HUMANITAS 75

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R E V I S T A de A n t r op ol o gí a y C u lt u r a C r i s t i a n a s / N º 75 / A ÑO X I X

AÑO XIX

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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE

Robert Spaemann CRISTIANISMO, SECULARISMO, DEMOCRACIA Mons. Héctor Vargas SDB IGLESIA Y EDUCACIÓN LA NACIÓN RUSA ENTRE IDENTIDAD Y UNIVERSALIDAD


HUMANITAS

Consejo de Consultores y Colaboradores

Revista de Antropología y Cultura Cristianas Publicación trimestral de la Pontificia Universidad Católica de Chile La revista HUMANITAS nace de la conveniencia de que la Universidad disponga para el servicio de la comunidad universitaria y de la opinión pública en general, de un órgano de pensamiento y estudio que busque reflejar las preocupaciones y enseñanzas del Magisterio Pontificio (Decreto Rectoría Nº 147/95, visto 2º). DIRECTOR Jaime Antúnez Aldunate COMITE EDITORIAL Hernán Corral Talciani Samuel Fernández Eyzaguirre Gabriel Guarda, O.S.B. René Millar Carvacho Pedro Morandé Court Ricardo Riesco Jaramillo Francisco Rosende Ramírez Juan de Dios Vial Correa Juan de Dios Vial Larraín Arturo Yrarrázaval Covarrubias SECRETARIA DE REDACCIÓN Marta Irarrázaval Zegers CONSEJO DE CONSULTORES Y COLABORADORES Presidente Honorario: S.E.R. Cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa. Arzobispo Emérito de Santiago. Héctor Aguer, Anselmo Álvarez, O.S.B., Carl Anderson, Andrés Arteaga, Francisca Alessandri, Antonio Amado, Felipe Bacarreza, Rémi Brague, Jean-Louis Bruguès, O.P., Rocco Buttiglione, Massimo Borghesi, Carlos Francisco Cáceres, Cardenal Carlo Caffarra, Cardenal Antonio Cañizares, Jorge Cauas Lama, Guzmán Carriquiry, William E. Carroll, Alberto Caturelli, Cesare Cavalleri, Fernando Chomali, Francisco Claro, Ricardo Couyoumdjian, Mario Correa Bascuñán, Francesco D’Agostino, Adriano Dell’Asta, Vittorio di Girolamo, Carmen Domínguez, José Manuel Eguiguren, Carlos José Errázuriz, José María Eyzaguirre, Jesús Colina, Luis Fernando Figari, Juan Ignacio González, Stanislaw Grygiel, Gonzalo Ibáñez Santa-María, Raúl Hasbun, Henri Hude, José Miguel Ibáñez, Raúl Irarrázabal, Lydia Jiménez, Paul Johnson, Jean Laffitte, Nikolaus Lobkowicz, Alfonso López Quintás, Alejandro Llano, Raúl Madrid, Javier Martínez Fernández, Patricia Matte Larraín, Carlos Ignacio Massini Correas, Mauro Matthei, O.S.B., Cardenal Jorge Medina, Livio Melina, Augusto Merino, Dominic Milroy, O.S.B., Fernando Moreno Valencia, Rodrigo Moreno Jeria, José Miguel Oriol, Francisco Petrillo, O.M.D., Bernardino Piñera, Aquilino Polaino-Lorente, Rodrigo Polanco, Cardenal Paul Poupard, Javier Prades, Dominique Rey, Florián Rodero L.C., Alejandro San Francisco, Romano Scalfi, Cardenal Angelo Scola, David L. Schindler, Josef Seifert, Gisela Silva Encina, Robert Spaemann, Paulina Taboada, William Thayer Arteaga, Olga Ulianova, Luis Vargas Saavedra, Miguel Ángel Velasco, Juan Velarde Fuertes, Aníbal Vial, Pilar Vigil, Richard Yeo, O.S.B

NACIONALES

EXTRANJEROS

Andrés Arteaga: Obispo Auxiliar de Santiago. Fra ncisca A lessa ndr i: Profesora de la Facultad de Periodismo, UC. Antonio Amado: Profesor de Metafísica de la Universidad de los Andes. Felipe Bacarreza: Obispo de Los Ángeles, Chile. Carlos Francisco Cáceres: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Jorge Cauas Lama: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Fernando Chomali: Arzobispo de Concepción. Miembro de la P. Academia Pro Vita. Francisco Claro: Profesor de la facultad de Física, UC. Ricardo Couyoumdjian: Profesor del Instituto de Historia, UC. De la Academia de la Historia del Instituto de Chile. Mario Correa Bascuñán: Secretario General de la Pontificia Universidad Católica. Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Carmen Domínguez: Profesor a de la Facultad de Derecho, UC. Directora del Centro UC para la Familia. Vittorio di Girolamo: Historiador del arte. María Esther Gómez de Pedro: Miembro del nuevo círculo de discípulos de Joseph Ratzinger / Papa Benedicto XVI. Jo s é M a nuel E g u ig u r e n Gu z m á n : Fu ndador del Movimiento Apostólico Manquehue. Carlos José Errázuriz: Consultor Congregación para la Doctrina de la Fe. Profesor de la Pontificia Università della Santa Croce. José María Eyzaguirre: Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Jesús Colina: Director de Aleteia. Juan Ignacio González: Obispo de San Bernardo, Chile. Raúl Hasbun: Sacerdote de Schöenstatt. Profesor del Seminario Pontificio Mayor de Santiago. Gonzalo Ibáñez Santa-María: Profesor y ex rector de la Universidad Adolfo Ibáñez. José Miguel Ibáñez Langlois: Teólogo y poeta. Raúl Irarrázabal Covarrubias: Arquitecto. Presidente de la Asociación Chilena de la Orden de Malta. Raúl Madrid: Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Patricia Matte Larraín: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Mauro Matthei, OSB: Sacerdote y monje benedictino. Historiador. Cardenal Jorge Medina: Prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Augusto Mer ino: Cientista político, profesor de la Universidad Adolfo Ibáñez. Fernando Moreno: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Rodrigo Moreno Jeria: De la Academia Chilena de la Historia. Bernardino Piñera: Arzobispo Emérito de La Serena. Rodrigo Polanco: Presbítero, profesor de la Facultad de Teología de la UC. Alejandro San Francisco: Profesor del Instituto de Historia, UC. Gisela Silva Encina: Escritora. Paulina Taboada: Médico. Miembro de la Pontificia Academia Pro Vita. William Thayer Arteaga: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Olga Uliánova: Doctora en Historia por la Universidad de Lomonosov, Moscú. Investigadora de la Universidad de Santiago. Aníbal Vial: Ex rector Universidad Santo Tomás. Pilar Vigil: Médico. Miembro de la Pontificia Academia Pro Vita.

Héctor Aguer: Arzobispo de la Plata, Argentina. Anselmo Álvarez, OSB: Abad de Santa Cruz del Valle de los Caídos. Carl Anderson: Caballero Supremo de los Caballeros de Colón. Rémi Brague: Filosófo francés. Premio Ratzinger 2012. Jean-Louis Bruguès, OP: Archivista y Bibliotecario de la Santa Iglesia. Obispo emérito de Angers, Francia. Massimo Borghesi: Filósofo italiano. Catedrático de la Universidad de Perugia. Rocco Buttiglione: Filósofo y político italiano. Cardenal Carlo Caffarra: Arzobispo de Bolonia. Cardenal Antonio Cañizares: Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Guzmán Carriquiry: Secretario de la Comisión Pontificia para América Latina. W i l l i a m E . C a r r ol l : Cáte d ra de Tom á s de Aqu i no, Blackfriars, Oxford. Alberto Caturelli: Filósofo argentino. Cesare Cavalleri: Director de Studi Cattolici, Milán. Francesco D’Agostino: Filósofo del Derecho. Ex Presidente del Comité Nacional de Bioética en Italia. Adriano Dell’Asta: Profesor de la Universidad Católica de Milán. Luis Fernando Figari: Fundador del Sodalicio de Vida Cristiana, Lima. Stanislaw Grygiel: Filósofo polaco. Titular de la Cátedra Juan Pablo II en la Universidad Lateranense, Roma. Henri Hude: Filósofo francés. Ex rector del Colegio Stanislas, París. Lydia Jiménez: Directora General del Instituto Secular Cruzadas de Santa María. Paul Johnson: Historiador inglés. Jean Laffitte: Obispo de Entrevaux. Secretario del Consejo Pontificio para la Familia. Nikolaus Lobkowicz: Director del Instituto de Estudios de Europa del Este y Central de la Universidad de Eichstätt, Alemania. Alfonso López Quintás: Filósofo español. De la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Alejandro Llano: Filósofo español. Javier Martínez Fernández: Arzobispo de Granada, España. Carlos Ignacio Massini Correas: Catedrático de la Universidad Nacional de Cuyo, Argentina. Livio Melina: Presidente del Pontificio Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia. Dominic Milroy, OSB: Monje de Ampleforth, ex-rector de Ampleforth College, York, Gran Bretaña. José Miguel Oriol: Presidente de Editorial Encuentro, Madrid. Francesco Petrillo, OMD: Superior General de la Orden de la Madre de Dios. Aquilino Polaino-Lorente: Psiquiatra español. Cardenal Paul Poupard: Presidente emérito del Pontificio Consejo de Cultura. Javier Prades: Rector de la Universidad Eclesiástica San Dámaso, Madrid. Miembro de la Comisión Teológica Internacional. Dominique Rey: Obispo de Frejus-Toulon, Francia. Florián Rodero L.C: Profesor de Teología del Ateneo Regina Apostolorum en Roma. Romano Scalfi: Director del Centro Rusia Cristiana, Milán. Cardenal Angelo Scola: Arzobispo de Milán. Josef Seifert: Filósofo austríaco. David L. Schindler: Director del Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre Matrimonio y Familia, Washington D.C. Robert Spaemann: Filósofo alemán. Miguel Ángel Velasco: Director de Alfa y Omega, Madrid. Juan Velarde Fuertes: De la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Premio Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales (1992). Richard Yeo, OSB: Abad Presidente de la Congregación Benedictina de Inglaterra.


H U M A N I T A S

H umanitas Nº 75 INVIERNO 2014 – AÑO XIX

CIUDADANOS RELIGIOSOS Y SECULARES EN DEMOCRACIA Robert Spaemann

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IGLESIA Y EDUCACIÓN Mons. Héctor Vargas

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GOBERNAR Y SER GOBERNADO Miguel Alfonso Martínez-Echevarría 36 CIENCIA Y TÉCNICA EN LA SOCIEDAD ACTUAL: LA CUESTIÓN ANTROPOLÓGICA Vittorio Possenti

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Lección y significado de la reciente crisis LA GRAN CONTRACCIÓN Antonio Spadaro

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Darwinismo y doctrina católica EVOLUCIÓN Y ANTROPOGÉNESIS Pablo De Lisi

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La luz en el arte y la arquitectura (y III) ¿CUÁL LUZ HOY? Andrea Dall’Asta S.J

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Destacamos en APUNTES Y NOTAS LA NACIÓN RUSA ENTRE IDENTIDAD Y UNIVERSALIDAD Julia Lam

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Destacamos en LIBROS Vittorio Possenti ¿DEL HOMO FABER AL HOMO FABRICATUS?

Sumario Editorial Apuntes y Notas La Palabra del Papa Panorama Libros Sobre los Autores Portada: Chagall, "Le Frappement du rocher."

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En orden a facilitar el contacto con nuestros lectores y eventuales suscriptores, se pueden consultar los contenidos de este y de los anteriores números de Humanitas en Internet. Dicha información se entrega por medio de resúmenes de cada uno de los trabajos publicados en www.humanitas.cl VER REVISTA DIGITAL

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HUMANITAS

diecinueve años sirviendo al encuentro de la fe y la cultura

HUMANITAS (ISSN 07172168) recoge los trabajos de sus colaboradores regulares, nacionales y extranjeros. Asimismo, de otros autores cuya temática resulta afín con los objetivos de esta publicación. Toda reproducción total o parcial de los artículos publicados por HUMANITAS requiere de la correspondiente autorización, a excepción de comentarios o citas que se hagan de los mismos. Diseño y Producción: Publicidad Universitaria UC Impresión: Ograma Impresores Suscripciones y correspondencia: HUMANITAS, Centro de Extensión de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Av. Libertador Bernardo O’Higgins 390, 3 er piso, Santiago, Chile. Teléfono (562) 2354 6519, Fax (562) 2354 3755, E-mail: humanitas@uc.cl Suscripción anual, $28.000; estudiantes, $18.000. Valor por ejemplar, $7.000.




HUMANITAS Sumario n° 75 (julio-septiembre 2014)

CIUDADANOS RELIGIOSOS Y SECULARES EN DEMOCRACIA, por Robert Spaemann. La fe en una revelación divina presupone una confianza elemental en la razón humana, una confianza que, sin embargo, como Nietzsche observó de forma correcta, implícitamente ya es una fe. Una fe que significa que Dios es la verdad, que la verdad es divina. Los cristianos quieren una referencia a Dios en la Constitución de su país, porque solo así se expresa que a los hombres no está permitido todo lo que puedan hacer, en el caso en que quieran darse a sí mismos, por vía de mayorías, un ius ad omnia, un derecho a cualquier cosa. Desean el reconocimiento de normas éticas como si Dios existiese, ya que no el de la existencia de Dios. Y esto significa simplemente el reconocimiento de una ley moral natural. Solo con el fundamento de este reconocimiento es posible una pax illis et nobis communis, una convivencia pacífica de cristianos y no cristianos en un país. Un reconocimiento semejante significa el sometimiento de deseos, intereses y preferencias individuales bajo un criterio común. Solo en base a un criterio semejante es posible un discurso público en el que verdaderamente esté supuesto el bien común, y en el que los argumentos no sirvan solo al enmascaramiento de intereses. La democracia vive de la fe en la posibilidad de un entendimiento racional. Humanitas 2014, LXXV, págs. 10 - 25

IGLESIA Y EDUCACIÓN, por monseñor Héctor Vargas. La Iglesia concibe la educación como un proceso de formación integral, mediante la asimilación sistemática y crítica de la cultura. Ello exige confrontar e insertar valores perennes en el contexto actual. De este modo, la cultura se hace educativa. Una educación que no cumpla esta función, limitándose a elaboraciones prefabricadas, se convertirá en un obstáculo para el desarrollo de la personalidad de los alumnos. No se puede olvidar que se enseña para educar, o sea, para formar al ser humano desde dentro, para liberarlo de los condicionamientos que pudieran impedirle vivir plenamente. La educación, entonces, se transforma en una actividad del orden de la cultura, la cual tiene una finalidad esencialmente humanizadora. Se comprende, por lo tanto, que el objetivo de toda educación genuina es la de personalizar al ser humano, sin desviarlo; antes bien, orientándolo siempre hacia su fin último que trasciende su finitud esencial. La educación, en consecuencia, resultará más humanizadora en la medida en que más se abra a la trascendencia, es decir, a la Verdad y al sumo Bien. Humanitas 2014, LXXV, págs. 26 - 35

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GOBERNAR Y SER GOBERNADO, por Miguel Alfonso Martínez-Echevarría. Las raíces de la antropología individualista se remontan a los problemas teológicos, iniciados en el siglo XIV, y que llevarían al extraño concepto de “naturaleza humana pura”. Se pretendía evitar y dar por zanjado el problema de los conflictos que lleva consigo el recurso a la tradición y a la autoridad como modo de entender el desarrollo de la vida en común. Desgraciadamente se optó por una idea de secularidad que exigía prescindir de la tradición. Se pensó que había que actuar “como si Dios no existiera”; que bastaba con la razón para dar explicación de la vida en común. De este modo se adoptaba una postura que acabaría por situar la acción humana en el plano abstracto de lo matemático, donde por definición no cabe lo dinámico. Ello daría lugar al extraño diseño del hombre como individuo a quien le bastaría con recurrir a su mente pensante para actuar, sin necesidad de poseer tradición y cultura, o lo que es lo mismo, sin comunidad y sin el lenguaje que es propio de cada una de ellas. Del mismo modo en que la acción humana no se reduce al pensamiento, que no es la mente aislada la que actúa, sino el hombre completo, con su alma y cuerpo, tampoco la empresa puede ser un proyecto pensado en un espacio matemático, sino que necesita de la organización, una especie de extensión de la corporalidad humana, que hace posible la aparición y mantenimiento de una tradición y una comunidad. La empresa no es posible sin el apoyo de una comunidad, que a su vez solo puede mantenerse si es capaz de integrarse en el conjunto de comunidades que constituye la sociedad. Humanitas 2014, LXXV, págs. 36 - 53

CIENCIA Y TÉCNICA EN LA SOCIEDAD ACTUAL: LA CUESTIÓN ANTROPOLÓGICA, por Vittorio Possenti. La primera urgencia para alcanzar un progreso auténtico estriba en reintroducir la antropología en la técnica, de la que la concepción positivista y materialista la ha expulsado; en volver a concebir al hombre como corpore et anima unus, y en superar el individualismo radical. Resulta patente, a estas alturas, que el individualismo que se ha afianzado en la cultura occidental no tiene tan solo el rostro luminoso de la libertad, de la autonomía, de la responsabilidad, sino que esconde también un lado oscuro: un extravío profundo y doloroso que pone cada vez más de relieve que la existencia ha perdido su sentido y su destino. Se trata de un panorama que no se percibe con el dramatismo que merecería, sino con una sorprendente resignación. El individuo solitario, aun sufriendo por su soledad, le dice al otro: “Noli me tangere”. Por eso la encíclica Caritas in veritate de Benedicto XVI invita a “favorecer una orientación cultural personalista y comunitaria, abierta a la trascendencia, del proceso de integración planetaria”. Sobre este proceso ejerce profunda influencia la relación entre persona y técnica, en la que esta última intenta transformar al hombre, llevando al extremo el mito de Prometeo: se pasa así del homo faber, al que hemos conocido durante milenios y que intentaba transformar la naturaleza, al reciente homo creator que, poseído por la hybris, crea nuevas realidades e intenta modificarse a sí mismo, manipulando en la actualidad las raíces de la vida. Humanitas 2014, LXXV, págs. 54 - 65

LA GRAN CONTRACCIÓN, por Antonio Spadaro. Con el “infarto” que afectó al sistema financiero global en el año 2008, comenzó una etapa de “gran contracción” y de crisis, de inmensas consecuencias mundiales. Se hace necesario entonces comprender qué ha estado en juego y dónde radicaron las grandes equivocaciones. Los cristianos están llamados a la tarea de interpretar con atento discernimiento la gran contracción para comprender sus causas profundas y sus caminos de salida, sin desconfiar de la política y valorizando el punto de vista original elaborado por el catolicismo sobre los temas sociales, económicos y antropológicos. Humanitas 2014, LXXV, págs. 66 - 81

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EVOLUCIÓN Y ANTROPOGÉNESIS, por Pablo De Lisi. El autor expone la tesis de fondo de la teoría de la evolución de Darwin y del neodarwinismo a partir de la “selección natural”, acompañándola con las afirmaciones más recientes de científicos de diversas ramas de la biología, quienes, contrariamente a la opinión común, que considera ya consolidadas y verdaderas las concepciones darwinianas, muestran sus puntos débiles y superados, entendiendo la evolución más bien como producto de factores internos de los organismos y no de factores ambientales. El autor señala luego el hecho de que también la Iglesia rechaza el darwinismo, pero no la idea de evolución, que en el plano científico sigue siendo por lo demás solo una hipótesis probable. Humanitas 2014, LXXV, págs. 82 - 99 ¿CUÁL LUZ HOY?, por Andrea Dall’Asta. En esta tercera parte de la serie, el autor aborda el uso de la luz en las creaciones arquitectónicas religiosas contemporáneas, revelando que hay pocos ejemplos donde la luz se convierta en revelación. La arquitectura moderna está produciendo espacios de total transparencia con una luz natural carente de toda dialéctica de luz y sombra. Se crea entonces una luz homogénea, plana, funcional en relación con los ritos y las celebraciones, pero sin “misterio”. La luz ya no es tal. Se ha convertido en iluminación plana. Todo adquiere gran visibilidad, pero el espacio no tiene profundidad. Es la muerte del espacio, el fin de su fuerza expresiva. Y este efecto surge con intensidad aún mayor con la luz artificial. Mientras el hombre antiguo se dejaba guiar por la luz para construir sus propias arquitecturas, creando una armonía entre natura naturalis y natura artificialis, entre naturaleza y arquitectura, hoy la luz ha llegado a ser puramente funcional, práctica. La arquitectura sacra contemporánea ha perdido el sentido del misterio, produciendo espacios que corren riego de ser escuálidos, carentes de fuerza simbólica. Humanitas 2014, LXXV, págs. 100 - 105 APUNTES Y NOTAS La nación rusa entre identidad y universalidad, por Julia Lami. La autora indaga sobre el tema de la nación rusa, deteniéndose principalmente en el concepto de la investigación de la identidad tan característico del complejo mundo ruso, el cual desde siempre oscila entre una dimensión nacional y una dimensión —de iure o de facto— imperial. Humanitas 2014, LXXV, págs. 106 - 115 LIBROS “La rivoluzione biopolitica. La fatale alleanza tra materialismo e tecnica” por Vittorio Possenti (Lindau); “J’ai vécu avec un saint” por Stanislaw Dziwisz y Gian Franco Svidercoschi (Les Éditions du Cerf ); “Educar: Exigencia y pasión. Desafíos para educadores cristianos” por Jorge M. Bergoglio. Papa Francisco (Publicaciones Claretianas- Editorial CCS); “Los judíos del Papa. El plan secreto del Vaticano para salvar a los judíos de los nazis” por Gordon Thomas (Editorial Edhasa); “Teología del tiempo” por José Granados (Ediciones Sígueme); “Cásate y sé sumisa. Experiencia radical para mujeres sin miedo” y “Cásate y da la vida por ella. Hombres de verdad para mujeres sin miedo” por Costanza Miriano (Editorial Nuevo Inicio); “Herencia Alemana. Casas de Valdivia” por Gabriel Guarda y Hernán Rodríguez Villegas (Edición financiada por Banco Santander); “The Activity of Being. An Essay on Aristotle’s Ontology” por Aryeh Kosman (Harvard University Press); “Cuentos con historia. Chile. Siglos XVI, XVII y XVIII” por Jacqueline Dussaillant Christie (Ediciones UC); “El Rosario. Historia, Redescubrimiento y Propuestas” por Juan Carlos Villa Larroudet (Ágape Libros); “Transfiguración” por Diego Honorato Errázuriz (Ediciones Grillo M.). Humanitas 2014, LXXV, págs. 188 - 203

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Pablo VI y Juan Pablo II, mártires de la familia

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oniendo en movimiento cierta agitación mediática, como si con ocasión de la III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos se hubiesen de revisar y cambiar los fundamentos antropológicos, morales y teológicos en que se apoya la institución de la familia, algunos agentes han dado su personal interpretación al resultado de encuestas realizadas entre católicos de Alemania, Suiza, Francia y Japón, publicados por las respectivas conferencias episcopales. Se extrapola presentándolos como un revisionismo generalizado y, todavía más, sin fundamento teológico serio que lo avale, alguno ha querido elevar este catastro —en el cual, como sabemos, no podrían faltar objeciones— a la categoría de “sensus fidelium”… Verdaderamente, más que discutir esa torcida hermenéutica, sólo cabe asombrarse de tanta audacia. A inmensa distancia de lo anterior, el Instrumentum laboris (IL) dado a conocer en el Vaticano en junio pasado —“Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización”—, preparado con base en una consulta a todas las conferencias episcopales del mundo y destinado a orientar las labores de los obispos y expertos que participarán el próximo mes de octubre en el Sínodo, plantea otro horizonte. En efecto, reconociendo que “muchos cristianos manifiestan dificultades”, se constata allí que, por de pronto, “la enseñanza de la Iglesia sobre la dignidad y el respeto por la vida humana es… amplia y fácilmente aceptada, al menos en principio”. Particularmente importante es el párrafo con que se abre el N° 13 de este IL: “Un buen número de Conferencias Episcopales observa que, si se transmite en profundidad la enseñanza de la Iglesia con su genuina belleza, humana y cristiana, ésta es aceptada con entusiasmo por gran parte de los fieles. Cuando se logra mostrar una visión global del matrimonio y la familia según la fe cristiana, se percibe su verdad, bondad y belleza. La enseñanza es mayormente aceptada donde los fieles hacen un auténtico camino de fe, y no sienten sólo una curiosidad improvisada sobre lo que piensa la Iglesia acerca de la moral sexual”. Signos providenciales que acompañarán al Sínodo de los Obispos serán, por una parte, la compañía espiritual de San Juan Pablo II, canonizado el pasado 27 de abril y proclamado por el Papa Francisco protector de esta asamblea, auténtico mártir (testigo) de la familia cristiana. Por otra, la beatificación del Siervo de

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EDITORIAL

Dios Papa Pablo VI, que presidirá el actual pontífice el domingo 19 de octubre, al clausurar la primera etapa de este Sínodo. La vinculación martirial del Papa Montini con la familia, en cuanto verdadero icono de la doctrina que defiende su esencial apertura a la vida, será sin duda un referente religioso y moral muy importante para los padres sinodales. En la página 625 de esta edición se reproduce su profética defensa, durante la inauguración de la Conferencia de Medellín, en agosto de 1968, de la encíclica “Humanae vitae”, proclamada por él un mes antes. Pablo VI se dirigía a los cristianos y hombres de buena voluntad de este continente de la esperanza, en el cual se quería hacer especialmente explícita la llamada “opción preferencial por los pobres”. Desde los países más desarrollados económicamente se orquestaba, al mismo tiempo, una campaña que crucificó la imagen del pontífice por esta defensa de la apertura a la vida que valientemente, con verdadera parresía, acometió. Cuando hoy se escucha la voz de algún teólogo latinoamericano reivindicando, como si fuese genuino magisterio, el distanciamiento de la enseñanza de la Iglesia que expresan algunos católicos de países ricos, entre los más secularizados, como los que se mencionaran en el primer párrafo, no pueden dejar de venir a la memoria aseveraciones que, por contundentes, no dejan de ser muy justas y pertinentes al caso. Así por ejemplo la del entonces presidente del Instituto Juan Pablo II para estudios sobre matrimonio y familia, monseñor Carlo Caffarra —hoy cardenal arzobispo de Bolonia—, quien en una entrevista al decano de la prensa chilena aseveró, con relación al grupo de noventa teólogos alemanes que en 1990 encabezaron una arremetida contra la encíclica del Papa Montini, lo siguiente: “Esto constituye una bendición clerical a la sociedad consumista y permisiva occidental. Son los sacerdotes de la corte de este imperio de corrupción”. El horizonte próximo, más allá de las posibles y eventuales tormentas mediáticas, debe enfocarse de muy otra manera que la que representan las voces de la contestación. Es, por ejemplo, lo que apreciamos en las palabras de la conclusión del IL (n.159): “El amor de Dios resplandece de modo peculiar en la familia de Nazaret, punto de referencia seguro y consuelo para toda familia. En ella brilla el amor verdadero, al que deben mirar todas nuestras realidades familiares, para obtener luz, fuerza y consolación. A la Santa Familia de Nazaret queremos encomendar la III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos, con las palabras del Papa Francisco: Santa Familia de Nazaret, que el próximo Sínodo de los Obispos haga tomar conciencia a todos del carácter sagrado e inviolable de la familia, de su belleza en el proyecto de Dios”. JAIME ANTÚNEZ ALDUNATE Director de Humanitas

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«Quien dispone de una fundamentación fuerte, naturalmente puede usar también la débil, que es la base común de cristianos e increyentes, la base de una realidad estatal en la que participan ambos, de una paz, de una pax nobis et illis communis, que es más que una tregua pasajera».


Ciudadanos religiosos y seculares en democracia POR ROBERT SPAEMANN

Estado secular y de derecho

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erece consideración que Jürgen Habermas, al tratar sobre ciudadanos religiosos y seculares en un Estado moderno, renuncie explícitamente a definir al Estado moderno como Estado secular. Y precisamente por este motivo exacto: tal definición haría de los ciudadanos religiosos ciudadanos de segunda clase. Pero, ¿no nos encontramos en un dilema? ¿No está condenado al fracaso todo intento de neutralizar la oposición entre fe y no fe, y de ordenar la comunidad humana poniendo entre paréntesis la cuestión de la verdad? ¿Pueden los creyentes renunciar a convertir en legislación lo que consideran mandamientos de Dios, cuando lleguen a ser la mayoría en un Estado? Y al revés, ¿no es comprensible que increyentes rechacen una legislación cuyos fundamentos no son plausibles para ellos? ¿Acaso no puede comprenderse que digan a los creyentes: Nadie os obliga a abortar a vuestros hijos, a divorciaros, a establecer vínculos homosexuales, a visitar Peep-Shows, a matar a vuestros parientes cuando la vida se les haga incómoda a ellos o ellos sean incómodos para vosotros? Nadie os dificulta que recéis, que vayáis a la Iglesia, que cuidéis gratuitamente a los enfermos de sida. Pero, por favor, permitid que otros hombres piensen de modo diferente que vosotros, y vivan como les guste. La respuesta del Islam a este respecto es clara: el mandamiento de Dios no regula solo la vida privada, sino también la pública. No permite tolerar una desobediencia pública a estos mandamientos, y menos que se abandone la verdadera fe. Hace varios siglos, la respuesta de la Iglesia era muy semejante a la musulmana; pero hace mucho que ya no lo es. A algunos les parece que la posición actual de la Iglesia es un compromiso inaceptable con el secularismo. La respuesta musulmana parece tener la lógica de su parte. Y, si esto es así,

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EN LA DEMOCRACIA LOS CRISTIANOS SON OBEDIENTES, MIENTRAS NO SE LES PIDA ALGO QUE CONTRADIGA LOS MANDAMIENTOS DE DIOS. EN LA DEMOCRACIA, NINGÚN CIUDADANO PUEDE ABANDONAR SU RESPONSABILIDAD. YA QUE PUEDE HABLAR, HAY SITUACIONES EN LAS QUE TIENE QUE HABLAR. PUES SOMOS RESPONSABLES DE LAS CONSECUENCIAS DE LA FALTA DE EJERCICIO DE UN DERECHO.

Resumen de conferencia pronunciada por el autor al cierre del Congreso Católicos y Vida Pública, Universidad San Pablo, CEU, Madrid.

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entonces parece plausible que ciudadanos tanto cristianos como seculares vean en la extensión del Islam un peligro para la subsistencia de una sociedad libre, es decir, el peligro de la teocracia.

Un reino que no es de este mundo

UN SOBERANO TIENE QUE SABER LO QUE QUIERE. PERO NO EXISTE EL PUEBLO QUE SABE LO QUE QUIERE, SINO QUE HAY UNOS QUE QUIEREN UNA COSA Y OTROS QUE QUIEREN OTRA. LA MAYORÍA DECIDE, PERO NO PORQUE TENGA RAZÓN, SINO PORQUE ES EL ÚNICO PROCEDIMIENTO INDIFERENTE A LA CUESTIÓN DE QUIÉN TIENE RAZÓN,

Pero, ¿no quieren una teocracia también los cristianos?; ¿no quieren el reinado, el reino de Dios en la vida tanto privada como pública? Realmente sí lo quieren. Pero tienen también la frase de Jesús ante Pilatos: “Mi reino no es de este mundo”. Y Jesús dice esta frase para aclarar que Él no quiere extender o defender este reino con los medios de los reinados terrenos. Con estos medios solo se puede obligar a una obediencia exterior, mientras que a Jesús le importa el reinado sobre los corazones, la fe, que no se puede forzar. El libre asentimiento de la fe presupone que es posible también la increencia. La exigencia de la libertad religiosa no es un compromiso de la Iglesia con el mundo liberal, sino una exigencia que proviene del núcleo mismo del cristianismo. Por eso, una teocracia real no es una forma de Estado. Allí donde se comprende el reinado de Dios como una forma política de reinado, resulta consecuente, por ejemplo, que se castigue la blasfemia con la pena de muerte. Es el crimen mayor que existe; sancionarla con una pena menor sería en sí mismo una blasfemia. En los Estados de libertad no se protege el honor de Dios. El honor de Dios no puede ser protegido políticamente; de hecho, su honor no sufre ningún daño en ningún caso. Lo que tiene pretensión de ser protegido es la convicción religiosa de los ciudadanos. No se puede ofender públicamente aquello que es santo para ellos, sin ofender a los fieles. Y esta ofensa ha de tener una pena, pues es una injusticia contra hombres y contra conciudadanos. Pero no es la injusticia peor, y la pena adecuada no es la pena más severa de que dispone el Estado. El Estado moderno se refiere a la verdad siempre solo indirectamente, y directamente solo a las convicciones sobre la verdad.

Coexistencia En esto descansa la paz interior. Pues la verdad en cuanto tal es intolerante. Si algo es verdadero, lo contrario no puede ser también verdadero. Y así, Dios, tal como la Biblia lo entiende,

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también es intolerante: “No tendrás otro Dios fuera de mí”. Pero las convicciones sobre la verdad pueden coexistir unas con otras. Sus contenidos pueden excluirse, pero, por el contrario, su existencia como convicción es mutuamente compatible. Se trata de una distinción que ya hacía san Agustín, cuando escribía que ha de odiarse el error, pero amar al que yerra; y cuando hablaba de la paz, que es común a creyentes e increyentes (Pax illis et nobis communis). De todos modos, con ello no se resuelve sin más el problema de una comunidad ciudadana hecha de creyentes e increyentes; y menos aun en el caso de un Estado democrático. En el Nuevo Testamento se amonesta a los cristianos a ser súbditos leales, incluso en regímenes injustos. Durante trescientos años se dejaron perseguir y matar por los emperadores romanos, y siguieron rezando por el emperador. Y esto lo practican hasta hoy. Recuerdo una pequeña historia de la antigua República Democrática Alemana. Yo había ido de visita en otoño. En aquel año, había una buena cosecha de manzanas. Los bajos precios de mercado habían conducido a que muchos dueños de un par de manzanos dejasen pudrirse la fruta en los árboles. Por eso, el Estado compró manzanas a un precio aceptable, para venderlas luego en los comercios estatales por debajo del precio de coste. En todos los hoteles había cestas con manzanas que se podían coger gratuitamente. ¿Cuál fue la consecuencia de este procedimiento antieconómico? Que la gente vendía sus manzanas al Estado y luego las compraba en los negocios estatales a mitad de precio, para volvérselas a vender a los negocios estatales al precio oficial. Un párroco me comentó que los cristianos fueron los únicos que no participaron en este juego, sino que se daban por contentos con la ganancia de una sola operación, ya que toda esta operación antieconómica del Gobierno estaba destinada claramente a servir al bien común. En estas ocasiones, los funcionarios comunistas sabían con toda precisión que los únicos con los que podían contar en casos semejantes era con los cristianos. Pero estos mismos cristianos seguían ahí cuando ya no quedaba ningún comunista en el poder. En la antigua Roma, los trescientos años de persecución terminaron con que el emperador se hizo cristiano. En la democracia, las cosas se plantean de otra manera, aunque no totalmente. También aquí los cristianos son

LAS DEMOCRACIAS OCCIDENTALES APRENDIERON A RECONOCER DERECHOS FUNDAMENTALES, CUYA VIGENCIA NO PROVIENE DE UNA DECISIÓN MAYORITARIA, SINO QUE, AL REVÉS, LIMITA LA VOLUNTAD DE LA MAYORÍA. (…) ESTOS DERECHOS FUNDAMENTALES NO PUEDEN SER CAMBIADOS POR NINGUNA MAYORÍA PARLAMENTARIA.

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EN OPINIÓN DE LOS DEFENSORES LIBERALES DE UNA SOCIEDAD SECULAR, LOS DERECHOS FUNDAMENTALES, COMO TODO DERECHO, PROVIENEN DE LA VOLUNTAD ASOCIADA DE HOMBRES. SI TAL FUERA EL CASO, ESTOS DERECHOS TENDRÍAN QUE PODER SER ABOLIDOS. Y SI ELLO ESTÁ EXCLUIDO POR LA CONSTITUCIÓN, ESTARÍAMOS ANTE UNA DICTADURA DE LOS MUERTOS, QUE CODIFICARON ESOS DERECHOS, SOBRE LOS VIVOS.

obedientes, mientras no se les pida algo que contradiga los mandamientos de Dios. Pero, en la democracia, los creyentes, como los increyentes, no son solo súbditos, sino también ciudadanos, y como ciudadanos, parte del sujeto de la soberanía. No solo están sometidos a las leyes, sino que son corresponsables de las leyes. No se pueden contentar con no hacer nada injusto, pues son corresponsables de la injusticia que permita el legislador, ya que son parte del legislador, y, en una democracia, deben incluso esforzarse por ser la parte mayor posible. Tomás Moro fue Canciller de un rey preconstitucional. Como Canciller, no podía sostener la política del rey, separar a la Iglesia inglesa de la romana. Como persona privada podía callarse. Por eso dejó su cargo estatal y volvió a ser un hombre privado. En su boca no se encontró ninguna palabra crítica. Testigos falsos tuvieron que poner en sus labios palabras críticas, para que el rey le cortara la cabeza. Tampoco los cristianos de los primeros siglos proclamaban públicamente su fe si no se les exigía. Simplemente, rechazaron renegar públicamente de su fe. En la democracia, ningún ciudadano puede abandonar su responsabilidad, como en cambio lo pudo hacer Tomás Moro. Ya que puede hablar, hay situaciones en las que tiene que hablar. Pues somos responsables de las consecuencias de la falta de ejercicio de un derecho. Pero es propio de la democracia también que sean diferentes, o incluso opuestas, las opiniones sobre qué es lo mejor para el bien común. En todo caso, la soberanía popular es un mito. Un soberano tiene que saber lo que quiere. Pero no existe el pueblo que sabe lo que quiere, sino que hay unos que quieren una cosa y otros que quieren otra. La mayoría decide, pero no porque tenga razón, sino porque es el único procedimiento indiferente a la cuestión de quién tiene razón, una pregunta que lleva consigo potencialmente el riesgo de la guerra civil. Para evitarla, Thomas Hobbes había escrito: “Non veritas sed auctoritas facit legem” (No la verdad, sino la autoridad determina lo que es ley).

Límites a la mayoría Pero la autoridad en la democracia está en la mayoría. De todos modos, tras las experiencias de las dictaduras erigidas democráticamente, las democracias occidentales aprendieron

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a reconocer derechos fundamentales, cuya vigencia no proviene de una decisión mayoritaria, sino que, al revés, limita la voluntad de la mayoría. ¿En qué descansan estos derechos fundamentales? Son claramente derecho pre-positivo. En la Constitución de mi país, Alemania, estos derechos fundamentales no pueden ser cambiados por ninguna mayoría parlamentaria. Por el contrario, será inválida toda ley que, según el juicio del Tribunal Constitucional, no concuerde con estos derechos fundamentales. Por desgracia, la praxis no responde siempre a esta exigencia, aunque, en principio, esté generalmente reconocida. Así, por ejemplo, el legislador alemán ignora desde hace años determinaciones concretas del Tribunal Constitucional concernientes al aborto. En opinión de los defensores liberales de una sociedad secular, los derechos fundamentales, como todo derecho, provienen de la voluntad asociada de hombres. Si tal fuera el caso, estos derechos tendrían que poder ser abolidos. Y si ello está excluido por la Constitución, estaríamos ante una dictadura de los muertos, que codificaron esos derechos, sobre los vivos. Pero si estos derechos le corresponden al hombre independientemente de su voluntad, entonces tienen que ser de origen divino. Quien no cree en Dios, tendrá que considerarlos una ficción, quizá una ficción útil; o incluso necesaria. En todo caso, no se opondrá en modo alguno a una referencia a Dios en la Constitución de su país. Si lo hace, cabe la sospecha de que quiera anclar menos sólidamente los derechos humanos. El ordenamiento jurídico ha de hacerse etsi Deus non daretur (como si Dios no existiese), exigían los filósofos europeos del Derecho en el siglo XVII. Lo que sea oportuno para el bien común, y lo que no, tiene que poder mostrarse con la pura razón. Esta frase, sin embargo, se encuentra ya en Tomás de Aquino, que escribe: “Dios no le ha mandado al hombre nada que no sea bueno y beneficioso para el hombre por la naturaleza misma de las cosas”. Pero, por otra parte, está vigente lo contrario de la frase etsi Deus non daretur. Pues si el contenido de las normas morales, así como el de los derechos fundamentales, se sigue de la naturaleza de los hombres y puede ser aprehendido por la razón —“en el silencio de las pasiones”, como decía Diderot—, hay un vacío por lo que respecta a la vigencia de estas normas. Para el hombre, como persona, no está

LA ILUSTRACIÓN, SURGIDA EN EL SENO DE LA IGLESIA, HABÍA COMBATIDO, EN NOMBRE DE LA RAZÓN, A LA FE CRISTIANA EN LA REVELACIÓN. LA DIOSA RAZÓN FUE ENTRONIZADA EN EL ALTAR DE NOTRE DAME EN PARÍS. HOY ES LA IGLESIA QUIEN DEFIENDE A LA RAZÓN CONTRA LOS AUTOPROCLAMADOS HEREDEROS DE LA ILUSTRACIÓN.

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FRIEDRICH NIETZSCHE HABÍA DIAGNOSTICADO ESTA EVOLUCIÓN HACE YA UN SIGLO. SU TESIS ERA: LA RAZÓN HA DESTRUIDO LA FE EN DIOS. PERO CON ELLO HA DESTRUIDO SUS PROPIOS FUNDAMENTOS, LA FE EN ALGO ASÍ COMO LA VERDAD Y EN LA POSIBILIDAD DE SU CONOCIMIENTO. (…)

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vigente una especie de autoridad de la naturaleza. Y tampoco existe ninguna autoridad natural de alguna mayoría de otros hombres sobre él, de la que no pueda emanciparse. Si deseamos que los hombres sigan su intuición moral, y si queremos que algo así como los derechos humanos tenga vigencia independientemente de la voluntad de la sociedad, entonces tenemos que comportarnos en relación a ellos etsi Deus daretur (como si Dios existiese). Tras todas estas consideraciones, el problema de la convivencia política de creyentes e increyentes parece resuelto. La razón nos enseña qué ordenamiento de las cosas humanas es bueno para el hombre. La fe en Dios nos da motivos para suponer, tras este entendimiento de las cosas, la voluntad de una autoridad incondicionada. El contenido de los derechos naturales nos es dado etsi Deus non daretur, la fuerza vinculante de esta percepción presupone el etsi Deus daretur.

Ciudadano religioso y secular Pero en realidad las cosas no son tan armónicas. La construcción ideal típica no refleja perfectamente nuestra realidad. En primer lugar, hay que precisar el concepto de creyente, el concepto de ciudadano religioso en contraposición con el secular. Pues hay diferencia si hablamos de musulmanes o de cristianos. Y es diferente si hablamos de creyentes en la Revelación o de hombres que creen en la existencia de Dios, pero no en la revelación de su voluntad a través de un libro o a través de otros hombres. Normalmente, esta última categoría es ya bastante insignificante en el ámbito, mientras que en la época de la Ilustración jugaba un gran papel. La mayoría de los llamados ilustrados en Europa no eran ni ateos ni agnósticos. Estaban de acuerdo con la idea cristiana de que existe un conocimiento puramente racional de Dios, y de que Dios, como escribe el apóstol Pablo, inscribió sus mandamientos en el corazón de los paganos, también sin Sinaí y sin Evangelio. La Revolución Francesa, en la época del poder jacobino, castigaba el ateísmo con la pena de muerte. Los laicistas de hoy día, es decir, los ciudadanos seculares de hoy, ya no creen en una religión natural y en un conocimiento natural de Dios. La Ilustración, surgida en el seno de la Iglesia, había combatido, en nombre de la razón, a la fe


“Medusa”, óleo de Caravaggio (ci. 1596)

cristiana en la Revelación. La diosa razón fue entronizada en el altar de Notre Dame en París. Hoy es la Iglesia quien defiende a la razón contra los autoproclamados herederos de la Ilustración. Fuera del cristianismo, la duda en la capacidad de la razón para conocer la realidad se ha convertido en la visión del mundo dominante. E igualmente la duda en la capacidad de la razón práctica para reconocer normas morales. Escepticismo y relativismo cultural son los paradigmas dominantes. Friedrich Nietzsche había diagnosticado esta evolución hace ya un siglo. Su tesis era: la razón ha destruido la fe en Dios. Pero con ello ha destruido sus propios fundamentos, la fe en algo así como la verdad y en la posibilidad de su conocimiento. Si Dios no existe, entonces solo hay perspectivas subjetivas, pero ninguna cosa en sí. Con ello se termina la Ilustración. Hoy son los cristianos quienes sostienen la capacidad de la razón humana para alcanzar verdades universales, una posibilidad que ya negaba David Hume, cuando

(…) SI DIOS NO EXISTE, ENTONCES SOLO HAY PERSPECTIVAS SUBJETIVAS, PERO NINGUNA COSA EN SÍ. CON ELLO SE TERMINA LA ILUSTRACIÓN. HOY SON LOS CRISTIANOS QUIENES SOSTIENEN LA CAPACIDAD DE LA RAZÓN HUMANA PARA ALCANZAR VERDADES UNIVERSALES, UNA POSIBILIDAD QUE YA NEGABA DAVID HUME, CUANDO ESCRIBÍA: “WE NEVER DO ONE STEP BEYOND OURSELVES” (NUNCA DAMOS UN PASO MÁS ALLÁ DE NOSOTROS).

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escribía: “We never do one step beyond ourselves” (Nunca damos un paso más allá de nosotros).

Fe y confianza

LOS CRISTIANOS QUIEREN UNA REFERENCIA A DIOS EN LA CONSTITUCIÓN DE SU PAÍS, PORQUE SOLO ASÍ SE EXPRESA QUE A LOS HOMBRES NO ESTÁ PERMITIDO TODO LO QUE PUEDAN HACER, EN EL CASO EN QUE QUIERAN DARSE A SÍ MISMOS, POR VÍA DE MAYORÍAS, UN IUS AD OMNIA, UN DERECHO A CUALQUIER COSA. DESEAN EL RECONOCIMIENTO DE NORMAS ÉTICAS COMO SI DIOS EXISTIESE, YA QUE NO EL DE LA EXISTENCIA DE DIOS. Y ESTO SIGNIFICA SIMPLEMENTE EL RECONOCIMIENTO DE UNA LEY MORAL NATURAL.

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La fe en una revelación divina presupone una confianza elemental en la razón humana, una confianza que, sin embargo, como Nietzsche observó de forma correcta, implícitamente ya es una fe. Una fe que significa que Dios es la verdad, que la verdad es divina. En esto se funda la posibilidad de comprenderse con no cristianos en cuestiones referentes al ordenamiento humano de la vida. Los cristianos quieren una referencia a Dios en la Constitución de su país, porque solo así se expresa que a los hombres no está permitido todo lo que puedan hacer, en el caso en que quieran darse a sí mismos, por vía de mayorías, un ius ad omnia, un derecho a cualquier cosa. Desean el reconocimiento de normas éticas como si Dios existiese, ya que no el de la existencia de Dios. Y esto significa simplemente el reconocimiento de una ley moral natural. Solo con el fundamento de este reconocimiento es posible una pax illis et nobis communis, una convivencia pacífica de cristianos y no cristianos en un país. Un reconocimiento semejante significa el sometimiento de deseos, intereses y preferencias individuales bajo un criterio común. Solo en base a un criterio semejante es posible un discurso público en el que verdaderamente esté supuesto el bien común, y en el que los argumentos no sirvan solo al enmascaramiento de intereses. Los intereses chocarían entre sí, y se impondrían aquellos que fueran representados con mayor energía, aun cuando objetivamente no pudieran pretender tener el rango más elevado. Pero si el rango no es ordenado objetivamente, todo discurso racional es solo una velada lucha por el poder, como afirma por ejemplo Michel Foucault. Entonces, quiérase o no, se pone en cuestión una base esencial de la democracia, pues la democracia vive de la fe en la posibilidad de un entendimiento racional. Sin la idea de un derecho según la naturaleza, que agradecemos a los griegos, no hay ninguna base común entre creyentes e increyentes. Pero quienes mantienen hoy esta idea son los cristianos católicos. A la táctica de su oponentes pertenece caracterizar esta idea de una ley moral natural como una


idea cristiana y, por tanto, considerarla inaceptable para los no cristianos. Pero esto es injustificado. Todo el que argumenta sobre cuestiones de justicia e injusticia presupone silenciosamente esta idea. A quien denuncie que un vecino le impide dormir, porque toca la trompeta entre las dos y las cuatro de la madrugada, el tribunal le hará justicia, aunque el trompetista explique que para él es algo existencialmente necesario y que solo tiene tiempo por la noche. El interés en un mínimo de sueño tiene objetivamente la prioridad. Y también evidentemente el interés de un hombre ya engendrado en poder vivir toda una vida tiene la prioridad sobre el interés eventual de otro hombre —de su madre— de poder autodeterminarse sin cortapisas durante los nueve meses de embarazo. Después el niño puede ser dado en adopción. Todo el que juzgue sin prejuicios —pues la razón habla, como decía Diderot, “en el silencio de las pasiones”— concordará en esta preferencia. Solo quien niegue por principio que existe una estructura objetiva de preferencia de intereses, aceptará que el interés evidentemente superior sea sacrificado al otro por una regulación liberal del aborto. O tomemos la cuestión de la manipulación genética de la naturaleza humana, que rechazó hace poco Habermas con argumentos claramente de derecho natural. Construir hombres según el proyecto de otros hombres choca con la igualdad fundamental de los hombres. Además, el hombre tiene derecho a conocer a sus progenitores.

Homosexualidad

UN RECONOCIMIENTO SEMEJANTE SIGNIFICA EL SOMETIMIENTO DE DESEOS, INTERESES Y PREFERENCIAS INDIVIDUALES BAJO UN CRITERIO COMÚN. SOLO EN BASE A UN CRITERIO SEMEJANTE ES POSIBLE UN DISCURSO PÚBLICO EN EL QUE VERDADERAMENTE ESTÉ SUPUESTO EL BIEN COMÚN, Y EN EL QUE LOS ARGUMENTOS NO SIRVAN SOLO AL ENMASCARAMIENTO DE INTERESES.

Otro ejemplo: la homosexualidad. Que un hombre, como también un animal, no responda a la fuerza de atracción sexual del otro sexo es claramente un defecto biológico, como aparece también en el resto de la naturaleza, un fallo de la naturaleza, como escribía Aristóteles. Pues la supervivencia del género humano descansa en esta fuerza de atracción. Si un hombre que sufre este defecto e inclina sus tendencias sexuales al propio sexo, sigue o no esta tendencia, es una cuestión moral, que no debe interesar al legislador estatal. El Estado no tiene nada que buscar en los dormitorios, excepto en caso de violación o corrupción de menores. Pero el Estado sí tiene un legítimo interés en que esta tendencia no se

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KATANOESIS Ha habido cierto exceso en el uso de la referencia a la ley natural, en la doctrina social de la Iglesia, nacida a finales del siglo XIX, y después en el siglo XX, hasta el Concilio Vaticano II. Excesos ha habido. Pero esa referencia (al derecho natural) un poco —digamos— exagerada, no quita que ya esté presente en san Pablo, que habla de la katanoesis. Palabra que señala el respeto por la creación, y la profunda convicción de que la creación habla de Dios y, por tanto, habla del hombre. Lo encontramos también en el Antiguo Testamento. Por ello, en lo referente al énfasis dado a la ley natural, y hasta qué punto debe llegar ese énfasis, porque si no deviene “exceso”, se puede discutir, por supuesto, hay que discutir. Pero sobre el hecho de que los cristianos siempre han considerado la creación como una realidad donde está presente el Logos —y, por tanto, no solo una estructura matemática, sino también una indicación de la vida correcta— eso es realmente un legado de los comienzos. También es cierto que, digamos, la atención a la defensa de la vida humana hoy es mayor que en el pasado y, en ese sentido, también hay una característica específica de nuestro siglo, en el que hemos vivido, por lo demás, también una crueldad y un desprecio del ser humano que deberían hacernos despertar. Pero yo diría, nunca se pensó que el hombre llegaría a tener disponibilidad sobre el ser humano, sobre la vida humana. Otra cuestión es el problema de la pena de muerte que se consideraba una concesión en aras de la necesidad de proteger a la sociedad y también de expiar un pecado. Pero incluso si esos pensamientos estaban presentes, nunca asomó la idea de que pudiera llegar a ser lícito disponer, en determinadas circunstancias —según una proporcionalidad de los valores—, de la vida humana. JOSEPH RATZINGER-BENEDICTO XVI (Del libro “¿Dios existe?”. Diálogo con Paolo Flores d’Arcais)

extienda, por la propaganda o por una pedagogía correspondiente, más allá de los que ya tienen esta disposición. Ante todo, contradice completamente a la razón institucionalizar de alguna manera uniones de este género y acercarlas a lo que es el matrimonio. El interés público en la institución de la unión permanente de dos personas de diferente sexo está relacionado, naturalmente, con que de esta unión pueden provenir niños, y normalmente vienen. Si no, también podrían casarse los hermanos. Y no se encuentra realmente motivo alguno por el que la comunidad de vida, por ejemplo,

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de un párroco y su hermana, que cuida la casa, no pueda ser una institución jurídicamente privilegiada, como también una comunidad de tres personas, o un matrimonio entre tres, una pequeña comunidad de vida religiosa o la convivencia de un pequeño círculo de amigos del mismo sexo. Que la comunidad de vida privilegiada públicamente tenga que ser sexual, que no pueda establecerse entre parientes, etc., que existan todas estas restricciones se basa en una imitación del matrimonio que no puede fundamentarse ya con ningún argumento racional. Que alguien se vaya a la cama con otra persona solo es de interés público en relación con los eventuales niños que pueden provenir de este género de unión. Completamente absurdo es ya que se otorgue a parejas semejantes el derecho a la adopción de niños. Esto esconde un individualismo craso, según el cual los niños existen para satisfacción de los padres. La única pregunta legítima, ¿qué es lo mejor para los niños?, pasa a segundo plano. Nada justifica aceptar que para estos niños, que ya tienen el difícil destino de no poder crecer con los propios padres naturales, sea indiferente si pueden experimentar el ser hombres desde el inicio en la forma dual y polar de los dos sexos, es decir en la forma plena, o han de hacerlo en la forma reducida de una comunidad homosexual. Que sea una suerte adquirir un carácter homosexual creciendo en una comunidad homosexual no querrá decirlo nadie en serio. Tras esta exigencia hay un ataque de principio contra algo que pertenece esencialmente a la vida, la normalidad. Y además una normalidad no arbitraria, sino caracterizada por la naturaleza específica de una especie.

ESTOS ARGUMENTOS PRESUPONEN QUE AL HOMBRE NO LE ESTÁ PERMITIDO HACER LO QUE QUIERA, SOLO PORQUE LA SOCIEDAD SE LO PERMITA. PRESUPONEN ALGO ASÍ COMO UNA LEY MORAL NATURAL. UN TERRENO COMÚN SEMEJANTE, UN TERRENO DE EVIDENCIAS COMUNES, ES EN PRIMER LUGAR EL TERRENO DE UNA CULTURA CON COSTUMBRES MORALES COMUNES (...)

Emancipación de la naturaleza La defensa de una emancipación radical, no de la naturaleza humana, sino con respecto a la naturaleza humana, está caracterizada por un alto grado de irracionalismo. Para los discípulos de Nietzsche y de Foucault, la razón misma es solo un medio de poder para imponer deseos individuales, no una instancia para examinar estos derechos según un criterio universal de lo aceptable para todos. Deseos sadomasoquistas tienen el mismo valor que el deseo de curar una enfermedad. Una manifestación en la que se exponían

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(...) NO NOS ENGAÑEMOS: LA DEMOCRACIA PRESUPONE UNA CIERTA MEDIDA DE HOMOGENEIDAD CULTURAL. PERO ESTAS COSTUMBRES TIENEN QUE ENRAIZARSE A SU VEZ EN UNA HOMOGENEIDAD FUNDAMENTAL DE TODOS LOS HOMBRES, UNA HOMOGENEIDAD DE LA NATURALEZA HUMANA Y DE LO QUE LOS GRIEGOS LLAMABAN JUSTO SEGÚN NATURALEZA.

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«Si es un derecho de un enfermo o de un hombre muy anciano el pedir a otro hombre que lo mate, entonces, tras un determinado tiempo, este derecho se convierte en un deber moral. Quien tiene un derecho, tiene la responsabilidad de hacer o no hacer uso de ese derecho. El enfermo, que tiene el derecho de pedir que lo maten, tiene desde ese momento la completa responsabilidad de todos los costes y fatigas que sus parientes y la sociedad habrán de sufragar para cuidarlo. De ahí se sigue la increíble presión moral de liberar a otros del propio peso, y la exigencia silenciosa de seguir la indicación: Ahí está la salida». [Estudio de Ferdinand Hodler]

escenas sádicas asquerosas fue saludada oficialmente por el alcalde de Berlín. Lo importante es que el sádico lo haga con un masoquista, que está de acuerdo en ser tratado como basura. Tras haber iniciado este camino, parece que ya no es posible detenerse. En la pequeña ciudad de Fulda, en la que está enterrado san Bonifacio, el apóstol de los alemanes, pasó lo siguiente hace pocos años. Un hombre joven buscó por Internet a alguien que estuviese dispuesto a dejarse matar y comer por él. Y de hecho apareció uno, un ingeniero. Los dos se encontraron y se pusieron de acuerdo en el procedimiento. A la víctima voluntaria se le cortaron, en primer lugar, los testículos, los asaron y se los comieron juntos. Luego el joven mató al ingeniero de varias cuchilladas, asó partes del cadáver y se las comió, congelando otras partes. Casi no es posible pensar una lesión más extrema de humanidad. El joven fue juzgado y condenado por homicidio, no por asesinato, a una pena limitada de cárcel. El hecho de que la víctima estuviese de acuerdo sirvió de atenuante en


el juicio. Absolver a este hombre hubiera sido consecuente con el punto de vista del liberalismo individualista, según el principio volenti non fit iniuria (a quien está de acuerdo no se le hace injusticia). El estremecimiento que a todos recorre la espina dorsal muestra para el liberal solo que no hemos progresado todavía suficientemente en el camino de la emancipación con respecto a la naturaleza humana, y en el de la arbitrariedad de nuestras preferencias. Menciono solo otros dos ejemplos de este abandono del fundamento común de humanidad que existe en todas las naciones civilizadas, al que, por ejemplo, los chinos llaman Tao y que entre nosotros se llama derecho natural. El primero es la eutanasia, que, tras ser tabú a causa de la praxis nacionalsocialista, es aconsejada de nuevo hoy como un progreso. Menciono solo dos argumentos contra esta praxis —para aquellos para los cuales el mandamiento No matarás no significa nada—. Si es un derecho de un enfermo o de un hombre muy anciano el pedir a otro hombre que lo mate, entonces, tras un determinado tiempo, este derecho se convierte en un deber moral. Quien tiene un derecho, tiene la responsabilidad de hacer o no hacer uso de ese derecho. El enfermo, que tiene el derecho de pedir que lo maten, tiene desde ese momento la completa responsabilidad de todos los costes y fatigas que sus parientes y la sociedad habrán de sufragar para cuidarlo. De ahí se sigue la increíble presión moral de liberar a otros del propio peso, y la exigencia silenciosa de seguir la indicación: Ahí está la salida.

Justificaciones de la muerte

TODO ARGUMENTO EN CUESTIONES MORALES ES RELIGIOSO. PUES PRESUPONE LA DISPONIBILIDAD DE, AL MENOS, ESCUCHAR ARGUMENTOS Y SOMETER EL PROPIO COMPORTAMIENTO A UN MANDAMIENTO DE LA RAZÓN PRÁCTICA. Y ESTA DISPONIBILIDAD YA ES RELIGIOSA, PORQUE SI DIOS NO EXISTE, ESTÁ VIGENTE LO QUE ESCRIBÍA DOSTOIEVSKI: “TODO ESTÁ PERMITIDO”. “TODO NOS ESTÁ PERMITIDO” ERA, POR LO DEMÁS, TAMBIÉN FRASE DE LENIN.

El segundo argumento es el siguiente: Los defensores de la eutanasia conservan para sí el derecho de juzgar si el deseo de morir está justificado o no. Están dispuestos a matar a depresivos, pero no a gente con males de amor. Juzgan cuándo una vida es digna de ser vivida y cuándo no. Pero, en tal caso, también podrían apropiarse el derecho de matar a hombres que no son capaces de expresar el propio acuerdo. Y esto sucede ya masivamente en Holanda, donde la cifra de los muertos sin consentimiento propio y sin castigo penal alcanza millares, y donde la gente mayor atraviesa la frontera y se va a residencias de ancianos alemanas, porque ya no se

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LOS FUNDAMENTOS DÉBILES DE UNA VIDA COMO SI DIOS NO EXISTIESE (ETSI DEUS NON DARETUR) NO PENETRAN NORMALMENTE HASTA LA PLENA REALIDAD, HASTA EL SER, LA EXISTENCIA DEL HOMBRE. SE QUEDAN EN SITUACIONES EXPERIMENTADAS SUBJETIVAMENTE POR EL HOMBRE.

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sienten seguros en las holandesas. Pero estos argumentos presuponen que al hombre no le está permitido hacer lo que quiera, solo porque la sociedad se lo permita. Presuponen algo así como una ley moral natural. Un terreno común semejante, un terreno de evidencias comunes, es en primer lugar el terreno de una cultura con costumbres morales comunes. No nos engañemos: la democracia presupone una cierta medida de homogeneidad cultural. Pero estas costumbres tienen que enraizarse a su vez en una homogeneidad fundamental de todos los hombres, una homogeneidad de la naturaleza humana y de lo que los griegos llamaban justo según naturaleza. Una cooperación política pacífica entre cristianos e increyentes solo es posible sobre esta base. Para los cristianos, la naturaleza humana y la razón práctica que descansa en ella son la revelación de la lex aeterna, de la voluntad eterna de Dios. Pero los cristianos creen, como decía san Pablo, que esta ley está escrita también en el corazón de los paganos. Sin embargo, san Pablo tenía ante los ojos a paganos para los cuales la pietas, la veneración, la piedad era la más importante de las virtudes. Ejemplo de un ilustrado radical, que ha superado toda piedad como superstición, es el Marqués de Sade, cuyo orgullo era no horrorizarse de nada en sus orgías. Horkheimer y Adorno tenían a Sade ante los ojos cuando escribieron que, al final, el único argumento contra el asesinato es religioso. De hecho, añadiría yo, todo argumento en cuestiones morales es religioso. Pues presupone la disponibilidad de, al menos, escuchar argumentos y someter el propio comportamiento a un mandamiento de la razón práctica. Y esta disponibilidad ya es religiosa, porque si Dios no existe, está vigente lo que escribía Dostoievski: “Todo está permitido”. “Todo nos está permitido” era, por lo demás, también frase de Lenin. Creyentes e increyentes se diferencian en que los increyentes tienen una fundamentación débil para aquello para lo que los creyentes tienen una fundamentación fuerte. Pero, como Habermas escribe de nuevo en su último libro, los hombres irreligiosos que resisten a la objetivización científico-técnica del hombre, tendrían que estar contentos si los creyentes tienen para esta misma resistencia fundamentos más fuertes que los increyentes o los agnósticos.


Falta de fundamentos fuertes Los fundamentos débiles de una vida como si Dios no existiese (etsi Deus non daretur) no penetran normalmente hasta la plena realidad, hasta el ser, la existencia del hombre. Se quedan en situaciones experimentadas subjetivamente por el hombre. Para ellos, como por ejemplo para Richard Rorty, nada es más importante que el placer y el dolor. Por tanto, ser persona coincide para ellos con la autoconciencia experimentable, el valor de la vida con las situaciones agradables experimentables, y la ofensa de la dignidad humana con la provocación experimentable de dolor, etc. Ahora bien, es posible mostrar con argumentos que esta limitación a lo subjetivamente experimentable no puede ser fundada a partir de la experiencia. Al contrario, los hombres, cuando piensan espontáneamente, piensan de otro modo. Pueden afirmar mil veces teóricamente que el embrión no es aún un hombre, pero dicen sin problema alguno que ellos, personas que están diciendo Yo, fueron engendrados y estuvieron en el cuerpo de su madre. Y hay que haberse alejado ya mucho del Tao humano para, con Peter Singer, negar el derecho a la vida de un bebé de un año, porque no tiene todavía autoconciencia. Estos argumentos se salen fuera de la experiencia de la vida, de la experiencia de hombres normales. Y tampoco el argumento contra la eutanasia, que acabo de presentar, parte del mandamiento No matarás, sino del empeoramiento de la calidad de vida a través de la legalización del matar a petición. Quien dispone de una fundamentación fuerte, naturalmente puede usar también la débil, que es la base común de cristianos e increyentes, la base de una realidad estatal en la que participan ambos, de una paz, de una pax nobis et illis communis, que es más que una tregua pasajera.

