PAZ NACIONAL (conversaciones con Solano Lima) | Carlos Ibáñez

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PAZ NACIONAL Conversaciรณn con Vicente Solano Lima

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PAZ NACIONAL Conversación con Vicente Solano Lima Carlos Ibáñez

Edición al cuidado de Felipe Ibáñez página 5 | Paz Nacional

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A la memoria de Helvio Botana, Poroto, que nos trajo su lema “Fe y Alegría” y todo su talento para ayudar a sus amigos en la Universidad de Buenos Aires.

A la memoria de Jorge Urien, quien con su humildad de cristiano cabal prestó servicios invaluables a los hechos descriptos en este libro.

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Primera Edición ¶ Buenos Aires ¶ © Carlos Alberto Ibáñez 2014 Paz Nacional: Conversación con Vicente Solano Lima ¶1a ed. ¶ Atalaya, Buenos Aires Publicación de Autor ¶ 160 páginas ¶ il. ¶ 21 x 15 cm

ISBN 978-987-33-6483-9

1. Historia Política Argentina. I. Título CDD 320.982

Hecho el depósito de ley 11.723 Impreso en Argentina Diseñado y editado por Felipe Ibáñez Frocham ¶ ibanezdesign.com Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada o transmitida por ningún medio, ya sea electrónico o mecánico, sin previo consentimiento escrito del autor.

Para comunicarse con el autor: facebook.com/groups/paz.nacional carlosibanez22@gmail.com

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índice Prólogo del Dr. Carlos Von Ifflinger Notas Preliminares del Autor Conversación con Vicente Solano Lima Apéndice I: Discurso de asunción del Rectorado de la Universidad de Buenos Aires (Vicente Solano Lima) Apéndice II: ¿Qué hemos hecho con tan gran legado?

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prólogo dr. carlos von ifflinger La feliz iniciativa del Dr. Carlos Ibáñez nos permite conocer o recordar la opinión del Dr. Vicente Solano Lima sobre temas de interés general que lo tuvieron como protagonista y testigo de primera línea.

La transcripción de las conversaciones mantenidas por Ibáñez con el Dr. Lima está precedida por unas Notas Preliminares de su autoría, ricas en consideraciones y valiosas al constituir un aporte de primera mano para la comprensión de un período de nuestra historia que aún divide a la opinión y que, en general, es desconocido por la mayoría de la joven generación.

Lima fue un político cabal: Ibáñez lo define como un político a la manera criolla, con formas y actitudes propios de otra generación, hombre de pocas palabras, como se trasluce en la conversación que se transcribe sin modificación alguna, no obstante haber sido un orador reconocido tanto en la tribuna pública como en el Parlamento. Un político discreto, ajeno a la vocinglería hueca que domina nuestros días. Político de Buenos Aires, conservador heredero de la tradición alsinista, luchador cabal en las buenas y en las malas, que lo llevara incluso, a separarse transitoriamente de su partido de origen hasta, finalmente, apartarse para fundar en 1956 el Partido Conservador Popular que presidió hasta su muerte ocurrida el 23 de Abril de 1984.

Ibáñez nos dice que la publicación de estas conversaciones es un homenaje a la memoria de este político: Lima se inició en la política al poco tiempo de recibirse de Abogado en la Universidad de La Plata en 1921, adhirió al Partido Conservador y fue electo concejal, diputado provincial, diputado nacional y designado Ministro de Gobierno de Raúl Díaz y Rodolfo Moreno; fue candidato a Gobernador de Bs. As en 1946, a Vicepresidente de la Nación en 1952, a Presidente de la Nación en 1958 y 1963 y resultó electo Vicepresidente de la Nación en 1973. Participó en el Gobierno del Gral. Perón como Secretario General de la Presidencia, Secretario Político y Asesor Político y fue designado Rector Normalizador de la Universidad de Buenos Aires. Con posterioridad y hasta su fallecimiento ocurripágina 11 | Paz Nacional

do en 1984, el Dr. Lima no abandonó la militancia y desarrollo una amplia y variada actividad cuyos ejes principales fueron la normalización institucional, la situación planteada por la lucha armada y la transición a la democracia a cuyo efecto alentó el diálogo inicial entre partidos e instituciones a través del servicio de mediación que concretó la Conferencia Episcopal, gestión que lamentablemente no arrojó los frutos deseados.

La primera etapa de la actuación política del Dr. Lima en la Provincia de Buenos Aires va dibujando al dirigente que descollará a partir de la revolución de 1955.

Siendo parte de las fuerzas llamadas conservadoras mantiene una línea de conducta propia del tronco inicial del Autonomismo Alsinista: Su sentido del federalismo y municipalismo heredado de Alsina es el centro de su pensamiento nacional y provincial y explica su temprano compromiso popular y social que se reflejó en su paso por el Ministerio de Gobierno de Bs. As., en especial durante la Gobernación de Rodolfo Moreno, que marcó el punto de inflexión en la puja interna del partido Demócrata y la entonces coalición gobernante en el país. En ese momento, colaborando en la obra de un gran gobernador de Bs. As, fue un leal y eficiente ejecutor de una política destinada a remover las lacras del sistema político vigente y colaboró sin miedo en ese proceso, hasta el final (I) sabiendo defender las ideas que los habían llevado a la función, hasta perder el poder al intervenir el Presidente Ramón Castillo la Pcia. de Buenos Aires, preanunciando el fin de una época. Un hombre de la política comentaba, con resignada sabiduría, que los hombres políticos se manejan bastante bien para alcanzar el poder y ejercerlo, pero no saben perderlo y que es muy importante saber entregarlo cuando llega el momento. Castillo equivocó el rumbo y desperdició la oportunidad. En esos días, Lima probó en los hechos que era parte esencial de un cambio que la sociedad necesitaba, que no estaba al servicio de conservar sistemas de privilegio de algún sector, y que llegaba hasta las últimas consecuencias de sus actos, como lo prueban sus disposiciones para resistir la intervención dispuesta por Castillo.

Una parte de la actuación pública y de las ideas del Doctor Lima está reflecarlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

jada en una selección de sus discursos, proyectos e intervenciones como legislador y Ministro que publicó bajo el título “La modesta Siembra”. No menos significativos resultan los comentarios y discursos reunidos en una publicación en forma de folleto electoral del Partido Demócrata Nacional de la Pcia. de Buenos Aires con motivo de los comicios de 1946 denominado “La Fuerza Conservadora”.

(II) Lima advertía entonces que la causa de los partidos conservadores no debía perderse; que era “una interpretación de la vida nacional que se elaboraba como una corriente colectiva en el seno de la evolución hacia una madurez cultural “. Imaginaba a los conservadores como la fuerza de la serenidad, de la reconstrucción y de la evolución pacífica, “que no se alimentaba del odio y que era la fuerza de la concordia y de la pervivencia del espíritu nacional”. Decía que la siguiente etapa de los partidos conservadores era “sembrar una obstinada creencia en el triunfo del espíritu y de la moralidad sin tolerar la declinación del carácter”. Reclamaba a la sociedad “la revisión de sus valores éticos, políticos, sociales y económicos para impulsar su sentido vital de justicia y defenderse del estancamiento y de los procesos de disolución.” Advertía que “ la tiranía mental de viejos prejuicios ocultaba al país la salida de la crisis” ; que “ a causa de la profunda incomprensión del problema, no se pudo oponer la única resistencia posible de vencer: la conciliación nacional” El opúsculo concluye con la transcripción del discurso pronunciado en la Ciudad de la Plata, el 21 de Febrero de 1946, ante la juventud partidaria que culmina con una invocación a la realización de la nacionalidad: “juventud, caballería sagrada, ahogada por la mentira, la ignorancia y el odio de la falsa civilización, aprended el grito que toda América comprende!”.

El compromiso firme con las ideas y la claridad de su conducta se pone en evidencia en 1963 cuando frente a los obstáculos que se levantaban ante las candidaturas del Frente rehúsa celebrar compromisos con los detentadores del poder afirmando que prefería ser Presidente por un día que títere seis años.

Es el vínculo con el Alsinismo original el que lo lleva tempranamente a proclamar la necesidad del “Olvido” y el compromiso en no reincidir en los errores del pasado como superación de la discordia que página 13 | Paz Nacional

anidaba en la frágil convivencia política y que desembocaría en el ciclo fatal de las cinco revoluciones que arrojaron por la borda las mejores esperanzas de los argentinos.

Tras la segunda revolución, por cuestiones menores, debe exilarse, pero, desde allí, acompaña a sus amigos en la línea concurrencista a los comicios de 1952 (III) que provocaron una grave disensión en el seno del Partido Demócrata, zanjada parcialmente en la primera etapa del proceso de reorganización partidaria iniciado en 1955 que lo tuvo como figura principal. La diferente interpretación de los sucesos que originaron la Revolución de 1955 y sus consecuencias generaron un encendido debate partidario alrededor de su propuesta de conciliación y amnistía, que se intento zanjar sin éxito en una conferencia consultiva de los dirigentes demócratas. La decisión de la Junta Reorganizadora del Partido de rechazar esa propuesta interviniendo el Distrito Bs. As llevó al retiro de la mayoría de sus dirigentes que bajo la inspiración de Lima fundaron el Partido Demócrata Conservador Popular en cuya declaración de principios, luego de manifestarse continuadora de la tradición encarnada por Alsina, Pellegrini, Sáenz Peña y Roca, se proclaman las bases de la acción política centradas en la doctrina social de la Iglesia, condensada en los documentos pontificios dirigidos a la ordenación jurídica del mundo luego de la 2da. guerra mundial, donde se expresan derechos fundamentales que han merecido la consagración universal a través de las Declaraciones y Tratados de las Naciones Unidas. Algunos de los dirigentes conservadores que acompañaron al Dr Lima fueron,: Eduardo Paz, Horacio Zorraquín, Santiago Sánchez Elía, Manuel M. Beccar Varela, Emilio Hardoy, Martín Aberg Cobo, Julio Amoedo, Manuel Alexander, Elías Abad, Eduardo Miranda Gallino, Fernando Menéndez Behety, Ethel S. Diaz, Roberto Agote Robertson, Felipe Yofre Pizarro, Omar Lima Quintana, Dardo Ibañez Bustos, Jose Luis Otaño, Mario Calafell Iriarte, Juan Rodolfo Espil, Julio Eduardo Cuello, Alberto M. Fonrouge, Juan Carlos de Kemmeter, etc.

Los que fundaron el Partido Conservador Popular fueron testigos de los cambios ocurridos en el mundo y en el país y comprendieron la necesidad de saldar las diferencias internas y aprestarse a enfrentar los desafíos que las nuevas condiciones planteaban. Mientras la guerra carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

fría se desenvolvía, los adelantos tecnológicos que se incorporaban aceleraban el cambio en las condiciones de vida y en la producción; en ese contexto Argentina languidecía y retrocedía entre las naciones del mundo y en el concierto latinoamericano. El orden y la administración estaban subvertidos por las divisiones internas que sembraban la semilla del enfrentamiento que se saldó con crueldad y que aún divide por la interpretación que de el se hace.

En el marco de un proceso mundial cada vez mas acelerado de transformaciones y progreso de la mano de las nuevas tecnologías, de nuevas revelaciones que cambian incesantemente el cuadro de lo contemporáneo, el papel de la jóvenes generaciones resultaba significativamente importante para Lima: se trataba de una actitud comprensiva; de mediar en sus necesidades y reclamos a la par de trasmitir y comprometer a los jóvenes en la tarea de renovar los valores éticos, políticos, sociales y económicos de una sociedad nacional en crisis.

La conciliación que predicaba Lima desde 1932 fundada en la organización política de los sectores no se ha logrado. Los partidos políticos declinaron en la interpretación de las exigencias del momento y las necesidades del largo plazo. Las conversaciones que Ibáñez mantiene con Lima son reveladoras de los problemas que se enfrentaban y aún sufrimos en su irresolución. La suma de los elementos que integran el debe en la historia de Argentina ha favorecido un trastorno cultural que afecta los valores en que se ha fundado la nacionalidad.

La discordia se hizo nuevamente presente y “el genio de la raza se disoció en el seno de las discordias civiles”. Ha quedado una situación –que tenemos que enfrentar– en la que la generosidad y el compromiso de no reincidir –fruto de la experiencia y la tradición– se enfrenta con la revisión de los desgraciados sucesos; ampliando la brecha que de por sí lleva generaciones sanar y re-humanizar, pues los enfrentamientos generan odios y heridas casi imposibles de sanar.

La mirada de Lima sobre los hechos políticos mas significativos que le tocó vivir y protagonizar nos revelan la misma atención y compromiso, el mismo propósito de conciliación y progreso que van desde la necesidad del “Olvido” hasta el reclamo por los exiliados para que pudieran compartir la tierra donde nacieron. La mirada es atenpágina 15 | Paz Nacional

ta, las palabras claras y reveladoras del carácter firme que le hizo acreedor de una inusual definición por parte de un dirigente político de otro partido: “Ud. es un hombre justo, ha buscado la verdad y no ha tenido miedo.”

En esa línea, colaboró con el Gral. Perón hasta el momento mismo de la muerte de aquél, cuando renunció al cargo que le había sido impuesto de Rector de la UBA. Allí, en medio de facciones enfrentadas, adonde fue “como un peregrino cordial”, –según sus palabras al asumir la función– reclamó a todos los sectores ahorrar el oro mas valioso de los argentinos: “su sangre”.

Ibáñez, testigo, colaborador y protagonista en la gestión de Lima en la Universidad, en sus Notas Preliminares nos relata, con claridad aleccionadora, la actitud y los mensajes de los bandos en pugna.

Lima afirmaba que la revolución era la tragedia de la Constitución, después solo quedaba administrar sus consecuencias. Ibáñez nos ofrece la palabra y la experiencia de Lima extrayendo de las conversaciones una propuesta política y ofreciéndola como una contribución capaz de saldar las diferencias existentes y como la posibilidad de un mañana que nos depare la ilusión –que anhelamos florezca como esperanza– de un nuevo principio.

Aníbal Espinosa Viale (IV) y Alfredo Massi (V) en su tiempo y más recientemente Javier Marotte (VI), han dejado sus palabras y estudios sobre la persona y el accionar político de Lima, ahora, Carlos Ibáñez nos trae su testimonio.

Quienes conocimos y acompañamos al Dr. Vicente Solano Lima entendemos como un deber el hacer conocer estas conversaciones ofreciéndolas como una contribución al entendimiento de un período de nuestra historia y como una exhortación dirigida a la joven generación para asumir la Argentina sin beneficio de inventario y dirigirla por el camino de la paz, la inclusión y la justicia.

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Referencias bibliográficas correspondientes al Prólogo del Dr. Carlos von Ifflinger I) “La Hora decisiva” H. Goñi Moreno (1966) II) “La fuerza Conservadora” Partido Demócrata Nacional de la Pcia. de Bs. As (1946) III) “Por qué vamos al comicio” Felipe Yofre (1952) IV) “Conferencia en la IX Feria del Libro de San Nicolás” Aníbal H. Espinosa Viale (2004) V) Vicente Solano Lima Testimonio de Alfredo Masi “Alfredo Masi” Ed. del Autor (1995) VI) “LaDemoicraciaEnSudamerica.Blogspot.com.ar” Javier P. Marotte (2008)

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notas preliminares dr. carlos ibáñez Las conversaciones con don Vicente Solano Lima que se transcriben en este libro cumplen dos objetivos principales. En primer lugar, aspiran rendir un justo homenaje a uno de los grandes argentinos que dedicaron su vida a la política, concebida ésta al modo de la mejor tradición criolla, como una entrega total a una pasión a cuyo servicio no se ahorra ningún esfuerzo ni se evita ningún riesgo. En el caso del doctor Lima, ambos extremos se cumplen de manera cabal.

La obra también apunta a realizar un aporte al conocimiento de un período importante de nuestra historia. Si se dice con acierto que la historia es maestra de la vida, en el caso argentino y en especial para la generación marcada a sangre y fuego que aún conduce al país, se transforma absurdamente en política. Temas del pasado, ya cristalizado y precuído, pasan a ser el centro de nuestras preocupaciones.

Estas conversaciones nos permiten acercar, de manera directa, libre de las desviaciones que la propaganda o las ideologías han logrado transmitir, el pensamiento de los principales actores de este drama. Y esto termina siendo, por paradoja, una verdadera propuesta política.

Tal como la formuló el doctor Lima tras la revolución de 1955, convocando a la tregua, la amnistía y la pacificación, esta obra reitera de algún modo ese llamado, y esto debe ayudar a reconciliarnos, a dejar al pasado en su lugar y a avanzar hacia nuestro destino sin cargar tan pesadas rémoras. Omití publicar estas páginas en oportunidad de restaurarse las instituciones republicanas, en 1983, porque entonces consideré que, en lugar de servir de estímulo a mi golpeada generación, el recuerdo de los hechos descriptos en la obra podría ayudar a despertar a viejos y terribles fantasmas. Hoy es oportuno darlas a conocer, porque la interpretación dada a los hechos por unos y por otros no coincide con la verdad en temas de vital importancia para aspectos tan decisivos para la historia como el honor nacional.

Desde la época en que estas conversaciones tuvieron lugar, ha pasado ya el tiempo en el que se calcula que transcurre una generación. Sin página 19 | Paz Nacional

embargo, la velocidad en la que se está produciendo la revolución científica y tecnológica en la cual estamos inmersos tiene el efecto de transformar esta distancia en algo mucho mayor. La dimensión del cambio producido desde aquel intercambio de ideas y opiniones hasta el momento actual hace imprescindible formular algunas advertencias, empleando por cierto el mayor esfuerzo de síntesis, para que quienes no han vivido esos momentos cuenten con algunos elementos que les permitan comprender actitudes propias de la época en que tuvieron lugar.

Con relación a las ideas políticas, habitualmente se hace uso de la tan fuerte imagen de la caída el muro de Berlín para señalar la profundidad de cambio. En realidad, tal hecho es solo una consecuencia de la decisión espontánea de los dirigentes de la Unión Soviética de poner fin a la experiencia comunista y disolver el gigantesco Estado.

En Sudamérica en general, pero especialmente en Argentina, el final de la guerra fría fue una especie de terremoto político: Se ponía fin a la “tercera posición”, que no era más que la continuación de la neutralidad de Yrigoyen en circunstancias diferentes pero que, en ambos casos, fueron la verdadera base de toda la construcción política “nacional y popular” vigente en nuestro país. Por eso es que quienes quieren interpretar tanto al radicalismo yrigoyenista como al peronismo sobre la base de las ideologías terminan confesando su fracaso y dándoles el mote de “populismos”. Solano Lima, de clara estirpe criolla, no tenía esa dificultad. Las conversaciones lo evidencian. Las aspiraciones espirituales que expresa Solano Lima nunca se vincularon a las construcciones teóricas del liberalismo o de los diversos socialismos, incluido el fascismo y miran al pueblo tal cual es, con sus íntimos deseos, sus valores, su sentido religioso, sin perder de vista la inmensa diversidad cultural que muestra nuestro país. La política, vista así, no es la imposición forzada de ideas preconcebidas, sino la conducción sabia de esas emociones, de esas esperanzas, y busca en la realidad el camino adecuado para su realización. Sabe, por experiencia histórica, que deben ahorrarse los perjuicios que trae consigo la revolución, cuando la evolución natural conduce a resultados similares.

Esta concepción de la política permitió a Solano Lima participar como Micarlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

nistro de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, en las gestiones de Rodolfo Moreno y de Raúl Díaz, actuando en ambas con tal amplia libertad de criterio, que le valieron el mote de “ministro rojo”. En la época previa al contrato de trabajo, cuando el vínculo laboral era considerado como una mera locación de servicios, estas cuestiones abarcaban la competencia propia de ese ministerio. En las mismas, siempre mostró una posición favorable a la parte más débil. Según me contó, tuvo que poner límites a un personaje de gran poder económico y político, cuando éste quería imponer a sus trabajadores la obligación de oír misa los domingos, mientras él sostenía una unión conyugal al margen de las prescripciones del derecho canónico.

Cuando la revolución de 1943 puso fin al gobierno de su partido y dio comienzo el movimiento encabezado por el coronel Perón, Lima mantuvo su lealtad partidaria. La posición le significó compartir el destino de numerosos dirigentes políticos, que se vieron en la necesidad de emigrar. Lima se fue a Montevideo. Cuando en los momentos finales del primer período peronista, el gobierno convocó a los principales partidos opositores a exponer sus ideas sobre la crítica situación existente a través de la radio, el conservadorismo lo eligió como su portavoz. Su discurso fue enérgico y señaló la necesidad de rectificación de rumbos y actitudes por parte del Gobierno peronista. Solano Lima vio entonces claramente cómo las pasiones y las ideologías se dirigían a un enfrentamiento del cual solo podía surgir la destrucción de toda razonable convivencia política. Emergían entonces los extremistas. De un lado, los que querían “armar a la CGT”, que protagonizaron la quema de las iglesias y otras instituciones durante la noche de aquel fatal 16 de junio de 1955. Del otro, los que fueron llamándose “gorilas”, quienes a partir del liberalismo político, como los radicales o económico, como los que después conformaron el Partido Demócrata, del comunismo, del socialismo, procuraban la destrucción de lo que consideraban “el último gajo del árbol fascista”. Como hermanos siameses, ambos extremos se alimentaban uno del otro.

Es este el momento más importante de la vida de Lima. Por la lealtad a sus convicciones, por el inmenso coraje que significaba enfrentar en soledad a tan formidable poder político y por el acierto, a mi juipágina 21 | Paz Nacional

cio genial, de su diagnóstico. Acompañó en todo lo poco que se podía la postura del General Lonardi, el correcto caballero católico y nacionalista que con toda inocencia pretendió levantar la vieja bandera argentina de “ni vencedores ni vencidos”. Fue barrido por la tremenda fuerza del gorilismo. Lima trabajó entonces con pasión de apóstol predicando en vano ante los militares, las fuerzas políticas, los derrotados peronistas, buscando la tregua, la salida inteligente. Los fusilamientos sin forma de juicio de 1956 dieron por tierra cualquier aspiración en la búsqueda de concordia entre los argentinos. Si se pregunta la causa por la cual mi generación creyó que la violencia y el terror eran eficaces instrumentos políticos, buena parte de la respuesta puede encontrarse en estos hechos.

Vicente Solano Lima tuvo el respaldo de la mayoría de los que continuaban militando en el conservadorismo de la Provincia de Buenos Aires. También encontró destacados adherentes en el interior del país. Gran parte de la opinión pública coincidía con sus propósitos. Siguió, pues, adelante. Edificó laboriosamente un edificio cuya finalización solo consiguió dieciocho años después. Por eso contó con el reconocimiento, la amistad y aún la admiración de su contemporáneo, el General Perón.

Cuando se constituyó “La hora del pueblo”, Lima comenzó a cosechar los primeros frutos de esa siembra. Sin duda habrá significado una satisfacción ver sentados en torno a esa mesa a dirigentes como Horacio Tedy, Manuel Rawson Paz, o Ricardo Balbín, quienes en 1955 se negaron a admitir la vigencia del sistema democrático en plenitud y ahora sostenían las mismas banderas que Lima. Quienes ahora aceptaban elecciones limpias y puras, sin condicionamientos ni proscripciones, antes habían silenciado o aún aplaudido, como el socialista Américo Ghioldi, la represión terrorista del gobierno de la revolución de 1955, o bien habían facilitado sus mejores cuadros políticos para ocupar lugares clave de ese régimen, como la Unión Cívica Radical del Pueblo, liderada por Balbín. Previamente, se habían “sentado sobre las bayonetas”, al acudir a las fuerzas armadas como si fueran simples mercenarios, a quienes se podía despedir luego de utilizarlos. Y pagaron el precio de una república imposible, cargando sobre sus conciencias un fracaso político que no ofreció variables. carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

Este es el momento en que la generación “de fuego” a la que pertenezco alcanzó la edad para empezar a participar del juego de las luchas políticas. Si en el orden interno se estaba produciendo una nueva retirada de las fuerzas armadas, autoras de una de sus invariables catástrofes de gestión, la situación mundial empezaba a mostrar los primeros síntomas de la aceleración de la historia, cuyo ritmo es hoy vertiginoso.

A finales de la década del 60 emergieron como de la nada manifestaciones gigantescas de una sexualidad sin freno, el uso masivo de drogas, que favoreció la cultura psicodélica que se expresaba de manera verdaderamente ritual en los “recitales” de los primeros conjuntos que hoy constituyen el Rock and roll. Eran los “hipies”, enemigos mortales de la guerra de Vietnam y, por lo tanto, la mejor arma del arsenal comunista de la guerra fría.

En curioso paralelo, se desarrollaba en Europa una visión anarquista y revolucionaria, claramente contraria al sistema capitalista y que alcanzó su máxima expresión en el histórico “Mayo” francés. Pero esta rebeldía también encontró cauces de expresión en el área soviética, cuya famosa “Primavera de Praga” daba también muestras de descontento con el otro modelo dominante.

También eran rebeldes los países sometidos a la dominación colonial, que obligaron a sus viejas metrópolis europeas a abandonar el viejo sistema, que se derrumbó junto a la más firme de las creencias acerca de la superioridad de la cultura y de la técnica de los europeos blancos sobre el resto del mundo, aún sobre aquellas naciones que podían mostrar mejores títulos, como India, China y ciertas culturas árabes.

En el campo político, los llamados “signos de los tiempos” preanunciaban en triunfo soviético en la guerra fría. No solamente por el extraordinario triunfo militar de Vietnam del Norte sobre las fuerzas armadas norteamericanas, sino porque, al mismo tiempo, otros países sudamericanos se encaminaban a seguir la senda cubana. Ya lo habían hecho Nicaragua y Chile y existían fuerzas revolucionarias pro castristas en Brasil, Uruguay y Argentina. En la conquista del espacio, en fin, emblema de la superioridad tecnológica, los soviéticos llevaban página 23 | Paz Nacional

clara ventaja a los Estados Unidos. Este era el clima de la época. El viejo “hombre masa” del consumismo de la sociedad de bienestar pasaba ahora a participar de la embriagante euforia del sexo libre, de las puertas de la percepción abiertas por el ácido lisérgico, de la ideología de la “liberación”, de un modo confuso, caótico, cuya única certeza era el constante cambio de ideas y actitudes. Jóvenes de extrema derecha pasaban sin escalas a convertirse en la vanguardia revolucionaria de la patria socialista, placidos burgueses se transformaban en líderes de la nueva revolución, como intransigentes jacobinos.

Tales arrebatos de euforia, tan hispanoamericanos, reflejan el escaso nivel de nuestras universidades, donde, en lugar de hacer profundizar a docentes y alumnos la totalidad del desarrollo del pensamiento universal, se limitaron a transmitirles meros resúmenes, libelos de propaganda de las distintas ideologías con los cuales los centros de poder mundial mejoraban su posición en los países más jóvenes. No se trata, como lo vieron los trotzquistas, de la “penetración cultural” del imperialismo inglés o norteamericano, ya que igual actitud provenía de Berlín o de Roma, de Moscú o aún de La Habana. El problema era nuestro. Así lo señalaba el nacionalista Julio Irazusta, quien con su familia enfrentó en la médula de sus intereses al Imperio Británico en su Frigorífico Gualeguaychú y veía cómo nuestra oligarquía, en lugar de incorporar la mejor tradición universitaria inglesa, se limitaba a recibir solamente algunos deportes o modas.

Disponiendo de Oxford, elegían dominar el polo. En el caso del marxismo local, la malformación es patente. Tal como lo veía al menos mi admirado profesor de Derecho Político, el doctor Silvio Frondizi, nuestros activistas locales omitían considera el materialismo histórico como motor del movimiento de las estructuras políticas y por eso eran meramente comunistas o, en el peor de los casos desarrollaban su versión infantil, el troztquismo. En estos días, si fueran realmente marxistas, no predicarían sobre la patria socialista o sobre oscuros progresismos, sino que adoptarían actitudes similares a las de Rusia, China y el mismo Vietnam, que luego de su costosa guerra busca ahora inversiones y tecnologías extranjeras que le ayuden a actualizar y dar supervivencia a su sistema productivo.

Lo grave era que el peronismo, durante su etapa fundacional, planteó la carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

cuestión de un modo admirable y esto no fue tenido en cuenta por las generaciones que actuaron posteriormente. Cupo al doctor Arturo Enrique Sampay, de decisiva actuación de la redacción de la constitución de 1949, la tarea de transmitir estas ideas en su hoy casi ignorada obra “Introducción a la teoría del Estado”. En la misma analizó la evolución de las ideas políticas y elaboró una propuesta basada en el realismo aristotélico-tomista, visto desde la realidad de la política. A través de esta obra puede comprenderse cuales eran las categorías que manejaba el General Perón, ya que describen profundamente su formación filosófica.

Al dar comienzo la década del 70, ningún “viejo” podía entender nada de las nuevas propuestas. Mucho menos, estar a gusto con ellas. En las conversaciones, Solano Lima hace hincapié en el diálogo entre Marcuse y Erick “el rojo”, líder de Mayo en París. El anciano se inquietaba por el mundo a construir y al joven solo le interesaba la destrucción del existente.

En la Argentina no estaba sucediendo nada distinto. También habían hippies, revolución sexual, drogas y Rock and Roll. Entre aquellos que en 1970 eran menores de treinta años, podía establecerse una diferenciación clara. Existían, por una parte, grupos trotzquistas, formados en las universidades post peronistas y que habían conseguido una más que escasa infiltración en la estructura sindical.

Estos fanáticos miembros de lo que el comunismo denominaba “infantilismo revolucionario” terminaron formando el Ejército Revolucionario del Pueblo y contaron con claros apoyos dentro de lo que después se convertiría en el alfonsinismo dentro de la Unión Cívica Radical. Estaban, por otra parte, los nacionalistas católicos, inspirados en la Falange Española de José Antonio Primo de Rivera. Su peor enemigo, junto a la plutocracia capitalista, era la “bestia roja”, el comunismo en cualquiera de sus formas. El choque cultural de la década del 70 produjo una medular desarticulación de todo su universo de ideas y valores. La técnica se impuso a las ideas. Como debieron tomar la experiencia revolucionaria en Cuba o en Argelia, enarbolaron también las banderas de sus enemigos. Similar camino siguieron los “curas progresistas”. Siendo inevitable el triunfo del comunismo, su deber era cristianizarlo y se dedicaron por entero a página 25 | Paz Nacional

bendecir las nuevas armas de la revolución social, mientras el viejo sistema capitalista pasó a ser el símbolo del pecado y la corrupción.

Por mi parte, como pude ser testigo presencial tanto de Mayo francés, como de la primavera de Praga, no tenía dudas que el resultado era el contrario. Mientras la rebelión anarquista fracasó casi de inmediato, el nivel de hartazgo demostrado por estos pueblos contra el comunismo indicaba que un día podrían liberarse de esa patética tiranía. Lo sorprendente fue la velocidad con que se produjo. En todo caso, valía la pena hacer lo necesario para impedir la implantación de tan pernicioso sistema político en nuestros países.

Los viejos, ajenos a este para ellos incompresible tembladeral, continuaban controlando los partidos políticos, los sindicatos, los sectores económicos y las fuerzas armados.

Este es el mundo que se le abrió al General Perón, que, asombrado, pudo salir de su tranquilo e intrascendente exilio madrileño. Habían madurado para él, “las brevas”. Debía, a cambio, conducir este mundo nuevo, tan eufórico como inseguro, que le imploraba ser su líder.

El General compartía con los montoneros su origen nacionalista, como la mayoría de los jóvenes militares latinoamericanos. Vivió cuando joven como ellos la frustración de ver la enorme potencialidad de Argentina limitada a ser una parte marginal del imperio británico y también rechazaba con idéntico ímpetu la propuesta colectivista, claramente incompatible con los ideales históricos del pueblo argentino y de su inmensa clase media. Esto no era fascismo, aunque compartiera sus adversarios. Aunque sea muy difícil de entender para los europeos, se trataba de un fenómeno estrictamente sudamericano.

Por supuesto que antes de finalizar la segunda guerra surgieron simpatías y, si se quiere, complicidades. No olvidemos que el libertario y pacifista Mahatma Gandhi solo fue recibido en su gira europea por Benito Mussolini. Se trataba, en ambos casos, de la libertad de acción que un país como el nuestro podía obtener a través de su neutralidad, de la firmeza y la credibilidad de su “tercera posición”.

Si no se entiende este principio esencial de la estrategia del tercer mundo, la postura del General Perón con relación a las “formaciones escarlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

peciales” parece la de un cínico oportunista que usa la valentía de los combatientes para después, conseguido el poder, traicionarlos, como piensan algunos ex montoneros, o bien se trata de un viejo débil, avasallado por el empuje de la historia, que debió ceder ante la prepotencia de los revolucionarios y que luego, asustado por el efecto destructivo de su acción, se arrepintió y procuró desmovilizarlos.

