El Zen de la Domesticidad_R.Pallas

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El zen de la domesticidad ROBER PALLĂ€S CARDEAL


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| | | | | | | | | | | | ROBER PALLÀS CARDEAL | | | | | | | | | | | | FACULTAD DE BELLAS ARTES DE BARCELONA | | | | | | | | | | | | | | | | | | | | | | | | | | PROFESORES : DOCTOR MAXIMO COVA & ISABEL CAUSADIAS | | | | | | | | | | | | | CURSO 20102011 | | | | | | | | | | | | | “EL EMPIRISMO PUEDE CULMINAR EN UN JARRÓN MING, NUNCA EN UNA TAZA DE PLÁSTICO” A. RUPERT HALL | | | | | | | | | | | | |

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| | | | | | | | | | | | | ESTA PUBLICACIÓN TIENE COMO FINALIDAD CONTENER LAS REFLEXIONES Y LOS PENSAMIENTOS ATRAVES DE LOS TEXTOS QUE LO COFORMAN | | | | | | | | | | | | | DISEÑADO POR: ROBER SINT | | | | | | | | | | | | | TODOS LOS CONTENIDOS © 2010 PERTENECEN A SUS AUTORES. IMPRESO EN BARCELONA | ESPAÑA | | | | | | | | | | | | | NINGUNA PARTE DE ESTE LIBRO PUEDE SER REPRODUCIDA DE NINGUNA MANERA SIN EL PERMISO ESCRITO DEL AUTOR. EXCEPTO EN EL CONTEXTO ACADEMICO | | | | | | | | | | | | | PUEDES CONSEGUIR ESTA PUBLICACIÓN EN N. 14 DEL PASAJE PONIENTE , 08840 VILADECANS | BARCELONA | ESPAÑA T +34 677 52 78 47 | ROBERSINT@GMAIL.COM HTTP://ROBERSINT.BLOGSPOT.COM | | | | | | | | | | | | |

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| | | | | | | | | | | | | CONTENIDOS 07 AGRADECIMIENTOS 09 CONSIDERACIONES 11 ANTECEDENTES 13 INTRODUCCIÓN 17 LO DOMESTICO: CONCEPTO 21 MI SENTIDO ZEN 27 CONCLUSIÓN 31 ANEXOS 33 BIBLIOGRAFÍA 47 | | | | | | | | | | | | |

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| SENSE TITOL 2011 | AGRADECIMIENTOS | 09

Me gustaría dar las gracias a mis padres y hermanas por apoyarme a lo largo de este tiempo. A mi profesor: Doctores Máximo Cova e Isabel Causadias por su claridad expositiva, su paciéncia, las críticas constructivas y su disponibilidad para resolver mis dudas. A todos los que quiero, y que me corresponden con apoyo cariño y paciencia.


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Al plantearme este proyecto académico, vemos la gran importancia para su ejecución el establecer una metodología de trabajo. en la seleción bibliográfica, asi como en la toma de decisiones. Como nos dice en su libro “Tristes Tropiques” Leví_Strausss 1, necesitamos, básicamente, un método y una definición de lo que investigamos, para conseguir la constitución de unas conclusiones, que no se logran solamente sobre la crítica, las apariencias de los sentidos y las ilusiones del medio ambiente inmediato. El escrito que presento a continuación se refiere a aspectos específicos del proyecto de ejecución de “un diario intimo” libro objeto que son la formalización de las reflexiones entorno a la domesticidad, dicho proyecto ha sido realizado dentro del espacio académico en el marco de la asignatura Actitudes interdisciplinarias 2 de la facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona.