(...) PARA ELLOS, COMO POR EJEMPLO PARA RICHARD RORTY, NADA ES MÁS IMPORTANTE QUE EL PLACER Y EL DOLOR. POR TANTO, SER PERSONA COINCIDE PARA ELLOS CON LA AUTOCONCIENCIA EXPERIMENTABLE, EL VALOR DE LA VIDA CON LAS SITUACIONES AGRADABLES EXPERIMENTABLES, Y LA OFENSA DE LA DIGNIDAD HUMANA CON LA PROVOCACIÓN EXPERIMENTABLE DE DOLOR, ETC.

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Aporte preliminar a la reflexión y diálogo sobre la reforma

Iglesia y Educación POR HÉCTOR VARGAS BASTIDAS, SDB

1. El concepto de Educación

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or estos días nos encontramos en medio de un gran debate como sociedad chilena en torno a la educación. Ello está motivado por los anuncios que la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, hizo al respecto durante su campaña electoral. Para poder comprender mejor la posición de la Iglesia ante los temas en debate, y su manera de abordarlos, se requiere conocer lo que ella, en su Magisterio Universal, entiende por educación. Es decir, como un proceso de formación integral, mediante la asimilación sistemática y crítica de la cultura. Y esta, entendida como rico patrimonio a asimilar, pero también como un elemento vital y dinámico del cual forma parte. Ello exige confrontar e insertar valores perennes en el contexto actual. De este modo, la cultura se hace educativa. Una educación que no cumpla esta función, limitándose a elaboraciones prefabricadas, se convertirá en un obstáculo para el desarrollo de la personalidad de los alumnos. Es decisivo que todo miembro de la comunidad educativa tenga presente tal visión de la realidad, visión que se funda, de hecho, en una escala de valores en la que se cree y que confiere a maestros y adultos autoridad para educar. No se puede olvidar que se enseña para educar, o sea, para formar al ser humano desde dentro, para liberarlo de los condicionamientos que pudieran impedirle vivir plenamente como hombre y mujer. Ningún maestro educa sin saber para qué educa, y que a su vez, siempre existe un proyecto de hombre encerrado en todo proyecto educativo, y que ese proyecto vale o no según construya o destruya al educando. Ese es el valor educativo

NOS PREOCUPA SERIAMENTE QUE CADA VEZ MÁS ESCASAMENTE SE AFIRME LA PRIMACÍA DE LOS PADRES A EDUCAR A SUS HIJOS Y QUE LA FAMILIA ES LA PRIMERA EDUCADORA POR DERECHO PROPIO, Y SU PRÁCTICAMENTE NULA PARTICIPACIÓN EN LA PRESENTE REFORMA. (…)

Las ilustraciones de este artículo corresponden a esculturas de Auguste Rodin. Resumen del documento “Iglesia y Educación” del mismo autor, presentado en la Conferencia Episcopal de Chile el 14 de abril pasado.

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HUMANITAS Nº 75 pp. 26 - 35

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(CELAM: Documento de Santo Domingo, 265). La educación, entonces, se transforma en una actividad humana del orden de la cultura, cuya finalidad esencialmente humanizadora se hará realidad en la medida en que más se abra a la trascendencia, es decir, a la Verdad y al sumo Bien (CELAM, Documento de Puebla, 1024).

(…) GRADUALMENTE PARECIERA QUE SE VA SILENCIANDO EL ROL DE LA FAMILIA COMO PRIMER REFERENTE DE LA VIDA EN SOCIEDAD. POR EL HECHO DE HABERLES DADO LA VIDA, LOS PADRES ASUMIERON LA RESPONSABILIDAD DE OFRECER A SUS HIJOS CONDICIONES FAVORABLES PARA SU CRECIMIENTO Y LA GRAVE OBLIGACIÓN DE EDUCARLOS. LA SOCIEDAD HA DE RECONOCERLOS COMO LOS PRIMEROS Y PRINCIPALES EDUCADORES.

2. El carácter y aporte específico de la educación católica Cuando hablamos de una educación cristiana, hablamos de que el maestro y la maestra educan hacia un proyecto de persona en quien viva Jesucristo. Se da de este modo una compenetración entre los dos aspectos. Lo cual significa que no se concibe que se pueda anunciar el Evangelio sin que este ilumine, infunda aliento y esperanza e inspire soluciones adecuadas a los problemas de la existencia del hombre; ni tampoco que pueda pensarse en una verdadera promoción del hombre sin abrirlo a Dios y anunciarle a Jesucristo (J. Pablo II, Iuvenum Patris, 10). De este modo un Proyecto Educativo es católico, porque los principios evangélicos se convierten para ella en normas educativas, motivaciones interiores y al mismo tiempo en metas finales. Jesucristo, pues, eleva y ennoblece a la persona humana, da valor a su existencia y constituye el perfecto ejemplo de vida y la mejor noticia propuesta por los centros de formación católica a los jóvenes. Se trata de que los jóvenes mediante la pedagogía del Evangelio sean introducidos en un proceso de desarrollo de actitudes relacionadas con la solidaridad, la justicia y la paz, mediante experiencias significativas de compromiso social, que les permitan ir asumiendo el desafío de ser constructores de la civilización del amor.

3. La problemática del contexto educativo latinoamericano América Latina y por tanto también Chile viven una particular y delicada emergencia educativa. En efecto, las nuevas reformas educacionales de nuestro continente, impulsadas justamente para adaptarse a las nuevas exigencias que se van creando con el cambio global, aparecen centradas prevalentemente en la adquisición de conocimientos y habilidades, deno-

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tan un claro reduccionismo antropológico, ya que conciben la educación en función de la producción, la competitividad y el mercado. (CELAM, Documento de Aparecida, 328). Así tienden a caracterizar las conclusiones de pragmatismo, y la búsqueda más bien de resultados de tipo cuantitativo e inmediatista. Creemos que los problemas educacionales obedecen a situaciones mucho más profundas y que es imperioso discernir y ayudar a descubrir. Por ello, la sola respuesta a temas que pensamos pueden resolverse con cierta agilidad y acuerdos políticos, financieros y legislativos, no logrará satisfacer los grandes anhelos existenciales de nuestra juventud, a sus necesidades de desarrollo afectivo, intelectual, ético, social y espiritual, que es el núcleo de una auténtica educación de calidad; es más, podría incluso implicar nuevas frustraciones. Por ello es necesario poner de relieve la dimensión ética y religiosa de la cultura, precisamente con el fin de activar el dinamismo espiritual del sujeto y ayudarle a alcanzar la libertad ética que presupone y perfecciona a la psicológica. Pero no se da libertad ética sino en la confrontación con los valores absolutos de los cuales depende el sentido y el valor de la vida del hombre. Se dice esto, porque, aun en el ámbito de la educación, se manifiesta la tendencia a asumir la actualidad como parámetro de los valores, corriendo así el peligro de responder a aspiraciones transitorias y superficiales y perder de vista las exigencias más profundas del mundo contemporáneo (Documento de Aparecida, 330), como son formar personalidades fuertes y responsables, capaces de hacer opciones libres y justas. Características a través de las cuales los jóvenes se capacitan para abrirse progresivamente a la realidad y formarse una determinada concepción de la vida. Así configurada, la educación supone no solamente una elección de valores culturales, sino también una elección de valores de vida que deben estar presentes de manera operante (Congregación para la Educación Católica, La Escuela Católica, 30). A su vez, nos preocupa seriamente que cada vez más escasamente se afirme la primacía de los padres a educar a sus hijos y que la familia es la primera educadora por derecho propio, y su prácticamente nula participación en la presente Reforma. En definitiva, gradualmente pareciera que se va silenciando el rol de la familia como primer referente de la vida en sociedad. Por el hecho de haberles dado la vida, los

SE TRATA DE EVITAR EN EL FUTURO QUE EL ESTADO, MEDIANTE NUEVAS EXIGENCIAS Y CONDICIONES PARA OTORGAR LA SUBVENCIÓN —Y YA NO COMO DERECHO DE LOS PADRES Y SERVICIO A LA LIBERTAD DE ELEGIR DE LAS FAMILIAS— PUEDA IR UNIFICANDO EL SISTEMA EDUCACIONAL CHILENO (…)

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(…) HACIENDO QUE LOS DISTINTOS ÁMBITOS DE LAS ESCUELAS SUBVENCIONADAS TANTO MUNICIPALES Y PARTICULARES, AL MARGEN DE SU PROYECTO EDUCATIVO, REALIDAD GEOGRÁFICA, SITUACIÓN DE SUS DESTINATARIOS, URGENCIAS Y DESAFÍOS PROPIOS, SE VEAN OBLIGADAS A FUNCIONAR DE MANERA SIMILAR, EN LO CURRICULAR, DISCIPLINARIO, AMBIENTAL, ORGANIZATIVO Y FINANCIERO.

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padres asumieron la responsabilidad de ofrecer a sus hijos condiciones favorables para su crecimiento y la grave obligación de educarlos. La sociedad ha de reconocerlos como los primeros y principales educadores. El deber de la educación familiar, como primera escuela de virtudes sociales, es de tanta trascendencia que, cuando falta, difícilmente puede suplirse (Documento de Aparecida, 339). “Es necesario que los padres, a quienes corresponde el primer deber y derecho inalienable de educar a los hijos, gocen de verdadera libertad en la elección de la escuela. El poder público, a quien corresponde proteger y defender las libertades civiles, atendiendo a la justicia distributiva, debe procurar que las ayudas públicas se distribuyan de tal manera que los padres puedan elegir, según su propia conciencia y con verdadera libertad, las escuelas para sus hijos. Por consiguiente el mismo Estado (...) debe promover, en general, toda obra de las escuelas, teniendo en cuenta el principio de la función subsidiaria y excluyendo, por ello, cualquier monopolio escolar, el cual es contrario a los derechos naturales de la persona humana, al progreso y divulgación de la misma cultura, a la convivencia pacífica de los ciudadanos y al pluralismo que hoy predomina en muchas sociedades” (Concilio VAT II, Gravissimum Educationis, 21)

Algunos aportes para la reflexión y el diálogo En las esferas oficiales, en el mundo político y en la sociedad en general, se ha afirmado reiteradamente que se desea en el país la permanencia de la provisión mixta en educación, debido a los innumerables beneficios e innegables aportes a la sociedad chilena y su historia. Ello implica disponer de un amplio espacio para construir sus proyectos educativos, para llevarlos a cabo de acuerdo a la filosofía y estilo educacional de cada plantel, y para gestionarlos desde una sana autonomía curricular, pedagógica y económica. De esta forma se puede responder a la variedad de colectivos sociales de un país diverso y plural como el nuestro, y como expresión genuina de un auténtico sistema democrático. De lo anterior se deduce la necesidad de los procesos de admisión, que tienen como objetivo fundamental informar a los padres convenientemente acerca de las características del Proyecto Educativo según el cual van a ser educados sus


hijos, y al que ellos, en caso de compartirlo, no solo deben adherir, sino comprometerse activamente en su realización. Lo anterior no dice relación ni justifica sistemas de selección por razones económicas, de rendimiento o de situación familiar que pueden resultar discriminatorios y contrarios al modo cristiano de educar. Esta sana y necesaria autonomía, implica al mismo tiempo, el pleno respeto por las necesarias regulaciones de un Estado responsable, que aseguren una educación de calidad para

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LA REFORMA EDUCACIONAL En junio pasado se realizó en nuestra zona un importante encuentro dedicado a analizar el proyecto de la Reforma educacional. Más allá de las discusiones técnicas de los especialistas en pedagogía, es necesario tener en cuenta que todo proyecto educativo tiene como trasfondo una específica concepción del hombre. El proyecto de reforma ¿tendrá presente la dimensión trascendente de los alumnos? ¿Se los educa solo para esta vida o también para la eterna? La dificultad de fondo de la reforma es suponer que el hombre es de este mundo, para este mundo y se acaba con este mundo. Contradice el concepto de hombre que por muchos siglos primó en nuestra civilización, según la enseñanza de la Palabra de Dios, es decir, que la persona es creada por Dios a su imagen y semejanza y que, a causa del pecado, necesita de la redención de Jesucristo y la acción del Espíritu Santo para que, después de esta vida, sea eternamente feliz en el cielo. La educación la hacen las personas y está destinada a las personas. Sin embargo, el lenguaje, los temas, las prioridades del debate en torno a la Reforma educacional no se refieren a la persona. Es cierto que hay muchos aspectos muy importantes en la educación, pero lo más importante es decir algo acerca de la persona a quien se quiere educar.

todos, el logro de los objetivos fundamentales y contenidos mínimos del marco curricular, la promoción de los valores que colaboran a la construcción de una identidad y cultura nacional, la entrega de los subsidios necesarios en los colegios subvencionados, y la correcta gestión de los mismos. Pero se trata de evitar en el futuro que el Estado, mediante nuevas exigencias y condiciones para otorgar la subvención, —y ya no como derecho de los padres y servicio a la libertad de elegir de las familias— pueda ir unificando el sistema educacional chileno, haciendo que los distintos ámbitos de las escuelas subvencionadas tanto municipales y, particulares, al margen de su Proyecto Educativo, realidad geográfica, situación de sus destinatarios, urgencias y desafíos propios, se vean obligadas a funcionar de manera similar, en lo curricular, disciplinario, ambiental, organizativo y financiero. La sola posibilidad de acercarnos a un modelo de gestión escolar único, impuesto

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Por lo tanto, lo que está en juego en la reforma es mucho más que el copago, la selección, la calidad o el lucro. Está en juego la verdad del hombre: si es creado por y para Dios, o simplemente es un ser que viene de la nada y termina en la nada. San Pablo advierte cuán distinta es la vida de una persona según se sepa destinada a desaparecer con la muerte o si tiene la certeza de su vocación a participar de la eternidad de Dios: “Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, que mañana moriremos. Pero no se engañen: ‘Las malas compañías corrompen las buenas costumbres’. Despiértense, como conviene, y no pequen; que hay entre ustedes quienes desconocen a Dios. Para vergüenza de ustedes lo digo” (1 Cor 15,32-34). Las familias tienen el derecho de exigir al Estado no solo una educación gratuita de calidad que asegure el pleno desarrollo de todas las capacidades del alumno, sino más aún tienen el derecho y el deber de elegir una escuela, financiada por el Estado, que colabore con los padres en la educación dada a los hijos en el seno del hogar. Esto es así, porque los padres son los primeros e insustituibles educadores de sus hijos. Cuando una familia cristiana opta por un determinado colegio quiere que la fe transmitida a sus hijos sea fortalecida y no debilitada, sea profundizada y no relativizada. MONS. FRANCISCO JAVIER STEGMEIER SCH. Obispo de Villarrica

por el Estado a todo el sistema subvencionado, donde acuden mayoritariamente los pobres y la clase media, constituiría un grave atentado a la libertad de enseñanza. Por otra parte, la iniciativa de instalar en el sistema educacional la figura del financiamiento compartidos colaboró en modo significativo a mejorar la educación, las prácticas pedagógicas, las innovaciones curriculares, los ambientes, los medios, la infraestructura, los salarios y el perfeccionamiento en muchos establecimientos. Si por abusos de sostenedores, o impensadas consecuencias segregadoras, existen razones objetivas de fondo para eliminarlo, y el Estado vía subvención haría llegar el equivalente al aporte de los padres, es imprescindible que se respete la finalidad por la que las familias lo ofrecen hoy, es decir, que los colegios tengan mayores recursos para implementar con toda libertad las características de su propio Proyecto Educativo, y en lo que según su filosofía educativa se entiende por calidad.

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LA SOLA POSIBILIDAD DE ACERCARNOS A UN MODELO DE GESTIÓN ESCOLAR ÚNICO, IMPUESTO POR EL ESTADO A TODO EL SISTEMA SUBVENCIONADO, DONDE ACUDEN MAYORITARIAMENTE LOS POBRES Y LA CLASE MEDIA, CONSTITUIRÍA UN GRAVE ATENTADO A LA LIBERTAD DE ENSEÑANZA.

En este sentido llama la atención que los acentos estén fundamentalmente puestos en el ámbito económico y de la dependencia de los establecimientos, lo cual es sin duda necesario, pero en ningún caso asegura calidad, porque apunta más bien hacia una educación centrada en lo cuantitativo. Para las grandes transformaciones que se desean, se requieren propuestas más expresas en favor de quienes son claves a

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la hora de educar, los profesores. Sin embargo, no hay mayor mención sobre el Estatuto Docente, que hoy día requiere de una urgente evaluación. Asimismo constatamos la ausencia de propuestas respecto de un tema muy sentido por el sector, como es la Carrera Docente. Tampoco se perciben anuncios concretos sobre otra gran y urgente necesidad, como es la Formación Inicial de los Profesores. Si una reforma no involucra la docencia y no ingresa en la sala de clases, tendrá dificultades para alcanzar sus objetivos. Por eso, se echan de menos también propuestas para contar con una urgente educación municipal creciente en calidad. La eliminación del lucro entendido como negocio y usura con fondos públicos, y en desmedro de una educación de calidad y trato laboral indigno de sus trabajadores, no solo es necesaria, sino un imperativo moral. Al mismo tiempo observamos la realidad del enorme trabajo y sacrificios de los particulares que a diario con su gestión sirven en la educación subvencionada, que arriesgando su patrimonio deben endeudarse con el sistema crediticio e hipotecar sus bienes, a fin de financiar de su propio haber los terrenos, construcciones, mobiliario, laboratorios, talleres, etc. Confiamos que se establecerán las medidas adecuadas para conciliar ambas situaciones. Si lo que se busca son cambios profundos, como se ha dicho, lamentamos que antes de cualquier medida apresurada por distintas presiones no exentas de miradas sesgadas o la urgencia de tiempos políticos, y respecto solo de algún ámbito específico del sistema, no se hubiese promovido una gran reflexión nacional sobre la naturaleza de la educación. Un gran debate sobre la realidad global de nuestros niños y jóvenes, sus principales necesidades en los diversos ámbitos de su vida, el tipo de país que soñamos, las esperanzas de la sociedad para un desarrollo en equidad y a escala humana, y finalmente a la luz de la pluralidad y diversidad propias de una sociedad libre y democrática, el tipo de educación de calidad pertinente a lo anterior y todos los cambios necesarios.

LLAMA LA ATENCIÓN QUE LOS ACENTOS ESTÉN FUNDAMENTALMENTE PUESTOS EN EL ÁMBITO ECONÓMICO Y DE LA DEPENDENCIA DE LOS ESTABLECIMIENTOS, LO CUAL ES SIN DUDA NECESARIO, PERO EN NINGÚN CASO ASEGURA CALIDAD, PORQUE APUNTA MÁS BIEN HACIA UNA EDUCACIÓN CENTRADA EN LO CUANTITATIVO.

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Gobernar y ser gobernado POR MIGUEL ALFONSO MARTÍNEZ-ECHEVARRÍA

I. Individualismo y tradición

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na de las mayores dificultades para entender la realidad de la empresa es que la mayoría de la gente ignora los importantes cambios de enfoque que se han producido en las últimas décadas (Martínez Echevarría, 2005). Se ha pasado desde lo que podríamos llamar Las raíces de enfoque moderno o “neoclásico” de la empresa al enfoque pos- esta antropología moderno o desde el punto de vista del liderazgo, individualista. individualista se Solo un rasgo ha permanecido inalterado: la concepción remontan a los del hombre como “individuo”. Las raíces de esta antropología problemas teológicos, individualista se remontan a los problemas teológicos, ini- iniciados en el ciados en el siglo XIV, y que llevarían al extraño concepto de siglo XIV, y que “naturaleza humana pura”. Lo que se pretendía era evitar y dar llevarían al por zanjado el problema de los conflictos que lleva consigo el extraño concepto recurso a la tradición y la autoridad como modo de entender de “naturaleza el desarrollo de la vida en común, problemas que se habían humana pura”. agudizado a partir del siglo XV, tanto con el descubrimiento de los pueblos indígenas de América como con las divergencias surgidas en la cristiandad con ocasión de la fractura del protestantismo. Algo muy importante, pues de la solución adoptada se entendería mejor o peor el sentido de la libertad humana en el seno de cualquier tradición. Desgraciadamente se optó por una idea de secularidad que exigía prescindir de la tradición. Se pensó que había que actuar “como si Dios no existiera”; que bastaba con la razón para dar explicación de la vida en común. En lo sucesivo no había que mirar hacia atrás, apoyarse en la herencia recibida, sino hacia adelante, a las decisiones de una razón que se suponía asequible a todos con independencia de la tradición y cultura. De este modo se adoptaba una postura que acabaría por situar la acción humana en el plano abstracto de lo matemático, donde por definición no cabe lo dinámico. Una postura que supuso enfocar la acción humana desde fuera, dejando como en una “caja negra” esa dimensión dinámica que se apoya en la tradición. Así se acabaría por Las ilustraciones de este artículo corresponden a óleos de Ferdinand Léger.

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dar lugar al extraño diseño del hombre como individuo, alguien a quien le bastaría con recurrir a su mente pensante para actuar, sin necesidad de poseer tradición y cultura, o lo que es lo mismo, sin comunidad y sin el lenguaje que es propio de cada una de ellas. Se creía que en lo sucesivo bastaba con el recurso a un lenguaje abstracto, objetivo y universal que se suponía podía ser la matemática. Este enfoque abstracto y atomicista, resultante de la visión matemática de la naturaleza, había resultado muy exitoso pues había dado lugar a la moderna física, tal como la había planteado Newton. En la naturaleza lo dinámico se puede considerar intrínseco, como de hecho supuso la hipótesis de la “gravitación universal”, lo cual permite una visión determinista del universo haciendo posible la predicción y cálculo. Considerar el universo como un mecanismo es una hipótesis discutible pero A partir de ese de ninguna manera un desatino. momento Muchos pensaron que en el plano de la moral y la política la “racionalidad” había que buscar un enfoque parecido al de Newton, de modo del individuo, que fuera posible explicar la acción humana sin recurrir a la entendida según el tradición. Pero el hombre no vive en la naturaleza, sino en un sentido de la lógica mundo, en un plexo cambiante de relaciones simbólicas, como kantiana, pasaría a son el lenguaje, las técnicas y los instrumentos, en una tradición ser el sustituto de la tradición, la base para mantenida por algún tipo de comunidad concreta. Así como no lograr una explicación hay inconveniente en considerar que una partícula se “mueve” en racional de la sociedad. un espacio matemático, la acción humana pierde su sentido sin “la presencia del otro”. Dicho de otro modo, mientras el movimiento de una partícula puede ser estudiado desde fuera, en el caso de la acción humana eso no es posible, pues implicaría anularla, o dejarla sin sentido. La acción humana no puede ser reducida a lo que queda fuera de ella, se resiste a un enfoque estático. Lo decisivo es lo que acontece en el sujeto, lo que convierte a toda acción en algo singular e irrepetible. Cuando Heráclito sostenía que es imposible bañarse dos veces en el mismo río, no se refería principalmente a la externalidad del mero proceso físico de sumergirse en el agua, sino a lo que acontece en el sujeto. Por desgracia el fenómeno de la tradición se ha estudiado poco y mal. Ha sido muy negativo el enfoque naturalista que le dio Burke, que la constituyó en algo así como una sabiduría “carente de reflexión”, encargada de conservar el “buen orden”. Solo a mediados del siglo XX, J.H. Newman planteó una nueva e interesante manera de entender el sentido de la tradición1. 1 Para el estudio de la tradición recomiendo los trabajos de A. MacIntyre (1994) J. Pieper (2000) P. Rieff (2007) I. Rowland (2003). John Henry Newman (1890).

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La solución de Hobbes fue proponer un individuo absoluto, una única mente pensante, construida por un acuerdo de voluntades de todos los individuos. ¿Cómo podía ser eso posible si solo eran calculadores? Solo la más fuerte de las pasiones humanas, el miedo a la muerte, consecuencia inevitable de la violencia terrible de un individuo, con poder pero sin estar sometido a una autoridad, podía forzar ese acuerdo.

Thomas Hobbes

Isaac Newton

Muchos pensaron que en el plano de la moral y la política había que buscar un enfoque parecido al de Newton, de modo que fuera posible explicar la acción humana sin recurrir a la tradición. Como muy bien lo vio Hume, desde el individualismo no hay modo de explicar cómo la sociedad puede ser un sistema estable, ni mucho menos asegurar que siempre vaya a avanzar hacia una situación de creciente riqueza y bienestar.

David Hume

John Henry Newman

Edmond Burke

Friedrich Nietzsche

Por desgracia el fenómeno de la tradición se ha estudiado poco y mal. Ha sido muy negativo el enfoque naturalista que le dio Burke, que la constituyó en algo así como una sabiduría “carente de reflexión”, encargada de conservar el “buen orden”. Sólo a mediados del siglo XX, J.H.Newman planteó una nueva e interesante manera de entender el sentido de la tradición. Nietzsche hizo patente en su Genealogía de la Moral el fracaso del intento ilustrado de sustituir la tradición por la racionalidad. Según él la modernidad había consistido en el intento más o menos disimulado de disfrazar la voluntad de poder de unos pocos, bajo el velo de voluntad de la verdad.

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Junto con la vida que todos reciben de sus padres, los hombres aprenden un lenguaje, que es más que unas reglas, pues con el uso de las palabras se recibe una visión del mundo propia de la tradición de cada familia. Es a través de la crianza y la educación como los hombres entran en acción, como aprenden a hacer uso de la razón, que es la capacidad para gobernarse, para saber entender y situarse en el seno de una tradición. Puede decirse que los hombres son incorporados mediante la educación a un relato que ya estaba iniciado por sus antepasados, donde se les otorga un “papel” que les permite ser coautores y poner en marcha su propio relato, algo que no sería posible si cada uno tuviera que diseñar el escenario y la acción en los que piensa participar. Aunque el origen y el desenlace de una tradición es un (…) Por contraste, en la empresa neoclásica, enigma, algo que no es accesible a los hombres, estos están donde se ignora la convencidos de que la tradición tiene su propia racionalidad organización, todas las y sentido, pues en tal caso el hombre no actuaría, como les empresas son iguales sucede a los animales y a las plantas que solo tienen un vivir e indistinguibles, biológico, es decir, adaptación pasiva al medio. ¿Cabe entonces todas no son más suponer la posibilidad de un “punto cero”, a partir del cual que la misma y única proceder a una reconstrucción racional del orden social, de función de producción modo que sea accesible a la razón humana, sin que haya que que se ajusta a recurrir al enigma de la tradición? ¿Puede el lenguaje abstracto la única y universal de la matemática explicar el orden social? “racionalidad” abstracta. La respuesta a esos interrogantes depende de cómo se entienda el sentido de la “neutralidad” del lenguaje matemático. Pues a veces se olvida, como la historia reciente de la matemática ha puesto de manifiesto, que en cuanto lenguaje también esa ciencia depende de una tradición y de una comunidad, de los que cultivan ese tipo de saber. En cualquier caso, así como el universo físico puede ser entendido como un sistema cerrado y determinista, la acción humana es por principio algo más que un sistema, pues siempre es abierta y libre. No obstante, si se persiste en reducirla a un sistema cerrado para que sea expresable matemáticamente, en lugar de hombres hay que poner individuos, pero ¿existe en tal caso una acción humana que sea pura externalidad? En cualquier caso, admitiendo una hipotética situación de “Punto cero” de la historia, también llamado “estado de naturaleza”, donde unos individuos se disponen a poner las bases “racionales” de la sociedad y de la historia, ¿cuál es el origen de esos individuos? ¿Sus fines y sus medios han sido recibidos o han sido fijados por ellos mismos? La solución de los ilustrados fue considerarlos “dados”, es decir, inexplicables. Pero se plantea entonces el siguiente problema: ¿Cómo armonizar los fines de modo que las acciones de todos sean ordenadas?

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Dar respuesta afirmativa a esta pregunta es esencial para demostrar la posibilidad de una “explicación racional” del orden de la sociedad. Ahora bien, la razón de los ilustrados tenía que ser “meramente lógica”, universal y abstracta, de modo que estuviese en la “mente” de todos los hombres, sin necesidad de apoyarse en la autoridad y la tradición. Rasgo clave del individualismo moderno que alimenta el pensamiento social hasta nuestros días. Con ese paso se estaba dando por supuesto que solo es real lo que puede ponerse en la mente humana. Aparecía así un mundo de puras esencias, donde no tenía cabida la existencia, donde la acción solo puede ser enfocada desde su externalidad. Eso explica que la acción fuese “mentalizada”, transformada en una función matemática entre un conjunto de medios con otro conjunto de fines, ambos expresables matemáticamente o abstractas. De ese modo se hacía posible el cálculo de ese extraño tipo de acción. Se iniciaba así un camino en el que se consideraba que la razón humana podía existir sin cuerpo, sin mundo y sin naturaleza, de tal modo que la lógica pasaba a ser un sistema cerrado supuestamente autoconsistente; algo así como un trascendental de la mente humana. Ahora bien, ese tipo de individuos calculadores solo pueden ser movidos desde fuera, sujetos a sus pasiones, y por tanto escasos. ¿Cómo lograr la imprescindible unidad y armonía del orden social?

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La solución de Hobbes fue proponer un individuo absoluto, una única mente pensante, construida por un acuerdo de voluntades de todos los individuos. ¿Cómo podía ser eso posible si solo eran calculadores? Solo la más fuerte de las pasiones humanas, el miedo a la muerte, consecuencia inevitable de la violencia terrible de un individuo, con poder pero sin estar sometido a una autoridad, podía forzar ese acuerdo. Quedaba entonces patente, como con gran perspicacia lo vio Rousseau, que el individualismo desemboca necesariamente en el absolutismo. La historia del pensamiento social en los siglos XVIII y XIX es el relato de una sucesión de intentos para construir algún tipo de artefacto que sustituyera a la tradición. Es interesante detenerse en el La llamada intento de los ilustrados escoceses, que creyeron encontrar en posmodernidad, que la mímesis y la simpatía, en la supuesta tendencia natural de es la postura que los individuos a copiarse, la clave para explicar la génesis de comparten figuras un “modelo” de conducta, de una especie de “atractor”, que tan diversas como llevara a la armonía a la sociedad. Nietzsche, Weber, El punto débil residía en la ambivalencia de la imitación, Pareto, Keynes, o pues no se proporciona criterio alguno para saber cuál de las Schumpeter, reconoce conductas individuales podría ser la imitada. Además la pura el fracaso del proyecto mímesis puede provocar movimientos sociales altamente ilustrado, pero se inestables, incluso “explosivos”. Sin referencia a un modelo niega a renunciar digno de ser imitado no se pueden garantizar que los proal individualismo. cesos de mímesis sean autopoiéticos. Más bien se les puede calificar de “mitopoiéticos”, en el sentido de que cualquier opinión, sea verdadera o falsa, resulta “confirmada” por el simple incremento del volumen de seguidores. No se puede olvidar que esos imitadores son calculadores racionales, que buscan su propio interés y que piensan que todos los demás se conducen del mismo modo, por lo que con facilidad llegan a la conclusión de que lo que haga la mayoría es señal de ser lo acertado, aunque en realidad nadie sabe si eso es así. Como muy bien lo vio Hume, desde el individualismo no hay modo de explicar cómo la sociedad puede ser un sistema estable, ni mucho menos asegurar que siempre vaya a avanzar hacia una situación de creciente riqueza y bienestar. Sería a partir de la epistemología de Kant, de la que se sigue que es la consistencia de la estructura matemática la que da rigor y sentido a la ciencia moderna, cuando Walras llegó a la conclusión de que no era necesario explicar cómo se genera la conducta que estabiliza el orden social, sino que bastaba con considerarla una condición a priori de la acción humana. A partir de ese momento, la “racionalidad” del individuo, entendida según el sentido de la lógica kantiana, pasaría a ser el

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sustituto de la tradición, la base para lograr una explicación racional de la sociedad. La coordinación de decisiones de los individuos podía entonces ser planteada como un problema estrictamente matemático. Se trataba de preguntarse ¿bajo qué condiciones iniciales, un supuesto “punto cero” de la sociedad, sería posible alcanzar un “equilibrio general”, de modo que los “planes de acción” de todos los individuos fuesen consistentes a priori? Un planteamiento donde la acción humana no ha sido iniciada, y se supone que cada individuo trata de calcular el plan que más ventajas le reporte. Como ese proceso se haría interminable, pues si cabe acción y reacción, no hay posibilidad de un sistema ce- Al líder empresarial rrado con solución única, Walras se vio obligado entonces a posmoderno solo le introducir la hipótesis de “conocimiento común”, que no sería interesa la técnica resultado de la tradición, sino de algún tipo de deus ex machina de la eficacia en el capaz de “calcular” el “equilibrio general” de las decisiones conseguir “objetivos de todos los individuos, desde fuera de ellos mismos. Según que le salen de las el modo de pensar de Walras solo una máquina, un sistema tripas”. El problema de interacciones externas o funcionales entre partes inermes de la justificación de separadas, que actúa por encima de los individuos, podría ser los fines que persigue el paradigma de una explicación racional de la sociedad. Solo no aparece en su en su seno los individuos podrían ser libres, puesto que, como horizonte. Considera que no hay correlación sucede con las piezas de un mecanismo bien ajustado, podrían entre lo interno y lo cada uno de ellos lograr sus objetivos, los que vienen fijados externo, entre el alma por la consistencia global del diseño del artefacto. y el cuerpo, que todo es Por otro lado, esta concepción hacía superfluo el gobierno externalidad vacía, que de la sociedad, pues una vez alcanzada la situación de equinada corporal emana y librio desaparecería lo imprevisible, y se habría alcanzado manifiesta el espíritu. entonces algo así como un “final de la historia”, donde ya no habría que superar la discrepancia y el conflicto. Cada uno viviría en el “ámbito cerrado de su libertad”, si es que tal cosa tiene algún sentido.

Organización y estrategia Este era el estado de la teoría de la empresa hasta bien entrado el siglo XX, cuando a partir de la observación de la realidad se empezó a tomar conciencia de que las empresas no pueden existir sin organización. Algo que de modo muy significativo se llamó “factor humano” de la empresa. Es muy significativo que Chester Barnard, uno de los primeros estudiosos de la organización de la empresa, distinguiera entre una dimensión “racional” o formal, en el sentido neoclásico del término, y otra dimensión informal o “no racional”. Desde el prejuicio individualista, lo

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informal o vital comparece como un impedimento a la “racionalidad” de la empresa: al cálculo del máximo beneficio monetario. En los primeros enfoques del trabajo productivo, como los de Adam Smith y Andrew Ure, se siguió el modelo mecánico, en el que no tiene cabida la dimensión interna o intersubjetiva de la acción humana. En esos modelos de “división del trabajo”, cada individuo realiza una función mecánica y solitaria, que también, de modo mecánico, se integra con la de los otros que intervienen en el proceso. Un planteamiento que supuestamente admite un modo óptimo de llevar adelante ese proceso. Este modelo mecanicista de la organización del trabajo carece de autopoiesis, no dispone de capacidad para autoorganizarse Está convencido, frente a los cambios en el entorno. Su objetivo es externo, como corresponde a la su estructura queda fijada en función de ese objetivo, y su supuesta “neutralidad movimiento solo puede venir desde fuera. Consciente de las moral de su saber”, limitaciones, Marshall se propuso seguir el modelo bioloque ni puede ni gicista. La ventaja reside en la capacidad de autopoiesis de debe —pues perdería los organismos, la posibilidad de medios alternativos para eficacia— entrar el logro de su fin, cuando uno de ellos presta resistencia. El en el terreno del inconveniente es que se trata de un movimiento de adaptación interminable debate pasiva al ecosistema. moral. (…) A pesar del prejuicio individualista, pronto se empezaría a descubrir que el factor humano, “lo informal”, el complejo entramado de relaciones humanas, que se resiste al enfoque analítico de los neoclásicos, es lo que constituye propiamente la organización, el que aporta el aspecto vital y dinámico que hace posible que la empresa sea más que un mero plan mental. El llamado “factor humano” de la empresa, su organización, no es más que la siempre cambiante estructura de una tradición que hace posible la acción humana, aquí y ahora. Algo que tiene que ver con creencias, opiniones, y certezas; con sentimientos, pasiones, juicios y prejuicios; con lo verdadero, con lo mítico y con lo falso; con la información certera y el rumor tendencioso. Toda organización incluye rutinas, costumbres en común, valores compartidos, que con sus aspectos positivos y negativos, son los que hacen posible o impiden que la empresa se mantenga. Del mismo modo en que la acción humana no se reduce al pensamiento, que no es la mente aislada la que actúa, sino el hombre completo, con su alma y cuerpo, tampoco la empresa puede ser un proyecto pensado en un espacio matemático, sino que necesita de la organización, una especie de extensión de la corporalidad humana, que hace posible la aparición y mantenimiento de una tradición y una comunidad. La empresa no es posible sin el apoyo de una comunidad,

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que a su vez solo puede mantenerse si es capaz de integrarse en el conjunto de comunidades que constituye la sociedad. Es precisamente la organización, la forma concreta de ser comunidad aquí y ahora, lo que distingue a cada empresa, lo cual no es un puro diseño, sino que depende de su historia, del camino recorrido. Por contraste, en la empresa neoclásica, donde se ignora la organización, todas las empresas son iguales e indistinguibles, todas no son más que la misma y única función de producción que se ajusta a la única y universal “racionalidad abstracta”.

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La organización no es ni una máquina ni un organismo, tiene vida prestada, la de la comunidad que la sustenta, abierta por tanto a la libertad, de modo que ni su objetivo ni su dinámica están fijados a priori, sino que se van haciendo o deshaciendo en función de que esa tradición se consolide o se diluya. La presencia de la organización puso de manifiesto que los medios no vienen dados, sino que emergen y se desvanecen con el desenvolverse de la propia tradición. Eso llevaría a plantearse lo que en los años 70 se llamó “enfoque estratégico de la empresa”, es decir, el reconocimiento de que cada empresa (…) Eso les lleva se enfrenta con un horizonte incierto y cambiante, que obliga a considerarse una a un continuo rediseño de “su racionalidad”, que obliga a figura incuestionable, descubrir los medios y los fines que le son asequibles en cada depositaria de un momento, teniendo en cuenta su historia, contando que se ha saber que en realidad ido decantando en su propia tradición. no posee y que nunca En el esquema de Walras, el problema estratégico ni siquiepodrá demostrar ra se plantea, todo está previsto por “una sola racionalidad”, con una adecuada encargada de asegurar a priori la perfecta coordinación de los justificación racional. intereses particulares. No hay ni posibilidad de conductas Ni siquiera se le estratégicas. La hipótesis de la competencia perfecta posipuede considerar un bilita que cada individuo pueda actuar como si los demás técnico, sino más bien no existieran. un “tecnicista” o La crisis de la teoría neoclásica de la empresa sirvió para terapeuta, alguien que poner de manifiesto que toda racionalidad es siempre particutrata de modificar los lar y localizada, que se trata de un relato particular que trata síntomas sin conocer de adquirir su sentido en el seno de ese relato más amplio de sus causas. una tradición común.

II. La empresa posmoderna Los primeros atisbos de que se había producido un cambio en la filosofía de la empresa se produjeron en los años sesenta, cuando H. Simon empezó a decir que el empresario no se mueve con racionalidad absoluta, sino con lo que él llamaba racionalidad limitada, es decir, configurada a partir de una organización, propia de cada empresa, aquí y ahora, y siempre cambiante. Lo que en la teoría de la empresa empezaba a detectarse a finales del siglo XX, ya había sido denunciado en el ámbito de la filosofía casi un siglo antes, cuando Nietzsche hizo patente en su Genealogía de la Moral el fracaso del intento ilustrado de sustituir la tradición por la racionalidad. Según él la modernidad había consistido en el intento más o menos disimulado de disfrazar la voluntad de poder de unos

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pocos, bajo el velo de voluntad de la verdad. Se había tratado de elevar al rango de universal, de única conducta racional, lo que no era más que una visión parcial e interesada de la realidad. Creían haberse desembarazado de Dios, del misterio que se oculta en la tradición, al haber confiado en la posibilidad de una racionalidad absoluta. Pero se habían engañado, la idea de Dios permanecía bajo ese modo de entender la racionalidad. La llamada posmodernidad, que es la postura que comparten figuras tan diversas como Nietzsche, Weber, Pareto, Keynes, o Schumpeter, reconoce el fracaso del proyecto ilustrado, pero se niega a renunciar al individualismo. Algo patente en Keynes, cuando en su famoso trabajo titulado The end of the laissez faire, pondría las bases de la economía posmoderna, al denunciar la falta de fundamento El empleado racional de la economía neoclásica, al tiempo que radicaliza- “disciplinado” tiene ba la visión individualista del hombre. En ese nuevo marco, “alma de esclavo”, ha la decisión de inversión, en absoluto debía ser considerada sido entrenado para racional en el sentido neoclásico. Para Keynes esa decisión “seguir normas”, dependía de lo que llamaba animal spirits de los empresarios, para prescindir de su que por capricho de la fortuna son los elegidos para llevar juicio propio, pues solo así puede evitar adelante esa importante función. De una manera muy parecida, sostendría Schumpeter, que problemas morales a el empresario movido por un espíritu no racional contribuye los que no sabe cómo enfrentarse. (…) a “crear riqueza”, en tanto y en cuanto rompe con las rutinas de los procesos productivos ya establecidos. Un individuo carismático, movido “por los dioses”, que lleva a cabo una tarea de “destrucción creativa”. Algo que contrasta fuertemente con el empresario de Walras, quien guiado por una racionalidad universal, por una información perfecta, contribuye de modo no intencional al “equilibrio general”, al orden y bienestar de la sociedad. Es interesante observar que mientras el empresario de Walras, aunque de modo no intencional, colabora con una distribución equitativa de una riqueza que se supone ya producida, el empresario de Schumpeter, al igual que el de Keynes, se limita a crear riqueza, sin poder asegurar que eso es bueno o malo para la sociedad como un todo. Mientras Keynes estuvo muy influido por Hume, Schumpeter no hizo más que seguir los pasos de Nietzsche, pero sobre todo a través de Max Weber. La figura de este último resulta muy interesante, pues llegaría a las mismas conclusiones que Nietzsche, pero a partir de sus estudios sobre sociología de la religión. Bajo la influencia del teólogo protestante y liberal Rudolph Sohm, sostuvo que tanto en el judaísmo como en el cristianismo se había producido lo que él consideraba inevitable en toda tradición: el paso

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desde la inicial y creativa “fase carismática” o mágica, a la “fase burocrática”, donde lo que predomina es la estéril racionalización de un proceso sin vida2. Como hemos visto, en la empresa moderna no hacía falta gobierno; bastaba con el cálculo del máximo de beneficio para unas condiciones dadas de equilibrio. Un modo de pensar patente en el enfoque del Management científico de F. W. Taylor, con vista al logro de la “organización racional”, donde junto con la acción, desaparecerán también los conflictos, y la necesidad del gobierno. (…) Ha sido Sería a partir de los años sesenta, con el descubrimiento de convertido en lo que Chester Barnard (1938) llamaba “la organización inforuna máquina sin mal”, cuando se vio la necesidad del gobierno de las empresas. interioridad, que solo De todos modos, la persistencia del individualismo llevaría puede ser motivada a plantearlo como un conflicto de intereses, de modo que su desde fuera, susceptible tarea consistiría en someter los conflictos de la “organización por otro lado de una informal” a los intereses del que manda. No es otra cosa lo que angustiosa patología está en la base del enfoque posmoderno del “liderazgo”. moral y psicológica. Es significativo que el término líder tenga su raíz en la paNo es más que el otro labra latina con la que se designa la fuerza y la determinación lado de la moneda del de empujar o superar la resistencia de una masa en una deterlíder que lo violenta. minada dirección. Así, por ejemplo, los romanos usaban una Ambos tratan de palabra similar para designar el perro que arrastra un rebaño. conseguir lo mismo: En cualquier caso un término de sabor guerrero. Algo que manipular sin se mantiene en el término CEO, que se ha generalizado para ser manipulado. designar al jefe de una empresa, tomado de la terminología de la armada británica. Del mismo modo que un rebaño es imprescindible para lograr leche, carne y lana, fines externos a las ovejas, también el control de una organización, entendida como una masa estructurada de individuos, resulta imprescindible para los objetivos externos del líder. El líder posmoderno no trata de imponer una racionalidad objetiva, como pretendía el ingeniero director en el diseño de Taylor, sino que trata de imponer su racionalidad o autoridad, su “voluntad de poder”, de modo que los otros hagan lo que él desea. Su objetivo es vencer la resistencia, romper con lo establecido. El problema que se plantea es la legitimidad de ese modo de proceder. ¿De dónde proviene esa autoridad que se arroga el líder posmoderno? Una pregunta que no se plantea en los cursos sobre liderazgo que en los últimos años se han generalizado en casi todas las Business School, pero que está siempre como suspendida en el aire. 2 El cambio que lleva a cabo Weber en el sentido del carisma, ha sido estudiado con agudeza por Ph. Rieff.

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A la posmodernidad, sin posibilidad de una racionalidad absoluta, solo le queda aferrarse a un individualismo radical, que no es otra cosa que la “voluntad de poder”. Eso sí, tratando de disimular de algún modo la inevitable conclusión egoísta que se sigue de ese tipo de individualismo. Tan pronto como en 1907, Alfred Marshall en su trabajo titulado “Posibilidades sociales de la caballerosidad económica” había diseñado la figura del “gran capitán” de la industria, un antecedente muy temprano del moderno líder de empresa posmoderno, al que Keynes califica En resumen, al de “Gran Maestre del individualismo”. Alguien que llevado por líder empresarial un esteticismo emotivista se considera un artista que se deleita a postmoderno solo le sí mismo, al tiempo que cree deleitar a todos los demás. interesa transformar Los emotivistas son todos aquellos para quienes los juicios materia prima en morales carecen de justificación moral; a lo más los consideran producto, mano de expresiones estéticas de sus propias preferencias. Eso implica obra ineficiente en que esos individuos solo pueden actuar por el placer de hacer, eficiente, individuos de dar satisfacción a sus ímpetus vitales. Necesitan imponer desacoplados en su moral, someter a los otros a sus designios, imponer su “orindividuos bien ganización formal”. ajustados, crear La única vía para dar alguna justificación de la autoridad riqueza medida del líder posmoderno de empresa es su propio éxito. La efisolo en términos cacia de su operación, su victoria sobre la resistencia, es el monetarios. Estos signo que confirma su “carisma”, la señal de que se trata de y no otros son los un “elegido de los dioses”. únicos fundamentos Al líder empresarial posmoderno solo le interesa la técnica de su autoridad. de la eficacia en el conseguir “objetivos que le salen de las tripas”3. El problema de la justificación de los fines que persigue no aparece en su horizonte. Considera que no hay correlación entre lo interno y lo externo, entre el alma y el cuerpo, que todo es externalidad vacía, que nada corporal emana y manifiesta el espíritu. Está convencido, como corresponde a la supuesta “neutralidad moral de su saber”, que ni puede ni debe —pues perdería eficacia— entrar en el terreno del interminable debate moral. Eso les lleva a considerarse una figura incuestionable, depositaria de un saber que en realidad no posee y que nunca podrá demostrar con una adecuada justificación racional. Ni siquiera se le puede considerar un técnico, sino más bien un “tecnicista” o terapeuta, alguien que trata de modificar los síntomas sin conocer sus causas. 3 En el libro de Akerlof y Schiler Animal Spirits se cuenta la anécdota de que John F (Jac) Welch, famoso CEO de General Electric, sostenía que las decisiones se “tomaban con las tripas” si se puede traducir así la expresión inglesa usada por ese personaje, algo que a Keynes le habría encantado saber.

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Ese tipo de individuo solo tiene externalidad, que es lo propio del “hombre de poder”. Su liderazgo consiste en diseñar una disciplina que en realidad no es tal, sino una “burocracia”, una “técnica de control” de una “masa anónima” de individuos —también carentes de internalidad— que solo buscan la “gratificación del instinto”. Incapaces unos y otros de alguna interdicción que brote de ellos mismos, de posibilidad alguna de autorrenuncia. El resultado es una disciplina coactiva y moralmente permisiva que lleva a la patología psicológica. El empleado “disciplinado” tiene “alma de esclavo”, ha sido entrenado para “seguir normas”, para prescindir de su juicio propio, pues solo así puede evitar problemas morales a los que no La auténtica y sabe cómo enfrentarse. Ha sido convertido en una máquina más profunda sin interioridad, que solo puede ser motivada desde fuera, individualidad solo susceptible por otro lado de una angustiosa patología moral y es posible si no se psicológica. No es más que el otro lado de la moneda del líder olvida la interioridad, que lo violenta. Ambos tratan de conseguir lo mismo: mani- lo cual implica el reconocimiento de la pular sin ser manipulado. En resumen, al líder empresarial posmoderno solo le interesa más alta autoridad, la transformar materia prima en producto, mano de obra inefi- veneración de un fin ciente en eficiente, individuos desacoplados en individuos bien que sobrepasa todos ajustados, crear riqueza medida solo en términos monetarios. los fines inmediatos y concretos, que se sitúa Estos y no otros son los únicos fundamentos de su autoridad.

III. El liderazgo como vocación

por encima de todas las tradiciones concretas.

Al introducir la idea de liderazgo como vocación (VBL, 2012), inmediatamente cambia el modo de entender el liderazgo. Se vuelve entonces al sentido clásico del carisma, deja de ser una figura individualista para convertirse en alguien que desde la singularidad de su vocación contribuye a esa tarea común que es el gobierno, a la construcción entre todos del bien común. Eso significa entender la empresa como una comunidad que forja su propia tradición en el seno de ese entramado de tradiciones que constituye la sociedad. El director de empresa comparece entonces como alguien que tiene un mundo interno y por ello debe perfeccionarse a sí mismo en la tarea de perfeccionar a los otros. La auténtica y más profunda individualidad solo es posible si no se olvida la interioridad, lo cual implica el reconocimiento de la más alta autoridad, la veneración de un fin que sobrepasa todos los fines inmediatos y concretos, que se sitúa por encima de todas las tradiciones concretas, Sin el reconocimiento a una autoridad profundamente instalada en el seno de toda tradición, ninguna disciplina es posible. La verdadera

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disciplina supone fe y tradición, y no es posible sin el reconocimiento de lo sagrado, lo único que lleva a la renuncia en su honor, que hace posible que la obediencia siempre apunte más allá de quien ordena y manda en cada momento y situación. Solo este tipo de disciplina hace posible gobernar y ser gobernado. Como el centurión romano de Carfanaún (Mt. 7, 1-10; L. 8, 11-12), que reconocía la misteriosa autoridad de Jesús y sostenía: puesto que yo que también estoy bajo disciplina El valor no es una puedo mandar a mis soldados, decir a mi siervo haz esto y creación individual, lo hace, lo cual lleva a Cristo a admirarse y elogiar su fe. La sino que es inseparable verdadera disciplina no es posible sin autoridad. No se puede del núcleo más gobernar si no se es gobernado. profundo de una Dirigir una empresa consiste entonces en lograr una comutradición, unas nidad, con ocasión de la realización de un beneficio o servicio comunidades donde se concreto a la sociedad, hacer posible una disciplina en la que ha aprendido a hacer el sea posible que todos gobiernen y sean gobernados. Solo así bien. Es el interés por la empresa será capaz de acertar en la elección y realización la cosa misma lo que de una actividad que represente un aporte positivo a la mayor permite hacer bien. Si consistencia y unidad de la sociedad, a un incremento del solo se motiva desde bien común, a una mejora en el entendimiento del sentido fuera, como pretende profundo de la tradición. el líder posmoderno, El valor no es una creación individual, sino que es insepase niega la posibilidad rable del núcleo más profundo de una tradición, unas comumisma de gobernar nidades donde se ha aprendido a hacer el bien. Es el interés y se es solo un por la cosa misma lo que permite hacer bien. Si solo se motiva mecanismo destinado a desde fuera, como pretende el líder posmoderno, se niega la aislar a cada individuo posibilidad misma de gobernar y se es solo un mecanismo en su propia soledad. destinado a aislar a cada individuo en su propia soledad. Toda tradición se apoya en la organización, imprescindible para la marcha de la vida ordinaria, pues al descargar y liberar, hace posible funcionar sin excesivos roces y dificultades, de modo que las energías humanas se pueden encauzar a iniciativas, que son nuevos modo de fortalecer el bien común, de hacer posible un gobierno más participativo. Corresponde a todos los miembros de cada generación, no solo a los líderes, cuestionar la validez de las tradiciones recibidas, pero no en su conjunto, ni en lo más hondo o valioso de ellas, sino que deben discriminar aquellos aspectos que son mejorables desde el punto del bien común, que es como la quilla que permite el avance y mejora de toda tradición. Nada es valioso por el simple hecho de que se haya hecho así desde siempre. Lo que hace un verdadero empresario no es cambiar por cambiar, sino que después de un escrutinio sobre el estado de la tra-

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dición, se propone dar mayor relieve a lo verdaderamente valioso que se oculta en toda tradición. Un buen gobernante es el que sabe combinar la inercia continuista de las organizaciones con una verdadera innovación, aquella que ahonda o descubre lo que de valioso se esconde en la propia tradición. En ese sentido el verdadero innovador no es un revolucionario, sino alguien capaz de entender el sentido profundo de lo que hace que una tradición no sea mero continuismo. Gobernar es ser prudente, vivir en la realidad, saber dónde se está, cuál es la tradición en la que se vive, aquí y ahora, algo que exige que el gobierno, por medio de la organización, esté Nadie puede vivir y difundido por toda la sociedad. La prudencia del jefe es la actuar sin el saber suma de la prudencia de los que están bajo él, pues él no de los otros, tanto de puede estar en todos los sitios, su autoridad y su poder son los vivos como de los más limitados que los de todos los que están bajo él. Una difuntos. Es absurdo limitación que es fundamental para el buen gobierno, para el pretender vivir el recto ejercicio de la prudencia, que no es posible sin el como si el otro no consejo, sin contar con la opinión ordenada de todos los que existiera, que es como una continuación y participan en la construcción del bien común. consecuencia de la Nadie puede vivir y actuar sin el saber de los otros, tanto hipótesis de vivir como de los vivos como de los difuntos. Es absurdo el pretender si Dios no existiera. vivir como si el otro no existiera, que es como una continuación y consecuencia de la hipótesis de vivir como si Dios no existiera. Toda acción ayuda o perjudica al otro y por esa misma razón ayuda y perjudica al que la hace. Los hombres somos responsables los unos de los otros. El bien más inmediato es siempre el más material —dar de comer o de beber—, que es en el fondo el tipo de servicio que la sociedad espera de una empresa. El gobierno de las empresas así entendido contribuye a crear sociedad civil, difunde el gobierno, abre cauces de participación efectiva en la comunidad política, hace más amplio el concepto de la vida pública, cada vez más estrechado por la confusa visión estatalista y burocrática de la posmodernidad.

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Ciencia y t茅cnica en la sociedad actual: La cuesti贸n antropol贸gica POR VITTORIO POSSENTI

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«La cuestión social se ha convertido radicalmente en una cuestión antropológica»: este pasaje de la Caritas in veritate (n. 75), insertado en el cap. VI, dedicado a «El desarrollo de los pueblos y la técnica», asume la función de criterio central de lectura y comprensión de la encíclica de Benedicto XVI, y junto con la advertencia del «gran riesgo de confiar todo el proceso del desarrollo sólo a la técnica» (n. 14) guía las presentes reflexiones sobre la ciencia, la técnica y la persona humana.

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H ENTRE LOS DIFERENTES MOTIVOS DE CONFLICTO, SE SEÑALAN PARTICULARMENTE LOS SIGUIENTES: 1) LAS TEORÍAS EVOLUTIVAS MOSTRARÍAN QUE TODO ESTÁ EN DEVENIR, Y QUE, POR CONSIGUIENTE, TAMBIÉN LA PRESUNTA ESENCIA O NATURALEZA HUMANA, CONSIDERADA INVARIANTE, ESTÁ, POR EL CONTRARIO, PLENAMENTE SOMETIDA AL DEVENIR Y A LA MUTACIÓN; (…)

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ombre, ¿quién eres? Responder a esta pregunta resulta cada vez más difícil, pero también más importante. La primera urgencia para alcanzar un progreso auténtico, estriba en reintroducir la antropología en la técnica, de la que la concepción positivista y materialista la ha expulsado; en volver a concebir al hombre como «corpore et anima unus», y en superar el individualismo radical. Resulta patente, a estas alturas, que el individualismo que se ha afianzado en la cultura occidental no tiene tan solo el rostro luminoso de la libertad, de la autonomía, de la responsabilidad, sino que esconde también un lado oscuro, cuya sombra crece alrededor y dentro de nosotros: atomización, soledad, ansiedad. En una palabra, un extravío profundo y doloroso que pone cada vez más de relieve que nuestras existencias han perdido su sentido y su destino. Se trata de un panorama que no se percibe con el dramatismo que merecería, sino con una sorprendente resignación. El individuo solitario, aun sufriendo por su soledad, le dice al otro: «Noli me tangere». Por eso la encíclica invita a «favorecer una orientación cultural personalista y comunitaria, abierta a la trascendencia, del proceso de integración planetaria» (n. 42). Sobre este proceso ejerce profunda influencia la relación entre persona y técnica, en la que esta última intenta transformar al hombre, llevando al extremo el mito de Prometeo: se pasa así del homo faber, al que hemos conocido durante milenios y que intentaba transformar la naturaleza, al reciente homo creator que, poseído por la hybris, crea nuevas realidades e intenta modificarse a sí mismo, manipulando en la actualidad las raíces de la vida. «Enhancing and transforming human life» («Mejorar y transformar la vida humana») es el nuevo mito. Resulta singular que a esta ansia de dominio sobre sí, sobre el otro, sobre la naturaleza, de la que el sujeto se convierte en presa, se le acompañe una preocupante fragilidad psíquica y un repliegue narcisista sobre uno mismo y sobre el presente inmediato, en el que lo que importa es la expansión de los propios deseos. La cuestión de la ciencia y de la técnica se ubica en esta situación espiritual, y hace más compleja su solución, ya que

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debemos retomar desde sus cimientos el interrogante acerca del hombre. Durante largo tiempo se pensó que para resolver los problemas de la vida civil era precisa una ética pública capaz de regular los apremiantes dilemas morales; una ética capaz de expresar un mínimo común denominador que permita con-vivir, y no solo cohabitar. Esta posición, pese a seguir siendo válida, no resulta suficiente: son muchos los problemas acuciantes que no pueden recibir una solución adecuada sin una intuición acerca del hombre, y el mismo consenso ético exige encontrar un terreno antropológico común. No podemos avanzar si no estamos, como mínimo, parcialmente de acuerdo acerca de quién es el hombre. La bioética y sus comités abordan constantemente cuestiones de este tipo: ¿El embrión es un “don nadie”? ¿El enfermo de Alzheimer, una casi-persona? ¿El individuo en coma vegetativo persistente, una ya-no-persona? ¿Qué cabe entender como dignidad de la persona? Volver a tomar al hombre como punto de partida significa que los conceptos de persona y de naturaleza humana son muy controvertidos. Entre los diferentes motivos de conflicto, se señalan particularmente los siguientes: 1) Las teorías evolutivas mostrarían que todo está en devenir, y que, por consiguiente, también la presunta esencia o naturaleza humana, considerada invariante, está, por el contrario, plenamente sometida al devenir y a la mutación; 2) La técnica ejerce su poder de transformación sobre todas las cosas: ¿sobre qué bases podemos asumir que la naturaleza humana sea una excepción y que la técnica no pueda transformarla totalmente? Si nada está inmóvil en el universo y la naturaleza física se encuentra en perpetuo devenir, no habría motivo para postular la existencia de naturalezas invariantes, y esto debería poder aplicarse también al ser humano. En sustancia, se recuerda que el homo sapiens sapiens, tras haber llevado a cabo dos revoluciones —la agrícola, emprendida hace unos 10.000 años, y la industrial, comenzada hace 200 años—, se halla ahora profundamente implicado en la tercera gran revolución, tecnológica y biotecnológica, iniciada hace pocos decenios, pero caracterizada por un ritmo velocísimo de cambio que no permite pausas de reflexión. Particularmente en el campo crucial de las biotecnologías «se plantea con toda su fuerza dramática la cuestión fundamental: si el hombre es un producto de sí mismo o si depende de Dios» (n. 74).

(…) LA TÉCNICA EJERCE SU PODER DE TRANSFORMACIÓN SOBRE TODAS LAS COSAS: ¿SOBRE QUÉ BASES PODEMOS ASUMIR QUE LA NATURALEZA HUMANA SEA UNA EXCEPCIÓN Y QUE LA TÉCNICA NO PUEDA TRANSFORMARLA TOTALMENTE? SI NADA ESTÁ INMÓVIL EN EL UNIVERSO Y LA NATURALEZA FÍSICA SE ENCUENTRA EN PERPETUO DEVENIR, NO HABRÍA MOTIVO PARA POSTULAR LA EXISTENCIA DE NATURALEZAS INVARIANTES, Y ESTO DEBERÍA PODER APLICARSE TAMBIÉN AL SER HUMANO.

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Es imposible producir o transformar la naturaleza humana

SEGÚN EL ENFOQUE CONSTRUCTIVISTA Y CULTURALISTA, LA NATURALEZA HUMANA ES TAN SOLO UN ESQUEMA EN DEVENIR. ES EL HOMBRE QUIEN SE LA HACE Y SE LA CREA, MODIFICÁNDOLA CON SU ACCIÓN: SU NATURALEZA SERÁ LO QUE EL SUJETO QUIERA QUE SEA.

