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panorama

“No me duele ni la cabeza”: Castro AFP

EVIDENCIA. En una de las imágenes del artículo, que el ex líder cubano tituló “Castro está agonizando”, Fidel exhibe un ejemplar del periódico “Granma” del viernes.

NOTIMEX/EL UNIVERSAL La Habana

ras rumores sobre el estado de salud de Fidel Castro, el ex presidente cubano reaparece, que no le duele ni la cabeza. En los últimos días habían circulado especulaciones de que se encontraba grave e incluso se dijo que había muerto. A través de un artículo publicado a primera hora de ayer en la web oficial Cubadebate titulado “Fidel Castro está agonizando”, el ex mandatario calificó como “mentiras” e “insólitas estupideces” las declaraciones hechas sobre su estado de salud. Ironizó sobre las “aves de mal agüero” que han generado los rumores. La noticia fue bien recibida por el pueblo de Cuba. “Aunque muchas personas en el mundo son engañadas por los órganos de información, casi todos en manos de los privilegiados y ricos, que publican estas estupideces, los pueblos creen cada vez menos en ellas. A nadie le gusta que lo engañen; hasta el más incorregible mentiroso espera que le digan la verdad”, escribió Castro en el artículo. Entre las versiones que circularon está la de un médico venezolano residente en Miami, quien decía que Castro tendría una embolia cerebral por la cual no se le volvería a ver con vida. Para reafirmar la buena condición en la

Martes 23 de octubre de 2012

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El ex líder cubano ironizó sobre las “aves de mal agüero” que lo dieron por muerto

de la Guerra Fría, defendió el papel de Cuba en la crisis de los misiles soviéticos, que colocó al mundo al borde de una catástrofe nuclear, cuando en plena guerra se enfrentaban Unión Soviética y Estados Unidos. En estos días en que se conmemora el 50 aniversario de la que pudo ser la tercera y última guerra mundial, el cubano sostuvo que su conducta durante esos 13 días de octubre que se encuentra, Castro subió unas fotos al de 1962, fue “éticamente intachable”. Escribió en el artículo: “Nunca pediresitio. “Como constancia de cuán mentirosos son, les obsequio las fotos que acompañan mos excusa a nadie por lo que hicimos. Lo este artículo”, expresó en su texto acompa- cierto es que ha transcurrido medio siglo, y ñado de imágenes. En las fotografías, toma- aún estamos aquí con la frente en alto”. Según Castro, medios internacionales das por su hijo, el fotógrafo Alex Castro, han señalado a tres culpables de la se ve al ex gobernante con camisa a crisis: a él, el asesinado presidencuadros roja y un sombrero de te estadounidense, John F. paja, parado y apoyado en un Castro Kenndy, y al extinto primer bastón. dijo que dejó ministro soviético Nikita Castro hizo una aparide publicar sus Kruschev. ción pública en La HabaSin embargo, se desligó na el pasado sábado, que reflexiones porque no de cualquier responsabilifue confirmada por el ex es su papel ocupar dad al señalar que “Cuba vicepresidente venezolapáginas de la nada tuvo que ver con el arno, Elías Jaua, y empleados prensa ma nuclear, ni con la matande un hotel capitalino. Jaua za innecesaria de Hiroshima y mostró a periodistas una foto Nagasaki”, en Japón. que se tomaron en un vehículo. Tensas negociaciones, rápidas y seDijo que conversó con Castro durante cinco horas sobre diversos temas de actua- cretas, entre las dos superpotencias de la épolidad, entre ellos agricultura, turismo, polí- ca, de las que Cuba fue excluida, culminaron con el retiro de los misiles sin que Moscú tica e historia. Por otra parte, Fidel, único superviviente consultara con La Habana.

Hermanos en la guerra La noche del 22 de octubre de 1962, en Miami, Julio Castro vio por TV el mensaje del presidente John F. Kennedy donde informaba que la Unión Soviética construía en Cuba bases para lanzar misiles nucleares. El mundo estaba al borde de una guerra nuclear. Julio se metió al Ejército estadounidense, dispuesto a hacer cualquier cosa para proteger a Estados Unidos y liberar a su familia. Sin saberlo, su hermano José se preparaba para hacer lo mismo. Julio y José Castro se enrolaron en el Ejército, uno con Estados Unidos y otro con Cuba. José se mantuvo en las trincheras observando a las tropas soviéticas instalarse a las afueras de La Habana, mientras Julio esperaba órdenes en Miami. Los dos sabían bien lo que hubiera pasado si Kennedy hacía caso al llamado de algunos asesores de invadir Cuba. Su familia se fue de Cuba, pero José se quedó en el Ejército. En 2004, recibió el permiso para irse del país. Julio lo recogió en el aeropuerto de Miami. “Bienvenido a la tierra de la libertad”, le dijo Julio.


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