1 Lévi-Strauss, C. (1988). Tristes Trópicos. Barcelona: Paidos p.472


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| SENSE TITOL 2011 | El Zen De La Domesticidad | ANTECEDENTES | 013

La reducción en las labores del hogar y la organización mejorada de las mismas condujeron a una mayor independencia, es decir, a la liberación del ama de casa y, posteriormente, al hogar atendido sólo por la familia, sin servicio auxiliar externo. La mecanización del hogar tuvo su punto de partida en problemas sociales: status de las mujeres norteamericanas y el status del servicio doméstico. El movimiento feminista, el abolicionismo y el problema del servicio están todos ellos enraizados en la noción de que una democracia no puede soportar una clase no liberada ni un sexo privilegiado. Todos estos problemas agitaban a Estados Unidos en los tiempos de la Guerra de Secesión, en tanto que en Europa , acalladas ya todas sus revoluciones, se aferraba a un sistema de clase pseudofeudalista. Sin embargo, las mujeres norteamericanas se muestran menos receptivas a estos puntos de vista. Buscan sus derechos dentro de la estructura de la familia, en una actitud que se remonta a la fórmula puritana de vida . La mujer reinará en el hogar. Será educada para este fín, y con este fin ella educará a sus hijos. El matrimonio constituye una palanca de su poder, y la educación es la otra; al dominar las dos, el poder de la mujer se expansiona automaticamente. En 1841, Catherine Esther Beecher publicó su “ Treatise on Domestic Economy, que, aunque enfocado como “librito de texto para escuelas femeninas, obtuvo un éxito extraordinario. El objetivo de Catherine no era la consecución de un poder exterior, pues era totalmente opuesta al feminismo en el campo político . Su meta era la de dar a las mujeres confianza en sí mismas y confianza en su profesión. Por esto pidió durante toda su vida que se enseñase economía doméstica en las escuelas como una ciencia no inferior a la física o a las matemáticas. Sólo mujeres debidamente adiestradas podían alcanzar el status al que estaban destinadas.


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No se debe confundir la organización del proceso de trabajo doméstico con el uso de utensilios mecánizados. Hay que subrayar que la organización del proceso de trabajo con uso de utensilios mecanizados. Hay que subrayar que la organización del proceso de trabajo se hallaba ya en marcha antes de disponer de los utensilios mecanizados. Estos todavía no eran universales ni siquiera en los hogares de 1940. La planificación del hogar, por tanto, comenzó antes que su mecanización, y al parecer, estas ayudas mecánicas encontraron un lugar ya preparado en la ciencia de llevar la casa. Cuando los arquitectos modernos reconocieron, a su vez , la importancia de la cocina bien planeada después de 1920, tomaron como prototipo de la cocina del vagón restaurante de patente del año 1869. En contraste con esto, las materias y utensilios para cocinar, el fregadero y el comedor se encuentran a tales distancias que la mitad del tiempo y de las energías se emplean en ir de un lado a otro para recoger y devolver a su sitio los artículos empleados. En la cocina mecanizada actual se reconocen tres centros de trabajo, almacenamiento y conservación, limpieza y preparación, y cocinado y servicio.


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| SENSE TITOL 2011 | El Zen De La Domesticidad | INTRODUCCIÓN | 017

En el trabajo doméstico se llevan a cabo una serie de tareas vinculadas al mantenimiento y reproducción de los miembros de la unidad doméstica que se realiza sin remuneración dentro del hogar. En el trabajo extra-doméstico se realizan tareas vinculadas con el mercado1. Hasta aquí, lo principal, en primer lugar, desde la perspectiva feminista, es que lo doméstico es llevado a la categoría de trabajo como respuesta a la reivindicación doméstica que impulsa la crítica feminista de los años 1980. Las feministas establecen dos críticas centrales: la invisibilidad social de las mujeres en el trabajo doméstico no valorizado y oculto a la mirada pública y la división entre la esfera privada (lo doméstico) como lugar de las mujeres y la esfera pública como lugar de los hombres. Se observa, por tanto, la imposibilidad que tienen las mujeres de escoger entre realizar o no un trabajo doméstico, pues: “hay un compromiso ideológico previo a la domesticidad, con la “naturalidad” e inevitabilidad del rol doméstico de la mujer. Este compromiso cierra la posibilidad del cuestionamiento de esta forma de división sexual del trabajo. Por lo tanto, lo doméstico como dinámica de la reproducción y de las tareas del hogar, no llega a ser en sí lo cuestionado, sino el hecho del esencialismo que produce una unidad indisoluble entre rol doméstico como rol exclusivo de la mujer. La perspectiva esencialista impide ver que no por designios naturales la mujer tiene que cumplir con un rol doméstico por el hecho de ser mujer. Analizar el rol doméstico de la mujer como construcción cultural permite visibilizar las múltiples dinámicas de discriminación que las mujeres han sufrido en las sociedades patriarcales: en primer lugar, por el hecho de que se las ha destinado a cumplir su ciclo

1 Feijoó M.C., Jelin E.: (1989). Trabajo y familia en el ciclo de vida femenino: el caso de los sectores populares de Buenos Aires. Buenos Aires,: CEDES, pag 8.