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Para avanzar por la vía trazada es precisa toda una filosofía. Aquí seguimos la vía del personalismo ontológico y del realismo filosófico, que conduce a un concepto de naturaleza humana basada en la realidad y no construida a priori, o, viceversa, resultante de un proceso histórico en el que nada permanece fijo. Según el realismo, nosotros captamos las cosas como estas son en sí mismas. La visión clásica y cristiana, fruto de un largo proceso de elaboración y profundización, se articula alrededor de la idea de persona humana, que incorpora a su vez la noción universal de naturaleza humana. La determinación de persona brindada por Boecio aúna ambas nociones: la persona es una sustancia individual de naturaleza intelectual-espiritual (rationalis naturæ individua substantia). La persona es primitiva: no puede deducirse de nada ni reducirse a objeto. Y es primitiva porque está dotada de logos, es decir de razón y de lenguaje: precisamente en la posesión del logos está enraizada la naturaleza o esencia humana. Esta no es solo un conjunto de capacidades y funcionamientos, sino algo más primordial y universal. Se trata de una tesis que no niega en lo más mínimo el elemento histórico y evolutivo del ser humano, pero que no reduce al hombre a estos abrazando un culturalismo que se opone a la idea de naturaleza humana, considerada completamente cultural y únicamente dependiente de las opciones y de los valores de los individuos. Según el enfoque constructivista y culturalista, la naturaleza humana es tan solo un esquema en devenir. Es el hombre quien se la hace y se la crea, modificándola con su acción: su naturaleza será lo que el sujeto quiera que sea. De manera distinta procede el realismo universalista, para el que el ser humano es un «animal racional» capaz de observaciones observables que ningún otro animal puede realizar, que dimanan precisamente de su razón incorporada y expresan su naturaleza. Según Aristóteles, «es propia del hombre la actividad del alma según la razón» (Ética a Nicómaco). En el ser humano podemos con mayor o menor sabiduría modificar muchas cosas, pero no su naturaleza. Si el hombre es un ser dotado de logos (razón y lenguaje), intuimos fácilmente que mientras exista el hombre, este tendrá estas cualidades


esenciales; y que es de todo punto imposible tanto producir técnicamente la razón y el lenguaje como transformar al hombre despojándolo de estos. El personalismo ontológico muestra que la dignidad del hombre no es una proyección o una atribución de valor arbitrariamente expresada, sino que procede de un reconocimiento del valor que existe en el ser humano y que dimana de su nivel ontológico específico de existencia. La dignidad del hombre radica en su naturaleza, y en ninguna otra cosa: solo como ser dotado de espíritu posee el hombre valor y dignidad. El enfoque personalista sostiene dos asertos de absoluto relieve: a) La naturaleza humana es invariante y está indisponible, en el sentido de que el poder de la técnica no está en condiciones, pese a todos sus esfuerzos, de cambiar la naturaleza humana, entendida en el sentido radical y primordial recién subrayado; b) Es imposible producir la persona. Se trata de núcleos de pensamiento sometidos hoy a fuertes negaciones y que deben ser reconquistados frente a ataques que adquieren hoy un aspecto novedoso respecto al pasado, aunque ya estaban presentes en él. Un rastro evidente de ello lo encontramos en 1984, obra en la que Orwell diseminó consideraciones iluminadoras referentes a dilemas que siguen siendo ineludibles. Recogeré tres de ellas, presentes en el diálogo entre el torturador O’Brien y Winston Smith, el último hombre de Europa que lucha contra el Partido y el Gran Hermano para conservar una brizna de humanidad y no verse totalmente dirigido. Dice O’Brien: «[...] la realidad no es externa. La realidad existe en la mente humana y en ningún otro sitio [...]. No existe sino lo que admite la conciencia humana [...]. Fuera del hombre no hay nada». Todo procede, pues, del hombre. – «El objeto del poder no es más que el poder [...]. El verdadero poder, el poder por el que tenemos que luchar día y noche, no es poder sobre las cosas, sino sobre los hombres. Éste se conquista haciendo sufrir al otro. No basta, pues, con que el otro obedezca, sino que debe hacerlo sufriendo, de forma que su voluntad quede aniquilada. – «Te figuras que existe algo llamado la naturaleza humana, que se irritará por lo que hacemos y se volverá contra nosotros. Pero no olvides que nosotros creamos la naturaleza humana»1. Por lo tanto, según O’Brien, esta famosa naturaleza humana está producida y modificada por el mismo hombre.

SI EL HOMBRE ES UN SER DOTADO DE LOGOS (RAZÓN Y LENGUAJE), INTUIMOS FÁCILMENTE QUE MIENTRAS EXISTA EL HOMBRE, ESTE TENDRÁ ESTAS CUALIDADES ESENCIALES; Y QUE ES DE TODO PUNTO IMPOSIBLE TANTO PRODUCIR TÉCNICAMENTE LA RAZÓN Y EL LENGUAJE COMO TRANSFORMAR AL HOMBRE DESPOJÁNDOLO DE ESTOS.

1 George Orwell, 1984, versión de Rafael Vázquez Zamora, Espasa Calpe, Colección Austral, Madrid 2009 4, pássim entre las pp. 307 y 327.

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EL CIENTIFICISMO TECNOLÓGICO PRETENDE INTENTAR PRODUCIR LA PERSONA HUMANA, ENCAJARLA EN LA CATEGORÍA DE LA PRODUCCIÓN. LAS PRODUCCIONES QUE CONOCEMOS SE LLEVAN A CABO RECURRIENDO A LA TÉCNICA DE ACUERDO CON LAS MODALIDADES DISPONIBLES CADA VEZ Y AFIANZADAS EN UN SABER CIENTÍFICO Y SEGURO DE SÍ MISMO.

2 Desarrollo estos aspectos en mis libros: Essere e libertà, Rubbettino, Soveria Mannelli 2004; Il Principio Persona, Armando, Roma 2006; L’uomo postmoderno. Tecnica religione politica, Marietti, Milán 2009.

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Orwell no está de acuerdo con O’Brien, y nosotros también tenemos inmejorables motivos para estar de su lado: ni la más obstinada intervención técnica podrá cambiar la naturaleza humana, y la persona no puede ser producida. Se trata de ensoñaciones peligrosas cultivadas por la modernidad. Esta puede interpretarse en varios de sus aspectos como un intento de cambiar inclinaciones fundamentales de la naturaleza humana o de ir contra ellas: en el comunismo, mediante la abolición de la propiedad privada y con la tentativa de que la solidaridad de clase prevalezca frente a la del grupo familiar; en las biotecnologías, con el intento de llegar al ultrahombre, transformando la naturaleza humana. Pero el cientificismo tecnológico pretende intentar producir la persona humana, encajarla en la categoría de la producción. Las producciones que conocemos se llevan a cabo recurriendo a la técnica de acuerdo con las modalidades disponibles cada vez y afianzadas en un saber científico y seguro de sí mismo: sirva de ejemplo la producción industrial de todo tipo de bienes económicos. Si existen factorías mecánicas que producen automóviles, ¿por qué razón no podrían existir factorías biotecnológicas para producir personas? Estas podrían ser producidas como un artefacto, de acuerdo con las reglas de la artificialidad y de la eficacia. Pero ¿las factorías de la Técnica pueden llegar a tanto? La respuesta es negativa, ya que la Técnica no puede producir la esencia humana, inmanente en todo individuo de la especie humana. La Técnica puede producir una infinidad de cosas, y lo hace, por regla general, magníficamente bien, pero no puede producir ni la razón ni el lenguaje, que pertenecen al ámbito de lo necesario. Además, la Técnica no solo no puede producir, sino que tampoco puede cambiar la esencia/ naturaleza humana ya dada2. En síntesis, la pertenencia de la técnica al ámbito del hacer incluye el criterio según el cual la misma no tiene poder sobre la esfera de lo necesario y de lo indisponible. El homo tecnologicus no puede producirlo todo: lo necesario es lo no producible, y entre lo no producible se encuentra precisamente la esencia/ naturaleza humana. La respuesta dada es tan correcta como contundente, pero no debe inducirnos a la inacción. Y es que del intento de la técnica —ciertamente vano y abocado a la derrota— por manipular


«Resulta patente, a estas alturas, que el individualismo que se ha afianzado en la cultura occidental no tiene tan solo el rostro luminoso de la libertad, de la autonomía, de la responsabilidad, sino que esconde también un lado oscuro, cuya sombra crece alrededor y dentro de nosotros: atomización, soledad, ansiedad. Un extravío profundo y doloroso que pone cada vez más de relieve que nuestras existencias han perdido su sentido y su destino». (Vigilia de oración de los jóvenes en Colonia en las XX Jornadas Mundiales de la Juventud, 2005)

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UNA TÉCNICA CONCEBIDA COMO UNA POTENCIA SIN ÉTICA Y SIN ANTROPOLOGÍA, ÚNICAMENTE ENCOMENDADA A LA LEY DE LA EFICACIA, LLEVA DIRECTAMENTE A LA NEGACIÓN DEL HOMBRE Y DE SU DIGNIDAD. (…) CIENCIA Y TECNOLOGÍA SON REALIDADES ABIERTAS QUE PUEDEN CONDUCIR AL BIEN Y AL MAL. POR DECIRLO CON UN TÉRMINO PRECISO QUE PROCEDE DE LOS GRIEGOS, Y MÁS PRECISAMENTE DE ARISTÓTELES, CIENCIA Y TECNOLOGÍA ESTÁN INTRÍNSECAMENTE ABIERTAS A LOS CONTRARIOS.

3 Francis Bacon, Novum Organon, l. II, § 52.

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al sujeto pueden nacer grandes riesgos y perjuicios. El mayor de ellos es que la técnica, en su intento de desnaturalizar al hombre privándolo del logos y de su diferencia específica, trate de naturalizarlo íntegramente, reduciéndolo a mera parte de la physis, considerándolo un puro objeto. Nos encontramos con ello mucho más allá del proyecto de Bacon, según el cual ciencia y técnica habían de concebirse como una ayuda fundamental de orden redentor-restaurador: «Tras el pecado original, el hombre decayó de su estado y de su dominio de lo creado. Pero ambas cosas pueden recuperarse, siquiera parcialmente, en esta vida. La primera, por medio de la religión y la fe; la segunda, por medio de las técnicas y las ciencias»3. Hoy, el instrumento de redención se ha hecho el dueño, y la técnica se ha emancipado de la religión. La ideología de la técnica favorece esta separación, tal y como indica el mito de Prometeo. Este, al robar el fuego a los dioses para dárselo a los hombres, da inicio a la interpretación ideológica de la técnica como hybris antidivina. Mediante la técnica, el hombre quiere obtener por sí mismo lo que antes imploraba de Dios. Hay que vigilar, pues, toda vez que una Técnica concebida como una potencia sin ética y sin antropología, únicamente encomendada a la ley de la eficacia, lleva directamente a la negación del hombre y de su dignidad. El hecho es que ciencia y tecnología son realidades abiertas que pueden conducir al bien y al mal. Por decirlo con un término preciso que procede de los griegos, y más precisamente de Aristóteles, ciencia y tecnología están intrínsecamente abiertas a los contrarios. Valga un ejemplo: el descubrimiento de la energía atómica puede encaminarse tanto a matar de forma nunca antes conocida como a producir energía con fines de bienestar y de paz; a devastar la tierra o a curar pobreza y dolor. Donde sea inmanente la apertura hacia los contrarios, allí hay ambigüedad, al ser lo ambiguo lo que mira en dos direcciones. La Técnica lleva inscritas en sí la posibilidad de liberar y al mismo tiempo la de forjar nuevas cadenas. La Técnica como potencia abierta a los contrarios debe dejarse amaestrar por la ética, por la idea del Bien, de la religión, para no convertirse en un peligroso recurso. En esto se convierte, por el contrario, cuando se considera autosuficiente y omnipotente: cuando se piensa que todo se puede, precisamente entonces se llega a destruirlo todo.


«Hombre, ¿quién eres? Responder a esta pregunta resulta cada vez más difícil, pero también más importante. La primera urgencia para alcanzar un progreso auténtico, estriba en reintroducir la antropología en la técnica, de la que la concepción positivista y materialista la ha expulsado; en volver a concebir al hombre como «corpore et anima unus», y en superar el individualismo radical». (Cita Caritas in Veritate)

Una mirada a la biopolítica Es una importancia creciente la que reviste la biopolítica, en la que hay gran probabilidad de «desviación de la mentalidad técnica de su originario cauce humanista» (n. 71). Demostraciones fundamentales de ello las encontramos en el problema del aborto, legalizado en el transcurso de unos pocos decenios en todo Occidente; en la planificación demográfica (control de nacimientos, esterilizaciones); en la manipulación del equilibrio entre los sexos con el fenómeno de las «mujeres desaparecidas»; en la creación en probeta de embriones llamados supernumerarios, es decir, que nunca serán implantados; en la eutanasia. La mera enumeración de estos problemas da fe de su extrema importancia con respecto a la vida política: para la biopolítica es plenamente válida la tesis de que toda antropología es relevante desde el punto de vista político. Desde sus primeros pasos, la biopolítica avanza incorporando las nociones de vida, naturaleza humana, persona, y la relación de estas con el poder. La solución correcta a este respecto parece ser la siguiente: las categorías de vida, muerte, enfermedad, salud, terapia, no

LA TÉCNICA COMO POTENCIA ABIERTA A LOS CONTRARIOS DEBE DEJARSE AMAESTRAR POR LA ÉTICA, POR LA IDEA DEL BIEN, DE LA RELIGIÓN, PARA NO CONVERTIRSE EN UN PELIGROSO RECURSO. EN ESTO SE CONVIERTE, POR EL CONTRARIO, CUANDO SE CONSIDERA AUTOSUFICIENTE Y OMNIPOTENTE: CUANDO SE PIENSA QUE TODO SE PUEDE, PRECISAMENTE ENTONCES SE LLEGA A DESTRUIRLO TODO.

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LAS CATEGORÍAS DE VIDA, MUERTE, ENFERMEDAD, SALUD, TERAPIA, NO PUEDEN ESTAR SUJETAS A (RE)DEFINICIONES PÚBLICAS Y BIOPOLÍTICAS, SINO QUE DEBEN SER SALVAGUARDADAS EN SU VALOR ONTOLÓGICO Y NATURAL.

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pueden estar sujetas a (re)definiciones públicas y biopolíticas, sino que deben ser salvaguardadas en su valor ontológico y natural. La (bio)política no puede pretender definir los conceptos centrales del viviente humano sobre la base del mudable predominio de voluntades que actúan en la esfera política. Si aspira a mantener un carácter objetivo y normativo, sin convertirse en función del poder de turno, la biopolítica debe constituirse como disciplina fundamentada en sólidas bases científicas, antropológicas y morales. En concreto, resulta fundamental sustentarse en una noción bien elaborada de naturaleza humana, capaz de abordar el siguiente dilema: ¿redefinir el concepto de naturaleza humana y de especie humana en un proceso sin fin y que estaría pilotado por los futuros descubrimientos biológico-genéticos, o más bien iluminar con el concepto de naturaleza humana los nuevos descubrimientos y su aplicación biopolítica? Se trata de no borrar la diferencia entre lo espontáneamente devenido y lo técnicamente producido. Retomemos la frase de la Caritas in veritate que habla del «gran riesgo de confiar todo el proceso del desarrollo sólo a la técnica» (n. 14). El desarrollo humano solo puede perseguirse si lo dirige no ya la ideología de la Técnica, sino la idea de la persona humana y de su bien. Lo cierto es que todas las ciencias-técnicas fundamentales que atañen al hombre son ciencias humanas, y este carácter les confiere una connotación indeleble. No solo la política, la economía, la psicología o la sociología son ciencias humanas, sino que también lo son la biopolítica, la bioética y la eugenesia. Detengámonos en este punto capital y consideremos la biopolítica. Si la biología es una ciencia natural, surge la cuestión fundamental acerca del tipo de ubicación de la biopolítica como disciplina y como ciencia, y sobre el saber que la misma vehicula. El problema se articula en dos preguntas: 1) ¿Es la biopolítica una ciencia humana o una ciencia natural?; 2) ¿Puede concebirse como ciencia descriptiva o como normativa, o bien desde ambas perspectivas? La biopolítica forma parte de la categoría de las ciencias humanas, como la política. Esta y la biopolítica se sirven ciertamente de las ciencias naturales —entre ellas, especialmente, de la biología—, pero al ser ciencias humanas la idea de hombre en ellas asumida resulta decisiva. Respecto al ámbito de la acción y de las decisiones vinculadas a esta, la


biopolítica es una ciencia práctica, no un saber técnico encaminado a producir algo. En el momento en que se concibiera, en cambio, la biopolítica como ciencia natural, tendría lugar una naturalización de la política, que quedaría encomendada al gobierno de médicos, técnicos y científicos. La biopolítica se convertiría en política de los cuerpos, y daría lugar a una auténtica biocracia. A fuer de ciencia humana, y aun dando todo relieve a su momento descriptivo —que incluye estudios acerca de la tasa de natalidad, mortalidad, promedio de vida, morbilidad, fertilidad, salud pública, medicina social, etc.—, la biopolítica no puede alejar de sí el nivel normativo. Antes al contrario, es preciso asegurar la transición del momento descriptivo al momento normativo de las decisiones políticas y prácticas sociales, que implican una idea de naturaleza humana como normalidad de funcionamiento, en base a la cual más allá de lo normal se encuentra lo patológico. Este límite reviste enorme importancia en toda política social y jurídica. El carácter normativo de la biopolítica implica que, aun al ocuparnos desde el punto de vista historiográfico de su pasado durante la primera mitad del siglo XX, con las grandes desviaciones que tuvieron como resultado acercar el hombre al animal, el interés prioritario no puede dejar de residir en el marco normativo, es decir, en cómo debería ser la biopolítica. Me refiero a la posibilidad de intervenir de diferentes formas tanto en la zona limítrofe entre la vida y la muerte como en la del inicio de la vida o concepción, ejerciendo un poder abstracto sobre la vida que hallamos encarnado de diferentes formas en distintos usos de las biotecnologías. El lugar en el que la biopolítica contemporánea resulta más invasiva y corre el mayor peligro es tal vez el ámbito del inicio de la vida, en el que hallamos una diferencia profunda entre la soberanía «clásico-moderna» y el biopower contemporáneo: la soberanía moderna es poder de dar muerte, de hacer morir, mientras que el biopower actual es poder de dar tanto vida como muerte, de intervenir en las fuentes de la vida, manipulándolas, alterándolas, cegándolas.

EL LUGAR EN EL QUE LA BIOPOLÍTICA CONTEMPORÁNEA RESULTA MÁS INVASIVA Y CORRE EL MAYOR PELIGRO ES TAL VEZ EL ÁMBITO DEL INICIO DE LA VIDA, EN EL QUE HALLAMOS UNA DIFERENCIA PROFUNDA ENTRE LA SOBERANÍA «CLÁSICO-MODERNA» Y EL BIOPOWER CONTEMPORÁNEO: LA SOBERANÍA MODERNA ES PODER DE DAR MUERTE, DE HACER MORIR, MIENTRAS QUE EL BIOPOWER ACTUAL ES PODER DE DAR TANTO VIDA COMO MUERTE, DE INTERVENIR EN LAS FUENTES DE LA VIDA, MANIPULÁNDOLAS, ALTERÁNDOLAS, CEGÁNDOLAS.

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El Poema del テ]gulo Recto. Litografテュas originales en color y negro. 1955. Le Corbusier.


La gran contracción

Lección y significado de la reciente crisis POR ANTONIO SPADARO, S.J.

Con el “infarto” que afectó al sistema financiero global en el año 2008, comenzó una etapa de “gran contracción” y de crisis, de inmensas consecuencias mundiales. Se hace necesario entonces comprender qué ha estado en juego y dónde radicaron las grandes equivocaciones. El autor de este artículo, Antonio Spadaro —director de la revista La Civiltà Cattolica—, dialogando con el pensamiento del sociólogo Mauro Magatti advierte la incidencia de una amplia crisis de carácter espiritual en la cual dos grandes temas están en juego: el rol de la técnica y su relación con la libertad, que hasta hoy ha parecido depender del crecimiento sin interrupción de las oportunidades disponibles. El derrumbe, entre tanto, de las expectativas así como la honda crisis de confianza en el sistema, sugieren por su parte el fin de la idea de desarrollo ilimitado, tal como fuera pensado en los últimos años. El problema debe así enfrentarse preguntándose primero que todo qué significan hoy “crecimiento” y “desarrollo”. Rogoff, profesor de Economía en la Universidad de Harvard, junto a Carmen Reinhart, docente de la misma Universidad, han propuesto una definición de la crisis como la “segunda gran contracción”, esto es, una profunda recesión y no tan solo una grave crisis financiera. La primera “gran contracción” naturalmente fue la Gran Depresión de 1929. Para salir de ella Occidente aplicó el pensamiento de J.M.Keynes, creó la política social del New Deal y construyó el moderno Welfare State. ¿Cuál es hoy el camino? [Nota del Editor]

Una nueva idea de desarrollo más allá de las respuestas técnicas

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e advierte vagamente en la sociedad la necesidad profunda de una nueva idea de desarrollo. Y nos preguntamos cuáles son las necesidades olvidadas por las sociedades occidentales a partir de la calidad del ambiente, de las relaciones humanas, del mundo cultural y del contexto del sentido de la vida de cada día. Se advierte la necesidad de grandes visiones, de grandes síntesis. Ya no basta con pensar en el “crecimiento” como se ha hecho hasta ahora: es preciso comprender en qué nos hemos equivocado y qué está en juego.

HUMANITAS Nº 75 pp. 66 - 81

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Una de estas tentativas ha sido llevada a cabo por Mauro Magatti, Director de la Facultad de Sociología de la Universidad Católica de Milán, en su obra La grande contrazione. I fallimenti della libertà e le vie del suo riscatto (La gran contracción. Las falencias de la libertad y los caminos para su rescate)1. El subtítulo es una declaración. Escribe Magatti: “El redimensionamiento de la carga de la deuda que en cierto modo deberán gestionar en los próximos años las economías de los países avanzados no es sólo una pérdida, un paso hacia atrás, sino también y sobre todo una ocasión para dar un paso adelante en la historia "La verdadera de la libertad”2. Prosigue en su introducción: “Si, como creo, al amenaza ya ha cabo de unos años se volverá a crecer, el crecimiento será de alcanzado al hombre en nueva generación, no una mera expansión cuantitativa, sino su esencia. El dominio un “excedente” cualitativo capaz de hacer dar fruto de mejor de la imposición manera a la riqueza principal de la cual disponen (al menos en amenaza estableciendo potencia) las democracias avanzadas, y por consiguiente a la la posibilidad riqueza humana y espiritual que sólo un mundo de seres libres de que pueda puede desencadenar”3. Así, la gran contracción contemporánea negarse al hombre es fruto de una amplia crisis espiritual en la cual está en juego la el recogimiento, libertad4. Queremos abrir aquí un diálogo con las tesis del autor, volviendo a una revelación más ya sea citando su pensamiento, comentándolo o procurando originaria y a formular algunas preguntas enfocando aspectos problemáticos. Digamos de inmediato que rara vez se encuentran reflexiones experimentar de este modo el llamado como esta de Magatti sobre la crisis, es decir, capaces de evitar de una verdad más la aridez del tecnicismo y que, al abordar los problemas técnicoprimordial”. financieros, no oculten la “antigüedad” de los temas considerados. Y en la crisis de la sociedad contemporánea, sumamente nueva en ciertos aspectos, está en juego un problema “antiguo”, cual es la libertad el hombre. Los dos temas presentes en el fondo de su trabajo son la libertad precisamente y la técnica, en el marco del cambio social contemporáneo. Su punto de partida es la reflexión de Martin Heidegger: “La amenaza para el hombre no proviene ante todo de las máquinas y de los aparatos técnicos, que pueden también tener efectos mortales. La verdadera amenaza ya ha alcanzado al hombre en su esencia. El dominio de la imposición amenaza estableciendo la posibilidad de que pueda negarse al hombre el 1 2 3 4

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M. MAGATTI, La grande contrazione. I fallimenti della libertà e le vie del suo riscatto, Milán, Feltrinelli, 2012. Op. cit., 13. Op. cit., 14. Magatti desarrolló el concepto en una obra suya anterior titulada Libertà immaginaria. Le illusioni del capitalismo tecnonichilista (Libertad imaginaria. Las ilusiones del capitalismo tecno-nihilista), Milán, Feltrinelli, 2009. Ver también Id., “Sulla crisi (spirituale) dell’Occidente neo-materialista” (Sobre la crisis (espiritual) del Occidente neo-materialista), en La rivista del clero italiano, 93 (2012), 183-189.


recogimiento, volviendo a una revelación más originaria y a experimentar de este modo el llamado de una verdad más primordial”5. Heidegger plantea un problema grave: no pone en tela de juicio la técnica como tal, sino más bien la capacidad del hombre de seguir pensando de manera no técnica. Por lo tanto, si seguimos pensando en la crisis únicamente de manera “técnica”, encontraremos respuestas puramente “técnicas”. Por este motivo, más que las soluciones que procuramos encontrar, son importantes las preguntas más profundas y auténticas que nos hacemos.

La falencia de la libertad

"Concebido como voluntad de poder, el ciudadano del capitalismo tecnonihilista no es educado para obedecer normas morales y ejercer su propia responsabilidad, sino llamado a liberarse y expresarse a sí mismo y manifestar su propia autenticidad, respetando las normas formales y los procedimientos técnicos de funcionamiento”.

Magatti identifica el núcleo del problema en la astucia del capitalismo tecno-nihilista, consistente en “disponer de una hipótesis antropológica que percibe en profundidad algunas dimensiones de lo humano. Concebido como voluntad de poder, el ciudadano del capitalismo tecno-nihilista no es educado para obedecer normas morales y ejercer su propia responsabilidad, sino llamado a liberarse y expresarse a sí mismo y manifestar su propia autenticidad, respetando las normas formales y los procedimientos técnicos de funcionamiento”6. Hoy en día imaginamos “libre” a un hombre que sabe expresarse plenamente a sí mismo, desligado de los condicionamientos externos y de las limitaciones impuestas por una determinada autoridad. El capitalismo tecno-nihilista desarrolla por lo tanto un aspecto imaginario de la libertad basado en la idea de apertura a todas las oportunidades. La libertad, en vez de conjugarse con una dirección de sentido, se identifica con la disponibilidad para ir más allá de uno mismo, para no tener límites. Y la economía psíquica del tecnonihilismo es el imperativo “¡goza!”, que marca el paso del deber al placer como principio de realidad. Esta es la esencia de la crisis. Para el hombre contemporáneo, la posibilidad no resulta ser una condición, sino su “mundo”. Hubo un momento en que para el hombre el “mundo” era su realidad objetiva; ahora en cambio pasa a ser el “campo” de sus posibilidades de expansión. Lo escribía ya la poetisa estadounidense Emily Dickinson en su verso I dwell in possibility (Yo resido en la posibilidad)7. Y sin embargo en la segunda mitad del siglo XIX esta posibilidad era una virtualidad desplegada por el texto literario, que 5 M. HEIDEGGER, Saggi e discorsi, Milán, Mursia, 1976, 21. 6 M. MAGATTI, La grande contrazione, op. cit., 74. 7 La expresión está en el poema 657. Sobre la poetisa (1830-86), que ocupa un lugar central en la literatura estadounidense, ver A. SPADARO, «“Nel cuore dell’enigma”. La poesia di Emily Dickinson», en Civ. Catt. 2002, IV, 356-369.

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permite al hombre vivir muchas vidas, si bien todas ellas encuentran una síntesis en su conciencia8. Hoy el hombre parece en cambio enteramente extravertido hacia el horizonte de sus posibilidades y su deseo de “expresarse” a sí mismo, y en este horizonte parece reconocer el lugar del ejercicio de su libertad. Y esta es la forma de expresión de la voluntad de poder entendida como energía que mueve al hombre. La idea de fondo del libro de Magatti es clara: nos sentimos tanto más libres cuanto más podamos elegir, es decir, en la medida en que tengamos más oportunidades ante nosotros. La sociedad que ama la libertad es aquella que amplía los espacios de elección indi«Hubo un momento en que para el hombre el “mundo” vidual. La libertad se concibe como un movimiento era su realidad objetiva; expansivo que requiere el crecimiento sin interrupción ahora en cambio pasa a ser el de las oportunidades disponibles. El gigantismo de los “campo” de sus posibilidades sistemas institucionales termina en cambio por reducir de expansión. Lo escribía ya la poetisa estadounidense las oportunidades disponibles a nivel individual. Emily Dickinson en su verso Conocimos el 68 y sus instancias libertarias, que I dwell in possibility (Yo más allá de su valoración tenían razones y motivos. resido en la posibilidad)» Hoy día es como si esas instancias se hubiesen lanzado nuevamente después de anularse las motivaciones. De ahí resulta una sociedad dividida, atemorizada, endeudada, desorientada. La contracción financiera, energética y social es una consecuencia de esto. Así, planteada a la luz de la clave de interpretación de la relación entre la técnica y la libertad, la crisis de contracción que estamos viviendo asume connotaciones mucho más profundas y no vinculadas con la idea de un hecho extemporáneo y “sanable” técnicamente con maniobras adecuadas.

Entre técnica y voluntad de poder Aquí está en tela de juicio un modelo propiamente tal de desarrollo desplegado a partir de los años 80. Es preciso en resumidas cuentas comprender las raíces de la crisis: “La crisis es también cultural o —mejor dicho— espiritual. Tiene por lo tanto relación con el “espíritu” que en Occidente ha animado la estación histórica que está detrás de nosotros, del capitalismo tecno-nihilista. Es un espíritu profundamente individualista y materialista, que ha marcado la primera gran estación histórica en la cual la libertad se ha convertido en una experiencia masiva”9. 8 Ver Id., Abitare nella posibilità. L’esperienza della letteratura, Milán, Jaca Book, 2008. 9 M. MAGATTI, La grande contrazione, op. cit., 12

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«¿Qué sucede en este mundo al cual se aplica muy bien la definición del escritor Aldous Huxley en Brave New World? Los estándares se elevan y requieren una adecuación constante, un upgrade y un update sin descanso. La alternativa es la marginalidad, la irrelevancia, incluso la vergüenza: el desempleado es aquel que no se ha comprometido hasta el fondo; el anciano y el enfermo viven una condición perturbadora, inaceptable. Es preciso hacer el maquillage de las condiciones no “adecuadas».

Las consecuencias del tecno-nihilismo nacen de un proceso mediante el cual el hombre ha expresado su propia libertad en forma de “voluntad de poder”. Esta ya no se entiende como una amenaza, sino como la Imaginamos “libre” energía misma que mueve la acción del hombre. El crecimiento ha a un hombre que llegado a ser un problema vinculado con la capacidad del hombre sabe expresarse de liberar sus energías. Este sería el propulsor mismo de la socie- plenamente a sí dad. Así, es posible comprender el modelo de desarrollo de los mismo, desligado de últimos treinta años como respuesta al creciente requerimiento los condicionamientos de expresión y de expansión del yo. Escribe Magatti: “La única externos y de las manera de satisfacer la voluntad de poder individual, tendencial- limitaciones impuestas mente en aumento, es aumentar la oferta, es decir, la capacidad por una determinada sistémica de sostener esa voluntad. A su vez, el aumento del po- autoridad. El der sistémico —mediante la extensión de la infraestructuración capitalismo tecnotécnica, la eficiencia del mercado, la estimulación sensorial— es nihilista desarrolla por lo tanto un la condición para la expansión subjetiva”10. Por consiguiente, la técnica está sometida a la voluntad de aspecto imaginario poder, y la libertad no se enuncia como responsabilidad, sino de la libertad como “libertad” de hacer todo lo posible para la expansión de basado en la idea de uno mismo y su propia capacidad de “goce”, que ha llegado apertura a todas las oportunidades. ahora a ser la única manera de entender el deseo. ¿Qué sucede en este mundo al cual se aplica muy bien la definición del escritor Aldous Huxley en Brave New World? Los estándares se elevan y requieren una adecuación constante, un upgrade y un update sin descanso. La alternativa es la marginalidad, la irrelevancia, incluso la vergüenza: el desempleado es aquel que no se ha comprometido hasta el fondo; el anciano y el enfermo viven una condición perturbadora, inaceptable. Es preciso hacer el maquillage de las condiciones no “adecuadas”. De aquí provienen algunas formas de cirugía estética. Al parecer, algunos padres de niños afectados por el síndrome de Down 10 Op. cit., 56.

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La libertad, en vez de conjugarse con una dirección de sentido, se identifica con la disponibilidad para ir más allá de uno mismo, para no tener límites. Y la economía psíquica del tecno-nihilismo es el imperativo “¡goza!”, que marca el paso del deber al placer como principio de realidad. Esta es la esencia de la crisis.

Litografía de Le Corbusier.

están sometiendo a sus hijos a operaciones quirúrgicas para ocultar todo lo posible la expresión somática de la enfermedad. La dinámica del upgrade y del update, la carrera hacia la actualización continua lleva a buscar un modelo de “perfección” que en definitiva conduce a un cortocircuito entre “virtualidad” y “espiritualidad”. Y en este caso la técnica es la mediación necesaria para que sea posible una vida caracterizada por la pérdida de la carne, el disembodiment, y por los límites propios del contexto y del ambiente, el disembedding. El ambiente digital es el más expuesto en cuanto tejido de la mediación técnica que se impone y llega a ser total. No es difícil construir una especie de fenomenología de la condición tecno-nihilista: los significados y los valores resultan ser meros “puntos de vista”; viene a ser “verdadero” lo que es “comunicado” de manera eficaz y es capaz de “tomarnos”; la experiencia se diluye en experimento; la realidad se diluye en simulación; las jerarquías se diluyen en equivalencias; el deseo (que no es saturable) se reduce a gozo de una consumación; la experiencia del “vacío” se transforma en aquella más gestionable de la “carencia”; lo infinito se reduce a la “infinitización” (es decir, la multiplicación de las oportunidades); la apertura a la trascendencia, en una experiencia de permanencia del sujeto dentro del ámbito inmanente de

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Hoy el hombre parece enteramente extravertido hacia el horizonte de sus posibilidades y su deseo de “expresarse” a sí mismo, y en este horizonte parece reconocer el lugar del ejercicio de su libertad. Es la forma de expresión de la voluntad de poder entendida como energía que mueve al hombre. sus posibilidades, que despliega el mandamiento del autoempowerment; la pregunta de “sentido” se traduce en pregunta de “sensación”. El aspecto imaginario de la libertad hoy propone una visión del mundo mediante la cual el poder del hombre sobre la realidad gracias a la técnica permite una expansión que en principio carece de límites. Para hablar de crecimiento de manera sana y adecuada es por lo tanto necesario ocuparse de la libertad y de su aspecto imaginario, es decir, de las premisas antropológicas sin las cuales ningún crecimiento será sostenible.

El nudo gordiano: la relación entre técnica y espíritu ¿Cuáles son las consecuencias de esta gran crisis espiritual? La reflexión de Magatti entra directamente en las dinámicas de la crisis identificando sus focos y delineando escenarios. Al seguir estas reflexiones es inevitable preguntarse cuál es el punto esencial de la condición del hombre contemporáneo, es decir, dónde se encuentra el nudo gordiano que es preciso enfrentar para ayudar al hombre a salir de una crisis potencialmente catastrófica para su “humanidad” misma. Después de considerar toda la fenomenología y la hermenéutica de la condición del hombre contemporáneo desplegada por La gran contracción, en opinión nuestra,

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«Siempre con Heidegger y más allá del mismo, nos hemos acostumbrado a distinguir entre pensamiento “calculador” y “poético”; pero somos herederos de Descartes, que distinguió entre res cogitans y res extensa, y de Pascal, que opone esprit de finesse a esprit de géométrie. Estas distinciones han plasmado nuestra incapacidad de concebir al homo technologicus como homo spiritualis, cerrando una herida que debía en cambio permanecer abierta».

Nos sentimos tanto más libres cuanto más podamos elegir, es decir, en la medida en que tengamos más oportunidades ante nosotros. La sociedad que ama la libertad es aquella que amplía los espacios de elección individual.

este “nudo” es precisamente la relación del hombre con la técnica. El mismo Magatti escribe que “sin técnica, literalmente no podemos seguir viviendo. Y esto cambia totalmente las relaciones de nuestra vida personal y colectiva”11. Se trata de una constatación obvia, considerando nuestra vida cotidiana. La tecnología ya no es puramente un “instrumento”, pareciendo en cambio ser el “tejido conectivo”12 de nuestra cultura mediante la cual expresamos nuestra identidad y nuestra presencia social propiamente tal. Por consiguiente, este es precisamente el punto: una relación equivocada con la técnica, entendida como “salvación” o como “tentación”, estimula en el hombre dos posibles reacciones opuestas entre sí: una carrera frenética y destructiva hacia el upgrade de su propio poder sin límites, o el rechazo de la modernidad, que relega al hombre a una inútil utopía bucólica y espiritualista. En suma, en opinión nuestra, es profundamente inmadura la relación entre el hombre y su capacidad técnica. Y uno de los frutos más evidentes de esta inmadurez es precisamente la desconfianza radical en relación con la técnica. En compañía de Martin Heidegger, la reflexión filosófica contemporánea no puede evitar la sospecha de una amenaza consistente en negar al hombre el llamado a “una verdad más primordial”13. La técnica y la vida del espíritu parecen un binomio inconciliable. Siempre con Heidegger y más allá del mismo, nos hemos acostumbrado a distinguir entre pensa11 Op. cit., 59. 12 Ver al respecto el colectivismo de Georg Siemens, quien ha analizado los límites que teorías como el conductismo, el cognitivismo y el constructivismo muestran en una tentativa por explicar los efectos del uso de las tecnologías en nuestro modo de vivir, de comunicar, de aprender. Ver G. SIEMENS, Knowing Knowledge (2006), descargable en http:/ www.elearnspace.org/KnowingKnowledge_LowRes.pdf 13 M. HEIDEGGER, Saggi e discorsi, op. cit.

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miento “calculador” y “poético”; pero somos herederos de Descartes, que distinguió entre res cogitans y res extensa, y de Pascal, que opone esprit de finesse a esprit de géométrie. Estas distinciones han plasmado nuestra incapacidad de concebir al homo technologicus como homo spiritualis, cerrando una herida que debía en cambio permanecer abierta. Es útil un pensamiento adicional para salir de los pantanos que deterioran la unidad profunda del ser humano. Benedicto XVI percibió la importancia del desafío en la encíclica Caritas in veritate señalando nuevamente el drama de la libertad del hombre en la época del tecnonihilismo. De hecho, el Pontífice escribe: “Nuestra libertad está originariamente caracterizada por nuestro ser, con sus propias limitaciones. Ninguno da forma a la propia conciencia de manera arbitraria, sino que todos construyen su propio “yo” sobre la base de un Conocimos el 68 y sus “sí mismo” que nos ha sido dado. No solo las demás personas instancias libertarias, se nos presentan como no disponibles, sino también nosotros que más allá de su para nosotros mismos. El desarrollo de la persona se degrada valoración tenían cuando ésta pretende ser la única creadora de sí misma” (n. 68). razones y motivos. Esto no solo es válido para la persona individual, sino Hoy día es como si esas también para el desarrollo de los pueblos, que “se degrada instancias se hubiesen cuando la humanidad piensa que puede recrearse utilizando lanzado nuevamente los “prodigios” de la tecnología. Lo mismo ocurre con el desa- después de anularse las motivaciones. De ahí rrollo económico, que se manifiesta ficticio y dañino cuando resulta una sociedad se apoya en los “prodigios” de las finanzas para sostener un dividida, atemorizada, crecimiento antinatural y consumista” (id.). El llamado a una endeudada, “libertad no arbitraria” se conjuga con la plena conciencia de desorientada. que “el problema del desarrollo en la actualidad está estrechamente unido al progreso tecnológico” (n. 69). Con lucidez, Benedicto XVI libera la interrogante sobre la técnica del moralismo espiritualizante y la sitúa en el plano de una libertad madura. Escribe: “La técnica —conviene subrayarlo— es un hecho profundamente humano, vinculado a la autonomía y libertad del hombre. En la técnica se manifiesta y confirma el dominio del espíritu sobre la materia”. Más bien esta “responde a la misma vocación del trabajo humano: en la técnica, vista como una obra del propio talento, el hombre se reconoce a sí mismo y realiza su propia humanidad” (n. 69, las letras cursivas son nuestras).

La técnica, el misterio y la crisis de la trascendencia En la condición tecno-nihilista, la técnica no es expresión de una “vocación” del hombre para vivir plenamente su condición terrenal, como debería ser, sino expresión de su voluntad de poder. No hay

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significado alguno de vida que no sea un “producto” del hombre. Este es el modo tecnicista de concebir la técnica. El sentido de la vida se convierte en un hecho técnico: es la tentación dramática del hombre contemporáneo, que se ha de superar absolutamente si queremos tener un futuro. Ya no basta pensar en el desarrollo como se ha hecho hasta ahora, en una época en que la técnica llega a ser el lugar de una libertad que está revelando los efectos de su falenRené Descartes cia. “La clave del desarrollo La técnica está está en una inteligencia capaz de entender la técnica y de captar sometida a la voluntad el significado plenamente humano del quehacer del hombre, de poder, y la libertad según el horizonte de sentido de la persona considerada en la no se enuncia como globalidad de su ser”, leemos en la encíclica Caritas in veritate responsabilidad, sino (n. 70). ¿Cuál es el rol de la tecnología en el diseño de Dios de la como “libertad” de humanidad? Mantener la escisión entre “pensamiento poético” hacer todo lo posible y “pensamiento calculador” viene a ser la gran tentación frente para la expansión de a la gran “contracción”. Percibir el sentido humano y espiritual uno mismo y su propia de la técnica es un gesto de reconciliación del hombre con su capacidad de “goce”, propia humanidad. que ha llegado ahora a Hoy la técnica parece haber ocupado el lugar de la poesía ser la única manera de como hermenéutica del deseo. La literatura y el arte en general entender el deseo. siempre han constituido una hermenéutica del deseo del hombre. La poesía —como ocurre en Maestrale de Eugenio Montale— es capaz de escribir: Bajo el azul intenso del cielo /un ave del mar se va; / nunca se detiene: porque en todas la imágenes / está escrito: /”más allá”. En la época del tecno-nihilismo, este “más allá”, la hermenéutica de este “más allá” se encuentra en la mitad, entre la tecno-utopía y el “derroche” propiamente tal. En un contexto dominado por la confiabilidad técnica, el misterio se concibe como algo inasible, irreal, incomprensible, inclasificable, y por consiguiente algo que se debe eliminar. El misterio —habría que decir— ya no coincide con la Alteridad, sino con el Far West, es decir, con un territorio que debe conquistarse con espíritu pionero y audacia. La metáfora activa ya no es la del peregrino medieval, sino la de una especie de cowboy posmoderno bien retratado, en opinión nuestra, en las “refotografías” de Richard Prince. El artista estadounidense de hecho fotografía las imágenes de cowboys utilizadas para la publicidad de los cigarrillos Marlboro produciendo imágenes de gran impacto simbólico: la imagen

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clásica se reutiliza en un contexto comercial. El desafío fundamental de nuestros tiempos nos parece consistir en llevar nuevamente a la casa que le es propia la vida del espíritu, es decir, esa energía que el capitalismo y el tecno-nihilismo han absorbido en la modernidad. ¿Es posible pensar en el misterio en la época de la técnica? ¿Es posible pensar en la técnica sin tener que Blaise Pascal optar por el olvido del misterio? Sí, ciertamente, si se concibe la técnica de manera no tecnicista. Un camino posible en este sentido podría ser el emprendido por Andrea Granelli en su ensayo Artigiani del digitale (Artesanos de lo digital), que redescubre la categoría de la “artesanía” y la reinterpreta a la luz de las instancias de la especificidad de las nuevas tecnologías, allí donde en cambio parece imperar La dinámica del upgrade y del exclusivamente la idea de “sistema”14. La dirección que debe seguirse es la de una reconciliación update, la carrera profunda entre técnica y humanidad, y por consiguiente entre hacia la actualización técnica y espiritualidad. Es preciso recordar aquí que —como continua lleva a afirmó Pablo VI— “el cerebro mecánico viene en auxilio del buscar un modelo de cerebro espiritual” y que ambos no están en oposición. La téc- “perfección” que en nica será por lo tanto el “esfuerzo por infundir en instrumentos definitiva conduce mecánicos el reflejo de funciones espirituales”. De este modo a un cortocircuito entonces el oído del discernimiento podrá escuchar los gemidos entre “virtualidad” y de los cuales habla San Pablo (Rm 8,22) de la criatura natural “espiritualidad”. aspirando a un grado superior de espiritualidad”15. Podríamos decir que la crisis de Occidente es una gran crisis de la espiritualidad; pero “espiritualidad” hoy es un término ambiguo: en muchas librerías, en el estante indicado con el cartel “espiritualidad” ahora encontramos a menudo libros de autoayuda. Deberíamos hablar más precisamente de “trascendencia”, siguiendo en esto a Magatti. Hoy estamos viviendo precisamente una crisis de la trascendencia con los consiguientes “malestares de la inmanencia”, como los definió Charles Taylor16. Es precisamente la salvaguardia de la trascendencia la piedra angular de nuestro destino. Debe ser esta trascendencia —escribe Magatti— el “espacio de elaboración del sentido capaz de ofrecer una dirección y dar un espesor a nuestra experiencia de la vida”17. 14 Ver A. GRANELLI, Artigiani del digitale. Come creare valore con le nuove tecnologie, Roma, Luca Sossella, 2010. 15 PABLO VI, Discurso en el Centro de Automación del Aloysianum de Gallarate, 19 de junio de 1964. 16 CH. TAYLOR, L’età secolare, Milán, Feltrinelli, 2009, 394. 17 M. MAGATTI, La grande contrazione, op. cit., 228.

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La trascendencia es también la salvación del deseo del pantano del mero gozo. Efectivamente, el hombre por una parte “experimenta múltiples limitaciones; se siente, sin embargo ilimitado en sus deseos y llamado a una vida superior”, leemos en la constitución pastoral Gaudium et spes (n. 10). La sed de infinito que el hombre alberga en su corazón y la No es difícil construir tensión hacia lo absoluto que lo anima, su cor inquietum, no pueden una especie de saciarse. El hombre está de raíz abierto a esta posibilidad18. Esta fenomenología actitud hacia la trascendencia “no es sino la dimensión espiritual. de la condición Por este motivo, la crisis en la cual se encuentra el Occidente es tecno-nihilista: los fundamentalmente una crisis espiritual”19.

significados y los valores resultan ser meros “puntos de vista”; viene a ser “verdadero” lo que es “comunicado” de manera eficaz y es capaz de “tomarnos”; la experiencia se diluye en experimento; la realidad se diluye en simulación; las jerarquías se diluyen en equivalencias; el deseo (que no es saturable) se reduce a gozo de una consumación; la experiencia del “vacío” se transforma en aquella más gestionable de la “carencia.”

¿Cómo vivir la trascendencia?

¿Cómo vivir hoy la trascendencia? No ciertamente suponiendo un regreso a los orígenes, un regreso hacia atrás, o condenando la técnica. La solución planteada por Magatti está en línea con la de Marshall McLuhan, quien propusiera apuntar hacia la creación y la conservación de anti-environments, de “contra-ambientes” que nos permitan estar fuera del ambiente para comprender la configuración de las fuerzas y de la lógica en juego20. Necesitamos contextos que nos ofrezcan el sentido de una alteridad, de una trascendencia que nos supera y sitúa nuevamente el límite en su lugar. Esta es la virtuosidad de los “contra-ambientes”: salvaguardan los espacios de la trascendencia. Podríamos decir que se trata de un camino “ascético”, que elimina en la medida de lo posible los condicionamientos en los cuales estamos inmersos. Para Magatti, la esfera religiosa es uno —el primero— de estos contra-ambientes21. Y lo es en una época en la cual la religión tiende a reducirse a hecho íntimo sin relevancia para la vida colectiva. Si se somete al régimen de equivalencia junto con diversas otras formas culturales, la religión pierde su status distintivo de propuesta de significados dotados de una condición distinta en comparación con todas las demás propuestas de sentido expresadas por un partido, por un artista, por una teoría filosófica. La peculiaridad 18 Agustín expresó muy bien esta situación: “Nos has creado para ti, Señor, y nuestro corazón está inquieto mientras no reposa en ti” 19 M. MAGATTI, La grande contrazione, op. cit., 228 20 Ver, por ejemplo, M. McLUHAN, Counterblast, Toronto, McClelland y Stewart, 1969, 5. 21 Magatti identifica tres contra-ambientes: la esfera religiosa, la esfera educativa y la esfera del ambiente natural. Nos detenemos aquí en el primer contra-ambiente, dejando para otras ocasiones la reflexión sobre la educación como “alianza entre generaciones” (p. 325) contra la tecnificación, que la reduce a “aprendizaje”, y también la reflexión sobre la naturaleza como lugar de reconocimiento de lo “sublime”, que nos remite a lo majestuoso y a lo tremendo, dándonos el sentido de una alteridad que nos supera.

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«La metáfora activa ya no es la del peregrino medieval, sino la de una especie de cowboy postmoderno bien retratado, en opinión nuestra, en las “refotografías” de Richard Prince. El artista estadounidense de hecho fotografía las imágenes de cowboy utilizadas para la publicidad de los cigarrillos Marlboro produciendo imágenes de gran impacto simbólico: la imagen clásica se reutiliza en un contexto comercial».

de la religión consiste en el hecho de que plantea interrogantes precisas sobre el sentido de la existencia a propósito de la condición humana. Obviamente —agregamos nosotros— la diferencia entre religión y cultura no es desconfianza. Y especialmente para los católicos En opinión nuestra, el diálogo entre fe y cultura tiene como objetivo distinguir en este “nudo” es la cultura las interrogantes de sentido que en ella nacen y se ex- precisamente la presan, y esto en continuidad con la tarea propia del artista, tal relación del hombre como plantea McLuhan, de “interpretar el lenguaje del mundo con la técnica. El mismo Magatti externo y ponerlo en relación con el mundo interior”22. escribe que “sin El tecno-nihilismo está basado en cambio en la capacidad de técnica, literalmente jugar con la multiplicación infinita de los significados. Decir no podemos seguir que la religión es puramente un asunto privado significa negar viviendo. Y esto el hecho de que todas las sociedades han elaborado de alguna cambia totalmente las manera el tema de lo infinito. Precisamente por este motivo relaciones de nuestra para Magatti la religión asume una relevancia fundamental vida personal y en el horizonte de la esfera pública: “La experiencia religiosa colectiva”. constituye uno de los pocos topoi en los cuales el pensamiento tecno-nihilista puede ponerse eficazmente en tela de juicio. La posibilidad de mantener una resistencia, un anclaje, una solidez en el horizonte de lo fantasmagórico del capitalismo tecno-nihilista representa un recurso esencial principalmente de libertad”23. Más precisamente: ante un mundo en el cual la técnica se despliega sin contrapesos, la religión viene a ser un “precioso baluarte de libertad”24. Las tradiciones religiosas milenarias constituyen un patrimonio inmenso de conocimiento y sabiduría. Si no se refugian en posiciones integralistas o sumamente defensivas o identitarias, dichas tradiciones podrían ayudarnos a comprender cómo la crisis de Occidente consiste en haber confundido la expansión material, cualitativa, individualista 22 M. McLUHAN, “Marshall McLuhan. A candid conversation with the high priest of popcult and metaphysician of media”, en Playboy, marzo de 1969, 56. 23 M. MAGATTI, La grande contrazione, op. cit., 319. 24 Op. cit., 320.

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y horizontal con el exceso espiritual, cualitativo, relacional, vertical. De este modo se reabre la cuestión crucial de la relación entre la esfera religiosa y las demás esferas de la vida social. La esfera religiosa es ciertamente un contra-ambiente. Nos parece necesario, sin embargo, reflexionar mejor sobre el modo en que lo es. Obviamente, considerar la religión como lugar de discernimiento separado del ambiente común de vida significa restituirle la tarea de discernimiento que le es propia. Existe no obstante el riesgo de un malentendido, es decir, de situarnos fuera del ambiente viviendo la trascendencia como antítesis de las tensiones expresadas por la humanidad también en sus capacidades técnicas. Si no se reconoce en cambio el valor espiritual de la técnica, en el sentido en que lo hemos registrado anteriormente en Pablo La esfera religiosa VI y Benedicto XVI, se irá en busca de la espiritualidad y de los es uno —el significados allí donde el hombre ya no se encuentra. En realidad, la trascendencia no es simplemente el más allá de primero— de estos contra-ambientes. Y lo lo mundano, un ambiente paralelo capaz de dar sentido desde lo es en una época en la externo. La trascendencia es lo que anima y atrae al mundo desde cual la religión tiende lo interno hacia su realización escatológica (Col 1, 20)25. Es esto lo a reducirse a hecho que entiende la fe cristiana por “crecimiento”, y de aquí puede íntimo sin relevancia surgir su original aporte de pensamiento: la tensión escatológica para la vida colectiva. da razón de las dinámicas propias del espacio antropológico, más allá de las incoherencias y de las involuciones tecno-nihilistas.

¿Qué rol para los católicos? Precisamente a partir de esta visión de la religión entendida como incubadora de significados, es posible por lo tanto pensar en el rol social del catolicismo en nuestra sociedad en crisis de contracción, en el sentido de que la religión podría contribuir a comprender mejor la configuración de las fuerzas en juego en nuestra sociedad, a comprender su lógica. La reflexión suscitada por Magatti consiste en una especie de reconstrucción conceptual de la idea de persona que supere aquella que parece haber generado la crisis de la idea de crecimiento y de desarrollo a la cual estamos asistiendo, es decir, del individuo con la libertad abierta a todas las posibilidades y a todas las oportunidades, máquina del gozo y del autopotenciamiento. ¿A qué conducirá la deseable anulación del individualismo? No conducirá ciertamente al estatismo ni al retorno al gigantismo de los sistemas 25 Comentaría P. Teilhard de Chardin: “Cada paso adelante dado por el Hombre en la mecanización del Mundo traspasa el plano de la Materia. Se llega de hecho a las nuevas posibilidades que nacen de los perfeccionamientos llevados a cabo en la materia organizada para determinar en el individuo un incremento de la energía espiritual” (L’energia umana tra scienza e fede, Parma, Pratiche, 1977, 164).

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institucionales. Podemos esperar con Magatti que conduzca a un nuevo espíritu de “alianza”, entendida como “restablecimiento de vínculos, relaciones y significados compartidos entre aparatos político-institucionales, empresas y otras formas de organización, y ciudadanos”26. Por cuanto la expansión ha contribuido a disolver el vínculo social, se desea que la economía vuelva a radicarse en los mundos sociales, al cabo de décadas de desenganche entre la economía y la sociedad, superando el impulso a maximizar exclusivamente el performance financiero de corto plazo o a aprovechar todas las oportunidades disponibles a escala global en la lógica tecno-nihilista. La trascendencia Tal vez ya no basta con referirse al concepto de “solidaridad”, es lo que anima que tenía sentido cuando había un solidum con el cual contribuir y atrae al mundo conjuntamente. En nuestra sociedad, existe el riesgo de conside- desde lo interno rar que este concepto es abstracto o noblemente minoritario. Los hacia su realización católicos están llamados a imaginar esta alianza en formas más escatológica (Col 1, adecuadas para hoy como, por ejemplo, el no-profit27. El objetivo 20). Es esto lo que de la alianza es la producción de nuevo valor, y no su consumo. entiende la fe cristiana Y “valor” debe entenderse no solo de manera economicista28. por “crecimiento”, y Una tarea importante para los católicos consiste precisamente de aquí puede surgir en otorgar a esta alianza un alma que tenga como referencia su original aporte de pensamiento: la central la idea de valor compartido. Los católicos —agregamos nosotro— no pueden reducirse tensión escatológica da a una “parte” bien precisa opuesta a otras. Tampoco puede el razón de las dinámicas vínculo entre los católicos simplemente centrarse nuevamente propias del espacio en la creación de un partido29. Sin embargo, en el momento antropológico, más allá actual, los católicos ciertamente están llamados a una tarea de las incoherencias y de las involuciones bien precisa: interpretar con atento discernimiento la gran tecno-nihilistas. contracción para comprender sus causas profundas e identificar caminos de salida, sin desconfiar de la política y valorizando el punto de vista original elaborado por el catolicismo sobre los temas sociales, económicos y antropológicos30. 26 M. MAGATTI, La grande contrazione, op. cit., 262. 27 Ver M. CRIPPA: “Más que solidaridad, aquí se trata de desafiar al capitalismo tecno-nihilista”, en Il Foglio, 3 de julio de 2009. 28 Ver M. MAGATTI, La grande contrazione, op. cit., 270 29 Ver Id., “Un nuovo modello per l’Italia e i cattolici” (Un nuevo modelo para Italia y los católicos), en Corriere della Sera, 5 de julio de 2012. 30 Magatti identifica concretamente en una síntesis los elementos de un modelo de crecimiento “generativo”: nueva concepción del welfare más allá de la dicotomía público-privado en la perspectiva de los bienes comunes; carácter central de la empresa y de la creación de riqueza mediante la valorización del trabajo, de la educación, de la investigación; reconocimiento de la vida y de la familia desde el punto de vista cultural, fiscal y social; europeísmo vigoroso de acuerdo con una visión poliárquica y subsidiaria de las formas institucionales. Es preciso considerar el carácter específico del enfoque católico en relación con el enfoque modificado mediante la interpretación de la crisis y la comprensión de sus causas. Ver B.S. GREGORY, The Unintended Reformation. How a Religious Revolution Secularized Society, Cambridge (MS) - London Berlin Press, 2012.

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Darwinismo y doctrina católica

Evolución y antropogénesis POR PABLO DE LISI

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n el año 2009, se cumplían 200 años desde el nacimiento de Charles Darwin (1809-1882) y 150 años desde la publicación de su famosa obra El origen de las especies (1859). Durante ese “año de Darwin” hubo gran cantidad de celebraciones y congresos en todo el mundo. Para comodidad del Uno de estos, en el cual participé en persona, fue el lector, resumo los meeting “Evolution Rome 2009” llevado a cabo en la puntos esenciales: Universidad Gregoriana con asistencia de los cientí1) todas las ficos evolucionistas más famosos del mundo, lo cual especies vivientes demuestra que la Iglesia no tiene prejuicios en cuanto provienen, mediante a las teorías evolutivas. transformación lenta Siendo las ideas de Darwin enseñadas en las y progresiva en el escuelas de todo tipo y nivel, son conocidas en altranscurso de millones guna medida por todos. Para comodidad del lector, de años, de uno o resumo los puntos esenciales: 1) todas las especies algunos organismos vivientes provienen, mediante transformación lenta ancestrales (concepto y progresiva en el transcurso de millones de años, de de evolución de uno o algunos organismos ancestrales (concepto de las especies). evolución de las especies). 2) La causa de esta “evolución” es principalmente la selección natural, que favorece a los individuos mejores y más adaptados al ambiente ecológico y elimina a los peores, determinando así, de manera lenta y progresiva, el avance hacia especies cada vez más complejas y perfeccionadas. Este proceso, regido únicamente por leyes naturales, se produce de manera casual y sin finalidad alguna. Esta visión brutal e irracional del mundo vivo está sintetizada al final del libro: “De la guerra de la naturaleza, de la escasez y de la muerte nace lo más alto que pueda imaginarse: la producción de los animales más elevados” (C. Darwin, L’Origine delle specie, Newton Compton, Roma, 2010, p. 428). Algunos años después (1871), Darwin publicó, como coronación de su doctrina, El origen del hombre y la selec-

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ción en relación al sexo. En la primera sección de este libro, él plantea las bases de esa visión materialista del hombre que ha caracterizado gran parte de la cultura evolucionista hasta nuestros días: “Sin embargo, la diferencia mental entre el hombre y los animales superiores, por grande que sea, es ciertamente de grado y no de género: hemos visto que los sentidos, las intuiciones, la curiosidad, la imitación, la 2) La causa de esta razón, etc., de los cuales se jacta el hombre, pueden encontrarse “evolución” es en condición incipiente o incluso a veces bien desarrollada principalmente la en los animales inferiores” (C. Darwin, L’origine dell’uomo e la selección natural, selezione sessuale, Newton Compton, Roma, p. 110). En suma, el que favorece a los hombre no sería sino un mono algo más evolucionado y care- individuos mejores cería de todo principio espiritual. Para probar que el hombre y más adaptados al desciende de formas inferiores, da el ejemplo de los indígenas ambiente ecológico y de la Tierra del Fuego (cap. XXI), que en el Diario de su viaje ya elimina a los peores, determinando así, había definido con desprecio como “salvajes bárbaros” cuya de manera lenta y diferencia con el hombre civilizado es “más grande que la progresiva, el avance existente entre los animales domésticos y los selváticos” (ver hacia especies cada C. Darwin, The Voyage of the Beagle: Journal of Researches into the vez más complejas y Natural History and Geology of the Countries Visited During the perfeccionadas. Voyage of HMS Beagle Round the World, Under the Command of Captain FitzRoy, RN, (1845), Wordsworth Classics reprint, London 1997, pp. 198-199). Sostiene luego que las mujeres son menos inteligentes que los hombres, por lo cual son menos evolucionadas (L’origine dell’uomo, op. cit., pp. 424 y 447). No desearía además actividades asistenciales, ya que estas, al preservar los elementos más débiles, permitirían que se reproduzcan los individuos peores de la sociedad (op. cit., p. 116). Desearía también prohibir el matrimonio entre personas con defectos hereditarios (op. cit.).

Nacimiento y crepúsculo del neodarwinismo El neodarwinismo, también llamado teoría sintética o síntesis moderna, es hijo primogénito de la doctrina de Darwin. Elaborada en los años 30

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por los biólogos Theodosius Dobzhandsdy, Ernst Mayr, George G. Simpson, J. Huxley y otros, esta teoría aparentemente nueva procura conciliar las ideas de Darwin con la genética mendeliana. Mendel demostró que los caracteres hereditarios se transmiten mediante unidades (los genes) que se mantienen inalteradas y se conservan singularmente en cada generación, por lo cual la norma no es la variabilidad, sino la estabilidad de las especies. Darwin, por el contrario, sostenía que las especies Retrato de Charles Darwin. se modificaban en el tiempo de Esta visión brutal e manera casi continua (Origen de las especies, cap. II). La teoría irracional del mundo sintética planteó entonces como hipótesis que algunas mutaciovivo está sintetizada nes casuales de la estructura bioquímica de los genes, causando al final del libro: pequeñas variaciones en los organismos, habrían determinado, “De la guerra de en forma gradual y al cabo de millones de años, la transformala naturaleza, de la ción de una especie en otra más avanzada. La selección natural escasez y de la muerte llevada a cabo por el ambiente habría actuado como filtro para nace lo más alto que impulsar las especies más adaptadas y mejoradas y eliminar pueda imaginarse: las otras. La “síntesis” es una teoría compleja y sofisticada, pero la producción esencialmente reductiva: todo lo explica —según sus seguide los animales dores— la acción de los genes. Por consiguiente se conserva más elevados”. el planteamiento darwiniano. El neodarwinismo predominó en la biología durante más de cuarenta años y se enseñó (¡y sigue enseñándose!) en todas las escuelas. Solo a partir de los años 70 comenzó su debilitamiento, pero todavía muchos lo defienden obstinadamente (los llamados “ultradarwinistas”). Han sido exponentes destacados de esta escuela Jacques Monod y Richard Dawkins. Más allá de todos los elogios prodigados a Darwin por la cultura “políticamente correcta”, hoy en día un número cada vez mayor de científicos es partidario de distinguir muy bien entre “evolución” y “darwinismo” (sobre todo neodarwinismo). Por ejemplo, Yves Coppens, uno de los paleontólogos vivos más importantes, afirmó (2010): “La evolución es mucho más compleja y diversificada que todo cuanto pensó Darwin (…). La evolución, como la entendemos hoy, ya no puede definirse llamándose darwinismo. Darwinismo y evolución son ahora dos palabras muy independientes, si bien el darwinismo representó uno de los orígenes de la reflexión sobre la evolución”. Más de 800

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científicos (la lista aparece en el sitio www.dissentfromdarwin.org) han suscrito públicamente la siguiente declaración: “Consideramos con escepticismo la pretensión según la cual las mutaciones casuales y la selección natural pueden dar cuenta de la complejidad de la vida. Debería estimularse un examen detenido sobre la certeza de la teoría darwiniana”. M. Piattelli Palmarini y J. Fodor, en un conocido ensayo (Gli errori di Darwin, Feltrinelli, Milán, 2010), escribieron, entre otras cosas: “Darwin se equivocaba, no es la selección natural el mecanismo que rige la evolución de las especies. Nadie puede decir hoy que sabe con certeza cómo opera la evolución, si bien no cabe duda de que ésta tiene lugar”. El mapeo de genomas completos, incluyendo el genoma Algunos años después humano (2000), y estudios a fondo sobre las mutaciones del (1871), Darwin ADN han comprobado ciertamente que la selección natural, publicó, como fundamento del darwinismo, no produce evolución real algucoronación de su na. Por ejemplo, R. E. Lenski está estudiando desde hace más doctrina, El origen de veinte años la evolución de un mismo cultivo de bacterias del hombre y la escherichia coli. Ahora bien, al cabo de más de 40.000 genera- selección en relación ciones y a pesar de haberse producido más de mil millones al sexo. En la primera de mutaciones genéticas, la bacteria no ha evolucionado sección de este libro, realmente ni han aparecido nuevos rasgos ni ha aumentado él plantea las bases de su complejidad, ni siquiera de manera incipiente, ni siquiera esa visión materialista aumentando con un factor 100 las tasas evolutivas (ver “Na- del hombre que ha ture”, 461, 29 October 2009, pp. 1243-1247; “Proc. Natl. Acad. caracterizado gran Sci. Usa”, 19 Jul. 1994). Estudios convergentes de biología mo- parte de la cultura lecular, de genética, de paleontología, de embriología y otros evolucionista hasta han mostrado que es mucho más probable que la evolución nuestros días. se deba a factores endógenos en los organismos, mientras los procesos adaptativos y selectivos tendrían un rol totalmente secundario. Parece cada vez más evidente que el origen de las especies implica procesos parecidos a los que determinan el desarrollo embrionario (teoría Evo-Devo [evolution & development] como si existiera un programa de autoconstrucción regido por una compleja red de factores genéticos y de factores epigenéticos (modificaciones químicas de los genes, que dan lugar a estructuras vivas diferentes a pesar de ser idéntico el ADN genético subyacente). Por este motivo ya no se puede sostener la idea neodarwinista según la cual la evolución se debería a mutaciones casuales del ADN (Eva Jablonka y otros, 1989, 2006). Se ha determinado además la existencia de “vínculos” internos (M. Sarà, 1998), comprobados ya por J. Gould hace más de veinte años, en virtud de los cuales la evolución solo puede emprender ciertas direcciones

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y no otras. Por lo tanto, no puede proceder al azar, sino respondiendo a principios de “constricción” (contraints). Los fenómenos en juego son en definitiva de tal manera complejos que algunos teóricos proponen estudiar la evolución con el modelo de las redes informáticas y la computer science (E. Fox Keller, 2001); otros, Se abre camino la idea en oposición al de que en la evolución reduccion ismo habría existido algo darwiniano, la así como un complejo estudian con la “programa” inscrito teoría moderna Charles Darwin (1809-1882). en la naturaleza, de los sistemas que habría regido complejos (S. Kauffman, 1993, 2004, 2008), aplicada hoy en —teniendo en muchos campos de la física, de la ingeniería y de la econocuenta también mía. Se abre camino la idea de que en la evolución habría numerosas variables existido algo así como un complejo “programa” inscrito ambientales— la en la naturaleza, que habría regido —teniendo en cuenta aparición y el también numerosas variables ambientales— la aparición desarrollo de la vida y el desarrollo de la vida en la Tierra. Dejándose de lado a en la Tierra. Darwin, se empezó finalmente a enfrentar científicamente otro problema que ni él ni sus seguidores actuales han resuelto alguna vez: el problema de las “formas”. ¿Por qué los vivientes tienen la forma que tienen? Se está abriendo ahora un sector de estudios para comprender por qué los seres vivos se estructuran en conformidad con leyes matemáticas precisas que una vez más excluyen cualquier evolución debida al azar y a la selección natural (Saunders, 1980, 1992, Kaufmann, 1993).

