2 minute read

Nuestros profesionales

Fragilidad o envejecimiento

En opinión de la Dra. Campo: Nuestro reto es realizar un buen diagnóstico situacional que prolongue la autonomía del mayor

Advertisement

Inmersos en una población cada vez más envejecida, no es inusual el uso del término fragilidad para referirse a las personas mayores, pero ¿es realmente lo mismo hablar de fragilidad que de envejecimiento?

En medicina, el concepto fragilidad se ha vuelto cada vez más reconocido como uno de los problemas más importantes en resultados de salud y, sin embargo, definir la fragilidad sigue siendo hoy un desafío.

La mayoría de los autores coinciden en que la fragilidad se caracteriza por una disminución de la reserva fisiológica del organismo, aumentando el riesgo de incapacidad, pérdida de resistencia y mayor vulnerabilidad. Señala una menor adaptabilidad a los cambios que se suceden en el ambiente interno y externo lo que confiere al individuo una capacidad reducida de recuperación tras un evento agudo, así como peores resultados de salud (mortalidad, discapacidad, morbilidad y hospitalización).

Este síndrome se asocia con el envejecimiento, pero es diferente a él. Se trata de una entidad independiente. No todos los ancianos por el hecho de serlos serán frágiles. Ha sido considerado como un continuo entre el envejecimiento normal y saludable y un estado de discapacidad y muerte.

Abarca criterios médicos (enfermedades crónicas, déficits sensoriales, sarcopenia…), criterios funcionales (dependencia en actividades básicas de la vida diaria, al-

Dra. Amaia Campo. Jefe Área Asistencial

teraciones de la marcha…), criterios socioeconómicos (soledad, maltrato, institucionalización en hogares de larga estancia…) y criterios cognoscitivos/afectivos (depresión, deterioro cognitivo).

Si bien la explicación puede resultar clara, es difícil la detección de este síndrome con unos criterios diagnósticos tan amplios e inespecíficos como los descritos. Afortunadamente, este obstáculo se está viendo superado en el último tiempo con el desarrollo de herramientas operativas simples que permiten cuantificar el grado del declive de los sistemas fisiológicos, así como su detección temprana (situación preclínica).

El reto reside ahora en lograr que los profesionales que prestamos atención a los ancianos, incluyamos en el día a día este diagnóstico situacional de los pacientes mayores, con la finalidad última de posponer su principal consecuencia: la pérdida de autonomía y de calidad de vida.

En el siglo del envejecimiento, hagamos algo más que extender la vida y recordemos que “donde no existe honor para los ancianos, no existe futuro para los jóvenes” (Papa Francisco).

Fragilidad y atención

Cerca de 300 profesionales de veinte centros de San Juan de Dios trataron la fragilidad humana y su abordaje en una cita on-line organizada por el Hospital de Pamplona- Tudela.