La persona es una obra que necesita ser esculpida y descubierta a diario, requiere ser moldeada en la cotidianidad para no sólo identificarse a sí misma sino aceptarse y reinventarse como creación divina, dotada de cualidades que la hacen ser única, lo mejor es que la obra nunca estará terminada, cada día tendrá colores y formas diferentes, incertidumbre, certezas y espacios en blanco por matizar ¿pero con qué? …