IATR: 1966 ECQ HISTORIA DE PUERTO RICO (1904) de SALVADOR BRAU

SALVADOR BRAU

HISTORIA DE PUERTO RICO

Ediciones Borinquen EDITORIALCOQU! San Juan de Puerto Rico 1966

Primera ed.ic.ion, 1904 Edicion facaimilar,1966 .

Derechos de propledad literaria reservados. @ 1966, by Editorial C-oqui.

EMILIO .M. COLON,Edito~ Editorial Coqui. Apartado 21992 (U. P. R), lmpreso y hecbo en Mexico

Rio Piedras, Puerto Rico. 00931.

Printed in Mexico

La Editorial Coq1,f, en el deseo de pan.er en manos del mayor numero de puertorriq11.eiicslos 11U1s importantes libros de nuestra agotada bibliograf,a, soii6 la empresa de 11-nanueva edici6n de la Historia de Puerto Rico de don Salvador Bra1,.

A pesar de que la Historia /11,etexto escolar en el pasado, los ejemplares que restan son m11,yescasos.Deahl que m. demtmda siga en aum,ento y m p.,.ecio sea de los mas altos en nttestro incipiente c01ttercio de libros raros.

Por mas q11e110 habfa restricd(m alg1ma por derechos de azdor, el claro nombre de los descmdientes de nuestro erudito historiador pedia m c01isentimiento expreso para 1ma nueva edici6n. En el caso especlfico de la Historia de Puerto Rico, v por disposici6n tesfamentaria de Stt autor, correspond/a tal derecho a ms nietos, Orlando y Ra1UAntonsanti Brau.

El permiso nos fue concedido, con la mayor generosidad y esplrifa de patriotismo, por los hermanos Antonsanti y c01i

el beneplacito de los demas miembros de la distinguida f amilia Bra11,.

Al m01ttento de ordenar la nueva impresi6n, la Editorial Coqtd bubo de resolver un importa,ite problema en la pro-

duce-ion de este libro. Si bien parecia aconsejable ima edicion anotada y al dia, el trabajo requerido habria, por f1,erza, de exigir la dedicada colaboraci6n de 1m gru.po de personas empeiiadas en 1tm1 tarea de larga d1.traci6n, acaso a ser medida en anos. Resultaria, ademas, en una mperposici61t ajena a la obra de don Salvador Brau y de dific-il integraci<fo con ella.

Otra alternativa que tambien bubo de ser descartada, cousistfa en com poner de nuevo el texto, y aprovechar la 111ie1.·a impresi6n para modernizar la ortografia y corregir las no 11mchaserratas tipograficas de la edici6-n de 1904.

Finalmente, la Editorial Coqu.i se ha decidido por la publicaci611 de una eaici6n facsimilar, debidamente ajustada para acordarla al Jormato de nttesfras ediciones. Al optar por esta soluci611,se respeta la parte grdfica de la edici61i de 1904 y con ella la colaboraci611de aq1tel gran dibz,jante, hoy casi olvidado, que se llamo Mario Brau Z1twarregui, de cuya mano es el retrato de don Salvador Bra1i que preside la nueva edici6n.

La Editorial Coqui mtrega a sus lectores esta segu.11da impresi6n de la Historia de Puerto Rico, que tiene los mismos trazos tipogra/icos q11,elos ojos mortales de don Salvador Brau p1,dier011ver hace mas de sesenta aiios.

EMil..IO

M. COLON

Editor

San Juan de Puerto Rico I 6 de abril de 1966

HISTORIADE PUERTORICO

POR

SALVADOR

BRAU

CON ILUSTRACIONES DE

MARIO BRAU ZUZUARREGUI Y OTROS

NUEVA D.

APPLETON

YORK Y COMPA:N1A

1904

a

Atribuyese los escandinavos la exploraci6n, en tiempos antiquisimos, de cierta parte de! continente que lleva hoy el nombre de America; pero es indudable que, desconocido u olvidado ese hecho hasta nuestros dias, ningt'.tn beneficio produj o a la humanidad.

Los descubrimientos que al abrir nuevo cauce a la civilizaci6n cristiana, ofrecieron a la actividad e intelligencia del hombre campo de explotacion mas extenso, no se rn1c1aron hasta el siglo XV, mediante una expe7

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IIISTORIA

DE PUERTO RICO

dici6n de tres pequefias naves, equipadas y tripuladas con recurses que proporcionaron los reyes de Espana a Cristobal Colon, marino genoves a quien la experiencia profesional y las advertencias de ciertos cosm6grafos indujeron a sospechar la existencia de nuevas tierras en la extremidad occidental del oceano atlantico.

La expedici6n zarp6 del puerto de Palos el 3 de Agosto de 1492, y el 12 de Octubre subsiguiente daba vista a una isla Hamada GuANAH.ANi,que figura en el archipielago de las Antillas, comprendida en el grupo de las Lucayas 6 Baha1nas. Otras is las f ueron sucesivamente descubiertas, entre ellas la que aun sigue denominandose CUBA,y la de HA YTf conocida tambien por EsP ANO LA y SANTO Do'

MINGO.

Colon di6 a esas nuevas tierras el nombre de Indios Occidentales, y de ahi el llamarse indios a los que en e11as habitaron.

Los Indios.-Ten1an estas gentes la epidermis de un color rojo cobrizo, el cabello lacio y muy aspero, las mandibulas salientes y los ojos negros y ligeramente oblicuos.

Casi todos mostraban su cuerpo en completa desnudez, cifiendose algunos a la cintura un pedazo de tela de algod6n toscamente becha 6 de bierbas. Pintabanse la cara y el cuerpo con lineas rojas y negras; empenachabanse la cabeza con plumas para ir la guerra y adornabanse el cuello con collares de piedrecitas, gustandoles CRIST6BAL COWN.

a

INTRODUCCI6N

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sobremanera las cuentas de vidrio y los cascabeles que les ofrecieron los europeos.

No conocian el hierro, pero si el oro y el cobre; usaban por armas Aechas cortas, a::agayas 6 dardos que arrojaban con gran destreza, y la macana 6 hacha de piedra, que se manejaba con las dos manos.

Creian en un poder sobrenatural, omnipotente e infinite, pero ·a la vez adoraban como deidades los luminares celestes y rendian culto a unos idolos que llamaban CEMis, groseramente labrados en piedra y barro. Y presintiendo otra existencia mas alla de la muerte, profesaban gran respeto a los difuntos, cuyas apariciones tenian

HACHA DE PIEDRA

(Macana).

por ciertas, amortajando los ca<laveres con gran esmero y depositando con ellos en la fosa porci6n de frutas y viandas, para precaver las necesidades del viajero en su transito a la eterni<lad.

La cultura india en Mej ico y el Peru, territorios que se descubrieron despues, akanzaba un grado de elevaci6n notable; pero los pueblos halla<los en el archipielago antillano, mantenianse bajo una organizaci6n mas primitiva. Las familias, agrupadas en tribus, guiabanse por un Cacique, y estas agrupaciones reunidas dependian a su vez de un Jefe Supremo, elegido en asamblea publica por todos los caudillos.

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COLLERA 6 COLL.AR. DE SACRIYICIOS, M!SCARA 6 eemls DE LOS INDIOS.

DE GUERRA, fDOLOS

INTRODUCCION

II

Las gentes dividianse en tres 6rdenes 6 castas : los TAiNoS 6 nobles, que formaban la clase militar privilegiada; los BofTis, sacerdotes, medicos y embaucadores, todo en una pieza, que a pretexto de vaticiriar lo porvenir abusaban de los incautos, y los NABORiS, esto es, la rnasa popular sometida alli, como en todas partes a la voluntad eiiorial de lo poderosos.

Vivian las tribus eo aldeas £armadas por cabanas Hamada Boh.ios construidas a cierta altura del suelo para preservarlas de la humedad y cubiertas con ramas de la palma de Yagita. El mueblaje principal componialo la

ESCABEL 6 SILLA DE UN CACJQUE.

Hamaca, lecho colgante tejido con fibras del l\1agiuy 6 con filamentos del algodonero, segun la distinci6n de la persona que debia usarlo. El ajuar de cocina era en gran parte de piedra labrada, y tambien usaban ollas y tinajas de barro sin vidriar • pero e! servicio general oe va,jilla prestaba elo, con su corteza, el fruto de la Jvguera arbol muy comun en el pais y cuya utilidad advirtieron pronto los europeos.

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i

HISTORIA OE PUERTO RICO

La principal diversion de los islefios era el juego de pelota, ejercicio favorable al desarrollo muscular, que se practicaba en el Batey, plazoleta en que tarnbien celebrabanse los A·reitos, simple bailes, al parecer, en que los danzantes coreaban un mon6tono estribillo; pero en realidad, escuela popular que dirigfan los Caciques 6 Tai,ws mas notables, incukando facilmente en el pueblo, con ayuda del ritmo y la cadencia bailable, las tradiciones y leyendas nacionales.

Los Caribes.-Individuos de una sola raza poblaban el archipielago; pero es indudable su division en dos agrupaciones, apartadas por luchas constantes. Una de estas fracciones tenia su asiento en las islas mayores, donde los europeos fueron acogidos hospitalariamente; la otra ocupaba las asperas islas de barlovento y sus instintos sanguina_tic.c:~~ ~lt-.,.. uan hasta la antropofagia.

Segun Colon, los haitianos llamaban caribes a los barloventefios y equivocadamente se les atribuy6 origen especial; pero la unidad del tronco matriz antillano esta probada por un idioma comun a todo el archipielago y aun a los pueblos riberefios del continente meridional.

Los idolos y utensilios de piedra recogidos en Dominica y San Cristobal, son identicos a los conservados en Santo Domingo y Puerto Rico ; los craneos encontrados en cav~rnas de la isla: de Cuba, tienen la misma depresion que se atribuye a los antrop6fagos de la Guadalupe; tan excelentes agricultores eran los llamados caribes, como los demas pobladores islefios ; el cultivo y aplicacion del maiz, la yuca 6 man.dioca, el tabaco, los ajies, etc., eran comunes a todos, como eran comunes la poligJ.mia, las castas sociales, los ritos funebres, y las preocupaciones supersticiosas.

Se distinguian los caribes por la antropofagia y por la

INTRODUCCI6N

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navegac1on. Pueblo pirata, organizaba anualmente expediciones madtimas en canoas formadas con el tronco horadado de arboles corpulentos llamadas ceibas, hallando pasto su. rapacidad no solo en las grandes islas vecinas sino tambien en la costa -finne.

Aduefiados los espafioles de las islas principales y repartidos como siervos, entre ellos, los indios que las habitaban, rebelaronse estos, contra aquella servidurnbre odiosa; pero su protesta foe sofocada por las armas, autorizandose oficialmente en Noviembre de 1519, la caza de

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CANOA DE LOS CARIBES.

hombres en las islas pequefias, para alimentar en Cuba, Santo Domingo y Puerto Rico, el inmoral comercio de esclavos. Ante el comun infortunio nacional desvanecieronse los odios de familia, y los islefios que lograron escapar a la persecuci6n general, mantuvieronse firmes en las

HISTORlA

DE 'PUERTO RlCO

islas de barlovento, acosando desde alli tenazmente a los colonos europeos.

A fines clel siglo XVIII, luchaban a{m vano contra los ingleses, en la isla de San Vicente, los ultimos representantes de aquella raza desdichada.

DESCUORIMIE~TO

:r U E R T O

DE

!UCO-

FU NI).\ ~rnNTOS

DE

LA COLONJi'.1\CTON.

Segundo Viaje de Cristobal Col6n.-Dcscubicrto Hayti y reconocidos varies parajcs de su costa scptcntrional. regres6 Colon a Espana. Los rcyes, satisfechos con el exito obtenido, mandaron prepararlc una seguncla cxpcdici6n de dicz y siete buques, que zarparon de la bahia de Cadjz el 25 de septiemhre de 1493 y el 3 de noviemhre inmediato daban vista a una isla que foe1lamacla DoMIN Jr, al sudeste clel-archipielago. Sucesivamente foeran visitadas t")tras dos, apellidadas MARTGALANTE y GUADALUPE, encontrandosc en esta {1ltima inclicios de antropofagia y varias indias cautivadas en B orique11. tierra cuya situacion indicaban el1as hacia el noroeste.

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HI TORIA DE P ERTO RICO

~ali ndo de la Guadalupe en direcci6n a Ha ti descubri6 ol6n otra isla ha ta Ile ar al rupo llamado de las Virgenes 1 del cual se apart6 el 16 de novi mbre avistando aquella misma tarde la cordillera que lie a el nombre de Sierra de L1iquillo y e leva a I ,520 metros obre el ruvel del mar en la comarca oriental de u rto Rico. ol6n nav gando par la costa snr in detener e n nin un paraje de ella dobl6 el Cabo Rojo al sure t 1 el dia 1 hizo alto en la extremidad oe non1 te traido par la condiciones de una e pacio a rada la mi ma que actualm nte se conoce con el nombre de P ERTO DE G ADILLA.

Divi a a e a c r a distancia de la playa una ald a pintore camente ituada entre arbole frondo o planta tr padora , . a ella diri i ron al uno p dicionarios tomando i rra en tma cala 6 fond adero que r cibi6 el 11 ml re le ERT DE r...

- zo L G \01\ * por Jo mucho manantiale de a ua duke excel nte . que m • pr6ximo al mar exi tian y n los qu se aprovi, ionaron alguno barco . te puerto de lo Pozo el mi mo que e denomin6 ma tard Puc.rto del A uuada tran forman io e al fin n P11 rto de an Francisco, al e tablecer e en sus inmediacione un convento de franci cano y fundarse Ia villa de San Francisco d la gttada de la cual fu' un barri maritim la actt10.lciudad de guadilla.

Ji en la aldea ni n ~us alre edore haJlaron los expedicionario o-ente alo-una.

I 'fondear las barco la muj re recogida en Guadalupe, habian e arrojado al nado la 'co ta de modo qt e o16n no agua anando pudo obtener informes de ninguna e pecie obre aquella eJ

a

*

rch. de Ind.-Autos

fi cale -Estante

51.

LAS CARABELAS ESP.u:IOLAS,

HISTORI

DE PUERTO

RICO

isla muy lozana al parecer, limitandose a tomar posesi6n ]UA1 BAUd 1 tcrritori al que di· 1 nombre d Tl ·TJ\ y al jan e de u costa en la manana d 1 dia 22 para o-uir iajc a Hayti.

I afio sigui nte, r c rriendo ol 'n la co tas meridionak <l la E µafiola al r o-re o d Jamaica p ns6 n continuar u marclrn hacia le ant lo que le hubi ra 11 ad a de cu bri r otros pu rt s en au I uan • pero sorpr mli<l p r subita nf rme ad en el i l te de mona hoy A fo .\ obligado a reo-resar a la Espanola, donde J;

·- @PU£RTO DE LOS POZ

HOV RADA OE AGUADrLLA).

ocnrrian ria perrurbacione , le fuepr ci o r n mciar a u pray t .

VrcE T, YANEZ P1Nz6 . jo en e intr'pido marino spaiiol qn mandand una cam ela acompaiia a a Crist 'bal Col' n n u primer iaje. organiz6 p r s1.1 cuenta en d1ciernbr d 149 , una exp di i 'n de cu.itro buque que do m s despues daban vi ta al cabo e San Aguslfn, n terri orio del Bra ii.

J ,·olv r de e e viaj diricri6 Pinzon a la Espanola con animo de extender sus exploraciones por el noroeste •

DESCUBRIMlENTO

DE PUeRTO

RICO

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mas sorprendido en las Bahamas por violenta tempestad, que le arrebat6 dos barcos con todos sus tripulantes, hubo de retroceder a Santo Donvingo, en julio de 1500, para reparar averias.

De regreso a Espana quiso visitar la isla de San Jua1i, y guiado por uno de sus pilotos, que habia tornado parte en la expedici6n de 1493, dirigi6se al Piterto de los Pozos del Aguada, donde ha116la misma aldea visitada por Cristobal Colon. Con mejor fortuna que este, sin embargo, logr6 ponerse en comunicaci6n con los naturales, practicando rapido examen del pais y recogiendo muestras de mineral aurifero.

Cinco afios despues obtenia Pinzon del rey don Fernando el Cat6lico, un donative de 10,000 maravedis ( r) 1 con el tJ.tulo de Capitan poblador de la isla JUAN PONCE DE LE6N. de San lttan, ademas de la propiedad en ella de siete caballerias de tierra ( 2) para si y sus descendientes y el nombramiento de Alcaide de la primera fortaleza que se construyese, comprometiendose el, por SU pa rte, a trasladarse ala isla y dar principio a SU colonizaci6n en el termino de un afio.

Proponiase Pinzon Uenar ese compromise y como la isla carecia de ganado y era precise ante todo atender a la alimentaci6n de los colonos, dispuso que se soltase por los montes una manada de cabras y cerdos que hizo conducir al P1urto de Los Pozos. Pero habiendo entrado en tratos para emprender otra expedici6n hacia los mares

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HISTORIA

DE PUERTO RICO

del sur, desisti6 Pinzon de sus proyectos colonizadores, y vendi6 en 15o6 a Martin Garcia de Salazar, vecino de Burgos, los titulos, propiedad rural y demas privilegios que sobre la isla de San Juan le hab1a otorgado el soberano.

No se di6 prisa Salazar en ejercitar los derechos adquiridos; mas al intentarlo bubo de descubrir que la concesi6n habia caducado, por haber pasado el ano dentro del cual debio clar cornienzo a SUS trabajos Vicente Yanez Pinzon. y que este no podia traspasar los derechos que el Rey le habia, concedido.

JUAN PoNcE DE LE6N, 6 mejor dicho Ju.an Ponce, natural del antiguo reino de Le6n, de donde le vino su segundo apellido, era un pobrc hidalgo, que al servicio de don Pedro Nfuiez de Guzman, senor de Toral, habia asistido a las guerras andaluzas que tcrminaron con la conquista de Granada.

Como soldado de a pie, foe admitido entre los mil quinientos expcdicionarios que siguieron a Cr1st6bal Colon en su segundo viaje; pero a pesar de sus deseos de hacer forluna y su destreza en estratagemas militares, ninguna notoriedad logr6 alcanzar en Santo Domingo durante los diez primeros afios de la colonizaci6n. En 1503, insurreccionados los indios del Jigiie'j•y comisionado Juan Esquivel para subyugarlos, llev6 este capitan como jefe auxiliar Juan Ponce. Aunque la campafia fue obstinada y laboriosa, qued6 terminada en los primeros meses del a.no siguiente, obteniendo Ponce en recompensa el gobierno de la comarca que insta16 en la villa de Salvale6n, fundada en la costa sudeste de la isla y a pocas miJlas de la :\Iona.

Con el pretexto de pescar tortugas acudian algunos indios borique,ises a la Mona, y desde alli auxiliaban a

a

DESC BRIMIE

TO DE P ERTO RICO

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los jigiieyanos que procuraban expatriarse. Advertido Ponce de esas excur iones, inol a la memoria Ia belleza

BAHfA DE l'UER'l'O lUCO.

A, Boca dd Morro· B, I leta de Cabras: C, Punta de Paloseco; D, Punta de Catano; E, Puerto de Caparra; F, Caiio de ttrllnpeila; G, Miraflores; H, Ca~o de San Antonio: I, Punta del Escambron;

J, La Puntilla. de la isla de San Juan que en 1493 ha ia conocido y averiguando que alH se r cogia mucho oro producto que en el Jigiiey no habia encontrado, o1icit6 del comendador don Nicolas de Ovando Gobernador de las Indias el

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IIISTOIU.\

DE P

ERTO RI

·o

perm1 11cc ario para practicar un r c n 11m nto en tlicha i •la. btcnitla la aprobaci6n ~ub rnativa y ya bi 11 ntrado el aflo 1508 <lispu o I on ·e u c, pedici6n c mpu ta de v int h mbrc ·, eutr l ual figuraban c m caudiL1tis de A,; , co, que <lebia p rp tuar u llo curn.lari nombr n la tierra que iba a r conocer y Frau isco de cl la Iona. P r el Barriol!ltl'7.'0. fo uro Jr pi tari auxiliar mas eficaz n aqu Ila mpr ·a fu 'lo, in duda el int'q r t Juan on:;a/c:;, natural d Leon ·om qnc ad 111ft I ompr nu r 1 l nguaj <l I t nia la habilidad de imitarlo pin ando e el u rpo ata vian I • n plmna collare introduci •n di frazad ntre lo indi<Yna para d cubrir u proPrimer Viaje de Ponce de Le6n.-Los expe ici narios pa1ti r n I al val 'n directam nt al Puerto de los Po:;os d la A <ruada, {mico r ono id ha ta entonc en San Juan '* y al 11 ar a el baj. a tierra el int 'rpr t olamente para con er el e tad de animo de lo. i 1 nos.

-;l caciq 1e qu habitaba n aqu lla parte de la i la 11amado •mam6n, r ibi6 a lo paiiol muy ati fac• i no ha ia t riam ntc. -y me P n e I preguntas a u li tro pt1 rt m{1. ahri:--.ad en el litoral, xcur ioni ta po i i 'n vario g-uia q11 condnj r n 5. 1 ha ia la laya I 1 norle. clan l d tt ri r n una 0 ran ah,a rra av cl tan 1u na ondici mereci6 I nomhr de Puerto Rico.

11 el cual ·gn' lu~go la ciu a alli fun ada, xt n li 'n<l :e ma ad lante esa d nomi.na i 'n a t da la i. la.

Del P11crto Rico, tran poniendo una i- rra llamada el

* Arch. de Ind.-.

udiencia de 1ejico-lnf

rm3ciones.

DESCUBRIMIENTO DE PUERTO RICO

Otiia,0, fueron los espafioles llevados

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a la costa del sur,

donde vieron otro puerto mas reducido que el anterior, en el sitio 6 comarca de Guawica.,haciendo alto la expedici6n en un pueblecillo bastante apartado de dicho puerto, a Ievante de un rio llamado Coay1tco6 Y ai"o, como, por cormpci6n, se le ha denominado despues.

El Cacique Guaybana, que residia en ese pueblo, era el Senor principal 6 Jefe supremo del Bo1-£quen. Aunque la conducta observada por aquellos huespedes en Santo Domingo durante quince afios, no debia •dejarle dudas acerca de sus intenciones con respecto a San Juan, ocult6 sus sentimientos con gran diplomacia, dando la bicnvenida al jefe espaiiol, cambiando con el su nombre y haciendo que tambien los cambiasen con Aiiasco y Barrionuevo, dos de sus deudos, practica esta con que sellaban sus tratados de amistad aquellas sencillas gentes.

Ponce de Leon se dej6 agasajar y como observase el g1tanin 6 disco de oro que, como insignia de su autoridad, al cuello, inquiri6 la procedencia de llevaba G11ayba,11a aquel metal, pregunta que satisfizo el jefe indio acompaiiando personalmente a sus huespedes a examinar varies rios, en cnyos remansos se depositaban arenas auriferas de una pureza exquisita. Aquel examen debia ser decisive para el pais y sus primitivos habitantes.

Perspectiva Satisfactoria.-La isla era muy frondosa; prometia gran fertilidad; desde sus montafias se divisaban extensas bajuras, propicias para el fomento de la ganadcda ; los rios arrastraban oro en sus arenas, y los indios, Icjos de hostilizar a los e.-..::tranjeros,se allanaban con mansedumbre a SUS deseos, teniendolos por seres superiorcs. Con tales c.ondiciones la colonizaci6n prometia facil utilidad, y decidido a intentarla, torn6se Ponce a su domicilio.

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HISTORIA

DE PUERTO

RICO

El propio Guaybana lo auxili6 en su proposito al dirigirse poco despues al Jiguey, sin otro objeto que el de devolver su visita al capitan espaiiol, quien aprovech6 tal coyuntura para demostrar fl.lconfiado cacique los efectos de la cultura espaiiola, llevandolo a la ciudad de Santo Domingo, donde Ovando se hacia rodear de una pequefia y aparatosa corte.

La cortesia del Cacique boriquense complacio a los sentimientos caballerescos propios del caracter espafiol, apresura.ndose a tomar parte en la empresa de Ponce de Leon gran numero de pobladores, aunque solo fue elegido un centenar, por no ser grandes los recursos oficiales que pudieron suministrarse en Santo Domingo.

En enero de I 509 di6se cuenta a Espana del contra to ajustado entre Ponce de Le6n y Ovando, en el cual no se sefialaba al capitan leones salario alguno por sus servicios en San Juan, si bien se le concecHa la mi tad de los prod uctos de la colonia. que debia regir como teniente del gobernador, es decir, supeditado a la autoridad del gobemador de la Espanola. La expedicion parti6 en marzo del mismo afio, directamente al Piterto Rfro, en cuya banda del sur y a una legua de la costa, se dio principio a la construccion de las habitaciones rusticas que constituyeron luego el pueblo de Caparra.

Tres meses despues regres6 Ponce a Santo Domingo

para recoger su familia y disponer su definitiva instalaci6n en San Juan, de donde llevaba en esta ocasi6n gran cantidad de oro que Ovando hizo fundir, labrandose con el una cadena que se remiti6 a Espana come primer producto de la nueva colonia. Esta cadena fue tasada por los oficiales reales de Sevilla en la suma de oc-ho mil novecientos setenta y cinco pesos y tres tomines.

DESCUBRIMIENTO

DE PUERTO

RICO

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• NOTAS

N um. I. El maravedi era una moneda de distinto valor, segun su clase, pues los hubo de oro, de plata y de cobre. Los ultimos que circularon fueron de cobre, correspondiendo 34 de ellos a un real de vel16n. Pero los maravedis de vel16n del tiempo de los Reyes Cat6licos, a que se hace referencia en los documentos de la epoca, han de computarse, de acuerdo con una Pragmatica de 1497, a raz6n de uno por cuatro de los modernos. "Boletim de la Real Acaden-iia Espanola, de la Historia. Torno 1."

N um. 2. Antiguamente se di6 el nombre de caballe-rfa a la porci6n de tierra conquistada que se repartia en propiedad 6 en usufructo, comprometiendose el concesionario a sostener, en paz y en guerra, un hombre de armas con su caballo. , Considerada como medida agraria usual, equivale en Espana a 6o fanegas 6 sean 3,863 areas pero en las Indias tuvo variable significaci6n.

Actualmente se computa en Puerto Rico ima caballerfa por dos cientas cuerdas, igual a7,86o areas.

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CAPITULO II LOS PRUIEROS GOBEIUlADOllliS-REBELI6N

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INDIGENA

El sucesor de Ovando en la gobernac.16n de las Indias, fuedon DIEGO COLON, quien a la muerte de su padre don Cristobal, tuvo necesidad de sostener un pleito. que dur6 tres afios, para conseguir el reconocimiento de sus privilegios hereditarios. Cornprendiase en estos el derccho a nombrar capitanes y jueces en aquellos territories descubiertos por Cristobal Colon; sin embargo, en que de orden de! rey se le expidieron a las i11stn1ccio11cs Don Diego en 3 de marzo de 1509, se le advirti6 que "en la isla de San Juan Bautista de! Boriquen, nada habria de innovar, porquc mecliaba un convenio con Ponce de Leon, que dcbia scr respetado."

Don Diego Colon lleg6 a Santo Domingo el 10 de julio de I 509, y en agosto siguientc escribla el rey al tesorero Miguel de Pasomoutc. ordenandole que de los mantenimientos enviados dcsde SeYilla en la misma fecha, se proveyesc a Ponce de Leon con cuanto necesitasc para activar el dcsarrollo de su empresa.

Don Cristobal de Sotomayor.-La armada portaclora de aquellas provisiones lleg6 a Santo Domingo. en noviernbre, conduciendo, entre otros emigrantes, a dos linajudos gallegos. don Cristobal y don Luis de Sotomayor, tio y sobrino respectivamente. con cedula de vecinclad para San Juan y una carta mny expresiva del Soberano, 26

LOS PRIMEROS GOBERNADORES-REBELION

INDfGENA

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recomendandolos a las atenciones de Ponce de Leon, "por ser ellos y sus deudos buenos y leales vasallos."

Ponce, correspondiendo a esa indicaci6n regia, ofreci6 a don Cristobal el cargo de Algi,acil ·mayor, que comprend1a la administraci6n de justicia en la nueva colonia, y Ia oferta fue aceptada sin vacilaciones.

En Ios ultimas dias de noviernbre de I 509 despidieronse en Santo Domingo Ovando y Ponce de Leon, regresando el primero a Espafia y partiendo el segundo para Puerto Rico, despues de recoger en el Jigiiey a su familia, cornpuesta de su mujer, dos hijas y un nifio de pocos meses.

Subdivisi6nTerritorial.-Para activar el <lesarrollo de la colonia, dividieronse las fuerzas en dos grupos, quedando Ponce en Caparra, desde donde se dirigfan los trabajos mineros en el rio Cibuco, y pasando Sotomayor en enero de 1510, a fundar otro pueblo en GHanica, donde eligieron el y su sobrino las tierras que por su cedula t.le vecindad les correspondian adjudicandoseles con la tierra cien indios y un cacique, hermano de G·uaybana.

La poblacion de Guanica no lleg6 a terminarse. Los sanguinarios mosquitos desarrollados en una laguna inmediata al puerto y cercada de manglares, eran plaga muy molesta a{m para las indigenas, a pesar de] aceite con que estos procuraban preservar sus cuerpos de las picadas de aquellos; par otra parte, la explotaci6n minera en la zona meridional habiase establecido en la sierra de Cain, donde nace el rio Guaorabo, que desemboca al oeste. y como el oro que se recogia debia enviarse a Santo Domingo, por no baber at'.m casa de fundici6n en San Juan, la situaci6n del puerto a tan larga y accidentada distancia era en extrema inconveniente.

Desech6se, pues, la idea de poblar a Guanica, aunque

HlSTORIA DE PUERTO RICO

el caudillo sigui6 en posesi6n de las feraces tierras que alli hab1a elegido, y se establcci6 el poblado, con el nombre de Sotomayor, junto al puerlo de la Aguada.

P-rimer Acto de Justicia.-En tanto, organizaba don Diego Colon su gobiemo en la Espanola, y al elegir los tenientes 6 delegados que deb1an representarlo en las islas vecinas, prescindiendo de las instrucciones regias, de-

CASA D.E CMiP0

1

ANTICUA,

EDJFICADA POR LOS ESPAJ.~01.ES.

sign6 para Puerto Rico a don Ji,aH Cer611,acompanan~ dolo como Alguacil mayor un J\lliguel Dia~, criado fie] de la familia Colon; pero !ego en matetias juddicas, por lo cual hubo de asociarsele un letrado, el 6achiller Morales, para que lo asesorase.

A mediados de ju 1io de 15IO, partieron de la Espanola para su destino los nuevos funcionarios, y en el mismo barco que los condujera, dirigiase por el tesorero Pasa-

LOS PRIMEROS GOBER.~A.DORES-REBELlON

INDfGENA

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monte a Ponce de Leon, en pliego reservado proce<lente de Espafia, titulo de Capitan, gobeniador y Corregidor, en propiedad, expedido a 2 de marzo por el rey don Fernando y su hija dofia Juana, con facultades extraordinarias para regir la isla y hacer salir de ella, sin ningun genero de apelaci6n, a cuantos intentasen desconocer su autoridad.

Por virtud de esas atribuciones discrecionales, ejercitando don Crist6bal de Sotomayor su cargo de juez, dict6 auto de prisi6n contra los tres subalternos de don Diego Col6n, y secuestrando, para servicio del rey, un barco que de paso para la Guadalupe hiciera escala en la Aguada, fueron embarcados en el los prisioneros, enviandolos a Sevilla a disposici6n del monarca, que aplaudi6 tan energica disposici6n.

Nuevo Jefe Indigena.-Vencido apenas este contratiempo, sobrevino otro de mayor importancia con la muerte de Gu.aybami, el noble cacique, que consecuentc con la amistad ofrecida a Ponce de Le6n, procuraba conciliar las exigencias cada vez mas duras de los invasores. con la repulsion que ya empezaban a mostrarles los indios.

Para reemplazar al jefe supremo difunto, foe elegido, con el mismo nombre de Guaybana, su hermano el caciquc que en el reparto de indios correspondi6 a Sotomayor.

Procediendo con buen tacto politico quiso Ponce cle Leon excusar al .cacique de esta servidumbre al asumir la jefatura; pero el indio era el reverso de su hermano. Bravio e independiente, no ocultaba la antipatia que le inspiraban los blancos, mostrandose rehacio a las 6rdenes de Sotomayor, quien sin duda para dominar esa altivez. se opuso aIa pretension de Ponce y recurrio aEspana pidiendo que se le amparase en la posesi6n de aquel cacique que el habia aceptado sin protestar contra su mal caracter. Esta

HlSTORl A DE PUERTO RICO

s0licitud. aunquc rcsuclta favorablemente en 26 de febrno de J 5 1 r, al comunicarse a Puerto Rico dos meses ckspm!s, resulto inlltil.

Los Repartimientos.-Ponce de Leon, siguiendo la pn'.tctica cstablecicla por Colon en Santo Domingo y obe. ~A! d_eciendo las ordenes que de Espaiia le llegaban, hab1a procedido a repar~.~ll' tirle a cada poblador, cincuenta, se~ ,.,,;:;::. tenta o cien indios, seg{m las respectivas categorfas establecidas oficialmente. y estos pelotones, colocados bajo la direccion de nn capataz 6 cacique, estahan obligados a labrar la 6erra y a trabajar en las minas en provecho de sus improvisados sefiores.

La faena agraria, corrtraida principalmente al cultivo de la y11ca (3) y fabricaci6n del casaba, producto acloptado por los espanoles para substituir el pan, conllevabanla sin gran resistencia los indigenas; pero no asi la ruda fatiga minera que Jes exigia el apartamiento de sus aldeas, perturbando sus goces fami1iares, y minando su salud. obliganclolos i permanecer dias enteros con el agua LA YUCA a la cintura. recogiendo y lavando las arenas auriferas arrastradas por Ios rios.

El sttpersticioso respeto que inspiraban los europeos. tenidos como seres superiores 6 sobrenaturales. contuvo alg-{111tiempo las protestas populares; pero un viejo cacique llamado Urayo611 que tenia su residencia en la co-

~'\k

LOS PRIMEROS

GO.BERNADORES-REBELION

INDfGENA

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marca que hoy lleva el nombre de Afiasco, hizo sumergir en el rio Guaorabo al joven Diego Salcedo, que viajaba solo en direcci6n a las minas, convenciendo con este hecho a sus gentes, de que la pretendida superioridad de los blancos concluia con la rnuerte.

Pocos dias despues, el cacique Aymanion, internado por los rnontes inrnediatos a la Aguada, apres6 a Juan Suarez, mozo andaluz, y se propuso jugarlo a la pelota en el batey, concediendo coma prernio al vencedor, el privilegio de darle rnuerte. El valor ternerario del capitan Salazar, que lleg6 a tiempo para rescatar, el s6lo, la victirna, llen6 de asombro a los indigenas, mas no por esto se restablecieron las prirnitivas preocupaciones. La reacci6n en los espiritus era un hecho, y en ]a resistencia pasiva a las exigencias de los extranjeros, revel6se su primer sintorna.

Confidenciasy Pesquisa.-M uchos de los colonos habian situado sus granjas agricolas en sitios distantes del poblado y muy apartadas unas de otras, siendo casi constante su estancia en ellas. El propio Sotomayor, dejando al capitan Salazar la custodia de la Aguada, manteniase, con su sobrino y tres antiguos criados que trajeron de Espana, en el hato de Guanica, distraido con una india hermana de Guaybana, a la que habia co1icedido afectuosa pref erencia.

De labios de esa mujer, enarnorada 6 compasiva, recogi6 el caballero espafiol, en febrero de 15u, la noticia de '1ue el cacique trataba de asesinarlo, coincidiendo con tal aviso la aparici6n en Guanica del interprete Juan Gonzalez, anunciando al jefe que alga grave debia tramarse por Guaybana, p11 es todos los caudillos principales de la isla habian sido llamados secretamente por aquel, para celebrar una asamblea.

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HISTORIA

DE PUERTO RICO

I'roponiase Gonzalez indagar pcrsonalmente el objcto <.leaquclla reunion, y don Cristobal, que habia despreciado el aviso de la india, no crey6 pmdente entorpecer la pcsquisa clel astuto leones, quien, despojandose de sus vcstidos y pintandose y ataviandose a la usanza india, logr6, a favor de la noche, introducirse en la aldea de Guaybana, cscuchando alH la discusi6n y aprobaci6n de tm plan para exterminar rapidamente a los invasores.

Los colonos esparcidos en sus granjas dcbian ser asesinaclos simultimeamente, dando principio Cuaybana con cl propio Sotomayor. Y sin aguardar a que cundiese la noticia de csa matanza, una falange de guerreros, a las 6rdencs del cacique Guario11cx, descenderia de] Otuao sobre cl caserio de la Aguada, reduciendolo a cenizas durantc la noche )' acuchillando a sus habitantes.

Las Primeras Victimas.-Al comunicar Gonzalez estos propositos a Sotomayor, aconsej61e la retirada sigilosa e inmcdiata hacia la Aguada, para reconcentrar alli las fuerzas y preparar la defensa, y don Cristobal acept6 el conscjo, aplazando su ejecuci6n para el dia 5iguiente. Mas como el vi::tje debia hacerse a pie y se necesitaban indios para conducir los equipajes, envi6 por ellos donde Guayba116,lo cual equivalia a advertirle que la presa se le escapaba.

Acudieron los conductores y emprendieron la rnarcha Sotomayor, su sobrino y los tres criados gallegos; pero apenas clejaran las llanuras de Guanica para internarse en la serran1a, el interprete Gonzalez, que iba muy rezagado, observ6 que muchos indios, con Guaybami a su frente, aprovechaban un atajo para salirles al encuentro. Trat6 Gonzalez de aproximarse a sus compafieros para indicarles el peligro; pero alcanzado por los indios y derribado de un macanazo, hubiera hallado el fin de sus dias, a no

LOS PRIMEROS GOBERN.A.DORES-REBELI6N

INDIGENA

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ocurrirsele pedir perd6n al cacique, ofreciendosele como esclavo. G1,1,aybana, que ansiaba rnejor presa, orden6 dejarlo alli y seguir tras los otros.

La lucha sosteni<la por aquellos cinco espafi.oles no hay medio de describirla. Ninguno de ellos sobrevivi6 para relatarla. Cuando mas adelante, comision6 Ponce de Leon al capitan Miguel de Toro para buscar las vktimas y honrar sus despojos, encontr6se a Sotomayor enterrado, con los pies por fuera, y los cuerpos de su sobrino y los tres leales servidores enredados en los bejucales, sirviendo de pasto a fa voracidad de las aves de rapifia. Don Cristobal mostraba el cra.neo deshecho a macanazos y treinta y seis heridas de flecha en todo el cuerpo.

El Asalto de la Aguada.-Gonzalez, a pesar de sus heridas logr6 esconderse, despistando a los indios. El mismo cuenta c6rno, arnparado por el rarnaje espeso de algunos arboles, pudo observar las pesquisas inutiles de sus perseguidores. Llegada la noche descendi6 de su escondite y medit6 y realiz6 la arriesgada empresa de transponer la cordillera central para llevar a Caparra la noticia de aguel desastre.

Si a Ponce de Leon ofrecieron algunas dudas las extraordinarias versiones del interprete, presto debieron desvanecerselas los desnudos y maltrechos supervivientes de la Aguada, salvados de la sangrienta hecatombe por los esfuerzos sobrehumanos de Salazar. Ochenta colonos 12.sesinados.;la poblaci6n reducida a cenizas; el ganado mutitado y los ajuares convertidos en despojos humeantes, daban testimonio sobradisimo de que el extenninio decretado por Guaybana habia encontrado en las comarcas occidentales riguroso cumplimiento.

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HISTORIA DE PUERTO RlCO

NOTA

Num. 3. La yuca (jatropha manihot, de Linneo) Hamada tambien manioc y mandioca, cs una planta tuberculosa que cultivaban con mucho esmero los indios antillanos, preparando con ella unas tortas llamadas casabe que, no sin fundamento, adoptaron para substituir cl pan de trigo los conquistadores espafioles, pues la fecula alimenticia de! jatrofa es superior a la patata.

Pero existen dos variedades de esa planta; la yuca dulce 6 comestible y la yttca bra·va 6 agria que contiene un jugo lechoso con olor de almendras amargas y que produce los mismos efectos t6xicos de! ticido pnhico.

Seg{m cl Padre Cobo en su Hisloria natural de las Jndias, el casabe se preparaba con esa variedad venenosa, que es con la que se produce actualmente el tapioca de las colonias francesas.

Gonzalo Fernandez de Oviedo, en su "Historia gene-. ral de las Indios," describe prolijamente el procedimiento industrial empleado por Ios indigenas para extraer el jugo venenoso de los tuberculos y condjmentar el casabe: ese procedimiento rudimentario, es con muy escaso perfeccionamiento, el que aun siguen aplicando los campesinos puertorriq uefios.

CAPITULO CAMPANA lfILITAR-DESTITUCI6N

III DE PONCE DE LE6N

Sorpresa del Coayuco.-La situacion creada por los sucesos de la Aguada colocaba a Ponce de Leon en circunstancias dificiles. El numero de hombres aptos para tomar las armas, mermado en una tercera parte, redudase aun mas por las enfermedades que empezaban a desarro11arse. Aguardar refuerzos de la Espanola era aventurado, y admitiendo que los proporcionase don Diego Colon, 1legarian tarde, pues dada la exa1taci6n del animo en Jos indios, de esperar era Escuvo co:sCEomo ;. JvAN PONinmediatamente el asalto CE OE LE6N. de Caparra. En esas condiciones, otro caudillo mas bisofio hubiera vacilado, Ponce de Leon, adiestrado por sus campanas en el Jigiiey, decidi6se a tomar la ofensiva, atacando a Guaybani en su propia residencia.

Organiz6 sus fuerzas, reducidas a ciento veinte hombres, dividiendolas en cuatro compaii.ias, de las que nom35

HISTORIA OE PUERTO RICO

bro capitanes a Diego de Salazar, Luis de Afiasco, Miguel de Toro y Luis de Almansa, design6 para alguacil mayqr, en lugar de don Crist6bal, a Juan Gil, encomendandole el gobierno del poblado; confi6 la defensa de este a Salazar, que se hallaba enfermo, dejando a sus 6rdenes a todos los beridos, lisiados o debiles de complexion y con las tres compafiias restantes falde6 la cordillera en direcci6n al Coayuco, emboscandose con su gente en una caiiada proxirna al rio, mientras los adalides Juan de Leon y Sebastian Alonso rnarchaban a explorar el campo.

Bien entrada la noche llegaron los escuchas, anunciando la celebracion de un gran areyto guerrero en la aldea de Guaybana, y moviendo Ponce de Leon su gente sin perder momento, vadeo el Coa.yuco y cay6 sigilosamente sobre la falange islefia, que dormia profundamente.

El grito de los primeros heridos despert6 a los demas, y chocando unos con otros al acudir sobresaltados a coger sus armas, ofredan mayor cuerpo a los tajos y lanzadas de los espaiioles, avidos de represalia. Entorpecida la defensa por la violencia del ataque, Ia superstici6n acah6 por hacerla imposible, pues al ver tantos blancos reunidos despues de la matanza consumada creyeron los islefios que habian resucitado sus victimas. y apoderandose el panico de los mas timidos, iniciose una fuga desordenada que los jefes mas esforzados no pudieron contener.

Doscientos indios quedaron muertos en el combate, y gran numero, imposibilitados de huir, cayeron prisioneros, condenandoseles a perpetua esclavitud.

Disposiciones Administrativas.-Los compaiieros de Ponce deseaban dar caza a los fugitivos; pero et caudillo era sobrado experto para no advertir el peligro de frac-

CAMPANA MILITAR-DESTITUCI6N

DE PONCE DE LE6N

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cionar st:1escasa fuerza en pequeiias partidas, diseminandolas por entre barrancos y desfiladeros. Limit6se, pues, a tomar breve descanso en aquella aldea donde tres anos antes habia sido tan hospitalariamente acogido y regres6 a Caparra. Alli le llegaron nuevas 6rdenes de Espana, exigiendo a don Diego Colon, que dejase pasar libremente a San Juan, con sus familias, muebles y ganados, a varios colonos de la Espanola que asi lo habian solicitado y a cuantos lo solicitasen en lo sucesivo.

En su ernpefio de mantener a Puerto Rito bajo la exclusiva direcci6n de la corona, ordenaba el rey don Fernando,. en 26 de febrero de 15u, establecer una casa de fundici6n en la isla, para evitar que el oro recogido se enviase a Santo Domingo, y nombraba veedor 6 fiscal de las minas a Diego de Arce, con un salario de 30,000 maravedises. Se exigia a los vecinos de San Juan corno tributo, durante diez afios, la quinta parte de todos sus productos; se les concedian las rnismas preeminencias, prerrogativas e inmunidades disfrutadas en la Espanola, y se declaraba libre la contrataci6n rnercantil entre las dos islas. Y suponiendo que ya hubiesen ingresado en el pais, furtivamente, algunos hijos 6 nietos de herejes quemados _;:>or el Santo Oficio, se ordenaba a Ponce de Leon, expulsarlos, no tolerando en lo sucesivo moradores sin real licencia.

Esta providencias administrativas se recibieron en la isla a principios de abril, cruzandose la armada portadora con la nave que llevaba a Espana noticias del alzamiento y la catastrofe de la Aguada, hechos comunicados al rey en 23 de marzo y participados a Santo Domingo oportunamente.

CampanaDecisiva.-A todo esto, el movimiento insurreccional continuaba. Repuestos del panico los bori-

11.lSTORlA DE PUERTO RICO

quenses y fortaleciclos con el auxilio de los bravios islefi.os de Santa Cmz, no excusaban los cncuentros con los soldados de :\Iiguel de Toro y Luis de Afi.asco, encargados de cscaramuzarlos. Vista esa actitud y recibido algun refuerzo de la Espanola, sali6 Ponce de Le6n a campafia, tomando la vuelta de! Ainia.co, 6 sea el territorio de la Aguada, donde estableci6 su campamento.

Advertido por los adalicles que una fuerza de seiscientos guerreros discurria por las alturas de Yagiieca., hoy Anasco, dirigida por el cacique A1abodomaca, que deseaba medir sus fuerzas con el temido Salazar. adelant6se este capitan - con sus homhres a complacerlo, siendo derrotado cl cacique con gran perARCABUCERO ESPA~OL. d ida; mas con la nueva de esta victoria lleg{1banlea Ponce avisos de la concentracion de 111illaresde guerreros. qne al mando de G11ayhana,corrian a su cncuentro.

Muy re<lnci<las las fucrzas espafiolas para aguardar tal acometida a campo raso, apresur6se el capitan leones a rcsguardase con un parapeto de troncos y fajinas 6

CAMPANA MILITAR-DEST1TUCI6N

DE PONCE DE LE6N 39

haces de ramas delgadas rnuy apretadas, acornodando tras de esa cerca a sus tiradores, reducidos a un arcabucero y tres ballesteros.

Alli se di6 el combate en que qued6 decidida la suerte del pueblo boriquense. • Aturdidos los indios con los disparos del arcabuz, mantenianse alejados del parapeto; provocabanlos los espanoles con rapidas salidas, y batiendose en retirada, atraianlos a la trinchera, secundando el arcabuz y las ballestas la obra de las espadas y las picas.

Repitieronse largo tiempo esos movimientos, mostrandose los indios cada vez mas agresivos e instando los capitanes espafioles a su caudillo para que practicase una salida definitiva, deseando concluir de cualquier modo antes de que llegase la noche. El veterano capitan neg6se a tat imprudencia, dejando al azar 6 confiando a su buena estrella la so1uci6n del trance.

En tanto, el arcabucero Juan de Leon, que en e1 combate anterior con Mabodomaca habiase visto a punto de perder Ia vida por empeiiarse en despojar a un indio corpulento del g1,a1iin 6 insignia cacical que llevaba al cuello, como ahora sobresaliese entre los asaltantes un guerrero portador de igual distintivo, propusose rematarlo. Ese guerrero era el propio Guaybana que corria de uno otro ..,... lado enardeciendo a su gente para concluir, en un asalto general, con aquellos odiados enemigos. Como en una de estas idas y venidas se aproximase el cacique a la trinchera, Juan de Leon le asest6 un tiro tan certero que Io dej 6 muerto en el acto.

Los indios arrojaronse sobre el cadaver de su jefe, porrumpiendo en alaridos, y cargandolo en hombres, apartaronse del combate. Y Ponce, dejandolos que celebrasen tranquilamente los funerales de su senor, apresur6se a tomar la vuelta de Caparra.

a

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HISTORIA

OF. PUERTO RICO

Sumisi6n de dos Caciques.-Como se ve, la insurrecci6n, iniciada en las comarcas del sur y extendida ·por toda la sierra central, no sc habia manifestapo de modo violento en los cacicazgos pr6ximos al Pu,erio Rico. Que el movimiento re beIde foe general es indudable; de Caparra y sus cercanias acudieron indios al llamamiento de Gi,aybana_; mas no por esto faltaron algunos, de ambos

CANOAS DE LOS INDlOS EN

LA ~POCA DE PONCE DE LEON

(DE UN GRABADO Al\TTGUO).

sexos, que se mantuvieron sumisos a los colonos, proporcionandoles, sobre los alzados, informes que facilitaban su persecuci6n.

Utilizando estos auxiliares, despues de la muerte de Guaybana, anunci6 Ponce una promesa de perd6n a cuantos depusiesen las armas, obteniendo por este medio la sumisi6n de dos caciques, con todas sus tribus; uno de ellos, denominado Cagitas, en la zona que asi sigue

CAMPANA MILITAR-DESTITUCI6N

DE PONCE DE LE6N

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llamandose, y otro, que bautizado poco despues, ha dejado su nombre cristiano al barrio de Don Alonso en el distrito rural de Utuado (4).

Estas importantes adhesiones, lealmente mantenidas, facilitando el afianzamiento de la colonizaci6n, dejaron al descubierto dos tendencias opuestas en !a opinion de los indios. Unos, los apocados de espiritu, creyeron inutil oponerse a los conquistadores, de quienes dec;,m : "lo niismo pueden, los ,nos que los menos." Otros, los altivos, se impusieron la expatriaci6n antes que aceptar el sometimiento.

Facilitaban este prop6sito el gran numero de Canoas que los indios manejaban con rara destreza; la proximidad de Santa Cruz, y la falta de medios en los espafioles para vigilar las costas de San Juan, muy abundantes en surgideros. Atendiendo a estos inconvenientes solicit6 Ponce de Leon en Santo Domingo un pequefio bergantin para perseguir a los pr6fugos ; mas por fuerza hubo de dejar a otros el cuidado de detener aquella emigraci6n.

Ponce de Le6n Depueato.-Procesados Juan Ceron y sus dos compafieros por la usurpacion de atribuciones que en San Juan se les atribuia, acudio don Diego Colon a defenderlos con sus influencias, manteniendo a la vez sus propios privilegios, y sometido el caso a juicio del Consejo de Castilla, sentencio este, reconociendo que correspondia al hijo del Descubridor y no a la corona el derecho de nombrar aquellos funcionarios.

El mismo rey don Fernando comunico a Ponce esa resoluci6n en expresiva carta fechada el 21 de junio de 1511, ordenandole depone:r el mando y prometiendole recompensar sus serv1c1os. Y en 25 de julio siguiente, encargando al destituido capitan, en nueva cedula, no mostrar rencor a los funcionarios repuestos, autorizabalo

IDSTORIA

DE PUERTO RICO

para practicar la exploraci6n de cualquiera otra isla 6 territorio, concertando previamente la operaci6n con el tesorero Miguel de Pasamonte, en quien tenia depositada el monarca toda su confianza.

Apreciando Ponce la desairac.la situaci6n en que habria de encontrarse, sujcto a las 6rdenes de aquellos a quienes habia hecho sentir su autoridad, aprovech6 la oferta del monarca, disponiendose a partir en busca de la isla de Bimini, donde, segun una tradici6n india, se encontraba cierta maravillosa fuente que renovaba la vida, devolviendo la juventud.

No procedi6 en esto el ex gobernador de San Juan tan candidamente como algun escritor de SU epoca supone, pues la trad ici6n, tal y como el padre Las Casas Ia oyera en Cuba, se fundaba en el viaje practicado por un grupo de ind.igenas en direcci6n al norte, donde hallaron la pretendida fuente en un pais que producia el oro en abundancia y de condiciones tan feraces y deliciosas, que los emigrantes nose decidieron a abandonarlo. De modo que no era agua rejuvenecedora solamente lo que Ponce solicitaba con aquel proyecto que llev6 rapidamente a cabo.

A fines de noviembre llegaron a Puerto Rico los delegados de don Diego Colon, y hecha la entrega del mando con toda cortes\a. march6se Ponce de Leon a Santo Domingo, accordando alli con el tesorero Pasamonte las bases de un convenio, que remitido a Espana., obtuvo la aprobaci6n del monarca en 23 de f ebrero de I 5 I 2 ; ( 5), aprobaci6n tan prevista por Ponce, que sin aguardarla y organizado que hubo su expedici6n en dos barcos, sa1i6 de Santo Domingo el 3 de marzo, dirigiendose a la Aguada para encaminarse desde alli hacia las Bahamas.

CAMPANA

MILITAR-DEST1TUCI6N

DE PONCE DE LEON 43

NOTAS

N um.4. Estos caciques permanecieron en sus distritos, libres de repartimiento con los naboris 6 indios plebeyos gue se les permiti6 conservar para su servicio.

Caguas muri6 poco despues, <lejando sus privilegios a una hija Hamada Bagaa,iamc, que ftte bautizada con el nombre de Maria, y contrajo matrimonio con un cspaiiol, mayordomo de la granja de los Reyes, en el Toa. Don Alonso vivi6 has ta 152 I, encontrandosele al morir gran cantidad de oro, del cual se adjudic6 al tesoro real, despues de fundido, Ia suma de 4,000 pesos.-rlrchivo general de Indias. Registros de Cedulas.

Num. 5. Et convenio original ajustado con Ponce de Leon en 1512, que se custodia en el Archive de Sevilla, registra la aprobaci6n regia en la ciudad de Burgos. Contiene diez y siete clausulas y se contrae a las tierras que pudiesen descubrirse, y en especial a la isla Bimini, de la cual deber1a ser Ade!antado el descubridor.

Este contrato se a_mpli6en septiembre de 15 r3, extendiendolo a la Florida, que fuela tierra de mayor importancia descubierta.

El cargo de Adelantado era politico militar, uniendose en el las funciones de justicia mayor a las de capitan general.

CAPITULO ORGANIZACI6N

IV

ADMINISTRATIVA-EL

OBISPADO-LA

CAPI·

TANf A GENERAL

La Ciudad de San 1uan.-Procediendo con igual metodo que en Santo Domingo, constituy6se en San Juan un Concejo municipal, del cual debian ser miembros forzosos los Oficiales reales, esto es, el contador, el tesorero~ el factory el veedor que entendian en la administraci6n de las ~entas, como dependientes directos de la casa de la contratacion u oficina central establecida en Sevilla, {:micopuerto de Espafia abierto a la comuESCUDo DE ARMAS coNCJID100 1,. PUERTO nicaci6n con las coloR1co EN 8 DR NOVIEM'BR.R DB 15n. nias.

Este Concejo, 6 Ayuntarniento como diriamos hoy, carecia de iniciativas.

De aqui la necesidad de procuradores que activasen en la metr6poli el despacho de las quejas y peticiones. El primero que sirvi6 ese cargo fue Pedro Moreno, escribano de 44

ORGANIZACI6N

AUMINISTRATIVA

45

las minas, quien obtuvo para el mezquino caserio de Caparra, el titulo de Ciudad de San Ji,an Bautista con uso de un escudo de armas para sus sellos y pendones.

La villa de San German.-Para substituir a la villa de Sotomayor, incendiada por los indios, estableci6se otra en las riberas del Guaorabo, inmediata a las tierras de Luis de Afiasco. Esta poblaci6n se de!iign6 con el nombre de San Germany tuvo organizaci6n municipal independiente del Concejo de la ciudad.

El primer Obispo..-Algo prematura fue la erecci6n de un obispado, pues debia sostenerse con el diezmo, y las rentas piadosas eran tan <.ortas que solo se habia podido constituir en Caparra, con houores de Capilla de San Juan Bautista, una cabana rustica.

El obispo electo fue DoN A.LONZO MANSO, can6nigo de Salamanca, que al encontrarse con tan mezquina catedral y tan menesterosos diocesanos, volvi6se a Espana a ocupar su canongii encargando que le enviasen las rentas.

Fracaso gubernativo.-Al decretarse la reposici6n de Juan Ceron y Miguel Diaz, orden6seles proceder activamente a la pacificaci6n del pais, cuidando mucho de destruir todas las canoas de Jos indigenas para evitar que continuasen emigrando a Santa Cruz, donde debian practicarse algunas batidas para escarmentar los indios auxiliares de la pasada insurrecci6n, condenandose a cuantos en una {1 otra isla fuesen apresados en actitud rebelde, a !'.ervendidos en publico preg6n. Marcabaseles a estos la rente con una F ( inicial de Fernando) impresa con un hierro candente, en sefial de cautiverio perpetuo.

Para practicar esas batidas trajeronse de Sevilla dos bergantines; Miguel Diaz, como factor real 6 recaudador c'.elas rentas reales, fue encargado de dirigir las expedi

a

4

HlSTORlA

DE PUERTO RICO

ciones, las cuales resultaron muy lucrativas, pues a,presados los ayayanos de cualquier sexo 6 edad, aunque no opusiesen resistencia a sus aprehensores, eran conducidos a Santo Domingo donde se obtenia mejor mercado para su venta.

En Puerto Rico tambien se establecieron batidas por los montes, con auxilio de perros de caza, segun practica establecida en Santo Domingo; pero los indios apresados se vendian en beneficio del tesoro real, y lo que los colonos interesaban eran repartimientos gratuitos. Repartidos estaban ya todos los sumisos, en numero de 5,500, de suerte que, para distribuirles algunos a los parciales de don Diego Colon, acudi6 el nuevo gobernador a despojar de ellos a los compafieros de Ponce <le Leon. Alegaban estos, para oponerse a aquel atropello, su derecho de primacia como pobladores mas antiguos, suscitandose con este motiivo tal cumulo de pendencias y reclamaciones.! que don Diego tuvo por conveniente retirar sus poderes a Juan Ceron, nombrando para sucederle, en 2 de junio de 1513, AL COMENDADOR RODRIGO DE Moscoso.

Descubrimiento de la Florida.-Ponce de Leon regres6 de su viaje a principios de octubre de 1512, sin hallar la maravillosa fuente, pero descubriendo lo que equivocamente llam6 isla de l(LFlorida, pues la tierra descubierta era la extremidad meridional del continente que ya babia reconocido por el norte, desde 1497, el veneciano Sebastian Cabot, con auxilios del rey de Inglaterra. (6) Al llegar a Puerto Rico encontr6se Ponce con el embargo arbitrario de un cargamento de ganado que habia pedido a Sevilla, por lo que bubo de quejarse a la corte, de donde le vino la orden anuladora de tal secuestro, y a la vez el titulo de aleaide de la primer a f ortaleza que se construyese en el pais, autorizandolo, ademas, mientras a

Grcearlch

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30'

I. VIEQUES

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PUERTO

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DIVISION TERRITORIAt PRACTICADA

enl5'13

ORGANIZACl6N

ADMINISTRATIVA

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la edificaci6n de dicha fortaleza se procedia, para custodiar en la casa de piedra que habia construido en Caparra, las armas y caudales de la Corona.

Suscitaronsele al caudillo otros entorpecimientos, por inculpaciones insidiosas en sus cuentas, y esto le obligo a detener su marcha a Espana, confiando al procurador Pedro Moreno el encargo de dar cuenta de su expedici6n y de ratificar el primitivo convenio. Este fue ampliado en Valladolid el 27 de septiembre de 1513, con el titulo de Adelantado de la Florida, sin limitarsele el tiempo para principiar la colonizaci6n del nuevo territorio descubierto.

Asegurado asi el exito de su empresa y algo repuesto de los gastos que le ocasionara, fuese Ponce de Leon para Espana, en j unio de 1514, siendo portador de 10,000 pesos de oro, fundido en Caparra, d·estinados al tesoro real.

Nuevo Gobernador.-Como las disensiones entre los vecinos iban en aumento, traslad6se don Diego Colon a Puerto Rico en febrero de 1514, adoptando, entre otras medidasai la de substituir al cornendador Moscoso por EL CAPITAN CRIST6BAL

DE MENDOZA.

Extendi6 luego el Almirante su inspeccion hasta San German; en peligro estuvo su vida, pues en este viaje, por un alarde de severidad. hubo de disponer que diez y seis jefes tainos, marcados con el sello infamante de esclavos, fuesen transportados a Santo Domingo, y enconados los indios con esa innecesaria crueldad, apostaronse en las gargantas del Otuao para dar muerte a quien la autorizaba. Tambien esta vez ,correspondio, al interprete Gonzalez el descubrimiento oportuno de la conjura.

La Catastrofe del Daguao.-Dispuso luego el hijo de Cristobal Colon, que se fundase un tercer pueblo, con el nombre de Santiago, en las playas orientates, cerca del

HISTORIA DE PUERTO RICO

rio Dag1tao (hoy Naguabo), de donde viene el nombre de Cayo de Santiago, conservado en aquella comarca.

Racional era el prop6sito, mas no asi la imprevisi6n con que hubo de ejecutarse. Era precisamente por las playas levantinas que los iodios rebeldes, guarecidos en la sierra del Luquillo, mantenian activa comunicaci6n con las islas de Vieques y Santa Cruz, y al emplazar en aqnellos sitios una pequefia poblacion, necesario era precaver su defeasa contra el rencor vengativo de los indigenas. Olvid6se esta precauci6n y las consecuencias fueron inmediatas.

Asaltado el pueblo durante la noche, casi todos sus moradores rindieron la vida bajo las macanas implacables de los indios, que no contentos con incendiar el caserio, destrt1yeron el ganado, arrasaron las sementeras y se llevaron consigo a todos los isleiios auxiliares.

Guerra con los Indigenas.-Tras de! asalto del Daguao, sobrevino el del Can6bana, en cuyas fertiles riberas habian establecido sus granjas muchos espaiioles, entre ellos el mulato andaluz Pedro Me..xfa,criado del comendador Ovando, cuyo servicio dejara para tomar puesto entre los acompaiiantes de Ponce de Leon. Casado con una india de familia .cacical, que tomo en el bautismo cl nombre de Luisa, fue sorprendido de los primeros por gruesa expedici6n gtterrt>ra que acaudillaba el cacique Cacirnar, muriendo bravamente, ely la india, a manos de los invasores.

Tambien hubiera perecido en dicha ocasion el capitan Sancho de Arango, uno de los parciales de don Diego Colon, pues en vilo lo condudan a sus piraguas varios indios. salvandolo su perro. el famoso Becerrillo, que a clentelladas hubo de rescatarlo.

Reiiido foe el encuentro, y sus efectos hubieran resultado desastrosos para los espafioles, a n-0ser por una Ian-

ORC:ANIZACI6N

ADM lNlSTRATIVA

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zada de Francisco <leQuiudo , que atraves6 a Cacimur <le partc a partc.

La noticia de este ata9ue inesperado rccibiola cl gobernador Mendoza hallandose en San Germa111 y alli mismo prepar6 el desquite, •dirigiendose con un grupo de hombres decididos a la 1slilla de Bicquc (hoy Vieques) donde el cacique Yaureibo, exaltado por la mucrtc de su hermano Caciniar, disponiase a vengarlo.