Ninguna de las dos interpretaciones es la correcta. Perón siempre los consideró “tropa propia”, con funciones especiales dentro de la vasta y contradictoria estructura del movimiento justicialista. Al modo de los escaramuzadores descriptos por Lilield Hard en su “Estrategia de la aproximación indirecta”, empleados por Napoleón durante su campaña de Italia, utilizó éste grupos comandos para engañar a los austriacos sobre cual paso de los Alpes iba a utilizar. A veces la misión era suicida, si se quería que el enemigo cayera en la trampa. Cumplida la campaña, volvían estas tropas al ejército regular, conservando su disciplina y acatamiento al comando que dirigía las operaciones. Es necesario poner énfasis en el punto: si no eran tropa propia, si no ofrecían un riesgo real sino de victoria, por lo menos de influencia preponderante, no cumplían la función de engaño sobre el enemigo y no existía ya una tercera posición. Había que mantenerlos adentro del movimiento, con capacidad de acción, igual que a sus oponentes internos.

Claro está que los montoneros y sus asociados no entendieron este elemental aspecto de la doctrina peronista. O no quisieron comprenderlo.

Sobre todos estos temas conversaba yo con Vicente Solano Lima desde la constitución de la Hora del Pueblo. Si bien lo conocía desde mi niñez, el acercamiento se produjo gracias a la siempre bondadosa gestión de Jorge Urien, quien con mucha humildad cumplía funciones en la organización de la oficina política de quien después fue el candidato a Vicepresidente en la fórmula del Frente Justicialista.

Por eso es que, cuando se produjo su designación como Rector Normalizador de la Universidad de Buenos Aires, al considerar esa misión como un virtual suicidio y cuyos resultados positivos parecían prácticamente imposibles, omití concurrir al acto en el cual asumió dichas funciones. Pero no me sirvió de nada. Al día siguiente de esa página 27 | Paz Nacional

ceremonia recibí su llamado. Una vez reunidos me dijo que el General Perón lo había convocado para prestar un difícil servicio a la patria misma, lleno de peligros pero decisivo para que su política siguiera adelante y que con los mismos motivos me invitaba a sumarme a la aventura. Ni siquiera hoy, pasados ya los umbrales de la vejez, podría negarme a tal invitación.

La solución que se alcanzara en la situación creada en la Universidad de Buenos Aires era entonces la pieza clave para conseguir una mínima armonía política entre los sectores ya en pugna. Si esta no se lograba, solo podían esperarse confrontación y lucha, con el resultado final de la destrucción de la oportunidad de lograr una salida política y no militar y, por lo tanto, pacífica.

Bajo la administración del doctor Cámpora, uno de los espacios de poder que se adjudicó a las llamadas formaciones especiales, con preponderancia de los montoneros, fue la Universidad de Buenos Aires. A su frente se puso a Rodolfo Puigrós, quien a través de sus publicaciones y por su trayectoria había ganado mucho prestigio en los sectores del peronismo situados más a la izquierda. Este, tal vez por su edad o por circunstancias personales no ejerció verdaderamente el cargo y delegó la gestión en el grupo dependiente de montoneros, cuya cara visible era el Secretario Académico, el Licenciado Ernesto Villanueva.

Cuando el General Perón asumió la presidencia, después del interinato de Lastiri, el yerno de López Rega, la tendencia revolucionaria había resignado los importantes espacios de poder que le había otorgado el Presidente Cámpora. Es cierto que Taiana conservaba el Ministerio de Educación, pero su influencia era escasa. El último valuarte de real importancia era la Universidad pública, en especial la de Buenos Aires, en la cual habían avanzado más que en otros ámbitos en cuanto hace la ocupación del espacio. Allí habían designado a todos los decanos, quienes habían incorporado a cargos docentes a aquellos militantes que tuvieran mínimas condiciones para acceder a los mismos. Quien más había avanzado era el Decano de Derecho, Mario Kestelboin, que no pertenecía al grupo de los montoneros. A diferencia de los otros decanos, había dejado cesantes a una cantidad significativa de titulares de las cátedras, cumpliendo realmente con carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

los slogans revolucionarios, al alterar profundamente el ámbito en el cual solía iniciarse el cursus honorum de la dirigencia política tradicional. Su actitud afectaba especialmente al radicalismo que, salvo el período del General Onganía y su “noche de los bastones largos”, había sido el sempiterno beneficiario de los gobiernos militares.

La Universidad de Buenos Aires resultaba para los montoneros una estructura eficiente para la preparación de la guerra popular revolucionaria que organizaban. No solo significaba una extraordinaria base de reclutamiento de la oficialidad de ese ejército popular imaginado, sino que hasta la diversidad de infraestructura diseminada en distintos ámbitos urbanos y rurales les facilitaba instrumentos sumamente aptos para las operaciones de guerrilla urbana que ya había desarrollado con singular éxito. Tal como lo veía yo en ese momento, el futuro parecía suyo. No se me ocultaba que eran realmente la vanguardia de la mayoría de mi generación y que contaban con una cantidad de simpatizantes, que rápidamente podían convertirse en combatientes, que podía calcularse en alrededor de un millón de jóvenes.

Está claro que Perón, consciente de la precariedad de su salud, no iba a permitir que su vicepresidente, la poco dotada Isabel Martínez, quedara sujeta a enfrentar una fuerza de tal magnitud, que en última instancia significaba dejar su real herencia política a la organización montoneros. Tomo medidas conducentes a lograr tal objetivo, sin perder de vista nunca la necesaria diversidad del movimiento que encabezaba, vital para la “tercera posición”. Comenzó designado al Comisario Villar como Jefe de la Policía Federal. El gesto era más que elocuente.

Con relación a la Universidad, le pidió a su amigo Solano Lima que aplicara la Ley de normalización universitaria recientemente sancionada. Poco necesitó decirle para hacerse entender. Según expresó Lima en el curso de estas conversaciones, el General le dijo que no quería una Universidad peronista, pero tampoco una antiperonista.

A mi criterio, puede válidamente reemplazarse la palabra “peronista” por “montonera”. Vale decir que Perón quería a las formaciones especiales dentro del movimiento, sometidas a su comando y que página 29 | Paz Nacional

quedaran desarticuladas como una amenaza militar verdadera. Para esto era indispensable que sufrieran en ese ámbito una derrota política, que inevitablemente produciría la aplicación de la Ley y que quedaran como una minoría sin el control que tenían sobre una estructura tan peligrosa para el futuro institucional de la Argentina.

Jamás puede interpretarse la posición del General Perón como orientada a procurar la destrucción militar del aparato subversivo. Nada más alejado de su real intención. Decía expresamente que una victoria militar no servía para nada, que era “sentarse sobre las bayonetas”.

Lo importante era una solución política, que empezaba en la Universidad. Pero los hechos se sucedieron sin el control de Perón, ya que, incomprensiblemente, los grupos violentos no interrumpieron su acción a pesar que Perón había asumido la presidencia y usaba el uniforme de Teniente General del Ejército Argentino. Lo asesinaron a José Rucci, que era casi un hijo para el viejo General. Y siguieron con otros atentados.

El fin de la cuestión subversiva se produjo la tarde del primero de mayo de 1974. A mí me tocó, como funcionario de la Universidad, ocupar un lugar en uno de los largos palcos que se habían instalado al pie de los balcones de la Casa de Gobierno, donde pude observar los sucesos de manera directa. Una muy numerosa columna de montoneros avanzó, casi empezado el acto, por la calle Rivadavia, desplazando a otros asistentes, lo que motivó una formidable pelea con los militantes de la Unión Obrera Metalúrgica, que ocupaban el centro de la plaza. El palco era el reflejo del gobierno, ya que a mi lado estaba el joven Camus, hijo del Gobernador de San Juan, quien pedía a viva voz una reprimenda a los cánticos montoneros, mientras a mi derecha estaba Mario Kestelboim, quien entendió claramente el resultado de los sucesos y me dijo: “Debo tomar distancia”, y al día siguiente emigró a Perú.

Según fuentes indubitables, al dirigirse el Presidente Perón hacia el interior de la Casa Rosada después de su duro discurso, vio el rostro preocupado de Solano Lima y, poniéndole la mano en el hombro, le dijo, “No se aflija, amigo, que ya van a volver”.

Esos sucesos quitaron a la amplísima masa de jóvenes que integraban carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

la juventud peronista la convicción de que se podía guardar lealtad a Perón y seguir, al mismo tiempo, las consignas revolucionarias de los montoneros y significaron el fin de su anterior peligrosidad militar. Esto es lo que les dijo el General a los trabajadores en su último discurso, que pronunció en la Plaza de Mayo el 12 de junio de 1974, cuando les pidió militancia para “neutralizar lo negativo que tienen los sectores que todavía no han comprendido y que tendrán que comprender”. Esto significa la convocatoria a una acción política para obtener una solución de esa índole. En nada implica un llamado a la destrucción física de una parte significativa de una generación y mucho menos entraña una suerte de autorización para la tan torpe acción que cumplieron las fuerzas armadas luego del golpe del 76, cuando ya no existía un peligro militar real en las organizaciones violentas y solo eran un mero problema policial que podía superarse con la simple aplicación de la ley penal a través de los tribunales ordinarios.

A cargo del Rectorado Normalizador, el doctor Lima tuvo una actitud sumamente amable, condescendiente, con los dirigentes adictos a las formaciones especiales, que conservaron la totalidad de los cargos que venían desempeñando desde la gestión del rector Puigrós. Había, sin embargo, dos aspectos no negociables, sobre los cuales el rector mantuvo inalterablemente su intransigencia a delegar sus propias facultades. El primer aspecto venía dado por la designación de los jurados de los concursos para cubrir la totalidad de los cargos docentes. El segundo, por la redacción del Estatuto de la Universidad, que tenía la decisiva tarea de establecer el sistema electoral para designar a las futuras autoridades de la institución.

Para la preparación de los equipos que se encargarían de la designación de los jurados de los miles de concursos que debían realizarse, el doctor Lima comenzó a integrar un Consejo Asesor, con la finalidad de reunir a un conjunto de figuras notables de la vida pública y de las actividades académicas. Solo llegó a aceptar el cargo el doctor Ricardo Guardo, peronista histórico insospechado y respetado por los jóvenes decanos, ya que no sólo había sido Presidente de la Cámara de Diputados en la década del 50, sino que también su mujer había cumplido la importante y difícil tarea de asistir a Eva Perón en su gira europea. página 31 | Paz Nacional

La redacción del Estatuto de la Universidad quedó a mi cargo. La dificultad de instrumentar un régimen electoral que permitiera emerger a una universidad que “no fuera peronista, pero tampoco antiperonista”, como quería el General, radicaba en que la ley universitaria establecía que las autoridades de cada una de las facultades, así como las de la Universidad, esto es, los consejos Académicos de las Facultades y el Consejo Superior de la Universidad debían elegirse, en un 60% por los docentes, en un 30% por los alumnos y en un 10% por los trabajadores no decentes, agremiados en APUBA. Como la ley no establecía categorías de docentes y como quienes dirigieron la Universidad a partir de la asunción del doctor Puigrós habían designado a centenares de auxiliares docentes y aún profesores adjuntos y titulares, otorgarles un voto igualitario hubiera significado dejar a los montoneros en el control absoluto de la Universidad normalizada. En el proyecto de estatuto que redacté, los profesores titulares elegirían el 40% de los cargos, los adjuntos y asociados un 10% y los auxiliares docentes un 10%. Como los delegados estudiantiles iban a ser elegidos en elecciones limpias, controladas por funcionarios profesionales del Ministerio del Interior convocados al efecto, y los delegados gremiales dependían de un gremio encuadrado, aunque informalmente, en la estructura del entonces poderoso movimiento obrero organizado, el resultado servía perfectamente al mejor nivel académico y satisfacía el mandato del Presidente Perón.

Cuando dispuse del borrador, le solicité al doctor Lima que gestionara ante el doctor Ricardo Balbín la indicación de un equipo de la Unión Cívica Radical para revisarlo. Balbín sugirió que cumpliera esas funciones, de manera oficiosa, el doctor Carlos Alconada Aramburú, ex ministro de Educación del Presidente Illia y del Interior del General Aramburu. Tuve extensas reuniones de trabajo en su quinta de City Bell y solo propuso escasas modificaciones, que fueron en su totalidad incorporadas al texto del proyecto de Estatuto. También obtuvimos el apoyo de las 62 Organizaciones, que se concretó durante un almuerzo al que concurrimos con don Vicente Solano Lima y que se concretó en la sede de la Unión Obrera Metalúrgica, en la calle Cangallo.

Sabía que Ernesto Villanueva estaba redactando su propio proyecto y me carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

insistía en que los elaboráramos de un modo conjunto, lo cual podía complicar completamente la gestión de la intervención. Si no había acuerdo en el fundamental aspecto del régimen electoral, el tema podía ser revisado por el Ministro Taiana, aún comprometido con montoneros a través de sus hijos y finalmente ser resuelto por el Presidente Perón. En esa decisión iba en juego la suerte de la Universidad y, como hoy puede verse, la de la generación inútilmente sacrificada.

A esa altura de los acontecimientos, los montoneros me comunicaron de manera inconfundible su disgusto por no poder contar con nuestra propuesta. En el lenguaje de la época, la comunicación era aterrorizante. Pero lo curioso era que quienes más disgustados estaban conmigo eran los activistas del bando contrario. Consideraban como traición mi convivencia y mi colaboración en la búsqueda de una salida política y no violenta de la cuestión subversiva. También me lo hicieron saber de un modo más explícito. Tales actitudes significaban una muy clara muestra de la soledad en la que se encontraba el General Perón, procurando una política de tregua y convivencia.

Ambos bandos querían y necesitaban la guerra. Los neutrales, por prudencia o por miedo, no tomaban partido. La verdadera víctima fue el pueblo argentino.

Cuando finalmente se produjo la muerte del General Perón, aquel triste 1º de julio de 1974, el doctor Vicente Solano Lima presentó de inmediato su renuncia indeclinable al cargo de Rector Normalizador. La política de tregua, amnistía y pacificación, en ese momento entre sectores opuestos del peronismo y luego entre las organizaciones guerrilleras y las Fuerzas Armadas, se había vuelto imposible. Ambos sectores, como personajes de tragedia, corrían hacia su propia destrucción.

En lo que a mí respecta, el Secretario Villanueva me hizo saber que, de acuerdo al régimen jurídico vigente, debía transcurrir un mes, contado a partir de mi renuncia, para que pudiera dejar mis funciones. Durante el mismo intenté predicar ante quien quisiera oírme acerca de la conveniencia de suspender toda acción que pudiera perjudicar el gobierno de María Estela Martínez de Perón, conformando una línea interna dentro del justicialismo, para participar de su vida partidaria. Me contestaron que debían provocar el golpe página 33 | Paz Nacional

militar, que los colocaría a la vanguardia de las luchas populares y les permitiría concretar su ansiada “patria socialista”. La verdad es que hasta lo cantaban en las estrofas añadidas a la marcha partidaria “Ayer fue la resistencia, hoy montoneros y Far y mañana el pueblo entero en la guerra popular”. Les transmití mi punto de vista, sobre la imposibilidad de vencer a las fuerzas armadas en un combate abierto, después de su pelea con Perón. Lo que nunca pude imaginar era el extraordinario grado de torpeza y criminalidad con los que se manejaron los militares en esa innecesaria lucha.

Si la conducción de las formaciones especiales hubiera empleado una nueva máscara de Fernando VII, simulando acatar la conducción del General Perón, una vez muerto éste, sin duda hubieran tenido enormes posibilidades de instaurar su patria socialista. Siempre me preguntaré si se trata de torpeza o de traición. En todo caso, mandaron al matadero a una generación y destruyeron la posibilidad de avanzar en el crecimiento de nuestra vida republicana. No merecen elogios.

En el curso de estas conversaciones puede observarse la profunda diferencia cultural que separaba a la generación de Solano Lima, nacido en 1900 y la que estaba actuando en ese momento, con 40 o 50 años de diferencia. La extrema delicadeza de trato, con la que Lima describe su vínculo con correligionarios y opositores, o con los titulares de las magistraturas, contrasta con la previa necesidad de éxito sin demasiados miramientos que presentaba mi generación. La diferencia de criterio surge claramente cuando, de manera reiterativa y hoy puedo ver, casi insolente, le pregunto porqué no llevó a su Secretaría General de la Presidencia un equipo de trabajo que le permitiera el cumplimiento cabal de esas funciones. Para mí resultaba un deber ineludible, ya que había sido designado en esas funciones considerando que el Presidente, por su estado de salud, contaba con escasas horas diarias para la pesadísima gestión a su cargo. Pero si tenemos en cuenta, desde el tiempo actual, la fuerte personalidad y el poder propio que podían tener ministros como Gelbard, Vignes o López Rega, es razonable pensar que esa misión era imposible. Pero para Lima era una cuestión de estilo. Le estaba vedado abalanzarse sobre el poder, presionar sin respeto ni formas para conseguir espacios de gobierno. carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

Parece oportuno concluir estas reflexiones con una referencia al significado del conservadorismo en Argentina. Es evidente que las invariables posturas populares de Solano Lima contrastan abiertamente con la posición que mantuvieron los distintos Partidos Demócratas que existieron en el interior. Éstos, los conservadores, “orejudos” en la expresión radical, parecen expresar la descripción que desde el marxismo se hacía sobre estas posiciones políticas. Lo que se conservaba era la situación privilegiada de la clase dominante. En idéntica posición pueden ubicarse los “radicales galerita”, antipersonalistas o alvearistas que prevalecieron en el Partido Radical hasta la conformación de la Unión Democrática, en 1946. Pero en su conducta política y en sus pensamientos, queda claro que Vicente Solano Lima no puede jamás encuadrarse en esa categoría. ¿Qué es lo que quería conservar Solano Lima? A mí no me cabe duda de que se trataba de la vieja tradición criolla de Buenos Aires, con la que estaba profundamente consustanciado, en los cuales los principios de libertad personal y dignidad humana resultaban irrenunciables. Así lo refleja al final de estas charlas. “Se vive para el culto del bien, de la belleza, del altruismo, para enaltecer el espíritu, para acercarse a Dios. Volvemos al tema de siempre: primero el hombre, el hombre en Dios, y el hombre necesita la libertad y la libertad es Dios”.

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capítulo i Actitudes políticas frente a la Revolución de 1955.

Posición del General Eduardo Lonardi: “Ni vencedores ni vencidos”.

El triunfo del sector liberal: División de los argentinos.

La política represiva.

Los fusilamientos de 1956.

División del Partido Demócrata Nacional.

Creación del Partido Conservador Popular.

Unidad nacional basada en la tregua, la amnistía y la pacificación.

R Carlos Ibáñez: Producida la revolución de 1955, su jefe, el General Lonardi, declaró que no habría ni vencedores ni vencidos, que se practicaría una política de unidad nacional cuyo punto de partida era el mantenimiento de las conquistas sociales alcanzadas durante el gobierno recién depuesto. Prevaleció, sin embargo, el sector liberal, que intentó forzar la implantación del sistema liberal-burgués e instauró en realidad una división artificial entre peronistas y antiperonistas. Esto obligó a los argentinos a definirse, produciéndose una crisis dentro del Partido Conservador…

Vicente Solano Lima: En realidad, se trata del Partido Demócrata Nacional, que se vio privado de la segunda palabra por una Ley de la Nación. El Partido Demócrata había procedido a efectuar una reorganización general después de la caída del gobierno en 1955. Esa reorganización se llevó a cabo con gran entusiasmo en la Provincia de Buenos Aires, a la que yo pertenezco, y con más o menos éxito en el resto de las provincias. En algunas partes el Partido se hallaba debilitado por falta de acción y necesitaba una importante renovación. Desde el comienzo hubo una gran confrontación de actitudes entre la Provincia de Buenos Aires y las demás provincias. Siempre existieron dentro del partido, entre las fuerzas conservadoras del viejo Partido Autonomista Nacional, herederas del Federalismo de Buenos Aires, y el resto de las fuerzas del interior, desinteligencias debido a las interpretaciones regionales. Las fuerzas del interior sentían la dominación de la Provincia de Buenos Aires por la gran página 39 | Paz Nacional

influencia que ésta ejercía sobre numerosas provincias. En consecuencia, siempre había una especie de prevención contra Buenos Aires. Y yo soporté las consecuencias de ese estado de ánimo latente que se pronunció en ese momento, no obstante que nosotros, haciendo una política de alcance nacional, fuimos solidarios con las provincias en toda la campaña y el movimiento de fuerzas que se realizó contra el gobierno peronista. Pero las circunstancias nos acercaron a una crisis que produjo luego la división del Partido.

Yo atribuyo a una incomprensión de las verdaderas intenciones de los hombres de Buenos Aires el reparo que las provincias le hicieron y que desembocó en la articulación de dos tendencias. Buenos Aires, que había estudiado a fondo el problema causado por el gran auge de la política popular, dedujo que había que levantar las viejas banderas que siempre nos guiaron para afianzar la concordia nacional y que frente al régimen caído no había que distorsionar el pensamiento de Lonardi, que había hablado de que debía levantarse la consigna, la antigua consigna de “Ni vencedores ni vencidos”, y que al mismo tiempo llamó a los obreros y los invitó a que se aproximaran a él y le confiaran sus problemas y sus reservas.

Esta política de Lonardi hizo crisis en forma casi inmediata y dio lugar a que se impusiera el gobierno que encabezó el General Aramburu.

Un documento producido por el sector político del gobierno de Lonardi motivó reparos; Lonardi fue determinado a presentar la renuncia y se retiró con el grupo de amigos que lo propiciaba, que lo sostenía y al cual se conocía en el país como de tendencia nacionalista. ci: ¿Y cómo repercutió en el ámbito del Parido Demócrata tan clara división en dos tendencias antagónicas en el seno del gobierno instaurado tras el triunfo de la llamada Revolución Libertadora? vsl: En la reunión de dirigentes del Partido Demócrata realizada para tratar el documento de Lonardi, yo sostuve la tesis de que Lonardi no debía ser eliminado, posición a la cual adhirieron el dirigente de Tucumán, doctor Eduardo Paz y algunos más. Esto motivó una situación un poco tensa, dentro del ánimo de cordialidad que nos carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

caracterizaba, porque todos éramos amigos políticos y personales.

Luego el Partido me eligió Presidente en la Provincia de Buenos Aires y yo presenté mi proyecto de declaración que señalaba una línea política que debía tener después una fuerte influencia en el destino de los conservadores; fue la famosa fórmula de concordia basada en la tregua, la amnistía y la pacificación. Nosotros sosteníamos la necesidad de que el desierto político en que estábamos debía ser satisfecho por un gobierno de transición, es decir, que provocaba una tregua política en el país. Esa tregua debía durar lo que duraba un período presidencial, es decir, seis años. Y debía elegirse un hombre que representara desapasionamiento, deseo de concordia, de unión, que debía actuar con un programa preparado al efecto para considerar y proponer las decisiones para resolver una cantidad de problemas nacionales que estaban a la vista. ci: ¿Y qué lugar se daba al peronismo, recientemente derrocado? vsl: Esto implicaba además revalidar el peronismo como partido político y abrir el cauce a sus aspiraciones futuras, cosa que provocaba grandes resistencias en los grupos que se consideraban vencedores de la Revolución de 1955, porque implicaba la posibilidad de la vuelta al poder de las fuerzas depuestas. ci: La posición entre estos sectores, a los que el idioma popular comenzó a calificar como “Gorilas” y a su posición “gorilismo” y los que veían con simpatía la posición conciliadora del General Lonardi creó una división insuperable en el interior de la totalidad de la vida argentina. ¿Cómo se sobrellevó esta crisis dentro de las fuerzas conservadoras? vsl: En el ámbito del Partido Demócrata se realizaron gestos muy importantes para lograr un acercamiento que permitiera la convivencia de los sectores en pugna. La totalidad de los dirigentes de todos los sectores del Partido me confiaron la gestión de procurar la unidad de esa fuerzo política, que se encontraba dividida desde antes en dos sectores, según hubieran aceptado concurrir a los comicios durante el peronismo o que hubieran proclamado abstenciones. Me tocó arpágina 41 | Paz Nacional

ticular la Mesa Provisoria y designé presidente al doctor Rodolfo Corominas Segura, dirigente de la Provincia de Mendoza y que era uno de los grandes dirigentes nacionales. Mi gestión consiguió la formación de esa Mesa Provisoria, que debía actuar hasta que se organizara el Partido en toda la República. Después hubo de integrarse la Junta que el Gobierno formó para servir de aparente poder legislativo…

ci: ¿Junta Consultiva? vsl: Junta Consultiva. Y en ésta yo no fui nominado, pero lo fueron dos hombres afines a nuestra tendencia, como lo fueron el doctor Adolfo Mujica y Reinaldo Pastor.

Nosotros sostuvimos en la Provincia de Buenos Aires y pedimos con gran fervor la convocatoria de una Asamblea Nacional donde estuvieran representadas las provincias a través de sus grandes figuras. La reunión se celebró en un teatro de la Capital Federal y la declaración que proponía Buenos Aires no fue aprobada. Fue sustituida por otra que la desdibujaba totalmente y ello produjo como consecuencia que se marcaran las dos tendencias que afluían a la dirección del Partido.

Posteriormente hubo un gran banquete popular, que se realizó en un salón ahora inexistente y al cual no asistió el presidente del Partido.

La celebración de hizo para realizar un homenaje a la reorganización del Partido en la Provincia de Buenos Aires, que había recibido una cantidad inmensa de adhesiones. Los afiliados eran alrededor de ciento quince mil, muy importante en esos tiempos. La tirantez continúo con grandes problemas…

Las líneas de la división del Partido estaban ya tendidas. Esta finalmente se produjo teniendo una gran mayoría la línea popular, como se llamó en lo sucesivo, que había propiciado la tesis de la tregua, la amnistía y la pacificación. Y en las provincias hubo mayoría en el otro sentido, en no aceptar esa tesis. ci: En síntesis, las fuerzas que integraron el movimiento de Septiembre de 1955 tuvieron que elegir entre dos tendencias: La preconizada por el General Lonardi, la que postulaba la unión nacional por medio de carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

una política de conciliación, frente los sectores muy poco homogéneos que incluían al liberalismo, al comunismo y otros sectores ligados a la izquierda tradicional que buscaban destruir, diez años después de Yalta, a un peronismo que consideraban “el último gajo del árbol fascista” Sólo los unía cantar la Marsellesa. En este contexto, los conservadores de Buenos Aires eligieron y postularon la política de conciliación, lo cual condujo a la división inevitable del Partido Demócrata. ¿Esto es el resultado de que en el mismo coexistían tendencias doctrinarias distintas, originadas en las tradiciones del Partido? vsl: Claro, el Partido Conservador fue heredero del viejo Partido Autonomista Nacional, que se había formado con la fusión del Partido Autonomista de la Provincia de Buenos Aires, que dirigía Adolfo Alsina (1) y los nacionales, es decir, los grupos políticos del interior que respondían a la influencia de Nicolás Avellaneda, que fuera elegido Presidente de la República por una concertación de fuerzas provinciales. Nosotros, el sector de la Provincia de Buenos Aires, siempre conservamos la línea autonomista.

Durante el predominio político de Alsina en la Provincia de Buenos Aires, se había producido la separación de la Provincia del Resto del país, por una lucha muy dura en la cual actuaron las fuerzas del General Mitre, los restos del Partido Federal, frente a las fuerzas que respondían al General Urquiza y otras que luego se unificaron alrededor de la figura del General Julio Argentino Roca. Este movimiento de fuerzas había dado sus características a cada una.

Nosotros, por ejemplo, siempre nos llamamos Partido Conservador, mientras en las provincias el nombre desapareció prácticamente.

Se llamaban liberales en muchas provincias, mientras que en otras se denominaban concentración popular, demócrata, en fin, tenían varios nombres. Pero el Partido Conservador mantuvo su línea distinta, porque el conservadorismo no era liberalismo. ci: ¿Dónde podemos ubicar la diferencia? vsl: Venía del viejo conservadorismo mundial, que preconizó Burke en Inglaterra y Disraeli después, que estaba imbuido de ideas humapágina 43 | Paz Nacional

nitarias, de integraciones nacionales, de pueblos, de culturas y se proponía humanizar la política, humanizar la democracia, humanizar los gobiernos. El liberalismo, en cambio, era una tendencia de tipo económico, porque el liberalismo histórico se reunía alrededor de libertades, pero de libertades económicas consideradas absolutas, sin frenos, aunque su ejercicio vulnerara derechos humanos fundamentales. ci: Pareciera que, dentro del Partido Demócrata, se producía una situación similar a la acaecida durante la separación de Buenos Aires, donde Adolfo Alsina ejercía un fuerte liderazgo, del resto de la Confederación Argentina, entre 1852 y 1861, ¿De modo que podría decirse que esa tendencia estaba marcada desde antes y hace eclosión después de la revolución del 55? vsl: Yo diría que era en los elementos históricos de la constitución de las fuerzas conservadoras donde se produjo esa fusión no querida tal vez, involuntaria, de liberales y conservadores. Los liberales predominaron siempre en el interior por su número, porque controlaban todas las provincias del interior, sobre los conservadores, que tenían mayoría en la Provincia de Buenos Aires.

Y es en esa etapa de la vida argentina, la Revolución de 1955, cuando se produce la crisis de esa fusión. Los conservadores se separan, toman el nombre de Partido Conservador Popular y me eligen presidente en una Asamblea Nacional, mientras las otras fracciones, los liberales, se organizan con otras autoridades. Se produce así una división en el orden nacional. El haber seguido nosotros la línea de Lonardi, el habernos prestado a la defensa del partido que había sido derrotado en 1955, nuestro reconocimiento a la personalidad del movimiento obrero, que había adquirido conquistas que no se podía admitir que se perdieran so pena de que incurriéramos en un retroceso social, político e histórico, dio lugar a que tuviéramos que llevar una dura lucha en lo sucesivo para imponer nuestras ideas. Y esto produjo como consecuencia nuestro acercamiento a las fuerzas populares, es decir, al movimiento obrero y al resto de lo que constituía la clase popular. Esto nos acercó al peronismo. Nos acercó en un sentido afectivo, mas vale sentimentalmente, porque eso no se carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

hizo efectivo en relaciones del peronismo con el conservadorismo popular sino varios años después. ci: ¿Y los dividió cada vez más del sector liberal del Partido? vsl: Claro. Y a medida que pasó el tiempo, la confrontación y la lucha trajeron como consecuencia una separación cada vez más pronunciada. En cambio, produjo una aproximación con los movimientos populares. Los obreros se sentían interpretados y comprendidos con la noción de la tregua que aseguraba el mantenimiento de las reformas sociales, con la amnistía que terminaba con las persecuciones al peronismo y entonces lo beneficiaba políticamente. Porque la Ley de Amnistía era una tradición conservadora que se había producido varias veces en la historia del país, durante el período de la reorganización nacional. ci: Desgraciadamente triunfó la tesis contraria y se impuso una política de rigor contra el peronismo, que se manifestó como la más dura represión y la proscripción política permanente… vsl: Exactamente. La proscripción llevaba a prolongar el gobierno de facto y a evitar una confrontación electoral donde el peronismo tuviera libertad de acción. Por eso, cuando se proyecta la reforma de la Constitución, en 1957, el peronismo vota en blanco; porque no le es permitido el acceso a los comicios y además se manifiesta contrario a la reforma constitucional planteada por el gobierno. El peronismo exigía la vigencia de la Constitución normal de la nación y que el gobierno utilizara para la reforma el procedimiento señalado por la propia constitución jurídicamente vigente, es decir, la sancionada por la convención constituyente de 1949, que fue derogada por una proclama del General que dirigía el país, reimplantando antijurídicamente la constitución de 1853.

El resultado de los comicios efectuados para la Convención Constituyente fue demostrativo, porque los votos en blanco, anulados por el peronismo, superaron los votos positivos, de todos los partidos. Los conservadores populares proclamaron también el voto en blanco.

Se demostró que la voluntad del pueblo no estaba a favor de la reforpágina 45 | Paz Nacional

ma constitucional. No obstante, se hizo la Asamblea Constituyente en Santa Fe, y se aprobó el agregado al artículo 14 de la Constitución, donde se consignaron algunas caracterizaciones de tipo social que no significaron una reforma, sino simplemente unos agregados que pretendían mostrar que la Asamblea Constituyente había tenido en cuenta el sentido que las fuerzas populares le asignaban a la reforma constitucional. ci: ¿Y cómo se fue produciendo el acercamiento entre los conservadores populares y el peronismo? vsl: Con posterioridad a la Convención constituyente de Santa Fe vino una larga lucha. Estos hechos fueron recordados en el año 1961, estando yo en Europa. Entonces, por intermedio de una gestión personal del Coronel Von Rudell, el as de la aviación alemana que tenía una estrecha amistad con el General Perón, me entrevisté con él en Benidorm, un balneario que está sobre la costa del Mediterráneo español. El General Perón estimó entonces que nuestra posición había favorecido al peronismo y que no había sido pedida por nadie, sino que era el resultado de un acto espontáneo de comprensión patriótica del peronismo, y que debía ser alentado. Y de allí vino una aproximación cada vez más íntima entre el peronismo y el conservadorismo popular.

