ORACIÓN
Rovirosa
Causa de canonización de Padre, tú llamaste a Guillermo Rovirosa, le mostraste la grandeza de tu amor, manifestado en Jesucristo, el obrero de Nazaret entregado hasta la muerte y resucitado, y lo enviaste como apóstol al mundo obrero. Concédenos vivir, con su misma coherencia, el bautismo que nos ha hecho hijos tuyos, de modo que en el trabajo de cada día lleguemos a transformar la sociedad según tu voluntad y a transmitir la alegría de la fe a nuestros hermanos. Te pedimos, por su intercesión, ayuda ante la necesidad que te presentamos (...) y el gozo de agradecértela con un mayor compromiso a favor del amor y la justicia. Por Jesucristo, nuestro Señor. (para uso privado) Con licencia eclesiástica, de conformidad con el decreto de Urbano VIII
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HOAC-causa de G. Rovirosa C/ Alfonso XI, 4-4º. 28014 MADRID Tfno.: 91 701 40 80. Fax: 91 522 74 03 Correo electrónico: rovirosa@hoac.es www.hoac.es Si usted quiere ayudar a la Causa, puede hacerlo mediante giro postal a la dirección arriba citada o mediante ingreso en la siguiente cuenta: Caja Madrid, c/c 2038-1816-20-6000453679 Promotora de la causa: Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC)
Su proceso de canonización se abrió el 8 de julio de 2003
Guillermo
HOAC
HOJA INFORMATIVA Nº 9
2011
SU VIDA: la acción católica Hace pocos meses, el pasado12 de junio, tenía lugar en Linares, Jaén, la beatificación de Manuel Lozano Garrido, llamado familiarmente «Lolo». Lolo (1920-1971) vivió la mayor parte de su vida en una silla de ruedas, debido a una enfermedad de parálisis progresiva, que al final le dejó ciego y postrado en la cama. En esa situación de debilidad vivió su fe y ejerció su vocación de periodista y comunicador cristiano. Acompañado por la enfermedad y el dolor, llama la atención su espíritu de superación y su alegría, que comunicaba a los demás a través de sus bellos y comprometidos libros y artículos. Desde pequeño Lolo formó parte de la Acción Católica, que para él era un noble modo de vivir como cristiano. Como tantos otros, encontró en la Acción Católica el camino para aceptar su enfermedad (de la que decía: «pesa pero tiene alas») y ser fiel a Jesucristo y a los demás También Guillermo Rovirosa encontró en la Acción Católica el camino de su entrega a Jesucristo, a la Iglesia y al mundo obrero. Corría el año 1933 cuando Rovirosa, a sus 36 años, se reencuentra con la fe cristiana. Después de años de búsqueda, tras el rechazo expreso de la fe recibida en su familia, Guillermo Rovirosa tiene la honradez de preguntarse: «Y yo ¿qué sé de Jesús?». Así comienza un proceso en el que siente que «Jesús iba ganando su corazón». En Navidad de ese mismo año y después de tres meses, cerca del monasterio de El Escorial, dedicados junto a su mujer a la meditación y la reflexión, da el paso y recibe, así lo dice él, su «segunda Primera Comunión». Este momento supone un cambio radical en su vida, que en adelante se caracterizará por la oración, la austeridad y la entrega apostólica. Terminada la guerra civil y después de pasar once meses en la cárcel, en 1940 ingresa en la Acción Católica. Se incorpora al Centro de la Parroquia de San Marcos, en Madrid, a la que pertenece. Allí participa y colabora en las actividades que el Centro realiza y aporta su cuota generosa a la Acción Católica. La Acción Católica veía el momento importante que se vivía en nuestro país. Y una de las dimensiones que deseaba trabajar era la necesidad de organizar el apostolado obrero. Para ello se propone crear Secretariados obreros dentro de los centros generales de Hombres de