La posición de la Iglesia Cuando Juan Pablo II afirmó que “la evolución ya no es puramente una hipótesis” (Mensaje a la Academia Pontificia de Ciencias, 22 de octubre de 1996), muchos periódicos escribieron que “finalmente” la Iglesia se había reconciliado con Darwin (por ejemplo, Corriere della sera, 24 de

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octubre de 1996: “El Papa rehabilita el evolucionismo”; Repubblica: “Wojtyla a Darwin: “Venga esa mano”). En realidad, el Papa nunca habló de Darwin y no necesitaba rehabilitar nada; más bien condenó abiertamente las “teorías de la evolución, que en función de las filosofías en las cuales se inspiran consideran que el espíritu surge de las fuerzas de la materia viva o que se trata de un simple epifenómeno de esta materia; son incompatibles con la verdad sobre el hombre. Por otra parte, esas teorías son incapaces de dar fundamento a la dignidad de la persona”. La Iglesia nunca ha tenido necesidad de intervenir expresamente contra el darwinismo. De hecho, la estructura fundamentalmente atea de esa doctrina es en sí misma inconciliable con la fe. No Es necesario distinguir entre existe necesidad alguna de “reconciliarse” con Darwin. En cambio, en lo tocante a la comprensión general de la monogenismo y monofiletismo. Con hipótesis de la evolución, la Iglesia siempre se ha expresado el primer término se con prudencia y respeto. A partir de los documentos del alude al origen de todo Magisterio (oficial o no) resulta claro este principio: con exel género humano a clusión de algunos puntos inaceptables —que nada tienen partir de una pareja que ver con la verdadera ciencia— no hay contradicción entre única de progenitores la doctrina de la creación y las tesis evolutivas, si estas son humanos, mientras correctamente enseñadas (Juan Pablo II). Un artículo del car- con el segundo se denal Christoph Schönborn, publicado en el New York Times señala el origen de del 7 de junio de 2005 (http://www.nytimes.com/2005/07/07/ la especie humana opinion/07schonborn.html), explica la interpretación exacta a partir de un de las diversas intervenciones pontificias, demostrando que determinado grupo el darwinismo es en sí mismo inconciliable con la doctrina de seres humanos católica porque “las teorías científicas que procuran descartar o de un grupo de la manifestación de un diseño considerando la realidad pro- criaturas inferiores ducto del “azar y la necesidad” no son para nada científicas, que alcanzan casi sino, como ha destacado Juan Pablo II, una abdicación de la simultáneamente el inteligencia humana”. El artículo dio la vuelta al mundo y nivel humano. el cardenal fue acusado por muchos (¡incluso por católicos!) de creacionismo o de defensor del Intelligent Design. La intervención del cardenal Schönborn en el New York Times fue en cambio elogiada públicamente por Benedicto XVI en el Congreso sobre “Creación y Evolución” llevado a cabo en Castel Gandolfo en septiembre de 2006.

Monogenismo y monofiletismo Es necesario distinguir entre monogenismo y monofiletismo. Con el primer término se alude al origen de todo el género humano a partir de una pareja única de progenitores humanos, mientras con el segundo se

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señala el origen de la especie humana a partir de un determinado grupo de seres humanos o de un grupo de criaturas inferiores que alcanzan casi simultáneamente el nivel humano. El monofiletismo es compatible de suyo tanto con el monogenismo como con el poligenismo. Actualmente los datos fósiles no permiten determinar si la evolución de la especie humana es monofilética o polifilética, y tal vez eso nunca sea posible dada la enorme dificultad para clasificar los fósiles mismos. En el capítulo VII del Origen del hombre, Darwin, refiriéndose al origen de las razas humanas, sostenía que estas no son diversas especies, sino que tienen su origen en una especie humana ancestral única, y emplea inadecuadamente el término monogenismo (en vez de monofiletismo) para expresar este concepto. Sin embargo, no aborda como En los años 40 y 50, interrogante si esta especie humana única primitiva está el neodarwinismo constituida por una pareja única o múltiple de progenitores alcanzó un gran (ver C. Darwin, El Origen del hombre, op. cit., pp. 145-147). En consenso en la todo caso, su discurso es impreciso, aun cuando al parecer comunidad científica se inclina por el monogenismo. y fue divulgado El hecho de que para Darwin la selección natural opere a ampliamente, hasta nivel de individuos en particular hace hipotéticamente posible el punto que muchas que la evolución de la especie humana haya tenido un punto personas, no muy de llegada constituido por una pareja progenitora única. En interiorizadas en realidad, en la lucha por la existencia, en teoría podría haber el tema, pensaron prevalecido una sola pareja. Al contrario de Darwin, para el equivocadamente neodarwinismo la selección natural opera únicamente a nivel de que se trataba de una poblaciones, caracterizadas estas por el conjunto del patrimonio teoría comprobada. genético total de cada especie, incluidas todas las variantes (alelos). Por consiguiente, al final del proceso evolutivo no se obtendría un determinado individuo perfeccionado, sino la totalidad de la población específica. Aplicando estos conceptos a la especie humana, se deduce que necesariamente habría evolucionado un grupo completo de individuos humanos de cierta magnitud, portadores de un patrimonio genético dado, favorecido este último por la selección natural. El poligenismo, entendido como origen del género humano a partir de más parejas humanas progenitoras, es por lo tanto una consecuencia lógica y necesaria de la síntesis neodarwiniana moderna.

Monogenismo, poligenismo y pecado original En los años 40 y 50, el neodarwinismo alcanzó un gran consenso en la comunidad científica y fue divulgado ampliamente, hasta el punto que muchas personas, no muy interiorizadas en el tema, pensaron

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equivocadamente que se trataba de una teoría comprobada. Esta opinión influyó posteriormente en no pocos académicos católicos y no es sorprendente que haya sido objeto de consideración por parte de los teólogos más progresistas de esa época. Surgió entonces la tentativa de poner en tela de juicio la doctrina católica tradicional sobre el origen de la humanidad y sobre el pecado original, para así sostener su conciliación con las nuevas hipótesis evolucionistas. A pesar de la Así, a pesar de la clara condena del poligenismo por parte clara condena del de Pío XII en la encíclica Humani Generis (1950), algunos poligenismo por teólogos y exégetas comenzaron en los años 60 y 70 a des- parte de Pío XII en moronar la doctrina católica sobre el origen monogénico de la encíclica Humani la humanidad y por consiguiente sobre el pecado original, Generis (1950), proponiendo una interpretación del Génesis y de los dog- algunos teólogos y mas del Concilio de Trento a raíz de la cual esta doctrina exégetas comenzaron perdía su sentido tradicional conservando no obstante su en los años 60 y 70 a desmoronar la apariencia formal. Omito las ideas de Teilhard de Chardin sobre este punto, doctrina católica sobre porque eso requeriría un extenso discurso, deteniéndome en el origen monogénico algunos de los teólogos recientes. Por ejemplo, Karl Rahner de la humanidad y sostenía explícitamente: “No parece posible demostrar con por consiguiente sobre certeza que únicamente una humanidad de origen mono- el pecado original, genista (es decir, un individuo y una pareja) pueda ser el proponiendo una sujeto de esa primera culpa al comienzo de la humanidad… interpretación del Génesis y de los También en una humanidad de origen poligenista es posible dogmas del Concilio de pensar que un integrante individual de la misma o todos Trento a raíz de la cual conjuntamente hayan sido el sujeto que pecó inicialmente, esta doctrina perdía determinando así esa situación sin salvación para toda la husu sentido tradicional manidad originada. Me parece que para poder afirmar esto, conservando no sin embargo, es necesario pensar en la humanidad de origen obstante su como una unidad histórico-carnal también en el plano de la apariencia formal. historia de la salvación. Esta presuposición parece posible también en un contexto poligenético” (Peccato Originale e Evoluzione, en “Concilium”, III, 1967, pp. 86 s.). La cuestión de la unidad del género humano se proyectó “al futuro” visualizándose más bien como un llamado a la unidad en Cristo que como un estado originario anterior. Se citaba el Concilio Vaticano II, que definió la Iglesia como sacramento de unidad de todo el género humano, es decir, señal e instrumento de la salvación por alcanzar. Así, el pecado comenzó a visualizarse como un impedimento para la realización de un proyecto de salvación que tendía a la unidad entre todos los hombres. Ansfridus Hulsbosch planteaba la siguiente duda:

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“si la afinidad, a través de la descendencia a nivel humano de la evolución, es realmente el factor más importante de unidad”. Y observaba que “en el orden de la salvación cristiana, tal como se realiza en la tierra, la unidad se basa en un principio más elevado… Ya no tienen importancia la raza o el sexo, y es decisiva la pertenencia a Cristo. Este nuevo principio de unidad pudo realizarse porque el hombre ya estaba dispuesto para el mismo por naturaleza… La dignidad de imagen de Dios es otorgada a cada hombre por su Creador y no por su progenitor, y la correspondiente unión espiritual recíproca entre los hombres supera en gran medida la unidad proveniente de la descendencia común” (Storia della creazione, storia della salvezza: La dignidad de creazione, peccato e redenzione in una prospettiva evoluzionistica imagen de Dios es del mondo, Vallecchi, Florencia, 1967, p. 52). otorgada a cada Habiéndose adoptado este principio, no era muy difícil hombre por su presentar la doctrina del pecado original al margen de la Creador y no por situación biológica originaria. En 1969, a la pregunta sobre su progenitor, y la si hay una o más parejas en el origen del pecado humano, correspondiente unión C. Baumgartner respondía lo siguiente: “Estas cuestiones… espiritual recíproca ya no tienen relación directa con lo substancial de la fe. Si entre los hombres así están las cosas, el monogenismo y el poligenismo serían supera en gran problemas vinculado con las ciencias naturales y por lo medida la unidad tanto de competencia exclusiva de las mismas. La creencia proveniente de la en el pecado original y en el pecado de los orígenes sería descendencia común”. algo totalmente independiente de éstas” (ver Carlo Molari, La teologia cattolica di fronte all’evoluzionismo darwinista ieri e oggi, en Gianfraco Ghiara (ed.), Il darwinismo nel pensiero scientifico contemporaneo, Guida, Nápoles, 1984, pp. 96-98). Los jesuitas M. Flick y Z. Alszeghy, que en los años 50 siempre defendieron el monogenismo (ver sus manuales clásicos de teología), en 1966 (ver Il peccato originale in prospettiva evoluzionistica, «Extractum Gregorianum», Vol. 47, 1966, Parte 2), adoptaron una posición más posibilista sobre el poligenismo, llegando después de los años 70 a alinearse substancialmente con las posiciones de Rahner: “El memorable artículo de K. Rahner, con su análisis del decreto tridentino, que en un primer momento nos pareció basado en distinciones demasiado subjetivas, terminó convenciéndonos” (Flick y Alszeghy, en Carlo Molari, op. cit., p. 96, nota 259). En todo caso, no eran voces aisladas. Las nuevas tesis teológicas influyeron de tal manera en seminarios y universidades católicas que en 1966 Pablo VI debió reiterar con firmeza la doctrina tradicional. Estos son algunos pasajes del discurso del Pontífice:

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“Es por lo tanto evidente que os parecerán inconciliables con la genuina doctrina católica las explicaciones que del pecado original dan algunos autores modernos, los cuales, partiendo del supuesto previo, que no ha sido demostrado, del poligenismo, niegan, más o menos claramente, que el pecado, del cual provienen tantos males en la humanidad, haya sido ante todo la desobediencia de Adán, “el primer hombre”, figura del que había de venir (Conc. Vat. II, Const. Gaudium e spes, n. 22; ver también n. 13), cometida al comienzo de la historia. Por consiguiente, dichas explicaciones tampoco concuerdan con la enseñanza de la Sagrada Escritura, de la Sagrada Tradición y del Magisterio de la Iglesia, según el cual el pecado del primer hombre es transmitido a todos Siervo de Dios Pablo VI, que será sus descendientes no por vía de beatificado el 19 de octubre próximo. imitación, sino de propagación, “inest unicuique proprium”, y es “mors animae”, es decir, privación y no mera carencia de santidad y de justicia incluso en los niños recién nacidos (ver Conc. Trid., sesión V, can. 2-3). Pero tampoco la teoría del evolucionismo os parecerá aceptable si no concuerda decididamente con la creación inmediata de todas y cada una de las almas humanas por Dios y no considera decisiva la importancia que para el destino de la humanidad tuvo la desobediencia de Adán, primer padre universal (ver Conc. Trid., sesión V, can. 2). Semejante desobediencia no deberá concebirse como si no hubiese hecho perder a Adán la santidad y la justicia con las cuales fue constituido (ver Conc. Trid., sesión V, can. 1)” (Discurso a los participantes en el Simposio sobre el misterio del pecado original, Nemi, 11 de julio de 1966).

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Juan Pablo II, citando expresamente esa intervención de Pablo VI, confirmó en 1986 la doctrina tradicional de la Iglesia (ver Audiencia General, 1º de octubre de 1986). Benedicto XVI, por su parte, la reconfirmó en el año 2008: “Pero, como hombres de hoy, debemos preguntarnos: ¿Qué es el pecado original? ¿Qué enseña San Pablo? ¿Qué enseña la Iglesia? ¿Es sostenible también hoy esta doctrina? Muchos piensan que, a la luz de la historia de la evolución, no habría ya lugar para la doctrina de un primer pecado, que después se difundiría en El pensamiento toda la historia de la humanidad. Y, en consecuencia, tamde la Iglesia sobre bién la cuestión de la Redención y del Redentor perdería su estos temas nunca fundamento”. Y reitera con un profundo análisis teológico y ha cambiado. Es psicológico la doctrina clásica paulina (ver Audiencia General, sorprendente por 3 de diciembre de 2008). este motivo el Por lo tanto, el pensamiento de la Iglesia sobre estos terazonamiento de mas nunca ha cambiado. Es sorprendente por este motivo Gianfranco Ravasi el razonamiento de Gianfranco Ravasi en la introducción en la introducción al al pequeño volumen Il Libro della Genesi (I-II) (Città Nuova, pequeño volumen Il 1991): “En esta nueva interpretación de los primeros capíLibro della Genesi tulos del Génesis se ha desarrollado una reelaboración de la (I-II) (Città Nuova, comprensión del dogma tradicional del pecado original. (…) 1991): “En esta nueva Bajo esta luz resultan secundarias las cuestiones científicas interpretación de los del evolucionismo y del poligenismo en relación con el oriprimeros capítulos gen (único o múltiple) del hombre sobre la faz de la tierra del Génesis se ha y su progresiva evolución biológico-cultural. Ciertamente, desarrollado una el texto arcaico del Génesis recurre seguramente al modelo reelaboración de la comprensión del científico de su época, que era fijista y monogenista (un dogma tradicional del solo linaje originario y una fisiología ya propia y definida pecado original.” del hombre); pero la finalidad de Génesis 1-3 no es principalmente científica”. Estamos de acuerdo en cuanto al hecho de que la finalidad del Génesis no es principalmente científica; pero el dogma del pecado original, basado en la Escritura, está ligado indisolublemente con el monogenismo, y por este motivo no puede ser una “cuestión secundaria”. La doctrina del pecado original no es una nimiedad: si se pone en duda, cae también toda la doctrina de la redención y en definitiva “se desvirtúa la cruz de Cristo” (1 Co 1, 17). Como dijo el entonces cardenal Ratzinger en el libro-entrevista Rapporto sulla fede (Informe sobre la fe), “la incapacidad de comprender y presentar el “pecado original” es ciertamente uno de los problemas más graves de la teología y de la pastoral actual” (Paoline, Cinisello Balsamo, 1985, p. 79).

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El ADN mitocondrial sostiene el monogenismo ¿Estamos por lo tanto nuevamente ante un conflicto entre ciencia y fe? Por cuanto la verdad es una sola, si hay conflicto significa que o es falsa la doctrina de fe o es falsa la hipótesis científica. Como creemos en la infalibilidad de los dogmas de fe, es lícito dudar de la validez de la hipótesis científica. Sin embargo, es incorrecto juzgar un concepto científico con argumentos teológicos (enseña Estamos de acuerdo Galileo); es preciso evaluarlo rigurosamente con los métodos en cuanto al hecho de la ciencia. de que la finalidad No es posible demostrar experimentalmente en forma di- del Génesis no recta el monogenismo ni el poligenismo (como por lo demás es principalmente tampoco el evolucionismo). científica; pero el ¿Existen al menos datos científicos y observaciones que dogma del pecado puedan proporcionar indicios importantes a favor de una original, basado en la de las dos hipótesis? Hemos observado que ya Darwin, Escritura, está ligado con los datos disponibles en su época, se inclinaba por el indisolublemente con monogenismo. ¿Y hoy? A favor del monogenismo hay algu- el monogenismo, y por nos hechos fundamentales. El desciframiento del genoma este motivo no puede humano (2000) demostró que el 99,9% del ADN es el mismo ser una “cuestión en todos los seres humanos, de manera que una diferencia secundaria”. La de 0,1% en la composición del ADN es suficiente para dar doctrina del pecado lugar a la variabilidad de las poblaciones. Al compararse original no es una el genoma de todas las poblaciones, la mayor parte de los nimiedad: si se pone genes resulta ser común, y algunos genes se conservan en en duda, cae también gran medida, mientras otros, poquísimos, varían de manera toda la doctrina más relevante determinando las diversas razas. Esto no de la redención y en definitiva “se demuestra de manera evidente el monogenismo, pero es desvirtúa la cruz de un indicio importante a favor de un origen unitario de todo Cristo” (1 Co 1, 17). el género humano. Otro hecho importante se desprende de los estudios sobre el ADN mitocondrial. “En 1987, Cann, Stoneking y Wilson establecieron como hipótesis, basándose en comparaciones del ADN mitocondrial (ADNmt), heredado casi exclusivamente por vía materna, que todos los hombres actualmente vivos provienen de una sola mujer africana [de hecho, las comparaciones del ADN —y otros motivos— indicarían el África como origen del género humano, ndr] (la llamada “madre Eva”), que habría vivido hace aproximadamente 200.000 años radiométricos (R. Junker & S. Scherer, Evoluzione un trattato critico, Gribaudi, 2007). Los cálculos para determinar cuándo habría vivido esta “Eva” son muy dudosos. Al parecer, podría situarse el máximo alrededor de

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hace 800.000 a 500.000 años; pero es posible una época más reciente: muchos piensan en 150.000 años atrás. Los estudios sobre el ADNmt muestran que la “Eva mitocondrial”, de la cual descendería toda la humanidad actual, debe identificarse con un solo individuo. De hecho, únicamente sus mitocondrias tendrían descendientes en las células de los seres humanos vivos. “Eva” sería por consiguiente la única mujer de su generación, de la cual descienden todas las personas vivas a través de sus líneas A favor del monogenismo hay maternas (para un tratamiento detallado del tema, ver el estualgunos hechos dio de Bryan Sykes, The Seven Daughters of Eve: The Science That fundamentales. El Reveals Our Genetic Ancestry, W. W. Norton, Nueva York, 2001). La consecuencia es entonces que sobre estos argumentos no desciframiento del genoma humano existe conflicto alguno entre ciencia y fe, ningún “caso Galileo”.

(2000) demostró que el 99,9% del ADN es el mismo en todos los seres humanos, de manera que una diferencia de 0,1% en la composición del ADN es suficiente para dar lugar a la variabilidad de las poblaciones.

Animación y evolución de especies prehumanas

En este debate deberíamos hablar también del problema de la animación. Admitiendo como hipótesis que el cuerpo humano proviene de la evolución de cierta especie prehumana, ¿cuándo introdujo el Creador el alma en este cuerpo, llegando este finalmente a ser plenamente humano? Si el alma es “forma” del cuerpo, ¿cómo puede concebirse un cuerpo humano sin alma? Estos problemas obviamente trascienden los métodos científicos. La cuestión es sumamente compleja y corresponde a la filosofía y a la teología encontrar alguna respuesta convincente. Si aceptamos alguna forma de evolución de la especie humana, tal vez tengamos que invocar la categoría del misterio. En esta línea se mueve también Benedicto XVI:

“Precisamente partiendo de aquí se debería presentar un diagnóstico sobre la forma de la antropogénesis: el fango se convirtió en hombre en el momento en que por primera vez un ente, si bien todavía en forma algo oscura, estuvo en condiciones de formarse la idea de Dios. El primer Tú dirigido por la boca de un hombre a Dios —aun cuando fuese pronunciado balbuceando— señala el momento en que el espíritu apareció en el mundo. Aquí se pasó el Rubicón de la antropogénesis. Porque no sirven el uso de armas o del fuego ni nuevos métodos crueles o actividades para constituir al hombre, sino su

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“El fango se convirtió en hombre en el momento en que estuvo en condiciones de formarse la idea de Dios” (Benedicto XVI).

capacidad de estar junto a Dios. Esto sostiene la doctrina de la creación especial del hombre; sobre todo en esto reside el centro de la fe en la creación. Y éste es también el motivo por el cual es imposible que el momento de la antropogénesis pueda ser fijado por la paleontología. La antropogénesis es el surgir del espíritu que no se puede desenterrar con la pala. La teoría de la evolución no suprime la fe ni la confirma; pero la desafía a una comprensión más profunda de sí misma y a ayudar así al hombre a comprenderse y llegar a ser cada vez más lo que es: el ser que eternamente debe llamar Tú a Dios” (Intervención en el Congreso sobre “Creación y Evolución”, Castel Gandolfo, 2 de septiembre de 2006).

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JOSEPH RATZINGER

TEORIA DE LA EVOLUCIÓN: ¿PHILOSOPHIA UNIVERSALIS? C ada

vez es menor la separación entre física y metafísica introducida por el pensamiento cristiano. Todo debe volver a ser “física”. La teoría de la evolución se ha mostrado cada vez más como el camino para que la metafísica desaparezca del todo, para hacer parecer superflua la “hipótesis de Dios” (Laplace) y para formular una interpretación del mundo estrictamente “científica”. Una teoría de la evolución que explica todo lo real de modo global se ha convertido en una especie de “filosofía primera” que, por así decirlo, constituye la base de la interpretación racional del mundo. Cualquier intento de poner en juego otras causas distintas a las incluidas en esta teoría “positiva”, cualquier intento de “metafísica”, tiene que parecer un retroceso frente al racionalismo, un abandono de la pretensión de universalidad de la ciencia. Así, la idea cristiana de Dios se considera acientífica. Ya no corresponde a ninguna teología physica; en este sentido, la única teología naturalis es la teoría de la evolución, y esta no conoce ningún Dios ni ningún creador en el sentido del cristianismo —del judaísmo y del islam—, ni un alma del mundo o una fuerza interna en el sentido de la stoa. A lo sumo, desde el punto de vista del budismo, podría considerarse todo este mundo como apariencia y de nada como lo verdaderamente real, y justificar así formas místicas de religión que al menos no compiten de modo directo con el racionalismo. ¿Se ha dicho con ello la última palabra? ¿Se han separado definitivamente cristianismo y razón? En cualquier caso, no hay ninguna vía que evite el debate en torno al alcance de la teoría de la evolución como filosofía primera y la exclusividad del método positivo como única forma de ciencia y racionalidad. Así, este debate deben mantenerlo ambas partes con objetividad y disposición a escuchar, lo que hasta ahora apenas ha ocurrido. Nadie puede dudar seriamente

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de las pruebas científicas de los procesos microevolutivos. La cuestión que un creyente le plantea a la razón moderna no hace referencia a este asunto, tampoco al de la macroevolución, sino a la expansión hacia una philosophia universalis que pretende convertirse en una explicación global de lo real y no quisiera dejar ya aparte ningún otro nivel del pensamiento. Se trata, en fin, de si la razón o lo racional están o no al comienzo de todas las cosas y en su fundamento. Se trata de saber si lo real surgió del azar y la necesidad, es decir, de lo irracional; si, por tanto, la razón es un subproducto casual de lo irracional y carece también de importancia en el océano de lo irracional, o si continúa siendo cierta la idea que constituye la convicción fundamental de la fe cristiana y su filosofía: in principio erat verbum, “en el principio de todas las cosas está la fuerza creadora de la razón”. La fe cristiana es, hoy como ayer, la opción de la prioridad de la razón y lo racional. Esta cuestión última no se puede resolver ya mediante los argumentos de las ciencias naturales, y también el pensamiento filosófico choca aquí con sus límites. En este sentido, no existe una posibilidad última de demostrar la opción cristiana fundamental. Pero ¿puede la razón renunciar a la prioridad de lo racional sobre lo irracional, a la existencia original del logos, sin abolirse a sí misma? La razón no puede hacer otra cosa que pensar también sobre lo irracional a su modo, esto es, de modo racional, estableciendo así implícitamente de nuevo la cuestionada primacía de la razón. Por su opción a favor de la primacía de la razón el cristianismo sigue siendo también hoy “racionalismo”. (…) En realidad la teoría de la evolución también intenta dar una nueva fundamentación al ethos desde el punto de vista de la evolución al pretender convertirse en una philosophia universalis. Pero este ethos relacionado con la evolución, que encuentra inevitablemente su concepto clave en el modelo de la selección, esto es, en la lucha por la supervivencia, en la victoria del más fuerte, en la adaptación con éxito, puede ofrecer poco consuelo. Aunque se le intente adornar de distintas formas, sigue siendo un ethos cruel. El intento de destilar lo racional de lo que es en sí irracional fracasa aquí de forma evidente. Todo esto resulta poco apropiado para una ética de la paz universal, del amor práctico al prójimo y de la necesaria abnegación de cada uno.

JOSEPH RATZINGER - BENEDICTO XVI, Del libro “¿Dios existe?” diálogo con Paolo Flores d’Arcais (Espasa, 2008, pp.20-30)

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La evolución: una mera hipótesis probable En este estudio he procurado aclarar la diferencia substancial entre evolución y darwinismo, mostrando cómo por motivos científicos serios es necesario ahora, para el progreso concreto de la investigación científica, dejar de lado a Darwin y los darwinistas. Queda la cuestión de la evolución. ¿Es ésta un hecho? ¿Es una teoría? ¿Es sólo una hipótesis? De la validez científica de la evolución se desprende también la consideración que es preciso hacer de la misma en el campo teológico. Según el evolucionista Ludovico Galleni, de la Universidad de Pisa, la evolución es un hecho demostrado, tal como está demostrada la existencia del imperio romano. Sin embargo, Galleni olvida que una cosa es la investigación histórica y otra cosa es la investigación Me parece irrelevante científica: estamos ante dos métodos de estudio distintos. La distinguir entre historia parte de los documentos para determinar los hechos, un evolucionismo mientras la evolución se considera apriorísticamente un hecho “católico” o “teísta” y un para probar el cual se procura encontrar a posteriori cierta doevolucionismo “ateo” cumentación sobre el mismo. Es exactamente lo contrario. Y la o “materialista”. documentación es de tal manera fragmentaria e incompleta que Si la evolución resulta imposible la prueba definitiva de que la evolución sea es verdadera, un hecho que realmente ocurrió. ¿Son los datos al menos sufies verdadera y cientes para calificar el evolucionismo como teoría científica? Ya punto; si es falsa, Popper —convencido evolucionista— negaba que la evolución es falsa y punto, darwiniana fuese una teoría científica. El motivo era el hecho independientemente de que siendo esta considerada verdadera a priori, no era falside cómo se ficable (según el conocido criterio popperiano de cientificidad). desee etiquetarla. Así, Popper la consideraba puramente “un programa metafísico de investigación” (ver Karl. R. Popper, Unended Quest, Revised edition, Open Court Publishers, La Salle, III, 1976, pp. 168, 171-172). ¿Y cómo podemos calificar la evolución si no es una teoría científica propiamente tal? En mi opinión, se puede afirmar con J. Ratzinger (ver Harry Luck, Der Zweite Mann im Vatikan [El número dos vaticano], en “PUR Magazin”, n. 22, 18-11-1996, pp. 14-15) que se trata de una hipótesis “importante”, ya que ha estimulado muchos sectores de investigación, de manera que es algo más que una mera hipótesis de trabajo. Yo la definiría por lo tanto como una hipótesis probable. Por lo demás, el criterio que el mismo Juan Pablo II enunció precisamente debatiendo sobre la evolución es muy claro:

“¿Cuál es el alcance de dicha teoría? Abordar esta cuestión significa entrar en el campo de la epistemología. Una teoría es una elaboración metacientífica, diferente de los resultados de

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la observación, pero que es homogénea con ellos. Gracias a ella, una serie de datos y de hechos independientes entre sí pueden relacionarse e interpretarse en una explicación unitaria. La teoría prueba su validez en la medida en que puede verificarse, se mide constantemente por el nivel de los hechos; cuando carece de ellos, manifiesta sus límites y su inadaptación. Entonces, es necesario reformularla” (Mensaje a los participantes de la Asamblea Plenaria de la Academia Pontificia de Ciencias, 22-10-1996). En definitiva, me parece irrelevante distinguir entre un evolucionismo “católico” o “teísta” y un evolucionismo “ateo” o “materialista”. Si la evolución es verdadera, es verdadera y punto; si es falsa, es falsa y punto, independientemente de cómo se desee etiquetarla. Quiero concluir con lo afirmado por el físico Nicola Cabibbo, presidente de la Academia Pontificia de Ciencias, fallecido en 2010: “No logro entusiasmarme realmente con el debate ciencia-fe. La posible incomodidad teológica de hoy en relación con algunas ideas de la ciencia parecerá mañana totalmente irrelevante: las teorías científicas de hoy serán tal vez reforzadas y luego superadas por teorías más completas y detalladas. Es lo sucedido a las teorías de Copérnico, englobadas y completadas por las de Newton y después de Einstein. Y así procede la ciencia, y es bueno acostumbrarse” (Il Sole – 24 Ore, 5 de enero de 2009). Sería como decir que las teorías pasan, mientras “Cristo es el mismo, ayer, hoy y por los siglos” (Hb 13, 8).

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La luz en el arte y la arquitectura (y III) —¿Cuál luz hoy?— POR ANDREA DALL’ASTA

Si a menudo las iglesias contemporáneas no satisfacen, no es puramente por la pésima proyección arquitectónica, sino también por el hecho de que la calidad luminosa obtenida no es distinta a aquella presente en tantos otros edificios: un supermercado, un cobertizo…

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n la dinámica proyectiva de un espacio sagrado, es preciso preguntarse cuál luz debe “interpolarse” para que sea significativa. ¿Qué efecto simbólico se desea obtener? La calidad del espacio depende de la modulación de la luz. Y la arquitectura capta la luz tridimensionalmente. Si a menudo las iglesias contemporáneas no satisfacen, no es puramente por la pésima proyección arquitectónica, sino también por el hecho de que la calidad luminosa obtenida no es distinta a aquella presente en tantos otros edificios: un supermercado, un cobertizo… La arquitectura contemporánea, por ejemplo, ya no tiene límites estructurales en el dimensionamiento de las ventanas. Con todo, esta posibilidad infinita de modular la luz no ha hecho surgir su calidad. Si en una época se estudiaba el modo en que la luz incidía en el espacio con gran sabiduría en los diversos detalles, hoy no estamos preparados. La luz incidía en el espacio, como en la arquitectura románica, o lo creaba mediante vibraciones luminosas, como en la arquitectura bizantina. La arquitectura moderna está produciendo espacios de total transparencia con una luz natural carente de toda dialéctica de luz y sombra. Ya no existe oscuridad. «Otro ejemplo de gran intensidad expresiva es la iglesia de la Luz (1988/89), de Tadao Ando, en Ibaraki. Su interior, como dice el mismo proyectista, es verdadera oscuridad, en la cual vibra una cruz de luz. Esto es todo lo que hay: “La luz exterior, que ha sido manipulada arquitectónicamente y adquiere carácter abstracto con las aberturas insertas en la pared, introduce tensión en el espacio y lo sacraliza”, afirma Tadao Ando».

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En el siglo XX, no faltan ejemplos de una arquitectura de gran intensidad luminosa, como la capilla de Notre-Dame

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Luz del alma Si en una época se estudiaba el modo en que la luz incidía en el espacio con gran sabiduría en los diversos detalles, hoy no estamos preparados. La luz incidía en el espacio, como en la arquitectura románica, o lo creaba mediante vibraciones luminosas, como en la arquitectura bizantina.

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Hacer nacer un espacio significa permitir a la luz crear relaciones, interrelaciones, rebotar en las superficies, jugar en sus infinitas vibraciones, porque en cada variación de la incidencia de la luz, el espacio renace, revive, es recreado. (…)

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Se crea entonces una luz homogénea, plana, funcional en relación con los ritos y las celebraciones, pero sin “misterio”, insignificante. La luz ya no es tal. Se ha convertido en iluminación plana. Todo adquiere gran visibilidad, pero el espacio no tiene profundidad. Es la muerte del espacio, el fin de su fuerza expresiva, de su carga simbólica. El lugar parece un “no lugar”, carente de identidad. Y este efecto surge con intensidad aún mayor con la luz artificial. Mientras el hombre antiguo se dejaba guiar por la luz para construir sus propias arquitecturas, creando una armonía entre natura naturalis y natura artificialis, entre naturaleza y arquitectura, hoy la luz ha llegado a ser puramente funcional, práctica. Ha perdido la dimensión simbólica. Ha sido despojada de su sensibilidad. Ya no habla del lugar y el tiempo sagrados. La arquitectura sacra contemporánea ha perdido el sentido del misterio, produciendo espacios que corren riesgo de ser escuálidos, carentes de fuerza simbólica. Proyectar una iglesia no significa simplemente trazar líneas o ángulos, sino comprender la relación lleno/vacío y la incidencia de la luz. Si la visión se da mediante el contraste luz/sombra, significa intuir cómo operan las relaciones de claroscuros, las vibraciones de la luz, de manera que la arquitectura se convierta en espacio denso de presencia, con sus peculiaridades lumínicosimbólicas, sin reducirse a la traducción espacial de mera funcionalidad de la celebración. En este sentido, elementos básicos de la tradición, como la orientación de la luz solar hacia el ábside, la representación de la Jerusalén celestial o el filtro espacial luminoso que era el nártex, deben concebirse de tal manera que nos introduzcan en un espacio realmente significativo, los polos litúrgicos. En el siglo XX, no faltan ejemplos de una arquitectura de gran intensidad luminosa, como la capilla de NotreDame du Haut, en Ronchamps (1950-55), de Le Corbusier, donde es innegable la calidad del juego de claroscuros del espacio, aun cuando están ausentes los códigos litúrgicos que caracterizan a la capilla como lugar sagrado cristiano. En realidad, la arquitectura parece más bien evocar un espacio mítico, arcaico.


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También es muy interesante el espacio coloreado generado por el vitral de Gerard Richter, de la catedral de Colonia (2007), tal vez uno de los ejemplos contemporáneos más significativos de juegos de luz en condiciones de crear un espacio místico, interior. Otro ejemplo de gran intensidad expresiva es la iglesia de la Luz (1988/89), de Tadao Ando, en Ibaraki. Su interior, como dice el mismo proyectista, es verdadera oscuridad, en la cual vibra una cruz de luz. Esto es todo lo que hay: “La luz exterior, que ha sido manipulada arquitectónicamente y adquiere carácter abstracto con las aberturas insertas en la pared, introduce tensión en el espacio y lo sacraliza”, afirma Tadao Ando. Richard Meier, que realiza la iglesia de Dios Padre misericordioso del jubileo en la periferia de Roma (2000), reconoce en las relaciones de claroscuros del espacio la esencia de la arquitectura sacra. Es la misma dialéctica de luz y sombra presente en nuestra conciencia, símbolo de la lucha permanente entre el bien y el mal, que demasiado a menudo se aplana en un tibio contraste, sin vida. Y la luz no ilumina. No da profundidad. Es una luz cada vez más débil que llega a la indiferencia. En Caravaggio, en la batalla entre la luz y la oscuridad, se representaba la historia del hombre. Pero si ya no hay contraste, todo se aplana en el sinsentido, en tantas arquitecturas incapaces de comunicar un significado para la vida del hombre. Hay pocos ejemplos de arquitecturas donde la luz se convierte en revelación, visión. Y la visión nace del contraste entre luz y sombra, del sabio juego de los claroscuros. Hacer nacer un espacio significa permitir a la luz crear relaciones, interrelaciones, rebotar en las superficies, jugar en sus infinitas vibraciones, porque en cada variación de la incidencia de la luz, el espacio renace, revive, es recreado. Solo con esta sabiduría de la luz es posible crear el espacio de la vitalidad del espíritu, para que la iglesia sea un lugar que vive en el corazón del mundo, un lugar que da sentido a todos los demás espacios de la vida cotidiana, para que la luz despierte a los hombres a la vida.

(…) Solo con esta sabiduría de la luz es posible crear el espacio de la vitalidad del espíritu, para que la iglesia sea un lugar que vive en el corazón del mundo, un lugar que da sentido a todos los demás espacios de la vida cotidiana, para que la luz despierte a los hombres a la vida.

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APUNTES Y NOTAS LA NACIÓN RUSA ENTRE IDENTIDAD Y UNIVERSALIDAD por Julia Lami La Rusia actual tiene una dimensión federal, multiétnica y multirreligiosa, es decir, policéntrica, que solo un gobierno central muy firme puede pensar en uniformar sin considerar una gran diversidad de tradiciones históricas, culturales y religiosas. El componente ruso propiamente tal, si bien predominante, es solo uno entre muchos, y es difícil definir su identidad, especialmente después de la caída de la URSS. Para entender la peculiaridad de Rusia, es preciso, necesariamente, observar su encuentro/desencuentro con Occidente, especialmente a partir de Pedro el Grande y la posterior expansión territorial. Con anterioridad, efectivamente, la nación rusa se concebía como una entidad con autonomía propia y autosuficiente, mientras con Pedro comienza una confrontación abierta con Europa y la modernidad, gracias a lo cual la nación rusa adquiere cada vez mayor conciencia de su propio carácter específico. Tienen también gran importancia en el proceso identitario ruso los contactos con los pueblos del extremo Oriente. No por azar, en la segunda mitad del siglo XIX se formaron diversas corrientes eurasistas, vivas también durante el período soviético. En definitiva, para definir la identidad rusa, el método más fructífero consiste en no hacerlo a partir de una “idea rusa”, sino de la dimensión universal del individuo y de sus derechos.

L a investigación identitaria, tan ca-

racterística de ese complejo mundo que llamamos Rusia —el cual desde siempre oscila entre una dimensión nacional y una dimensión (de iure o de facto) imperial—, merece en este momento una atenta reflexión.

La nación rusa entre identidad y universalidad No por azar las polémicas y los análisis más vivos sobre la identidad rusa han

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nacido de la caída tanto de la Rusia zarista como de la Unión Soviética. De esta última ha surgido como Estado independiente, así como las demás repúblicas que se han independizado con el término de la URSS, la Federación Rusa. La Rusia actual tiene una dimensión federal, multiétnica y multirreligiosa, de manera que es reductivo denominarla simplemente Rusia, omitiendo en la práctica su carácter diversificado y policéntrico, que solo un gobierno central muy firme puede

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«¿Cuál era en suma la verdadera vocación de Rusia en relación con su rostro empírico? Berdiaev respondía, con ayuda de Soloviev, que no le interesaba tanto lo que Rusia había sido desde el punto de vista empírico, sino cuál era el propósito del Creador al pensar en Rusia. Sin embargo hay una contradicción entre proyecto divino y realización humana, en lo cual todos los pensadores vinculados con el concepto de “idea rusa” están de acuerdo, aun cuando identifican de distintas maneras esta idea».

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"El problema de la naturaleza asiática o europea de Rusia en la época pre-petrina no tenía especial relevancia. Rusia se percibía como heredera de Bizancio, como una entidad con autonomía propia y autosuficiente, y no estaba dispuesta a reconocer a Europa esa superioridad que esta se atribuía cada vez más como vector del universalismo cristiano". Catedral Santa Sofía de Kiev.

pensar en uniformar de acuerdo con un modelo standard que no considere tradiciones históricas, culturales y religiosas muy distintas unas de otras. Por lo demás, este es uno de los motivos por los cuales es opinión generalizada que la democracia rusa, para no transformarse en anarquía, requiere una guía vigorosa, razonamiento que ahonda en sus raíces retrocediendo en los siglos y es preciso tener en consideración. En realidad, la unidad y la integridad de

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Rusia —y aquí hay un valor sacro— se aseguran mediante la solidez del centro, ya sea representado por el zar, por el partido-guía o por el presidente: el jefe de Estado constituye en definitiva el guardián de la tierra rusa y por consiguiente requiere fuertes poderes de dirección y coordinación, tanto en conexión con los demás organismos estatales como en las relaciones entre el centro y la periferia, poderes “desconocidos en los otros ordenamientos inspirados en el Estado


de derecho”1. Hasta donde podemos reLa reflexión sobre la disgregación del troceder en la historia rusa, vemos que imperio soviético, con una nueva libertad en toda reforma o de hecho en toda re- de investigación —tanto para los eruditos volución este principio se ha mantenido2. extranjeros como para los historiadores Sin ir más lejos, el período soviético, con provenientes de las diversas regiones de su lucha contra las desviaciones nacionalis- la ex URSS, estimulados también por la tas, contra las tradiciones prerrevoluciona- nueva libertad de contacto, de intercamrias, contra la religión; con bio y de acercamiento con su tentativa permanente de los colegas extranjeros—, LA RUSIA ACTUAL anulación y distorsión de la al permitir la confrontaTIENE UNA DIMENSIÓN memoria histórica; con su ción metodológica y la FEDERAL, MULTIÉTNICA pretensión totalitaria, puso materialización de debates Y MULTIRRELIGIOSA, la sordina en una serie de de carácter internacional, DE MANERA QUE ES REDUCTIVO problemas de integración ha dado un gran impulso DENOMINARLA jamás resueltos, que se han para reinterpretar la hisSIMPLEMENTE RUSIA, manifestado dramáticatoria rusa. OMITIENDO EN LA mente en forma reiterada. El tema de la identidad PRÁCTICA SU CARÁCTER En suma, el componenrusa, de la posición de DIVERSIFICADO Y te ruso, con su carácter Rusia entre el Este y el POLICÉNTRICO, QUE dominante en el período Oeste, y por consiguiente SOLO UN GOBIERNO pre y post-revolucionario, de las características de las CENTRAL MUY FIRME PUEDE PENSAR EN siempre ha sido solo uno formaciones estatales consUNIFORMAR DE de los componentes de la tituidas en torno a Rusia ACUERDO CON UN llamada Rusia, que se afana —desde el imperio zarista MODELO STANDARD por identificarse por debajo hasta esa Unión Soviética QUE NO CONSIDERE de las diversas formas estaque lo sustituyó después de TRADICIONES tales que se han sucedido. la revolución de 1917—, se HISTÓRICAS, Sin embargo, con la caída ha hecho presente una vez CULTURALES Y de la URSS han cambiado más como una cuestión de RELIGIOSAS MUY muchas cosas, incluso, y esgran relevancia. DISTINTAS UNAS DE OTRAS. pecialmente, desde el punto Y una vez más, en la de vista cultural. definición de la identidad Uno de los campos en los que se ha rusa asume un rol importante el gran promanifestado el cambio con más relevan- blema ya antiguo de su comparación con cia está constituido por la historiografía, los modelos provenientes del Occidente. una disciplina siempre especialmente Así, entre tantos cambios registrados sensible a los trastornos políticos que actualmente en la historiografía de Rusia, abren nuevas perspectivas. uno de los más interesantes es aquel que 1 M. Ganino, Russia, Bolonia, 2010, p. 29. 2 Op. cit.

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está modificando la imagen que parte de Constantinopla, ciertamente, pero sobre los historiadores procura ahora formarse todo con el mundo europeo occidental, del imperio, tendiendo a una revisión de sin lograr jamás por otra parte superar la la Rusia tanto imperial como soviética, antigua desconfianza en relación con el centrándose en su estructura multinacio- Occidente, que ha tendido a destacar de nal, tan a menudo opacada en el pasado distintas maneras y en diversas épocas por una visión predominantemente ru- el carácter ajeno de Rusia con respecto a socéntrica. Europa. Rusia y Europa siempre han sido Como se advierte, el debate sobre la sin embargo realidades contiguas: más que identidad histórico-cultural rusa, tan ajenas, distintas, nunca realmente separacrucial en la reflexión rusa das. Europa de hecho ha vide la época moderna, ha vido a Rusia como algo disEN SUMA, EL privilegiado ampliamente tinto a sí misma pero muy COMPONENTE RUSO, CON SU CARÁCTER el tema de “Rusia y Occipróximo, en relación con lo DOMINANTE EN EL dente”, en mayor medida cual es posible aclarar su PERÍODO PRE Y POSTque el tema igualmente propia identidad. Tenemos REVOLUCIONARIO, importante de “Rusia y en suma dos búsquedas SIEMPRE HA SIDO Oriente”, ya que la cultura de identidad desplegadas SOLO UNO DE LOS rusa moderna ha preferido en conexión mutua conduCOMPONENTES DE reconocer en sí misma el ciendo a resultados muy LA LLAMADA RUSIA, aspecto europeo rechazaninteresantes culturalmente. QUE SE AFANA POR IDENTIFICARSE POR do todo lo “oriental” que Permaneciendo en la DEBAJO DE LAS pudiese haber heredado de vertiente rusa, se puede DIVERSAS FORMAS la Rus antigua, kieviana y afirmar que la autoconESTATALES QUE SE HAN moscovita. Sin embargo, ciencia rusa moderna nace SUCEDIDO. considerando la expansión con la época petrina, en la rusa a partir del núcleo cual la confrontación con originario, en diversas direcciones, hasta Occidente llega a ser prioritaria y se inicia alcanzar el extremo Norte y el extremo el debate sobre la relación de Rusia con Oriente, está claro que en reiteradas opor- Europa, destacando sin más el aspecto tunidades se ha abierto la interrogante europeo, si bien precisamente en ese sobre la verdadera naturaleza de Rusia, de momento comienza a surgir el dato de la su vocación, de su proyección geopolítica ambigüedad de la posición geográfica de entre el Oeste y el Este. Rusia entre Oriente y Occidente. En el curso de los siglos, también desEl problema de la naturaleza asiática o pués de la conversión al cristianismo, sus europea de Rusia en la época pre-petrina contactos políticos, culturales y étnicos con no tenía especial relevancia. Rusia se los pueblos asiáticos han sido más intensos percibía como heredera de Bizancio, y profundos que todo cuanto los rusos como una entidad con autonomía propia modernos hayan deseado creer, porque y autosuficiente, y no estaba dispuesta a han preferido insistir en sus vínculos con reconocer a Europa esa superioridad que

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Mosaicos de la cúpula de la Catedral de Santa Sofía de Kiev (siglo XI).

esta se atribuía cada vez más como vector del universalismo cristiano. En su monumental estudio comparativo de las civilizaciones, A Study of History, Arnold J. Toynbee sostiene que al establecerse en Rusia, en los años 80 del siglo XV, un Estado ruso cristiano ortodoxo universal, la diferencia entre Rusia y Occidente se concreta definitivamente. Toynbee insiste mucho en el rol que tuvo la concepción de Moscú, como Tercera Roma, para plasmar la visión del mundo moscovita. En todo caso, Rusia habría cultivado una idea de alteridad, de diversidad, que la modernización, impuesta por la confrontación con

el Occidente y adoptada por razones de autodefensa desde la época de Pedro hasta la de Stalin, no habría alterado substancialmente. En ciertos aspectos, la percepción de Toynbee es acertada3. En efecto, precisamente con Pedro el reino moscovita se convierte en un imperio que se enfrenta con las demás entidades estatales europeas y con los problemas de la modernidad. Se trata de un imperio en expansión, que parece reproducir el modelo colonial de una España o de un Portugal, con un centro y una periferia; pero el espacio en el cual se expande el imperio es contiguo, alejado de las zonas de interés

3 Ver, por ejemplo, entre otros, sus análisis sobre Rusia en A. J. Toynbee, Il mondo e l’Occidente (ed. or. 1952), Palermo, 1992; id., L’eredità bizantina della Russia en Civiltà al paragone (ed. or. 1948), Milán, 2003.

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de Europa, y cuando esta se percata, casi étnico ruso predominante estaba frente súbitamente, de cómo Rusia se extiende a un vasto y sumamente heterogéneo ya profundamente en Asia, elabora la arco de poblaciones, desde la aristocracia imagen inquietante de un monstrum bi- germánica del Báltico hasta los nómacontinental con el cual tarde o temprano des musulmanes de Asia Central. Y sin será inevitable enfrentarse. Y esta imagen embargo se advierte de inmediato que rebota de Europa a Rusia, y Rusia se siente ese período corresponde precisamente obligada a responder en al momento en el cual se forma positiva o negativa tiende en su interior a asuRUSIA Y EUROPA al temor-estupor europeo, mir connotaciones cada SIEMPRE HAN SIDO SIN como ilustró eficazmente vez más “nacionales rusas”. EMBARGO REALIDADES Dieter Groh en su obra Este era el poderoso CONTIGUAS: MÁS QUE AJENAS, DISTINTAS, La Russia e l’autocoscienza efecto de la difusión de los NUNCA REALMENTE d’Europa (Rusia y la automodelos de modernización SEPARADAS. EUROPA conciencia europea). En del Oeste aun cuando la DE HECHO HA VIVIDO suma, las relaciones son expansión era de mayor A RUSIA COMO ALGO 4 siempre recíprocas . extensión e intensidad en DISTINTO A SÍ MISMA Me parece importante dirección al Asia; pero PERO MUY PRÓXIMO, EN la definición según la cual precisamente para conserRELACIÓN CON LO CUAL Rusia, a diferencia de otros var una identidad, que al ES POSIBLE ACLARAR SU PROPIA IDENTIDAD. Estados europeos, no tuvo parecer podía ser puesta TENEMOS EN SUMA un imperio, sino que fue en tela de juicio por este enDOS BÚSQUEDAS un imperio, caracterizado cuentro con otros pueblos DE IDENTIDAD por una gran variedad y otras realidades, el centro DESPLEGADAS EN 5 étnico-cultural . terminaba concibiéndose CONEXIÓN MUTUA Si analizamos el caso del cada vez más como ruso. Se CONDUCIENDO A imperio ruso, un dato que perdió por lo tanto durante RESULTADOS MUY ciertamente resulta eviun tiempo la oportunidad INTERESANTES dente desde el comienzo de comprender las impliCULTURALMENTE. de su historia y más bien caciones del proceso de tiende a acentuarse sobre expansión que se llevaba todo a partir del siglo XVI es el carácter a cabo y que habría requerido a nivel multiétnico y compuesto de ese Estado, cultural y político una comprensión de su estructura bastante compleja y diversi- las dinámicas globales del imperio; al ficada, como muy bien destacó Kappeler6. definirse en cambio como imperio ruso, se En el momento de su máxima ex- tendía a reducir su historia a historia rusa pansión, en el siglo XIX, el componente con resultados a la larga perjudiciales.

4 D. Groh, La Russia e l’autocoscienza d’Europa (ed. or. 1961), Turín, 1980. 5 A. Ferrari, La Foresta e la Steppa. Il mito dell’Eurasia nella cultura russa, Milán, 2003 (II ed., Milán, 2012). 6 A. Kappeler, La Russia. Storia di un impero multietnico, Roma, 2006.

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«En su monumental estudio comparativo de las civilizaciones, A Study of History, Arnold J. Toynbee sostiene que al establecerse en Rusia, en los años ochenta del siglo XV, un Estado ruso cristiano ortodoxo universal, la diferencia entre Rusia y Occidente se concreta definitivamente. Toynbee insiste mucho en el rol que tuvo la concepción de Moscú, como Tercera Roma, para plasmar la visión del mundo moscovita».

Cuando de la Unión Soviética emergió Rusia, esta vaciló mucho tiempo en cuanto a definirse, ya que por una parte se había convertido en una nación, a pesar de su carácter compuesto, y por otra le costaba renunciar a la imagen de sí misma vinculada con la grandeza del pasado “imperio”. Así, junto a posiciones tradicionalmente eslavófilas y occidentalistas, surgían nuevamente posiciones eurasistas, más burdas sin duda que aquellas expresadas por el eurasismo de los años 20 del siglo XX. Recuérdese el debate tan vivo en los años 90 sobre la existencia futura de Rusia,

sobre el carácter ruso, que muy a menudo hacía referencia al debate análogo desarrollado en ese “período de los tumultos políticos” generado por la revolución rusa de 1917. Surgía nuevamente el tema de la “cuestión rusa”, del carácter, de la historia y del destino futuro de Rusia, en suma de la llamada “idea rusa”, que estuvo en el centro de la reflexión de la primera emigración, con sus diversos componentes. Es suficiente recordar aquí los nombres de los filósofos religiosos como, entre otros, N. Berdiaev, G. Florovskij y G. Fedotov; de los historiadores y políticos liberales como P. Struve y P. Miljukov; del jurista S. Frank…

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La mayor parte de la intelligencija emigra- rasgos occidentales y orientales, pero da se preguntó en profundidad cuáles absolutamente no reducible al mundo eran los valores “rusos”, qué relación europeo ni al asiático. Por algo se usaba tenían con los valores universales, cuáles la categoría de Eurasia para expresar esta eran los caminos para el renacimiento dimensión multinacional y multicultural de una “Rusia de rostro humano” que que se habría deseado valorizar incluso se enmendase de los errores del pasado, desde un punto de vista espiritual como pero que estuviese en condiciones de so- respuesta al reduccionismo bolchevique. brevivir ante la agitación revolucionaria En realidad, el eurasismo era refutado y su orgullosa e impetuosa por quienes pensaban en iconoclasia. En esa “Rusia el carácter específico ruso ES LÓGICO EN TODO fuera de Rusia”, un punto en términos más tradiCASO QUE RUSIA SE de apoyo estaba constituicionales, religioso-filosóPREGUNTE POR SU do por la religión sin más ficos, precisamente por PROPIO ROL, SOBRE ni más, pero también por su carencia de contenido TODO EN EL PLANO DE la cultura nacional, por espiritual. Como señalaLA POLÍTICA EXTERIOR 7 Y DE LA AUTONOMÍA la lengua madre . Había ron G. Florovskij, quien ECONÓMICA Y también quienes rompían también viviera la Ilusión CULTURAL EN LOS los esquemas habituales de del eurasismo, título de un PROCESOS ACTUALES DE la reflexión sobre Rusia, su artículo suyo de 1928, y V. GLOBALIZACIÓN Y DE naturaleza y las particulaZenkovskij, el eurasismo INTEGRACIÓN A NIVEL ridades de su historia, proera un fracaso espiritual SUPRANACIONAL. ESTA curando interpretar de una “carente de una correcta ES UNA INTERROGANTE manera nueva su rol y sus valoración de la importanDE INTERÉS PARA características. Pensemos cia de la autoedificación TODOS, PERO NO ES LA ÚNICA. precisamente en el moviespiritual, de la libertad, miento eurasista, nacido ya del sentimiento religioso”. en el umbral de la Primera Por lo demás, Rusia se Guerra Mundial, pero desarrollado sobre explicaba según esos dos filósofos sobre todo en los años 20 del siglo XX8. Este todo en términos de espacio, de posición movimiento, que en el período entre las geográfica, y la idea ortodoxa, con la cual guerras tuvo especial importancia en ambos estaban vinculados, parecía resulel interior de las diversas emigraciones tar puramente un hecho consuetudinario. rusas, identificaba el carácter específico ¿Cuá l era en su ma la verdadera de la cultura rusa con el hecho de que vocación de Rusia en relación con su esta era expresión de una civilización rostro empírico? Berdiaev respondía, original fruto de una combinación de con ayuda de Soloviev 9, que no le inte7 Una óptima síntesis de la cuestión y de su renacimiento en los primeros años posteriores al fin de la URSS fue proporcionada por V. Piskunov, L’idea russa nella cultura dell’emigrazione, en “Cirss. Quaderni”, n. 1/1994, pp. 7-12. 8 G. Lami, A. Giustino Vitolo, Storia e Filosofia, en N. A. Berdjaev, Milán, 2000. 9 A. Ferrari, Vladimir Soloviev e l’ultimo secolo, en Il Grande Paese. Studi sulla storia e la cultura russe, Milán, 2012, pp. 83-101.

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resaba tanto lo que los rusos, sometidos Ru sia h abí a sido a prueba por tantos desde el punto de sufrimientos en el vista empírico, sino curso del siglo XX cuál era el propóy perplejos ante el sito del Creador al reforzamiento de la pensar en Rusia. Sin Unión Europea en embargo hay una sus confines, en el contradicción entre umbral del siglo XXI. proyecto divino y Es lógico en todo realización humacaso que Rusia se na, en lo cual todos pregunte por su prolos pensadores vinpio rol, sobre todo culados con el conen el plano de la cepto de “idea rusa” política exterior y de está n de acuerdo, Con Pedro el Grande el reino moscovita se convierte la autonomía econóen un imperio que se enfrenta con las demás entidades au n cua ndo idenmica y cultural en estatales europeas y con los problemas de la modernidad. tifican de distintas los procesos actuamaneras esta idea. les de globalización Ciertamente, son discusiones del y de integración a nivel supranacional. pasado de las cuales en el presente a Esta es una interrogante de interés para menudo solo quedan las repercusiones, todos, pero no es la única. distorsionadas a partir de fragmentos desEs preciso pensar nuevamente en la compuestos que quedaron precisamente Rusia actual no tanto a la luz de una de ese pasado. No es sorprendente por “idea rusa” de la cual sería portadora, lo tanto que el neoeurasismo carezca del porque esta idea se ha enunciado de tanespesor cultural del eurasismo “clásico”, tas maneras que prácticamente se llega a que ha proporcionado muchos aportes dudar de su existencia fuera de los libros importantes, incluso desde el punto de de inspirados historiadores y filósofos, vista lingüístico y etnográfico, con su no tanto a la luz de un pasado imperial esfuerzo por precisar lo que era la subs- —eurasiático o no— que ya no existe, sino tancia euroasiática de la llamada Rusia10. a la luz del presente. El neoeurasismo está vinculado con la La verdadera universalidad a la cual se crisis de la URSS y del comunismo, y ha puede aspirar es aquella que remite a una tenido una acogida favorable entre todos dimensión universal de la persona y de los que sufrían por la “derrota” histórica sus derechos, que siempre corren riesgo de la Unión Soviética, o en todo caso de porque la democracia siempre está in la dimensión imperial ya tan familiar, ha- fieri, porque la libertad nunca es un bien bitual, tranquilizadora y consoladora para definitivamente adquirido. 10 A. Ferrari, La Russia, l’Europa e l’idea eurasista, op. cit. pp. 125-141.

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La Palabra del Papa

PARA CONSEGUIR LA PAZ, SE NECESITA VALOR, MUCHO MÁS QUE PARA HACER LA GUERRA Palabras de S.S. Francisco durante el encuentro de los presidentes de Israel, Shimon Peres, y de Palestina, Mahmud Abbas, en el día de la Solemnidad de Pentecostés. La invitación a esta oración por la paz realizada en los jardines vaticanos fue hecha por el Papa el 25 de mayo pasado durante su viaje a Tierra Santa. Estaban presentes también el patriarca de Constantinopla, Bartolomé, y el custodio de Tierra Santa, el franciscano Pierbattista Pizzaballa.

Señores presidentes Los saludo con gran alegría, y deseo ofrecerles, a ustedes y a las distinguidas Delegaciones que les acompañan, la misma bienvenida calurosa que me han deparado en mi reciente peregrinación a Tierra Santa. Gracias desde el fondo de mi corazón por haber aceptado mi invitación a venir aquí para implorar de Dios, juntos, el don de la paz. Espero que este encuentro sea el comienzo de un camino nuevo en busca de lo que une, para superar lo que divide. Y gracias a Vuestra Santidad, venerado hermano Bartolomé, por estar aquí conmigo para recibir a estos ilustres huéspedes. Su participación es un gran don, un valioso apoyo, y es testimonio HUMANITAS Nº 75 pp. 116 - 131

de la senda que, como cristianos, estamos siguiendo hacia la plena unidad. Su presencia, señores presidentes, es un gran signo de fraternidad, que hacen como hijos de Abraham, y expresión concreta de confianza en Dios, Señor de la historia, que hoy nos mira como hermanos uno de otro, y desea conducirnos por sus vías. Este encuentro nuestro para invocar la paz en Tierra Santa, en Medio Oriente y en todo el mundo, está acompañado por la oración de tantas personas, de diferentes culturas, naciones, lenguas y religiones: personas que han rezado por este encuentro y que ahora están unidos a nosotros en la misma invocación. Es un encuentro que responde

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al deseo ardiente de cuantos anhelan la paz, y sueñan con un mundo donde hombres y mujeres puedan vivir como hermanos y no como adversarios o enemigos. Señores presidentes, el mundo es un legado que hemos recibido de nuestros antepasados, pero también un préstamo de nuestros hijos: hijos que están cansados y agotados por los conflictos y con ganas de llegar a los albores de la paz; hijos que nos piden derribar los muros de la enemistad y tomar el camino del diálogo y de la paz, para que triunfen el amor y la amistad. Muchos, demasiados de estos hijos han caído víctimas inocentes de la guerra y de la violencia, plantas arrancadas en plena floración. Es deber nuestro lograr que su sacrificio no sea en vano. Que su memoria nos infunda el valor de la paz, la fuerza de perseverar en el diálogo a toda costa, la paciencia para tejer día tras día el entramado cada vez más robusto de una convivencia respetuosa y pacífica, para gloria de Dios y el bien de todos. Para conseguir la paz, se necesita valor, mucho más que para hacer la guerra. Se necesita valor para decir sí al encuentro y no al enfrentamiento; sí al diálogo y no a la violencia; sí a la negociación y no a la hostilidad; sí al respeto de los pactos y no a las provocaciones; sí a la sinceridad y no al doblez. Para todo esto se necesita valor, una gran fuerza de ánimo. La historia nos enseña que nuestras fuerzas por sí solas no son suficientes. Más de una vez hemos estado cerca de la paz, pero el maligno, por diversos medios, ha conseguido impedirla. Por eso estamos aquí, porque sabemos y creemos que necesitamos la ayuda de Dios. No renunciamos a nuestras responsabilidades, pero invocamos a Dios

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como un acto de suprema responsabilidad, de cara a nuestras conciencias y de frente a nuestros pueblos. Hemos escuchado una llamada, y debemos responder: la llamada a romper la espiral del odio y la violencia; a doblegarla con una sola palabra: «hermano». Pero para decir esta palabra, todos debemos levantar la mirada al cielo, y reconocernos hijos de un mismo Padre. A él me dirijo yo, en el Espíritu de Jesucristo, pidiendo la intercesión de la Virgen María, hija de Tierra Santa y Madre nuestra. Señor, Dios de paz, escucha nuestra súplica. Hemos intentado muchas veces y durante muchos años resolver nuestros conflictos con nuestras fuerzas, y también con nuestras armas; tantos momentos de hostilidad y de oscuridad; tanta sangre derramada; tantas vidas destrozadas; tantas esperanzas abatidas... Pero nuestros esfuerzos han sido en vano. Ahora, Señor, ayúdanos tú. Danos tú la paz, enséñanos tú la paz, guíanos tú hacia la paz. Abre nuestros ojos y nuestros corazones, y danos la valentía para decir: «¡Nunca más la guerra»; «con la guerra, todo queda destruido». Infúndenos el valor de llevar a cabo gestos concretos para construir la paz. Señor, Dios de Abraham y los Profetas, Dios amor que nos has creado y nos llamas a vivir como hermanos, danos la fuerza para ser cada día artesanos de la paz; danos la capacidad de mirar con benevolencia a todos los hermanos que encontramos en nuestro camino. Haznos disponibles para escuchar el clamor de nuestros ciudadanos que nos piden transformar nuestras armas en instrumentos de paz, nuestros temores en confianza y nuestras tensiones en perdón. Mantén encendida en nosotros la llama de la esperanza para tomar con paciente


perseverancia opciones de diálogo y reconciliación, para que finalmente triunfe la paz. Y que sean desterradas del corazón de todo hombre estas palabras: división, odio, guerra. Señor, desarma la lengua

y las manos, renueva los corazones y las mentes, para que la palabra que nos lleva al encuentro sea siempre «hermano», y el estilo de nuestra vida se convierta en shalom, paz, salam. Amén. (Vaticano, 8-VI-2014)

EL DIÁLOGO SOLO ES POSIBLE A PARTIR DE LA PROPIA IDENTIDAD Palabras de S.S. Francisco en el mensaje con motivo del 50 aniversario de fundación del Organismo para el Diálogo de las Religiones.

