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PERFILES Ana Castro

JUNIO 2021 • Pág 34 # 32 •

Ana Castro

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“Ser donante es dar vida después de la vida”

La subdirectora del Instituto Nacional de Donación y Trasplante de Células, Tejidos y Órganos (INDT) repasa cuáles son las competencias de este organismo como responsable de todo lo inherente a donación, trasplante y medicina regenerativa en Uruguay. Además, explica las especificidades para donar y recibir un órgano en nuestro país y qué innovaciones se están llevando a cabo en este contexto.

Por Rosalía Larocca

La tasa de donación y trasplante de órganos en Uruguay destaca a nivel de todo el mundo: en 2020, nuestro país se ubicó séptimo en el ranking global en relación con el número de donantes por millón de habitantes. Cada año, aproximadamente 400 pacientes requieren un trasplante de riñón y más de 500 un trasplante de córnea, y si bien la pandemia complicó el ritmo de trabajo, comparado con la región aquí se produjo el menor descenso en la donación de órganos y trasplantes con una baja que oscila entre el 15 y el 20 %.

Estos resultados se enmarcan en el trabajo incesante del INDT, el instituto encargado de brindar atención y seguimiento en materia de trasplantes e implantes a toda la población uruguaya. “Esta entidad posibilita a todo integrante de la población que así lo requiera, sin distinción de naturaleza alguna más que la pertinencia terapéutica, el acceso equitativo y oportuno a los beneficios de una atención integral en materia de trasplantes de células, tejidos y órganos y medicina regenerativa”, explica la actual subdirectora del INDT, Dra. Ana Castro, médica coordinadora de trasplante del instituto desde 1988. El trasplante de órganos, tejidos y células se ha convertido en una práctica mundial que permite mejorar y prolongar la calidad de vida del paciente receptor. En nuestro país, a partir de una reforma constitucional en setiembre de 2013, entró en vigor la Ley 18968 que establece que todos los uruguayos son donantes excepto que se manifieste lo contrario. Esto significa que las personas mayores de 18 años que no hayan expresado su voluntad en contrario son potenciales donantes frente a la ley. Donar órganos significa hablar de vida y muerte, dar al receptor otra oportunidad. “De ahí la importancia de ser solidarios con aquellas personas que no tienen otra alternativa de tratamiento. Sin donante no hay trasplante”, concluye la Dra. Castro.

¿En qué medida la pandemia afectó la gráfica de donación de trasplantes en Uruguay?

Durante el año 2020 con la colaboración de todos pudimos mantener una importante actividad de donación y trasplante de órganos, tejidos y células, a pesar de la difícil situación epidemiológica. Si bien estos números de trasplantes resultan insuficientes para atender las necesidades de pacientes en lista de espera, demuestran la actitud solidaria de nuestra población, así como la dedicación y el esmero de todo el personal de salud. A pesar de las dificultades logísticas generadas por la pandemia que no solo afectaron la capacidad de generar donantes, sino también la disponibilidad de los equipos trasplantadores, las tasas de donación y trasplante resultaron aceptables con la menor disminución entre los países de nuestro continente. En Uruguay se produjo el menor descenso en la donación de órganos (15 %) y de trasplante de órganos (19 %) de la región.

¿Cómo vienen siendo los índices en el primer semestre de 2021?

En lo que vamos de 2021, los índices no han sufrido gran variabilidad en este período. A pesar de que recién comenzamos a sentir el impacto de la pandemia, el reflejo de esta se vio sobre todo en lo inherente a órganos, ya que el sector de donde provienen los donantes cadavéricos son los CTI y puertas de emergencias que tienen ARM (respiradores). No así en tejidos que pueden ser procurados de cualquier área del hospital o sanatorio en parada cardíaca (PCR) antes en un periodo inferior a 6 horas desde el óbito, aunque la lista de espera siga aumentando porque tenemos un sistema de alta confiabilidad. Esto lleva a la población que necesita un insumo biológico a solicitar por sus médicos tratantes el ingreso a la lista o el insumo biológico. De ahí nuestras prioridades en buscar alternativas para procurar órganos y/o tejidos, atendiendo a las necesidades de la población.