Mendoza, siguiendo la tactica 1e los indios, aprovecho la noche para sorprenderlos, cortandoles la rctirada con el apresamiento de todas sus piraguas. una de cllas tan primorosamente labrada, que se envi6 a Santo Domingo como rico despojo cle aquel combate. que bien pudieron tener por decisivo los espaiioles, pues muerto Yaureibo, y acuchilladas sin piedad sus gentes, sc practic6 una batida por entre las islillas pr6ximas, sin dar cuartel a ninguno de sus moraclores. Pero no bastaba la cvacuaci6n de las islas Virgenes. Des<le San Mart£n hasta Granada, quedaba a los ind ios mucho terreno clonde sostenerse. y para atacarlos en islas extensas y distantes, como Guadalupe y Dominica, faltaban a los colonos de Puerto Rico recurses militares y navales, que hubo necesidad de pedir a Espana.

En tanto llcgaban esos recurs9~. rehcchos los boriquenses rebeldes y amparados de la sierra de Luquillo, continuaban sus asaltos a las granjas mas pr6ximas y fue preciso acudir a contenerlos.

El gobernador :Mendoza, despues de la campana de Vieques, hab1a rerrnnciado su cargo y marchadose a Espana, recayendo la autoridad superior en EL LICENCIADO SA!';CHO VELAZQt:Ez, fiscal de la Audiencia <le Santo Domingo, que en funciones de juez pesquisidor, se hab1a trasladado a Puerto Rico.

50

HlSTORIA DE PUERTO RICO

Mas no fue de Velazquez, sino del nuevo factor real Baltasar de Castro, de quien partieron las iniciativas belicosas, secundandolo el escribano Pedro Moreno cop tal fortuna, que muerto en lucha campal el cacique del Luquillo, avinieronse los del Humacao y Daguao a prop.oner la paz, facilitandose asi, con la exploraci6n de .:.quella zona, el descubrimiento de nuevos veneros auriferos cuya primera explotaci6n superficial produjo 25,000 pesos al comenzar el aiio 1815.

La CapitaniaGeneral-A todo esto, seguia Ponce de Leon en Espana, acumulando honores y distinciones en recompensa de sus servicios.

Por Real Cedula, a 27 de septiembre de 1514, se le y tierra de San Juan, con salario nombr6 capitan de 111.ar de 50,000 maravedis anuales y jurisdicci6n civil y criminal sobre todas las islas de barlovento; recomendandose al Almirante don Diego Colon auxiliarle en cuanto necesitase, sin permitir a sus delegados en Puerto Rico entrometerse con las funciones militares y navales que estaban encomendadas al predilecto caudillo.

En la mis ma fecha se le comision6 para rectificar, en union del licenciado Velazquez, el repartimiento de indios que tantos disturbios babia ocasionado; se le ratific6 la autorizaci6n expedida el afio anterior para deslindar los dos distritos de San German y Puerto Rico ( 7), y por ultimo, se le expidi6, en 19 de octubre del mismo afio, titulo de regidor vitalicio del Concejo de San Ju.an.

Cargado con todas estos honores que le concedian preeminencia muy superior a la que con su antiguo cargo de gobernador le correspondiera, sali6 Ponce de Le6n de Sevilla en r4 de mayo de 1515, al frente de una escuadrilla de tres carabelas, armadas en guerra, destinadas a con-

ORGANIZACION

ADMINISTRATIVA

tener y castigar las excursiones maritimas de los islefios <le barlovento.

Una imprudencia cometida en la Guadalupe, di6 por resultado la sorpresa por los indigenas de quince tripulantes de la flotillc1que habian ido a tierra, muriendo cuatro de ellos y recogiendose con dificultad a bordo los demas, heridos gravemente.

Este contratiempo, desagradable para el experto capitan, indujole a trasladarse a Puerto Rico, tomando posesi6n de sus distintos cargos y dejando al cuidado de un teniente, por el elegido, las operaciones de la escuadrilla.

NOTAS

6. Algunos historiadores establecen la llegada de Ponce de Leon a la Florida el domingo de Ramos, 2 de abril de 1512, mientras otros la fijan el dia de Pascua de Resurrecci6n, a 27 de marzo de 1513.

Y los documentos oficiales demuestran que el contrato celebrado en Santo Domingo, entre Ponce de Leon y el tesorero real Miguel de Pasamonte, para ir a descubrir la isla de Bimini, estaba ya aprobado por el rey de Espana en 23 de febrero de 1512.

Ponce Ileg6 a Puerto Rico de vuelta de SU excursion, a principios de octubre. y no cabe error en el afio del regreso, pues en 27 de septiembre de I 5 I 3 recogia en Valladolid su procurador, Pedro Moreno, la ratificaci6n del contrato de 1512 1 comprendiendo en el "la £sla Florida, ya descubierta."

Si la vuelta de Ponce a Puerto Rico no hubiera tenido efecto hasta octubre de I 5 I 3 ~ c6mo podria explicarse esa extension de privilegios conceclida en septiembre, sobre un2 tierra cuyo casual descubrimiento no debia comunicarse a Espana has ta un mes mas tarde?

N{1m.

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HISTORIA DE PUERTO RICO

Es extrafio que nadie haya dado hasta hoy noticia de esos convenios concertados con Ponce de Leon, antes y despues de descubrirse la Florida, pues uno y otro documento pueden leerse en el libro I. pa.g. 9 de los Registros de asietitos y capitulaciones para descubrimientos de poblaciones, custodiados en el estante 139 del Arcbivo general de Indias.

Es bajo la fe de esas capitulaciones que ha de fijarse el descubrimiento de la Florida en 1512, afio en el cual debi6 caer el domingo de Pascua de Resurrecci6n el dia I I de abril, no el dia 2, como se ha repetido, acaso por inadvertencia excusable de algun copista, pues el guarismo 1 r de la numeraci6n arabiga y la cifra II de la numeraci6n romana, asi escritos, se prestan a confusion, siendo frecuente en los manuscritos de aquella epoca el uso de numeros romanos en la indicaci6n de fechas.

Num. 7. Este deslinde lo practic6 Ponce tomando como punto de partida, al norte, la boca del rio Camuy, y siguiendo su curso hasta las fuentes que le dan origen en la sierra Hamada entonces del Otuao, para solicitar desde alli d nacimiento del rio J aca.guas y seguir su corriente basta las playas del sur donde desemboca. Qued6 asi la isla dividida en dos secciones de distinta extension superficial : la mayor, constituy6 el partido 6 distrito de la ciudad de Puerto Rico, y la mas pequefia, el de la villa de San Gerrnan, sometidos ambos la autoridad del gobernador, pero administrados por concejos municipales, con entera independencia el uno de] otro.

Igual subdivision se mantuvo. mas tarde en el orden judicial, correspondiendo a cada capitalidad de partido el conocimiento de los pleitos civiles y procesos criminales originados en los pueblos que lentamente desmembraron el territorio fundamental de cada demarcacion.

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ORGANIZ CION' ADMINlSTRATIVA

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Ayuntamientos, jueces y vecinos tuvieron por Tribunal Superior la Audiencia de Santo Domingo, hasta la cesi6n de aquella isla al gobierno £ranees, el 22 de julio de 1 795•

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ANTIG

AS ESPADAS ESPAf:!OLAS.

CAPITULO

V

LA CASADE AUSTRIA-ESCLAVOS AFRICANOS-PERTURBAClONESY DESASTRES Granja Agrlcola.-La muerte de don Fernando el Cat6lico, ocurrida el 23 de enero de 1516, produjo sensible vacio en la vida econ6mica de Puerto Rico.

Encarifiado el anciano rey con la naciente colonia, desde su descubrimiento, habia propendido, con advertencias y disposiciones, a favorecer la agricultura, anteponiendola a la industria minera y amparandola energicamente contra especulaciones usurarias. Por su orden, habiase establecido una granja en las riberas del Toa ( sitio que aun lleva el nombre de los Reyes Cat6licos), y en ella, a expensas de las rentas reales, se ensayaron y fomentaron, por labradores expertos, los cultivos de frutales, gramineas, hortalizas y otras plantas utiles tra1das de Espana y de Canarias y aclimatadas en la isla, dando asi ejemplo y ensefianza practica los colonos. (8) Pecos meses antes de morir et soberano, se le pedia fa instalaci6n de otra granja identica en el distrito de San German; pero ni esta concesi6n 11eg6 a utilizarse, ni la hacienda del Toa, privada de regia protecci6n, mantuvo sus ensefianzas largo tiempo.

Cisneros y Las Casas.-Sucesor de don Fernando en el trono fue su nieto CARLOS,hijo del archiduque de Austria FELIPE EL HERMOSO;pero como aquel principe de diez y

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A DE ~\

TRI

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seis afio~ residia n Brusela apital de sus e~ta<los de Flandes para qu no permaneci in momcntanca direcci6n el reino, fu • nombrado reg nte EL .\t I E~.\L J1ME 1 Ez DE Cr ER , au tero frail franci an que o upaba la arquidi6ce i de Toledo habia mo trado ran competencia en los negocios de E tado.

• la decision de este escrupulo o sac rclot hubo le someter e la reiiida controversia que ac rca cl la s rvidumbre de lo indigenas venia manteniendose n las colonias.

De los frailes de la orden de anto Domingo de Guzman, llamados tambien padres p1·cdicar dores habia par ido en 15 1 I la protesta, -r-formulada en la Espanola, contra el 1mcuo tratamiento a que se hallaban sometido lo mEL CARDENAL ClSN"EROS. dio uni· ndo e poco despue a aquel'lo cenobitas un acerdote sevillano I Ji enciad ARTOLOMEDE L CA A., r ct r parroquial n Cuba qu empez' su obra de propaganda devol iend la libertad a lo indios que poseia, y la c ncluy • formulando un plan de colonizaci6n en el cual proponia la substituci6n, por esclavo africanos del servicio obrer impuesto a los indigenas.

i~~

HISTORIA

DE PUERTO RICO

Genesis de la Trata Africana.-En las expecliciones de los portugueses a las costas africanas, a fines del siglo

FRAY BARTOLOME DE LAS CASAS.

XIV, ha de buscarse el origen de ese infame comercio de came humana, mantenido en Lisboa por varias compafiias

LA CASA OE AUSTRIA

57

y quc ya en 1400 habiase exten<.lido por los puertos andaluces. En 1475, el numero de ncgros y mulatos csclavos y libertos existcnles en Sevilla era tan crecido, que hubo de nombr£1rselcs por los Reyes Cat6licos un jucz u mayoral de su misrna raza, para entcnder "e1i todos s11s debates, plcitos y casamic1itos.''

Al trasladarse u la Espanola cl goberna<lor don icolas de Ovando, en fcbrcro <le r 502, llevaron sus acompaiiantes mas linaj udos, para scrvicio <lomestico, algunos csclavos de esos, cristianiza<los en Sevilla y hcchos ya a las costumbres espaiiolas.

Rcbelados los in<lios y alzaclospor los mantes, unieronseles los negros, que por su mayor cultura, auxiliaron eficazmente la revuclla, lo que in<lujo a Ovan<io a pcdir, en 1503, quc no se permitiesen nuevos embarques; pero las solicitudes menudearon y la casa de la contra- RAZA NEGRA - ~fUJF.R BERBEtacioa sigui6 atendiendolas, RISCA. fijando en 12 de julio de I 513 un derecho d!c dos <luca<lospor cada ncgro que de los reinos de Casti11a se introdujesc en las colonias.

Es as1.que no ha de atribuirsc al padre Las Casas la introducci6n de la esclavitud africana en America. Et apoy6 en la existcncia de ese trafico inmoral sus empenos caritativos, y s61o puede inculparscle porno haber arlversu libertad natido tiempo que tanto <lerecho tenian tural los indios que trataha de redimir, como los negros con que se proponia substituirlos.

Cisneros, mas previsor, rechaz6 la proposici6n y pro-

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RlSTORIA DE PUERTO RICO

hibi6 en absolute la importaci6o de negros en las colonias; pero esa prohibici6n no se mantuvo por largo tiempo. En 11 de septiembre de Is r7, lleg6 Carlos V a Espana, seguido de una cohorte de caballeros flamencos que se apoderaron de los rninisterios y canciller.ias, y en ro de agosto de 1518 obtenia uno de ellos, Lorenzo Gorrebod, baron de la Bresse, un privilegio para introducir en las Antillas 4,000 africanos destinados a esclavitud; privilegio vendido por ..-,;.-;t:-v el pr6cer flamenco a unos .. :~'":!~ .• '; • armadores genoveses .

••: • ·: :::·--:·: :/: ·:·:::5, ..//·.

La Inquisicion.-Acu···•·• •• di6. el 'tesorero de Puerto Rico Andres de Haro a dar RAZA NEGRA-TIPO LOANGO. cuenta al nuevo rey, del estado de la isla, y con tal motive hubo de censurar la conducta del obispo que cobraba sus diezmos sin residir en el pais. Compelido entonces don Alonso Manso a escoger entre la canongia salmantina 6 el obispado puertorriqueiio, opt6 por el obispado; pero no sin haber solicitado y obtenido antes el cargo de ltiqt"isidor general de las Indias, robusteciendo su prestigio episcopal con las formidables atribueiones del llamado Tribunal de la Fe. Acompafiado de frailes dominicos y rodeado de familiares y alguaciles del santo oficio 11eg6el obispo a San Juan, comenzando a ejercitar sus funciones por el gobersucesor accidental del capinador SANCHO VELAZQUEZ, tan Mendoza.

La conducta de Velazquez era en verdad reprensible.

LA CASA DE AUSTRIA

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Sus vicios corrompian la sociedad que estaba obligado a moralizar y sus atropellos y exacciones exacerbaban los animos, que reclamaban g2tantias de tranquilidad. Los vecinos habianse quejado a Espana de aquellos procedimientos, y para esclarecerlos, habiase nombrado un juez especial, el licenciado Antonio de la Gama. Hallabase, pues, el gobernador bajo la acci6n de un proceso civil cuando el obispo lo redujo a prisi6n, embargandole todos sus bienes para el santo oncio. En la ca.reel muri6 el procesado, sin que las protestas del juez lograsen moderar, ya que no contener, la . severidad inquisitorial.

Fundaci6n de la Nueva Ciudad.-Los vecinos de Caparra, descontentos por lo insa. lubre del poblado, ha-. .. ..,,.;: bian mostrado varias ~.:-; veces su deseo de trasladar la poblaci6n .aotro sitio. Para el trafico mercantil era inconve- ,. niente aquella situaci6n, RAZA NEGRA-TIPO CAFRE, a una legua de la playa Y entre pantanos que en- (Importaci6n prohibida por las Leyes torpedan la comunicade Indias.) ci6n ; pero Ponce de Leon era opuesto a la mudanza y obtuvo una real cedula prohibiendola.

M uerto don F,ernando en I 5 r6, renovaronse las reclamaciones y Cisneros confi6 a los padres jer6nimos, que como gobemadores especiales enviara a Santo Domingo, el cuidado de resolver la controversia. Los jer6nimos

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llISTORIA

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OE PUERTO RICO

aprobaron la mudanza, concediendo por cjido de la nueva ciudad " toda la isleta que fonn,a, la. ban,da septentrional

EL EMPEltADOR

CARLOS V DE ALEl\fANIA Y CAllLOS I DE ESP.u:IA.

de la bah.fa;" pero como esa faja de terreno se hallaba separada de la isla principal por dos cafios, los que llevan

LA CASA DE A US TRI A

61

hoy el nombre de San Antonio y Martfll I'cJia, aplazaron la fundaci6n de la ciudad para cnanclo cstuvicscn tcrminados dos puentes que evitascn cl pcligroso vado por aquellos sitios.

Satisfcchos los vecinos con ta! acuerdo, aguardaron su cumplimiento tranquilamcntc hasta 15 r9, en que se aumentaron las penalids1des p{tblicas con una horrorosa epidemia de viruelas. Esta enfermedacl foe introducida en Santo Domingo, al terminarse el aiio r 518, por los barcos conductores de csclavos africanos y comunicado facilmente el contagio a Puerto Rjco, proclujo gran estrago, especialmenle entre los inclios, recluciclos, segun c6mputo oficial, en una tercera parte.

Renovadas entonces las exigcncias de translaci6n comision6 el rey al licenciado Rodrigo de Figueroa, succsor de los jer6nimos, para detenerse en San Juan y examinar y proponer lo que crcyese oportuno, aprobando Figueroa la resoluci6n de sus pre<lecesores y autorizanclo ft Ponce de Leon, cuya casa. de piedra en Caparra tenia caracter de fortaleza, para permanccer en ella, pero trasladandosc a la isleta en los dias de cabildo.

Esta ultima imposici6n no lleg6 a cumplirse, pues la ciudad no qued6 oficialmente instalada en su nuevo asiento hasta 152 I, cuando ya Ponce de Leon se habia ausentado de! pats para siempre.

Muerte de Ponce de Le6n.-La noticia de] <lescubrimiento de Mejico por Hernan Cortes, en 1519, no tare.lo en iiegar 5. Puerto Rico, despertando en el veterano conquistador, a la vez que sus instintos belicosos, la sospecha de que aquella Florida, que el habia llamado isla, podia estar unida al opu lento territorio azteca.

Obsesionado por esa idea, apresur6se a utilizar sus privilegios colonizadores, comunicandolo asi al rey en

HISTORIA DE PUERTO RICO IO de febrero de 1521 y alejandose cle Puerto Rico en 20 del mismo mes con dos pequeiios barcos annados deficientemente.

Esta precipitaci6n fuefunesta a Ponce, pues al desem· barcar en la bahia que por mucho tiempo ha llevado su nombre, vi6se acosado por los indios en numero muy superior al de las fuerzas que el habia podido reunir, y con dificultad logr6 regresar a sus barcos, herido gravemente en un muslo, seguido de muy corto numero de sus compafieros.

Obligado a detenerse en la Habana, gangren6sele alli la herida par falta de asistencia, y tras cruel padecimiento entreg6 su alma al Creador, confiando a uno de sus compafieros la administraci6n de los barcos, de que se apoder6 arbitrariamente el alcalde de la Habana, en junio de 'I 52 I, enviandolos a Veracniz con caballos para Hernan Cortes.

La muerte de Ponce de Leon fue generalmente sentida, haciendo justicia a sus rneritos el gobierno espaiiol al conceder a su hijo Luis el titulo de adelantado de la Florida y todos los cargos y honores paternos, con excepci61'ide la capitania general de Puerto Rico. Por Real Cedula fue autorizado Garcia Troche, yerno y albacea del ' conquistador, para servir dichos cargos hasta que su cunado, adolescente todavia, akanzase la edad indispensable para ejer,cerlos. (9) Los Franciscanos en Aguada.-Desde 151 r, habia dispuesto el rey Cat6lico la erecci6n de un monasterio de la orden de San Francisco de Asis en San Juan ; pero el !11andatono se cumpli6 a causa del poco fruto que la pobreza del pais prometiera.

Traidos luego los dominicos por el obispo, y favoretjdos con los donativos del monarca y los prestigios de la

CARTA

AUT6GRAFA

DE

Sl1 MARCHA

PONCE DE

LE6N,

ANUNCIAl'IDO

PARA CONQUlSTAR LA Fl,ORIDA.

A CARLOS V

HISTORIA DE PUERTO RICO

Inquisici6n, acudieron los franciscanos a hacer valer la disposicion de Is 11, como derecho de primada.

El Padre Manso, obligado a favorecer a los dominicos que no querian la vecindad de sus colegas monasticos, propuso a los franciscanos que se instalasen en la villa de San German, proposici6n que fue aceptada, dando principio la orden serafica a la construcci6n de su convento del Espinar, en las playas de la Aguada.

La elecci6n de este sitio se relacionaba con la controversia que mantenian los pobladores de San German, pidiendo unos que se les sacase de aquellos arenales, donde no se podian construir casas de piedra, otros, con Luis de Aiiasco a la cabeza, combatiendo la mudanza y pidiendo recurses para construir puentes y calzadas para ir a las mmas.

En II de junio de 1526 habiase instruido un expediente informative del cual result6 ordenada la translaci6n, y de aqui que los padres franciscanos optasen por fundar su monasterio en Aguada. Pero como gran parte de los vecinos se mostraron rehacios a cambiar su residencia a aquel lugar, foe necesario expedir en 5 de mayo de 1528 una cedula real retirando los privilegios de vecindad a cuantos retardasen por mas tiernpo la instalaci6n de sus casas en el sitio de San Francisco. A pesar de lo energico, el mandamiento qued6 incumplido.

Destruccionde San German.-La rivalidad suscitada entre el rey de Espana y Francisco I~ de Francia por sus aspiraciones al trono aleman, en las que result6 triunfante Carlos Quinto, habia dado margen a guerras sangrientas en que no cupo al monarca £ranees la mejor parte.

Al calor de esas luchas concibieron algunos armadores

LA CAS.\ DE At:STRTA

de Normandia el prop6sito de ejerccr represalias provcchosas en las colonias espai'iolas, comcnzan<lo por inquietar a los vecinos de las islas Canarias.

En junio de r528, una nao francesa apodcruse en Lanzarote de una carabela portugncsa. y rcparticndosc en los dos barcos su tripulaci6n corsaria, hicicron rnmbo {L la :Margarita, doncle poco dai'io lograron l'.ansar.

Desde alli se dirigieron a Puerto Rico, cchanclo it pique un barco que hallaron f renlc al Caborrojo, y naYcgando por el oestc y cayenclo clc improvise sohrc San Ccrman, incen<liaron la villa, dcspues cle haberla saqucaclo, hasta el punto de no perdonar las ropas de cama, cl mcnajc casero y cuanto juzgaron de alguna ntiliclacl.

Este suceso incspcrado pudo ser -favorable al cmpciio acariciado por los fraiks, pues ante la ncccsidacl de construir la villa de nncva planta, des.'lparccia cl dcrccho consuetudinario alegado por los vccinos de! Guaorabo.

Sin embargo, la soluci6n debia ser otra.

Los indios de barlovcnto, demostranclo la cxactitnd de los informes que sus hermanos <le Puerto Rico Jes transmitian, invaclicron en nocturne asalto las playas de la Aguada e incendiaron la rancheria, con honorcs de monasterio, levantatlo por los franciscanos, asaetcanclo a cinco de los rcligiosos.

Los supcrvivientcs, atcrrados con aquella caatstrofe, alejaronse de la isla v la villa de San German comcnz6 a reconstruirse en su primitivo empl azam ien to.

Panico en la Ciudad.-La f{1cil dcstrucci6n de San German a<l\·irti6 a los vecinos clc Puerto Rico el peligro a que se hallaban expncstos, pucs ning'Lma nbra de defensa !es ponia ft cuhicrto de un ,ltaquc scmejante.

En consecuencia, pidieron a Espana que se les prov<>-

66

HISTORIA

DE PUERTO RICO

yese de un pequefio fuerte, por lo menos, demostrandose bien pronto la urgencia de tal petici6n, pues envalentonados los indios del exterior con la impunidad en que se dejaban sus asaltos, atrevieronse en noviembre de 1529 a penetrar en la bahia, echando a pique una lancha de pasaje, despues de apoderarse de sus tripulantes.

Aunque se les dispararon algunos tiros de lombarda desde la ciudad, ningt'.tn dafio pudo causarseles, produciendo este acto · de audacia tal inquietud en las familias, que rnujeres y nifios se acogieron a dormir en la catedral 1 mientras los hombres se relevaban en vela constante, terniendo nuevos asaltos.

Menudearon las exigencias para que se levantase una fortaleza y pidieronse barcos sutiles para perseguir a Jos. invasores; pero las solicitudes tardaron tanto en oirse, que un aiio despues, en octubre de I 530, quinientos guerreros indios abordaban las playas orientates; subieron hasta las minas del Luquillo; saquearon !a finca de Cristobal de Guzman, colono laborioso y rnuy estimado, al que c~ieronmuerte con todos sus servidores blancos, y se llevaron en sus piraguas todos los negros e mdios queen ella encontraron.

Recrudeci6se el pa.nice en la ciudad, aumentando este contratiempo el decaimiento de los animos producido por un desastre de generates consecuencias.

Ruina General.-Son comunes en las Antillas durante el periodo canicular esos fen6menos meteoro16gicos que llevan hoy el nombre de "ciclones" y que los indigenas llamaban " Jmracanes,n achacando sus perturbaciones devastadoras al poder de los espiritus maleficos.

Tres de esos huracanes azotaron a Puerto Rico en 26 de j11lioy 22 y 31 de agosto de 1530, y fue tat su violencia y tat grado de miseria produjeron, que un juez especial

LA CASA DE AUSTRIA

67

nombrado para activar la recaudacion de tributos, debido a la general penuria, hubo de suspender espontaneamente sus funciones.

NOTAS

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N um. 8. Entre las plantas utiles aclimatadas en las Antillas, se cuenta el bananero ( musa paradisi.aca), llamado vulgarmente platano.

El padre dominico fray Tomas de Berlanga llev6 de Canarias a Santo Domingo en I 5 r6 los primeros rizomas • del musa regia, una de las principales especies del platano, cultivandol0s felizmente en el convento de su orden, en Santo Domingo, por cuya razon se d-i6 el nombre de dominico a esa variedad, que tambien se titula platano del Congo.

Los barcos importadores de esclavos africanos introduj eron luego otras nuevas especies, entre ellas el guineo (musa sapientce), como ~ntrodujeron otras plantas, entre ellas 1~ dioscorea sativa, tuberculo alimenticio al que daban los negros el nombre de name, que ha logrado prevalecer.

N um.9. Fue este Garcia Troche, en representacion de don Luis Ponce de Leon, qui en construy6 en I 523 el edificio que lleva el nombre de Casa Blanca, acudiendo ~on esa fabrica a prolongar el. privilegio reconocido al Conquistador, de tener su casa por fortaleza, en tanto no ordenase el rey construirla en otra forma.

Casa Blanca, una d~ las escasas construcciones de piedra que figuran en la informaci6n estadisti~ de 1530, no tuvo en su fundaci6n masque un piso bajo con 24 pies por cada frente.

Ensanchado y modificado sucesivamente ese edificio

68

HISTORlA

DE PUERTO RlCO

primitive, fue en realidad morada de los sucesores de Ponce de Leon, hasta I 579, en que por exigencia de las nuevas fortificaciones, se incaut6 de la casa y su extenso solar el gobierno espafiol, destinandolo al cuerpo de Ingenieros militares.

CAPITULO DEC.ADENCIA DE LA COLONIA-LOS -NUEVO

VI INGENIOS DE AZUCAR

REGIMEN

Perturbacione,sIntestinas.-En febrero de r 526 habia muerto en Espana don Diego Colon, y como su hijo don Luis era un nifio todavia, confi6se la gobernaci6n de Indias al obispo de Santo Domingo, don Sebastian Ramirez de Fuenleal, con titulo y funciones de Presidente de la Audiencia.

Fuenleal, que no parti6 para su destino hasta octubre de 1529, detuvose ex profeso en Puerto Rico, donde Pedro Moreno, lugarteniente del Almirante don Diego, desde la muerte de Sancho Velazquez, sentia aumentadas las vicisitudes econ6micas de su gobierno. por las de orden social a que claban fomento los funcionarios p{1blicos.

Entre estos figuraba Antonio Sedefw, Contador real por influencias de Ponce de Leon, que al desaparecer su protector. puso en descubierto las malas condiciones de su caracter audaz, codicioso y pendenciero. En pugna hallabase entonces con el tesorero Blas de Villasan.te, porque uno y otro ambicionaban la aclquisici6n de los indios pertenecientes a la hija del cacique Caguas, para aplicarlos al servicio de las haciendas que respectivamente fomentaban en el Otuao con las rentas del tesoro real.

Apacigu6se la reyerta con la llegada de F11enleal.quien hizo depositar a la india y a SUS subditos en la granja del f:n

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BISTORIA DE PUERTO RICO

Toa y di6 cuenta al Consejo de Indias de aqt1ellos des6rdenes.

Sedefio, suspendido en su ernpleo y acusado de defraudaci6n, se embarc6 para Sevilla, donde consigui6 sincerarse, autorizandosele para conquistar y poblar la isla de Trinidad: y Villasante, con menos suerte, fue denunciado al obispo como incapacitado para servir cargos publicos, por ser nieto de un hereje quemado en Medina por el Santo Oficio.

La denuncia era falsa; pero el obispo, que a pesar de titularse Inquisidor general de l11dias, no habia logrado que en Santo Domingo y Cuba reconociesen su autoridad, desquitabase de esa merma de poder exterior ejercitandolo implacablemente en su diocesis. Blas de Villasante y su hermano Juan, escribano mayor de minas, fneron encarcelados y as1 hubieran continuado por tiempo indefinido, a no mediar una orden reclamando la presentaci6n de los acusados ante la autoridad imperial.

Nuevo Gobernador.-Occurri6 en esto el fallecimiento de Pedro More no, y como los privilegios colombinos subsistian, ocup6 la lugartenencia vacante el alguacil mayor Francisco Manuel de Olando, hombre rigido que asi supo abogar por los intereses de la colonia, como refrenar a sus per tu rbadores.

El primer cuidado de Olando, solicit6lo una informaci6n estadistica que de Espana se habia reclamado desde marzo de 1530 y que puso de manifiesto el ciesequilibrio de la poblaci6n, constituida en esta forma: "" 1es con vecm • d ad { casados con ·blancas...........

Col onos espa,,o d'1as. . . . . . . . . . . . . casad os con m Colonos solteros sin ,,ecindad ..................

•S7 14.

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: . . . . . . . . . . . . . 298

Total de blancos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 369

DECADENCIA

DE LA COLON1A

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Indios libres encomendados ...........................

473 Indios esclavos... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 675 Negros africanos esclavos { Varones • • • • • • • • • • • • • • • • • • 1, t68 Hem bras.. . . . . . . . . . . . . . . . . 355 1,523

No se incluye en ese c6mputo a los hijos y familiares de cada colono; pero aun suponiendo las cifras omitidas, la raza blanca resulta en proporci6n desventajosa.

Y poco favorable a la moralidad en las costumbres debia ser esa cifra crecidisima de solteros sin vecindad, labradores alguno•s, rezagados de una expedici6n del padre Las Casas, fracasada en 1521, pero en su generalidad, formada por tahures y estafadores.

El aumento excesivo de africanos y las condiciones de su adquisici6n ofredan otro genero de inconvenientes.

Carlos Quinto, con objeto de indemnizar a la compaiiia \i\Telser,de Augsburgo, de la que tomara fuertes sumas para sus campafi.as belicosas, hab1a sometido a aquellos mercaderes extranjeros, desde 1528, la colonizaci6n de Venezuela, autorizandolos para introducir 4,000 negros naturales de la costa de Guinea, en las Antillas.

Los alemanes encontraron mas c6modo adquirir esos negros en Cafreria 6 en los puertos berberiscos, y como el numero de indios era cada vez menor y la necesidad de trabajadores cada vez mas apremiante, los colonos de Puerto Rico se apresuraban a substituirJos por africanos, sin reparar en sacrificios, no echando de ver la supercheria de los tratantes, hasta que cafres y berberiscos mostraron su condici6n rebelde a la servidumbre, siendo necesario en 1532 apelar a las armas, para dominarlos de modo sangriento.

Administracion Eclesiastica.-La colonizaci6n de Venezuela trajo por consecuencia la erecci6n de un obis-

HISTORIA DE PUERTO RICO

pado en aquella cornarca.

Para dicha mitra fue clecto do,i Rodrigo de Bastidas, clerigo sevillano nombrado en octubre de 1521, dean en Santo Domingo, donde su padre hab1a ac.lquirido grandes riqueza .

Coincidiendo la concesi6n de esa nueva mitra con la denuncia formulada contra do11Alonso 1lf a11so,por detcntaci6n de rcntas dcl monarca fue comisionado el prelado venezolano para investigar las cuentas de su colega puertorriqueno, a(ltorizan<lolo para proceder en justicia.

Bastidas lleg6 a Puerto Rico en noviembre de 1532 y puso en descubierto un alcance de 4,000 pesos en la rentas eclesiasticas, cuyo ingreso inmediato e._xigi6,ret: rando a ).fanso la facultad de recolectar los diezmos y la de intervenir en las obras de fabrica. Al dar cucnta al Consejo de estos hechos, procuraba el pesquisidor excusar al prelado puertorriquefio, con su vejez, qne lo somet1a a Ia voluntad de algunas de las personas que lo rodcaban; pero es lo cierto, que a pesar de la severidad con que en aquella ocasi6n se le tratara, las debilidades de Manso continuaron en aurnento.

Prestamistas y Logreros.-Recomendado por las autoridades eclesiasticas de Santo Domingo, habia llegado iJ. Puerto Rico un digno sacerdote, el bachiller Francisco de Guadia11a, quien honrado con el cargo de provisor, dedic6se a combatir la usura. considerada entonces co-

mo un delito cuyo conocimiento correspondia al Santo Oficio.

El obispo, tan celoso de sus fueros inquisitoriales, ni una sola vez habia atacado a los logreros que devastaban el pais: pero las observaciones de su provisor le obligaron a autorizar en febrero de r533 un juicio informativo que reve16 las iniquiclades cometidas, especialmente en los llamados prcstamos sobre cosechas cu fior, que inevitable-

DECADENC[A

DE LA COLONIA

73

mente cntrafiaban el despojo de las fincas hipotecadas a los usureros.

Armado con aquella prueba documental, folmin6 el padre Guadiana, desde el pulpito, censuras implacables contra los autores de tales fechorias, y Manso, lejos de apoyarlo en tan honrada campaiia, le retir6 el provisorato y de tal rigor le hizo victima, que el bachiller crey6 prudente abandonar el campo, refugiandose en San German.

En tanto, los paniaguado del obispo formaban una contra informacion para demostrar que la usura, tal y como se practicaba, era cosa muy util.

Olando y otras vecinos de recto sentir apoyaron a Guadiana, pidiendo al Consejo que se le proveyese de una canongia para que continuase con mayor autoridad sus predicaciones. La canongia foe provista, pero Manso no di6 curso al nombramiento, par lo que el ex provisor hubo de emigrar al Peru, aprovechando un barco que en solicitud de caballos para Pizarro, llegara a San German en febrero de r 534.

La Colonia en Peligro.-1\ o debia encontrarse solo el escarmentado bachiller en aquella marcha. Las noticias hiperbolicas sobrc el imperio de los incas, del cual volvian algunos. enriquecidos en poco mas de un afio, soliviantaron a los agobiados puertorriquefios, que saqueados por los usureros, empobrecidos por los ciclones, maltratados por los corsarios y acosados por los indios de barlovento. entrevieron un rayo de esperanza en la emigraci6n a aquel pais uberrirno.

El ITTito;";Dios me llc1 1e a.I Pr!rtt ! "se hizo general y fuele precise a Olando. para evitar la despoblaci6n. amenazar con pena de horca a cuantos intentasen ausentarse. Aun asi. •escaparon algunos secretamente en un barquichuelo, y a la 1Iona, hubo de correr tras ellos el

7·4

HlSTORIA DE PUERTO RICO

energico gobernador, azotando a unos y abriendo heridas en las plantas de los pies a otros, para conternerlos.

Las quejas por estas violencias llegaron a Espana y de alli expidieron una orden perroitiendo a los vecinos salir libremente de la isla, con sus familias, esclavos y ganados, con cuya medida se hubiera puesto fin a la colonia a no mediar otras alentadoras circunstancias. • Frotecci6n Ineficaz.-Las reclamaciones dirigidas a la metr6poli desde la destrucci6n de San German, habian sido constantes. Los dominicos, que tomaron la iniciativa como procuradores, recabaron solamente permiso y limosna en 8 de septiembre de I 532 para fundar un nuevo convento en la villa destruida, cerrando asi cl paso a sus rivales los franciscanos, dado que tratasen estos de volver al pais. La construcci6n de un fuerte almenado 6 fortaleza e-n la ciudad, habiase au torizado desde T3 de mayo de 1529; pero como los fondos para construirlo debia producirlos el impuesto de uno por ciento sobre las mercaderias introducidas de Espana, hubo que aguardar el resultado de la recaudaci6n. En 27 de febrero de 153t se dispuso que se levantase el piano de la obra, comprensiva de un baluarte y torre almenada, y se sefialase sitio para su emplazamiento, retardandose hasta 28 de marzo de 1533 la autorizaci6n para abr.ir los cimientos. Los bergantines guardacostas se enviaron de Sevilla en piezas, incompletos, y para utilizarlos se imponia un gasto mensual, que seg{m Olando, no podia soportar la ciudad, exhausta de recurses para construir una carcel de madera que s6lo costaba 300 pesos. Por fin se armaron los bergantines con los dineros destinados a Ia fortaleza y se enviaron al mando dcl capitan l11a11de Y1tear a dar una batida a los indios de la Dominica; pero ni conventos, ni fortalezas, ni

LA CASA DE AUSTRIA

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Sus vicios corrompian la sociedad que estaba obligado a moralizar y sus atropellos y exacciones exacerbaban los animos, que reclarnaban garantias de tranquilidad. Los vecinos babianse quejado a Espana de aquellos procedimientos, y para esclarecerlos 1 habiase nombrado un juez especial, el licenciado Antonio de la Gama. Halla.base, pues, el gobernador bajo la acci6n de un proceso civil cuando el obispo lo redujo a prisi6n, embargandole todos sus bienes para el san,to o-fie?°o.En la ca.reel muri6 el procesado, sin que las protestas del juez lograsen moderar, ya que no contener, la severidad inquisitorial.

Fundaci6n de la Nueva Ciudad.-Los vecinos de Caparra, descontentos por lo insalubre del poblado, ha-. bian mostrado varias veces su deseo de trasladar la poblaci6n a otro sitio. Para el trafico mercantil era inconveniente aquella situaci6n, RAZA NEGRA-TTPO CAFRE. a una legua de la playa Y entre pantanos que en- (Importacion prohibida por las Leyes torpecian la comunicade Indias.) ci6n ; pero Ponce de Leon era opuesto a la mudanza y obtuvo una real cedula prohibiendola.

Muerto don Fernando en 1516, renovaronse las reclamaciones y Cisneros confi6 a !os padres jer6nimos, que como gobemadores especiales enviara a Santo Domingo, el cuidado de resolver la controversia. Los jer6nimos

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HISTORlA DE PUERTO RICO

aprobaron la mudanza, concediendo por ejido de la nueva ciudad " toda la islet a que f orma la ban,da septent,ri:onal

EL EMPERADOR CARLOS V DE ALEMANIA Y CARLOS I DE ESPARA.

de la baliia;" pero como esa faja de terreno se hallaba separada de la isla principal por dos cafios, los que tlevan

LA CASA DE AUSTRIA

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hoy el nombre de San Antonio y J\.fartfo I'riia. aplazamn la fundacion de la ciudad para cuando cstuvicscn tcr111inados dos puentes que evitascn cl peligroso vado por aquellos sitios.

Satisfechos los vecinos con ta! acuer<lo, aguardaron su cumplimiento tranquilamente hasta 1519, en quc se aumentaron las penalid,s1des publicas con una horrorosa epidemia de virnelas. Esta enfcrmedacl foe introducida en Santo Domingo, al terminarse el afio I 5 r8, por los barcos conductores de esclavos africanos y comunicado facilmente el contagio a Puerto Rico, proclujo gran cstrago, especialmente entre los indios, rec\ucidos, segun c6mputo oficial, en una tercera parte.

Renovadas entonces las exigcncias de translaci6n comision6 el rey al licenciado Rodrigo de Figueroa, succsor de los jeronimos, para detenerse en San Juan y examinar y proponer lo que creyese oportuno, aprobando Figueroa la resoluci6n de sus predecesores y autorizando a Ponce de Leon, cuya casa de piedra en Caparra tenia cadtcter de fortaleza, para permanecer en ella, pero trasladandose la isleta en los dias de cabildo.

Esta ultima imposicion no llego a cumplirse, pues la ciudad no qued6 oficialmente instalada en sn nuevo asiento hasta 1521, cuan<lo ya Ponce de Leon se habia ausentado del pais para siempre.

Muerte de Ponce de Le6n.-La noticia de! descubrimiento de Mejico par Hernan Cortes, en 1519, no tard6 en iiegar !:.,Puerto Rico, despertanclo en el veterano conquistador, a la vez que sus instintos belicosos, la sospecha de que aquella Florida, que el habia llamado isla, podia estar unida al opulento territorio azteca.

Obsesionado por esa idea, apresur6se a utilizar sus privilegios colonizadores, comunicandolo asi al rey en

a

HISTORIA DE PUERTO RICO IO de febrero de I 521 y alejandose de Puerto Rico en 20 de! mismo mes con dos pequefios barcos armadas deficientemente.

Esta precipitaci6n fue funesta a Ponce, pues al desern-barcar en la bahia que por mucbo tiempo ha llevado su nombre, vi6se acosado par los indios en numero muy superior al de las fuerzas que el habia podido reunir, y con dificultad logr6 regresar a sus barcos, herido gravemente en un muslo, seguido de muy corto m'.1merode sus compaiieros.

Obligado a detenerse en la Habana, gangren6sele am la herida por falta de asistencia, y tras cruel padecimiento entreg6 su alma al Creador, confiando a uno de sus compaiieros la administraci6n de los barcos, de qne se apoder6 arbitrariamente el alcalde de la Habana, en junio de 1521, enviandolos a Veracruz con caballos para Hernan Cortes.

La muerte de Ponce de Leon foe generalmente sentida, hacienda justicia a sus meritos el gobierno espaiiol al conceder a su hijo Lurs el titulo de adelantado de la Florida y todos los cargos y honores paternos, con excepci6r1 de la capitania general de Puerto Rico. Par Real Cedula fue autorizado Garcia Troche, yerno y albacea del conquistador, para servir dichos cargos hasta que su cuiiado, adolescente todavia, alcanzase la edad indispensable para ej ercerlos. ( 9) Los Franciscanos en Aguada.-Desde ISII, habfa dispuesto el rey Cat6lico la erecci6n de un monasterio de la orden de San Francisco de Asis en San Juan ; pero el !11andato no se cumpli6 a causa del poco fruto que la pobreza del pais prometiera.

Traidos luego los dominicos por el obispo, y favorecidos con los donativos del monarca y los prestigios de la

PARA CO QU!STAR LA FT.ORIDA.

HISTORIA OE PUERTO RICO

Inquisici6n, acudieron los franciscanos a hacer valer la disposici6n de 15n, como derecho de primacia.

El Padre Manso, obligado a favorecer a los dominicos que no querian la vecindad de sus colegas monasticos, propuso a los franciscanos que se instalasen en la villa de San German, proposici6n que fue aceptada, dando principio la orden serafica a la construcci6n de su convento del Espinar, en las playas de la Aguada.

La elecci6n de este sitio se relacionaba con la controversia que mantenian los pobladores de San German, pid iendo unos que se les sacase de aquellos arenales, donde no se podian construir casas de piedra, otros, con Luis de Afiasco a la cabeza, combatiendo la mudanza y pidiendo recurses para construir puentes y calzadas para ir a las minas.

En 1 r de junio de 1526 habiase instru1do un expediente informative de! cual result6 ordenada la translaci6n, y de aqui que los padres franciscanos optasen por fundar su monasterio en Aguada. Pero coma gran parte de los vecinos se mostraron rehacios a cambiar su residencia a aquel lugar, fue necesario expedir en 5 de mayo de 1528 una cedula real retirando los privilegios de vecindad a cuantos retardasen por mas tiempo la instalaci6n de sus casas en el sitio de San Francisco. A pesar de lo energico, el mandamiento qued6 incumplido.

Destrncci6n de San Germa.n.-La rivalidad suscitada entre el rey de Espana y Francisco I? de Francia por sus aspiraciones al trono aleman, en las que result6 triunfante Carlos Quinto, habia dado margen a guerras sangrientas en que no cupo al monarca £ranees la mejor parte.

Al calor de esas Iuchas concibieron algunos armadores

LA

CAS.\

DE AUSTIH/\

de Normandia e1 prop6sito de ejerccr represalias provcchosas en las colonias espai'iolas, comcnzando por inquictar los vecinos de las islas Canarias.

En junio de r528. una nao francesa apoclcn'>seen Lanzarote de una carabela portugue.a. y rcparticmlosc en los dos barcos su tripulaci6n corsaria, hicicron rumbo {i la l\Iargarita, donde poco daiio l()~raron ..:ausar.

Puerto Rico, cchanclo Desde alli SC <lirigieron pique un barco que hallaron frenlc al Caborrojo. y 11an~gando por el oesle y cayendo ck improviso sohrc San Ccrman, incencliaron la villa, clcspues de hahcrla saqucado. hasta el punto de no perdonar las ropas de cama, cl menaje casero y cuanto juzgaron de alguna utilidad.

Estc suceso inespcrado pudo scr favorahlc al empcno acariciado por los frailes, pues ante la ncccsidad de construir la villa de nueva planta, clcsaparcda el dcrccho consuetudinario alegado por los vccinos del Guaorabo.

Sin embargo, la soluci6n debia ser otra.

Los inclios de barlovento, demostramlo la cxaclitud de los informes que sus hermanos de Puerto Rico les transmitian, invadieron en nocturne asalto las playas de la Aguada e incendjaron la ranchcria, con honorcs de monasterio, lcvantado por los franciscanos. asacteanclo :t cinco de los rcligiosos.

Los supervivicntcs. atcrraclos con aquella catastrofe, alcjaronse clc la isla ,. la villa de San German comenz6 a reconstruirsc en su primitivo emplazamiento.

Panico en la Ciudad.-La fncil destrucci/m de San German advirti6 a los vecinos de Puerto Rico el peligro a que se hallaban cxpue. tos. pucs ning-una 1hra de defensa Jes ponia ft cnhicrlo de un ataqnc scmejante.

En consecuencia, pidieron a Espana que se les prove-

a

a

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HlSTORIA

DE PUERTO RICO

yese de un pequeiio fuerte, por lo menos, demostrandose bien pronto la urgencia de tal petici6n, pues envalentonados los jndios del exterior con la impunidad en que se dejaban sus asaltos, atrevieronse en noviembre de 1529 a penetrar en la bahia, echando a pique una lancha de pasaje, despues de apoderarse de sus tripulantes.

Aunque se !es dispararon algunos tiros de lombarda desde la ciudad, ningun dafio pudo causarseles, produciendo este acto •de audacia tal inquietud en las famiJias, que mujeres y nifios se acogieron a dormir en la catedral, mientras los hombres se relevaban en vela constante, temiendo nuevos asaltos.

Menudearon las exigencias para que se levantase una fortaleza y pidieronse barcos sutiles para perseguir a los invasores; pero las solicitudes tardaron tanto en oirse, que un aiio despues, en octubre de 1530, quinientos guerreros indios abordaban las playas orientates; subieron hasta las minas del Luquillo; saquearon !a finca de Cristobal de Guzman, colono laborioso y muy estimado, al que dieron muerte con todos sus servidores blancos, y se 11evaron en sus piraguas todos los negros e indios que en ella encontraron.

Recrudeci6se el panico en la ciudad, aumentando este contratiempo el decaimiento de los animos producido por un desastre de generales consecuencias.

Ruina General.-Son comunes en las Antillas durante el per1odo canicular esos fen6menos meteorol6gicos que llevan hoy el nombre de " cfrlo11es" y que los indigenas llamaban "/111raca11es." achacando sus perturbaciones devastadoras al poder de los espiritus maleficos.

Tres de esos huracanes azotaron a Puerto Rico en 26 de julio y 22 y 31 de agosto de 1530, y foe tat su violencia y tal grado de miseria produjeron, que un juez especial

LA CASA DE AUSTRIA

nombrado para activar la recaudaci6n de tributos, debido a la general penuria, hubo de suspender espontanearnente sus funciones.

NOTAS

N um. 8. Entre las plantas utiles aclimatadas en las Antillas, se cuenta el bananero ( 1n1ua, paradisiaca) 1 llamado vulgarmente platano.

El padre dominico fray Tomas de Berlanga llev6 de Canarias a Santo Domingo en 1516 los primeros rizomas • del n-utsa regia, una de las principales especies del platano, cultivandolos felizmente en el convento de su orden, en Santo Domingo. por cuya ra.z6n se d-i6 el nombre de dominico a esa variedad, que tambien se titula platano del Co,igo.

Los barcos importadores de esclavos africanos introdujeron luego otras nuevas especies, entre ellas el guineo ( musa sapientce), como introdujeron otras plantas, entre ellas la dioscorea sativa, tuberculo alimenticio al que daban los negros el nombre de natne, que ha logrado prevalecer.

Num. 9. Fue este Garcia Troche, en representaci6n de don Luis Ponce de Leon, quien construy6 en 1523 el edificio que lleva el nombre de Casa Bla1ica, acudiendo con esa fabrica a prolonga.r el privilegio reconocido al Conquistador, de tener su casa por fortaleza, en tanto no ordenase el rey construirla en otra forma.

Casa Blanca, una de las escasas construcciones de piedra que figuran en la informaci6n estadisticcl de 1530, no tuvo en su fundaci6n mas que un piso bajo con 24 pies por cada fren te.

Ensanchado y modificado sucesivamente ese edificio

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HISTORIA DE PUERTO RICO

primitivo, fue en realidad morada de los sucesores de Ponce de Leon, hasta 1579, en que por exigencia de las nuevas fortificaciones, se incaut6 de la casa y su extenso solar el gobierno espafi.ol, destinandolo al cuerpo de lngenieros militares.

CAPfTULO DEC.ADENCIA DE LA COLONIA-LOS -NUEVO

VI INGENIOS DE AZUCAR

REGIMEN

Perturbaciones Intestinas.-En febrero de 1526 habia muerto en Espana don Diego Colon, y como su hijo don Luis era un nino todavia, confi6se la gobernaci6n de Indias al obispo de Santo Domingo, don Sebastian Ramirez de F1tenleal, con titulo y funciones de Presidente de la Audiencia.

Fuenleal, que no parti6 para su destino hasta octubre de 1529, detuvose ex profeso en Puerto Rico, donde Pedro Moreno, lugarten iente del Almirante don Diego, desde la muerte de Sancho Velazquez, senHa aumentadas las vicisitudes econ6micas de su gobierno, por las de orden social a que daban fomento las funcionarios publicos.

Entre estos figuraba Antonio Sede>io, Contador real por influencias de Ponce de Leon, que al desaparecer su protector, puso en descubierto las malas condiciones de su caracter auda.z, codicioso y pendenciero. En pugna hallabase entonces con el tesorero Blas de Villasante, porque uno y otro ambicionaban la adquisici6n de los indios pertenecientes a la hija del cacique Caguas, para aplicarlos al servicio de las haciendas que respectivamente fomentaban en el Otuao con las rentas de) tesoro real.

Apaciguos·e la reyerta con la llegarla de Fuenleal, quien hizo depositar a la india y a SUS subditos en la granja del f,r,

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RISTORIA DE PUERTO RICO

Toa y di6 cuenta al Consejo de Indias de aq1.1ellosdes6rdenes.

Sedefio, suspendido en su empleo y acusado de defraudaci6n, se ernbarc6 para Sevilla, donde consigui6 sincerarse, autorizandosele para conquistar y poblar la isla de Trinidad; y Villasante, con menos suerte, fue denunciado al obispo como incapacitado para servir cargos publicos, por ser nieto de un hereje quemado en Medina por el Santo Oficio.

La demmcia era falsa ; pero el obispo, que a pesar de titularse lnquisidor genera,/ de Indias, no habia logrado que en Santo Domingo y Cuba reconociesen su autoridad, desquitabase de esa merma de poder exterior ejercitandolo implacablemente en su diocesis. Blas de Villasante y su hermano Juan, escribano mayor de minas, fueron encarcelados y asi hubieran continuado por tiempo indefinido, a no mediar una orden reclamando la presentaci6n de los acusados ante la autoridad imperial.

Nuevo Gobernador.-Occurri6 en esto el fallecimiento de Pedro lvf oreno, y como los privilegios colombinos subsistian, ocnp6 la lugartenencia vacante el alguacil mayor Fra.11ciscoMamul de Olando, hombre rigido que asi supo abogar por los intereses de la colonia, como refrenar a sns perturbadores.

El primer cuidado de Olando, solicit61o una informaci6n estadistica que de Espana se habia reclamado desde marzo de r530 y que puso de manifiesto el desequilibrio de la poblaci6n, constituida en esta forrna: ~ 1es con vecm • d ad { casados con blancas...........

Col onos espano casad os con •md'1as.............

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Colonos solteros sin vecindad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 298 Total de blancos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 369

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Indios 1ibres encomendados.... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 473 Indios esclavos ......................................

675 N egros africanos esclavos { Varones •• • • • • • • • • • • • • • • • • 1• 168 Hembras ......

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No se incluye en ese c6mputo a los hijos y familiares de cada colono; pero aun suponiendo las cifras omitidas, la raza blanca resulta en proporci6n desventajosa.

Y poco favorable a la moralidad en las costumbres debia ser esa cifra. crecidisima de solteros sin vecindad, labradores algunos, rezagados de una expedici6n del padre Las Casas, fracasada en 1521, pero en su generalidad, formada por tahures y estafadores.

El aumento excesivo de africanos y las condiciones de su adquisici6n ofrecian otro genero de inconvenientes.

Carlos Quinto, con objeto de indemnizar a la compafiia Vvelser, de Augsburgo, de la que tomara fuertes sumas para sus campanas belicosas, habia sometido a aquellos mercaderes extranjeros, desde 1528, la colonizaci6n de Venezuela, autorizandolos para introducir 4,000 negros naturales de la costa de Guinea, en las Antillas.

Los alemanes encontraron mas c6modo adquirir esos negros en Cafreria 6 en los puertos berberiscos, y como el numero de indios era cada vez menor y la necesidad de trabajadores cada vez mas apremianle, los colonos de Puerto Rico se apresuraban a substituirJos por africanos, sin reparar en sacri ficios, no echando de ver la supercheria de los tratantes, hasta que cafres y berberiscos mostraron su condici6n rebelde a la servidumbre, siendo necesario en 1532 apelar a las armas, para dominarlos de modo sangriento.

Administraoi6n Eclesiastioa.-La colonizaci6n de Venezuela trajo por consecuencia la erecci6n de un obis-

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pado en aqueUa comarca. Para dicha mitra fue electo don Rodrigo de Bastidas, clerigo sevillano nombrado en octuhrc de 1521, dean en Santo Domingo, donde su padre habia a<lquirido grandes riquezas.

Coincidiendo la concesi6n de esa nueva mitra con la denuncia formulada contra don Alonso .Manso, por detentaci6n de rentas del monarca foe comisionado el prelado venezolano para investigar las cuentas de su colega puertorriquefto, autorizandolo para proceder en j usticia.

Bastidas lleg6 a Puerto Rico en noviembre de 1532 y puso en descubierto un alcance de 4,000 pesos en las rentas eclesiasticas, cuyo ingreso inmediato exigi6, rct.rando a ::\lanso la facultad de recolectar los diezmos y la de intervenir en las obras de fabrica. Al dar cucnta al Consejo de estos hechos, procuraba el pesquisidor e.xcusar al prelado puertorriqueflo, con su vejez. que lo somet1a i la volunta<l de algunas de las personas que lo rodcaban; pero es lo cierto, que a pesar de la seyeridad con quc en aquella ocasi6n se le tratara, las debilidades de Manso continuaron en aumento.

Prestamistas y Logreros.-Recomendado por las autoridades eclesiasticas de Santo Domingo, habia llegado iL Puerto Rico un digno sacerdote, cl bacliiller Francisco de G11(1diana.quien honrado con el cargo de provisor. dedic6se a combatir la usura, considerada entonces como un delito cuyo conocimiento correspondia al anto Oficio.

El obispo, tan celoso de sus fueros inquisitoriales, ni una sola vez habfa atacado a los logreros que devastaban el pa1s: pero las observaciones de su provisor le obligaron a autorizar en febrero de 1533 un juicio informative que revel6 las iniquidades cometidas, especialmente en los llamados prf:stamos sobrc coscchas cu flor, que inevitable-

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mente entrafiaban el despojo de las fincas hipotecadas a los usureros.

Armado con aquella prueba documental, fulmin6 el padre Guadiana, desde el pulpito, censuras implacables contra las autores de talcs fechorias 1 y Manso, lejos de apoyarlo en tan honrada campaiia, le retir6 el provisorato y de tal rigor le hizo victima, que el bachiller crey6 prudente abandonar el campo, refugiandose en San German.

En tanto, las paniaguados del obispo formaban una contra informaci6n para demostrar que la usura, tal y como se practicaba, era cosa muy util.

Olando y otras vecinos de recto sentir apoyaron Guadiana, pidiendo al Consejo que se le proveyese de una canongia para que continuase con mayor autoridad sus predicaciones. La canongia foe provista, pero Manso no di6 curso al nombramiento, por lo que el ex provisor hubo de emigrar al Peru. aprovechando un barco que en solicitud de caballos para Pizarro, llegara a San German en febrero de r 534.

La Colonia en Peligro.-No debia encontrarse solo el escarmentado bachiller en aquella marcha. Las noticias hiperb6licas sobre el imperio de los incas, del cual volvian algunos, enriquecidos en poco mas de un aiio, soliviantaron a los agobiados puertorriquenos. que saquea<los por los usureros, empobrecidos por los ciclones, maltratados por los corsarios y acosados por los indios de barlovento, entrevieron un rayo de esperanza en la emigraci6n a aquel pais uberrimo.

El grito: "iDios me l/c7,1e al Pcr,Lf ,, se hizo general y fuele preciso a Olando. para evitar la despoblaci6n! amenazar con pena de horca a cuantos intentasen ausentarse. Aun asi. escaparon alg-unos secretamente en un barquichuelo, y a la ~Iona, hubo de correr tras ellos el

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energico gobernador, azotando a unos y abriendo heridas en las plantas de los pies a otros, para conterner1os.

Las quejas por estas violencias llegaron a Espana y de alli expidieron una orden permitiendo a los vecinos salir libremente de la isla, con sus familias, esclavos y ganados, con cuya medida se hubiera puesto fin a la colonia a no mediar otras alentadoras circunstancias.

Protecci6n Ineftcaz.-Las reclamaciones dirigidas a la metr6poli desde Ia destrucci6n de San German, habian sido constantes. Los dominicos, que tomaron la iniciativa como procuradores, recabaron solamente permiso y limosna en 8 de septiernbre de 1532 para fundar un nuevo convento en la villa destruida, cerrando asi el paso a sus riva1es los franciscanos, dado que tratasen estos de volver al pais. La construcci6n de un fuerte almenado 6 fortaleza en la ciudad, habiase autorizado desde r3 de mayo de I 529; pero como los fondos para construir1o debia producirlos el impuesto de uno por ciento sobre las mercaderias introducidas de Espana, bubo que aguardar el resultado de la recaudaci6n. En 27 de febrero de I 531 se dispuso que se levantase el plano de la obra. comprensiva de un baluarte y torre almenada, y se sefialase sitio para su emplazamiento, retardandose hasta 28 de marzo de I 533 la autorizaci6n para abrir los cirnientos. Los bergantines guardacostas se enviaron de Sevilla en piezas, incom.. pletos, y para utilizarlos se imponia un gasto mensual, que seg{m Olando, no podia soportar la ciudad. exhausta de recurses para construir una ca.reel de madera que s6lo costaba 300 pesos. Por fin se armaron los bergantines con los dineros destinados a la fortaleza y se enviaron al mando de! capitan f 11011de l'1tcar a dar una batida a los indios de la Dominica; pero ni couventos, ni fortalezas, ni

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alardes militares, eran medi<las adecuadas a la situaci6n del pais, menesteroso de producci6n.

Las Minas de Oro podian considerarse agotadas. En 1520 la renta del Tesoro Real, correspondiente al quinto de producci6n, habia llegado acomputarse en 40,000 pesos

-... .;

LA FORTALEZA.

CONSTRUCCI6N

PRIMITIVA.

por fundici6n, practicandose dos fundiciones anuales, y el descenso se habia acentuado de! tal modo, a pesar de haberse extendido la explotaci6n al rio de Luquillo, que en 1534 solo se recogfan 6o,ooo pesos anuales, repartibles entre todos los mineros.

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RISTORIA

DE PUERTO

RICO

Practicada la explotaci6n al principio en los rcmansos de los rios 6 en yacimientos superficiales, a expensas de los in<lios, a la vez que estos fueron extinguiendose, hubo quc duplicar la faena, por lo rcc6ndito de los veneros, recurriendose, en mal hora. a la adquisici6n de negros compraclos con auxilio de prestamos usurarios gravosos, que obligaron abandonar la explotaci6n.

La Caiia de Azucar babiase llevado a la Espanola des<le Canarias, en cl segunc.Iov-iaje de Cristobal Colon, y ya en 1506 ensayabase con exito en aquella isla la fabricaci6n de azt'.1car.

Fomentada esta industria con resultados provechosos, pues el producto se vend1a en los puertos de Santo Domingo a un peso de oro la arroba, extencli6se sin dificultad la explotaci6n a Puerto Rico, donde funcionaban en 1533 tm trapiche hidraulico y dos movidos por caballos, de los cuales se enviaron a Sevilla, en dicho ailo, 952 arrobas de

a

azucar.

Mermada la produccion aurifera, convenia desarrollar la sacarina; pero la instalaci6n de los ingenios era costosa y necesitaba protecci6n oficial. A solicitarla rnarch6 a Espana, con caracter de procurador insular, el alcalde orclinario Juan de Castella11os, quien rcgresaba a la isla en marzo de 1536, nombrado tesorero, por muerte de Villasante, con autorizaci6n para prestar hasta 4,000 pesos Ia hmdaci6n de cuatro ingenios. Ademas destinados de esto. se les condon6 cl quinto de tributaci6n a los hacendados; se oblig6 a los introductores de africanos a llevar al pats un colono blanco libre por cada cinco esclavos, y se dispuso la traslaci6n de cincuenta labradores espanoles con sus familias. para aumentar la poblaci6n.

Privilegios Extinguidos.-Otra medida irnportante fue la reversion a la Corona de todos los privilegios de la

a

DECADENCIA

DE LA COLONIA

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familia de don Diego Colon, mediante un convenio con don Luis Colon, por el cual estc disfrutada de rentas y pensioncs, que por lo correspondiente a Puerto Rico, se fijaron en 500 mil maravedis anuales, con caracter vitalicio, pagables desde I~ de enero de I 537 en adelante, y ademas cuatro mil ducados en oro 6 sean 1,500,000 maravedis, por una sola vez, para ayuda de costas.

Por consecuenc-ia de este convenio se revocaron los poderes de Olando y por Real Cedula a 12 de enero de

c._ fNGENIO PRIMlTIVO D£ AZ0CAR.

I 53;,

se :!utorizo a los regidores municipales de Puerto Rico y San German, para elegir anualmente dos vecinos que los gobernasen, con jurisdicci6n civil y criminal en primera instancia y apelaci6n de sus sentencias ante la Audiencia de Santo Domingo.

Iniciabase, pues, en Ia Colonia, un nuevo regimen con-

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HISTORIA DE PUERTO RICO

fiado a la discreci6n y capacidad de los vecinos; pero no habian transcurrido seis meses cuando ya estallaban los chismes y discordias, y se pedia un justicia, que no fuera del pais, como garantia de vidas y haciendas.