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a institución del Secretariado para los no creyentes, realizada con la carta apostólica Progrediente concilio, del 19 de mayo de 1964, representó una de las decisiones más importantes que, con ponderada reflexión, el siervo de Dios Pablo VI tomó durante el Concilio ecuménico Vaticano II para comenzar a traducir sus orientaciones y guiar a la Iglesia universal por el camino de la renovación anhelada. En aquel tiempo, caracterizado por una gran apertura manifestada visiblemente en el aula conciliar, la Iglesia se sentía animada por un sincero deseo de encuentro y diálogo con toda la humanidad para poder presentarse, a un mundo en rápida transformación, con su identidad más profunda y auténtica: «La Iglesia debe ir hacia el diálogo con el mundo en el que le toca vivir. La Iglesia se hace palabra; la Iglesia se hace mensaje; la Iglesia se hace coloquio»: así escribió, en aquellos mismos días, el Papa Pablo VI en su

Desde el principio era claro que dicho diálogo no implicaba relativizar la fe cristiana, o dejar a un lado el anhelo, que anida en el corazón de todo discípulo, de anunciar a todos la alegría del encuentro con Cristo y su llamada universal. primera y programática encíclica (Ecclesiam suam, 6 de agosto de 1964, 27). Desde el principio era claro que dicho diálogo no implicaba relativizar la fe cristiana, o dejar a un lado el anhelo, que anida en el corazón de todo discípulo, de anunciar a todos la alegría del encuentro con Cristo y su llamada universal. Por lo demás, el diálogo solo es posible a partir de la propia identidad. Como el santo Pontífi-

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Como el santo Pontífice Juan Pablo II mostró en numerosísimas ocasiones, con palabras y gestos, el diálogo y el anuncio no se excluyen recíprocamente, sino que tienen un vínculo íntimo, aunque hay que mantenerlos separados y no deben ser confundidos ni instrumentalizados, ni juzgados equivalentes o intercambiables. ce Juan Pablo II mostró en numerosísimas ocasiones, con palabras y gestos, el diálogo y el anuncio no se excluyen recíprocamente, sino que tienen un vínculo íntimo, aunque hay que mantenerlos separados y no deben ser confundidos ni instrumentalizados, ni juzgados equivalentes o intercambiables (cf. Carta enc. Redemptoris missio, 55). En verdad, «es siempre el Espíritu quien actúa, ya sea cuando vivifica la Iglesia y la impulsa a anunciar a Cristo, ya sea cuando siembra y desarrolla sus dones en todos los hombres y pueblos, guiando a la Iglesia a descubrirlos, promoverlos y recibirlos mediante el diálogo» (ibídem, n. 29). Como recordé desde los primerísimos días de mi ministerio de obispo de Roma, «la Iglesia católica es consciente de la importancia que tiene la promoción de la amistad y el respeto entre hombres y mujeres de diferentes tradiciones religiosas» (Encuentro con los representantes de las Iglesias y comunidades eclesiales, y de las diversas religiones, 20 de marzo de 2013: L’Osservatore Romano, edición en lengua española, 22 de marzo de 2013, p. 13).

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Como Cristo en el camino de Emaús, la Iglesia desea estar cerca y ser compañera de camino de todo hombre. Tal disponibilidad a caminar juntos es muy necesaria en nuestro tiempo, marcado por profundas interacciones, nunca antes conocidas, entre pueblos y culturas diferentes. En este contexto, la Iglesia se comprometerá cada vez más a recorrer el camino del diálogo y a intensificar la cooperación, ya fructuosa, con todos los que, pertenecientes a diferentes tradiciones religiosas, comparten la voluntad de entablar relaciones de amistad y participan en las numerosas iniciativas de diálogo.

Como Cristo en el camino de Emaús, la Iglesia desea estar cerca y ser compañera de camino de todo hombre. Tal disponibilidad a caminar juntos es muy necesaria en nuestro tiempo, marcado por profundas interacciones, nunca antes conocidas, entre pueblos y culturas diferentes. Al unirme a la acción de gracias a Dios por el trabajo realizado durante estos 50 años, deseo que el Consejo pontificio para el diálogo interreligioso prosiga con renovado impulso su misión propia, que también podrá favorecer mucho la causa de la paz y el auténtico progreso de los pueblos. A todos los participantes en la conferencia les aseguro mi recuerdo y les envío de corazón un saludo y una bendición. (Vaticano, 19-V- 2014)


NO SE PUEDE ESTAR EN COMUNIÓN CON DIOS SIN ESTARLO CON LA IGLESIA “Existe quien considera que puede tener una relación personal directa, inmediata con Jesucristo fuera de la comunión y de la mediación de la Iglesia. Son tentaciones peligrosas y dañinas. Son, como decía Pablo VI, dicotomías absurdas”, señaló su S.S. Francisco durante la audiencia general de los días miércoles.

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oy vamos a hacer hincapié en la importancia que tiene para el cristiano pertenecer a este Pueblo. Hablaremos de la pertenencia a la Iglesia. Nosotros no estamos aislados y no somos cristianos a título individual, cada uno por su lado, no: ¡nuestra identidad cristiana es pertenencia! Somos cristianos porque nosotros pertenecemos a la Iglesia. Es como un apellido: si el nombre es «Yo soy cristiano», el apellido es: «Yo pertenezco a la Iglesia.» Es muy bello ver que esta pertenencia se expresa también con el nombre que Dios se da a sí mismo. Respondiendo a Moisés, en el maravilloso episodio de la «zarza ardiente», de hecho, se define como el Dios de tus padres, no dice yo soy el Omnipotente, no: yo soy el Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob. De este modo, Él se manifiesta como el Dios que ha establecido una alianza con nuestros padres y se mantiene siempre fiel a su pacto, y nos llama a que entremos en esta relación que nos precede. Esta relación de Dios con su Pueblo nos precede a todos nosotros, viene de aquel tiempo. En este sentido, el pensamiento va primero, con gratitud, a aquellos que nos han precedido y que nos han acogido en la Iglesia. ¡Nadie llega a ser cristiano por

El cristiano pertenece a un Pueblo que se llama Iglesia y esta Iglesia lo hace cristiano el día del Bautismo, se entiende, y luego en el recorrido de la catequesis y tantas cosas. sí mismo! ¿Es claro esto? Nadie se hace cristiano por sí mismo. No se hacen cristianos en laboratorio. El cristiano es parte de un Pueblo que viene de lejos. El cristiano pertenece a un Pueblo que se llama Iglesia y esta Iglesia lo hace cristiano el día del Bautismo, se entiende, y luego en el recorrido de la catequesis y tantas cosas. Pero nadie, nadie, se hace cristiano por sí mismo. Si creemos, si sabemos orar, si conocemos al Señor y podemos escuchar su Palabra, si nos sentimos cerca y lo reconocemos en nuestros hermanos, es porque otros, antes que nosotros, han vivido la fe y luego nos la han transmitido, la fe la hemos recibido de nuestros padres, de nuestros antepasados y ellos nos la han enseñado. Si lo pensamos bien, ¿quién sabe cuántos rostros queridos nos pasan ante los ojos, en este momento? Puede ser el rostro de

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nuestros padres que han pedido el bautismo para nosotros; el de nuestros abuelos o de algún familiar que nos enseñaron a hacer la señal de la cruz y a recitar las primeras oraciones. Yo recuerdo siempre tanto el rostro de la religiosa que me ha enseñado el catecismo y siempre me viene a la mente —está en el cielo, seguro, porque fue una santa mujer, pero yo la recuerdo siempre y doy gracias a Dios por esta religiosa— o el rostro del párroco, un sacerdote o una religiosa, un catequista, que nos ha transmitido el contenido de la fe y nos ha hecho crecer como cristianos. Pues bien, esta es la Iglesia: es una gran familia, en la que se nos recibe y se aprende a vivir como creyentes y discípulos del Señor Jesús. Este camino lo podemos vivir no solamente gracias a otras personas, sino junto a otras personas. En la Iglesia no existe el “hazlo tú solo”, no existen “jugadores libres”. ¡Cuántas veces el Papa Benedicto ha descrito la Iglesia como un “nosotros”

Nadie se hace cristiano por sí mismo. Si creemos, si sabemos orar, si conocemos al Señor y podemos escuchar su Palabra, si nos sentimos cerca y lo reconocemos en nuestros hermanos, es porque otros, antes que nosotros, han vivido la fe y luego nos la han transmitido, la fe la hemos recibido de nuestros padres, de nuestros antepasados y ellos nos la han enseñado.

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¡Cuántas veces el Papa Benedicto ha descrito la Iglesia como un “nosotros” eclesial! A veces sucede que escuchamos a alguien decir: “yo creo en Dios, creo en Jesús, pero la Iglesia no me interesa”. ¿Cuántas veces hemos escuchado esto? Y esto no está bien. eclesial! A veces sucede que escuchamos a alguien decir: “yo creo en Dios, creo en Jesús, pero la Iglesia no me interesa”. ¿Cuántas veces hemos escuchado esto? Y esto no está bien. Existe quien considera que puede tener una relación personal directa, inmediata con Jesucristo fuera de la comunión y de la mediación de la Iglesia. Son tentaciones peligrosas y dañinas. Son, como decía Pablo VI, dicotomías absurdas. Es verdad que caminar juntos es difícil y a veces puede resultar fatigoso: puede suceder que algún hermano o alguna hermana nos haga problema o nos dé escándalo. Pero el Señor ha confiado su mensaje de salvación a personas humanas, a todos nosotros, a testigos; y es en nuestros hermanos y en nuestras hermanas, con sus virtudes y sus límites, que viene a nosotros y se hace reconocer. Y esto significa pertenecer a la Iglesia. Recuérdenlo bien: ser cristianos significa pertenencia a la Iglesia. El nombre es “cristiano”, el apellido es “pertenencia a la Iglesia”. Queridos amigos, pidamos al Señor, por intercesión de la Virgen María, Madre de la Iglesia, la gracia de no caer jamás en la


tentación de pensar que se puede prescindir de los otros, de poder prescindir de la Iglesia, de podernos salvar solos, de ser cristianos de laboratorio. Al contrario, no se puede amar a Dios sin amar a los hermanos; no se puede amar a Dios fuera de la

Iglesia; no se puede estar en comunión con Dios sin estar en comunión con la Iglesia; y no podemos ser buenos cristianos sino junto a todos los que tratan de seguir al Señor Jesús, como un único Pueblo, un único cuerpo y esto es la Iglesia. Gracias. (Vaticano, 25-VI-2014)

VIOLARON LA INOCENCIA DE MENORES Y SU PROPIA VOCACIÓN SACERDOTAL “No hay lugar en el ministerio de la Iglesia para aquellos que cometen estos abusos, y me comprometo a no tolerar el daño infligido a un menor por parte de nadie, independientemente de su estado clerical”, señaló S.S. Francisco en la homilía durante la Santa Misa celebrada en la capilla de Santa Marta con algunas víctimas de abusos sexuales por parte del clero.

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a imagen de Pedro viendo salir a Jesús de esa sesión de terrible interrogatorio, de Pedro que se cruza la mirada con Jesús y llora, me viene hoy al corazón en la mirada de ustedes, de tantos hombres y mujeres, niños y niñas; siento la mirada de Jesús y pido la gracia de su llorar. La gracia de que la Iglesia llore y repare por sus hijos e hijas que han traicionado su misión, que han abusado de personas inocentes. Y hoy estoy agradecido a ustedes por haber venido hasta aquí. Desde hace tiempo siento en el corazón el profundo dolor, sufrimiento, tanto tiempo oculto, tanto tiempo disimulado con una complicidad que no, no tiene explicación, hasta que alguien sintió que Jesús miraba, y otro lo mismo y otro lo mismo… y se animaron a sostener esa

mirada. Y esos pocos que comenzaron a llorar nos contagiaron la conciencia de este crimen y grave pecado. Esta es mi angustia y el dolor por el hecho de que algunos sacerdotes y obispos hayan violado la inocencia de menores y su propia vocación sacerdotal al abusar sexualmente de ellos. Es algo más que actos reprobables. Es como un culto sacrílego porque esos chicos y esas chicas le fueron confiados al carisma sacerdotal para llevarlos a Dios, y ellos los sacrificaron al ídolo de su concupiscencia. Profanan la imagen misma de Dios a cuya imagen hemos sido creados. La infancia, sabemos todos, es un tesoro. El corazón joven, tan abierto de esperanza, contempla los misterios del amor de Dios y se muestra dispuesto de una forma única a ser

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Es algo más que actos reprobables. Es como un culto sacrílego porque esos chicos y esas chicas le fueron confiados al carisma sacerdotal para llevarlos a Dios, y ellos los sacrificaron al ídolo de su concupiscencia. alimentado en la fe. Hoy el corazón de la Iglesia mira los ojos de Jesús en esos niños y niñas y quiere llorar. Pide la gracia de llorar ante los execrables actos de abuso perpetrados contra menores. Actos que han dejado cicatrices para toda la vida. Sé que esas heridas son fuente de profunda y a menudo implacable angustia emocional y espiritual. Incluso de desesperación. Muchos de los que han sufrido esta experiencia han buscado paliativos por el camino de la adicción. Otros han experimentado trastornos en las relaciones con padres, cónyuges e hijos. El sufrimiento de las familias ha sido especialmente grave, ya que el daño provocado por el abuso afecta a estas relaciones vitales de la familia. Algunos han sufrido incluso la terrible tragedia del suicidio de un ser querido. Las muertes de estos hijos tan amados de Dios pesan en el corazón y en la conciencia mía y de toda la Iglesia. Para estas familias ofrezco mis sentimientos de amor y de dolor. Jesús torturado e interrogado con la pasión del odio es llevado a otro lugar, y mira. Mira a uno de los suyos, el que lo negó, y lo hace llorar. Pedimos esa gracia junto a la de la reparación.

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Los pecados de abuso sexual contra menores por parte del clero tienen un efecto virulento en la fe y en la esperanza en Dios. Algunos se han aferrado a la fe, mientras que en otros la traición y el abandono han erosionado su fe en Dios. La presencia de ustedes, aquí, habla del milagro de la esperanza que prevalece contra la más profunda oscuridad. Sin duda es un signo de la misericordia de Dios el que hoy tengamos esta oportunidad de encontrarnos, adorar a Dios, mirarnos a los ojos y buscar la gracia de la reconciliación.

La presencia de ustedes, aquí, habla del milagro de la esperanza que prevalece contra la más profunda oscuridad. Sin duda es un signo de la misericordia de Dios el que hoy tengamos esta oportunidad de encontrarnos, adorar a Dios, mirarnos a los ojos y buscar la gracia de la reconciliación. Ante Dios y su pueblo expreso mi dolor por los pecados y crímenes graves de abusos sexuales cometidos por el clero contra ustedes y humildemente pido perdón. También les pido perdón por los pecados de omisión por parte de líderes de la Iglesia que no han respondido adecuadamente a las denuncias de abuso presentadas por familiares y por aquellos que fueron víctimas del abuso; esto lleva todavía a un sufrimiento adicional a quienes habían


sido abusados y puso en peligro a otros menores que estaban en situación de riesgo. Por otro lado la valentía que ustedes y otros han mostrado al exponer la verdad fue un servicio de amor al habernos traído luz sobre una terrible oscuridad en la vida de la Iglesia. No hay lugar en el ministerio de la Iglesia para aquellos que cometen estos abusos, y me comprometo a no tolerar el daño infligido a un menor por parte de nadie, independientemente de su estado clerical. Todos los obispos deben ejercer su servicio de pastores con sumo cuidado para salvaguardar la protección de menores y rendirán cuentas de esta responsabilidad. Para todos nosotros tiene vigencia el consejo que Jesús da a los que dan escándalos: la piedra de molino y el mar (cf. Mt 18,6). Por otra parte vamos a seguir vigilantes en la preparación para el sacerdocio. Cuento con los miembros de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores, todos los menores, sean de la religión que sean, son retoños que Dios mira con amor. Pido esta ayuda para que me ayuden a asegurar que disponemos de las mejores políticas y procedimientos en la Iglesia Universal para la protección de menores y para la capacitación de personal de la Iglesia en la implementación de dichas políticas y procedimientos. Hemos de hacer todo lo que sea posible para asegurar que tales pecados no vuelvan a ocurrir en la Iglesia. Hermanos y hermanas, siendo todos miembros de la Familia de Dios, estamos llamados a entrar en la dinámica de la misericordia. El Señor Jesús nuestro salvador es el ejemplo supremo, el inocente que tomó nuestros pecados en la Cruz;

La suave intercesión de nuestra Señora de la Tierna Misericordia es una fuente inagotable de ayuda en nuestro viaje de sanación. Ustedes y todos aquellos que sufrieron abusos por parte del clero son amados por Dios. Rezo para que los restos de la oscuridad que les tocó sean sanados por el abrazo del Niño Jesús, y que al daño hecho a ustedes le suceda una fe y alegría restaurada. reconciliarnos es la esencia misma de nuestra identidad común como seguidores de Jesucristo. Volviéndonos a Él, acompañados de nuestra Madre Santísima a los pies de la Cruz, buscamos la gracia de la reconciliación con todo el Pueblo de Dios. La suave intercesión de nuestra Señora de la Tierna Misericordia es una fuente inagotable de ayuda en nuestro viaje de sanación. Ustedes y todos aquellos que sufrieron abusos por parte del clero son amados por Dios. Rezo para que los restos de la oscuridad que les tocó sean sanados por el abrazo del Niño Jesús, y que al daño hecho a ustedes le suceda una fe y alegría restaurada. Agradezco este encuentro. Y por favor, recen por mí para que los ojos de mi corazón siempre vean claramente el camino del amor misericordioso, y que Dios me conceda la valentía de seguir ese camino por el bien de los menores. Jesús sale de un juicio injusto, de un interrogatorio

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cruel y mira a los ojos de Pedro, y Pedro llora. Nosotros pedimos que nos mire, que nos dejemos mirar, que lloremos, y que nos dé la gracia de la vergüenza para que como Pedro, cuarenta días después

podamos responderle: “Vos sabés que te amamos” y escuchar su voz “Volvé por tu camino y apacentá a mis ovejas” y añado “y no permitas que ningún lobo se meta en el rebaño”. (Vaticano, 7-VII-2014)

SENTIMIENTOS DE PIEDAD —¡NO DE PIETISMO!— Catequesis de S.S. Francisco durante la audiencia general de los días miércoles dedicada al don del Espíritu Santo de Piedad.

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oy queremos detenernos en un don del Espíritu Santo que muchas veces se entiende mal o se considera de manera superficial, y, en cambio, toca el corazón de nuestra identidad y nuestra vida cristiana: se trata del don de piedad. Es necesario aclarar inmediatamente que este don no se identifica con el tener compasión de alguien, tener piedad del prójimo, sino que indica nuestra pertenencia a Dios y nuestro vínculo profundo con Él, un vínculo que da sentido a toda nuestra vida y que nos mantiene firmes, en comunión con Él, incluso en los momentos más difíciles y tormentosos. Este vínculo con el Señor no se debe entender como un deber o una imposición. Es un vínculo que viene desde dentro. Se trata de una relación vivida con el corazón: es nuestra amistad con Dios, que nos dona Jesús, una amistad que cambia nuestra vida y nos llena de entusiasmo, de alegría. Por ello, ante todo, el don de piedad suscita

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Este vínculo con el Señor no se debe entender como un deber o una imposición. Es un vínculo que viene desde dentro. Se trata de una relación vivida con el corazón: es nuestra amistad con Dios, que nos dona Jesús, una amistad que cambia nuestra vida y nos llena de entusiasmo, de alegría. Por ello, ante todo, el don de piedad suscita en nosotros la gratitud y la alabanza. en nosotros la gratitud y la alabanza. Es esto, en efecto, el motivo y el sentido más auténtico de nuestro culto y de nuestra adoración. Cuando el Espíritu Santo nos hace percibir la presencia del Señor y


todo su amor por nosotros, nos caldea el corazón y nos mueve casi naturalmente a la oración y a la celebración. Piedad, por lo tanto, es sinónimo de auténtico espíritu religioso, de confianza filial con Dios, de esa capacidad de dirigirnos a Él con amor y sencillez, que es propia de las personas humildes de corazón. Si el don de piedad nos hace crecer en la relación y en la comunión con Dios y nos lleva a vivir como hijos suyos, al mismo tiempo nos ayuda a volcar este amor también en los demás y a reconocerlos como hermanos. Y entonces sí que seremos movidos por sentimientos de piedad —¡no de pietismo!— respecto a quien está a nuestro lado y de aquellos que encontramos cada

día. ¿Por qué digo no de pietismo? Porque algunos piensan que tener piedad es cerrar los ojos, poner cara de estampa, aparentar ser como un santo. En piamontés decimos: hacer la «mugna quacia». Esto no es el don de piedad. El don de piedad significa ser verdaderamente capaces de gozar con quien experimenta alegría, llorar con quien llora, estar cerca de quien está solo o angustiado, corregir a quien está en el error, consolar a quien está afligido, acoger y socorrer a quien pasa necesidad. Hay una relación muy estrecha entre el don de piedad y la mansedumbre. El don de piedad que nos da el Espíritu Santo nos hace apacibles, nos hace serenos, pacientes, en paz con Dios, al servicio de los demás con mansedumbre. (Vaticano, 28-V-2014) * Para leer otras catequesis de S.S. Francisco acerca de los dones del Espíritu Santo realizadas durante las audiencias generales de los días miércoles ingrese a www.humanitas.cl

EN EL SEGUIMIENTO MINISTERIAL DE JESÚS NO HAY SITIO PARA LA MEDIOCRIDAD Discurso de S.S. Francisco a la comunidad del Pontificio Colegio Leoniano de Anagni.

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osotros, queridos seminaristas, no os estáis preparando para desempeñar una profesión, para convertiros en funcionarios de una empresa o de un organismo burocrático. Tenemos muchos, muchos sacerdotes a mitad de camino. Es un dolor que no hayan logrado llegar a la plenitud: tienen algo de los funcionarios, una dimensión

burocrática y esto no hace bien a la Iglesia. Por favor, estad atentos en no caer en esto. Vosotros os estáis convirtiendo en pastores a imagen de Jesús Buen Pastor, para ser como Él in persona Christi en medio de su rebaño, para apacentar a sus ovejas. Ante esta vocación, podemos responder como María al ángel: «¿Cómo es

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posible esto?» (cf. Lc 1, 34). Convertirse en «buenos pastores» a imagen de Jesús es algo demasiado grande, y nosotros somos demasiado pequeños... ¡Es verdad! Pensaba en estos días en la Misa crismal del Jueves santo y sentí esto, que con este don tan grande, que nosotros recibimos, nuestra pequeñez es fuerte: estamos entre los más pequeños de los hombres. Es verdad, es demasiado grande; pero no es obra nuestra. Es obra del Espíritu Santo, con nuestra colaboración. Se trata de ofrecerse a sí mismo con humildad, como arcilla para ser modelada, para que el alfarero, que es Dios, la trabaje con el agua y el fuego, con la Palabra y el Espíritu. Se trata de entrar en lo que dice san Pablo: «Ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí» (Gal 2, 20). Solo así se puede ser diáconos y presbíteros en la Iglesia, solo así se puede apacentar al pueblo de Dios y guiarlo no por nuestros caminos,

Vosotros, queridos seminaristas, no os estáis preparando para desempeñar una profesión, para convertiros en funcionarios de una empresa o de un organismo burocrático. Tenemos muchos, muchos sacerdotes a mitad de camino. Es un dolor que no hayan logrado llegar a la plenitud: tienen algo de los funcionarios, una dimensión burocrática y esto no hace bien a la Iglesia

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La oración de intercesión, la que hacían esos grandes hombres —Moisés, Abrahán— que luchaban con Dios en favor del pueblo, esa oración valiente ante Dios. Si vosotros —pero esto lo digo desde el corazón, sin ofender—, si vosotros, si alguno de vosotros, no estáis dispuestos a seguir este camino, con estas actitudes y estas experiencias, es mejor que tengáis el valor de buscar otro camino. sino por la senda de Jesús; es más, por la Vía que es Jesús. Es verdad que, al inicio, no siempre existe una total rectitud de intención. Pero yo me atrevería a decir: es difícil que exista. Todos nosotros siempre hemos tenido estas pequeñas cosas que no contaban con la rectitud de intención, pero esto con el tiempo se resuelve, con la conversión de cada día. Pensemos en los Apóstoles. Pensad en Santiago y en Juan, que querían convertirse uno en el primer ministro y el otro en el ministro de economía, porque era más importante. Los Apóstoles no tenían aún esta rectitud, pensaban otra cosa y el Señor con mucha paciencia hizo la corrección de la intención y al final era tal la rectitud de su intención que dieron la vida en la predicación y en el martirio. ¡No os asustéis! «Pero yo no estoy seguro si quiero ser sacerdote para promoción...». «¿Pero


tú amas a Jesús?». «Sí». «Habla con tu padre espiritual, habla con tus formadores, reza, reza, reza y verás que la rectitud de intención irá adelante». Y este camino significa meditar cada día el Evangelio, para transmitirlo con la vida y la predicación; significa experimentar la misericordia de Dios en el sacramento de la Reconciliación. Y esto no dejarlo jamás. Confesarse, siempre. Y así llegaréis a ser ministros generosos y misericordiosos porque sentiréis la misericordia de Dios en vosotros. Significa alimentarse con fe y con amor de la Eucaristía, para alimentar con ella al pueblo cristiano; significa ser hombres de oración, para convertirse en voz de Cristo que alaba al Padre e intercede continuamente por los hermanos (cf. Hb 7, 25). La oración de intercesión, la que hacían esos grandes hombres —Moisés, Abrahán— que luchaban con Dios en favor del pueblo, esa oración valiente ante Dios. Si vosotros —pero esto lo digo desde el corazón, sin ofender—, si vosotros, si alguno de vosotros, no estáis dispuestos a seguir este camino, con estas actitudes y estas experiencias, es mejor que tengáis el valor de buscar otro camino. Hay muchas formas, en la Iglesia, de dar testimonio cristiano y muchos caminos que llevan a la santidad. En el seguimiento ministerial de Jesús no hay sitio para la mediocridad, esa mediocridad que conduce siempre a usar el santo pueblo de Dios para beneficio propio. ¡Ay de los malos pastores que se apacientan a sí mismos y no al rebaño! —exclamaban los profetas (cf. Ez 34, 1-6), ¡con cuánta fuerza!—. Y Agustín toma esta frase profética en su De Pastoribus,

Pero atención a los malos pastores, porque el seminario, digamos la verdad, no es un refugio para las muchas limitaciones que podamos tener, un refugio de deficiencias psicológicas o un refugio porque no tengo el valor de ir adelante en la vida y busco allí un sitio que me defienda. No, no es esto. Si vuestro seminario fuese esto, se convertiría en una hipoteca para la Iglesia. que os recomiendo leer y meditar. Pero atención a los malos pastores, porque el seminario, digamos la verdad, no es un refugio para las muchas limitaciones que podamos tener, un refugio de deficiencias psicológicas o un refugio porque no tengo el valor de ir adelante en la vida y busco allí un sitio que me defienda. No, no es esto. Si vuestro seminario fuese esto, se convertiría en una hipoteca para la Iglesia. No, el seminario es precisamente para ir adelante, adelante por este camino. Y cuando escuchamos que los profetas dicen «¡ay!», que este «¡ay!» os haga reflexionar seriamente sobre vuestro futuro. Pío XI una vez dijo que era mejor perder una vocación que arriesgar con un candidato no seguro. Era alpinista, conocía estas cosas. (Vaticano, 14-IV-2014)

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ASÍ FUE JUAN PABLO II, AUTÉNTICA PIEDRA ANCLADA EN LA GRAN ROCA Homilía de S.S. Francisco durante la celebración de la Santa Misa para la comunidad polaca en acción de gracias por la canonización del Papa Juan Pablo II.

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n el pasaje de los Hechos de los Apóstoles hemos escuchado la voz de Pedro, que anuncia con fuerza la resurrección de Jesús. Pedro es testigo de la esperanza que es Cristo. Y en la segunda lectura también Pedro confirma a los fieles en la fe en Cristo, al escribir: «por medio de Él, creéis en Dios, que lo resucitó de entre los muertos..., de manera que vuestra fe y vuestra esperanza estén puestas en Dios» (1 P 1, 21). Pedro es el punto de referencia firme de la comunidad porque está cimentado en la Roca que es Cristo. Así fue Juan Pablo II, auténtica piedra anclada en la gran Roca. Una semana después de la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II, nos reunimos en esta iglesia de los polacos en Roma, para dar gracias al Señor por el don del santo obispo de Roma hijo de vuestra nación. En esta iglesia a la que él vino más de 80 veces. Siempre venía aquí, en los diferentes momentos de su vida y de la vida de Polonia. En los momentos de tristeza y de abatimiento, cuando todo parecía perdido, él no perdía la esperanza, porque su fe y su esperanza estaban puestas en Dios (cf. 1 P 1, 21). Y así era piedra, roca para esta comunidad, que aquí reza, que aquí escucha la Palabra, prepara para los Sacramentos y los administra, acoge a quien pasa necesi-

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Pedro es el punto de referencia firme de la comunidad porque está cimentado en la Roca que es Cristo. Así fue Juan Pablo II, auténtica piedra anclada en la gran Roca. En los momentos de tristeza y de abatimiento, cuando todo parecía perdido, él no perdía la esperanza, porque su fe y su esperanza estaban puestas en Dios (cf. 1 P 1, 21). dad, canta y hace fiesta, y desde aquí sale hacia las periferias de Roma... Vosotros, hermanos y hermanas, formáis parte de un pueblo que ha sido muy probado en su historia. El pueblo polaco sabe bien que para entrar en la gloria es necesario pasar a través de la pasión y la cruz (cf. Lc 24, 26). Y lo sabe no porque lo ha estudiado, lo sabe porque lo ha vivido. San Juan Pablo II, como digno hijo de su patria terrena, recorrió este camino. Lo siguió de manera ejemplar, recibiendo de Dios un despojamiento total. Por ello «su carne descansa en la esperanza» (cf. Hch 2, 26; Sal 16, 9).


¿Y nosotros? ¿Estamos dispuestos a seguir este camino? Vosotros, queridos hermanos, que formáis hoy la comunidad cristiana de los polacos en Roma, ¿queréis seguir este camino? San Pedro, también con la voz de san Juan Pablo II, os dice: «Comportaos con temor durante el tiempo de vuestra peregrinación» (1 P 1, 17). Es verdad, somos viandantes, pero no errantes. En camino, pero sabemos adonde vamos. Los errantes no lo saben. Somos peregrinos, pero no vagabundos, como decía san Juan Pablo II. Los dos discípulos de Emaús al ir eran errantes, no sabían dónde acabarían, pero a la vuelta no. Al regresar eran testigos de la esperanza que es Cristo. Porque lo habían encontrado a Él, al Viandante Resucitado. Este Jesús es el Viandante Resucitado que camina con nosotros. Jesús está aquí hoy, está aquí entre nosotros. Está aquí en su Palabra, está aquí en el altar, camina con nosotros, es el Viandante Resucitado. También nosotros podemos llegar a ser «viandantes resucitados», si su Palabra caldea nuestro corazón, y su Eucaristía nos abre los ojos a la fe y nos nutre de esperanza y de caridad. También nosotros podemos caminar al lado de los hermanos y hermanas que están tristes y desesperados, y caldear su corazón con el Evangelio,

Vosotros, hermanos y hermanas, formáis parte de un pueblo que ha sido muy probado en su historia. El pueblo polaco sabe bien que para entrar en la gloria es necesario pasar a través de la pasión y la cruz (cf. Lc 24, 26). Y lo sabe no porque lo ha estudiado, lo sabe porque lo ha vivido. San Juan Pablo II, como digno hijo de su patria terrena, recorrió este camino. Lo siguió de manera ejemplar, recibiendo de Dios un despojamiento total. Por ello «su carne descansa en la esperanza» (cf. Hch 2, 26; Sal 16, 9). y partir con ellos el pan de la fraternidad. Que san Juan Pablo II nos ayude a ser «viandantes resucitados». Amén. (Iglesia de San Estanislao, Via delle Botteghe Oscure, Roma, 4-V-2014)

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PANORAMA PAPA FRANCISCO EN TIERRA SANTA Cristo resucitado quiere hacer “de todas sus ovejas, un solo rebaño”

En río Jordan- Jordania.

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En el aeropuerto Ben Gurion.

Papa Francisco besa a un niño desde el papamóvil mientras abandona la Plaza Manger de Belén.

Santa Misa que se llevó a cabo en la Plaza del pesebre de Belén.

Las calles de Amán se engalanan para recibir al Papa Francisco.

HUMANITAS Nº 75 pp. 132 - 187

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Orando al interior de la Gruta Natividad.

Papa Francisco rezando en el rĂ­o JordĂĄn

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Papa Francisco con frailes franciscanos, de la custodia de Tierra Santa.

Papa Francisco con Bartolomé en el Santo Sepulcro. En el muro divisorio en Belén.

Al regreso de Tierra Santa, el Papa Francisco recordó durante la Audiencia General el principal propósito de este viaje: conmemorar el 50 aniversario del encuentro entre Pablo VI y el Patriarca Atenágoras, así como animar a la consecución de la paz en Medio Oriente y confirmar en la fe a las comunidades católicas de esta región. Parte de sus palabras: “El histórico encuentro entre el Papa Pablo VI y el Patriarca Atenágoras, fue la primera vez que un sucesor de Pedro visitó Tierra Santa: Pablo VI inauguraba así, durante el Concilio Vaticano II, los viajes extraitalianos de los Papas en la época contemporánea. Ese gesto profético del Obispo de Roma y del Patriarca de Constantinopla marcó un hito en el camino sufrido pero prometedor para la unidad de todos los cristianos, que desde entonces ha logrado avances significativos. Por esto es que mi encuentro con Su Santidad Bartolomé, amado hermano en Cristo, ha representado el punto culminante de la visita.”

En reunión con los franciscanos, custodios de lugares Santos.

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Papa Francisco visitó Jerusalén a 50 años del abrazo histórico de Pablo VI y Atenágoras

Una grabación involuntaria del encuentro que tardó mil años

A las 21.30 del 5 de enero de 1964 en la delegación apostólica de Jerusalén tuvo lugar el primer encuentro con el patriarca de Constantinopla. El coloquio —publicado por Daniel Ange (“Paul VI, un regard prophétique”, 1979) y vuelto a proponer recientemente por Alfredo Pizzuto (“Paolo VI in Terra Santa”, 2012)— tendría que haber sido privado, pero fue grabado por los micrófonos de la RAI que por un descuido no fueron apagados. PABLO VI: Le expreso toda mi alegría, toda mi emoción. Verdaderamente pienso que este es un momento que vivimos en presencia de Dios. ATENÁGORAS: En presencia de Dios. Lo repito, en presencia de Dios. PABLO VI: Y no tengo otro pensamiento, mientras hablo con Usted, que el de hablar con Dios. ATENÁGORAS: Estoy profundamente emocionado, Santidad. Me vienen las lágrimas a los ojos. PABLO VI: Como este es un verdadero momento de Dios, debemos vivirlo con toda la intensidad, toda la rectitud y todo el deseo… ATENÁGORAS: … de seguir adelante… PABLO VI: … de hacer avanzar los camino de Dios. ¿Vuestra Santidad tiene alguna indicación, algún deseo que yo pueda realizar? ATENÁGORAS: Tenemos el mismo deseo. Cuando me enteré por los periódicos que Usted había decidido visitar este país, surgió inmediatamente en mí la idea de expresar el deseo de encontrarme con Usted aquí y estaba seguro de tener la respuesta de Vuestra Santidad… PABLO VI: … positiva…

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ATENÁGORAS: … positiva, porque tengo confianza en Vuestra Santidad. Yo le veo, le veo, sin adularle, en los Hechos de los Apóstoles. Le veo en las cartas de san Pablo de quien lleva el nombre; le veo aquí, sí, le veo en… PABLO VI: Le hablo como hermano: sepa que yo tengo la misma confianza en Usted. ATENÁGORAS: Pienso que la Providencia eligió a Vuestra Santidad para abrir el camino de los suyos… PABLO VI: La Providencia nos eligió para entendernos. ATENÁGORAS: Los siglos para este día, este gran día… Qué gran alegría en este sitio, qué gran alegría en el Sepulcro, qué gran alegría en el Gólgota, qué gran alegría por el camino que Usted ha recorrido… PABLO VI: Estoy así lleno de impresiones que necesitaré mucho tiempo para hacer emerger e interpretar toda la riqueza de emociones que tengo en el alma. Quiero, sin embargo, aprovechar este momento para asegurarle la total lealtad con la que trataré siempre con Usted. ATENÁGORAS: Lo mismo de mi parte. PABLO VI: No le esconderé nunca la verdad. ATENÁGORAS: Tendré siempre confianza.


PABLO VI: No tengo ninguna intención de desilusionarle, de aprovecharme de su buena voluntad. No deseo otra cosa más que recorrer el camino de Dios. ATENÁGORAS: Tengo una confianza absoluta en vuestra Santidad. PABLO VI: Me esforzaré siempre… ATENÁGORAS: Estaré siempre a su lado. PABLO VI: Me esforzaré siempre por merecerla. Sepa Vuestra Santidad que, ya desde este momento, yo nunca dejaré de rezar, todos los días, por Vuestra Santidad y por las intenciones comunes que tenemos por el bien de la Iglesia. ATENÁGORAS: Se nos ha donado este gran momento; por ello nosotros permaneceremos juntos. Caminaremos juntos. Que Dios… Vuestra Santidad, Vuestra Santidad enviado por Dios… el Papa del gran corazón. ¿Sabe cómo le llamo? O megalòcardos, el Papa del gran corazón.

ATENÁGORAS: De las dos partes… PABLO VI: Y desearía saber qué piensa Vuestra Santidad, Vuestra Iglesia, acerca de la constitución de la Iglesia. Es el primer paso… ATENÁGORAS: Seguiremos sus opiniones. PABLO VI: Le diré lo que creo que es exacto, que deriva del Evangelio, de la voluntad de Dios y de la Tradición auténtica. Lo expresaré. Y si hubiera puntos que no coinciden con su pensamiento acerca de la constitución de la Iglesia… ATENÁGORAS: Lo mismo haré yo… PABLO VI: Se discutirá, buscaremos encontrar la verdad… ATENÁGORAS: Lo mismo de parte nuestra, y estoy seguro de que nosotros estaremos siempre juntos. PABLO VI: Espero, probablemente, que esto sea más fácil de lo que pensamos.

PABLO VI: Somos solo humildes instrumentos.

ATENÁGORAS: Haremos todo lo posible.

ATENÁGORAS: Así debemos mirar las cosas.

PABLO VI: Hay dos o tres puntos doctrinales sobre los cuales hubo, de nuestra parte, una evolución, debido al avance de los estudios, debido al avance de los estudios. Expondremos el porqué de esta evolución y lo presentaremos a su consideración y a la de vuestros teólogos. No queremos introducir nada artificial, accidental, en lo que consideramos nuestro pensamiento auténtico.

PABLO VI: Más pequeños somos, más somos instrumentos; esto significa que debe prevalecer la norma de todas nuestras acciones. Por mi parte permanezco dócil y deseo ser lo más obediente posible a la voluntad de Dios y a ser lo más comprensivo posible hacia Usted, Santidad, hacia sus hermanos y hacia su ambiente. ATENÁGORAS: Lo creo, no tengo necesidad de preguntarlo, lo creo. PABLO VI: Sé que esto es difícil; sé que existen susceptibilidades, una mentalidad… ATENÁGORAS: … que existe una psicología… PABLO VI: Pero sé también… ATENÁGORAS: … de las dos partes… PABLO VI: … que hay gran rectitud y el deseo de amar a Dios, de servir a la causa de Jesucristo. Es en esto que pongo mi confianza. ATENÁGORAS: En esto yo pongo mi confianza. Juntos, juntos. PABLO VI: No sé si este es el momento. Pero veo lo que se debería hacer, es decir, estudiar juntos o delegar a alguien que…

ATENÁGORAS: En el amor de Jesucristo. PABLO VI: Otra cosa que podría parecer secundaria, pero que, en cambio, tiene su importancia: para todo aquello que concierne a la disciplina, los honores, las prerrogativas, estoy totalmente disponible a escuchar lo que Vuestra Santidad crea que sea mejor. ATENÁGORAS: Lo mismo de mi parte. PABLO VI: Ninguna cuestión de prestigio, de primado, que no sea aquello… establecido por Cristo. Pero absolutamente nada que trate de honores, de privilegios. Vemos lo que Cristo nos pide y cada uno ocupa su posición; pero sin alguna humana ambición de prevalecer, de tener gloria, ventajas. Sino de servir. ATENÁGORAS: Cuánto le aprecio en lo profundo del corazón… PABLO VI. …sino de servir.

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AQUELLA PIEDRA, COMO UNA LOSA, DE NUEVO REMOVIDA

El Papa Francisco y el Patriarca Bartolomé besan la losa de la unción, en el Santo Sepulcro de Jerusalén.

Un viaje de palabras sencillas y fulgurantes como rayos, de gestos inesperados, de confianza audaz en Dios, a quien pertenece la última palabra en la historia. El centro de gravedad de esta constelación de gestos y palabras solo podía ser la Basílica del Santo Sepulcro, porque como dijo Francisco ante el Patriarca Bartolomé y los jefes de las Iglesias de Tierra Santa, solo podemos “vivir nuestra vida, los afanes de la Iglesia y del mundo entero a la luz de la mañana de Pascua”. Y del mismo modo que lo imposible arrasó con todos los cálculos al verse removida la pesada piedra de aquel sepulcro, el Señor puede remover todos los obstáculos que ahora nos parecen insuperables. Los sucesores de Pedro y de Andrés se encontraron a las puertas de la Basílica y habían intercambiado un primer abrazo y el beso de la paz entre hermanos. Posteriormente se postraron para besar al unísono la piedra que según la tradición cubrió la tumba en que Jesús fue depositado tras su muerte. “La historia no se puede programar, dijo Bartolomé I en su saludo, pero la última palabra en la historia no le pertenece al hombre sino a Dios”. Afortunadamente. “Hoy nos hemos intercambiado un abrazo de amor para continuar el camino hacia la plena comunión en el amor y en la verdad”, prosiguió el Patriarca de Constantinopla. “El camino puede ser largo y fatigoso… sin embargo es la única vía que nos lleva a cumplir la voluntad del Señor: que todos sean uno”. Francisco pidió acoger la gracia especial de ese momento, redescubrir la grandeza de nuestra vocación cristiana: somos hombres y mujeres de resurrección, no de muerte. “Aprendamos, en este lugar, a vivir nuestra vida, los afanes de la Iglesia y del mundo entero a la luz de la mañana de Pascua. El Buen Pastor, cargando sobre sus hombros todas las heridas, sufrimientos, dolores, se ofreció a sí mismo y con su sacrificio nos ha abierto las puertas a la vida eterna. A través de sus llagas abiertas se derrama en el mundo el torrente de su misericordia… No privemos al mundo del gozoso anuncio de la Resurrección. Y no hagamos oídos sordos al fuerte llamamiento a la unidad que resuena precisamente en este lugar”.

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El Papa no ha ocultado que todavía queda mucho camino por delante para alcanzar la plenitud de comunión que pueda expresarse compartiendo la misma Mesa eucarística, y reiteró la voluntad planteada por Juan Pablo II, y subrayada por Benedicto XVI, de “mantener un diálogo con todos los hermanos en Cristo para encontrar una forma de ejercicio del ministerio del obispo de Roma que, en conformidad con su misión, se abra a una situación nueva y pueda ser, en el contexto actual, un servicio de amor y de comunión reconocido por todos”. Y recordando a las probadas comunidades cristianas del Medio Oriente, se ha referido al “ecumenismo de la sangre”, que posee una particular eficacia para toda la Iglesia. “Aquellos que persiguen a los cristianos por odio a la fe, no les preguntan si son ortodoxos o si son católicos: son cristianos… la sangre cristiana es la misma”, recordó Francisco. Sólo la fe en Cristo Resucitado, Señor de la historia, puede explicar el arrojo mostrado por el papa Francisco ante sus interlocutores musulmanes y judíos, así como su vibrante apuesta por la paz. (Cfr. “Shalom, Paz, Salam”, pág. 612) Ante el gran Muftí de Jerusalén y los miembros del Consejo Supremo Musulmán, Francisco se presentó como un peregrino en la senda de Abraham. “Ante el misterio de Dios todos somos pobres, sentimos que tenemos que estar siempre dispuestos a salir de nosotros mismos, dóciles a la llamada que Dios nos hace, abiertos al futuro que Él quiere construir para nosotros”, les ha dicho fraternalmente. De ahí la invitación a respetarnos y amarnos los unos a los otros, a comprender el dolor del otro, y el llamamiento final para que “nadie instrumentalice el nombre de Dios para la violencia”. Después, en el Memorial de Yad Vashem, el Papa desgranó una oración conmovedora que recordaba necesariamente al discurso del Papa Benedicto en Auswitchz cuando habló del aparente silencio de Dios: “…Acuérdate de nosotros en tu misericordia, danos la gracia de avergonzarnos de lo que, como hombres, hemos sido capaces de hacer, de avergonzarnos de esta máxima idolatría, de haber despreciado y destruido nuestra carne, esa carne que tú modelaste del barro, que tú vivificaste con tu aliento de vida… ¡Nunca más, Señor, nunca más! Aquí estoy, Señor, con la vergüenza de lo que el hombre, creado a tu imagen y semejanza, ha sido capaz de hacer. Acuérdate de nosotros en tu misericordia…”. Una oración acompañada por un gesto histórico, el de un Papa que se inclina ante un anciano superviviente de la Shoah para besarle las manos. Nuestra última mirada en este apretado recorrido es para la celebración eucarística en el Cenáculo. El Papa, visible y comprensiblemente cansado, ha reservado para este momento final algunos de sus temas más queridos. “¡Cuánta caridad ha salido de aquí, como un río de su fuente… todos los santos han bebido de aquí, del Corazón de Cristo, de la Eucaristía, de su Espíritu Santo!”. Francisco nos recuerda que allí, en el Cenáculo, ha nacido una nueva familia, y casi lo deletrea: “la-Santa-Madre-Iglesia-Jerárquica”. Una Iglesia-en-salida desde sus inicios, porque desde aquí se desparramó por el mundo para anunciar la Salvación de Cristo, pero una Iglesia que vive siempre de la memoria del acontecimiento de Cristo, sin dejar atrás ni una coma de cuanto le ha confiado su Señor. “Cualquier esfuerzo de la humanidad contemporánea de modelar su futuro de espaldas a Dios es una vana presunción”, había dicho el Patriarca Bartolomé. “A esta gran familia (la Iglesia) están invitados y llamados todos los hijos de Dios de cualquier pueblo y lengua, todos hermanos e hijos de un único Padre que está en los cielos”, respondió Francisco en su última intervención antes de regresar a Roma. JOSÉ LUIS RESTÁN

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Shalom, Paz, Salam

Encuentro de oración por la paz

El presidente Shimon Peres, el patriarca de Constantinopla Bartolomé I, el Papa Francisco y el líder palestino Mahmud Abbas, tras la oración por la paz.

En el atardecer del domingo 8 de junio de 2014, en los jardines del Vaticano se registró un hecho excepcional: por primera vez en la historia los presidentes de Israel, Shimon Peres y el de Palestina, Mahmud Abbas, se reunieron en el Vaticano por invitación del Papa Francisco para realizar una oración por la paz. Estaba presente también el patriarca de Constantinopla, Bartolomé, y el custodio de Tierra Santa, el franciscano Pierbattista Pizzaballa. El Santo Padre realizó la invitación el 25 de mayo pasado en su viaje a Tierra Santa, cuando en Palestina dijo: ‘Señor presidente Mahmoud Abbas, en este lugar donde nació el Príncipe de la paz, deseo invitarle a usted y al señor presidente Shimon Peres, a que elevemos juntos una intensa oración pidiendo a Dios el don de la paz. Ofrezco mi casa en el Vaticano para acoger este encuentro de oración’. El Santo Padre recibió poco después de las 18 horas,

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en su residencia, la Domus Santa Marta, primero a un presidente y después al otro. Ambos mandatarios se reunieron en el hall de Santa Marta, en donde en un ‘fuera de programa’ se abrazaron. Se les unió el patriarca Bartolomé. Desde Santa Marta juntos se dirigieron hacia el sitio de la celebración: en los jardines del Vaticano, entre la Casina Pío IV y la zona de los Museos Vaticanos. Allí estaban también el rabino Abrahan Skorka y el jeque musulmán Abbud Omar, quienes desde hace años habían emprendido en Buenos Aires este camino de diálogo interreligioso. El inicio del encuentro de oración por la paz comenzó al atardecer, con una apertura musical. “¡El Señor les conceda la paz! Hemos venido a este lugar, israelíes y palestinos; judíos, cristianos y musulmanes, para ofrecer nuestra oración por la paz, por Tierra Santa y por todos sus habitantes”, fue una de las primeras frases de introducción.


El encuentro se realizó en tres momentos (alabanza, perdón, invocación de paz) al que le siguió una conclusión. La oración de la delegación judía El salmo número ocho de David abrió la oración que realizaron los representantes judíos, y a continuación del salmo 147, le siguió el Himno al Omnipotente. Después del intermedio musical se realizó el pedido de perdón recitado en hebraico, seguido por el salmo 25 y el salmo 130. Concluyó con una meditación musical judía. La oración de la comunidad cristiana La comunidad cristiana realizó su plegaria, iniciando con un agradecimiento por la Creación, en inglés, seguido por la lectura del salmo 8 y la lectura del libro de Isaías. “Recemos: Dios Padre Omnipotente, nosotros aquí reunidos, tus hijos judíos, cristianos y musulmanes, te reconocemos a ti como nuestro Creador. Venimos a darte gracias por la belleza y maravilla de tu creación». Le siguió un intermedio musical. Y la segunda parte inició con un pedido de perdón recitado en italiano, con la lectura de una oración de Juan Pablo II: “... Rezamos para que contemplando a Jesús, nuestro Señor y nuestra paz, los cristianos sean capaces de arrepentirse de las palabras y de las actitudes causadas por el orgullo y el odio, por el deseo de dominar a los otros, por la enemistad hacia los miembros de otras religiones y hacia los grupos más débiles de la sociedad, como migrantes e itinerantes. Recemos por todos aquello que han sufrido contra la dignidad humana y por aquellos cuyos derechos han sido pisoteados...”. “Concede que nuestros progenitores, nuestros hermanos y hermanas, y todos nosotros tus servidores que por gracia del Espíritu Santo nos dirigimos

a ti con arrepentimiento sincero, podamos sentir tu misericordia y recibir el perdón de nuestros pecados. Nosotros te lo pedimos por medio de Cristo nuestro Señor. Amén”. Tras una pausa de silencio, prosiguió la oración: “Dios Padre Omnipotente, dónanos la gracia de presentarnos humilmente delante a ti y de implorar tu perdón por haberte ofendido a ti y a nuestros hermanos y hermanas. Nosotros no hemos sido custodios de nuestra creación, especialmente en tu Tierra Santa. Hemos emprendido guerras, realizado violencia, hemos enseñado el desprecio por nuestros hermanos y hermanas, ofendiéndote profundamente a ti, oh Padre de todos nosotros. Dónanos la gracia de empeñarnos nuevamente para ‘actuar con justicia, amar la misericordia, y caminar humildemente con nuestro Dios’, por medio de Cristo nuestro Señor. Amén”. Después de un breve intermedio musical, fue la invocación de paz, en árabe, que inició con la lectura de la oración de san Francisco de Asís: “Señor, haz de mí un instrumento de tu paz...”. La oración de la comunidad musulmana “Sea alabado Dios, que ha creado el cielo y la tierra, que ha convertido las tinieblas en luz, que ha hecho surgir todas las cosas de la nada...”. Así inició la oración, que terminó con el intermedio musical después del cual fue la invocación por la paz, siempre en árabe, que concluyó con una interpretación musical musulmana. El evento concluyó con las palabras del Papa Francisco: shalom, paz, salam. Le siguieron las palabras de los dos presidentes, cada uno de ellos en favor de la paz, con un estrecharse de manos. Entre Francisco, Peres y Abbas plantaron un pequeño árbol de olivo, como deseo de paz entre el pueblo palestino y el israelí.

Leer palabras del Papa Francisco durante el encuentro en pág. 589.

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Papa Francisco celebra misa en el Cenáculo «La Iglesia en salida guarda la memoria de lo que sucedió aquí, el Espíritu Paráclito le recuerda cada palabra, cada gesto, y le revela su sentido», lo afirmó el Santo Padre en la homilía de la eucaristía el 26 de mayo, en la sala superior del Cenáculo. Al iniciar la homilía el Papa agradeció a los patriarcas católicos su presencia en la peregrinación, así como les aseguró su oración por ellos. A continuación, el Santo Padre recordó que se encontraban en el lugar donde «Jesús consumó la Última Cena con los Apóstoles; donde, resucitado, se apareció en medio de ellos; donde el Espíritu Santo descendió abundantemente sobre María y los discípulos». Por ello afirmó que aquí nació la Iglesia, y nació en salida. «Desde aquí salió, con el Pan partido entre las manos, las llagas de Jesús en los ojos, y el Espíritu de amor en el corazón», indicó. El Pontífice explicó que «salir, marchar, no quiere decir olvidar». El Cenáculo nos recuerda el servicio, el lavatorio de los pies, que Jesús realizó, como ejemplo para sus discípulos. Así, subrayó el Papa que «lavarse los pies los unos a los otros significa acogerse, aceptarse, amarse, servirse mutuamente. Quiere decir servir al pobre, al enfermo, al excluido, al que me resulta antipático, al que me molesta». Por otro lado, «el Cenáculo nos recuerda, con la Eucaristía, el sacrificio. En cada celebración eucarística, Jesús se ofrece por nosotros al Padre, para que también nosotros podamos unirnos a Él, ofreciendo a Dios nuestra vida, nuestro trabajo, nuestras alegrías y

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nuestras penas..., ofrecer todo en sacrificio espiritual». Asimismo, Francisco afirmó que el «Cenáculo nos recuerda la amistad», al explicar que el Señor «nos hace sus amigos, nos confía la voluntad del Padre y se nos da Él mismo. Esta es la experiencia más hermosa del cristiano, y especialmente del sacerdote: hacerse amigo del Señor Jesús». El Cenáculo recuerda también la despedida del Maestro y la promesa de volver a encontrarse con sus amigos. «Jesús no nos deja, no nos abandona nunca, nos precede en la casa del Padre y allá nos quiere llevar con Él», indicó el Pontífice. Pero el Santo Padre advirtió que el Cenáculo recuerda también la mezquindad, la curiosidad, la traición. «Y cualquiera de nosotros, y no sólo siempre los demás, puede encarnar estas actitudes, cuando miramos con suficiencia al hermano, lo juzgamos; cuando traicionamos a Jesús con nuestros pecados». Para finalizar, el Obispo de Roma señaló que el Cenáculo recuerda al nacimiento de la nueva familia, la Iglesia, nuestra Santa Madre Iglesia Jerárquica, constituida por Cristo resucitado, cuya Madre es la Virgen María. A esta gran familia están invitados y llamados todos los hijos de Dios de cualquier pueblo y lengua, todos hermanos e hijos de un único Padre que está en los cielos. «De aquí parte la Iglesia en salida, animada por el soplo del Espíritu. Recogida en oración con la Madre de Jesús, revive siempre la esperanza de una renovada efusión del Espíritu Santo», concluyó el Papa.


ECOS DE LAS CANONIZACIONES

San Juan XXIII y San Juan Pablo II

Gracias y Gloria a dos pontífices santos *Gracias y gloria a ti, Papa Juan, que convocando el Concilio Vaticano II diste nuevo impulso de juventud a la Iglesia. Gracias y gloria a ti, Juan Pablo II, que dedicaste tu magisterio a traducir el Concilio Vaticano II en vida de la Iglesia, Pueblo de Dios. *Gracias y gloria a ti, Papa Juan, que en tu primera encíclica, Ad Petri Cathedram (29 de junio de 1959), esbozaste en tres palabras el programa de tu pontificado: “Verdad, unidad, paz”. Gracias y gloria a ti, Juan Pablo II, que con las encíclicas Veritatis splendor (6 de agosto de 1993) y Fides et ratio (14 de septiembre de 1998) diste respuesta al relativismo moral y mostraste la convergencia entre razón y fe en la búsqueda de la verdad. *Gracias y gloria a ti, Papa Juan, que dedicaste tu segunda encíclica, Sacerdotii nostri primordia (1º de agosto de 1959), al culto y al ejemplo del Santo Cura de Ars, en el centenario de su muerte.

Gracias y gloria a ti, Juan Pablo II, que durante el Peregrinaje en Francia, el 6 de octubre de 1986, en Ars, confiaste al Santo Cura el llamado a las vocaciones sacerdotales. *Gracias y gloria a ti, Papa Juan, que en la tercera encíclica, Grata recordatio (26 de septiembre de 1959), invitaste a los fieles a recitar el Rosario para las misiones y para la paz. Gracias y gloria a ti, Juan Pablo II, que con la encíclica Redemptoris Mater (25 de marzo de 1987) comunicaste a los fieles tu amor por la Virgen, y con la carta apostólica Rosarium Virginis Mariae (16 de octubre de 2002) agregaste los Misterios luminosos a la recitación del Rosario. *Gracias y gloria a ti, Papa Juan, que hiciste incluir el nombre de San José en el Canon romano de la Misa. Gracias y gloria a ti, Juan Pablo II, que con la carta apostólica Redemptoris Custos (15 de agosto de 1989) consolidaste las bases teológicas del culto al Padre davídico de Jesús.

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*Gracias y gloria a ti, Papa Juan, que en la cuarta encíclica, Princeps pastorum (28 de noviembre de 1959), diste nuevo impulso a las misiones católicas. Gracias y gloria a ti, Juan Pablo II, que con la encíclica Redemptoris missio (7 de diciembre de 1990) llamaste a todos los fieles a llevar a cabo con valentía las tareas apostólicas implícitas en la vocación bautismal. *Gracias y gloria a ti, Papa Juan, que con Mater et magistra, tu quinta encíclica (15 de mayo de 1961), renovaste la Doctrina Social de la Iglesia. Gracias y gloria a ti, Juan Pablo II, que con las encíclicas Laborem exercens (14 de septiembre de 1981), Sollicitudo rei socialis (30 de diciembre de 1987) y Centesimus annus (1º de mayo de 1991) abriste los horizontes del compromiso social, cultural y político de los católicos con el bien común. *Gracias y gloria a ti, Papa Juan, que el 4 de octubre de 1962 fuiste en peregrinación al Santuario de la Virgen de Loreto y a Asís, y por primera vez desde 1857 un Pontífice salía del Vaticano. Gracias y gloria a ti, Juan Pablo II, que en 104 viajes apostólicos internacionales visitaste 617 ciudades en 129 países, recorriendo 1.162.615 kilómetros para llevar la Palabra de Dios hasta los confines del mundo. *Gracias y gloria a ti, Papa Juan, que en la sexta encíclica, Aeterna Dei Sapientia (11 de noviembre de 1961), con ocasión del XV centenario de la muerte de San León Magno, abogaste por la unidad y catolicidad de la Iglesia y reafirmaste el primado del Sumo Pontífice. Gracias y gloria a ti, Juan Pablo II, que en la encíclica Ut unum sint (25 de mayo de 1995) diseñaste el programa del camino ecuménico hacia la plena comunión en la verdad y en la caridad.

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*Gracias y gloria a ti, Papa Juan, que en la séptima encíclica, Paenitentiam agere (1º de julio de 1962), exhortaste a los fieles a hacer penitencia y acercarse al sacramento de la reconciliación en beneficio de los frutos del Concilio Vaticano II, y para alimentar en todo momento la vida cristiana. Gracias y gloria a ti, Juan Pablo II, que en la encíclica Dives in misericordia (30 de noviembre de 1980) nos presentaste a Dios como el padre bueno de la parábola, que en el sacramento de la Penitencia abraza al pecador arrepentido. *Gracias y gloria a ti, Papa Juan, que dos meses antes de morir, en Pacem in terris, tu octava y última encíclica (11 de abril de 1963), destacaste el carácter central de la persona, la universalidad del bien común, el fundamento moral de la política y la armonía entre fe y razón en la promoción de la paz entre los pueblos. Gracias y gloria a ti, Juan Pablo II, que en tus dos discursos en la Asamblea de la ONU (2 de octubre de 1979 y 5 de octubre de 1995) señalaste directamente a los gobernantes su responsabilidad por la paz y el desarrollo de los pueblos. *Gracias y gloria a vosotros, Papa Juan y Juan Pablo II, Pontífices santos que, con vuestro magisterio y vuestro ejemplo de vida, ilumináis la Iglesia y sois poderosos intercesores para que Cristo Redentor, con la mediación de María, tenga misericordia de los cristianos y de toda la humanidad, hacia la construcción de un mundo justo y pacificado, anticipo del Reino. (Nota editorial de la revista Studi Cattolici N° 638 escrita por su director, Cesare Cavalleri)


JUAN PABLO II EL COHERENTE

Homilía del entonces arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Mario Bergoglio, S.J., pronunciada en la catedral primada, el 4 de abril de 2005, con ocasión de la muerte de Juan Pablo II.