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de vida en función de lo familiar: la mujer se realiza casi por completo en el hecho de la maternidad. En segundo lugar, por haber catalogado el trabajo doméstico como trabajo secundario, además, sin haber recibido remuneración por él, lo que se ha creado, obviamente, es la dependencia haber recibido remuneración por él, lo que se ha creado, obviamente, es la dependencia económica de la mujer y su subordinación a los que tienen poder económico. En tercer lugar, por haberlas excluido sistemáticamente de lo público, de lo académico, de lo político, de lo cultural, etc., y haberles negado un tipo de trabajo en donde se podían asumir mayores responsabilidades sociales; por haberlas subpagado, o por negarles un contrato por posibilidades de embarazo. Actualmente, y a pesar de todas estas denuncias y cambios de mentalidad que se han producido, la presencia de las mujeres sigue, muy ligada a la lógica de la domesticidad es decir, a la lógica del cuidado de la familia. Las mujeres están a cargo de los hijos y de la familia en situaciones de extrema pobreza. Son las mujeres las que salen fuera del ámbito doméstico en función de una necesidad cotidiana y basada en el rol de género de las mujeres, en el rol tradicional de las mujeres como esposas, madres y protectoras de la familia. Los hombres, por lo tanto, no acompañamos masivamente en responsabilidad a las mujeres en las funciones de reproducción y del mantenimiento y cuidado de los miembros de la familia.


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El arte, visto a través de los años de la historia parece simplemente una forma más de documentación. Sus imágenes, nunca sustituidas por otras formas de documentación, nos hablan de un tiempo , de una gente, de unas formas de vida. Pero también nos engaña. O tal vez no nos engaña nunca. Esto, evidentemente, no es una pipa, afirmaba Magritte debajo del dibujo de una pipa. Todas las cosas viven en los museos, fuera del tiempo, a los pies de una mujer pintada por Vermeer, junto a los Reyes Magos de una pintura flamenca, en el baño de una mujer, acompañada por su gato y su sirvienta; todas las cosas han resistido el paso del tiempo gracias al arte, gracias a todos esos artistas que nunca quisieron hacer simple documentación gráfica de su tiempo pero que con unas joyas en el cuello de una mujer, con un libro en las manos de un hombre, con los platos, las sillas, las ropas de sus personajes nos están diciendo que si, que tal vez eso que vemos no sea una pipa pero que es la esencia de la pipa, la definición de lo que un pipa puede llegar a ser, lo mas cercano a la realidad, lo ,más parecido a las cosas. Vivimos rodeados de objetos. De cosas de todo tipo, desde el simple vaso de plástico hasta el más sofisticado ordenador. Son cosas que sencillamente nos acompañan durante nuestra vida, unos compañeros de viaje que a veces se aferran a nosotros, o nosotros a ellos, durante más tiempo del que nadie hubiese imaginado. En otras ocasiones son cosas insignificantes en las que apenas reparamos, que no ocupan nuestra cabeza ni nuestras manos más tiempo del imprescindible, apenas unos segundos, apenas nada. Prácticamente no existen. Forman ese paisaje cotidiano e inevitable que define no solamente nuestra cultura y nuestros hábitos, sino a nosotros mismos.