Huracanes Desastrosos.-Tres ciclones consecutivos, en julio y agosto del mismo aii.o 1537, devastaron de nuevo la isla causando mayores estragos que los de 1530, pues los plantios de cafias se extendian por las bajuras inmediatas a los rios en cuyas corrientes desbordadas desaparecicron labranzas, ganados y esclavos que representaban todo el caudal de algunos labriegos.

Para mayor desdicha volvfa la guerra a suscitarse en Europa y los franccses reanudaban sus campanas piraticas en las Indias.

En j unio de I 538 entraba al puerto de San German una nave normanda, de la cual desembarcaron ochenta hombres que incendiaron la villa recien constru1da y saquearon la iglesia y el convento de los dominicos.

Esta vez no salieron muy bien librados, pues juntandose hasta treinta vecinos a caballo, de los que se hallaban en sus estancias, y ayudandolos un aguacero que moj6 la p6lvora de los arcabuces, arma principal de los invasores 1 fueron estos desbaratados al arma blanca, dejando quince muertos y tres prisioneros que sirvieron de rehenes para recuperar las campanasr ornamentos de la iglesia.

El Castillo del Morro.-El ataque a San German favoreci6 la defensa de la ciudad. En ag-osto de 1538 se libr6 un credito de 500 pesos sobre el Tesoro Real para terminar la Fortaleza. emplazada en una caleta interior donde !5C practicaba la clescarga de los buques, es decir, en Lm sitio quc "solo cicgos llllbiC'ranelcgido." como dijera con sobra de razon Gonzalo Fcrn{mdez de Oviedo, e1 futur<Yhistoriador de las lndias.

DECA.DENCIA DE LA COLONIA

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Desde el ano anterior habia recomendado Oviedo, como lugar adecuado al objeto, un morro 6 penasco saliente, situado en la misma embocadura de la bahia, desde el cual era facil observar los buques que cruzaran por alta mar, e impedir, con artilleria, toda agresi6n al puerto.

Desoy6se el consejo y forzoso fue remediarlo. Dando por malgastados los 8,000 pesos invertidos en la fortaleza, se libr6 otro credito de cuatrocientos pesos en 18 de abril de 1539, para empezar las obra.s de un nuevo baluarte sobre el morro.

Sede Vaca.nte.-A solicitar la mitra vacante acudio Bastidas, y tan recomendada fue su pretension que en 16 de septiembre de 1540 firmaba Carlos Quinto en Bruselas la orden autorizando al 1Iarques de Aguilar para presentar y recomendar en Roma al nuevo prelado.

CAPITULO GOBI ERNO

POPULAR--GOBERN

VII

ADORES LETRADOS-MONEDA

COLONIAL

Libertad de los indios.-La protesta de los dominicos en 15II y la subsiguiente campai1a de! padre Las Casas, sancionadas por la Bula de! pa.pa Paulo III, a 9 de julio de 1537, no obtuvieron cumplido efecto hasta el 21 de mayo de 1542, fecha en la cual orden6 Carlos V. dar libertad a to<los los indios. reconociendoles igual conclici6n y derechos que a sus dem~1svasallos. Ratificada esa orden en 26 de octubre de 1544, foe encargado de hacerla cumplir en Puerto Rico el nuevo obispo, quc a mediados del afio r 54-2habia tornado poscsi6n de su mitra.

Bastidas, seg(m informe dirigido al Consejo de Indias, solo encontro sesc11ta indios. cntre grandes y chicos. a quienes aplicar aquella merced. y como en el censo formado por Olanclo en 1531 se elevaba el numero total de indios a r I 48. habrta que suponer mortan<lacl grande en los trece aiios transcurridos, para justificar tal descenso. a no haberse descubicrto luego por el mismo obispo las ocultaciones de algunos propietarios: ocultaciones puestas en evidencia seis aiios despues por el doctor Vallejo, gobernador de la isla. al encontrarse con gran m'.1merode indios confundidos en las fincas rurales con los esclavos africanos. ~-.coma estos. transmitidos en venta de unos a otros ,·ecinos.

Es decir. quc el obispo fue vktiina de un amaiio tardia So

GOBIERNO

e imperfectamente corregido.

POPULAR

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Pero, de todos modes, la doctrina legal red en tora era indiscutible, y aquellos sesenta indios presentados al prelatlo; los que paulatinamente se de5cubrieron en las fi.ncas, y treinta retirados de la Mona para librarlos de fechorias piraticas, declarados fueron en 1ibertad absoluta, de la que ellos dispusieron para alejarse de las poblaciones que !es recordaban sus padecimientos, internandose en la serrania con direcci6n a las comarcas del sur, dondc establecieron sus vivienclas.oCorsarios Franceses:-Cornisionado Bastidas para informar acerca del estado general de su di6cesis, forzoso fuele describir la violenta situaci6n en que se hallaban los vecinos de San German, obligados a esconder sus ·familias en los mantes, por la inseguridad <lei puerto.

Desde octubre de I 540 se habia autorizado al tesorero Castellanos para construir una fortaleza en aquella villa.

Carnenzadas las obras con gran actividad y solidez, recibi6se orden del Consejo para suspenderlas, e im'.1tilmente protestaron autoridades y vecinos de aquella paralizaci6n, previendo las consecuencias que no tardaron en sobrevemr.

En febrero de 1543, no ya un barco £ranees sino una armada de tres velas se habia presentado en la costa de! sur, cerca del rio Guayama, mandando a tierra cuarenta hombres, que saltcaron los hatos robando el ganado. Reembarcados despues del pillaje siguieron hasta el Caborrojo, dirigiendose a San German, cuyo rehecho caserio incendiaron, acechando desde el puerto el paso de buques mercantes, de los cuales fueron cuatro desbalijados.

Destac6se desde Santo Doming-o una escuadrilla en persecucion de aquellos malhcchorcR. logranclose apresar la nao capitana con sus cuarenta tripulantes; pero como

HISTORIA DE PUERTO RICO

esta presa, si provechosa para el Tesoro Real, ni reparaci6n ni garantias brindaba a los vecinos de San German, negaronse estos a reconstruir la villa si no se les terminaba la fortaleza.

La resistencia era fundada y Bastidas no ocultaba la necesidad de atenderla; pero no cabia esperar resoluci6n favorable, cuando aun seguia sin artillar la casa fuerte levantada en la ciudad, y las baUestas y arcabuces que se enviaran de Sevilla eran trastos inutiles por falta de hombres aptos para manejarlos.

Desgobierno de los Alcaldes.-La informaci6n episcopal en cuanto al orden y relaciones sociales en toda la comarca tampoco podia ser satisfactoria.

En 20 de agosto de 1541 habiase mandado aplicar a Puerto Rico una ordenanza general sobre pastes, montes y aguas, declarandolos de aprovechamiento comun por todos los vecinos de la isla, autorizados, desde luego, para apacentar sus ganados y construir casas y boh1os donde mejor les conviniese.

Esto era perturbador, pues desde el principio de la colonizaci6n se habia sefialado a cada colono en su cedula de vecindad la porci6n de tierra que en propiedad le corre~pondia, estableciendose luego por acuerdos reglamentarios, las indispensables servidumbres de transito y abrevaderos. Si esos respetos a la propiedad particular se habian de alterar con la facnltad de introducir cada cual sus ganados en el predio ajeno, la ruina de la agricultura era inevitable.

Como es de suponer sobrevinieron disturbios que acrecentaron los que ya venian experimentandose desde la instalaci6n de los alcaldes gobernaclores. Los duefios de hatos protestaron ante el concejo de San J nan, contra la provision regia, y cuatro regidores que votaron su cum-

GOJBIERNO POPULAR

plimiento vieronse en peligro de morir a pedradas al salir del cabildo.

La exasperaci6n de los terratenientes no les clejaba considerar, que despoblada como se hallaba casi toda la isla, sobraba tierra para todos y no era cosa dificil modificar la aplicaci6n del nuevo precepto. Los escindalos crecieron; temi6se el aurnento de homicidios, que en los ultimos aii.os habian alcanzado cifras e:x.-traordinarias, y obispo, regidores, procuradores y funcionarios reales encontraronse de acuerdo al pedir que se modificase la provision, pero concluyendo a la vez con aquella behetria 6 facultad de elegir los vecinos sus propias autoridades, que tantas perturbaciones habia causado, para lo cual se nombraria gobernador, corregidor 6 juez letrado que no fuese natural de la isla.

1ueces Letrados.-Prest6se atenci6n a demanda tan repetida. En junio de r545, Jer6nimo Lebron, vecino <le Santo Domingo, exhibi6 las cartas patentes que le acreditaban de gobernaclor; pero tal fue su clesdicha, que quince dias despues de su Llegada le sorprendia la muerte, substituyendolo accidentalmente el licenciado fo,igo de Cervantes Loa-yza, Oi<lor de la Audiencia, elegido ex profeso para contener con su prestigio las demasias de las desobedientes alborot-adores.

Loa,)1za procedi6 equitativamente en el reparto de sus rigores. Tan severo fue con los alcaldes, regidores y oficiales reales en la residencia de sus actos, como con las propietarios desmandados de obra 6 de palabra contra las nuevas ordenanzas ,rurales. adqt1iriendo en cacla procesado un enemigo. A tal extreme lleg6, que los mismos individuos clel concejo, que en r 545 se habian alborozado con su nombramiento, pedian al ano siguiente que no se le dejase gobernar a perpetuidad, por que se perderia la

HISTORIA

DE PUERTO RICO

isla; y hasta el probe y circunspecto Castellanos lo acusaba de agravios y lo tachaba de parcialidades.

Pero Loayza continu6 en funciones hasta junio de r 550 en que lo reemplaz6 el doctor don Luis Vallejo, quien cumpli6 su cometido con la inflexibi.lidad caracteristica de un alcalde de casa y corte.

Bastidas y los Padres Dominicos.-El nuevo obispo habia comenzado a ejercitar su ministerio discretamente.

Dcsde la reconstrucci6n de la catedral, que hallo en ruinas, hasta la concentraci6n de los indios domiciliados en la ~Iona. todo fue por el atendido y sobre todo emiti6 circunstanciado informe.

Hablando de los frailes, dos afios despues de su ingreso en la di6cesis, no dejaba vislumbrar el menor desacuerdo con la comunidad, y eso que los dominicos, habian adquirido tierras, ejercitaban industrias y fundaban ingenios de azt'.1car.todo lo cual sumaba una riqueza respetable, en tanto que el obispado continuaba tan menesteroso de rentas que hubo de pedirse la ag-regaci6n, por cercania, de las islas de la Margarita y Cubagua, para aumentar los ingresos.

Obte11ida esa concesi6n, el obispo y su cabiido pretendieron someter las haciendas conventualcs al pafY0 del diezmo. siendo mas de extraiiar csa exigencia cuanto que a Gregorio de Sa11to/a31a,propietario que habia instalado en Bayamon el primer ingenio de azucar movido por foerza hidraulica, le habfa eximido el obispo dcl religioso tribute, mediante la erecci6n de dos ermitas en sns haciendas de Santa Ana y Valle berm JSO, esta t'.1ltimaen las riberas del Toa. La exig-encia dcl obispo era equitatiYa, pero entraiiaba una novedad perjudicial a los frailes. cuya poderosa influencia no tuvo en cuenta el diocesano, el cual se vi6

GO:BIERNO POPULAR

sometido a las consecuencias de ese olvido durante todo su episcopado.

Aburrido con aquella situaci6n y reclamado por el cuidado de pingiies intereses, march6se Bastidas a Santo Domingo, confiando la di6cesis a un provisor, que poco escrupuloso en punto a los derechos del real patronato, descuidaba el cumplimiento de las ordenanzas sobre bienes de difuntos, dando motivo a que el gobernador le requiriese severamente.

Crey6 Bastidas advertir en este incidente las influencias de los dominicos e intent6 _apoyar a su provisor, acusando desde Santo Domingo al doctor Vallejo, de arbitrariedadas y demasias que llegaban hasta la violaci6n de! derecho de asilo, pues el gobernador, que no se paraba en barras cuando de cumplir su deber se trataba, habia extraido de la catedral a un delincuente en pleno Jueves Santo. Esta acusaci6n, que no cogia de nuevas al Consejo de lndias, informado escrupulosarnente de cuanto ocurria en la isla, produjo al obispo nueva contrariedaa, pues se le orden6 regresar a su obispado, de donde no volvi6 a alejarse hasta septiembre de 1555, un mes despues de haber reemplazado el licenciado Caraza al doctor Vallejo, en las funciones gubernativas.

San German en Guadianilla.-Y a fuese por las condiciones de su caracter, ya porque la rigidez de sus predecesores hubiese moderado el desbordamiento pasional de los vecinos, ello es que el licen,ciado Caraza- cumpli6 sus deberes a satisfacci6n de todos. Por bueno lo tuvieron eclesiasticos y seglares, al llegar en agosto de 1555, y bueno debi6 ser cuando al terminar los cuatro aii.os de su gobierno, se le prorrog6 por dos mas sin que nadie protestase de tal medida.

En su tiempo quedaron artillados los dos fuertes de la

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HISTORJA

DE ruERTO

RICO

ciuclad con <liezpiezas de bronce, con lo cual se tranquilizaron los vccinos, inquietos por las correrias constantes de los franccscs.

Cuanto a San German, poco habia que temer. Sin el amparo <le la fortaleza los vecinos habian seguido negandose {i reconstnt ir la poblaci6n. Algunos, buscando un sitio 111£1s segnro, se apresuraron a transponer la Sierra de Cain; otros, muy pocos, encarinados, con el antiguo solar, hab1an constmi<lo sus viviendas a una legua <lei puerto, en paraje rec6ndito, rocleado de cienagas insalubres; pero ni asi cscaparon de la rapacidad piratica que hasta en las granjas e ingenios de azucar hada presa.

Constrenidos por tan tenaz pcrsecuci6n. en pos de los primeros marcharon los i'.1ltimos,extendiendo por las comarcas del snr, hasta el rio I acaguas, sus hatos y labranzas.

Aquella dispersion, sin embargo, creaba obstaculos al regimen oficial y perjuclicaba a los intereses personales.

La agrupaci6n urbana se imponfa con doble exigencia, y para instalarla, busc6se la proximidad de un puerto, a levante de Guilllica, ya que este i'.1ltimoparaje hubo de desecharse por los nnmerosos mosqnitos.

Acaso influy6 en la elecci6n del sitio la vecindad de los indios, que al recobrar su libertad, habianse agrupado en aquella comarca consagrada por el recuerdo de sus

t'tltimoscaciques, constituyendo un poblado al que dieron el nombre de Cil)l(co, sin duda por lo pedregoso del paraje. A una Jegua de ese Cibuco indigena ;e instal6 en 1556 la nneva parroquia de Santa Maria de G1tad1·an·illa, denominada oficialrnente Villa de Sall German, porque en realidad no habia otra en aquel distrito. ( 10) Defraudaci6n Monetaria.-En ese mismo ano de 1556 habia descendido voltmtariarnente del trono el emperador Carlos Q11i11to, para refugiarse en las soledades monasti-

GOBlERNO POPULAR

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cas de Yuste, concertando con el rey de Francia, antes de su abdicaci6n, una tregua de cinco anos que fue violada a los pocos meses, viendose compelido el regio sucesor, do,, Felipe Segmido,. a rnantener nueva y costosa carnpana.

Poca esperanza de seguridad en el litoral quedaba, pues, a los puertorriquefios. Sin embargo ningun nuevo ataque de importancia hubo de perturbarlos, pucs los corsarios eligieron otras comarcas mas pr6speras para teatro de sus rapinas.

Mejoradas las condiciones de orden interior por la babil direcci6n de Caraza, el desarrollo de los ingenios acrecent6se, llegando a constituir el azucar la unica producci6n importante; mas, por desgracia, esos empeiios laboriosos pugnaban con la defi.ciencia de la exportaci6n mercantil.

Al comenzar la conquista habiase permitido elevar a 44 maravedis el valor de un real, que s6lo se cornputaba en Espana por 34. Trat6se de corregir este abuse en 28 de febrero de 1538, pero se excus6 su continuaci6n con la falta de numerario circulante, por lo cual se establecieron, en junio de 1544, casas de moneda en Mejico y Santo Domingo, autorizandose en ellas una acufiaci6n especial con igual ley, peso y valor que en la metr6poli. Este requisite no se llen6 6 se cometieron defraudaciones, y depreciada dicha moneda, no obtuvo circulaci6n en Espana.

A causa de esto la contrataci6n se hacia dificil ; los tratantes redujeron sus importaciones; el arribo de barcos se hizo mas tardio, y como era ocioso producir, sin medics para exportar, el desaliento empez6 a cundir entre los fabricantes de azucar y no faltaron hacendados que abandonasen el pais, en solicitud de mejor asiento.

(10 Bis.)

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HISTORlA

DE PUERTO RICO

NOTAS

Nt'.1m.ro. La fundaci6n en 1556 de la villa de San German en el puerto de Guadia11illa, acreditada por documentos oficiales, civiles y edesiasticos, se registra ademas, con datos preciosos, en un interesante c6dice de Juan Lopez de Velasco, cosm6grafo cronista del Consejo de Indias.

Santa .Nlarla de Guadia11illa era en 1568 una poblaci6n de cincuenta vecinos espaiioles, es decir, cincuenta cabezas de familia, lo que da un c6mputo aproximado de 300 personas, sin contar los esclavos de ambos scxos.

El cura de la parroquia era a la vez vicario de la isla de la Ivlargarita.

Num. 10 Bis. Segun informaci6n dcl doctor don Antonio de la Llama Vallejo, sucesor del gobernador Caraza en 1561, los ensayos practicados para descubrir el valor intrinseco de csa moneda ponian de manifiesto una diferencia enorme, pues que se necesitaban 36o pesos en los curios de oro 6 300 pesos en los de plata, para llegar a la equivalencia de 100 pesos en el cufio legal de la metr6poli. De aqui el alza extraordinaria en el precio de las mercaderias que se irnportaban de SeYilla; accidente ya denunciado por el obispo desde I 559, y al que se agregaba, con efecto agravante, la pobre circulaci6n de oro y plata, a tal punto que ni el mismo obispo podia excusarse de percibir sus 500,000 maravedis de haber, en piezas de cobre, abolladas y recortadas, llamadas calderilla.

CAPITULO VIII INDIOS

Y

CORSARIOS-NUEVAS

POBLACIONES-PRESIDIO

MILITAR

Asa.Itode Guadianilla.-En

29 de mayo de 1564 fue nombrado gobernador don FRANCISCOBAHAM6N DE Luco, capitan de caballos acreditado en las camp.:-.fiasde Flandes, poniendose fin al periodo de los jueces letrados, pero sin alterar el metodo econ6mico administrativo vigente.

No tard6 el nuevo gobernador en ejercitar sus guerreras aptitudes, pues las indios barloventeiios, advcrtidos de la fundaci6n y progresos del nuevo San German, al comenzar el aiio 1565 lanzaron sabre Guadianilla una expedici6n que saque6 el pueblo y dej6 muertos a tres de los pocos vecinos que les resistieron, llevandose treinta cautivos, en su mayoria mujeres.

Baham6n de Lugo hallabase cazando por los hatos del Coamo, con cuatro vecinos de la ciudad, cuando recibi6 la noticia del desastre y a la vez el aviso de precauci6n, pues los indios segufan costeando hacia el este. Sin perder tiempo reuni6 a las estancieros del contorno con sus monteros y esclavos, armadas muchos de ellos con desjarretaderas a falta de lanzas, utilizando las caballerias de los hates para formar un pequeiio escuadr6n, con el cual se embosc6 en la proximidad del rio Guayama.

Los indios, que no aguardaban sorpresa alguna en aquella desierta playa, desembarcaron confiadamente, 89

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HISTORIA DE PUERTO RICO

dirigiendose hacia las cstancias del interior, cuando les cayo enc.:ima, por rctaguardia, la fuerza oculta, a la que C1pttsicrnnhra va rc:-i~tcncia. Sctcnta y siete indios q uedaron muc1ios. Pucstos los otros en fuga, persigui6seles ha~ta cl do. arrebatandoles dos canoas y con ellas los trcinta crntivus de Guadianilla: pero cntre los espanoles tambien hub0 muchas bajas, pereciendo Diego Ortiz, uno de .lo5 acompaiiantes del gobernador, y escapando este ultimo por fortuna, pues le mataron el caballo, y obligado ft c.:ombatir {1 pie, sin armas defensivas, herido fue de un flcchazo, curac.lo penosamen te.

Renuncia de Bastidas.-Gobernador que asi cuidaba cle tcner {1 raya los perturbadores forasteros, no habia de cclar mcnos el or<len interno.

A su llegada encontro la diocesis sin obispo, pues Bastidas seguia en Santo Domingo.

A instancias <let gobernador el rey orden6 al obispo que aban<lonase sus negocios particulares para atender mejor :'t los diocesanos. Pero Dasticlas. que posefa en Santo Domingo un gran patrimonio y aspiraba al arzobispado de aquella isla. excusandose con sus sesenta y nueve afios de cdad. en seis de mayo de 1567 puso la mitra a disposici6n del monarca, que le acept6 Ia renuncia.

Otro Jua.n Ponce.-1\,Iuerto el hijo del conquistador sin akanzar la mayoria de edad, recay6 Ia sucesion mascnlina en un hijo de Garcia Troche, quien antepuso el apellido materno al paterno, llamandose clesde entonces, JUAN PONCE DE LE6N en los extensos docurnentos oficiales que a el se contraen. (TT) Casado en 1546 con una hija del gobernador Cervantes de Loayza, el caudal y prestigios propios aumentaronse con tal connubio. habiendo obtenido, merced a ellos, la akaidia de Ia fortaleza al morir su padre, y mas tarde

INDIOS Y CORSARIOS

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la del Morro; la plaza de regidor vitalicio en el conceJO municipal, y por ultimo el oficio de contador.

En tales condiciones su preeminencia en la colonia era indiscutible; pero Lugo aparent6 desconocerla, tratandolo como un simple subalterno.

Mortificado el nieto del conquistador con aquel despego y nada propenso a diplomacias el militar gobernador, creci6 la enemiga entre ambos con las banderias consiguientes, que Lugo cort6 pidjendo a la Audiencia un juez pesquisidor que residenciase a los oficiales reales.

Ya en r 550, al morir Castellanos, habiase confiado accidentalmente la tesoreria al hijo de Gard.a Troche, el cual se vi6 obligado a enjugar un deficit de 7,000 pesos al terminar sus breves funciones, y a ese antecedente debi6 atenerse Lugo al pedir un examen de cuentas, que produjo la cesantia del tesorero Miguel Aceituno y la suspension del contador, con largo caphulo de cargos, que fueron por este atendidos sin intentar defensa.

El gobernador vencia al parecer, pero quedaba por utilizar el recurso de las inftuencias. Ponce de Leon marchose a Espana y de tal modo las puso en juego, que don Francisco Baham6n de Lugo fue trasladado a Cartagena en diciembre de 1586, reemplazandolo en Puerto Rico don FRANCISCO DE SoLfs. El contador cesante volvi6 a su empleo, autorizandosele ademas para proceder a la conquista de la isla de Trinidad, empefio en que habia fracasado Antonio Sedefi.o treinta afios antes, y que guardaba para su sucesor un desenlace funesto.

La Nu~va Salamanca.-Solis lleg6 a su destine en marzo de 1569, y como su antecesor, hubo de aplicar sus primeros cuidados a la villa de San German.

Los franceses habian descubierto la pob1aci6n agrupada en Guadianilla, y mas crueles que los caribes, re-

ffiS'TORlA DE PUERTO RICO

mataron su saqueo reduciendola a cenizas. Rehacer el caserio en aqt1el paraje, para confiarlo a la exclusiva defe11sade sus moradores, era provocar la repetici6n de los descalabros del Guaorabo, y proponer la construcci6n de un fuerte bubiera sido inoportuno, dada la penuria del pais. Apreciando Solis ta! situacion, obtuvo permiso de la Audiencia para intemar la villa, estableciendo el nuevo asiento, por consejo de los dominicos, en la Loma de Santa NJarta, distante unas cuatro leguas de la costa.

La nueva poblaci6n qued6 instalada oficialmente en 1570, recibiendo el pomposo nombre de N1teva Sala111auca,por ser salrnantino el gobernador que la fundaba; pero vulgarmente se mud6 ese nombre por el de San German el Nuevo, perdurando al fin el de la villa de Sa,i German, con que se habia designado a sus antecesoras.

No todos los vecinos mo~traronse conformes con la determinaci6n de Solis, pues sobre £altar las vcntajas del puerto al nuevo poblado, era harto penosa la centralizaci6n de las familias en terreno fragoso, tan distante de los hatos y cultivos. Expusieron, pues, su protesta los guejosos y la mantuvieron energicamente; pero los argumentos de Solis eran irreductibles.

En I«:> de enero de 1573 estableci6se por Real Provisi6n la inmutabilidad de la nueva villa, conminando con la multa de mil pesos en oro todo aquel que desacatascel mandato.

Tres afios despues, cuando ya Solis habia partido de Puerto Rico para Yucatan, daba cuenta el nuevo gobernador, don FRANCISCO DE OVANDO MEssfA, de haber invadido nuevamente el puerto de Guadianilla los corsarios franceses, que, guiados sin duda por algun traidor, lograron Ilegar a Nueva Salamanca., cebandose en el des-

a

INDIOS

Y CORSARIOS

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medrado caserio y llevandose consigo las mujeres indefensas. Advertidos del dafio los vecinos quc se hallaban en sus estancias 1 reunieronse inmediatamente, y a caballo y bajo una lluvia torrencial que entorpeda la retirada de los malhechores, lograron derrotarlos, rescatando la presa.

Provision de la Mitra.-Para reemplazar a Bastidas se destin6 en 15 de noviembre de 1570 a don FRAY MANUEL DE :rvIERCADO, de la orden de San Geronimo, adelantandosele 137,316 maravedis para que pudiese atender al costo de sus hulas.

Remiso anduvo Mercado en dirigirse a su di6cesis y nada satisfecho mostr6se al ocuparla en marzo de 1572.

La catedral que Bastidas habia empezado a construir de nueva planta, tenia la techumbre de paja y en tiempo de lluvias era forzoso interrumpir los oficios porque el agua se colaba por todas partes. Las lamparas sagradas no se encendian a causa de no encontrarse aceite de olivas en Ia ciudad y no haber aprendido aun los vecinos a extraerlo de los cocos, fruto de una palmera introducida de Africa. ( 12) Para el altar se usaban velas <le sebo por carencia absoluta de cera y abej as en el pais ( I 3), y el sacrificio de la rnisa se hallaba en visperas de suspension por agotamiento deUvino.

Hada un afio qne no llegaba a la isla barco alguno de Espana con mercaderias, y, por consecuencia. a las exigencias del harnbre comenzaba a agregarse la desnmtez de los cnerpos. Los negros clestinaclos a las obras de la catedral clesde los tiempos de Manso. eran viejos que no podian trabajar. y los fondos de fabrica no existian.

Mercado solicit6 remeclios economicos racionales para esa crisis y el rnistT,Ocontribuy6 a aplicar los cle orden moral. refrenando las abusos de algunos clerigos y establecienclo preceptos ejemplarcs para sus dioccsanos.

94

HISTORIA

DE PUERTO RICO

El estado casi selvatico del pais no lo detuvo en su pastoral visita. Como encontrara en las riberas del Coamo unas veinte familias que vivian en estado cerril, desparramadas por los hatos, propusose agruparlas en una poblaci6n, y discutiendo ese proyecto con el gobemador se hallaba, cuando recibi6, en julio de r577, la noticia de SU ascenso a la sede de Panama.

San Blas de Illescas.-FRAY DIEGO DE SALAMANCA, de la orden de San Agustin, reemplaz6 a·Mercado en 17 de agosto de 1577.

No ballando barcos en Sevilla que lo llevaran a su di6cesis, hubo de acogerse a un convoy de guerra que se dirigia a Mej ico y que en vez de conducirlo al puerto de la ciudad lo desembarc6 en las costas de Guanica. Desde el mosquital, seg(m el mismo refiere, hubo de dirigirse con una sobrina y otros familiares que lo acompafiaban, hacia Puerto Rico, utilizando las caballerias que algunos e,stancieros le proporcionaron, recorriendo inc6modamente Ia costa del sur hasta Coamo, para remontar desde alli la accidentada cordillera central que divide de este a oeste la isla.

Reconociendo los inconvenientes de aquel esparcimiento de vecinos, escondidos en mantes y dehesas, sin contacto ni direcci6n social, tom6 a empefio la realizaci6n del proyecto acariciado por .su antecesor, autorizando desde luego la construcci6n de una ermita parroquial.

Como el gobernador Ovando .Messia no tomase inten~s en su civilizador prop6sito, recurri6 al Consejo de Indias en abril de 1579, obteniendo favorable acogida la solicitud y expidiendose en julio subsiguiente la Real Cedula para construir el nuevo pueblo, que tom6 el nombre de San Blas de Illescas, par haberse emplazado en el hato de Cristobal de Illescas, encerrandose los limites

INDIOS Y CORSARIOS

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j urisdiccionales del partido, desde el rio Jacaguas hasta el rio Guayama, y confiandose su direcci6n a un alcalde pedaneo, subordinado directamenle al capitim general.

Un Conquistador Derrotado.-Al participar al rey el padre Mercado su marcha a Panama, aconsejabale no enviar a la isla gobernadores militares que no entendian los negocios civiles y por carecer de letrados que los asesorasen, debian sorneterse a las traparerfas de los escribanos, directores irresponsables de la adrninistraci6n publica.

Igual concepto repetia poco despues fray Diego de Salamanca; mas, por desgracia, el desarrollo de las guerras marhimas y la posici6n estrategica de Puerto Rico, impulsaron al monarca a adoptar procedimientos bien opuestos.

Juan Ponce de Leon habia llevado a efeclo su empresa contra Trinidad; pero £alto de toda prevision militar, descuid6 la defensa de su campamento. De estc modo, sorprendido por los naturales, que habian llamado en su auxilio a los de Dominica, vi6 morir a SU !ado a Garda, su hijo mayor, y caer prisionero a otro mas joven, perdiendo en la refriega gran parte de sus fuerzas auxiliares.

Refogiado en la Margarita para reparar aquel clescalabro, abandon61e su gente y corrido de aquella derrota en que habia consumido casi toda su fortuna, hizo renuncia de empleos para adoptar el estaclo eclesiastico, pidientlo al rey en junio de 1578, la concesi6n para otro hijo de su mismo nombre, de los cargos de alcaide de la fortaleza y el morro.

En 14 de abril de I 579 accedi6se a lo solicitado en cuanto a la fortaleza interior, convertida por Solis en alojamicnto de los gobernadores, y en la cual, por real mandamiento, habitaban los oficiales reales y se custodiaba la caja y documcntos de la tcsoreda. La alcaidia de] morro, sin embargo, se <lcstin6 al capitfin do,i Dmc;o ME:-1 l~NDEZ

HISTORlA DE PUERTO RICO

asistido de cincuenta soldados de infanteria para guarnecerla. Muerto en agosto de 1581 el gobernador JUAN DE CESPEDES,qu.e apenas llevaba un afio de residencia, aunque la Audiencia se apresur6 a substituirlo con don J uAN MELGAREJO, el rey anul6 desde Lisboa ese nombramiento, uniendo en 13 de abril de 1582 los cargos de gobernador y alcaide del morro, con titulo de capitan general, en el capitan Menendez.

Instituci6n del Situado.-Al establecerse una guamici6n militar en el morro y quedar asi Puerto Rico convertido en Presidio militar, habiase librado orden a los oficiales reales de atender a los gastos inherentes a aquel nuevo servicio; pero mal podian las rentas publicas cubrir gastos extraordinaries cuando no alcanzaban a remediar los mas precises. A falta de moneda circulante se practicaba la recaudaci6n de tributes en especies, esto es, en azucar y cueros que los mismos obispos recibian en pago de haberes y que se enviaban al mercado de Santo Domingo, con gran dificultad, por el crucero continue de corsarios.

A tal grado llegaba la estrechez, que en octubre de 1583, al recibir Menendez de Espana alguna ropa para su uso. se vi6 en la necesidad de venderla en San German, mejor dicho, cambiarla por casabe, came y maiz para alirnentar sus soldados hambrientos y tan desprovistos a la vez de vestidos y zapatos, que para trasladarse de la ciudad al morro a servir las guardias, tenian que utilizar la espesura del monte para velar su desnudez.

Vista la penuria de las rentas locales, trat6se de utilizar las de Santo Domingo y Cartagena sucesivamente; pero fue inutil la tentativa, pues ni una ni otra colonia cerraban sus presupuestos con sobrantes.

Al fin se acord6 situar Ios fondos para el presidio miliDE VALDEZ,

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INDIOS Y CORSARIOS

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tar puertorriquefio en la tesoreria de Mejico, estableciendo en 16 de septiembre de 1586 una consignaci6n anual de 2,686,275 maravedis, pagaderos en moneda sonante.

Tai fue el origen del famoso s£t·uado 11iejicano,que elevando sus proporciones a medida que lo exigieron las circunstancias, constituy6, por mas de dos siglos, el ingreso principal, ya que no el t'.mico,del erario insular.

Primeras Fortificaciones.-A las dificultades de orden econ6mico habianse agregado para Menendez las de la defensa militar.

El fuerte del morro era "una casa de forma comt'.m, sin fosos, terraplenes ni trincheras, construida de piedra en la parte que caia al mar y de tapia en sus !ados internos," con un artillado tan pobre y tan mal servido, que fueprecise pedir a Espana dos cafiones de grueso calibre, cinco artilleros ha.biles y p61vora y pertrechos.

Los negros esclavos adquiridos cincuenta afios antes para auxiliar las obras publicas, habian muerto casi todos de vejez, por lo cual hubo de e,rigirse a los vecinos la prestaci6n de sus esclavos y at'.mde sus propias personas, para las obras consiguientes, produciendose molestias y perjuicios que el gobernador era el primero en reconocer, pero de los que no podia prescindir.

A los corsarios franceses se habian agregado las ingleses; que no navegaban en carabelas, sino en fragatas y navies de gran porte, y con flotas de hasta veinte velas, como la que capitaneada par Dralu, cayo sobre Santo Domingo en enero de 1586,arrasando la ciudad. Evidente era, por lo tanto, la imposibilidad de que cincuenta soldados, a pecho descubierto, hiciesen frente a un ataque analogo, cuyas consecuencias debian caer con mayor pesadumb-re sobre los vecinos pudientes.

Por fin las fatigas de los colonos y las continuas recla-

98

HISTORIA DE PUERTO RICO

maciones de Menendez tuvieron termino, comisionandose al maestre de carnpo don JUAN DE TEJEDA para transformar el fuerte del morro en una ciudadela, cuya construcci6n se confio al capita.n don PEoRo DE SALAZAR, veterano curticlo en las guerras de Italia y Flandes.

Sala,:;ar, con 220 arcabuceros que formaban su compafiia, recibio en Lisboa la orclen de trasladarse a Puerto Rico en tres filibotes, que no sin pelear en la travesia con un navio £ranees llegaron a su destine en 28 de mayo de r591~ bien oportunamente por cierto, pues una flotilla de ocho buques ingleses bordeaba la costa y los vecinos del literal, amedrentados, habian intemado sus familias en los montes.

Las obras se emprendieron con gran actividad, auxiliando de tal modo a los soldados de Salazar la buena voluntad del paisanaje, que ya en agosto del mismo aiio daba cuenta el capitan de haber terminado un caballero del laclo de la bahia; y un rc11e//in para defender la entrada, pidiendo mayor numero de canteros, cien negros auxiliares, y sobre todo, dinero para pagar sus haberes a los soldados, que obligados a alimentarse con casabc, porque no se hallaba otro pan en la isla, se desquitaban del ayuno merodean<lo escandalosamente en las casas y huertos de la vecindad.

NOTAS

Nfrm. 11. Juan Troche Ponce de Leon, fue el que hizo trasladar de la Habana, en 1559, los restos mortales de su abuelo, dandoles decoroso sepulcro en la capilla mayor del convento de Santo Tomas de Aquino, hoy iglesia de San Jose.

Los dominicos concedieron al nieto del conquistador

I

DlO

Y

OR

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RIOS

a u mujer dona Isabel de Loayza, el patronato de dicha apilla • m diante cesi6n al con nto del hato de dos legua qu por mucho tiempo e conoci6 en Loayza con el nombre de • Hato de los frailes.' um. 12. El cocotero--cocos nitdfera-es Lmode las mas util s vegetales con que se enriqu ci6 la flora ameri-

VENTO

DE

SA TO

TOMAS,

DONDE

SE C ARDAN

LAS

CEN1ZAS DE JOA ' PONCE DE LE6N.

cana. por con ecuencia de la contratad6n de esclavos negros.

Lie ado de Cabo erde a la Guayana por tratante holandese de alli condujo a]gunos ejemplares a Puerto Ric . en 1549 el can6nigo don Diego Lorenzo, atendiendose a su propagaci6n con tat int re , que ya en 156 ofr ia la ciudad "m1c3 agrada l aspaclo por las 1n1-tchas , alias palmas de cocos que rod aba, las casas."

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HISTORIA

DE PUERTO RICO

Num. 13. Las abejas, que hoy se hallan silvestres por toda la isla, no se introdujeron de Cuba hasta fines del siglo XVIII. Segun informe oficial, en enero de 1794 no se habia obtenido aun ningun producto de los ensayos de aclimatacion practicados, atribuyendose el mal exito a inexperiencia de los cultivadores.

IX

CAPITULO CORSARIOS INGLESES-FRANCIS

ORAKE-INVASI6N

OE

CUMBERLAND

Renovaci6n del Santo 0fi.cio.-N o hallo Menendez de Valdez ocasion de utilizar, en su largo periodo de mando, las obras defensivas alcanzadas por su perseverancia, pues s6lo tuvo que haberselas con un barco ingles que trataba de vender negros bozales en la Aguada.

Sorprendiclos en tierra el capita.a y algunos tripulantes 1 perecieron en la horca despues de sometidos al tormento, no resultando evid.ente la complicidacl de ning{m vecino; pero un fraile que habia llegado de la Margarita poco antes, foe tenido por espia de los corsarios y entregado a la justicia eclesiastica.

Los procedimi,entos inquisitoriales, suprimidos durante los episcopados de Bastidas y Mercado, habianse renovado por fray Diego de Salamanca, y se recrudecieron al renunciar este la mitra y substituirlo, en mayo de 1558, don FRAY NrcOLAS RAMOS, calificador del Santo Oficio.

Al expedirse el nombramiento de este prelado ampli6se la jurisdiccion diocesana hasta Cumana, y por aquella comarca entr6 a gobernar la sede en que debia acreditar gran celo, satisfaciendo la voluntad de Felipe Segundo que expedia 6rdenes prohibiendo todo contacto con luteranos y exigiendo el expurgo escrupuloso de bar101

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HISTORIA

DE PUERTO RICO

cos y equipajes procedentes <le Espana, para evitar la introducci6n de libros contaminadores.

En uno de los autos de fe celebrados durante este periodo inquisitorial, toc6le vestir el infamante sambenito a un mulato man co, natural de Canarias, llamado N uiiez Carrasco. Atribuiasele conocimiento practice de to<los los puertos y fondeaderos de la isla, y como en la vanguardia de Drake al tomar a Santo Domingo, .figurara otro mulato de igual procedencia, la traici6n efectiva de aquel tuvose por delincuencia sospechosa en este, aplicandosele cien azotes por lo ordinario y entregandolo al brazo eclesiastico, que, despues de penitenciarlo publicamente, lo desterr6 a Sevilla.

Menendez termin6 sus fonciones en I I de mayo de 1593, substituyendolo e1 capitan don Pedro Suarc:: Coroiiel, tras del cual Ileg6 a la isla el doctor don Antonio Caldcr6n,, dean de Santa Fe de Bogota, electo obispo <lesde 5 de marzo del aiio anterior, por traslado de fray Nicolas Ramos al arzobispado de Santo Domingo.

Estes dos personajes debian ser actores, dos aiios despues, en la defensa de la plaza amenazada por fuerzas britanicas.

Francis Drake, ya citado en anteriores paginas, era un marina ingles, natural del Devonshire, que desde la edad de diez afios habia comenzado a ejercitar su profe-

si6n en buques mercantes. Asociado a un pariente, John

Hawkins, capitan negrero que tambien debia figurar en Ia marina inglesa con la graduaci6n de contraalmirante, di6 principio a sus exploraciones en las Indias Occidentales asaltando los galeones espaiioles conductores de riquezas y saqueando colonias indefensas, como Santa Cru2 y N ombre de Dfos, que fueron devastadas en I 573.

Con el botin recogido en esas ernpresas adquiri6 tres fra-

CORSAR10S

l TGLESES

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gatas que puso al servicio del Estado, por cuenta del cual salia en 1576 de Plymouth con cinco navios, para dar la vuelta al mundo, penetrando en el estrecho de i1agallanes, saqueando las costas del Peru, reconociendo a California, que llam6 "Nueva Alb1'fm," y cruzan<lo luego e~ mar Pacifico en direcci6n a las islas Filipinas, para caer <lesde alli sobre Java, y regresar a Plymouth en 1580 con un solo buque cargado de riquezas que se valuaron en un mill6n de ducados.

La reina Isabel recompens6 al audaz marine armandolo solemnemente caballero sobre la cubierta de su propio buque, el" Golden Hi11d"; y al reclamar el embajador espafiol don Bernardino de Mendoza la restituci6n de unas presas injustificadas, por no hallarse en guerra las dos naciones, contest6le la soberana que tomaba aquella riqueza como indemnizaci6n a los danos que le habian producido en Irlanda las rebeliones concitadas secretamente por Felipe Segundo.

Dos Millones en Peligro.-Es de suponcr que Drake, movido en sus empresas por espiritu lucrative, no hubiera considerado presa jugosa el miserable peii6n portorricense a no mediar singularisirna circunstancia.

En rode marzo de 1595 di6se a la vela en la Habana, con direcci6n a Sevilla, una gruesa armada procedente de Mejico y Tierrafirme. Soprendida cinco dias despues por ruda tempestad, desorganiz6se el convoy, encontrandose la capitana de Tierrafirme, que mandaba el general Sancho Pardo Osorio, apartada de las demas, con el tim6n roto e imposibilitada para seguir viaje, por lo cual le fuenecesario arribar a Puerto Rico, tomando puerto el 9 de abril y depositando en la fortaleza dos millones de pesos, queen oro y plata, llevaba a bordo.

Siete meses se mantuvieron depositados en la plaza

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llISTORIA

DE PUERTO RICO

dichos caudales, sin sobrcvcnir cl mcnor percance, Hegando al fin en 13 de noviembre cinco fragatas, al ma11<lode dou Pedro Tello de G11.=111ci11, con cncargo de recogcrlos.

Tello hubo de encontrarse cerca de la Guadalupe con dos barcos inglescs, uno de los cualcs apres6. Por contesi6n de los prisioneros <lesrnbri6 quc en aquella isla se hallaba anclada uoa escuadra, capil,lllea<la por Drake y su socio Hawkins, y compuesta de veinte y cinco buqucs, seis <le ellos galcones de seiscientas tonelaclas, que se dirigian a Puerto Rico con tres mil infantes y mil quinientos marineros.

Como las fragatas, para tomar la vuelta de Espana, necesitaban proveerse de agua, lc11ay bastimcntos, y la escuadra enemiga no debia retardar su aparici6n, acord6se prevenir la defensa, hacienda retirar a sus estancias a todas las familias con los negros esclavos, qne tambien ofrecian valiosa presa. En la ciudad quedaron los hombres de armas, cuya cifra se elev6 a trescicntos. por agregarse a la compania de arcabuceros parte de la infanteria de las fragatas y el paisanaje, formando los propictarios mas distingnidos una secci6n de lanceros a caballo, capitaneada por el gobernador.

Entre las medidas adoptadas fue sin duda importantisima la de echar a pique, en medio de! canal de entrada, la nao conductora de las caudales y dos buques mcrcantes que se hallaban en el puerto, parapetan<lose tras de ese obstaculo las cinco fragatas dispuestas al combate.

Drake en Puerto Rico.-En 22 de noviembre, al amanecer, descubrieronse par el este los veinte y cuatro buques de la armada enemiga, que dieron fondo en la ca/eta dcl Escanibr6n, siguiendo lucgo, sin disparar un tiro, hasta ponerse al socaire de la is/eta de Cobras, a la entrada del puerto, esquivando el caiioneo que se les hada desde la

CORSARlOS INGLESES

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costa ; pero con tan mala fortuna, que nna bala diestramcntc dirigida hizo blanco en la capitana, dejando muer-, tos a Hawkins y un sobrino de Drake.

A pesar de este incidente, ni en aquel dia ni en el inmediato se produjo hostilidad alguna contra la plaza, sospecbando sus defensores que esa parsimonia en enemigo tan audaz cncubda cl amago de una serpresa nocturna.

Y asi foe por cierto. A las diez de la noche, a favor de Ia obscuridad y cifiendosc mucho a las peiias del morro para evitar la artilleria, forzaron la boca de! pucrto veinte y cinco lanchas bien tripuladas, dirigiendose sigilosamente hacia las fragatas, sebre las cuales arrejaron proyectiles incendiaries para destruirlas.

Precise foeacudir a contener el incendie ya cembatir a los invasorcs. obligades a resistir la mosquctcria y los pedreros de las fragatas y el cafioneo de los fuertes. Por fin tom6 cuerpo el fucgo en uno de los buques, pcreciendo sobre cubierta algunos combatientes y arrojhndose otros al mar, chamuscados 6 heridos: pero aquella destructora conflagraci6n, reverberando sns llamaradas en las olas, permiti6 a los artilleros de una bateria improvisada sobre el 111.orrillode Santa Elena, afinar la punteria de sus caiiones, echando a pique diez lanchas enemigas, lo que produjo tal confusion. que las restantes se pronunciaron en retirada, sin cuidarse de los que nado buscaban su salvaci6n, para encentrarse con las picas y espadas de sus con trarios.

Una bora dur6 aquel combate en que perecieron cuarenta hombres de las fragatas, sin contar los quemados y heridos, elevandose a cuatrocientas el total de bajas en la escuadra invasora, incluyendo una lancha con veinte y cinco tripulantes que Tello de Guzman logro apresar.

Esperabase la repeticion del ataque, con mayor vigor,

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HISTORIA

DE PUERTO

RICO

al dia siguiente, y al efecto se adoptaron grandes precauciones; pe_roDrake rnud6 de consejo, danclose a la vela en la noche del 25 sin intentar nueva hostilidad. De aqui se dirigi6 a la Aguada, donde a mansalva pnclo desembarcar, incendiando la rancheria del ingenio de az{1car alli instalaclo, saqueando las granjas y hacienda gran provision de ganado vacuno.

En la Aguada fueron puestos en libertad el contramaestre y cuatro marineros de la fragata incendiada, que, al arrojarse al agua, habian caido en poder de los lancheros, dirigiendo Drake con ellos una carta al gobernador Suarez Coronel, para reclamar de su hidalguia, no sin amenaza de represalias, que se procediese de igual rnanera con los prisioneros ingleses que quedaban en la plaza.

Aprestos Militares.-Hasta el veinte de diciembre no zarparon las cuatro fragatas, llevando Pardo Osorio en ellas los dos millones de pesos salvados y los pormenores de aquel hecho de armas, que por lo rnismo que daba notoriedad a la isla, exponiala a mayor codicia por parte de los enemigos de Espana. Comprendiendolo asi cl monarca intent6 vigorizar su defensa, librandose en ocho de mayo de 1596 un credito de tres millones de maraveclis contra la casa de la contrataci6n en Sevilla, para proveer, con toda brevedad, de culebrinas, p6lvora, mosquetes, picas y pertrechos de artillerfa, el presidia militar puerto-

rriquefio.

En 20 de junio siguiente nombr6se al capitan Antonio de M osqitera, gobernador de la isla, en substitucion de Suarez Coronel, con facultades para elegir alguacil mayor, lo que subordinaba la administracion de justicia a la capitanfa general; se auxili6 al nuevo funcionario con un segundo jefe militar, el sargento mayor Juan de Cubillas, y se pusieron a sus 6rdenes doscientos soldados de

CORSARIOS

INGLESES

infanteria, bien equipados, para reforzar la guarnici6n, consignandose en la tesoreria de Mej ico un situado ex.traordinario de seis millones de maraved1s para terminar a toda prisa las obras del morro, con aplicaci6n de doscientos csclavos a dicho servicio.

Juicios de Residenoia.-Mosquera lleg6 a Puerto R'i.co el 18 de diciembre de 1596, y despues de prcstar el pleito homenaje ante el concejo municipal, obecleciendo a instrucciones superiores, procedi6 a residenciar a su antecesor, estableciendose por prirnera vez lm procedimiento que concedi6 por 1argo tiempo a los vecinos cl dcrccho de queja por los agravios recibidos de los capitanes gencrales, en abuse de autoridad, imponiendose a los rcsidcnciados la permanencia en el pais hasta la terminaci6n y sentencia del proceso.

Ocupado en esta larga tramitaci6n hallabase el capitan, cuando le llegaron despachos de la corte previniendole el peligro de una nueva expedici6n inglesa. Drake habia muerto en Panama en enero de 1597, despues de sufrir otro descalabro, y la reina Isabel habia confiado a Jorge Cl-ifford, conde de Cumberland, uno de sus cortesanos mas distinguidos, la organizaci6n de una flota de veinte navios, con cuatro mil hombres de desembarco, cuyo principal empefio debia ser la ocupaci6n de Puerto Rico.

Peste y Hamb:re.-De poco servia Mosquera la advertencia del peligro si no se le proporcionaban medios para vencerlo. .A su llegada habia encontrado la isla sometida a las infhtencias de una epidemia que en negros y blancos se cebaba indistintamente y cuyos mortiferos efectos acrecentaba el hambre. La guarnici6n vieja, reducida a 134 infantes y 14 artilleros, privada de sus haberes a causa de hallarse el situado detenido en la Habana

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DE PUERTO

RICO

hacia muchos meses, recurria a la usura y aJ merodeo para subsistir, moviendose tal rivalidad entre esa tropa clesmoralizada y los closcientos solda<los del refuerzo, que fue necesario, para evitar sangrienta colisi6n, adoptar las mas rigidas precauciones.

Sin rccibir at'.111los fondos clestinac.los a ampliar las obras de defensa: sin buques de guerra auxiliares en el puerto; con la tropa escasa y mal disciplinada, y la peste y el hambre produciendo general estrago, poco podia hacer el jefe de la plaza para contener aquella avaiancha con que se le amenazaba.

Llegada de Cumberland.-En 15 cie junio de 1597 dej{lronse ver por fre11te a Loayza los primeros barcos de la temida escuadra, que aquella misma tarde se dirigi6 a anclar, sin vacilaciones, en una ensenada llamada de Cangrejos. como a dos leguas al este de la ciudad.

Es clecir, que Clifford, mas experto 6 mcjor instruido que Drake, prescindia de! morro y se alejaba de sus cafioneos para invadir la ciudacl por la parte opuesta, clonde no existia otra fortificaci6n que un fuertecillo situado en el boqncr6n del caiio de San Antonio.

Al extrema occidental del puente de madera construido sobre ese caflo desde 1521, alzabase un port6n que se cerraba con llave por las noches, confiandose su guardia a diez soldados de infanteria.

A esos diez soldados se agregaro11 voltmtariamente ochenta hombres del paisanaje, capitaneados por los veciy Bernabe de Sierraalta, nos Gaspar Troche de G11.=nu111 arrostrando, tras de improvisadas trincheras, el empeiio de cortar el paso a las invasores.

Escaramuzada por un grupo de vecinos a caballo, hasta el 16 por la madrugada no lleg6 al puente la vanguardia inglesa compuesta de setecientos hombres, con-

CORSARJOS INGLESES

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testando tan certeramente las trincheras al fuego de mosquetaria que el enemigo hubo de retroceder a Cangrcjos, dejando sabre el puente quince cadaveres. En los defensores produjeronse tambien sensibles bajas, entre ellas la del Capitan Sierra.alta herido de un mosquetazo que le cost6 la vida.

Al dia siguiente repiti6se el ataque, pero esta vez sostenido por un navio que aproximandose al boqiter6n, apag6 con su artilleria los fuegos del fuertecillo y bati6 de flanco las trincheras de! puente, invadiendo la playuela con seis lanchas cargadas de genie. pr6xima al Esca1J1br611,

EL PUENTE OE SAN ANTONIO,

EN

r597.

Toma de la Ciudad.-A este tiempo llegaba Mosquera con parte de la infanteria; pero ni siquicra pudo tomar posiciones, pues casi todos los soldados volvieron la espalda al enemigo, ocult:a.ndose en el rnonte. EI gobernador, ob!igado a abandonar el campo, ampar6se <let morro con doscientos cincuenta hombres que permanedan en su puesto, y desde alli di6 6rdenes de enviar un barquichuelo a Santo Domingo, anunciando su. peligrosa situaci6n, reclamando socorro y recomendando se procurase detener en la Habana la remisi6n del situado, para que no cayese en manos de los ingleses.

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HISTORIA

DE PUERTO RICO

El dia 18 ocup6 Cumberland la ciudad, que encontr6 rlesierta, y dirigiendose a sitiar el morro, envi6 a Mosquera un parlamentario proponiendole la rendici6n, que fue rechazada energicamente. Pero, aunque sobraban pertrechos en la ciudadela, los medics de subsistencia eran escasos, y no siendo posible renovarlos, porque la escuadra bloqueaba el puerto, se impuso la capitulaci6n quince dias despues. Mosquera, la guarnici6n desarmada, los oficiales reales y algunos vecinos que por haIlarse en el morro, cayeron bajo la ley de! vencedor, embaracados fueron en dos transportes ingleses que los condujeron a Cartagena, arrojandolos en la costa.

La Peste Diezma a los Ingleses.-Con tales antecedentes, el prop6sito de fondar una colonia inglesa en Puerto Rico debi6 parecer a Cumberland obra facil, no estando a sus alcances presumir que el obstaculo no ofrecido por las armas, iba a oponerselo la naturaleza.

Para conocer el pais y ponerse en contacto con sus habitantes, que permanecian retraidos en las estancias, organiz6 el jefe britanico algunas exploraciones al interior; pero los campesinos, considerando a los ingleses doblemente enemigos, como extranjeros y corno herejes, no dieron cuartel a los exploradores, acosandolos por entre las malezas.

Cumberland, en represalias, destruy6 dos trapiches de cafias en Loayza y di6 fuego a algunas estancias; pero hubo de contenerse en esa faena destructora para atender al cuidado de sus gentes y al de su propia vida. El contagio de aquella pestifera enfermedad, cuyos caracteres no ha descrito ningun coetaneo, pero cuyos mortales efectos habia participado Mosquera al llegar a la isla, se comunic6 rapidamente a los ingleses al intemarse por los campos en una estaci6n calida y lluviosa, recrudeciendose

<.:ORSJ\RJOS lNGLESES

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r

la epidemia de tal modo y procluciendo tantas victimas, que la idea de abandonar tan inhospitalario pais hubo de imponerse al animo de todos.

Antes quiso Clifford obtener un grueso rescate en metalico; mas no plegandose a SUS deseos ni la voluntad ni los recursos vecinales, hizo presa en un cargamento de negros llegado de Angola; despoj6 <le sus esclavos i los propietarios avecindados en las cercanias de la ciudad; apoder6se del 6rgano, las campanas, vasos sagrados y alhajas de la cated ral. y cargando con toda la artilleria y pertrechos de los fuertes, alej6se de Puerto Rico el 14 de agosto, para dirigirse a las Azores con la mayor parte de su cscuadra, confiando la direcci6n provisional de la colonia a sir John Berkley.

Lleg6 en esto el situado que habian dirigido de la Habana en un buque de transito, por no haber recibido noticia de los sucesos; pcro coma el barco hicie!\c escala en la i\gnada, instruidos aquellos vecinos cle la importancia del cargamento, pusicron a salvo los cauclales enterrindolos en lugar recondito. En tanto Berkley, sin aguardar 6r<lenes, seguia las hucllas de su jefe, desistienrlo definitivamente de una empre a, en que int'.1tilmente,habian perdido la vida setecientos hombres.

Supremacia de] Foder Militar.-En 5 de septiembre, constituidos en cabildo algunos regidores, comunicaban a Espana, con el buque conductor del situado. la retirada de los ultimas invasores; pero esta noticia tard6 mas de un aiio en manifestar sus efectos. En r 3 cle septiembre de 15_98di6 la muerte fin al largo rcinado de don Felipe Segundo, correspondiendole a su hijo y sucesor, don Felipe Tercero, el nombramiento, en 26 de diciembre, de don Alo,,iso de Afercado para capitan general de la desmantelada plaza, quien fue autorizado para castigar ejem-

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HISTORI

DE P ERTO RICO

plarrnente a Jos soldado que habian huido ante el enemi y roceder n ju ticia contra todo aqu llo qu ' p r n gligencia de cuido malicia 6 cobardia resultasen r p n ables de lo pa ad . ' I 26 de enero d 1599 e exp dla una cedula real ximi ndo a la capitania en ral d u rto Rico de toda ubordinaci6n a la udi ncia cancill ria de San o oming prohibicndo a dicho Tribunal enfrometerse e11 guerra, mientra otra cosa no proas1mtos de 1'>'1ilicia v y se el monarca.

ARCABUZ,

CAPITULO NUEVO

SIGLO.-EXAMEN

X CRfTICO

Producci6n aurifera.-El proceso colonizador de Puerto Rico en los cien afios primeros de su desarrollo, puede comprenderse en tres periodos : explotaci6n minera ; cultivos agricolas ; estado pastoril.

Inci6se el primero con la conquista y se desarro116 a expensas de los indios, obligados a cavar las minas. lavar el mineral y transportarlo en hombros a la ciudad 6 a la villa.

En las casas de fundici6n, bajo la vigilancia del escribano veedor, se preparaban y sellaban las barras 6 lingotes de oro, entregandose a cada cual su porci6n respectiva, despues de deducirse la quinta 6 la decima parte para la Corona, y de descontarse por el factor real, el valor de las mercader1as facilitadas a los mineros durante la faena.

Seg{m informe de! tesorero Andres de Haro en 1518, el rendimiento anual de esas fundiciones crecia 6 menguaba en cantidad, a compas de las tien,ipos; sin embargo, durante la administraci6n de este funcionario solian producir en la ciudad 5opoo pesos y 12,000 en San German, cada ocho meses, lo que ofrece un total de 93,000 pesos por afio.

Con datos oficiales compruebase Ia remisi6n a Sevilla, desde 1509 a I 539, de 286,963 pesos en oro de minas, que Il3

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HISTORIA DE PUERTO RICO

solo representan un residuo en las cuentas oficiales, puesto que de Espana no se enviaba moneda acufiada, y el pago de salarios, consignaciones y libranzas se pract,caba en especie, lo mismo que la contrataci6n y cobro de tributes.

Desde r 540 la producci6n ofrece datos insignificantes, siendo ya absoluto el abandono de la explotaci6n en 1570, a pesar de haberse reducido la tributaci6n al vigesimo.

Contrataci6n de perlas.-Fue este un genero de comercio efimero, al que se dedicaron los primeros colonos y que sirvi6 de preteJ1.-toa operaciones indignas. Las embarcaciones que se dirigian a la Margarita a.rescatar perlas, esto es, a cambiarlas por productos de indispensable consumo, acercabanse a las costas de Paria a robar indios, que luego se vendian en Puerto Rico y San German, cuando no en Santo Domingo.

Los padres jer6nimos prohibieron ese trafico infame, y de ello se quejaba al rey en 1521 el tesorero Haro, ponderando las ventajas que traia aquella cacerfa hurnana "al ennoblcsci11iieuto de la isla. 11 Substituidos los jer6nimos por cl licenciado Figueroa, reanud6se la contrataci6n, y todavia en 1533 recogia el licenciado Vadillo, de contribuyentes morosos, 130 marcos perlas desperfectas, tales como aljofares, topos y avemarias, para agregar a los centenares de libras remitidas Sevilla, en distintas ocasiones. por los oficiales reales.

Industria saoarina..-Agotado el oro, pens6se en el cultivo del azucar, y dicho queda c6mo el procurador Castellanos obtuvo de Carlos Ven I 536, un emprestito de 4,000 pesos para fomentar dos ingenios. Como la concesi6n pareciese onerosa, nadie se presto a utilizarla, siendole forzoso al concejo de San Juan recurrir de nuevo al soberano en 1540 para obtener la elevaci6n del prestamo a

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6,000 pesos, rcintegrables a los cuatro afios; haciendose a la vez extensiva a Puerto Rico la famosa Pragmatica imperial que, durante siglos, prohibi6 trabar ejecuciones por deudas " en los csclavos, artcfactos, pcrtrechos y dc•mas cosas neccsarias al aviamicnlo )' molien-da de los i,igrnios."

Imitando al soberano y atencliendo al personal provecho, aplic6se el cabildo eclesiastico de San Juan a prestar el sobrante de sus rentas a los cultivadores <le cafias, acrccentandose de tal modo la fabricaci6n clel az{1car, que en 1570 se contaban once ingenios, productores anuales de quince a veinte mil arrobas: cosecha que pareceria exigua, a no hallarse en relaci6n con los procedimientos manufactureros de la epoca. ( 14) Aun en esas condiciones hubiera pociiclo acrccentarse la producci6n; pero ha de tenerse en cuenta que el azucar no era, en el siglo XVI, un artkulo de con sumo general, y que la e_-xportaci6nde los productos coloniales se hallaba circunscrita a los puertos de Cadiz o Sevilla. cuya comunicacion naval con Puerto Rico se retarclaba a veces mas de un afio. Sin el est1mulo de Ia venta, natural era el decaimiento de la fabricaci6n ; asi se explica que solo funcionasen en 16o2 ocho ingenios, habiendose reducido su producci6n a menos de 3,000 arrobas, con amenaza de mayor descenso.

Plantaciones de jengibre.-Es a los portugueses a los que se atribuye la introducci6n en las Antillas del jengibre, una de cuyas especies ( el citrcmna longa de los naturaJjstas) ten la gran aceptaci6n en Europa, por sus excelentes cualidades tint6reas.

Como el cultivo de esa planta no requeria aparatos especiales, ni exigia otros procedimientos que los rutinarios de la siembra y recolecci6n, que los esclavos afri-

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HISTOR1A

DE PUERTO RICO

canos conocian, Jos hacendados puertorriquefios encontraron aquella granjeda mas ventajosa que la de la can.a de azucar, y de tal modo se dieron a fomentarla que, en 1624, al solicitar don Felipe IV un donative vecinal para cooperar a los preparatives de la guerra con que los franceses le amenazaban en la Valtelina, no encontradose moneda acuiiada en la isla, ni aun en cantidad suficiente para las atenciones comunes, recogieronse de eclesiasticos y seglares, veinticuatro cajas con 775 arrobas y 16 libras de azt'.1car,blanco.. qnebrado, )' 11iascabado,y I 19 quintales 45 libras de jengibre seco, a granel, que se enviaron a Sevma, a disposici6n de! monarca, demostrandose bien, por la cuantia de! auxilio, la pobreza de los donantes.

Incremento de la ganaderia.-Fue exigencia fundamental en la colonizaci6n antillana, la aclimataci6n de ganaclos que la fauna insular no ofrecia. Yanez Pinzon arroj6 en las playas de Aguada cabras y cerdos, apenas concibi6 la idea de establecerse en Puerto Rico. En febrero de 15m se autoriz6 a Ponce de Leon para adquirir en Santo Domingo todas las yeguas y vacas que pudiese proporcionar aquella isla, e infinitas son las cedulas de vecindad, concedidas para San Juan, en que se acreditan las importaciones de ganado de todas clases.

