Huerequeque Scout N°1137

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EDICIÓN GRATUITA A NIVEL LOCAL, NACIONAL E INTERNACIONAL N°1137-CHICLAYO, 5 DE JUNIO DE 2020-LAMBAYEQUE-PERÚ EDITORIAL ¡CAMINANDO CON EL VIRUS MORTAL! Ochenta y un días caminando de la mano con el enemigo común, el coronavirus. Más que caminando, mejor diría, conviviendo con el enemigo en nuestros hogares, en el mío y en el de Usted, y la verdad que no sé cómo decir de aquellos hermanos que no tienen un techo, y peor, un hogar, porque sí los hay en pleno siglo XXI y en plena pandemia. A Dios gracias, aún puedo seguir con vida, y muestra de ello, es que estoy editando el presente Huerequeque. No sé el número de personas con que inicio Usted esta histórica cuarentena en su hogar, un lunes dieciséis de marzo del presente año, pero en la mía la hemos iniciado ocho personas que paso a describir, un poco, ésta nueva convivencia. Los “ocho de la pandilla”, así fue denominado el núcleo familiar a los pocos días de haber iniciado la cuarentena y el aislamiento social, por la forma cómo íbamos conviviendo y saboreando lo que es vivir limitados de nuestra libertad. Pero ¿quiénes son los “ocho de la pandilla”? Con docilidad déjeme explayarle en mi sana intención que, estoy seguro, que Usted también querrá manifestarlo. Antes de iniciarse la cuarentena, éramos cinco personas: los Señores Juan Flores Aguinaga y Carlota Arrascue Guerrero, mis suegros; Carlota Flores Arrascue, mi cuñada; Mariana Flores de Orrego, mi compañera de travesía, y el suscrito. Días antes habían llegado a la casa, desde el Distrito de Yauyucan, Provincia de Santa Cruz, mi tierra natal, de visita: María Rosa Arrascue Callao, con sus hijas Sandra Mariana y María Fernanda Campos Arrascue, y cuando quisieron regresar a su terruño, ya no pudieron, por la cuarentena. Total, el núcleo familiar de la cuarentena, se convirtió, en los “ocho de la pandilla”. La pregunta que muchos de Ustedes, seguramente, se harán ¿Por qué el nombre de los “ocho de la pandilla”? Sencillamente porque, la más pequeña del grupo, María Fernanda, una niña de siete años, era la terrible del grupo, haciéndonos pasar gratos momentos, día y noche, con sus ocurrencias de una niña inocente. Sus canciones y poesías que inventa en cada instante que se le ocurre, hace placentero el momento que nos hace olvidar el vía crucis que estamos pasando. No se diga las noches de oración que, a las ocho nos reuníamos los “ocho de la pandilla” para rezar, en familia, el Santo Rosario y pedirle a la Madre Santísima que nos proteja y cuide a todas las familias del Perú y del mundo de ésta cruel pandemia que venimos sufriendo, y María Fernanda, la terrible del grupo, es la más entusiasta, arreglando el ambiente, llamando, uno por uno, a todos a la sala principal para orar y pedir, con devoción, por todas nuestras intenciones, y éste llamado lo hace de una manera pintoresca, tocando el silbato que, al escucharlo, tenemos que estar siempre listo. Ella inicia el rosario, con su estilo de niña, pidiendo por todos los niños, los doctores, policías, familia, que los proteja de la pandemia que, estoy seguro, que la Virgen lo escucha, más que a nosotros los adultos. Tengo que ser sincero conmigo mismo y con Ustedes. Cuando empezó la cuarentena no me imaginé de la magnitud de ésta terrible enfermedad, y al pasar los días, me sentí atado de pies y manos, no podía salir de casa. Recontra aburrido, en un descuido de Marina, tuve que ir a la oficina scout y sacar este aparato porque es mi herramienta de trabajo de todos los días, con ella hago Huerequeque y luego enviarla a todos mis contactos, y puedo comunicarme con mis amigos, sin ella, estoy atado. Lo logré, pero me costó una fuerte llamada de atención por parte de Mariana, que tenía toda la razón, que me dijo… “si no quieres cuidarte, por lo menos cuida a mis padres que son mayores”, fue la primera y última travesura que hago. Luego me echaron llave a las puertas que no puedo salir ni a botar la basura, pero me siento aliviado porque tengo mi herramienta de trabajo y hago lo que me encanta, mi boletín virtual Huerequeque y publicarla, aunque nadie le de lectura.

¡S

EL DIRECTOR


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