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De alguna forma nuestra relación con ellos es aleatoria como la que mantenemos con las personas: algunas forman parte de nuestras vidas sin saber bien por qué, otras solamente nos acompañan un corto período; unas nos gustan con locura, las deseamos, queremos, al menos, tocarlas; otras sin embargo nos repugnan, no nos apetece acercarnos a ellas, intentando entenderlas. “En la sociedad en la que estamos ,en la que todo lo sólido se desvanece en el aire, las palabras acaban teniendo más peso, más significado que las cosas que nombran. En un mundo en el que la vida nos aleja del conacto directo no sólo con los sentimientos sino con los sentidos, con la gente, los objetos que nos acompañan, esas cosas cotidianas, simples y efectivas, alcanzan una presencia permanente.”1. Cambian las formas, las apariencias, el diseño, pero no cambian su función. Esa función esencial que está definida por la necesidad, y que es la misma hoy que en el siglo pasado; que es la misma en una vida marcada por la velocidad y la ansiedad que fue en un escenario de calma en el que el tiempo no se medía sólo por su ausencia. “ Los objetos cotidianos, no suelen contar, al menos aparentemente, grandes historias. Ellos hablan de historias domésticas, historias que no suelen aparecer en las páginas de los libros de historia y que cuando aparecen en los diarios, en los periódicos, lo hacen en las páginas interiores, en titulares a una sola columna. Tal vez por eso ocupan muy especialmente las narraciones, las obras creadas por mujeres. Son las mujeres las que tradicionalmente se han ocupado de la casa sus tareas y es ese universo cerrado donde están la mayoria de las cosas.

1 Whauman Z. (2006). Tiempos liquidos. Barcelona Paidos pag. 34


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La construcción que se hace del mundo a partir de una cotidianeidad ofrece sin duda perspectivas diferentes. La propia casa tiene lecturas diversas si las hace un hombre o una mujer, aunque la casa sea por esencia una referencia femenina, es el hogar, el útero, el lugar donde estamos protegidos. Pero las cosas han cambiado y los valores tradicionales, lo que creemos ver como una repetición de historias anteriores ya no es más así. Nos queda pues sentir que las cosas son parte de nosotros mismos y que de ahí proviene ese enigma que las rodea, están siempre esperando a que algo nuevo, diferente, les haga salir, como en los cuentos infantiles, del silencio para convertirse en personajes. El mundo de todas las cosas, donde nosotros somos los invitados incapaces de ver y percibir la realidad, son tan sólo fogonazos de luz, fragmentos de ilusión2 ”. El hogar como fotografía Takasi Yasumura, ya no es el escenario de los traumas emocionales de telenovela. Los contextos culturales han sido reemplazados por las aspiraciones de la clase media que utiliza todos los indicadores que tiene a mano, sin tener en cuenta sus contextos, para expresar un estatus social. Sin embargo, las fotografías elegntemente discrtas de Yasumura no delatan nada del pesimismo cultural que acucia a los occidentales cuando reflexionan sobre la desaparición de la tradición; tranquilamente prevén un futuro donde todo será producido en masa, y la tradición y la modernidad se habrán convertido en meras miradas intercambiables en todo el mundo.

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Olivares R. Revista Exit nº 11 , agosto-octubre 2004


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La percepción de las cosas cotidianas se convierten en un intenso proceso de autoreferencialidad, sin embargo, no es difícil identificarse con los gestos que he creado. Me dejo atravesar en estado de trance, por las cosas que me rodean: las recibo desde mi intuición, las transfiguro con deseo, las con/muevo mediante la imaginación y, en ese tránsito, ésos gestos parecen cobrar vida própia poseídas, actúando con la pasión personal que les insuflo. En estas singulares representaciones, los utensilios pierden gravidez, la noción de uso se desmaterializa generando un lenguaje que denotan los ánimos de mi persona con la que cohabito. Provocación psíquica, meditación zen, entre yo y los objetos. Entendiendo que Meditar es aplicar el pensamiento con absoluta atención a la consideración de una cosa. Observar, concentrarse, apreciar los detalles hasta llegar a fundirse con la propia actividad. Intentando demostrar que “la mezcla de racionalidad e irracionalidad pueden coexistir de forma armoniosa y aportar una mejor calidad de vida, donde bajo la calidad el arte y la tecnología no tienen que ser antagónicos, si no que pueden ser vistos como un todo sorprendente”.3 También los silencios, espacios, vacíos, son fundamentales en el “jaiku” y en el arte de los jardines. La poesía “jaiku” (Basho) pretende captar el instante y lo efímero, como si el acontecimiento único arrastrara el vacío infinito de todos los seres. La obra artística intenta transportarnos a un ambiente de calma y balance, donde no existe planificación previa ni conflictos, sino la búsqueda de la natural libertad espiritual. La ambición final es crear piezas artísticas únicas, impregnadas de energía, y de los principios benéficos del Feng Shui.