Los caballos fueron de gran utilidad, facilitando la traslaci6n personal y el transporte de frutos en un pais excesivamente quebrado, y sin mas caminos, durante siglos, que las veredas indias, cortadas a cada paso por corrientes fluviales.

La adquisici6n de caballos en San German, por los agentes de! conquistador del Peru, demuestra en 1534 un incremento de procreaci6n que no debi6 contraerse a aquella zona exclusivamcnte. cuando en 1535. Asensio de Villanueva, ministro seglar del Santo Oficio, reclamaba

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y obtenia permiso para introducir sementales andaluces con destine su potrero de Ja3niya.

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Igual desarrollo obtuvo el ganado de cerda, hasta el punto de que, en 1620, lleg6 a constituir la principal riqueza de los estancieros de tierra adentro; pero el acrecimiento en grado extraordinario correspondi6 al ganado vacuno, cuyo nu.mere lleg6 a computarse en 100,000 cabezas.

Diserninadas las reses por hatos inmensos que a ningun propietario particular pertenedan, fue forzoso organizar rnonterias para cazarlas 6 desjarretarlas, utilizandose los cueros y el sebo, y abandonando la came a la voracidad de los perros harnbrientos 6 de los negros cimarrones.

En 16o7, despues de practicada la visita pastoral por fray Martin Vazquez de Arce, anciano prelado que en defender los intereses de sus diocesanos mostr6 gran ahinco, instruiase al rey de c6mo, vendienclose en la ciudad la came de res vacuna a catorce maravedis el arrelde, solo obtenia el precio de dos maravedls en San German, por efecto de las monterias que depreciaban el articulo.

Este informe del prelado no era mas que corrobora ci6n del que comunicara el gobernador Sancho Ochoa de Castro, su llegada en 1602, y que debfa repetir en abril de 16o8, al recibir de Espana una orden prohibiendo la siernbra del tabaco, a cuyo cultivo nadie se habia aplicado todavia.

Desarrollourbano.-Conocida la pobreza e inestabilidad de la producci6n, se explica l6gicamente la deficiencia del progreso urbano durante el primer siglo. Solo 2,500 personas blancas arroja la incompleta estadistica de r590, excluida la guarnici6n, y s6lo tres poblaciones acreditan su existencia en 16oo. Una de ellas, '' San Blas de Illes-

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HISTORIA DE PUERTO RICO

cas," hoy " Villa de Coamo," lleg6 a tal grado de postraci6n, que en r6r8 bubo de pedir el obispo, fray Pedro SoZ.ier,que las rentas reales proveyesen de cura y sacristan a aquella parroquia, porque a los vecinos !es era imposible continuar sustentandolos.

San German, la Niteva Sala·manca, contaba en r6oo un centenar de familias, algunas de las cuales mantenian su residencia en los hatos de Guadianilla y Guanica. La iglesia era un bohio de yaguas, y, aunque los vecinos deseaban construirla de piedra, no se lo permitia fa estrechez de sus recurses.

Un solo sacerdote atendia al servicio espiritual de todo aquel partido, pues el convento que los frailes dominicarios llevaran desde el Guaorabo a Guadianilla, mudandole la advocaci6n de San Antonio Abad por la de Porta Cceli, en la traslaci6n a Ia loma de Santa M a.rta, habiase reducido a la condici611 de casa de campo de la comunidad, y hasta noviembre de 16o6 nose acord6 la reinstalaci6n del monasterio, previa colecta entre los vecinos, que contribuyeron con 300 reses vac.unas y unos 2,000 reales a las primeras obras. La Aguada no era propiamente un pueblo, sino uno de los puertos de San German, a cuyo partido territorial correspondia la comarca.

Otro grupo de pobladores habiase instalaclo en la costa norte, a orillas de! rio Abacoa, que los espaiioles llamaron de Arrecibo, y donde ya en 1570 se contaban 30 familias, algunas de ellas formadas por indios que, al recobrar su libertad, no quisieron alejarse de aquellos sitios, viviendo en perfecta armonia con los espafioles, dedicados unos y otros al fomento de grandes piaras de cerdos y hatos de ganado vacuno, a cuyos provechos se agregaron los de la pesqueria de tortugas.

El acrecimiento de estos laboriosos vecinos, repre-

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sentabase ya por 8o familias en 1 14 al llegar a la isla el gobernador don Felipe de Beanmont y a,~arra quien dos afios despues dio caract r oficial a la vecindad con el nombte de pueblo de San F lipe d l Arr cibo.

Gran importancia alcanzaba obre e os villorrios la ciudad y e o que su in rernento no podia juzgarse extraordinario. Ciento v in ca a n u mayor parte de rnadera yagua , ,ontaba en 529, egun informe ofi.cial, destruidas mucba de ella por Io huracanes habian e elevado en r 590 a do cienta la casa , con truida de piedra alguna otras de tapia madera sin contar unos cien bohios que ocupaban lo suburbias.* Entre los edificios descollaba el convento de anto Tomas de Aquino, pue lo dominicano habian sabido aprovechar las limosnas regias y las mandas piado a de las que solicitaban nterramiento privile iado bajo u ~ bovedas. a cat drat mandada reparar d · pu' de la ocupaci6n de Cum rland, continuaba en 16o7 in campanario y, lo qu ra mas raro aim sin Campana . En un edificio inm diato sombreado par pa/mas de cocos vivian lo. pr b ndados que a la vez ervian par turno la cura de alma y leian gramatica u ufructuando una pens100 que para objeto legara l vecino Ant6J1. Lucas; y por todo el costado meridional el templo e extendia el cement rio parroquiaJ de collando la cruce epulcrales entre la maleza de aquellos itio , de poblados hasta la caleta de an Juan, donde e d cargaban los buques vigilados par la fortaleza inmediata.

La primiti a casa del re'y en que a la vez se guardaban lo pre as e fundia el oro, e eel braban los cabildos del concejo habian tenido u oficina las oficiales reales,

* Arch. General de Indias-Carta.s episcopales.

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HISTORIA DE PUERTO RICO

amenazaba ruina, y hubo de procederse a su reconstrucDos hospitales prestaban servicio, uno gecion en 1602. neral, sostenido pabremente par el canceja de la ciudad, y atra el de la Concepcion con ermita y cementerio propios, fundado en r 524 por el vecino Pedro de Herren y robustecido anos mas tarde, por la piedad de Francisco J uancho y su mujer, quienes legaron todos sus bienes a una institucion que aun perpetua el nombre de sus fundadores.

Tres pequefias ermitas, una en la parte alta de la ciudad, dedicada a Santa Barbara, patrona de la Artilleria, atra en las inmediaciones de la Fortaleza, bajo la advocacion de Santa Catalina, y atra destinada a Santa Ana, originaria de la que aun subsiste bajo igual patronato, atestiguaban la religiosidad de aquellos tiempas.

Las casas particulares se hallaban muy separadas unas de otras por grandes patios 6 corrales sombreadas por arboleda, lo que daba a la poblacion cierta fisonomia campestre, mas acentuada aun por la hierba de las calles, pasta camun de j umentos y bestias de carga, y por el monte espeso, extendido lo mismo en el espacio que hoy se llama el campo del Morro, que en el trayecto comprendido desde la actual plaza de Colon hasta el p1tente de San Antonio.

Costumbres publicas.-Algo debia diferir la vida social en la ciudad, de la observada en los distritos rurales.

Sin embargo, los colonos de la capital, aun los mas acomodados y linajudos, gustaban tambien de permanecer en sus hatos 6 estancias, dirigiendo las faenas que practicaban los esclavos y concurriendo a la poblacion cuando sus negocios lo exigian 6 lo reclamaba el cumplimiento de practicas devotas 6 festivas.

Desde las primeros afios de la conquista, habiase establecido la fiesta de San Juan, organizandose una gran

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cabalgata, presidida por el gobernador y en la que tomaban parte los vecinos mas prominentes, paseandose triunfalmente por las calles el pend6n anaranjado con las armas de la ciudad. Constituido el presidio militar, acord6se repetir la cabalgata el dia de Santiago, patron militar de Espana, terminando la fiesta con grandes carreras de caballos ; asi se ponia de manifiesto la habilidad de los ginetes come el brio de las cabalgaduras.

Fuera de estas fiestas, las de] Corpu,s y Navidad, las extraordinarias por nacirniento 6 coronaci6n de reyes, en que habia tores y cafias, y las anuales de Semana Santa en que los fieles se disciplinaban publicamente por las calles 6 seguian las estaciones de! Viacrucis basta el punto llamado calvarfo situado en el campo del Morro, la tranquilidad era normal, guardandose las mujeres en sus casas con gran recato, ya por efecto de la educaci6n, ya por necesidad.

Moderadas un tanto las exigencias de los usureros, las pasiones de los litigantes y la codicia de los funcionarios, quedaban aun por refrenar los excesos de dos clases sociales. Bien se recordaran los informes de Baham6n de Lugo y del padre Mercado sobre la conducta de los eclesiasticos cuya despreocupaci§n influia en el espiritu del pueblo.

Los otros des6rdenes procedian del ejercito, cuya vida deshonesta tratara de corregir el celoso prelado, oponiendose a ello el gobernador Sancho Ochoa de Castro, soldado vicioso y antojadizo, que mortificaba a los propietarios exigiendoles pasaporte cada vez que debfan trasladarse de la ciudad a sus haciendas rurales, y, asistido de testaferros, comerciaba con los haberes de la tropa, pagados cercenadamente en especie, y escandalizaba a los vecinos honrados con sus liviandades y caprichos.

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HISTORIA DE PUERTO RlCO

NOTA

Nt'.un. 14. La cana de azucar, originaria de las Indias orientales, fue introducida en ~spaiia por los arabes y aun despues de la conquista de Granada seguian los moriscos fabricando azucar en aqudla region y en las de Malaga y Almeria. En Canarias comenz6 a cultivarse esa planta en el siglo XV, y de aquellas islas procedieron las primeras cepas llevadas a las Antillas por Cristobal Colon en su segundo viaje.

ARMADURA

DE COLO~.£:-:

NAVAL

OE MADRIi).

EL ~CiSEO

CAPITULO INVASION

XI

HOLANDESA

Condicionesdefensivas.-Encendida otra vez la guerra en los Paises Bajos al advenimiento al trono espafiol de don Felipe IV, la "Compafiia holandesa de Indias," prepar6 en 1625 una expedici6o de diez y siete naves y mil hombres de desembarco al mando del burgomaestre de Edan, Boudoin Henry, con objeto de apoderarse de Puerto Rico.

Las fortificaciones de la plaza arnenazada no habian ganado terreno. El ensanche de la Fortaleza respondia a la instalaci6n de la Tesoreria y Contaduria de Hacienda en la planta baja del edificio, cuyas habitaciones superiores daban alojamiento a los gobernadores. En el lvlorro habianse terminado las lineas de defensa hacia la ciudad y edJficado en lo interior algibes, polvorines y cuadras abovedadas para alojamiento de Ia guarnici6n; pero las escarpas y parapetos del !ado del mar, no se habian comenzado a construir.

El fuerte de San Juan de la Cruz, vulgarmente llama do el Caffitelo, vigilaba, en el canal de entrada, el constante pasaje de lanchas y canoas desde la ciudad a Paloseco, y hacia la parte oriental de la ciudad, el puente de tablas de San Antonio y el reedificado fuertecillo del Boquer6n, continuaban lo mismo que en los tiempos de Cumberland.

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HISTORI

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DE P ERTO RICO

En rnejores condicione hallaba la di ciplina militar gracias a Ja ana influ ncia de don F lip de Beaumont y don Juan de argas qu de de 1 1 obernaron uce i am nt la isla. ta aludable modificaci6n e endia e de tado civil qu p rmiti • d cir al obi po Balbuena: una voluntad di cord ncontre n todo el pai acudiendo lo ciu la ano al cumplirni nt de su' obligaciones tratand con ran re p to al que lo manda, tan querido d todo que t m n l acabe u go i no. • Y se les acab6 en 30 d ago to e 1625. ub tituyendo argas el capitan de l on don Juan de Haro.

a

- .J.

I.a esouadra en el puerto.- einti i dia I nuevo funcionario ocupado pref r ntem nte obiern su antece or, cuand I rpr ndi' la en r i en iar barlovento del puerto de al uno barco aparici6n pe hoso . ra la cuadra de oudoin Henry qu mafiana iguiente ( 2 de eptiembre) dej ' v r po a milla d la co a. fortificar Recor ndo los sue so de I 597, acudi6 con trinch ra el Boqtter6n y la caleta del Escambr6n confiando la defen a de aquello itio al ob rnador c ante don Juan de argas • p r el enemi o, lejos d aquello sitios se dirigi6 la una del dia aprox1mar

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ETSTORIA DE PUERTO RICO

a franquear el puerto, para dar fondo en lo mas amplio de la bahia, a barlovento del sitio que aun sigue 1lamandose La P1wtilla.

Obtenida aquella posici6n. la ciudad podia considerarse tomada, y apreciandolo asi don Juan de Haro mando concentrar sus fuerzas en el iiorro ordenando la evacuacion de la ciudad por las familias, para evitar desafueros; comision6se asimismo a los regidores y vecinos principales para organizar guerrillas por los campos inmediatos y acudir con vituallas a los clefensores del castillo.

0cupaci6n de la ciudad.-En los dos dias siguientes desembarcaron los holandeses, hostigados por la gente de color, en MOSQUETERO DE CUAR:-IICI6N EN PUERTO libre, organizada RICO. (SIGLO XVII.) compafiia de milicias a las 6rdenes del muJato Patricio de la Concepcion. Recogi6se esta fuerza auxiliar en el l\Iorro, cuando tuvo que ceder al numero, posesionandose el enemigo de la Fortaleza y estableciendo Henry su cuartel general en el monasterio de dominicanos. Cortado el puente de San Antonio

INVASION

HOLANDESA

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y guarnecido el fuerte del Canuelo, para evitar la comunicaci6n con los campos, procedi6 el enernigo a levantar en el Cai-vario ( I 5) una linea de trincheras con seis piezas de artilleria para batir el castillo, previa intimaciun al gobernador, de rendirse a discreci6n si queria obtener un buen acomodo; a lo que contest6 Haro arrogantemente, exigiendo la entrega total de la escuadra.

El dia primero de octubre comenz6 el caiioneo, que se mantuvo vivamente durante cuatro dias, con poco daiio de ambas partes; pero como se observase dcs<lc el ca:-:tillo, el dia 5, que el enemigo trataba de estrechar cl ccrco. accrcando al foso una bateria, dispuso el gobernador una salida de cincuenta hombres a las 6rdenes clel capit[Ln don Juan de Amezquita y Quixano, quien cumpli6 SU cometido con gran <lenuedo, dispersan<lo a los sitiadores, causandoles sesenta bajas y arrebat!mdolcs gran cantidad de mosquetes, venablos y alabardas.

Combates en la bahia.-En desquite de esa derrota, aumentaron los holandeses el tiroteo contra el castillo en los dias siguientes; pero a la vez vieronse obligados a dirigir su atenci6n por otros sitios.

Colocado un patache a la entrada <lei pnerto, su vigilancia no logr6 impcdir que desde el castillo se avisase a un barco que llegaba de Canarias. la situaci6n de la plaza, marchandose barco y mensajero a Santo Domingo acomunicar la noticia.

Pocas noches despues, <lirigiendosc clesde Paloseco a la caleta del Morro, cinco hombres en una canoa con provisiones, atacaron una lancha <le la escuadra que Jes sali6 al paso, apoderanclose de clla despues de haber dado mu,erte a diez y seis de sus veinte tripulantes. Llevada la presa al castillo, dispuso Haro que sus aprehensores, con algunos milicianos a las 6rclenes del capitan don Andres Botello, practicasen una ronda

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HISTORIA

DE PUERTO RICO

maritima hasta la boca del rio de Bayamon, lo que di6 por resu ltado la aprehensi6n de otra lancha.

Con animo de recobrar sus embarcaciones y ame<lrentar a los que impunemente iban y venian de Paloseco al l\lorro, entr6se el enemigo el d1a I 5 por el rio, en siete chalupas, frustrandose su empefio por la actitud del paisanaje, que recibi6 a mosquetazos y atac6 Juego al arma blanca a los asaltantes, obligandolos a reembarcar precipitadamente. Al otro dia, el capitan Botello, con treinta vecinos en las dos lanchas apresadas, sorprendi6 a la guarnici6n del Caiiuelo, sin darle tiempo a utilizar sus caiiones, y puso fuego en la puerta de entrada, batiendo a la vez dos lanchas que acudieron en auxilio de los sitiados.

Fuga vergonzosa.-Tan felices operaciones indujeron it Haro a tomar la ofensiva en la ciudad, y al efecto orden6 al capitan Botello que reuniese toda Ia gente armada de los campos y con ella se dirigiese a entrar por el puente, hacienda seiial oportuna para combinar al mismo tiempo el ataque con las fuerzas militares; pero el burgomaestre holandes que, inquieto por la constante comunicaci6n del castillo con los vecinos, habia querido practicar un reconocimiento de! Morro por la parte de! mar, al retirar de esa empresa dos de las ureas escarmentadas a canonazos, mud6 de consejo, y en 21 de octubre vo1vi6 a escribir a Haro, amenazandolo con quemar la ciudad, si los vecinos no se avenian a proponerle algun arreglo ventajoso.

Haro se limit6 a contestar que "niadera y materiales te11-ianlos vccinos de sobra para rchacer la ci11,dad,si era dcstrnfida," y Boudoin Henry, irritado con tal respuesta, realiz6 su vandalico intento a la mafiana siguiente.

Al cstallar la conflagraci6n, no se habia visto aun la seilal del capitan Botello, y el gobernador, exasperado, creyendo que sus instrucciones no habian sido atendidas,

lN\" ..\SJO~

HOLA~DESA

cnv10 a Amezquita, con ciento cincuenta soldados que componian la infanteria i'.itil y la compania de mulatos, a contcncr cl pillaje devastador. Entre tanto Botello, reparado el puente, avanzaba con sus campesinos por el extrema opucsto, y el encmigo. cogido entre dos fuegos, di6se a la fuga tan atropelladamcnte, que muchos soldados se arrojaban al mar para ganar a nado las embarcaciones.

Consecuencias del ince.ndio.-Cuarenta y seis casas de piedra y cincucnta y dos de matlcra quedaron dcstruidas, entrc ellas la de los prebendados y la del obispo, desapareciendo con esta ultima la rica hihliotcca del doctor Balbuena. ( 16) De la fortaleza qnedaban en pie los parcdones. gran parte de! convento de dominicanos era un mont6n de escombros. no habien<lose comunicado el fuego a la iglesia contigua, par la solidez de la fabrica meclianera: hien es verdad que la torre del campanario, unida a los claustros. Aaque6 por su base meses dcspues, desplomanclo c sobre la cap111amayor.

Rcclucidos a cenizas los archivos civiles y eclesiasticos, desaparcci6 con ellos el temido arc6n donde se custocliaban los procesos inquisitoriales, clestruyendose a la vez docnmcntos importautes, cuya perdida debia dar motivo a interminables plcitos.

La catcdral cin '') limpia de aquellas hopas amarillas llamadas sa111bt11ilvsque se guardaban en los templos como padr6n de hercjia, ignominioso para las familias; pero con csa limpieza practicaron tambien las flamencos la de 1 ',ls l;,.s alhaj as que no habian tenido ticmpo de ocultar los saccrdotcs.

Se retira la esouadra.-Aquclla ruina perjudicaba principalmcnte a los vccinos que, encendidos de coraje, buscaban mcdio de extcrminar a los malhechores. Haro, que

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HISTORIA DE PUERTO RICO

abundaba en igual deseo, hizo bajar tres piezas del castillo y, aprovechando la obscuridad de la noche, instal6 en la Pnntilla, una bateria atrincherada; pero los holandeses evitaron los efectos del cafioneo, arrastrando sus barcos hacia .Hiraflores.

Intentaba el gobernador cerrar el canal con una cadena de estacas, def endida por cuatro plataformas artilladas; pero Henry, sin dar tiempo a que esas obras se lerminasen, hizo sefial de leva el 2 de noviembre, y arrostrando el foego de la Punt·illa logr6 sacar del puerto la capitana con otras quince ureas. dejando una encallada en el canal. con el patache y dos lanchas para auxiliarla.

En cse combate, al cargar precipitadarnente un cafi6n explot6 el cartucho, destrozando a cuatro artilleros e hiriendo al gobernador que mandaba ia carga. Este percance in0uy6 algo en las condiciones de la expulsion final, pues aunque desde la cama, herido, segui6 Haro dictando las convcnientes 6rdenes, y el valiente Amezquita, con dos lanchas, abord6 el patacbe y lo retuvo durante una noche, falt6 cohesion y simultaneidad en las operaciones posteriores, y cuando nueve dias despues se arrojaba del lecho el anciano caudillo dispuesto a castigar la mala interprctaci6n de sus disposiciones, ya Ios t'.1ltimosholandeses habian de aparecido. abandonando la nave encallada.

Nuevo fracaso.-La escuadra que se habia mantenido dando bordadas frente al puerto, en espera de la nave retenida. ya sin esperanza de recobrarla hizo rumbo al oeste, deteniendose en la Aguada. Un mes permanecieron los holandeses en dicho puerto, reparando sus barcos, sin descuidar la vigilancia del canal, lo que les permiti6 apoderarse de una fragata enviada por el presidente de Santo Domjngo, con socorros para la ciudad. Animados, sin duda, por aquel exito, atrevieronse a desembarcar en la

INVJ\S16N

HOLANDESA

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Aguada; pero los vecinos demostraron no ser inferiores en valor a los de Bayamon, causandoles tantas bajas, que, sin atreverse a nuevo intento, se largaron con toda su escuadra en direcci6n a Santo Domingo. :Muertede Haro.-Por decreto de don Felipe VI 3e concedieron al animoso gobernador, en mayo de 1626, cuatro mil escudos, y mil a cada uno de los capitanes Amezquita y Botello, como participes en el provecho de la urea apresada, dandose las gracias a los vecinos de San Juan y San German, con promesa de tenerlos a todos presente "para hacerles nierced."

En I 5 de septiembre del mismo afio desatabase sobre la isla furiosa tormenta, con .inundaciones que dejaron sin hogar a centenares de familias; volando el polvorin del Morro y los alojamientos inmediatos a consecuencia de una descarga electrica. Pesaroso de tanta desdicha y vacante el gobie.!"node la Habana, pidi6 Haro que se le concediese el ascenso a aquella plaza como recompensa a sus largos servicios militares, y en 5 de junio de 1627 se le contest6 secamente con un "no ha lugar. 11 Perdidos afio tras afio los situados 6 rentas de :\Iejico, a fin de regular su remisi6n, propuso el gobernador, en r632, que previa fianza se diese poder a su entenado don Luis de Castro, para que, trasladandose personalmente a Veracruz, practicase el cobra de los caudales y cuidase de activar- y asegurar su conducci6n. Castro cobr6 el situado ordinario y 30,000 pesos mas para fabricas ; pero substrajo esta suma, llenando de plomo las cajas y dandose a la fuga, por lo cual fueron obligados al pago los fiadores y reducido a prisi6n en su propia casa el gobernador, produciendole Ia muerte, a el y a SU digna mujer, aquel suceso bochornoso.

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HISTORlA DR PUERTO RICO

NOTAS

Ni1m. 15. Este calvario, a semejanza de otros que aun existen en algunas poblaciones de Espana, formabalo cierta elevaci6n natural de! terreno, sobre la cual se levantaba una gran cruz de madera, ante la cual se hada estaci6n en los ej ercicios del V iacntcis q ue, como los rosarios de la aurora, las rogativas y otras manifestaciones re.igiosas dirigidas por los frailes, se practicaban en la via publica.

Modificadas esas costumbres con la extinci6n de las comunidades religiosas, la, cruz del J,.,forro continu6 en su sitio largo tiempo, transformandose por la leyenda aqnel signo piadoso, en monumento conmernorativo de la derrota de los holandcses.

Num. 16. El doctor Balbuena muri6 en Puerto Rico el dia II de octubre de 1627, a las cinco de la tarde, segun lo acredita un testimonio notarial expedido de orden del gobernador.

El bondadoso prelado, que habia tratado de fundar en su di6cesis un convento de monjas para dar asilo a infinitas huerfanas y viudas, " cu.ya honesNdad pon£a en pcligro la miseria," dej6 sus bienes aplicados a la funda-

ci6n en su iglesia catedral, de una capilla dedicada a Sau Bernardo, que hoy no existe.

CAPITULO

XII

COLONIAS DE IlARLOVENTCr-LOS

FILrilUSTEROS

0cupaci6n de San Crist6bal.-Las expediciones corsarias de franceses e inglescs a las Imlias Occidentales no se habian interrumpido.

Suspendidas en Europa las guerras, el incentive del lucro indujo a muches aventureros a continuarlas. Uno de estos, llamado Diel d'Esnambuc, que en 1625 se dirigi6 con cuarenta hombres a saltear las costas cu banas, tropez6 frente a Jamaica con un gale6n espafiol, de cuyo abordaje pu,cloescapar con el barco deshecho y muerta 6 heri<la la tripulaci6n.

Para reponerse de aquel desastre, refugi6se d'Esnambue en la isla de San Cristobal, a donde llegaba poco despues el capitan ingles Warner, perseguiclo tambien par fuerzas espafiolas. Franceses e ingleses, unidos por interes comun, acordaron establecer en aquella isla dos colonias de distinta nacionalidad; pero obligadas a la mutua defensa.

De regreso a Francia consigui6 d'Esnambue formar una Con-ipaiHa de las Indios occidentales que acumulo 45,000 libras para comenzar sus operaciones, y seis afios despues ya participaba a Espana don Juan de Haro, gobernador todav1a de Puerto Rico, que ingleses y francese3, posesionados de San Cristobal, Barbada, Nieves y Granada, habian convertido dichas islas en " terribles ladroneras."

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HISTORIA

DE PUERTO RICO

El 15 de julio de 1633 detuvose en la Aguada, para tomar viveres, una escuadra espafiola que se dirigia a Mej ico, y desde aquel puerto di6 cuenta su jefe, el marqltes <le Cadereyta, de haber cnmplido las 6rdenes de recuperar a San Cristobal, limpian<lo a la vez de holandeses las islas inmediatas de San Martin y San Bartolome.

Puertorriqueiios en campaiia.-En San Martin, utilizando un fuerte construido por los holandeses, estableci6se una pequefia guarnici6n espaiiola a cuyo aprovisionamiento y auxilio debian acudir las autoridades y vecinos de Puerto Rico.

Los holandeses se posesionaron en febrero de 1635, de Curazao, Bonairc y Oruba, islas de sotavento pr6ximas a Venezuela, y los franceses e ingleses, que al ausentarse la escuadra de Cadereyta volvieron a San Cristobal, tratando de ensanchar sus posiciones, ocuparon a Santa Cruz en ese mismo afio. No conforme con vecindad tan peligrosa el gobernador de Puerto Rico, don Enriqu,e Enrique:; de Sotomayor, organiz6, con la cooperaci6n del paisanaje de los carnpos, una pequefia expedici6n que ahuyent6 a los intrusos.

La facilidad de aquella derrota no ocult6 a Enriquez el peligro de tentativa identica sobre la plaza que gobernaba. y, {l fin de precaverla, di6 principio a la construcci6n de una Hnea de murallas para circunvalar la ciudad, partiemlo del i\forro y apoyandolas, por la pa rte opuesta, en un reducto eminente que recibi6 el nombre de San Cristobal. esto es. cl de la isla donde el enemigo mantenia su base de operaciones.

Don f,1igo de la Mota. Sarmiento, sucesor de Enriquez, aplicando a ellas todas las fuerzas militares co1'.!tinu6 dichas obras, con ta! actividad que, en agosto de 1638, quedaba la ciudad cercada en toda su extension

COL0NTAS

1 35

DE B,\RLOVE ·To

meridional. por .un muro de quince pies de altura, apoyado en sietc baluartes, entre los cuales se abrian las puertas de San ]11011 y los Santos Justo :Y Pastor hacia la bahia, estan<lo por terminar la de Santiago, que por su situaci6n se llam6 pucrla de tierra.

Ocupaclo asiduamente en la direcci6n de esos trabajos, confi6 Sarmiento al sargento mayor Domingo Roclr1guez. el man<lo de nueva expedici6n Santa Cruz, ocupada otra

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("v_{:;'>_.-

LA PUERTA DE SANTIAGO, Dr:STRUh)A

E:-- 1897.

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vez por los franceses en 1637. Sali6 Rocldguez cumplir su misi6n. llevan<lo por toda fucrza cincuenta hombres del pais, de tan buen temple. qnc acometieron los invasores, causancloles cuarenta mucrtos. destruyen<loles tm fuerte que habian comenzado construir y regresando con uno de los dos barcos quc hallaron en el puerto y veintitres prisioneros. que se aplicaron a trabajar en las fortificaciones.

Los Hermanos de la Costa.-Algunos de los colonos de San Cristobal, dispersos por Cadereyta en 1633, buscaron

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HISTORI

DE PUERTO RICO

refuofo en la Tortu.ga, isla rnuy pr6xima a la costa norte de Santo Domino-a, donde adoptaron costumbres semisalvajes, cazando taros y cerdos montaraces, cuya came conservaban ahumandola, de donde Jes vino el apodo de bou,caniers * y vendiendo las pieles para proveerse de armas y municiones.

A los primeros pobladores franceses e ingleses, agregaronse lueo-o algunos holandeses y portugueses, concluyendo por congregarse en aquella isla un grupo de aventureros, dispuestos a j ugar e la vida p.ra sat isfacer sus de enfrenadas pasiones. Con el aurnento de pobladores se oro-aniz6 una comunidad, denominandose en conjunta los Hernianos de la Costa.· nombre que las vktimas de aquella hermandad substituyeron por otro que ha prevalecido en la historia.

La pirateda contra buques y poblaciones espafiolas proporcion6 a aquellas entes copioso botin y para ejercitarla, usaron con preferencia barcos de construcci6n ligera, semejante a los que se empleaban para navegar por los canal es de Rolanda, •derivaudo e del nombre de esos barco , llamados por los e paii.uJe filibotes, t la pala.bra fi,libusteros con que se de ign' a sus tripulantes.

Miseria. y desastres.-La pobreza de Puerto Rico no ofrecia incentive a la codicia de esos aventureros • mas no por esto escap6 la isla a las consecuencias de sus rapifias.

De de 1637 a 1641, los situado de Mejico mudaron de de tino yendo a formar parte del botin repartido en la Tortuga los 400,000 pesos que sumaban aquellas consig-

* Boucaner.- oz francesa que equivale a la espaiiola Acecinar, esto es convertir la came en cecina, curandola al humo. t En holandes vlieboot, en ingles jlyboa.t: literalmente; 6arco volador.

COLON !AS DE BAl<LOVENTO

1 37

naciones. Al entorpecimiento produc:do con ta! merma puso el colmo, en septiembre de 16;p, un violento huracan de ef ecto devastador.

• En junio de 1642 substitny6 a Sarmiento, como gobernador, don Fernando de Riva Aguero, quien manifesto desde luego su extrafieza "por el pcligroso abandono en quc sc dcjaba aqnella plaza, -z·anguardia de las Indios."

Ni un barco mercante llegaba de Espana; los soldados, hambrientos y desnudos, vendia11 su salario a algunos tratantes de Cartagena y Ia Habana, cobrandolo en provisiones con 6o por 100 de descuento. Las murallas sin fosos ni terraplenes, la fortaleza sin reedificar, el Morro medio <lestruido y la artilleria sin montajes por efecto de la intemperie, reclamaban un subsidio extraordinario de 00,CX)()pesos, que los vecinos no podian cubrir, castigados como se hallaban por la tormenta del afio anterior, que tras de extinguides los nacientes plant1os de cacao, de tal modo habia esterilizado Ios campos, que fue forzoso pedir a la Margarita, casabe y maiz para alimentar a los soldados.

Abandono de San Martin.-En ese estado de miseria, erales forzoso a los pnertorriqueiios acudir al sostenimiento y def ensa cle San Martin y organizar expediciones para rescatar de los holandeses, en 1646, la isla T6rtola, y por tercera vez. en mayo de 1647, limpiar de franceses a Santa Cruz, y pasar acuchillo en Vieques un grupo de colooos que, a las 6rdenes de un tal John Pinard, habiase instalado en aquella islilla. Decret6se en 1647 el abandono de San :.\Iartin. donde se habia desarrollado una enfermedad epiclerti'ica desastrosa. y trasladada la guarnici 6n a Puerto Rico. en enero de 1648. sin reservas cuarentenarias ni mas precauciones quc misas y rogativas • pfiblicas, comunic6se el contagio de aquella peste desco-

HISTORIA

DE PUERTO RICO

nocida que en dos, tres 6 cinco dias producia la muerte, contandose en dos meses mas de quinientas victimas, cntre ellas el obispo don Fray Damian Lopez de Haro, que desde 1643 gobernaba Ia di6cesis.

Soldados criollos.-Reducida a numero insignificante Ia guarnici6n, a consecuencia de la peste, ha116scel gobernador en situaci6n crhica, pues aunquc por el trataclo de 1fonster se babia puesto termino a la guerra entrc Espaiia y Rolanda, quedaban en pie las audacias fiJibusteras y la vecindad de las colonias de barlovento, extendidas por los franceses hasta Guadalupe y 1fartinica y con gran arraigo de los ingleses en Barbada y Antigua.

Pero existia aun otro peligro, ya advertido desde 1644 por el obispo Lopez de Haro: la guarnici6n, en su mayor parte, formabanla portugueses, veteranos inteligentes a los que se confiaban de noche los principales puestos, y portugueses eran casi todos los frailes franciscanos llegados en 1641 para establecer un convento de su orden, y procedentes de la misrna naci6n el padre provincial y gran numero de dominicanos; y como a unos y otros se Jes oyera discutir calurosamente acerca del levantamiento separatista de Portugal, iniciado desde 1641 y cada vez mas pujante, desconfiabase de la lealtad de aquellos hombres y se temia que, frailes y soldados, en inteligencia con ~us compatriotas del exterior, tramasen contra la plaza una sorpresa.

De esa situaci6n di6 parte Riva Aguero a Espana y al virrey de Mejico; pero entre tanto abri6 recluta voluntaria en los tres partidos de San German, Coamo y Arecibo, proveyendo con hijos del pa1s. las plazas vacantes de infanterla.

Reprendiclo el gobernador por aquella determinaci6n, que violaba las Ordenanzas militares, replicaba en 30 de

COLON!J\S DE BJ\RLO\IENTO

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encro de 1650 que no desconoda las )eyes, pero que '' las cosos di: la gucrra no dcbian rcsol7;erse por prC'su,11ciones lcjonas, sino por las exigencias de los tie111pos." Y substituido en el mando, diez meses despues, por el maeslre <lecampo don Diego de Aauilera, confirmaba este la conducta de su antecesor, diciendole al rey: " Si no se hu • biera abierto la puerta al al'istamiento de naturales <lel pais, contraviniendo las or<lenes de Vuestra Majestad, no habria a quien poner de centinela en las murallas."

Nuevas colonias:-Tanto mas plausible era csa actitud de los puertorriqueflos, cuanto que cada vez iba estrechandose en torno suvo, el drculo envolvente de la colonizaci6n extranjera.

En 1655, una e.xpedicion que Oliverio Cromwell, protector de Inglaterra, envio contra Santo Domingo, fue derrotada en las riberas del rio Jaina, y tratando de reparar el desastre, el almirante Penn y cl general Venables se clirigieron contra Jamaica, de cuya isla se apocleraron.

Por otra parte, los boucaniers de la Tortuga habian extcndiclo sus monterias por los hatos vecinos de Santo Domingo, tomando al fin asiento en la costa desierta de esta ultima isla, una factorfa agricola en conexi6n con la colonia fundamental.

Las exigencias comercialcs, cada vez mas crecientes 1 obligaron a la metr6poli francesa a intcrvenir en la direccion de aquella factoda, y en 166.1 Beltran d'Ogeron, asistido de un real despacho, haciase cargo del gobierno, asumiendo al mismo tiempo las gestiones administrativas a nombre de la Com.patiia de lndias. la guerra entre Naufragio en Arecibo.-Declarada Francia y Rolanda, el gobernador de la Martinica solicit6 auxilio de las otras depcndencias de la Compania de Indios para someter a Curazao, y d'Oger6n acudi6 al llama-

HISTORl1\

DE P

ERTO

ICO

mi~nto n f brero d I 73, con un navio artillado por cli z y b ca de fu o y tripulado par quini ntos hombr ; per al crnzar frente a r cibo imp lido por dura orra ·ca apro ·im6 demasiad a la co ta peligro a en ta) e ta i •11, encallado el buque y destrozado por las rompi nte , alvaron 46o tripulan e .

• 111u11i ado el ini tro al ma tre de campo don a par de \rt a a gob rnador cl la i la, comi ion6 e te al ar<rent mayor don iego d R bledillo y al tesorero don Lui alina , ara proc d r a la in tiaaci6n d 1

l'UERTO

DE ARECIBO.

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hecho' y con fi caci, n d I ba rco in dar in trucci6n acerca ci I c rro d I naufraO'o , a lo que e cola 6 en improvi a los barra on n una !!Tan abana int rmedia ntre el pu bl cl r cibo l itio cl 1anat1 corriendo carg-o d t v indario de lo do luo-ares la alimentaci6n d aq 1ella. g nte .

Torpezasgubernativas.-Beltran d' er6n y u obrin ).Jr. d P inci, c nfundidos con lo soldado y marin ro-. pro uraban ocultar u condi i •n de jefe extrema11clo el rimero la far a ha ta I punto d fingirse idiota; e tratao-ema contraproduc nte pue xcitada la . u picacia d Robledillo adivinando bajo aqueJ idioti -

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COLONIAS

DE BARLOVENTO

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mo a un personaje de importancia, expuso al gobe:-nador la conveniencia de conducirlo a la ciudad, y aun sin esperar respuesta, envi6lo bajo custodia; pero Arteaga, voluntarioso hasta el despotismo, rechaz6 el consej o e hizo que el preso en camino regresase al campamento.

Aprovechando aquella torpeza, di6se Oger6n a la fuga, nocbes despues, acompafiado del ciruj.ano del barco, ganando la costa y apoderandose de una canoa en la cual Iograron llegar a Samana.

Meses mas tarde acudia el gobernador de Martinica a reclamar la devoluci6n de aquellos naufragos; pero Arteaga rechaz6 la petici6n, exigiendo el pago de 3,000 pesos por los gastos causados, pues que del navio nada se habia podido aprovechar.

Final desastroso.-Asi las cosas, present6se d'Oger6n en la Aguada con una flotilla de trece balandras y cuatro naves de aparejo redondo, solicitando la entrega de sus compatriotas. Transmitido el mensaje al gobernador, sin aguardar la respuesta desembarc6 alguna gente, e internandose por los hatos, dieron principio las violencias, irritando de tal modo a los vecinos, que, en m'.unero de treinta, cargaron sobre los malhechores a lanzazos, y aunque a los tiros de la mosqueteria cayeron diez de aquellos valientes campesinos, lejos de cejar Ios otros se encarnizaron en la pdea hasta reembarcarse derrotado d enenii~o, dejando en tierra cincuenta cadaveres.

Muchos de )0c; naufragos, al saber la llegada de Oger6n, fugaronse de la sabana, dispersandose por la costa en busca de canoas y barq_uichuelos para trasladarse a la Aguada, lo que realizaron muchos, entre ellos Mr. de Poinci. Asi fue que al decretar Arteaga, en represalias del desembarco, que se pasasen a cuchillo todos los fran-

lilSTORlA

DE PUERTO

RICO

ceses en los barracones, solo se encontraron alli cuarenta "n quienes cumplir tan inhumana sentencia.

D'Oger6n, desanimado con el descalabro de su gente, hizo levar anclas, sin nuevos alardes. Y en 12 de enero de 1674, al disponerse por Real Cedula el envio de los naufragos a la Habana, destinandolos a trabajar en las fortificaciones, solo se encontraron en la isla ciento treinta, A los pr6fugos y acuchillados debbn sumarse, segun Roble<lillo, los muertos de miseria.

CAPITULO XIII COMERCIO ILICITO-FRAUDES

CUBERNATIVOS

Ori.gendel oontrabando.-Es indudable que si los colonos ingleses, franceses y holandeseJ de las Antillas se hubiesen unido para apoderarse de Puerto Rico, no habria bastado a repeler tal agresi6n el valor de sus reduciclos habitantes, ni los desguarnecidos baluartes de la ciudad.

Por suerte opusierunse a esa alianza interinsular las guerras europeas, cuyos efectos trascendian a las colonias, asi como el espiritu mercantil que en estas predominaba, con sus peculiares egoismos.

La emigraci6n a las Indias, la expulsion de judios y moriscos y una serie interminable de guerras, al mermar la poblaci6n en Espana, redujeron las fuerzas productoras, y no cabia esperar un sobrante de consumo, para llenar, siquiera a medias, las necesidades del vasto territorio ultramarino. Y como la metr6poli se habia reservado el monopolio comercial en sus colonias, para subsanar la deficiencia interior preciso fuerecurrir a la producci6n exterior, nacionalizandose en Sevilla, con nuevo gravamen, mediante el impuesto de almojarifazgo, las mercaderias ex6ticas, destinadas al consume colonial.

Natural debi6 ser en los tratantes extranjeros, el deseo de eliminar esa fiscalizaci6n intermediaria, y a realizar ta! prop6sito brindaban terreno abonado colonias como la de Puerto Rico, donde, al decir de! maestre de cam po don Juan 143

144

IlISTORIA

DE PUERTO RlCO

Perez de Guzman, en 20 <le mayo de 1662, hacia once afios que no llegaba un buque mercante nacional, " por cuya causa no ten1an los vecinos salida para sus frutos ;'' observacion atendida de modo bien singular, pucs en esc mismo aiio sc estableda el uso del papel sellado de cuatro clascs, como impuesto indirecto, y se ordenaba el estanco dcl tabaco, cuyo cultivo, prohibido cincuenta afios ante~, ning-una provi<lencia gnbernativa habia cuidaclo de fomcntar postcriormente.

Sugestiones mercantiles.-Las diligencias para contratar ilicitamcnte en Puerto Rico, partieron de San Cristobal, proponien<lose desde alli al gobcrnador. en mayo de 1663, por medic de un fraile dominicano, el envio anual de quinientos esclavos africanos cuyo valor se cobraria en ganado y frutos de la isla, a lo que contest6 Perez de Guzman rcduciendo a prisi6n al mensajero, que tenia •· mascara de so/dado quc de frailc."

Dos meses despues era el gobernador holandes de Tortola. \iVilhem Hanton, quien enviaba dos padres capuchinos a proponer la cornpra de reses vacunas a cambio de sal y casabe· y esta vez no fueron los emisarios a la carcel pero se respondi6 al solicitantc que la paz con Rolanda no autorizaba el comercio con holandeses.

Aba.ndono ruinoso.-En 1665 agrav6se la situacion decadente de Espana} con la muerte de don Felipe Cuarto, pues su hijo don Carlos, que debia sucederle, era un niiio de cuatro afios, muy enfcrmizo, y la regencia confiada a la reina viuda hasta 1675 abri6 la puerta a las influencias del panclmaje y a los desmanes de favorites.

Llegado Carlos Segundo a la mayor edad, una de sus primeras disposiciones se enderez6 a recomendar gran vigilancia con las arribadas de buques extranjeros, que bajo especiosos pretextos, entraban en los puertos de In-

COMERCIO ILICITO

1 45

dias a comerciar, conminando con agravaci6n <le penas :l los funcionarios que lo tolerasen. Pero ninguna mc<lida hubo de dirigirse a reparar el estado econ6mico de Puerto Rico, donde un nuevo gobernador, don Alonso de Campos, al tomar posesi6n de su cargo, en 2 de abril <le 1675, encontraba las cajas empeii.adas en 19,000 pesos, las rcnt~s de la ciudad, reducidas a 16,000 reales al ano, cmharg-adas por los Oficiales realcs, y I 54 cargas de casabc y 30 fanegas de maiz por todo alimcnto para la guarnici6n.

Ninguna atenci6n de la metr6poli obtuvo tan apremiante informe y cinco afios despues, don Juan de Robles Lorenzana, sucesor de Campos, debia cxpresarsc en mas duros terminos. Los soldados no asistian a las guar<lias a causa de su desnudez y a los paisanos "daba lc'tstiuw ve1'los;" la ad min istraci6n estaba empenada en 30,000 pesos, por embrollo de los situados en Cartagena; la guarnici6n se alimentaba con los frutos que proporcionaban algunos estancieros a ilimitado plazo, y sicndo forzoso nombrar un tenientc de capitan, 6 guerra quc reprcsentase al gobernador en la Aguada, clondc era constante el arribo de las escuadras espaiiolas que se dirigfan a ~[ej ico, no habia fondos disponibles para retribuir a <licho funcionario.

Peticiones inutiles.-En febrero de 168o volvi6 Robles a exponer la situaci6n <le sus gobernados, y esta vcz agreg6 la petici6n, formulada inutilmente diez y ocho afios antes por Perez de Guzman, de alguna mecli<la quc lo cual se contestaha, favoreciese al comercio insular; en agosto del mismo ano, con una real cedula recordanclo la prohibici6n de comerciar con extranjeros y se a<lvcrtia al gobernador que cl mariscal conde D'Estrees, vicealmirante general de Francia, "se hallaba prevenido con

a

HISTORIA

DE PUERTO RICO

una armada para dirigirse a las Indias, y a pesar de las paces concertadas, convenia vigilar sus movimientos."

Estrees paso efectivamente a la vista de Puerto Rico. en 2 de septiembre, dirigiendose a la Tortuga, donde cl gohernador. 1\lr. de Poinci, habia recibido orden de prestarle auxilio para hostilizar las posesiones holandesas: proyccto fracasado por consecuencia de una tormenta quc sorprendi6 a la expedici6n en la isla de Aves. pr6xima a Curazao, causando grandes averias en los buques.

De regreso a Francia detuvose Estrees en Santa Cruz, y al conmnicarlo Robles a la metr6poli, en febrero de 1681, pintaba la situaci6n desespcrante de la plaza, sin armas ni sol dados para su def ensa. La peste que asol6 a San Martin treinta y cuatro afios antes, habiase hecho enclemica, recrudeciendose por intervalos irregulares, y desarrollandose esta vez con tal fuerza en la guarnici6n, que no quedaban mits de ochenta hombres que pudiesen pelear. Tuvo, pues, el gobernador, que apelar a aquellos campesinos que aiios antes se rechazaran de las filas, acudiendo, blancos y mulatos, al llamamiento y prestando fielmente el servicio de guarnici6n, '· a pesar de lo <lesarrapado y miserable de su aspecto.''

San German en entredicho.-Abandonada la colonia a sus menguadas fuerzas, no ha de extraiiarse que algunos habitantes de San German, menos sumisos 6 mas avisados que sus conterraneos, buscasen auxilio en el comercio ilicito.

Eran los vecinos de la villa muy celosos de sus privilegios municipales y no habian modificado su criteria oficial al transformarse los antiguos gobernadores en capitanes generales, de modo que al considerarse agraviados por estos, apelaban a la Audiencia de Santo Domingo que aprovechaba aquellas ocasiones para hacer sentir al poder

COMERCIO ILICITO

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militar su autoridad. Es verdad que aunque negaban los sangermefios a los gobernadores intervenci6n en las elecciones de sus alcaldes, en cambio les prestaban millares de pesos en ganado, casabe, maiz y otros productos para mantener la guarnici6n, cnando los filibusteros de la Tortuga 6 los comisionados infieles se apoderaban de Ios situados, de modo que solo podia imputarse a aquellos rudos labradores un perf ecto deslinde entre su deber y su derecho; pero como estas energias de caracter se llamaban desacatos por los capitanes generales, enlazandolas con las operaciones del comercio ilicito busc6se la manera de dominarlas.

Reducci6n del Partido.-En 1683, casi al despedirse del mando don Juan de Robles Lorenzana, solicit6 la constituci6n de la Aguada en partido propio, a semejanza de Coamo y Arecibo, que dependian de la ciudad en lo judicial y eclesiastico; pero del capitan general exclusivamente en lo gubernativo. Con esta mudanza quedaban los aguadefios sometidos a dos centres opuestos, pero asintieron al proyecto, que limitaba los terrenos de San German• con el rio Guaorabo, encerrandose entre este y el de Camuy la zona riberefia del nuevo distrito.

Esta desmembraci6n solariega de la antigua villa reduj o su importancia territorial, pero no las operaciones del comercio clandestino que se practicaban por lugares distintos.

Fundaci6n de Ponce.-Con posterioridad a la ocupaci6n holandesa comenzaron a establecerse en las playas del sur, hacia la ribera occidental del rio Jacag11,as,algunos labradores, subordinados en absolute a la villa de San German, que hasta alli extendia su territorio, y autorizada por el obispado, sin anuencia del patronato real, la erecci6n de una ermita dedicada a N uestra Senora de Guada-

HlSTORIA

DE PUERTO

RICO

lupe, cuyo capellan ofrccieron sustentar los vecinos, qued6 al fin constituida en t670, con el nombre de la Guada/11 pe de Ponce, una ayuda de parroquia de San German.

Fue Ponce uno de los sitios por donde comenzaron ;1 contratar los e:-..1.ranjeros,y sospechandolo Robles Lorenzana, en 1678, quiso someter la vccindad a su inrnediata inspccci6n, por medio de un capitan a guerra, pero el cargo debia ser honorifico y ningun vecino quiso aceptnrlo, "porque no Jes traia conveniencia."

Informaci6n fracasada.-Igualrncnte que en Ponce, se comerciiaba por las ensenadas del Cuaorabo y de! .Mayagiie.=, y con mayor comodidad por el puerto de Caborrojo, <londe era comt'.m hallarse tres y cuatro barcos, procedentes de Jamaica. en los meses de enero a marzo. cargando cerclos y tcrneras en pie, tabaco torcido, achiote, jengibre y corambres, cambiado todo por negros bozales, lenceria y otros productos.

A la averiguaci6n de estos hechos procedi6, en 16831 un nuevo gobernador, el maestre de campo don Gaspar Martlnez de Andino, enviando a Espana voluminoso legajo informative; pero sin exponer en concreto el nombre de los comcrciantes, y como era forzoso conocerlos para aplicarles corrective, confi6se en 1687 la inc;trucci6n de

judicial proceso al licenciado don Manuel cle la Cru1.

Ahedo, oidor que se trasladaba a Santo Domingo.

Ahedo lleg6 a Puerto Rico, recorri6 la isla, oy6 al gobernador, y en marzo de 1688 inform6 negalivamente, sin hacer caso de datos fidedignos, viendose compelido en noviembre clel mismo aiio, a volver a Puerto Rico con otro magistrado para instruir causa crimin:. contra don Baltasar de Andino, acusado de cornercio ilicito y otros excesos.

COMERCIO ILICITO

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Prooesoescand&loso.-Este don Baltasar, sobrino y cufiado del gobernador, era capitan de una de las compaiiias de infanteria, y violande las Ordenanzas, manten1a comercie active con Curazae en dos buques de su propiedad, negociando usurariamente con el haber de Jes soldades y la necesidad de los vecinos, en una tienda exenta de alcabalas y tributes, en que hacia de factor un sargento de la guarnici6n.

Encerrado en el Morro el capitan, confiseadas las goletas e intervenida la tienda, •trat6 el gebernador de entorpecer las actuaciones del Tribunal, secundande tal prop6sito vecinos y funcionarios, con excepci6n del obispo, viendose Ahedo compelido a refugiarse en el cenvento de franciscanos para salvar su vida y con ella los autos.

El desorden se mantuvo hasta el 5 de mayo de 1690, en que desembarco en la Aguada el maestre de campo don Gaspar de Arredondo, nombrado capitan general de la isla y autorizado para llevar a la jurisdiccion miJitar el proceso incoado por Ahedo. Don Baltasar se habia escapade del Morro, sobornando un centinela de origen portugues, fugandose ambos a Curazao; pero no foe tan feliz su tio, que encerrado en aquel castillo en septiembre de 1690, a pesar de sus protestas y reclamacienes al Censejo de Indias debi6 aguardar alli la sentencia definitiva que lo condenara, en 19 de marzo de r6g6, a privaci6n de empleo y extrafiamiento perpetuo de los reinos de Indias.

La inflexibilidad de Arredondo puso de manifiesto la incensecuencia de aquel funcionarie que dando principio a su gobierno con la persecuci6n de! comercio con extranjeros, habia concluido por practicarlo el mismo, resultando complicados en esas operaciones ilegales, extendidas por toda la isla, clerigos, frailes, militares, regidores, al-

HISTORIA DE PUERTO RICO

caldes y hasta los oficiales reales, pues que en los dineros del 'Situado tomaron base tales negocios.

La viruela otra vez.-Al desarrollarse el comercio con extranjeros se renov6 la importaci6n de esclavos de Guinea, y ya fuese por causas originarias, ya por las condiciones en que eran conducidos aquellos infelices, en la sentina de los barcos ingleses y holandeses, es lo cierto que la viruela comenz6 a cebarse en ellos, transmitiendose el contagio por toda la isla.

Sin medios profilacticos ni asistencia medica en el pais, la enfermedad foe un azote cuyos efectos se comenz6 a sentir en noviembre de 1689 y aun perduraban en mayo del afio siguiente, escapando muy pocos a su estrago.

En la ciudad, en la villa y poblados principales, ele,,6se a mas de setecientos el numero de bajas en las famiIias, pereciendo veinte y cinco sacerdotes, dos oficiales reales, gran parte de la guarnicion y muchos esclavos, sin contar los casos ocurridos en los hatos internos, adonde la inspecci6n oficial no llegaba nunca.

Loable fue en tal ocasion la conducta del obispo don Fray Francisco de Padilla, religioso merccnario que estableci6 en su casa botica gratuita y provey6 de alimentaci6n a los mcnesterosos, acudiendo en persona al auxilio de los moribundos cuando disminuy6 el numero de sacerdotes.

CAPITULO CAMBIO

DE DINASTIA-ESTADO

XIV GENERAL

DE LA COLONIA

Proola.maci6n de Felipe V.-Con el siglo XVII dcbia tcrminar la dinastia austriaca en Espana. El rey Carlos II, gastado por enfermedades que las preocupaciones de la epoca atribuyeron a hechizos, acercabase al fin de sus dtas sin dejar hijo alguno que le sucediese en (') trono; circunstancia que aprovech6 el monarca frances Luis XIV, para hacer valer los derechos de su nieto el duque de Anjou, descendiente directo de Felipe IV. Hasta abril de 1701 no se anunci6 a los puertorriqueiios. por despachos que condujera un buque £ranees, la muerte de don Carlos, proclamandose el 14 de mayo, en la cindad y lugares de la isla, a don Felipe V, con inusitado lujo de cercmonias.

Auxilios militares.-En 24 de octubre sig-uiente. el comandant~ de otro navio de la armada francesa, La Prof 011de, entregaba a don Gabriel Gutierrez de Rivas, gobernador de la plaza, por orden de su monarca, 12 cafiones, 300 mosquctes, 120 escopetas. 30,000 lihras de p6lvora, 500 granadas, -r,200 cartuchos para artillcr\a y 5,000 libras de balas. Inglaterra y Rolanda se disponian a apoyar la protesta armada del emperador austriaco contra la elecci6n del nuevo rey, y Luis XIV proporcionaba a su nieto medios de defensa.

Jamaica, tomada por los inglcses en 1655, contaba en 1670 con una poblaci6n de 16,000 almas, y antes de! fu151

HISTORIA

DE PUERTO RlCO

nesto terremoto de 16g2 que destruy6 a Port Royal, exportaba anualmente 17,000 quintales de azucar producto de 57 ingenios que, unidos a 49 fabricas de afiil y al gran desarrollo de la industria pecuaria, eran s6lida base de un comercio productivo. ~ Que resumcn ofrecia la colonizaci6n de Puerto Rico en un periodo de ciento noYenta anos?

Producci6n y tributos.-Sin mercado para el azucar, los ingenios habianse reducido a fabricar miel, aplicada al con sumo de aloja y a la preparaci6n del ron, industrias que, apenas establecidas, se gravaron con uno y ocho maravedis, respect i va men te, por cuartillo de producto: impuesto local de que se incaut6 el tesoro, cuadruplicandolo.

El tabaco, estancado, ALFEREZ ABANl>ERADO (tPOCA DE FELII'E v). segun antes se indic6, era objeto de fiscalizac1011tan rigida. que una pobre mujer de Palo seco, en cuyo bohio se hallaron dos hacecillos de esa planta, fue sometida en 1673 a ignominioso castigo. El

CAMBIO DE DINASTfA

1 53

cacao comenz6se a cultivar en 1636, y las tormentas de 1641 y 1657 arrasaron los plantios que, por costosos, nadie se ocup6 en r,establecer. Las plantaciones de maiz y yuca practicabanse asiduamente por exigencias de la alimentaci6n ; pero ya se ha dicho c6mo los devastadores efectos de los ciclones, obligaban a solicitar en la Margarita esos productos.

Bien se justifica con tales datos la actitud de1 gobernador don Diego de Aguilera y Gamboa, quien, al oponerse en 1652 a la exacci6n del papel sellado, dedale al Consejo de Indias: "Si estos vecinos, para obtener jnsticia, tuviesen que pagar 1,t,nwarto por nr111a, no habrfa ninguno q1te p•1,tdt"ese reclaniarla." Sin embargo, el papel sellado se impuso diez aiios despues, y con el la alcabala sobre contrataci6n, cobrandose un dos por ciento sobre el valor del objeto contratado, cada vez que se renovase el contrato.

Divisi6n territorial.-Propuso don Gaspaf de Arredondo, en julio de 16go, la constituci6n de los poblados de Arecibo, Aguada, Ponce, Coamo y Boca del Loiza, en villas como la de San German, con su• cabildos y alcaldes mayores y fueros jurisdiccionales i mas consultada la Audiencia en agosto de 1692, no se mostr6 propicia a la multiplicacion de jueces en territorio tan escaso de poblaci6n; sin embargo, se establecieron los cinco partidos, con caracter gubernativo, bajo la dependencia del capitan general, representado en ellos, lo misrno que en San German, por un vecino respetable que recibi6 el titulo de tenie1tte a guerra,.

En esos distritos agrupabanse varios lugarejos, unos con sus ermitas, como Sau.ta A11a del Bayamon y el Toa, dependencias de la ciudad, y Afiasco y Hormigueros, hijuelas de San German; otros sin fundaci6n religiosa to-

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la 1a, mo /a11ati n I partido de recib C11a,,a111a ~n I cl • am . ' Buena , ista "' y Fajard<.1 n el distrit de Loiza. La vigilam:ia d la polida n e .<s lug-an.:· y cl mi1.-c rtij : di ·pL·r. •.. om ti(1:c a I .- alcalcl ·s de la L·;rnta I lerma11dad. institu it'm antig-ua n Espa11a. fl la iu • corrL·:p ndia invc:ti. ar y ca Lig-arla. fal a y d lit • lev •. ·onlt'tid is t'll desp >hlad : pC'n> la ad mini. tracion ju<li~ial rdinaria '-= nti11u/) .in ah racii'm :'1carg- d los 1

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DE HOUUGlJEROS (FU DADO EN

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n ap laci 'n a al aid s d Pu rt Rico y an rman, la u Ii ncia de ant omin rrit rial en Contribuci6n de sangre.-La t nen ·ia. militar , trajo por c n ecu ncia la organizaci6n civico militar del ecindari imp ni 'n<lo e I ali tamiento n una milicia irregular, 11rba11a, cliviclida n comtad in livitlu may r d cliez • ·ei. aiio· ) m n r paliia cl e enta, n aptitud para empuiiar una lanza c1 ··grimir una e pada; arma que odia u ar libr 111 at cl pai, anaje, r r ando e la d fu o para el jercit .

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* Barrio rural de fl umacao.

CAMBIO DE DI

A Tf

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El dia de Santiacro patron d Espana pa aban lo urbane r vista per anal n la plaza publica an e I • teni nt militare respective reciendo la prac i a la n julio de 1700, un re umen d 14 compafria de infante • <lo de cabaLierfa con una fu rza total de 1 ooo h mbre .

Habitantes.-A la inAu n ia del obispo don Fra Bartolom, Garcia de E cafiuela e debe el t'.mico c n o e ta<li tico formado en el i lo II. l llegar a u li6 i 0 n 24 de a ·o to de 1673 de eando el prelado c nv nc r a u fajestad de qu Io qu llama an ciudad ra ca i un d ierto, orden6 al cura parroco, don Juan uilart de alazar la formaci6n <l un padr6n nominal d u f lirese , del cual precede la i uiente sinop 1 :

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EL A Blancos.

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Mu- Hoinjeres. res.

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De la Fortaleza .............. oncepci6n y . ant De la Catalina ..................

De .'anto Domingo r6 de los hobos ....................

De San 'ri t6bal y la arniceria .....................

De la Jgle ia ...............

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III!;TORIA DE PUERTO RICO

No puecle demostrarse con igual precision el nurnero de habitantes en toda la isla, pues ni don Gaspar de Arredondo, al solicitar la organizaci6n de las cinco villas indicadas, juzg6 necesario acompafiar el censO'"de almas de cada partido. mas por fuerza debia ser grande su despoblaci6n, cuando ese mismo gobernador solicitaba en r693 que de Canarias 6 de cualquiera otra parte, se rnandase gente blanca a Ia is!a.

Efectivamente, con el sucesor de Arredondo, don Juan Franco de Medina, 11egaron, en agosto de 1695. veinte famiJias de Tenerife, con un total de cien personas, que fueron instaladas en el hato de Saba11aIlana_;pero tambien se enviaron setenta galeotes queen vez de utilidad proporcionaron inquietudes, maleanclo con su ejemplo a los hombres de bien.

Fortificaciones y conventos.-A eso se redujo el progreso urbano de la capital de Puerto Rico en todo el siglo XVII; y las fortificaciones eran muy incompletas, pues la perdida de los situados y la pobreza local, poco permitieron aiiadir a la obra de don Inigo de la l\ttota Sarmiento.

El trazado de las murallas en la puerta de San Juan impuso el derribo cl~ la ermita de Santa Catalina, pero don Iiligo de la Mota, hombre rnuy devote. cuid6se de reconstruirla cerca de! hospital de la Concepcion. En 1642 procedi6 don Fernando de Riva Aguero a levantar de nueva planta la fortaleza destruida por los holandeses y como se extendiesen las dependencias de! edificio hasta la ermita, tom6se esta como capilla particular de los gobernadores, de donde vino el nombre de Fortaleza de Santa Catali11acon que aun se designa aquella mansion.

La devoci6n de Sarmiento no se di6 por satisfecha, con devolver su ermita a Santa Catalina: por su inter-

CAMBJO

DE

THN,\~TD\

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venci6n sc reparo la cateclral, y con ayu<la de los soldados reconstruy6 el crucero de la iglesia conventual de Santo Tomas de Aquino, edificando la capilla del Rosario, quc debia serv1r de sepulcro a los gobernaclores. Por csc tiempo habian renovado los padres franciscanos su deseo cle poner casa en I.aisla y apoyados por el obispo don Jnan L<'>pezAgurto de la Mata. obtuvieron en 1 I de septiembrc de 1641, Real Cedula autorizandolos para reinstalarse en la ciudad, adjudicandoles el concejo un gran solar de quc tom6 posesi6n solemne en 3 de octubre de 1642. el padre guardian fray Bartolome de Mendoza.