El acercamiento se hizo más estrecho poco tiempo después, al proponer soluciones nacionales en base a la coincidencia de las dos fuerzas, como fue en 1963 la proclamación de la fórmula presidencial encabezada por mi nombre y por el de un alto integrante del radicalismo de Santa Fe, el doctor Silvestre Begnis, para ponernos a la cabeza de la representación de varios partidos que constituyeron un frente que se denominó Nacional y Popular. ci: Si bien hasta 1961 no se había entrevistado personalmente con el General Perón, seguramente la prédica de la política de conciliación realizada por el conservadorismo popular habrá generado relaciones con el peronismo, en la Argentina… vsl: Durante el gobierno de la Revolución del 55, el Partido Conservador Popular decidió gestionar la amnistía de los presos políticos. Siguiencarlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

do esa decisión y a insinuación de algunos de los propios detenidos, concurrí a Villa Devoto varias veces. En la primera visita me encontré a un núcleo grande; me acuerdo que estaba Alejandro Leloir, también estaba el que luego fue gobernador de Santiago del Estero, Juárez, quien había sido senador nacional. Conversé con todos ellos y les expuse nuestro punto de vista, de establecer una amnistía para trabajar por la unidad nacional y buscar una solución de concordia. Ellos lo aceptaron, pero el gobierno nacional no consideró la amnistía. ci: ¿Los legisladores encarcelados hicieron una nota pidiendo la amnistía? vsl: Si, el Gobierno recibió la nota, la consideraron en reuniones de gobierno, pero no se despachó. Afirmaron que no correspondía hacerlo en ese momento. Había algunos partidarios, pero no pudieron hacer nada. ci: De modo que los legisladores detenidos se mostraron de acuerdo con la política de conciliación nacional propuesta por usted. ¿Qué pensaba el peronismo, en general? vsl: Esa visita a Villa Devoto tuvo una gran repercusión en el peronismo de todo el país. Fue de sumo agrado de Perón, pero hasta entonces yo no me había visto con él. Antes no había tenido ninguna comunicación con él, aunque éramos amigos desde 1932. Como lo he relatado, lo encontré por primera vez en 1961, debido a la gestión del Coronel Von Rudell. Fue la primera entrevista que tuve con el General Perón después de 1955. Antes del 55 no había tenido ninguna comunicación de índole política con él, aunque éramos amigos desde 1932.

Durante algún tiempo hubo una expectativa ante lo que iba a resolver el gobierno acerca de la nota enviada por los legisladores… Habían ocurrido los hechos del 9 de junio de 1956… ci: La intentona de revolución… vsl: …Cuando la tentativa de revolución del General Valle, que terminó sangrientamente con los fusilamientos sin forma de juicio, aunque página 47 | Paz Nacional

por lo menos se firmaron sentencias de muerte. ci: ¿En esa ocasión pudieron los conservadores populares hacer algún tipo de gestión para impedir un hecho que cerraba toda posibilidad de conciliación? vsl: No. El gobierno se cerró. En los días de los fusilamientos el presidente, General Aramburu, viajaba por el Paraná en una excursión y al frente del gobierno estaba en Almirante Isaac Rojas. Pero los fusilamientos fueron firmados por el General Aramburu. Según tengo entendido, los decretos fueron posteriores al fusilamiento. Esto creó el convencimiento en el peronismo de que no podía alentar ninguna esperanza de ser considerado, ni amnistiado, ni llamado a la acción cívica. Y así transcurrió el tiempo. ci: Se quebró la política de tregua y significó el primer hecho grave de sangre en la política argentina desde 1890. vsl: Es que desde que cayó Lonardi no hubo ninguna posibilidad de tregua. Nosotros la presentamos, la alentamos, la estimulamos, pero el gobierno no dio señales de escuchar el clamor popular que existía. ci: ¿Querían vencedores y vencidos? vsl: Claro. La tesis de que la Revolución Libertadora había triunfado se impuso y tenía que sacar como conclusión el desplazamiento del vencido, la destrucción del vencido. ci: ¿Entonces se produjo una curiosa alianza entre las fuerzas liberales e incluso el propio comunismo? vsl: El comunismo, el socialismo, los liberales, con los grupos conservadores de provincia, contra el peronismo y contra los grupos de reducidas proporciones numéricas que propiciaban la política de pacificación. El gobierno y los que alentaban esa situación política en el país, sostenían que era imposible todo camino que condujera a los comicios, donde concurriera el peronismo, porque no había ninguna posibilidad de derrotarlo. carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

capítulo ii La respuesta popular a la Revolución de 1955: Las elecciones de 1957 y 1958.

Compromiso de restituir la CGT y llamar a elecciones libres.

Los comicios de 1962, La fórmula Framini-Perón.

La anulación de los actos electorales y la destitución del Presidente Frondizi.

La solución Guido.

Nuevo Llamado a elecciones.

El Frente Nacional y Popular; Fórmula Solano Lima- Silvestre Begnis.

La proscripción del frente y el triunfo electoral de la Unión Cívica Radical del Pueblo.

Anuncio de elecciones libres y el golpe militar de 1966.

El General Onganía. La tentativa nacionalista del General Levingston.

El General Lanusse y el Gran Acuerdo Nacional.

La Hora del Pueblo.

R Carlos Ibáñez: Vimos que el golpe del 13 de noviembre de 1955, que derrocó al General Lonardi y colocó al General Aramburu en la Presidencia de la Nación creó una disyuntiva entre una política de conciliación nacional y la aplicación forzada del liberalismo, sobre la cual se pronunciaron los políticos argentinos. Recordamos también que el pueblo, sin la menor posibilidad de propaganda, lo hizo durante las elecciones a constituyentes de 1957, superando los votos en blanco a los de los partidos participantes. La segunda oportunidad son las elecciones convocadas por el General Aramburu en 1958.

Vicente Solano Lima: En realidad, el General Aramburu está poco tiempo en el gobierno. El General Perón oscila primero entre apoyar a los conservadores populares o al partido radical de Frondizi (Unión Cívica Radical Intransigente- UCRI), y opta finalmente por éste último, sobre la base de un cálculo que él hizo a partir de las elecciones de 1957 con motivo de la reforma de la constitución. En esas elecciones el Partido Radical de Frondizi no se abstuvo y alcanzó cerca de dos millones de votos. Consiguió un grupo de convencionales que después renunciaron a la Asamblea Constituyente de Santa Fe. El Partido Conservador Popular hizo causa común con el peronismo página 49 | Paz Nacional

y votó en blanco, no sacó votos. Entonces de hizo un cálculo que fue llevado posteriormente al General Perón, a Caracas, de que con la base de un millón ochocientos mil votos que obtuvo el frondicismo, sumado a la masa de votos peronistas, se obtenía fácilmente la victoria. Perón, que no sabía como iban a repercutir en la masa todos los hechos y la posición adoptada por él en la Revolución de 1955, al no aceptar la lucha, prefirió la seguridad de esos resultados y optó por Frondizi, quien había aceptado además hacer un gobierno de acuerdo con el peronismo. ci: El acuerdo incluía el reconocimiento de las asociaciones gremiales como primera medida. vsl: Se iba a dictar una ley con el fin de reconstruir la Confederación General del Trabajo. Alguna de esas cosas se hizo. Incluso, en las elecciones que en lo sucesivo hubiera, el peronismo iba a concurrir con todos sus derechos. Y así ocurrió durante las elecciones de 1962, cuando se ganaron una cantidad de provincias. ci: Que fue un triunfo apoteótico de la fórmula Framini-Anglada en Buenos Aires. vsl: Claro, la candidatura de Andrés Framini a gobernador. Allí se produjo primero un juego de candidaturas para provocar el veto de la fórmula peronista, al presentarse la fórmula Framini-Perón. El doctor Frondizi vetó la candidatura de Perón a vicegobernador, pero se mantuvo la candidatura de Framini a gobernador. Entonces se integró la fórmula del peronismo con el doctor Anglada y la misma obtuvo una enorme mayoría de votos, sorprendente para aquel momento. ci: Nuevamente la conducción de las fuerzas armadas coartó la posibilidad de normalización institucional, imponiendo al Presidente Frondizi, contra su voluntad, la anulación de las elecciones… vsl: Obligaron a Frondizi a intervenir las provincias donde había triunfado el peronismo, bajo la presión de que iba a ser depuesto. Cedió a esta pretensión e intervino las provincias, lo cual motivó la renuncia inmediata del Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

doctor Oscar Alende. El país entró en una grave crisis política y pese a sus concesiones, el presidente no pudo salvar la continuidad institucional y fue depuesto igual. Recuero que los tres jefes de las fuerzas armadas concurrieron a la Casa Rosada a pedir al Presidente su renuncia, quien se negó a hacerlo, o a pedir licencia, o a suicidarse, como él expresaba, por lo cual lo detuvieron y lo confinaron en la Isla de Martín García.

Después hubo una vacilación acerca de si se hacían cargo del poder los comandantes de las tres fuerzas, circunstancia en la que apareció la posibilidad de otorgar la presidencia al doctor José María Guido, en su carácter de Presidente Provisional del Senado. El doctor Guido asumió el poder con la conformidad de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y juró ante la misma. En esta gestión intervino el doctor Julio Oyhanarte. Fue él quien sugirió a Guido que no renunciara a sus derechos. ci: Entonces el humor formaba parte importante de la política; se comparaba a la solución como un parche a la continuidad institucional.

Según un chiste, un periodista le preguntaba al doctor Guido si se consideraba presidente de hecho o de derecho. No, de casualidad, respondía. vsl: Yo recuerdo que el doctor Guido nombró ministro de economía a Federico Pinedo, que desvalorizó el peso y liberó el cambio. Y trajo un trastorno tan grande con la suba de precios que a los pocos días fue reemplazado por el Ingeniero Álvaro Alzogaray. ci: Quien ya había ocupado ese cargo, durante la presidencia del doctor Arturo Frondizi y nos trajo su famoso invierno… vsl: ¿Cuándo dijo:“Hay que pasar el invierno”? ci: Sí, y lanzó sus también famosos bonos para pagar los sueldos. vsl: El gobierno de Guido fue de breve duración, ya que su mandato concluía cuando se convocara a elecciones. Cuando esto se efectuó, reapareció el problema político en toda su crudeza. Se dictaron leyes prohibiendo la concurrencia del Partido Peronista, prohibiendo página 51 | Paz Nacional

también las candidaturas peronistas y ahí se formó el Frente Nacional y Popular, que si bien pudo hacer campaña, no pudo concurrir al comicio, porque fue desplazado a través de actos de gobierno. Por resoluciones del Ministerio del Interior y por decretos emanados de esa cartera, se prohibieron el empleo de nombres peronistas en las listas de los partidos aliados. ci: La antigua intolerancia impedía nuevamente la real posibilidad de concordia entre los argentinos. Todo esto ocurría en 1962. Habíamos conversado acerca de su entrevista con el General Perón, a fines del año anterior y usted mencionó que lo conocía desde 1932. ¿Cómo ocurrió ese encuentro? vsl: Nos conocimos durante el año 1932 cuando, siendo yo diputado nacional visitaba de tiempo en tiempo al General Manuel Rodríguez, Ministro de la Guerra del gobierno del General Agustín P. Justo. El Capitán Juan Domingo Perón era secretario del Ministro y con ese motivo yo lo veía con frecuencia, hasta que el propio Ministro me lo presentó formalmente, haciéndome un elogio de su persona. Continuamos viéndonos a raíz de esas visitas y conversando.

Además de eso, el Capitán Perón tuvo intervención en una gestión que le encargó el propio Ministro de la Guerra, una gestión que se refería a mi persona. Yo había tenido un incidente caballeresco con el doctor Enzo Bordabehere, en la Cámara de Diputados, del cual derivó una gestión de padrinos, que fue interrumpida por una intervención del Ministro de Relaciones Exteriores, doctor Saavedra Lamas, que hallándose en el recinto llamó a la conciliación y a que se retiraran las ofensas. El doctor Bordabehere presentó un pedido de disculpas a la Cámara y yo hice lo mismo. Quedó así superada toda posibilidad de lance y la gestión del Capitán Perón no fue necesaria.

Posteriormente nos separamos. El Capitán Perón fue ascendido y trasladado, me parece que a la representación diplomática en Chile, y con posteridad, enviado a la Comisión de Armamentos en Italia. Y yo, por mi parte, deje mi banca en el Congreso, porque fui designado Ministro de Gobierno en la Provincia de Buenos Aires. En consecuencia, dejamos de vernos durante bastante tiempo. Recién me carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

encontré nuevamente con él a raíz de la iniciativa del Coronel Von Rudell y pudimos reanudar aquella amistad. ci: Como simple ciudadano pude observar que a partir de allí sus relaciones fueron mucho más intensas y permanentes. Tal vez los acercaba no sólo el pertenecer a la misma generación, sino también una amplia coincidencia de ideales, en la búsqueda jamás abandonada de la unidad nacional, que luego se tradujo en la Hora del Pueblo, el Pacto Social y el llamado a la conciliación nacional que lanzó Perón después de su retorno, solución impedida durante dieciocho años de proscripciones. vsl: Tengo que decir que nuestra amistad fue intensificada cada vez más, incrementándose la confianza recíproca hasta su muerte, lo cual determinó mi participación en los gobiernos del peronismo en la Argentina a partir del momento en que el pueblo pudo ejercer su derecho al voto.

Cuando se postuló la fórmula del Frente Nacional y Popular, en 1963, el General Perón intervino personalmente tanto en la designación de los candidatos, como en la denominación del Frente. El Frente hizo una plataforma de gobierno que yo acepté y con la cual colaboré, que era la expresión política de éstos ideales. Era entonces Ministro del Interior el General Osiris Villegas, a cuyo impulso el gobierno dictó una serie de decretos que hacían imposible la concurrencia de las fuerzas del Frente en los más grandes distritos electorales, so pretexto de que en las listas del mismo se había consignado el nombre de candidatos peronistas, lo cual estaba prohibido por una ley. También estaba prohibido que se mencionara el nombre del General Perón. ci: ¿Cree usted que el advenimiento de la fórmula Vicente Solano LimaSilvestre Begnis que postulaba el Frente al Gobierno de la Nación hubiera solucionado la antinomia entre peronistas y antiperonistas que existía desde 1955? vsl: Estoy seguro. Eso me tocaba realizarlo a mí. Era uno de los convencidos de esa política. ci: ¿Y hubiera sido posible y oportuno entonces? página 53 | Paz Nacional

vsl: Así es. Porque hubiera sido una fórmula que no era peronista, sino de fuerzas afines con el peronismo, cordiales con el mismo, las que hubieran desempeñado la función pública y tenían mandato del Frente para realizar la política de la amnistía, de la pacificación y de la tregua. El programa que yo me tracé incluía mi propia renuncia al cargo de Presidente de la Nación, una vez aceptado el mismo y aplicada alguna legislación, para producir la acefalía y convocar a una nueva elección, a al cual concurriría el peronismo. Eso no se pudo realizar, por las causas que yo expongo. ci: De manera que la influencia de las fuerzas armadas sobre el Gobierno del Presidente Guido fue lo que coartó esa posibilidad de unión nacional. vsl: Así es. A mí me hubiera resultado sumamente fácil coincidir con las fuerzas políticas de la Nación para llegar a un entendimiento razonable. ci: ¿Cómo surgió la fórmula Solano Lima-Silvestre Begnis? vsl: El Frente se administraba políticamente por representaciones de los partidos que lo formaban. Y ahí se debatía el problema de las candidaturas. Y hubo, por supuesto, mucha expectativa, porque el que iba a definir la elección era el Partido Peronista. En consecuencia, se esperaba una proposición del peronismo respecto de las candidaturas, la que fue formulada por una indicación directa del General Perón desde Madrid, que llegó a Montevideo y desde allí fue transmitida a Buenos Aires. La misma noche en que eso ocurrió, había una reunión de dirigentes del peronismo en la sede de un sindicato, desde donde me pidieron una entrevista, que finalmente se realizó a las dos de la madrugada. Yo los recibí y me comunicaron que por decisión del Partido Peronista y en consecuencia, del Frente, había sido designado para integrar la fórmula, junto con el doctor Silvestre Begnis. En ese tiempo, el candidato propuesto para la vicepresidencia se encontraba accidentado en Rosario, por lo cual no se podía movilizar, pero no impedía que yo le hiciera una visita, para considerar la situación en que estábamos. Asi lo hice, y al doctor Silvestre Begnis participó en la campaña, porque, a pesar de su reciente accidente, sus médicos así lo autorizaron. carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

ci: ¿Cómo se produjo la prohibición del gobierno? Entiendo que la campaña electoral pudo desarrollarse durante un tiempo prolongado. ¿El veto opuesto a las candidaturas del Frente se produjo momentos antes de la fecha de las elecciones? vsl: No. Fue por etapas. Primero se emitió el famoso decreto mediante el cual no se podía nombrar al General Perón en el país. Y estaba también prohibido el Partido Peronista. Luego se pusieron otras condiciones que debían reunir los candidatos. Posteriormente se dictó una resolución por la cual las juntas electorales no computarían los votos, los que ni siquiera podían figurar en las pizarras, de los partidos que llevaran en sus listas candidatos de filiación peronista. Naturalmente que nosotros nos encontrábamos en esa situación.

El Partido Conservador Popular se veía en dificultades en trece provincias. Estaba perfectamente movilizado y había recibido la cooperación del peronismo. En consecuencia, había aceptado a los candidatos peronistas como ciudadanos, descartando el sí o no de su condición de peronistas. Se efectuaron entonces muchas gestiones ante el Ministerio del Interior, todas las cuales tuvieron un resultado negativo.

Al no computarse los votos del Partido Conservado Popular por el cual iba a votar el Frente, quedaron trece provincias en blanco. En éstas iba con el nombre de Unión Popular, partido que formaron Bramuglia, Tecera del Franco y otros. Por supuesto que esos partidos tampoco pudieron concurrir, porque sus candidatos eran peronistas. ci: ¿La proscripción dispuesta por quien ocupaba el Ministerio del Interior, General Osiris Villegas, puede interpretarse como una decisión tomada por los mandos de las fuerzas armadas? vsl: Así es. Yo lo entiendo así. Hubo una gestión para que yo tuviera una entrevista con el Presidente Guido. El Comandante en Jefe del Ejército era el General Juan Carlos Onganía. El Presidente Guido manifestó que no tenía ningún inconveniente en lleva a cabo la entrevista, pero luego desistió y ésta no pudo realizarse. Algunos amigos intentaron una gestión con el General Sánchez de Bustamante, a página 55 | Paz Nacional

través del Coronel Álzaga, pero tampoco pudo alterarse la decisión.

Además, al ser proclamado candidato a presidente, yo hice una declaración, en una conferencia de prensa, sobre lo que yo entendía que era el peronismo. Allí manifesté que el peronismo era un movimiento que había precedido al propio General Perón. Porque mi tesis fue siempre que las masas obreras y las clases humildes que acompañaron al peronismo eran las mismas que siguieron a Hipólito Irigoyen durante su época revolucionaria. Luego, cuando Irigoyen llegó al poder, no hizo ninguna revolución ni cambio y, en consecuencia, las masas quedaron solas, sin expresión política y no se sintieron en lo sucesivo comprometidas ideológicamente con el radicalismo.

Por eso encontramos la raíz del peronismo en el radicalismo.

Entonces me hicieron un proceso. El Gabinete Nacional envió los antecedentes de esa declaración a los tribunales, para que yo fuera procesado por haber inflingido la ley que impedía nombrar a Perón y al peronismo. El Juez que intervino en ese asunto hizo una declaración categórica. Yo sostenía que había hecho una disquisición histórica. Entonces quedó abandonada la idea de involucrarme a mí en algún proceso político.

Y así como hubo mucha gente que se movilizó en contra de la fórmula, hubo mucha gente que se movilizó a favor. Pero en los hechos, como era un régimen de fuerza, prevaleció la posición del Ejército. ci: Es curiosa la evolución política de la conducción de las fuerzas armadas, en ese período signado por planteos, golpes y revoluciones, que poco tiempo después aceptaba un “peronismo sin Perón” y luego reclamaba que las fuerzas populares llevaran candidatos “potables”, aunque posteriormente aceptaron sin comentarios la fórmula “Perón-Perón”, que evidentemente era para ellos menos potable. ¿El Comandante en Jefe del Ejército es el mismo General Onganía que lideró posteriormente el golpe de estado contra el gobierno radical del doctor Arturo Illia, quien decide en ese momento el triunfo de la Unión Cívica Radical del Pueblo, que llevó esa candidatura, al imponer la proscripción del Frente?

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vsl: Claro, al no concurrir nosotros a los comicios, se beneficiaron las demás fuerzas políticas. En doctor Illia, el radicalismo, obtuvo tan solo el veintidós por ciento de los votos a favor en los comicios.

Pudo componer una mayoría en los Colegios Electorales con la ayuda de los conservadores de orientación liberal y de los socialistas. ci: Por sobre la candidatura del General Pedro Eugenio Aramburu. vsl: Aramburu obtuvo mucho menos que el radicalismo, sacó un millón de votos. El radicalismo superó los dos millones. ci: ¿A qué adjudica la caída el gobierno radical en 1966? vsl: A que nunca tuvo el asentimiento de las fuerzas armadas. A que eran el gobierno de una minoría, porque solamente el veintidós por ciento de los registrados en el padrón había votado por esa candidatura.

Y en tercer lugar a una mala relación sobrellevada con la cúspide militar. El gobierno no trenzó bien sus relaciones con los dirigentes de las fuerzas armadas y no hubo una adhesión significativa para que se mantuviera en el poder el doctor Illia. ci: Pareciera que el gobierno radical no atinó a defenderse. El golpe de 1966 fue públicamente preparado, tanto que desde los propios medios de prensa se daban las líneas generales para provocar la adhesión de la opinión pública. vsl: Aparte, no habían estado preparados para asumir el poder con decisión, nunca se consolidaron. Eso explica la debilidad que les impidieron reaccionar contra la acción de las fuerzas militares. ci: Este proceso puede ser bastante aleccionador para el futuro… vsl: Yo entiendo que esas lecciones las tenemos que seguir no solamente por esos hechos, sino porque históricamente es así. En la Argentina no puede haber normalidad auténtica si no se produce un enlace entre las Fuerzas Armadas y las fuerzas populares. No se puede gobernar por el pueblo contra las Fuerzas Armadas ni por las Fuerzas Armadas contra el pueblo. Tienen que llegar a un enlace, a página 57 | Paz Nacional

un acuerdo y que éste sea duradero, sincero.

Yo no creo que haya que crear podores militares ni partidos militares.

Yo creo que debe darse seguridad al funcionamiento de todos los resortes e instituciones de la Constitución, que deben estar garantizados en su aplicación y en su ejecutoria; de otra manera, el país vivirá en una crisis perpetua. ci: Eso involucraría un cambio doctrinario en la conducción de la Fuerzas Armadas, que admitiera las ideas de las mayorías argentinas. vsl: Así es. El error sería que se politizaran las Fuerzas Armadas. Entonces tendríamos la división dentro del Ejército y de las otras armas, de liberales, conservadores y esto no puede conducir a la paz interna ni a la consolidación de una auténtico gobierno democrático. ci: Pareciera que las FFAA deberían despolitizarse del liberalismo… vsl: Claro. Las Fuerzas Armadas corren el riesgo de hacerse partidarias de un gobierno autoritario. Porque hay una gran confusión en eso.

Se deja de ser liberal para hacerse autoritario y no es esa la solución.

No hay que ser liberal ni autoritario. Me refiero al punto de vista de las Fuerzas Armadas. ci: Hasta ahora han mostrado una mezcla de liberalismo económico y autoritarismo político. vsl: Claro. Eso es un error. Yo creo que el simple cambio de la Constitución por otra no traería la paz si no responde a un cambio del espíritu con el que hemos asumido la responsabilidad de vivir en democracia. La ciudadanía tiene que estar persuadida de que el gobierno democrático es el mejor y todos los que la dirigen deben tener un espíritu claro de donde queremos conducir el país. Al país no lo podemos conducir en estas condiciones. Contra el gobierno autoritario siempre habrá una expresión popular de resistencia. En cuanto al gobierno liberal, el pueblo nunca podrá estar satisfecho, porque la total libertad, especialmente en la esfera económica, trae el abuso. Todas las libertades tienen que estar reglamentadas como lo establece la constitución. El Congreso tiene las facultades reglacarlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

mentarias y en menor grado las tiene el Presidente de la República.

Por eso, si nosotros aplicáramos estrictamente la Constitución de 1853, no habría una solución total; nos aseguraríamos un gobierno con autoridad, pero la constitución el liberal, en épocas en que el liberalismo está cediendo paso a otras tendencias históricas, como son las de tipo social.

En esto hay una gran confusión, porque cuando los justicialistas gritaban “la patria socialista”, la gente entendía que eran de izquierda; no, la patria socialista era la patria social, la modificación de los usos y costumbres para que accedan al poder y al ejercicio de la soberanía los sectores populares que antes habían estado excluidos en forma permanente, cuando en ese entonces no existía el movimiento obrero; Había quedado fuera de la letra de la Constitución.

El esfuerzo que hizo el peronismo en 1949 fue reglamentar todo eso, colocar dentro de la Constitución y darle sentido social a todas las conquistas que estaban como esperanza de grandes sectores de la humanidad. ci: La transformación que se produjo cuando vino el General Perón en 1945 se transparenta en una anécdota de un peón de un ingenio azucarero de Salta, quien contaba que “antes de Perón yo me sacaba la gorra y el patrón me contestaba si quería, y ahora que vino Perón, si el patrón me saluda, yo le contesto si quiero”. Se empezó a superar la cuestión social por un cambio de mentalidad entre ambas partes, que aseguraba el principio del respeto a la dignidad de la persona, por sobre su posición en la sociedad. vsl: Hay una anécdota muy bonita con respecto al mismo tema, ocurrió en San Isidro, donde un dirigente político se encontró con un ex correligionario que se había hecho peronista y le preguntó en determinado momento cuál era su situación personal. El hombre contestó que se hallaba mal. Entonces le dijo el dirigente:¿Y qué has ganado con todo esto? Y él le contestó: “Nada, pero ahora mando”. ci: Cuando el gobierno del Presidente Illia convocó a elecciones libres, es decir, en las cuales iba a ganar sin duda el peronismo, un nuevo página 59 | Paz Nacional

movimiento militar que encabezó el General Onganía interrumpió el proceso. Lo llamaron “Revolución Argentina” y tenía objetivos pero no plazos, dividiendo su quehacer en tres tiempos, económico, social y político, nos iba a conducir a una democracia fuerte y estable. vsl: El General Onganía estaba en retiro y fue llamado por la oficialidad de Campo de Mayo para que se hiciera cargo del Ejército. Anteriormente participó en el episodio de “azules y colorados”, que se produjo durante la presidencia de Guido. ci: Los colorados no admitían un posible triunfo electoral del peronismo, mientras que los azules pedían un llamado a elecciones… vsl: Se trataba del famoso comunicado 150. Constituía una promesa de elecciones, por lo que el pueblo entendió con simpatía el movimiento desde el punto de vista “azul”. Recuero que el General Lanusse era azul; él lo liberó a López Aufranc, que estaba en Punta de Indio, con un problema con la aviación naval. El General Onganía tomó el poder con la buena voluntad de los azules. No hizo una guerra a los colorados, una guerra despiadada, y sólo los sacó de los puestos de mando. Al contrario, los colorados pudieron continuar con sus carreras y recibieron ascensos. Los colorados estaban mandados por el Coronel Menéndez, me parece que era hijo o sobrino del General Menéndez, quien fue el Jefe del primer golpe militar contra el Presidente Perón, en 1951. ci: ¿Cómo considera al General Onganía como político? vsl: Duro. Era militar, no era político. Muy duro. Era de una mentalidad militar. Para la mentalidad militar está la orden; para el político está la seducción, la convicción, el razonamiento. Hay ese distingo.

No tenía flexibilidad. Eso le daba un tinte de militar cien por ciento y no lo desvalorizaba. Al contrario, a la gente le gusta que el militar sea recio, así que se lo tomó con simpatía. Además dictó la ley de obras sociales para los obreros y tuvo varios contactos con los mismos, pero la situación económica y social le fue hostil. Se produjo el “cordobazo”, con el cual sobrevino un gran deterioro de su autoridad. Además había dividido en tres tiempos la vida del país…

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ci: El tiempo económico, social y político. Había objetivos y no plazos. Sobre esto se contaba en Madrid una anécdota muy pintoresca de Perón, según la cual había dicho: “Este Onganía se cree Franco, pero para ser Franco le faltan un millón de muertos y le sobran un millón de vivos”.

Se afirmó que el “cordobazo” había sido fomentado por otros sectores militares. vsl: Es probable. Pero lo importante del “cordobazo” es la posición de las masas frente al Ejército. El “cordobazo” termina y la gente se pacifica cuando entra el Ejército en Córdoba. Una formación militar al mando del General Calcagno es aplaudida, porque fue el verdadero pacificador de Córdoba. Una vez que él entró, se acabó el bochinche. ci: ¿De modo que se puede interpretar más como una expresión popular espontánea que como algo preparado por dirigentes? vsl: Hubo las dos cosas. Existía un ambiente de resistencia como el que hubo en Mendoza. Allí hubo un “mendozazo”. Un comerciante de una de las tiendas principales de una calle céntrica de Mendoza, al preguntarle cómo le había ido con los acontecimientos, me respondió: “Mire, los primeros que entraron en las casas de comercio nos hicieron cerrar y nos impusieron condiciones. Después que ellos se fueron vino una patota de ladrones y nos robó”. Él los dividía en dos: las organizaciones que vinieron en primer lugar y luego los ladrones, que robaron mercaderías y plata.

Onganía llegó a anunciar que se quedaría diez años. Por otra parte, se sospechaba de sus ideas. Se temía que fuera corporativista. Finalmente perdió el poder en manos del Comandante en Jefe del Ejército, General Alejandro Agustín Lanusse. Luego los mandos impusieron la candidatura del General Roberto Marcelo Levingston.

Según parece, el General Lanusse suponía que éste le iba a allanar el terreno para preparar su propia presidencia, pero Levingston no se propuso nada parecido y el consecuencia vino el choque, que terminó con la petición de la renuncia a Levingston, adviniendo entonces del General Lanusse a la presidencia. página 61 | Paz Nacional

ci: En algún aspecto, Levingston repite el intento de Lonardi, en el sentido de perseguir la instauración de una política de corte nacional basándose exclusivamente en su gravitación dentro de las Fuerzas Armadas y el apoyo de un reducido grupo de intelectuales, pero sin contar en absoluto con el concurso del pueblo. Nadie los defendió, porque no fueron comprendidos ni creyeron en ellos. vsl: Sin apoyo popular no hay realmente absolutamente nada que hacer.

El golpe militar puro lo dieron el 4 de junio de 1943, pero había ambiente en el país para el golpe, aprovecharon un clima que ya existía. ci: De todas formas, en todos los casos cayeron en manos de los liberales en cuanto hace a la política económica y eso los alejó del pueblo. vsl: Sí, los liberales estaban siempre esperando y se apoderan de todo. Y los nacionalistas no son fuertes en esa materia. ci: Pareciera que el nacionalismo argentino se desenvolvía en un campo puramente teórico y procuraba superar al peronismo realizando alguno de sus objetivos, mientras se dejaba atrás lo que consideraban populismo o demagogia. Por eso su vía de acceso al poder fue siempre el golpe militar, que al quedar huérfano del pueblo que lo sustente, termina siempre en manos de los liberales. No ha sido así en otros casos, como el Coronel Nasser en Egipto y en nuestro país la Revolución del 43, que permitió el nacimiento del peronismo. ¿No habría que revisar el estudio de la historia? vsl: Claro, se trata de una historia de personajes y eso lo fomentó mucho Carlyle, en su historiografía. Ésta de compone de héroes. El pueblo no existe. Esa división que se pretendía hacer en el siglo pasado no existe; es todo un mismo proceso, donde las ideas no materialistas, espirituales, tienen prevalencia sobre el concepto global. La ley natural de todo eso es una ley no materialista, inmaterial. Es la forma espiritual de la sociedad humana la que nos hace dignos de vivir, la que nos saca de animalidad.