3 Pirsing Robert. M. (2010) El Zen y el arte del mantenimiento de la motocicleta Madrid Ed. Sexto Piso


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Su práctica implica una actitud consciente que sosiega la mente, permite encontrar un espacio para la calma, la creatividad y la sensibilidad, y reflejar la constante transformación de nuestra naturaleza vital. La visión y el sentir occidental de la domesticidad viene expresado como forma de aniquilación personal, de frustración, adaptación y de doma. Como una perdida de tiempo, de descanso y de ocio, perdida de intimidad que genera multitud de conflictos en la conciliación con las tareas profesionales así como en la relaciones personales dentro del contexto del hogar. Con mi propuesta artística no me interesa tanto el intenso debate de género que subyacente ( dejando fuera ya el debate feminista que nos planteaban Marina Abramovich o Marta Rosler que hacian de la domesticidad su fuerte y su contexto en su discurso en defensa de la identidad femenina) sobre la distribuión de las cargas domésticas. Si más bien me intesa focalizar por encima de quién las pueda realizarlas, la propia actividad doméstica y su colección infinita de gestos reiterativos y rutinarios: frotar, rascar, sacudir, mezclar, lavar, coser, zurcir, unir, mover, barrer, batir, triturar, planchar, doblar, colar, ......


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| SENSE TITOL 2011 | El Zen De La Domesticidad | CONCLUSIONES | 031

Representar un estado de desaparición progresivo, entre el cuerpo y el objeto, entre el yo y el otro. Un momento vivido, en el vilo de la espera, de la calma y de la relajación interior. Es la intención de este proyecto artístico en el que se pretende alcanzar un estado de ingravidez discursiva, articulada y ceremoniosa, fetiche de momentos y emociones vividas. Mi mirada anima a los objetos en un teatro que repite la doble acción de la aprensión y de la desaprensión, el paso del dolor y la frustración de las tareas domésticas, al disfrute y al placer, la necesidad de poseer y a la vez la calma tras dejarse ir. La repetición de los gestos própios de la tareas domésticas transmutadas en actos de meditación zen de limpieza interior mientras cuido lo exterior. Son generadoras de situaciones de picnolépsia4 y de desconexión del hecho que nos ocupa para desaparecer en pensamiento. Quiero mediante lo cotidiano inspirar nuevas asociaciones curiosas, de ese mundo tan cercano a todos, a una descripción admirada de lo visto, superando las miopias llevando lo doméstico hasta la sobrecarga de la liturgia. Evidenciar la inmediatez de un entorno humano y someterlo a un nuevo contexto para relativizar las barreras de lo cotidiano y lo artístico. En realidad este conjunto de estampas aluden a un sistema propio de organización, de valorización y finalmente a una estética individual que responda a las necesidades inmediatas de cada ser. Esta propuesta apunta hacia una forma de ordenación que corresponda a la organicidad del complejo desarrollo indiviual para ampliar así el estrecho espacio que la sociedad concede a las diferencias del desarrollo humano.

4 Virilio Paul (1988) La Estética de la desaparición. Barcelona. Ed. Anagrama.


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Bauman Z. (2006). Tiempos líquidos. Barcelona Paidos pag. 34 Doñate L. y Valera A. (1996) Revista Extensiones. Páginas de escultura contemporánea. nº1 Revista electrónica. [www.ub.es/ depesc/index.html] consultada diciembre de 2010 Feijoó M.C., Jelin E.: (1989). Trabajo y familia en el ciclo de vida femenino: el caso de los sectores populares de Buenos Aires. Buenos Aires,: CEDES, pag 8. Giedion S. (1978). La Mecanización toma el mando. Barcelona: Gustavo Gili pag 519 Olivares R. Revista Exit nº 11 , agosto-octubre 2004 Lévi-Strauss, C. (1988). Tristes Trópicos. Barcelona: Paidos p.472 Pirsig Robert M. (1974). Zen y el arte del mantenimiento de la motocicleta Una indagación de sobre los valores. Madrid Sextopiso pag 85 Virilio P. (1988) La Estética de la desaparición. Barcelona. Ed. Anagrama.



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