El nuevo monasterio levant6se con tal escasez de recursos, que en r650 no era mas que un ranchon cubierto de yaguas, y condolido de tal miserja el gobernador don Diego de Aguilera, hizo construirlo de piedra. obligando con severos castigos a los soldados a tomar participaci0n en la obra y autorizando en 1651 un suplicatorio al Rey para que, de la capilla de palacio, _mandase provcer de alhajas y ornamentos la nueva iglesia.

Y no fue en esta sola fundacio.n en la que intervino el buen maestro de campo. El convento de monjas carmelitas, solicitado por el doctor Balbuena en 1623 y negado por el Consejo de Indias, en tanto no se creasen fondos para sostenerlo, autoriz6se al fin por Real Cedula en r? de julio de 1646. gracias a la piedad de dona Ana de Cauzos, que ofreci6 su hacienda para dicho objeto. Como las monjas cieb1an venir de Santo Domingo y el crucero constante de piratas era poco tranquilizador, dispuso Aguilera que veinte mosqueteros de la guarnici6n se trasladasen a aquella isla para escoltarlas, llegando felizmente las religiosas en abril de 1650 a su nueva casa. edificacla en el solar que habia ocupado la de los prebendados, mcendiada por los holandeses.

HISTORIADE PUERTORICO

La herencia devota.-Tantas miserias y penalidades no lograron aminorar en los puertorriquenos la afici6n a los festejos publicos, que se celebraban por lo general, despues de las frecuentes solemnidades religiosas. Ademas de! santo tutelar de cada iglesia 6 capilla, hab,a otros con especiales devotes organizados en cofradias, de las cuaJes se contaban hasta doce en la ciudad solamente, y el culto tributado a las imagenes en los temples, terminaba en la calle con regocijos nada piadosos.

Se abus6 de esas practicas de ta! modo, que en 1712, el obispo don fray Pedro de la Concepcion y 'Grtiaga, al lerminar su visita pastoral, hubo de condenarlas, quejandose de que "/os cofrades contentaban al santo con una m·isa, gas/{mdose los d£neros de la hermandad e11 bai/es, comedias, banquetes, corridas de cai'ias :v profanidades pecaminosas."

Corpus Cristi.-Esta gran solemnidad cat6lica patrocinabala en la ciudad el concejo municipal. a cargo del cual corrian todos los gastos.

En el Corpus observabase en Puerto Rico la costumbre, originaria de Sevilla, donde aun se practica por ninos de coro que Haman seises, de concurrir a la catedral a la bora de v.isperas, un grupo de mulatos libres a bailar varias danzas, sin quitarse los sombreros, hallandose de manifiesto el Santisimo Sacramento. En 1684 el obispo don fray Francisco de Padilla echo a la calle los danzantes, y aunque no faltaron quejas, el baile en la iglesia qued6 suprimido.

La fiesta de Santiago.-Tratandose del ap6stol guerrero, patron militar de Espana, no ha de extranarse la intervenci6n activa de las fuerzas de guarnici6n en los obsequies que se le dedicaban. La imagen del santo se mantenia en un templete sobre la puerta de la ciudad que

CAM:BIO

DE DJNASTIA

llevaba su nombre, y desc.lc alli era con<lucida, la vispera de la festividad, por los artilleros hasta la catedral, haciendo alto en la Fortaleza, done.le una compaiiia de mosq ueteros le tributaba honores militares. En ese acto el capitan clavero colgaba del brazo de la imagen las !laves de la ciudad, cuyas puertas no se cerraban aquella noche, por consi<lerarsc la p1aza custo<liacla por el glorioso Santo. Al dia siguiente, terminaclas las ceremonias religiosas, paseabase el pend6n real en lucicla cabalgata, entre cl estruendo de los petardos y las salvas de la mosquetcria.

Fue mcrced a esta t'.tltima circunstancia quc le descargaron, en 1652, varios arcabuzazos con bala al g-obernador don Diego de Aguilera, en venganza de haber perseguido un frau<le de mas de 50,0CX)pesos en las remesas de situados. Aprehendidos los culpables, hijos del clefraudaclor, y condcnados a muerte, Aguilera, que resulto ilcso de Ia agresi6n. mostr6se generoso, perdonandoles la vida, cuan<lo ya se hallaban en el lugar del suplicio.

Veinte aiios despues se interrumpi6 temporalmente esta fiesta. Don Gaspar de Arteaga, caballero profeso de! habito de antiago, que establcci6 cuerpos de guardia en las ermitas e interrump1a novenas y sermones con toques de rebato y disparos de mosqueteda, neg6 su venia a la ceremonia mililar, manifestando, que el oficio de los soldados era pelear y no cargar santos.

Las carreras de San Juan.-Esta diversion manteniase inalterable en su aspecto oficial; pero en las carreras, la modificaci6n era harto sensible.

Empezaban esas carreras al obscurecer y continuaban hasta altas horas de la noche, tomando parte en ellas toda clase de gente, de condici6n libre. en caballos propios 6 alquilados, llevando cada jinete a la grupa, una mujer que

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HISTORJJ\

DE PUERTO RICO

cm:ubria su cuerpo con l'i.gero mant6n y recataba el rostro con rebocillo de encajes 6 negro paiiizuelo.

La costumbre ( que aun prevalece en algunos paises de Europa) cle encender hogueras para destruir malefa:ios. obscrvabasc tambien en Puerto Rico, y en torno de esas hogucras agolpabase bullanguera tu rba de ociosos, cmpciiada en adivinar el nombre de los enmascaraclos, publicimclolo a gritos cuando era descubierto y apostrofanclo £it hombres y mujcres con dicharachos ofensivos quc nadic sc cuidaba de contener. sugestionados todos por el vertigo cle aqucllas carreras desatentadas, mantenidas en opuestas direcciones, desde la puerta de Santiago hasta las solcdadcs de! campo del Morro.

Escanclalizado de tal desorden, el obispo Urtiaga, prop11sosc corregirlo, fnlminando en 1707 pena de exco111tmi<>n contra toclo el que en las carreras interviniese; protcst6 la ciuclad, funda.ndose en que aquella fiesta conmcmoraba la conquista; apoy6 el capitan general la prote. ta, achacando extralimitacion j uriscliccional al obispo; y somctido el caso a decision de la Audiencia, el padre l~rt iag-a descr-ibi6 con vivos colores los accidentes de a11ncila<liversi6n que perturbaba las familias y desmoralizaba las costumbres. La Audiencia amonest6 al prelado pc)r habcr invadido la jurisclicci6n real, pero hizo justicia su celo moralizador, al d~cretar que, ni solas ni acompailaclas, se permitiesc a las mujeres, en lo sucesivo, tomar parte en tal fiesta.

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CAPITULO DEFENSA

XV

TERRITORL\L.-REACCl6N'

ECONOMICA

Fundaci6n de Saint Thomas.-Desde 167r habiansc posesionado los daneses de la isla de Santo Tomas, conocida generalmente por Santomas, en cl g.rupo c.lelas V1rgenes, establcciendose allt una colonia mercantil, cosmopolita, Hamada con sus franquicias {\.favorcccr la piratcria interinsular. ·y cuya proximi<lad a Puerlo Rico debia ascgurarle larga influencia sobre esta isla.

• Dcclarada la guerra a los Borbones per J nglaterra y Rolanda, y formando ingleses y holandescs la principal vecindad de Santomas, fraguaronse alli para hostilizar {L Puerto Rico, no pocas maquinaciones.

Los ingleses en Arecibo.-Aunque poco a<lccuado est~ puerto para un desembarco por sorpresa, es lo cierto que en el fondearon el 5 de agosto de 1702, un bcrgantin y una balandra de nacionalidad inglesa. echandosc a tierra, en dos lanchas, cuarenta hombres armados con fusiles, {L las 6rdenes de un capitan. Esparcidos los vecinos milicianos por los hates y cortijos, s6lo pudieron congregarse en el pueblo trcinta de ellos, armadas de lanzas y machetes, colocandose al frente de esa fuerza el sargcnto mayor de milicias, teniente a gucrra interino, don Antonio de los Reyes Correa, y el ayu<lante de una de las compa·nias, d0n Nicolas Serrano.

Roto el fuego por los invasores. sin darles tiempo para 161

llISTORIA

DE PUERTO

RICO

nueva carga echaronse sobre ellos los intrepidos milicianos, atacandolos con tal denuedo, que en breve quedaron en el campo veintid6s cadaveres de ingleses, entre ellos el capitan, muerto a manos del valeroso Correa. Puestos en fuga los restantes, corrieron tras ellos los arecibefios 1 rematando a lanzazos, dentro del agua, a diez mas y apodedmdose <le una lancha solamente, por haberse apresurado algunos fugitivos a cortar el ancla de la otra, poniendose en salvo.

Dura fue la lecci6n y con tal suerte aplicada que solo siete de los defensores quedaron heridos: el teniente de gnerra Correa, de bala y contuso en la cabeza; manco de otro balazo el ayudante Serrano, y heridos el sargento Jose Rodriguez y cuatro milicianos, uno de ellos. Pedro de Alejandria, tan gravemente, que muri6 poco despues.

Defensa de Loiza.-Dos meses.despues de la intentona de Arecibo recibia Gutierrez de Rivas aviso confidencial de estarse preparando en Santornas una expedicion quc guiada poF el mulato Francisco Ramos, condenado a muerte en Puerto Rico por contrabandista, intentaba desembarcar por las playas de Loiza.

Como a la media noche del 5 de noviembre aparecieron cerca de la costa dos barcos que sigilosamente se prepararon a dcsembarcar gente en dos grandes chalupas.

El teniente a guerra don Juan Caballero, con cincuenta milicianos emboscados. clej6 maniobrar tranquilamente los intrusos, esperando que se alejasen de las chalupas para cortarles la retirada, como lo hizo, dandoles el grito, usual de iSantiago ! con nna descarga de escopeteria y embistiendolos ensegu.ida al arma blanca. Desconcertados los agresores con aquel ataque en que no se daba cuartel procuraron retroceder a la playa, en bttsca de las embarcaciones, arnparandose de ellas algunos; pero de-

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DEFE1':SA

TERRlTORlAL-REACCION

ECONOMlCA

163

jando en tierra treinta y dos rnuertos y dos prisioneros heridos, uno de ellos el espia Ramos que, al dar su nombre, fuerematado a machetazos.

Combateen Guadianilla.-El <lia 11 de enero de 1703 daba cuenta al capitan general su teniente a guerra en San German, don Antonio Ramirez de Arellano, de una invasion de holandeses, intentada y repelida victoriosamente en su distrito. Despoblado como se hallaba el puerto de Guadianilla, prometieronse alli facil ingreso los invasores, sin contar con la vigilancia de los milicianos del contorno, subordinados al vecino Domingo Pacheco de Matos, alferez de la compania de caballos.

Advertida la presencia de los barcos enernigos reuni6 Matos sus lanceros, en 11{1merode veinte, y con ellos se dirigi6 a la playa, donde varias lanchas, despues de desembarcar basta cinq.1enta hombres armadas de esco.petas, rcgresaban a Jos barcos en solicitu<l de mayor refuerzo. Antes que volviesen, arroj6se el bravo alferez sobre el enemigo, sin arredrarle la superioridad de numero y del armamento, sufriendo en la acornetida dos descargas, y entablacla la lucha cuerpo a cuerpo, lanzas y machetes produjeron la acostumbrada carniceria. En retirada los holandeses, echaronse al mar por un bajo, y alli continu6 la pelea. con el agua al cinto, hasta que los pedreros de los barcos y la llegada de lanchas de socorro, obligaron las milicianos retirarse.

Treinta ocho holandeses muertos quedaron en tierra, sin contar los que cayeron en el bajo y los heridos que recogieron las lanchas, demostrandose los efectos de la derrota en la precipitaci6n con que los barcos abanclonaron el puerto.

Al participar el hecho Gutierrez de Rivas, enlazandolo con los de Arecibo y Loiza. oonderabale al rey el gran

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y

HISTORlA

DE PUERTO RICO

valor de sus vasallos de Puerto Rico, " pocos en numcro, pero de tan b1,ena calidad y esfuerzo, que con ellos no temia ningun contratiempo."

Recompensas.-Don Felipe V, nornbr6 en 28 de septiembre de 1703, a don Antonio de los Reyes Correa, caballero de la Real Efigie, que asi se llamaban los condecorados con una rnedalla destinada a premiar servicios militares importantes, concediendole al mismo tiempo los honores y preeminencias de capitan de infanteria, con el derecho a media paga de que disfrut6 el agraciado por toda su vida. ( 17) Al ayudante Serrano se le reconoci6 su plaza en el ejercito, con sueldo y sin obligaci6n de servir; el sargento Rodriguez fue ascendido a alf erez de infanteria, y concedidos los grades y fueros militares al Capitan de Loiza y alf erez de San German, asignandose una pension de ocho ducados al mes a todos los heridos en los tres combates e igual pension y cien pesos para ayuda de funeral, a la madre de Alejandria, distribuyendose gratificaci6n pecuniaria, con cargo al tesoro de Mejico, a los milicianos de los tres partidos que tan bizarramente clemostraron su valor y lealtad en aquellas circunstancias.

El capit{m Henriqnez.-Si en la clefensa territorial se conquistaban tales distinciones los puertorriquefios, no menor honra y ·provecho debia alcanzar1es en otro genero de campafias.

Autorizadas las patentes en corso para perseguir d contrabando, aplicaronse durante la guerra a ejercitar duras represalias contra los buques de Inglaterra y Rolanda que hacian presa en los cruceros espafioles, y como quiera que tales armc1,mentosse regian por las ordenanzas establecidas durante la minoria de Carlos II, que concedian todo el producto de las presas a sus aprehensores,

DEFENSA

TERRITORlAL-REACCI6N

ECONOivIICA

165

aguijoneados con la probabili<lad de esa ganancia, no escasearon armadores.

Entre estos alcanz6 nombradia excepcional, un muJato zapatero de oficio, 11amado Miguel Henriquez, que, bien mirado por sus convecinos y muy adicto a la iglesia, di6se mafla para obtener una patente real que escudasc sus empresas. Y con tal audacia y exito bubo de realizarlas, que ya en 22 de j ulio de I 713 se le concedia por Felipe V el tituJo de capitan de mar y gucrra y se honraba su valor con la medalla de la Real Efigie, que aparejaba la condici6n de caballero.

Henriquez, hacienda honor tales m~rcedes, continue\ aumentando sus barcos, prestando con ellos servicio clc gL1arclacostas y haciendolos llegar a la bahia de Cadiz, en comisiones de la capitania general. Tal grado alcanz<', su prestigio que, en septiembre de 1716, solicitando cl goberna<lor don Jose Carreno, permiso para rcconqni~tar a Santomas, "nido peligroso de avc11t1Lreros y ap,,statas, ., decia al Consej o que ningun gas to proporcionaria la empresa al tesoro real, pues con el capitan Henriquez y quinientos hombres del pais, tenia lo suficiente para realizaTla. No foe aprobado el prop6sito de Carreno ; pero dos aiios mas tarde se utilizaba al famoso mlllato en otra acci6n importante.

Recuperaci6n de Viequea.-Con la fundacicm cle Santomas qued6 mas expuesta Vieques a la ocupaci6n por extranjeros. • Ya en septiembre de 1688 habiase apresaclo en las salinas de Coamo un irlandes, por cuyas declaraciones se descubri6 la instalaci6n en la islilla vecina clc una colonia mixta de franceses e ingleses, que, obe<leciendo 6rdenes del gobernador de Antigua, se ocupaba en construir un fuerte. El irlandes fue trasladado a Mejico para juzgarsele militarmente, y perturhado entonces el g-ohicrno

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166

HlSTORIA

DE PUERTO RICO

insular por las banderias del contrabando, bubo de aguardarse a que una escuadra, de transito para Veracruz, destruyese el fuerte a cafionazos, en enero de 1699, incautandose a la vez de cien esclavos.

Evacuada Vieques y no teniendo Puerto Rico fuerzas que proporcionar para su def ensa al declararse la guerra volvieron los ingleses a sentar alli sus reales tranquilamente hasta marzo de 1718, en cuya fecha aprovech6 el capitan general, don Alberto de Bertodano, la Ilegada de 1.rnnavio conductor de) situado, para pedir a su comandante, don Jose Rocher de la Pena, que le auxiliase en un ataque decisivo.

Rocher accedi6, acompafiandole dos goletas del capitan Henriquez con cuatro artilleros, siete soldados de infanteria y 289 milicianos de todos los particlos, entre ellos 65 negros libres de! caserio de Cangrejos. Llegada a Viequcs la expedici6n pas6 a bordo del navio de Rocher tm indivi.duo llamado Abraham Ruel, quien manifesto • era gobernador de la isla a nombre de Mr. Baltasar Hamilton, capitan general de las colonias de barlovento, por Su Majestad el rey Jorge de Inglaterra; sin embargo, ante la intimaci6n del comandante, mostr6se dispuesto a retirarse.

Incendiado el fuerte y el caserio, talaronse las plantaciones de cafia, tabaco, maiz y algod6n, y regresaron los expeclicionarios llevandose a Mr. Huel y demas colonos con sus familias, 95 esclavos africanos, seis cafiones de a 8 que sirvieron luego para artillar el castil1ejo de San Jeronimo, tres balandras que se hallaron en puerto y una goleta cargada de frutos que se dirigia a Santomas, recogiendose aderna.s gran porci6n de armas, ganados, aves e instrumentos de labranza, todo lo cual, vendido en almonecla. produjo la stuna de 100,584 pesos.

DEFENSA

TERRlTOR1AL-RE.\CCI6N

ECON6MICA

167

Henriquez procesado.-Los progr~sos del afortunado .~ulato concluyeroru por ganarle enernigos, uniendose la envidia {i los prejuicios de_raza, tan arraigados en aquella epoca, para hostilizarlo. A la muerte del obispo Urtiaga, en 1713. resulto Henriquez acreedor privilegiado a los bienes de! difunto, por prestamos para subsistencias; pero se le desconoci6 su derecho y despues de] ataque de \'ieques tambien se opusieron reparos a su participaci6n en las presas, siendo gestor de estas hostilidacles el tesorcro don Jose <lei Pozo y Honesto.

Substituido el gobernador Bertodano, en abril de T720, por don Francisco Danio Granados, hallo este un desfalco de 12,968 pesos en las cajas de la tesoreria, por cuya causa foe Pozo encerrado en el Morro y hubo de facilitar Henriquez: un nuevo prestamo para cubrir los habcres de la guarnici6n.

La conclucta clel consecuente capitan continuaba siendo meritoria; sin embargo, confalmladas las intrigas de rozo y la pucriliclad petulantc de Granados. lograron enrcdarlo, dos anos clespues, en las mallas cle tres indignos procesos: por ocultaci6n clc csclavos. por costumbres licenciosas y por comercio ilicito cncubierto con las patentes en corso.

En el primero de estos procesos se complico al contaclor <1011 Antonio Paris Kegro. amigo clel capitan y se diet<'>confiscaci6n general de los bienes de este t'.tltimo, pero

esta medida no produjo efecto. pues previendola Henrif)ttez. hab1a puesto todo su cau<lal bajo la salvaguardia del obispo don fray Fernando de ValdiYia, que desde junio cle r 719 regia la di6cesis. y tres meses despues de su llegada ya informaba al rey acerca de las II maq11inacio11cs diab6/icas ,. que se urdian para despojar de sus bienes "a 11110 de los 111as leales y celosos 'i.'asallos de lndias."

Deshechas las traidoras cabalas por intervenci6n de

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1IISTORTA DE PUERTO RICO

la Audiencia, dirigi6se Henriquez al soberano, exponiendole, con elocuente sinceridad, que las inquietudes y dafios recibidos los debia al enaltecimiento con gue Dios habia premiado sus servicios al trono, y como se proponia continuarlos. para tranquilidad de su animo hada donaci6n graciosa de su discutido Credito contra la mitra, a favor de la catedral donde habia recibido las aguas del bautismo, ayudando asi a aliviar su pobreza, "pidiendo solamente que se obligase a sus enemigos a tratarlo con mas dccencia."

Progreso econ6mico.- o dieron fin los armamentos en corso al comercio fraudulento, tan arraigado en la isla, que ocasionaba en Ponce sangriento motin, sofocado por tropas de la ciudad y se extendia al concurrido puerto de la Aguada, tomando activa participaci6n en ese negocio clan<lcstino, no pocos eclesiasticos amenazados de castigo por real cedula a 13 de marzo de 1727, aun cuaudo se amparascn de intermediarios para practicarlo. Y fuerza es reconocer que si el comercio con extranjeros era ilegal, gracias a esa ilegalidad daban los puertorriqueiios salida a una parte de sus productos y proveian algo mejor a sus necesidades, debiendose a la importaci6n clandestina <le mercaderias y a la venta de las que apresaban los buques en corso, una modificacion favorable en aquel esta<lo de miseria, tan lastimasamente descrita par las gobernadores en todo el siglo precedente.

Agrupaciones vecinales.-La inmigraci6n de familias proceclentes de las isla~ Canarias hab1a proseguido, elevandose a setenta y siete las ctistribuidas nuevamente por Loiza, Bayamon y el Toa, suspendiendose los ingresos por haberse introllucido entre los labradores morigerados alguna gente maleante de ambos sexes.

El au men to de poblaci6n en el literal se demuestra

DEFENSA

TERRITORIAL-REACCION

ECONOMICA

r69

palmariamente por el acta de visita dcl obispo don fray Sebastian Lorenzo Pizarro, quien encontr6 erigidas ya en mayo de 1729, una ermita, bajo la advocaci6n de la

R.fO DE UTUADO.

LA R.EPRESA,

170

HISTORIA

DE PUERTO

RICO

Candelaria, en }.fa,nati; otra, dedicada a Santa Rosa de Lima, en el barrio de Cah•ache, hoy Rincon; junto al rio Nlayagiic:;, otra, en honor de la Candelaria; en las riberas del Ya,uco la de rtra. Sra. del Rosario; en Caguas la de San Sebastian ; en Las P£edras la de la Concepcion y en Ca11grejos la de San Mateo, cubriendose los gastos de esas instituciones piadosas por agrupaciones de vecinos, embri6n de futuros pueblos.

En 3r de mayo de 1729, por gesti6n de varios estancieros de la Aguada, se acord6 la creaci6n del partido de Afiasco, tornando caracter parroquial la vieja ermita de San Antonio Abad; en marzo de 1730, respondiendo a exigencias locales, se fund6, entre Aguada y Arecibo un nuevo pueblo, instalado en el barrio "t.0S MORENOS OE CANCREJOS." de Guayabos, que recibi6 el MJLlCIA AUXlUAR D£ ARTlnombre de La Tuna; en 1736 1.LERfA. se desmembr6 a Coamo para constituir los limites de Guayama. y en 1739 se autoriz6 la instalaci6n de Sa11 Aliguel del Ut,uado, en la region centrica del Ot11ao indigena.

San Mateo de Cangrejos.-Este lugar, poblado exclusivamente por africanos, ofrece antecedentes especiales.

En agosto de 1{>64arribaron a las costas del sur en

DEFEN~.\

TERR1TORL\L-REACCI6N

ECONOhlICA

171

una canoa tres negras y un negro profugos de Santa Cruz, y enviados a la ciudad, opinaron los Oficiales Reales que debian ser vendidos en almoneda, en provecho del tesoro real. Opusose a ello el gobernador, don Jnan Perez de Guzman, fundandose en que "no parecf,a decoroso quc el rey redujese a escfm,itud las genies que se acogian a su Esta opinion fue apoyada por el Consejo de amparo."

Indias, declarandose libres esos negros y todos los que en lo sucesivo apareciesen en igual forma, siempre que aceptasen el bautismo y jurasen fidelidad al monarca.

Repitieronse los arribos, y en 1714 1 llegando ya a ocl.:ienta los refugiados de ambos sexos. algunos de los cuales vivian maritalmente, agregados a distintos hogares, dispuso el gobernador don Juan de Rivera que formasen colonia aparte, asignando a cada uno de los varones dos cuerclas de tierra en usufructo, en la parte despoblada de los ej idos comprendida entre el castillo de San Cristobal y el puente de San Antonio. proporcionandoles recurses para construir sus habitaciones y organizandolos rnilitarmente, como fuerza auxiliar de la artilleria de la plaza.

La escasa fertilidad de los terrenos de puerta de tt"erra y la conveniencia de rnantener alguna vigilancia en la enscnada de Cangrejos. indujeron a autorizar lentarnente la extension de aquella colonia negra, por el opuesto lado del puente, en los terrenos realengos que llegaban hasta el caiio de " Mart in Peiia," mostrandose los pobladores tan Ia:.ioriosos y morigerados, como leales a la bandera que les diera amparo.

172

HISTORIA DE PUERTO RICO

NOTA

Num. 17. Al capitan Correa, cuyo nombramiento de teniente a guerra interino, en 1702, hallo algunos opositores, incitados por el cura de la localidad, se le adj udic6 en propiedad dicho cargo, despues de su hazafia, sirviendolo con gran prestigio y ocupandolo todavia en 1729, seg{m se demuestra por certificaci6n aut6grafa.

CAPITULO l'RUIERAS

FRANQUICIAS

XVI

l\1ERCANTILES-REOR1,ANIZACI6N AGRAIUA

Gobernador merca.der.-Por un "asienlo II celebrado desde 1873, autoriz6 Felipe V a los ingleses para introducir esclavos africanos en las Indias, y el privilegio de entrar en todos los puertos, pretexto de vender negros, ofreci6 a los concesionarios opbrtunidad para ensanchar el contrabando. En I I de octubre de I 731 tom6 posesi6n de la capitanfa general de Puerto Rico, el sargento mayor don Matias de Abadia, y pocos meses despues ya se admitian en la ciudad, con excusa de! consabido "asicnto," buques ingleses que no venian de Africa ni condudan negros.

Cinco tiendas, colocadas bajo la administraci6n de hombres de confianza de Abadia, dedicaronse a comerciar. no solo con la isla danesa sino tambien con Curazao y d Gnarico frances, concluyendo por acaparar todas las mercaderias que llegaban de Espana, y todo el ganado y frutos de! pats, de que se aprovisionaban los buques. Y en tanto que se dirigian desde la Fortaleza estos negocios, aparentaba Abadia ta! celo en sus actos, que logr6 mantenerse en la isla once afios, ascendiendo en su carrera hasta brigadier y prorrogandosele, por segunda vez en 1741 el periodo de gobierno.

En octubre de 1742, por efecto de nueva tormenta, embarranc6 frente a las costas de Coarno y Ponce un

a

173

174

..HISTOlUi\

DE PUERTO

RICO

paquebote ingles atestado de mercaderias que fueron puestas en salvamento en la playa de Boca. chica, por vecinos de ambos pueblos, defendiendolas a mano armada de una goleta de Jamaica que intent6 rescatarlas. Al dar cuenta de aquel hecho. quiso Abadia paliar otras irnportaciones extranjeras. pretextando necesidac!es creadas por la torrnenta; pero el pretexto no debi6 satisfacer al Consejo, pues a pesar de la pr6rroga concedida, nombr6se gobernador a don Juan Jose Colomo. y como se obligase a Al>adfa a aguardar en Puerto Rico, sn residencia, aguardandola le sorprencli6 la muerte en junio de 1743.

Colomo. que no lleg6 hasta julio de 17441 resumi6 la herencia gubernativa de que se posesionaba, en el siguien"Esco.ndalos pitbficos sin medida; late inventario: drones s11c/tosncccsitando castigo; cmbebecida en chisnies la 'l'Cci11dad;c111plcoss11.halternos adjudica.dos ·venalmentc; so/dados quc solo hon scr, 1ido para cobrar el solaria y los dos tcrcios dcl batal/6n casados con 1111tlatas par lo cuaf no hay ncccsidad, par ahora, de cuarteles."

Pugna de autoridades.-Durante los t'.1ltimosreinados de los Austrias, habianse suscitado en la isla Jargas controversias, a causa de! matrimonio de los solclados, que en sus relaciones ilicitas con mulatas libres, hallaban alivio a la desnudez y el hambre que con frecuencia les acosaba. Como los obispos cuidaban de regularizar can6nicamente esas uniones, a despecho de los gobernadores. indignabanse estos por aquella intervenci6n moralizadora que indisciplinaba la guarnici6n y la controversia suscitada con tal motivo, era manantial de chismes y banderias.

Para cortar esas luchas, prohibi6se a los militares contraer matrimonio sin real licencia, pero el te:xto legal y su cumplimiento seguian, por lo comt'.m. en desacuerdo en las Indias, cosa que parecia ignorar el nuevo gobernador,

PRIMERAS

FRANQUICIAS

MERCANTILE$

175

al inquirir la causa de hallarse los soldados convertidos en padres de proles no muy selectas. Vacante la sede por muerte repentina del prelado don Francisco Placido de Bejar, contest6 el provisor al requerimiento gubernativo, que "no podia negar el sacYamento matrimonial a quien,es lo solidtaban, n:i entraba en su.s atribuciones averiguar la calidad de los contrayentes ;" pero a pesar de esa evasiva, el clero hubo de someterse a la Real Ordenanza, y en desquite se acudi6 a mortificar a Colomo, negandole los honores que, como vicerreal patrono, le correspondian. El gobernador, lisa y llanamente, denunci6 al provisor, que ejercitaba facultades apost61icas de nadie recibidas y al hacerlo despojarse de ellas, en noviembre de 1748, oblig6lo a reconocer la potestad patronal que ejercitaba en el pais.

Funerales y festejos.-En curso la autoritaria discordia supose en la isla, el 21 de enero de 1747, el fallecimiento de don Felipe V, ocurrido en julio del afio anterior, y celebradas Jas "e,'requias fitnerales" y guardados los consiguientes lutos, proclam6se al nuevo monarca, don Fernando VI, extremandose el ceremonial y prolongandose de tal modo los regocijos, que el gobernador crey6 necesario perpetuarlos en una cr6nica, escrita en prosa y verso, donde se hizo constar el numero de los hachones de cera consumidos en luminarias, el reparto de monedas con la efigie del nuevo soberano, la riqueza de los trajes llevados por su sefioria en los distintos actos que presidiera, y hasta el manteamiento que se dej6 aplicar, en la casa de! alcalde, por la alcaldesa y otras amigas, broma algo pesada, pero que debia ser peculiar de Ia epoca, pues que de ella hacia gala e1 manteado. a Colomo, en Petici6n de puerto franco.-Sucedi6 agosto de 1750, don Agustin de Pareja, quien demostr6

HlSTORI.\

DE PUERTO RICO

las buenas cualidades que le adornaban al informar. tres meses despues, sobre las necesidades de! pais, reconociendo el valor y docilidacl de sus gentes, pero haciendo constar su poca afici6n a los trabajos agricolas. "Bien que a esto no fa/ta explicaci611, aiiadia, p11esno tenieudo co111ercioni permitiendoseles le11erlo, de poco habria de ser-;_,irlesel au111e1Lto de frutos." Y esforzando la argumenta-

ci6n, solicitaba que por uno 6 do aiios, se declarase puertci franco la isla 6 se estableciese, en uno t'.totro punto de ella. la escala forzosa de todas la!'iarmadas que iban y venian de las I ndias.

Pareja muri6 repentinamente a los once meses de gohicrno, substituyendole interinamente el sargento mayor, alcalde de! :Morro. don Esteban Bravo de Rivera, en tanto llegaba al pais don Felipe Ramirez de Esten6s militar correctisimo. que tiene derecho a figurar entre los bienhechores de Puerto Rico.

Introducci6n del cafe.-Para reparar los daiios causaclos en la l\fartinica, por una tormenta que destruy6 en 1718 los plantios, especialmente los de ca~ao, aplicaronse los colonos franceses de aquella isla a otros cultivos, entre ellos a I del cafe, arbusto originario de Arabia, cuyo aromatico grano ya era conoci<lo en Europa en 1650. Intenta<la por los holanclesesla aclimataci6n del vegetal arabigo a ellos debio el Jarclin de Plantas de Paris dos arbolillos, de los cuales procedieron los ejemplares que Mr. Gabrid De Clieu recib6 el encargo de conducir a la :\1artinica. A punto de naufragar en la travesia el barco conductor y disminuida la raci6n de agua a los pasajeros, De Clieu parti6 la suya con los arbolillos que se le habian confiado 1 logrando llegar con ellos a su destine. Llevado ai'ios despues a la colonia fra□ cesa de Santo Domingo, de alli se propag6 el cafe a Cuba, donde Ramirez de Esten6s,

PRlMERAS

FRANQUICTAS

M.ERCANTILES

177

emparentado con una rica farnilia de aquella isla, tuvo ocasion de conocer la planta y apreciar el uso a quc se destinaba. N ornbrado capitan general de Puerto Rico, por cuyo progreso mostr6 interesarse, en 20 de junio de 1755 daba cuenta a la metr6poli de haber conseguidb con sus exhortaciones, que se ernpezase a cultivar el ex6tico grano.

Quince aiios despues, enviabanse a Espana veintid6s cajas con las muestras del cafe que se recogia ya en el pais, especialmcnte en Coamo, Guayama y Ponce.

Nueva expedici6n a Vieques.-En septiembrc de 1752 supo Ramirez, por avisos de Maracaibo, que en Vieques se habia instalado un grupo de ingleses, aplicados £L cortar maderas bajo la direcci6n de Charles l'vJacAles, y sin perdida de tiempo hizo prepa-rar, en un bote y cinco lanchas con pedreros, una expedici6n de 50 milicianos de Cangrejos y 50 soldados que sorpren<lieron en el sitio de Puerto Real, dos goletas inglesas y dos balandras con doble patente, danesa y francesa, circunstancia por si sola punible. La tripufacion de las balanclras se echo {L tierra y escap6 por otro lado de la costa, en tanto que una de las goletas se batia con los expedicionarios, qm: concluyeron por abordarla, hallando en la isla no m{1s que una casa n'.1stica y abundancia de madera cortada que fue conducida a la ciudad con los barcos, declara(lo:,; buena presa y vendidos en 2,237 pesos.

La Compafila.Catala.na.-Elevado al trono Fernando VI, procur6 dar fin a la guerra que consumia las fucrzns nacionales, cclebrando el tratado de Aquisgran, en 18 ch: octubre de 1748 y pactando luego con Inglaterra la anulaci6n del perturbador as·iento, mediante in<lemnizacic',nde cien mil libras esterlinas a la Compaiiia de los negros y a otros comerciantes.

A consecuencia de ta! anulaci6n, el Marques de la En-

178

IllSTOR!A

DE PUERTO RICO

senada, ministro de el rey <lon Fernando, autoriz6 a los puertorriquenos para adquirir esclavos en las colonias extranjeras, siempre que no se introclujeran menos de cien negros en cada expedici6n, a lo que contest6 Ramirez de Esten6s, en 27 de mayo de 1755, rechazando esa concesi6n, impracticable por la pobreza de los vecinos, y pidiendo "/a. instalaci6n de 1ma compaiiia co111ercial que al e..-rfraer los frutos, dealie11to a los rnltfr. 1os, pi,es fomentar astos sin tencr a q11ie111.•c11derlegalmente los frutos ser-fa

dar cebo al contrabando."

En 25 de enero de 1756 se di6 satisfacci6n a la demanda interpuesta, anunciando la creaci6n de la Real Co111paiiia.Barcc/onesa de Nuestra Sciiora de Monts~•rrat. destinada a comerciar en P11erto Rico, Santo Domingo y Venezuela. gue no di6 principio a sus operaciones hasta el 8 de septiemhre de 1758. en que apareci6 en Puerto Rico su primer barco, La Perla Catalana.

El resultado de esta empresa foe contraproducente. pues. aprovechando las faciliclades que se le ofredan a la Compafiia Catalana, se dedic6 al contrabanclo. en Santomas, Curazao 6 Jamaica.

Conflicto agrario.-En 6 de agosto de r757 ascendio Ramirez, con el grado <le brigadier, a la capitan1a general de Venezuela, y en tan to llegaba su sucesor. don Anton in Guazo; ocupb por segunda vez la capitan\a general el sarg-ento mayor Dravo cle Rivera. quicn supo afrontar clignamcnte las consecuencias de clisposicit'rn poco meclitada.

Desde r? de julio de 1746 habiase ordenado practicar rigurosa investigaci6n acerca de la propieclad agraria, en todos los dorninios de Ultramar, dictandose al efecto una l11stnicci6n por cuya 3a. dausula se declaraban "mtlos y de 1ri11g1in. 'valor los litulos librados dcsde 26 de abril de

PRlMERAS

FRANQUlCIAS

MERCANTILES

I 79

1618 en adelanfe, exigiendose la presentaci6n de los anteriores en el plazo de c1,atro dias, so pen.a de ser tenidas por baldlas y realengas las tie1·rasociipadas."

Suspendido este mandamiento por muerte de Felipe V, renov6se en 1758, y ya puede suponerse el efecto de tal medida, al rccordar que. en 1545, la sola declaraci6n de pastos y montes de aprovechamiento comun, produjo motines y pedrc?l.s contra alcaldes y concejales.

Era innegable la existencia de mas de doscientos hatos realengos, algunos de los cuales median rnuchas leguas y se utilizaban sin titulo legal ; pero no era menos cierto que la colonizaci6n se habia iniciado por Fernando el Catolico y continuado por Carlos V, mediante cedulas de vecindad que aparejaban la concesi6n de determinadas caballerias de tierra, distribuidas paulatinamente, por transmisi6n hereditaria, en mas de cinco mil cortijos de labor llamados en el pais estancias.

La presentaci6n de cedulas y testamentos era impracticable, pues el incendio de la ciudad por los holandeses habia destruido los archives oficiales y protocolos de la::; escribanias, y la villa de San German se hallaba en peores condiciones, a causa de las invasiones francesas y el emplazamiento trashumante de la poblaci6n hasta 1570.

La medida era violenta y dada a graves perturbaciones, porque aquellos jiboros ( 18) que se batian por el rey sin contar el numero de sus enemigos, con igual fiereza mantenian sus derechos, dirimiendo con la espada de taz6n 6 el machete campesino, las diferencias personales ocasionadas por el mot:ivo mas futil.

Bravo de Rivera, apoyando la protesta del concejo de la ciudad, suspendi6 la investigaci6n y someti6 a juicio <lei Consejo de Indias las razonables consideraciones que cl caso le sugeria, procediendo con tat ~ino e interes, que en

180

RISTORIA

DE PUERTO RICO

marzo de 1759 se le comunic6 una Real Orden, recono• ciendo la incuestionable propiedad de las estancias de labor a todos cuantos las poseian; pero disponienclose a la vez la distribuci6n y venta parcelaria de los hatos realengos.

La division de los hatos no satisfizo a los que con ellos lucraban, y el nuevo gobernador, don Antonio Guazo Cal• der6n, llegado de la Habana en el mes de junio, tuvo que aplicarse activamente a calmar la excitaci6n de los anirnos, '' concitados casi en rebeli6n ?' y contenidos al fin por la Audiencia de Santo Domingo que, oyendo las quejas de algunos vecinos de San German, pidi6 conocimiento de los autos.

Competenciasy extravagancias.-Casi al mismo tiempo que el gobernador, present6se en la isla el nuevo obispo, don Pedro iVIartinez de Oneca removiendose desde luego el pleito por cuestiones matrimoniales y aclelantanclose el prelado a prescindir de la licencia del capitan general, al reclamar la presentaci6n de militares de cualquiera graduaci6n ante el Tribunal eclesiastico. Guazo mantuvo sus prerrogativas, • expulsando ignominiosamente dd cuerpo a un artillero que obedeci6 al obispo, y excomulgado el capitan general, las relaciones entre ambas potestades hubieran alcanzado gran acritud, a no haher muerto ambos contendientes: Guazo en 7 de marzo y Martinez de Oneca cl 23 de abril de 176o.

Volvi6, por tercera vez, don Esteban Bravo de Rivera 11ocupar la capitan1a general, aplicanclose discretamente a contenar la exacerbaci6n de los vecinos, viendose ademas obligado a prestar auxilio a las monjas carmelitas, cuyo convento estuvo a punto de desaparecer por casual incendio.

Obtenido el ascenso reglamentario a coronel y solici-

PlUMERAS

FRANQUlCIAS

MERCANTlLES

181

tado el regreso a Espana, en 20 de abril de 1761, entreg6 Bravo de Rivera el rnando al coronel don Ambrosio de Benavides, quien debia poco despues dimitir con la tacha de extravagante e in,decorosoJ pues despojandose del casac6n y el tricornio y prescindiendo de· atavios de uniforme, a pretexto del calor, recorria la ciudad, revistaba las tropas y asistia a todos los actos oficiales en cbupa '/ con un pai'iu<!lode cuadros atado a la cabeza, como era usual entre negros y campesinos.

Suprimi6 tambien Ben'avides los besamanos y haciendo retirar el retrato del rey de! salon principal de la Fortaleza, di6se a celebrar en aquel sitio, bailes de mulatas, alternando estas fiestas nocturnas con j iras campestres, acompafiado de complacientes subalternos.

Sometido a un proceso secreto, no ocult6 Benavidt!s los hechos, alegando, en su abono, que "con esas fiestas procuraba 1mir las faniilias que se hallaban divididas por antig1tas disensiones, 1io siendole facil discernir si eran 6 no mulatas sus contertidias, por lo generalizado de la mezcla."

NOTA

Num. 18. La voz "jibaro," que por primera vez se

aplica a los campesinos de Puerto Rico en documentos oficiales de! siglo XVIII, es de origen indio. Con ella se designaba uno de los numerosos grupos 6 " naciones" en que se hallaba dividido el pueblo caribe. Y precisamente distinguiase la naci6n jibara por sus habitos montaraces y cerriles, concepto en que aparece usada esa palabra en distintas comarcas.

CAPITULO

XVII

L.\ OllRA DE CARLOS III

Facto de familia.-1\1uerto Fernando VI en agosto de 1759. sucediolc su hermano Carlos. que poco adicto a la Gran Bretaiia. concerto contra die ha nacion, en I 5 de ag-osto de 1761, el llamado Pacto de fa111ilia,tratado de alianza ofc11siva y defensiva, entre los rcyes de Francia, Espaiia y Napoles, y el Duque de Parma, todos Borboncs. Por consccuencia de ese pacto sobrevino la gucrra en encro de I 762 y aunque contra Puerto Rico no cjcrcitaron csta vez hostilidad los ingleses, el resultado cl.cplorable de aquella campaiia. poniendo en evidencia cl esta<lo i n<lcfenso de las colonias, debi6 extender sus consecuencias transformadoras hasta la pobre y olvidada isla.

Investigaoi6n trasoendental.-En abril de 1765 entr6 en la bahia cle Puerto Rico la fragata de guerra "El Aguila." concluciendo a don Alejandro O'Reylly. mariscal de campo nacido en Dublin. en 1725, encargado de informar extensamente sabre las condiciones defensivas de la plaza y necesidades de los vecinos. ,. einte pueblos encontr6 establecidos el informante. ademas de 1a ciudad y la villa de San German ; pero todos esos pueblos de reciente creacion no eran mas que aldeas, en mucbas de las cuales solo habitaba el cura, conservando los vecinos el habito de residit en sus fincas rurales, de 182

LA OBRA DE CARLOS III

donde se trasladaban en dias de precepto a las iglesias, cabanas de madera en su mayor parte.

El numero general de habitantes ascendia a 44,833, de ellos 5,037 esclavos y pocos sabian leer, como no fuese en la ciudad y en la villa, donde el clero, regular y secular, mantenia escuelas gratuitas para varones, no muy concurridas por cierto.

Hac-iendo j usticia a la bondad del caracter puertorriquefio, fij6se O'Reylly en la propensi6ri natural a no trabajar mas que lo necesario para satisfacer las necesidades corporales, limitadas por extrema frugalidad y por una indurnentaria, reducida, en los hombres, al calz6n y camisa de tela cruda hamburguesa y sombrero de empleita de palma, y en las mujeres, al guardapies de salpuria inglesa, sobre la camisa, sin mas j ub6n ni corpifio, con supresi6n casi absoluta de zapatos en ambos sexos. Atribuyendo a desidia tales efectos, hubo de rectificar su juicio el informante, al reconocer que no existiendo para el labrador el estimulo de la venta, era ocioso exigirle un exceso de trabajo que la benignidad del clima y la exuberancia de la tierra no le imponian. De aqui la necesidad de prepender al desarrollo mercantil, cortando el comercio ilicito, que privaba al tesoro de no. corta renta, pues la importaci6n clandestina de generos en un afi.o ~e elevaba a unos 320,000 pesos, reduciendo la circulaci6n monetaria, por llevarse, casi integros los extranjeros en sus tratos, los 80,000 pesos anuales con que las cajas de Mejico subvenian a los gastos administrativos.

Reformaapremiante.-Expuesta la deficiencia de las fortificaciones, incompletas y ruinosas y propuesto un plan general de modificaci6n, hizo O'Reylly resaltar Ia indisciplina y relajaci6n de los soldados, casados en gran parte con muJatas, explotados por los capitanes

184

Hl:jTOIUi\

VE l'UERTO

RlCO

que !es adelantaban los haberes a cuenta del situa<lo, con IO y hasta 15 por 100 de ganancia. Y como ni esa fuerza ni la irregular de milicias urbanas bastaban a una defensa seria del pais, hizo acuartelar y disciplinar la primera, y sin aguardar la regia aprobaci6n, form6 con las milicias diez y nueve compafiias de infanteria y dos de caballeria, .de a cien hombres cada una, proponiendo, para cubrir los gastos de organizaci6n, vestuario y armamento de ese Ciwrpo, la imposici6n de un pequeno tributo sobre las tierras.

Las nuevas defensas.-Termin6 el general su estudio en 20 junio de 1765, y el 20 de septiembre autorizaba el rey en San Ildefonso el proyecto de reforma de las fortificaciones, que debia hacer de Puerto Rico una de las DE mejores plazas fuertcs de UltraMILfCIAS DISClPLfNAOAS mar: nombrandose el mismo dia JNFANTER IA. (Plan de O'Reylly.) al coronel de ingenieros don Tomas O'Daly. tambien irlandes. director de dichas obras y librandose contra el tesoro de Mejico, para llevarlas a termino, un credito anual de cien mil pesos que poco despues se elev6 a ciento cincuenta mil.

Hasta el 31 de julio no 11eg6a la isla el primer situa-

LA OBRA DE CARLOSIll

185

do, continuando sin interrupci6n las remesas hasta 1776, en cuyo afio ya se habia terminado la reconstrucci6n del castillo de San Felipe del Morro y se hallaban en vias de conclusion las lineas avanzadas basta el puente fortificado de San Antonio; habiendose abandonado el antiguo proyecto de ciudadela que rnermaba terrenos en lo alto de la plazuela de Santiago, para construir un rediente achaflanado al este de San Cristobal, apoyandose en este soberbio reducto todas las obras de frente de tierra, extendidas por un revellin hasta la bahia. Lo gastado en dichas obras hasta 1776, se elev6 a la suma de 1.440,869 pesos.

EL CASTILLO IH:L MOKRO.

Decretos innovadores.-La extension de las fortificaciones impuso el aumento de la guarnici6n, destinandose a la isla, en diciembre de 1765, el regimiento de Leon, con residencia temporal, a semejanza de las fuerzas destacadas en Orin y Ceuta, cre6se una botica militar, ,'.micaen el pais; se autoriz6 la construcci6n de un polvorin en fi.firaflores; se enviaron nuevos can.ones y municiones y pertrechos abundantes, y se destinaron 445 forzados que cumplian condena en Espana, Cuba y Venezuela, a trabajar en las obras militares, ordenandose la retenci6n, con igual objeto, de los reos de comercio ilicito que antes se enviaban a la metr6poli.

186

nrs·roRJA OE Pt.:ERTORlCO

Concedido a los catalanes <lesde 176oel permiso para comerciar en las lndias, en 1765 se exten<li6 la concesi6n a otras regiones de Espana y a esa liberta<l comercial se agreg6 el establecimiento de correos maritimos dirigidos mensualmente de la Coruiia a la Habana, con escala en Puerto Rico y desde esta ciudad a la Guaira y Cartagena de Indias.

Asimismo se ampliaron las ordenanzas para importar negros, cuya introdncci6n solo podia .hacerse por la ciudad, donde se Jes marcaba con el cari111bo,hierro candente que se aplicaba a aquellos desdichados seres en el rostru 6 en la espal<la, como prueba de haber satisfecho el impuesto de veinte pesos por ::abeza que el tcsoro exigia.

El Cuerpo de milicia.s.-Hasta 1776 no termin6, con la intervenci6n del coronel don Miguel de ':\[uesas, la discordia producida por la investigaci6n de terrenos baldios, acordandose la aceptaci6n del impuesto de cinco cuartillos de real por cada cuerda de las 5,531 estancias adjudicadas en propiedad y tres cuartillos por cuerda de los hatos destinados a criadero de ganados. F 1 impuesto se autoriz6 de real orden, en el Pardo. a 14 de enero de 1778, pero la exacci6n se retrotrajo al r~ de enero de 177j, recaudandose desde esa fecha hasta diciembre de 1786, setenta y tres mil, cuatrocientos cincuenta y un pesos.

Creaci6n de villas y pueblos.-La real orden que aprobaba el derecho de tierras, extendi6se a permitir la introducci6n y vecindad de extranjeros expertos en la fabricaci6n de azucar con los aparatos y procedimientos usados en las islas vecinas; pero esos au.xiliares debian profesar la religi6n cat6lica y j urar fidelidad al monarca. A la vez se elevaron a la categoria de villas los antiguos pueblos de Arecibo, Aguada y Coamo. con sus concejos munici-

LA onRA DE CARLOS Ill

r87

pales y alcaldes ordinarios y de la Santa Hermanc.lacl, como los ten1an la capital y San German, asignanclosc por partido jurisdiccional a la primera, los pueblos de Manati.

Utuado y Tuna; a la segunda, Rincon. Pepino, ~[oca y Aguadilla, y comprendiendo la tercera a Ponce, Guayama y Cayey de Muesas.

Este ultimo pueblo y los de Aguadilla y Moca, los fund6 el coronet Muesas, como tamhien Caborrojo, clonde los vecinos habian edificado desde 1733 una pequciia crmita bajo la advocaci6n de San Jose, para evitarse viajcs a San German, de cuya villa intentaran ya separarse en 1759 los estancieros mas acomodados.

Independencia de los Estados Unidos.-En 2 de junio de 17761 obedeciendo nuevas ordenanzas, jur6 el corond de ingenieros don Jose Dufresne, ante el Ayuntamiento de Puerto Rico, su cargo de capitan general, como substitute de don Miguel de Muesas, habiendolc precedido otro regimiento de infanteria y la orden de poncr sobre las armas mil hombres de milicias, previen<lo la ruptura de hostilidades con Inglaterra.

Varias colonias britanicas del continente septentrional, exasperadas por las exigencias tributarias de su mctr6poli y por los atropellos de sus manclatarios. habianse dccidido a mantener su derecho por medio <le las armas.

Al efecto, reunidos en Filadelfia los represcntantes de las trece colonias rebeldes, redactaron cl 4 de julio de 1776 solemne declaraci6n, en la que, '' admitida la igualdad de los hombres como obra de la Xat11ralcza, y como don def Creador Supremo, el derecho 6 la vida y a la libertad para obtener la f elicidad," di6se sanci6n constitucional a esle dogma oemocratico: "Para la seguridad de esos derechos se han establecido los gobiernos CU)'O legitimo poder di• 111a11a del co1ise11timie11tode los gobernados; es asi que

r88

Hl~TORIA

DE PUERTO

RICO

donde qniera que wi gobierno se coni•frrte en instrurnento de drstrucci6n de estos fi11es,el pueblo esta en, el dcrcclio de cambiarlo 6 abolirlo, creando otro nuei·o y orga,l'idrndolo c11 la for111aquc mcjor con'<'enga a su biencstar."

Los reyes de Francia y Espana, no viendo en aquella conmocion regeneradora masque una coyuntura para merrnar el poder de Ing-laterra, reconocieron la be1ig-erancia de las colonias rebel<les y auxiliaron con las armas su in<lependencia.

Los americanos en Mayagiiez.-En noviembre 5 de 1776 se orden6 por Carlos [II la admision en todos los puertos <le Indias, de los buques pertenecientes a los amcricanos de! norte con iguales derechos hospitalarios que las naciones amig-as. ofreciendose en Puerto LA l!ANDERA 'ESPA~OLA ADOPTARico pronta ocas1on de DA EN TlEMPO DE CARLOS III (I 785). cumplimiento a ese manclato.

El dia 1? de agosto de I 777 se refugiaron en la ensenada de l\layagiiez, procedentes de Cuarazao, la goleta " Endawoc k ,, y la balandra " H enr·y," armadas en corso por el gobierno de los Estados Unidos. La fragata de

LA OBRA DE C,\ RLOS HT.

guerra inglesa "Glasgo1.i.1 " que daha ca1.a a dichos barcos. entr6se tras cllos en el in<lcfcnso pucrto y les intim6 la rendicion. pcro los mayag-iiezanos tomaron [1 cmpeiio su dcfensa, atrayendolos a la playa hasta embarr::mcarlos, haciendo saltar a tierra la tripulaci6n y cnarbolarnlo en ambos buques la bandera blanca con la cruz de Horg-oiia, emblema entonces de la nacionalidad espaiiola. ( 19) El comandante de la " C lasgo1.v" envio a tierra un oficial, protestando contra aquella conducta del vecimlario, pues se trataba de subditos rehcldes de la Gran Dretaiia, y el teniente a guerra se limitu ,i contcstar que ya habia comunicado cl hecho al capit{tn general a quien le correspondia resolver. Dufresne aprob6 la conducta de los vecinos, mantuvo el derecho de asilo qLJe la bandera de su rey concedia, e intim6 a la •• Closgo'i.v,. la salida inmediata del puerto, sin pro,vocar consecuencias <lesagradables que el marino ingles creyo pru<lente cxcnsar.

Hospital civil.-Si Dufresne acredit6 en aqucl caso su energia militar, en cambio actos postcriorcs lo tildar()n de atrabiliario y desp6tico. Llamado. como ingcnicro, a inspeccionar las obras de la plaza, fr el se clebi6 quc la familia Ponce de Leon vendiese forzosamente al Gobierno su casa solariega, que dominaba el baluartc de Santa Elena, y que se destin6 a oficinas y talleres del Cuerpo de Ingenieros, con el nombre de " Casablanca." For analogas exigencias se habia impedido antes el ensanche de! hospital de la Concepcion, que interesaba el obispo don Fray Manuel Jimenez Perez, imponiendose la construcci6n de otro edificio cuyo emplazamiento seiial6 O'Daly en lo alto de la ciudad, cercano al convento de dominicanos. El obispo comp-r6 el solar con fondos propios, recurri6 a limosnas, so1icit6 donativos, aplic6 a la obra mandas pias y censos religiosos y terminados los muros de 13

HlSTORlA

D~ PUERTO RICO

la planta baja, batlabanse a punto de colocar las vigas cuando llego Dufresne y molest6 al prelado, exigiendole real licencia para edificar y culpando a Muesas porno haberla reclamado.

El obispo respondi6 a todo satisfactoriamente y contiau6 su cristiana obra. Exigi6 el gobernador que los curas llenasen cierto servicio policiaco, respecto de los huespedes que de la isla recibian, y Jimenez Perez rechaz6 la exigencia por indecorosa. Y en ese caso, como en otros de oficiales del ejercito, casados por compromisos de honor ineludibles, mantuvo el prelado sus derechos episcopales con gran entereza.

Fray Ifilgo Abbad.-Atribuyendo Dufresne la conducta de) anciano obispo a sugestiones de su confesor, fray Inigo Abbad y Lasierra, monje benedictino de treinta y cinco afios de edad, que desde junio de 1772 se hallaba en el pais y que por su ilustraci6n y sus meritos gozaba de grandes simpatias, tom6 ojeriza al sacerdote y en carta dirigida al ministro don Jose de Galvez, en enero de 1777, acus6lo de enredador y fa,uitico, pidiendo su expulsion.

Como la queja era pueril, acus6se en seguida al monje de logrero, mientras se hallaba por San German, recogiendo datos para la Historia de Pw:rto Rico (20) que se ocupaba en escribiF y llevaron ante el auditor de guerra dos vecinos, uno de ellos zapatcro, que declararon haber recibido del pad:Je Abbad cantidades, a prestamo, con interes de veinte y cinco por ciento. El prestamo era cierto, pero no el interes, pues se trataba de favor caritativo y no de negocio.

Despechado Dufresne, insisti6 en sus quejas hasta obtenerse aviso, en diciembre, de haberse intirnado al padre Abbad el regreso a Espana; pero corno el obispo protestara contra aquella arbitraria medida, suspendie-

LA OBRA DE CARLOS Ill

ronse sus efectos, y para renovarlos, acudi6se a un delator que atribuy6 al rnonje la posesi6n de un negro joven, sin marca, lo que acusaba introducci6n de esclavos fraudulenta. Procesado el sacerdote, lo embarcaron para Espafia con su ncgro. por via de la Guaira, el 22 de mayo de 1778. deshaciendose la intriga ante el Consejo de Indias.

Libelo infamatorio.-Libre Dufresne de! confesor. dirigi6 sus tiros contra el obispo, acusandolo en 25 de noviembre de 178o, de robarse los ladrillos y piedras lahra.das de las obras militares, en connivencia con el inbeniero jefe del detall, don Juan Francisco Mestre.

Y en tanto que formulaba esta acusaci6n. recib1a de! acusado una lecci6n nobilisima. Llegaba un nuevo rcgimiento de infanteria y para acuartelarlo necesitabase el edificio que servia de hospital militar en la plaza de armas, trasladandose los enfcrmos a otro sitio. La obra caritativa clel obispo, tan inicuamente combati<la, hallabase ya en condiciones de servicio, y solicitada por su detractor, fuele cedida generosamente. Obligado Dufresne a dar cuenta de aquella conducta meritisima del prela<lo, recibi6 de Espana el 13 de marzo de 1782, una comunicaci6n reservada calificando de libelo infamatorio la acusaci6n de latrocinio que habia lanzado contra Jimenez Perez, manifestandose, a el y a SU auditor. don Francisco Rafael de Monserrat, la indignaci6n producida en el animo del monarca por tan sacrilego procecler, y en 8 de abril inmediato, se comision6 al fiscal del crimen y el oi.dor decano de la Audiencia de Santo Domingo, para instruir, con toda rigidez, la residencia de] capitan general de Puerto Rico y su auditor, contra los cuales se acumulaban cargos tremendos.

El obispo Jimenez Perez habia devuelto SU alma a Dios un ano antes.

HISiORIA

DE PUERTO RICO

NOTAS

Num. 19. La bandera blanca con la cruz de Borgofia, se adopto en Espana, por decreto de Felipe V, el 28 de f ebrero de I 707 ; pero como esa bandera se confundia en alta mar con la de igual color que usaban los buques franceses, dispuso Carlos III su substitucion, eligiendo de entre doce modelos distintos, la bandera roja y amarilla, que mand6 usar por decreto de 28 de mayo de 1785.

Esa bandera se enarbol6 por primera vez en Puerto Rico el I<:'de enero de 1786.

ITum. 20. La Historia Civil y geografica de Puerto Rico, escrita por el padre Inigo y publicada por primera vez en Madrid en 1788, es deficiente en la narraci6n correspondiente a los siglos XVI y XVII, por achaque de las fuentes de informaci6n; pero en lo que precede de la sagaz e ilustrada observaci6n personal del autor, es una obra inapreciable.

La pluma corre facil, galana y elocuente al revelar las bellezas naturales del pais y las costumbres puertorriquefias de la epoca, estudiadas con interes y fielmente descritas, aparecen con fidelidad pasmosa, haciendo honor al literato y al fil6sofo.

CAPITULO PROCESO

XVIII

REFOR ~1 IST A

Variaoi6n monetaria.-A las reformas para Puerto Rico que comprende el labor-ioso reinaclo de Carlos Irr, ha de sumarse la transformacion monctaria dccretada en 25 de julio de 1772, grabandose el busto de! soberano en la nueva moneda acuiiada, para substituir la a11tigua Hamada vulgarmente 11iacHquina, que traia su origen de! reinado de Carlos V, y que recortada por los plateros fabricantes de e.-rvotos, en lo variado y caprichoso de la forma revelaba la merma de su valor.

Fij6se un termino de dos afios para recogcr la moneda mac1iqitina; pero este plazo, sobrado suficiente en Puerto Rico, donde la circulaci6n era muy corta, no sc observo 6 se prorrog6 en otras comarcas, y arios andando, la moneda macuquina hubo de solicitarse come medida de salvaci6n econ6mica.

Nuevas instituciones.-Por real orden de 24 de mayo de 1874, cre6se una Intendencia de Ejercito y Provincia agregada a la Capitania general, y suprimidos los oficiales reales, nombraronse contador y tesorero con caracter ck comisarios de guerra. Estableci6se al mismo tiempo una aduana, con edificio extramuros cerca de la puerta de San Justo y se organize una brigada de g1wrdas de ltacienda para substituir la ronda volante de urbanos que .Muesas 193

lllSTURIA

DE PUERTO RICO

habia dedicado a perseguir el contrabando. En 24 de agosto de 1758, se instituy6 la Secretaria de! Gobierno y Capitania general, por necesidad ya expuesta desde aiios anteriores.

Contribuciones y rentu.-La situaci6n econ6mica habia mejorado visiblemente, hasta el punto de elevarse a 178,965 pesos los 10,8oo que por toda renta, encontrara O'Reylly en 1765, babiendo ademas respondido los veinte y nueve pueblos a la petici6n de un donativo, formulada de real orden en r7 de agosto de 1780, poniendose a disposici6n de su majestad, diez y nueve mil setecientos noventa y nueve pesos.

Entre 'Jos impuestos de nueva creaci6n, dos tenian por objeto utilizar el desarrollo de! juego de naipes y de las riiias de gallos. Muesas encontr6 ya en 1770 generaJizadas esas riiias, y convencido de que nada conseguirja con prohibirlas. someti6las en la ciudad a un impuesto de seis pesos mensuales. Dufresne, por espiritu de contradicci6n, suprimi6 el impuesto y prohibi6 las rifias, pero como se j ugaba por todas partes, restableci6se el remate en diciernbre de 1782, adjudicandolo en 740 pesos, por tres ai10s, con aplicaci6n a la ciudad solamente. En el siguiente trienio, el impuesto ascendi6 a 1,731 pesos, extendido por toda la isla.

Los naipes se smnetieron a estanco en 178o, mediante real orden, vendiendose coma el papel sellado y las hulas eclesiasticas, en las oficinas de la Intendencia.

Papel moneda.-Las remesas del situado mejicano, sumaron en los afios de r777 y 1778, un mill6n cuatrocientos mil pesos a los ingresos descritos en el capitulo anterior, pero interrumpidos los envies a causa de la guerra con Inglaterra, autoriz6se, en 30 de marzo de r779 la emisi6n de papeletas con valor monetario desde un

PAFEL

l\10NEDA

EMITJDO

EN I815.

HISTORIA

OE PUERTO RICO

real a cuatro pesos, ascendiendo a mas de un millon la cantidad emitida.

Merced a esas papeletas, que se mantuvieron sin descuento en la circulacion, prosiguieron las obras de la plaza, extendiendose la linea de murallas, desde San Cristobal, al Morro, por el costado norte. Tambien se hicieron reparos en la Catedral, bajo la direcc.i6n de O'Daly; pero la mejora exigida por dicho jefe de ingenieros que mas influyo en mejorar el aspecto de la ciudad, fue el empedrado de las calles, con guijarros de rio y losas labradas de la cantera de San Geronimo; obra emprendida en 12 de agosto de 1784 y cuyo presupuesto fue de 20,169 pesos.