Es la división que yo hago en el Partido Conservador. Nosotros y quienes nos atacan. Nosotros estamos por la línea humanista y criscarlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

tiana. Ellos son laicistas, creen que el liberalismo como doctrina económica es la que rige la sociedad. Todas las libertades humanas defendidas por el liberalismo son tales a los efectos de la libertad económica, y ésta es la clave para la expoliación. ci: Ciertas líneas de pensamiento derivadas del marxismo han definido al derecho como las reglas de juego impuestas por el vencedor. vsl: Así se dice en sociología, por los grupos dominadores. Porque lo que pasa es que el vencedor es la cabeza del grupo dominador, grupo que domina al resto de la sociedad. Cuando los obreros defienden su tesis a favor de la mayor extensión de la sociedad humana, hablan de los grupos dominadores, de los explotadores, refiriéndose a los dueños de la economía. Eso está muy marcado y ha sido fomentado por el socialismo. ci: Pareciera que hoy el hombre busca su liberación de todo tipo de grupo dominador, aunque se trate de un Estado Comunista. En Argentina, este esquema de lucha de clases que a veces ha destruido comunidades muy sólidas, ha podido superarse gracias al peronismo, haciendo lo que Perón llamaba una alianza de clases, que tuvo muchas manifestaciones, como el Pacto Social. vsl: Perón no era un obrero, sino, netamente, un militar. Para poder aplicar la idea de la Comunidad Organizada a la estructura clasista que encontró, utilizó todos los elementos de la lucha social. Utilizó el argumento de la lucha de clases para el movimiento reivindicatorio de las masas contra los grupos dominantes y con eso produjo la revolución, que es el hecho, mientras que el cambio social es el resultado. Perón siempre se opuso al derramamiento de sangre. ci: Volviendo al período que analizamos, previo al proceso electoral que permitió en triunfo de la fórmula Cámpora- Solano Lima, y tras la fugaz tentativa “profundizadota” del General Levingston, el General Lanusse asumió finalmente la presidencia, basándose en la búsqueda de una salida política a la situación a la que había llegado el proceso de la llamada Revolución Argentina.

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vsl: Luego de la presidencia de Levingston, el General Lanusse, para liberalizar el sistema y provocarle alguna atracción, hizo los anuncios de que el país iba a ser democratizado, y vinieron aquellas tramitaciones con el General Juan Domingo Perón, que comienzan con el cambio de Embajador en España por el Brigadier Rojas Silveira, quien de inmediato visitó en Madrid al General Perón. Ese mismo año yo fui también a visitar a Perón e hice lo mismo con el Embajador Rojas Silveira, y había una tramitación, en base a que el gobierno militar iba a hacer lugar a ciertas demandas del peronismo, o del jefe del peronismo, pero éste se negó a unir todo eso a pesar de los esfuerzos de otro enviado, el Coronel Cornichelli, que era un buen tipo, se expresaba bien, pero Perón estaba en otra tesitura. ci: ¿Y la proposición que portaban ambos enviados consistía en propuestas políticas o más bien en cuestiones personales? vsl: Claro, propuestas personales, concesiones de tipo personal, rehabilitación militar; dar a Perón las compensaciones debidas por el daño que le causó la revolución de 1955, el reconocimiento de los sueldos devengados como general… ci: ¿Incluía la devolución del grado? vsl: Incluía la devolución del grado, la rehabilitación militar. ci: Y la restitución del cadáver de Eva Perón… vsl: Así es, porque el cadáver había estado oculto durante mucho tiempo, desde poco después de la revolución de septiembre de 1955. Después se supo que estuvo en Italia. El General Perón dijo que no a todo, que él exigía elecciones para el pueblo argentino. ci: ¿Y qué pedía el General Lanusse a cambio de todos esos ofrecimientos personales? vsl: El pedía un acuerdo para la designación del futuro presidente. Él partía de la base del G.A.N., Gran Acuerdo Nacional. Éste, según los amigos de Lanusse, suponía su candidatura como presidente la nación. carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

Seguramente al vicepresidente se lo concederían al peronismo. Pero Perón en ese momento llegó a persuadirse de que estaba en posesión de los resortes del poder para dominar el gobierno. Tenía un poder suficiente, que le había sido demostrado por la debilidad que manifestaba la concesión de dignidad que implicaba esa gestión. Entonces el General Perón se endureció y dijo: “La dictadura militar debe convocar a elecciones libres y debe respetar los resultados. Es la única manera de pacificar el país”. Lo dijo en un documento muy fuerte que envió a Rojas Silveira. Yo no tengo copia del mismo. Perón me leyó el documento porque yo le pregunté:”Dígame, General, allá se pregunta la gente por este asunto de la tramitación con el embajador”. Vea, me dijo, como más ilustrativo le voy a leer un informe y trajo una página desde las habitaciones interiores. Me la leyó. La decisión era definitiva y después de ella no había nada que conversar. Después Lanusse lo desafió a que “si le daba el cuero viniera” y le dio una fecha. ci: El 25 de Agosto de 1972. La cláusula tan famosa entonces, que exigía la presencia física en territorio argentino de cualquiera que pretendiera presentar una candidatura en las elecciones convocadas. Lanusse pensaba que si Perón no venia, quedaría como un cobarde. vsl: Entonces Perón dijo “a mí no me fija fecha nadie, yo voy a ir cuando quiera”, y volvió después. Vino el 17 de noviembre de ese año.

En esa ocasión se reunió el famoso charter, con unos ciento y pico de pasajeros, dirigentes peronistas, artistas e invitados especiales que fueron a acompañarlo. El avión charter viajó a Madrid y de ahí fuimos a Roma, donde estaba Perón. Se hizo una especie de copetín para recibir a los viajeros y esa misma noche salió el avión para Buenos Aires…. ci: Y al llegar a Buenos Aires… vsl: Hubo dificultades muy grandes. El gobierno argentino estaba notificado de que Perón no accedía a ningún arreglo ni tramitación.

Entonces hizo una demostración de fuerza. Quiso forzar a que el General Perón tuviera una reunión con los integrantes de la Junta Militar, en un lugar próximo al aeropuerto de Ezeiza. Perón se negó.

Tenía el propósito de ir a ocupar su casa y le fue impedido por las página 65 | Paz Nacional

autoridades militares y policiales que estuvieron allí. A medianoche se hizo la prueba y Perón no pudo salir. Por televisión se anunció al público del país que Perón podía venir al centro cuando quisiera y que si no lo hacía era porque no quería. Entonces Perón intentó salir y la policía bloqueó la puerta. Estábamos ahí presentes unas cuarenta o cincuenta personas. ci: Con lo cual quedó probado que estaba detenido en ese momento. vsl: Claro. En cambio, después de ese episodio, vino una orden. A las seis de la mañana se anunció que podía ir a su casa. Tomé un coche y me uní a la caravana de autos que lo acompañaron hasta su casa. Eran unos veinte automóviles. Al llegar yo lo saludé y me vine al centro. ci: Esa casa de la calle Gaspar Campos, partido de Vicente López, donde de inmediato se agolparon multitudes permanentes. Recuerdo que un humorista hacía un juego de palabras, diciendo que la casa estaba en la calle Gaspar Cámpora, Partido de Vicente López. vsl: Y, siguiendo el tema anterior, Lanusse se limitó a incentivar la candidatura del Brigadier Ezequiel Martínez y fue dejando hacer en todo lo demás, hasta que se llegó a la famosa elección del 11 de marzo de 1973. ci: De todas maneras, el Gran Acuerdo Nacional no representaba un auténtico gobierno de transición, en el sentido propuesto por el Partido Conservador Popular en 1956, ni siquiera con el programa que ese partido llevó al Frente Nacional y Popular, en 1965. vsl: No, el GAN era una solución fabricada por el gobierno para resolver el proceso a su favor, a favor de las fuerzas de la revolución libertadora que le eran fieles. ci: De modo que el GAN solo fue en realidad una pretensión de hacer un gobierno de la Revolución Libertadora con los votos peronistas… vsl: Sí, bastante hábil. carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

ci: Si el Presidente Lanusse había propuesto al país su “Gran Acuerdo Nacional”, las fuerzas políticas que reunían una gran mayoría del electorado habían constituido la “Hora del Pueblo”, movimiento que reclamó el retorno a las instituciones democráticas. Usted integró la Hora del Pueblo desde su propio origen. vsl: Yo la integré como representante del partido al que pertenezco y concurrí a todas sus reuniones. La Hora del Pueblo fue algo muy profundo. En esa época representaba a Perón su secretario y delegado, Paladino, que recibía instrucciones constantemente y a quien le correspondió ver en nombre de la Hora del Pueblo al Presidente Lanusse y ahí se “quemó”. ci: Se afirmó en medios peronistas que él había llegado a una especie de acuerdo con Lanusse. vsl: Sí, con desconocimiento de Perón. Tengo una carta que me escribió el General Perón, donde me explica porqué había dejado anulado el nombramiento de delegado personal en Paladino y había designado a Héctor Cámpora, pidiéndome que lo apoyase en la Hora del Pueblo. Pero Cámpora no tuvo dificultades. Se creía que los radicales podrían oponerse, pero no hicieron ninguna objeción, así que todo anduvo perfectamente bien y no hubo ninguna gestión que hacer. ci: La Hora del Pueblo representaba prácticamente el noventa por ciento del electorado argentino. vsl: Si, las grandes mayorías nacionales, como se decía entonces. Estaba el peronismo, el radicalismo, los conservadores populares, algunas agrupaciones de tendencia nacionalista… ci: Y la Hora del Pueblo elaboró un extenso programa, en base a coincidencias que pudieran servir de base a una política de unidad nacional de vasto alcance. vsl: Elaboró un extenso programa de gobierno con la colaboración de todas las fuerzas.

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capítulo iii El “primer retorno” del General Perón.

El Frente Cívico de Liberación Nacional y el Frente Justicialista de Liberación.

La fórmula Cámpora-Lima.

Las cuatro ramas del Movimiento Justicialista.

La juventud.

La infiltración de izquierda y de derecha.

R Carlos Ibáñez: Una vez designado el doctor Héctor Cámpora como delegado personal, en reemplazo de Paladino, el General Perón reúne a distintas agrupaciones políticas y queda constituído el Frente Cívico de Liberación Nacional (FRECILINA), del cual participa también el Partido Conservador Popular. ¿Este Frente tropezó con algunas dificultades con el gobierno presidido por el General Lanusse?

Vicente Solano Lima: No, el Frente no tuvo problemas. Cámpora se hizo cargo, armó el charter que fue a buscar a Perón. Vino con él. ci: En el primer retorno… vsl: Sí. Y siguió actuando en la Hora del Pueblo, en el Partido Peronista, conversando con Perón todos los días por teléfono a España; Le consultaba todo a Perón. ci: ¿Por qué fue disuelto el FRECILINA y se conformó el Frente Justicialista de Liberación (FREJULI)? vsl: Fue una forma de poder movilizar mejor al peronismo. Eso fue impuesto por el peronismo. No hubo ningún problema, porque todo el mundo consideró que ese partido era la fuerza decisiva en el comicio, que tenía derecho a exigir ciertas condiciones para mejorar su probabilidad electoral. ci: ¿Quedó excluida alguna fuerza política?

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vsl: No. Que yo recuerde, no. Algunos partidos chicos cuyas potencialidades electorales eran pequeñas hicieron gestiones para incorporarse, pero resultaron tardías y el FREJULI resolvió no abrirse más. ci: Está el caso de Jorge Abelardo Ramos con su Frente de Izquierda Popular. vsl: Yo no sé si Abelardo Ramos pidió incorporarse, porque él hizo una política muy especial. Apoyando al peronismo, votó a Perón, pero desde afuera. Y en la elección segunda, cuando Perón era candidato, apareció con quinientos o seiscientos mil votos en todo el país. ci: Las boletas eran sugestivamente parecidas… vsl: Una boleta parecida… que motivó el crecimiento de sus votos. ci: Perón regresó al país por primera vez el 17 de noviembre de 1972 en el vuelo charter que usted mencionó antes y en el cual vinieron acompañándolo representantes de varias fuerzas políticas. vsl: Venían representantes de todas las fuerzas que integraban los frentes proyectados, es decir, el FRECILINA y luego el FREJULI. Fue un charter completo, a pleno, en el cual iban, además de figuras políticas, algunas que no lo eran tanto y que tenían simpatía por los partidos actuantes en ese movimiento y que pertenecían a distintas actividades, tales como la industria, el comercio, el arte, la literatura… El avión regresó y llegó a Buenos Aires en la mañana del 17 de noviembre. Tuvo dificultades porque el General Perón bajó primero, como era natural y en ese momento una fuerte lluvia interrumpía las comunicaciones fáciles, tal es así que aprovechó un paraguas. ci: Es la famosa foto de José Ignacio Rucci, el metalúrgico secretario general de la CGT, sosteniendo el paraguas. vsl: Lo enarbolaba el Secretario General de la Confederación General del Trabajo, José Rucci y con él se trasladó hasta el hotel de Ezeiza. Los demás pasajeros tuvieron algunas dificultades para poder descender, porque se oponían las fuerzas de policía allí destacadas, pero no carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

se exigió ni siquiera la identificación de los integrantes del charter, hasta que quince o veinte minutos después se franqueó el paso.

Todos se trasladaron al hotel del aeropuerto, donde se había alojado Perón, que ocupaba una habitación en el primer piso. La demás gente se distribuyó en distintos lugares del hotel; muchos en los bares y confiterías y otros hasta en los corredores. El General Perón tenía que trasladarse de ahí hasta su casa, en la calle Gaspar Campos, que había sido comprada por gente del Partido Justicialista y que se encontraba perfectamente adecuada para recibirlo. El General Perón no pudo realizar ese viaje durante las horas del día, no por el estado del tiempo, sino porque, como ya lo he relatado, una imposición de las autoridades se lo impedía. A la gente le llegaron todo tipo de versiones distintas, según alguna de las cuales el General no podía abandonar el hotel sin el consentimiento de las autoridades, las que, por otra parte, controlaban todas las instalaciones. Así, llegó la noche y el general debió pernoctar en el hotel. A cierta hora, un periodista llamado Sajón vino desde el centro de la ciudad a Ezeiza y desde allí proclamó con un altoparlante y además transmitió por la red de televisión y radiodifusión un informe sobre la permanencia del general en el hotel y de la libertad que gozaba para salir y trasladarse cuando quisiera a su casa. ci: ¿El anuncio era verdadero? vsl: Todo eso fue desmentido inmediatamente, porque el General decidió trasladarse esa misma noche, a las dos de la madrugada, a su casa de la Calle Gaspar Campos, y en el momento en que se abrió la puerta de su habitación para salir a los corredores, la policía cerró el paso. Esto fue observado por un contingente grande de periodistas y de reporteros gráficos, que tomó nota. En las notas gráficas se vio a Perón en la puerta, en el impulso de salir. Un oficial de policía, cuyo grado no recuerdo, impidió la salida y le notificó de viva voz que no podía hacerlo.

Posteriormente, ante esta rectificación pública anunciada por las líneas de comunicación del Estado, se modificó ese criterio y en horas de la madrugada, alrededor de las cinco o seis de la mañana, se le inpágina 71 | Paz Nacional

formó al general que podía trasladarse. Entonces, los hombres que nos habíamos quedado en el hotel durante toda la noche para acompañar al general, que me parece que éramos diecisiete, ocupamos automóviles y lo acompañamos hasta Gaspar Campos. Cada tanto, en trechos del camino, se veían grupos de las fuerzas armadas que nada hicieron, sino que se limitaron a observar el paso de la caravana. No efectuaron ninguna oposición. El General Perón fue saludado en Gaspar Campos por sus acompañantes, entre los que me encontraba yo, y cada uno partió hacia sus domicilios. La operación del 17 de noviembre había concluido.

El General Perón recibió a amigos y a gente del partido, dirigentes, que lo fueron a saludar durante el día y una muchedumbre que se colocó ante la puerta de entrada y que controlaba prácticamente el ingreso de la gente que quería saludar al dueño de casa. Aproximadamente en horas de la tarde, a eso de las dieciocho, yo concurrí y conversé con el General, poco tiempo, porque se hallaba muy rodeado de gente que lo quería saludar y previmos que en los días sucesivos iba a tener la posibilidad de conversar con los dirigentes de las fuerzas políticas que habían integrado el Frente. El General se mostró muy accesible y muy conforme con la forma en que se habían resuelto las dificultades y dispuesto a comenzar su labor.

Durante los días sucesivos recibió a todos los dirigentes y en una oportunidad yo acompañé al doctor Ricardo Balbín, Presidente de la Unión Cívica Radical, quien se proponía saludar y conversar brevemente con el General Perón. En una de las entrevistas con Balbín hubo dificultades, porque era tanta la muchedumbre reunida en la puerta de la casa de Perón, que se hacía muy difícil el tránsito y tuvimos que franquear la casa a través del fondo de la misma, con escaleras colocadas a ambos lados de la pared, de una tapia que separaba a la casa de la calle. Fue una operación un poco risueña, que fue tomada por el doctor Balbín con sonrisas también. Y así se produjo la primera entrevista.

El General Perón saludó a Balbín con acento expresivo, le agradeció su visita e hizo una referencia risueña con respecto al modo en que hubimos de entrar. Y así comenzaron una serie de entrevistas que el General realizó hasta que resolvió regresar a España después de carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

concluido el objeto principal que tenía al visitar el país, saludar a los amigos y mostrarle al gobierno que él no tenía ningún temor al volver a la Argentina. ci: Atmósfera que se había creado a partir de la desgraciada frase del General Lanusse de que a Perón “no le daba el cuero” para volver al país. Y la cláusula del veinticinco de agosto que impuso, irrazonablemente, si bien se mira, la exigencia de residir en Argentina en esa fecha para poder ser candidato a presidente. vsl: Claro, de demostró, primero, que el General no tenía ningún problema en llagar a su propio país, no obstante estar en el gobierno el General Lanusse. Se demostró también que él volvía cuando se le ocurría y no dentro del plazo que le había impuesto el gobierno.

El General Perón regresó a España vía Paraguay; estuvo en Asunción varios días. Poco antes de partir se celebró una asamblea de los dirigentes del frente, que ya se llamaba Frente Justicialista de Liberación. ci: ¿En el restaurante Nino? vsl: No, en su casa. Allí se le ofreció la candidatura a Presidente de la Nación por el Frente. Me tocó pronunciar un breve discurso, ofreciéndosela en nombre del Frente y, de acuerdo a los términos de mi exposición, la respuesta del General debería quedar pendiente, hasta que él lo resolviera. Posteriormente el general declinó el ofrecimiento, más o menos en los días en que viajó al Paraguay e hizo un documento en el que dejaba constancia del desistimiento de su candidatura. ci: De todas formas, estaba fuera del reglamento de los partidos políticos y del régimen electoral de Lanusse, con su cláusula del veinticinco de agosto. vsl: Claro, esa cláusula no se la tuvo en cuenta. En ningún momento el General Perón tuvo en cuenta las disposiciones del gobierno. ci: El hecho es que el gobierno no podía ya dar marcha atrás con el proceso página 73 | Paz Nacional

electoral; con la llegada de Perón se había dado un gran paso en el camino correcto. vsl: Ya estaba consagrada la fecha del comicio y la disposición de las fuerzas políticas a concurrir. Hubo episodios anteriores que convendría señalar. Por ejemplo, la reunión en el restaurante Nino, que usted mencionó, con todos los representantes de las fuerzas políticas, donde el general pronunció un discurso, un sobrio discurso, que fue sumamente aplaudido por todos los presentes y donde los representantes de las diferentes fuerzas tuvieron asimismo la oportunidad de pronunciarse. Conviene aclarar que en el Frente no figuraba el Partido Radical. No había prestado adhesión, por lo cual estaba asegurado que en el comicio se presentaría como partido independiente y en el estado solitario que era una tradición radical. ci: Ellos participaron sólo de la Hora del Pueblo, con su exigencia de restauración de las instituciones republicanas. vsl: Sí, en la formulación tan completa del programa de la Hora del Pueblo, programa de gobierno que todos los partidos participantes se comprometieron a cumplir en el caso de llegar al poder. ci: ¿La posición de las FFAA era entonces favorable a la salida electoral? vsl: Sí, evidentemente. Me parece que en las Fuerzas Armadas había un gran cansancio de ese estado de cosas que se prolongaba sin vérsele fin y que utilizaron esa movilización de fuerzas para dar su consentimiento a que hubiera elecciones. Como era natural, anunciaron una elección libérrima. No obstante, el gobierno apañaba una pequeña fracción, que proclamó la candidatura de Ezequiel Martínez, pero esto no tuvo ningún resultado, porque a pesar del apoyo que le brindaron las fuerzas conservadoras, liberales, del interior, no tuvieron repercusión alguna en la opinión pública de la nación. Por eso, el fracaso electoral de Ezequiel Martínez podía descontarse desde la primera hora. ci: El proceso electoral enfrentaba, sin embargo, dificultades y riesgos, a pesar de la fortaleza que le daban los acuerdos celebrados entre carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

las agrupaciones políticas. El terrorismo de izquierda incrementaba sus acciones y comenzaban entonces los actos del terrorismo de derecha. También se produjeron los acontecimientos de Trelew. vsl: Yo manifesté entonces que existían fuerzas paragubernamentales, no eran parapoliciales ni paramilitares ni parapartidistas, sino paragubernamentales, es decir, que gozaban del beneplácito del gobierno. Por ese motivo, el Ministro del Interior me envió un telegrama a Francia, donde yo me encontraba, concebido en términos muy buenos, correctos, pero donde se me exigía la demostración.

Entonces yo, que tenía que volver en seguida a Argentina, no contesté el telegrama, sino que cuando vine escribí una carga al Ministro del Interior. ci: ¿Al doctor Arturo Mor Roig? vsl: Sí, al doctor Mor Roig. A raíz de esa carta el Ministro vino a visitarme al lugar donde yo tenía mis oficinas políticas, en el Hotel Crillón. Me explicó lo que había pasado, la reacción que había habido a raíz de mis declaraciones, que él se había visto compelido a enviar ese telegrama para producir un desahogo. La reunión fue amistosa, nosotros éramos amigos. ci: Mor Roig era un político hábil. ¿No es cierto? Con una gran experiencia. Manejó bien el proceso de salida. vsl: Si, sí, lo manejó bien. Tenía buen asesoramiento y él era un hombre de gran sentido político, además de ser una persona que yo consideraba honrada, un político honrado, sin subterfugios ni engaños.

Por otra parte, había una coincidencia muy curiosa. Cuando se reunió la Hora del Pueblo para proponer el nombre del Ministro del Interior, Lanusse había ofrecido nombrarlo a él y lo había puesto a consideración de la Hora del Pueblo. Los radicales, incluyéndolo a Balbín, que estaba presente, no lo propusieron, porque pertenecía a las filas radicales. Entonces tomé la palabra y yo mismo lo propuse a Mor Roig y la Hora del Pueblo aceptó su nombramiento, porque implicaba una garantía por la seriedad del candidato. Así fue nombrado, hubo alguien que se opuso, pero no recuerdo quién fue. página 75 | Paz Nacional

ci: Una vez nombrado, Mor Roig manejó la salida política, instrumentó el llamado a elecciones. vsl: Planeó la reforma de la Constitución. Redujeron el período presidencial a cuatro años, introdujeron el procedimiento del Ballotage.

Realizaron algunas otras reformas. ci: ¿Podría desvinculárselo de la tentativa de Lanusse, de apoyar la candidatura de Ezequiel Martínez? vsl: Es que él no creía en esa candidatura, la dejó correr porque llenaba un claro que le quedaba a él, después de haberse metido, después de haberlo lanzado a Ezequiel Martínez decidió prestarle apoyo. Pero se quiso complacer a las fuerzas rivales al gobierno, a la Hora del Pueblo, dándoles la garantía de un Ministro del Interior designado con el consenso de esas fuerzas. Y vino muy bien, porque una de las razones por las cuales no se frustró el proceso fue la presencia de Mor Roig y porque, además, según referencias muy concretas de aquellos tiempos, algunos militares con funciones de autoridad dentro del Ejército se opusieron a toda maniobra para suspender las elecciones, o postergarlas. Entre ellos estaba el General Alcides López Aufranc. Y debido a ésa decisión hubo elecciones. Así que las elecciones gozaron del respeto general, porque se realizaron correctamente, aunque había un candidato oficial, pero como éste tenía muy poca trascendencia, pasó desapercibido y no perturbó el proceso. ci: ¿Podría considerarse entonces que el candidato oficial no tuvo excesivos favoritismos, que las elecciones fueron limpias? vsl: Sí fue un proceso que se puede calificar como limpio. Hubo ciertos lunares, pero sin importancia, sin comprometer la seriedad del procedimiento. ci: ¿Pero hubieron algunas presiones que se ejercieron para auxiliar al candidato oficial? vsl: Además, Ezequiel Martínez impuso a Armando, el popular presidente del Club Boca Juniors, como candidato a gobernador de la carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

Provincia de Buenos Aires, sin consultarlo, debido a las negociaciones de un crédito que Armando necesitaba urgentemente y que le fue facilitado por presiones del gobierno ante un banco oficial.

Armando estaba por quebrar y para salvarse de la quiebra tenía que levantar un documento por valor de doscientos millones de pesos, me parece. Encontró la solución. El préstamo fue acordado por el Banco de la Ciudad de Buenos Aires. ci: ¿Y cómo surgieron las candidaturas del Frente Justicialista de Liberación a Presidente y Vicepresidente de la República? vsl: Antes de irse a Paraguay, después de su desistimiento, el General Perón dio la fórmula. A mí, por ejemplo, me solicitó el doctor Cámpora una entrevista y en ella me ofreció en nombre del Frente y con el apoyo del General Perón la candidatura a Vicepresidente de la Nación.

Hasta ese momento no se conocía quién podía ser el candidato del Frente Justicialista de Liberación a presidente. Sólo días después se supo que el candidato presidencial era el doctor Héctor J. Cámpora. ci: ¿El relevo de Paladino como delegado personal del General Perón se produjo por considerarse demasiado estrecha su relación con el General Lanusse, o por otros motivos? vsl: Perón consideró que en ese momento, Paladino no era intérprete ni del movimiento peronista ni de las ideas del propio Perón y que convenía reemplazarlo por alguien que fuera representativo del estado de ánimo de las fuerzas populares y que reflejara sus propias ideas. ci: La carta del General Perón, que usted me mostró y por la cual le comunicó el reemplazo de Paladino, está fechada en noviembre de 1971. El nuevo delegado, Cámpora, tenía que integrar la Hora del Pueblo. ¿Cómo fue recibido? vsl: Existía el temor de que sectores de la Hora del Pueblo ofrecieran resistencias, fueran adversos a Cámpora, principalmente los radicales.

Así que yo hablé con varios partidos, con sus dirigentes, entre ellos página 77 | Paz Nacional

Balbín y todos estuvieron de acuerdo en ayudar a Cámpora, si esa era la decisión del peronismo. ci: Claro, porque algunos aspectos de la personalidad del nuevo delegado personal no eran muy “potables” para algunos sectores. Así se comprobó cuando su posterior designación como candidato a presidente provocó algún malestar en las Fuerzas Armadas, porque el candidato era un poco la antítesis de su idea de un presidente. vsl: Lo acusaban de ser adulador, de ser un hombre de condiciones inferiores, no apto para un destino superior. ci: Pero en los hechos, ¿cuál es el juicio que se puede formular acerca del cumplimiento de la gestión como delegado personal de Perón en Argentina que se había confiado a Cámpora, en un momento tan difícil de la conducción del peronismo? vsl: Siempre anduvo bien, se cuidó mucho, fue muy recatado, muy suave, muy complaciente con la Hora del Pueblo, con su partido. Anduvo bien. Parece que él sabía que ese era su destino, que iba hacia su destino. ci: Otro de los grandes actores de aquel proceso fue la juventud, que con sus permanentes movilizaciones cumplió con sus escaramuzas la función de presionar al gobierno y a la opinión pública para que el proceso electoral alcanzara el fin buscado. Alcanzado el objetivo, el papel que Perón asignaba a esos jóvenes, ¿iba a ser de participación creciente en el gobierno? vsl: Cuando gobernó lo hizo con la idea de que sería reemplazado en el gobierno por la gente que en ese momento constituía la juventud, que pasaría a tener diez años más o quince años más. ci: Hablaba de que el trasvasamiento generacional sería gradual y no consistía en “tirar un viejo todos los días por la ventana”. vsl: Por eso se creó el movimiento del trasvasamiento generacional, se creó en base a esas ideas de Perón. Si usted analiza y estudia el nombre de todos los grupos de jóvenes, todos tienen algo que ver con las carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

ideas de Perón, porque él les explicó la razón de las generaciones, su mecánica, era el trasvasamiento. Y creo que la denominación la proporcionó él mismo. Este proceso siempre continúa. ci: Según esas mismas ideas, resultaba indispensable el mantenimiento de la juventud argentina dentro de la vida política y de la juventud peronista dentro de los distintos sectores del movimiento, es decir, integrándolo junto a las ramas gremial, femenina y política. ¿No cree usted que para practicar la política de revolución en paz que predicaba Perón era necesario mantener la vigencia de este esquema, que era una condición sine qua non para su éxito? vsl: El ejercicio del triunfo pleno del peronismo era que las cuatro ramas gobernaran, para lo cual debían estar constituidas y ofrecer un gran caudal de poderío. Por eso me nombró a mí asesor suyo, asesor político del presidente, cuando posteriormente asumió ese cargo, a los efectos de organizar el peronismo según esos principios. ci: Pareciera entonces que su función consistiría en actuar sobre las ramas no organizadas, es decir, la juventud y la rama femenina. vsl: Claro, la rama obrera estaba organizada, era la CGT, Confederación General del Trabajo, pero no estaba organizada la juventud por la fractura que había sufrido al fracasar la unidad del movimiento juvenil. El movimiento de la mujer estaba prácticamente paralizado o abandonado. El sector político estaba también en punto cero, porque el Partido Peronista no había sido reorganizado, sus autoridades estaban caducas y estaba a cargo de la conducción un consejo interino que funcionaba muy poco. Así que para reestablecer la verdadera fuerza del peronismo había que rearmar a tres de las cuatro ramas: la mujer, el joven y el político. ci: Me consta que usted dedicó un gran esfuerzo y dedicación al problema que presentaba la juventud, buscando lograr la unidad de sus dirigentes, aunque era evidente que tal cometido era muy difícil, ya que había en pugna concepciones ideológicas distintas. vsl: Es que se habían desbordado del peronismo. Había grupos que ya página 79 | Paz Nacional

no estaban dentro del mismo, que son los que formaron después los grupos de violencia, los que resbalaron hacia la violencia. ci: Y Perón fue claro y terminante cuando excluyó directamente a los violentos, porque él proponía una revolución en paz. Basta recordar los conceptos terminantes que expresó en su discurso del 21 de junio de 1973, al día siguiente de los desgraciados sucesos de Ezeiza. vsl: Perón hablaba de una revolución sin sangre. Por un movimiento de evolución acelerado. Para Perón la revolución no era sino la evolución que se operaba aceleradamente, es decir, él no quería que el país se estancara, que marchara con un ritmo más lento que lo desplazara del lugar que le correspondía ocupar entre las naciones libres. Él quería que tuviera una dinámica propia y eso era la revolución. Perón había calculado que a eso se llegaría hacia el año 2000. Por eso hablaba de una revolución sin sangre; de la opción por el tiempo. La alternativa era tiempo o sangre. ci: Ello involucraba que era necesario separar a la gran masa de la juventud peronista, cuya vocación transformadora le daba al proceso la dinámica necesaria, de aquellos reducidos grupos de dirigentes autodesignados, de derecha y de izquierda, cuyo pensamiento y métodos nada tenían que ver con el peronismo. vsl: Cuando con su auxilio y con posterioridad al tiempo que ahora analizamos, yo me hice cargo del proceso de normalización de la Universidad de Buenos Aires, conforme a lo dispuesto por la Ley Universitaria dictada al efecto, yo le hice un cómputo al General Perón sobre los resultados posibles en las elecciones de la Facultades. Los que ejercían la violencia o hacían una marcha demasiado áspera en el movimiento estudiantil eran una minoría insignificante. ci: Además del ámbito universitario, también ocurría lo mismo en otros sectores de la juventud argentina. Bastaba organizar a la juventud, darle tareas adecuadas, familiarizarla con las ideas y doctrinas del movimiento, para que aquellos infiltrados de ambos extremos quedaran solos. El tema me parece en extremo importante, porque señala que el problema de la violencia de mi generación, encarado carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

tal como lo señalaban el General Perón y usted hubiera permitido encontrar una solución política perfectamente posible. vsl: Claro, sobre ciento ochenta mil alumnos de la Universidad de Buenos Aires, supongamos que hubieran cuatro o cinco mil simpatizantes de esos dirigentes. ¿Cómo iban a poder ser vencidos en las elecciones los que querían estudiar en paz, si todos habían ido a la Universidad para estudiar y recibirse? ci: Si en la Universidad de Buenos Aires hubieran recibido una derrota política… vsl: Todos eran argumentos sacados del desconocimiento de los hechos. Una vez que se practicaran los escrutinios de las elecciones en las Facultades, se llegaría a la conclusión de que la enorme masa quería paz y estudio. ci: Querían la transformación pacífica del país… vsl: Claro, eran peronistas. Había una masa de indiferentes y de equivocados, pero de todas maneras, el porcentaje de la gente sensata hubiera sido inmenso. A la Universidad se va en primer término a estudiar y en segundo término a hacer política. Porque yo no voy a negar que en la Universidad de haga política. Es una experiencia que los jóvenes aprovecharán en su vida, que la darán como elemento fecundante a la sociedad. Pero van fundamentalmente a estudiar, a cumplir con el compromiso contraído con sus padres, con su familia, con el ambiente al cual pertenecen, de constituirse en elementos útiles. La Universidad les enseña una metodología especial para desenvolverse. El método universitario es utilizable en cualquier nivel de la vida. ci: La Universidad pone a los jóvenes frente a los conocimientos universales en forma muy rápida; es un momento muy duro en la vida de cualquier ser humano, porque le ofrece todas las opiniones que se han vertido sobre temas múltiples y complejos, en una mente todavía joven, que no ha tenido experiencia. De ahí podría surgir el tono un tanto extremista con que a veces argumenta el elemento estudiantil. Esto lo pude ver de manera directa, como testigo presenpágina 81 | Paz Nacional

cial, en dos hechos que marcaron el curso de mi generación, como lo fueron mayo francés y la primavera de Praga. vsl: Por supuesto, en el ambiente juvenil, los estudiantes empiezan siendo adolescentes y la gran mayoría continúa siéndolo en las Universidades; luego pasan al estadio de juventud, son post-adolescentes, su razonamiento ya no es el mismo, sus puntos de vista para mirar los hechos de la vida han cambiado. ci: Pero los estudiantes no han tenido contacto con las situaciones prácticas ni con las dificultades que éstas presentan. Se encuentran en un ámbito teórico. vsl: Sí, por eso los adolescentes suelen ser extremistas, piensan que su idea es la única razonable y que nadie puede discutirles porque el título mismo de adolescentes los hace dueños de la verdad. ci: Volviendo al planteo político del General Perón respecto a los jóvenes ¿su idea era integrar al movimiento a la gran masa de la juventud y dejar a los díscolos afuera? Porque entonces el tema de la violencia dejaba de ser un peligrosísimo drama político para convertirse en una mera cuestión policial. vsl: Claro, en el fondo la violencia es una cuestión de política de seguridad y corresponde a la policía. Ahora bien, que ésta se encuentre preparada o no, es una cuestión de los gobernantes, pues es una tarea que requiere una cierta especialización. ci: Me refiero a que el grupo violento iba a quedar muy reducido y carecería de todo apoyo de las masas, al quedar separado. vsl: Exacto, numéricamente iban a carecer de toda significación. Además, los grupos desalojados de algunos resortes de la Universidad, por ser ínfima minoría, se dispersarían; y algunos que no eran estudiantes sino gente que vegetaba a la sombra de los claustros universitarios, desaparecería.