La Virgen María se entronca en esa larga fila de la historia, de hombres y mujeres que le dijeron a Dios que sí y que en su vida llevaron adelante esa actitud obediencial. Una fila de hombres y mujeres que comenzó el día que nuestro padre Abraham salió de su casa sin saber a donde iba. Obedeció y creyó. Y hoy, solemnidad de la Encarnación del Verbo, el Hijo de Dios también comienza este camino histórico. Sale, cabe el Padre, para hacer su voluntad. “Tú no has querido sacrificios ni oblación; en cambio me has dado un cuerpo. Entonces dije aquí estoy. Yo vengo para hacer, Dios, tu voluntad». Y María, a su vez, dice: que se haga en mi según tu voluntad. Actitud obediencial de un caminante, de una caminante, de quien empieza a andar el camino; y en el caso del Señor, actitud obediencial profetizada en Isaías: «mirad, la Virgen está embarazada y dará a luz un hijo y lo llamará con el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios con nosotros». Dios se mete en esta caravana humana, se mete en este camino y sigue avanzando con nosotros y Dios se va metiendo en las hendijas de nuestra existencia, es uno más de los nuestros. El Verbo es ungido, y antes de ser ungido con el aceite de la elección es ungido con nuestra carne “para hacer tu voluntad” y así comienza el camino de Cristo. “Para hacer tu voluntad” y al final en las horas más críticas de su vida, a punto de ser tomado preso, siente esa profunda agonía en la soledad del monte y en la soledad de su corazón: «Padre, que no se haga lo que yo quiero, sino tu voluntad». Coherencia obediencial de una vocación. Coherencia de aquel que se siente llamado y obedece ese llamado y camina según ese llamado, y es uno que camina con nosotros. La cercanía, la projimidad de Dios caminando con nosotros. Yo he sido enviado, he sido ungido con el óleo de la alegría, dice el Señor. Para liberar cautivos, para dar vista a los ciegos, para curar leprosos, para hacer andar a los débiles de rodillas. Ungido para

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caminar junto a toda limitación humana, a todo gozo humano, a toda miseria humana; ungido con la autoridad de servicio de aquel que vino a caminar, a ser Emmanuel, Dios con nosotros, para servir. La actitud obediencial de Cristo: «Me diste un cuerpo y yo dije aquí estoy para hacer tu voluntad» es el meollo de la coherencia, y no digo solo de coherencia cristiana, sino de coherencia humana. Y hoy en esta solemnidad de la Anunciación del Señor celebramos esta coherencia. Dios quiso ser coherente y nos marca el camino de la coherencia. María es coherente y nos marca el camino de la coherencia, hace lo que cree, proclama lo que cree, realiza lo que cree. Y no solo coherencia trascendental, sino dentro de sí misma. Cristo piensa coherentemente porque piensa lo que siente y lo que hace. Siente coherentemente porque siente lo que piensa y lo que hace. Obra coherentemente porque hace lo que siente y lo que piensa. Coherencia obediencial, coherencia transparente, coherencia que no tiene nada que ocultar, coherencia que es pura bondad y que vence al mal con ese bien coherente de haberse ofrecido “para hacer tu voluntad”, le dice al Padre. Y en esta fiesta de la Anunciación del Señor recordamos a otro gran coherente. Decía esta escritora argentina, cuyo texto leímos al comenzar la misa: Con este coherente “termina el siglo XX». Juan Pablo simplemente fue coherente, nunca engañó, nunca mintió, nunca chicaneó. Juan Pablo se comunicó con su pueblo, con la coherencia de un hombre de Dios, con la coherencia de aquel que todas las mañanas pasaba largas horas en adoración, y porque adoraba se dejaba armonizar por la fuerza de Dios. La coherencia no se compra, la coherencia no se estudia en ninguna carrera. La coherencia se va labrando en el corazón con la adoración, con la unción al servicio de los demás y con la rectitud de conducta. Sin mentiras, sin engaños, sin doblez. Jesús dijo de Natanael una vez cuando venía caminando: «Aquí tienen a un israelita derecho, sin doblez». Creo que lo podemos decir de Juan Pablo, el coherente. Pero era coherente porque se dejó cincelar por la voluntad de Dios. Se dejó humillar por la voluntad de Dios. Dejó que creciera en su alma esa actitud obediencial que tuvo nuestro padre Abraham y desde allí todos los que lo siguieron. Recordamos a un hombre coherente que una vez nos dijo que este siglo no necesita de maestros, necesita de testigos, y el coherente es un testigo. Un hombre que pone su carne en el asador y avala con su carne y con su vida entera, con su transparencia, aquello que predica. En el día de la proclamación de esta coherencia obediencial en la encarnación del Verbo miramos a este coherente. Este coherente que por pura coherencia se embarró las manos, nos salvó de una masacre fratricida; este coherente que gozaba tomando a los chicos en brazos porque creía en la ternura. Este coherente que más de una vez hizo traer a los hombres de la calle, acá decimos linyeras, de la Plaza Risorgimento para hablarles y darles una nueva condición de vida. Este coherente que cuando se sintió bien de salud pidió permiso para ir a la cárcel a hablar con el hombre que había intentado matarlo. Es un testigo. Termino repitiendo sus palabras: «Lo que necesita este siglo no son maestros, son testigos». Y en la encarnación del Verbo, Cristo es el testigo fiel. Hoy vemos en Juan Pablo una imitación de este testigo fiel. Y agradecemos que haya terminado su vida así, coherentemente, que haya terminado su vida siendo simplemente eso: un testigo fiel.

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Próxima beatificación

El amor y el dolor del Papa Montini

Los cardenales y obispos miembros de la Congregación para las Causas de los Santos aprobaron en mayo pasado por unanimidad el milagro atribuido a la intercesión del Papa Pablo VI, cuya beatificación será el 19 de octubre próximo, día en que será clausurado el Sínodo extraordinario sobre la familia. El Sínodo quedará bajo el amparo de san Juan Pablo II (a quien Francisco invocó como “Papa de la familia” y del (para entonces) beato Pablo VI, el Papa de la Humanae vitae. ¿Paradoja o designio de la Providencia? Si San Juan XXIII tuvo la intuición profética de convocar el Vaticano II y San Juan Pablo II lo sacó adelante “con la fuerza de un gigante”, es preciso reconocer que Pablo VI fue el auténtico timonel del Concilio, y el hombre que mantuvo firme el rumbo de la barca en medio de la tremenda tormenta que abarca desde finales de los años sesenta hasta prácticamente el final de su pontificado. El cardenal brasileño Moreira Neves confesó haber visto llorar en aquellas circunstancias al Papa Montini. Lloraba como Pedro, pero a diferencia de este, que lo hacía por haber traicionado, él lo hacía por el dolor que le reportó mantenerse fiel. No en vano fueron muchos los que, en aquellos días, huyeron a la desbandada de la cercanía con aquel Papa abierto e intelectual, amigo del mundo moderno y promotor del diálogo. Ciertamente la publicación de la Humanae vitae se coloca en el epicentro de esa espiral de desafecto que sufrió Montini, pero no fue el único motivo. Recordemos su dramática denuncia de que el “humo de Satanás” había entrado en la Iglesia en aquella época de desgarradores disensos, y su respuesta sencilla y apa-

sionada, concentrada en la proclamación del Credo del Pueblo de Dios en junio de 1968. A Joseph Ratzinger le debemos quizás el perfil más intuitivo y profundo sobre el Papa que lo sacó de las aulas para conducirlo al colegio de los apóstoles: “Pablo VI resistió a la telecracia y a la demoscopia, las dos potencias dictatoriales del presente… Pudo hacerlo porque no tomaba como parámetro el éxito y la aprobación, sino la conciencia, que se mide según la verdad, según la fe. Es por esto que en muchas ocasiones buscó el acuerdo: la fe deja mucho abierto, ofrece un amplio espectro de decisiones, impone como parámetro el amor, que se siente en obligación hacia el todo y por lo tanto impone mucho respeto. Por ello pudo ser inflexible y decidido cuando lo que se ponía en juego era la tradición esencial de la Iglesia. En él esta dureza no se derivaba de la insensibilidad de aquellos cuyo camino lo dicta el placer del poder y el desprecio de las personas, sino de la profundidad de la fe, que le hizo capaz de soportar las oposiciones”. También sabemos cuánto ama el Papa Bergoglio a Pablo VI, el Papa de la Encíclica Ecclesiam Suam y de la Exhortación Evangelii Nuntiandi, de las que bebe abundantemente en su predicación y magisterio, y de quien ha tomado una de sus frases más queridas, la que se refiere a “la dulce y confortadora alegría de evangelizar”. Por cierto, con estas palabras de Pablo VI inicia y concluye aquella breve intervención de Bergoglio que sonó como un rayo en las Congregaciones Generales previas al Cónclave del que había de salir el primer Papa argentino. Pero no solo eso, por lo que se refiere a las controversias (que no se han apagado) en torno a

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la Humanae vitae, Francisco se ha mostrado contundente sobre la obra de Montini: “su genialidad fue profética, pues tuvo el coraje de ir contra la mayoría, de defender la disciplina moral, de aplicar un freno cultural, de oponerse al neomaltusianismo presente y futuro”. Me parece que con la beatificación de Pablo VI quedará más completa la imagen de estos últimos cincuenta

años de vida de la Iglesia, una imagen que reclama necesariamente la pasión, el dolor, la inteligencia y la sufrida fidelidad de un hombre llamado Juan Bautista Montini, que en su meditación ante la muerte confesaba: “Puedo decir que siempre la he amado... y que para ella, no para otra cosa, me parece haber vivido. Pero quisiera que la Iglesia lo supiese». Lo sabemos y lo contamos. JOSÉ LUIS RESTÁN Páginas Digital

Oración para pedir por la propia fe Una fe libre, cierta, fuerte, alegre, activa y humilde Yo creo, Señor; yo quiero creer en ti. Señor, haz que mi fe sea plena, sin reservas y que penetre mi pensamiento y mi manera de juzgar las cosas divinas y las cosas humanas. Señor, haz que mi fe sea libre, que tenga el concurso personal de mi adhesión, que acepte las renuncias y los deberes que comporta y que sea fina expresión del estilo de mi personalidad; yo creo en ti, Señor. Señor, haz que mi fe sea cierta, cierta por una coherencia entre las pruebas exteriores, y los testimonios interiores del Espíritu Santo. Cierta por su luz que asegure, por sus conclusiones que tranquilicen, por su asimilación que descanse.

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Señor, haz que mi fe sea fuerte, que no se asuste ante la contradicción de los problemas que llenan la experiencia de nuestra vida, ávida de luz; que no tema la oposición de quienes la discuten, la impugnan, la rechazan, la niegan, sino que se robustezca en la prueba íntima de tu Verdad, se estrene en el roce de la crítica, se corrobore en la afirmación continua y remonte las dificultades dialécticas y espirituales, en medio de las cuales discurre nuestra existencia temporal. Señor, haz que mi fe sea alegre, que dé paz y sosiego a mi espíritu y que lo disponga a la oración con Dios y a la conversación con los hombres, para que irradie en estas relaciones sagrada y profana la felicidad interior de tu presencia.


Señor, haz que mi fe sea activa, y que ella dé a la caridad un motivo de su expansión moral de modo que ella constituya una verdadera amistad contigo y que en las obras, en el sufrimiento, en la espera de la revelación final, suponga una continua búsqueda de ti, un testimonio continuado, un alimento ininterrumpido de la esperanza.

Señor, haz que mi fe sea humilde, y que no tenga la presunción de fundarse sobre la experiencia de mi pensamiento y de mi sentimiento, sino que más bien se rinda al testimonio del Espíritu Santo y que no tenga otra ni mejor garantía que la docilidad de la Tradición y la autoridad del Magisterio de la Iglesia.

Oración por la fe, escrita en octubre de 1968, proclamado por S.S. Pablo VI Año de la Fe

Las virtudes de Pablo VI

Hacia la Beatificación del Papa Montini

Fallecido Pablo VI el día de la fiesta de la Transfiguración del Señor, 6 de agosto de 1978, precisamente su fiesta preferida según cuentan los que le conocieron, no habían pasado ni dos años cuando el entonces obispo de Brescia, Mons. Luigi Morstabilini, comenzaba a dar los primeros pasos dirigidos hacia la posible Canonización de tan insigne hijo de aquellas tierras. Para ello, pidió consejo al cardenal Agostino Casaroli, entonces Secretario de Estado del Vaticano, el cual, tras consultar a la Congregación para las Causas de los Santos, respondió en modo totalmente favorable. El siguiente paso fue consultar al clero de Brescia, a la conferencia de los obispos de Lombardía y a la Conferencia Episcopal Italiana. Todas las respuestas fueron ampliamente positivas y a ellas se unió la petición unánime de la Conferencia Episcopal de Latino América, presidida entonces por el cardenal Antonio Quarracino. Comenzaron así a moverse —entonces más lentamente, hoy en forma mucho más ligera— los pasos previos que llevarían años después al

Proceso de Canonización, que conllevó el interrogatorio de numerosos testigos: En Roma 63, en Milán 71 y en Brescia 58, entre ellos gran número de cardenales, obispos, sacerdotes, religiosos y seglares. Solo a modo de ilustración, nótese que fueron interrogados bastantes más que en el Proceso de Juan Pablo II. La aprobación por parte de los médicos de la Congregación de los Santos de un milagro que llevaría al Venerable Papa Pablo VI a la Beatificación consistió en la curación de un feto en el seno materno, lo cual no deja de tener especial significado, siendo Pablo VI el gran profeta de la vida humana por su encíclica Humanae Vitae, que tanto le hizo sufrir. Al acercarnos al Proceso de Pablo VI observamos que la heroicidad de sus virtudes ha sido aprobada por los teólogos y los prelados correspondientes con una unanimidad que no obtuvieron en su día otros Pontífices, un consenso casi laudatorio, lo cual se ha debido en gran parte al buen hacer de los Postuladores de la Causa —primero el P. Molinari sj., después

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el P. Marrazzo cssr— que han allanado el camino planteando todas las posibles dificultades y buscando las respuestas, sin ocultar los problemas que siempre hay cuando se trata de alguien que se dedicó por tantos años a labores de gobierno y obviamente no siempre contentó a todos. Pero la imagen más certera de Pablo VI la han transmitido en el Proceso aquellos que mejor lo conocieron, sus más íntimos colaboradores, los cuales hablan de él como un hombre lleno de Dios que tuvo que vivir y gobernar la Iglesia en unos momentos muy difíciles, sea por los cambios internos de la misma, sea por las circunstancias del mundo en aquellos años. Los testigos hablan todos de dichos sufrimientos. Así, por ejemplo, el también Siervo de Dios cardenal Pironio: «Creo que ha sido el Papa que más ha sufrido en este siglo. Soy testigo, como predicador de sus ejercicios en 1974 y como colaborador íntimo suyo de 1975 a 1978, de sus sufrimientos morales y espirituales. Las dificultades provenían de dentro de la Iglesia, de miembros de la Curia Romana, pero siempre lo vi firme y confiado, abandonado en las manos de Dios. Pablo VI vivió la ‘gran tribulación’ del postconcilio, pero siempre con serenidad y fortaleza. Creo que sus dos sufrimientos mayores fueron las secularizaciones de sacerdotes y la no comprensión y recta aceptación del Concilio» Pero, en medio de tanta dificultad, añade el purpurado argentino: «Su vida y su ministerio manifiestan a un hombre de profunda oración, de particulares experiencias contemplativas, de especial penetración de las Escrituras y los misterios de la Fe. Y lo definiría como un ‘vir contemplativus continuo a Spiritu Sancto ductus’» Otro de sus grandes colaboradores, el entonces vicario para la diócesis de Roma, cardenal Ugo Poletti, habla en términos parecidos: «Si hay que subrayar una característica de su pontificado, es el continuo crecimiento de amor y dolor por la Iglesia y por toda la humanidad, alimentado de fe y sabiduría. En el ámbito de la Curia y de la Iglesia, su pontificado fue todo fe, amor, servicio y dolor. Creo poder afirmar que, por lo menos en los últimos diez años de su pontificado, lo vivió todo en una atmósfera espiritual interior que le ayudaba a ver todo ‘sub specie aeternitatis’, con un estilo de oración y ofrecimiento que solamente podían provenir de su íntima unión con Dios»

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Sobre la profundidad de su vida espiritual, una dirigida espiritual suya durante muchos años nos habla de su vida de oración: «Se puede decir, sin sombra de duda, que además de ser un gran maestro de oración, era en su misma vida una oración viviente; era una llama siempre luminosa porque estaba alimentada con esa relación con Dios que es la oración y quien acudía a él acerca de ella quedaba siempre iluminado y enfervorecido» Los testigos van desgranando una por una las virtudes de este gran Pontífice, entre las que destacan su fe indestructible y su caridad pastoral. Muchas serían las anécdotas que podríamos reproducir, pero nos quedamos con esta de Mons. Rigali: «Entre los aspectos de su personalidad que siempre he admirado porque los viví en primera persona, sobre todo en las audiencias privadas en las que hacía de intérprete del inglés, puedo afirmar que están su grandísima caridad pastoral y su profunda claridad apostólica. Recuerdo la audiencia privada concedida al obispo anglicano que era el Secretario de la Comunión Anglicana, el cual apoyaba basándose según él en la Sagrada Escritura, el sacerdocio femenino. Pablo VI lo escuchó con paciencia y con actitud caritativa, pero al final reaccionó con firmeza y me pidió traducir al interlocutor estas palabras: ‘Esto no lo puedo aceptar, porque me llamo Pedro, lo cual quiere decir absoluta fidelidad a Jesucristo’. El prelado anglicano salió muy impresionado por la fuerza de las palabras del Papa y me repitió varias veces: ‘¡Qué hombre!, ¡qué hombre!» El que fue su secretario personal, Mons. Magee, nos habla de las manifestaciones de esa caridad pastoral para con los equivocados e incluso los malintencionados: «Un día le dije: ‘Santidad, veo que usted perdona siempre’ y él me respondió: ‘Sí, tenemos que perdonar a los demás, es lo primero que hay que hacer cuando se ve algo que no es recto, también en los ambientes vaticanos’. Nunca tenía palabras de condena hacia nadie, intentaba buscar justificaciones. Una vez me dijo: ‘Mira, para un sacerdote esta debe ser siempre la primera virtud porque es el dispensador de la misericordia de Dios. Nosotros debemos sentir los primeros la obra del perdón de Dios dentro de nosotros. Yo no debo condenar a nadie, soy ministro del perdón» Los testigos del Proceso de Canonización de Papa Montini no han omitido el hablar de las críticas que


se le dirigían, como nos cuenta un colaborador suyo en Milán, Mons. Pizzagalli: «Las críticas, muy superficiales, que venían de los que no le conocían bien, eran sobre su seriedad y recogimiento, pues raramente sonreía. Cuando partió para el cónclave, le dije a Mons. Macchi: ‘será elegido Papa, pero recomiéndele que sonría un poco más’. Parece una banalidad, pero lo hacía porque me sentaba mal que no se le reconociese su bondad de ánimo, sus sentimientos exquisitos, pues merecía ser alabado por todos. Su aparente seriedad excesiva me dolía porque no correspondía con la realidad» Sobre su seriedad nos habla también Mons. Macchi: «Pablo VI, a diferencia de cómo aparecía en los mass-media que lo han querido presentar como un personaje triste, angustiado o parecido a Hamlet, fue en realidad un hombre de gran sencillez, humildad y serenidad interior. No creo que haya perdido nunca la paz. Evidentemente no podía tener siempre la sonrisa en los labios, entre otras cosas porque las dificultades eran tantas que era fácil aparecer serio, pero él sabía que uno es el que siembra y otro el que recoge.» Hombre sereno, «acostumbrado al sufrimiento»,

fue criticado por su supuesta debilidad en el gobierno de la Iglesia, sobre todo en ciertos momentos más espinosos, pero en el Proceso de Canonización han salido a la luz sus actuaciones firmes en el Concilio Vaticano II (véase el artículo del blog «Temas de historia de la Iglesia» llamado «Juan concibió el Concilio, Pablo lo dio a luz»), ante el Catecismo Holandés, en la publicación de la Humanae Vitae, etc., a veces en contra de grandes personalidades de la Iglesia, incluso de enteros episcopados y, por supuesto, en contra normalmente de los mass-media. Sin duda en los 15 años de pontificado hubo otras actuaciones menos firmes, pero sus colaboradores han insistido que no fue por debilidad, sino por intentar salvar lo salvable cuando se trataba de personas. Para concluir —aunque se podría decir mucho más, son tres, gruesos volúmenes de declaraciones de los testigos— puede repetirse la expresión de Mons. Luigi Giussani cuando le preguntaron sobre la posibilidad de beatificar a Pablo VI. Respondió: «¿Beatificar a Pablo VI? Pues si no le beatifican a él, ¿a quién van a beatificar?». Adaptado de Alberto Royo en Infocatólica

Romano Guardini LA REFERENCIA A LA VERDAD

Guardini habla de las enfermedades del espíritu. El Espíritu se encuentra en relación con los valores absolutos de la verdad, del bien y de lo justo, es decir, con los valores que trascienden el ámbito de la utilidad. Si pierde su referencia a estos valores, termina enfermándose. La más radical es la referencia a la verdad. Si la perdemos, nuestro intelecto pierde su apertura reflexiva al ser, lo cual deteriora la capacidad de amar el bien y de ser justos. “Esto

mismo no sucede cuando el espíritu cae en el error, ya que en ese caso estaríamos todos enfermos, puesto que todos nos equivocamos, ni cuando miente, ni siquiera cuando miente con frecuencia, sino cuando pierde radicalmente la referencia a la verdad. Cuando pierde el deseo de alcanzar la verdad y su responsabilidad en relación con la misma, renunciando a la distinción entre lo que es verdadero y lo que es falso, entonces el espíritu se enferma”. (R. Guardini, La existencia del cristiano, Madrid, BAC, 1997, 459). * De La Civiltá Cattolica n ° 3928. Diego Fares.

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CONFERENCIA MEDELLÍN:

PABLO VI, DEFENSOR DE LA VIDA “Hemos tenido que decir una buena palabra, aunque grave, en defensa de la honestidad del amor y de la dignidad de la familia con nuestra reciente Encíclica [Humanae vitae]. La gran mayoría de la Iglesia la ha recibido favorablemente con obediencia confiada, aun comprendiendo que la norma por Nos reafirmada comporta un fuerte sentido moral y un valiente espíritu de sacrificio. Dios bendecirá esta digna actitud cristiana. Esta no constituye una ciega carrera hacia la superpoblación; ni disminuye la responsabilidad ni la libertad de los cónyuges a quienes no prohíbe una honesta y razonable limitación de la natalidad; ni impide las terapéuticas legítimas ni el progreso de las investigaciones científicas. Esa actitud es una educación ética y espiritual, coherente y profunda; excluye el uso de aquellos medios que profanan las relaciones conyugales y que intentan resolver los grandes problemas de la población con expedientes excesivamente fáciles; esa actitud es, en el fondo, una apología de la vida que es don de Dios, gloria de la familia, fuerza del pueblo. “Os exhortamos, Hermanos, a comprender bien la importancia de la difícil y delicada posición que, en homenaje a la ley de Dios, hemos creído un deber reafirmar; y os rogamos que queráis emplear toda posible solicitud pastoral y social a fin de que esa posición sea mantenida, como corresponde a las personas guiadas por un verdadero sentido humano”.

Discurso inaugural de la II Conferencia general del Episcopado Latinoamericano, conocida como la Conferencia de Medellín, 28 de agosto de 1968.

Siervo de Dios, Papa Pablo VI (+ 1978), que será beatificado por el Papa Francisco el próximo domingo 19 de octubre, al clausurar la primera etapa del Sínodo de la Familia.

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Día del Sagrado Corazón 126 años de la Universidad Católica El viernes 27 de junio se realizó en el Salón Cardenal Juan Francisco Fresno del Centro de Extensión la celebración del Día del Sagrado Corazón, festividad central en la vida de la Pontificia Universidad Católica de Chile que lo invoca como su patrono. La ceremonia, convocada por el arzobispo de Santiago y Gran Canciller de la Universidad, cardenal Ricardo Ezzati, y por el rector Ignacio Sánchez, se inició con una misa, continuó con el reconocimiento a profesores y finalizó con la cuenta anual de rectoría 2013. A continuación apartes de la cuenta del rector Dr. Ignacio Sánchez Díaz (el texto completo puede leerse en www.humanitas.cl)

Respecto del rol público y del pluralismo de la UC señaló: “De manera clara, quisiera recalcar que el sistema de educación superior está llamado a reflejar la diversidad de Chile, como corresponde a una sociedad democrática. Ello significa que cada institución, con pleno respeto a su identidad, a la dignidad y a los derechos fundamentales de los ciudadanos y con sistemas de selección accesibles por igual a todos, tiene derecho a manifestar y promover en la esfera de la cultura las formas de vida que estima valiosas y el proyecto educativo que estima mejor para el país. Esa diversidad no es un defecto que haya que tolerar, sino todo lo contrario, una virtud que el país necesita cuidar. “En relación al pluralismo y la pluralidad de proyectos, es importante recordar aquí que el sistema de educación superior del Consejo de Rectores tiene, desde hace años, un sistema único de admisión, sus universidades reciben estudiantes de todas las procedencias educacionales (la nuestra con casi un 40% del sector municipal y subvencionado), se respeta la libertad de cátedra y existe carrera académica de estándares internacionales. En esto, transitamos de manera conjunta universidades estatales y todas las de vocación pública, proponiendo, desde la academia, múltiples proyectos que son un real aporte y compromiso con el país. Así, el pluralismo y la pluralidad que el país requiere es la libre expresión de todos los proyectos universitarios que aporten al desarrollo de las personas y de la nación. El que existan diferentes proyectos y visiones, es claramente un valor. Requerimos que distintas voces aporten al coro de nuestro país y que los estudiantes y las familias puedan elegir la institución,

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para aportar con libertad y respeto a la identidad propia. “Quisiera destacar un breve párrafo del discurso inaugural pronunciado por Andrés Bello en la instalación de la Universidad de Chile el 17 de septiembre de 1843, en que señala que ‘El fomento de las ciencias eclesiásticas, destinado a formar dignos ministros del culto, y en el último resultado a proveer a los pueblos de la república de la competente educación religiosa y moral, es el primero de estos objetos y el de mayor trascendencia’. ‘Si importa el cultivo de las ciencias eclesiásticas para el desempeño del ministerio sacerdotal, también importa generalizar entre la juventud estudiosa, entre toda la juventud que participa de la educación literaria y científica, conocimientos adecuados del dogma y de los anales de la fe cristiana.’ Este es un interesante ejemplo de pluralidad y pluralismo que debiera considerarse en el momento actual del debate en Educación Superior.” En relación con la identidad católica declaró: “Las universidades católicas son una ‘comunidad académica que, de modo riguroso y crítico, contribuye a la tutela y desarrollo de la dignidad humana y de la herencia cultural mediante la investigación, la enseñanza y los diversos servicios ofrecidos a las comunidades locales, nacionales e internacionales’ (ECE 12). En este contexto, un aspecto propio y específico de su identidad católica, en el concierto general de las universidades, es que su tarea la realizan inspiradas y a la luz del mensaje cristiano.” Previo a finalizar la cuenta, consideró importante referirse a los desafíos de una Universidad católica al momento de diseñar e implementar su proyecto educativo: “En este sentido el Papa Francisco recientemente


nos indicaba que ‘las instituciones educativas católicas ofrecen a todos una propuesta educativa que mira el desarrollo integral de la persona y responde al derecho de todos a tener acceso al saber y al conocimiento. Pero de igual modo están llamadas a ofrecer a todos, con pleno respeto de la libertad de cada uno y de los métodos propios del ambiente escolástico, la propuesta cristiana, es decir, a Jesucristo como sentido de la vida, del cosmos y de la historia’. “A la luz de lo anterior, se hace necesario que fortalezcamos nuestra identidad, ofreciendo a los jóvenes una educación integral y un acompañamiento en el descubrimiento de su libertad personal; debemos ser una verdadera comunidad de vida, acogedora y con una perspectiva de esperanza basada en el evangelio; debemos propiciar el diálogo, con una visión abierta y propiciando una educación integral; ya que educar es mucho más que instruir. Debemos manifestar la felicidad que nos da la identidad católica de nuestra universidad. “Y quien dice educación y universidad, dice formación, o sea no sólo la instrucción de cómo hacer o qué hacer, sino más profundamente por qué hacer lo que se hace. Esta pregunta por el porqué es la pregunta por el sentido de la educación.” Respecto a la defensa de la vida subrayó: “En esta propuesta cristiana de la que nos habla el Papa Francisco, la dignidad del hombre, entendido en su calidad de ser creado a imagen y semejanza de Dios, es el centro. Nada que tenga relación con la vida nos puede ser, por tanto, ajeno o indiferente.

“El derecho a la vida, sin limitaciones, es inviolable e indisponible. Debe ser promovido, respetado y garantizado desde la concepción hasta la muerte natural. La persona y la vida humana están íntimamente vinculadas. Desde el inicio mismo de la vida, todos estamos llamados a que se nos reconozca y a reconocer la dignidad como un valor intrínseco a toda vida humana. Es con esa mirada que esperamos respetar, proteger y cuidar de manera particular a los más frágiles durante todo su ciclo vital, otorgándoles condiciones de vida propias a su dignidad. Es en la simpleza del nacimiento en un pesebre de Belén que el mundo cambió. “Nuestro país tiene un gran desafío frente a las voces que cada cierto tiempo levantan el tema del aborto. La propuesta es proteger, cuidar y fomentar el valor de la vida. En una sociedad que va en camino a un mayor desarrollo integral de sus habitantes, en la que se aboga por el derecho de las personas a contar con mejor salud, educación, vivienda, trabajo y otras necesidades propias de todo ser humano, no se puede dejar de poner en el centro, como una prioridad fundamental de la sociedad, el valor y el derecho a la vida, desde su concepción hasta su término natural. La vida humana es un bien, es un don sagrado, el que tenemos que cuidar independiente de la capacidad intelectual de la persona, de sus conocimientos, habilidades, condiciones físicas o de sus características. Es con esta mirada que debemos respetar y proteger de manera particular a los más frágiles durante todo su ciclo vital, otorgándoles condiciones de vida propias a su dignidad.”

Pedro Morandé Court Premio Carlos Casanueva UC

Durante el acto celebrativo del Día del Sagrado Corazón y de los 126 años de la Pontificia Universidad Católica de Chile, se entregó el Premio Monseñor Carlos Casanueva en reconocimiento a la trayectoria universitaria, al profesor Pedro Morandé, de la Facultad de Ciencias Sociales. El profesor Morandé fue por muchos quinquenios Decano de la Facultad de Ciencias Sociales de esta Universidad, a la que sirvió también en el cargo de Prorrector. Es miembro del Comité Editorial de HUMANITAS desde su fundación en 1995 y ha colaborado abundantemente a lo largo de estos diecinueve años a enriquecer el contenido de esta revista.

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PLURALISMO Y «PLURALISMO LIMITADO» A propósito del debate educacional, en lo tocante a las universidades, ha salido a colación una distinción relativamente novedosa entre pluralismo puro y duro y «pluralismo limitado». En la superficie parece una argumentación fundada y verdadera; si ahondamos en las premisas, nos salta a la vista la inconsistencia, que descubre en el fondo uno o varios sofismas, por no decir cierta demagogia. Es de toda evidencia que el pluralismo es un concepto que se puede declinar de diferentes formas. Hay personas pluralistas y otras que no lo son; lo mismo ha de decirse de instituciones de diversa naturaleza, así como de sociedades. Sobre todo habría que hablar de contextos culturales pluralistas o no pluralistas, sin siquiera tener que llegar, por los segundos, a la consideración de los extremos totalitarios del mundo contemporáneo, según lo puede ponderar cualquier historiador ecuánime A la luz de lo anterior, ser pluralista o no serlo, dependerá de una serie de matices. Sin embargo, de lo que no habrá jamás de depender —pues significaría, en lugar de pluralismo, una forma de nihilismo o de simple vaciamiento— es de la renuncia a la propia identidad, sea personal o institucional. Hasta hoy, principalmente en las regiones orientales del mundo, prevalecen culturas que rechazan el pluralismo. En Occidente, no solo como lección de inmensas tragedias, así las dos guerras mundiales del siglo XX, sino que bajo la influencia de una idea del hombre inspirada por el cristianismo que lo entiende como ser libre e igual en esencia con sus semejantes, el desarrollo del pluralismo ha tenido características muy distintas. Mucho más allá de los avatares políticos, el propio nacimiento de la cultura occidental tuvo su origen en el mestizaje plural de la cultura grecorromana, la judía y la cristiana. Contemporáneamente, discerniendo el fin del régimen de cristiandad y el nacimiento de un mundo nuevo, en el que gravitan otros espacios que el europeo, como el que brota después de las guerras mundiales, la misma Iglesia, a partir del Vaticano II, desarrolla una gigantesca labor pluralista y ecuménica en lo religioso. Con Juan Pablo II y Benedicto XVI esta llega a un cenit en los encuentros interreligiosos de Asís, donde este último pontífice integra incluso a los «ateos en búsqueda». No obstante, como señaló hace poco el presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, cardenal Tauran, «el diálogo interreligioso es el antídoto al relativismo», siendo fundamental para que este pueda llevarse a cabo «profesar la propia fe» y «conocer la propia identidad». El pluralismo no puede así consistir en la disolución de la identidad de las partes, equiparándose con un vulgar relativismo. Habrá diferentes puntos de partida, y el de las personas con convicciones profundas de fe o razón (o de ambas), que se congreguen para una tarea como la educacional, consistirá esencialmente en el respeto de la persona humana y de su capacidad de elegir. Nunca, en cambio, en la renuncia a su convicción personal o societaria, ni al deber de comunicarla que se asume por amor a la verdad y para enriquecimiento del conjunto de la sociedad, incluso de los que no la comparten, beneficio que estos perderían si dicha acción no se ejerciese. El genuino pluralismo es, pues, lo contrario del relativismo. Por sus visibles empobrecedoras consecuencias, es a este, en cambio, al que habría que calificar de «pluralismo limitado». Ello aun teniendo que acudir a un concepto muy laxo de pluralismo. JAIME ANTÚNEZ ALDUNATE Artículo publicado originalmente en el diario El Mercurio, 26.IV.14

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IN MEMORIAM

EL ITINERARIO DE MONSEÑOR ANTONIO MORENO

Nació en Santiago el 7 de julio de 1927, hijo de Antonio Moreno y María Casamitjana, llegados ambos desde España; tuvo posteriormente un hermano y tres hermanas, que lo siguieron. La familia vivió en un barrio modesto, alrededor de Mapocho y Matucana. El primer trabajo de don Antonio fue en la panadería ubicada en la esquina de Avenida Vicuña Mackenna esquina de Santa Isabel. El deporte fue característico de él durante años. Cabe mencionar especialmente su práctica del andinismo. Lo muestra como ejemplo el ascenso al Aconcagua, en cuya cima celebró la Santa Misa. También hizo mucho uso de la moto: cabe mencionar, entre otros, el viaje que hizo por tierra desde Santiago hasta Punta Arenas. La educación básica y media monseñor Moreno la recibió en el Instituto Alonso de Ercilla, a cargo de los Hermanos Maristas, que formaban con solidez y disciplina, que en buena proporción se la transmitieron. La parroquia de don Antonio, durante su juventud, fue Nuestra Señora de Andacollo y su párroco el padre Vicente Ahumada, caracterizado por su aprecio a la liturgia. De esta parroquia surgieron varias vocaciones sacerdotales. Con posterioridad a su Educación Media ingresó al Seminario Pontificio, cuyo rector era entonces monseñor Escudero y su ubicación, la actual calle Seminario. Sus estudios los concluyó con el grado de Licenciatura en Teología en la Pontificia Universidad Católica de Chile y recibió la ordenación sacerdotal el 4 de diciembre de 1949, siendo arzobispo de Santiago monseñor José María Caro. En 1955 fue enviado al Instituto Bíblico de Roma, donde contó con profesores muy destacados, como el cardenal Agostino Bea. En el Instituto alcanzó el grado de Licenciatura en Sagradas Escrituras. Posteriormente se trasladó a L’Ecole Biblique et Archéologique en Jerusalén, con profesores como Stanislas Lyonnet y otros de semejante nivel. Cabe aquí recordar —a propósito de sus hábitos deportivos ya señalados— que viajo en moto desde Roma a Jerusalén y que en ese medio de transporte recorrió también ampliamente Tierra

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Santa. Vuelto a Santiago, se incorporó a la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica, en la cual enseñó establemente Sagrada Escritura. Escribió 25 artículos en la revista “Teología y Vida”, de esa Facultad, entre los cuales cabe destacar: “El misterio de la Palabra de Dios”, Teología y Vida 1 (1960) 21-28 “¿Jesús admite el divorcio?”, Teología y Vida 2 (1960) 102-106 “La historia en el Antiguo Testamento, género literario”, Teología y Vida 2 (1961) 162-177 Paralelamente a su actividad docente, desempeñó una acción pastoral en la Población José María Caro. Conjugó yendo cada seis meses a la Rolecha, de Puerto Montt, donde se identificó con sus habitantes y ellos con él. Pablo VI, en el Motu proprio de 1971, lo incorporó a la Comisión Pontificia Bíblica, mostrando así el alcance universal del trabajo académico de quien luego sería obispo. En efecto, el 9 de julio de ese año fue ordenado como auxiliar de Santiago y designado Vicario de la Zona Norte de Santiago. En 1991 el Papa Juan Pablo II lo nombró arzobispo de la Arquidiócesis de la Santísima Concepción. El 10 de julio de 1991 fundó la Universidad Católica de la Santísima Concepción, incluyendo en ella una Facultad de Teología. Tuvo el celo de seguirla siempre de cerca, durante los varios años que estuvo a cargo de la Arquidiócesis. Al renunciar a su gobierno pastoral se trasladó primero a Santiago, donde colaboró con la mayor sencillez en las parroquias de San Rafael y de San Isidro, ambas en la calle Av. Matta. Podemos resumir el legado de monseñor Moreno apoyándonos en sus propias palabras, tomadas del salmo 89: “Anunciaré tu verdad”. Don Antonio vivió para aprender la verdad comunicada por Dios y después enseñarla: en sus clases, sin parar, en especial en la Facultad de Teología; en sus predicaciones en las misas; en sus servicios pastorales, especialmente en barrios modestos. ¿No es un gran legado para nosotros, los sacerdotes? PEDRO DE LA NOI, Pbro

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NUEVA ABADESA MADRE ALEJANDRA IZQUIERDO MENÉNDEZ

BENDICIÓN ABACIAL EN MONASTERIO DE LA ASUNCIÓN DE SANTA MARÍA, RENGO, CHILE

El sábado 31 de mayo de 2014, día de la Visitación de la Virgen María a su prima Santa Isabel, presenciamos una de las ceremonias más significativas y emocionantes que pueden existir en el mundo religioso en nuestro país. En el Monasterio de la Asunción de las monjas Benedictinas de Rengo, fue bendecida su primera abadesa, la hermana Alejandra Izquierdo Menéndez, chilena y artista, que desde 1983 decidió dedicar su vida a Cristo, según la regla de San Benito. Habiendo hecho su noviciado en el Monasterio de San Pelayo de Oviedo, España (que data del s. IX), junto a otras cinco postulantes chilenas, volvió al país a incorporarse a la nueva comunidad, instalada en las antiguas casas de Mendoza (1655), ubicadas poco más al norte de Rengo. La fundación chilena nace desde Oviedo, gracias al llamado del padre abad Dom Eduardo Lagos, O.S.B. del Monasterio de la Santísima Trinidad de Las Condes, y del obispo de la Diócesis de Rancagua, monseñor Alejandro Durán, y la positiva respuesta de la abadesa del Monasterio de San Pelayo de Oviedo, madre Amparo Moro, y su comunidad. Después de mucha oración y visita a Chile, se instalan en las antiguas casas restauradas y acondicionadas para ese fin. En abril de 1983 llegan siete hermanas españolas con la madre Isabel Arias como primera Priora. Con el tiempo fueron volviendo desde Oviedo las primeras novicias chilenas y en 1988 comienza el pleno noviciado en el Monasterio de la Asunción de Santa María de Rengo. La constitución del Monasterio en Abadía el 4 de diciembre de 2013 y la bendición de su Primera Abadesa, supone la culminación y plenitud de la etapa fundacional de este monasterio. Ya en el siglo III comienza a brotar la vida monástica, que se desarrolla en el siglo IV en Oriente (Egipto, Palestina), y enseguida pasa también a Occidente. Este tipo de vida nace por la necesidad del hombre de buscar a Dios, y está presente en todas las culturas. Como forma de vida comunitaria surge de forma natural también en el cristianismo, donde la fe en Dios está indisolublemente unida a la relación de amor con los hermanos. En el siglo VI San Benito escribe su Regla para monjes, que viven bajo una Regla y un Abad (RB, 1) por lo que al Monasterio se le comenzará a llamar Abadía.

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La ceremonia de bendición de la primera abadesa fue profundamente llena de símbolos religiosos y gestos milenarios que llenaron a todos los asistentes con su belleza espiritual y material. La madre Alejandra, en un principio sentada en una pequeña silla, casi oculta de su comunidad, luego de las letanías de los santos y oraciones comunitarias y personales, recibió la Bendición Abacial de manos del obispo de la Diócesis y pasó a presidir a su comunidad en las “sillas del coro” con una sonrisa y solemnidad que se fue filtrando a todos los que asistimos a la ceremonia. La antigua música (canto litúrgico, gregoriano, polifónico…) cantada e interpretada por las 16 hermanas y la novicia y postulante, enriqueció en todo momento el tiempo de la celebración. Monseñor Alejandro Goic, obispo de la Diócesis de Rancagua, quien presidía; el cardenal Jorge Medina, monseñor Juan Barros, el capellán Padre Olivier, el Abad Presidente de la Congregación del Cono Sur, el Monasterio de la Stma. Trinidad de Las Condes en pleno, con su Abad y Abad emérito entre los celebrantes principales; el Abad de la Trapa de Miraflores, la Abadesa emérita del Monasterio de San Pelayo de Oviedo, la Abadesa de Santa Escolástica, de San Luis, de Córdoba, de Paraná —todas benedictinas argentinas—, monjes y monjas, sacerdotes y religiosas, los siete hermanos y tres hermanas de la abadesa Alejandra, con sus familias, sus amigos y vecinos, cantando y rezando al unísono. Un magnífico y enriquecedor testimonio de comunión eclesial. Finalmente, los saludos junto a toda su comunidad, en uno de los patios del monasterio. La alegría y la paz, de tantos encuentros, brotaba en todos los rostros. Como diría San Benito, una verdadera obra de Dios.

AMAYA IRARRÁZAVAL ZEGERS Con la colaboración de Madre Rosario del Camino, Abadesa de San Pelayo, Oviedo y Hna. Ester Díaz Menéndez, monja del Monasterio de la Asunción, Rengo

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Proyecto ecuménico La Capilla Musical Pontificia Sixtina canta en Moscú

La Capilla Musical Pontificia Sixtina, llamada ‘’el coro del Papa’’, cantó en Moscú los días 25, 26 y 27 de mayo. La iniciativa forma parte de un proyecto ecuménico que ya ha contado con la presencia del Coro anglicano de la Abadía de Westminster (2012) y del Coro luterano TomanerChor de Liepzig (2013) en la solemne celebración de los Santos Pedro y Pablo, el 29 de junio en el Vaticano. Este año, el Coro sinodal del Patriarcado de Moscú fue el que cantó en la basílica de San Pedro. De ahí que la Capilla Musical Pontificia Sixtina se trasladó a Moscú para cantar el 25 de mayo, en la catedral católica de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María. El 26, en cambio, la Capilla Musical Pontificia Sixtina y el Coro del Patriarcado de Moscú ensayaron juntos la celebración eucarística de los santos Pedro y Pablo que tuvo lugar en el Vaticano. Ese mismo día, por la tarde, ambos coros interpretarán música sacra de la tradición ortodoxa y católica en el Palacio de la Armería del Kremlin. El concierto lo organiza el Patriarcado de Moscú. Por último, el 27 de mayo, en la Sala Grande del Conservatorio Pietr Tchaikovsky la Capilla Musical Pontificia Sixtina y el Coro Sinodal de Moscú fueron protagonistas de un concierto de música sacra en honor del quinto aniversario de la toma de posesión del Patriarca Cirilo.

Capilla Sixtina Se triplicará el acceso a los visitantes

La Capilla Sixtina contará con un nuevo sistema de climatización e iluminación a partir de octubre. El cardenal Giuseppe Bertello, presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, dijo —según publica el Osservatore Romano— que esperaba que el trabajo necesario para llevar este proyecto a buen término sea realmente insertado en la estela de obras que la han caracterizado desde el nacimiento de la Capilla Sixtina. El cardenal también subrayó que los museos del Vaticano no son como los otros, sino que «deben ser bonitos itinerarios de fe para lanzar un interrogante a los que no creen o ya no creen. Si esto es cierto para los museos, con mayor razón lo es para la Capilla Sixtina». Por su parte, Antonio Paolucci, director de los Museos Vaticano, ha destacado la particularidad de la Capilla Sixti-

na, que ha definido como «la capilla del mundo». Las obras de mejora sobre la climatización y la iluminación han sido aprobadas por la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano para aumentar el acceso de 700 a 2.000 personas a la vez en la Capilla más famosa del mundo. El costo de las obras a cargo de la Gobernación es mínimo, ya que la empresa Osram donará el equipo para la instalación de la iluminación y la Carrier para la climatización.

www.catholic-link.com Renueva su apariencia y sigue evangelizando en la web

«Estamos convencidos de que la Iglesia tiene una riqueza inmensa para el mundo y que esta riqueza solo puede ser percibida y entendida si es que los católicos decidimos comunicarla —en primer lugar con nuestras vidas, pero también con nuestras vidas—. Y comunicarla especialmente con creatividad, que no significará jamás disminuir la fuerza del Evangelio. Con ingenio, que no significará jamás transar con corrientes opuestas al Magisterio. Y con verdad, que no significará jamás mentir ni falsear la realidad (...)», es lo que destacan los jóvenes creadores del portal virtual de contenidos católicos «Catholic Link», que recientemente renovó su apariencia y trae ahora novedosos recursos audiovisuales para la evangelización. La iniciativa nació en el 2011 de manera discreta como un proyecto personal de Mauricio Artieda, director del site, con el objeto de brindar algunos videos para el apostolado de los miembros de su comunidad, el Sodalicio de Vida Cristiana. Posteriormente el blog se convirtió en todo un portal que presta un servicio no a una comunidad en particular, sino a toda la Iglesia. Tal como expuso Artieda hace un par de años en una entrevista con Zenit: «La misión es realizar un servicio a la Iglesia siendo una fuente online de recursos audiovisuales donde catequistas, seminaristas, consagrados y apóstoles en general puedan encontrar instrumentos útiles e innovativos para complementar su servicio apostólico. Además de ofrecer estos recursos, también los comentamos y damos algunas luces de cómo podrían ser utilizados, y bajo cuáles circunstancias». Lo novedoso de «Catholic Link», y que ha sido el valor agregado del proyecto online, es la posibilidad que ofrece de encontrar en un solo lugar recursos audiovisuales, filtrados por temas, para la evangelización.

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BENEDICTO XVI

EL LIBERALISMO EN EL MAGISTERIO DE LOS ÚLTIMOS PAPAS (y III) Entre no pocos documentos en los cuales Benedicto XVI abordaba el tema del liberalismo, nos gusta citar la encíclica Caritas in veritate del año 2009, en la cual se explica la doctrina cristiana “en el contexto social y cultural actual, en el que está difundida la tendencia a relativizar lo verdadero”1. Entre los fenómenos más relevantes de nuestra época, se encuentra la posibilidad de interacción entre las diversas culturas, lo cual favorece nuevas posibilidades de diálogo. Sin embargo, como advierte el Papa Benedicto XVI, estas posibilidades son factibles únicamente si se cumplen dos condiciones. Dicha interacción corre riesgo de resolverse en mero eclecticismo cultural, es decir, abordándose de manera acrítica culturas consideradas equivalentes e intercambiables. Se cae así, casi insensiblemente, en un relativismo opuesto al verdadero diálogo. Los grupos conviven en la práctica, pero se encuentran íntimamente separados. Se produce una homologación de los comportamientos y estilos de vida, rebajándose de hecho la cultura. Y el hombre, reducido a dato cultural, puede ser más fácilmente manipulado y sometido2. En esa forma acrítica de aproximación a la cual nos referíamos se oculta también el riesgo de cerrarse las mentes a Dios y del ateísmo de la indiferencia. Es preciso considerar aquí responsablemente la actividad que todo lo invade de la cultura dominante de sello ampliamente liberal, que ha creado instituciones, estructuras y un ethos que hoy deben ser objeto de permanente discernimiento y análisis por parte de los cristianos3. El Papa se vuelve eco fiel del Concilio. Ciertamente, el Concilio Vaticano II destacó los cambios psicológicos, morales y religiosos de nuestra época, apreciando algunos que debidamente enfocados pueden conducir a cierta purificación de la vida de la fe y a una participación más personal y activa de la misma, poniendo a los cristianos en guardia frente a otros. “La negación de Dios o la religión no constituye, como en épocas pasadas, un hecho insólito e individual; hoy día, en efecto, se presenta no rara vez como exigencia del progreso científico y de un cierto humanismo nuevo”4. Parte integrante de este tipo de humanismo difundido prácticamente en todas partes en el mundo occidental es el eje indiferencia ética – tolerancia, de ascendencia liberal, que de distintas formas ha sido denunciada por Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI. GIANDOMENICO MUCCI S.J. La Civiltà Cattolica 3909

*En Humanitas 73 se publicó lo correspondiente a Pablo VI y en H 74 lo de Juan Pablo II. 1 2 3 4

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Caritas in veritate, n. 4. Ver ibídem, n. 26. Ver ibídem, n. 79. Gaudium et spes, n 7c.


Programación oficial Bicentenario de San Juan Bosco

El

16 de agosto de este año 2014 se inicia la celebración del bicentenario del nacimiento de San Juan Bosco, y que concluye el 16 de agosto de 2015. La programación realizada por los Salesianos tiene diversos eventos, que serán realizados principalmente en Turín, en Castelnuovo Don Bosco y en Roma, son dirigidos a segmentos específicos, como estudiosos de la historia y la pedagogía salesiana, los jóvenes del Movimiento Juvenil Salesiano, de la Familia Salesiana, cardenales, arzobispos y obispos misioneros salesianos. Pero también habrá momentos direccionados para autoridades civiles y religiosas. Exposición del Santo Sudario. El arzobispo de Turín, Mons. Cesare Nosiglia, anunció la Exposición del Santo Sudario en Turín por 45 días entre la Pascua y el final del bicentenario, el próximo año, en memoria del nacimiento de San Juan Bosco. De acuerdo con el prelado, la elección del período para la exposición es porque «la época de la Pascua se refiere a la muerte y resurrección del Señor. El sudario, mortaja de muerte para los creyentes, se torna un testigo que recuerda con gran eficacia evocativa la victoria del Señor de la vida». En su opinión, «ese aniversario, para Turín y su territorio, significa mucho, están aquí las raíces de la

santidad y la experiencia de los hijos de Don Bosco». Visita del Papa Francisco. La ciudad de Turín tendrá un ilustre visitante durante el año del bicentenario. Al menos es lo que afirma su arzobispo. «Estamos confiados de que, en esta ocasión, el Papa Francisco puede venir a rezar delante del Santo Sudario y para homenajear a San Juan Bosco, sellando un año notable. El Santo Padre aceptó nuestra invitación y de los Salesianos, pero por ahora no hay una fecha». Exposición en Milán. Los salesianos participarán también de otro evento durante el año del centenario, la Expo Milán 2015, que es una gran exposición en Milán (Italia), que cuenta con participantes del mundo entero, y será dedicada al tema «Alimentar el planeta, energía para la vida». El evento sucederá entre los días 1º de mayo y 31 de octubre. Esta será una oportunidad para promover temas educativos en que la Congregación está empeñada, como educación para el desarrollo, ciudadanía global, de voluntariado, educación y derechos humanos. También existe una amplia programación para el país donde San Juan Bosco nació. Y habrá eventos nacionales en los diversos países donde la Congregación Salesiana está presente. (EPC)

«Las Huellas de Teresa» Nueva ruta de peregrinaje

Con motivo de las celebraciones por el 5º Centenario del Nacimiento de Santa Teresa de Ávila, evento que ocurrirá el próximo 2015, presentaron en España un proyecto que tiene por objeto promocionar a nivel internacional la Ruta «Las Huellas de Teresa», iniciativa dada a conocer para difundir el legado de la santa, mística y Doctora de la Iglesia siguiendo sus pasos por el país europeo.

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Según informó la Agencia SIC, los miembros de la Comisión «Huellas de Teresa», que está conformada por las 17 ciudades de la ruta, realizaron un encuentro en el que se planteó el proyecto de promocionar la ruta de la santa española fuera del país. En principio fueron seleccionados 14 países en los que se dará a conocer esta iniciativa —Italia, Portugal, Francia, Polonia, Alemania, Reino Unido-Irlanda en Europa; Estados Unidos, Brasil, México y Argentina en América

y Corea del Sur, Filipinas y China en Asia—, los cuales fueron tenidos en cuenta por la importancia que le dan al turismo religioso y por el número de católicos, entre otros factores. Ávila, Medina del Campo, Malagón, Valladolid, Toledo, Pastrana, Salamanca, Alba de Tormes, Segovia, Beas de Segura, Sevilla, Caravaca de la Cruz, Villanueva de la Jara, Palencia, Soria, Granada y Burgos, son los 17 lugares escogidos para la ruta de Santa Teresa.

JEAN GUITTON, YA CON 90 AÑOS

“EL ALMA SUBSISTE. NO ES QUE LO CREA. LO SÉ”, DECÍA EL FILÓSOFO El escritor francés Jean-Jacques Antier entrevistó a Jean Guitton, el filósofo y escritor francés, cuando escribió, superados ya los 90 años, una nueva obra: El libro de la sabiduría y de las virtudes reencontradas. Guitton murió en 1999. La entrevista la ha recordado el diario Avvenire.

— ¿A dónde va la Humanidad? — Está en la vigilia de una transformación decisiva. Los pesimistas piensan que va hacia una autodestrucción general. La supervivencia de la vida humana no está asegurada por anticipado, pues el progreso moral y espiritual no ha ido al mismo paso que el técnico, material e intelectual. — ¿Y esto le asusta? — Me interroga. Asistimos a una aceleración exponencial del saber, en todos los campos. Un hombre por sí solo, sentado ante su computador, podrá acceder a la totalidad del saber. La Humanidad se encuentra ante una situación con la que nunca se había enfrentado. No sabemos qué nos espera y no tenemos modelos para afrontar este peligro. Nos queda poquísimo tiempo para prepararnos. Entramos con los ojos cerrados en un tiempo metafísico. Nadie quiere oír hablar de esto. Prefieren quedarse en las que Pascal llama soluciones del “divertissement”. — ¿Y su respuesta a la pregunta: “A dónde va la evolución”? — Constatamos que lo vivo se desenvuelve hacia una complejidad creciente, acompañada, en el hombre, de un despertar y engrandecimiento de la conciencia. Soy de los que piensan que la consciencia culmina en la experiencia mística. — Los sabios sugieren parar el progreso, hacer un alto, para permitir a la conciencia moral recuperar su retraso. — ¿Pararse? Imposible, porque no todos tienen de todo. Ya no navegamos sobre un río ancho y

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tranquilo. Se ha convertido en una estrecha corriente entre dos altas orillas, sin posibles vías de escape. Cerramos los ojos y los oídos. Pero los más atentos escuchan ya el estruendo ensordecedor de la cascada, el Niágara hacia el que el río Vida se está precipitando. — ¿Usted lo oye? — Sí. Los signos negativos abundan. Muestran la necesidad de un cambio. Las desigualdades, la incapacidad de la sociedad, que pretende ser la más avanzada del mundo, de asegurar trabajo a sus jóvenes; las ciudades inhumanas rodeadas de periferias desesperadas; la desintegración de la familia, la degradación de las costumbres, la corrupción de las Administraciones, la violencia, el racismo, el odio. Es significativo que la automatización, progreso material decisivo, produzca, cuando va bien, una mayoría de personas atiborradas y embrutecidas por la televisión, y, cuando va mal, marginados, potenciales rebeldes, drogadictos y delincuentes. La excepción es una pequeña minoría que ha sabido conservar y desarrollar los verdaderos valores. — ¿Qué sabe usted de la muerte? — Sé lo que sé y lo que creo. ¡Conocemos tan poco el hecho de la muerte! Porque todos lo experimentan, pero nadie ha podido comunicar su experiencia. Esta es la paradoja de la muerte: tan común, tan cercana, tan vista desde fuera, pero en el fondo ininteligible, intraducible, secreta. — Muchos están angustiados por ella… — ¿Y si fuera solo el recuerdo del miedo a nacer? Numerosos testigos me han dicho que la muerte no es un momento de angustia, sino de calma y de paz. El mundo se atenúa, se borra. La impresión es de que otro mundo está naciendo. Un asentimiento a lo que aún no ha llegado. He comprendido que es más alto que vencer o vivir: es entregarse. Claudel habla de esta alegría que se encuentra en la última hora. Y yo soy esta misma alegría y el secreto que no puede decirse. Marguerite Yourcenar me decía que la muerte le parecía como una consagración, de la que solo los más puros son dignos: Muchos se descomponen, pero pocos son los que mueren. La desaparición del cuerpo pone mejor de relieve esta imprevista coincidencia de nosotros mismos con lo que somos en esencia: el espíritu. Este es el fondo del misterio de la muerte. — ¿Alguien habló de voluptuosidad? — La Fontaine: Muerte y voluptuosidad se han mirado a la cara: estos dos rostros eran uno solo. Teresa de Ávila, que tenía alguna experiencia de los estados de separación del cuerpo y del alma, decía que la muerte debía parecerse a un rapto. — ¿Qué sucede después de que la tumba se ha cerrado sobre el cuerpo? — El alma subsiste. El espíritu. El ser solo, el yo profundo no ha sido abolido, vive misteriosamente. E incluso está más vivo que cuando nosotros vivíamos. — Usted lo cree, ¿no es cierto? — Yo lo sé. Si no, no sería un misterio, sino un absurdo. Nunca he dudado entre el absurdo de la negación y el misterio del sí consciente al amor. La muerte es un nuevo nacimiento que todas nuestras capacidades, nuestros deseos, permiten intuir.

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BENDICIÓN CLERICAL A LA SOCIEDAD CONSUMISTA Había pasado apenas un mes desde que firmara su encíclica «Humanae vitae», cuando en agosto de 1968, Pablo VI visito América Latina, territorio que inspiró de manera señalada lo que teológicamente explicitara como la evangélica «opción preferencial por los pobres». En ese muy importante momento de su pontificado, consciente de la marea publicitaria mundial desencadenada contra la «Humanae vitae», principalmente desde los países ricos y desarrollados, dirigiéndose a los Pastores y al pueblo cristiano del que llamó desde entonces continente de la esperanza, dijo en el discurso inaugural de la II Conferencia general del Episcopado Latinoamericano, sintéticamente conocida como la Conferencia de Medellín: «Hemos tenido que decir una buena palabra, aunque grave, en defensa de la dignidad del amor y de la dignidad de la familia con nuestra reciente encíclica. La gran mayoría de la Iglesia la ha recibido favorablemente con obediencia confiada, aun comprendiendo que la norma por Nos reafirmada comporta un fuerte sentido moral y un valiente espíritu de sacrificio. Dios bendecirá esta digna actitud cristiana (...). Esa actitud es una educación ética y espiritual, coherente y profunda (...), una apología de la vida que es don de Dios, gloria de la familia, fuerza del pueblo». Y finalizaba así: «Os exhortamos, hermanos, a comprender bien la importancia de la delicada y difícil posición que, en homenaje a la ley de Dios, hemos creído un deber reafirmar; y os rogamos que queráis emplear toda posible solicitud pastoral y social, a fin de que esa posición sea mantenida, como corresponde a las personas guiadas por un verdadero sentido humano.» Doce años después, el Sínodo de 1980 calificó la encíclica del siervo de Dios Pablo VI como «profética», un verdadero acto de lo que el Papa Francisco llama parresia (hablar libremente y sin temor), en un contexto de opinión pública mundial fuertemente manipulada. Sus detractores llegaron a decir que había constituido incluso un retroceso con relación al Concilio, como si el Vaticano II no hubiese proclamado que «la fe todo lo ilumina con nueva luz y manifiesta el plan divino sobre la entera vocación del hombre» y que el misterio de este, precisamente «se esclarece en el misterio del Verbo encarnado» (Gaudium et spes, 11 y 22). Como observó muy oportunamente en entrevista con “El Mercurio” el entonces presidente del Instituto Juan Pablo II para estudios sobre matrimonio y familia, hoy el cardenal arzobispo de Bolonia, Carlo Caffarra, la fuerte resistencia encabezada a inicios de los noventa por teólogos alemanes contra la doctrina proclamada por Pablo VI, «constituye una bendición clerical a la sociedad consumista y permisiva occidental. Son los sacerdotes de la corte de este imperio de corrupción», concluyó. Cuando en la polémica que transcurre en este espacio (N. del E: se refiere a debate en páginas de “El Mercurio” en el mes de julio pasado), vemos que el padre Jorge Costadoat S.J. toma base en lo que reivindican algunos católicos de los países más ricos y secularizados de Europa, podemos entender cuánta verdad había en esas palabras del cardenal Caffarra. El 5 de enero de 1969, defendiendo la encíclica de Pablo VI cuya vigencia Jorge Costadoat S.J. pide revocar, el entonces arzobispo de Cracovia, hoy San Juan Pablo II, escribió en el diario de la Santa Sede, L’ Osservatore Romano: «El Papa se percata tanto de las dificultades como de las debilidades a las cuales está sujeto el hombre contemporáneo. Con todo, el camino para la solución de las dificultades y problemas solo puede pasar por la verdad del Evangelio: ‘No menoscabar en nada la saludable doctrina de Cristo es una forma de caridad eminente hacia las almas’ « (HV, 29). JAIME ANTÚNEZ ALDUNATE Este artículo fue publicado originalmente en Diario Financiero. 11.VII.14

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Beatificación Reina María Cristina de Saboya

El pasado 25 de enero fue beatificada en la basílica de Santa Clara de Nápoles la reina María Cristina de Saboya, última hija de Vittorio Emanuel I, rey de Cerdeña, y de la archiduquesa María Teresa de Austria-Este. Nacida el 14 de noviembre de 1812, contrajo matrimonio en Génova en 1832 con Fernando II de las Dos Sicilias y durante el período en el que fue reina, se dedicó sobre todo a obras de Santo Domingo Soriano y fundó un hogar para los necesitados. Muy devota, se había consagrado a la Virgen desde muy pequeña y leía a diario la Biblia en la corte, donde procuraba que todos asistiesen a misa el domingo. Facilitó muchos matrimonios de personas pobres que no tenían dinero haciéndoles donativos y su preocupación por los más necesitados la hacía muy querida. Murió en olor de santidad el 31 de enero de 1836 al dar a luz su primer

hijo, el futuro Francisco II. María Cristina fue declarada venerable en 1872; sin embargo, motivos retrasaron la canonización de una reina a la que el pueblo llamaba “Reginella Santa”. A partir de 1929, tras la firma del concordato entre la Santa Sede y el estado italiano, Pío XI y Pío XII decidieron reactivar las causas pendientes de miembros de la Casa de Saboya, proceso que concluyó el pasado 3 de mayo de 2013 en que el Papa Francisco firmó el correspondiente decreto de beatificación. De esta mujer de profunda espiritualidad y de gran humildad que supo hacerse cargo de los sufrimientos de su pueblo, convirtiéndose en verdadera madre de los pobres, el Pontífice afirmó que “su extraordinario ejemplo de caridad testimonia que la vida buena del Evangelio es posible en todo ambiente y condición social”.