El año pasado Uruguay se ubicaba en el puesto número siete del mundo en relación al número de donantes por millón de habitantes. ¿Qué lectura merece este reconocimiento?

La situación de crisis hizo que no desperdiciáramos ninguna oportunidad para brindar insumo biológico a nuestros pacientes y optimizar el criterio epidemiológico, coordinando los casos difíciles de trasplante y los pacientes urgentes. De hecho, el programa de trasplante hepático siempre estuvo activo y solo hubo una breve pausa con los demás programas (renal, cardíaco, córneas), mientras mirábamos qué conductas asumían al respecto nuestros referentes como España, Europa en general y Estados Unidos. En cuanto a las medidas tomadas por Uruguay tuvimos que cambiar y ajustar el abordaje con la información obtenida para poder cumplir con la meta de reactivar la donación y mantener la oportunidad de brindar soluciones a nuestros pacientes. Este trabajo de equipo en unidad demostró como resultado que se pudo cumplir con el objetivo trazado.

¿Qué infraestructura se necesita a nivel país para realizar un trasplante?

En primer lugar, una legislación que regule el procedimiento (Leyes N° 14005, 17668 y 18968). Se necesita un organismo rector como el INDT, un registro de donantes, una lista de espera, programas de trasplante registrados en Unidad de Verificación Normativa (UVN) con formación y experiencia avaladas por estándares internacionales en cuanto a formación para brindar asistencia a nuestros receptores en espera, instituciones que tengan una infraestructura adecuada donde se desarrolle el trasplante, la cirugía,

JUNIO 2021 • Pág 36 # 32 • CTI, recursos materiales y recursos humanos calificados. Y un tema no menor: financiación. En nuestro país el Fondo Nacional de Recursos garantiza el acceso gratuito a todos los habitantes.

¿Cuáles son las investigaciones más novedosas que se están llevando a cabo desde el INDT?

Son varios los proyectos e investigaciones en agenda. Se construyó Ceprotea, un centro de producción de terapias avanzadas sobre el que se está trabajando para su puesta en marcha, que sin duda será un nicho para el desarrollo de investigación modelo en nuestro país y nuestra región. También hay un proyecto de maestría en PROINBIO “Anticuerpos no HLA en trasplante renal”, y un estudio prospectivo del agua destilada endovenosa para el descenso de natremia en sodio en individuos fallecidos en situación de muerte encefálica.

¿Qué avances/proyectos hay con respecto al trasplante de córnea?

En cuanto al trasplante de córneas, se proyectó descentralizar la donación y procuración de tejidos, se formuló y acordó con el Dr. Fernando de Santiago y el Instituto de Asistencia Colectivo de Treinta y Tres (IAC), hospital e intendencia departamental, un plan piloto de procuración de córneas en ese departamento. Esto permitirá que la ablación se realice insitu por parte de oftalmólogos que trabajan en la zona, debidamente autorizados por el INDT y entrenados por el Dr. De Santiago y los técnicos del Banco de Tejidos del INDT. Para ello se realizaron actividades varias de coordinación con actores locales, se preparó material de difusión y se adquirió material quirúrgico para este fin.

¿Todos podemos ser donantes de órganos?

La realidad me lleva a decir que ser donantes es un privilegio de pocos. Todos podemos manifestar la voluntad de ser donantes o no, pero llegado el momento la causa de muerte, el lugar donde ocurra y sobre todo la decisión manifestada en vida por escrito me lleva a afirmar lo anterior.

¿Cómo influye la causa de deceso para la donación cadavérica?

La condición principal para ser donante es la beneficencia y la no maleficencia hacia el receptor. Por lo tanto, un donante potencial debe fallecer por una causa de muerte conocida que no contraindica a la donación. Las principales contraindicaciones para la donación son infecciones generalizadas (sepsis), SARS-Cov-2, HIV, Hepatitis B y C activas, entre otras. Para ser donante de órganos debe fallecer en muerte cerebral, esto es en un CTI, y para tejidos puede ser en muerte cerebral y/o en parada cardíaca, que puede ocurrir en cualquier sala.

¿Qué órganos pueden donarse en vida y cómo es la gestión de este proceso?

