y dedicación de un jesuita para encarnar al hombre que engulló la industria de Hollywood debería ser motivo de ovación. La mera mención del término “descarga” asociado a su figura y a sus intestinos sugiere empatía pura. Del mismo modo que la realeza se perpetúa con el físico envidiable de los maridos de sus casaderas y con gestos tan entrañables como la forja de la personalidad de los hijos a través de su arduo entrenamiento en el arte de la regata, Dotcom tanto compraba un Maserati como una estatua del rodaje de (oh, sí) ‘Depredador’. Cada uno de sus gestos estaba dirigido a servir, posteriormente, como chivo expiatorio y como justificación a una

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intervención en su empresa que prefigurara toda una actitud del FBI y del Gobierno estadounidense. Toda una vida de abnegación, de acumulación de hasta 135 millones de dólares entre los pliegues de sus colesterólicas carnes, de fiestas con meretrices neozelandesas con el único objetivo de que, una vez atrapado, nadie pudiera objetar la acción policial y política. Quién (ni siquiera los que alojaron sus archivos personales libres de derechos en su panza) podría negarse a la detención de un hombre con esa biografía sin mácula y con ese físico que encarna la máxima griega de la manzana en el cuerpo sano. Quién, decidme, satisfaría tal alud de clichés para luego ser detenido de ese modo sin levantar demasiada protesta. Quién entregaría así su vida. El resto es ruido. Escribió Lord Byron que “no hay edad media más atroz que la mediana edad del hombre”. Y a nuestro orondo héroe lo detuvieron sin clemencia en los fastos de su 38 cumpleaños, sin tener en cuenta su Neverland sin mono, sus dos metros y sus 140 kilos (de grasa, también de dólares) logrados con un esfuerzo que merecería un Oscar, pero también las matrículas de su colección de coches. Estas últimas, en la tradición del Ecto 1 de ‘Los Cazafantasmas’, del California Knight de ‘El Coche Fantástico’, del PSYWGN de la coñoneta de ‘Kill Bill’ podrían servir de epitafio, tras su defunción mediática por una operación orquestada para acabar de una vez por todas con el único tema de conversación genuinamente transversal que ha aportado hasta la fecha el siglo XXI: las series de televisión estadounidenses. Ahí quedan, los rayos del sol de un nuevo amanecer restallando en las letras de la única verdad, las chapas que blasonaban el trasero de sus bólidos: Mafioso, Culpable, Malvado, Dios, Hacker. Muchos adjetivos para un hombre que sólo merece un apodo: Mártir. Nuestros rezos se perderán como lágrimas en la lluvia de la nube que él cebó.

“No existe pasión más poderosa que la pasión de la pereza” - Samuel Beckett


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Una ilustración de Álvaro de Almeida

REVISTAviCEPRESIDENCIA.COM contenido extra:

reportajes graficos referencias culturales ACTUALIZACIONES Y ADELANTOS

ALPACAS “Habla para que yo te conozca” - Sócrates

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“Se ha dicho que lo último que descubriría un habitante de las profundidades del mar fuera, tal vez, precisamente el agua”. - Ralph Linton


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