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capítulo iv El segundo retorno del General Perón.

Las funciones que se reservaba.

El gobierno de Cámpora.

Los hechos de Ezeiza.

Posición de Perón.

La violencia.

R Carlos Ibáñez: Cuando el veinte de junio de 1973 el General Perón regresó por segunda vez a la Argentina, indicó que en realidad quería dedicarse la conducción de la política internacional, a establecer planes a largo plazo. ¿Por qué debió entonces asumir finalmente la presidencia?

Vicente Solano Lima: Esta actitud fue determinada por las circunstancias. Todos los hombres no vemos obligados en ciertas condiciones a tomar posiciones que no hemos pensado el día anterior, porque las circunstancias que nos rodean nos determinan a fijar un nuevo rumbo, o a completar el rumbo que traíamos o simplemente a modificarlo. En fin, nuevas influencias surgen continuamente en la historia, que es la vida en movimiento, de una nación. Por eso yo decía que había dos momentos en el caso de Perón, el momento en el cual él no va a aceptar el poder, sino que cumplirá con la decisión de los médicos que le aconsejaban no embarcarse en empresas de gran envergadura que pudieran crearle preocupaciones constantes y graves. Y un segundo momento, cuando abandona la reticencia a hacerse cargo del poder y se decide a actuar. ci: ¿Y cómo podría describirse la tarea que se reservaba Perón? vsl: El General Perón creyó que él podía ser útil a la reorganización del poder en la Argentina dirigiendo la política exterior, buscando la satisfacción de los intereses internacionales del país. Por ejemplo, vivir en Buenos Aires, hacer visitas frecuentes a las demás naciones latinoamericanas, entrevistar a sus grandes dirigentes en actividad página 83 | Paz Nacional

o inactivos, estudiar la conducción de la política internacional para aconsejar al gobierno detalles y matices, y de ésta manera contribuir a hacer de la Argentina una nación líder en Latinoamérica. Creía que construyendo una coincidencia de las naciones latinoamericanas, se podían evitar y hasta rechazar influencias de los países poderosos sobre los más débiles y por eso trataba de movilizar lo que se llamaba el Tercer Mundo. Estaban los que consideraban las enormes potencialidades políticas del Tercer Mundo, primero, por el abandono en que vivían; segundo, por su gran capacidad reproductiva, que los hacía sumamente numerosos y tercero, por la necesidad de conseguir el esclarecimiento de los pueblos, es decir, el acceso a la cultura, a la civilización y a la conducción democrática, para tener nuevas entidades que afloraran en el escenario mundial. Todo eso era una especie de apostolado que él se había adjudicado, que se atribuyó como servicio a prestar al país y eliminarse así de la lucha de los partidos, de las luchas electorales, de las pujas cotidianas por el poder y la riqueza en Argentina. Separarse de todo eso. ci: Y también separarse de la pesada gestión de gobierno. vsl: Claro, Quería desligarse de la obligación del gobierno, porque esa era la recomendación que tenía con respecto a su salud y era lo que quería, era su deseo en ese momento. Él ya había sido dos veces presidente, había conocido los mayores honores, así como también las mayores injurias, por lo tanto, estaba liberado de esas preocupaciones que tienen en sus carreras los políticos. Todo eso fue contrariado por la necesidad qe tuvo de hacerse cargo del poder, pero se hizo cargo salvando el fondo de sus grandes ideas. No venía a un gobierno que iba simplemente a perseguir, que iba a ser simplemente banderizo, que iba a menoscabar la vida cívica, persiguiendo a los opositores. Iba a conceder las libertades fundamentales de la democracia. Todo eso tenía que realizarlo luchando a veces con su mismo partido, que estaba acostumbrado a otras normas y donde había una gran cantidad de problemas complejos que requerían soluciones. El peronismo no era simplemente un partido político, era un gran movimiento social; entonces necesitaba contemplar esos dos aspectos, porque como tenía que presentarse a elecciones, a optar por el poder en comicios libres, el peronismo debía tener carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

también una existencia político-electoral; de ahí su organización como partido político. Pero encima del partido estaba la gran masa, estaban los peronistas con partido y los peronistas sin partido, así como una enorme simpatía pública que rodea al peronismo como movimiento social, la que también era un factor activo en la canalización de las tendencias políticas. ci: ¿Podríamos señalar que hubo algún tipo de falta de entendimiento con el gabinete que nombró Cámpora? vsl: Bueno, él lo mantuvo. ci: Excepto los ministros del Interior y de Relaciones Exteriores, es decir, los doctores Righi y Puig, a quienes el presidente Lastiri reemplazó por Llambí y Vignes. vsl: Sí, en realidad e propósito primero del General Perón era hacer su propio ministerio, reorganizarlo totalmente y eso me lo transmitió a mí en circunstancias en que yo fui nombrado Secretario General de la Presidencia, con poderes de supervisión sobre todo el gobierno y también sobre la parte administrativa del gobierno, cosa que después se redujo por gestión de algunos ministros que conocieron el propósito del Presidente y lo convencieron para efectuar esa reducción. La Secretaría tenía como propósito separar la parte administrativa de la parte política del gobierno. La parte política estaba a cargo del General Perón y la administrativa a mi cargo; yo debía hacer una supervisión para que se realizara el programa del peronismo en el poder y se cumplieran las directivas del Presidente. ci: Descargar las pesadas tareas administrativas de la persona de Perón significó un gesto de una gran confianza personal hacia usted. vsl: Indudablemente. Seguramente en su espíritu estaba la idea de que él no podía realizar grandes trabajos ni asumir grandes compromisos debido a su estado de salud. Pero podía diluir en cambio la tarea en gente responsable que estuviera completamente identificada con su posición. Es lo que trató de hacer.

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ci: ¿En algún momento manifestó estar en desacuerdo con la política del Ministerio del Interior? Me refiero a las expresiones del ministro Righi frente a la policía. vsl: Bueno, yo creo que él no la tuvo en cuenta; él no tuvo en cuenta ningún tipo de manifestaciones anteriores ni nada de lo que había acontecido. Era una posición que él tomaba bastante seguido, continuamente, para superar dificultades pequeñas. El día que conversamos, el General hizo un repaso de la situación ministerial y me dijo que no era partidario de dar un golpe contra ningún ministro, es decir, dejar vacante un ministerio por un acto de su voluntad, así que en consecuencia se iba a reducir a liberarse de uno o dos ministros cada uno o dos meses y así se iría liberando de los ministros designados por Cámpora y hacía el cambio total, mientras iba eligiendo los candidatos más idóneos para la tarea, sin que ello implicara un juicio de valor con relación a los ministros desplazados. Me dijo que al único que no iba a remover era al Ministro del Interior, designado por el presidente Lastiri durante su interinato por sus precisas instrucciones, Benito Llambí. Me dijo: “Llambí ha sido milico, como yo; entonces entre milicos nos vamos a entender.

Lo voy a conservar en el cargo.”

Pero luego, debido a circunstancias especiales, al estado de salud que alternaba, que oscilaba entre caídas y rectificaciones, se fue demorando y los ministros llegaron a ser los mismos. Coincidió con ellos, con muchos de ellos, entre los que había figuras importantes del peronismo y de la vida pública de la Nación y con los cuales se declaró conforme. El Ministro José B. Gelbard anunció su plan económico y el Presidente decidió aguardar su ejecución, dando así una señal para que éste se aplicara. ci: Con todo, en el último discurso que Perón pronunció en Plaza de Mayo, el 12 de junio de 1974, insinuó que había que hacer ajustes en la política económica. ¿Nunca manifestó la idea de suplantar al Ministro Gelbard? vsl: Sí, me lo dijo con una frase de las que él acostumbraba a usar en algunos casos. Me dijo que iba a reemplazar una política económica carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

por otra. De cuando en cuando se acordaba de su ex ministro de economía, Miranda, sobre el cual conservaba un gran aprecio. Pero en realidad ignoro lo que pensaba que debía rectificarse en la política económica. ci: Se trataría seguramente de ajustar la ejecución de la misma, pero tal vez no variar su concepción, porque eran sus propias ideas tanto el Pacto Social como el Plan Trienal. vsl: Claro, él venia a juntar, no a dividir. Y pensaba que eso se podía hacer porque él era el caudillo de las masas peronistas; pensaba que la masa debía tener ubicación en cada definición política. Así pensó en un acuerdo entre la masa, los empresarios y el equipo económico del gobierno, que fue llamado Acuerdo Social. ci: Que unía a todos los sectores de la producción en pos del objetivo superior de la revolución en paz y significaba suspender, por un tiempo determinado, los conflictos sectoriales, lo que se ha denominado lucha de clases, las paritarias junto al aumento de precios y tarifas… vsl: Claro, en realidad lo que implicaba el Acuerdo Social era una suspensión de la agitación interna del país por un tiempo dado, hasta reconstruir y normalizar la economía. ci: Según la concepción peronista, el sistema económico se orientaba al consumo de las masas trabajadoras que originó también una estructura productiva orientada a satisfacer ese mejorado nivel de consumo. Por eso se sostiene que la salud de la economía argentina, en la estructura actual, depende de un nivel de consumo popular elevado. vsl: Bueno, Perón había fundado su movimiento sobre el aumento del poder adquisitivo de las masas, es decir, que dio impulso en cierta manera a la política de consumo. Y eso es lo que le dio el apoyo de las masas, que, al verse elevados de categoría social y política, también adquirieron una característica instintiva en materia económica, mejoraron su estándar de vida. Y esa mejoría en su estándar de vida permitió a más hogares humildes, trabajadores, enviar a sus hijos a colegios, a colegios mejores, a las universidades, aumentó el grado de cultura general. página 87 | Paz Nacional

ci: Antes de finalizar el mandato del Presidente Cámpora, trascendidos periodísticos indicaron que el General Perón había emitido concepto negativos sobre su persona. Pienso que Cámpora cumplió la promesa de irse cuando Perón se lo pidiera… vsl: Bueno, todo eso es un proceso que aún no ha sido publicado con la suficiente autenticidad. La gente quedó informada por los periódicos y éstos carecieron de una información perfecta, completa y en consecuencia suplieron con otro tipo de informaciones lo que les faltaba, para no menoscabar la eficiencia de los órganos de publicidad. Nadie prometió irse, ni antes ni después de la elección, pero yo entendí siempre que eso era sobreentendido. A mí me tocó precisamente participar en algunas gestiones para que las Fuerzas Armadas no condicionaran la elección presidencial y el General Perón fuera candidato, de primera intención, de los sectores que constituían la alianza de las fuerzas populares. Mantuve entonces conferencias con generales muy importantes y estuve persuadido de que las Fuerzas Armadas no tenían el ánimo dispuesto para aceptar la candidatura del General Perón, aunque aceptaran una fórmula peronista integrada por figuras –voy a emplear la expresión que usó un general en esa oportunidad– “potables” del peronismo.

Con ese motivo –esto ocurría en 1972– me puse en comunicación con el general y en una entrevista que celebramos le transmití esa interpretación, que su candidatura estaba bloqueada por las Fuerzas Armadas. Yo hablé sólo con generales, no sé cuál era el pensamiento de las demás armas al respecto, pero yo entiendo que eran solidarias a lo que a ese veto se refiere. Cuando le informé al General Perón, éste, manteniendo por lo menos aparentemente su tranquilidad y su conformidad con los términos en que venía la reunión, me dijo: “No hay ningún problema, porque yo me he hecho examinar por los médicos españoles, quienes me han manifestado que no puede aceptar ningún cargo de responsabilidad”. Y entonces esto apagó la conversación a punto tal que segundos después quedó terminada. Pensé que se había allanado el camino para que el peronismo, para que las fuerzas populares, concurrieran al comicio, a raíz de las circunstancias que acabo de mencionar. Luego volvía a la Argentina. No comuniqué a nadie mi conversación con el General. Yo la consideraba de gran reserva. carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

Un tiempo después, hallándose el General Perón en Buenos Aires, durante su primer viaje, le encargó al doctor Cámpora una misión ante mí.

Cámpora me solicitó una entrevista que le concedí de inmediato y en ella me ofreció, en nombre del General Perón, la candidatura a Vicepresidente de la Nación. Yo le contesté: “El General Perón sabe que puede disponer de mi nombre para servirlo en la gestión política en que se halla empeñado”. En consecuencia, manifesté que mi respuesta era afirmativa, que aceptaba la candidatura. Cámpora no me confió, ni yo le pregunté, quien era el otro componente de la fórmula, si es que había decidido ya el General Perón proponer el candidato a Presidente. ci: Durante estos momentos y mientras se desarrolló la campaña electoral, usted mantuvo un contacto fluido con Cámpora. Cuando la fórmula asumió se habló incluso de otorgarle un despacho en la Casa Rosada, para que de alguna manera cogobernaran o tuvieran, al menos, una colaboración estrecha. ¿Esto después se mantuvo o hubo alguna forma de aislamiento? vsl: Lo que ocurrió es que los sucesos se precipitaron de tal manera que se produjo una especie, yo no diría de alejamiento, pero sí de separación no querida entre el doctor Cámpora y yo. Yo tenía mi despacho en el Senado. Él me había ofrecido instalar otro despacho en la Casa Rosada, para que yo lo ocupara para hacer un gobierno en consulta, para consulta de algunos casos importantes. Me dijo que se lo había aconsejado el propio Perón. Yo le dije que estaba a sus órdenes, pero nadie me habló más del asunto y yo lo dí por archivado. Evidentemente entre la vicepresidencia y la presidencia había una especie de filtro motivado por la actividad acelerada que realizaban alrededor del Presidente los distintos grupos que componían el poder. ci: Resultaría además muy difícil actuar con el equipo del gobierno de Cámpora, que había asumido en un marco convulsionado por la acción de los grupos radicalizados. vsl: Cámpora estaba encerrado. Su hijo tenía demasiada influencia. Y estaba vinculado a los grupos jóvenes, a los extremistas. No sé si con los extrapartidarios, pero sí con los partidarios. La cabeza pensante página 89 | Paz Nacional

del gobierno de Cámpora era, por razones de familia, un sobrino del Presidente, Mario Cámpora, que era inteligente. ci: Sí, lo considero mi amigo. Es inteligente, preparado y creo que tenía las mejores intenciones. vsl: Escribía bien, los discursos de Cámpora los redactó él. ci: Usted asumió interinamente la Presidencia de la República el 14 de junio de 1973 y en ese carácter le tocó resolver uno de los episodios más difíciles de ese período, ocurrido con motivo de la recepción popular al General Perón, en las cercanías del aeropuerto de Ezeiza, en ocasión de lo que se llamó “el retorno definitivo”. vsl: Así es, el Presidente Cámpora, ya en funciones, realizó un viaje a Europa para invitar a Perón a regresar a su patria y acompañarlo con un séquito, para lo cual se puso en marcha un charter con capacidad para más de cien personas. Yo me hice cargo de la presidencia la tarde anterior al viaje. Cámpora me invitó a concurrir a un acto en la Casa Rosada, en el cual iba a transferirme los símbolos del poder, porque él hacía uso de una licencia. Lo acompañé a Ezeiza, a su partida en el charter y me hice cargo de mis funciones ese mismo día.

En esas circunstancias ocurrió el episodio de Ezeiza, que ha motivado infinidad de investigaciones, sin que nadie haya podido esclarecer debidamente lo ocurrido. Con motivo de la recepción que se iba a tributar al General Perón al regresar a su país, el Presidente Cámpora realizó varios acuerdo de ministros, donde se formuló un plan de recepción, que incluía todas las medidas de seguridad que consideraron adecuadas para ese caso. ci: ¿Se encargó al Gral. Osinde la organización de la custodia del palco? vsl: No tengo noticias. De lo que se habló en los acuerdos es que no intervinieran ni la policía ni las fuerzas armadas, porque se argumentó que el peronismo tenía que saber cuidarse a sí mismo y no se concebía que en esa reunión de peronistas hubiera quienes quisieran alterar el orden. Así que el día de Ezeiza se caracterizó por la indefensión en que se hallaba la zona. No había fuerzas del orden público de carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

ninguna clase. La gente que iba a concurrir a la recepción del General Perón estaba calculada en dos millones de personas. Yo no podría dar un juicio sobre la cantidad de personas que efectivamente concurrieron, porque era imposible considerarlo; había sectores que estaban repletos, otros con algunos claros. ci: La cantidad de dos millones de participantes, calculada por expertos puede estar bastante acertada. Significó el mayor acto multitudinario que registra la historia argentina. vsl: Pero aunque hubieran sido menos, los problemas hubieran sido idénticos. Cuando yo salí del despacho de la Casa Rosada para tomar el automóvil que me conduciría a Ezeiza, me alcanzaron un papel escrito que venía de la Estación Retiro; Un funcionario administrativo que yo no podría en este momento individualizar me hacía saber que había recibido despachos de Córdoba, del Jefe de la Estación de Córdoba, dando cuenta de que esa madrugada habían pasado dos trenes completos. Uno de los trenes paró en Córdoba y un grupo de gente armada que iba en él lo desocupó y reemplazó a los pasajeros por otros grupos armados. Yo me limité a preguntar el horario del tren, para saber si había llegado a Retiro. Efectivamente había llegado y la gente conducida estaba ya en Ezeiza, por lo que no se pudo tomar ninguna medida. En Ezeiza había una gran movilidad de gente, en las proximidades del edificio. ci: ¿Del palco o del edificio del aeropuerto? vsl: Por todos lados había gente. A pocos metros del palco había mucha gente que ya había tomado posición, para no perderse el espectáculo de oír de cerca el discurso del General Perón… Ocurrieron muchas cosas, de tanto en tanto se escuchaban tiroteos. ci: ¿Ya estaba usted en el aeropuerto? vsl: Sí. A mediodía recibí la información de que el avión tenía una demora de una hora, debido a las ceremonias protocolares de las Fuerzas Armadas españolas realizaron con motivo de la despedida del Presidente Argentino. Como tenia tiempo, invité a quien me página 91 | Paz Nacional

acompañaba, el gobernador de Formosa, Gauna, a ir a tomar algún alimento, alguna bebida, en algún negocio de los alrededores de Ezeiza. En esas circunstancias, estando yo dentro del establecimiento, un hombre joven, que dijo ser diputado de la Legislatura de Buenos Aires, me anunció que se habían trabado tiroteos recios en las cercanías del palco y que solamente mi presencia podía determinar que la exaltación de los ánimos se aplacara. Entonces le pedí permiso al Gobernador Gauna y algunos de sus ministros que lo acompañaban, para ir a comprobar lo que me habían informado.

Fuimos en el coche con mi edecán, el comodoro o vicecomodoro Medina y también con mi secretaria privada que era mi hija. Nos dirigimos al lugar donde parecía oírse el tiroteo. La persona que me pidió la intervención me anunció que había ya ocho muertos y unos cincuenta heridos. Cuando nos acercábamos al palco, el vicecomodoro Medina, dándose vuelta en el asiente delantero que ocupaba, me dijo que debía advertirme, con todo respeto, que nos encontrábamos en plena zona de peligro, pues los tiradores estaban próximos al auto. A pesar de que casi no se oían los disparos, percibí la lucha. El Edecán me pidió que volviéramos. Dadas las circunstancias, decidí volver. ci: Era lo único razonable. Yo me encontraba entre los militantes que habían conseguido un lugar cerca del palco y resultaba claro que ni atacantes ni defensores iban a ceder posiciones que permitieran celebrar el acto en paz. vsl: Me hice conducir a un despacho policial que se había establecido, aunque carecía de personal y allí trataría de informarme mejor. Me dijeron que se encontraba cerca del palco, entre el público, un funcionario de la Policía Federal. Entonces pedía que le notificaran que deseaba hablarle para que me informara lo que había vista hasta ese momento. A raíz del tiroteo no lo encontraron. Entonces empecé a verificar que la pista en donde debía aterrizar el charter estaba siendo recorrida por grupos de obreros que esperaban la llegada del avión.

Les hice notificar que como se iba a producir el aterrizaje de un avión de gran tamaño, debían abandonar totalmente la pista, porque un solo detalle podía provocar un accidente sumamente grave; el charter podía chocar contra una persona y provocar un accidente mayor. carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

Fue en esa oportunidad que en vista de los rumores de lucha continuaban, que había muchos muertos y heridos y que habían llegado varios grupos armados para incorporarse a la lucha, determiné que el avión no podía aterrizar bajo ninguna circunstancia, con tan pocas garantías, en ese lugar. E impartí la orden de cambiar el lugar de aterrizaje, y que se hicieran los aprestos para que el avión fuera dirigido a la base militar de Morón, donde finalmente aterrizaría.

Pasada la una de la tarde, quizás las dos, pedía una comunicación con el avión que traía de regreso al Presidente Cámpora, al General Perón y al resto de la comitiva. Conversé con Cámpora y le expresé lo que acababa de resolver, para que lo transmitiera y diera una mayor seguridad sobre el lugar de aterrizaje. El doctor Cámpora expresó que era increíble que no hubiera orden para recibir el charter y que el peligro no podía ser tan grande. Le dije que la medida fue tomada para mayor garantía de todo el pasaje del avión, porque yo no podía exponer al propio Presidente a un riesgo que era evidente. Y le anuncié que en ese momento yo partía para Morón a los efectos de recibir el charter y a sus viajeros. ci: ¿Cámpora estuvo de acuerdo con el cambio de destino? vsl: Bueno, nos despedimos y no dijo nada. Se quedó con la duda. ci: Todavía es muy difícil la interpretación de estos hechos. ¿Qué querían estos señores armados? ¿Hacer de Perón un prisionero político, como se dijo alguna vez y desde Ezeiza proclamar una república socialista? ¿O simplemente se trató de la exasperación de la lucha entre los grupos de izquierda y de derecha que se habían infiltrado en la masa peronista? vsl: Bueno, en Ezeiza había toda clase de rumores. Se decía que un grupo de gente había traído en un ómnibus una gran cabeza de yeso del General Perón, que llevaron varias personas hacia la explanada donde se hallaba el palco y ahí se sacaron, al ser partida la cabeza, las armas que estaban ocultas adentro. Otros hablaron de una manifestación que salió de La Plata con doscientos o trescientos adeptos y que llegó, con la incorporación de gente de los distintos pueblos donde pasaba, página 93 | Paz Nacional

con tres o cuatro mil personas a Ezeiza. ci: ¿Por la parte de atrás del palco, que daba a Monte Grande? vsl: Claro, había un camino ahí. Y en esa manifestación venía gente armada, de lucha, de combate. Eso generalizó el conflicto. ci: Que decreció a medida que disminuía la luz del día y cuando la multitud supo que el General Perón no descendería en Ezeiza se retiró de inmediato. ¿El General Perón se manifestó disgustado por no poder comunicarse con el pueblo que lo estaba esperando en tan extraordinaria escala? vsl: Se resolvió que dirigiera algunas palabras de excusa por no poder dirigir su oración esa misma noche y anunció que hablaría al día siguiente. Tuvo una gran repercusión en el público el discurso que pronunció, por los términos de pacificación, tranquilizadores, en que estuvo concebido. Además, anunció que la violencia era un hecho excepcional, extraordinario, que no sería la norma. ci: Los sucesos de Ezeiza marcan el comienzo de una abrupta lucha de sectores dentro del peronismo, del surgimiento más claro de las tendencias. La idea que tenía Perón era totalmente contraria, quería pacificar, integrar a todos los sectores, que la masa estuviera unida y que, si hubiera dirigentes de extrema izquierda o de extrema derecha, quedarían excluidos… vsl: Si, pero yo no las llamaría tendencias del peronismo; se trataba de gente que no era peronista, que por su ideología había traspasado al peronismo, porque tenía presente una concepción de la lucha totalmente distinta a la del peronismo. El peronismo quería paz y votos.

Quería votar. Y esa gente que interfirió en el proceso argentino de tan mala manera quería violencia, creía que el poder se toma con la violencia y no mediante las mayorías electorales. ci: “El poder nace del fusil” era una expresión que podía leerse escrita en las paredes de todas las ciudades y barrios de Argentina. carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

Pero nuestra historia enseña que el poder popular siempre nació de fuerzas pacíficas, mientras que el de sus enemigos se originó por lo general en la violencia. vsl: Es evidente. ci: Y la violencia solo engendra el impulso contrario. vsl: La violencia engendra la violencia. A más violencia, más represión.

Esta es la Ley que se va desarrollando, la ley de la desarmonía que se da en un país si no hay normalidad, si no hay tranquilidad, si la ley no reina, no impera. Entonces viene todo lo contrario: Violencia, más violencia, represión, mayor represión y el caos. ci: Pareciera que los dos bandos en pugna toman sus argumentos, sus estilos y su crueldad de la guerra de la independencia de Argelia y se necesitan mutuamente para existir y crecer. Claro que la diferencia es abismal; mientras los argelinos luchaban por su emancipación, con diferencias raciales, lingüísticas, religiosas y culturales con la metrópoli, en Argentina ya había retornado el General Perón a la presidencia, de modo que la posición “revolucionaria” no tenía más asidero que la fantasía romántica de una generación fuertemente influida por la propaganda. ¿Cómo podría explicarse el proceso de los montoneros, compuestos íntegramente en su origen por miembros del nacionalismo católico de extrema derecha, profundamente anticomunistas, que debieron entrenarse en Cuba o en Argelia y terminaron convertidos en revolucionario socialistas, útiles a la Unión Soviética? Seguramente la gran masa de jóvenes tenía simpatías por el heroísmo de los combatientes y compartían la sensibilidad social común al pueblo argentino, aunque no estuvieran en modo alguno comprometidos ideológicamente con ellos. vsl: Puede ser. La simpatía juvenil es completamente inocente con respecto a los grupos violentos. La violencia es una postura anímica en le cual la conciencia humana se deforma. Nadie puede admirar la violencia por la violencia misma, aunque se admiren actos de violencia que signifiquen actos de heroísmo. Entonces la juventud tenía una inocente admiración por la gente que aparecía por las calles ejerpágina 95 | Paz Nacional

ciendo violencia para defender los derechos que ellos proclamaban. ci: En esos jóvenes había más admiración por el heroísmo que adhesión a métodos o doctrinas. Además, algunos grupos violentos estaban disfrazados de peronistas. vsl: Sí, era todo un proceso inorgánico, es decir, no había organización ni organicidad. Se ejercía la violencia por la violencia. Se anunciaban fines superiores pero no se anunciaban los métodos constructivos para realizar ninguna de estas finalidades. ci: La historia antigua, tan rica en guerras civiles, nos enseña cuan fácil es comenzar a imponer posiciones por intermedio de la fuerza y cuan difícil es detenerla. Mi generación, que transcurría la niñez cuando los fusilamientos sin forma de juicio de 1956 tuvieron como resultado que los militares peronistas no intentaran ningún otro proceso revolucionario y que la llamada resistencia se limitara a cuestiones gremiales, pudo gravarse en su conciencia que la violencia podría ser eficaz en la acción política. vsl: La lógica de la juventud no era esa. La juventud pensaba que se había intentado reprimir la puja por ejercer los derechos constitucionales y que esa represión trajo como consecuencia la violencia de los perseguidos. Es decir, que revierte el proceso. Quién tiene razón es una cuestión que habrá que verificarla examinando los hechos con un entendimiento muy aguzado, para no perder detalle. Pero el pueblo, reprimido porque intenta el ejercicio de sus derechos, ejercerá siempre la violencia para rescatarlos y para rescatarse a sí mismo. ci: Por lo menos será una primera actitud. Pero precisamente, el proceso histórico del cual hablamos y otros similares ocurridos en el mundo podrían servirnos para aleccionarnos un poco a los argentinos con respecto de cual es el camino que deben seguir en el futuro para obtener el resultado político buscado… vsl: Bueno, yo creo que el camino a seguir lo saben los argentinos y lo sabe el mundo entero, porque es el camino seguido por Jesús, por el pueblo de Jesús, que era el pueblo más humilde, el más empobrecido… carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

ci: Y el que más violencia soportó, además… vsl: Claro, el más perseguido, el más sacrificado, el que fue entregado a las fieras. Es el pueblo que debe servir de ejemplo. ci: Podríamos ver entonces a la violencia como a una reacción primaria de los pueblos, que generalmente no los conduce al resultado perseguido y a la lucha firme pero pacífica como reacción cristiana, ya elaborada e inteligente, que alcanza el fin buscado. El ejemplo cristiano es maravilloso en este sentido, porque siendo lo más débil de Roma, los esclavos, los extranjeros, los pobres, vencieron a una civilización materialista y edificaron una cultura basada en el amor. vsl: Vencieron y disolvieron al Imperio Romano y son un elogio de la fuerza, del poderío de la gente indefensa del mundo, de los no felices, contra los poderes constituidos. ci: Momentos antes hablábamos acerca de la renuncia del doctor Cámpora y de la suya a los cargos de Presidente y Vicepresidente de la Nación, respectivamente. Nos referimos a las opiniones de Perón sobre la gestión de Cámpora, a la situación que se había creado con motivo de la amnistía de los presos políticos y también a la decisión de Perón de asumir directamente la conducción del Estado, aceptando la Presidencia y cambiando su idea anterior, de ocuparse de la supervisión de las relaciones internacionales. vsl: Recuerdo que un día fui a verlo, siendo aún vicepresidente. Me hizo un alegato contra Cámpora. Terrible. No dije nada, porque como vicepresidente no podía atacar ni defender a Cámpora. Me callé.

Cuando me puse de pié, mi dijo: “Esto no puede durar. Hay que resolverlo antes de dos meses”. ci: ¿Esto fue después de los sangrientos sucesos de Ezeiza? vsl: Fue cuando vino por segunda vez, sí, después de Ezeiza. ci: ¿Perón se quedó muy impresionado, muy enojado con esos hechos?