Los órganos que pueden donarse en vida son un riñón y un lóbulo hepático. Para este proceso se debe estudiar tanto al donante vivo como al receptor para disminuir el rechazo, deberá ser compatible e ISO grupo (ABO). Generalmente, los más compatibles son los hermanos, ya que comparten cromosomas de padre y madre o un familiar de primer grado, habiendo menos posibilidad de rechazo. Pero de todas maneras el estudio genético demuestra el grado de compatibilidad HLA. El donante vivo deberá firmar un consentimiento informado de la decisión tomada de donar uno de sus órganos y las consecuencias a asumir por el hecho.

¿Qué profesionales intervienen a la hora de asesorar y apoyar a las familias del donante y el receptor?

Existen grupos de psicólogas y asistentes sociales que apoyan tanto a la familia del donante como a la del receptor. Los equipos de trasplante poseen en su mayoría profesionales preparados para tal fin y el INDT asesora a la hora de tomar esa decisión de ser trasplantado. En el caso de donante cadavérico, todas las familias son abordadas y notificadas por psicólogos profesionales expertos preparados para la comunicación de malas noticias de tal manera que el familiar entienda la situación del fallecido y después se procede al seguimiento de las familias posterior a la donación. Excepcionalmente el médico coordinador de trasplante participará en la entrevista para detalles técnicos.

¿Cuáles son los órganos más requeridos en Uruguay?

Los órganos más trasplantados en Uruguay son riñones, hígado, corazón y pulmones. En el caso del riñón mucho incide nuestro estilo de vida como la mala alimentación, el consumo de sal en exceso, el poco consumo de agua y la falta de actividad física -factores que también inciden en el trasplante hepático-. Así como el exceso de comidas y bebidas alcohólicas o “colas” carbonatadas y la alta presencia de alimentos con exceso de grasas, azúcares, carnes rojas y pocas frutas, verduras y fibras en nuestra dieta.

¿Se pueden recibir órganos de afuera y enviar órganos hacia el exterior en casos de extrema urgencia?

Nuestro país tiene convenios vigentes firmados a nivel ministerial

con INCUCAI de Argentina que posibilita, por ejemplo, que en caso de necesitar un trasplante hepático un niño uruguayo pueda ser trasplantado con un órgano uruguayo en el Hospital Italiano de Buenos Aires. En cuanto a los trasplantes pulmonares, nuestro receptor uruguayo puede ser trasplantado por la Fundación Favaloro con órgano de donante cadavérico uruguayo que es trasladado a Argentina. Para ambos casos, mientras el equipo ablacionista argentino viaja para extraer el pulmón o hígado, nuestro receptor es preparado para recibirlo en el país vecino. Todos estos contactos para la apertura de fronteras se efectúan a través del Consulado Uruguayo y Argentino desde el Instituto Nacional de Donación y Trasplante como organismo responsable. Si el paciente pediátrico uruguayo que requiere un trasplante hepático reviste gravedad, entra en urgencia y es ingresado en la lista de espera del INCUCAI; se traslada a Argentina y podrá ser trasplantado en ese país con los órganos procedentes del donante argentino que deberá ser devuelto en su momento ya que en nuestro país no existe el comercio de órganos.

¿Por qué es tan importante donar órganos?

Porque el trasplante es una técnica médica que ayuda a salvar vidas y/o brindar calidad de la vida a personas que sufren trastornos graves. Es una alternativa de tratamiento con insumo biológico donde se sustituye un órgano enfermo por otro que funciona mejor. La evolución clínica de los pacientes de nuestro país es comparable a los países desarrollados y utilizamos las mismas técnicas y medicación, disponemos de las mismas posibilidades y oportunidades, con la salvedad que es accesible a todos los sectores de la población, independientemente de la cobertura asistencial. El trasplante en Uruguay es gratuito, podemos escoger el equipo que nos trasplante y lo abona el FNR con los aportes de toda la sociedad para la sociedad en forma solidaria. Ser donante es dar vida después de la vida. Dar al receptor otra “oportunidad”. De ahí la importancia de ser solidarios con aquellas personas que no tienen otra alternativa de tratamiento. Sin donante no hay trasplante.

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