Supresi6n del Carimbo.-Interrumpida con la guerra la importacion de esclavos, para reavivarla se rebajo, en 4 de noviembre de 1784, la tarifa de importaci6n, declarando abolida la cruel marca con el carimbo, tasandose cada negro, para los efectos fiscales en ciento cincuenta pesos, fuera cual fuese su edad, sexo o condici6n fisica, c imponiendose, como Cmicoderecho el 6 por 100 sobre el valor tasado.

A la vez, se ra1t:ific6el tratado celebrado con Dinamarca en 1768 para la mutua devoluci6n de esclavos pr6fugos, haciendolo extensivo a todas las colonias.

Presidiariosy confinados.-AJ auxilio de caudales para las obras publicas siguio uniendose el de delincuentes para la mano de obra, elevandose estos al numero de seiscientos, alojados en un c.aser6n que ocupaba el frente a poniente de la plaza de armas, sitio donde afios adelante debia construirse el palacio de la Intendencia.

Ademas de esos delincuentes comunes, se destinaron al presidio puertorriqueno otros, coma el padre carmelita descalzo fray Pablo de San Benito, que hallo la muerte

PROCESO REFOR:M.ISTA

1 97

en el castillo del Morro. Algunos miembros de ilustres familias llegaban desterrados solamente, por via de correcci6n de costurnbres, y entre estos hubo de figurar en 17761 por orden del Consejo de CastiJla, don Luis Paret y Alcazar, pinter de camara de! infante don Luis, hermano de Carlos III; pero el confinamiento de este artista fue corto. Apelando a la habilidad de sus pinceles retrat6se disfrazado con la camisa de listado, el amplio calz6n y sombrero de esterilla que usaban los jibaros 1 atado el machete a la pretina y llevando a cuestas gran racimo de platanos, e hizo llegar a la corte ese retrato como testimonio de la miserable condici6n a que lo hab,a conducido el enojo de! monarca, obteniendo en 8 de agosto de 1779 la conmutaci6n de su clestierro, por un alejamiento temporal a cuarenta leguas de la corte. ( 21) Actividad gubernativa.-El periodo de mando de don Juan Daban forma singular contraste con el de su antecesor. Hombre del temple de los Muesas y Ramirez de Esten6s, a todo atendi6 con espiritu progresista, -atrayendose las sirnpatias pt'.1blicas. No habia correo interior; algunos pliegos oficiales circulaban en las banastas de los jibaros que acudian con frutos a proveer la plaza. Daban utilize las milicias de caballeria para establecer el primer remedo de servicio postal que conoci6 el pais. Recio huracan devast6 los campos el 25 de septiembre de 1785, y a remediar sus efectos acudi6 personalmente, siendo el primer gobernador que recorriera toda la isla, estudiando su situaci6n y exponiendola con razonada petici6n de franq_uicias. El 2 de mayo de 1787 un fuerte terremoto caus6 sensibles desperfectos en la ciudad, derrib6 la cortina de murallas entre el Morro y la Fortaleza y agriete6 las nuevas obras de San Geronimo. Los vecinos ameclrentados se dedicaron en velorios cantados, a celebrar I4

HISTORIA

DE PUERTO RICO

rogativas a la Santa Cruz; el capitan general, con sentido practice, arbitr6 recursos, reuni6 diez mil pesos y con ellos acudi6 a remediar las necesidades perentorias.

Un navio gaditano, "El Gallardo," que encal16 el IO de octubre de r78o en peligroso bajo frente a Caborrojo, fue presa de raqueros que de toda la costa, hasta Arecibo, acudieron al cebo de la rapifi.a. Tras larga y dificil investigaci6n, encontraronse unos baules en poder de Miguel Mateo Zambrana, sobre quien recay6, en mayo de 1785, sentencia de azotes debajo de la horca. El reo pudo substraerse a la vigilancia de sus guardianes y se acog,6 a sagrado; pero Dahan, prescindiendo de! asilo, hizolo sacar de Ia catedral y la sentencia se ejecut6, con tal aprobaci6n, que desapareci6 para siempre la abusiva costumbre de amparar el fuero eclesiastico las fechorias de criminales.

Factoria. meroantil.-Algo mas obtuvo Daban y foe el establecimient6, en abril de 1787, de la Real Factorfa 111ercantilque di6 principio a sus operaciones con sesenta y dos mil pesos adelantados por la tesoreria insular.

Como la Compafiia catalana no exportaba el tabaco hilado para rnascar, que en Espana no se consumia, recurri6se a los mercados holandeses, y en 21 de mayo dabase a Ia vela "El Marq1tes de la Sonora," fragata de la marina real, con un cargamento de ensayo, produciendo el viaje redondo un beneficio de 20,813 pesos. En mayo de r788 se efectu6 nueva remesa por el mismo buque, con frutos comprados en 22,98o pesos, tabaco en sus dos terceras partes, siendo tal el beneficio, que se acord6 dupHcar las expediciones. Tres afios despues los negocios de ta Real Factoda mercantil producian una ganancia anual de 129,2r3 pesos.

PROCE O REFOR. n T

1 99

Censode poblaci6n.on 1 aum nto de utilicla d bi6 relacionar l aumcnto d cin a que c n urrian do factor · ciali irno : lo pr idiari qu curn1.iancond na in bi ne ni • • e quedaban n la isla con tituy nd 'm • • oficial un l m nto mal ano.

I rnarin ro ado. y polizon <le las Aotas e pafi la que hacian cala n uuada cuya fu!Ta proteg1an alguno ecino , int rnandolo n I monte y que lu contraian matrimonio con la hija de e tanciero acornodado , crracias u doble con di i 'n de e pafiol blanco . or real ord n de IO d no i mbre d 776 e tablecieron lo c n o anual de poblaci6n con la convenient .cla ificacione , nviando e a E pana, el afio iguient l primer trabajo d e a e pecie n qu aparecen eran 70.210 habitante lo 44 ooo gu one afio ant hallara • eyll). En la ecada inm diata la cifra excedi6 de ien mil, e un d mu tra I iguient r umen:

a

E.

DE P BLA IO. iio de 1777.

Ano de t787.

31,951 r, 756

46,756

- -...- - ...... - ------ -

24,164 4,747

34 67 7, 66

......................

-----

3,.143

4,657

4

4

jO,

10

Blanco ........................

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Indio ....... _.................

Pardo libie ...................

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J

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TOTAL ............

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2 302

6,603 103,051

Eso indio cu a existencia e habia comprobado oficialmen e, no eran lo proced nt s d ruzamiento y que exi tian confundido en la cla ificaci6n de pardo fibres, sine tipo d raza pura, de c ndi nte d'e aquello qu

200

HISTORlA DE PUERTO RICO

emanc1pados por Carlos V, procuraron alejarse de sus opresores. Instalados todavia en 1570, en terrenos pr6ximos al San German del Guadianilla, de alli se remontaron a lo mas agrio de 1a sierra, en sitio que por tal vecindario, se llamaba La I ndiera.

Seg{m el censo de 1787, esa agrupaci6n indigena, exenta de cruzamientos, comprendia 360 cabezas de familia con 752 hijos varones y 1,190 mujeres de todas edades y estados.

Revoluci6n francesa.-Al morir Carlos III, en diciembre de 1788, ya se advertian en Francia los sintomas precu rsores de innovadora conmoci6n democratica, entrc cuyos ap6stoles figuraban mnchos legionar-ios que bajo las banderas de Jorge vVashington. habian combatido por la independcncia de America.

Insta]ada en Pads una Asamblea nacional en 17 de junio de 1789, la revoluci6n en las ideas pas6 a vias de hecho el 14 de julio pr6ximo, proclamandose a la faz de la Europa monarquica la "declaraci6n de /os derechos del Jzo111brc,"inspirada en el acta de independencia de los Estados Unidos.

Turbulencias en Santo Domingo.-Los efectos de aquella revoluci6n se sintieron rapida y funestamente en la colonia francesa de HaytL La sociedad "Amigos de los 11egros" que foncionaba en Paris y a la que tenian acceso varies criollos mulatos que se educaban en la metr6poli, gestionaba vivamente la abolici6n de la trata y la emancipaci6n de los esclavos ; pero los colonos blancos, descendientes en gran parte de bou,caniers y filibusteros, ricos y bien hallados con los privilegios de casta, negaronse a reconocer derechos politicos a las gentes de color. y en agosto de 179r esta116sangrienta rebeli6n en los ingenios, extendiendose a las poblaciones con

PROCESO

REFOHMlSTA

201

feroz encarnizamiento.

Los efectos de esa carniceria sc dejaron sentir en la frontera clominicana, v cscaso de fuerzas el capitan general, pidi6 auxilio a l'uerto Rico.

Poco despues recibia el coronet Torralba, gohcrnador interino, distinta petici6n de auxilio por varios colonos de Martinica, que dispuestos a mantencr en a(]uclla isla la bandera blanca realista, franqueanclo sus puertos al comercio universal, suplicaban a las autoridades de las islas vecinas que concediesen socorro y proteccion a sus buqucs.

Torralbo contest6 el 12 de febrero de I 793, atempcrandose a las instrucciones que le imponian la neutralidad mas estricta en toclas las disensiones intestinas de las colonias francesas, si bien manifestando que los fucros cle la hospitalidad no estaban suspendiclos y a ellos podian acogerse.

Guerra con Francia.-Guillotina<lo Luis XVI, decidio Carlos IV. el nuevo monarca espanol, cleclarar la gucrra a la repi'.1blica francesa. A hierta la campa1ia. la fortuna favoreci6 a las armas espafiolas hasta cliciembrc <le 1793, pero reanudadas las operacioncs en la primavcra de 1794, Espana vi6 cruzar sus fronteras al ejercito republicano, en cuyo poder cayeron el castillo de Figueras y otras plazas importantes, recobraclas en 22 de julio de r795 par el tratado de Basilea, a cambio de! territorio espanol de Santo Domingo, que fuece<lido a la rcpl'.1blicafranccsa. ~on Ram6n de Castro.-AI recibirse en Puerto Rico /1a nueva de las concertadas paces, ya ocupaba la capitania general el brigadier don Ramon cle Castro, jef e distinguido en la Florida durante la guerra con Inglatcrra, y cuya inflexible entereza se revel6 <les<le sus primeros actos.

Durante la interinidad de! coronel don Francisco Torralba, correspondi61e servir la Intendencia al auditor de

EL GENERAL CASTRO.

Reproduccion del cuadro de Jose Campeche.

PROCESO

REFORMISTA

203

guerra don Juan Francisco Creack, quien utilizo, aquclla posici6n para dedicarse a negocios fraudulentos, venrliendo permisos para introducir contrabandos y acaparando las harinas en la factoda mercantil para vender el pan a la guarnici6n a precios fabulosos. Castro cort6 de rai2 el monopolio y como Creack excusasc la entrega de la Intendencia, por enfermedad, orden6 su reconocimicnto por el doctor don Francisco Oller. medico mayor de la g-narnic1on. Resultando leve el accidentc, fijose plazo improrrogable para la entrega y Creack apel6 a la fuga.

A la mafiana siguiente se averigu6 su marcha por Loiza hacia. Fajardo, en donde compr6 a peso de oro un barquichuelo pescador para dirigirse a .Sanlomas; pero detenido en la isla Palominos por un entorpccimicnto accidental, foe apresado alli, conduciendosele al castillo del Morro. l\ uevo incidente desagradable proporcion6sclc a Castro por el obispo don Juan Bautista de Zengotita y Vengoa. religioso mercenario queen marzo de 1796 substituy,j al doctor Francisco de la Cuerda. sucesor de Jimenez Perez, quc renunciara la mitra en r~ de junio de 1795.

La provision de curatos, produjo entre la autoridad civil y la eclesiastica cierto rozamiento avivado luego por otra causa. La ruptura de hostilidades con Inglaterra interrumpi6 las remesas de situados y el capitan general reclujo media paga todos los funcionarios. dando cl ejemplo con la suspension de su haber integro, haRta guc variasen las circunstancias. El obispo se opuso a la reducci6n de emolumentos al clero, excediendose en el. lenguaje y obligando a Castro _a hacerle comprender hasta d6nde llegaba la representaci6n regia de que se hallaba investido. Tasc6 el £reno el padre Zengotita, pero se dirigi6 a la Secretaria del Despacho de Estado, y alabando

a

a

204

H15TOR1A UE I'UERTO

RICO

las prcndas miUitarcs y la vida cristiana de! brigadier Castro, ti.lclolo de incompetente para gobernar, manifestando, sin empacho, que si no sc le dcspojaba del mando se perderia la isla.

NOTA

Num. 21. Don Luis Paret y Alcazar lllllrio Cll 1799.

Sobresalio, scg-1·111 Ma<lrazo, en las aguas f uertcs y acuarelas de cstilo £ranees. En el Museo de! Prado de Madrid se encuentran varias obras suyas, entre ellas <los lienzos de 1)1its de clos metros de altura; uno, " La jura dcl principe de Ast1wias" (Fernando VII) y otro: "Una fiesta de la Corte en Aranfuez."

CAI'ITULO

XIX

EL ASEDlO BHlTANlCO

Preliminares.-A la paz de Basilea agreg6sc. en 18 de agosto de 1796, un tratado de alianza ofensiva y defensiva entre Espana y la Rept'.1blicafrancesa, y en 9 de octubre de ese mismo afio ya era un hecho la guerra con la Gran Bretana. Al anunciarla al capittm general de Puerto Rico, con las instrucciones del caso, apresurabase Castro a exponer la situaci6n -poco satisfactoria en que le hallaria cualquier agresi6n.

Continuaba la guerra civil en Hayti, donde los rregros eran ya soldados aguerridos, habilmente organizados por su antiguo compaiicro de esclavitud. cl celcbre Toussaint Louverture. Como la extension de la linea fronteriza baitiana exigiese, en 1794, mayor contingente de tropas, habianse anadido <lcsde Puerto Rico al refuerzo anterior, las dos compaiiias de granaderos de! Fijo y aunque al cederse luego a Francia el territorio espanol se dispuso el

regreso de toda aquella fucrza a sus cuarteles, el goberna-

dor. don J oaquf 11 Carcia, obligado a desempeiiar accidentalmente sus funciones, negabase a devolver los solclados en que neccsitaba apoyarlas.

La. Guarnici6n.-Al comunicar estos antecedentes al ministerio de la Guerra recordaba Castro que las fuerzas a su man do, segt'.m el plan de def ens a acordado desde 17931 debian elevarse a 5.544 plazas y solo le quedaban 205

206

HISTORIA

DE PUERTO

RICO

disponibles 71 artilleros, 21 zapadores veteranos y 325 soldados del Fijo, que, con los dos batallones de milicias disciplinadas, elevaban el contingente a 2,400 hombres.

Bien estaba la plaza en punto a cafiones, pues se habian completado en los dos afi.os ultimos 4r5 bocas de fuego, con mas de 10,000 quintales de p6lvora y abundantes pertrechos; pero faltaba dinero en las areas; las remesas de situados se ha'bian suspendido y el pais no se haltaba en condiciones de levantar un emprestito. Esta razonada informaci6n no produjo resultado, y en suspense los correos ·de Espana desde diciembre de 1796, Castro no recibi6 ningun otro despacho oficial en los seis meses siguien tes.

Preparativos.-Fueron, pues, rumores. oficiosamente transmitidos clescle Santomas, los que, en MILtCIANo DE CABALLERfA EN 1797. febrero de 1797 hicieron saber al capitan general que una escuadra inglesa se hallaba en aguas de las Anticumplir su llas, y en prevision de un ataque, prepar6se deber.

Desde enero de 1794 habiase dispuesto por real orden la matricula de gentes de mar por inscripci6n voluntaria, que ascendi6 a 1,500 hombres, a quienes se reserv6 el privilegio de pesca, navegaci6n costera y otros usos en el Jitoral maritimo. La primera leva de estas gentes de mar sirvi6 para reforzar las dotaciones de los bergantines de

a

EL ASEDIO BRITA.NICO

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guerra "Descubridor" y '· Vigilante,'' que al mando del capitan de fragata don Cosme de Churruca, permanecieron diez meses en la isla sondeando algunos puertos y levantando el piano de la bahia de San Juan. Por consecuencia de esa inspecci6n instal6se en la ciudad un oficial de marina, con caracter de capitan de puerto; se aposto un buque de guerra en la isla y se orden6 la construcci6n de cuatro ganguiles para limpieza de la bahia.

A esos cuatro gangui1es que Castro encontrara sin terminar a su llegada, se agregaron dos pontones y doce lanchas artilladas, para formar un cuerpo de fuerzas sutiles cuya direcci6n asumio el inspector de matricula, don Francisco de Paula Castro.

No habia otro hospital que el construido por Jimenez Perez y Castro considerando pequeiio aquel local para las exigencias probables de un sitio. dispuso la habilitaci6n en Riopiedras de una casa donde trasladar oportunamente a las monjas, instalandose otro servicio sanitario en su convento. Orden6 asimismo que se recogiesen las gentes sin oficio, retirandolas de tabernas, garitos y fandangos, para aumentar las plazas de! Fijo; improvis6 oficiales con sargentos y cadetes ; repar6 el fuertc de San Geronimo que aun mostraba sefiales del terremoto y comision6 al comandante genera] de milicias don Luis de Labusieres para recorrer la isla levantando el espiritu pub1ico, revistando las antiguas compafiias urbanas de lanza y machete, y aconsejando a los vecinos propietarios que vigilasen las costas.

Rendici6n de Trinidad.-No eran por cierto inexactos los rumores que ocasionaran tales preparativos.

Una flota inglesa, a las ordenes del comandante general sir Henry Harvey, habiase dirigido a las Antillas con animo de apoderarse de Trinidad, cuya guarnici6n se hallaba

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DE PUERTO

RICO

robustecida en aqucllos momentos por cuatro navios de guerra, una fragata y \'arios buques menores el mando del jcfe de escuadra don Sebastjan Ruiz de Apodaca.

Los colonos de Trinidad eran en gran pa rte extranj eros, y para estas gentes importaba poco un cambio de esta defecci6n del paisanaje el soberania. Agreg6se incendio ordenado poi- Apodaca de su pcqtteiia escuadra, temeto o de quc cayese en poder drl enemigo. y en esas condiciones sc impuso una capitulaci6n que garantiz6 vidas y haciendas y el ejercicio de la relig-i611cat6lica. posesionando e los ingleses de Puerto Espana, capital de la isla, el 18 de febrero de 1797.

Fuerzas britanicas.-La facil adquisici6n de Trinidad indujo a Harvey a tentar fortuna en las otras colonias Barbada. dondc se le agregaron espaiiolas, dirigiendose nuevas fuerzas acaudilladas por el general Ralph Abercromby.

Componiase la escuadra de diez y ocho buques de la marina real, a Jos cuales se juntaban diez y ocho goletas y dos bergantines corsarios, una urea grande y otros buques de transporte, hasta completar sesenta velas.

Formal>an el cuerpo de desembarco seis mil hombres de combate, sin contar dos mil ne!!ros y mulatos, reclutados, coma obreros auxiliares, en i\Iartinica y Barbada, y la marineria de guerra y tripulaciones corsarias. He ahi el cuerpo expedicionario que, a las seis de la maiiana del 17 de abril se de j 6 ver frente la cos ta de Loiza, d irigiendose desembarcar en la ensenacla de Cangrejos.

Somaten general.-La evacuaci0n de la ciudad por mujeres, nifios y ancianos decret6se inmediatamente, ingresando en la plaza toda la caballeria de Bayamon y Guainabo y la infanteria de los partidos cercanos, y cursandose las 6rdenes para la concentracion de las compaiiias dis-

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EL

ASEDIO

URl'rANlCO

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tantes. El agente consular frances, Mr. Agustin Paris, ofreci6 al gobernaclor sus servicios pcrsonalcs y los ck doscientos compatriotas ernigra<los. ofcrta accptacla, lo mismo que la de dos corsarios <le aquclla naci6n, •• /.c Triomphant," capitftn Darc'.>n,y .. L'Espicglc," propiedacl • de Mr. Antoine D'Aubon, ex oficial de la armada franccsa que mas tarde clebia unir su sucrtc a la dcl pais quc tan bizarramente se disponia a defender.

El obispo dept1s0 resenti111icntos para brindar con cl cabildo eclesiastico y los supcriores de las <'>r(kncs 1110nasticas, una coopcraci6n quc result<'>cficacisima, l'xhortando el prelado it sus dioccsanos, en carta pastoral. a emular el valor de sus antepasados.

Estc llamamicntu contribuy6 a exaltar el esp1ritu pttblico, hasta cl punto de que hubo cura, como el del Pcpino, quc, rcunicnclu iL to<los sus feligreses aptos para empuflar las armas. los comlujo a la ciudad, pagandoles de su bolsilto particular la tra11slaci6n y alimentos.

Primeros encuentros.-La escuadra britanica cli6 principio el d1a 18 al desembarco de tropas quc se cncarg6 de hostilizar una columna volante de trcscientos hombres, con dos caiiones de campaiia, al mando del tcnicntc coronel don Isidoro Linares. Debi! esta fucrza para con ten er el empuje de los invasores, sostenidos por la artillcria clc los buques, hubo de retirarse, enterrando los caiiones quc le embarazaban la marcha para replegarse sobrc San Antonio, fogueandose con la infantcria inglesa quc, al clescubrir la linea avanzacla de la plaza, retrocedi6 it Cangrejos.

La bandera tricolor.-A la vez que cstos sucesos se desafrollaban en Cangrejos. un bote parlamentario se adelantaba hasta la hoc.a del 1\Iorro, solicitando la renclici6n de la plaza. Castro responcli6 al clia siguiente, en terminos breves y dignos, confiando la entrega de la con-

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HISTORIA DE PUERTO RICO

testaci6n al capitan don Miguel Palatino, antiguo oficial napolitano a quien interrog6 Harvey acerca de un singular acci<lente.

Cincuenta auxiliares franceses a las 6rdenes del capitan corsario Baron, habian sido destinados al fuerte de San Geronimo y alli solicitaron qne la bandera republicana se arbolase junta al pabell6n espanol. Esto di6 lugar a que Harvey preguntase ir6nicamente a Palatine con cual de las dos nac.iones debia entenderse. Informado Castro del inciclente hizo arriar la bandera tricolor y particip6 esta cleterminaci6n al jefe ingles, para que excusase nuevos escrupulos.

Acci6n de Martin Peiia.-Para impedir el avance de las invasores hacia el interior de la isla habiase ordenado al capitan de ingenieros don Ignacio ~lascar6, fortificar el pucnte de M arti11 Pef1,a. Acepto aclemas el ca pi tan general la oferta espontanea de don Francisco Andino, sindico procurador de la ciudad, que se comprometi6 a formar en Riopiedras una guerrilla destinada a acosar al enemigo en sus exploraciones; promesa cumplicla tan eficazmente que el dia 19 ya ingresaban en la ciudad once soldados ingleses prisioneros.

A esas fuerzas voluntarias se agregaron algunos milicianos clel interior. establecien<lose en Riopiedtas una comandancia militar que se confi6 al subteniente de granaderos don Luis de Lara, uniendose aquella gente a una colnmna volante de la ciudad, para librar renido combate, {1 la cabeza del puente de Martin Pena, en la madrugada de) dia 21. Los ingleses dispersados dejaron en poder de Lara treinta y dos prisioneros, entre ellos un subteniente.

Ataque del Condado.-Cortado el paso hacia la ciudad por las fuertes de San Geronimo y San Antonio, aplic6se

EL

ASEDIO

BRITA.NICO

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el enemigo a destruir aquel obstaculo, construycndo al efecto dos baterias; una en el cerro del Condado y otra en el Olimpo, desde donde se dominaban ambos fuertcs. La defensa de an Geronimo se confi6 al ayudante de milicias don Teodomiro del Toro, que cumpli6 sus deberes dignamente, lo mismo que el capitan de ingenieros \\fascar6, encargado de la bateria del puente. Debajo de este colocaronse dos ganguiles y un pont6n con mortcros y de todos estos puestos se procur6 con fuegos constantes entorpecer la obra de los sitiadores. Las columnas volantes tambien penetrahan en el campo enemigo, secundando la obra de los fuertes, realizandose por el sargento <le milicias de Toa Alta, don Francisco Diaz, un acto de arrojo que presenci6 desde el fuerte de San Geronimo el capitan general.

En la madrugada del dia 24, embarcado Diaz con 25 milicianos y 50 presidiarios escogidos en algunas piraguas protegidas por dos lanchas cafioneras, pcnctr6 en el cafio de San Antonio, embisti6 las trincheras del Condado y se posesion6 de la bateria, regresando con trece soldados y un capitan prisioneros.

Fracaso en Miraflores.-EI exito obtenido por Diaz indujo a probar suerte por el polvorfo cle M irafl'orcs, confiandose este empeii.o a don Pedro Cordoba con ochenta milicianos tle las compaiiias de rnorenos, quc se batieron bravamente; pero acosados por fuerzas superiorcs. con artilleria y caballeria, tuvieron que reembarcarsc desor<lenadamente, con gran perdida.

Arrecia el peligro.-En los tres dias sucesivos el combate creci6 en proporciones. Uno de los buques bloqueadores intent6 batir de Banco el fuerte del Boquer6n. pcro alcanzado por los proyectiles de a 24 desisti6 de su intento sin aguardar las halas rojas con que lo emanazaba San

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IIISTOIHA

DE PUERTO

RICO

Cristobal. En cambio los fuegos clcl Condado acribillaban £1San Geronimo, clerribando los parapetos y horadando la oovcda, sin quc sus <lefcnsores mostrasen la menor vacilacion.

Pero lo m{ts recio tie) ataque ocurri6 en el puente de San Antonio. ofcncliclo {1 la vez por las baterias del sur y del este. Las dehilcs parcdes uel focrtc eran ya escoml>ros y hcrido :\[ascaro. to1116el man<lo el teniente de rey <lon Benito Perez, quien pidi6 una banclera para aquella dispnlada posici6n. bandera trcs vcces clerribada por los cai10ncs dcl ( )Jim po.

Sorpresa a retaguardia.-Encastillados los ingleses en sus trinchcras ning-im cleseo dcmostraban de asaltar el pucntc ni hadan diligcncia para vadear el cano y Castro, cludoso aun en cmpcflar un ataque general con los milicianos bi~oilos. sc dccicli6 a operar por retaguardia.

En Riopiedras se hallaha reunida gran parte de las militias de infantcria y caballeria de los campos. La guerrilla de Andino llegaba 240 hombres y varias partidas de urbanos sc habian prcscnta<lo tan bien dispuestas, que g-racias {\ cllas se contuvieron las exploraciones que los inrnsores hahia11 extcndido por San Paf1'icio y P11erto1111r-;•o. donde !-a(Juearon dos haciendas.

Toda aquella fucrza quiso utilizar Castro para atacar simultaneamente

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varios puntos de la Iinca cncmig-a; pero el subteniente Lara. intcrpretanclo ad libitum las 6rdenes clel capitan g-cncral. rcnnib tocla sn gcnte y en la maifana de! dia 30 man:h6 £1colocarse a tiro, de pistola clel pnente de " Martin Pena." en cuya avenicla habfan situado los ingleses u na bat~ria de t res cafiones. con los cuales respondieron a metrallazos a la fosilcria de la columna puertorriqueiia. hnciendo Yolar el puente por medio de una mina, en cuya explosion pcrdieron veinte hombres.

Imposibilitado el

EL

ASEDIO

BRIT.I\NlCO

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avance por aquel sitio, retrocedi6 Lara a Riopiedras, con echo heridos y tres muertos, entre estos el bravo don Jose Diaz, sargento mayor de urbanos de Toa Alta, alcanzado por un casco de metralla sobre el mismo pueute.

Aquella noche suspendieron el fuego contra los fttertes las baterias contrarias y se vi6 incendiada toda la manigua que rodeaba el campamento de Cangrejos. Por un desertor frances supose que el enemigo atribuia gran importancia al movimiento de Riopiedras, sospechando que se trataba de un ataque combinado con las foerzas de intramuros y en prevision de que se aprovechase la noche para reahzarlo, iluminaba el campo.

Se levanta el sitio.-En la maiiana <lei I<?de mayo, los caifones ingleses continuaron mudos; los vigias advirtieron desde los castillos operaciones de reembarque y nuevos desertores franceses confirmaron la noticia de que los sitiadores se retiraban.

Castro, al frente de tres compafiias de caballos dirigi6se a hostilizar aquellas tropas en fuga inesperada, pero ya era tarde. El ejercito invasor habia aprovechado la madrugada para refugiarse en los buques de transportc, dejando abandonados en las batedas las caiiones, mortems y obuses, cinco caballos y regados por todo el campo, desde San Mateo hasta Miraflores, considerable cantidad de armas, viveres, herramientas y cadaveres, que fue necesario enterrar con cal, a toda prisa.

El 2 de mayo, a las once de la maiiana, ahandonaron las buques de guerra sus posiciones hacienda rumbo hacia el norte y al anochecer ya no se divisaba ninguno en lontananza. Al dia siguiente, las fuerzas defensoras, militares y auxiliares, con el capitan general a la cabeza, dirigieronse a banderas desplegadas, hacia la catedral, a dar gracias a Dies por el feliz termino de aquel breve cerco.

CAPITULO INFLUENCIAS

XX

REVOLUCIONARIAS

Recompensa escatimada.-Por meritos <leiasedio, Castro foe nombrado mariscal de carnpo. asccncliclos nmchos de los jefes y oficiales militares y vinculad,Js lo:,;regidor<.'S municipales en sus cargos ; pero las peticiones de comercio libre, rebaja del derecho de tierras y supresion de cliezmos apoyadas por el gobernador, queclaron desatendidas.

El levantamiento del sitio no puso termino a las hostilidades de Inglaterra. antes bien terni6se su agravaci6n, pues Toussaint Louverture habia exigiclo al gobernador de Santo Domingo el cumplimiento del tratado de Basilea ,i nombre de la rept'1blica francesa, para luego prescindir de esta, proclamando la indepenclencia general de la isla. y cartas confidenciales de Guadalupe participaban a Castro que los ingleses incitaban al cauclillo haitiano para que invadiese los pueblos de Mayagiiez y Agnadilla, promoviet1do una insurrecci6n general de los esclavos.

A este aviso oficioso agregabanse hechos coma la defensa de Aguadilla, en diciembre de 1797, contra cuatro buqnes de guerra britanicos. el combate sostenido en Puerto Real de Caborrojo el 29 de marzo de 1799, con las fuerzas de desembarco de una fragata inglesa. y las ataques de Ponce en agosto de 1800 y octubre de 1801, por buques de igual bandera, no pareciendole justo al sensato gobernador que se esratimasen mercedes economicas a auxiliares tan indispensables y bien dispuestos.

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INFLUENCIAS

REVOLUCIONARIAS

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5

Despuesde la guerra.-Puso fin el tratado de Amiens, en 18o2, a la guerra con Inglaterra; la prisi6n de Toussaint, enviado a Francia por el general Leclerc, desvaneci6 el peligro de invasion y restablecido el trafi.co mar1timo, obtuvose el ingreso de 326,000 pesos de Mej ico; pero si la guerra habia terminado, quedabanie {1 Castro las intrigas de los enemigos que le atrajera su rigida probidad y que insidiosamente lo acusaron de autorizar el comercio con extranjeros.

Tan satisfactor-iamente qued6 probada la conducta del caudillo, que aun vencido en abril de 18o2 el pertodo reglamentario de su gobierno, continue ejercitandolo hasta noviembre de 18o4, proporcionandole esta pr6rroga una serie interminable de disgustos.

Real Expedici6n de la vacuna.-Apareci6 otra vez la v-iruela en el pais, al tcrminar el aiio de 18o3, epoca en que ya habia descubierto el medico ingles Eduardo Jenner un preservativo contra aquella terrible enfermedad, en cl " cow pox" 6 viruela de la vaca. El doctor don Francisco Oller, cirujano mayor de la plaza, tuvo noticia de que en Santomas se hallaba en uso tan precioso virus y aconsej6 su adquisici6n, que obtuvo Castro por medic de una negrita, vacunada en ambos brazos.

Oller tom6 a empeiio la propagaci6n del preservativo, quedando vacunadas en veintitres dias r,557 personas.

Contuvose la epidemia y solo en Fajardo y en Yabucoa persistian algunos casos, cuando 11eg6 a puerto el 9 de febrero de 18o4, a bordo de la corbeta de guerra ".Maria Pita," la Real expedici6n organizada por Carlos IV para conducir el virus vaccineo a America. bajo la direcci6n de don Francisco Javier de Balmis, medico honorario de la Real Camara.

Sorprendido Balrnis de que no se le recibiera en

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HISTORL\

UL:: PUERTO

l:{!CU

Puerto Rico con extraordinarias demostraciones <le jubilo y disgustado al ver que se usaba ya un procedimiento de! que esperaba ser revelaclor, disimul6 ma! su despecho, tachando de falsas las vacunaciones de Oller, y las manos de este '' las 1116storpes para el cu.so." Oller demostr6 al ensoberbecido director que sus vacunaciones eran perfectas y corrido el regio comisionado, determin6 abandonar la isla el 2 de marzo.

Don Toribio Montes.-Ocho meses despues de la partida de Balrpis, llegaba a la isla el nuevo capitan general, don Toribio NI antes a cuyo recuerclo debia quedar unido el de la introducci6n clel arte tipografico en el pais.

Un emigrado £ranees, el ciudadano Delarue, habia traido consigo una imprenta, no contando con que a las restricciones colonia.les habria de unirse su cualidad de extranjero, para cohibirle el ejercicio de esa industria.

Montes, conciliando esas restricciones con la utilidad de! servicio, compr6 la imprenta y la insta16 como dependencia auxiliar de la capitania general, ordenando la publicacion de una Gaceta bisemanal, pequefio peri6dico cuyo primer numero se di6 a luz el 31 de diciembre de I80j.

No foe tan meritoria la conducta observada por el nuevo capitan general con su antecesor, pues, instigado por insidiosa camarilla, se neg6 liquidarle sus haberes raz6n de ocho mil pesos anuales, que por real orden tenia derecho percibir, rechazandole como deficientes las fianzas que pr'esentaba el probo gobernante.

Obligado Castro a permanecer en el pais, sin recurses, acudi6 al ministerio de la guerra, exponiendo su situaci6n y de alli le foedirigiclo a Montes, en septiembre de 1806, severe apercibimiento por haber aplicado "leyes mat traldas en perjuicio de un companero, sin m£rar siquiera por

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I

FLUE

Cl.AS RE OL ClO ARIAS

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el honor profesional. in embar o ha ta el 28 de abril de 1809 cuando a lo quebranto pecuniario de! maltratado caudillo e le unieran la muerte de us dos hija. umca el deplorable decaimi nto de u pr pia alud 1 no pudo encontrar media de abandonar a Pu rto Rico tra SUP,UiMENTO DI

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LA GACETA DE PUERTO RICO EN

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ladandose a Santoma para aguardar alli un convoy de guerra britanico que lo condujo a.Cadiz.

El maestro Campeche.-N o falt6 en tales circunstancias al general Ca tro la considerad6n af ectuosa del pueblo insular, cuya gratitud se habia ad lantado demostrarle

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HISTORlA

DE PUERTO RICO

el Ayuntamiento de la ciudad, desde r8oo, al colocar en su sala de cabildos cl retrato al oleo <leidefensor cte la isla, pcrpetuando a la vez su memoria y la de meritisimo conterraneo.

Jose Carn peehe, hijo de un m{1sicode capilla de la cateclral, gue se dedicaba al doraclo y pintttra decorativa, mostr6 desde mny joven decidicla vocaci6n por las bellas ,utes, substituyendo a su padre en la capilla eclesiastica, como maestro cle oboe, al morir aquel en 1783, pero supcramJolo en el manejo de los pincclcs, que aplic6 primeramente a hacer cuadros devotes y concluyeron por darle reputaci6n de habil retratista.

Atribuyese alguna influencia en ta) progreso artistico a don Luis Paret. aquel pintor clesterrado ft la isla cuando Campeche llcgaba a los veinticinco aiios de edad; pero los conscjos del pintor espafiol, cuya permanencia en el pais fue muy corta, no proporcionaron al joven aficionado la plenitud de ciertos conocimientos fundamentales con que su intuici6n prodigiosa hubiera del>ido complementarse.

Hasta en las pinturas religiosas a que Campeche se aplicara con predilecci6n. acaso por mayor conveniencia, se notan defectos que son revelaciones de las dificultades con que hubo de luchar el artista. dificultades que avaloran ~us facultades su obra en conjunto y haciendo honor intelectuales. dan relieve a su caracter moral.

Es sin disputa una de sus mejores prorlucciones el retrato de don Ramon de Castro ya mencionado. que enlaza en simpatico recuerdo dos figuras hist6ricas que casi un mismo tiempo debfan desaparecer en la tumba.

Invasi6n francesa.-Grave era la situacion de Espana en aquellos mementos. Napoleon Bonaparte, c6nsul republicano, transformado en emperador de los franceses,

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INFLUENCIAS

REVOLUCIONARJAS

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habiase lanzado a invadir capciosamente la peninsula iberica, apoyado en su empefio por las impaciencias del principc de Asturias, que subi6 al trono con el nombre de Fernando VII. Ocup:idas astutamente por fuerzas francesas las fortalezas espaiiolas mas importantes y atraida a Bayona la familia real, neg6se Napoleon a rcconocer la soberania de Fernando, y abandonada la naci6n a sus propios impulses, estall6 en Madrid un movimiento insurrcccional cl dos de mayo de 18o8, produciendose el levantamiento en armas de todas las regiones pen111sulares cuya representaci6n asurni6 una Junta Suprema insta]ada en Sevilla.

Estos succsos fueron comunicados al gobernador <le Puerto Rico, clesde la Martinka, en 9 de julio de 1808, por el vicealmirante Alejandro Cochrane, de la armada britanica. pucs aunque dcsde el 17 de junio habia comisionado la Junta al coroncl de infanteria don l\tanuel cie Jauregui y al capitan de fragata don Juan Jabat, para comunicar a los territories ultra.marinas la situaci6n de la metr6poli. estos embajadores no llegaron a Puerto Rico hasta el 24 de julio.

Traian los comisionados encargo de ordenar la expulsion de todos los ciudadanos de nacionalidad francesa, solicitando de paso algunos auxilios pecuniarios que de momento no permiti6 aprontar la situaci6n angustiosa de los vccinos: pero el arribo. al ano siguiente, de medio mi116n de pesos de Mejico 1 por cuenta de los situados penclientes, facilit6 un donativo de n2,516 pesos, que el Vicealmirant~ Cochrane se encarg6 de hacer llegar a Cadiz.

A.la expulsion de franceses opt'.tsoseMontes, pues en su mayoria eran gente pacifica, gran parte casada en el pais y dedicada con acierto a la agricultura. Sin em-

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HJSTORI.\

OE Pl"F:RTO RlCO

bargo, dos meses despues salian de la isla casi todo:-. ellos.

Recuperaci6n de Santo Domin~o.-Cno de los emig-raclos dominicanos que se establccieron en i\layagticz en 1803, foe don Juan anchez Ramirez. quien 110 acept('1, como muchos de sus compatriotas el camhio de nacionalidad que el tratado de Basilea impusiera. Llamado a su pajs, en marzo de 18o8, por intereses personales, supo alli los acontecimientos que se sucedieran en Espaiia, concibiendo desde luego y llevando a cabo rapidamente el prop6sito de expulsar de la isla a los franceses : prop6sito bien caracterizado el 6 de noviembre por la acci6n de "Palo Hincado," en que un millar de dominicanos derrotaron al ejercito frances, obligando al general Ferrand a ~uicidarse. Para aquella intentona proporcion6 Montes 2 lanchas cafioneras, 400 fusiles, 200 sables y municiones y pertrechos.

El exito de "Palo Hiucado" y la probidad de Ramirez, que en trozos de caoba y negros esclavos, reintegro los primeros auxilios recibidos, animaron a l\f ontes a enviar nueva cxpedicion de armas y soldados, confiando el mando de toda la escuadrilla al teniente de navio don Ramon Power, natural de Puerto Rico y comandante del buque correo "El Cometa." A estos refuerzos puertorriquenos uniose la e:ficaz cooperacion de buques y soldados britanicos enviados de Jamaica, y al fin, cediendo a los horrores de! hambre, capitulo la guarnici6n francesa, quedando restablecida la soberania espafiola en la antigua primada de America, el I I de julio de 18og.

Diputaci6n , Oortt1.-Diez dias antes de rendirse Santo Domingo, habia cesado Montes en su cargo, reemplazandolo el capitan de navio don Salvador M elcnde~, a quien cupo aplicar la real orden de 22 de enero que llama-

INFLUENl:L\S

REVOl.l'C."10

,\IU,\S

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baa la Junta Suprema g-ubcrnativa de la naci6n un rcprcsentante de Puerto Rico con cartLctcr de vocal. Elccto para csc cargo don Ramon J'6wcr, cl jcfc de marina <]llC aun permanecia en Santo Doming-o, atrihuialc Melendez, en comu11icaci6n oficial de t8 de scpticmhrc, toclas las cualicladc~ para cl caso, opinion modificada lucg-o al suscitarsc enlrc ambos jcfcs cierta ojcriza que acontccimicntos postcriorcs dchian amucntar.

Substitu'icla la Junta Suprcma, en cncro clc r8IO. por un Conscjo de Rcg-cncia quc en 4 de mayo clcclar(i a Power cxento de SU invcstidura, fuc estc clccto en nucva votaci6n.

Oiputado Cortes extraonlinarias, de las cuales recah6 y obtu vo quc la I ntcndcncia de I Jacicnda sc apartase cJela capitania general, alcanzanclo aclcm{ts la rcvocaci6n. en r5 de fcbrero de r8II. de una real ordcn por la cual se habian conccdido facultadcs cliscrccionales a l\1elendez.

Revoluci6n en Venezuela.-Esa real orclcn en que sc conferia a 1\t(elencJcz"toda fa an1plitud )' e.rtc11si6n de facultades atribufdas 6 la soberanfo," tuvo f undamento en los sucesos extraordinarios ocurridos en Caracas, cuyo ayuntamiento depuso de su autorida<l al capitan general en 19 de abril de 1810, constituyen<lose en Junta regional, desligada <lei Consejo <leRegcncia.

Y algo de ese rnismo cspiritu independiente agitaba algunos cerebros en Puerto Ricoi pues en el p!iego de 1:nstrnccfones que el Ayuntamiento de San Gcrmim clirigicra a Po\.\,er al investirlo con sus sufragios, se rcconocia, por su primera clausula, la sohcrania cJel hijo de Carlos IV, pero advirtiendo que en caso de no prevalecer esa sobcrania, la isla reivindicaria su derecho natural a gobernarse como mejor le pareciese.

Estas instrucciones se comunicaron ~felendez, por

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HISTORIA

DE PUERTO RlCO

c.:I propio Ayuntarniento. y coincidiendo con ellas la re-

bclion de Caracas, alarm6se el gobernador, excitando su clcsconfianza las proclamas sediciosas llevadas de Santomas y los oficiosos chismes acerca de una conspiraci6n atribuitla a don l\latco l3elvis y los Quifiones de San German.

A aumenlar la excitaci6n de los animos, contribuyeron, en 28 de junio de l8IO, tres seminaristas, con dimi~orias de] gobierno eclesil1stico <leCaracas, para recibir en Puerto Rico las sagradas 6rdt!nes, a los que Melendez hizo arrrstar en el convento de franciscanos, proponiendose reembarcarlos. Los frailes. venezolanos en su mayoria, y cl obispo, con grandes simpatias por aquel pais, donde practicara sus cstudios, pusieronse de acuerdo, y se !es invisti6 con las 6rdenes, a pesar del arresto.

Al dar cuenta a Espana de estos sucesos, no acusaba el gobernador al prelado, sino al provisor don Jose Gutierrez del Arroyo, a quien tildaba de intrigante, fomentador de discordias y tan osado que se hada necesaria su <leportacion como medida de tranquilidad publica.

Comisario regio.-Algo se modific6 la tension de los animos con la llegada en 23 de octubre de r5ro, de don Antonio Ignacio de Cortabarria, asistido de atribuciones extraordinarias para concertar con los venezolanos la terminaci6n de la discordia. Consider6 prudente este comisionado dirigir desde Puerto Rico las operaciones pacificadoras y aun crey6 posible auxiliarlas con la milicia insular; pero hubo de rectificar esta creencia al hallarse en la puerta de su casa con un pasquin en que se le decia: "Estc pueblo, bas/ante docil para obedccer a sus autoridadcs 11aturalcs,no sufrira jamas que se saque de la isla 1m solo 111ilicia110 para l/evarlo ti pclear contra sus her~ 111a11os las caraqueiios."

INFLUENCIAS

RE\IOLUCIONARL\S

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Limit6se, pues, Cortabarr1a, a manifestar a Espana que ni en la isla ni en las inmediatas existian fuerzas suficientes para contener la guerra, y accediendo a discreta indicaci6n de! vicealmirante ingles Cochrane, autoriz6 la excarcelaci6n de tres diputados venezolanos aprehendidos en Coro y que se hallaban presos en el Morro.

A este acto, bien acogido por los vecinos, se agreg6 b fiesta celebrada el 8 de diciembre para reconocer las Cortes; fiesta repetida con gran entusiasmo en 24 1 25 y • 26 de julio de r5u al jL1rarse la Constituci6n que prometia unir en una so/a familia a las espaiioles de ambos he111isf erios.

En I I de diciembre terminaron las funciones del Comisario regio y seis meses despues la pacificaci6n de Venezuela pareci6 conseguirse. El 25 de julio capitul6 en Puerto Cabello el general l\Tiranda, generalisimo de los disidentes, y conducido a Puerto Rico, cargado de grillos, redactaba el 18 de mayo de 1813. en las b6vedas de! Morro, solemne protesta por haberse faltado atodas las clausu las de su capitulaci6n.

CAPfTULO TRA:s'SICIONES

XXI POLITICAS

La obra de P6wer.-fNo era Puerto Rico, en la primera decada del siglo XIX, el hato cerril descrito por O'Reylly en 1765. Con el aumento de empleados facultativos, la comunicaci6n mercantil y las emigraciones de franceses y dominicanos, habianse desarrollado ideas y procedimientos nuevos, favorables al progreso de la cultura. Las villas de San German, Coamo, Aguada y Arecibo constituian centres municipales en que se comp~endian cuarenta y seis pueblos con 182,984 habitantes y una riqueza estimada en 3,784,153 pesos; pero la transformaci6n carecia de solidez: el comercio con extranjeros era una concesi6n transitoria y no un derecho; 3,000 caballerias de tierra sin roturar y millares de brazos inactivos reclamaban impulse protector que no cabia esperar de aquella intendencia militar aplicada a recibir con musicas y repique de campanas las retrasadas consignaciones del tesoro mejicano;) N ecesitabase crear la hacienda insular y al concebir Power esta obra, logr6 hallar un hombre apto para iniciarla.

Don Alejandro Ramfrez...(.El 28 de noviembre de 181I, por acuerdo de las Cortes, qued6 separada de la capitania general la intendencia, confia.ndose esta, en absolute, a don Alejandro Ramirez, ex secretario de la Presidencia 224

TRANSICIONES

l'OLiTICAS

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de Guatemala, previniendose al nuevo intenclente el cumplimiento de una Real Or<len de 1804, en que se ueclaraban habilitados para el comercio los puertos <le Aguadilla, Caborrojo, Ponce y Fajardo, y disponiendose ademas la abolici6n del impuesto sobre destilacion de ron, la suspension del abasto obligatorio de carnes la libre cxportaci6n de ganados y la e>...1:inci6nde] monopolio sobre la venta de harinas de trigo.

En el mismo acuerdo prescribi6se la fundaci6n de una "Socieda.d Econ6mica de Amigos dcl Pa.is,, a fin clc pro mover el desarrollo de la industria, trafico y agricultma y la propagaci6n de conocimientos titiles, transcrihicndosc a la capitanfa general con las anteriores <lisposiciones, cl precepto legislativo que imponia privaci6n de emplco al funcionario que retardase mas de trcs dias cl cumplimiento de 6rdenes superiores. t Fuele preciso a don Salvador M elendcz sometcrsc a aquella desmembraci6n de autorida<l, tomando Ramjrez posesi6n de la intendencia el 12 de febrero de 1813 y dedicandose con interes a la instalacion de la Diputaci<'m Provincial que debia presidir. Practicadas las elcccioncs en los dias 21 al 23 de febrero, asi como la designa6<.')n <lei nuevo diputado a Cortes, recay6 este cargo en cl liccnciado don Jose Maria Quinones, vecino de San German, que march6 a Espana a ejercitar funciones muy efimeras.

Arrojados los franceses de la pen1nsula, destronado Napoleon y vuelto a su reino ct deseado Fernando, cl· 11 de mayo de r8r4 decretaba este la disoluci6n de las Cortes anulando todos los actos constitucionales.

Cedula.de ~raiciu.-Melendez tuvo noticia confidencial de aqueilos sucesos y en 30 de mayo, sin aguardar comunicaci6n oficial, protedi6 a reponer el antiguo regimen, con musica, iluminaciones y Te Dei,m, en honor dd

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UISTOR1J\

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RICO

rcy absoluto, Tc Dht11l tal y como se habfa hecho en la jura de la constituci6n cuatro afios antes.

Pero no bubo variaciou cu la Intenclencia, antes bien vigoriz6 sus gcstiones en 1 ~ de agosto de 1815 una Real cedula quc cstableci6 la libertad de comercio con los Estados Uniclos y colonias extranjeras en buques espafioles, la exenci6n de derecbos para la importaci6n de esclavos, maquinas y artefactos agricolas, y la libre adrnisi6n de colonos extranjeros cat6licos 1 con sus esclavos, concediendoseles terrenos para cultivar, permiso para testar libremente y autorizaci6n para regresar a su pals, con los caudales adqt1iridos, al terminar el primer quinquenio.

Moneda macuquina.-Al conseguirse la expresada disposici6n. ya hacia dos anos que Ramirez, nombrado Intendente de la Isla de Cuba, abandonara su labor en Puerto Rico. Dura fue esa labor: exhaustas ias cajas del te~oro, sin esperanza de cobrar cuatro millones de atrasos en 1Iej ico, donde habia prendido el incendio separatista <le Venezuela; instado por la capitania general para (;l pago de haberes pendientes y de gastos militares extraordinarios, veiase obligado a aguar<lar el resnltado de sus gestiones financieras, asi en las aduanas como en la tributaci6n territorial. En ta! situaci6n hubo de acudir a la crnisi6n de papel rnoneda, que desde su aparici6n circul6 con un descuento de 25 por ciento, elevandose r:ipidamente la merma al 600 por ciento.

No pudiendo Ramirez cortar ague! agiotage escandaloso, por media de tm emprestito, autoriz6 la in.portaci6n y circulacion oficial de la moneda macuquina, que aun no habia side totalmente recogida en el continente. C0incid i6 esta medida con la renovaci6n de la guerra en Venezuela. A Miranda, trasladado desde Puerto Rico a Cadiz, habia sucedido Si111.6nBo/i:uar, quien, en represalia

TR,\NSICJOI\ES

POLITlCAS

de las atrocidades cometidas por guerrilleros realistas, decretaba en Trujillo la muerte de espaifoles y canarios, fnesen 6 no inocentcs. La emigraci6n que origin6 esa amenaza, hallo en cl prop6sito <le Ramirez facili<lad para la traslacion y aplicaci6n de caudales que proporcionaron a Puerto Rico numcrario abundante para amortizar los 500,000 pesos a <1uc ascendiera el papel monccla emitido.

Las Refomas en vigor.-En enero de 1816 sc establecieron los subdelcgados, " te11irntcsjusticias mayvrcs " que en contraste con la descentralizaci6n superior, fueron a la vez, en las villas departamentales, comandantes militares, jueces, alcaldes y recaudadores de contribuciones.

Fundada la ociedad de Amigos del Pais, estableci6 Ramirez, con la cooperaci6n de un puertorriqueiio ilustrado, don Jose Andino, El Dim-io Econ6mico, destinado a vulgarizar los principios que eran la base de aquella asociaci6n; cooper6 con Melendez a la creaci6n de una catedra de medicina establecida por Real Orden el 30 de enero de 1816. y al ausentarse para su nueva Intendencia de Cuba, dejaba expedidas 56 cartas de vccindad y 338 ck naturalizaci6n a otros tantos cmigrantes de la "L11isi011a," que concurrfan con su caudal. inteligencia y actividacl. a la explotaci6n de la cafia de az{1car.

Huracanes y oorsarios.-El nuevo sistema eco116mico necesitaba para su arraigo y desarrollo un periodo de tranquilidad que no concedieron las circunstancias. Al alejarse Ramirez en 1816. devastaba los campos fiero cicl6n, y en 21 y 22 de septiembre de r819, repetiase el• azote atmosferico, arrasando campiiias y destruyendo poblaciones. Agreg6se a esto, como consecuencia de la guerra con Venezuela, una plaga de corsarios, que ya con bandcra espafiola ya con el rebelde pabel16n colombiano

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HISTORJA

DE PUERTO

RICO

y a veces usando uno u otro, segun convenfa al caso, cometieron graves depredaciones.

Vuelta a la Constituci6n.-En 20 de marzo terminaron las funciones de don Salvador Melendez, substituyendolo el brigadier don Juan Vasco y Pascual, quien tuvo noticia en 14 de mayo, por un bergantin norteamericano procedente de la Habana, del movimiento revolucionario iniciado en Espana por los generales Riego y Quiroga, proclamando la Constituci6n de 1812, y el 15 de mayo qued6 restablecido en Puerto Rico el sistema que se interrumpiera cl aiio 1814, exigiendose el juramento de fideli<lad constitucional, a funcionarios y corporaciones, sin exceptuar a las monjas carmelitas.

El 21 def misrno mes confirm6se, por virtud de despachos recibidos, todo lo practicado y en 7 de agosto tom6 posesi6n de la capitania general don Gonzalo de Arostegui, hijo de Cuba a cuya isla se retir6 Vasco, dejando recuerdo mas perdurable que el de la Constituci6n, en el alumbrado publico de la ciudad, establecido en poco tiempo, rnediante un irnpuesto de consume.

Elecciones generales.-El nuevo regimen trajo consigo la instalaci6n por elecciones parroquiales, de cuarenta y cinco ayuntamientos, entre ellos el de "Naranjal de Vega. Alta,;'' pueblo de reciente creaci6n, con ciento sesenta cabezas de familia.

Para la Diputaci6n provincial correspondi6 elegir un representante por distrito, nornbrandose Diputado a Cortes al brigadier don Demetria O'Daly, puertorriquefio ,que habia tornado parte en el pronunciamiento iniciado per Riego.

Procedi6se luego a organizar la administraci6n de justicia, eligiendose seis abogados de ocho que se encontraran en la isla, para ocupar los juzgados departamentales, su-

TRANSICIONES

POLITICAS

bardinados a la Audiencia de Puerto Principe, en la isla de Cuba, y todas. estas elecciones, as1 como la de Arostegui, diputado a cortes por la Habana, se celebraron con areas tritmfales, cantos patri6ticos y festejos que cuadraban mal con la penuria del pais; bloqueados los puertos por corsarios; renovada la usura del siglo XVI, con los prestamos sabre frutos al 100 por mo y pesando sabre las poblaciones una falange de presidiarios cumplidos, esclavos pr6fugos y polizones escapades de todos los paises, gente sin oficia, cuyas influencias malsanas se manifestaron al fin en Yauco, asaltado por banclaleras que nq perclonaron ni la casa de! alcalde y a las que fue precise castigar militarmente, fusilanclolos a.tados.

Pugnas y conflictos.-lmponiase la union de voluntades para acorclar remedio {1 tan critica situaci6n, y por lo contrario, suscit6se entre el intendente don Luis de Santiago y la Diputaci6n, una competencia de atribuciones qne degener6 en insoportable discordia, ariadiendose a esta perturbadora pugna otra de caracter eclesiastico.

Por muerte del obispo Arizmendi, ocurrida en Arecibo el 12 de octubre de 1814, hab1a ocupado la sede, en 1817, el doctor don 11ariano Rodriguez de Olmedo, una de los sesenta y nueve diputados que propendieran al restablecimiento del poder absolute y contra los cuales ordenaran proceder judicialmente las restablecidas Cortes. Obligado el obispo a optar par la mitra 6 el proceso, renunci6 a la primera, quedando la di6cesis a cargo del provisor, don Kicolas Alonso de Andrade, absolutista acerrimo a quien se acusaba de retener cuantiosos legados testamentarios y de exigir derechos ilegales por dispensas de parentesco.

Ya en I 8 r4 habia protestado briosamente contra tal ex.acci6n, que daba aliento al concubinato en los proletarios, el padre Bonilla, religioso franciscano hijo de 16

HI TORI

230

DE PUERTO RICO

na co y educa<lo n anto omin o atra ·endose por ello una en encia d deportaci 'n a Espana· pero era el ca o quc Fernando v II, n funcione de r y absoluto, habia ord natl n 30 de mayo de 1815 que cesasc el detestable y ant£canonico abuso de e.-rigir dinero por las dispensas matrirnoniales,' y coma no se habia obedecido,

e ta orden, al exigir e en enero de 1821 su cumplimiento, apelaba el provivas1sor a la vas conclt1yendo por de con.acer la autoridad civil.

Cort6 A r6stegu-i estas pugnas, embarcando para E pan.a, bajo partida de registro, al intendente y al provisor, manifestando al gobierno que con tales funci o na rios en el pais, el regimen constitucional coJULIA.

E. nLANco

Y sosA.

rria peligro de no

implantarse nun ca.

Peri6dicos y escuelas.-Declarada la libertad de imprenta por los nu vos legisladore di6 e a luz en Puerto Rico, en la propia imprenta del gobierno, que regia don Valeriano Sanmillan, un peri6dico titulado El Investigador ' cuya adquisicion se recomendaba a Ios ayuntamientos j LJntocon la C ace ta.. pareci6 lu go "El Cigarr6n" 6rgano de los ser-

,Vol.

Nun,.

Fol.

2.. 0

I.

EL INVESTIGADOR. PUERTOaR/CO 10 DE YVNIO DE 18z2.

NEC 'TACUI DEMI!. S. mG.

--------------·---------------CONVERSACION

DOMES'l'ICA

E GOYO Y CICA.

o h,y q 1e 11.Susblrsc que Coy . o cs ti Pi:.rro ni cl Z1trrr1:go• i cl 'Jrib11110 y Tr1:urol1J• Ni Pl1m1t ni cl Modtrado : T3mpoco C$ el J/in.oguo , ~ i cl Libual G11ip".uot1/fo, i cl D,fqmor de la Patrla • Ni cl Go"o: i un mc:nl catci Que qu,crc ins1ruir 5U mili Sin h ccr i rnidie daiio.

El Gob1erno har; j u~tieia; Slcmprc A la ley arrl:'gl3do , Qu cstc pueblo c obc;dicntc• Y al roismo dcmpo ilu trada.

J. Pu~ bien: vamot addantc : conlcstc vd. a l:11Dipulllcion provinfol q f! dice a5j : ,.Poc•1 ,,111l11j11t rts"ltari•1t 6 ,,ra 11/11d, /;; porlit11 ar l1ti1M14raa,:' las d, ]Julnw:to : y p ti co lrorio diifrldaria m"rb,u dr d,prndtr rlt la Pc11fn.

Jlifa , dt J,, dt 111tdcrmbir t,ia t tt1t1 dt protttcio• , .J fr1Q1f/O mas1ft porn dur ,I ma,or l•p11l10 a la if1ut,a,:l1111, 11rtt1 , ei~rilH , •r,1e11/1~r11, ;,,,J"Jtrw, ~~111~rtio, P l111nlmt111tftyu , nglcm1,u~1 J ,11rd11t411:ta,1/O¥ficularu l&ff rtlod~11 al cl1mt1, co,,.

ID.Arts y lotcl,dad Jt tl/Js , p1tr~ 911, ,I , rruo pt111•srd~, ltlt con.11drr~r1t,:01110 tr co11zru~•u ,46io d, tlJl!o1/01 mrgru s t11ropm (•).'' YB vi vtl., 1odo lo 11ue h• tcnido pr'CSCnlc la Oipull!don <:on li'lls razonrs, y la opi.,ioo p~l,lico de l:1 pro'linci& , ua luber 11corci1doquc cst11Jsla pcrtcneccri en 1odo 1irmpo ,;, lcgist4tura euroiin. Co,llolc ~c1. ahor.i lo quc qui ra;. pcro est bicn pcrsu.11did0 quc lo hccho por la Dipu cion nadic lo dcsY'lrata.

G. .Priroo , no c con1cmplc vd. ian s~guro. Los hobitantcs de Puert Rito son librc~ , y lo &Qn por ID Constitucion. Si su diputndo y lo:. ckma:i d.e.

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232

IIISTORJA

DE PUERTO

RICO

vilones 6 desafectos a la constituci6n, y por t'1ltimo, estableci6se en 1822 "El Eco," diario editado en la imprenta Fratcmidad, que dirigia don Julian Blanco y no era extrafia a las influencias de la francmasoneria, preponderante en Espaiia y cuyos talleres funcionaban en la isla desde el anterior periodo liberal. " El Eco " se distin-

G.\CETA DEL GOBIE«~~ COXSTl'[UtiJOY.l~ 1$ PO:mTl1-Rft10

I I I

t.

L LA GACETA DE PUERTO RICO EN 1823.

gui6 por su correcci6n: pero el "Jnvestigador" le super6 en influencia, hasta el punto de obligar al gobierno metropolitano a fijarse en el abandono en que se mantenia la instrucci6n popular.

Las escuelas en Puerto Rico, habian sido, desde la conquista, obra misericordiosa del clero, regular y capitular, que sostenia clases de gramatica en las cuales no podia ingrcsarse sin la instrucci6n elemental.

TRANSICIONES

POLITICAS

2

33

En el corto periodo liberal de 1812 a 1814, se recomend6 a los alcaldes la instrucci6n popular y Melendez, durante su gobernaci6n, insisti6 en ello, procurando uniformar la cnseilanza. Vasco, 'al jurarsc la constituci6n y Arostegui, al instalarse la Diputaci6n provincial, encarecicron la necesida<l de la instrucci6n popular indispensable en un regimen de libertad como cl que sc implantaba y abundando en igual sentir el intendente don Luis de Santiago, clespues de exponer que daba vcrgiic11::a vcr la firma de algnnos alcaldcs, propuso la adopci6n <lei sisterna lancasteriano de ensefianza mutua gratuita, practicado ya en la Habana, pero discordias y rencillas ocasionaron el olvido de ta! proyecto y poco despues discutia la Diputaci6n el establecimiento de una universidad, sin haberse adoptado ninguna reglamentaci6n para organizar las escuelas primarias.

El Ayuntamiento de la ciudad, por iniciativa de! regidor don Francisco Tadeo de Rivero, procedi6 a adoptar una instrncci6n 111et6dica, aplicable al profcsorado de ambos sexes; pero en contraste con ese impulso instructor, opt'.tsose la corporaci6n al establecimcnto de una escuela nocturna para artesanos adultos, acucliendo los perjudicados, en n{1mcro de treinta y tres a protestar en la prensa de una prohibici6n que desdecia de los preceptos superiores.

