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La reforma de Peña a minuta de la reforma laboral aprobada en la cámara de diputados se presentará sin modificaciones y tendrá que ser el pleno del senado, entre el jueves y el viernes, el que decida si se modifican o no los cuatro artículos que el PAN (y se supone que el PRD) quieren impulsar en torno a la llamada democracia sindical. El panorama es confuso porque las señales de las propias fuerzas políticas lo han sido. En el caso del PRI, desde el regreso de Enrique Peña Nieto de su gira por Europa y luego de las confirmaciones de las dirigencias de los dos principales grupos sindicales que de una u otra forma giran en torno al presidente electo, los maestros de Elba Esther Gordillo y los petroleros de Carlos Romero Deschamps, la posición en torno a la reforma laboral parece estar definida: se apoyará sin reservas la minuta salida de la cámara de diputados. Sobre todo, el Congreso del SNTE en Rivera Maya fue una demostración de fuerza de Gordillo, mucho más que la de los petroleros, que terminaron realizando una reunión cerrada de delegados. Pero en ambos casos se trata, desde la óptica de Peña, de dos espacios imprescindibles para avanzar en cambios en el terreno educativo y energético. El PRI no tiene razón alguna para cambiar esa minuta: Peña tiene un compromiso añejo con los grupos sindicales que no cambiará después de ganar la elección presidencial (en última instancia, guste o no triunfó con esos respaldos y apoyos, y asumiendo esos compromisos, no ganaría nada rompiéndolos antes incluso de llegar al poder); segundo, tiene el control del congreso (no sólo como partido, sino también con elementos comprometidos con él) y debe utilizarlo para marcar el tono de su ges-

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RAZONES Jorge Fernández Menéndez

El PRI no tiene razón alguna para cambiar esa minuta: Peña tiene un compromiso añejo con los grupos sindicales que no cambiará después de ganar la elección presidencial tión: mostrar debilidad en estos momentos con sus oposiciones no le beneficiaría, para el futuro, en absoluto. Tercero, la minuta de los diputados ha tenido el apoyo casi unánime del sector empresarial (y el PAN creo que se equivocó al enfrentarse a los grupos empresariales, como el CCE) y la presión sobre el tema de transparencia y democracia sindical ha logrado que los propios sindicatos que en algún momento no la aceptaban, defiendan ahora el paso sin cambios de la misma. El PAN está jugando sus cartas: pide cambios en la reforma laboral, primero, para respaldar la que envió el presidente Calderón, en parte rasurada en la cámara de diputados. Lo hace también porque

dejando el gobierno y sin compromisos de poder, tampoco tiene compromiso alguno, como partido, con las fuerzas sindicales. En realidad está apostando una carta para el futuro, oponiéndose a las dirigencias sindicales y tratando de mostrar una agenda liberal. Si ganalavotaciónenelsenado,seráuna demostración de fuerza, si pierda una ratificación de principios. El problema es que se ve difícil que pueda hacerlo con el apoyo del PRD, el PT y Movimiento Ciudadano. En el PRD hay serias dudas, primero porque ellos sí tienen relaciones con sindicatos importantes que no están demasiados convencidos de impulsar los temas de transparencia en el mismo sentido que el PAN; segundo, porque se sienten también presionados por un López Obrador que no quiere ver de ninguna forma acuerdos con el PAN, ni legislativos ni electorales. Ello se ha puesto de manifiesto con la posición que tomaron los diputados de René Bejarano en la cámara de diputados y habrá que ver lo que hacen los de Dolores Padierna (aunque son muchos menos en proporción) en el senado. En lo mismo está el PT, cuyos senadores (todos con compromiso con López Obrador más que con esa fuerza política) han dicho que no tienen una posición tomada sobre el tema hasta el momento. El más explícito ha sido Manuel Bartlett que ha dicho que le deben ese puesto a López Obrador y que harán, en síntesis, lo que el ex candidato presidencial diga. En ese escenario, el PRI, y en particular Peña Nieto, podrá sacar su reforma (y hay que destacar ese punto: es su reforma, no la de Cal-

derón) y prepararse para lo más complejo: el paquete económico del 2013 y la conformación del gabinete presidencial, con el interludio de una gira por Estados Unidos a mediados del mes próximo para platicar con quien gane las elecciones del próximo martes 6 de no-

viembre. La reforma laboral, en ese sentido, es más importante como símbolo que por los cambios en sí que deparará para el mercado laboral. Pero recordemos que la política está hecha de símbolos y con ellos se ganan o transforman las percepciones.

a calificación no será revelada oficialmente porque ese fue el acuerdo del gobierno del presidente Felipe Calderón con la dirigente suprema del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Elba Esther Gordillo, a cambio de que los maestros aceptaran presentar un examen. En junio y julio pasados, el 52% de los educadores de primaria fueron evaluados, según cálculos oficiales. El otro 48% no acudió al examen porque fue boicoteado en silencio por el sindicato de Gordillo y abiertamente rechazado por la otra y también dañina facción sindical, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). Por tanto, no es descabellado pensar que el 52% de los maestros que sí lo presentaron son los

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HISTORIAS DE REPORTERO Carlos Loret de Mola A. carlosloret@yahoo.com.mx

No es descabellado pensar que 52% de maestros que sí presentaron son los mejores preparados, que no tuvieron miedo a la evaluación

mejores preparados, más seguros de sí mismos, que no le tuvieron miedo a la evaluación y están dispuestos a someter a concurso sus capacidades. El examen constó de cien preguntas. De esas cien preguntas, ochenta fueron las que contaron porque los evaluadores eliminaron los diez cuestionamientos que mejor contestaron todos (los más fáciles, por tanto) y los diez que menos maestros respondieron acertadamente (los más difíciles). La calificación promedio, la que no será difundida oficialmente por un acuerdo político-electoral, fue de 5.8 sobre 10. Reprobados. Ni de panzazo. El dato me lo revelan fuentes del más alto nivel en la Secretaría de Educación Pública. Como pactó con “La Maestra” Gordillo no hablar de “reprobados” ni ponerle número ni letra a la

evaluación, la SEP creó unas categorías ridículamente eufemísticas para divulgar los resultados de la evaluación a maestros: 1.- El 37.4%, es decir 98 mil 836 docentes, fueron agrupados en la categoría de quienes necesitan “Atención Inmediata”. Qué tan dramática habrá sido su calificación que para no ponerles 0, 1 o 2 les pusieron este maquillaje de “Atención Inmediata”. 2.- El 62.6% (165 mil 566 profesores) cayeron en la categoría de quienes necesitan “Atención de corto plazo”, o sea que están reprobados, pero no tanto. 3.- ¿Cuántos maestros considera la evaluación que están bien preparados y por tanto no necesitan atención inmediata o de corto plazo? ¡Cero por ciento! Ninguno, según el dato oficial. El sindicato y el gobierno fede-

ral negociaron también que los resultados de la evaluación (medio) universal a profesores de educación básica no fuera publicado hasta después del Sexto Congreso Nacional Extraordinario del SNTE para no entorpecer la reelección de Elba Esther Gordillo, desde el sábado ungida unánimemente como dirigente “suprema” hasta el año 2018 del sindicato más poderoso de América Latina. SACIAMORBOS Su planilla –planilla única, obviamente– se llamó “Innovación”. La votación quedó: 3 mil 205 a favor, ninguno en contra, 21 sufragios nulos. Los nulos son seguramente por la cuota de analfabetismo entre los delegados de la cúpula sindical del magisterio.

Martes 23 de octubre de 2012

Los maestros sacaron 5.8

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