Fundación Populorum Progressio Aprobará proyectos para Latinoamérica y el Caribe

El consejo de administración de la Fundación Populorum Progressio para América Latina deliberó en junio pasado la financiación de proyectos en favor de las comunidades indígenas, mestizas, afroamericanas y campesinas de América Latina y el Caribe. El encuentro ofreció además «la ocasión de reflexionar, partiendo de las orientaciones que dio el Santo Padre, sobre la modalidad más eficaz para realizar el servicio de la caridad de la ‘Iglesia pobre y para los pobres’, que vive su misión hacia las periferias humanas y existenciales, en particular en favor de los más necesitados», indicó el comunicado de la Sala de Prensa de la Santa Sede. La fundación fue confiada por san Juan Pablo II al Pontificio Consejo Cor Unum desde su institución en 1992. Hasta la fecha los proyectos llevados a cabo por la Fundación rondan los 4.000, financiados con más de 35 millones de dólares. Asimismo, se precisa que «todos se caracterizan por un enfoque participativo de las comunidades locales y abarcan diversos sectores:

agricultura y cría de animales, artesanado y microempresas, infraestructuras para agua potable, formación y material escolar, sanidad, construcción, etc». Los miembros del Consejo son el cardenal Robert Sarah, presidente ex officio de la fundación; monseñor Edmundo Luis Flavio Abastoflor Montero, arzobispo de La Paz (Bolivia), presidente del Consejo de Administración; monseñor Antonio Arregui Yarza, arzobispo de Guayaquil (Ecuador), vicepresidente; el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, arzobispo de Santo Domingo; mons. Oscar Urbina Ortega, arzobispo de Villavicencio (Colombia); monseñor Murilo Sebastiao Ramos Krieger, arzobispo de Sao Salvador de Bahia (Brasil); monseñor Javier Augusto del Río Alba, arzobispo de Arequipa (Perú), y monseñor Segundo Tejada Muñoz, representante del Pontificio Consejo Cor Unum. Entre los principales sostenedores de la Fundación Populorum Progressio, además de participaciones individuales, se encuentra la Conferencia Episcopal Italiana.

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CIENTO CINCUENTA AÑOS DEL SYLLABUS Se cumplen 150 años de la publicación de este catálogo de errores modernos, promulgado por el Beato Pío IX el 22 de diciembre de 1864 y publicado al día siguiente por L’Osservatore Romano. La idea de hacer un catálogo viene de fines del siglo XVIII al comprobarse el impacto de las ideas de la Ilustración, pero el antecedente más próximo es el Concilio de los Obispos de la Umbría en noviembre de 1849, bajo la presidencia del obispo de Perugia, Gioachino Pecci, futuro León XIII. Al mismo tiempo en forma independiente alienta esa propuesta el conde Emiliano Avogadro della Motta. Dos sucesos se relacionan al Syllabus: la preparación del dogma de la Inmaculada Concepción y la soberanía de los Papas sobre los Estados Pontificios. El dogma de la Inmaculada Concepción fue cuidadosamente estudiado y la idea del compendio de errores que acompañara al dogma se aviva durante diciembre de 1848 y es apoyado por La Civiltà Cattolica en enero de 1852. A fines de noviembre de 1848, Pío IX se exilia en Gaeta y dirige a todo el Episcopado el 2 de febrero de 1849 la Encíclica Ubi Primum, en que pedía a los obispos su parecer sobre el dogma mencionado. El abad de Solesmes había escrito en 1850 sobre la Inmaculada, donde se encontraba la renovada idea del Catálogo. Dicho abad, Dom Próspero Gueranger, es llamado a Roma, donde Pío IX hace suya la idea de un Syllabus. Con posterioridad, la discusión de una bula dogmática de dos bulas o de una bula y un documento separado se prolonga desde junio de 1848 hasta 1854 y se mezcla con la polémica sobre la soberanía de los Papas en los Estados Pontificios. Pero los antecedentes más directos derivan de una Pastoral del obispo de Perpignan que contiene 85 proposiciones erróneas reagrupadas en 11 parágrafos. Una nueva comisión, bajo la presidencia del cardenal Caterini, recibe la pastoral francesa de monseñor Gerbet de manos de Pío IX. El 15 de febrero de 1862 se presentan al Papa los resultados de la Comisión Caterini. La difícil situación de la Santa Sede impulsa a Pío IX a invitar en la segunda mitad de enero de 1862 a todos los obispos a Roma con ocasión de la canonización de 26 mártires japoneses, junto a la canonización del beato teatino Michele di Santi, que se celebra al mismo tiempo. El gobierno italiano y el francés niegan los pasaportes a los obispos de sus territorios ante el temor que Pío IX convoque a un Concilio, por la gran cantidad de obispos que concurrirían a Roma. Ya en el Consistorio de 9 de junio de 1862 el Papa había hablado de la “funestísima revolución italiana” que proclamaba la plena libertad religiosa, pero perseguía a los eclesiásticos, incluso los obispos, y los mandaba al exilio. Denunciaba los esfuerzos de la “impía conspiración que estudiaba cómo destruir el principado civil de la Santa Sede”. El documento del Syllabus fue entregado sub sigilo a los obispos con ocasión de la canonización mencionada, pero el secreto pontificio fue violado, lo que consta porque el embajador francés envió copia a su gobierno el 19 de julio de 18621.

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A ciento cincuenta años de distancia un juicio justo sobre el Syllabus debe tener en cuenta los acontecimientos históricos, dentro y fuera de la Iglesia, que envolvieron el largo Pontificado de Pío IX. Redactado en negativo, resaltando los errores modernos, este catálogo ha sido juzgado duramente por los historiadores eclesiásticos. Sin embargo, los errores de la modernidad han llevado a duras pruebas y dolores a la Iglesia Católica y al bien común temporal de varias naciones, como se preveía en los documentos papales. Por ello es imprescindible tener en cuenta la sabia advertencia del Papa Benedicto XVI en su Discurso a los miembros de la Curia Romana durante el tradicional intercambio de felicitaciones navideñas el viernes 22 de diciembre de 2006: “Se trata de la actitud que la comunidad de los fieles debe adoptar ante las convicciones y las exigencias que se afirmaron en la Ilustración. Por una parte, hay que oponerse a una dictadura de la razón positivista que excluye a Dios de la vida de la comunidad y de los ordenamientos públicos, privando así al hombre de sus criterios específicos de medida. Por otra, es necesario aceptar las verdaderas conquistas de la Ilustración, los derechos del hombre, y especialmente la libertad de la fe y de su ejercicio, reconociendo en ellos elementos esenciales también para la autenticidad de la religión”. JORGE ENRIQUE PRECHT PIZARRO. Profesor Derecho Pontificia Universidad Católica de Chile 1 Para los datos históricos véase: EGIDIO PAPA: Il Sillabo di Pio IX e la Stampa francese, inglese e italiana, Edizioni Cinque Lune, 1868. Nótese que no hubo conmemoración alguna en el centenario del Syllabus.

Sínodo de la Familia Presentación del Instrumentum Laboris

En junio pasado se presentó el Instrumentum Laboris de la III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los obispos (5-19 octubre 2014), cuyo tema es ‘’Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización’’. El cardenal Lorenzo Baldisseri, secretario general del Sínodo de los Obispos, explicó que el Instrumentum Laboris consta de tres partes, en consonancia con los temas del Documento Preparatorio. ‘’La primera — dijo—, dedicada al Evangelio de la familia, trata del plan de Dios, del conocimiento bíblico, magisterial y de su recepción, de la ley natural y de la vocación de la persona en Cristo... Las dificultades que se plantean en relación con la ley natural pueden ser superadas por una referencia más cuidadosa con el mundo bíblico, su lenguaje y las formas narrativas, y la propuesta de tematizar y profundizar el concepto de inspiración bíblica, del orden de la creación, como oportunidad

de releer de una manera más existencialmente significativa la ley natural. Además, el papel de la familia —unidad básica de la sociedad, el lugar donde se aprende a vivir con la diferencia y a pertenecer a los otros— es un espacio privilegiado de valores como la hermandad, el amor, el respeto y la solidaridad entre las generaciones, donde se promueve la dignidad de las personas, superando el individualismo y contribuyendo al bien común de la sociedad’’. ‘’La segunda parte —continuó— aborda los desafíos pastorales inherentes a la familia, tales como la crisis de la fe, las situaciones críticas internas, las presiones externas y otras problemáticas. Es de responsabilidad de los pastores la preparación al matrimonio, hoy cada vez más necesaria, para que los novios maduren su elección como una adhesión personal de fe al Señor, para construir su familia sobre una base sólida’’.

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Destacó que serán considerados de manera particular ‘’las situaciones pastorales difíciles como las convivencias y las uniones de hecho, los separados, los divorciados que se han vuelto a casar y los hijos de estos, las madres solteras, los que están en una condición de irregularidad canónica y aquellos que requieren el matrimonio sin ser creyentes o practicantes’’. Acerca de la unión entre personas del mismo sexo, declaró que ‘’se distinguen contextos en los que la legislación civil es más o menos favorable; destaca el cuidado pastoral de las Iglesias particulares hacia estas situaciones, incluidas las cuestiones relacionadas con los hijos presentes en ellas’’. ‘’En la tercera parte se presentan primero las cuestiones relacionadas con la apertura a la vida, tales como el conocimiento y las dificultades en la recepción del Magisterio, las sugerencias pastorales, la praxis sacramental y la promoción de una actitud abierta a la vida... En cuanto a la responsabilidad educativa de los padres, es evidente la dificultad en la transmisión de la fe a sus hijos, que se concreta en la iniciación cristiana; se trata, por último, de la educación cristiana en situaciones familiares difíciles, cuyas reflexiones sobre los niños también se extienden al ámbito de la fe y a las

disposiciones para la celebración de los sacramentos’’. El cardenal Baldisseri mencionó que los temas que no están incluidos en el documento se tratarán en la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de 2015 (4-25 octubre) bajo el tema ‘’Jesucristo revela el misterio y la vocación de la familia’’. Esta será la tercera etapa del proceso de reflexión sobre la familia, que se inició con el Consistorio del 20 de febrero de 2014. Por último explicó que el Instrumentum Laboris proporciona una visión de la realidad de la familia en el contexto actual, que representa el inicio de una profunda reflexión, cuyo desarrollo se llevará a cabo en dos etapas previstas por la Asamblea General Extraordinaria (2014) y la Ordinaria (2015), que están estrechamente vinculadas por el tema de la familia bajo la luz del Evangelio de Cristo. Los resultados de la primera Asamblea Extraordinaria se utilizarán para la preparación del Instrumentum Laboris de la sucesiva y solo después de esta se publicará un documento final sometido a la decisión del Santo Padre. Dada la importancia del evento sinodal, el domingo 28 de septiembre será un Día de Oración por el Sínodo, y durante el mismo habrá una adoración eucarística diaria, en la capilla de la Salus Populi Romani de la basílica de Santa María la Mayor en Roma.

Sínodo de la Familia Obispos de América Latina se reúnen en Panamá

La presidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) ha convocado para agosto en Panamá un congreso de preparación para la III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos, que se celebrará en el Vaticano, sobre el tema “Los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la evangelización”. Con el objetivo de profundizar en los principales problemas que atañen a las familias, se espera que en Panamá participen los obispos y operadores pastorales de las 22 Conferencias Episcopales de América Latina. “Estamos preparando este Sínodo de la familia con un congreso como símbolo de la buena noticia. Será un evento eclesial donde participarán personas que trabajan por la Iglesia y la familia en América Latina y el Caribe”, señaló el Secretario General del CELAM, arzobispo chileno Santiago Silva, durante la conferencia de prensa celebrada el 27 de mayo en Roma. Los arzobispos encontraron al Papa Francisco ese mismo día y señalaron que la mayor preocupación del

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Pontífice sobre América Latina es la aplicación del Documento de Aparecida, emanado de la Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe en 2007. El Padre Leónidas Ortiz, Secretario General Adjunto del CELAM, recordó que es la primera vez que se convoca un Sínodo en dos etapas, uno extraordinario y otro ordinario, y recordó que tendrán como base fundamental la Constitución Pastoral Gaudium et Spes del Concilio Vaticano II, que recuerda que la familia es la célula fundamental de la sociedad. El Sínodo de la Familia se celebrará del 5 al 19 de octubre de 2014 en el Vaticano. En referencia a la polémica administración de la Eucaristía a los divorciados vueltos a casar, el presidente del CELAM, arzobispo mexicano Carlos Aguiar Retes, explicó que “la perspectiva del Sínodo es mucho más amplia y real, y ese problema no es el fundamental”. “Lo fundamental es la crisis que atraviesa la familia en el contexto de hoy”, subrayó. “Hay una gran claridad de que el tema hay que


agarrarlo desde el fondo y no desde una periferia. La solución a la crisis que vive la familia tiene que ser integral”, dijo. También Mons. Retes resaltó un nuevo problema que registra América Latina, donde las clases altas con mayores ingresos tienden a tener pocos hijos, frente a las clases más populares, que siguen apreciando

el valor de las familias numerosas. “Los hijos son el don que ve crecer al matrimonio”, recalcó. Por último los obispos subrayaron el factor de la migración como motivo de la fractura familiar, y denunciaron que las políticas migratorias de muchos países “no contemplan esta problemática”.

Apóstoles de América Canonizaciones

Pocos días antes de la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II, el Papa Francisco procedió a otras tres canonizaciones equivalentes. Entre los decretos promulgados el 3 de abril destacan, los nombres Santa María de Francisco de Laval de la Encarnación. (1623-1708), primer obispo de Quebec; José de Anchieta (1534-1597), misionero jesuita originario de las Islas Canarias, y María de la Encarnación (1599-1672), ursulina francesa, que el Pontífice inscribe en el catálogo de los santos extendiendo el culto a la Iglesia universal. El cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las causas de los santos, habla así de los nuevos santos: “San Francisco de Laval pertenecía a una de las más antiguas y nobles familias de Francia. Nombrado por el Papa Alejandro VII vicario apostólico de la «Nouvelle France», como se llamaba entonces a Canadá, fue el primer obispo que llegó a América del Norte. Durante treinta años ejerció un fecundo ministerio pastoral para organizar la Iglesia católica en un país aún en estado de misión, realizando una extraordinaria actividad apostólica y misionera, tanto en favor de los pocos franceses que residían en el lugar como, sobre todo, en favor de los nativos americanos. Defendió a estos últimos del alcohol y de la explotación de la que eran objeto por parte de los mercaderes de pieles. Favoreció su instrucción, defendió su trabajo y promovió su dignidad humana. Su actividad pastoral

y misionera se extendía de Canadá a las regiones del norte de México, con la erección de parroquias y seminarios para la formación del clero” “L a ur sulina santa María de la Encarnación, Marie Guyart —este era San Francisco de Laval. su nombre de bautismo—, se casó a los dieciocho años y luego tuvo un hijo. Al morir el marido, rechazó pasar a segundas nupcias. Por invitación de su hermana comenzó a trabajar en el comercio, dándose cuenta de que contaba con grandes dotes de dirección y administración. No le faltaba un poco de coquetería femenina. En secreto cultivaba, sin embargo, el sueño de una vida totalmente consagrada al Señor, también porque comenzó a tener extraordinarias experiencias místicas. Abandonó así una cierta elegancia en el vestir y emitió el voto de castidad perfecta. A esto se le puede llamar una primera conversión: de la vanidad a la sencillez y al recogimiento. Especialmente frecuentes eran las visiones de la Trinidad, que le llevaron a madurar una vida de unión con el Señor en el convento. Así, ingresó entre las ursulinas de Tours y esta fue la segunda conversión de su vida, a la que siguió una tercera, cuando decidió, sintiéndose llamada por Dios, marchar como misionera a Canadá, donde se comprometió en especial en la educación y formación cristiana de las jóvenes indígenas. Este encomiable apostolado suyo hizo que se le atribuyera el apelativo de apóstol y madre espiritual de la Iglesia canadiense”.

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San José de Anchieta: Gozo que funda una nación

«También san José de Anchieta supo comunicar lo que él había experimentado con el Señor, lo que había visto y oído de Él. Lo que el Señor le comunicó en sus Ejercicios. Él, junto a Nóbrega, es el primer jesuita que Ignacio envía a América. Joven de 19 años. Era tal la alegría que tenía, tal el gozo que fundó una nación. Puso los fundamentos culturales de una nación en Jesucristo. No había estudiado teología. No había estudiado filosofía. Era un chico. Pero había sentido la mirada de Jesucristo y se dejó alegrar, y optó por la luz. Esa fue y es su santidad. No le tuvo miedo a la alegría. «San José de Anchieta tiene un hermoso himno a la Virgen María, a quien, inspirándose en el cántico de Isaías 52, compara con el mensajero que proclama la paz, que anuncia el gozo de la Buena Noticia. Que Ella, que en esa madrugada del domingo, insomne por la esperanza, no le tuvo miedo a la alegría, nos acompañe en nuestro peregrinar, invitando a todos a levantarse, a renunciar a la parálisis, para entrar juntos en la paz y la alegría que Jesús, el Señor Resucitado, nos promete. (De la Homilía del Santo Padre Francisco durante la misa de acción de gracias por la canonización de san José de Anchieta. Roma, 24.IV.14.)

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Manifestación contra el aborto Miles de personas se reunieron frente a La Moneda en Santiago

Una multitudinaria manifestación contra el aborto se realizó en la capital, frente al Palacio de Gobierno el pasado 26 de mayo al mediodía. La protesta, convocada por organizaciones pro vida y apoyada por algunos parlamentarios, fue para expresar el rechazo a los proyectos parlamentarios que buscan despenalizar el aborto terapéutico en el país. Según cifras oficiales, cerca de unas 2.500 personas se congregaron en la Plaza de la Ciudadanía con pancartas, poleras rojas y consignas para hacer público su rechazo al anuncio de la Presidenta Michelle Bachelet, quien en la cuenta pública del 21 de mayo, comunicó el apoyo de su Gobierno a los proyectos legislativos que pretenden despenalizar el aborto en determinados casos. Julio Isamit, presidente de la Fundación «Chile Siempre», una de las organizaciones convocantes, señaló: «hicimos una convocatoria muy sencilla. Invitamos a la gente a manifestarse, a apoyarnos, a entregar una carta a la Presidenta Bachelet, diciendo que no estamos de acuerdo en la introducción a la Ley de Aborto. Creemos que hay mejores soluciones y más humanas para las mujeres, como por ejemplo la incorporación de la enfermedad de la madre y el niño al Plan Auge, un sistema de apoyo sicológico y económico y un establecimiento de la red de adopción», sostuvo.


PERSONA, ABORTO Y DERECHO A LA VIDA L a Presidenta Bachelet ha declarado su intención de enviar al Congreso o patrocinar un proyecto de ley que despenalizaría en ciertos casos el aborto, esto es, el acto por el cual se da muerte al hijo que una madre lleva en su vientre. Lamentamos profundamente tal declaración, pues el aborto constituye un atentado flagrante contra el derecho a la vida, el más básico de los derechos humanos y del cual todas las personas somos titulares por el único y exclusivo hecho de ser tales. Actualmente, la biología demuestra que en el momento mismo de la concepción comienza un proceso indivisible de vida específicamente humana que no termina sino con la muerte; por consiguiente, desde entonces existe un individuo de la especie humana distinto a su madre, es decir, una persona, titular del derecho a la vida. El hecho de que el hijo esté todavía en el vientre materno no le quita su carácter de sujeto de derechos, pues como dice el artículo 55 del Código Civil, «son personas todos los individuos de la especie humana, cualquiera sea su edad, sexo, estirpe o condición», definición que deriva de la esencia misma del concepto de persona. A lo largo de la historia, distintos regímenes promulgaron leyes o aplicaron políticas que negaron el carácter de persona a determinados grupos de seres humanos. Así, por medio de normas dictadas o mantenidas conforme a la legalidad positiva vigente, y a veces por mayoría, muchos países negaron los derechos humanos a las personas de color mediante la esclavitud y la discriminación racial (esta última, vigente hasta hace pocas décadas en Estados Unidos). Así también, la Alemania nazi exterminó a millones de judíos en campos de concentración. A grandes políticos como Abraham Lincoln, Winston Churchill y Martin Luther King corresponde la gloria de haber combatido con valentía esas leyes o políticas inhumanas y haber vencido la tiranía a que algunos estaban sometidos de forma tan abusiva: por eso precisamente pasaron a la historia. Teniendo presente todo lo anterior, parece inconcebible que ahora algunos vuelvan a negar el carácter de persona a determinados seres humanos y se consideren dueños de la vida del hijo que está por nacer, promoviendo una ley que autorizará matar impunemente a miles y miles de seres humanos. Los casos en que el proyecto en cuestión pretendería despenalizar el aborto serían aquel en que la vida del hijo pone en riesgo vital a la madre («aborto terapéutico»), inviabilidad fetal y violación. En cuanto al primero, debe señalarse que, conforme a nuestras leyes, la madre cuya vida corre peligro puede someterse al tratamiento médico que sea necesario para sanar su enfermedad, incluso si como consecuencia secundaria y no deseada muere su hijo; por tanto, no hace falta legislar sobre la materia. Respecto del caso de inviabilidad fetal, es entendible el gran dolor que siente la madre, pero eso no justifica matar al hijo: también los padres de un hijo nacido que padece una enfermedad terminal sufren enormemente, pero no por eso pueden matarlo. Y en el caso de violación, quien merece el castigo es el violador, no el hijo concebido producto de aquella: nuevamente, el dolor de la madre no puede llevar a matar al hijo. Estos casos constituyen situaciones dramáticas en las cuales la madre requiere toda la ayuda médica, psicológica y económica del Estado y la sociedad para completar su embarazo, facilitando

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distintos medios disponibles al efecto. Pero la ayuda no puede consistir en dar muerte al hijo que esa madre lleva en su vientre, pues este es una persona, titular del derecho a la vida, y nada ha hecho para merecer que su cuerpo y su vida sean destruidas impunemente. En realidad, nadie, ni siquiera la madre, está autorizado para decidir o realizar un aborto, pues su efecto definitivo no reside en el cuerpo, la vida ni la autonomía de la madre, sino en su hijo, que es un tercero distinto a ella y cuyos derechos humanos deben ser respetados, particularmente considerando que el derecho a la vida debe primar por sobre todos los demás. Nuestro país se enorgullece de ser «el asilo contra la opresión», y de haber abolido la esclavitud antes que la mayoría de los países más poderosos. Ahora tenemos la posibilidad de proseguir esa tradición y defender el derecho a la vida de todas las personas mediante una férrea oposición al aborto, aunque este haya sido legalizado injustamente en otros países más poderosos que Chile, tal como en su tiempo lo fueron la esclavitud y la discriminación racial. Alejandra Ovalle/Gabriel Bocksang / Carmen Elena Domínguez / Jorge Ugarte / Carolina Salinas / José Joaquín Ugarte / Josefina Soto / Álvaro Ferrer / Mauricio Halpern / Ricardo Irarrázabal /Ximena Marcazzolo / Sebastián Soto / Luciano Cruz / Andrés Sochting / Constanza Hube / Jaime Del Valle / Felipe Zaldívar / Alberto Vergara / Joaquín Reyes / Claudio Alvarado / Felipe Widow / Ricardo Riesco / Rodrigo Bordachar / Guillermo Pizarro / Carlos Casanova / Álvaro Paúl / Fernando Arab / Gonzalo Candia / Jaime De Larraechea / Esteban Fresno / Máximo Pavez / Jorge Sahd / Kristoffer Verbeken / Mario Correa / José Luis Lara / Fernando Eyzaguirre / Gonzalo Guerrero / Lohengrin Cortés. Quienes suscriben esta carta son profesores de Derecho sub-40 de la Universidad Católica

Publicado originalmente en El Mercurio 11.VI.14

Lima 1ª Feria del Libro Católico

Durante tres días en mayo pasado, se desarrolló en Lima, en el Seminario de Santo Toribio de Mogrovejo, la 1ª Feria del Libro Católico «Buscad leyendo y hallaréis meditando», organizada por la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima. La inauguración estuvo a cargo del cardenal arzobispo de la capital peruana, Mons. Juan Luis Cipriani, quien es a su vez Gran Canciller de la institución educativa organizadora.

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«Una feria del libro es decirle a todos ustedes que la profundidad necesaria para que una idea pueda calar requiere del libro. Mientras la cultura de hoy prescinde del libro nos estamos empobreciendo a velocidades increíbles», expresó el arzobispo de Lima. El purpurado


tuvo también palabras elogiosas a las más de 20 editoriales y librerías católicas que han intervenido en la realización de la Feria. Luego el padre Carlos Rosell, rector del Seminario Santo Toribio de Mogrovejo y de la Facultad de Teología Pontifica y Civil de Lima, afirmó que el evento ayudará en la formación de toda la comunidad.

«Queremos divulgar todo el material que se escribe dentro de la Iglesia Católica para que los fieles puedan empaparse de la doctrina de la Iglesia y también puedan tener una formación espiritual y doctrinal sólida. La intención de esta primera feria es suscitar en los fieles la lectura de buenos libros que tienen armonía con la doctrina de la Iglesia», dijo.

SHAKESPEARE, ¿CATÓLICO O PROTESTANTE? El 23 de abril pasado se celebró el 450 aniversario del nacimiento de Shakespeare, coincidiendo con la fiesta de San Jorge, patrón de Inglaterra. Una feliz coincidencia, sobre todo si tenemos en cuenta que el gran dramaturgo moriría ese mismo día, 52 años más tarde. Parafraseando el noble lema que él adquirió y que rezaba “Non sancz droit”, debemos decir que cuando se habla de Shakespeare siempre sucede “no sin polémica”. Cuando los ingleses empezaban a identificarlo con la figura del poeta nacional, un refinado sabio de Ultramar como Voltaire le definía como un salvaje ebrio, dada su genialidad. Lo cual, naturalmente, no hacía más que alimentar el fuego del orgullo británico, por el que los ingleses lo colocaban en pedestales cada vez más elevados. El famoso actor David Garrick organizó el primer jubileo shakespeariano en 1769, donde lo alabó como a una especie de semidiós, generando así un fenómeno llamado “bardolatría”. Mientras su grandeza manaba en cada poro de sus dramas, su fidelidad política y religiosa al régimen protestante nunca fue nada explícita. El hallazgo de un misterioso testamento espiritual de su padre, John Shakespeare, supuso un documento subversivo, inequívoca e irremediablemente católico. Publicado en 1790, privado de sus dos primeras páginas, levantó ampollas, hasta el punto de considerarlo falso. Cuatro años después, el joven William Henry Ireland divulgó la noticia de que había encontrado, en un misterioso baúl, varias de las piezas que faltaban en el enigma shakespeariano. En un clima de entusiasmo general se dieron a conocer varios documentos originales y autógrafos que finalmente definían al Bardo como modelo de integridad moral y política. Ireland mostró diversos contratos legales que testimoniaban el éxito de Shakespeare como hombre de negocios: una carta a su mecenas (el conde de Southampton), varios contratos teatrales, una carta de amor y una poesía dedicada a su esposa, junto a un mechón de su pelo, que ponían en evidencia su fidelidad conyugal; una carta, en tono extremadamente confidencial, que le había escrito la Reina Virgen en persona. Papeles de los que emerge sobre todo una profesión de fe claramente protestante.

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Ireland desenterró también algunas copias en bruto de sus dramas que demostraban que las bromas vulgares se habían añadido en un segundo momento. Increíblemente, aquellos documentos estaban en perfecta sintonía con los deseos de todo respetable súbdito británico que se preciase. Así fue como el poeta se convirtió en icono de lo políticamente (y religiosamente) correcto. Sin embargo, para desgracia de los entusiastas, el prestigioso crítico Edmond Malone tardó muy poco en desenmascarar a Ireland, demostrando que aquellos documentos eran todos falsos. De aquel joven nada más se supo y el enigma de Shakespeare recobró toda su entidad. Paradójicamente, aquel documento católico que precisamente tocaba tan de cerca a su familia terminó, después de todo, demostrando ser auténtico. A principios del siglo XX supimos así que se trataba de la última voluntad de un alma, un testamento espiritual que había sido redactado por san Carlos Borromeo en persona, que hacía esto con los milaneses que morían (por la peste) sin asistencia espiritual. Los misioneros ingleses que pasaban por Milán consideraron que el documento se adaptaba perfectamente a los católicos de Inglaterra que, perseguidos por el régimen, muy a menudo morían sin recibir los últimos sacramentos. Hoy, después de años y años de estudios y publicaciones, los expertos han identificado numerosos indicios –en su vida y obra– del probable catolicismo shakespeariano. Hasta el punto de que el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, lo ha reconocido públicamente. Por otro lado, no se ha publicado ningún estudio reciente que justifique el protestantismo del gran dramaturgo. ¿Fin de las polémicas, entonces? En absoluto, pues el siglo XX fue el tiempo de los llamados «antistratfordianos». Se trata de una corriente snob que engloba a todos aquellos que consideran que el zafio William Shakespeare de Stratford, que nunca frecuentó la universidad, debía ser demasiado estúpido e ignorante (quién sabe por qué) para componer aquellas obras inmortales, por lo que se habría valido de alguien que escribiese las obras y quisiera permanecer en el anonimato, alguien a quien él habría prestado su nombre. Estos se dividen en varias escuelas que avanzan las hipótesis más imaginativas y extrañas posibles, atribuyendo sus dramas al difunto Christopher Marlowe, o a Francis Bacon, al conde de Oxford, o incluso a la reina en persona. La teoría más divertida es sin duda la “pista siciliana” que, lanzando un potente puñetazo en el estómago al nacionalismo británico, sostiene que William Shakespeare era en realidad un calvinista siciliano llamado Crollalanza, emigrado a Inglaterra huyendo de la persecución religiosa. Ninguna de estas hipótesis podría ajustarse en ningún caso a la verdad, esencialmente por dos motivos. Uno, que en sus obras hay numerosas referencias a Stratford, a la campiña de Warwickshire e incluso a sus habitantes, lo que confirmaría una identidad entre el hombre y el autor, que por otro lado nunca a lo largo de los siglos se había puesto en duda. Y dos: de la lectura de sus dramas emerge un autor profundamente distinto a todos los candidatos posibles, rigurosamente protestantes. Exactamente como William Shakespeare, en torno al cual ya a finales del siglo XVII circulaba el rumor tan inquietante como verosímil de que había muerto papista. ELIZABETH SALA Páginas Digital

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Colombia Miles de ciudadanos salen a las calles para pedir fin del aborto

la investigación de varias instituciones que practican abortos fuera de las excepciones determinadas por la Corte Constitucional. «Negarle el Derecho a la Vida a los más inocentes de la sociedad, los niños por nacer, es el signo primario de destrucción de la paz en Colombia», denunció la plataforma Unidos por la Vida, que reclamó alternativas para las madres que atraviesan situaciones difíciles durante su embarazo. También se reclamó el derecho a la objeción de conciencia de las personas involucradas en solicitudes de aborto y el derecho de las madres a informarse sobre lo que es realmente el aborto y sus consecuencias. «Las madres y los padres de estos bebés merecen la verdad, merecen apoyo. No podemos permitir que se cumplan más años en la promoción de un falso derecho», declaró la organización en un comunicado.

Como «todo un éxito» calificaron los promotores de

Seis meses por la paz Ante masacres perpetradas por Boko Haram en Nigeria

la Octava Marcha Nacional por el Derecho a la Vida la asistencia de miles de ciudadanos en 19 ciudades de Colombia. La iniciativa, que busca restablecer la defensa de la vida humana desde la concepción sin excepción alguna, contó con el apoyo de varios obispos y fue promovida por diversas organizaciones ciudadanas encabezadas por la plataforma Unidos por la Vida. Con consignas como «No existe el derecho a matar, existe el derecho a vivir», «Mujer, sé valiente, defiende el hijo en tu vientre», los manifestantes, en su mayoría jóvenes, pidieron el respeto de toda vida humana. La fecha seleccionada es cercana al aniversario de la despenalización parcial del aborto en Colombia y al Día de las Madres, que paradójicamente tienen pocos días de separación. Los participantes vistieron camisetas rojas y pintaron corazones en sus manos para acompañar las consignas con el lema «Déjalo latir» que caracteriza la Marcha desde hace varios años. La Arquidiócesis de Bogotá recordó en su mensaje de convocatoria que «la vida pertenece a Dios, quien la da y genera a cada instante» e invitó a los fieles a seguir las indicaciones de la Iglesia para «a ejemplo de la Virgen María», «decir sí a la vida, sin excepción alguna». Esta petición tuvo un eco concreto en la petición ciudadana de retirar las excepciones que actualmente permiten el aborto (decisión que se someterá a un referendo actualmente en trámite), además de

Los obispos de Nigeria han propuesto una iniciativa de oración nacional, desde julio hasta diciembre, para restablecer la paz en el país, puesta a prueba por la violencia de los extremistas musulmanes de Boko Haram que ha cobrado la vida de miles de personas. Según un comunicado enviado a la agencia vaticana Fides, los obispos sugieren para cada mes una intención especial de oración: en julio será por la liberación de todos los secuestrados en Nigeria; en agosto por los que sufren las consecuencias de la violencia; en septiembre por los agentes de las fuerzas de seguridad que han perdido la vida o fueron heridos al defender el país. En octubre por la unidad, la paz y el buen gobierno; en noviembre por la erradicación de la corrupción y la promoción de la justicia; en diciembre por la promoción de los valores familiares, la familia y la protección de la vida humana. Según las directrices sugeridas por los obispos, la oración se llevará a cabo a nivel familiar (se invita a cada familia a rezar el Rosario el sábado por la noche), parroquial y diocesana (Rosario y adoración eucarística, el último sábado de cada mes) y nacional, con una peregrinación el 13 y 14 de noviembre al Centro Ecuménico Nacional en Abuja

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50 ANIVERSARIO DE LA SACROSANCTUM CONCILIUM: AÚN QUEDA MUCHO POR HACER Una liturgia que estuviera separada del culto espiritual correría el riesgo de vaciarse, de perder su originalidad cristiana y caer en un sentido sagrado genérico, casi mágico, y en un esteticismo vacío. Lo escribió el Papa Francisco en el mensaje enviado al cardenal Antonio Cañizares Llovera, prefecto de la Congregación para el culto divino y la disciplina de los sacramentos, con ocasión del simposio —c e l e b ra d o en la Pontificia Universidad Lateranense de Roma— para la conmemoración del quincuagésimo aniversario de la «Sacrosanctum Concilium». Apartes del texto del Papa Francisco:

“Han pasado cincuenta años de la promulgación de la constitución Sacrosanctum Concilium, primer documento promulgado por el concilio Vaticano II. Este importante aniversario suscita sentimientos de agradecimiento por la renovación profunda y generalizada de la vida litúrgica, que el magisterio conciliar hizo posible para la gloria de Dios y la edificación de la Iglesia, y al mismo tiempo impulsa a relanzar el compromiso para recibir y aplicar de Cardenal Antonio Cañizares. manera cada vez más plena dicha enseñanza. La constitución Sacrosanctum Concilium y el ulterior desarrollo del Magisterio nos han permitido comprender más la liturgia a la luz de la revelación divina como «el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo», en el que «el Cuerpo místico de Jesucristo, es decir, la Cabeza y sus miembros, ejerce el culto público íntegro» (Sacrosanctum Concilium, 7). Cristo se revela como el verdadero protagonista de toda celebración, y «asocia siempre consigo a su amadísima Esposa la Iglesia, que invoca a su Señor y por Él tributa culto al Padre eterno» (ib.). Esta acción, que tiene lugar por el poder del Espíritu Santo, posee una profunda fuerza creadora capaz de atraer a sí a todo hombre y, en cierto modo, a toda la creación. Celebrar el verdadero culto espiritual quiere decir entregarse a sí mismo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios (cf. Rm 12, 1). Una liturgia que estuviera separada del culto espiritual correría el riesgo de vaciarse, de perder su originalidad cristiana y caer en un sentido sagrado genérico, casi mágico, y en un esteticismo vacío. Al ser acción de Cristo, la liturgia impulsa desde dentro a revestirse de los mismos sentimientos de Cristo, y en este dinamismo toda la realidad se transfigura. «Nuestro vivir diario en nuestro cuerpo, en las cosas pequeñas, debería estar inspirado, impregnado, inmerso en la realidad divina, debería convertirse en acción juntamente con Dios. Esto no quiere decir que debemos pensar siempre en Dios, sino que debemos estar realmente penetrados por la realidad de Dios, de forma que toda nuestra vida (…) sea liturgia, sea adoración » (Benedicto XVI, Lectio divina en el Seminario romano mayor, 15 de febrero de 2012). A la acción de gracias a Dios por todo lo que ha sido posible realizar, es necesario unir la voluntad renovada de ir adelante en el camino indicado por los padres conciliares, porque aún queda mucho por hacer para una correcta y completa asimilación de la constitución sobre la sagrada liturgia por parte de los bautizados y de las comunidades eclesiales. Me refiero, en particular, al compromiso por una sólida y orgánica iniciación y formación litúrgica, tanto de los fieles laicos como del clero y de las personas consagradas”.

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Doménikos Theotokópoulos IV centenario de la muerte de El Greco

Catecismo de la Iglesia al persa Académicos iraníes traducen para estudiar el cristianismo

Un notable aporte a la evangelización fue realizado

En 2014 se conmemora el IV centenario de la muerte de El Greco. Varias exposiciones y un amplio programa cultural recordarán este año la obra de Doménikos Theotokópoulos y su influencia posterior en el arte. Toledo, la ciudad donde El Greco vivió su época de mayor creatividad, será el centro principal de las celebraciones, en siete espacios distintos (seis en la ciudad, y uno en Illescas), y estarán acompañadas por un programa de actividades que incluye desde conciertos de música, teatro, danza, hasta conferencias y degustaciones gastronómicas. Esta conmemoración está siendo ya todo un hito en la historia del pintor y de Toledo: la gran reunión de obras del artista que fuera programada para 2014 congrega parte importante de su producción, llegada de todos los rincones del mundo, desde América a Oceanía, con muestras de la obra del artista, que tiene su escenario principal en Toledo. La primera de las grandes exposiciones llevó por título «El griego en Toledo». Reunió 80 obras del pintor de las principales colecciones y museos del mundo y se exhibió en el Museo de Santa Cruz, ampliándose en diferentes espacios de la ciudad, los llamados Espacios Greco, para recuperar en profundidad los lugares para los que El Greco trabajó: la Sacristía de la Catedral de Toledo, la Capilla de San José, el convento de Santo Domingo el Antiguo, La Iglesia de Santo Tomé y el Hospital Tavera. Estos espacios conservan los lienzos originales, lo que ofreció a la exposición un carácter único e irrepetible fuera de Toledo. Y es que aunque parezca sorprendente nunca se había realizado una exposición sobre el Greco en Toledo. En 1902 se celebró la primera muestra sobre el artista en el Museo del Prado y desde entonces la figura del pintor se ha dado a conocer a través de exposiciones en el mundo entero, pero nunca como ahora en Toledo.

por un grupo de académicos iraníes interesados en el estudio del cristianismo. Los profesores, miembros de la Universidad de Religiones y Denominaciones en Qom, Irán, recibieron el consejo de estudiar el Catecismo de la Iglesia Católica para comprender mejor la Fe en Jesucristo y para hacerlo de una mejor manera se propusieron traducir el texto al idioma persa. La primera traducción desde el inglés fue luego enriquecida con una traducción desde el latín y sometida finalmente a la aprobación de la Santa Sede. El notable trabajo recibió el aval del Vaticano y una introducción escrita por el card. Jean-Louis Tauran, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso. La traducción, hecha con fines académicos, resultó aún más valiosa debido a que en Irán las comunidades cristianas pueden hacer uso de sus propios idiomas (armenio, caldeo, latín, inglés, entre otros) pero no pueden traducir sus escritos o evangelizar en lengua persa, ya que esto sería catalogado como «proselitismo». La Iglesia Católica, por tanto, no podría difundir su Catecismo en este idioma en Irán. «De esta forma ayudamos a la libertad de expresión de los cristianos», comentó a Asia News el Prof. Ahmad Reza Meftah, quien lideró el proyecto de traducción. «No era nuestro objetivo principal, pero fue uno de los resultados. Para nosotros y nuestros estudiantes era importante conocer más sobre el cristianismo desde lo que dicen los cristianos de sí mismos y no desde lo que otros dicen de ellos. Así podemos quitar malentendidos y esquemas ideológicos y fomentar el respeto mutuo». El origen del proyecto fue la intención de un grupo de trabajo sobre religiones de conocer más profundamente las creencias cristianas, para lo cual se requería una fuente confiable y de autoridad, que pudiera ser estudiada por profesores y alumnos. El texto revisado fue entregado a un sacerdote que trabajó durante décadas en la Nunciatura Apostólica en Teherán, el P. Franco Pirisi, quien lo revisó una vez más y obtuvo una introducción para el texto del cardenal Jean-Louis Tauran. «Era fundamental pedir a la Nunciatura su permiso para publicarlo, pidiendo que lo leyeran cuidadosamente. Y ellos han confirmado la traducción».

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EL ENCUENTRO DE LOS PAPAS CON LOS ARTISTAS CONTEMPORÁNEOS (I)

El encuentro de Benedicto XVI con alrededor de 300 artistas de diversas disciplinas (pintura, escultura, arquitectura, literatura, poesía, música, cine, teatro, danza, fotografía…), promovido por el Pontificio Consejo para la Cultura y llevado a cabo en la Capilla Sixtina el 21 de noviembre de 2009, está vinculado con dos antecedentes a los cuales el mismo Pontífice se refirió en su alocución: el encuentro de Pablo VI con los artistas del 7 de mayo de 1964 y la carta de Juan Pablo II a los artistas del 4 de abril de 1999. Estos dos hechos constituyen, junto con el encuentro de Benedicto XVI, tres etapas fundamentales del desarrollo de las relaciones recientes de la Iglesia con el multifacético mundo de las artes. Pablo VI Siendo arzobispo de Milán, el cardenal Giovanni Battista Montini dedicó una serie de intervenciones a los problemas de la cultura y del arte, expresando su propio aprecio personal por la obra de los artistas e invitándolos a establecer una renovada alianza con la comunidad cristiana. Hacia el final de su primer año de pontificado, en el encuentro “histórico” con los artistas en la Capilla Sixtina, Pablo VI reitera el deseo de “restablecer la amistad entre la Iglesia y los artistas”, una amistad “deteriorada” por ambas partes: tanto por los artistas, al recurrir a un arte separado de la vida y más aún de la experiencia religiosa, hasta llegar a ser casi incomprensible, como por la Iglesia, al pretender un condicionamiento en conformidad con clichés y modelos “de escasos méritos y bajo valor”. “Debemos volver a ser aliados”, dijo en esa ocasión el Papa a los artistas con un tono de voz que, en la grabación en vivo que todavía se conserva, revela su intensa participación espiritual y emotiva. “Nosotros os necesitamos. Nuestro ministerio necesita vuestra colaboración”. Para volver a un acercamiento y ser nuevamente amigos, Pablo VI propone a los artistas dos formas de colaboración; la catequesis, en la cual la comunidad cristiana hace a los artistas participar en su experiencia de fe, y el laboratorio, donde la habilidad y la genialidad del artista se enfrentan con la materia y con las exigencias y finalidades de la obra por realizarse.

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El llamado de Pablo VI resuena nuevamente en el Mensaje final que el Pontífice, en la clausura del Concilio Vaticano II, dirige a los artistas el 8 de diciembre de 1965. Reiterando los puntos finales del discurso de la Sixtina, el Papa dice: “Si sois amigos del verdadero arte, sois amigos nuestros. Hoy como ayer la Iglesia os necesita. ¡No permitáis que se rompa una alianza tan fecunda!... Recordad que sois guardianes de la belleza del mundo”. En el Mensaje resuenan expresiones que han llegado a ser famosas y son hoy sumamente actuales: “Este mundo en el cual vivimos necesita belleza para no hundirse en la desesperación. La belleza, como la verdad, es lo que infunde alegría en el corazón de los hombres, es ese fruto precioso que resiste el desgaste del tiempo, que une a las generaciones y las hace comunicarse en la admiración”. Juan Pablo II Con Juan Pablo II, sube a la cátedra de Pedro no solo un filósofo y un teólogo, sino también un artista, poeta y dramaturgo, que ha experimentado y promovido la sintonía entre via veritatis y via pulchritudinis. Entre las diversas intervenciones del Papa Wojtyla sobre el valor del arte para la Iglesia, se recuerda la Carta apostólica Duodecimum saeculum, escrita en 1997 con ocasión del 12º centenario del segundo Concilio de Nicea, dedicado a la controversia sobre las imágenes. El creyente de hoy, como el de ayer —escribe el Papa— debe ser ayudado en la oración y en la vida espiritual con la visión de obras de arte que procuran expresar el misterio sin ocultarlo. Teniendo presente, como su antecesor, el diálogo entre la Iglesia y el mundo de las artes, Juan Pablo II lanza nuevamente la alianza con un documento totalmente original, único en su género —la carta a los artistas—, en una fecha significativa, la Pascua de Resurrección de 1999, en la vigilia del gran Jubileo del año 2000. La carta propone una visión teológica, basada en el misterio de la Trinidad, en cuyo ámbito el Papa define al artista como “imagen de Dios Creador”, motiva la esencia del arte cristiano a partir de misterio del Verbo encarnado y estimula a los artistas a acoger “el don de la inspiración creativa” otorgado por el Espíritu. Se apoya en el recorrido teológico, antropológico y moral, en relación con el cual el Papa reflexiona sobre la vocación del artista, su misión y su responsabilidad social y eclesial. El punto neurálgico de la carta está constituido por un pasaje en el cual, retomando el magisterio de Pablo VI y del Concilio, Juan Pablo II propone un renovado diálogo a partir de una afirmación: “La Iglesia necesita del arte”, seguida de una interrogante: “¿El arte tiene necesidad de la Iglesia?”. La comunidad cristiana sigue alimentando “un gran aprecio por el valor del arte como tal. En efecto, el arte, cuando es auténtico, tiene una íntima afinidad con el mundo de la fe, de modo que, hasta en las condiciones de mayor desapego de la cultura respecto de la Iglesia, precisamente el arte continúa siendo una especie de puente tendido hacia la experiencia religiosa”. VIRGILIO FANTUZZI La Civiltà Cattolica 3828 * La parte correspondiente al Papa Benedicto XVI se publicará en la misma sección Panorama en el siguiente número de HUMANITAS.

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China Primer monasterio contemplativo católico desde la revolución comunista

L a provincia de Shanxi, en China, acoge desde el pasado 1° de mayo el primer monasterio contemplativo católico del país desde la llegada del comunismo al poder a mediados del siglo XX. El monasterio es femenino y lleva por nombre «Jardín de San Agustín». El proyecto de su fundación fue liderado por la religiosa Sor María Niu Shufen, quien fue formada en un monasterio agustino en Inglaterra. «El monasterio no es fruto de mi trabajo, sino fruto del trabajo de Dios, Él se ocupa de todo, desde las cosas más pequeñas hasta de las más grandes», expresó la religiosa, según la agencia Asia News. El obispo de la Diócesis, Mons. Giovanni Battista Wang Jis no pudo participar en la histórica inauguración a causa de su avanzada edad (90 años) pero extendió su bendición y la del Papa Francisco a través de una comunicación a los presentes. Según Sor María Niu, Mons. Wang tiene un aprecio muy grande por la vida contemplativa a causa de que 20 años de su ministerio sacerdotal los vivió en prisión a causa de su fe, y 10 de ellos en condiciones de aislamiento. El proyecto fue posible gracias al apoyo de la organización católica Cultural Exchange with China, de la Sociedad Misionera de San Columbano en Inglaterra. Su director, P. Eamonn O’Brien, manifestó a Asia News su satisfacción por la inauguración. «Se necesitaron ocho años para abrir este monasterio. Me acuerdo cuando en este lugar había solo tierra bajo los pies y el cielo sobre la cabeza», comentó. El sacerdote agradeció a las generaciones anteriores de católicos en China, quienes «han vivido su propia fe en tiempos difíciles, pero que la han transmitido igualmente a la gente de hoy». También encomendó a Dios la obra espiritual, de forma que «Él pueda

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dar su amor al futuro de esta pequeña comunidad y bendecirla con vocaciones adecuadas, de modo que pueda ser auto-suficiente». Por el momento la comunidad consta de tres religiosas: Sor María Niu, Sor Shi Kemin y Sor Wang Li. La ceremonia de inauguración fue presidida por los obispos de Taiyuan y Yuncheng, Mons. Paolo Meng Qinglu y Mons. Wu Jinwei; unos 50 sacerdotes y aproximadamente 1.700 personas. Al acto también asistieron representantes de las autoridades, quienes expresaron su felicitación por el logro de la obra, que figura oficialmente como un asilo para ancianos y un centro de conferencias debido a las limitaciones a la libertad religiosa. La edificación cuenta con salas habilitadas para encuentros y estructuras para la atención de ancianos, aunque se destaca la capilla, el claustro de las religiosas y otras disposiciones requeridas para un monasterio contemplativo.

¿Una guerra de China contra la Cruz? 360 demoliciones de cruces en Zhejiang

Las autoridades de la prefectura de Wenzhou, China, consiguieron demoler el pasado 18 de junio la cruz que coronaba un templo que ya había sido protegido por los creyentes de una acción similar. Los trabajadores y las autoridades llegaron sin previo aviso a las tres de la mañana y consiguieron ingresar una grúa para retirar el símbolo religioso que supuestamente infringía las normas de construcción locales. Bajo este mismo pretexto se han demolido 360 cruces y lugares de culto


cristiano en 2014, según información de la organización China Aid. Uno de los hechos más tempranos de esta campaña estatal fue el retiro de las imágenes religiosas de un Vía Crucis ubicado en una colina de Wenzhou. Las imágenes que por su extraordinario peso no pudieron ser movidas fueron rodeadas con muros de ladrillo para evitar su veneración por parte de los católicos. La oleada de destrucción de imágenes símbolos religiosos en China ha llamado la atención de la opinión pública internacional, que ha reportado cómo los cristianos han intentado bloquear sin éxito las demoliciones y han sufrido represión por parte de la fuerza pública. El National Post de Canadá comentó los hechos bajo el titular «China es un lugar peligroso para expresar su fe cristiana». En su informe, destacó que «es inquietante cuán pocas noticias de la persecución religiosa china logran filtrarse» y recuerda las largas condenas de prisión a los creyentes comunes en el pasado y las actuales restricciones a la libertad religiosa en el país. Un panorama general en este sentido fue elaborado por la Diócesis de Hong Kong en una denuncia presentada recientemente ante la Organización de las Naciones Unidas. En el caso de la más reciente demolición, un primer intento fue evitado por la acción de los creyentes, quienes protestaron y obstaculizaron los trabajos. Uno de los cristianos describió el hecho a la ONG International Christian Concern: «El gobierno invadió el templo sin mostrar ningún documento legal o notificación, justo como un ladrón». Una vez dentro, las autoridades bloquearon el ingreso de los fieles. En una grabación de video difundida por la ONG se puede observar el momento en que un policía golpea con su bastón tipo tonfa a uno de los ciudadanos. Las autoridades amenazaron con demoler completamente el lugar de culto, como lo hicieron anteriormente en Sanjiang, si una segunda operación era bloqueada. Todas estas acciones estarían encaminadas a intentar frenar por la fuerza el crecimiento de la fe cristiana en el país, destacado incluso internacionalmente. «Sospecho que esta es una campaña bien orquestada para contener el rápido crecimiento del cristianismo», explicó a The Christian Post Bob Fu, miembro de la ONG China Aid. «Las heridas deliberadas van a tomar años en sanar y la poca confianza que quedaba entre el gobierno chino y las comunidades religiosas chinas se ha perdido».

VI Jornada de la juventud asiática El Papa Francisco visitará Corea

El Papa Francisco realizará un viaje apostólico a la República de Corea del 13 al 18 de agosto. Lo hizo público un comunicado de la Oficina de prensa de la Santa Sede, precisando que el Pontífice acogió la invitación dirigida por el presidente de la República y los obispos coreanos, y que la visita tendrá lugar con ocasión de la VI Jornada de la juventud asiática, organizada en la diócesis de Daejeon. En la oportunidad visitará el Santuario de los Mártires de Seo So Mun, donde se realizará la misa de Beatificación de Paul Ji-Chung y 123 compañeros mártires en la Puerta de Gwanghwamum, en Seúl.

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SECUESTRAN A JÓVENES, A LA ESCUELA, AL FUTURO Y A LA LIBERTAD ¿Secuestrar a quién? ¿Y dónde? ¿Retener a jefes de estado o representantes del poder, hombres rigurosamente, símbolos de la explotación de los oprimidos, militares con puño de hierro? ¿Hacerlo en las plazas, en los palacios, en los cuarteles, en las sedes de partido o en los bancos, como en los años terribles de las Brigadas Rojas o del terrorismo político en Italia? ¿O golpeando en el corazón de las metrópolis occidentales, en las Torres Gemelas o en las estaciones de metro, como ha hecho recientemente Al Qaeda? No. El terrorismo hoy ya casi no habla en este idioma, utiliza otras consignas. En ciertos estratos del islam –los que habitualmente se identifican con el “islamismo”– el terrorismo es un parásito de la religión hasta llegar a modificar su ADN y utilizarla como arma de exterminio masivo. Así llega a secuestrar a 300 jóvenes estudiantes de un colegio en una aldea perdida de África. Privadas de cualquier poder, ricas tan solo por su sueño-derecho a un futuro como mujeres libres, instruidas, emancipadas. Sucede Esta vez la lúcida locura de los islamistas de Boko Haram (literalmente libro prohibido) ha elegido con cuidado su objetivo, golpeando a las mujeres, a las jóvenes, a la educación. En una delirante furia purificadora contra Occidente, sus credos y sus valores. Pero esta vez la noticia no se ha evaporado, como en cambio suele suceder a menudo, entre la genérica indignación de unos pocos durante un par de días; o, peor aún, entre la culpable indiferencia de la mayoría. A partir del centenar de madres nigerianas y de las masas de gente que han salido a las calles de Abuya y Lagos, la movilización rápidamente se ha extendido a todo el mundo. El llamamiento “Devolvednos a nuestras niñas” ha invadido internet y ha encontrado una adhesión inmediata y amplísima, desde el Papa Francisco a Michelle Obama, pasando por intelectuales, políticos, religiosos, miles de personas de cualquier rincón de la tierra. Esta vez, cuando el horror parece haber sobrepasado cualquier medida, tanto en Occidente como en muchos países africanos, empezando por la propia Nigeria, parece haberse recuperado la unidad entre hombres decididos a reaccionar. Más fuerte que cualquier división entre etnias o credos. Documentando así la irreductible unidad de la experiencia humana común. «Sin embargo —escribió Juan Pablo II en Persona y acción— existe algo que se puede llamar experiencia del hombre». Y es universal. Pero para que esta experiencia pueda ser custodiada, defendida, promovida, hace falta una educación. Y por tanto hacen falta adultos que, antes que maestros, sean padres y testigos. Apasionados por la libertad de los jóvenes y que se pongan en juego en primera persona con todo lo que proponen, con la verdad, el bien y la belleza, para volver a las palabras clave antiguas, más actuales que nunca, relanzadas por el Papa en su reciente encuentro con el mundo de la educación.

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Tanto en Oriente como en Occidente, en el mundo musulmán como en el cristiano, la urgencia educativa es hoy ineludible e impostergable. Con pleno respeto a la libertad religiosa, tal como el Concilio Vaticano II la propuso, es decir, sin romper nunca el vínculo indisoluble entre verdad y libertad. Pues los cristianos son hijos de un Dios que, por amor al hombre y a su libertad, entregó su vida, dejándose crucificar siendo inocente, sometiéndose a la condena capital de los esclavos. Afirmar la voluntad de liberar a las personas obligándolas a convertirse es una odiosa y violenta contradicción. La libertad religiosa es el primer peldaño en la escala de los derechos del hombre. Demolerla significa hacer caer, inexorablemente, la escala completa, como nos muestran dramáticamente las noticias de casi todos los días. Basta citar el último y terrible caso de Meriam, la joven madre condenada a muerte y a cien azotes por haberse casado con un cristiano. Defender la libertad religiosa no significa en absoluto imaginar una suerte de supermercado de las religiones en el que cada hombre pueda abastecerse de ese “suplemento de alma y de sentido” que necesita para vivir. En el que poco importa que se lo proporcione una fe o una caricatura de fe, una secta de fanáticos o la invención de magos sedicientes... La libertad religiosa, por el contrario, se fundamenta sobre el deber absoluto de todo hombre de adherirse, en adecuada conciencia, a la Verdad, que está viva y viene a nuestro encuentro, interpelando a nuestra libertad. Esta encuentra su efectivo cumplimiento cuando, al deber de las instituciones de garantizar a todos una efectiva práctica religiosa, corresponde en los practicantes una fe auténticamente vivida y apasionadamente comunicada. Así la libertad religiosa se convierte en «una auténtica arma de paz» (Benedicto XVI). ANGELO CARD. SCOLA Arzobispo de Milán

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Barcelona Nueva Facultad de Historia de la Iglesia, Arqueología y Artes Cristianas

“El estudio específico de la historia de la Iglesia en un ámbito y nivel universitario puede prestar un servicio muy útil y valioso, poniendo de relieve las raíces cristianas de nuestro continente”. Así lo indicó el cardenal de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, durante la presentación de la Facultad “Antonio Gaudí” de Historia de la Iglesia, Arqueología y Artes Cristianas (FEHAG) en julio pasado. Así es como se llama la nueva facultad que ha impulsado y creado el cardenal arzobispo de Barcelona y que fue aprobada por la Congregación para la Educación Católica de la Santa Sede. La inauguración de la facultad, a la que asistirá el cardenal Grocholewski, prefecto de dicha Congregación, será el 2 de octubre, mientras que las clases comenzarán el día 6 de octubre. La facultad “Antoni Gaudí” impartirá las tres disciplinas de humanidades y utilizará las infraestructuras del Seminario Conciliar de Barcelona, así como de la Facultad de Teología y de Filosofía, y la Biblioteca Pública y Episcopal del Seminario de Barcelona. Tal y como informan desde la página web de la arquidiócesis “el claustro de profesores también está cubierto, ya que provienen fundamentalmente del Departamento de Historia Eclesiástica de la Facultad de Teología,

del Departamento de Humanidades de la Facultad de Filosofía y del Aula de Historia Eclesiástica”. El plan de estudios de la nueva facultad se inspira en el de la Facultad de Historia Eclesiástica de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma y pretende ofrecer una formación a personas de Cataluña, del resto de España y de todo el mundo. Asimismo, desde la arquidiócesis de Barcelona indican que “la importancia del diálogo entre fe y cultura ha llevado a la necesidad de promoverlo en un ámbito universitario. La existencia de la Facultad Eclesiástica potenciará este diálogo de manera que se convierta en una plataforma para el anuncio del Evangelio”. Según el cardenal Sistach, “existe una urgencia intelectual que pasa por el fortalecimiento del diálogo entre la teología y filosofía cristianas con la literatura y las artes”. Del mismo modo se destaca que “es necesaria una interpretación de la historia basada en las aportaciones de personas, culturas y pueblos, desde una perspectiva que tenga en cuenta el cristianismo”. “El estudio específico de la historia de la Iglesia en un ámbito y nivel universitario puede prestar un servicio muy útil y valioso, poniendo de relieve las raíces cristianas de nuestro continente”, ha expresado el arzobispo de Barcelona.

Asociación Internacional de Exorcistas

Doscientos cincuenta exorcistas de treinta países del mundo, miembros de la Asociación Internacional de Exorcistas, recibieron con beneplácito la noticia el pasado 13 de junio de que el Santo Padre había firmado el decreto que acorde al canon 322 párrafo 1 del Código de Derecho Canónico, le confería personalidad jurídica a dicha asociación. El Pontífice dio luz verde para que a través del periódico L’Osservatore Romano se comunicara este avance, hecho que confirma la importancia que a este asunto da el Santo Padre en la vida de la Iglesia y el ministerio sacerdotal. Pero que también da cuenta de una reali-

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dad espiritual, la acción del Maligno, que afecta a las personas y sociedades; cuestión que el Santo Padre no deja de poner en evidencia reiteradamente, en un fiel seguimiento a lo que el propio Jesús realizó según detallan los evangelios. El sacerdote chileno Luis Escobar Torrealba, uno de los más recientes exorcistas oficialmente nombrados por su obispo en el mundo (diócesis de Rancagua, Chile), y los futuros que vayan siendo nombrados tendrán así un nuevo soporte que valida su ministerio y podrán enriquecer con transparencia la vida de la Iglesia desde la experiencia pastoral que los ocupa.


Visita cardenal Peter Turkson La Vocación del Líder Empresarial

La Unión Social de Empresarios Cristianos, USEC, junto al diario “El Mercurio” invitan a la conferencia:​ «La Vocación del Líder Empresarial”, que se llevará a cabo el miércoles 3 de septiembre a las 8:30 en el Hotel Hyatt.

El orador principal será el cardenal ghanés Peter Turkson, presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz del Vaticano, quien presentará en Chile, en versión castellana, el libro “La Vocación del Líder Empresarial: Una Reflexión”​. Inscripción en: www.usec.cl

Polonia Recrean en parque imagen gigante de San Juan Pablo II

Con una dimensión de 30 mil metros cuadrados, casi la misma que tiene el suelo de la Basílica de San Pedro en el Vaticano, unos 12 mil arbustos y 8 kilómetros de caminos que se pueden recorrer en unas dos horas, así es el parque que en Polonia se ha diseñado con la imagen de San Juan Pablo II. El «Pope Park» —parque del Papa—, como es catalogado, se ha convertido en la nueva atracción polaca. Está situado en Inwald, muy cerca de Wadowice —ciudad

natal del santo Pontífice—, y fue ideado con el objeto de homenajear al nuevo santo de la Iglesia, pero también para ser lugar de paz y de contemplación. En este lugar, que llama la atención por su inmensidad, se ha utilizado una mezcla especial de arena para formar el tono de piel del Papa, así como una gran variedad de piedras que le añaden un color especial a la obra de arte que, una vez concluida, podrá ser visible desde lo alto.

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LIBROS

¿Del homo faber

al homo fabricatus? En el ámbito de la ciencia ficción, suelen encontrarse entre los temas de la narración imágenes de una sociedad humana sumamente controlada en la cual la política y la técnica parecen haber estipulado una peligrosa alianza: un entramado entre un amplio poder de intervención tecnocientífica en la vida y un espacio extendido e invasor de control político, donde el hombre termina siendo reducido a objeto disponible por parte del sistema. Leyendo el reciente libro* de Vittorio Possenti, “La rivoluzione biopolitica. La fatale alleanza tra materialismo e tecnica”, se encuentran argumentos importantes y en algunos casos decisivos para considerar que algunos de los pronósticos literarios previamente citados están ocurriendo, al menos en parte, en el contexto contemporáneo.

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n el ámbito de la ciencia ficción, tanto de comienzos del siglo XX como más reciente, suelen encontrarse entre los temas de la narración imágenes de una sociedad humana sumamente controlada en la cual la política y la técnica parecen haber estipulado una peligrosa alianza: un entramado entre un amplio poder de inter-

vención tecnocientífica en la vida y un espacio extendido e invasor de control político, donde el hombre termina siendo reducido a objeto disponible por parte del sistema. Son escenarios inquietantes, muy alejados de los “destinos magníficos y progresistas” cultivados inicialmente por el iluminismo y posteriormente por el positivismo.

* Vittorio Possenti, La rivoluzione biopolitica. La fatale alleanza tra materialismo e tecnica, Lindau, Turín, 2013, 220 págs.