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vsl: Perón ya venía enojado con Cámpora desde Europa. Él no fue al banquete, al gran banquete que dio el Generalísimo Franco, el banquete de las tres cabeceras, una de las cuales hubo que desarmarla minutos antes, para que no quedara una cabecera vacía. Perón había dado su conformidad de asistir al banquete y posteriormente la retiró. Era desahuciar a Cámpora. ci: ¿Cuál era el contenido de las objeciones de Perón a la gestión de Cámpora? vsl: Que el gobierno operaba muy mal, que el pueblo no podía tener confianza en una administración así, que había grupos armados que se habían instalado en el gobierno, en la Universidad, en el Ministerio de Relaciones Exteriores y en las gobernaciones de algunas provincias, que apañaban los grupos armados. Pero él culpaba a los hijos de Cámpora.

Sucedía que los nombramientos aprobados se debían a los grupos armados. La Universidad y el Ministerio de Relaciones Exteriores se llenaron y Cámpora hijo, el que era secretario privado del padre, también roció de izquierda todo, porque tenía vía libre y se desarrolló vertiginosamente la izquierda en todas sus vertientes. ci: No pudo decirlo más claro Perón en el discurso que pronunció después del retorno, cuando fijó como prioridad la reconstrucción del Estado y afirmó que se excluiría a los violentos. vsl: Eso fue contra Cámpora. ci: Claro, más directo, imposible. vsl: Perón ya se había formado la idea de eliminarlo a Cámpora. ci: Yo recuerdo que amigos vinculados a las llamadas “formaciones especiales”, al oír el discurso del 21 de junio calificaron a Perón de “viejo fascista traidor”. Nunca lo entendieron. vsl: Claro, no lo entendieron nunca, por eso no eran peronistas. Eran la carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

infiltración. Y Ezeiza demostró claramente la infiltración. Hubo dos grandes infiltraciones en el peronismo, la ultra izquierda y la ultra derecha. Una se hizo más visible que la otra. Esta última la manejó en cierta medida López Rega. ci: Con sus fatales Tres A. vsl: López Rega, al ver que la infiltración de izquierda crecía y crecía, se largó a hacer una infiltración derechista, contando con que el Ejército lo ayudaría y al final la empezó a agrandar. ci: De todas maneras, me parece que hay que señalar que el origen de todo esto está dado porque los gobiernos posteriores a 1955 establecieron reglas del juego proscriptitas, lo que no dejó otro camino a Perón que utilizar todas las fuerzas políticas a su alcance para conseguir elecciones libres. Distinto hubiera sido si las fuerzas políticas hubieran tenido la generosidad de aceptar sus propuestas de conciliación de 1956, cuando se formularon, y no en 1971, cuando admitieron incorporarse e integrar la Hora del Pueblo. Ya era tarde para evitar la violencia. vsl: Es el concepto de guerra total. A él le limitaron las posibilidades de acción y las amplió como pudo. ci: Y no pudo evitarse que al gran movimiento popular que era el peronismo se le enquistaran algunos ideólogos extraños. vsl: El peronismo tenía izquierda y derecha adentro. El peronismo tenía todos los matices de las ideas. ci: Pero la tercera posición, heredera de la neutralidad de Yrigoyen en la Primera Guerra Mundial, marcaba los límites de esas ideas. Se podía pensar con toda libertad, pero lo que no podía hacerse era trabajar para cualquiera de los dos imperios que competían por el poder mundial. vsl: Así es, en el peronismo tanto había ateos como católicos. Los que eran menos laicistas eran quizás los obreros. Cuando Perón copágina 99 | Paz Nacional

menzó a hacer bendecir los locales de los sindicatos, estaba señalando el nuevo camino. ci: Esta convivencia entre sectores distintos, inclusive opuestos, que tuvo el peronismo fue muy creativa durante la década del 50. ¿No cree que la falta de comunicación entre distintos sectores es uno de los escollos que encuentra la sociedad argentina para desenvolverse en armonía? vsl: Bueno, eso es el estado liberal, que deja hacer esos casilleros. Por ejemplo, los militares constituyen, en el mundo entero, una casta. Y la prueba consiste en que en una gran parte se casan con hijas o parientes de militares. Los norteamericanos han efectuado algún tipo de investigación al respecto. Hay también un libro de Engels sobre el poder militar en el que trata el tema en términos generales, sin investigar nación por nación. ci: Es posible que la falta de comunicación de los militares con el resto de la sociedad argentina hace que tomen las pautas culturales y las ideas que les proporciona el sector que integraron liberales, conservadores, socialistas, comunistas, que impidieron por largos años la vida democrática del país. De otro modo no puede concebirse honestamente que hayan impreso a sus gobiernos un tinte liberal, que en realidad sean el partido liberal que gobierna sin votos, cuando eso contradice las aspiraciones mayoritarias del pueblo argentino. vsl: Ahora bien, la adaptación del militar a la vida política es muy difícil.

Fíjese cuántos militares han vuelto a estudiar y han alcanzado una cultura general importante, pero ello políticamente no los mueve, no pueden compartir la actitud militar con la actitud política y la cultura general adquirida. Yo lo veo en Premolí, que es abogado. ci: ¿Influye en él más el militar que el abogado? vsl: Lo que él aprecia y lo que le vale es ser coronel retirado y no abogado. ci: Creo que deberíamos poner énfasis en señalar la idea de Perón, de separar a los distintos grupos de infiltrados de la masa peronista.

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vsl: Sí, quitar la influencia de la izquierda en el movimiento. Lo que él quería era limpiar el movimiento y dejarlo peronista puro. Ahora bien, el peronismo admitía una pequeña dosis de izquierda, como convenía a la movilización de las masas, de las juventudes, de las ideas en general. ci: Para señalar el espacio para las ideas, usaba al expresión “no sacar los pies del plato”, que viene de la esgrima, que como buen militar practicó en su juventud, en la que plato es el espacio marcado en el piso, dentro del cual deben desenvolverse los deportistas. vsl: Era una cuestión de disciplina. Los que salían del plato estaban fuera del movimiento. ci: El plato era muy amplio. vsl: Así es. ci: Esto es importante para insistir en el tema de la superación de la violencia por una vía política. Perón parafraseaba a Napoleón diciendo que las bayonetas sirven para todo menos para sentarse sobre ellas, es decir, que una victoria militar, puramente militar, no servía para nada, postergaba para el futuro la reaparición del problema político, que iba a plantearse en peores términos. vsl: Claro, la lucha política es fundamentalmente una lucha de ideas.

Había que aportar todas las soluciones que implicaba el triunfo del peronismo. Perón estaba profundamente preocupado por la generación que a raíz del movimiento de 1955 había quedado desplazado de la vida pública, al generación intermedia. Hizo la tentativa de recuperarla en aquella reunión que organizó el teniente Licastro en la Casa de Gobierno. ci: Perón dijo que la generación intermedia había sido sacrificada por falta de oportunidades políticas, y que al no habérseles dado ese espacio para su desarrollo, se había generado un sector de rebeldes, por su exclusión, o una colonia de amanuenses, porque fueron usados como tales y no como conductores ni pensadores de un sistema. página 101 | Paz Nacional

vsl: En Argentina hay otro sector injustamente desplazado, que es el sector de los empleados públicos. Yo le propuse al General Perón la idea de integrarlos al proceso y él me encargó que me ocupara del tema para introducir las ideas revolucionarias del peronismo en la burocracia, para que ésta trabajara, porque no trabaja más y cada día rinde menos. ci: En este sentido es justo reivindicarla, porque según estos tipos de gobiernos que hemos tenido, pareciera que el déficit fiscal y otros desastres se deben exclusivamente a “esos vagos” de los empleados públicos, como si sus magros ingresos fueran la causa de la pobreza general. Lo real es que el empleado público argentino no tiene posibilidades de prestar un servicio que pueda reconocerse ni, por lo tanto, de tener una promoción justa. vsl: No es apreciado nunca entre los factores políticos y sociales, no se lo tiene en cuenta. El burócrata tiene que tener un poder incisivo propio para marchar dentro de la burocracia. ci: En realidad, pareciera que el burócrata tiene un poder de hecho. Pero su carrera personal, el desarrollo de su creatividad se encuentra totalmente frenado. vsl: Tiene que ir abriéndose paso. Si no, no entra. Se habla de la carrera burocrática porque es un régimen de ascensos y de disciplina dadas, pero no hay tal carrera y esto quiebra la voluntad de trabajar.

Al Estado hay que quererlo, pero la burocracia no puede querer al Estado. En primer lugar, porque el Estado no lo remunera como el burócrata cree que debe hacerlo. Sobre éste tema se podría hacer un trabajo interesante y despertar el interés de la burocracia por el cumplimiento del alto servicio que tiene a su cargo e interesarla por los objetivos del peronismo gobernante. Sobre esto, Perón me dijo:”me parece muy bien la idea”. Yo le propuse:”vamos a hacer una reunión en el Teatro Colón y usted va a hablar, va a hacer un llamado a la burocracia para que contribuya en la reconstrucción del país, en las posibilidades y esperanzas del porvenir, para movilizarla”. Me dijo: “Usted prepáreme todos los apuntes y lo vamos a hacer”. Pero fue en los días finales de su gobierno. carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

ci: Es que al aumentar la necesidad de servicios, las estructuras estatales tenderán también a incrementarse. vsl: Y la fuerza que va a trabajar más por el Estado es el burócrata, porque depende del Estado, tiene un interés de carácter material que también debe ponerse en juego, porque no todo son intereses inmateriales, no todo es espíritu. Para que haya espíritu tiene que haber materia.

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capítulo v La renuncia de la fórmula del Frente.

La presidencia del General Perón.

La Secretaría General de la Presidencia.

El cargo de Asesor Político del Presidente.

El rectorado normalizador de la Universidad de Buenos Aires.

R Carlos Ibáñez: Habíamos conversado acerca de cómo repercutieron en el ánimo del General Perón los sucesos de Ezeiza y de su opinión sobre la gestión presidencial del doctor Cámpora…

Vicente Solano Lima: Como la situación era muy tirante, se esperaba de un momento a otro que eso se manifestara en un desgarramiento del gobierno, hasta que un día, creo recordar que fue el 12 de junio de 1973, fue convocado el Ministerio. A la reunión de gabinete concurrí por pedido expreso del General Perón. Porque habíamos convenido con el doctor Cámpora que yo iba a ser citado a todos los acuerdos de gabinete, así que cuando me citaban, yo concurría y cuando no lo hacían, me abstenía. Para esa reunión no había sido citado, pero el General Perón me mandó decir que urgía que yo estuviera en esa reunión de gabinete y que hiciera el favor de no faltar a las sucesivas, aunque no fuera citado. El enviado del General Perón, que fue el señor Lastiri, me entregó además un documento muy largo, muy extenso, que me llegaba de las autoridades del gobierno. Cuando al quedarme solo pude verificar el contenido del documento, éste resultó ser el proyecto de Ley de Ministerios, por lo que pensé lógicamente que me convocaban para tratar ese asunto. Yo lo leí con el poco tiempo del que disponía, le di una rápida lectura a todo el proyecto y fui con el mismo en la mano. Pero no se trató ese asunto A determinada hora concurrí a la casa de la calle Gaspar Campos, donde se efectuó la reunión. Todos saludamos al General Perón, tomamos un café con él y después el General se despidió y se retiró. Quedó con nosotros la señora de Perón, que estaba presente por tratarse página 105 | Paz Nacional

de un episodio político y ser ella una de las autoridades del partido gobernante. Fuimos invitados a pasar a una sala más amplia y alrededor de una mesa nos sentamos todos. En un extremo estaba la señora de Perón y al lado estaba el Presidente Cámpora, y a su lado el Ministro de Bienestar Social, José López Rega. Yo estaba sentado en el otro extremo de la mesa, entre el Ministro de Defensa, doctor Robledo y el Ministro de Economía, José Ber Gelbard. Los demás lugares fueron ocupados por los restantes ministros. Cuando la señora explicó el motivo de la reunión, supimos de lo que se trataba. El señor López Rega pidió la palabra e hizo un alegato contra la conducción del gobierno, estimando que no se estaba cumpliendo con el programa ni con las directivas del Frente, que eso traía un grave trastorno y que la situación no podía prolongarse más en esas condiciones. Entonces, cuando terminó su exposición, que habrá durado seis o siete minutos, el doctor Cámpora tomó la palabra y reafirmó su solidaridad con el General Perón, personal y política.

Expresó que él había ocupado la Presidencia de la República por disposición del propio General Perón y que desde el gobierno estaba dispuesto a realizar cualquier gestión que se le encomendara, para ser leal con quien lo había designado. Y terminó con palabras de adhesión a la personalidad política del General Perón.

En ese momento el doctor Robledo pidió la palabra, pero yo le pedí que desistiera de hacerlo inmediatamente y postergase su propósito, porque yo tenía que hacer una manifestación a continuación de las palabras del Presidente, como integrante de la fórmula. Y entonces dije muy pocas palabras, aprovechando una frase muy clara del Presidente, que la voluntad del pueblo argentino era que el General Perón ocupara la presidencia; yo reconocía que era así, que a mí me constaba que el pueblo argentino quería ser presidido por Perón. Y para que eso fuera posible, yo presentaba mi renuncia indeclinable a la Vicepresidencia de la Nación, para dejarle el camino expedito a la realización de nuevos comicios. Esta manifestación fue aplaudida, en cuanto importaba una adhesión al ex presidente Perón.

Se decidió designar a una comisión de Ministros para que entendiera todo lo relativo a la renuncia de la fórmula y a los pasos que debían darse a continuación. carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

ci: A continuación de sus palabras ¿el Presidente Cámpora presentó también su renuncia? vsl: No dijo nada, pero se estimó que era la fórmula la que renunciaba, porque como yo había dicho que era para facilitar una nueva elección, comprendía también a Cámpora, y el presidente no hizo objeción. Entonces eso se estimó como un consentimiento total. Y se designó una comisión integrada por mí como presidente y por los doctores Benítez, Ministro de Justicia y Esteban Righi, Ministro del Interior, para que hiciéramos posible el desenlace del asunto. La comisión se reunió en mi casa de la calle Paraguay, y llegó a totalizar la gestión en muy poco tiempo.

La decisión de renunciar había sito tomada el 12 de julio de 1973 y se resolvió que debían cumplirse todos los trámites necesarios para el alejamiento del Presidente y del Vicepresidente, que debían presentarse ante la Asamblea Legislativa, a reunirse el día 14. Finalmente se adelantó el proceso, porque la Asamblea Legislativa se reunió el día 13 de Julio de 1973 y despachó en el mismo día la consideración de las renuncias presentadas.

Durante esa reunión se pronunciaron todos los sectores; no hubo debate político, sino aceptación de las circunstancias tan especiales que se estaban viviendo y se aceptaron las renuncias por unanimidad. Inmediatamente se hizo cargo de la Presidencia con carácter interino el señor Raúl Lastiri, que era a quien le correspondía la presidencia para el caso de acefalía. ci: Pero a todo esto el doctor Alejandro Díaz Bialet había pedido licencia como senador y renunciado al cargo de Vicepresidente de la Cámara de Senadores. vsl: Sí, aceptó una comisión del gobierno en España. Y renunció a ese cargo. ci: De modo tal que se apartaba de la sucesión presidencial para el caso de acefalía y no le correspondía, por lo tanto, asumir interinamente la Presidencia de la República. página 107 | Paz Nacional

vsl: Claro, porque al irse con licencia a la gestión en España, corresponda nombrar a quien le sucedía, conforme a la Ley de Acefalía. ci: Que era Lastiri, el yerno de López Rega, por ser Presidente de la Cámara de Diputados. vsl: Así es, Lastiri era el Presidente de la Cámara de Diputados, así que le correspondía ocupar inmediatamente el cargo de Presidente de la Nación. ci: Y confirmó al anterior gabinete de ministros, con excepción de quienes ocupaban las carteras de Interior y de Relaciones Exteriores, doctores Righi y Puig. vsl: Sí, confirmó el gabinete. Actuó con los mismos ministros y trató de seguir las normas de la conjunción de fuerzas que integraban el Frente Justicialista de Liberación.

Entre la presentación de las renuncias, o su anuncio, y su aceptación hubo una serie de diligencias que realizó el Presidente, que significaron la despedida suya desde el poder. Hizo reuniones con los legisladores, con los miembros del Partido Peronista, con la Confederación General del Trabajo, en fin, con los distintos organismos políticos, para explicar su posición. Yo a mi vez concurrí con el doctor Cámpora a ver al General Perón para comunicarle la decisión que se había tomado la noche de la reunión de gabinete. El General Perón nos recibió en su dormitorio- se encontraba en cama- y nos manifestó, cuando le contamos lo de nuestras renuncias y que además iba a haber elecciones, que “a esto hay que pensarlo”. Posteriormente preguntó: “¿Y qué dicen los jefes de las Fuerzas Armadas de esta posibilidad de cambio?” Entonces del doctor Cámpora le manifestó que las Fuerzas Armadas habían expresado concretamente su pensamiento de que no opondrían ningún obstáculo a ningún cambio que se ajustara estrictamente a la Constitución. Las Fuerzas Armadas no iban a inmiscuirse. En la reunión en la que se trató el asunto me parece que habló el General Calcagno. ci: Que era el Comandante en Jefe del Ejército. carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

vsl: Que era el Comandante en Jefe nombrado por el Presidente Cámpora. Se produjo la convocatoria a elecciones para el día 23 de septiembre de 1973. Concurrieron las mismas fuerzas que a los comicios anteriores, del 11 de marzo de ese año. El General Perón y su compañera de fórmula, la señora de Perón, obtuvieron en esos comicios siete millones cuatrocientos setenta y cinco mil votos, creo que fueron, no alcanzaron a los siete millones y medio. Antes de las elecciones, yo había anunciado en el diario “La Razón” que la fórmula iba a tener siete millones y medio. Después me peleé con cierto varón que me decía: esto es lindo, pero ¿Cómo van a tener siete millones y medio? No se puede llegar. Y llegó. ci: Fue un record histórico. Representó un sesenta y dos por ciento de los votos. vsl: Sí, y fue una elección sin movilización, sin agitación electoral. Perón no pronunció discursos. ci: No hubo campaña. vsl: Es cierto, no hubo campaña. Él consideró que el país estaba preparado para recibirlo y así fue nomás. ci: Estaba verdaderamente preparado. El General asumió nuevamente la Presidencia el 12 de octubre, poniendo fin al fugaz período de la gestión de Lastiri en el interinato. vsl: Esa gestión duró tres o cuatro meses. Cuando fue elegido el General Perón, yo había organizado un viaje a Europa, a España y entonces lo fui a visitar para despedirme de él. Con gran sorpresa mía me expresó que de ninguna manera podía irme, porque él había previsto designarme Secretario General de la Presidencia. En vista de esa novedad, intercambiamos ideas y yo terminé por aceptar. El proyecto del General Perón era dictar un decreto por medio del cual la Secretaría iba a controlar el desenvolvimiento de todos los Ministerios, para que se cumplieran las normas del gobierno y las normas del Estado. Yo acepté como un cometido que era de una gran responsabilidad… Pero luego en la marcha del gobierno resulté una página 109 | Paz Nacional

especie de muralla para que el público no llegara hasta el General Perón. Debido a las prescripciones médicas, Perón debía trabajar un número muy limitado de horas y no debía participar en ninguno de los accidentes de la vida política; él tenía necesidad de una vida tranquila y de reposo para poder cumplir su cometido presidencial.

Era eso lo aconsejado por su médico de cabecera. Entonces yo me ocupé de cumplir con todas las gestiones y pedidos que se hacían en la Secretaría de la Presidencia y que debían ser trasladados al Presidente y los satisfice en la medida de mis posibilidades, multiplicándome para que el tiempo me alcanzara para toda una gestión que fue muy grande. Además me tocó, como era natural, concurrir a los acuerdos de gabinete y recibir, también, a mis propios amigos, a los cuales generalmente retaceé el tiempo para verme, fueron las víctimas de esa situación. Se enojaron unos cuantos. ci: Siempre ocurre. vsl: Fue inevitable. Después algunos comprenden. Otros no lo hacen nunca. ci: El cargo equivalía a un primer ministerio, aunque esa figura no exista en el derecho público argentino. Liberar al Presidente de la carga administrativa y aún política de la gestión estatal, tal como lo requería la salud de Perón, hubiera necesitado de un equipo muy grande y muy calificado, imposible de armar en unos breves días. vsl: Eso decían los diarios y revistas, que era una especie de Primer Ministro. Yo no lo ejercí con esa idea. No procuré nunca salir de la línea de prudencia característica de un político con experiencia. Con ese motivo mantuve muy buena relación con los ministros y participé de algunos actos de gobierno. Por ejemplo, acompañé al Ministro de Educación, doctor Taiana, con motivo de la redacción de la Ley Universitaria, del proyecto de Ley Universitaria y realicé en una sala… ¿Cómo se llamaba la sala donde estaba Licastro y este muchacho…? ci: ¿Figuerola? vsl: Figuerola. Este era el prosecretario. Bueno, ahí realizamos el debacarlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

te de la Ley, con todas las entidades universitarias. ci: Claro, el proyecto de Ley Universitaria fue una iniciativa del Poder Ejecutivo. Luego fue al Congreso. vsl: El proyecto original se hizo en el Ministerio de Educación. Todos los sectores dejaron un memorial, que fue atendido y yo lo pasé al Ministro de Educación para que lo tuviera en cuenta en la redacción definitiva del proyecto. ci: Muchas de esas iniciativas se tuvieron en cuenta y permitieron modificar el proyecto original en base a ellas.

Ahora bien, si el cargo de Secretario General de la Presidencia se hubiera asemejado más a la figura del Primer Ministro, tal como era la intención originaria del Presidente Perón, habría que haber organizado una verdadera estructura ministerial, que involucraba el nombramiento de un elenco de funcionarios muy grande. vsl: La estructura de la Secretaría preveía el nombramiento de diez asesores. No los nombré porque primero había que designar a los Secretarios, un en representación de la juventud, uno por los trabajadores organizados y otro político. Sólo se alcanzó a designar al Secretario Político. ci: Que era el teniente Licastro. vsl: Pero no se nombró Secretario de la Juventud ni del trabajo, porque eso dependía de gestiones dentro de cada uno de los movimientos, y como no se efectuó la unidad del movimiento juvenil, éste no tuvo oportunidad de proponer su candidato a Secretario. Perón quería que lo condujera la juventud al candidato de ellos. ci: Entre los dirigentes había una división marcada. El acuerdo era imposible. vsl: Algunos de esos dirigentes estaban empecinados e impidieron la unidad. página 111 | Paz Nacional

ci: Cuando usted se retiró del cargo de Secretario General de la Presidencia, el Coronel Damasco hizo un intento de producir la unidad del movimiento juvenil. Reunió en Olivos a los dirigentes y fue cuando quiso que cantaran un himno de su creación… los presentes entonaron la marcha peronista y no llegaron a ningún acuerdo.

En ese tiempo Perón les dijo que mientras hubiera guerrilla iba a seguir habiendo policía. vsl: Porque además se trataba de una maniobra de López Rega, quien lo hizo nombrar. Un día, un día domingo, yo estaba viviendo en mi casa de la calle Callao y Damasco me habló por teléfono, diciéndome que tenía que hacerme una comunicación de parte del Presidente. Entonces lo recibí en mi casa, como a las seis o siete de a tarde de ese mismo día. Vino a explicarme que se habían fusionado dos Secretarías, me imagino que la de Caravallo con la mía y que eso iba a dar lugar a un nuevo nombramiento. Entonces yo le dije: “Me parece muy bien, me parece perfecto y a mí me dan el gusto, porque yo en la Secretaría no tengo nada que hacer, ya he agotado todas las instancias. El movimiento de la juventud se quebró, no se ha podido efectuar una nueva estructura; el movimiento del trabajo está dependiente del movimiento de fuerzas dentro de la Confederación General del Trabajo; así que yo me voy, ya he cumplido con mi misión. Me voy del país”. Como ya lo relaté, se trataba de un proyecto muchas veces postergado.

Días después el Coronel Damasco hizo un lunch; lo nombraron a él y organizó esa reunión para despedirme. Yo estuve un ratito y conversé un poco con él. Aquí corresponde mencionar un proyecto que lo vinculaba y que era el de la Gran Argentina. ci: El llamado “Proyecto Nacional”. vsl: Eso fue considerado en un acuerdo de gabinete. Yo todavía era Secretario. Entiendo que la redacción de ese documento estaba en manos de Figuerola, pero, sin embargo, lo presentó Damasco. El documento que elaboraron era muy extenso, muy largo. ci: Figuerola estaba trabajando, con su equipo, en la redacción del procarlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

yecto, pero el que se presentó al acuerdo, estaba elaborado por Damasco, aunque pueda presumirse que todo el equipo haya influido, ya que no tuvo estado público, al menos de modo inmediato… vsl: No, Perón lo leyó en privado, lo hizo leer en el gabinete. En la reunión de Gabinete nadie dijo nada, quedó como inconcluso, como algo en lo cual se seguiría trabajando. Después el General Perón pronunció aquel discurso en el Congreso sobre el Proyecto Nacional y entonces eso borró lo otro. El Coronel Damasco había preparado un libro en el cual iba a publicar el resultado de sus trabajos. ci: Aquel mensaje del General Perón a la Asamblea Legislativa es considerado por muchos como el verdadero legado doctrinario de Perón, dicho aquel histórico primero de mayo de 1974. Volviendo al tema, ¿De modo que al cargo de Secretario General de la Presidencia creado para usted correspondía la gestión política, además de la administrativa? vsl: Sí. ci: Aparte de las dificultades surgidas por el empecinamiento de algunos dirigentes juveniles, en la gestión administrativa también habría contratiempos. Pienso que sería difícil tratar con ministros tan temperamentales. Gelbard por un lado, López Rega por otro, no eran personas de fácil trato… vsl: Eran hombres con todo tipo de maniobras, argucias, de ir ganando sitio, de ir ganando terreno en el campo político. ci: A ninguno de los dos les gustaría que se ejerciera control sobre ellos. vsl: Ah, no, porque el proyecto original de la Secretaría General de la Presidencia fracasó cuando Gelbard se enteró. Lo fue a ver inmediatamente al Presidente Perón, le dijo que él creía que una supervisión de lo que él iba a hacer en un ministerio tan complicado, por la lucha de intereses que suponía, iba a ser perjudicial. Entonces Perón lo aceptó y le dio algunas zonas de los ministerios para que no fueran de control mío. página 113 | Paz Nacional

ci: De modo que las firmas de los despachos las llevaba cada Ministro dentro de esas zonas libres. vsl: Caravallo se ocupaba de llevar los despachos a la firma. Nunca lo hicieron los ministros ni tampoco yo. ci: ¿Tampoco llevaban alguna especie de señalización o inicialización suya los proyectos de normas a dictarse? vsl: No, porque ellos crearon un departamento. Gelbard consiguió allí una victoria, consiguió excluirse totalmente de mi control y luego hizo su propio mecanismo. Lo trajo a Caravallo y lo hizo designar Secretario Técnico, por lo que llevaba la cuestión de los decretos; actuó controlado por Gelbard y lo sirvió muy bien en eso. Por eso nunca intervine yo en economía, que era la zona de acción de Gelbard. ci: Entonces Perón no pudo satisfacer su necesidad de separarse de las funciones normales de un presidente, ya que terminó teniendo un contacto directo con los Ministros, por lo menos con algunos, por lo cual su tarea resultaba en la práctica de tiempo completo. vsl: Claro, y la prueba es que trabajaba ocho o diez horas por día, cuando sus médicos le habían dicho que trabajara tres horas. Y allí se formaron dos grupos en el Gobierno. Uno patrocinado por López Rega, subterráneo, reptante, que andaba por debajo, con maniobras, engaños de todo género y que se puso en contra mío. Lo que quería López Rega era que yo no influyera en Perón, porque ahí se sentía débil. El otro grupo era el de Gelbard, el de los negocios, que también estaba en contra mío. Sabía que conmigo no había ninguna posibilidad de arreglo. Y bueno, yo les hice algunas demostraciones de cómo eran mis manejos. Me trajeron un día un formulario por el cual yo solicitaba un auto nuevo. Yo no tenía auto. Entonces dije: ¿Cuánto vale este auto? Me contestaron que era barato. Yo les repliqué “las finanzas del Estado no están para automóviles nuevos. Está la cochera presidencial llena de automóviles, voy a tomar cualquiera de esos autos, usaré el servicio de cualquier chofer y con eso me basta. Algún día volveré a andar a pié”. Entonces rompí el formulario frente al funcionario que me lo había llevado. Tampoco carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

era nuevo el auto que usé cuando fui Vicepresidente. Tenía entonces la intención de hacer una visita nocturna a las cocheras del Senado, porque según mis informes había muchas irregularidades. Los automóviles salían, andaban los empleados. Por eso yo quería hacer una limpieza en las cocheras, pero no hubo oportunidad.

De modo que yo no manejé nunca ni un centavo. Llamé a un hombre muy bueno, que era radical, pero muy capaz y entonces le dí toda mi confianza y me cumplió estrictamente. Cuando dejé la Vicepresidencia me mandó un cheque porque yo había dejado de cobrar no sé que cosa. Entonces le agradecí mucho la gestión, le dije que consideraba que su deber era hacer eso, pero que no lo aceptaba, que lo devolviera y lo reincorporara a la Tesorería. Él estaba a cargo de la contaduría. Y bueno, así se hizo y cada vez que tiene oportunidad me ve. Es una buena persona. Me dijo que era radical de Alende. Había sido toda su vida radical y cuando se dividió la fuerza se fue primero con Frondizi y luego con Alende. ci: Los funcionarios del Senado han sido tradicionalmente muy buenos profesionales, a pesar de las constantes interrupciones de la vida democrática… vsl: Sí, andaban muy bien, en las dos Cámaras. ci: Después te finalizar ese intenso período como Secretario General de la Presidencia, el General Perón lo llamó para ser Asesor Político del Presidente. vsl: Me parece que llegué a actualizar el pasaje para mi viaje a Europa, creo que fue cuando renuncié a la Vicepresidencia y me iba. Creo que entonces pagué setenta mil pesos por la actualización del pasaje a España. Bueno, otra vez fui a despedirme del General Perón, pero él me citó antes de que pudiera hacerlo. Yo le había mandado una nota diciéndole que me alejaba para dejar en libertad de acción al Presidente, que presentaba mi renuncia y él me hizo llamar por la Casa Militar. Casi una orden me dio. El Coronel que era el Jefe de la Casa Militar fue el que me dijo: “Doctor Lima, el Señor Presidente quiere verlo en su despacho a las once de la mañana”. Eran como página 115 | Paz Nacional

las ocho o las nueve. Yo estaba en casa. Entonces me vestí, le encargué a mi hija que sacara las carpetas mías que contenían papeles de la Secretaría. Le dije: “Mirá, sacame todos los papeles que a mí no me interesan para nada, papeles privados, y hacé un paquete para llevarlos”. Cuando llegamos a la Casa Rosada, Perón salió para recibirme y quiso que mi hija, Lida Regina, entrara al despacho presidencial. Yo le dije: “No, si ella va con otra misión”. Entonces entramos al despacho que ocupaba el Presidente Perón y comencé la conversación diciéndole:”Bueno, tengo que volver a despedirme de usted, porque ahora sí que me voy, me voy a Europa por un tiempo, por unos meses”. Y él me contestó: “No, ¡cómo se va a ir! Yo acabo de mandar el borrador de un decreto nombrándolo asesor político mío, y a propósito, lo he mandado llamar para hablar sobre los temas a tratar sobre lo que hay que hacer en el gobierno. En adelante va usted a tener el gobierno político del país, porque yo de política no me ocuparé nunca más. No puedo, por mi salud no puedo ir a reuniones, pronunciar discursos ni tratar a tanta gente. Así que dejo todo eso en manos de usted. Y son tres los temas que quiero tratar con usted, primero, reafirmar las coincidencias nacionales que usted enunció conmigo y que conoce muy bien; segundo, darle un empujón al FREJULI para que tenga mayor gravitación y más autoridad y tercero, para la reorganización del Partido Peronista, que es una necesidad urgente.

Yo no le dije nada del Partido Peronista, puesto que para un conservador, reorganizar el Partido Peronista… tendría que nombrar un peronista, con antecedentes propios. Pero le dije que sí, porque sabía la salud que tenía, lo mal que estaba, le dije a todo que sí. Pero después pensé que la reorganización del Partido Peronista era lo más fácil de todo. Porque yo podía llamar al Consejo Interino y decirle: “El Presidente ha dispuesto que el Partido Peronista sea reorganizado en tres meses, así que ustedes van a tener que ocuparse de eso. Pídanme lo que necesiten, yo voy a mandar una circular a todos los gobernadores para que colaboren y no va a haber ningún problema.