Cfunulo de desastres.-Sucesos trascenclentales para la soberania espafiola en America abrieron breve parentcsis en las discordias locales. La batalla de Carabobo, quc produjera en 24 de junio de 182r, la derrota de! ejercito espafiol rnandado por el general La Torre, impuso a la poblaci6n leal de Venezuela el abandono de! pais y al mes siguiente llegaban a las costas puertorriquenas ocho buques espafiol~ y una corbeta inglesa con emigrantes,

2 34

HISTC>Rl.\ DE I'uERTO

RICO

ai1adienclo las capitulacioncs de Cumana y Carlagc,w, nucvo conting-cnte de funcionarios civiles y militarcs que reclamahnn alimento y hogar para sus familias.

I'rcciso foe apel.ir it los scntimientos populares, recogiendose r2,ooo pesos en suscripci6n voluntaria, para socorrer a aqucllas atribuladas gentes, habilitandose para su alojamiento los conventos de Santo Domingo y San Francisco, cuya clausnra estaba ordenada clcsdc cl 19 de enero. con la sccularizaci6n de las 6rdenes monasticas.

Al trastomo consiguiente a aquella invasion, agrcg6se el sobrcsalto por tma sublevacion de esclavos, conccrtada en las haciendas de Bayamon. poniendo el colmo a la inquietud gubernativa y a las murnmraciones pt'.1blicas,1a indepcndencia de anto Domingo, proclamada padficamente el 1? de diciembre de 1821 por el auditor de guerra don Jose N uiiez de Caceres, invitando al capitan general de Puerto Rico a hacer lo mismo.

Arostegui protest6 dignamente de aquella proposici6n, • pero disgustado con tantos contratiempos march6se a ocupar su puesto de diputado a cortes, hacienda entrega del manclo en 12 de febrero de 1822, al coronel don Jose Navarro.

CAPITULO EL QUINCENARIO

XXII

DEL GENERAL LA TORRE

Divisi6n de mandos.-Por gestiones del brigadier O'Daly, en ejercicio de sus funciones de diputado, acordaron las cortes que la gobernaci6n civil se ejercitase con entera independencia de la militar y al efecto fue nombrado jefe politico, en 15 de agosto de 1821, don Francisco Gonzalez de Linares, que hasta el 30 de mayo de 1822 no se present6 en Puerto Rico, acompaiiandolo como secretario don Ramon Carpegna joven oficial de guardias natural de la isla.

El mismo dia del arribo jur6 Gonzalez de Linares su cargo ante el ayuntamiento y con toda diligencia se ocup6 en transmitir a Puerto Cabello un despacho de que era portador, por el cual se nombraba capitan general de Puerto Rjco a don Miguel de la Torre, el caudillo vencido en Carabobo, quien se traslacl6 a su nuevo destino en 7 de septiembre.

Conspiraci6n Duboy-Du Coudray.-Luis H. Du Coudray Holstein, aventurero suizo auxiliar en la guerra separatista de Costafirme hasta 1816, habiase decidido promove.r una rebeli6n de los negros contra los blancos, en Puerto Rico, para fundar la rcp,'tblica, de Boricua, en cuyo programa se ofreda, por singular aberraci6n, "no dar liberlad a Los esc/avos." EI vicec6nsul espafiol en Filadelfia habia participado desde el 10 de agosto. el reclutamiento por un £ranees de apellido Wischaur, de dos-

a

HISTORIA DE PUERTO RICO

cientos hombres para esa expedici6n filibustera, de la cual era agente secrete en Puerto Rico otro frances, Pedro Dubay, mulato de la Guadalupe que residia en el Daguao, barrio rural de Naguabo.

Buscando proselitos comunic6 Dubay el proyecto insurreccional a Mr. de Saint Maurice, colono frances avecindado en Fajardo, quien di6 parte al alcalde procediensJose a la prisi6n de Dubay y a la ocupaci6n de proclamas y otros documentos comprometedores.

La invasion de Du Coudray aguardabase por Afiasco y hasta su arribo no debia estallar la sublevaci6n interior; pero habiendose suscitado un conato de rebeli6n en las haciendas de Guayama, se traslad6 alli el capitan general, seguido de fuerza armada y con sumaria diligencia fueron fusilados los cabecillas en presencia de Jos esclavos de todas las haciendas. Y el dia 12 de octubre, convicto y confeso Du boy del delito de conspiraci6n con extranjeros, fue condenado a muerte y ejecutado en la ciudad. En tanto, Du Coudray, despues de recalar en San Bartolome, de donde se le hizo salir, llegaba a Curazao con dos buques, que fueron intervenidos por el gobierno de aquella isla, confirmandose por las armas y papeles ocupados el objeto de tan desatinada empi:esa.

Escuadrilla americana.-La abortada conspiraci6n di6 pasto a conjeturas que avivaban an6nimas confidencias y esperando invasiones de un momenta a otro, autoridades y vecinos vieroo con asombro aparecer ante el Morro, el 5 de marzo de 1823, dos goletas de guerra con bandera de Ios Estados Unidos, quedando a gran distancia trece buques mas, entre ellos uno movido por vapor ( steamboat), invento realizado en aquella naci6n, desde 1803, por Roberto Fulton; pero desconocido hasta entonces en Puerto Rico.

EL QU1NCENARIO

DEL

GENERAL

LA TORRE

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La Torre se encontraba en Caguas y el teniente de rey, don Juan Gautier, intim6 a las goletas la prohibici6n de franquear el puerto en tanto llegaba el capitan general, intimaci6n desatendida por una de ellas e impuesta a caiionazos que cortaron la vida al comandante Mr. vVilliam Cook. Lleg6 La Torrey mediaron las explicaciones consiguientes con el comodoro David Porter, que mandaba la escuadrilla y reconoci6 la imprudencia de su subordinado, exponiendo a la vez la causa de su presencia en aquellas aguas.

Las depredaciones maritimas hacianse cada vez mas insoportables y a compas de los hechos conocidos, sospechabase el ingreso por fondeaderos rec6nditos, de una parte del pillaje piratico, mediante intervenci6n de crimina1es agentes. El congreso de Jos Estados Unidos habiase decidido a cortar de raiz esos des6rdenes, perjudicia1es al comercio, y el comodoro Porter tenia instrucciones para subyi-tgar, confiscar y remitir a los p1,tertos de la Uni61i toda embarcaci6n con tripu1atites armadas qtte huhiese registrado, atacado, pillado 6 detenido buques de cualqiiiera naci6u.

Los resultados de este acuerdo fueron saludables y el gobierno insular hubo de cooperar a realizarlos; pero antes se impusieron otros acontecimientos.

Abajo la Constituci6n.-La Santa Alianza, liga de algunos monarcas europeos para defender el altar y el trono, habia acordado la anulaci6n del regimen constitucional en Espafia, invadida por 90,000 soldados franceses, por efecto de dicho acuerdo. Supose en Puerto Rico algo de lo ocurrido y en espera de despachos oficiales se hallaban los habitantes, cuand0 llegaron a puerto, en 1? de diciembre, una fragata de guerra francesa y dos buques de la marina britanica y ya no hubo lugar a dudas, al leer

HISTORIA DE PUERTO RICO

los decretos, rubricados de real mano el I~ de octubre, en que se declaraba restablecido el poder absoluto y anulados todos los actos de) gobierno constitucional.

Mutaci6n de escena.-Imitando La Torre la conducta <le Melendez en 1814, declar6 restablecido el regimen intcrrumpido tres afios antes y dando por terminadas sus fonciones el jefe politico, disolvi6se la diputaci6n provincial, se clausur6 la imprenta, recogi6 el obispo su mitra, los fraiJes tornaron a sus conventos, se retir6 de la casa capitular una lapida conmemorativa coJocada en 1820, suprimieronse los ayuntamientos populares y encargaronse de las alcaldias y sus archivos, los sargentos mayores de urbanos. Mas como algunos de estos eran los mismos alcaldes que debian cesar, resultaron cambiados los tttulos pero no las personas. a quienes bast6 protestar en la Gacata contra el regimen constitucional, para resellarse de absolu tistas.

Elemento de progreso.-Hasta el 16 de enero de 1837 conserv6 don Miguel de la Torre la capitania general de Puerto Rico, auxiliandolo en tan largo periodo gubernativo circunstancias especiales tan favorables como la emigraci6n de Costafirme. Con el metal amoneclado, las vajillas de plata_.joyas y esclavos que la tormenta revolucionaria echara en las playas puertorriquenas, Ileg6 tambien el credito de activos comerciantes, vascongados y catalanes en su mayoria, que solicitaban tranquilo asiento para sus operaciones y hasta las familias exhaustas de recurses, aportaron, como inapreciable elemento, una cultura difundida no solo por las relaciones generales y la ejemplaridad domestica, sino tambien por la instrucci6n publica, principalrnente de la mujer, a que se dedicaron no pocas ernigrantes.

EL QUINCENARIO

DEL

GENERAL

LA TORRE

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Extinci6n de la pirateria.-La escuadrilla americana habia llevado adelante el saneamiento de todo el mar caribe ; pero acentuandose cada vez mas la sospecha de conexiones entre algunos barcos piratas y vecinos de la costa puertorriqueiia, lleg6 a Fajardo, en hoviembre de 1824, una goleta americana, que por sugesti6n de cierta casa mercantil de Santomas, seguia la pista a uno de esos encubrimientos.

El alcalde y el capitan de puerto de Fajardo detuvieron la goleta y registraron su documentaci6n; irritado el comodoro Porter acudi6 al sitio y en reparaci6n del agravio, clav6 los cafiones de la bateria y exigi6 satisfacci6n de las autoridades, produciendo aquel desagradable incidente larga serie de quejas y comentarios que obligaron a La Torre a extremar la vigilancia del literal. Cuatro meses despues se obtuvo, con ayuda de la ofi.cialidady tripulaci6n de la goleta americana Grampus, la captura, en la costa de Guayama, de una balandra capitaneada ·por Roberto Cofresi, audaz marino de veintitres afios, nacido en Caborrojo, cuyo nombre andaba hacia tiempo en boca de todos.

A haber vivido Cofresi un siglo antes, por su osadia e intrepidez hubiera eclipsado los hechos del capitan Henriquez ; pero la marcha progresiYa de los tiempos habia modificado sensiblemente las relaciones internacionales, y por desconocerlo u olyidarlo, tuvo el j6ven pirata que sufrir, el 29 de marzo de 1825, todo el rigor de la ley, asi el como sus diez compafieros, procedentes de distintos puntos de America.

La rapidez con que se substanci6 este proceso no di6 lugar a investigac:iones que sin duda se crey6 prudentc excusar; pero no se procedi6 tan aceleradamcnte con el pirata portu~es Almeida. Apresado en diciembre de

HI

TORlA

DE PUERTO

RICO

1827 y conducido a Pu rto Rico ometi6sele a un con ejo de guerra y ha ta el dia 14 de febrero de 1832 no foe pasado por las armas.

Datos estadisticos.-Limpio el mar de piratas la navegaci6n mercante pudo acudir, in recelo, en auxilio de las fu rza productoras de la i la, elevan lo. e en el aiio r 34 el movimiento maritimo de entrada a 1,247 buques: de ello 762 e pafiole , 300 norteamericanos 90 franceses 45 ino-Ieses y 5 de otras nacionalidades.

La riqueza territorial calculada el aflo 1824 en 12,736 719 pe os con una producci6n de 2 58_ 337 subi' en I 34 a 34 172,609 pesos con 6,702,012 de ptoducto ofreciendo la balanza mercantil que e empez6 a publicar en 1828, las siguientes cifras comparativas: ASos.

I fPOJ!TACl6;,;.

ExPOl!TAC16N.

$2,039,928 $3,9r4,1 r6

$2,590,726 $3,949,534

La tributaci6n hubo de crecer con Ia riqueza agregando e a lo impuestos habitual s el de una loteria oficial de 20,000 pe os, e tablecida en 1829 con prctexto de de tinar la cuarta parte a amorti::ad6n de a.trasos y que se elev6 n 1832 a arbitrio p rmanente. Sumando el total de derecho recaudados en r834 se obtiene la cantidad de I 122,563 peso de los cuale se de tinaron 589,000 fi. obras pt'.1blicas n los cincuenta y nue e pueblos que comprend1a la isla cuyos habitante ofrecian el incremento que se expresa a continuaci6n.

A...~o1824.

A!lo 1834.

Libres .............

- - . - - - ... - . 1g5, 543 Esclavos. . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . 22, 72S Tropa y pre ·idiario •.. . . . . . . . . . .

3 ooo

315,268 41,818 I, 750

Total .......

_.. __ ... _ . ____ 221 1 268

EL QUJNCENARtO

DEL

GENERAL

LA TORRE

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Gobierno de las tres B.-El adelanto material que revelan las anteriores cifras hace honor a La Torre; pero desdichadamente, esos meritos se obscurecen por la direcci6n impuesta a las costumbres.

Soiiando con reivindicaciones imposibles en Costafirme y sospechando que las ideas separatistas contaban en la isla con algunos adeptos, a la vez que enviaba emisarios a Venezuela a fraguar una contrarrevoluci6n, distraia a los puertorriquefios con el bullicio de una fiesta interminable.

"Mientras el pueblo se divierle no pie11-sa en, co1ispirar," decia el buen caudillo y obedeciendo a este principio, que form6 escuela gubemativa en la colonia, reglament6se la gallera, se multiplicaron los dados, naipes y rolinas, las festividades rnligiosas sirvieron de pantalla avicios populares, las carreras de San Juan renovaron en la capital sus antiguos escandalos, las visitas gubernativas fueron jornadas de placer amafiadas por astutos caciques, y con las cantaletas callejeras "al beneficoLa Torre, 111,mcntutclaq-de Pu,erto R£co," corrieron parejas el villano pasquin y la procaz ensaladilla, donde, a falta de prensa peri6dica en que consignar un pecho honrado su protesta, se desfog6 la maledicencia de los que llamaron el gobierno de las tres B-baile, botella y baraja-a aquel procedimiento desmora 1izador.

Poderes discrecionales.-El violento cic16n que en la noche del 26 al 27 de julio de 1825 afligi6 a la isla. causando muertes y produciendo estragos en la propiedad rural, no contuvo las grandes festividades del r~ de octubre, en que se conmemoraba el restablecimiento del absolutismo, agregandosele en ese aiio obsequies a La Torre por su ascenso a teniente general, con el traslado de una

HISTORIA DE PUEUTO RICO

real orden dicta<la desde mayo para la isla de Cuba. en que se ampliaban sus poderes "con las facnltades e.rtraordinarias q1-te las orde11an:;asmilitares confieren a los gobernadorcs de pla:;as sitiadas."

Esta autoridad discrecional hubiera pocli<lo modcrarse por la Au<liencia, separada por fi11de Puerto Principe en 19 de j unio de 1831, e instalacla con teatral aparato en la capital el 23 de j ulio de 1832, pero la presi<lencia cle estc alto tribunal de justicia debia ocuparla el capitim general. presidente a la vez del Real Acuerdo, junta 6 consejo formado por altos funcionarios incapacitados para contencr la voluntad de quien gobernaba el pais en cstado de sitio.

Instrucci6n pu.blica.-Con tal pletora de poder bien hubiera podido don Miguel de La Torre favorecer el clesarrollo de la ensenanza _popular, pero sns actas de visita y las extensas Jv/emorias de su secretario Cbrdova. guardan exprcsivo silencio acerca de este ptmto. Escuclas no faltaban, como el colegio fon<laclo por don Ramon Carpcgna al cesar en la secretarfa clel gobierno politico, pero este y otros centros, establecidos en las principales poblaciones durante eJ regimen liberal, se sostenian por los pa<lres de los educandos.

Tambien se prodigaba caritativamente la instrucci6n los parvulos, siendo ya grande, en esa epoca, el creclito clel maestro Rafael Cordero, negro misericordioso que juntaba en la ciuclad, alredeclor de su mesa de tabaquero. los hijos de encopetados funcionarios con los de obscures menestrales, para distribuirles gratuita enscifanza; con<lucta observada en toda la isla por mujeres, algunas de ellas negras 6 mulatas manumisas, madres intelectuales de tocla una generaci6n de ambos sexos.

En Ja esfera oficial mantenianse por la Socieda<l Econ6mica. clases cle £ranees. clibujo y matematicas y en ene-

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EL QUINCENARIO

DEL GENERAL

LA TORRE

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rode 1825, organize el provisor Andrade catedras de Filosofia, Teologia dogmarica y Liturgia eclesiastica; pero el nornbramiento, en junio de 1826, <leidoctor don Pedro Gutierrez de Cos para substituir en la di6cesis al doctor Rodriguez de Olmedo, ascendido al arzobispado de Cuba, produjo la inclusion de dichas catedras en un Seminario Conciliar, cuya instalaci6n, solicitada desde 1712 por cl obispo Urtiaga, habia entorpecido el gobierno militar.

Aplicando Gutierrez de Cos a su prop6sito aquellos legados testamentarios de cuya retenci6n se acusara a Andrade en 1820 y habilitando activamente otros piadosos recursos, hizo construir, junto a la morada episcopal, arnplio edificio en el que se invirtieron 4r ,ooo pesos, erigiendose en 12 de octubre de 1832 el Seminario, gue debia contar en sus aulas maestros tan competentes y venerables como fray .Angel de la Concepci6n Vasquez natural de Juncos y el doctor don Juan Francisco Jimenez, hijo de Caborrojo.

Sedici6n abortada.-El matrimonio de Fernando Septimo con Maria Cristina de apoles en 1829, el nacimiento de Isabel II en r830 y su proclamaci6n como princesa de Asturias, fueron hechos sin otra trascendencia para los puertorriquefios que un recrudecimiento de bailes, iluminaciones e himnos callejeros.

M uerto el rey en septiembre de I 833 y ocupada la regencia por Maria Cristina, durante la minoria de Isabel II, la amnistfa de los liberates, la concesi6n del Estatuto Real, la matanza de los frailes en 1834 y la supresi6n de las 6rdenes monasticas, no tuvieron resonancia en la isla, ni dejaban sospechar alteraci6n alguna, cuando se descubri6 una conjuraci6n militar que debia estallar el dia 24 de octubre de 1835 y que tenia por objeto proclamar la constituci6n de 181:?.

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HISTORIA DE PUERTO RICO

Probada la c,;nspiraci6n, limit6se La Torre a embarcar para Espana al jefe del movimiento y a trasladar a la Habana algunos soldados y sargentos no atreviendose sin due.la a extremar la severida<l, en vista del sesgo que tomaban los sucesos politicos en la metr6poli. Y efectivamente, en 12 de agosto de 1836, un motin capitaneado por sargentos impuso a doiia Maria Cristina la constituci611 cJelaf10 cJoce,que dos meses despues proclamaba en Puerto Rico el general La Torre, vitoreandola el pueblo con el mismo fervor que vitoreara durante trece afios al rey absolute.

Convocadas las cortes impusieron a Puerto Rico una contribuci6n de guerra de medic mi116n de pesos y en 8 de junio de 1837 aprobaron la nueva constituci6n de la monarguia, cuyo 2~ articulo adicional decia: " Las provmc1as de 11ltra111ar sertin gobcr11adas por !eyes especialcs."

CAPITULO EL MILIT.\RISMO

XXIII Y SUS EFECTOS

Conspiraci6n abortada.-Los ministros clc cloiia lsahl'I II nose dieron prisa en cumplir la promcsa constituciunal.

El articulo adicional de 1837 se transfi.ri6 al 8o dcl nucvo c6digo politico votado en 1845 y como nose suprimi6 ninguno de los poderes autoritarios ejercitados par cl general La Torre desde 1825, subsisti6 en la isla, por mas <le treinta afios, el estado de sitio pennanentc.

Que no fueabsoluta la sumisi6n insular a aqucl an6malo sistema, lo prueba una conspiraci6n, denunciada por dos cabos del regimiento de Granada, en 17 de j unio de 1838, en la que aparecieron complicados con varios sargentos de dicho cuerpo, los paisanos don Andres y don Juan Vizcarrondo, su cufiado don Buenaventura Quinones, y varies oficiales de milicias. Dictado auto de prisi6n contra todos por el capitan general don :Miguel Lopez Bafios, lograron ponerse en salvo, trasladandosc a Venezuela los hermanos Vizcarrondo y el 14 de agosto se encontr6, ah.orcado de una hamaca, en las 1.>6vedasdel Morro, a don Buenaventura Quinones, produciendo este hecho consternaci6n general, por tratarse de persona distinguida, micmbro de antigua e influyente familia de San German y diputa<lo provincial que habia sido por aquel <listrito en el suprimido regimen.

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Il tSTORlA DE PuERTO

RlCO

Algunos proccsados atribuyeron aquella conspirac1on al inten to <le proclamar la, constituci6n nacional, mientras otros le adj uclicaron prop6sitos independientes. El fiscal considcro traidores ambos fines y en cousejo de guerra cclebraclo el 8 cle marzo de 1839, prescindiendo de Qui1joncs .. por lwbrr fallccido," se con<len6 a muerte en rebelclia ;'1 las hermanos Vizcarrondo, pr6fugos, y a tres sargcntos y cinco cabos <lei regimiento de Granada.

Los jornaleros.-Recuerdo mas hondo que el de aquella conspiraci6n dej6 Lopez Banos en su Bando de bnen gobicrno, compilaci6n de las reglas vigenies en materia de policia urbana y rural, a que agreg6 otras declarando jornalcro a toda persona q11ecareciese de propiedad 6 profesion, obligilndola en tal concepto a colocarse forzosamcntc al servicio cle un propietario, fuera cual fuese su sexo. y llcvan<lo en cada akaldia municipal un registro de Ios indivicluos asi calificaclos para vigilar su conducta.

Don Juan de la Pezuela ampli6 en I I de junio de 1849 cl bando de Lopez Tiaiios, imponiendo a los jornaleros agricolas una cartilla 6 libreta en la cual debian los propietarios, al tomarlos a su servicio, hacer constar el ingreso en la finca, Ios dias en que, voluntaria 6 involuntariamente se mantenian sin trabajar y la fecha en que terminaba el compromise; cohibiendose la traslaci6n del bracero a otra hacienda mientras no pagase sus deudas en la que

antes lo ocupara.

En aquellas libretas se registraron falsedades sin cuento y segt'.m declaraci6n oficial del general don Rafael Echagi.ie. en 14 cle noviembre de 1862 110 lrnbfa11 prcstado ning11n scr'i:icio a la C(lrrrcci611 de las cost11111brcs. En cambio. fucron instrnmento vejaminoso que aumento su potencia. al disponcrse en 1863 que las anotaciones de los propictarios hicicran fc en jnicio contra los jornaleros.

EL MILITARISMO

Y SUS EFECTOS

247

Los esclavos.-El gran filantropo ingles Guillermo Wilberforce, combatiendo por mas de veinte afios en el parlamento el inmoral comercio de carne humana practicado en Africa por sus compatriotas, habia obtenido al fin en 18o6 un acta legislativa, prohibiendo a los ciudadanos de la Gran Bretana el ejercicio de la trata, clasificada en 1811 entre los delitos de traici6n y considerados poco despues come piratas cuantos la practicasen furti vamente.

Restablecido en su trono don Fernando septimo, acepto en 1814 las imposiciones abolicionistas de Inglaterra y por real cedula de 9 de diciembre de 1817, se fij6 come plazo improrrogable para terminar la exportaci6n de bozales en las costas de Guinea, el 30 de mayo de 1820.

El plazo se extingui6 y la introducci6n de bozales continu6 en Puerto Rico. En 1820 existian en toda la isla 21,730 esclavos solarnente, y en 1828 arrojaba el censo oficial una cifra de 33,876 que en el afio 1834 subia a 41,818 y presentaba en 1843 un total excedente de 50,000.

El movimiento demografico natural no alcanzaba a j ustificar ese incremento, que cort6 al fin energicamente el conde de Mirasol,. en 1814.

La trata concluy6 en Puerto Rico, salvo alguna intentona sorprendida aii.os mas tarde ; pero aun debia mantenerse por mucho tiempo la esclavitud, que Inglaterra, insistiendo en sus prop6sitos redentores, aboli6 en todas sus colonias desde 1~ de agosto de 1838. Los efectos de tal medida se de j aron sentir en todas las Antillas y en 1843, sublevados los esclavos de varias haciendas en Toabaja, acudi6se a las milicias para subyugarlos, fusilandose sin contemplaciones a los cabecillas mas caracterizados.

El C6digo negro.-En mayo de 1848 promovi6se un alzamiento general de esclavos en Santa Cruz, y el general Prim, al auxiliar con 500 infantes, 2 piezas de artilleria y

HISTOlUJ\

DE PUERTO RICO

una seccion de obreros minadores a las autoridades danesas, temiendo que repercutiese aquel movimiento en Puerto Rico, public6 un banclo en que se sometia a la rapida acci6n de los tribunales militares todas las faltas y delitos cometidos por las gentes de color, libres 6 esclavas, autorizandose al amo para dar muerte por su propia rnano al esclavo que se le rebelase. Por virtud de este bando, llamado el "C6digo ncgro," foeron fusilados en Ponce, el 29 de julio de r848 1 tres esclavos de un ingenio, acusados de rebeli6n por sus compafieros y el 25 de agosto recay6 sentencia inexorable sobre otros tres negros de Vegabaja, a quienes se imputara igual delito.

Doh Juan de la Pezuela suspendi6 en 28 de noviembre la aplicaci6n de aquel terrible c6digo y trat6 ademas de suavizar los castigos, reduciendo a veinticinco azotes por tanda los centenares que solian aplicarse; tas6 en veinticinco pesos macuquinos la redenci6n en la pila bautismal clel esclavo recien nacido; estableci6 el derecho de coartaci6n; mantuvo a los sindicos de los municipios en el cargo de procuradores de los esclavos ; e intent6 dignificar las uniones sexuales en Jos ingenios, con el matrimonio can6nico, olvidanclose de que la patria potestad, que constituye un derecho, no puede coexistir con la servidumbre.

Impotentes fueron esas medidas para contener los des6rdenes e inmoralidades de los ingenios, donde el amo obraba a su antojo, sirviendo de estimulo laborioso el foete, la tralla infame que cortaba las carnes y en muchas ocasiones produjo la muerte.

El Colera morbo.-El IO de noviembre de 1855 sorprendi6 a los puertorriquefios la aparici6n en Naguabo de esta terrible enfermedad, que no se observaba en aquellos mementos, en ninguqa de las islas vecinas.

EL MILITARlSMO

Y SUS EFECTOS

2 49

Pocos meses antes, una sedici6n del batall6n de artilleria que ocupaba el castillo de San Cristobal habia puesto en grave peligro la ciudad y a causa de aquel movimiento fue relevado el capitan general don Andres Garda Camba, por don Jose Lemery a cuyas severas gestiones para restablecer la disciplina militar se agregaron las preocupaciones que traia consigo el azote epidemico.

El c6lera se comunic6 de N aguabo a los clistritos del norte, con mortal violencia. En Caguas fue tal el panico producido, que los cadaveres quedaban insepultos por falta de enterradores. Lemery se traslad6 a aquella poblaci6n, consiguiendo levantar con su presencia y sus disposiciones, el espiritu de los vecinos.

Detuvose el azote en Carnuy, en los primeros meses de 1856, dando motivo a que muchas familias refugiadas en Curazao y Santomas, regresasen a sus hogares; pero la enfermedad reapareci6 subitamente acompaiiada <le la viruela, siguiendo de pueblo en pueblo, por el oeste y el sur, destructora marcha.

Dificil es apreciar con e:·actitud la mortandad ocurrida, pues con objeto· de evitar la traslaci6n de cadaveres a largas distancias, se improvisaron cementerios en las haciendas .y barrios rurales, sin otra fiscalizaci6n que la vecinal; sin embargo, las cifras oficiales c:.cusanuna merma total de 30,000 habitantes, la tercera parte esclavos.

Sistema tributario.-Es indudable que bajo aquel regimen restrictivo, la producci6n territorial, reducida en terminos casi absolutos a la industria sacarina, elev6 considerablemente sus cifras. Y solo asi hubiera soportado el pais un presupuesto de gastos que en 1850 sumaba 1,665,588 pesos y en ascenso constante lleg6 en 1865 a 3,125,770 pesos, de estos, aplicados a guerra y marina 1,516,133, casi la mitad y a fomento 183,972 solamente.

ITISTORIA OE PUERTO RICO

Ademas cubrian los vecinos otro presupuesto local que sumaba un nuevo egreso de 6oo,ooo y las vias publicas tenian por base la prestacion personal, impuesta lo mismo al propietario que al jornalero y elevada en conjunto a 300,000 pesos mas, lo que ofreda un computo de cuatro millones de gastos en una poblaci6n de 6oo.ooo almas.

Ilien hubicran querido los hacendados reducir cse cupo; pero el derccho de peticion no podia ejercitarse por mas de tres personas sin incurrir en la tacha de sedicioso. y el de reunion, indispensable para establecer un acuerdo, solo se dejaba practicar libremente en las iglesias y velorios <ledi funtos. En todo otro caso debia solicitarse permiso, con exposicion de motivos, y hasta los bailes y diversiones familiares intimas se sujetaban a ese requisito.

Centralizaci6n absorbente.-EI regimen militar subclividio las 67 poblaciones en siete comandancias militares cuyas cabeceras correspondian a Bayamon, Arecibo, Aguadilla, l\fayagi.iez, Ponce, Guayama y Humacao, comprendida en esta ultima la isla de Vieques, donde se fund6 en 1843 el pueblo de Isabel IT. Fortificada y guarneci<la militarmente dicha isla por el conde de Mirasol, fue nombrado gobernador Ur. Teodoro Le Guillen, uno de los extranjeros alli domiciliados a quien se concedieron honores de teniente coronel por asimilaci6n al metodo central.

En marzo de 1850 organize Pezuela la administraci6n municipal. creando corregimientos y alcaldias de primera y segunda clase. Los corregidores eran de libre eleccion gubernativa y en las comandancias rnilitares se unian aml>os cargos: los alcaldes y los secretarios formaron lo que se llam6 "carrera civil," ascendiendose de uno a otro puesto por cscalafon; pero, en la gencralidad de los casos ascensos y traslacion no tuvieron otra norma que la voluota<l <lei capi tan general. En San Juan, Mayagiiez y

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SUBDIVISIDKDEPARTAMENTAL

EL M]LITARlSMO

Y SUS EFECTOS

Ponce y posteriormente en San German, se establecieron ayuntamientos cu yos regidores designaba el gobierno, y en las otras localidades funcionaban juntas municipales formadas por el cornandante de armas, el receptor de contribuciones, el subdelegatlo de marina, dondc lo habia, el cu:-a parroco y cuatro hacendatlos elegi<los gubernativamente, lo mismo que los dos sfoclicos.

Es decir, que el mecanismo municipal tenia por resortc la voluntad del jefe militar reprcsentado en los <lislritos por el corregidor 6 alcalcle, foncionarios armadas con un procedimiento que se Ilamaba ei:pedientc gubernativn reservado, sugerido muchas veccs por inAuencias malsanas.

Favorecidos con ta) anna aquellos corrcgidores, almsaron de la paciencia popular y cuando se reunian trcs vecinos para suplic~r al arbitro de la colonia un poco de cornpasi6n, ya que no de justicia, se somctia el suplica.torio a informe de! mismo funcionario que lo motivaba, concluyenclo al fin por advertirse. en la Gaceta oficial. quc no ser,a atendida por la secrctaria de gobicrno ninguna queja contra los alcaldcs, que no se cursasc por ellos mismos.

La ley del capricho.-El discrecionalismo de aquella gobetnaci6n sometia a oscilaciones constantes la mitquina administrativa.

Don Santiago Mendez de \·igo crc6 en 1841, con cl aux-1li0 de todos los <listritos rnunicipales, una Casa de Beneficencia <lonrle albergar huerfanos y clementes y sus sucesores convirtieron, en 1846 y 1847, el caritativo asilo en Casa de Rccl11si611Ge,zeral.' necesario £ue aguardar a que el criterio de nuevos gobernadores apartase la carcel <leihospicio.

El propio Mendez Yig-o, para favorcccr el renaci-

RISTORIA

DE PUERTO RICO

miento de Mayagiiez, destruido casi en absoluto por un incendio el 2 de febrero de 1841, clausur6 el antiguo y muy frecuentado puerto de Caborrojo, sin respeto a los intereses mercantiles creados legalmente. En 1848, don Juan Prim, complaciendo a la colonia catalana de Cahorrojo, que le tribut6 honores triunfales en su visita, rehabilit6 el puerto clausurado y un afio despues restablecia don Juan de la Pezuela el inconcebible dec re to de Mendez Vigo.

El conde de Mirasol acogi6 en 1844 un proyecto, sugerido a la Sociedad Econ6mica por el can6nigo don Rufo Manuel Fer• .r~ nandez, para esta,..::,f; -,; blecer un colegio yL~ preparatorio de carreras cientificas EL GE~ERAL M~NoEz v100, FUN DA DOR oE y don Juan de la LA "CASA DE BENEFlCENClA." Pezuela anul6 ese prop6sito en 1848, ordenando la devoluci6n de 30,000 pesos recogi.dos para su realizaci6n. Por cierto que Pezuela, sin aguardar a que lo rectificase algun sucesor, organiz6 en 22 de marzo de 1850 la ensefianza publica, someti6 a oposiciones la provision de maestros, inspeccion6 personalmente, caso inusitado en el pais, las escuela,sde todos los municipios y cre6, por ultimo, una Academia Real de Buenas Letras, extinguida al ausentarse su fundador.

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EL MLLITARlSMO

'i SUS EFECTOS

253

Fu.silamiento de " El Aguila."-El I 5 de diciembre de 1847 tom6 posesi6,n de la capitania general don Juan Prim, acogido meses despues en toda la isla con un desbordamiento de festejos que no contuvo la cuaresma, celebrandose en toda ella bailes, comedjas y banquetes que se prolongaron en Arroyo has ta el j uevcs santo.

Al visitar Prim el presidio, poco despues de su arribo, llam6le la atenci6n un penado, blanco de color, recargado extraordinariamente de grillos y cadenas. Aquel era un temible cuatrero de Caborrojo, Jose Ignacio Avila, a quien le viniera de su apellido, incorrectamente pronunciado, el apodo A'guila con que se le designaba vulgarmente.

Ordenanza urbano de la tenencia a guerra en su pueblo natal, antes de su primera condena, dieronle tanto nombre sus amenazas a los ganaderos, como sus ardides para escapar de prisiones y mofarse de vigiJancias, extendiendosele la pena primordial, con las deserciones y reincidencias, a un plazo interminable. Ofreci6le el conde de Reus aliviarlo de hierros si le promet'ia no fugarse otra vez.

•· Pero ten entendido le dijo, quc si 111cc11ganaste hago pegar cttatro tiros." Y el Aguila, dando mucstras de-reconocimiento, prometi6 no apartarse de la ciudad, mientras su favorecedor ocupase la Fortaleza.

El 27 de febrero de 1848 dej6 Prim la Fortaleza para recorrer la isla y veinte dias despues entraba en Caborrojo con gran sequito.. Entre el estrepito de las musicas, vitores y repiques de campanas, llegaba a la agolpada muchedumbre de curiosos el anuncio de la vuelta de el Agni/a y a la manana siguiente no apareci6 en la cuadra, iluminada toda la noche y vigilada por centinelas, el caballo favorito del general.

Ha116sepronto la cabalgadura, sin dafio alguno; tuvose aquella substraccion como una travesura del cuatrero para

HISTORlA DE PUERTO RICO

demostrar al general su destreza ; pero Prim no modific6 su amenaza. Habia ofrecido fusilar a el Aguila y lo fusil6 el 3 de abril, un dia despues de su captura.

La Audiencia protest6 contra aquella arbitrariedad ; Prim esgrimi6 contra la Audiencia sus facultades omnimodas. El tribunal pidi6 amparo al poder soberano en cuyo nombre administraba justicia, y el 14 de julio puso dona Isabel II su firma al pie de un decreto, substituyendo con el general Pezuela al conde de Reus.

AR1'ILLERO

DEL FIJO

A MEDIM>OS

DEL SlGLO XIX.

CAPITULO ABOLICIONISTAS

Xt'XIV Y SEPARATISTAS

Impopularidad de Pezuela.-Las :' carreras de San Juan" dejaron en 1753 triste recuerdo. Bajando un grupo de ginetes la cuesta del convento, en.direcci6n a la muralla, desboc6sele al joven Don Baltasar :Montanez el caballo que montaba, estrcllandose, caballo y caballero. en el hondo precipicio donde hoy se extienden las dependeacias del presidia. Por consecuencia de aquel suceso cerr6se la calle con una capilla abovedada, que se apoy6 en la muralla y se dedic6 al Santo Cristo de la Sa/1td.

Redujose desde entonces la diversion hipica a mas ordenadas condiciones, hasta que sobrevino el licencioso periodo de 1824 a r837. Rcnovados los escandalos nocturnos, Pezuela cort6 de una plumada aquel desorden, prohibiendo las carreras, y el pueblo. que no habia protestado de las libretas, se desat6 en murmuracioncs.

El discurso de aptrtura de los tribunalcs de j usticia, el 2 de enero de 18.,i.9,caus6 aim peor efecto que la prohibici6n de las carreras. Pezuela, describiendo el sensualismo de las costumbres, a la vez que atac6 las cabalas curialescas que propendian al encubrimiento de actos inmorales, y la debilidad de los que aceptaban remuneraciones pecuniarias en compensacion al deshonor, fustig6 la indiferencia egoista de ciertas genles, que con someter a la mas estricta correcci6n sus actos personales, creian cum255

HISTORIA

DE PUERTO

RICO

plidos todos sus deberes con una sociedad que "abrigaba en st-t,seno una gencraci6n vaga-bimda, sin fe, siti religioti, sin, pensamiento."

• Restricciones de la prensa.-Que Pezuela no atribuia la corrupci6n de costumbres a toda la sociedad puertorriquefia, bien lo demostraba al quejarse de una parte de ella, solamente. Perot que influencia mayor podia haber, que la de esa correcci6n ejemplar? Si la prensa peri6dica hubiese ofrecido campo a la propagaci6n de ideas regeneradoras, no hubieran faltado expositores, mas t como habia de pedir garantias el pensamiento cuando no las lograba la voluntad ?

El "Bo/etfn 1\1erca11til,, fundado en 1839 por don Florentino Gimbemat, bajo los auspicios de una junta de comercio, mud6 presto de propietario y de caracter, constituyendose en 6rgano oficioso de los capitanes generates.

En 1~de junio de 1848 comenz6 a publicarse en Mayagiiez " El lniparcial," que vivi6 i cincuenta dias ! A don Juan Prim no le hizo gracia su imparcialidad y la extingui6 el 20 de julio.

En 1854 <la.basea luz " El Ponceii.o,"con pujos literarios que le causaron la muerte. Acogi6 en sus columnas un canto epico titulado Agu.einaba el bravo-, nornbre atribuido al caciq~ insular rebe1ado en r5u, a quien, en una arenga, le acomod6 el autor, don Daniel Rivera, estos versos: " qne parta a Espana el que naci6 en Espana y deje aqni, de susto y pena exento, al qne le capo este jardln por cnna baiiado en suave hamaca por la Inna."

Cuando la censura no admitia las palabras tira1iia, despotismo, indepen,dencia., &~, oyendo indirectas en todas ellas, mal habia tje aceptar unas frases tan maliciosas. " El P011ce11o " rnuri6 por mandamiento de justicia.

A.BOLICIONlSTAS

Y SEPARATISTAS

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La rigidez gubemativa no contuvo a escritores y periodistas, llegando a ocho el numero de peri6dicos que se

"EL

PONCE!itO," DENUNCIADO EN 1854.

publicaban en 1865; pero ya puede juzgarse de la eficacia de su labor, al considerar que estaban sujetos a la censura

FIISTORIA DE PUERTO RICO

previa de la secretaria de gobierno, hasta los articulos reproducidos de periodicos de la metr6poli, siendo forzoso un dep6sito de mil pesos para responder a las multas, exigiendose adernas al editor, responsabiHdad personal por los trabajos de co1aboraci6n.

Desarrollo intelectual.-Vano era el empefio de sofocar las manifestaciones del pensamiento cuando se abria ancha puerta a la comunicaci6n universal de las ideas, por Santomas, que facilitaba el contrabando de libros y por Ios Estados Unidos e Inglaterra, cuyos buques, en solicitud de azucar y miel, recorrian todo el litoral, conduciendo peri6dicos, revistas en ingles y en espafiol, y manteniendo correspondencia epistolar donde palpitaba la actividad intelectual del mundo culto.

De Ios colegjos privados y de las escuelas publicas surgia una juventud inteligente que ingresaba en el profesorado, acudia a Nueva York a ejercitarse en practicas mercantiles 6 marchaba a Europa, a obtener, con el doctorado en medicina 6 la licenciatura en derecho, un acopio de principios racionales y equitativos.

Desde octubre de 1841 se habia establecido en la capital una Real Subdelegaci6n de Farmacia, que proporcion6 nueva carrera profesional a la juventud y cauce de difusi6n a las ideas. En las tertulias nocturnas formadas a las puertas de las boticas, discutianse sin embozo asi las arbitrariedades gubernativas como los actos politicos de mayor resonancia en todo el orbe.

Chispazos abolicionistas.-En marzo de r86r ocup6 la presidencia de los Estados Unidos eJ insigne abolicionista Abraham Lincoln, produdendose una guerra desastrosa, por empefiarse los Estados del sur en impedir la redenci6n de sus -esclavos. Aquel movimiento activ6 en Puerto Rico las propagandas aboliciorustas que

AliOLICIONISTAS

Y SEPARATISTAS

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tuvieron en don Segundo Ruiz Belvis y en don R. Emeterio Betances, dos eficaces ap6stoles.

Abogado el primero, hijo de Hormigueros y miembro de distinguida familia, insta16 su bufete en Mayagiiez, al regresar de Espana en r86o, y elegido sindico de! ayuntamiento, aplic6 toda la energia de su impetuoso caracter al servicio de los inf elices siervos, persiguiendo la sevicia desbordada en algunos ingenios.

Betances, nacido en Caborrojo, de padre dominicano, hacendado como lo era el de Ruiz Belvis, desde su regreso de Paris en 1855 revel6 sus sentimientos caritativos, ganandose entre las RU1Z DELVIS. clases desheredadas de Mayagiiez, donde fij6 su residencia, envidiable 1)0pularidad. Abolicionista acerrimo, ocurri6sele reducir el numero de esclavos utilizando las ordenanzas de Pezuela y su palabra persuasiva hallo rescatar, en la fuente bauproselitos que le ayudaron tismal, negritos recien nacidos.

La guerra en Santo Domingo.-El 18 de marzo de ' 1861, la bandera republicana de Santo Domingo cedi6 el puesto a ·Ja espafiola en las fortalezas de aquella isla, y el 16 de junio declare el gobierno de dona Isabel 2~, reinla monarquia el territorio insular segregado corporado en 182r.

Los dominicanos, al sentir los bandos militares, tribu-

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JJISTORIA DE PUERTO RICO

tos y me<lidas coercitivas que los asimilaban a la administraci6n cubana y puertorriquefia, tuvieron motivo para sospechar que detras irian las libretas y los esclavos y sublevandose contra aquella dominaci6n irreflexiva, mantuvieron durante cuatro anos una guerra tenaz, en la que se auxili6 Espana con tributos y milicias de Puerto Rico; pero man ifestandose en est a isla y especialmente en Mayagiicz, determinadas simpatias por los rebeldes.

Con tales accidentes y la cizaiia constante de los esclavistas, se imagin6 una revoluci6n para la cual se daban como practicados varios alijos de armas que nunca parecieron, decretando por ultimo el general Messina, en diciembre de 1864, la remision a Espana, bajo partida de registro, del comandante don Luis Padial y Vizcarrondo, puertorriqueno valeroso, que herido en Puerto Plata, se habia trasladado a su BETANCES. pais, solicitando curacion y al que se atribuia la nirecci6n militar del levantamiento.

El 7 de enero de 1865 termin6 aquella situaci6n, al acordar las cortes espaiiolas el abandono de la isla reincorporada, acogiendose en Puerto Rico tal resoluci6n con murmuraciones desfavorables para la metr6poli.

ABOLlClONlSTAS

Y SEI'ARATISTAS

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Informacion ref ormista.-La aplicaci6n de un regimen mas expansive en las Antillas, recomendado por el duque de la Torre. capitan general de la isla de Cuba. era tanto mas necesaria cuanto que al deplorable efecto causado en la opinion por el abandono de Santo Domingo, se agregaba el termino de la guerra civil en los Estaclos Unidos, coronado con el triunfo de las ideas abolicionistas. Don Antonio Canovas del Castillo, ministro de Ultramar, present6 ala firma de dona Isabel II, en 29 de noviembre JOSE JULIAN ACOSTA. de I 865, un decreto llaman<lo a Madrid comisionados de Cuba y Puerto Rico para iniormar al gobierno acerca de las !eyes especiales prometidas desde 1837, y el 30 de octubre de 1866 se abri6 la informaci6n. representando a Puerto Rico don Jose Juljan Acosta, por la capital, don Segundo Ruiz Belvis por Mayagiiez, don Francisco Mariano Quinones por San German y don Manuel F. Zeno y Correa por Arecibo. El criteria de Acosta ( 22) no discrep6 del de Ruiz Belvis al apreciar la abolici6n de la esdavitud como base capital de las reformas insulares y conforme Quinones con aquel parecer, manifestaron los tres, por escrito, que "partiendo el interro~atorio a que se les sometia de la existencia de la esclavitud y tendiendo a conservarla definitivamente, se abstenian de contestar en ningun sentido." '' Aspiramos," anadian, " 6 la abolicion en Puerto

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HIS'fORlA

DE PUERTO RICO

Rico, de la esclavitu,d, y la pediinos con indet1inizaci6n 6 sin ella, si ofra cosa no fuese posible; la abolicion sin, reglamentacion de trabajo o con el/a si se estimase de absoluta 11ecesidad."

La resuelta actitud de aquellos tres hombres, dos de los cuales eran propietarios de esclavos, produjo extraordinaria sensaci6n, acudiendo los esclavistas de la isla a redactar exposiciones encaminadas a combatirlos y negando la capitania general permiso para contraexponer en sentido antiesclavista, por considerarlo atentatorio a las instituciones.

Ociosa fue aquella labor. La junta informativa cerrc sus sesiones el 27 de abril de 1867, dandose el ministro de ultramar por enterado J agradecido de los informes. .A esto se redujo todo, regresando los comisionados a sus respectivos domicilios. {.. Destierros arbitrarios.El 7 de junio, pocos dias despues de la llegada de los co• Puerto Rico, misionados estal16 un motin militar, sofocado instantaneamente y que trajo por consecuencias el fusilamiento de un cabo de artilleria y el suicidio de don EL noCToa e-01co.

Nicolas Rodriguez de Cela, coronel de dicha arma.

Y con asombro general, vi6se al general Marchesi ordenar, sin previo procedimiento de j usticia, la traslaci6n a Espana del doctor Betances, de Ruiz Belvis, del doctor don Pedro Geronimo Goico, del doctor don Calixto Ro-

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Al!OLICICJKlSTAS

Y SEl'.\R,\TlSTAS

mero y Togores, de los hacendaclos don Jose de Celis Aguilera, don Vicente Rufino de Goenaga y don Julian E. Blanco, con obligaci6n de presentarse al ministro de ultramar en el termi110de dos meses.

Renovaronse al mismo tiempo en contra de la clase de color, las rudezas del Codigo Negro, haciendo aplicar pena de azotes a hombres de condici6n libre, por simples faltas de policia. El regente de la audiencia don Joaquin Calbet6n, combati6 aquel inhumano atropello; revolvi6se airado Marchesi, amenazando al magistrado con un viaje a Espana; pero Calbet6n mantuvo su actitud y pocos meses despues substituia al arrebatado gobernante el teniente general don Julian Pavia.

Conspiraciones.-Ruiz Belvis y Betances no acataron el mandarniento de l\Iarchesi. Furtivamente escaparon de Mayagiiez, intentando llegar a Santomas en un bote, quc por accidente peligroso se detuvo en Caja de muertos. De aquel islote los condujeron a Ponce varios amigos y en la hacienda de los hermanos Quinones permanecieron en Guanica,. hasta conseguir pasaje para los Estados Unidos en una goleta de Hali fax, cargada de azucar. EI 5 de agosto publicaron en The New York Herald una carta, manifestando "q1te consideraba11imUil gastar tiempo lrabajo y d1:neroen espcrar buena fe def gobierno espaiiol.

Y dirigiendose Ruiz Belvis a Chile, donde debia morir en breve y Betances a Santo Domingo, en solicitud cit: auxilios para obtener por las armas la independencia de su pais natal, comenzaron a extenderse por toda la isla sociedades secretas en conexi6n con aquel prop6sito. Los otros desterrados por Marchesi volvieron a sus hogares, por orden del ministerio <le ultramar, comunicada al general Pavia en 4 de enero de 1868.

Pavia encontr6 el pais en crisis. El 29 de octubre de

HISTORIA DE PUERTO RICO

I 867 caus6 grandes

dafios en todos los departamentos el furioso cicl6n llamado de San Narciso, siguiendole en 18 de noviembre un terremoto que derrib6 las casas de muchas haciendas y en la capital puso en fuga al vecindario, acampado al raso durante largos dias, en los terrenos de Puerta de Tierra. Concedieronse franquicias tributarias para aliviar los quebrantos materiales y se di-6 rienda a las diversiones para levantar el espiritu publico, sorprendido en septiembre de 1868 con la noticia de un movimiento insurrecional, cuyos jefes, despues de proclamar, el dia 23, en el pueblo de Lares, la independencia de Puerto Rico, celebrando un Te Dcum en acci6n de gracias, se dirigian a posesionarse del Pepino.

Aquel movimi~nto parti6 de la juntas revolucionarias que seguian las inspiraciones de Betances. pero su resoluci6n fue prematura, acogiendola el pais con una tranquiliclad rayana en indiferencia.

La revoluoi6n.-Casi toclos los pueblos se hallaban en e~ado indefenso; la policia rural no se conoda en el pais y la guarnici6n era tan corta, que para perseguir a los insurrectos hubo de recurrirse a las milicias, qne estaban poco rnenos que abandonadas : es asi que a haber terudo la insurrecci6n la trama y proporciones que se le atribuyeron, otro pudo haber sido su desenlace.

Segun se supo luego, habiase sorprendido el dia 20 de septiernbre en el Palomar, distrito de Camuy, al vecino don Manuel M. Gonzalez, reduciendolo a prisi6n despues de hallarsele pruebas acusadora-s de una conspiraci6n separatista, atribuyendose a este descubrimiento inesperado la precipitaci6n de aquella algarada, que termin6 el dia 24 en el Pepino, al anuncio de que llegaban fuerzas militares de Aguadilla. Presos los principales insurrectos, insta16se en Ponce un consejo de guerra que condeno a muerte

ABOLlCIONISTAS

Y SEP.\RATISTAS

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en 17 de noviembre a siete cabecillas, y en Arecibo se constituy6 un juez especial que atest6 la ca.reel de presos y foe necesario habilitar local para depositarlos y detener algunos en Aguad.illa, desarrollandose una epidernia de fiebre amarilla que produjo entre ellos setenta y nuevc victimas.

Pero toda aquella agitaci6n se calm6 repentinamente.

El 17 de septiembre, una revoluci6n iniciada en el puerto de Cadiz, puso fin al reinado de dona Isabel II y el 10 de octubre, un manifiesto de don Carlos Manuel de Cespedes anunciaba en Yara la insurrecci6n de Cuba.

El general Pavia public6 el 30 de octubre las noticias recibidas de Espana; un eco de jubilo reson6 en Puerto Rico; a cornpas del himno de Riego se quemaron en la plaza de Caborrojo las libretas que se habian macheteado en Lares al grito de ;-;_,j,z.iaPue·rto Rt"coLibre!; las carceles se abrieron, y los condenados a muerte, induJtados primero, obtuvieron meses despues amplia amnistia .

.NOTA

N um. 22. Don Jose Julian Acosta y don Roman Baldorioty de Castro, j6venes estudiantes que distinguiera con su predilecci6n el benemerito sacerdote don Rufo Manuel Fernandez, patrocinando SU traslaci6n Espana para cursar la carrera de ciencias, regresaron al pais en mayo de 1853, con sus estudios terminados, aplicando desde luego sus aptitudes y conocimientos, en beneficio de la cultura insular. Las ideas liberates que Jes inculcara su sabio protector, fortalecidas con el estudio y la observaci6n, los colocaron a su llegada y los mantuvieron h~sta su muerte a la cabeza de los hombres progresistas de Puerto

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HISTOR1A

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RICO

Rico, ejerciendo con la persuasion de su palabra, la dignidad de su caracter y la correcci6n de sus costumbres, sana y provechosa influencia en la orientaci6n politicosocial de sus compatriotas.

EI informe de Castro combatiendo la introducci6n de coolies, solicitada con gran empeno por algunos hacendados, constituy6 un triunfo para su autor, que consigui6 evitar al pa1s una nueva perturbaci6n econ6mica; pero el impugnador descubri6 al abolicionista destinado al Calvario por los negreros, con el -inriinfidente.

El viciado y artificioso mecanismo econ6micoadministrativo de la colonia, fue combatido por Acosta en 1866, a despecho de la censura, por medio de aootaciones a la Historia de Puerto Rico de! padre Abbad, que acreditaron la competencia del anotador y la sutil perspicacia de su talento.

CAPITULO

XXV

m: LARES AL ZANJ6N Medidas represivas.-El poder ejecutivo constituido en Espana a consecuencia c.lela revoluci6n de septiembre, substituy6 al circunspecto general Pavia, por don Jose Laureano Sanz, quien despues de autorizar, en 8 de enero de 1869, la amnistia de ios procesados, formul6 contra su predecesor severe!. cargos, por no haber declara<lo al pais en estado de guerra; someti6 a un expe<liente secreto £~ Acosta y Baldorioty de Castro, separandolos de sus catedras en la Sociedad Econ6mica; hizo blanco de sus arbitrariedades a varias personas respetables y mantuvo en inquietud alarmante a todo el pais. hacienclo cletener y conducir a la Fortaleza vecinos de todos los clistritos, para darse el placer de denostarlos, amenazandolos con fusilamientos y deportaciones a Fernando Poo. Con gusto se le vi6 implantar la comunicaci6n telegrafica entre las principales poblaciones, dando cima a un proyecto que se hallaba en tramitaci6n a su llegada, mas no pudo aplaudir.sele la creacion de un cuerpo de guarclia civil, con soldados de infanteria bisofios, que desconociendo el espiritu y las reglas de a(]uella instituci6n, proclujeron disgustos constantes.

Bajo el gobierno de Sanz crecieron las demasias de los corregidores y alcaldes, subiendo de punto en Maya267

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HISTORIA

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giiez la esteril rigidez <lei co!onel Balboa. quien a pesar de haberse rodeaclo de un centenar de esbirros militares, no se di6 cuenta del movimiento de Lares, hasta despues de iniciado. ni alcanz6 a advertir los estremecimientos del volcan que rugia a s11spies. Porque alli, en Mayagiiez. continuaba la propaganda revolucionaria agitada desde Santomas por Betances, cuyo plan de invadir la isla llegaba ya a redondearse con la obtenci6n de un emprestito garantizado por las rentas '9 de aduanas, mas el cambio de conducta en los hombres del partido radical, inclin6 los animos a padficas soluciones.

Diputados constituyentes.-En 31 de mayo de 1869, por decreto del poder ejecutivo, dividi6se la isla en tres circunscripciones, p a r a elegir once representantes en cortes, de los cuales, ROMAN nALUORioTv nr: c.:AsTRo. tres, don Luis Padial, don Jose Pascasio de Escoriaza y don Roman Baldorioty de Castro, fueron expresi6n genuina del voto liberal de sus compatriotas. Padial, con su natural fogosidad interpel6 energicamente al gobierno sobre aquella an6mala situaci6n en que se mantenia a Puerto Rico; Escoriaza, unido intimamente a Ruiz Zorrilla, uno de los caudillos revolueste los peligros que tal situacionarios, hizo presente ci6n ofrecia en mementos en que la revoluci6n separatista

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de Cuba ganaba terreno, y el gobierno ofreci6 aplicar a la colonia todas las libertades proclamadas por la revoluci6n. El general Sanz fue relevado en mayo de 1870 por don Gabriel Baldrich ; el pais reaccion6; restaronse elementos influyentes a la obra revolucionaria, pues que las liberta.des se obten.ian sin efusion de sangre y Betances hubo de interrmnpir su labor, aunque no sus prop6sitos, en los que persisti6 hasta morir, con firme consecuencia.

Las primeras reformas.-Con estricta imparcialidad m.antuvo Baldrich el derecho al sufragio en la elecci6n de la diputaci6n provincial, que formada por los hombres de mas prestigio en las filas liberales, ina11gur6 sus sesiones el 1° de abril de 1871.

Preparanclo la elecci6n de ayuntamientos, que no lleg6 a verificarse, hizo desaparecer los odiados corregidores, depositando acci<lentalmente la autoridad municipal en delegados de su confianza. Y rota la mordaza que contenia Ia emisi6n del pensamiento, fund6se en la capital " El Progreso,.'' peri6dico sostenido por las plumas de Acosta, Blanco y Morales, entre cuyos escritos doctrinales asomaban por intervalos la ironia volteriana de! doctor don Pedro Geronimo Goico 6 el sarcasmo demoledor del joven don Jose Gautier Benitez. En ayuda de" El Progreso" apareci6 en Mayagiiez "La Razon," redactada por Jose Ramon Freire, Bonocio Ti6 y Segarra y Jose Maria Monje, el caustico "Justo Derecho." Y no menos se necesitaba para con ten er las embestidas del "Boletin NIercantil," cuya antigua pasividad habia desaparecido al influjo de don Jose Perez Moris, periodista babil, polemista incansable, tan apasionado como agresivo.

Perez Moris habia figurado entre los reformistas de Cuba, de quienes reneg6 desde que estallara el movimiento de Yara. Llamado a ocupar un puesto en las oficinas de

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telegrafos de Puerto Rico, en ellas lo descubri6 el marques de la Esperanza, obteniendo su cooperaci6n para los trabajos de! partido fundado por aquel prominente puertorriqueno, que Ilamado primeramente liberal conservador, se apellid6 luego " espariot sin condiciones."

Fren:te a ese partido levant6se otro, llamado l£beral refor111ista, con la asimilacion politica a la metr6poli y la descentralizaci6n administrativa por dogma; partido confiado a fa direccion del doctor Goico. La lucha entre ambas agrupaciones fue reiiidisima. Unos y otros combatientes contaban con eficaces cooperadores en el parlamento y en la prensa espafiola ; pero al fin se abrio paso la justicia, cleclarandose, por una ley de 23 de junio de r870, libres todos los esclavos puertorriquenos mayores de sesenta afios y todos los nacidos desde el I 7 de septiembre de 1868, aboliendose los azotes, el cepo y toda pena corporal, y sometiendose a la inspecci6n de patronos el cumplimiento de estas 6rdenes.

Exasperados los conservadores con aquella derrota, hicieron blanco de sus iras al general Baldrich, promoviendole motines callejeros entre los soldados de artilleria, que se azuzaban contra el paisanaje de la capital, y casi rebelandosele los voluntarios, instituci6n creada despues de los sucesos de Lares, para garantizar el orden en las poblaciones y que transformada en arma del partido conservador, aspiraba a imponer su voluntad, parodiando los sucesos que en la Habana ocurrian. Baldrich, para contrarrestar el peligro, declar6 toda la isla en estado de sitio y esta medida, violenta e injustificada, precipit6 su caida.

El 27 de septiembre despedia el pueblo capitalefio al bravo general, que debia encontrarse en la metr6poli con la elecci6n del nuevo rey, don A.madeo I de Saboya, que se efectu6 el 16 de noviembre, y el asesinato del general

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Prim, presidente del consejo de ministros, perpetrado en una calle de Madrid, la noche del 27 de diciembre.

Las elecciones "pulidas."-Desde septiembre de 1870 a abril de 1873, sucedieronse en Puerto Rico cuatro gobernadores, producienclose con tal inestabilidad una serie de alternativas poHticas muy perturbadoras.

Don Ramon Gomez Pulido cohibi6 de tal modo la emisi6n del voto, ta]es instrucciones transmiti6 a los alcaldes, tal ingerencia di6 al ejercito en las elecciones y tantas y distinguidas personas llev6 a las carceles, que solo tres distritos lograron sacar a A.ate sus candidatos: Vega Baja, Ponce y Caborrojo.

Para coronar el exito intent6 el gobernador ejercer influencia personal en el escrutinio de senaclores, que se practicaba en la diputacion, pero hubo de estrellarse ante la entereza del presidente Quinones, no por correcta menos inflexible. Prornovi6 entonces a la corporaci6n varias competencias para esterilizar sus funciones, perdiendo el tiempo en ta! empeiio, pues el partido radical subi0 al poder en junio de 1872 y el general foe separaclo de su cargo.

Don Sim6n de la Torre.-Este anciano general convoc6 a nuevas elecciones en agosto de 1872 y come no se mostrase accesible a sugestiones antireformistas, comenzaron a sentirse los sintomas sediciosos de la epoca de Daldrich, circulando rumores persistentes sabre inteligencias concertadas entre los voluntarios y las fuerzas de la guarnicion, para obligar al general a que se embarcase para Espana. La Torre separ6 de su cargo al coronel jefe de estado mayor de la capitania general y relev6 a los comandantes departamentales de Ponce y Mayagi.iez y al primer jefe de) bata116n de Puerto Rico, todos de acentuada filiaci6n conservadora; guarneci6 los castillos con dotaciones

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HISTORII\

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de la marina de guerra; hizo enfilar los caiiones de San Cristobal contra determinados puntos de la ciudad y dej6 que el cuerpo electoral concurriese libremente a los comicios a ejercitar su derecho.

El resultado foe <lesastroso para los •· i11co1id£cionaJt,s," que en minoda, no po<lian veneer sin la coacci6n gubernativa y exasperados ~on aquella derrota, pusieron en juego sus influencias en Madrid, para conseguir, como se consigui6, la separaci6n de la Torre y su secretario don Jose Ayuso, llamados a Espaiia en ·• comision de servicio."

Los sucesos de Camuy.-El 5 de noviembre <le 1872 se embarcaron ambos funcionarios y el 4 de febrero subsiguiente se anunciaba en la Gaceta la toma de posesi6n de la capitania general por don Juan Martinez Plowes, sorprendfrlo a1 dia siguiente con la noticia de un sangriento motin en Camuy; hecho aislado y de caracter especialisimo, que la voz popular calific6 cle amafio politico.

Abolici6n de la esclavitud.-Cinco dias antes de los sucesos de Camuy, hab1a abdkado la corona don Amadeo 1, y rennidas las dos camaras cle representantes en asamblea nacional, proclam6se el 11 de febrero de 1873, la rept'.1blicaespaiiola. EI 22 de marzo, al disolverse esa Asamblea, vote por nnanimiclacl la abolici6n de la esclavitud en Puerto Rico, autorizando un emprestito de treinta y cinco millones de pesetas para indenmizar a los duefios expropiados, con la garantia exclnsiva de las rentas publicas insulares, fijan<lose en los presupuestos sucesivos 3,500,000 pesetas anua1es hasta amortizar la deuda y sus intereses. Los libertos qned.aron obligados a contratarse con un propietario. durante cr~s atios. entran<lo de Ueno en el gocc de los derechos poliw:us al terminar el quinquenio.

