ORACIÓN
Rovirosa
Causa de canonización de Padre, tú llamaste a Guillermo Rovirosa, le mostraste la grandeza de tu amor, manifestado en Jesucristo, el obrero de Nazaret entregado hasta la muerte y resucitado, y lo enviaste como apóstol al mundo obrero. Concédenos vivir, con su misma coherencia, el bautismo que nos ha hecho hijos tuyos, de modo que en el trabajo de cada día lleguemos a transformar la sociedad según tu voluntad y a transmitir la alegría de la fe a nuestros hermanos. Te pedimos, por su intercesión, ayuda ante la necesidad que te presentamos (...) y el gozo de agradecértela con un mayor compromiso a favor del amor y la justicia. Por Jesucristo, nuestro Señor. (para uso privado) Con licencia eclesiástica, de conformidad con el decreto de Urbano VIII
Para recibir más información, enviar testimonios o comunicar agradecimientos, dirigirse a:
HOAC-Causa de G. Rovirosa C/ Alfonso XI, 4-4º. 28014 MADRID Tfno.: 91 701 40 80. Fax: 91 522 74 03 Correo electrónico: rovirosa@hoac.es www.hoac.es Si usted quiere ayudar a la Causa, puede hacerlo mediante giro postal a la dirección arriba citada o mediante ingreso en la siguiente cuenta: Caja Madrid, c/c 2038-1590-29-6000054839 Promotora de la causa: Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC)
Su proceso de canonización se abrió el 8 de julio de 2003
Guillermo
HOAC
HOJA INFORMATIVA Nº 6
2009
SU VIDA: EL APÓSTOL OBRERO El Obispo Victorio Oliver escribía en el año 1996 el siguiente texto: «Nació la HOAC al calor de la Iglesia. Fue fruto de un encargo, de una misión. Los obispos, preocupados por la situación del mundo obrero, lanzaron, hace 50 años, una llamada urgente. Encontró eco generoso en la persona de un converso, que recordamos con emoción: Guillermo Rovirosa. Guillermo tenía callos en sus manos y fe vigorosa en su corazón. Unió fuertemente el yunque, el taller y su dolor, el telar tejido de injusticia y desigualdades, los unió con una honda vivencia mística, que se nutría de oración y silencio, de coraje y de amor a la Iglesia. Al mundo del trabajo y al proyecto del Reino de Dios les hizo bien aquella unión de Rovirosa». Esta llamada que recibe Guillermo para poner en marcha «un movimiento cristiano especializado para obreros adultos» confirma y encauza su vocación de apóstol de los obreros. Siente que ha llegado el momento de su entrega generosa a esta causa. Por eso deja su puesto de trabajo en un momento de plenitud personal y profesional para dedicarse con todo su tiempo a la misión que se le encomienda. Su decisión se concreta en «darse por entero al mundo obrero». Según escribe Xavier García, «ello quiere decir compartir su vida, labrarse una auténtica mentalidad obrera, perspectiva desde la cual poder prever con seguridad el camino, adivinar sus riesgos y orientar hacia la esperanza. Sin darse radicalmente a la causa obrera, ningún hombre perteneciente a los ambientes obreros le seguiría. Sin esa donación de sí mismo, no habría nunca acierto ni seguridad. Se convirtió, pues, en un obrero y como tal sentía, vivía y obraba. Después marchó a Montserrat para dedicar unos días a la reflexión, a la oración y a la acción de gracias a Dios por haberle aceptado y enviado. En Montserrat encontraría siempre hogar, clima de oración y ayuda económica» (García, X., «Rovirosa, apóstol de la Clase Obrera», pág. 87).