EDICIÓN GRATUITA A NIVEL LOCAL, NACIONAL E INTERNACIONAL N°847-CHICLAYO, 14 DE JULIO DE 2017-LAMBAYEQUE-PERÚ EDITORIAL
¡LÍMITES AL PODER DE LA VIDA! Amigos lectores, estamos en el mes de la peruanidad, en el mes que nos debemos de sentir más peruanos que nunca, y por lo tanto, es bueno reflexionar y analizar los pasos que vamos dando como país y en especial, con nuestra vida. Sin duda alguna, la vida es maravillosa para todos los seres humanos de la tierra, en especial, para aquellos que la saben valorar y vivir plenamente, de acuerdo a sus actos y acciones de bondad, humildad, generosidad y entrega. Pero no pongamos límites al poder de nuestra vida. No pensemos que todos nuestros deseos y aspiraciones se realizarán en esta vida. Confiemos, porque la vida es eterna, infinita. Ni pensemos tampoco que la vida que hemos comenzado será distinta de ésta: ¡nada de eso! Es la misma vida de aquí que continuará siempre. Por eso, tenemos que esforzarnos por aumentar nuestros conocimientos y nuestra perfección. Nuestros actos y posturas en ésta vida, son muy importantes para cada uno de nosotros, dándonos cuenta de lo fugaz que es el momento presente. Recuerda que, desde cualquier posición que ocupes en la vida, siempre tendrás dos niveles desde tu mirador: los que están por encima de ti y los que están por debajo de ti. Procura, algunas veces, colocarte en la condición de tus jefes y otras en la de los dependientes. Así podrás comprender, por tu propia experiencia, los problemas que surgen de ambas partes. Podrás, entonces, dar una ayuda válida a unos y a otros. ¡Qué es difícil! No lo creo. La universidad de la vida nos ha enseñado muchas cosas positivas que, sólo con humildad y sin egocentrismos, se puede lograr cambiar el ritmo del país y del mundo. Lo que pasa es que, y hay que decirlo con todas sus palabras, basta que alguien ocupe un cargo, cualquiera que sea en su vida, para sentirse el podo poderoso, el sabelotodo y piensa y cree que con ese cargo está para que lo sirvan y no para servir. Nuestros políticos, y en especial, nuestros “padres de la plata”, perdón, nuestros Padres de la Patria, los Congresistas, son claros ejemplos por los que viene pasando nuestro sufriente y enfermo país de hoy y de siempre. Todo en la vida tiene su momento, así como el día tiene sus horas de luz, también tiene sus horas de oscuridad. Aprendamos en la escuela de la naturaleza. Si en ciertos momentos necesitamos recibir, no olvidemos que habrá otros en los que tenemos la obligación de dar. Ayudemos, pero sin pretender nunca sustituir a la persona que ayudaste. Todos necesitamos caminar con nuestros propios pies para aprender a vivir. Aprendamos a distinguir el momento adecuado de dar y de recibir y no solamente acostumbrarnos a servirnos de los demás, en especial, de los más humildes y pobres de nuestro querido Perú. Lo más importante es el momento presente. Qué hacemos, qué estamos haciendo, qué herencia sublime dejamos a los que nos siguen. La vida de nuestros antepasados, muchas veces, no tiene importancia: lo que vale es lo que tú y yo somos hoy. El momento presente es el creador de nuestro mañana. Nuestra felicidad tiene sus bases en nuestros pensamientos de hoy. ¡Dependemos del ayer, pero somos dueños de nuestro mañana! Prestemos mucha atención al momento que pasa, a cuanto estemos haciendo hoy, porque de nuestro “hoy” dependerá nuestro “mañana”. Huerequeque dese a todos sus lectores que pasen unas bonitas fiestas Patrias y le pedimos al Señor que tengamos un Perú mejor para disfrutarla. Solo así, tendrá sentido nuestra vida. EL DIRECTOR