La redentora nueva, transmitida por el cable submarine,

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produjo una explosion de jubilo, confundiendose la satisfacci6n de los redimidos con la generosidad de la masa contribuyente que no poseia esclavos y acept6, sin dejo de protesta, el gravamen tributario que la indemnizaci6n imponia. El orden en toda la isla fue perfecto y aun en los ingenios donde la esclavitud se habia mostrado en todo su abominable horror, pudo observarse que ni una sola represalia mancho la limpidez de aquella pagina hist6riqi, en que se registrara la restituci6n de su libertad a 34,000 hombres.

Cua.I fue la influencia de la abolici6n en la vida agricola insular, lo dicen las siguientes cifras oficiales.

P!!ODl'CCl6:-:

EXPORTADA.

1864-.......

- . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . $4,965,382 1869........

- . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6,535,352 1874-........................ . . . . . . . . 7, u1,636 1879........

- . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . 10,946,268

El pavoroso problema econ6rnico quedaba resuelto victoriosamente.

La Republica.-En 25 de marzo de 1873 confi6se el mando de Puerto Rico a don Rafael Primo de Rivera, a quien correspondi6 autorizar la publicaci6n de la ley votada desde el dia 7 de noviembre de 1872, por la cual se hacia extensiva a la isla el t1tulo 1<? de la constituci6n de

1869.

Primo de Rivera recorri6 en triunfo la isla, saliendole al paso las masas populares para cubrirle el coche de flores, a los gritos de iviva Espana! iviva la republica! a cuyas manifestadones respondia el general en un lenguaje desusado hasta entonces en la colonia.

La prensa reaccionaria rugia de coraje, pero el partido, no atreviendose a renovar los procedimientos subversi-

HISTORIA

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vos, ape16 al retraimiento, aguardando el desarrollo de los sucesos. En cambio, los liberales, contra la opinion reflexiva de Acosta, que los presidia) dieron a su agrupaci6n nombre y caracter republicanos, adquiriendo gran desarrollo sus 6rganos en la prensa.

Con gran entusiasmo se celebraron las elecciones para diputados constituyentes y provinciales y en agosto se plante6 la ley municipal, casi auton6mica, procediendo los ayuntamientos de nueva creaci6n a eliminar gastos superfluos, a fundar bibliotecas publicas y a amparar al clero parroquial, cuyas dotaciones habia eliminado el estado, de sus cargas. Y aun fue mas alla la obra regeneradora. El obispo don Fray Pablo Benigno Carrion, que debia dejar recuerdo perdurable en el Colegio de Parvulos, habfa confiado, desde agosto de 1858, a los padres de la Compaii.ia de J es{ts, la direcci6n del Seminario Conciliar, transformado por ellos en colegio de segunda enseii.anza, y el partido republicano, deseando apartar de los metodos eclesiasticos la <lirecci6n de la juventud, dispuso que se instalase, con sujeci6n a la Ley de instrucci6n publica vigente en la metr6poli, un Institute Civil, inaugurado el 1~ de noviembre de 1873, teniendo por director a don Jose Julian Acosta.

El golpe de estado.-Toda aquella labor fue esteril El 2 de enero de r874 abandonaban los diputados constituyentes en Madrid el palacio de las cortes, invadido por fuerzas de la Guardia Civil y la republica espanola se desplomaba al impulse de un general rebelde. Organizado provisional gobierno que presidi6 don Praxedes Mateo Sagasta, substituy6se a toda prisa al general Primo de Rivera por don Jose Laureano Sanz.

Sanz disolvio, sin perdida de memento, la diputaci6n provincial y los ayuntamientos; pero ciudandose de resta-

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blecerlos con individuos del partido incondicional. Confundidos entre estos resulto nombrado para la diputacion el doctor don Francisco Jorge Hernandez, anciano medico, de caracter independiente, quien se nego a la acceptacion, porque " ni su conciencia ni sus principios le permitian autorizar los actos inconsiderados que estaban cometiendose."

Esta fue la t'.mica protesta que se formulo en el pais. El partido reformista local, al que los impulses de asimilacion a la metropoli habian transformado en republicano, abolida la republica, se extinguio en silencio y suspendidas las garantias, constitucionales y restablecida la censura, desaparecio la prensa liberal.

Solo quedo el rr Boletin Mercantil," exeOFlCIAL DE MILJCIAS. crando a los reformistas y recogiendo en sus columnas protestas de adhesion al salvador de Puerto Rico.

Muchas personas abandonaron el pais, destruyose de una plumada el Institute Civil, y se extinguieron las milicias disciplinadas, a pretexto de haber figurado en el motin de Lares dos de sus oficiales.

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111::iTOlHA IJE l'UEl<TO

RICO

A tal grado se elev6 el impetu reaccionario, que la diputaci6n provincial, presidida por el marques de la Esperanza, se atrevi6 a proponer la reglarnentaci6n del trabajo obrero, lo que impljcaba un retroceso hacia las libretas • pero el Consejo de Estado en 27 de octubre de 1874, echo por tierra tal pretension, manifestan<lo que en Puerto Rico seguia vigente el titulo I~ de la constituci6n de 1869, y las Ieyes fundarnentales no podian desvirtuarse por reglamentos.

Restauraci6n .monarquica.-Al golpe de estado del general Pavia, sigui6 el pronunciamiento del general Martinez Campos, en Sagunto, proclamandose rey al hijo de dona Isabel II, con el nornbre de Alfonso XII. Convocado el cuerpo electoral puertorriqueiio a elecciones para diputados constituyentes. la gran mayoria liberal perrnaneci6 indiferente.

1\1arch6se al fin Sanz, sucediendole don Segundo de la Portilla, a quien le parecio bien dejar que el marques de la Esperanza, de~de su presidencia de la diputaci6n, continuase manejando las alcaldias, e influyendo en los centres oficiales superiores, en pro de su comuni6n ; pero las relaciones sociales se suavizaron algo y aunque el elemento liberal continu6 retraido y silencioso, aparecieron peri6dicos coma "El Agentc,,, funclado en la. capital por don Felix Padia1: en l\Iayagiiez, •••La Prc11sa,"obra de don Antonio Ruiz Quinones y •· La Cronica" de Ponce, propiedad de don Ramon Marin ; dedicados todos eUos exclusivamente a dt>fc11dcrlos intercses materiales y a cultivar la amena literatura.

Paz en Cuba.-Asi corrieron los dias, hasta que cansados los cubanos por diez afios de sangrienta lucha, aceptaron las proposiciones de paz del general Martinez Campos, firmandose en febrero de 1878 el pacto de! Zan-

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AL

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jon, en cuyo articulo 1~ se estableci6 la " Concesion a la isla de Cuba de las mismas condiciones pol{ticas, organicas y admi1iistrativas de que disfrutaba la isla de Puerto Rico."

Este articulo se invirti6 en su aplicaci6n. Los derechos de que disfrutaba,i los puertorriqueiios se hallaban en suspenso: en Io sucesivo no se volvi6 a legislar para Puerto Rico. A los puertorriqueiios debia hacerse extensivo lo que a los cubanos se concediese.

CAPITULO OLlGARQUiA-EL

XXVI

PARTIDO

AUTONOMISTA

Los Jesuitas.-El 30 de noviembre de 1871 a consecuencia de un vuelco del carruaje en que viajaba, muri6 en Fajardo el obispo Carrion, ocupando la sede, en mayo <le 1875, don Juan Antonio Puig, diputado en las constituycntes de 1869, por los sufragios del parti<lo conservador, quien no hubo de mostrarse, en sus funciones episcopales, muy complaciente con sus electores. Para favoreccr a los hijos de Loyola, que ocupaban el Seminario Concil.iar, habiase clausurado el Instituto Civil,; el nuevo obispo exigi6 el desalojo <lei edificio eclesiastico, erigido para formar sacerdotes y no para fomentar carreras civiles.

La Diputac.ion alberg6 el colegio de San Ignacio en el propio e<lificio en que celebraba sus sesiones y vot6 en seguida la construcci6n en Cangrejos, de un palacio con parque y capilla anexos, para que los padres pudiesen ejercer c6modamcnte el magisterio. Y fin de facilitar la translaciim cliaria cle los alumnos externos a sitio tan excentrico, cstableci6 don Pablo Ubarri, pr6ximo sucesor <lei marques de la Esperanza, en la direcci6n del incondicionalismo, un tranvia de vapor que propencli6 al acrecimiento urbano de aquel barrio, mudado el hist6rico nombre por el de Santurce, en honor al empresario dcl tranvia.

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OLIGARQUIA-EL

PARTIDO AUTONOMISTA

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La Escuela Filotecnica.-La protecci6n oficial a ese colegio, con el cual se contaba para extinguir los germenes liberates en las inteligencias juveniles, 11ev6sehasta lo absurdo.

Don -on1an Baldorioty de Castro, retirado a Santo Domingo desde el golpe de Estado de 1874, regres6 al pais al ofrecersele en Mayagiiez, par elementos liberates y conservadores, la direccion de una escuela filotecnica; pero la Junta superior de instrucci6n publica neg6 la competencia del presunto director, "porque no tenia titulo de prof esor de pri·1neras letras.u Si el titulo de licenciado en ciencias no claba capacidad pedag6gica a Castro, se la concedia el cargo de examinaclor de maestros, primaries 6 superiores, que por nombramiento gubernativo habia ejercido muches afios, mas no lo entendi6 asi el general D. Eulogio Despujol, oponiendose, en 19 de diciemb,re de 1879, a la apertura de la escuela.

El Banco Puertorriqueno.-Mas acertado anduvo el general al ordenar que se abriese el pago de la indemnizaci6n a las expropietarios de esclavo~. cuyo dividendo se habia consignado en los presupuestos anuales. Por no haberse realizado el emprestito, habianse decidido algunos propietarios de Ponce a malvender sus titulos a una sociedad francesa; pero la medida adoptada por Despujol, evit6 nuevas negociaciones y favoreci6 el proyecto, concebido y realizado por el marques de la Esperanza, de establecer con gran parte de esos mismos titulos una Sociedad An6nima de Credito Mercantil, genesis del Banco Espanol de Puerto Rico, que aun. subsiste.

Conciliaci6n abortada.-Correspondi6 aslllllsmo a Despujol el planteamiento de la nueva ley provincial y municipal, y la de diputados a cortes, con sufragio restringido, para los contribuyentes, por la cuota directa de

HISTORIA

DE PliERTO

RICO

veinhcmco pesos; pero ilimitado para los funcionarios pt'.1blicos: haciendose al fin extensiva a la isla la constituci6n de 1876, con sns leyes adjctivas, si bien subordinado toclo al scntido juriclico, acomodaticio resorte colonial, de cnyos efectos daba testimonio la inhabilitaci6n de Baldorioty de Castro.

El rcstablccimicnto de los clercchos politicos y el deseo de impnlsar al pais a ejercitarlos, movi6 a un grupo de libcrales a proponcr a los conservadores un pacto electoral. en que, a vuelta de mutuas concesioncs, se llegase al criterio unanime en las cuestiones econ6micoadministrativas.

El proposito de los pactistas foe acogido favorablementc, al parcccr, para someterlo luego a discusiones y reparos quc tcrminaron con un rompimiento; pero ya los liberales habian vuelto a la lucha politica. en que les aguardaba ruda y persistcnte labor.

A banderas desplegadas.-Poco antes de llegar Despujol habia fundado don l\lanuel Fernandez Juncos "El Buscapic,'' chispeante scmanario acogiclo favorablemente dcscle su aparicion. El caracter puertorriqueno, propenso como el andaluz a tomar en broma las situaciones mas criticas, hallo cabal expresi6n en la pluma regocijada y castiza del escritor asturiano, que sacaba de quicio al •· Bo/cti,1." inclignaclo <le que un espaflol hiciese causa de Espana:" ~omim con los .. cJ1c111igos Unidos luego Fernandez Juncos y don Arturo Cordova, aclministrador de "El Agc11tc," adquirieron la propiedacl de tlicho peri6dico, y desechado cl convencionalismo de los intercses ccon6micos, <lespleg6se en el bravamente la bandera liberal, auxiliando a Fernandez Juncos en el empefio por sostenerla, publicistas tan ha.biles como Jose Pablo Morales, Manuel Garcia Salgado y Manuel Cor-

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PARTIDO AUTONO"MISTA

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chado, el diputado republicano vuelto a su pais natal en busca de descanso.

Amenizaban el conj unto las picantes correspondencias de Cesar de Bazan, 6 sea don Julio L. Vizcarrondo, tachado de antiespaifol en Puerto Rico, mientras el creaba en Madrid la Sociedad Protectora de Niiios Desvalidos, respondiendo con aquella obra de beneficencia a las insidias de sus detractores.

Aotividad inteleotual.

-El desarrollo periodistico de la capital, secundado por Mayagiiez y Ponce y extendido hasta Humacao, comunicabase a otrn orden de manifestaciones intelectuales. Don Manuel Elzaburu, que unia a un gusto literario exquisite grandes dotes de sociabilidlad, consigui6 fundar en 1876 un Juuo L. v1zcAR1toNDo. Ateneo Cientificoliterario, arnparandose de don Alejandro Tapia y Rivera para darle direcci6n; pero obteniendo, para sostenerlo, el apoyo material de algunos conservadores, previa promesa de excluir todo tema poli• tico de sus discusiones.

La influencia del Ateneo se extendi6 per la isla, mostrandose en monografias cientificas, desahogos poeticos y libros didacticos, una actividad intelectual que penetraba en la clase obrera, incitandola a buscar en el estudio su perfeccionamiento.

El general Despujol auxili6 esa obra, estableciendo

HISTORIA

DE PUERTO

RICO

en agosto de 1880 su Plan de instrucci6n primaria, que en breves aflos disemin6, en los siete departamentos, I I escuelas superiores de ambos sexos, 204 elementales y 82 auxiliares en los centros de poblaci6n y 231 para varones en los barrios rurales, que, unidas a 26 establecimientos privados, elevaron a 554 los centres de ensenanza, con mas de 25,000 alumnos, representando para los municipios un gasto anual de 300,000 pesos.

En 15 de mayo de 1882 obt{tvose el planteamiento por Real Orden, de un Institute Civil, adjudicandose al colegio de los jesuitas caracter privado, en cuya forma no quisieron los reverendos padres continuar en el pats. Y a instancias de Elzaburu, logr6se mas tarde auxiliar en el Ateneo el establecimiento de catedras literarias y cientificas adscritas a la universidad de Ia Habana, trasladandose una comisi6n de aquel claustro a practicar en Puerto Rico los examenes de curso. Solo dos anos subsisti6 aquella concesi6n, brillantemente aprovechada par la juventud. El general Ruiz Dana la hizo retirar en 1889, alegando que su derecho aintervenir en la direcci6n de la ensefianza se vulneraba en el Ateneo, pues que los catedraticos exarninadores dependian del gobernador de Cuba.

Caciquismo y cunerismo.-Estas dos plagas politicas, desarrolladas en Espana con la Restauraci6n monarquica, habian extendido a Puerto Rico sus absorbentes efectos.

Para arraigarlas, apel6se a artimafias electorales, a fin de obtener el triunfo de los diputados y senadores encasillados desde Madrid, y asegurar en la corporacion provincial una mayoria abrumadora que no discutia, que solo abria los labios para repetir si 6 no: la palabra decisiva pronunciada por el jefe.

Asi era, que los presupuestos generates, formados por la lntendencia bajo la inspiraci6n cacical y aprobados en

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PARTJOO AUTONOMISTA

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Espana sin discusi6n, subian ii 3,850,000 pesos anuales, y los contribuyentes agrarios, liberales en su mayoria, no hallaban medias de impedir que se aplicasen r.500,000 pesos a guerra y marina y 350,000 {1 Montepios y jubilariones, destinando nacla m~ts quc 420,000 pesos al fornento de un pa1s donde la l'.inicavia pi1blica <ligna de ese nombre era la carretera milit~r entre la capital y Ponce, sugcricla al general Sanz por sus prcocupaciones antiseparatistas.

La Diputaci6n provincial sostcnia otro prcsupucsto <le 480,000 pesos, que, en parte, enjugaba la loteria 1 pesando la diferencia, por falta de propios, lo mismo quc 2,300,000 pesos a quc ascendia Ia totaLidad de los gastos municipales, sobre la cuota tributaria primordial. rccargac..la a veces en r8o y 200 por ciento, y aun mas gravosa por la falta de equidad distributiva.

Los efectos cle esa oligarqu1a absorbcnte, que pretextando defender la integridad nacional, acudia a aumentar sus proventos restando simpatfas a la mctnjpoli, clcscribi6los el general La Portilla, quien vuclto a la isla en 1881, para encontrarse en la muerte de Perez Moris, herido en la puerta de su casa en una nochc dcl mes de septiernbre, despues de recorrer la isla y punlualizar en la Gaceta las deficiencias adrninfatrativas y cl cstaclo de la opinion, decia en carta intima al ministro de ullramar:

"Esta111osj11ga11do con dos barajas y estc juego es peligroso, porque se nos han visto las cartas."

Y por haberlas visto, no fue posible que las fuerzas liberales se resignasen pasivamente a sufrir por mas tiempo esa situaci6n. Cuba habia desplegado ya la bandera autonomista y a Cuba habia subor<lina<lo el gobierno na' ional la vida politicoadministrativa de Puerto Rico: log :co fue seguir aquel ejemplo.

La Asamblea de Ponce.-" El Clamor del Pais," pe-

BISTORIA

DE PUERTO

RICO

ri6dico que substituyera a "El Agente," muerto a manos de la censura, tom6 la iniciativa, publicando en 1885 el programa autonomista de " El Tri1mf o » de la Habana y declarandose dispuesto a mantener un empefio que respondia a evoluci6n enunciada ya en la prensa poncefia por don Roman Baldorioty de Castro. Y foea este digno republico a quien correspondio asegurar el exito de la campafia.

Convocada en Ponce una asambfea de representantes populares, el IO de marzo de 1887 qued6 aprobada la constituci6n del partido autonomista, que "aceptando la identidad politfra y jurfdica 6 la metropoli J' reco11ociendo 6 es/a s11 sobcra11ia territorial, proclamo, como principal fmidamento de s1,s gestiones, la descentralizac£6n administrativa en todas las citestiones locales, as£ como el derecho avotar el pais, sus presttpu.estos."

El gobernador don ~ Dahan, substrayendose a las sugestiones del incondicionalismo exaltado, no puso reparos a la organizacion del nuevo partido; pero la substitucion de aquel funcionario por el general don Romualdo Palacio, alter6 violentamente el procedimiento gubemamental.

Los compontes.-Coincidiendo con la proclamaci6n de la autonomia, algunos j6venes de Ponce intentaron cons-

tituir una liga secreta para reducir Ios beneficiosque en sus tratos y negocios obtenian los incondicionales. Contener aquella liga por medics racionales, hubiera sido correcto, pero lejos de adoptarse ese temperamento, se acus6 al partido autonomista de promover por medio de sociedades secretas, una conspiraci6n atentatoria a la integridad nacional.

Para obtener declaraciones que complicasen a los que se deseaba perder, tom6se como instrumento a la guardia

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PARTIDO

.\UTONOl\USTA

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civil, dando principio en Adjuntas una serie de atropellos personales que se extendieron por Juana Diaz, Ponce, Guayanilla y otros pueblos hasta 1\fayagiiez, trasladando Palacio su residencia a Aibonito para dirigir mejor las operaciones. A altas horas de la noche sorprendian los guardias el domicilio de detenuinadas personas y conduciendolas al despoblaclo, 6 llevandolas a los cuarteles. atadas a la cola de los caballos, aplicabanles alli los castigos corporales y torturas ignominiosas que se designaban con el grafico nombre de compo11tcs, cuando nose practicaban actos inmundos, arrancando por el terror confesiones o imputaciones enderezaclas al objeto propuesto.

Don Francisco Cepeda, periodista de tonos energicos. protest6 el primero contra aquellas crueldades. y a la ca reel fue conducido, maltratandole de palabra y obra en la prisi6n el alcalde de Ponce, delegado del gobernador.

Baldorioty de Castro. jefe del parti<lo autonomista, don Ramon Marin, el reputado doctor en medicina don Salvador Carbonell, los comerciantes de Ponce don Antonio Molina y don Ulises Dalmau, el notario de Mayagiiez don Santiago Palmer, don Jose Vicente Gonzalez, don Rodulfo Figueroa y otros autonomistas, vieronse sornetidos a un proceso confiado al juez don Jose Garcia de Lara, quien no encontr6 delincuencia en aqnellos hombres, ni a(m en la propaganda qne se les atribuia.

Irritado Palacio pidi6 la substituci6n de ague! j uez y aun se atrevi6 a exigir de la Audiencia que ajustase sus acuerdos al desatentado criteria politico que predominaba en la Fortaleza, exigencia rechazada por aquel tribunal y sometida a conocimiento del peeler supremo. En tanto continuaban los atropellos; el suicidio llegaba a consiclerarse en 1layagi.iez, preferible a los compoules; el argento Escudero, capataz de las cuadrillas componteado-

.. .

HJSTORIA DE PUERTO RICO

ras, infundia rniedo entre los sencillos campesinos, que abandonaban sus cabanas para dormir entre las ramas de los arboles, huyendo de los allanamientos nocturnos; la comunicaci6n por el cable, cohibida gubernativamente, imponia el env10 de embarcaciones a Santomas, para depositar alli los despachos y la desconfianza en el correo obligaba a esconder las ca.rtas y peri6dicos en barriles de cafe, que por la Hnea de vapores franceses, se dirigian a Espana.

Al fin lograron salir de la isla algunos autonomistas, entre ellos don Juan Bautista Arrillaga, encargado de comunicar al ministro de ultrarnar la conducta de su representante y aquel informe, la cooperaci6n activa de la colonia puertorriquefia en Madrid y los despachos de la Au<liencia, movieron al gobierno a dirigir, en 9 de noviembre de 1887, un telegrama al general Palacio, ordenandole hacer entrega del mando al general segundo cabo don Juan Contreras y embarcar para Espana al dia siguiente. Aquella misma noche del 9 eran conducidos a la capital, en un buque de guerra, Baldorioty de Castro y diez y seis presos mas que Palacio mandaba hospedar en las b6vedas del Morro y al otro dia contemplaba at6nita la ciudad a don Ricardo Nadal. micmbro de una clistinguicla familia de .Mayagiiez, tulljdo de ambos brazos por la brutal tension de los cordeles con que lo amarraran los componteadores.

Contreras restableci6 las garantias personales, levant6 la incomunicaci6n a los presos de! Morro y dejando a los tribunales ordinaries funcionar librernente, se dirigi6 a San German, recorriendo de noche, sin mas escolta que su ayudante, gran parte de Ja isla, demostrando la confianza que le inspiraba aquel pueblo que se suponia en rebeli6n.

OLIGARQUIA-EL

PARTIDO AU'l'ONOM!STA

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En 24 de diciernbre regresaron los presos al seno de sus familias, y pocos meses despues cerrabase el proceso, sin cargo algnno para los procesados; antes bien, por decision del Tribunal Supremo, se reserv6 a los agraviados cl derecho de reclamar en justicia contra los vejamcncs de que se les hiciera victimas. Naclie reclam6. Pero alla en la region <lei sur, teatro principal de las inolvidablcs violencias, el sentimiento antiespaiiol, comenz6 a traslucirse.

Nueva Asamblea.-En rnarzo de 1891 reuniose clc nuevo en Mayagiiez el partido autonomista. 13alclorioty de Castro habia muerto y con el habian <lesaparcciclo pcrsonalidades importantes; en cambio acudian al palenquc j_6venes animosos, como don Luis Mufioz Rivera, que a raiz de los sncesos de r887, habia tornado puesto en la redacci6n de " El Pueblo," de Ponce, para fundar en breve "La Dc111ocracia."peri6dico en qtte la oposici6n al gobierno adqttiri6 tonos vibrantes.

Muiioz Rivera, unido al j6ven abogac!o don Jose de Diego, reclam6 en aquella asamhlea mayor activiclacl para la agrupaci6n autonomista, solicitando alguna inteligencia 6 acuerdo con los partidos democraticos de la metr6poli.

Esta mocion tuvo en contra opiniones favorables a la union absoluta con Jos cubanos, guedando la cuesti6n sin resolver. Y confia<lala direccion politica en el nuevo directorio, a don Julian E: Blanco, dedic6se este a reorganizar los comites y reclamar la indispensable disciplina, propendiendo a Ia vez a suavizar los antagonismos incondicionales y auxiliando al marques de Arecibo en su empefio de crear una Sociedad de Agricultores, que abri6 campo a las iniciativas de Blanco para obtener la fundaci6n del Banco- Territorial y Agrkola.

Espaiioles de tercera clase.-Esa obra de concordia

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HISTORIA

DE PUERTO

RICO

practicada en la ciudad, no era grata en gran parte de las poblaciones meridionales, mas dispuestas a sostener la oposici6n batalladora de "La De-mocracia."

Los comites autonomistas se negaban a funcionar; los fondos del partido se agotaron ; autonomistas bien significados se trasladaron a Nueva York para fundar peri6dicos separatistas o ingresar en las nuevas filas de la nueva revoluci6n cubana que organizaba el fogoso Marti ; a las insinuaciones de! directorio capitaleno respondian entidades influyentes: "Es inutil seguir: con. Espafia no i-re111,osa n'ingima parte." Y este estado de la opinion lo exacerbaba el gobierno, rebajando en Cuba a cinco pesos la cuota electoral y dejando vigente en Puerto Rico la de veinticinco.

La calificaci6n de espaiioles de tercera clase, que estableci6 esa graduaci6n de! sufragio, anuncio una desbandada autonomista que remato la Hamada Ley de los sargentos, arrebatando a los hijos del pais las plazas de escribientes, porteros, alguaciles y otros cargos semejantes para darselas privilegiadamente a aquellas clases militares. Sin soldados de fila sobraban los generales. Estimandolo asi los· directores del partido autonomista, declinaron sus poderes en asamblea publica celebrada en 15 de febrero de 18g4. Y ante la escasa concurrencia qu.e asistiera a aquel acto, se impuso don Luis Munoz Rivera el empefio de dar vida a la agrupacion, auxiliandolo en tal prop6sito el doctor don Jose Gomez Brioso, el licentiado don Manuel F. Rossy y el doctor don Jose Celso Barbosa.

CAPITULO EL GODIERNO

XXVII

_\UTONOMICO-LA

GUERRA

Labor separatista.-En 24 de febrero de 1895 estal16 en Cuqa la revoluci6n agitada por Marti, cuyo programa tendia a conseguir la independencia de aquella isla y a fomentar y au.riliar la de Puerto Ric.!;:JAnimados con tal promesa, algunos puertorriqueiios residentes en N ueva York constituyeron en 22 de diciembre, bajo la presidencia del doctor don Julio J. Henna, una "S ccc£6a del partido re,!olucionario cubano," dedicada a fomentar en Puerto Jico la propaganda separatista.

Sugestionadas parciaJmente las fuerzas autonomistas por aquella propaganda, propusose Munos Rivera intentar un supremo esfuerzo para contener la desbandada, solicitando en pt'.1blicaasamblea celebrada en Caguas, que se enviase a 1\1adrid una comisi6n a exponer al gobierno y a los partidos militantes, la peligrosa situaci6n del pais, reclamando para vencerla, satisfacci6n a las legitimas aspiraciones autonomistas.

El directorio revolucionario de Nueva York sigui6 en su empresa, y en mayo de ·1896dcscmbarc6 en la capital don Gerardo Forrest, secrctario del directorio, celebrando una entrevista con 11ufioz Rivera, en la que este, resuelto a trasladarse de :l\Iadrid a Nueva York, si fracasaban en su empe110los comisionados 1 manifesto deseos de que se 289

HISTORIA DE PUERTO RICO

suspendiesen momentaneamente los trabajos revolucionarios, lo que no fue concedido.

Pactistas y autonomistas.-Muiioz Rivera consigui6 entenderse con don Praxedes M. Sagasta, obteniendo el ingreso de las fuerzas representadas par las comisionados, en la fusion liberal, creandose en la isla un partido, que al turnar los fusionistas en el poder, turnaria en la participaci6n de las benefi.cios politicoadrninistrativos que hasta entonces habian sido patrimonio de las incondicionales.

Expuestas las bases de este acuerdo en asamblea reunida en el teatro de la ciudad, no obtuvieron unanimidad en su aprobaci6n, constituyendose par mayoria abrumadora el nuevo partido liberal, presidido par Mufioz Rivera; pero recogiendo don Jose Celso Barbosa la vieja bandera autonomista y publicando 1 con los sefiores don Manuel F. Rossy y don Luis Sanchez Morales, un manifiesto mantenedor del credo de Ponce, en toda su integridad. Don Felix Matos Bernier formul6 tambien protesta antipactista en Ponce, y otros liberales de abolengo sumaronse a las protestantes ortodoxos, con gran parte del elemento popular de San Juan.

A las partid~ios de Mufi.oz Rivera, que componian la antigua mayoria utonomista, debian agregarse las entidades que dentro el incondicionalismo, mantenlan devoci6n par Sagasta, adhiriendoseles, algunos liberales retraidos de la politica activa y otras muchas personas, que neutrales hasta entonces en la lucha por el derecho, sintieronse atraidas por el progra~a gubernamenta1 de la nueva agrupaci6n.

La hostilidad entre hombres que habian luchado par un mismo nobilisimo ideal, hizose sentir presto, coincidiendo con esa disolvente pugna la persistencia de los tra-

EL GOBIER1 0 .\UT0~6!\1

ICO--LA

GeERRA

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bajos revoJucionarios en el directorio neoyorkino, al cual llegaban, en marzo, informes cstrategicos de don Antonio Mattei Lluveras y del general dominicano Arturo F. l\Iorales, proponiendo tm plan de invasion insular, facil de realizar por lo escaso de la guarnici6n y lo indefenso de las costas. Anticipanclose a ese proyecto, 1evant6se en Yai1co una pequcfia partida que se dispcrs6 instantaneamente, capturandose por la guardia civil los sublevados

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EL REVELUN

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DE SANTIAGO, DESTRU{DO EN

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y reduciendose :i prisi6n otras personas que el gobierno

consider6 sospechosas.

Derribo • de murallas.-Desde el 20 de abril dieron principio las fiestas organizadas en la capital para celebrar el centenario de 1797, a las cuales siguieron otras para solemnizar el derribo de las fortificaciones en el recinto del este.

Largo y tenaz habia sido el empeno en pro de esta reforma, cuyo primer intento acometiera en 1873 el general Primo de Rivera, al autorizar !a apertura de la puerta de San Rafael y apoyara en 1894 don Antonio Daban al derribar la puerta de San Justo, que modific6 el vetusto

H1STOR1A DE PUERTO RICO

aspectp de la ciudad en su entrada por la marina, obteniendose al fin la orden del ministerio de la guerra, que en 18 d; mayo de 1897 puso en practica el general Marin, haciendo volar el revellln de Santiago y toda la serie de baluartes desde el castillo de San Cristobal basta la puerta de San Justo.

En esos momentos, agitabase en Cuba el proyecto de dirigir contra Puerto Rico una expedici6n de 500 hombres al mando del general Lacret Mor lot; proyecto aprobado en 30 de agosto por el Consejo de gobierno insurreccional.

Inesperado acontecimiento vario la faz de los sucesos.

Regimen anton6mioo ..-El 8 de agosto muri6 don Antonio Ca.novas del Castillo, jefe del gobierno espafio!, asesinado por un anarquista, y las exigencias de una politica en que influia poderosamente la cuesti6n cubana, llevaron al poder al partido fusionista, en 5 de octubre, confi.andose a don Segismundo Moret la cartera de ultramar.

La prensa incondicional habia tornado a brorna la noticia del pacto celebrado por Munoz Rivera, burlandose de los pactistas y de sus esperanzas, pero al fin hubo de convencerse de que mucho mas alla del compromise contraido, llevaban a Sagasta las complicaciones con los Estados Unidos, por consecuencia del sistema de concentraciones y crueldades implantado en Cuba por el general Weyler.

El 28 de noviembre apareci6 en La" Gaceta de M adrui " un real decreto estableciendo en Puerto Rico, como se establecia en Cuba, la autonomia administrativa por tanto tiempo reclamada, fiandose a una camara de representantes y un consejo de administraci6n el regimen insular, bajo la autoridad <lei gobernador general, asistido por cinco secretarios de despacho.

El. GOBIER~O

AOTON6MICO-LA

GUERRA

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El gobicrno de la metr6poli se reservaha todas las facultades in herentes a la soberania nacional, dejan<lo a las camaras insularcs la legislaci6n colonial en punto a tribunales, gobernacion, hacienda y fomento, formaci6n de presupuestos, tarifas arancelarias y tratados de comercio, conservanclose la representaci6n en cortes, y amplia.ndose las atribuciones de la Diputaci6n provi11cial.

Gobierno insular.-El 3 de febrero ocup6 el teniente general don Manuel Macias el gobierno general. y cl dia 12 del mismo mes, a las nueve de la manana, juraron ante dicha autoridad sus cargos los miembros clel gabincte insular constituido por clon Francisco Mariano Quinones, prcsidcnte sin cartera; don Luis Munoz Rivera, secretario de Gobcrnaci6n y Justicia; don Manuel Fernandez Juncos, sccretario cle Hacienda; don Juan Hernandez Lopez, sccretario de lo Interior; don Manuel F. Rossy. sccrctario tic Jnstrucci6n Publica, y don Jose Severo Quinones, secretario de Agricultura, Cornercio e Industria.

Para acordar esta designaci6n, forzoso fue dcponcr, mcrced a respetables intervenciones, el antagonismo suscitado entre la fraccion ortodoxa y el nuevo p?rtido liberal, llegando asi unida, con gran satisfacci6n popular, al primer gobierno rcgionalista, la representaci6n de todas las fuerzas que juntas batallaran par la autonornia.

El partido incondicional se declar6 dispuesto a no crear dificultades la nueva situaci6n, desprendienclose de dicho partido, para recobrar su independencia de acci6n, con caracter oportwzista, un grupo de puertorriquenos presidido por don Manuel Egozcue, presitl-ente accidental de la Diputaci6n provincial; don Vicente Balbas y don Rafael Lopez Landron, ex<liputados a Cortes, y don Angel Rivero, capitan supernumerar.io de Artilleria, director de "La Intcgridad Nacio11al."

a

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HISTORlA

DE PUERTO RTCO

El gobiemo auton6mico, [avorecido con tal espiritu de concordia, di6 principio a sus funciones, aplicandose activamente a preparar las elecciones de representantes que se llevaron a efecto el 27 de marzo, cuando ya era inminente la ruptura de relaciones entre Espana y los Estados Unidos.

Declaraci6n tl.eguerra.-Destruido el IS de febrero, en la bahia de la Habana, por violenta explosion, el acorazado americano "NI aine," tuvose en los Estados Unidos por intencional aqueUa catastrofe, uniendose la indignaci6n patri6tica a la simpatias evidentes del pueblo americano en favor de la insurrecci6n de Cuba, para reclamar la intervenci6n gubernativa, en la conclusion de aquella desastrosa guerra. El 4 de marzo inaugur6 sus funciones el nuevo preside111te William McKinley, quien no pudo substraersc a las exigencias de la opinion publica, bien manifiestas en el congreso al votar, en 19 de abril, una resoluci6n reconociendo la independencia de Cuba e intimando a Espana su retirada de la isla. Espana cort6 sus relaciones diplomaticas con la republica en 21 de abril y sobrevino la guerra.

Las consecuencias de tal rompimiento debian e:xtenderse a Puerto Rico, y el estado de defensa en esta isla era deplorable. La capital, aparte de una bateria de reciente construcci6n 1 seguia amparada por las viejas fortificaciones, teniendo por toda artilleria 24 canones de hierro, entubados de acero, de 6 pulgadas; n obuses, en igual condici6n, de 10 pulgadas; cuatro cafiones de bronce comprimido de 4 pulgadas y 4 obuses de nueve; a lo que se agregaban dos.baterfas de montafia con cuatro canones de acero, cada u na, de 8 y 7 centimetres respcctivamente.

Formaban la guarnici6n 5 batallones de infanteria, 4 compafifas de artilleria de plaza; 500 guardias civiles,

EL GOJ.IIERNO AUTONOl\llCO--LA

GUERR.t\

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montados en gran parte, y 200 guardias de orden pi'.1blico: total 5,500 plazas militares con una secci6n sanitaria y una compafiia de ingenieros telegralfistas, contandose ademas con el auxilio de 13 batallones de voluntaries de a 350 plazas y una secci6n de 40 caballos.

Con las milicias populares, disueltas por el o-eneral Sanz, habiase extinguido en el pais aquel espiritu civicomilitar que tan util habia side a Espaiia, sin embargo no faltaron en el paisanaje ofertas de servicios quc hubieran podido aprovecharse; pero el general 'Macias solo autoriz6, en la capital, la creaci6n de un bata116n de tiradores, compuesto en casi su totalidad por empleados, y de una guerrilla de obreros armadas con machetes de labranza.

Bombardeo de la capital.-.£} r I de mayo se comunic6 a los jefes de baterias la orden de no hacer fuego, sin autorizaci6n de] gobernador, contra cualquier buque, como se habfa hecho el dia anterior con un vapor sin bandera que aparecia y despareda rapidamente, preocupando al vecindario, que lo llamaba el fantasma.

Dijose que aquella orden obedecia a la aproximaci6n de la escuadra espafiola, que al mando de! almirante Cervera, se dirigfa de Cabo Verde a Cuba. Y efectivamente, a las cinco de la mafiana del dia~12, advirtieronse desde el Morro, entre la bruma, algunos barcos de gu.erra y mementos despues atronaba a la ci udad formidable caiioneo y los habitantes de los barrios altos aband"onaban sus lechos, huyendo, mujeres, ancianos y nifios, hacia CangreJOS.

La escuadra americana, a1 mando del contraalmirante Sampson, compuesta del buque insignia "Iowa," de los acorazados "New York," "Indiana" y "Detro·it," monitores " Terror" y " Anpliitrite,'J crucero " Montgomery," torpedero "Porter,'' remolcador " Wompatrick," y car-

HISTORIA DE PUERTO RICO

bonero "Niagara," habiase aproximado sin dificultad a la boca del Morro y bien hubiera podido franquear el puerto, pues segun se vi6 despues, los torpedos que def endian la entrada eran inutiles. En aquella posici6n rompi6 Sampson el fuego contra la plaza manteniendolo durante cuatro horas y contestandole los castillos y baterias con mas de 300 caiionazos.

Por ef ecto de la acci6n qued6 el castillo del Morro acribillado a balazos y deshecha la torrecilla del faro ; el cuartel de Ballaja destrozado en toda el ala del norte y con grandes desperfectos el Asilo de Beneficencia, Ia iglesia de San Jose, la plaza del mercado, el cuartel de guardias civiles y algunas pequenas casas cercanas al Morro. En la parte baja de la ciudad tambien akanzaron a la Fortaleza, la lntendencia, y otros edificios, enormes proyectiles lanzados con tal impulse, que muches de ellos, despues de cruzar todo el arlcho de la bahia, fueron a caer, sin estallar, en los campos de San Patricio, recogiendose algunos en Cangrejos.

Al comenzar el fuego, un proyectil destroz6 en San Cristobal el montacargas de un obus, dejando a un artill~ro muerto y a dos mal heridos. En el Morro fue tambien berido de cascote un teniente de artilleria y entre la infanteria y el paisanaje auxiliar, que resistian el fuego campo raso, produjose hasta un centenar de bajas, entre muertos y heridos, asistidos estos ultimos en las ambulancias de la Cruz Roja.

Un buque de guerra de la marina francesa que se hallaba en el puerto y fue alcanzado par un proyectil, lev6 anclas a media tarde, y como se pusiese al habla con la escuadra arnericana, dijose luego que por su conducto se inform6 Sampson de que Cervera no se hallaba en el puerto, siendo asi que el jefe americano no tuvo que pre-

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HISTORlA DE PUERTO RICO

guntar Io que sabia perfectamente. Sampson atac6 exprofeso a Puerto Rico, ,con objeto de conocer la potencia de sus baterias, previendo el caso probable de que se amparase del puerto la escuadra espafiola y fuese necesario combatir la plaza hasta rendirla. Satisfecho su prop6sito, dispuso el jefe americano la retirada de la escuadra, que al obscurecer, hizo rumbo hacia el oeste.

El espiritu de la poblaci6n se mostr6 anirnoso durante el combate; militares y paisanos cumplieron con su deber, sin preocuparse de las consecuencias; por la noche ejecut6se en la plaza por una banda de musica, la retreta de costumbre; tuvose por satisfactorio el resultado del lance; pero muchas familias se dispersaron por los campos y otras procuraron alejarse del pais. La reflexion impuso aun a los menos pesimistas, el convencimiento de que la Iucha en Puerto Rico, con una naci6n que disponia de tales medios de combate, era insostenible.

Dos desastres.-Para la defensa maritima habia en la isla tres barcos. El " I sabet II," crucero de tercera clase no protegido; el "Concha," en iguales condiciones y el cailonero '' Ponc'e-de Leon," destinado, despues del bombardeo, a guardar, c:on cuatro torpedos "Bustamante," suspendidos, la entrada de] puerto que a ultima hora hubo de cerrarse con la sumersi6n del transporte mercante "Manuela." Estos barcos no estaban en condiciones de atacar al crucero " Yale" ( el buque fantasma) ni al "Saint Pm-ti," que lo substituy6 en el bloqueo; pero la escuadra de Cervera dej6, con averia, en Martinica, el destroyer " Terror" que 1Jeg6 a San Juan felizmente, y el 22 de junio se propusieron las autoridades de guerra y marina utilizar la potencia de aquel torpedero para deshacerse del molesto espionaje americano.

A la una del dia acudi6 gran numero de vecinos a preI

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EL GOBIERNO

AUTONOMICO-LA

GUERRA

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senciar desde e1 recinto norte el breve y singular combate.

El " Sain-t Paul," que se hallaba fuera de! alcance de los castillos, dej6 que se aproximase el destroyer, y al ponersele a tiro, ech6le encima toda la andanada de estribor, perforandole el casco, matando al segundo maquinista y a un fogonero. Una nueva andanada hubiera hundido al torpedero, pero el" Saint Paul" no volvi6 a disparar, y el "Terror," remolcado por el "Isabel JI," volvi6 al puerto.

A aquel fracaso uni6se la explosion, en el muelle de Miraflores, de cien cajas de p6lvora, causando la muerte de quince artilleros y dos matriculados del pais. • Las Ca.marasinsulares.-.A esta saz6n seguia el gobierno autonomista ejercitando sus funciones, en cuanto lo permitian las circunstancias, sin entorpecerse la regularidad en los servicios ; pero la apertura de las Camaras, suspendida al declararse la guerra, haciase necesaria para la organizaci6n plena del regimen y estimandolo asi el general Macias, expidi6 el 5 de julio decreto de convocatoria, inaugurandose solemnemente, el dia. 17, la Camara· de Representantes y el Consejo de Administraci6n.

Abiertas las sesiones el dia 18, vot6se como primer estatuto, una nueva organizaci6n de las secretadas de despacho, reducidas a cuatro, retirandose de! gobierno los tres miembros que representaban a la fracci6n ortodoxa. Y bien puede decirse que esa reforma y una protesta de decidida adhesion a la causa espafiola, dirigida a la reina regente par el cable, se redujo, practicarnente, la funci6n parlamentaria. El dia 25 desembarcaron tropas americanas en Guanica; un bando de la alcaldia advirti6 el peligro de continuar en la plaza las personas inutiles para su defensa y ante la perspectiva de nuevo bombardeo qued6se la ciudad semidesierta.

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CAPfTULO OCuPACI6N

XXVIII

AMERICANA-NUEVA

SOBERANIA

De Guanica a Yauco.-Destruida el 3 de julio la escuadra espafiola y rendida el dia 14 la plaza de Santiago de Cuba, dirigi6se el mayor general I elson A. Miles desde Guant;1_namoa Puerto Rico, con 3.554 hombres de desembarco; fuerza que debia e\evarse progresivamente a 161232 plazas con 641 oficiales.

Algunos barcos de la expedici6n se <letuvieron frcnte a Fajardo y se posesionaron del faro en las •· Cabc::asde San Juan "; pero esto no foe masque breve clemostraci6n, pues el puerto elegido para el desembarco era el de Guan.ica adonde lleg6 Miles el dia 25 1 al rayar el alba. Los caliones clel crucero " Gloucester" alejaron de la playa los veinte guerrilleros que formaban toda la fuerza dcfcnsiva en aq uel sitio y las tropas americanas tomaron tierra sin oposici6n.

En la mafiana siguiente adelant6se hacia Yai1co el brigadier Garretson, al frente de siete compaiiias, fos gueandose con una columna de infanteda y voluntaries destacada de Ponce, la que se dispers6, dirigiendose a Adjuntas. Vecinos prominentes de Ya{1cose adelantaron a dar la bienvenida a los jefes americanos y el dia 29 se enarbol6 solemnemcnte en la casa municipal la bandera de los Estados Uuidos.

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LA BANDERA

AMERICANA EN GUANlCA.

302

RISTORIA

DE PUERTO RICO

Entrega de Ponce.-El dia 27 lleg6 a Guanica el mayor general vVilson, en tres grandes transportes que se trasladaron a Ponce el dia siguiente. Enviado a ticrra un parlamentario a proponer la entrega de la cindad, intervino el cuerpo consular en apoyo <le ta! solicitud, para evitar perdida inutil de vidas y haciendas y desentendien<lose <le tales razones el general Madas, di6 orclen telegritfica al coronel don Leopoldo San Martin, comandante departamental, de sostenerse en su puesto, pero sin enviarle un solo solda<lo de refuerzo. San Martin, amenazado por la division \i\Tilson, adnenada del puerto y cohibiclo por la actitud hostil del vecindario, resuelto a impedir que temerariamente se provocase la destrucci6n <le la ciudad, se vi6 obligaclo a emprender la retirada hacia Coamo.

Los americanos se posesionaron de la poblaci6n sin disparar un tiro, siendo acogidos con grande alborozo por todas las clases sociales, y San Martin, destituido del mando, fuesometido a un consejo de guerra.

La campaii.a en el Oeste.-N uevos transportes con tropas a las 6rdenes del mayor general John R. Brooke y clcl brigadier T. Schwan, arribaron a Guanica el clia 31, trasladandose el primero al puerto de Arroyo, con 6rdenes de avanzar sobre Cayey y desembarcando Schwan para organizar en Yauco una expedici6n de 1,126 infantes y 80 caballos, con una bateria de seis cafiones. Esta expedici6n parti6 el 9 de agosto, con rumbo hacia el oeste, hallandose el dia 10 por la tarde, en la carretera frente a Hormigueros, con una avanzada espafiola. Schwan tom6 posiciones en la margen meridional de! r10 GuaHajiboy durante dos horas se tirote6 con dos compaiitas del bata116nAlfonso XIII y una guerrilla que ocupaban ventajosamente los cerrillos de la margen opuesta. No llegando nuevos refuerzos, retiraronse las tropas espanolas con aJgunos

MERICJ\ ~A-

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herido y Jo· americanos quedaron duefio d l campo hasta la rnaii.ana iguient en que ntraron n ez sm nuevo ob taculo.

I coronet don Julio oto c mandante del departamento, habia mpr ndido la noche ant con to<las su fu zas la r tirada hacia la i rra por el camino de Las arias. Tr pa am ricana al mando d l coron 1 Burk per iguieron a lo fu ·itivo al anzandolo a orilla del rio uacio don e oto e rindi' iendo conducido a Mayagiiez, con I 2 pri ionero .

Despl ada la bandera americana n la ca a municipal y ocupada militarmente la aduana coma se. habia hecho n Ponce, la leye y reglam nto paiiole no sufrieron alteraci6u.

Por la carretera centra.1.-En tanto chwan hacia 11gar u tropa ha. ta Lare , teniendo un nu vo ncuentro con lo pafiol s n R foprieto de tacaba e d de Ponce el brigadier Roy tone por Ia carr t ra de djunta a po e ionar e de tuado y el dia 9 orprendfan el pueblo de Coamo las fo rzas combinadas del mayor eneral Wilon del brigadi r Ern t muriendo n la a ci6n el comandante paiiol fartinez Ille cas el capitan don Fruto Lopez, y cayen o prisioneros de I americanos 167 aldados de una s cci6n que resisti6 dignam n e la acometida. El re to de la guarnici6n de Coamo se di er 6 por el monte, con orientaci6n hacia Aibonito, dond acampaban unos cuatrocientos hombres de odos los cu rpo habiendose levantado sobre la cumbre del Asomante una trinch ra artillada con do cafiones Plasencia de 8 centimetros. A atacar e a altura dirigi6se l dfa t I de de Coarno, el mayor general ilson a tiempo que el eneral Brooke pose ionado a de Gua ama, asestaba sus baterias pero estas operaciones contra las alturas de G1ta111a11i;

HISTORIA

DE PUERTO RICO

quedaron interrumpidas el dta 12, por haber accptado el gobierno de \IVashington, las proposiciones de paz formuladas por el l\Iinistro £ranees, en nombre de Espana.

Suspensi6n de hostilidades.-El ejercito americano conserv6 las posiciones aclquiridas, procediendo correctamente en sus relaciones con el paisanaje, respetando personas y propiedades y pagando a buen precio cuanto deseaban. A la orden de suspender las hostilidades sigui6 inmediatamente la terminaci6n del bloqueo y exigida per el gobierno <levVashington la cesi6n de Puerto Rico, como gaje de la carnpana. para concertar los terminos de la entrega, se nombr6 una comisi6n mixta, presididos los representantes de Espana, per cl general de division don Ricardo Ortega y los de los Estados Unidos, por el mayor general Jolm R. Brooke.

Ultima etapa.-Retirados de la isla los generates Miles y \Vilson, tom6 el mando dcl ejercito de ocupaci6n el mayor general Brooke, quien adelant6 su cuartel general a Riopiedras. El capitan general don Manuel }.facias se embarc6 para Espana, con su estado mayor, el 13 de octubre y el dia r8, a las 1:2, los ca iiones de! Morro y an Cristobal anunciaron que la bandera de los Estados Unidos, arbolada en la Real Fortaleza, inauguraba una nueva soberania en el pa;s.

El pneblo de San Juan se mostr6 serene y digno en tan solemnes circunstancias, sin producirse la mas !eve demostraci6n de desafecto hacia la situaci6n caida ni dedicarse a los nuevos poderes regocijadas manifestaciones de artificiosa espontaneidad.

No sucedi6 asi por los campos, donde alguna manifestaci6n inculta bubo ...de registrarse contra el pabell6n espafiol, y donde, a medida que la guardia civil abandon6 sus puestos para reconcentrarse en la capital,

OCUPACION

AMERICANA-NUEVA

SOBERANIA

305

aguardando embarque, hombres aviesos, cediendo a personales venganzas 6 movidos por ruines pasiones, asaltaron cortijos aislados, siendole forzoso a la caballerfa americana perseguir a esos desatentados, algunos de los cuales fueron luego ajusticiados en Ponce.

El 23 de octubre abandonaron la isla el general Ortega y los ultimas soldados espafioles, en el transatlantico "lvl ontevid:o," tributandoles honores militares las baterias de San Cristobal y los buques americanos estacionados en el puerto. ~ Reunidos en Paris los plenipotenciarios de Espana y los Estados Unidos, el diez de diciembre se firm6 el tratado de paz, proclamado en Washington el II de abril de 1899. Par este tratado se confirm6 la cesi6n territorial de Puerto Rico a la Republica americana, quedando "los espanoles naturales de la pen,f;nsularesidentes en el pais, en posesi6n de su nacfonalidad y sometiendose las derechos civiles y la condici6n politica de los puertorriquefios a la determinaci6n del congreso de los Estados Unidos."

Gobiernomilitar.-El consejo de secretaries presidi<lo por M ufioz Rivera, hizo renuncia de sus poderes, ante el mayor general Brooke, al instalarse la nueva soberania; pero desisti6 luego de ese prop6sito, cediendo a las cordiales excitaciones de dicho jefe, que deseaba gobernar con el concurso de todos. EI general Henry, que substituy6 a Brooke en el mes de diciembre, disolvi6 el consejo, creando cuatro departamentos de Estado, Justicia, Hacienda y Gobernaci6n, sometidos a la Comandancia General, en sus acuerdos.

A pesar del caracter militar de este regimen, pre9omin6 en sus gestiones el espiritu expansive y las respetos individuales que honran a la constituci6n de los Estados Uni-

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BISTORJA

DE PUERTO RICO

clos. El derecho de rcnni6n, asociaci6n y manifestaci6n, la libertad de imprenta y el cjcrcicio de todos los cultos, no tuvieron cortapisas. Suprimi6se con la Diputacion provincial la loteria, lo mismo que cl papel sellado de toda clase, las cedulas de vecindad y las riiias de gallos, que constituian arbitrios; estableci6se la jornada de ocho horas para el trabajo obrero; reorganiz6se la aclministraci6n judicial, simplificando procedimicntos. aboliencJo la prisi6n por sospechas y suprimiendo cepos, grilles y cadenas en los cstablecimientos penales; crc6se un cuerpo de policia insular, para servicios urbanos y rurales, cuyas plazas y oficiali<lad se confiaron a hijos del pais: formaronse dos regimientos, uno de infanteria y otro de caballeria, con oficialidacl americana, en que sc demostraron una vez mas las aptitudes militares <le los puertorriquefios y por una serie de 6rdenes generales, se provcy6 a la reorganizacion cle los servicios, especialmente al de sanidad, confia<lo a la dirccci6n de una junta favorecida en sus gestiones con la desaparici6u de la ficbre arnarilla 6 ,·6111ito 11cgro, enfermcdad mortal. que a\ eces se desarrollaba con caracteres cpidemicos alarmantes.

El patron oro.-Desde mayo de 1857, habiase retirado de la rirculaci6n en Puerto Rico la vieja y recortada moneda macuquina, cuya suma total de 1.761,147 pesos foe canjeada fl raz<'mde nueve reales por ocho de la moneda corriente en Espaiia. Esta moneda nueva desapareci6 casi repcntinamente y foe precise substituirla. en el propio aii.o, por d61ars am.ericanos, que a su vez se recmplazaron en 1870 por soles mejicanos admitidos por el tesoro con nn dcscuento de 5 par 100. Depreciada csta monecla en los mercados extranjeros, con una reducci6n enorme, cre6 el ministro de ultramar, don Tomas Castellanos, una moneda especial puertorriqueiia, can-

OC PACI6

MERICA

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OBERA

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jeando por ella en I 96 la mejicana con un descuento de sei por ci nto.

Introducida por lo americanos su moneda nacional reclamada por l com rcio la unidad monetaria recogi6 e toda la acufiaci6n e pecial dando a cada pe o el valor de 6o centa os oro americano, con lo cual di minuy6 en 40 par ciento la circulaci6n y se r dujo el valor nominal de la riqueza publica p ro termin6 1 agiotaj de los cambios.

El oulto cat6lico.-La ocupaci6n americana pu o termino a religion oficial esando en lo pr upue tos insu1ares la con ignacione para el culto cat61ico u mm1 tro si ien or el tratado d ari e arantiz6 el libre j ercicio de e a religion y e re erv6 el derecho de propiedad obre su bienes a las corporacione reli io as. Y como los templos y edificios eclesiasticos continuaron aplicado a los fines de su erecci6n, el servicio no ufri6 entorpecimien o.

Extin uido el patronato de los reyes espanoles, onsiuiente fue la reversion de ese erecho a la ed pontificia que lo concediera, y corno al ocurrir el cambio de oberania encontraba acante el obi pado por tran lacion a otra di6ce is del padre Fra Toribio ingu 11a, ucesor de! padre ui e dirigi6 a Puerto Rico el arzobi po de ue a rleans, Mon efior L. La Chapelle on caracter de d 1 o-ad apo t6lico re ultando de sus ge tione provi ta la rnitra en el reverendo James H. Blenk quien al Ilegar de lo E tados nidos obtuvo de sus diocesano las mi mas mue tras de adhesion y respeto que se tributaban a lo prelados espaii.oles.

La riqueza publica.-Aunque los presupue tos anuales durante el ultimo periodo del dorninio espaiiol, arrojaban no d spr ciabl superavit te accidente no puede ornarse como sintoma de bienestar publico, pues que el exceso del

lllSTORl.\

OE PUERTO

RICO

prcsupuesto primordial solia desaparecer por rcducci6n en los iugtcsos cvc11tuolcs,6 por adici6n de gastos i111pre1·istos. Que cl pais ven1a arrastrando una situaci6n econnmic;i nada clesahogaclo, lo demostr6 la investigaci6n dcl gohicrno amcricano al descubr-ir que las propiedades rusticas y urbanas, val11aclasen el aiio 1897 en 29 millones de pesos. sc hallaban gravaclas por una deuda hipotecaria de 18.610,000 pesos elev.'.mdosc cl tipo cle interes de las hipotccas desde cl uno al vcinticuatro por cicnto.

El abuso de! creclito era accidente ailejo en el pais y contribuy6 [1 favorccer su dcsarrollo el privilegio de las Leycs de lndias. quc vcdaba cfectuar ejecuciones por deuclas en los ingcnios azucarcros. Suprimido ese privilegio, las transferencias clc clominio transformaron los refacrionistas en haccnclaclos, recluciendosc 6 desapareciendo hruscamcntc cl aparcntc bicncstar de algunas familias.

El g<.:ncral Henry suspcncli6 tcmporalmente los ef ectos de la Icy hipotccaria. en punto {1 cjecuciones, clando Ingar al rc:-tahlccimicnto de la nonnalidad interrumpida por la ftterza de las circunstancias.

El cicl6n de San Ciriaco.-Suspcnclido el credito y paralizados los trabajos agricolas por las preocupaciones de la g11crra, las consccncncias rccaycron sobre la masa de prolctarios campesinos. pri,·aclos cle ganarse el sustrnlo: cl cambio de soberania ccrr6 6 por lo menos <"•· torpcci6 los mcrcaclos de Ei-paiia y Cuba, que consumian casi toda la exportaci6n clel cafe: la supresi6n de montepios y la clausura de oficinas clcj6 de repente sin recurses :'t muchas familias y csta situaci6n pcrturbadora se agrav6 por un azotc imprevisto.

El 8 clc agosto clc 1899se dcsat6 sobre la isla devastador lmracan. ckjando en ruinas nmchas haciendas, llcnas de cscoml>ros las poblaciones, <lestru1do el ganado

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por las a enidas de los rios, de trozados lo plantios y deshechas las cabana de los infelices labri gos. El gobierno el pu blo americano acudieron activament en auxilio de tanta desdicha • millones de raciones fueron enviada de las Estados nidos para di tribuir e gratuitamente par los campos, y la madera el hierro galvanizado y otro materiale de con trucci6n entraron libremente por todos los puertos ayudando a reparar aquella calamidad.

El oenso de poblaci6n.-Tre problema debieron preocupar a los americanos al po sionarse de Puerto Rico : la den idad de su poblaci6n con un proletariado rural enorme • la diferencia de idioma que debilitaba las infl.uencias gubernativas y la tradici6n secular de un regimen centralizador, que obligando al ciu.dadano a e perarlo todo de] poder debia al cabo atrofiar las iniciativas individuates.

Para apreciar a conciencia lo primero ord n6 el resident Mcl inley en 9 de septiembre de 1899 la fonnaci6n del c nso insular empadronandose una poblaci6n d 953 243 habitante • de ellos 589426 blancos y 363,817 de color, • excediendo el numero de bembras al de varones en una cifra de 8 721 y acusando el total general un 78 por ciento de analfabetos.

Instrucci6n publica.-El gobierno acudi6 a elevar el nivel intelectual declarando obli atori.a la en efianza, sin r tribuci6n por los alumnos y con libro de texto ratuitos.

Esparcieronse escuelas por todas partes, con truyendo a as apropiadas para instalarla y hacienda que en el magi terio predomina e la influencia de la mujer, alternando con las profesoras americanas much as j ovenes puertorriquefias.

Los efectos de esta trascendental reforma necesitan tiempo para manifestar e en toda su plenitud y como el tiempo solamente puede modificar las costumbres, acaso

310

HISTORIA DE PUERTO RICO

hubiera sido conveniente la prolongaci6n del reg-1mcn militar, para moderar la brusca transici6n del viejo sistema colonial a los amplios metodos democraticos, acostumbrando asi a la masa popular a no confundir las practicas de la libertad con el desenfreno de Ia licencia; pero la impaciencia poco reflexiva de algL1110selemcntos insulares y la propension refractaria al militarismo en el pueblo americano, lo dispusieron de otro modo.

Gobiernocivil.-El 12 de abril de 1900, aprob6 el congrc.so de los Estarlos Uniclos una Jey org-anica, por la cual se provey6 al Pueblo de Puerto Rico de o-obicrno propio, formado por un gobernador civil, un consejo cjecutivo de once miembros, nombrados por el presidente cada cuatro anos y una camara de treinta y cinco delegados, electos por el sufragio popular.

Por esa misma ley se ratificaron los preccptos judiciales vigentes y se establecieron reglas econ6micas para la provision de rentas al tesoro insular : ampliadas luego estas por la concesion del cabotaje entre la isla y todos los puertos nacionales, inaugurando sus funciones el nuevo gobierno insular, el dia I~ de mayo de 1900.

Atendida en tal forma por el congreso de la nueva metr6poli, la misi6n que el Tratado de Paris le confiriera, cumple al '' P1teblo de Ptierto Rico " secundar esa obra legislativa, no percliendo de vista el dogma fundamental y el sentido practico de la naci6n a quien van unidos sus destinos.

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I

DICE PAGlNA

CAJ>fTULO

Prefacio Introducci6n de 1.- escubrimiento de Puerto Rico-Fundamentos la colonizaci6n .

U.-Lo prirneros gobem~dores-Rebeli6n indigena /' .

111.-Campai\a militar-Destituci6n de Ponce de Le6n I .-Organizaci6n administrativa-El obispado-La capi-

J tanfa general .-La casa de Austria-Esclavos africanos-Perturbaciones y desastres 1.-Decadencia de la colonia-Los ingenios de azucaruevo regim n VII.-Gobierno popularobernadores letrados- lfoneda colonial 111.-Indios y corsarios uevas poblaciones- Presidio militar I .-Corsarios ingleses - Francis Drake- Invasion de Cumberland X.uevo siglo-Examen crltico XL-Invasion holand sa XII.-Colonias de barlovento-Los filibusteros XIII.-Comercio ilicito-Fraudes gub rnativos XIV.-Cambio de dinastia-Estado g neral de la colonia X .-Defensa territorial-Reacci6n econ6mica JIT

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UISTORIA

DE PUERTO RICO

CA~fTULO

XVI.-Primeras franquicias mercantiles-Reorganizaci6n agraria .

XVII.-La obra de Carlos III XVIII.-Proceso reforrnista XlX.-El asedio britanico XX.-lnfluencias revolucionarias XXI.-Transiciones polfticas .

XXII.-El quincenario de! general La Torre XXII 1.-El militarismo y sus e!ectos .

XXl V.-Abolicionistas y separatistas.

XXV.-De Lares al Zanj6n XXV l -Oligarqu1a-El partido autonomista XXVII.-El gobierno auton6mico-La guerra XXV111.-0cupaci6n americanaueva soberanfa

PAGINA

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193 205 214

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c ttrmin6

de imprimir este libro el

Ji:t 4 de julio de 1966 en los ldlcres de b EDITORIAL Cvt.TVRA,T. G .. S. A..

A.ve. RcJ,ub!ica de Guatemala No 96.

Se tiraron 3,000 ejemplnrcs.

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