Muerte en la mina Las limpiadoras de Cádiz no se rinden Edita HOAC - Nº 150 - DICIEMBRE 2013 - III ª Época - 0,60 € - Suscripción anual: 6 €
El reto sigue siendo la
Cooperación Integral así lo vemos
N
o nos alegramos de la desaparición de Fagor. Al contrario, nos duele porque entendemos que el cooperativismo actual, con sus limitaciones, es parte de la mejor tradición del movimiento obrero y de su interacción con el humanismo cristiano. Guillermo Rovirosa, primer militante y fundador de la HOAC, apostó por la «Cooperación Integral» (COPIN), un proyecto con muchas coincidencias con las casas del movimiento católico de trabajadores norteamericanos fundadas por Dorothy Day dedicadas al «culto, cultura y cultivo» o la Economía de Comunión de los focolares, por citar ejemplos de hoy.
Creemos en la vigencia de la propuesta COPIN, que no es «un movimiento, ni una organización, ni un método, ni nada similar, sino un esfuerzo por ayudarnos mutuamente a purificar nuestro cristianismo en el terreno económico». No aspiramos a modificar las condiciones en que se realiza «la lucha por la existencia», para beneficio de un determinado grupo de intereses, sino que soñamos con llegar a la «colaboración por la existencia» y desterrar la instrumentalización de las relaciones humanas, que nos permita satisfacer la sed de trascendencia, el ejercicio pleno de la vocación profesional y el respeto a la propiedad personal, rectamente entendida, de todas las personas, sin exclusión.