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Obviamente, es posible preguntarse si ideológicas que apuntan hacia una utilizaesos escenarios son puramente fruto de la ción cada vez más eficaz e invasiva de esos fantasía o si en cambio representan lúcidas poderes, ampliando —incluso mediante intuiciones de autores que, a partir de fe- decisiones políticas y jurídicas— los espanómenos presentes in nuce en su contexto cios de intervención técnica en la naturalecultural, han percibido directrices históri- za y —lo que es aún más preocupante— en cas destinadas a manifestar el hombre mismo. en el tiempo resultados EL SURGIMIENTO DE bastante más evidentes. La vida, objeto de NUEVAS TÉCNICAS Leyendo el reciente liproducción EN CONDICIONES DE bro de Vittorio Possenti, OFRECER AL HOMBRE Escribe Possenti: “La La rivoluzione biopolitica. La ESPACIOS Y PODERES DE revolución biomédico fatale alleanza tra materialisINTERVENCIÓN EN LA tecnológica, que implica mo e tecnica, se encuentran VIDA HASTA HACE POCO un control cada vez maTIEMPO INIMAGINABLES argumentos importantes yor de los finalismos y los SE HA UNIDO, y en algunos casos deciSEGÚN POSSENTI, procesos vitales, induce sivos para considerar que CON PERSPECTIVAS poderosas mutaciones de algunos de los pronósticos IDEOLÓGICAS QUE los criterios de fondo que l itera r ios prev ia mente APUNTAN HACIA UNA durante largas épocas han citados están ocurriendo, UTILIZACIÓN CADA VEZ caracterizado la comprenal menos en parte, en el MÁS EFICAZ E INVASIVA sión de lo humano y la culcontexto contemporáneo. DE ESOS PODERES, tura” (p. 9). En particular, se No por azar el autor, AMPLIANDO —INCLUSO advierte un viraje decisivo MEDIANTE DECISIONES siendo ya catedrático de POLÍTICAS Y JURÍDICAS— hacia la idea de un ser huFilosofía Política en la LOS ESPACIOS DE mano reducido a mero dato Universidad de Venecia, INTERVENCIÓN TÉCNICA biológico-material, acomcomienza en su texto reEN LA NATURALEZA Y pañada por el progresivo firiéndose precisamente a —LO QUE ES AÚN MÁS deslizamiento hacia una las narraciones de Aldous PREOCUPANTE— EN EL ética caracterizada por una Huxley para constatar en HOMBRE MISMO. visión puramente utilitael contexto contemporáneo rista, cada vez más reacia a la manifestación de escenarios alarmantes imaginados lúcidamente aceptar argumentos de principios. El contexto contemporáneo no asiste en experiencias literarias y artísticas, pero en realidad ya intuidos también en el de- por lo tanto solamente a una expansión de las posibilidades biotecnológicas, sino bate filosófico más agudo. El surgimiento de nuevas técnicas en también a un impulso ideal hacia una condiciones de ofrecer al hombre espacios sociedad regulada por la tecnociencia, y poderes de intervención en la vida hasta donde la vida —también y sobre todo la hace poco tiempo inimaginables se ha vida humana— se presenta cada vez más unido, según Possenti, con perspectivas como objeto susceptible de ser producido,

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manipulado y transformado técnicamente lelamente con la ideología de la técnica, con finalidades determinadas extrínseca- avanza la instancia que lleva a considerar mente. En semejante contexto se verifica “lo que es técnicamente factible” como “de con relevancia cada vez mayor una “mar- suyo moralmente lícito y tal vez incluso ginalización antropológica”, en la cual “el obligatorio” (p. 63): un modelo autorrefesignificado de lo humano se debilita” (p. rente que –como observaba lúcidamente 11) y pierde especificidad. Se rechaza la Benedicto XVI en la encíclica Caritas in idea según la cual el hombre es portador Veritate— conduce a una “desviación” de de un sentido recibido, que debe descu- la técnica propiamente tal “de su originabrirse y “hacerse florecer” respetándose rio cauce humanista” (n. 71), para llegar a la unicidad y el carácter resultados antihumanistas. irrepetible de cada persoEl autor dedica muchas EN PARTICULAR, SE na, rasgos propios tanto páginas de gran contenido ADVIERTE UN VIRAJE de su dignidad como de al progresivo abandono de DECISIVO HACIA LA IDEA su aporte insustituible en la perspectiva humanista DE UN SER HUMANO la comunidad humana. Se —sobre el cual Possenti REDUCIDO A MERO DATO abre camino, por el contrarecuerda su antiguo origen, BIOLÓGICO-MATERIAL, rio, un materialismo difuso señalando, por ejemplo, ACOMPAÑADA POR que, rechazando la idea clála tentativa de reacción EL PROGRESIVO DESLIZAMIENTO sica de una naturaleza con emprendida por Vico ante HACIA UNA ÉTICA orientación teleológica y el racionalismo ya predoCARACTERIZADA POR reflejo de un logos en el cual minante en su época—, UNA VISIÓN PURAMENTE el hombre es participante, identificando ante todo el UTILITARISTA, CADA VEZ pero no señor, opta por complejo origen de este MÁS REACIA A ACEPTAR una visión de la naturaleza recorrido, el cual es hijo de ARGUMENTOS DE misma como materia inerte “disgregaciones” del huPRINCIPIOS. en manos de la técnica: esta manismo desde su propia perspectiva, ya presente interioridad (pensemos en desde los albores de la modernidad, con- las tendencias nihilistas que surgieron duce a un desarrollo igualmente lógico e en algunas corrientes del existencialismo inquietante, consistente en “concebir al ser del siglo XX), de ataques externos (la insy a los hombres puramente como materia tancia antihumanista proveniente tanto disponible para cualquier transformación” del materialismo como de ciertas formas (p. 13), de lo cual se desprende que “todo el de cientificismo evolucionista), así como ámbito de la existencia está sujeto a la ins- “debilitamientos” más difusos, pero no tancia técnica, de tal manera que también menos fatales, de las categorías y las asel derecho, con sus múltiples valencias, se piraciones del pensamiento propio de la entiende únicamente como técnica pro- posmodernidad, en que una secularizaductora de leyes”, con los correspondientes ción ya materializada, una difundida y resultados arbitrarios y nihilistas. perjudicial antimetafísica y un relativismo En el contexto contemporáneo, para- permanente terminan “vaciando” ins-

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tancias y discursos orientados hacia una la afirmación de semejante paradigma perspectiva humanista. parece responder también a un diseño La afirmación de impulsos radicales político subyacente, en el cual en definitiva libertarios, calibrados en la creciente el mayor número de posibilidades biotecinstancia de reconocimiento de mayores nológicas es función del incremento de los espacios de autodeterminación del in- esquemas de poder, del control social y de dividuo, resulta ser en realidad solo un los intereses del mercado. aparente impulso reactivo contra la consolidación de la ideología de la técnica: Volver a lo humano la tendencia contemporánea a identificar Una sociedad que carece de antídotos la subjetividad misma con la autonomía contra las manipulaciones y por el conlleva de hecho a vincular la dignidad del trario enseña a cultivar un sujeto con su capacidad de sueño de manipulación de expresar voliciones o de POR LO TANTO, NADA la naturaleza y del hombre oponerse a las opciones de IMPIDE QUE EL HOMO FABER MODERNO, AL es ciertamente una socielos demás. No parece ser CONVERTIRSE EN dad fácilmente condiciofortuito el hecho de que en HOMO TECHNOLOGICUS, nable por poderes eficaces. el contexto bioético contemTERMINE SIENDO No por azar, como recuerda poráneo surjan cada vez VÍCTIMA DE SÍ MISMO Possenti, el relativismo conmás peticiones de ampliar Y QUE DE SUJETO temporáneo, en asociación espacios de disponibilidad TRANSFORMADOR con una idea puramente en relación con aquellos Y MANIPULADOR estadística de democracia individuos que no están PASE A SER OBJETO (donde, empleando una terMANIPULADO: DE FABER (o han dejado de estar) A FABRICATUS. minología ratzingeriana, ya en condiciones de ejercer no corresponde a la verdad actualmente su propia autonomía, poniéndose a menudo en tela de generar consenso, sino al consenso generar juicio su dignidad intrínseca e incluso a no verdad, sino ordenamientos comunes), entrega la sociedad a fáciles condicionaveces su propia subjetividad. Por lo tanto, nada impide que el homo mientos, privándola de auténticos motivos faber moderno, al convertirse en homo te- basados en principios y reduciendo toda chnologicus, termine siendo víctima de sí elección, tanto ética como política, al ámmismo y que de sujeto transformador y bito de lo opcional. Las argumentaciones de Possenti no se manipulador pase a ser objeto manipulalimitan, sin embargo, a una perspectiva do: de faber a fabricatus. Se advierte entonces de manera aún más política: él muestra de qué manera los evidente por qué Possenti quiso mostrar resultados antihumanistas de la “alianza en su texto la dimensión biopolítica del entre materialismo y técnica” exigen refenómeno: no solo porque la tecnociencia descubrir el carácter central de la cuestión contemporánea tiene implicaciones y di- filosófico-antropológica subyacente en las mensiones políticas, sino también porque temáticas biopolíticas y conducir en este

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plano una reflexión profunda y el desafío de un “retorno a lo humano” que restituya al hombre plena dignidad y con esta una auténtica libertad y tutela. Así, al leer las páginas dedicadas por Possenti a los escenarios contemporáneos, nos parece percibir cómo hoy está en juego precisamente la libertad y la tutela misma del hombre como individuo, como categoría del pensamiento y tal vez incluso como especie. Son múltiples —y Possenti ofrece un amplio recuento— las tendencias en las cuales hoy se manifiesta una erosión de lo humano y de su especificidad: entre todas, sobresale una investigación de lo poshumano o lo transhumano en que el hombre es proyectado y concebido nuevamente, potenciado (las teorías del enhancement) e incluso hibridado mediante los instrumentos de la genética. Las consideraciones del autor, en los capítulos V, VI y VII, sobre cuestiones bioéticas y biopolíticas actuales muestran cómo los escenarios inquietantes aquí señalados algunas veces no son

potenciales, sino más bien manifiestan ya en acto su propia peligrosidad. Además de los rasgos peligrosos de la técnica, las reflexiones de Possenti, especialmente en el capítulo IV de su libro, ayudan también a comprender las falacias y las ilusiones de la ideología tecnocrática, restituyendo así a la técnica misma —junto con su propio límite— su propia ratio: ser un instrumento en manos del hombre, un instrumento que como tal puede orientarse hacia el bien del hombre o hacia el mal. Ciertamente, la alternativa es concebir, al contrario, al hombre como instrumento en manos de la técnica. El sueño transformador del homo faber ya tiene en sí mismo las premisas para traducirse en una pesadilla. La buena noticia es que esto constituye un peligro, una posibilidad, pero no un destino ineluctable. FEDERICO REGGIO Adquirir vía Internet en www.lindau.it

Yo he vivido con un santo J’ai vécu avec un saint Stanislaw Dziwisz y Gian Franco Svidercoschi Les Éditions du Cerf Paris, 2014 170 págs.

Este libro, del actual cardenal arzobispo de Cracovia y por años fiel secretario de San Juan Pablo II, es un fecundo intercambio de recuerdos entre el prelado y el periodista con quien ya había escrito antes «Una vida con Karol». Entre ambas obras ha mediado un tiempo durante el cual el Cardenal Dziwisz ha querido asumir en silencio la ausencia del santo con quien compartió toda una vida. Esta confesión de su parte nos da una medida de lo que

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ha significado para él la estrecha relación espiritual y afectiva que medió entre ambos. Siendo todavía sacerdote y profesor del Seminario de Cracovia, Karol Wojtyla conoció al seminarista Dziwisz.


Lo conoció y supo apreciarlo de inmediato, porque apenas fue nombrado arzobispo de Cracovia lo llamó a su servicio. Y le pidió no solo que fuera su secretario, sino también que se fuera a vivir con él. Así se inició una extraordinaria vinculación espiritual que duraría casi 40 años, hasta la muerte del Papa santo, en Roma, en el año 2005. El actual cardenal Dziwisz evoca los años de juventud de ambos y nos relata episodios poco conocidos de la vida de Karol Wojtyla en la Polonia comunista: en qué forma se enfrentó a las autoridades, con prudencia pero con firmeza, hasta convertirse —para el Gobierno— en el enemigo número uno. Virtualmente el arzobispo de Cracovia era el protector de todos los perseguidos: intelectuales, dirigentes obreros, estudiantes, judíos o simples disidentes. Vivió durante años controlado, vigilado y espiado por la policía. Sabía que la sede arzobispal estaba plagada de micrófonos secretos y cuando tenía que hablar algo de importancia invitaba a su interlocutor a subir a un auto y a alejarse de la ciudad para poder conversar. El secretario del futuro Santo Padre nos revela entre sus recuerdos un dato notable: Juan Pablo II tuvo siempre la certeza de que al poder soviético le quedaba poco tiempo y que terminaría por caer. En esto su visión difería de la opinión pública occidental e incluso de la de muchos dignatarios de la Iglesia, que veían al comunismo como un proceso histórico irreversible. Sobre este tema, el cardenal Dziwisz evoca con viveza una conversación sostenida en el Vaticano, muchos años antes de la caída del muro de Berlín. Asistían a una reunión con el Santo Padre el cardenal Casaroli, monseñor Martínez Somalo y otros prelados. Conversando sobre el momento histórico que se vivía, uno de ellos manifestó que «el comunismo parecía haber arraigado en tal forma en las conciencias» que no cabían esperanzas de derrotarlo. Los demás asistentes participaron de la misma opinión. Juan Pablo II los dejó explayarse y al terminar les dijo con firmeza: «Yo tengo otra visión». Y les diseñó perspectivas futuras tan opuestas, que a todos ellos les parecieron irrealizables. Solo años más tarde, el sorpresivo derrumbe del poder soviético les hizo comprender la extraordinaria lucidez del juicio histórico que el Pontífice reinante les había expuesto. Fue esa clara visión la que hizo decir al Papa Benedicto XVI, en su homilía, durante la beatificación de su pre-

decesor, que este había abierto a Cristo las puertas de la sociedad, la cultura, los sistemas políticos y económicos, derribando una tendencia que parecía ‘irreversible’. Y añadió —el cardenal Dziwisz cita textualmente—: «Juan Pablo II devolvió legítimamente al cristianismo esa peculiar esperanza que se le había cedido al marxismo y a la ideología del progreso.» El Papa santo «vio» las circunstancias históricas en las que le tocó vivir y «actuó» poderosamente sobre ellas. Admirable ejemplo de la fuerza del espíritu, que con frecuencia olvidamos, al analizar la realidad con una mente enclaustrada entre los limitados márgenes del mero raciocinio. Gisela Silva Encina Adquirir vía Internet en www.editionsducerf.fr

Educar: Exigencia y pasión. Desafíos para educadores cristianos Jorge M. Bergoglio. Papa Francisco Publicaciones Claretianas- Editorial CCS Madrid, 2013 216 págs.

Estamos ante un libro de lectura sugestiva, que nos lleva a las regiones profundas de la vida humana en las que se genera la felicidad, la que los jóvenes anhelan y buscan y, a veces, no encuentran por un error de método. Ya en sus primeros años de arzobispo en Buenos Aires (a partir de 1998) mostró el actual Papa una gran preocupación por la formación de niños y jóvenes, pues sabía bien, con San Agustín, que “un corazón desorientado es una fábrica de fantasmas”, y deseaba, por ello, que toda persona se asiente en la realidad, y en ella

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encuentre apoyo e impulso para llegar a pleno desarrollo. Se reproducen, en esta obra, algunas de las alocuciones que el arzobispo dirigió a los educadores católicos en los renombrados Cursos de rectores, celebrados anualmente en el centro Consudec de Buenos Aires, cuya vitalidad me es bien conocida por haber tenido el gusto de colaborar en sus actividades asiduamente. Desde entonces ya era posible admirar la lucidez y el equilibrio intelectual y espiritual con que el arzobispo abordaba los graves problemas que implica actualmente el menester formativo. No se limitaba a incentivar el logro de resultados: buenas calificaciones, conducta correcta, marcha ordenada de la vida académica… Promovía, además, el cultivo de verdaderos frutos: sobre todo, la maduración de la personalidad de los alumnos, tarea que implica integrar la mente y el corazón, elevar el pensamiento y comprometerse con la realidad, vincular la verdad con el amor; dar primacía al ser sobre el tener, a la actitud servicial sobre el afán de lograr una excelencia competitiva. En su afán de resolver los problemas por vía de elevación, el arzobispo Bergoglio no dudaba en plantear con toda agudeza los fallos de la sociedad actual y mostrar como remedio la elaboración de una antropología profunda, que sepa intuir las implicaciones más hondas del ser humano —su enraizamiento en la familia, su necesidad de abrirse al tú y crear formas auténticas de encuentro y vida comunitaria…—, y muestre la inmensa riqueza del hombre abierto a la trascendencia. Por eso insistía en la idea de su maestro Romano Guardini —recogida luego por el Concilio Vaticano II— de que “solo el que conoce a Dios conoce al hombre”. La conferencia que lleva este título fue pronunciada por Guardini en un memorable Katolikentag, y en ella se condensa —según me confió personalmente mi admirado maestro muniqués— todo su pensamiento. Consciente de que el mundo contemporáneo ha visto sacudidas sus certezas básicas, el arzobispo recomienda a sus educadores que “forjen ideas luminosas, para que, apropiándoselas, orienten a los jóvenes y a los niños por los campos de la vida, y ayuden a generar lazos y vínculos con personas, ideas y lugares, porque se crece alimentando pertenencias” (p. 25). Esta forja de ideas clave podemos realizarla si “vamos en busca de la sabiduría, siempre convencidos de su capacidad de conmover y enamorar” (p. 103).

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Lo que más nos conmueve es descubrir que nuestro desarrollo como personas está incompleto hasta que optamos por los grandes valores: la unidad, la verdad, la bondad, la belleza. “Si no recuperamos la noción de verdad, sin una racionalidad compartida, dialogal, queda solo la ley de la selva, la ley del más fuerte. Solo con el consenso no se conserva la libertad. Solo el respeto a la verdad nos mantiene libres” (p. 94). De ahí la recomendación cordial a los educadores: “Tengan pasión por la Verdad, el Bien, la Belleza” (p. 25). Pero el arzobispo no se siente a gusto quedándose a medio camino. Por eso moviliza su arte de anudar las diversas vertientes de la vida, e indica que la sabiduría que tiende hacia el bien, contempla lo bello y crea esperanza solo podemos alcanzarla plenamente cuando conseguimos el mayor de los arraigos, el arraigo espiritual en Cristo, “camino, verdad y vida”. Para conocer nuestra verdad de hombres, debemos vernos desde Dios, para luego, a la luz de esta verdad sobre Dios y sobre el hombre, lograr “otra forma de valorar el mundo, el prójimo, la propia vida, la misión personal” (p. 128). A la luz de lo antedicho, queda patente que la meta de un educador católico consiste en suscitar en los alumnos un “crecimiento en sabiduría” (p. 132). “Deseamos que nuestros jóvenes (…) hayan vivido una transformación, tengan más conocimientos, nuevos sentimientos, y al mismo tiempo ideales realizables” (p. 132). Para ello deben madurar “su creatividad en un proceso de libertad, gestando algo nuevo a partir de la verdad recibida, aceptada y asimilada” (págs.133-134). Esto no es solo un buen resultado; es el fruto que cabe esperar de un centro de formación católico. El autor concluye proponiendo tres desafíos interconexos: “tender a que nuestra tarea dé frutos sin descuidar los resultados; privilegiar el criterio de gratuidad sin perder eficiencia; y crear un espacio donde la excelencia no implique una pérdida de solidaridad” (p. 132). Este párrafo programático nos ofrece varias de las claves del pensamiento y del actuar de nuestro Papa actual. Alfonso López Quintás Adquirir vía Internet en www.publicacionesclaretianas.com


Los judíos del Papa. El plan secreto del Vaticano para salvar a los judíos de los nazis Gordon Thomas Editorial Edhasa Buenos Aires, 2013 354 págs.

Resulta evidente que hoy en día el interés sincero por la verdad ha dejado de ser una preocupación seria para nuestros contemporáneos: una buena cantidad de gente opina sobre temas relevantes sin ninguna información medianamente rigurosa, y se difunden opiniones basadas en meras habladurías, muchas veces con contenidos claramente inverosímiles y decididamente sesgados y parcialistas. Esto ha pasado con las opiniones que se difunden sobre varios protagonistas de la historia reciente, pero en ningún caso con más gravedad y conciencia clara de la mentira que se divulga como en el caso del Papa Pío XII. En efecto, obras teatrales como El Vicario, de Rolf Hochhut; el libro de John Cornwell, Hitler’s Pope, y numerosos artículos periodísticos publicados en notorios diarios del mundo se encargaron de montar una empresa deliberada —promovida originalmente por la Unión Soviética— para la difamación de Eugenio Pacelli, acusándolo de no hacer prácticamente nada para salvar a los judíos de la masacre nazi. En el libro del notable periodista galés Gordon Thomas que ahora comentamos, se realiza una extensa, rigurosa y fidedigna investigación acerca de la actuación de Pío XII durante la primera parte de su papado, en especial entre 1939 y 1944, en lo referente a su actuación ante la persecución hitleriana de los judíos y a la empresa montada por los nazis para su exterminio. Thomas expone su versión de esa historia, que resulta bien documentada e incontrastable, de un modo ágil

y cuasi-novelado, contando historias simultáneas de judíos del Gueto de Roma, de diplomáticos Aliados y del Eje, de religiosos y religiosas, de médicos romanos, de rabinos y de mucha gente que estuvo involucrada tanto en la persecución de los judíos y cuanto en los intentos por salvarlos o al menos ayudarlos. Pero lo que más se destaca en este libro es la enorme documentación en que basan todas sus afirmaciones: los discursos de Golda Meier, los escritos de Chaim Weizman, el primer presidente de Israel; las afirmaciones de Isaac Herzog, Gran Rabino de Jerusalén, y de Israel Zolli, Gran Rabino de Roma; de Moshe Sharett, Primer Ministro de Israel, y decenas más de testigos imparciales y reconocidos, todos ellos defienden la titánica labor llevada adelante por Pío XII para salvar a miles de judíos, y no solo de Roma, de la muerte segura en manos de los nazis. Además, en el libro de Thomas se transcriben las partes pertinentes de los diversos discursos y mensajes pronunciados durante la guerra por el Papa, en los que se condena clara e inequívocamente al racismo, al totalitarismo, la masacre como método habitual y todas las prácticas injustas y crueles que llevó adelante en esos años el Partido Socialista Nacional Obrero Alemán. También se hace referencia a los 43 discursos pronunciados por Pacelli mientras fue nuncio papal en Alemania, en los que denuncia la falsedad de la ideología nazi, y en especial su clara condena de la Kristallnacht de 1938 y su carta abierta de 1935 al obispo de Köln, en la que describía inequívocamente a Hitler como “un falso profeta de Lucifer”. Por otra parte, la descripción de los personajes que interactúan en el libro resulta realmente notable, en especial la del embajador inglés en el Vaticano, Sir Francis D’Arcy Osborne, obsesionado por jugar al golf y tomar whiskies servidos por su valet en la terraza de Santa Marta mientras observaba los bombardeos de Roma; o la de Israel Zolli, Gran Rabino de Roma, que durante la guerra y en gran parte gracias a la actuación de Pío XII, terminó convirtiéndose al catolicismo; o de Mons. Hugh O’Flaherty, obispo irlandés que montó la red de rescate de judíos y de prisioneros aliados fugitivos en el Vaticano (y sobre cuya actuación en esos años se filmó una interesante película, The Scarlet and the Black, coprotagonizada por Gregory Peck, como O’Flaherty, y Chistopher Plummer, como Herbert Kappler). Pero lo que resulta más relevante —e indudablemente fundado— luego de la lectura del libro, es la

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defensa —y evidencia— de la posición firme, clara y valiente de Pío XII frente a las atrocidades del Socialismo Nacional y muy especialmente con los judíos. El Papa no solo mandó organizar una red de rescate de los judíos de toda Europa, gestionada por los padres Palotinos, sino que dio asilo en el Vaticano a centenares de judíos y a muchos otros en distintos conventos de Roma, se reunió varias veces con los líderes de la comunidad hebrea de la Ciudad del Tíber, les donó los quince kilos de oro que les faltaban para cumplir con la exigencia de Herbert Kappler y se pronunció clara e inequívocamente contra la masacre de los judíos, arriesgando de ese modo la vida e integridad física de los sacerdotes y dirigentes católicos de las zonas ocupada por el Tercer Reich. Hay que recordar en este punto que la redada que llevó a la muerte a Edith Stein fue una represalia por una carta pública de los obispos holandeses en la que se criticaban los crímenes de los nazis. En definitiva se trata, en el caso del libro de Gordon Thomas, de una obra que demuele definitivamente la andanada de calumnias y mentiras deliberadas lanzadas contra Pío XII por sus enemigos —y de la Iglesia— tratando de ocultar y desvirtuar la valiosa y valiente labor del Papa en esos años terribles. “Esos ataques —escribe Thomas— son una afrenta a la historia”, por su falta de evidencia, sectarismo y desprecio por la verdad. El demoler esas calumnias deliberadas es una contribución notable de este libro a la restauración de la verdad histórica y la reivindicación de una figura —como la de Pío XII— notable por su clarividencia, caridad y valentía en circunstancias especialmente arduas, peligrosas y complejas. Carlos I. Massini-Correas Adquirir vía Internet en www.edhasa.com

Teología del tiempo José Granados Ediciones Sígueme Salamanca, 2012 364 páginas

El autor, profesor de teología dogmática en el Pontificio Instituto Juan Pablo II de Roma y en la Pontificia Universidad Gregoriana, tiene clara conciencia de que

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su libro aborda uno de los principales temas que puede plantearse hoy el hombre, en lo que respecta tanto a su vida individual como a la construcción de la vida en común. Se trata de la pregunta por la sabiduría que permite vivir el tiempo en una época caracterizada por la crisis en la configuración del tiempo personal e histórico. Rasgo característico de esta crisis es la ruptura del pasado con el presente y el futuro, la discontinuidad de cada generación con la anterior y la siguiente, o en otras palabras, la carencia de un trasfondo seguro o una estructura fija del tiempo ofrecido por el orden del cosmos y las tradiciones sociales. Lo pretérito parece cada vez más distante e irrelevante y el futuro se ve cada vez más abierto e incierto, sembrando desorientación y desconcierto. Por otra parte, desde la perspectiva teológica, el tema del tiempo es clave para abordar la pregunta sobre Dios, pues el mensaje cristiano enseña que Dios se ha sumergido en medio de la historia, estableciendo la unidad inseparable de lo temporal y lo eterno. No tendría sentido proclamar a Cristo como la plenitud de los tiempos si el tiempo estuviera hecho de fragmentos desordenados e inconexos entre sí. El propósito declarado por Granados es hacer ver que la condición temporal de la existencia humana y la vulnerabilidad que ella implica no constituyen solamente un límite en el que la muerte tiene la última palabra, sino que es la ocasión para abrirse a una trascendencia que lo salva y hace de la vida algo más verdadero y bello. Lejos de disgregar la vida humana, el paso del tiempo la abre más allá de sí a un encuentro de comunión con los otros y para los otros. Para mostrarlo, propone seguir un camino que descifre la experiencia humana del tiempo a la luz de la medida del tiempo en Jesús, que proporciona su dilucidación definitiva. Este camino se divide en tres partes, que pasamos a reseñar brevemente.


La primera parte se titula “La fórmula del tiempo”. En ella, la pregunta por el sentido del tiempo se encuadra en el marco de la existencia corporal del ser humano y de su vocación al amor. La condición encarnada exige renunciar a la autosuficiencia y dominio completo sobre la vida, pero permite por otra parte el encuentro real con el mundo y con las otras personas a partir de la aceptación, posesión y donación del cuerpo propio. Al respecto, el autor destaca un paralelo con el tiempo, que, como el cuerpo, pertenece a la identidad de la persona a la vez que está más allá de ella, puesto que no puede disponer totalmente de su pasado y futuro. A la luz del amor esta limitación se transforma en apertura y acogida de los demás, vinculando la memoria del pasado y la esperanza del futuro a través del encuentro interpersonal. La segunda parte del libro, “El ritmo del tiempo”, desarrolla y profundiza las dimensiones del tiempo y la historia en torno a tres conceptos clave: la memoria (pasado), la promesa (presente) y la fecundidad (futuro). La memoria traza el vínculo con el Origen a través del vínculo con la filiación, o sea la mirada hacia atrás desde la condición de hijo, que no concierne solamente a lo pretérito, sino que libera también para lo presente y encamina hacia el futuro. La promesa consiste en la capacidad de tejer una vida bien integrada sobre la base de relaciones interpersonales, y encuentra su plenitud en la unión esponsal entre hombre y mujer. La fecundidad, que no se reduce a la procreación, abre un tiempo nuevo que trasciende la muerte. Su máxima expresión es la pasión, muerte y resurrección de Cristo, mediante la cual, al introducir el perdón definitivo, regenera el pasado, cambiando la estructura total del tiempo. La Pascua de Jesús es el eje en torno al cual gira la última parte, “La plenitud del tiempo”, en la que se ofrece una síntesis de la perspectiva cristiana del tiempo. En la vida de Cristo tiene lugar la conexión entre tiempo y eternidad, pues todo lo que hizo en la tierra tuvo un comienzo y un fin temporal, pero a la vez todo procede de la eternidad y termina en la eternidad. La historia de la humanidad tiene un sentido unitario porque ha sido recapitulada, es decir restaurada, perfeccionada y condensada en Cristo. Por eso el ser humano puede vivir el tiempo fugitivo en perspectiva de eternidad, sin anularlo en ella. El autor subraya que el secreto de la eternidad no es la posibilidad de prolongar indefinidamente la vida temporal, sino de

transfigurarla, enlazando pasado y futuro mediante el vínculo de la promesa, que ensancha el presente al conferirle coherencia y unidad. Notable es la forma en que, a lo largo de todo su libro, Granados trae a colación el pensamiento de grandes poetas, como Dante, Calderón de la Barca y Dostoievski; importantes filósofos, destacando especialmente Marcel, Heidegger y Ricoeur, y teólogos de la talla de San Agustín, Guardini y Pannemberg, entre otros, con los que prepara el terreno de la reflexión basada en la Biblia acerca de la plenitud del tiempo que se realiza en Cristo, al que se presenta como medida de toda maduración de lo humano. Digno de destacar es también la elegancia y claridad del lenguaje empleado, rico en ejemplos y comparaciones, que hace accesible la reflexión sobre el profundo y difícil tema del tiempo a un círculo amplio de lectores, no solo del mundo académico. Mariano de la Maza Adquirir vía Internet en www.sigueme.es

Cásate y sé sumisa. Experiencia radical para mujeres sin miedo Cásate y da la vida por ella. Hombres de verdad para mujeres sin miedo Costanza Miriano Editorial Nuevo Inicio Granada, 2013

Mucho revuelo ha causado la publicación de un libro con el título Cásate y sé sumisa. En una sociedad que se congratula de no practicar la censura y de poner la tolerancia como primera regla de convivencia social, este rasgar vestiduras por un título resulta toda una declaración de principios subyacentes. Más allá de las polémicas mediáticas, pues muchos de los ataques

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contra la autora Costanza Miriano (periodista italiana de la RAI) provienen simplemente de la lectura de el “escandaloso” título de su primer libro sin un conocimiento de su contenido, las dos obras que aquí se presentan son una sencilla apelación a retomar el sentido común en las relaciones matrimoniales. Apegada a la experiencia y con múltiples ejemplos prácticos, Miriano intenta suplir la ausencia de tradición que aqueja a los matrimonios modernos, principalmente respecto a la transmisión de los roles naturales correspondientes a ambos sexos en la mutua convivencia: “ese es el tema de nuestra época: la crisis devastadora de las identidades masculina y femenina, la falta de hombres y mujeres de verdad y, como consecuencia, de matrimonios que funcionen”, dice. Consciente de que la nueva generación se encuentra desorientada al no haber recibido una formación básica y práctica sobre la naturaleza de la femeneidad y de la masculinidad, la autora intenta transmitir que el matrimonio es una institución necesaria, no basada en la igualdad, ni sustentada en una negociación de la repartija de tareas del hogar, sino en la diferencia y en la entrega propia y adecuada de cada sexo. Lo hace apoyándose en el texto de San Pablo en la carta a los Efesios 5: 24-25: “Así como la Iglesia está sumisa a Cristo, así también las mujeres deben estarlo a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella”, y dando fe de que aquel modelo verdaderamente permite disipar las crecientes dificultades que enfrenta la familia contemporánea en base a la generosidad y la aceptación del modo de ser propio de mujer u hombre. Su objetivo, luego, es develar el significado de este mensaje de Pablo en las vicisitudes de la vida con mucha insistencia en que el éxito de un matrimonio no depende de la aparente perfección en la ejecución de las funciones, sino más bien de la entrega amorosa que sustenta la familia desde su origen. Ambos libros se presentan a modo de un manual para diversos estadios de la vida de pareja. Están dirigidos precisamente a casos de individuos que en algún sentido se encuentran en situaciones de confusión o se enfrentan a los peligros y dudas más comunes de la familia actual, en circunstancia de que ya no han asumido la opción de casarse y tener hijos como un camino incuestionable y socialmente respaldado, sino como una elección desde cero. De

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este modo se dedican capítulos a las madres que se encuentran excesivamente apegadas a sus hijos, a los maridos que no escuchan a sus esposas, a parejas que conviven pero no saben si dar el paso de casarse. La respuesta se aborda de un modo cálido y lleno de humor. Miriano no habla desde la superioridad, sino que apela a la sabiduría divina, refiriéndose siempre a su experiencia personal con realismo y humildad. El resultado no es un tratado antropológico, sino que una guía vivida. Escrito en formato de cartas a 11 personajes que representan una situación a ilustrar a las que sigue un desarrollo más acabado del tema planteado, Cásate y sé sumisa, el primero de la serie, comienza con la intención que movió a la autora a escribir: “(…) ninguna mujer de carne y hueso que yo conozca jamás ha tenido problemas semejantes a esos de los que, con tanto celo, se preocupan ciertas feministas y muchos periódicos. Todas las proclamas sobre el cuerpo de las mujeres, usadas solo por su belleza, sobre las crueles reglas del éxito y de la sociedad de la imagen que nos quiere siempre jóvenes, y que nos empuja, pobrecitas, a la cirugía estética, y sobre la necesidad de reconquistar nuestra autonomía, a nosotras- cuando estamos en la cola del supermercado y llueve y están a punto de acabar a la vez el fútbol y el catecismo y una hija está dormida y la otra tiene que ir al bañonos importan muy poco” (Cásate y sé sumisa, p. 12). Se traslada entonces la mirada a aquello que realmente preocupa a las mujeres en su vida cotidiana y a la respuesta de la Iglesia: “Lo que, cada vez que puedo, les digo a mis amigas y conocidas (...) es que elijan la sumisión; es decir, que decidan libre y conscientemente ponerse por debajo, como unos cimientos de cemento armado que sostienen a la familia, con la capacidad exclusivamente femenina de suavizar aristas, de relacionarse, de ser para, de acoger, de mediar, de animar y de educar, o sea, de sacar fuera lo mejor de todos. Que redescubran la misteriosa vocación de la mujer”. (Cásate y da la vida..., p. 14). Por otra parte, Miriano ha recalcado que, por mucho que los ojos estén fijos en el título en el primer libro publicado en 2011 en Italia, el segundo, pensado para los hombres no contiene un mensaje menos exigente: “Si nos fiamos de san Pablo (un tipo bastante fiable, diría yo), que en la Carta a los Efesios nos invita a las mujeres a someternos, no es que a los hombres les vaya mucho mejor: ‘...Y vosotros estad dispuestos a


morir por vuestras mujeres como Cristo por la Iglesia’. A ser hombres ni más ni menos” (Cásate y da la vida..., pp. 14-15). Antes ha declarado: “La crisis de la virilidad- entendida ésta como la disponibilidad del hombre a dar amorosamente la vida, a ofrecerse a recibir los golpes necesarios para defender a los que le han sido confiados- me parece que está a la vista de todos (...). El ‘hombre que no rechaza su lado femenino’, sensible como una mujer, parece ser el ornamento supremo de la contemporaneidad. A mí, cada vez que oigo una alabanza a ese hombre que ‘no reniega de su lado rosa’, me sale espontáneamente una mueca repentina, no sé, y como protesta me tumbo en el sofá y me duermo (hace años que busco una excusa para hacerlo). En cuanto a las mujeres que se sienten superiores a los hombres, yo diría que son la mayoría: ése es el conformismo más difundido en la actualidad.” (Cásate y da la vida..., p. 13). El estilo de escritura puede resultar a medida que se avanza en la lectura algo repetitivo en sus recursos humorísticos y de cuando en cuando el lenguaje demasiado coloquial tiende a volverse empalagoso, pero el libro tiene su valor en la propuesta realista y fundada en la postura de la Iglesia de una solución ante las dificultades que enfrenta hoy la familia a través de la entrega amorosa de maridos y mujeres en armonía con su naturaleza correspondiente. BMC Adquirir vía Internet en www.nuevoinicio.es

Transfiguración Diego Honorato Errázuriz Ediciones Grillo M. Santiago de Chile, 2014 82 págs.

Ya el título de este libro de poemas nos transporta hacia el monte Tabor donde el Señor “llevó a Pedro, a Jacobo y a Juan el hermano de Jacobo y se fue solo con ellos a un cerro muy alto; y allí su apariencia cambió delante de ellos. Su cara se puso brillante como el sol y su ropa se volvió blanca como la luz” (San Mateo 17: 1-2). Diego Honorato Errázuriz, Doctor en filosofía y profesor de Griego Clásico entre otros notables títulos, transfigura aquí su saber filosófico

en textos poéticos donde I (“El Hombre: Introito”) II (El hombre: carne y sentidos transfigurados) (Sentidos) (Carne transfigurada) III (Dios) IV (Muerte) V (Espera) nos trasladan a “la compasión de un Dios que teme y abraza su propio destino” (pág. 47). “Y tú, sin embargo, / antiquísimo rumor, /-responde- /¿por qué nos despiertas”? (pág. 7) ¿Podemos pensar en el rumor de un río, o el murmullo de las hojas frotadas por el viento tan antiguos como el hombre que siempre se despierta para acceder a la poesía? Más adelante nos llama la atención el texto de la página 21 por su delicada sensualidad con un fino remate del poema. Todos de alguna manera experimentamos el amanecer “en el corredor con su luz blanquecina y la brisa” tal vez de una casa de campo o de cualquier casa en que hemos vivido o conocido y que el autor lo convierte, a nuestro juicio, en un excelente poema de amor, haciéndolo universal y bello. Sin encumbrar, ni tampoco igualar a Diego Honorato a las alturas de Constantino Kavafis, poeta griego de gran sapiencia y erudición, creemos que el poema de la página 50 del presente volumen, denota la lectura y por qué no influencia del gran vate nacido en Alejandría, Egipto. “Transfiguración” edición de cuidada factura con bellas ilustraciones de Pola Alcalde, inicia el camino, a veces arduo e ingrato de la literatura, con que Diego Honorato Errázuriz en su primer libro de poemas, nos ha dejado una valiosa huella. Marcelo Jarpa Fabres Adquirir vía Internet en www.gustavomujica.cl

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HERENCIA ALEMANA. CASAS DE VALDIVIA Gabriel Guarda y Hernán Rodríguez Villegas Edición financiada por Banco Santander Santiago de Chile, 2014 265 págs.

El 1 de abril fue presentado en el Centro Cultural El Austral (Casa Hoffmann), de Valdivia, el nuevo libro del P. Gabriel Guarda y Hernán Rodríguez Villegas, Casas de Valdivia. Herencia Alemana. Acogido a la Ley de Donaciones Culturales y bajo los auspicios del Banco Santander, precedidas de una introducción histórica del P. Guarda, en sus 368 páginas se reproducen hermosas imágenes de 30 casas de alto valor patrimonial, con abundante información sobre sus propietarios y sus características estilísticas y constructivas, insertas entre fechas de acontecimientos culturales como la creación de la Universidad Austral y la instalación del Centro de Investigaciones Científicas del Sur, o desgracias colectivas como el gran incendio de 1909 o el terremoto de 1960. En la introducción el P. Guarda indica que el lugar común “casas alemanas de Valdivia” es impropio y pone de manifiesto el desconocimiento del tema, de todo lo escrito sobre él por la historiografía especializada, siendo por tanto un término fácil como recurso periodístico, porque las casas no siempre fueron construidas por alemanes, ni para propietarios alemanes, ni constituyen una tipología existente en Alemania. Las casas de los colonizadores de 1850 no existen, se quemaron o se demolieron; las primeras y más hermosas construcciones de la década de 1850 fueron hechas para los antiguos vecinos de origen español y las actuales fueron construidas por los miembros de la segunda o tercera generación de descendientes alemanes, ya enteramente enraizados en Valdivia. Influencias de la arquitectura alemana coetánea sí hay, pero allá las construcciones fueron de estructuras mixtas de madera con mampostería de ladrillo y las de Valdivia, íntegras de las mejores maderas traídas de diferentes partes del mundo. Fueron ejecutadas por una mano de obra descendiente de los “carpinteros de ribera”, vigentes hasta hoy, herederos de la llamada “carpintería de lo blanco”, de ascendencia mudéjar, por lo tanto, dentro de una sucesión ininterrumpida desde la época de los constructores del siglo XVI. En la presentación del libro el padre Guarda agradeció el mecenazgo del Banco Santander, a los dueños de las casas que con gran generosidad abrieron sus puertas a fotógrafos y productores, a los múltiples informantes, a los custodios de antiguos archivos fotográficos, al equipo de trabajo y al diario El Mercurio, que dio tan buena publicidad al libro a través de los suplementos Artes y Letras y Vivienda y Decoración. Además hizo un llamado de alerta a las autoridades presentes sobre la responsabilidad en la conservación de este patrimonio único, del cual hay muchos más testigos arquitectónicos fuera de los consignados en el presente libro. A.S.Z.

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The Activity of Being. An Essay on Aristotle’s Ontology Aryeh Kosman Harvard University Press Cambridge y Londres, 2013 304 páginas

“Actividad de ser” ¿en Aristóteles? Siempre se nos había enseñado que Aristóteles no habla del “ser” como acto, sino que existen entes, ya sea sustancias, cantidades, cualidades, etc., que están en acto o en potencia. Más bien se le atribuye a Santo Tomás de Aquino la interpretación de Metafísica como un tratado que revela lo radical de las cosas que nos rodean: el que son algo. Es una gran novedad que un autor como Kosman, inserto en el mundo de los comentadores aristotélicos contemporáneos, haya escrito un libro de esta índole, pues la usanza actual en la literatura secundaria sobre Aristóteles consiste en aislar ciertos pasajes y buscar las dificultades que estos presentan. Y en consecuencia, se lee su obra por tramos, uniendo frases de una obra con otra, perdiéndose muchas veces el hilo conductor que Aristóteles pretendía. Kosman presenta una interpretación global de la Metafísica de Aristóteles, diciendo que esta es una obra que tiene un proyecto de principio a fin. Este proyecto, dice Kosman, es la búsqueda del ser, que está muy relacionada con la indagación acerca de la sustancia, y nos pone a la vista una gran cantidad de citas donde el mismo Filósofo enuncia esta intención. En numerosas ocasiones Aristóteles se pregunta: ¿qué es el “ser”? ¿Qué es “ser algo”?

Es un agrado leer un libro que toma las obras del Filósofo como una unidad, y Kosman tiene un especial cuidado en referirse a otros lugares del Corpus Aristotelicum relacionando pertinentemente De Anima y Ética nicomaquea —entre otros— cuando la interpretación lo exige. El gran aporte de The Activity of Being consiste en presentar la sustancia, en cuanto compuesto de materia y forma, como una unidad análoga al ejercicio de una capacidad: la materia y la forma son lo mismo, como lo son el cuerpo y el alma. La forma es la expresión efectiva de la habilidad de la materia, la forma hace ser en acto al compuesto al actualizar a la capacidad de la materia, que nos da como resultado un ente subsistente por sí mismo, una sustancia. Y lo que posibilita esta unión tan íntima entre la materia y la forma, afirma Kosman, es el reconocimiento que hace Aristóteles de la sustancia como actividad. Kosman es tajante desde la introducción a su libro: no podemos seguir traduciendo energeia (la palabra griega que designa el acto) como “actualidad”, ya que se pierde su significado primordial, ahogándose en la generalidad de ser algo, como puede ser cualquier cosa, de cualquier categoría. Desde el inicio ya muestra Kosman su interpretación: es necesario traducir energeia como “actividad” que represente con toda su fuerza a la sustancia actuando, no como algo estático, no como mero receptor pasivo de predicados y determinaciones accidentales, ni únicamente como su rol de sustrato de cambios. La sustancia, afirma nuestro autor, es una unidad ontológica en sí misma, en ella se da la unidad del ser: cuando entendemos que la sustancia es “ser lo que es”, entendemos el ser. “Ser” es la actividad del ser lo que son de las cosas. Por esta razón The Activity of Being es un libro importante para la metafísica en general, porque rescata de las profundidades de la confusión y la vaguedad al término que nombra la radicalidad de lo real, “el ser”, concretándolo en la sustancia, como ser en acto. Es, quizá, el puente que necesitábamos para acercar a aristotélicos y tomistas, y generar un diálogo entre posiciones que habían llegado a estar, en nuestra época contemporánea, injustamente muy alejadas. Trinidad Avaria Decombe Adquirir vía Internet en www.hup.harvard.edu

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Cuentos con historia. Chile. Siglos XVI, XVII y XVIII Jacqueline Dussaillant Christie Ediciones UC Santiago de Chile, 2013 118 págs.

De gran valor resulta la bella edición de este libro que surge de una historiadora y docente que, consciente de la pérdida de la tradición en los jóvenes, desea restituir de alguna forma el apego a las raíces que tanta importancia tiene para el respeto por la patria, las instituciones, habitantes, cultura y geografía. En respuesta a “casi veinte años de docencia en la educación superior”, a través de los cuales la autora ha visto “con lástima que muchos jóvenes chilenos desconocen y hasta menosprecian nuestra historia”, Dussaillant apela a los niños para transmitirles en su lenguaje treinta cuentos basados en hechos históricos acontecidos a lo largo de los siglos XVI hasta el XVIII en Chile. Las narraciones se realizan utilizando recursos literarios, como el relato en primera persona o el diálogo de personajes ficticios. Además incluye, como notas al pie, un diccionario de términos utilizados y en el margen un breve glosario histórico de datos y personajes involucrados en cada relato. Otro elemento merece ser destacado, las ilustraciones son de la misma autora. Tal como afirma Fernando Purcell en el prólogo: “Se trata de un texto con ilustraciones de alta calidad y que denota un cuidado especial de parte de la autora, quien preparó glosarios, incluyó notas explicativas, bibliografía y se dio el trabajo de ayudar a los lectores infantiles con la explicación del significado de palabras com-

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plejas. Se trata pues de una obra que logra conjugar de forma perfecta el rigor del oficio del historiador, con el maravilloso ejercicio de la imaginación y la narración histórica”. La selección de treinta cuentos legendarios de la historia colonial de Chile, narrados por Dussaillant, logran superar la barrera que podría establecer el uso de una estricta metodología crítica en la investigación histórica para el lector común y son ventanas que despiertan la curiosidad sobre el pasado y los relatos que nos han configurado. Dice Purcell: “¿Cómo poder gatillar esa curiosidad sin límites sobre el pasado? Creo que la respuesta está en el desafío de explorar nuevas formas de comunicar lo que hacemos. Una de ellas, la del cuento infantil, tiene una gran ventaja por sobre otras, porque no posee amurallamientos tan rígidos y permite echar a volar la imaginación de cientos y miles de niños. Es esta imaginación la que puede llevar a infinitas preguntas y dichas preguntas al reforzamiento de la investigación histórica hoy y mañana”. Las historias recopiladas y reformuladas están clasificadas cronológicamente en los siglos que corresponden a su desarrollo. El siglo XVI se inicia con “La bota llena y el grito vacío” (1536) que reconstruye el viaje desde Cuzco a Chile contado por un pretendido soldado español miembro de la expedición de don Diego de Almagro. Al avanzar por las páginas la autora muestra en retazos narrativos a personajes como Inés de Suárez en “La sangrienta espada de Inés” o a Catalina Ríos Lisperguer en “Doña Irascible”. También se relatan momentos que han quedado grabados en el imaginario popular como el incendio de la catedral en 1769, historias como la de “El capitán y la cautivadora cautiva” (1629) adaptada desde la obra Cautiverio Feliz o anécdotas como la del “Pellizco indiscreto” contada en el Relato del honorable comodoro John Byron. El libro termina con el relato de la inundación del barrio La Chimba y la ribera sur del Mapocho en 1783. Se vislumbra claramente la rigurosidad de la historiadora, que distingue a través de su lenguaje (y de los recursos adicionales del glosario) la fantasía popular de los hechos documentados. Dussaillant se apega a los datos certeros aun en este formato más libre del cuento infantil, y aprovecha cada pequeña anécdota para reflejar, con recurso a sus conocimientos de la investigación sobre la historia de Chile, la atmósfera del mundo colonial. No intenta adornar


excesivamente los cuentos haciendo pasar elementos legendarios por reales para volver más atractivos los acontecimientos, sino que descansa en ellos, confiada en que la realidad histórica es suficiente para causar asombro e interés en el público infantil. Por lo mismo, en sus relatos parece invitar a diferenciar aquello que se transmitió como leyenda en la tradición popular, de lo que es dudoso y de lo que se encuentra respaldado por la reconstrucción científica. Lo que consigue son relatos cuidados, moderados, contados desde la perspectiva de una docente de la Historia y dirigidos a despertar preguntas. Sobre todo, en conjunto logra hacer finalmente un cuadro de detalles de una época, no pretencioso, sino consciente de los límites que requiere el apegarse a la seriedad de una reconstrucción fiel y verídica de la historia. Bernardita M. Cubillos Adquirir vía Internet en www.ediciones.uc.cl

El Rosario. Historia, Redescubrimiento y Propuestas Juan Carlos Villa Larroudet Ágape Libros Buenos Aires, 2013 446 págs.

El autor, ingeniero industrial especializado en administración, se desempeña profesionalmente en su país, la Argentina, como un conocido y respetado empresario. No es común, desde luego, que personas absorbidas por las apremiantes exigencias de este tipo de responsabilidades laborales, tengan la preparación y se hagan por fin del tiempo para escribir una obra que reúna abundantes consideraciones espirituales, bien respaldadas con documentos del magisterio y de autores serios en el campo de la teología y de la historia del cristianismo. Es este, entre tanto, el resultado que ofrece el presente libro. Nos informamos por la presentación de la obra que todo comenzó para el autor con el pedido de unos amigos para que preparase una charla sobre el tema del Rosario, devoción que practicaba con asiduidad. Dicho impulso parece haber activado la interesante conjunción de la mente abierta a lo universal del

hombre cultivado, con la inteligencia disciplinada del ingeniero. Basta abrir y leer el vasto índice que nos ofrece Villa Larroudet para darse cuenta con qué seriedad se tomó el encargo. Partiendo de la «Carta Magna del Rosario» promulgada por San Pío V, atravesando los siglos hasta el magisterio del Vaticano II y de los últimos papas, deteniéndose en la doctrina de los grandes maestros marianos, como San Luis Grignon de Monfort tan querido por San Juan Pablo II, se van descubriendo y glosando en estas páginas infinidad de reflexiones e informaciones, que desbordan con mucho al manual de piedad o al libro que nos recuerda oraciones y devociones caídas en olvido, aunque también preste este servicio. Más bien hay que decir que el autor es exhaustivo en su búsqueda, católico en su enfoque ecuménico y propositivo. Alguien podrá no estar de acuerdo en su empeño a veces reformador, pero no perderá su tiempo entrando en las consideraciones que Villa Larroudet ofrece cuando trata de ello, por la riqueza de su contenido informativo. Trátase en suma de un libro con cuya lectura puede aprovechar todo cristiano y que, espiritual e intelectualmente, estimulará también a no católicos. E.Z.E. Adquirir vía Internet en www.agape-libros.com.ar

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Sobre los Autores ROBERT SPAEMANN. Filósofo alemán, catedrático emérito de la Ludwig-Maximilians-Universität de Múnich. Doctor Scientia et Honoris Causa por la Pontificia Universidad Católica de Chile. Académico Honorario del Instituto de Chile. Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de revista HUMANITAS. HÉCTOR VARGAS. Obispo de San José de Temuco. Presidente Área Educación Conferencia Episcopal de Chile.

PAOLO DE LISI. Sacerdote de la orden Siervos de María. Licenciado y profesor de Física. JULIA LAMI. Profesora de Historia de Europa Oriental en el Departamento de Estudios Históricos de la Facultad de Filosofía y Letras de Milán. Ponencia desarrollada por su autora en el Congreso Russia Cristiana 2013.

MIGUEL ALFONSO MARTÍNEZ-ECHEVARRÍA. Profesor de Teoría Económica de la Universidad de Navarra. Director de publicaciones del Instituto Empresa y Humanismo. Este artículo fue publicado originalmente en Revista Cultura Económica n° 84 Universidad Católica de Argentina.

AUTORES EN PANORAMA Y LIBROS

VITTORIO POSSENTI. Filósofo. Catedrático de Filosofía política en la Universidad Ca’ Foscari de Venecia.

Amaya Irarrázaval. Arquitecto restaurador.

ANTONIO SPADARO S.J. Crítico literario. Director de La Civiltà Cattolica. El presente artículo fue publicado en el n° 3894 de esa revista.

Elizabeth Sala. Profesora de Filología, literatura e historia inglesas.

José Luis Restán. Periodista Español. Redactor de Páginas Digital. Cardenal Angelo Scola. Arzobispo de Milán. Pbro. Pedro de la Noi. Doctor en Filosofía. Jaime Antúnez. Director de revista Humanitas. Jorge Enrique Precht. Profesor Derecho Pontificia Universidad Católica de Chile.

COMITÉ EDITORIAL DE HUMANITAS Jaime Antúnez. Director de Revista HUMANITAS. Doctor en Filosofía. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Hernán Corral. Doctor en Derecho. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Samuel Fernández. Doctor en Teología. Ex decano y profesor de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Director del Centro de Estudios Padre Alberto Hurtado. Gabriel Guarda O.S.B. Abad emérito del Monasterio Benedictino de la Santísima Trinidad de Las Condes. Premio Nacional de Historia 1984. Miembro de número de la Academia de la Historia, del Instituto de Chile. René Millar. Doctor en Historia. Ex decano de la Facultad de Historia, Geografía y Ciencia Política de la P.U.C. y profesor titular del Instituto de Historia. Miembro de número de la Academia de la Historia, del Instituto de Chile. Pedro Morandé. Doctor en Sociología. Ex decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la P.U.C. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Ricardo Riesco. Doctor en Geografía. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Francisco Rosende. Ex decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Católica de Chile. Master of Arts en Economía, Chicago. Juan de Dios Vial Correa. Ex rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Ex presidente de la Pontificia Academia para la Vida. Miembro de número de la Academia de Ciencias del Instituto de Chile. Juan de Dios Vial Larraín. Ex rector de la Universidad de Chile. Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 1997. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Arturo Yrarrázaval. Doctor en Derecho. Ex decano de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

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HUMANITAS

Consejo de Consultores y Colaboradores

Revista de Antropología y Cultura Cristianas Publicación trimestral de la Pontificia Universidad Católica de Chile La revista HUMANITAS nace de la conveniencia de que la Universidad disponga para el servicio de la comunidad universitaria y de la opinión pública en general, de un órgano de pensamiento y estudio que busque reflejar las preocupaciones y enseñanzas del Magisterio Pontificio (Decreto Rectoría Nº 147/95, visto 2º). DIRECTOR Jaime Antúnez Aldunate COMITE EDITORIAL Hernán Corral Talciani Samuel Fernández Eyzaguirre Gabriel Guarda, O.S.B. René Millar Carvacho Pedro Morandé Court Ricardo Riesco Jaramillo Francisco Rosende Ramírez Juan de Dios Vial Correa Juan de Dios Vial Larraín Arturo Yrarrázaval Covarrubias SECRETARIA DE REDACCIÓN Marta Irarrázaval Zegers CONSEJO DE CONSULTORES Y COLABORADORES Presidente Honorario: S.E.R. Cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa. Arzobispo Emérito de Santiago. Héctor Aguer, Anselmo Álvarez, O.S.B., Carl Anderson, Andrés Arteaga, Francisca Alessandri, Antonio Amado, Felipe Bacarreza, Rémi Brague, Jean-Louis Bruguès, O.P., Rocco Buttiglione, Massimo Borghesi, Carlos Francisco Cáceres, Cardenal Carlo Caffarra, Cardenal Antonio Cañizares, Jorge Cauas Lama, Guzmán Carriquiry, William E. Carroll, Alberto Caturelli, Cesare Cavalleri, Fernando Chomali, Francisco Claro, Ricardo Couyoumdjian, Mario Correa Bascuñán, Francesco D’Agostino, Adriano Dell’Asta, Vittorio di Girolamo, Carmen Domínguez, José Manuel Eguiguren, Carlos José Errázuriz, José María Eyzaguirre, Jesús Colina, Luis Fernando Figari, Juan Ignacio González, Stanislaw Grygiel, Gonzalo Ibáñez Santa-María, Raúl Hasbun, Henri Hude, José Miguel Ibáñez, Raúl Irarrázabal, Lydia Jiménez, Paul Johnson, Jean Laffitte, Nikolaus Lobkowicz, Alfonso López Quintás, Alejandro Llano, Raúl Madrid, Javier Martínez Fernández, Patricia Matte Larraín, Carlos Ignacio Massini Correas, Mauro Matthei, O.S.B., Cardenal Jorge Medina, Livio Melina, Augusto Merino, Dominic Milroy, O.S.B., Fernando Moreno Valencia, Rodrigo Moreno Jeria, José Miguel Oriol, Francisco Petrillo, O.M.D., Bernardino Piñera, Aquilino Polaino-Lorente, Rodrigo Polanco, Cardenal Paul Poupard, Javier Prades, Dominique Rey, Florián Rodero L.C., Alejandro San Francisco, Romano Scalfi, Cardenal Angelo Scola, David L. Schindler, Josef Seifert, Gisela Silva Encina, Robert Spaemann, Paulina Taboada, William Thayer Arteaga, Olga Ulianova, Luis Vargas Saavedra, Miguel Ángel Velasco, Juan Velarde Fuertes, Aníbal Vial, Pilar Vigil, Richard Yeo, O.S.B

NACIONALES

EXTRANJEROS

Andrés Arteaga: Obispo Auxiliar de Santiago. Fra ncisca A lessa ndr i: Profesora de la Facultad de Periodismo, UC. Antonio Amado: Profesor de Metafísica de la Universidad de los Andes. Felipe Bacarreza: Obispo de Los Ángeles, Chile. Carlos Francisco Cáceres: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Jorge Cauas Lama: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Fernando Chomali: Arzobispo de Concepción. Miembro de la P. Academia Pro Vita. Francisco Claro: Profesor de la facultad de Física, UC. Ricardo Couyoumdjian: Profesor del Instituto de Historia, UC. De la Academia de la Historia del Instituto de Chile. Mario Correa Bascuñán: Secretario General de la Pontificia Universidad Católica. Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Carmen Domínguez: Profesor a de la Facultad de Derecho, UC. Directora del Centro UC para la Familia. Vittorio di Girolamo: Historiador del arte. María Esther Gómez de Pedro: Miembro del nuevo círculo de discípulos de Joseph Ratzinger / Papa Benedicto XVI. Jo s é M a nuel E g u ig u r e n Gu z m á n : Fu ndador del Movimiento Apostólico Manquehue. Carlos José Errázuriz: Consultor Congregación para la Doctrina de la Fe. Profesor de la Pontificia Università della Santa Croce. José María Eyzaguirre: Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Jesús Colina: Director de Aleteia. Juan Ignacio González: Obispo de San Bernardo, Chile. Raúl Hasbun: Sacerdote de Schöenstatt. Profesor del Seminario Pontificio Mayor de Santiago. Gonzalo Ibáñez Santa-María: Profesor y ex rector de la Universidad Adolfo Ibáñez. José Miguel Ibáñez Langlois: Teólogo y poeta. Raúl Irarrázabal Covarrubias: Arquitecto. Presidente de la Asociación Chilena de la Orden de Malta. Raúl Madrid: Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Patricia Matte Larraín: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Mauro Matthei, OSB: Sacerdote y monje benedictino. Historiador. Cardenal Jorge Medina: Prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Augusto Mer ino: Cientista político, profesor de la Universidad Adolfo Ibáñez. Fernando Moreno: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Rodrigo Moreno Jeria: De la Academia Chilena de la Historia. Bernardino Piñera: Arzobispo Emérito de La Serena. Rodrigo Polanco: Presbítero, profesor de la Facultad de Teología de la UC. Alejandro San Francisco: Profesor del Instituto de Historia, UC. Gisela Silva Encina: Escritora. Paulina Taboada: Médico. Miembro de la Pontificia Academia Pro Vita. William Thayer Arteaga: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Olga Uliánova: Doctora en Historia por la Universidad de Lomonosov, Moscú. Investigadora de la Universidad de Santiago. Aníbal Vial: Ex rector Universidad Santo Tomás. Pilar Vigil: Médico. Miembro de la Pontificia Academia Pro Vita.

Héctor Aguer: Arzobispo de la Plata, Argentina. Anselmo Álvarez, OSB: Abad de Santa Cruz del Valle de los Caídos. Carl Anderson: Caballero Supremo de los Caballeros de Colón. Rémi Brague: Filosófo francés. Premio Ratzinger 2012. Jean-Louis Bruguès, OP: Archivista y Bibliotecario de la Santa Iglesia. Obispo emérito de Angers, Francia. Massimo Borghesi: Filósofo italiano. Catedrático de la Universidad de Perugia. Rocco Buttiglione: Filósofo y político italiano. Cardenal Carlo Caffarra: Arzobispo de Bolonia. Cardenal Antonio Cañizares: Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Guzmán Carriquiry: Secretario de la Comisión Pontificia para América Latina. W i l l i a m E . C a r r ol l : Cáte d ra de Tom á s de Aqu i no, Blackfriars, Oxford. Alberto Caturelli: Filósofo argentino. Cesare Cavalleri: Director de Studi Cattolici, Milán. Francesco D’Agostino: Filósofo del Derecho. Ex Presidente del Comité Nacional de Bioética en Italia. Adriano Dell’Asta: Profesor de la Universidad Católica de Milán. Luis Fernando Figari: Fundador del Sodalicio de Vida Cristiana, Lima. Stanislaw Grygiel: Filósofo polaco. Titular de la Cátedra Juan Pablo II en la Universidad Lateranense, Roma. Henri Hude: Filósofo francés. Ex rector del Colegio Stanislas, París. Lydia Jiménez: Directora General del Instituto Secular Cruzadas de Santa María. Paul Johnson: Historiador inglés. Jean Laffitte: Obispo de Entrevaux. Secretario del Consejo Pontificio para la Familia. Nikolaus Lobkowicz: Director del Instituto de Estudios de Europa del Este y Central de la Universidad de Eichstätt, Alemania. Alfonso López Quintás: Filósofo español. De la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Alejandro Llano: Filósofo español. Javier Martínez Fernández: Arzobispo de Granada, España. Carlos Ignacio Massini Correas: Catedrático de la Universidad Nacional de Cuyo, Argentina. Livio Melina: Presidente del Pontificio Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia. Dominic Milroy, OSB: Monje de Ampleforth, ex-rector de Ampleforth College, York, Gran Bretaña. José Miguel Oriol: Presidente de Editorial Encuentro, Madrid. Francesco Petrillo, OMD: Superior General de la Orden de la Madre de Dios. Aquilino Polaino-Lorente: Psiquiatra español. Cardenal Paul Poupard: Presidente emérito del Pontificio Consejo de Cultura. Javier Prades: Rector de la Universidad Eclesiástica San Dámaso, Madrid. Miembro de la Comisión Teológica Internacional. Dominique Rey: Obispo de Frejus-Toulon, Francia. Florián Rodero L.C: Profesor de Teología del Ateneo Regina Apostolorum en Roma. Romano Scalfi: Director del Centro Rusia Cristiana, Milán. Cardenal Angelo Scola: Arzobispo de Milán. Josef Seifert: Filósofo austríaco. David L. Schindler: Director del Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre Matrimonio y Familia, Washington D.C. Robert Spaemann: Filósofo alemán. Miguel Ángel Velasco: Director de Alfa y Omega, Madrid. Juan Velarde Fuertes: De la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Premio Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales (1992). Richard Yeo, OSB: Abad Presidente de la Congregación Benedictina de Inglaterra.


R E V I S T A de A n t r op ol o gí a y C u lt u r a C r i s t i a n a s / N º 75 / A ÑO X I X

AÑO XIX

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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE

Robert Spaemann CRISTIANISMO, SECULARISMO, DEMOCRACIA Mons. Héctor Vargas SDB IGLESIA Y EDUCACIÓN LA NACIÓN RUSA ENTRE IDENTIDAD Y UNIVERSALIDAD


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