Porque la debilidad política de Perón estaba en que fallaban tres de las cuatro ramas. La única que funcionaba era la Confederación General del Trabajo. Así que yo podía cumplir con lo que me pedía. Él me explicó sus puntos de vista. Como siempre, se fue del tema concarlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

creto, práctico, para ir a las grandes directivas que impartía y después de una reunión que habrá durada aproximadamente una hora le dije: “Bueno, estoy a sus órdenes, me voy a quedar mientras usted sea Presidente. Pero conmigo no tiene ningún compromiso, yo no me voy a ofender por nada, no deseo nada; todo lo que he deseado lo he tenido, tengo su amistad. ¿Qué más quiero? No necesito nada más. Así que piense siempre que estoy con usted, que estoy conforme, que estoy contento, aunque yo no lo vea” Y así fui nombrado Asesor Político del General Perón, cargo en el que lo acompañé hasta su muerte. ¿No ha leído usted el último libro que publicó el periodista Pavón Pereyra, en tres tomos? Son las conversaciones polémicas de Perón, que tiene unas definiciones muy ingeniosas e inteligentes sobre distintas personas que conoció Perón.

Alberto Inbaud: descubrió que había sido un peronista cristiano desde que vino al mundo. Bueno, lo importante es que piense como su papá.

Solano Lima: Me impresionó su respuesta cuando en 1964 le vaticiné que no le entregarían el poder aún cuando lo apoyaran las mayorías nacionales.

Esto es de 1963, se refiere a las elecciones de ese año. “En ese caso, sostendré con las armas la voluntad ciudadana”. Es mi amigo desde que tengo uso de razón. Él se sentía amigo mío.

Levingston: Cuando aprendió, lo echaron, precisamente porque aprendió. ci: Pareciera un elogio. vsl: Sí. Este Mountbaten, que son de origen alemán, es ciertamente un príncipe con suerte. Todo está dicho así. ci: Perón es también uno de los mejores humoristas que tuvo nuestro país. vsl: Helder Cámara: “Busca ser crucificado, lo crucificarán”. José de Castro: “Un pacifista desesperado”. José María Rosa; Me escribió a Caracas aclarándome que había llegado al peronismo al descubrir página 117 | Paz Nacional

que ambos padecíamos los mismos enemigos. Está bien, ¿No? ci: Fantástico. vsl: Jorge Abelardo Ramos: Inteligente, bien intencionado. Todos su libros me parecen libelos. Raúl Matera: Neuroperonista. Es mariscal sin haber hecho el servicio militar. Luce el orgullo de una carrera profesional excepcional y una conducta que sólo puede ser discutida políticamente, porque en todo lo demás parece inteligérrima. ¿No se ha fijado lo parecido a Gardel que es? Su rostro, su peinado, su sonrisa. Pero no es Gardel. ci: Es excelente… vsl: De Gaulle: La altura de Francia. Napoleón Bonaparte: ¿Quién dijo que es el dedo de Dios en las tinieblas? John Kennedy: Andaba tan lejos de Dios que no pudo agarrarle la mano para salvarlo. Diego Portales: Argentina padece el déficit de no haber contado con un Portales en el siglo XIX. Wiston Churchill: Perdió todas sus victorias. Braden: No olvidó el sombrero sino la cabeza. Benito Mussolini: Orador sublime, pero en un pueblo de músicos y artistas, hubiera triunfado igual como violinista. Raúl Scalabrini Ortiz: Ejerce la primera magistratura moral de la República. ci: Eso es de toda justicia. vsl: Osiris Villegas: Vino, vio y no entró. Jesús H. Paz: Lo conocí por equivocación, pero hubiera ocurrido en un error mayor no conociéndolo. José Figuerola: Contábamos con el primer taquígrafo de América y ninguna estadística lo registraba. ci: Se refiere a Figuerola padre. vsl: Al viejo Figuerola. Jorge Daniel Paladino: Se enfermó de importancia. Él pensó que en política se podía aplicar el principio matemático “el orden de los factores no altera el producto” y en vez de ser carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

el delegado de Perón ante Lanusse, pareció el delegado de Lanusse ante Perón. Lo dejé sin sintonía. Ava Gadner: El animal más bello del mundo. Ella vivió en la misma casa que él en Madrid. Puigbó: Yo conozco dos, el malo que es Raúl y el bueno que es Juan. Yo los confundo. ¿Raúl cuál era? ci: Yo también los confundo. vsl: Illia: Se disfraza de viejo, se hace el chancho rengo, pero tiene cinco años menos que yo. Eduardo Paz: Este conservador ha servido al país por encima del destino de su círculo de amistades. Puede alegar la legitimidad de su origen, pues no reconoce otra fuente de la soberanía que el pronunciamiento de las urnas. Manuel Rawson Paz: Lo odian sus íntimos, no le perdonan haberles salvado la vida.

Gardel: Me cuentan que Borges odia su memoria, porque supone que de haber vivido hasta hoy, sería peronista. No es exacto, Gardel era peronista. ci: Con relación al cargo de Secretario General de la Presidencia, sobre el que hablamos anteriormente, creo que corresponde aclarar aún más la naturaleza de la función que le encomendaron. ¿Hubiera sido posible cumplir esa gestión con el carácter de un Primer Ministro, que le adjudicaban los diarios? vsl: Sí. Si se hubiera mantenido el decreto primitivo que yo le leí, lo hubiera hecho a la fuerza, y los ministros que hubieran tenido desacuerdos se hubieran ido. ci: ¿De qué modo se modificaron las atribuciones originarias? vsl: Le sacaron algunos Ministerios. Quedaron Educación, Justicia, Defensa... ci: O sea que se fueron Bienestar Social y Economía, que entonces, como vimos, tenían nombres y apellidos. El General Perón le asignó también otra función vinculada al conflicto de ideas que existía entre la juventud, cuando lo designó Rector Normalizador de la Universidad de Buenos Aires, una vez promulgada la Ley Universitaria. página 119 | Paz Nacional

vsl: El Presidente Perón le pidió al Ministro de Educación una lista de candidatos a Rector y entonces el Ministro Taiana abogó por mi nombramiento. Cuando lo hizo, Perón le dijo: “¡Pero que va a aceptar el doctor Lima! ¿Se va a poner en manos de usted, en estos momentos de tanta dificultad en la Universidad? No es una necesidad para él.” Pero el Ministro de Educación fue a verme para proponerme que aceptara el cargo, porque se dio cuenta de que Perón iba a decir que sí, si yo aceptaba. Entonces yo le dije: “Mire, yo no le deseo, no tengo ningún deseo. Hay que buscar otro candidato, en el país hay mucha gente que puede hacerlo.” ci: Pero el problema político era paralelo al del gobierno de la Universidad. vsl: Si, bueno, pero hay gente que puede hacer las dos cosas. Claro, en el primer nombramiento hubo un error porque designaron a Rodolfo Puigrós, que estaba muy comprometido con la izquierda. Y además tenía una posición, yo no diría nacionalista, pero era completamente antiliberal. Y como tal sacó a todos los profesores liberales y lo hizo con una violencia que fue festejada en las aulas, creando entonces un proceso dramático en la Universidad. Puigrós era amigo mío y yo lo creía capaz, muy inteligente, pero no era un político. Cuando Perón me quizo, finalmente, nombrar Rector, yo le dije:”Mire, General, yo no soy universitario y ni pertenezco al ambiente universitario. Yo saqué mi título de abogado para ganarme la vida y desde entonces no he vuelto más a la Universidad” Y él me contestó: Yo no estoy buscando un doctor para el cargo de Rector de la Universidad, yo estoy buscando un político”. ci: El problema era más político que universitario; si no se arreglaba la cuestión política, no se podía pensar en que la Universidad cumpliera las nuevas funciones que debía asumir. vsl: Claro, era un problema político. ci: Y era uno de los graves que quedaban, porque allí la izquierda más radicalizada, militante de la violencia, mantenía un gran poder entre los estudiantes. carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

vsl: Ahora, Perón le dijo a Taiana que mi nombramiento podía caer bien entre la gente joven y el Ministro insistió, insistió, hasta que resulté Rector, nomás. Eso ocurrió después de una larga tramitación, porque yo me resistí de todas formas, hasta que un día Taiana llevó una lista de candidatos a un acuerdo de Ministros y se los rechazaron a todos. Entonces dijo: “El único hombre que queda para ser designado es el doctor Vicente Solano Lima”. Perón volvió a contestar: “¡Pero qué va a aceptar el doctor Lima!”. Y Taiana insistió en que me nombraran a mí. Claro, se jugó a la influencia de Perón sobre mí, y estuvo acertado. Entonces preguntó Perón al gabinete: “Bueno, aquí el Ministro lo propone al doctor Solano Lima como Rector. ¿Qué dicen ustedes? Y todo el mundo guardó silencio. Y como Perón interpretó ese silencio como asentimiento, le dijo al doctor Taiana: “Bueno, pregúntele al doctor Solano Lima si quiere aceptar”, Y él se fue como un balazo a mi despacho y me ofreció el cargo.

Yo aún dije: “No, yo voy mañana a hablar con Perón, yo no quiero ir a la Universidad”.

Claro, esa noche le previno a Perón que yo iba a decir que no, y Perón ya se la jugó por la decisión del Ministro. Cuando al día siguiente fui a ver al General, éste se encontraba tomando un café con leche y unas galletitas. Me hizo pasar y me preguntó: ” ¿Usted ya desayunó?” No, yo no desayuno, sólo tomo café, le respondí. Entonces me sirvió un café y me dijo:”Yo quiero que se entienda, doctor Lima, que yo no quiero una Universidad peronista, pero tampoco una Universidad antiperonista”. Y yo le contesté:”Lo que usted quiere es una Universidad neutral”. Y sin querer ya entré en el tema, como si ya fuera el candidato.

Entonces le dije toda esa cuestión de que yo no era universitario, que tenía que nombrar a un hombre de la Universidad y fue cuando él me respondió:”Yo no busco un universitario, yo busco un político”. ci: Su función en la Universidad de Buenos Aires, entonces tan convulsionada, era una verdadera prueba de fuego para sus consignas de conciliación nacional, de búsqueda de soluciones políticas para superar los problemas, para dejar atrás la violencia como instrumento de acción política, dentro del marco de transformación propuesto por el General Perón. ¿Llevarla a cabo en pleno conflicto político fue uno de los objetivos mas difíciles de su carrera? página 121 | Paz Nacional

vsl: Claro, fíjese que cuando yo acepté, hubo una manifestación de cuatro o cinco mil estudiantes en la calle en que estaba mi casa, que pidieron ser recibidos. Yo recibí una delegación de seis miembros.

Estuvieron conversando conmigo y fue el primer acto que realicé apenas nombrado. Les dije: “Bueno, yo me voy a hacer cargo por pedido del Presidente y del Ministro, así que conversaré con ustedes, con los profesores, con los funcionarios, con todo el mundo”.

Pero la conversación de esa noche fue cordial y ellos salieron embalados para que siguiera. Porque muchos estudiantes sabían que yo era mayor… no tenían idea de mí ni de mi trayectoria. ci: Claro, eran muy jóvenes. vsl: Muchos venían, además, de las provincias y se preguntaban: Y el doctor Lima, ¿Quién es? ci: Sin embargo, la juventud estaba en ese momento muy motivada por la política y su actuación era ampliamente conocida, por lo menos la cumplida durante la campaña del FREJULI. Además en las provincias se conversa en general más de estos temas que aquí en Buenos Aires. vsl: Es verdad, y se conocen muchos detalles en las provincias que aquí no se comentan. Tienen más tiempo. ci: ¿Pero cómo sortear las dificultades que ofrecía un cuadro con puntos permanentes de crisis: estudiantes radicalizados de muchos bandos, profesores expulsados que pugnaban por recuperar sus cátedras, asociaciones gremiales de los trabajadores de la Universidad anarquizadas, no incorporadas formalmente a la Confederación General del Trabajo, en fin, sectores extrauniversitarios que movían sus influencias? vsl: Bueno, hubo que sortear esas dificultades escuchando, resolviendo sin violencia, sin causar agravios, y se pudo llevar a cabo. Todos los que pidieron audiencias fueron recibidos. Los profesores que había echado el anterior Rector, Puigrós, pudieron hablar conmigo y tuvieron un diálogo.

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ci: Ahora bien, hacer una universidad neutral en materia política, que no fuera peronista, pero tampoco antiperonista, pero que acompañara desde la excelencia de su nivel científico el proceso de transformación pacífica propuesto por Perón, implicaba que la izquierda radicalizada perdiera la preponderancia que le había otorgado Puigrós, dando a miembros de estos grupos la mayoría de los cargos de conducción en toda la Universidad. vsl: Sí, la única salvedad que hizo Perón es que no quería una universidad antiperonista. El problema estaba implicado en todo el proceso de ideas que se daba en la lucha política argentina. ci: De modo que comenzó a trabajar en la Universidad con esas directivas. vsl: ¿Usted sabe una cosa? Yo a Perón jamás le informé de lo que pasaba en la Universidad. Yo no sé por donde se informaría. Tampoco me hizo saber que estaba al tanto de lo que estaba pasando. Lo que él vio es que no había más violencia. Tampoco le conté lo que había hablado con el Jefe de la Policía Federal, el Comisario Villar, y de cómo había convenido con él sacar a la policía de la Universidad. Si no sacaba a la policía yo renunciaba. ci: Es que con la policía adentro de la Universidad, se hacía imposible el cumplimiento de su misión, en los términos en que estaba propuesta. vsl: ¿Qué pacificación iba a hacer con la policía dentro de la Universidad, o aún en la puerta? Pero Villar estuvo muy convencido, muy inteligente y hubiéramos andado muy bien con él si no lo matan. ci: La Ley Universitaria preveía etapas de normalización de la vida académica. En primer lugar, correspondía dictar un Estatuto. vsl: Desde luego, faltaban las instituciones que debía crearlas la misma Universidad. Faltaba el Estatuto que quedó en borradores. ci: Y el reglamento de concursos, esencial como mecanismo de elección de los profesores. página 123 | Paz Nacional

vsl: El reglamento de concursos y el nombramiento de los jurados. A los jurados de los concursos de profesores los iba a designar teniendo en cuenta exclusivamente su capacidad académica, conforme a los términos de la Ley. Iban a ser una garantía porque iban a cumplir su cometido con total libertad. ci: Y, posteriormente, se iban a efectuar las elecciones estudiantiles. vsl: Y la actualización del padrón para que votaran los estudiantes. Faltaba todo. Faltaba toda la implementación de la Ley. Porque todo era nuevo. La totalidad de los profesores estaba en comisión. Es lo que les expliqué a los profesores expulsados por Puigrós: “Ustedes van atener una chance igual que los demás profesores; en igualdad de condiciones ustedes pueden inscribirse en los concursos y rendirlos, ganarlos o perderlos, pero lo mismo van a tener que hacer los profesores que no han quedado cesantes” ci: Además, la Universidad se encontraba sin concursos prácticamente desde la caída del gobierno radical de Arturo Illia, porque el General Onganía tuvo también su “noche de los bastones largos”, cuando echó en masa a cantidad de profesores, sobre todo en psicología y otras carreras. vsl: Allí había dos focos bárbaros de incendio, que eran la Facultad de Filosofía y la de Derecho y había que cuidarlas. Yo uve al final una conferencia muy larga con el doctor Taquín. Él me informó que el procedimiento empleado en Francia para pacificar la Universidad de la Sorbona, que yo ya conocía, iba a ser la división en muchas universidades. Yo acepté estudiar las ideas que me propuso. Le dije: “Lo voy a estudiar cuando me lo permitan los sucesos. Lo voy a estudiar convenientemente”. ci: Sin perjuicio de esos métodos, el resultado de la simple aplicación de la Ley Universitaria hubiera significado una pacificación normal. vsl: Total, yo me tiraba una fija bárbara, porque en las elecciones iban a ganar los grupos pacíficos, los grupos de estudiantes que querían estudiar, recibirse. La izquierda iba a ser derrotada. La infiltración carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

de izquierda, de ideas, ideológica, iba a continuar, pero el gobierno de la Universidad iba a pasar a grupos más responsables. ci: Si, el estudiantado estaba harto de lo que ya Lenin llamaba, para la revolución de octubre, “infantilismo revolucionario”. Con todo, la aprobación de los estatutos podría producir dificultades, porque Ernesto Villanueva, el Secretario General de la Universidad designado por Puigrós, que usted había resuelto mantener en el cargo, había elaborado de motu propio un borrador de proyecto que presumiblemente desvirtuaba la Ley. vsl: Los decanos no me lo propusieron, en las reuniones de decanos nunca me propusieron eso. Lo tendrían guardado, e iba a ser la base de un conflicto con el gobierno. Pero, si usted tenía el padrón y la posibilidad de dar elecciones y ellos eran derrotados. ¿Qué conflicto iba a haber? Las elecciones iban a ser en noviembre y los concursos al terminar el año, o en enero o febrero del año siguiente, 1975. Cuando ellos mostraran su insignificancia numérica, yo iba a avanzar con los concursos. ci: Hubiera sido importantísimo, porque nunca llegó a demostrarse que los grupos de izquierda, que se adjudicaban un poder muy grande en las masas juveniles, un “gran poder de movilización”, como se decía entonces, eran en realidad numéricamente insignificantes. Hubieran sufrido una derrota pacífica, en el campo político y ello hubiera tenido una importancia decisiva para evitar ulteriores acciones meramente represivas, que podrían venir tanto de los grupos antagónicos dentro del propio movimiento peronista o aún eventualmente, de otros sectores. En este sentido, creo que su misión en la Universidad fue la única tentativa razonable para superar el problema de la violencia desde la política, como quería, en bastante soledad, el General Perón, y no desde la acción represiva. vsl: Sí, era volver a la soberanía jurídica del pueblo. Hay una soberanía de la nación, una soberanía popular y una soberanía política: que la ley es todo. Se expresa en esta frase: “Dentro de la Ley todo, fuera de la Ley, nada” Y la plena vigencia de la soberanía jurídica es la única manera que un pueblo civilizado tiene para manejarse. página 125 | Paz Nacional

Una auténtica política de conciliación nacional conduce a un país alegre, confiado, sincero, puro. La juventud tiene que tomar su nivel.

Hay varios niveles para la juventud, según las edades, según la evolución. Y también existe una misión que nunca se cumplió, que es conectar a la juventud universitaria con las otras juventudes que hay en el país, la juventud del campo, la juventud laboral, la religiosa.

Todas las juventudes deben estar conectadas. ¿Por qué va a haber desconexión y un campo aparte para la juventud estudiantil? ci: En este sentido, durante su rectorado normalizador hubo una iniciativa de enorme interés, como fue la creación de la consultora universitaria, que con los recursos científicos y técnicos de excelencia de los que dispones la Universidad de Buenos Aires, pasaba a ser la consultora natural del Estado, para después volcar sus conocimientos a la actividad productiva privada. La idea la aportó Helvio Botana y con la consultora se podría conectar a los universitarios, profesores y alumnos, con la realidad. La Universidad iba a pasar a cumplir otro de sus roles esenciales, aparte de la enseñanza, actividad a la cual habían limitado su campo de acción. Comenzó a tomar vida a través de convenios formalmente celebrados con el Consejo Federal de Inversiones y con el Ministerio de Economía. vsl: Además se iba a hacer el inventario de los bienes de la Universidad, del cual nada se sabía; lo iban a hacer gratuitamente, como tarea de trabajos prácticos, unos mil quinientos estudiantes de la cátedra de Auditoria de la Facultad de Ciencias Económicas, bajo la dirección del titular de esa cátedra, doctor Latendorf. Se iban a hacer toda clase de pruebas. Un proyecto muy importante era el de la fábrica de medicamentos. ci: A cargo de la Facultad de Farmacia. vsl: Para lo cual contaba con un precioso local, que estaba en un Hospital, creo que en el Clínicas. Había allí un lugar formidable. Era una tentativa de darle, de demostrarle al gobierno, con toda la documentación necesaria, el verdadero valor de los medicamentos, basado en el cálculo de su costo real, para probar que las empresas robaban y poder bajar los precios. carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

ci: Todas esas iniciativas daban a los jóvenes una participación real y adecuada al proceso de transformación que encaraba el país bajo la presidencia del General Perón. vsl: En el proyecto de los medicamentos iba a intervenir la Facultad de Farmacia. El decano era Laguzzi. ci: Sí, Laguzzi, que lo suplantó como Rector Normalizador y que sufrió un terrible atentado en su casa, en el cual perdió su vida un hijo de muy corta edad… vsl: Sí, Laguzzi era un buen tipo. Yo tenía algunos decanos muy buenos.

Saieg, que estaba en Medicina, era un gran médico. También estaba el de Arquitectura, que era un hombre muy curioso, porque estaba muy bien vinculado socialmente y también estaba conectado con el peronismo. No sé que fue de él. Los decanos se portaron bien. Estuvo muy bien el de Derecho, que era al que más desconfianza le tenía. ci: ¿Mario Késtelboin? Era quizás, a mi criterio, el más inteligente de todos. Además nunca estuvo sometido a la disciplina de la subversión. Él tenía un grupo aparte. vsl: Él hizo la reforma del plan de estudios de Derecho y una comisión que se nombró para analizarlo se lo aprobó. Y eran autoridades las que intervinieron. ci: Estaba Spota. vsl: Spota el viejo. Había dos camaristas también. ci: Otro aspecto importante de su gestión al frente de la Universidad de Buenos Aires estuvo dado por el intento de formar un Consejo Asesor, integrado por personas de reconocido nivel académico. Pero que al final sólo aceptó integrarlo el doctor Ricardo Guardo. vsl: Eso lo hizo fallar ese muchacho de La Plata… ci: Bueno, los radicales, en realidad. Fue Carlos Alconada Aramburú el página 127 | Paz Nacional

que no quiso aceptar, porque el partido no lo nombraba. A título personal, a su cuenta y riesgo, lo autorizaba, pero no en nombre del partido, no como radical. vsl: Yo creía que era un a debilidad de él, pero su personalidad se iba a afirmar; yo lo nombraba para estar de acuerdo con él, no para pelear ni para que me peleara. ci: Hubiera sido un apoyo interesante. vsl: Sí, muy importante. Además, iban a responsabilizarse junto conmigo del manejo de la Universidad, hasta llegar a organizar las autoridades definitivas ci: Pero los radicales no querían saber nada de eso. vsl: Claro, pero yo quería la garantía de todos los partidos, integrándolos en el Consejo Asesor, que podía participar en todo. Los radicales tenían también un candidato a Decano en Ingeniería, un gran candidato. Me mandó una carta muy linda renunciando a su candidatura, que quedó en la Universidad. En ella me decía que el candidato que sostenía la Juventud Universitaria Peronista JUP era un hombre lleno de perspectivas, joven, que había estudiado en Alemania, hizo un gran elogio del candidato que al final nombré yo. ci: De todas maneras, terminado el proceso de aplicación de la Ley Universitaria, hubieran quedado muy pocos de esos decanos. Quizás ninguno. Eran funcionarios de transición. vsl: Bueno, no iban a tener quien los apoyara, si no tenían apoyo ellos.

La Universidad, sus autoridades, no iban a apoyar a nadie. ci: Ahora, para la aprobación y sanción del Estatuto de la Universidad, aparte de la aceptación por los especialistas de los partidos políticos y aún de las sesenta y dos organizaciones gremiales peronistas, se hubiera contado incluso con la opinión del propio Presidente Perón, para hacerlo en un todo de acuerdo con la Ley.

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vsl: Claro. ci: Usted continuó ejerciendo las funciones que le habían sido encomendadas hasta el primero de julio de 1974, fecha en que se produjo la muerte del General Perón. Entonces renunció a los dos cargos, el de Asesor del Presidente y el de Rector Normalizador de la Universidad de Buenos Aires. vsl: Claro, como el General Perón me había nombrado Asesor Personal del Presidente, yo no necesité renunciar a ese cargo, simplemente comuniqué que el Presidente había fallecido y era a quien yo debía asesorar. Por lo tanto, mi cargo estaba a disposición del gobierno, nuevamente. Ahora, en el caso del Rectorado, renuncié. Eso dio lugar a un juego de influencias, porque el Ministro de Educación se obstinaba en que yo continuara y me pidió que no diera por concluido el mandato y que aceptara una licencia, que me parece que fue por ocho o diez días. Esa licencia la aproveché para irme a Mendoza. Me fui, pero dejándoles siempre la idea que mi pensamiento era no continuar en el cargo, por lo que debían buscarme un reemplazante, porque yo había consignado mis servicios a la personalidad del Presidente de la Nación y, fallecido éste, yo estaba liberado.

Cuando retorné de mi viaje a Mendoza, el Ministro Taiana me pidió que solicitara una nueva licencia por nueve días, pero yo insistí en que diera por concluida mi gestión en la Universidad, hasta que finalmente se aceptó mi renuncia. ci: Fue al cumplirse el plazo de 30 días desde la presentación de las renuncias, prescripto por la Ley, obligando a permanecer en el cargo ese tiempo, si la renuncia no es aceptada. vsl: El gobierno dictó un decreto aceptando la renuncia, dándome las gracias por los servicios prestados. Se cumplieron todos los rituales de una despedida. Y entonces, pasado un poco de tiempo, yo me fui a Europa por seis meses, así que allá únicamente cuando recibía alguna pequeña información en España, yo me informaba sobre lo que estaba pasando en Argentina.

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“Era el año 1974. El acto es de importancia –para mí– extraordinaria. El Consejo Federal de Inversiones contrató a la Universidad de Buenos Aires como consultora natural de las necesidades científicas de las provincias. Fue una iniciativa de Helvio Botana, en línea con mi intención de vincular la “isla universitaria” a las reales necesidades del pueblo argentino, a través de la experiencia en prácticas de excelencia.” Carlos Ibáñez

Sentados: Dr. Alberto González Arzac (Secretario Ejecutivo del Consejo Federal de Inversiones) y el Dr. Vicente Solano Lima (Rector Normalizador de la Universidad Nacional de Buenos Aires). De pié, a la derecha, Dr. Carlos A. Ibáñez (Asesor del Rector) y el Lic. Ernesto Villanueva (Secretario General de la Universidad de Buenos Aires) junto a personal de la Universidad.

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capítulo vi Los jóvenes argentinos de hoy (1975)

R Carlos Ibáñez: Creo que un poco por la propaganda y otro poco por el paso de tiempo, se ha desdibujado el juicio que la gente en general tiene sobre la juventud peronista, sobre aquellas multitudes llenas de entusiasmo que traían la promesa de poner a la Argentina en movimiento hacia un mundo mejor. No se ha formulado un juicio claro acerca de lo que pensaba la juventud, sobre cuáles eran sus ideas. Se los ha juzgado a veces de trotzkistas, otras de fascistas de izquierda y de derecha, se ha desdibujado su imagen.

Vicente Solano Lima: Porque había de todo en el mundo peronista, era muy vasto y complejo. ci: ¿Pero qué pensaban los jóvenes de todas las tendencias que durante ese período hablaban con usted? vsl: Hubo algunas líneas tendidas que eran de un corte nacionalista puro, como la misma Guardia de Hierro; aquel movimiento que se llamaba Encuadramiento, Trasvasamiento Generacional; todas eran líneas nacionales, auténticamente peronistas. Hubo más bien un deterioro, o habría que calificarlo como una confusión de ideas en la J.P. organizada, de la cual el ochenta por ciento era peronista puro, de línea nacional y un veinte por ciento era un desvío hacia la izquierda, que fue lo que pasó con ese segmento, de convicciones nacionales poco firmes que se desviaron hacia la izquierda y entraron en la violencia. Hoy muchos están arrepentidos. ci: Pero por sobre las agrupaciones, encuadramientos o sectas, me refiero a la gran masa de juventud peronista, compuesta de hombres y mujeres corrientes, que se manifestaba en las calles y que de alguna manera representaba a toda la juventud argentina de ese momento.

Ellos sí eran peronistas.

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vsl: Eran peronistas. El peronismo aprendió de Perón la denuncia del establishment, de la explotación de los obreros, de la explotación de la pobreza de la gente, el descuido en que se tenía la salud de la población en general, la falta de escolarización, de medios. Había entonces una tendencia determinada a caracterizar el establishment, como dicen los norteamericanos, o sea, el capitalismo organizado, como un lugar de privilegio que ellos tenían que combatir, pero eso no es izquierda, eso es cristianismo puro. ci: Un deseo de transformación social. vsl: Claro, la transformación daría lugar a que desapareciera eso. Perón lo preconizaba. Lo quería la juventud era denunciar las estructuras capitalistas de la sociedad en perjuicio de las grandes masas del pueblo. Es cuando la política deja de ser individualista y se masifica. Es la masificación o socialización de la política, como queramos llamarle.

Eso llevó a algunos extremos, lo contrario de cuanto buscaban y no interpretaron su sentido; esos jóvenes no le dieron la forma debida. ci: Esa generación de jóvenes se expresó en forma masiva y quizás por ello su formulación haya sido un poco caótica, pero estaba claro que querían pasar de un mundo competitivo del capitalismo a un mundo más solidario y más libre y al mismo tiempo compartían plenamente el postulado de Perón de independencia nacional. vsl: Bueno, pero la gente abrió los ojos a raíz de que Perón denunció la situación caótica de la sociedad contemporánea, por la injusticia social. Según algunos, el que aquí hablaba de justicia social era un izquierdista, pero en realidad no se trataba de un izquierdista, era un hombre que procuraba una sociedad más justa, mejor organizada, con mejores leyes, con protección para los que la necesitaran, que evitara los abusos del capitalismo.

Ahora, los jóvenes no podían expresar eso. Yo me acuerdo muy bien lo que le pasó a Marcusse en Europa. La Juventud es una edad ya racional; la juventud ya sabe para qué lucha, porque piensa determinadas cosas y qué es lo que tiene que hacer. No pasa eso con los adolescentes, que a veces han sido confundidos con la juventud. Los adolescentes, por ejemplo, carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

hicieron de la política, destrucción, un tema de destruir por destruir, era simplemente el ideal de la destrucción, porque ellos estaban hechos para romper la compaginación del mundo actual para luego construir otra, que ellos no sabían cuál era. Cuando se les tocaba el tema, no sabían concretar. En cambio, cuando pasada la adolescencia viene una edad de mayor vigor intelectual, de mayor cultura e inteligencia se empiezan a tener algunas ideas constructivas. Eso es lo que quiso poner de manifiesto Marcusse, pero los adolescentes no lo entendieron. ci: Ellos introdujeron simplemente el caos en París, en 1968. Muchas de sus consignas eran interesantes y fueron recogidas aquí, como “la imaginación al poder” y tantas otras. vsl: Lo que hizo aquel alemán, Daniel Cohn Bendit, “el rojo”, que interrumpió a Marcusse cuando éste le dijo: “Bueno, ahora que hemos hablado de la sociedad que tenemos que destruir, de las estructuras que hay que cambiar, ahora vamos a fijar las líneas de la nueva construcción social”. Y Daniel “el rojo” le dijo: “No, porque la misión de la juventud es destruir, la construcción vendrá después”. Y con esto se terminó la conferencia. Eso fue en Paris. ci: Y de inmediato fracasaron políticamente. vsl: Fracasaron cuando los obreros le retiraron su apoyo. Los obreros organizados apoyaron al principio un movimiento de reforma social, de reforma universitaria que hiciera accesible la universidad al pueblo, pero cuando se dieron cuenta de que los jóvenes habían emprendido la marcha al poder, abandonaron el movimiento juvenil y éste decayó inmediatamente. El General De Gaulle retornó a París, tomó el control de la situación y se dio cuenta de que él había terminado su misión. Hizo un plebiscito que lo perdió. ci: El mes de mayo abatió a De Gaulle. Aunque él tenía posibilidades políticas de continuar, quería el apoyo total de Francia. vsl: Él comprendió que era un hombre anciano y que sus días eran pocos, por lo que había que dar una nueva estructura, que era de él mismo, pero lo hizo Pompidou. Pompidou suavizó el sistema, lo página 135 | Paz Nacional

hizo viable y lo convirtió en un problema de las clases adultas de la sociedad francesa. Sacó el problema de la gente joven y lo llevó a la gente adulta. ci: ¿Cual es el mensaje que puede transmitir a la juventud de mi generación, que en su mayoría integró ese movimiento de extraordinaria potencia que fue la juventud peronista? vsl: En primer lugar, que no han fracasado. Los factores del fracaso no son personales; si la sociedad no está en condiciones para la transformación, la transformación no se opera, pero quienes la propiciaron no ha fracasado. Sus ideas con el tiempo volverán. Lo que le falta a la generación intermedia es una iluminación interior que les diga que hay que seguir luchando y el día en que haya un movimiento joven se van a plegar todos. La generación intermedia se va a sentir joven.

Se está en la generación intermedia cuando uno está en la mitad de la vida y dice:“lo que hice y lo que me falta por hacer”. Si no hizo lo que era indispensable para formar la base, puede pensar que el cuadro de la vida no es apetecible para él. Pero siempre hay tiempo para luchar.

