El Arte de la Seda en El Paso

EL AR E DE LA EDA EN EL PA O M

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La Palma, bien conocida como La Isla Bonita , es una cuna ancestral de grandes artesanos, que han sabido adoptar las influencias de otras culturas conservando intacta la esencia propia de sus refinados productos. No en vano la artesanía ha sido el sustento de muchas familias, que han ido transmitiendo la tradición de generación en generación, a través de la enseñanza oral y del trabajo compartido.

Habanos, bordados, cestería, alfarería, frivolité, repostería y por supuesto la seda; uno de los oficios más antiguos, en el que participaban familias de toda la isla supervisando la cría de los gusanos, para vender luego los capullos a los artesanos.

La industria de la seda tuvo un importante peso en la economía de la isla desde el siglo XVI cuando, tras su incorporación a la Corona de Castilla, se introdujeron las técnicas textiles de la época. El oficio era desempeñado sobre todo por hombres, aunque en la actualidad se halla exclusivamente en manos de mujeres. La seda y los bordados palmeros se exportaron profusamente a la Península y a Flandes, puerto que mantenía un tráfico comercial asiduo con el de Santa Cruz de La Palma, y gozaron de un enorme prestigio en Europa hasta que la moda cambió en el siglo XVIII, decantándose hacia el algodón y relegando la seda a un plano meramente representativo.

El ayuntamiento de El Paso, a través de su concejalía de Patrimonio, sostiene en una infraestructura histórica al museo de La Seda de El Paso. Hoy en día esta antigua artesanía palmera se mantiene viva en el Museo y el Taller de Las Hilanderas, un municipio sedero por excelencia y el último reducto en Europa en conservar el proceso totalmente manual.

LA CR A DEL G SANO. El proceso de la seda comienza en primavera con el nacimiento de las larvas que por parte del Ayuntamiento de El Paso gestionan su compra y transporte desde sudamérica, ponen entre 400 y 500 huevos en el breve periodo de su vida, que tan sólo dura 5 días. Los gusanos se alimentan exclusivamente de hojas de moral o morera, recolectadas frescas cada día y troceadas a mano en porciones de tamaño asequibles para ellos. Son seres delicados, cuya supervivencia hay que garantizar manteniendo una determinada temperatura y humedad y con una esmerada higiene. Después de 38 días y cuatro mudas de piel, el gusano ha ganado unas 8.000 veces su peso inicial y se ha encerrado en su cápsula blanca. Parte de los gusanos saldrán del capullo y se convertirán en mariposas, reiniciando uno de los extraordinarios ciclos de la naturaleza.

E RACCI N DE LA SEDA. El tratamiento de la fibra de seda consiste en introducir los capullos en una caldera de cobre con agua caliente, que ha de mantenerse siempre a punto de hervir, ya que la ebullición dañaría los capullos. Así éstos van soltando la fina hebra que los envuelve. Pocas son las personas que trabajan la extracción, y el oficio corre el peligro de perderse. Arduo trabajo el que tiene el municipio de El Paso para apoyar esta práctica y mantenerla. Es la sedera quien tira suavemente de esta hebra con una escobilla de hojas secas de brezo y la guía a través de la aguja del torno, donde la hebra la lleva a los «carretes» y al «burgao», mientras la tornera mueve la manivela del torno, enrollándose en madejas de seda cruda.

PREPARANDO EL HILO. La madeja de seda cruda aún ha de pasar por un laborioso proceso antes de llegar al telar.

Se somete al primer devanado; se limpian y atan los cortes para obtener un hilo continuo en la zarja de donde se obtienen, clasificadas por grosores a través del tacto, pequeñas madejas. De la zarja se sacan dos o más hebras por medio de una redina, con las que se van enrollando las madejas en un solo cañón. El propio Museo de La Seda de El Paso, ofrece la posibilidad de disfrutar de este proceso en vivo, a través de las propias hilanderas.

Se procede entonces al torcido, girando manualmente dos husos que llevan varias

hebras y que quedan en un solo hilo.

El hilo se enrolla en un cañón y se organiza de nuevo en madejas con el torno. Estas madejas son tratadas con agua y jabón para que la seda adquiere su característico tacto y todo su brillo. Antes de que la seda esté lista para tejer, las propias hilanderas tiñen con productos naturales y provienen tradicionalmente de hongos, animales o plantas: cáscara de nuez, gualda (amarillos), eucalipto (grises), nuez (marrones) y la conocida cochinilla(rojos, granates y rosas). Consiguen una mágica gama de tonalidades que también pueden disfrutar los visitantes del museo.

típico, corpiños, faldas, pañuelos de bolsillo, corbatas, chales, fulares o camisas. Un completo catálogo de artículos elaborados con la materia prima más exquisita.

Estos productos tienen el inestimable valor de un arte tradicional que se refugia fiel y arraigado exclusivamente en un rincón de El Paso.

EJIENDO. Los telares que se exponen en el museo, son los que producen todos los trabajos, piezas singulares llenos de historias familiares que han pasado de generación en generación. En ellos las tejedoras van pasando el hilo con la lanzadera entre las hileras de la urdimbre, controlando su caudal según la necesidad, compactando y tejiendo puntos de tafetán, gabardina, cordoncillo y palma, o espiga. De esta forma va consiguiendo el tejido vaporoso y brillante que conocemos, trabajándolo siempre según el diseño elegido.

Confeccionada la prenda, se suele rematar con bordados hechos a mano. Entre las piezas más habituales destacan las tocas y bandas para el traje

AGA HA R DE LA PRADA

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MODA

MODA. Las propias Hilanderas, buscan no solo proteger cuidadosamente este arte textil, sino también promover su producción con la incorporación de nuevos diseños y llevar a este museo pasense a los más relevantes circuitos de artesanía y moda, ocupando un sitio de honor en la producción artesana de la isla, de Europa y del mundo.

Es por eso que acaparan mucha atención entre diseñadores de moda de vanguardia y gran reconocimiento, como gatha Ruiz de la Prada o dos de los diseñadores de referencia de la isla de La Palma, como Manolo Blanik y el pasense Andrés Acosta.

Para visitar esta joya ubicada en la Isla de La Palma, deben dirigirse al centro de la Isla, al corazón de La Palma. Un municipio de montaña que acoge a criadoras, artesanas y tejedoras de la seda. Los horarios del museo, su ubicación, así como otra información de interés, la podrán consultar en . .

MANOLO BLANIK

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ACO

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