Además, la vida se ha prolongado extraordinariamente. Ahora son jóvenes los de sesenta o setenta años. El marco de la actividad se ha ampliado completamente. Y a medida que avanza la medicina de la tercera edad, habrá mayor cantidad de personas mayores interviniendo en política, en el ámbito intelectual, en todas la actividades humanas.

Los jóvenes no han caído en desánimo, les falta trance para ponerse en lucha de nuevo. Claro, tienen un período en el cual hacen un balance, en que descansan, dudan, piensan que las ideas que preconizaban se han agotado, que han sido reemplazadas por otras mejores. Es una edad de balance, que dura cinco, diez años, pero el hombre después se repone. Piensa en lo que ha estado acertado y corrige sus errores.

Llegará el momento del retorno a la actividad política, que vendrá como una necesidad social. Usted sabe que la política es un mundo de necesidades. Lo que no necesita hacerse, en política no corre. Lo que es necesario se hace, o se lucha para hacerlo. Es una cuestión de evocarlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

lución. Las cosas están evolucionando con una gran rapidez, como evolucionan la ciencia, la técnica, el arte, como evoluciona todo. El hombre está madurando espiritualmente, de modo que ésta es la gran oportunidad. La Iglesia Católica ha acertado en todos los niveles, en todas las escalas al querer comprender al hombre moderno, que no es el mismo hombre de hace cincuenta años, es muy distinto.

El hombre tiene delante de sí un gran panorama, un gran campo que está vacío, y él tiene que sembrar ese campo y solamente Dios le va a decir cuál es la semilla que sembrará. Entonces va a ocurrir la ascensión espiritual que la Iglesia propugna.

A los actuales desajustes económicos, cuando venga el hombre nuevo, va a corregir eso sin mirarlo, con gran desprecio. Esa es la parte del materialismo que la sociedad liberal inventó, junto con el marxismo, para anegar la conciencia humana con errores, para que el hombre no pudiera manejarse libremente. Es uno de los instrumentos opresivos del stablishment; la industria, la técnica, la ciencia, van a ser utilizados al servicio del hombre conforme lo ve la religión, o sea del hombre libre. Y entonces vendrán los factores de la liberación humana. El hombre está preocupado por la libertad, y ¿dónde va a hallar su libertad? Ha descubierto una vez más, en el transcurso de la historia, de los siglos, que la libertad está en Dios.

Por eso vuelve a la religión.

Fíjese que el mundo había creado falsos dioses. Por ejemplo, creó la economía como una divinidad. Todo eso es una elucubración hecha fríamente para destruir la vida humana, toda la belleza que la vida humana encierra. Se vive para el culto del bien, de la belleza, del altruismo, para enaltecer el espíritu, para acercarse a Dios. Volvemos al tema de siempre: primero, el hombre, el hombre en Dios, y el hombre necesita la libertad y la libertad es Dios.

Volviendo al tema que me propone, yo creo que la juventud peronista, el peronismo, tiene un gran porvenir. La nueva juventud, que ni siquiera ha conocido a Perón, va a seguir la línea del peronismo, va a recoger sus ideas, y va a tener un profundo sentido y un gran fervor, fervor místico y fervor físico. página 137 | Paz Nacional

carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

apéndice 1 Discurso de asunción del Rectorado de la Universidad de Buenos Aires Vicente Solano Lima

R Compañeros: El señor presidente de la República me ha confiado la misión de organizar la Universidad de Buenos Aires después de su prolongada crisis interna. He aceptado ese mandato, que implica el cumplimiento de la ley que acaba de sancionar el Parlamento y promulgar el Poder Ejecutivo, con la cual se dan las bases de la nueva Universidad argentina.

Este era un deseo que estaba implícito en el entusiasmo juvenil de todas las épocas. El deseo de romper los viejos esquemas perimidos del pasado, de aquella universidad que se había perdido en los intereses espurios del imperialismo, y que en el orden interno había marcado la era de los privilegios de familia y personales. (∫) Ha causado largas vicisitudes obtener este cambio que debemos aprovechar, no solamente en beneficio del estudiantado argentino, sino en beneficio del país, de su cultura, de su porvenir y de su esperanza. (∫) Todas las universidades del mundo se hallan en crisis. Corresponde esa situación a la hora de cambio que se vive en el mundo entero y que abarca a todos los países, aún los que creían tener las legislaciones más avanzadas y el haber logrado adelantarse en la distribución de los bienes para obtener la justicia social.

Nosotros pensamos que la Universidad de Buenos Aires debe dar el ejemplo de su capacidad creadora de la iluminación de su inteligencia proverbial, y trazar un derrotero por el cual deberán continuar quienes quieran realizar la obra de la redención nacional.

He acompañado al general Perón en esta campaña, en esta larga cruzada sobre el suelo argentino, para lograr la transformación deseada, para que una nueva sociedad, una nueva Argentina y una nueva Unipágina 139 | Paz Nacional

versidad, marquen los hitos del camino del porvenir.

Es verdad que las universidades servían los intereses del pasado. Estaban como elementos instrumentales del sistema, para perpetuar los medios de producción y de de distribución que eran inicuos, porque dejaban a las masas desamparadas y recogían el fruto solamente para sectores determinados de la población. De esta manera, aquella Universidad tenía que ceder a las instancias de un cambio fundamental como el que se está produciendo en la sociedad humana. Las Universidades no servirán más al pasado, ni a los privilegios, ni a los intereses de las oligarquías nativas o extranjeras. (∫) La Universidad, además, será el ámbito fecundo donde se habrá de vivificar el ideal revolucionario de la juventud. No la revolución chorreando sangre, sino la revolución de las ideas. (∫) La revolución en la inteligencia. No hay revolución social que conmueva los cimientos de una sociedad envejecida, si no ocurre una siembra previa de las ideas. Y en este sentido le incumbe ahora a la Universidad esa siembra, para preparar la conclusión de los ciclos revolucionarios del peronismo.

Nos encontramos que han militado pocos sembradores de ideas en el país, excepto el propio jefe del Movimiento Popular. (∫) Salvo las enseñanzas que nos ha dejado en su larga labor docente, en su pedagogía de la revolución, no hemos tenido dentro del propio Movimiento –sino por excepción– verdaderos representantes de las nuevas ideas.

No hay revolución en el mundo que no haya sido precedida por un ciclo de esa siembra de ideas. La Revolución Francesa necesitó las luces de la enciclopedia y las voces de los grandes escritores de la época, para preparar a los pueblos en el camino de su dominación. La Revolución Rusa empieza con el documento de 1850, el Manifiesto Comunista, sigue a través de la prédica de Marx y continúa Lenin y los otros adalides ideológicos del comunismo. La revolución de Mayo tuvo en las invasiones inglesas, en los abogados que estudiaron en las viejas universidades, en la voz de Belgrano y de Moreno, los enunciadores del gran cambio que se operaría en estas latitudes del continente americano. carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

Todas las revoluciones, pues, necesitan las ideas. Porque si no las revoluciones pasan sobre la piel de la historia y no dejan marcados los hitos del nuevo camino a recorrer. Por eso nosotros necesitamos que la revolución vaya a las profundidades de las masas argentinas.

Que cambie sus costumbres. Que cambie los modos de trabajo y producción. Que cambie la forma de la distribución de los bienes.

Que cambie sus costumbres, su estilo de vida, su modo de ser, para que el fruto de una nueva energía fluya en la sociedad argentina y ella se precipite en la conquista del provenir. (∫) Jóvenes estudiantes. Mi misión es simplemente la de un peregrino cordial que llega hasta vosotros. No soy hombre de la Universidad ni me quedaré en ella. Vengo a cumplir el mandato del Gobierno Nacional y a aplicar la nueva ley para establecer junto con ustedes, con el cuerpo decente, con todos los que quieran contribuir a esta obra, las bases de la nueva Universidad, para que queden fijadas como columnas de granito y no pueda la arremetida de los tiempos ni de los hombres, destruir el condicionamiento de justicia que la nueva Universidad implicará. (∫) No estoy embanderado con grupos, ni con sectores, ni fracciones, ni con ideologías. (∫) Participo de una corriente de ideas que se acerca a las garantías y a la sabiduría del Movimiento Popular que encabeza el General Perón. (∫) Sus únicas instrucciones han sido la de producir, bajo los techos de la Universidad, la política que él ha consumado en el orden de la Nación. (∫) Unir a la familia argentina, desgarrada por tantas vicisitudes; producir la coincidencia de los grandes partidos nacionales. Reconocer que la verdad a veces está dividida en partes, aunque algunos tengan la mayor de las porciones, y oír a todos los que tengan una verdad que proclamar o un error que confesar, para de esta manera producir en este ciclo vigoroso de la democracia popular y masiva, la idea de un nuevo orden que debe ser justo; y una nueva justicia, una nueva justicia que debe ser social, fundados en los principios eternos del Evangelio, interpretados según la época histórica en que vivimos. (∫) Pido a los estudiantes que ahorren la sangre de los argentinos. Yo recuerdo que cuando el General San Martín bloqueaba con sus tropas página 141 | Paz Nacional

la fortaleza de El Callao, sus críticos dijeron que la situación estaba madura para un asalto de las tropas y la toma de ese bastión del régimen colonial de América. Él hubiera tenido que lanzar sus mejores tropas a las murallas. Pero prefirió rendir por hambre la fortaleza y salvó la vida de sus soldados. Ese principio de la economía de la sangre, practicado por el propio General Perón en los días de 1955, es el que enaltece a este Movimiento. Le da paz interna, serenidad para desafiar los peligros y un dominio total de la situación para distribuir los ideales de justicia sin agravio de la vida humana. (∫) No derramemos más sangre. Porque la sangre es el oro rojo de la argentinidad.

Guardemos gran respeto por la vida humana, consideración por el adversario.

Apliquemos las dotes de la inteligencia y de la razón, para redimir a los equivocados y a los extraviados; y tengamos en el fondo de nuestra alma, la palabra “perdón” y la palabra “piedad” para aplicarla al destino de los seres humanos. De esa manera conseguiremos lo que necesitamos: la PAZ NACIONAL, la vinculación de todos los que sienten y piensan de una manera igual; el respeto por el adversario y el prestigio de la República ante el mundo, por ser una ciudadela de la cultura y de la civilización y un ejemplo a repetirse en los pueblos latinoamericanos. (∫) No olvidéis que lo que haga la Universidad de Buenos Aires repercute en todos los pueblos de habla española. No olvidéis que vuestro movimiento es examinado desde todas las esferas, como nosotros estamos examinando a los movimientos de todas las Universidades del mundo. De esa manera, encontraremos los denominadores comunes de nuestra acción.

Volvamos a repetir que en los días venideros debemos aplicarnos al trabajo. El Rector que viene a normalizar la situación de la Universidad de Buenos Aires –es decir– aplicar la nueva Ley, tendrá las puertas abiertas para todas las corrientes. Escuchará todas las sugestiones y reconocerá la razón, aunque el titular sea el más humilde de los carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

estudiantes. De esa manera pensamos que podemos llegar a un final feliz, que podemos ofrendar al gobierno de la Reconstrucción y Liberación Nacional una Universidad también reconstruida y liberada, al servicio del alma del país. De esa manera lograremos sellar los labios de nuestros adversarios y enemigos y proclamar a la faz de la tierra que en la República, los días de paz y de serenidad, están entrelazados con los días de la curiosidad científica, de la investigación, del progreso de la técnica y de las artes. Es decir, en el vivir diario progresamos y fomentamos el desarrollo de nuestras posibilidades sociales y al mismo tiempo, en nuestro corazón, creamos la perfección ideal en virtud de la cual el hombre domina la naturaleza. (∫)

(∫: aplausos)

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carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

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Carlos Ibáñez con Juan Carlos Puig, Ministro de Relaciones Exteriores del Presidente Cámpora.

Seminario sobre política exterior. en el Círculo del Plata, días antes del 11 de marzo de 1973.

carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

apéndice 2 Consideraciones Finales del Autor ¿Qué hemos hecho con tan gran legado?

R Estas conversaciones narran hechos históricos, aportando tal vez nuevas miradas para momentos realmente cruciales de nuestro acontecer político, que hagan más rico el análisis que en el futuro pueda realizarse. Relatan una charla entre dos amigos, separados por la edad y la experiencia, pero unidos no solo por una pasión de servicio a la patria sino también por el dolor de no haber podido evitar las dramáticas situaciones que sobrevendrían luego que ésta tuvo lugar, a pesar de los esfuerzos que la conversación describe. Dan cuenta de la apertura mental de un verdadero conservador, que exigía la libertad de opinión y aún el desparpajo de su joven interlocutor.

Hoy han pasado los años y he alcanzado casi la edad que Solano Lima tenía cuando, frente a un arcaico grabador, dejamos plasmadas estas ideas y sucesos. Mi hijo Ignacio y mi sobrino Felipe Ibáñez Frocham, el editor y diseñador de este libro, me han conminado a aprovechar tan gran experiencia para analizar el momento en el cual les ha tocado vivir. Rompiendo el imperativo krausiano que veda cualquier tipo de autoreferencia, creo que debo ceder a esas propuestas: la distancia entre la grandeza del legado y la pobreza de nuestra realidad política me obligan a intentar hacer algún aporte para reencontrarnos con nuestras tan excelentes raíces. Desde ya que estas líneas significan una opinión estrictamente personal y en ninguna medida pretenden arrogarse representaciones ilustres del pasado. Es más, invito a quienes así piensen a ahorrarse la lectura de estas consideraciones finales. Es también cierto que el doctor Lima me convocó a ayudarlo en su gestión en la Universidad de Buenos Aires y después aceptó tener estas conversaciones precisamente porque yo no era uno de sus seguidores y podía mirar con libertad, desde mi peronismo heredero del 4 de junio, los distintos temas que se analizan. Él mismo había pasado de proponer el respeto a la voluntad popular a través del levantamiento de la proscripción del página 147 | Paz Nacional

peronismo, que proclamaba en 1956, a la participación directa en el proyecto que encabezaba el General Perón, sin mengua alguna de su lealtad a sus propios orígenes ni traición a sus viejas convicciones.

Perón y Lima se encontraron porque fundaban toda su acción desde la realidad sobre la cual debían actuar y no estaban sujetos a los simplistas esquemas rígidos de las ideologías, que intentan imponerse sobre ella. Por supuesto que el realismo exige un enorme esfuerzo intelectual para tomar decisiones acertadas ante una situación de cambios vertiginosos. Reclama sabiduría para interpretarla debidamente y eso requiere talento natural y una rigurosa preparación profesional. Y hoy, indispensablemente, la formación de equipos capacitados y confiables.

La realidad que miraban se integra no solamente de la situación internacional, de los poderes mundiales, del desarrollo científico y tecnológico, de las reales posibilidades militares de defensa ante un conflicto que pudiera sobrevenir; necesariamente se sumerge en la historia de los pueblos, indaga sobre sus aspiraciones profundas y está atento a la evolución que, desde esas sólidas bases, va planteando la opinión de los distintos sectores que lo componen. Requiere esfuerzo. Y talento. Incluso poesía.

A los ideólogos les basta decir, por ejemplo, que solamente restaurando las instituciones de la república democrática todo lo demás vendrá por añadidura. No caben dudas de que nuestra misma civilización se basa en la vigencia de esas instituciones, de nuestro sistema “representativo, republicano y federal” consagrado en la Constitución.

Pero su sola vigencia no garantiza acierto en el diagnóstico. O que, dejando libres a las fuerzas del mercado vendrá la prosperidad, que privatizando las empresas pésimamente gestionadas por el Estado encontraremos riqueza y futuro, cuando encargamos el control público de esa gestión a quienes antes habían fracasado como administradores, por ceder ante el clientelismo o las presiones sobre las tarifas. En este tema también no puede desconocerse la validez de las leyes de la economía, pero nada puede reemplazar a la acción del Estado, protagonizada por funcionarios idóneos, honestos y capaces de resistir las presiones de las urgencias políticas menores. carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

Vicente Solano Lima integraba él mismo esa realidad histórica. Había nacido en el seno de una familia de vieja raigambre política y no tenía que averiguar en libros temas que componían su propia e íntima vivencia. Su conservadurismo humanitario, como lo había planteado a su manera Disraeli en Inglaterra, se entroncaba en el alsinismo, en el popular autonomismo, que no constituía otra cosa que la manifestación política de los antiguos federales rosistas en tiempos adversos, conviviendo con los viejos adversarios que retornaban de su exilio. El debate queda en el ámbito de la historia. Los vencedores de Caseros también eran federales y venían con ellos los antiguos unitarios. Viejos ideales se desdibujaban en la conciliación que imponía el avance de la historia.

Cuando Lima nació todavía estaba muy viva la memoria de Tejedor y sus luchas. En esos momentos, los que integraban el pensamiento conservador se organizaron políticamente en partidos políticos de distinta denominación y convivieron con sectores de ideas más cercanas al liberalismo económico. Sería inocente omitir considerar que esa próspera Argentina gobernada por los conservadores era en realidad un fenómeno de la expansión capitalista británica, cuya influencia se ejercía en el ámbito local por estudios jurídicos, hoy llamados lobbys, así como clubes y logias dirigidas desde Londres.

Idéntico fenómeno se produce en el movimiento fundado por Alem, aquel niño que vio como las fuerzas de Urquiza ahorcaban a su padre junto al jefe de la mazorca rosista. También los radicales convivieron con sectores “del régimen”, “radicales galerita” y ninguno de ellos planteo un cambio en el fenómeno de dependencia económica y cultural, con clara explotación de la masa de asalariados que la servían. Solo el grupo de oficiales del ejército que integraba Perón en el GOU enfrentó esa situación y ello explica porqué vastos sectores del conservadurismo y del radicalismo se sumaron al esfuerzo político originario en la conformación del justicialismo.

El vínculo con el Imperio Británico venía impuesto por la realidad. No solo se encontraba en la vanguardia de la ciencia y de la técnica y disponía de un claro predominio militar. Su liderazgo mundial era incuestionable y la realidad indicaba la conveniencia de una adecuada asociación con el imperio, para beneficio mutuo. El problepágina 149 | Paz Nacional

ma es que ese equilibrio jamás se encontró, lo cual generó las condiciones sobre las cuales tuvo origen la revolución peronista. No se trata de una mera disquisición histórica. El actual vínculo con China tiene ventajas incuestionables y presenta similitudes con el que establecimos con Gran Bretaña. Lograr la equidad en la relación de modo que alcancemos un real equilibrio en las prestaciones recíprocas es el imperativo de esta época. No se trata solo de una cuestión de economía e intereses, es el honor nacional el que está en juego. Vulnerarlo siempre tiene consecuencias insospechadas.

El general Perón tenía una sólida formación filosófica, en tiempos en que se le daba a ésta una mayor importancia que ahora. Conocía y coincidía con el realismo sostenido por Ernesto Palacio en su Teoría del Estado, y más especialmente con Arturo Sampay en su Introducción a la teoría del Estado, a tal extremo que le encargó la redacción del núcleo de la Constitución de 1949. Tras su retorno en 1973, empleando su talento militar para sintetizar ideas en lemas dejó aquel “la única verdad es la realidad”, que corrobora aquellos principios filosóficos y los aplica a las circunstancias de la nueva y conflictiva época. La fidelidad a la línea de su pensamiento original es invariable, desde su origen en el GOU hasta sus últimos mensajes.

Los esquemas ideológicos, simples y emocionales, han venido entre nosotros fracasando cuando se enfrentaron a una realidad que no fue fácil. El realismo nos permite, en cambio, ir avanzando hacia la consecución de nuestros objetivos en un mundo cambiante y complejo. Es por eso que tanto para Perón como para Lima la expresión actual de “gobernabilidad” constituiría un despropósito.

Por supuesto que cuando se cometen errores en el diagnóstico de la situación todo gobierno se torna imposible, aún en las mejores circunstancias de los respectivos mercados mundiales. Y también es cierto que se pueden cometer errores en ese diagnóstico, como lo reconoció el propio Perón cuando promovió una industrialización indiferenciada porque consideraba inminente el estallido de la tercera guerra mundial. Y ahora la cuestión es infinitamente más compleja que en la década del 40.

Los últimos mensajes de Perón, expresados en su “Proyecto Nacional”, carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

aunque se anticiparon a sus tiempos, tienen ya cuarenta años de antigüedad. Anunció la actual globalización, a la que denominó Universalismo, señaló la necesidad de avanzar en alianzas continentales sobre base geográfica, se adelantó a pronosticar la creciente demanda de alimentos en el mercado mundial, diciendo: “Somos los ricos del futuro” El verdadero legado, a mi modo de ver, queda encerrado en el consejo según el cual, en el proceso de universalismo que hemos de encarar, debemos preservar un profundo nacionalismo cultural y recordar siempre que Argentina es el hogar. No se refería a meras manifestaciones artísticas, sino a ese especial sentido de la libertad personal y de la propia dignidad de los viejos criollos, que tanto admiró a Darwin y que se reafirmó en el origen anarquista del sindicalismo peronista. El tema es materia de opinión.

Algunos pensarán que el llamado “ser nacional” está contenido en la Constitución liberal de 1853. En mi opinión, en las ideas de Perón, preservar un profundo nacionalismo significa crear mecanismos adecuados para que cada habitante del territorio nacional tenga condiciones reales para garantizar su plena dignidad como persona.

Tan confundida está con relación al futuro la llamada opinión pública, que ningún grupo político con pretensiones de ganar elecciones se anima a aventurarse en una descripción sincera en sus propuestas de gobierno. Por mi parte, con toda humildad, pero con las convicciones de quien vivió muy de cerca parte de los acontecimientos narrados en el presente libro, creo que puedo hacer algún aporte en la certeza de que, por mi edad, ya no podré participar desde la función pública en las decisiones gubernamentales. Mucho menos, claro está, en el diseño de una campaña electoral. Ambas cosas me otorgan la suficiente libertad para expresar lo que pienso que es la verdad.

Argentina se encuentra paralizada por su enredo en un verdadero nudo gordiano que, a poco de analizarlo, comprende la mayor parte de los problemas que detienen su desenvolvimiento. Comienza por el sistema injusto y absurdo de la coparticipación federal de los ingresos fiscales, congelado en la peor situación por la Convención constituyente de 1994. Los regímenes federales resuelven de distintas maneras la distribución de los ingresos fiscales percibidos por la nación, algunos de los cuales van a solventar sus propios gastos y página 151 | Paz Nacional

otros se distribuyen entre las provincias o estados que integran la federación. Las provincias, a su vez, disponen de los recursos que la nación coparticipa y de otros ingresos locales.

En nuestro país existieron desde larga data parámetros relativamente objetivos para la distribución de esos recursos coparticipables, basados en las sumas que cada una de ellas aportaba y también en las necesidades de recursos para lograr un desenvolvimiento más igualitario de los sectores sociales. La fórmula se integraba por la cantidad de habitantes, pero también por niveles de desarrollo relativo.

Con este criterio, las provincias más pobres siempre recibieron más de lo que aportaron, pero en proporciones y medidas que no impedían el desenvolvimiento de las más ricas. Los criterios aplicados nunca surgieron de fórmulas matemáticas; en el fondo siempre se trató de acuerdos políticos y algún profesor de finanzas llegó a denominarlo no como un sistema de reparto, sino de repartija.

El sistema funcionó hasta que la Provincia de Buenos Aires, gobernada entonces por Alejandro Armendáriz, debió enfrentar el pago inesperado de una sentencia de una magnitud tal que no podía solventarse con los recursos propios. El presidente Alfonsín dispuso que la Nación se hiciera cargo de esa deuda, pero a cambio de la cesión permanente de un porcentaje de la masa coparticipable que correspondía a Buenos Aires, cupos que se adjudicaron a otras provincias. No es que se dieran esos derechos en garantía del pago de una deuda; se trataba de una transferencia definitiva. Ambos salían de problemas actuales y, después se vería…

Pero el error no pudo corregirse y cuando el presidente Menem buscó su segundo mandato a través de la reforma de la Constitución de 1853 que lo impedía, el radicalismo conducido por Alfonsín, aduciendo que aquel contaba con las mayorías necesarias para conseguir sus objetivos, terminó acordando criterios para esa reforma constitucional en lo que se conoce como Pacto de Olivos. Por el mismo, Menem obtuvo su reelección y el radicalismo, la elección popular del nuevo magistrado llamado Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en la que estaba asegurado el triunfo de su partido, basado en la trayectoria y carisma del doctor Fernando carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

de La Rúa. También obtuvo la creación de la Jefatura de Gabinete, orientada hacia la adopción de un sistema parlamentario, como si un mero sistema pudiera sustituir la ausencia de talento. El presidente Menem, a su vez, también logró introducir la cláusula transitoria que congela las proporciones del reparto de esos recursos fiscales, ya que somete su modificación a la condición imposible de acuerdo de todas las provincias, aún de las beneficiadas por el mencionado cambio en el sistema. Va de suyo que una de las provincias beneficiadas fue La Rioja, que, como otras, contó con sumas no generadas por su propia actividad y que por lo general financiaron una gigantesca red de clientelismo político que ha ido ahogando a sucesivos gobiernos. Sorprende que los delegados de Buenos Aires a esa convención constituyente, de todos los partidos, hayan aceptado sin reparos la cesión permanente de recursos garantizados por normas de jerarquía constitucional, a cambio del “Fondo del conurbano bonaerense” otorgado por simples leyes y expresado en moneda nacional, cuya trayectoria inflacionaria nadie puede aducir desconocer. Nuestro sistema federal de gobierno, consustancial a nuestra identidad, ha sido desvirtuado.

El círculo vicioso establecido acrecienta sus efectos nocivos hasta un extremo ya insostenible. La situación fiscal de la Provincia de Buenos Aires describe una quiebra, cuya liquidación se posterga solo a merced de dádivas del poder central. La incertidumbre permanente sobre las disponibilidades presupuestarias mina cualquier posibilidad de afirmar la autoridad local, ya que siempre ignora la cantidad de los recursos a su alcance para asumir compromisos que impliquen gastos fiscales. Existen excelentes planes y proyectos para revertir los aspectos más deficientes de la actividad estatal local, aquellas esenciales para la vida civilizada y en las cuales la prestación pública se ha derrumbado. Educación, salud, policía, régimen penitenciario, infraestructura, etc. En todos esos aspectos no tiene la menor posibilidad de encarar seria y responsablemente acciones adecuadas. Es cierto que puede disminuirse el gasto adoptando criterios de eficiencia en la gestión pública, pero para eso también se necesita una autoridad que el sistema descripto destruye.

Del lado de las provincias beneficiadas por la reforma constitucional, página 153 | Paz Nacional

sus autoridades reciben recursos absolutamente divorciados de las acciones locales para lograr el crecimiento de la actividad económica que derive, a su vez, en aumento de la recaudación. Sus disponibilidades fiscales dependen exclusivamente de la marcha de la economía en la región central de Argentina. Esto los separa de su interés en el desarrollo económico que proclaman en sus discursos y por el que claman desde sus medios de comunicación locales. Si se considera el gasto, no existe control ni auditoria sobre ninguno de sus aspectos, ya que a la Nación le está vedado inmiscuirse en cuestiones propias de las provincias, que éstas adoptan en el marco de la autonomía que la Constitución establece. El verdadero actor, los ciudadanos de los estados provinciales, están también atados de pies y manos para alterar el sistema, porque en los hechos, esos recursos terminan asegurando la vigencia de un sistema de asignación de fondos que terminan financiando la actividad proselitista y no se orientan a alcanzar los servicios públicos de excelencia que los ciudadanos necesitan. Esto ocurre tanto en el sector público provincial como en el municipal. Quienes quedan fuera de sus beneficios, los pobres, los excluidos, se ver forzados por mero instituto de supervivencia a emigrar hacia los centros de riqueza y desarrollo.

Dejan de votar en las elecciones locales y de influir sobre la realidad política por otras formas. Las fuerzas productoras, de enorme potencial siempre frustrado se ven impotentes para modificar los criterios del gasto y orientarlo hacia inversiones que favorezcan sus actividades, en general en excelentes condiciones para competir en el mercado mundial.

Tal es el laberinto dentro del cual estamos. Las comunidades con mayor desarrollo, con tasas de natalidad escandinavas reciben migraciones masivas de otros territorios donde esas mediciones se asemejan a las de África. El norte argentino en su totalidad, así como los países vecinos de Paraguay y Bolivia, y en menor medida Uruguay y Perú, continuarán enviando sus emigrantes a demandar puestos de trabajo que no pueden crearse en esa proporción y políticas sociales para las cuales se carece de recursos. La historia y la geografía nos imponen un desarrollo integral de la totalidad de la región, de laboriosa gestión, pero absolutamente factible. Se necesita una diplomacia activa e inteligente para avanzar en el camino propuesto. carlos ibáñez | conversación con vicente solano lima

Hay quienes sueñan con un muro más alto que el construido en la frontera entre Estados Unidos y México. No tienen ni remota idea de la realidad sudamericana. Si se sigue esta política sólo pueden sobrevenir catástrofes.

Ningún partido político o candidato que pretenda ganar elecciones puede siquiera plantear la cuestión, que seguirá arrastrándose en la esperanza de una mágica solución futura. El problema no es exclusivo del cono sur del continente sudamericano. Similares circunstancias se dan entre el norte y sur de Italia, con Extremadura y Andalucía en España, con la región sahariana de Argelia. En todas esas situaciones resulta extremadamente difícil lograr desarrollos equilibrados entre ambos extremos. No es así en nuestro caso. La región en cuestión, a poco que se la dote de la infraestructura necesaria, presenta condiciones excepcionales para incorporarse como una de las regiones más ricas del mundo. La geografía lo indica claramente: el centro de desarrollo se ubica en la confluencia de nuestros grandes ríos Paraná y Paraguay, que dispone del área apta para la producción de alimentos de mayor tamaño en el mundo, con recursos hídricos sobrantes, con potencial de transporte económico y eficiente a través de su navegación, con ricas reservas de hidrocarburos y una importante posibilidad de energía hidroeléctrica. La restauración de nuestro federalismo, esencial para el desenvolvimiento político requiere garantizar las condiciones de un equilibrio real.

La región presenta un ecosistema frágil. De no encararse este proceso de inversiones con pormenorizados y exactos estudios de impacto ambiental, el resultado será la continuación de la actual deforestación para cultivos de soja, cuyo final será devastador. La descripción de las obras a construirse deberá emerger de un amplio debate que asegure una participación democrática y federal. De los estudios preexistentes aparece la gran presa de llanura de Paraná Medio, el aprovechamiento de las cuencas del Bermejo y del Pilcomayo, la interconexión eléctrica y gasífera en toda la región, el desarrollo de vías férreas, caminos y puertos. Todo ello deberá debatirse, actualizarse y definirse. Una síntesis de la propuesta puede verse en el episodio “Expedición al Bermejo”, del histórico programa televisivo “La Aventura del Hombre” (disponible en mi canal de YouTube). página 155 | Paz Nacional

Sobre estos debates y con los acuerdos que se alcancen, podrá convocarse a la realización de las importantes inversiones necesarias.

Parte de la enorme disponibilidad de divisas que el valor de los alimentos, minerales y petróleo nos han otorgado pueden derivarse a ese objeto y no a consumos muchas veces superfluos y siempre improductivos en que los hemos ido malgastando, generando necesidades de importaciones mayores a nuestras reales posibilidades. La creación de puestos de trabajo gracias a una extraordinario protección termina siempre no siendo sostenible en el tiempo. En cambio, la actividad que puede desarrollarse en el corazón del Cono Sur resulta naturalmente competitiva y genera, al mismo tiempo un área de comercio interno que potencia aún más ese desarrollo.

Cuando sea el momento adecuado, podremos iniciar un nuevo camino que con las etapas que sean necesarias, nos conduzcan a un desarrollo integrado y armónico que erradique la pobreza estructural y permita a las distintas regiones argentinas lograr la plenitud de su vida institucional.

Desde el puesto de observación que me otorgó la gestión en la cuenca del Río Bermejo, tuve oportunidad de mirar de cerca estas cuestiones, que a mi modo de ver constituyen el centro de nuestra realidad.

Desatado el nudo, todas las propuestas sobre igualdad social, respeto a las minorías, educación para el mundo real, y los otros temas que pueblan los discursos políticos podrán realizarse del modo brillante que nuestras aptitudes como pueblo aseguran.

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Finalmente, este libro también tiene por objeto iniciar una reflexión participativa a la que el lector está invitado, en el siguiente grupo de debate virtual:

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Este libro se terminó de imprimir en Diciembre de 2014, en los talleres gráficos de New 4 Tintas de la Ciudad de La Plata, Buenos Aires, Argentina, con una tirada de 500 ejemplares. Ha sido compuesto con caracteres de la fuente tipográfica Filosofia © Emigre. Las fotografías han sido tomadas el archivo personal del autor.

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